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sábado, 4 de noviembre de 2017

Capítulo 10 - Asiria – Los archivos comerciales de Kamesh


Mesopotamia durante el II milenio:

Asiria – Los archivos comerciales de Kamesh: significado del Karum – Shamshi-Adad I y su importancia

Asiria
El nombre de Asiria viene de Assur/Ashshur/Ashur, que era el nombre de una localidad en Irak. El topónimo dio después nombre a un dios en esa misma urbe, Assur, y  más adelante daría origen al nombre del Imperio Asirio.


Antiguo país de Asia, que se extendía hacia el sur desde aproximadamente la frontera norte del actual Irak, abarcaba el valle del río Tigris y uno de sus afluentes más importantes, el Zab, formando una zona con forma similar a un triángulo invertido. La parte occidental del país era una estepa únicamente adecuada para una población nómada. Sin embargo, la parte oriental era apropiada para la agricultura, con colinas boscosas y fértiles valles bañados por pequeños ríos. Al este de Asiria se encuentran los montes Zagros; al norte, un escalonamiento de terrazas conduce al macizo Armenio; al oeste se extiende la llanura de Mesopotamia. Al sur se encontraba el país conocido primero como Sumer, después Sumer y Acad, y más tarde Babilonia. Mesopotamia es el nombre que los antiguos griegos dieron a toda la región en la que surgieron estos países, incluido Asiria. Las ciudades más importantes de Asiria, todas situadas en el territorio del actual Irak, eran Assur, actualmente Sharqat; Nínive, de la cual los únicos vestigios que señalan en la actualidad su localización son dos grandes tells, Quyunyik y Nabi Yunas; Calach, ahora Nimrud, y Dur Sharrukin, actualmente Jursabad.

Primeros asentamientos
Desde comienzos de la época paleolítica la tierra que se conoció como Asiria ha estado habitada. Este hecho ha sido confirmado por el descubrimiento de dos cráneos de personas adultas neandertalenses en una cueva en el borde noreste de la región. Sin embargo, la vida agrícola sedentaria no comenzó en esta zona hasta cerca del 6500 a.C. Aunque se desconoce la composición étnica de las primeras comunidades agrícolas de Asiria, los primeros habitantes pueden haber pertenecido a un pueblo conocido posteriormente como subarios, quienes hablaban una lengua aglutinante en lugar de una flexional. Probablemente en el III milenio a.C., nómadas semíticos conquistaron la región y convirtieron su lengua flexional, muy próxima al babilonio, en el idioma dominante de la región. La escritura asiria era una versión ligeramente modificada de la cuneiforme babilónica. 
A comienzos del VII milenio a.C., los granjeros de Asiria cultivaban trigo y cebada y poseían ganado vacuno, ovejas, cabras y cerdos. Construían sus casas de arcilla compacta (algunas de ellas tenían cuatro habitaciones), utilizaban hornos redondos para cocer harina molida y almacenaban grano en grandes tinajas recubiertas de betún. Este pueblo agrícola tejía prendas con la ayuda de husos con poleas; fabricaba cuchillos de obsidiana y sílex, piedra similar al pedernal, y utilizaba formones, objetos fabricados de piedra, azuelas y azadones. Su cerámica era notable; en su mayoría realizada con arcilla hábilmente cocida y pintada con atractivos motivos. La obsidiana y otras piedras duras fueron convertidas en vasos, cuentas, amuletos y sellos. Modelaron en arcilla figuras femeninas para fines religiosos. Los muertos, que solían ser enterrados en posición flexionada con las rodillas dobladas hacia el pecho, eran sepultados entre las casas en lugar de en cementerios.

Cultura y costumbres
La cultura asiria se asemejaba a la babilónica en muchos aspectos. Exceptuando los anales reales, por ejemplo, la literatura asiria era prácticamente idéntica a la babilónica, y los reyes asirios más cultos, especialmente Assurbanipal, alardeaban de almacenar en sus bibliotecas copias de documentos literarios babilónicos. La vida social o familiar, las costumbres matrimoniales y las leyes de propiedad eran muy parecidas a las de Babilonia. Las tres colecciones asirias de documentos de la corte y legales que se han encontrado son muy similares a la legislación sumeria y babilónica; sin embargo, los castigos establecidos para los infractores de la legislación asiria eran habitualmente más brutales y bárbaros. Las prácticas y creencias religiosas asirias eran prácticamente idénticas a las de Babilonia, incluso, el dios nacional asirio, Assur, fue sustituido por el dios babilonio Marduk. La principal contribución cultural de los asirios se desarrolló en el campo del arte y de la arquitectura.
Asurbanipal, transmisor de la cultura mesopotámica: Además de expandirse hasta Egipto, Elam y Asia Menor, Asurbanipal (representado en un banquete en una estela hallada en Nínive) protegió las artes y las ciencias y reunió una biblioteca de miles de tablillas, en la que se recogía todo el acervo cultural mesopotámico desde la época sumeria.
En el III milenio a.C., Asiria, como la mayor parte de Oriente Próximo, estuvo bajo la influencia de la civilización sumeria en el sur. Un templo de este periodo, excavado en la ciudad de Assur, contiene estatuas de estilo y apariencia similares a las encontradas en los templos de Sumer. Hacia el 2300 a.C., Asiria formó parte del imperio de Sumer y Acad. Tras el colapso de ese imperio hacia el 2000 a.C., los amoritas, pueblo semítico nómada del desierto de Arabia, se infiltraron y conquistaron gran parte de Mesopotamia, incluida Asiria. Hacia el 1850 a.C. mercaderes asirios colonizaron partes del área central de Anatolia (Asia Menor), donde desarrollaron un floreciente comercio de cobre, plata, oro, estaño y productos textiles.
El pueblo asirio fue muy cruel, como podemos ver en los testimonios acerca de sus castigos: decapitaciones, desagregaciones, desorejaciones, meter astillas en las uñas y prenderles fuego,…

Expansión y dependencia
Hacia el 1810 a.C. un rey asirio, Samsi-Adat I (el 1813-1780 a.C.), consiguió extender el territorio asirio desde los montes Zagros hasta el mar Mediterráneo. Samsi-Adat I puede haber sido el primer gobernante en establecer un imperio centralizado en el antiguo Oriente Próximo. Dividió su reino en distritos al frente de los cuales colocó a administradores y consejos especialmente nombrados, estableció un sistema de correos y realizó con regularidad un censo de la población. Sin embargo, el primer imperio asirio no duró mucho tiempo; el hijo de Samsi-Adat, Isme-Dagan I (1780-1760 a.C.), fue derrotado hacia el 1760 a.C. por el rey babilonio Hammurabi, y Asiria comenzó a formar parte del imperio babilónico.
El imperio babilónico también fue efímero. Los casitas, pueblo no semítico, invadieron Babilonia en el siglo XVI a.C. y se hicieron con el poder político. Otro pueblo no semítico de las montañas, los hurritas, ocupó la mayor parte del norte de Mesopotamia, llegando incluso a Palestina en el oeste. Poco después de los hurritas, y hasta cierto punto entremezclado con éstos, llegó un pueblo indoeuropeo cuyo nombre se desconoce. Como resultado de estas migraciones, el siglo XVI a.C. se presenta sumido en la confusión en la historia mesopotámica.
Hacia el 1500 a.C. Asiria se hizo dependiente de Mitanni, un reino de proporciones imperiales que extendió su influencia por todo el norte de Mesopotamia. Asiria continuó bajo su control hasta comienzos del siglo XIV, cuando el reino de Mitanni sufrió una grave derrota a manos del naciente imperio de los hititas en el norte. Aprovechándose de la posterior confusión, el rey asirio Assur-Uballit I (1364-1328 a.C.) liberó Asiria del reino de Mitanni e incluso anexionó algunos de sus territorios.


Assur-Uballit I fue sucedido por una serie de gobernantes enérgicos, principalmente Adat-Nirari I (1306-1274 a.C.), Salmanasar I (1274-1244 a.C.), y Tukulti-Ninurta I (1244-1207 a.C.). Tuvieron éxito al ampliar aún más las fronteras de Asiria y al mantener a raya a sus fuertes vecinos: urarteos, hititas, babilonios y lullubis.

Surgimiento de un imperio en guerra
Hacia el 1200 a.C., una nueva ola de migraciones cambió profundamente la composición de Asia occidental. Desde la península Balcánica, con toda probabilidad, llegó un conglomerado de pueblos, conocidos como pueblos del mar, que acabaron con el imperio hitita en Anatolia y se introdujeron en Siria y Palestina. Un pueblo indoeuropeo denominado mushki, que se asentó al este de Anatolia, se convirtió en una amenaza constante para Asiria en el noroeste. Al oeste de Asiria, un grupo semítico nómada, los arameos, también estaba en movimiento. Asiria resistió ferozmente, y en su mayor parte con éxito, a las presiones y ataques de sus nuevos vecinos. Durante su amarga lucha por la existencia, desarrolló una máquina militar proverbial por su crueldad y que se convirtió en el azote y terror de todo Oriente Próximo.

Al principio, las campañas adoptaron la forma de escaramuzas a la búsqueda de botín y tributo. Tukulti-Apil-Esharra (Tiglat-Pilíser) I (1115-1076 a.C.), por ejemplo, defendió las fronteras asirias contra arameos y mushkis, y realizó incursiones por el norte, hasta el lago Van, en Urartu (actualmente al noreste de Turquía), y por el oeste, hasta Palmira (Turquía). En la mayoría de los casos, los pueblos amenazados huían al conocer que se aproximaban sus ejércitos, y aquéllos que se quedaban eran masacrados o llevados a Asiria. Los pueblos y ciudades eran saqueados y arrasados, pero no se hizo ningún intento de anexionar estos territorios.
Gradualmente, este modelo de conquista varió, los gobernantes asirios comenzaron a convertir Asiria en el centro de un nuevo imperio, incorporando las tierras conquistadas a sus dominios, aunque probablemente sin seguir un plan consciente. Hacia finales del siglo X a.C., por ejemplo, Adat-Nirari II anexionó el estado arameo cuyo centro era Nisibis, al este del río Habur. Su hijo, Tukulti-Ninurta II, anexionó varios estados arameos alrededor de la ciudad de Harran y el valle central del Éufrates, así como la región entre el gran río Zab y el pequeño río Zab.

Extensión del dominio asirio
Assurnasirpal II, hijo de Tukulti-Ninurta II, gobernó desde el 884 al 859 a.C. y extendió el dominio asirio al norte y al este. Sus terribles y brutales campañas devastaron las tierras de las fronteras de su imperio, aunque fue suficientemente prudente para no atacar a los vecinos fuertes, Urartu al norte, Babilonia al sur, y Aram al oeste. En una campaña llegó hasta el mar Mediterráneo. A su regreso construyó la ciudad de Calach, a la que convirtió en su capital, en lugar de Assur, la antigua capital. En las ruinas de Calach se han encontrado numerosos monumentos con inscripciones de Assurnasirpal, convirtiéndole en uno de los gobernantes mejor documentados del antiguo Oriente Próximo.
Salmanasar III (859-824 a.C.), hijo de Assurnasirpal, realizó 32 campañas durante los 35 años que duró su reinado. Muchas de estas campañas se dirigieron contra las tierras al oeste del Éufrates, concretamente contra el poderoso reino de Aram. Aunque tuvo algunos éxitos e incluso recibió un considerable tributo de los aliados de Aram, incluido Israel, fracasó en conquistar el propio Aram. Dos de sus monumentos, actualmente en el Museo Británico, son particularmente notables: el Obelisco Negro, en el que se representa a Jehú, rey de Israel, besando el pie de Salmanasar, y las placas de bronce batido conocidas como las Puertas de Balawat.

Imperio mundial
A finales del gobierno de Salmanasar se inicia una revuelta en la corte asiria, a la que siguen varios años de guerra civil. Asiria cae en la oscuridad y su poder se reduce. Sin embargo, a mediados del siglo VIII a.C., la prosperidad resurge con la subida al trono de Tukulti-Apil-Esharra (Tiglat-Pilíser) III (745-727 a.C.), quien comenzó vigorosamente a convertir a Asiria en un imperio mundial. Empezó reafirmando la autoridad del trono y reduciendo el poder de los nobles problemáticos de la corte. Fundó un ejército permanente, compuesto principalmente por tropas extranjeras, y proyectó sus campañas con el objetivo de anexionar el territorio enemigo. Los pueblos que conquistó fueron deportados y situados dentro del dominio de Asiria para romper su conciencia y cohesión nacionales. Liberó a Asiria de la presión de las tribus arameas que amenazaban el valle del Tigris central, expulsó a los urarteos de Siria, anexionó los estados arameos de Arpad y Damasco, sojuzgó las ciudades de Palestina y se convirtió en el gobernante de Babilonia.
Sargón II (722-705 a.C.), que siguió en el trono al inmediato sucesor de Tukulti-Apil, Salmanasar V (727-722 a.C.), extendió la dominación asiria en todas direcciones, desde el sur de Anatolia al golfo Pérsico. Al inicio de su reinado deportó a la población de Israel, que Salmanasar V había conquistado poco antes de su muerte. Durante su reinado, Sargón dirigió campañas contra Urartu y los medas, anexionó numerosos estados de Siria y el sur de Anatolia, y derrotó a los arameos en el valle del Tigris central y a los caldeos en el valle del Éufrates inferior. Para asegurar un control eficaz de su gran imperio, que se extendía desde la frontera de Egipto hasta los montes Zagros y desde los montes Taurus al golfo Pérsico, Sargón lo dividió en 70 provincias aproximadamente, cada una dirigida por un gobernador que era responsable directo ante el rey. En su capital, Calach, creó una organización administrativa central y delegó algo de su poder en su hijo Senaquerib (705-681 a.C.). Al final de su reinado, Sargón construyó una nueva ciudad, Dur Sharrukin, al norte de Nínive, erigió su palacio junto a la muralla de la ciudad y lo adornó con impresionantes bajorrelieves. También creó en Nínive una biblioteca. El comercio y la agricultura se fomentaron en todo el imperio.

Decadencia
Bajo Sargón II, el Imperio Asirio fue más fuerte y extenso de lo que había sido jamás. Los pueblos estaban muy unidos en cuanto a lengua, religión y cultura. Parecía muy razonable pensar que duraría siglos. Sin embargo, los sucesores de Sargón establecieron como objetivos principales la conquista de Egipto y Elam y la completa subyugación de Babilonia. Para asegurar su victoria sobre estas lejanas tierras, los asirios retiraron algunas de sus fuerzas de las regiones fronterizas del norte y del noreste. En estas regiones norteñas, los medas y dos nuevos grupos de pueblos nómadas, cimerios y escitas, pudieron por tanto fortalecerse.
Senaquerib mantuvo las tierras conquistadas por su padre e incluso amenazó la frontera egipcia. Trasladó la capital de Dur Sharrukin a Nínive, donde construyó su palacio. Fue el primer gobernante asirio que utilizó la marina, con la que en el 694 a.C. persiguió a los rebeldes caldeos y les derrotó. En el 689 a.C., cuando Babilonia cooperaba con los caldeos contra Asiria, Senaquerib lanzó una serie de fieros ataques contra ambos estados, que culminaron en la captura y saqueo incluso de Babilonia, a pesar de su tradicional categoría de ciudad sagrada. El hijo de Senaquerib, Asaradón (681-669 a.C.), más predispuesto hacia Babilonia, ayudó a reconstruirla. Su principal éxito militar consistió en cruzar hasta Egipto y tomar Menfis, su capital. Su hijo, Assurbanipal, continuó controlando Egipto y penetrando al sur hasta Tebas. También saqueó Susa (actualmente Shush, Irán), capital de los elamitas. Aparte de su fama como conquistador, Assurbanipal destaca por la gran biblioteca que creó en su palacio de Nínive.

Fin del imperio
A la muerte de Assurbanipal, en el 627 a.C. siguió una revolución en la corte. Sobre los acontecimientos de Asiria después de esa fecha se sabe poco. Los medas tomaron la ciudad de Assur en el 614 a.C., y, con ayuda babilonia, capturaron Nínive en el 612. El ejército asirio, dirigido por el último rey asirio, Assur-Uballit II (612-609 a.C.), se replegó a Harran, a cierta distancia al noroeste de la capital asiria. Esta derrota supuso el final del Imperio Asirio.
A través de su historia, el poder de Asiria dependió prácticamente por completo de su potencia militar. La fuerza principal del ejército estaba compuesta por infantería ligera y pesada. Estaba equipada con picas, arcos y espadas cortas, aunque únicamente la infantería pesada iba protegida con armadura. La caballería estaba equipada de modo similar y montaba sin silla. Los carros pesados iban conducidos por tres hombres, y se utilizaban torres de asedio y arietes para atacar y romper murallas y fortificaciones.
El rey era comandante en jefe del ejército y normalmente dirigía sus campañas. Aunque en teoría era monarca absoluto, en realidad los nobles y cortesanos que le rodeaban, así como los gobernadores que nombraba para administrar las tierras conquistadas, adoptaban frecuentemente decisiones en su nombre. Las ambiciones e intrigas de éstos fueron una amenaza constante para la vida del gobernante asirio. Las revueltas y revoluciones de palacio eran habituales, especialmente hacia el final de los reinados, cuando la elección de un sucesor se convertía en un asunto crucial. Esta debilidad central en la organización y administración del imperio asirio fue en gran medida responsable de su desintegración y colapso.


Desde el 2.003 hasta el 612 existió el estado asirio. Primero fue como reino combatiente, luego estuvo sometido a Babilonia, también fue enemigo de Mitanni y de los hurritas, así como aliado de Egipto.

Eran tan autosuficientes que su país era, para ellos, “El País” (matum), como uno solo y único. En el 612, cuando desaparece Asiria, se dice que también finalizó la historia antigua de Oriente Próximo.



Las dinastías asirias, por orden cronológico, son:
  • Etapa preparatoria    
     
    Dinastía de los Waklu> Vivían en tiendas.
  • Dinastía genealógica> Se suceden de padres a hijos.      
  • Dinastía del Imperio Antiguo> Shanishi-Adad I/Shamshi-Adad I funda el Imperio Antiguo Asirio. Su problema fue que cuando es anciano le derrota Hammurabi de Babilonia.
  • Imperio Medio> Etapa de transición.
  • Imperio Nuevo> Dinastía de origen caldeo (una rama del arameo). Destacan aquí varios, como Salmanasar III (suyo es el Obelisco Negro), Sargón II, Assurbanipal,… 
El pueblo asirio es de procedencia amorrea (semitas que han venido de Occidente). Con ellos se produce una gran expansión comercial, y entre otras cosas destaca que tenían muchas colonias en el exterior de Asiria, especialmente en el occidente de Turquía (la Capadocia). Suelen ser pequeñas colonias dependientes de una grande, siendo el mejor ejemplo el de Kanesh. 
El origen de los asirios viene dado por la unión de dos pueblos, los hititas y los nesitas, siendo estos últimos los nativos de la región donde se asientan.

Los archivos comerciales de Kanesh
Kanes, Kanesh o Kârum Kanesh en Asirio, que significaba "la colonia mercantil de Kanes".  El nombre Kârum Kanesh se refiere a una porción de la ciudad, que fue reservada para los comerciantes asirios, quienes podían no pagar impuestos por su comercio, mientras la mercancía permaneciera dentro del puerto (kârum, en acadio, la lengua franca de la época; el término kârum fue extendido a cualquier centro comercial aunque no fuera un puerto).
Su karum venía a ser una espe­cie de «cámara de comercio» que, a través de sus autoridades, cuidaba de regular los precios, liquidar las deudas y concertar los transportes. Las mercancías exportadas de Asi­ría incluían telas y manufacturas de calidades muy diferen­tes, algunas de ellas de alto precio. La plata se utilizaba sólo como moneda. Las mercancías eran transportadas en carava­nas por los entonces famosos asnos «negros» de Capadocia. Estas caravanas eran mandadas u organizadas por hombres llamados agentes de transportes. Con frecuencia iban acom­pañados por emisarios oficiales, encargados del transporte del «correo real». Sabemos algo de Ia ruta adoptada, que pasaba por Sinjar al nudo de comunicaciones de Ia ciudad de Harran, seguía luego Ia «ruta real» de tiempos posterio­res y, cruzando el Eufrates en Birejik, subía a Ia meseta por Marash y Elbistán. 
En su suburbio situado al pie del cerro de Kanesh, los mercaderes parecen haber vivido en excelentes relaciones con sus vecinos anatolios, con los cuales establecían fre­cuentes vínculos matrimoniales. Toda consignación de mer­cancías, antes de ser entregada en el kurum, debía pasar por el «palacio» del soberano indígena de Ia ciudad ana­tolia de Ia cima, el cual tenía opción de compra y, ade­más, percibía tributos. Pero ello se hacía de manera equi­tativa y ordenada, y los «colonos» podían vivir sin ser molestados, de acuerdo con sus propias costumbres, como ha podido comprobarse por las excavaciones efectuadas en el karum. Contrariamente a sus vecinos anatolios, por ejem­plo, los asirios enterraban a sus muertos bajo el suelo de sus casas, sepulturas que han resultado, en general, verda­deras minas de obras de arte, sobre todo de tipo mesopotámico.
En cambio, las casas siguieron Ia vieja tradición anato­lia; construcciones de «semimadera» sobre cimientos de piedra  Ciertas habitaciones de Ia planta baja eran utilizadas para almacenar tablillas, y a veces todo el archivo comercial de una familia se ha recuperado íntegra­mente extrayéndolo de entre las ruinas de una sola casa. Cuando estas tablillas se encontraban in situ, solían apa­recer primorosamente apiladas en estanterías de madera o guardadas en vasijas de arcilla, y sus envolturas de este mismo material se hallaban frecuentemente intactas, marcadas con el sello del traficante estampado en ellas.
Otros aposentos de Ia planta baja eran cocinas o dependencias domésticas, y en ellas estaba cuidadosamente dispuesta a  hermosa cerámica de aquel período de Ia Anatolia central    el policromado de Ia cerámica pintada de Capadocia, en los estadios más primitivos, y las formas maravillosa mente modeladas, de las vasijas barnizadas en rojo o crema  de los períodos posteriores, junto con otras de fantásticos dibujos con derivaciones en figura de aves u otros animales  peculiares, al parecer, del lugar.
Kanesh, en el 1.900, era la urbe más importante de Anatolia. Allí se encontraron hasta 21.500 tablillas. La ciudad está situada en la colina de Kultepé. Los arqueólogos usan tres nombres para designar a esta urbe: Kanesh, Kultepé y Nesa.
Aquí se vio lo que era una colonia asiria, una karum (que significa “muelle”, porque los mercados estaban a las orillas de los ríos y eran al mismo tiempo muelles; la cosa se prolongó y se acabó utilizando para referirse a “colonia”).
De las 21.500 tablillas, escritas en asirio arcaico, tenemos en cuanto al contenido una gran variedad: cartas, pagarés, recibos de adquisición de productos, pleitos (entre hititas y nativos…), matrimonio mixtos (asirios y nesitas…); fundamentalmente, son textos económicos. 
El estudio de las tablillas es útil para ver los idiomas que se usaban antes en esa región; de hecho, antes de los hititas allí vivían los palaítas y los luwitas.
En relación con esto, existe una tesis doctoral sobre el karum de Kanesh.
Los dioses suelen tener una función simbólica en las tablillas, tienen relevancia en los documentos. Son divinidades mesopotámicas; Isthar, Assur,…
En los pleitos entre nativos se usaba el derecho local,  y entre los asirios el asirio.
En su momento, el karum de Kanesh vio la necesidad de crear otros karum, concretamente nueve, a lo que hay que sumar unas diez factorías menores.
En el mercado de Kanesh (que ocupaba 50 hectáreas) se comerciaba con carne, obsidiana y tejidos, entre otros.
En una de las excavaciones realizadas en esta ciudad, se la localizado en la parte alta el posible palacio. El corte que se hizo en la excavación de Kanesh dio cuatro estratos, siendo el cuarto el que presenta restos de un incendio.
Cabe destacar que las mansiones no tenían ventanas porque también se usaban como almacenes, con lo que convenía que el interior estuviera fresco.
Hrozny descifró el hitita, que se escribía de varias maneras (jeroglíficos,…). Se dio cuenta además de que era un idioma indoeuropeo.

Algunos de los reyes principales de Kanesh fueron Zipani (destaca su palacio), Anitta y Pitkhana.
Después del incendio, el karum se reconstruyó, para ser abandonado en torno al 1.600. Después de eso, Kanesh pasa a ser una provincia de los hititas. Al final, serán los romanos quienes acaben destruyendo la ciudad.
Las tablillas nos dan información de tipo económico, jurídico y político:

  • Kanesh era el karum principal; los karum menores eran llamados wabartum.
  • Algunas tablillas reciben el nombre de nahum (“estela”). Son de tipo jurídico.
  • Rabisu: Era un delegado que comunicaba las decisiones de la Asamblea de los mercaderes ancianos del karum.
  • Dicha Asamblea se llamaba Tahtamum.
  • Los wabartum también tenían derecho a opinar, y por ello enviaban nibum (“portavoces”) a Kanesh a que dieran su opinión.
  • Las tablillas se almacenaban en las casas de los comerciantes, y donde más había era en el bit-karum (“Casa de las tablillas oficiales del Karim”).
  • Eshartum:  El embajador, por así decirlo, que trataba con los nesitas.
Los asirios, desde el comienzo de su historia, se interesaron por el comercio (cobre de Chipre,…). 
Gracias a la biblioteca de Assurbanipal, en Nínive, se conocen todos los reyes. De hecho, los asirios se preocuparon por dejar los nombres de sus soberanos y algunos detalles de su gobierno (una especie de crónica); sobre la ordenación anual, sabemos que cada año llevaba el nombre de un funcionario, el limu. 
El listado de reyes nos ha llegado en forma de nueve crónicas que han permitido establecer un orden aproximado a la realidad: 
  1. Crónica eponímica: Del siglo XVIII, encontrada en Mari. Se data de cuando Shamshi-Adad I conquistó dicha ciudad. En el documento aparecen los reyes anteriores a Shamshi-Adad.
  2. Crónica eponímica (la segunda): Aparecen los gobernantes a partir de Salmanasar III.
  3. Crónica sincrónica: Es coetánea con la anterior y está escrito en babilonio. Habla de las relaciones del Imperio Antiguo con reyes babilonios. Se fecha en tiempos de Assur-Nirari II.
  4. Crónica de Enlil-Nirari: Trata sobre el reinado de este monarca, además del anterior y el sucesor.
  5. Crónica de Erik-den-ili: Recoge datos históricos.
  6. Crónica de Tukulti-Ninurta I: Coincide con la primera oleada del pueblo arameo. También aparecen luchas con Babilonia.
  7. Crónica de Tiglah-pileser II: Enfrentamiento con Babilonia.
  8. Crónica de Assur-resh-ishi II: Lo mismo de arriba.
  9. Crónica real asiria: Va desde Shamshi-Adad I hasta los arameos. Es la más completa. 

Dinastía de los Waklu 
Reyes que vivían en tiendas de campaña
·       Tudia (c. 2150 a. C.)
·       Adamu
·       Yangi
·       Kitlamu
·       Kharkharu
·       Mandaru
·       Imsu
·       Kharsu
·       Didanu
·       Khanu
·       Zuabu
·       Nuabu, hijo de Zuabu
·       Abazu, virrey de Manishtusu de Acad, hijo de Nuabu
·       Belu o Tillu, hijo de Abazu
·       Asarah o Azarakh, hijo de Belu
·       Ushpia (c. 2020 a. C.)
·       Apiashal

Tudia o Tudiya es, según la Crónica real asiria, el primero de los reyes que habitaban en tiendas corti (2150 a. C.). Es decir, es el primer rey de Asiria según la tradición.
Se ignoran todos sus hechos, y no es aceptado por la historiografía moderna. Hay que considerarlo, por lo tanto, como un personaje totalmente legendario. Según la crónica, le sucedió el rey Adamu.

Ishiakum: “Vicarios del dios Assur” (así se hacían llamar). Son los reyes waklu, anteriores a Shamshi-Adad I; en total son 17, y de ellos se conocen sólo los nombres. El primero de ellos fue Tudiya, quien parece ser que con la llegada de los qutu, trataría de unificar a los pueblos emigrantes situados en Assur.

Ushpiya: Se le atribuye la creación del primer templo a Assur en Assur.
En este punto, la lista real menciona a una serie de reyes de Assur en orden cronológico inverso (aunque aquí se ordenaron cronológicamente), tendentes a enlazar al padre de Shamshi-Adad I con la vieja dinastía de Assur, para legitimar su ascenso al trono. Nunca reinaron en Assur.

Dinastía Genealógica
Los siete primeros de la lista eran descendientes directos, es decir, padres e hijos que se sucedían por herencia. El séptimo, Ila-kabkabu, era el príncipe de Terqa y padre de Shamshi-Adad I.
Los siguientes seis soberanos debieron tener periodos muy breves de gobierno, hasta que en el 1.915, otro rey que aparece en la lista, Ilushuma, sube al poder por medio de una razzia; entre otras cosas, este monarca construyó un templo a Ishtar (famosa en la religión asiria por sus orgías).

Dinastía Genealógica
Hale  o Khale hijo de Apiashal
Samanu hijo de Hale
Khajanu hijo de Samani
Ilu-Mer  hijo de Khajanu
Yakmesi  o Jakmesi  hijo de Ilu-Mer
Yakmeni  o Jakmen hijo de Yakmesi
Yazkur-el    o Jazkur-ilu  hijo-el de Yakmeni
Ila-kabkaba  o Ila-kabkabu  hijo de Yazkur-el
Aminu  hijo de Ila-kabkaba
Sulili  hijo de Amini
Kikkia
Akiya

Puzur-Ashur I ca.1975 BC ca.1975 a.C

Shallim-ahhe Shallim-
Ilushuma 
Erishum I 1939-1900 a. C.
Ikunum
Sargon I
Puzur-Ashur II
Naram-Sin 1830 - [[1815 a. C.
Erishum II 1815-1809 a. C. 

Ila-Kabkabi o Ila-Kabkabu, príncipe amorreo (hacia 1830 a. C.).
Gobernador de Terqa, era hijo de Yazkur-ilu. Poderoso personaje, pactó con Yaggid-Lim de Mari, aunque luego traicionó su palabra y le atacó. El nuevo rey de Mari, Yakhdun-Lin, consiguió expulsarle de Terqa.
Este personaje está incluido en la Crónica real asiria como monarca, aunque nunca reinó sobre el país de Assur. El motivo es que su hijo, Shamshi-Adad I, consiguió acceder al poder en Asiria derrocando a la dinastía autóctona que había fundado Puzur-Assur I. El nuevo soberano intentó legitimar su linaje insertándolo en la lista de los verdaderos monarcas asirios.
A la muerte de Ila-Kabkabi le sucedió su hijo Aminum, del que no se sabe nada. A éste le sucedió el ya mencionado Shamshiadad.

Aminum, rey de Assur. Consta en las listas reales como hijo y sucesor de Ila-Kabkabi.
Aunque algunos historiadores piensan que sería el padre de Sulili (por la identificación de un ancestro de nombre Enlil-Kapkapi o Bel-kap-kapu con Ila-Kabkabu, que parece poco probable), las posibles fechas cronológicas lo harían incompatible. Sulili debería ser muy anterior. Un sello del museo del Louvre contiene la inscripción de que pertenecía a un siervo de Aminum. El nombre también se menciona en una carta de Mari.
Aminum sería hermano de Shamshiadad I, aunque este parentesco es discutido.

Sulili (o Sulilu), rey de Asiria, es considerado el fundador de la realeza. Sulili debería haber empezado a reinar durante el período de Ibbi-Sin (último rey de Sumeria y Acad, de la III dinastía de Ur) cuando el poder de la dinastía de Ur declinaba rápidamente y habría aprovechado para independizarse. No obstante las listas reales mencionan 26 reyes anteriores, 16 nómadas viviendo en tiendas y 10 reyes más de los que no se conocen sus antepasados. Como la lista de reyes no declara ningún parentesco entre los 15 primeros reyes, se ha pensado que quizá eran los jefes tribales de cuya unión nació Asiria, y que el decimosexto rey, Ushpia, fundador del templo de Assur, puso fin a la vida nómada e inició una continuidad dinástica hacia el final del siglo XXII o en el siglo XXI a.C. Desde Ushpia los reyes se suceden de padre a hijo, por diez generaciones (esto daría unos 200 años) hasta llegar al undécimo, Sulili que es el primero de una serie de seis reyes, cuyo nombre estaría grabado en ladrillo, pero no consta el nombre de su padre como en los diez precedentes. Pero como Assur como ciudad y el culto a Ashur existían ya antes del reinado de Sargon I (como consta en algunos textos de unos 200 años antes), Ushpia debió fundar Assur entre el 2500 a.C y el 2000 a.C; la arqueología demuestra que Assur existía hacia esa fecha. Se sabe que la lista de reyes no incluye los períodos de dominación extranjera porque Zarikum, que se califica de gobernador (sakkanakkum) de Assur por cuenta del rey Amar-Sin de Ur, no figura en las listas reales.
Sulili aparece en una inscripción posterior (según la costumbre asiria de relacionar antepasados) como sucesor de Enlil-Kapkapi o Bel-kap-kapu (Bel-kapkapi o Belkabi) que al ser un personaje desconocido se ha supuesto que sería el mismo rey mencionado con el número 25 en la lista de reyes, con el nombre de Ila-Kabkabi, y como el sucesor de este fue su hijo Aminum, se podría suponer que Sulili fue hijo de Aminum, pero podría ser una suposición errónea: Ila-Kabkabi fue el supuesto padre de Shamsiadad de Ekallatum y de Aminu de Assur, pero esta separación no se estableció antes del siglo XIX a.C. Así si Sulili sucedió a Aminu, tuvo que ser contemporáneo de Shamsiadad, gobernante de Ekallatum, y esto daría una datación para su reino de hacia 1900-1800 a.C.
El hecho de que su sucesor Kikkia hubiera construido la muralla de Assur se interpreta como que Sulili fue el último soberano que fue dependiente de la dinastía III de Ur, al menos en buena parte de su reinado, y su sucesor marcó la independencia con la construcción de la muralla. La III dinastía de Ur duró en la cronología corta del 2055 al 1940 a.C y en la media del 2119 al 2003 a.C dataciones que permiten varias combinaciones, pero su reinado se situaría según las diversas cronologías entre desde el 2020 ac (cronología larga) , 1960 a.C (cronología media) y 1920 a.C (cronología corta), pero Ila-Kabkabi gobernaba más o menos entre hacia el 1900 a.C (cronología larga), 1850 a.C (en la cronología media) o 1800 a.C (en la corta), y por tanto no podía ser abuelo de Sulili en ningún caso. Se podría suponer pues que Sulili fue contemporáneo de uno de los ancestros conocidos de Ila-Kabkabi y descendiente efectivamente de este desconocido Bel-kap-kapu (Bel-kapkapi o Belkabi). Había pues dos dinastía gobernando en Asiria, no necesariamente en Assur, pues como se sabe Shamshiadad I no gobernaba esta ciudad como centro de su imperio. Que Sulili fuera un sakkanakkum por cuenta de Ur que conservó el poder, es una teoría más, según la cual el país de Assur o Asiria estaría dominado por una unión de tribus amorrita de las que Ushpia fue cabeza y que fundó el templo en la ciudad ya existente, mientras que Sulili representaba el poder extranjero ocupante que en un momento dado pierde los vínculos con la dinastía de Ur y queda independiente. Así durante unos doscientos años coexisten un poder político-militar y un poder tribal-religioso.

Kikkia (o Kikkiya), rey de Assur en época incierta pero próxima al 1900 a.C.
Es mencionado en dos inscripciones: la primera del rey Assur-rim-nisheshu (1409-1401 a. C.) y la segunda de Salmanasar III (858-824 a.C), que dice que Kikkia fue el primer constructor conocido de las murallas que él ahora arregla, y en un texto separado especifica que se trata de la muralla de la ciudad de Assur, circunstancia que es confirmada también porque la inscripción estaba en una parte de esta muralla. La historia asiria y babilónica muestra que cuando se conquistaba una ciudad se destruía la muralla (incluso cuando la rendición era voluntaria) pero cuando se hacía independiente se reconstruía. Por lo tanto hay que pensar que Kikkia fue el primer gobernante independiente después de la dominación de la dinastía III de Ur.
Kikkia habría sido contemporáneo a la dinastía paralela de Ekallatum.

Akiya, rey de Assur en época incierta pero próxima al 2000 a. C., segundo sucesor de Sulili (que podría ser su abuelo) y sucesor de Kikkia (posiblemente su padre). De Sulili y de los cinco reyes siguientes se desconocen sus padres. Es imposible una datación de su reinado pero no debía ser muy lejana al año 2000 a. C.
Le sucedió Puzur-Ashur I, que probablemente estableció una nueva dinastía.

Puzur-Assur I, rey de Assur (hacia 2003 a. C.) y fundador de una dinastía que gobernó Asiria durante el período paleoasirio.
Extendió su influencia por los territorios de Subartu, Qutium y el norte de Acad. También construyó diversos templos en Assur y sus murallas.
Sólo es conocido por su lugar en la Lista asiria de reyes, y por las referencias en las inscripciones de sus descendientes, ya que no hay ninguna contemporánea. Sus predecesores inmediatos llevaban nombres hurritas, y la dinastía que él pudo haber fundado, duró hasta Erishum II, que fue derrocado por Shamshi-Adad I. El título de išši’ak aššur, (vice-regente de Assur) fue llevado por sus sucesores, en relación con el rango que, normalmente figura escrito en lengua sumeria, como PA.TE.SI, que quiere decir ensi o gobernador."
Fue sucedido por su hijo, Shalim-akhe.

Shalim-akhe o Shalim-akhum (hacia 1950 a. C.), fue un rey paleoasirio, hijo y sucesor de Puzur-Assur I, fundador de su dinastía.
Se halla incluido en la Crónica Real Asiria. El único dato histórico que conocemos de él, encontrado en un bloque de alabastro de las ruinas de la ciudad de Assur, es que dedicó un templo en dicha ciudad al dios Assur, del cual se auto titulaba ishshiaku. No tenemos otras noticias de este personaje.
Le sucedió su hijo Ilushuma.

Ilushuma, 32º rey de Assur (1915 a. C. - 1890 a. C.), durante el período paleoasirio.
Hijo y sucesor de Shalim-akhe y nieto de Puzur-Assur I el fundador de su dinastía. Realizó una expedición militar por el centro y sur de Mesopotamia. También fue un rey constructor (templo de Ishtar, murallas de Assur, trabajos de canalización). Fue el primero en intitularse ishshiaku (gobernador del dios Assur).
Fue sucedido en el trono por su hijo Erishum I.

Erishum I, rey (ishshiaku, regente) de Assur del período paleoasirio (1890 a. C. - 1851 a. C.).
Hijo y sucesor de Ilushuma. Las inscripciones mencionan trabajos de construcción en el templo de Assur durante su reinado. En su época se abolieron una serie de tasas y monopolios antiguos, favoreciendo de esta manera el enriquecimiento de las arcas del estado. Estableció el comercio con Capadocia, que posteriormente haría florecer el reino.
Le sucedió su hijo Ikunum.

Ikunum, 34º rey de Asiria (hacia 1850 a. C.), perteneciente al período paleoasirio.
Hijo y sucesor de Erishum I. Desconocemos la duración de su reinado debido a la rotura de la tablilla que contiene la Crónica real asiria. Mantuvo relaciones con el Asia Menor, sobre todo Capadocia. Construyó en Assur los templos de Adad y Ereshkigal, restauró las murallas de la ciudad y levantó diversas fortificaciones en su reino.
Le sucedió su hijo Sargón I de Asiria.

Sargón I fue un rey de Assur (hacia 1845 a. C.) del período paleoasirio.
Hijo y sucesor del rey Ikunum, según indica la Crónica real asiria y el propio cilindro-sello del monarca. Realizó trabajos de construcción en las murallas de Assur y en el templo de Ishtar de la misma ciudad. Mantuvo contactos con Capadocia, especialmente con la ciudad de Kanish.
Le sucedió su hijo Puzur-Assur II, tras un reinado de cinco años.
Este personaje no ha de ser confundido con su homónimo Sargón I de Akkad, cinco siglos anterior.

Puzur-Assur II, rey de Assur (hacia 1840 a. C.), que gobernó durante el período paleoasirio.
Hijo y sucesor de Sargón I. Mantuvo una importante relación comercial con diversos centros de Anatolia, entre ellos Kanish. Siguió con la construcción de las murallas de Assur y en la de diversos templos. Parece que su reinado fue una época de decadencia para Asiria.
Fue sucedido por su hijo Naram-Sin.

Naram-Sin, rey de Assur (1830 a. C. - 1815 a. C.), durante el período paleoasirio.
Hijo y sucesor de Puzur-Assur II. A veces ha sido identificado con otro Naram-Sin, hijo de Ipiq-Adad II, que reinó en la ciudad de Ešnunna, aunque diversos indicios aconsejan descartar esta teoría. Tampoco ha de ser confundido con el rey de Acad del mismo nombre. Según la Crónica real asiria, reinó entre 4 y 15 años. Le sucedió su hijo Erishum II.

Erishum II, rey de Assur del período paleoasirio (1818 a. C. - 1813 a. C.)
Hijo y sucesor del rey Naram-Sin. Fue el último rey de la dinastía fundada por Puzur-Assur I. Le destronó el amorreo Shamshi-Adad I. No conocemos otros datos de su reinado.

Shamshi-Adad I y su importancia
Shamshi-Adad fue rey de Asiria entre 1813 y 1781 a. C.
Shamshi-Adad gracias los escritos hallados en Mari, se puede reconstruir su biografía. Su padre, el caudillo amorrita Ila-kabkabi, controlaba un territorio situado entre los reinos de Mari y Eshnunna, acabó siendo expulsado por estos refugiándose en Babilonia. Según la crónica de los epónimos encontramos a su hermano mayor Aminum (el mismo Aminum que aparece en la lista real asiria como antecesor dinástico de Shamshi-Adad) luchando con Naram-Sin, rey de Eshnunna, probablemente con el apoyo de Babilonia. Tras la muerte de Naram-Sin le suceden sus hijos repartiéndose el reino del padre. 
Es el rey más importante del Imperio Antiguo sirio. Se conserva mucha información sobre él. Por ejemplo, tuvo dos hijos, y mientras a uno le dio el Imperio, el otro obtuvo el gobierno de Mari. Sobre el segundo, sabemos que era muy indeciso y por tuvo mucha correspondencia con su padre y su hermano (preguntaba por cada acción que debía realizar).


Asiria para Erishum II y Eshnunna para Dadusha. Mientras tanto Shamshi-Adad se ha apoderado de la ciudad de Ekallatum, situada un poco más al norte de Assur la cual utiliza como base para enfrentarse a los dos hermanos. Al cabo de poco arrebata el trono de Assur a Erishum II y desplaza la frontera con Eshnunna al sur.
Shamshi-Adad hijo de Ila-kabkabi, en el tiempo de Naram-Sin se marcho a Babilonia. En el eponimato de Ibni-Adad shamshi-Adad volvió de Babilonia, tomo Ekallatum y permaneció tres años en Ekallatum. En el eponimato de Atamar-Ishtar Shamshi-Adad vino de Ekallatum, derrotó a Erishum hijo de Naram-Sin, subió al trono y reino durante 33 años. (fragmento de la lista real asiria).
Para legitimar la usurpación del trono de Assur, incluye a sus antepasados en la secuencia dinástica de la lista real asiria. Tras instalar a su hijo Ishme-Dagan como regente de Asiria, se instala en Shubat-Enlil (la actual Tell-leilan), en la zona alta del río Khabur desde donde puede controlar las comunicaciones entre Asiria y la Alta Mesopotamia. 
Continúa su expansión con la conquista de Mari de la que expulsa a Yakhdum-Lim que debe huir al reino de Yamkhad. Desde allí realiza una marcha ceremonial al Mediterráneo para celebrar su victoria. Luego deja como regente a su hijo Yasmakh-Addu.
En el reinado de Shamshi-Adad, Asiria es una zona secundaria de su reino. Shamshi-Adad imita el modelo acadio de Sargón I y se declara "rey de Akkad" y traslada a asiria influencias babilónicas.
Los últimos años del reinado de Shamshi-Adad están marcados por los ataques a su reino tanto desde el este como del oeste. En el oeste, el matrimonio de su hijo Yasmakh-Addu con la hija del rey de Qatna, rival de Yamkhad, provocó el inicio de hostilidades entre ambos reinos. Al este el nuevo rey de Eshnunna, Ibal-pi-El, intenta expandirse a costa del reino de Shamshi-Adad hasta que finalmente llegan a un acuerdo de paz y alianza. Shamshi-Adad se volvió de nuevo contra Yamkhad pero sus esfuerzos terminan en desastre. Al poco, sin que sepamos cómo, desapareció.
El imperio que había construido no sobrevivió a su desaparición. Su hijo Yasmakh-Addu perdió Mari a manos de Zimri-lim, hijo de Yakhdum-Lim, casado con la hija del rey de Yamkhad. Su hijo Ishme-Dagan quedó confinado al territorio original de Asiria, el triángulo formado por los ríos Gran Zab y pequeño Zab.

Šamši-Adad o Shamshi-Adad fue rey de Asiria entre 1813 y 1781 a. C.
Podemos reconstruir en parte la biografía de Šamši-Adad gracias los escritos hallados en Mari, a la lista real asiria y a la crónica de los epónimos. Su padre, el caudillo amorrita Ila-Kabkabi, ​ controlaba un territorio situado entre los reinos de Mari y Ešnunna, acabó siendo expulsado por estos refugiándose en Babilonia. Según la crónica de los epónimos encontramos a su hermano mayor Aminum ( el mismo Aminum que aparece en la lista real asiria como antecesor dinástico de Šamši-Adad) luchando con Naram-Sin, rey de Ešnunna, probablemente con el apoyo de Babilonia. Tras la muerte de Naram-Sin le suceden sus hijos repartiéndose el reino del padre. Asiria para Erishum II y Ešnunna para Dadusha. Mientras tanto Šamši-Adad se ha apoderado de la ciudad de Ekallatum, situada un poco más al norte de Aššur la cual utiliza como base para enfrentarse a los dos hermanos. Al cabo de poco arrebata el trono de Aššur a Erishum II y desplaza la frontera con Ešnunna al sur.
Šamši-Adad hijo de Ila-kabkabi, en el tiempo de Naram-Sin se marchó a Babilonia. En el eponimato de Ibni-Adad Šamši-Adad volvió de Babilonia, tomo Ekallatum y permaneció tres años en Ekallatum. En el eponimato de Atamar-Ishtar Šamši-Adad vino de Ekallatum, derrotó a Erishum hijo de Naram-Sin, subió al trono y reino durante 33 años. (Fragmento de la lista real asiria)
Para legitimar la usurpación del trono de Aššur, incluye a sus antepasados en la secuencia dinástica de la lista real asiria. Tras instalar a su hijo Ishme-Dagan como regente de Asiria, se instala en Shubat-Enlil (la actual Tell-leilan), en la zona alta del río Khabur desde donde puede controlar las comunicaciones entre Asiria y la Alta Mesopotamia. Continúa su expansión con la conquista de Mari de la que expulsa a Yakhdum-Lim que debe huir al reino de Yamkhad. Desde allí realiza una marcha ceremonial al Mediterráneo para celebrar su victoria. Luego deja como regente a su hijo Yasmakh-Addu.
En el reinado de Šamši-Adad, Asiria es una zona secundaria de su reino. Šamši-Adad imita el modelo acadio de Sargón I y se declara "rey de Akkad" y traslada a asiria influencias babilónicas.
Los últimos años del reinado de Šamši-Adad están marcados por los ataques a su reino tanto desde el este como del oeste. En el oeste, el matrimonio de su hijo Iasmakh-Adad con la hija del rey de Qatna, rival de Yamkhad, provocó el inicio de hostilidades entre ambos reinos. Al este, el nuevo rey de Ešnunna, Ibal-pi-El, intenta expandirse a costa del reino de Šamši-Adad hasta que finalmente llegan a un acuerdo de paz y alianza. Šamši-Adad se volvió de nuevo contra Yamkhad pero sus esfuerzos terminaron en desastre. Al poco, sin que sepamos cómo, desapareció.
El imperio que había construido no sobrevivió a su desaparición. Su hijo Iasmakh-Adad perdió Mari a manos de Zimri-Lim, hijo de Yahdun-Lim, casado con la hija del rey de Yamkhad. Su hijo, Ishme-Dagan I, quedó confinado al territorio original de Asiria, el triángulo formado por los ríos Gran Zab y pequeño Zab.

En este punto, la lista real menciona a una serie de reyes de Assur en orden cronológico inverso (aunque aquí se ordenaron cronológicamente), tendentes a enlazar al padre de Shamshi-Adad I con la vieja dinastía de Assur, para legitimar su ascenso al trono. Nunca reinaron en Assur.
·       Khale
·       Samanu
·       Khayanu
·       Ilu-Mer
·       Yakmesi
·       Yakmeni
·       Yazkur-ilu
·       Ila-Kabkabi
·       Aminum 

Ishme-Dagan fue rey de Asiria desde 1781 hasta 1741 a. C.
Nombrado regente de Asiria por su padre Shamshi-Adad I, era presentado por su padre como modelo a seguir a su hermano Iasmakh-Adad, regente de Mari, según la correspondencia que han encontrado los arqueólogos en los archivos de Mari.
A la muerte de su padre heredó el trono de Asiria. Su reino tenía la sede en la ciudad de Ekallatum, y gobernó durante 40 años según la lista real asiria.
Contemporáneo de Hammurabi, al que sobrevivió, su reinado contempló el ascenso de Babilonia como potencia, de la que Asiria permaneció independiente, si bien aislada en su territorio y perdiendo el rango de potencia, como atestigua el informe enviado por un agente al nuevo rey de Mari, Zimri-Lim, en que ni tan solo es nombrada.

Mut-ashkur, rey de Asiria (hacia 1740 a. C.).
Hijo y sucesor de Ishme-Dagan I. No conocemos la duración exacta de su reinado. De él nos han llegado algunas cartas dirigidas al rey Zimri-Lim de Mari. Su esposa fue hija de Zazija, rey de Turukku.
Su sucesor fue un rey cuyo nombre nos ha llegado incompleto, probablemente Rimush.

Rimush, rey de Asiria hacia 1730-1727 a.C, quizá hacia el 1733 a.C y por un corto espacio de tiempo de meses. Su nombre, condenado e incompleto, aparece al final de una de las dinastía de una de las listas alternativas de reyes de Asiria. Según esta lista, entre este rey, cuyo nombre parece que sería Rimush, y su predecesor Mut-ashkur deberían haber gobernado 29 años. No se le menciona en la lista tradicional lo que hace pensar que su reinado fue relativamente corto. El siguiente rey fue Asinum el cual era nieto de Shamshiadad I y Rimush sería bisnieto de este rey, tal vez hijo de Mut-ashkur. Es muy posible que Rimush muriera después de un breve reinado (tan breve que ni fue incluido en las listas) sin descendencia o como mucho con descendientes menores, y le habría sucedido el que sería el hermanastro de Mut-ashkur, Asinum.

Asinum, rey de Asiria.
Fue el último monarca del linaje de Shamshi-Adad I (de quien era nieto) que reinó en la ciudad de Assur. Puzur-Sin, hijo de Assur-bel-shame, le expulsó del trono y destruyó el palacio de Shamshiadad.


Reyes efectivos de Assur

Sulili no puede ser hijo de Aminum, por lo que se le supone hijo de Apiashal.

·       Sulili

·       Kikkia

·       Akiya
Zariqum, (c. 2040 a. C.) no figura en la Lista real asiria, pero está atestiguado arqueológicamente como gobernador de Assur.

Dinastía de Puzur-Ashur
·       Puzur-Ashur I (c. 2003 a. C.-1975 a. C.)
·       Shalim-akhe (hacia 1950 a. C.)
·       Ilushuma (c. 1915 a. C.-1890 a. C.)
·       Erishum I (c. 1890 a. C.-1851 a. C.)
·       Ikunum (hacia 1850 a. C.)
·       Sargón I (hacia 1845 a. C.) (no confundir con Sargón de Akkad)
·       Puzur-Ashur II (hacia 1840 a. C.)
·       Naram-Sin (1830 a. C.-1818 a. C.)
·       Erishum II (1818 a. C.-1813 a. C.) 

Dinastía amorrea o de Shamshiadad I
·       Shamshiadad I (1813-1781 a. C.)
·       Ishme-Dagan I (1780-1741 a. C.)
·       Mut-ashkur (c.1740-1730 a. C.)
·       Rimush (c.1730-1727 a. C.)
·       Asinum (c.1726 a. C.) 

Anarquía
·       Puzur-Sin (c. hacia 1740 a. C.)
·       Assur-dugul, usurpador
·       Ashur-apla-idi, usurpador
·       Nasir-Sin, usurpador
·       Sin-namir, usurpador
·       Ipqi-Ishtar, usurpador
·       Adad-salulu, usurpador 

Puzur-sin (hacia 1740 a. C.), rey del período paleoasirio.
Es conocido solamente por una inscripción en la que se le da el título de Ishshiaku del dios Assur e hijo de Assur-bel-shame. Parece que expulsó del trono al rey Asinum, nieto de Shamshi-Adad I, a quien se califica de rey extranjero, de sangre no asiria. Destruyó el palacio de Shamshiadad, y construyó algunas partes de la muralla de Assur.
A su muerte, el trono asirio pasó a manos de Assur-dugul, al parecer un usurpador. 

Assur-dugul (Assurdugul) fue rey de Asiria durante el agitado período histórico que va, aproximadamente, desde el 1730/1720 a.C al 1710/1700 a.C durante el cual siete personajes de origen desconocido se disputaron el poder en Assur. En las listas reales aparecen con la explicación de "hijo de nadie" lo que equivale a decir que no pertenecían a ninguna familia real, y por tanto era un usurpador. Según la lista de reyes de Khorshabad fue el primero y el que más tiempo gobernó de los siete usurpadores, ya que reinó durante seis años. Sus sucesores reinaron seguramente sólo meses, quizás sólo días. 

Ashur-apla-idi fue rey de Asiria durante el agitado período histórico que va, aproximadamente, desde el 1730/1720 a.C al 1710/1700 a.C durante el cual siete personajes de origen desconocido se disputaron el poder en Assur. En las listas reales aparecen con la explicación de "hijo de nadie" lo que equivale a decir que no pertenecían a ninguna familia real, y por tanto era un usurpador. 

Nasir-Sin (o Nasirsin) fue rey de Asiria durante el agitado período histórico que va, aproximadamente, desde el 1730/1720 a.C al 1710/1700 a.C durante el cual siete personajes de origen desconocido se disputaron el poder en Assur. En las listas reales aparecen con la explicación de "hijo de nadie" lo que equivale a decir que no pertenecían a ninguna familia real, y por tanto era un usurpador. 

Sin-namir (o Sinnamir) fue rey de Asiria durante el agitado período histórico que va, aproximadamente, desde el 1730/1720 a.C al 1710/1700 a.C durante el cual siete personajes de origen desconocido se disputaron el poder en Assur. En las listas reales aparecen con la explicación de "hijo de nadie" lo que equivale a decir que no pertenecían a ninguna familia real, y por tanto era un usurpador. 

Ipqi-Ishtar fue rey de Asiria durante el agitado período histórico que va, aproximadamente, desde el 1730/1720 a.C al 1710/1700 a.C durante el cual siete personajes de origen desconocido se disputaron el poder en Assur. En las listas reales aparecen con la explicación de "hijo de nadie" lo que equivale a decir que no pertenecían a ninguna familia real, y por tanto era un usurpador. 

Adad-salulu fue rey de Asiria durante el agitado período histórico que va, aproximadamente, desde el 1730/1720 a. C. al 1710/1700 a. C. durante el cual siete personajes de origen desconocido se disputaron el poder en Assur. En las listas reales aparecen con la explicación de "hijo de nadie" lo que equivale a decir que no pertenecían a ninguna familia real, y por tanto era un usurpador.

Dinastía de Adasi
·       Adasi (c. 1700 a. C.)
·       Belu-bani (1700-1691 a. C.)
·       Libaia (1690-1674 a. C.)
·       Sharma-Adad I (1673-1662 a. C.)
·       Iptar-Sin (1661-1650 a. C.)
·       Bazaia (1649-1622 a. C.)
·       Lullaia, usurpador (1621-1616 a. C.)
·       Kidin-Ninua (1615-1602 a. C.)
·       Sharma-Adad II (1601 a. C.)
·       Erishum III (1598-1586 a. C.)
·       Shamshi-Adad II (1585-1580 a. C.)
·       Ishme-Dagan II (1580-1564 a. C.)
·       Shamshi-Adad III (1564-1549 a. C.)
·       Ashur-nirari I (1548-1522 a. C.)
·       Puzur-Ashur III (1521-1498 a. C.)
·       Enlil-nasir I (1498-1485 a. C.)
·       Nur-ili (1485-1473 a. C.)
·       Ashur-shaduni (1473 a. C.)
·       Ashur-rabi I (1473 a. C.)
·       Ashur-nadin-ahhe I (hacia 1450 a. C.)
·       Enlil-nasir II (1430-1425 a. C.)
·       Ashur-nirari II (1424-1418 a. C.)
·       Ashur-bel-nisheshu (1417-1409 a. C.)
·       Ashur-rim-nisheshu (1409-1401 a. C.)
·       Ashur-nadin-ahhe II (1401-1391 a. C.) 

Adasi, rey de Asiria (c.1700 a. C.).
Según la Crónica Real asiria, es un hijo de nadie, o sea, un usurpador. Ascendió al trono en la época convulsa en que varios personajes se disputaban el reino. Sin embargo, consiguió imponer su linaje y establecer una dinastía que gobernará en Assur durante varios siglos. 

Belu-bani, rey de Asiria (1700 a. C. - 1691 a. C.) (cronología corta).
Hijo y sucesor de Adasi, el fundador de su dinastía. Según la Crónica asiria, reinó durante diez años. No conocemos más datos sobre su gobierno.
Le sucedió su hijo Libaia.

Libaia o Libaya, rey de Asiria (1690 a. C. - 1674 a. C.).
Hijo y sucesor del rey Belu-bani, la Crónica real asiria le atribuye 17 años de reinado. No conocemos otros datos sobre su gobierno.
Le sucedió su hijo Sharma-Adad I. 

Sharma-Adad I, rey de Asiria (1673 a. C. - 1662 a. C.).
Hijo y sucesor del rey Libaia, la Crónica real asiria le atribuye doce años de reinado. No conocemos otros datos acerca de su mandato.
Le sucedió en el trono su hijo Iptar-Sin. 

Iptar-Sin, 45º rey de Asiria (1662 a. C. - 1650 a. C.).
Hijo y sucesor de Šarma-Adad I, según la Crónica real asiria. No conocemos los hechos de su reinado. Fue sucedido por Bazaia, un hijo del rey Bēlu-bāni. 

Bazaia o Bazaya, rey de Asiria (1649-1622 a. C.).
Hijo y sucesor del rey Iptar-Sin, la Crónica real asiria le adjudica 28 años de reinado. No conocemos otros datos acerca de su gobierno.
A su muerte, ascendió al trono de Aššur un usurpador, Lullaia, en circunstancias desconocidas. 

Lullaia o Lullaya, rey de Asiria (1621 a. C. - 1616 a. C.).
Sucesor de Bazaia, la Crónica real le califica como hijo de nadie, o sea, usurpador. No tenemos información sobre los hechos de su reinado. Al cabo de seis años, fue sucedido por el rey Šu-Ninua o Kidin-Ninua. 

Kidin-Ninua o Šu-Ninua (dependiendo de la lectura de los restos fragmentarios que nos han quedado de su nombre), rey de Asiria (1615 a. C. - 1602 a. C.).
Hijo del rey Bazaia. Con su ascenso al trono se restableció la línea sucesoria dentro de la descendencia del rey Adasi, interrumpida por el gobierno de Lullaia, un hijo de nadie, o sea, usurpador. La Crónica real asiria le atribuye catorce años de reinado. No conocemos otros hechos de su gobierno.
Le sucedió su hijo Šarma-Adad II. 

Sharma-Adad II, rey de Asiria (1601 a. C. - 1599 a. C.).
Hijo y sucesor del rey Kidin-Ninua. La Crónica real asiria le atribuye tres años de reinado. No conocemos otros hechos de su mandato.
Le sucedió en el trono su hermano Erishum III.
Erishum III, rey de Assur del Imperio Antiguo (h. 1600 a. C.)
Hijo del rey Kidin-Ninua, sucedió a su hermano Sharma-Adad II. Gobernó durante unos trece años y fue sucedido por otro hermano, Shamshi-Adad II. No se conocen más datos sobre este monarca. 

Shamshi-Adad II, rey de Asiria (1585 a. C. - 1580 a. C.).
Hijo del rey Kidin-Ninua, sucedió en el trono a su hermano Erishum III, aunque la Crónica real asiria le hace su hijo. Se le atribuyen seis años de reinado.
Le sucedió su hijo Ishme-Dagan II.

Ishme-Dagan II, rey asirio del Imperio Antiguo (1580 a. C. - 1564 a. C.).
Fue hijo de Shamshi-Adad II, a quien sucedió en el trono. No se tienen noticias de su reinado, excepto los datos que nos da la Crónica real asiria, que nos dice que gobernó durante dieciséis años.
Le sucedió en el trono su sobrino Shamshi-Adad III. 

Shamshi-Adad III, rey asirio del Imperio Antiguo (1564 a. C. - 1549 a. C.).
Sobrino y sucesor de Ishme-Dagan II. Reconstruyó los dos zigurat del templo de Anu y Adad. Se han encontrado algunos rastros arqueológicos de su reinado.
Fue derrocado por su primo Assur-nirari I, el hijo de Ishme-Dagan. 

Assur-nirari I, rey asirio del Imperio Antiguo (1548 a. C. - 1522 a. C.).
Hijo del rey Ishme-Dagan II, accedió al trono tras usurparlo a su primo Shamshi-Adad III. No conocemos los grandes hechos de su reinado, aunque nos han llegado inscripciones relativas a la restauración de diversos templos en la ciudad de Assur.
Fue sucedido por su hijo Puzur-Assur III.

Puzur-Ashur III, rey de Asiria, durante el período paleoasirio (1521 a. C. - 1498 a. C.)
Hijo y sucesor del rey Assur-nirari I. La Historia sincrónica menciona enfrentamientos fronterizos en los alrededores de Samarra con el casita Burna-Buriash I de Babilonia con el que finalmente firmó un tratado de paz. El hecho de poder firmar un tratado internacional de igual a igual con el rey de Babilonia, al igual que logró su sucesor Assur-bel-nisheshu, demuestra que por esta época, Asiria ya había conseguido recuperar la soberanía nacional, por períodos más o menos largos.
Puzur-Assur III consiguió desmarcarse de la influencia del reino de Mitanni, estableciendo las bases para el futuro esplendor del Imperio Medio. También comenzó un programa de grandes construcciones en su capital Assur, como en las murallas de la ciudad y en diversos templos.
Le sucedió su hijo Enlil-nasir I. 

Enlil-nasir I, rey asirio del Imperio Antiguo (1498 a. C. - 1485 a. C.).
Hijo y sucesor de Puzur-Assur III. Según la Lista real de Assur, fue contemporáneo del rey babilonio Ulamburiash. Parece que restauró las puertas de un templo de Assur.
Le sucedió en el trono Nur-ili. 

Nur-ili, rey asirio del Imperio Antiguo (1485 a. C. - 1473 a. C.).
Hijo y sucesor de Enlil-nasir I, según la Crónica real asiria gobernó doce años. No tenemos más noticias con respecto a su reinado.
Le sucedió en el trono su hijo Assur-shaduni, que sólo pudo mantenerse un mes en el poder. 

Assur-shaduni, rey asirio (1473 a. C.) del llamado Imperio Antiguo.
Hijo y sucesor de Nur-ili. Reinó únicamente un mes, siendo destronado por su tío Assur-rabi I. No conocemos ningún hecho de su reinado. 

Assur-rabi I, rey asirio (¿1473 a. C.?) del llamado Imperio Antiguo.
Hijo de Enlil-nasir I, las disputas dinásticas le apartaron del trono de su padre. Tiempo después pudo expulsar a su sobrino Assur-shaduni, que tan sólo había podido gobernar un mes. No sabemos nada de su reinado.
Le sucedió en el trono su hijo Assur-nadin-akhkhe I. 

Assur-nadin-akhkhe I, rey asirio (hacia 1450 a. C.) del llamado Imperio Antiguo.
Hijo y sucesor del rey Assur-rabi I, no conocemos ningún hecho de su reinado, aunque parece que durante su gobierno el estado asirio se convirtió en vasallo de Mitanni. La Lista real asiria no aporta datos sobre la duración de su reinado, pues se halla dañada en la parte correspondiente a este soberano. Otras fuentes nos permiten establecer un mandato de unos quince años. Fue expulsado del trono por su hermano Enlil-nasir II.

Enlil-nasir II, rey asirio (1430 a. C. - 1425 a. C.) del llamado Imperio Antiguo.
Hijo del rey Assur-rabi I, ascendió al trono al expulsar a su hermano Assur-nadin-akhkhe I. Figura en la Crónica real asiria y en un fragmento de la Lista real sincrónica. Sin embargo, no conocemos ningún hecho de su reinado.
Le sucedió su hijo Assur-nirari II. 

Assur-nirari II, rey asirio (1424 a. C. - 1418 a. C.) del llamado Imperio Medio.
Hijo y sucesor de Enlil-nasir II, solamente nos es conocido por las genealogías de algunos de sus sucesores. Algunos autores le atribuyen un reinado de 28 años, pero es más comúnmente aceptado atribuirle sólo 7 años de gobierno.
Fue sucedido en el trono por su hijo Assur-bel-nisheshu. 

Assur-bel-nisheshu, rey asirio (1417 a. C. - 1409 a. C.) del llamado Imperio Medio.
Hijo y sucesor de Assur-nirari II. Según la Crónica sincrónica, firmó un acuerdo con el rey babilonio Karaindash con el que quedaron fijadas las fronteras de los respectivos reinos. De este rey nos han llegado algunas inscripciones, relativas a la construcción de las murallas de Assur, y otras de tipo jurídico.
Fue sucedido por su hijo, Assur-rim-nisheshu, tal vez mediante un golpe de estado. 

Assur-rim-nisheshu, rey asirio (1409 a. C. - 1401 a. C.) del llamado Imperio Medio.
Ascendió al trono asirio tras destronar a su padre, Assur-bel-nisheshu. Su reinado se desarrolló en una época oscura, pues Asiria se hallaba sometida al poder del imperio de Mitanni. De Assur-rim-nisheshu nos queda testimonio de la reconstrucción de las murallas de Assur.
Fue sucedido por su hijo Assur-nadin-akhkhe II. 

Assur-nadin-akhkhe II, rey asirio (1401 a. C. - 1391 a. C.) del llamado Imperio Medio.
Hijo y sucesor de Assur-rim-nisheshu, con su reinado comienza a despertar de nuevo la potencia asiria. Aprovechó los disturbios que se produjeron en el reino de Mitanni a la muerte de su rey Shuttarna II para establecer relaciones comerciales con Amenofis III, el faraón egipcio. También estableció un acuerdo fronterizo con el rey de Babilonia, Karaindash.
Le sucedió en el trono asirio su hermano Eriba-Adad I.

Periodo mesoasirio
·       Eriba-Adad I (1391-1366 a. C.)
·       Ashur-uballit I (1365-1330 a. C.)
·       Enlil-nirari (1330-1319 a. C.)
·       Arik-den-ili (1319-1308 a. C.)
·       Adad-nirari I (1307-1275 a. C.)
·       Salmanasar I (1274-1245 a. C.)
·       Tukultininurta I (1244-1208 a. C.)
·       Ashur-nadin-apli (1208-1204 a. C.)
·       Ashur-nirari III (1203-1198 a. C.)
·       Enlil-kudurri-usur (1197-1193 a. C.)
·       Ninurta-apil-Ekur (1192-1180 a. C.)
·       Ashur-dan I (1179-1134 a. C.)
·       Ninurta-Tukulti-Ashur (1133 a. C.)
·       Mutakkil-Nusku (1133 a. C.)
·       Ashur-resh-ishi I (1132-1115 a. C.)
·       Tiglatpileser I (llamado también Teglat-Falasar) (1114-1076 a. C.)
·       Asharid-apal-Ekur (1075-1074 a. C.)
·       Ashur-bel-kala (1074-1056 a. C.)
·       Eriba-Adad II (1056-1054 a. C.)
·       Shamshiadad IV (1054-1050 a. C.)
·       Asurnasirpal I (1050-1032 a. C.)
·       Salmanasar II (1031-1020 a. C.)
·       Ashur-nirari IV (1020-1016 a. C.)
·       Ashur-rabi II (1016-973 a. C.)
·       Ashur-resh-ishi II (973-967 a. C.)
·       Tiglatpileser II, llamado también Teglat-Falasar (967-935 a. C.)
·       Ashur-dan II (934-912 a. C.) 

Eriba-Adad I fue rey de Asiria entre 1392 y 1366 a. C.
Hijo del rey Aššur-bel-nišešu, hermano de Aššur-rim-nišešu, y sucesor de su sobrino Aššur-nadin-aḫḫe II, tenemos pocas referencias históricas sobre su reinado. Probablemente fuese vasallo de Mittani. Sin embargo, este último reino se enzarzó en una batalla dinástica entre Tušratta y su hermano Artatama II y tras esto su hijo Šutarna II, autoproclamado rey de Hurri, buscó apoyos en sus vasallos asirios. Una facción pro-Hurrita/Asiria apareció en la corte real de Mitanni, lo que sería aprovechado por el sucesor de Eriba-Adad I, Aššur-uballit I. 

Ashur-uballit I o Aššur-uballit I (1365 a. C.-1330 a. C.) fue rey del Imperio Asirio. Su reinado marca el inicio de la recuperación de Asiria que llevaría al establecimiento de un imperio (el imperio medio asirio) tras cuatro siglos de oscuridad.
Bajo el reinado de Aššur-uballit I, Asiria se sacude de encima definitivamente el dominio que Mitani había ejercido sobre la región. El ataque del rey hitita Suppiluliuma I a Mitanni provocó la caída de este reino y un cambio en las relaciones de poder en la región que permitió el ascenso de Asiria a potencia regional.
Ashur-uballit I así lo entiende y asume el título de «Gran Rey», nunca antes usado por sus antecesores, sin que los reyes de las otras potencias lo reconocieran como a un igual, hasta que el poderío militar de Asiria se impuso. Entró en relaciones con Amenhotep IV rey de Egipto y casó a una de sus hijas con el hijo del rey de Babilonia, ​ Karakhardash, del cual tuvo un hijo, Kadashman-Kharbe I, destinado a heredar el trono de Babilonia, pero que fue asesinado al poco de heredarlo. En respuesta Ashur-uballit I atacó Babilonia e impuso en el trono a su bisnieto Kurigalzu I cuando aún era un niño, con lo que consiguió tener a Babilonia bajo control. ​ Por el oeste, Asiria lucha por rellenar el vacío de poder dejado en la cuenca del Khabur por Mitanni, ocupando ciudades como Nínive. 

Enlil-nirari (1330 a. C.-1319 a. C.) rey de Asiria. Hijo y sucesor de Ashur-uballit I. Su nombre significa «Enlil es quien me ayuda».
Según la Historia sincrónica, luchó contra Kurigalzu II, rey de Babilonia y nieto de Ashur-uballit I, en la batalla de Sugagi, junto al Tigris, logrando una victoria y una rectificación de la frontera entre ambos estados, con la anexión de nuevos territorios. 

Arik-den-ili o Arikdenilu (1319 a. C.-1308 a. C.) rey de Asiria.
Figura en todas las inscripciones con el título de «Rey» o de «Rey Poderoso». Al igual que su padre, Enlil-nirari, tuvo que guerrear con Babilonia, en este caso con el rey Nazi-Maruttash, para fijar las fronteras del imperio, resolviéndose por fin esta larga disputa, con resultado favorable a Asiria, durante el reinado de su hijo Adad-nirari I.
Parece haber sido el primer rey de la dinastía en haber institucionalizado la conducción de campañas militares anuales.
Una crónica de su reinado describe varias expediciones contra los territorios limítrofes, atacando con carros a las tribus bárbaras situadas al norte y al este del territorio asirio, entre ellos el País de Nitgimkhi, y los turukku, especificando que logró robar las cosechas y el ganado de sus enemigos. 

Adad-nirari I (1307 a. C.-1275 a. C.) rey de Asiria. Fue hijo de Arik-den-ili
Con Adad-nirari I, Asiria consiguió finalmente hacer retroceder la frontera con Babilonia más allá del río Pequeño Zab, hasta el Diyala. Por el Oeste, sometió los restos del reino de Mitani, que en ese momento dependía del Imperio Hitita, demasiado ocupado por sus problemas con Egipto para prestar atención a su frontera este, a vasallaje, deteniéndose sólo en Karkemish. Tras esto Adad-nirari I se otorgó a sí mismo el título de Gran Rey y mandó una carta al rey hitita Muwatalli II, intentando rebajar la tensión y tratándolo de hermano, término utilizado comúnmente entre los reyes de potencias del mismo rango para tratarse entre sí. La respuesta hitita fue bastante brusca,
Así que te has convertido en «Gran Rey», ¿verdad?. Pero ¿por qué sigues hablando de «hermandad» y de venir a Mt. Ammana?... ¿Por qué razón yo te llamaría «hermano»?...¿Los que no están en términos familiares entre sí se llaman «hermanos? ¿Por qué tendría entonces que llamarte «hermano»? ¿Acaso hemos nacido de la misma madre? Si mi abuelo y mi padre no llamaron «hermano» al rey de Asiria, tú no deberías seguir escribiéndome sobre venir, ni de «Gran rey-barco». Me desagrada.
Estela de Adad-nirari I

Pero, aun así, no hubo guerra entre Asiria y el imperio hitita. Fue sucedido por su hijo, Salmanasar I. 

Salmanasar I (1274 a. C.-1245 a. C.) fue rey de Asiria en la época del imperio medio.
Ascendió al trono tras suceder a su padre Adad-nirari I y pronto se vio envuelto en varias guerras, la más importante de ellas contra los hititas de Urhi-Teshub, quien intentó restaurar a su aliado Wasashatta en el trono de Mitani, reino vasallo de Asiria desde los tiempos de Adad-nirari. Consiguió una victoria total sobre los hititas, que le permitió asegurar su control sobre los territorios de Mesopotamia recientemente incorporados, y convertir a Mitanni directamente en provincia asiria.
Además de guerrear contra los hititas, Salmanasar (según sus propios anales, encontrados en Assur) llevó a cabo varias campañas en los territorios incorporados por su padre, para asegurar el dominio asirio. Conquistó así una serie de reinos de los que no se conoce mucho, como Arinnu o Taie, y derrotó a los arameos, lo que le permitió establecer por primera vez colonias asirias en Mesopotamia; esta política de colonización se mantuvo activa durante un siglo. Fundó, además, las ciudad de Nimrud, y embelleció las de Nínive y Assur.
Fue sucedido por su hijo, Tukulti-Ninurta I.
Salmanasar I derrama harina ante el dios Ashur

Tukulti-Ninurta I (1244-1208 a. C.) fue un rey asirio, que llevó al Imperio medio asirio a uno de sus mayores momentos de gloria. Algunos estudiosos de la Biblia hebrea lo identifican con Nemrod.
Heredó el trono a la muerte de su padre, Salmanasar I, y comenzó su reinado teniendo que afrontar la enemistad hitita, causada por las derrotas que Salmanasar les infligió. Tukulti-Ninurta decidió incorporar a los reinos de Nihriya, importantes por su riqueza minera, al dominio asirio; como estos reinos se encontraban cerca del imperio hitita, envió a su rey Tudhaliya IV varias cartas en las que afirmaba que no tenía intenciones hostiles hacia él. No obstante, Tudhaliya IV no creyó las proclamas de amistad de Tukulti-Ninurta y acudió a Nihriya con su ejército, donde se libró una importante batalla, que acabó en una victoria total asiria y en la incorporación de la región de Nihriya a Asiria.
Sin temer ya ninguna hostilidad por parte de los hititas, derrotados y sumidos en sus propios problemas internos, Tukulti-Ninurta pudo lanzar una serie de campañas contra las tribus de las montañas al este y al norte de Asiria, logrando imponer un cierto control sobre la zona y obteniendo ventajas comerciales.
Habiendo asegurado el norte, el este y el oeste de su reino, Tukulti-Ninurta se volvió contra Kashtiliash IV, rey de Babilonia, que había aprovechado las anteriores guerras de Tukulti-Ninurta para capturar algunas fortalezas fronterizas, y lo derrotó completamente. Saqueó la ciudad de Babilonia, de la que se llevó numerosas tablillas, e impuso gobernantes títeres en el norte de este reino. Las riquezas así obtenidas le permitieron construir una nueva ciudadela real, Kar-Tukulti-Ninurta, muy cerca de la capital Assur. Además, se compuso un poema, La gesta de Tukulti-Ninurta, sobre la victoria asiria.
Tukulti-Ninurta, ahora residente en Kar-Tukulti-Ninurta, se vio sorprendido por la rebelión de su hijo Ashur-nasir-pal, que le cercó en su ciudadela, donde murió. Fue sucedido por otro de sus hijos, Ashur-nadin-apli.
Maza de Tukultininurta Museo del Louvre 

Aššur-nādin-apli (en acadio: «Aššur ha concedido un hijo»​) fue un rey asirio que gobernó durante unos pocos años (1208-1204 a. C.) a la muerte de su padre, Tukulti-Ninurta I.
No se sabe exactamente la razón por la cual Aššur-nādin-apli ascendió al trono, ya que fue su hermano, Aššur-nasir-pal, el que cercó a su padre en su nueva capital, Kar-Tukulti-Ninurta, y muy probablemente acabó con su vida. Tampoco se conoce nada acerca de su reinado, excepto que fue sucedido por el hijo de Aššur-nasir-pal, su sobrino Aššur-nirari III.
Por esta época Asiria conoce una rápida decadencia, como protectorado de Babilonia. 

Ashur-nirari III («Assur es mi ayuda»), fue un rey asirio que, después de suceder a su tío Ashur-nadin-apli, gobernó durante cinco años (1203-1198 a. C.).
Se desconoce prácticamente todo acerca del reinado de Ashur-nirari III, excepto que era hijo de Ashur-nasir-pal. Fue sucedido por otro tío suyo, Enlil-kudurri-usur, posiblemente con violencia. La evidencia de un archivo de esta época, que podría aportar luz sobre este reinado, permanece indisponible, lo que ha llevado al historiador, Itamar Singer a observar que:
«lamentablemente, dos importantes archivos del siglo XIII a. C., cada uno con 400 tablillas, aún permanecen sin publicar,  ...incluídos los textos de Tell Sabi Abyad (encontrados en 1997-1998)». 

Enlil-kudurri-usur (Enlil protege a su hijo mayor) (1197-1193 a. C.) fue un rey asirio del que se ha conservado escasas referencias. Aparte de las listas reales y las crónicas, no hay otras inscripciones sobre este rey.
Hijo de Tukulti-Ninurta I, sucedió a su sobrino Ashur-nirari III, y gobernó durante unos pocos años. Murió en guerra con Babilonia, enfrentándose con el rey Adad-shum-usur, y fue reemplazado por Ninurta-apil-Ekur, perteneciente a una rama muy distante dentro de la familia real, y protegido del rey de Babilonia. Así, parece que la invasión de las tropas babilonias en Asiria no tuvo otro objeto que garantizar el éxito de una opción política más favorable a los intereses de Babilonia.
La Lista sincrónica de reyes le identifica como contemporáneo del rey de Babilonia Adad-shum-usur, su eventual némesis. La Crónica Walker​ describe cómo, después de su abyecta derrota ante el rey babilonio, Enlil-kudurrī-uṣur fue capturado por sus propios oficiales, y entregado a su oponente.

Ninurta-Apil-Ekur («Ninurta es el heredero de Ekur»), también conocido como Ninurta Apal Ekur, fue un rey asirio (1192 a. C.-1180 a. C.) que interrumpió la línea de sucesores de Tukulti-Ninurta I.
Ninurta Apil Ekur pertenecía a una rama colateral de la familia real reinante descendiente de Adad-nirari I, pues descendía de Eribaadad I, regente y padre de Ashur-uballit I. Reemplazó en el trono, en circunstancias desconocidas, a Enlil-kudurri-usur.
Según una crónica contemporánea, vivía exiliado en Babilonia, cuando el rey Adad-shum-usur de este país invadió Asiria, momento en que logró ganarse la confianza del ejército asirio, se puso a su frente y conquistó Assur. La interpretación de esta crónica novelada podría ser que en realidad era un protegido del rey de Babilonia, al que le merecía más confianza que el hijo de Tukulti-Ninurta I, antiguo conquistador asirio de Babilonia.
Se conoce muy poco sobre su reinado, pero parece que Asiria comenzó a recuperarse de los desórdenes dinásticos, ya que fue sucedido por su hijo Ashur-Dan I, que gozó de un reinado largo y estable. 

Ashur-Dan I fue un rey asirio de la época del imperio medio, que permaneció 45 años en el trono (1179-1134 a. C.), aunque otra fuente da 36 años, ​(ca. 1169-1134) a. C.
Sucedió a su padre Ninurta-apil-Ekur, ​ restaurándose así la estabilidad dinástica perdida a la muerte de Tukulti-Ninurta I. Parece ser que este rey ya gobernaba sobre una Asiria que había perdido el control de Babilonia, aunque se desconocen los límites exactos del imperio en esta época.
Se sabe que realizó una expedición contra Babilonia, atravesando el Zab inferior y apoderándose de algunas ciudades, como Zaban e Irria, así como del territorio fronterizo de Sallu, objeto de litigios constantes entre los dos países.
A su muerte, los reyes de Babilonia pasaron a intervenir en los asuntos internos de Asiria, apoyando al heredero Ninurta-Tukulti-Ashur contra su hermano Mutakkil-Nusku. 

Ninurta-Tukulti-Ashur fue un rey asirio de gobierno muy breve (1133 a. C.), pues a la muerte de su padre, Ashur-Dan I, heredó el trono sólo para perderlo poco después a manos de su hermano Mutakkil-Nusku.
A pesar de su corto reinado, se conocen muchos datos sobre la administración civil y religiosa relacionada con el palacio, que revelan el funcionamiento de la corte, gracias al descubrimiento de varios archivos con numerosas tablillas. Así, se conoce el primer documento que certifica la celebración de la fiesta Takultu, aunque ya se celebraba con anterioridad, en la que el rey ofrecía una comida a los dioses en forma de sacrificio, para atraer sus bendiciones sobre el país, la ciudad, y el propio rey.
Durante su gobierno, se refuerza la influencia babilónica, y por ello devuelve la estatua de Marduk, que puede volver a su templo, después de un exilio de más de un siglo, pues había sido robada por su antecesor Tukulti-Ninurta I.
La Lista asiria de reyes relata que «Mutakkil-Nusku, su hermano, luchó con él, y le llevó a Karduniash. Mutakkil-Nusku ocupó el trono, y (luego) murió» Una fuente recuperada reciente proporciona información adicional de estos acontecimientos. Por ella, se sabe que Ninurta-tukultī-Aššur parece haber mantenido la lealtad de las provincias, mientras que el centro de Asiria apoyó a Mutakkil-Nusku, alimentando la guerra civil.
Tras la rebelión de su hermano, logró huir a Babilonia, momento en el que desaparece de la historia. 

Mutakkil-Nusku («Al que Musku dota de confianza»), fue un monarca asirio de reinado fugaz (en el 1133 a. C.), en un período de decadencia. A la muerte de su padre, Ashur-Dan I, se rebeló contra su hermano, Ninurta-Tukulti-Ashur, que había heredado el trono, y se lo arrebató, tras una guerra civil, en la que se enfrenaron las provincias contra el centro del reino.
Aparece en al Lista de reyes de Khorsabad, ​ que dice que «Mutakkil-Nusku, hermano de Ninurta-tukultī-Aššur, luchó contra él. Le llevó a Karduniash (Babilonia)». Evidencia contemporánea sugiere que Ninurta-tukultī-Aššur buscó refugio en la ciudad fronteriza de Sišil, donde las fuerzas de Mutakkil-Nusku se le enfrentaron en una batalla, cuyo resultado se ha perdido.
Poco después de expulsar a su hermano, falleció, siendo sucedido por su hijo Ashur-resh-ishi I. 

Ashur-resh-ishi I («Asur ha levantado mi cabeza»), fue un monarca asirio (1132-1115 a. C.) de la época del imperio medio, que parece haber sentado las bases para la posterior recuperación de Asiria.
Ashur-resh-ishi I heredó el trono a la muerte de su padre, Mutakkil-Nusku, y pronto llevó a cabo campañas contra los arameos y contras las tribus Mushki, llegando hasta los montes Zagros. Fundó una nueva ciudad llamada Apku, cerca de la actual Mosul, y se hizo llamar «el Vengador de Asiria». En todo caso estas victorias no fueron decisivas, pues sus sucesores tuvieron que enfrentarse con los mismos enemigos.
También tuvo que luchar contra los reyes de Babilonia, Ninurta-nadin-Shumi y Nabucodonosor I, a los que logró rechazar. La Historia sincrónica tiene un largo párrafo, concerniente a los conflictos con Nabucodonosor. Inicialmente mantuvieron relaciones amistosas, pero el rey babilonio atacó más tarde la fortaleza asiria de Zanqi, y cuando Aššur-rēša-iši se acercó con una fuerza de socorro, Nabucodonosor incendió sus máquinas de asedio, para evitar su captura, y se retiró. En una segunda campaña, puso sitio a la fortaleza de Idi, y la llegada del ejército asirio resultó en una batalla campal, que «trajo su derrota total, sus tropas masacradas y su campamento perdido. Cuarenta de sus carros, con sus arneses fueron capturados, y Karaštu, mariscal de campo de Nabucodonosor, fue capturado».
Un rey posterior, Salmanasar III, le atribuye la reconstrucción de la muralla de la ciudad de Assur. Sus propias inscripciones en la misma ciudad, le identifican como constructor del templo de los dioses Adad, Anu, e Ishtar. También construyó un palacio en Bumariyah, como atestigua una inscripción sobre ladrillo cocido. ​ Sus esfuerzos constructivos más significativos tuvieron lugar en su capital, Nínive, con su palacio Egalšaḫulla (Palacio de la alegría), donde reconstruyó las puertas-tore del templo de Ištar, que habían sido dañadas por terremotos durante los reinos de Salmanasar I y Ashurdan I. Estaban flanqueadas por estatuas monumentales de leones.
Fue sucedido por su hijo Tiglath-Pileser I. 

Tiglath-Pileser I (1114 a. C.-1076 a. C.), llamado también Teglatfalasar, Teglat-Falasar e incluso Tukulti-pal-Esarra (‘mi fe está en el hijo de Esarra’, en acadio), fue uno de los reyes más importantes del imperio medio asirio.
Hijo de Ashur-resh-ishi I, sucedió a su padre y pronto se vio envuelto en los mismos conflictos con los arameos que éste. Realizó numerosas campañas militares en todas sus fronteras, pero especialmente en el oeste, ya que cruzó numerosas veces el Éufrates, derrotando a los arameos y a los Mushki o Mesec en los montes Tauros, erigiendo una estela conmemorativa en Nairi y alcanzando el Mediterráneo, donde los reinos del Levante le pagaron tributo y Egipto le envió regalos. A pesar de todos estos esfuerzos, los arameos no fueron derrotados, sólo rechazados, y, de hecho, invadieron al menos una vez el propio territorio asirio.
En el este y el norte, Tiglath-Pileser protegió el comercio asirio en la zona de los montes Zagros, mientras que en el sur luchó contra Nabucodonosor I, rey de Babilonia y, aunque sufrió algunas derrotas, llegó a ocupar la parte norte de Babilonia, incluyendo la propia capital.
Todas estas campañas militares, posibles gracias a la estabilidad de la que gozaba Asiria desde el reinado de Ashur-Dan I, elevaron el poderío del imperio hasta límites no alcanzados desde la época de Tukulti-Ninurta I.
Tiglath Pileser también dedicó parte de su tiempo a mejorar la red de regadío y los templos de Asiria, dejando inscripciones importantes para el estudio de la época, ya que a partir de este rey, se convierte en costumbre que los hechos descritos en los relatos asirios estén ordenados cronológicamente.
Fue sucedido por su hijo, Asharid-apal-Ekur.
Fue pionero en establecer la primera ley de la historia en contra de la homosexualidad, esto influenció posteriormente en el pueblo judío ya que Israel y Judá eran estados vasallos del Imperio Asirio.
Relieve de Tiglatpileser I 

Asharid-apal-Ekur («El heredero del Ekur es el más importante»), fue rey de Asiria entre el 1076 y el 1074 a. C. Sucedió a su padre Tiglat-Pileser I, reinando sólo dos años.
De acuerdo con una versión temprana de la Lista sincrónica de reyes, ​ fue contemporáneo del rey de Babilonia, Itti-Marduk-balatu, (ca. 1140–1132 a. C.), quizá cuando este monarca había sido trasladado por su sucesor, Marduk-nādin-aḫḫē, (ca. 1099-1082 a. C.). ​ Esta parte del texto cuneiforme se ha perdido, o ha sido refutada. Las teorías actuales de la sucesión cronológica, sugieren a Marduk-shapik-zeri, (ca. 1082–1069 a. C.), como su contrapartida en Babilonia.
No hay inscripciones reales conocidas para este reinado, y sólo aparece en listas de reyes posteriores en una lista de epónimos​ Fue sucedido por su hermano, Ashur-bel-kala, y luego por su sobrino, Eriba-Adad II, y por otro de sus hermanos, Shamshi-Adad IV. 

Ashshur-bel-kala (también Aššur-bel-kala; «el dios Aššur es el señor de todas las cosas») fue hijo de Tiglat-Pileser I y rey de Asiria entre 1074 y 1056 a. C. Accedió al trono tras el breve reinado de su hermano Asharid-apal-Ekur. Gobernó durante 18 años.
Después de su toma de posesión, fue visitado por el rey de Babilonia, Marduk-shapik-zeri, con el que restableció relaciones amistosas, ​ que se habían roto con sus antecesores, Tiglatpileser I, y Marduk-nādin-aḫḫē, probablemente forzadas por su necesidad común de hacer frente al enemigo arameo. Marduk-šāpik-zēri murió unos cinco años después, y esto parece haber galvanizado a Aššūr-bēl-kala a intervenir militarmente, para instalar a un sucesor de su gusto.
La Historia sincrónica​ relata que el siguiente rey babilonio, Adad-apla-iddina, fue nombrado por Aššur-bel-kala, que se casó con su hija, y «se la llevó, con una gran dote, a Asiria», concluyendo que «los pueblos de Asiria y Babilonia se mezclaron pacíficamente entre sí».​
Murió prematuramente, y fue enterrado en la ciudad de Aššur, Su tumba fue una de las cinco encontradas en la parte baja del palacio de Aššūr. Fue sucedido, brevemente, por su hijo, Eriba-Adad II, cuyo corto reinado fue seguido por el de su hermano, Šamši-Adad IV. 

Eriba-Adad II («Adad ha reemplazado»), fue rey de Asiria entre 1056 y 1054 a. C. Sucedió a su padre Ashur-bel-kala, reinando tan sólo dos años, hasta que su trono fue usurpado por su tío Shamshiadad IV.
A pesar de su breve reinado, hay inscripciones fragmentarias, ​ donde afirma que su gobierno se extiende hasta los arameos, y listas de conquistas a lo largo y ancho en intensas campañas militares, imitando las de Tiglatpileser I, por lo que se hace llamar «rey de las cuatro partes.
Fue uno de los restauradores del é.ḫur.sağ.kur.kur.ra, (Casa, Montaña de las tierras) y de la cella del templo del dios Assur, ​ lo que conmemora en una de sus inscripciones. La Lista sincrónica da su nombre, pero la contrapartida babilonia es ilegible; posiblemente se trate de Simbar-Shipak, basándose en la secuencia de reyes. Esta crónica parece ser bastante extravagante en su cronología durante la edad oscura asiria. En cualquier caso, el rey Adad-apla-iddina, su contemporáneo, habría protegido en el exilio a Shamshi-Adad IV, tío de Eriba-Adad, que preparaba un golpe de estado contra su sobrino.
Su gobierno terminó, cuando Šamši-Adad «vino de Karduniash, y echó a Erība-Adad del trono».”
Se le atribuye una estela monumental en Assur (nº 27) en la Stelenreihe (fila de estelas), donde figura, lacónicamente, como «Erība-adad, rey del universo». 

Shamshiadad IV, rey asirio (1053 o 1054 a. C. - 1050 a. C.) del llamado Imperio Medio, hijo de Tiglatpileser I y sucesor de Eriba-Adad II, a quien sustituyó en el trono con la ayuda de los babilonios, con quienes se había criado.
La Lista asiria de reyes cuenta que «Vino de Karduniash, derrocó a Erība-Adad, hijo de Aššur-bêl-kala, y gobernó durante 4 años». El rey de Babilonia, Adad-apla-iddina, que había sido instalado más de una década atrás por el hermano de Šamši-Adad, Ashur-bel-kala, jugó un papel no aclarado en la sucesión, pero parece que Šamši-Adad pudo haber encontrado refugio en su reino, durante su exilio.
La Lista sincrónica de reyes​ da a Ea-, presumiblemente Ea-mukin-zeri (ca 1008 a. C.), como rey babilonio contemporáneo, ​ una pareja improbable, ya que más bien parece haber coincidido con los últimos reyes de la II Dinastía de Isin. Los sucesos políticos de su reinado son oscuros, y las inscripciones fragmentarias se limitan a la conmemoración de los trabajos de renovación del templo de Ishtar, en Nínive, y la bīt nāmeru (puerta-torre) en Assur.
Le sucedió en el trono su hijo, Asurnasirpal I. 

Asurnasirpal I o Aššur-nāṣir-apli I («El dios Assur es el protector de su heredero»), fue un rey asirio (1050 a. C. - 1031 a. C.) del llamado Imperio Medio, hijo y sucesor de Shamshiadad IV, gobernó durante 19 años​ en un período turbulento de la historia de Asiria, marcado por la hambruna y la guerra contra los nómadas de los desiertos occidentales.
Un himno real compuesto en su honor, conocido por una copia de la biblioteca de Asurbanipal, incluye una plegaria a la diosa Ishtar, pidiendo la curación de la enfermedad que le afligía, y citando, para persuadirla, la restauración de su templo y su devoción. Se dirige a Ištar de Nínive, y a Ištar de Erbil, como si fueran divinidades separadas.
Un pequeño ladrillo de inscripción de su palacio de Assur, fue localizado entre la fachada sudoeste del zigurat, y el templo de Anu-Adad. El Obelisco Blanco le es, a veces, atribuido por los historiadores, pero más habitualmente, a su homónimo posterior, Asurnasirpal II, debido a que su contenido (caza, campañas militares, etc.) coincide mejor con lo conocido de su reinado. ​ La Lista sincrónica de reyes​ da como contraparte en Babilonia a Kashu-nadin-ahhe (ca 1006–1004 a. C.), pero, probablemente, sólo por propósitos estilísticos, ya que no parece haber habido contactos registrados entre ambos reinos, durante este período.
Fue sucedido por su hijo, Salmanasar II, que le menciona en sus propias inscripciones, y luego por otro hijo de largo reinado, Assur-rabi II. 

Salmanasar II o Salmānu-ašarēd II («el dios Shulmanu es el más importante»), fue un rey asirio (1030 a. C. - 1019 a. C.) perteneciente al llamado Imperio Medio.
Sucedió a su padre, Asurnasirpal I, y gobernó durante 12 años, de acuerdo con la Lista asiria de reyes, y confirmado por un fragmento muy dañado de una lista de epónimos.
En la Lista sincrónica de reyes, está colocado al lado de su contraparte, el rey de Babilonia, Eulmash-shakin-shumi (1004–988a.C.), de la Dinastía de Bazi, una pareja improbable, que quizá refleja el aislamiento de ambos reinos, en este tiempo. Con toda probabilidad, reinó al tiempo que Nabu-shumu-libur (1033 – 1026 a. C.), y Simbar-Shipak (1025-1008 a. C.), cuyos reinados estuvieron caracterizados por sequías, malas cosechas, e incursiones de los arameos, invasiones hechas bajo la presión del cambio climático.
Hay pocas inscripciones que se le puedan atribuir con certeza, y algunas pueden ser de Salmanasar I, que le precedió dos siglos atrás, o bien de alguno de los tres que le siguieron. De los que se le atribuyen sin duda, una estela monumental (nº 14), de Assur, proporciona su genealogía, permitiendo así su identificación. Dice así: «Salmānu-ašarēd, gran rey, rey del universo, rey de Asiria, hijo de Aššur-nāṣir-apli (I), rey de Asiria, hijo de Shamshi-Adad IV, que fue también rey de Asiria».
Fue sucedido por su hijo, el rey Assur-nirari IV, de breve reinado, y luego por su hermano Assur-rabi II. 

Assur-nirari IV o Aššur-nērārī IV (Assur es mi ayuda), ​fue un rey asirio, (1018 a. C. - 1013 a. C.) hijo y sucesor de Salmanasar II.
Según la Lista de epónimos, Assur-nirari reinó durante seis años, durante los cuales se creó el sistema cronológico de los limu. El rey de Babilonia, Ninurta-kudurri-usur I (987 – 985a. C.) es su contrapartida en la Lista sincrónica de reyes, ​ pero la cronología convencional sugiere más bien a un monarca anterior, Simbar-Shipak (1025-1008 a. C.). Un rey posterior, Asurnasirpal II menciona a "Sibir, rey de Karduniaš", en el contexto de la captura de la ciudad de Atlila, en sus anales, y los historiadores han tratado de identificar a este individuo con Simbar-Šipak, sugiriendo que estaba en guerra con los asirios en este tiempo.
Su sucesor fue su tío, Assur-rabi II, un hijo de Asurnasirpal I. Las circunstancias de su sucesión son desconocidas, y la Listas asiria de reyes no da indicación de que fuera derrocado, la causa habitual de que un tío sucediera a su sobrino, en la monarquía asiria. 

Assur-rabi II (Assur es grande), ​ rey asirio (1012 a. C. - 972 a. C.) del llamado Imperio Medio.
Era un hijo menor del rey Asurnasirpal I. Sucedió a su sobrino, Assur-nirari IV en circunstancias desconocidas. Si fue una usurpación, debió ser un asunto violento. La Lista asiria de reyes registra su sucesión y genealogía, pero no proporciona más información. La construcción del Bit-nathi, parte del templo de Ishtar, en Nínive, fue recordada en una dedicatoria de Asurnasirpal II (883–859 a. C.), conmemorativa de su propio trabajo de reparación.
Algunos asentamientos asirios en el Éufrates medio, se perdieron frente a los arameos, ya que fueron capaces de cruzar el río, y establecer una red de asentamientos autónomos interrelacionados en el corazón de Asiria. ​ Salmanasar III recordó la pérdida de Ana-Aššur-utēr-aṣbat y Mutkinu, dos ciudades próximas a Til Barsip, que originariamente habían sido tomadas y colonizadas por Tiglatpileser I, unos cien años atrás, en una de sus inscripciones: «En tiempos de Aššur-rabi (II), rey de Asiria, el rey de Aram (Siria) tomó dos ciudades por la fuerza — Yo restauré estas ciudades. Yo instalé a los asirios en medio de ellos.».
Su época debe haberse extendido entre los reyes babilonios contemporáneos, Simbar-Shipak (1025-1008 a. C.) y Nabu-mukin-apli (978–943 a. C.), aunque no hay pruebas de contactos que puedan ayudar a fijar esta cronología con más precisión. La Lista sincrónica de reyes​ da como contemporáneos a los reyes de Babilonia, Shirikti-Shuqamuna, que reinó sólo 3 meses (ca. 985 a. C.). Severas calamidades y hambrunas se registraron bajo Kashu-nadin-ahhe (ca 1006–1004 a. C.), en la mitad del reinado de Aššur-rabi, y esto podría haber sido la causa de la emigración de los arameos.
Le sucedió en el trono su hijo Ashur-resh-ishi II, que gobernó durante cinco años. 

Assur-resh-ishi II (el rey Assur ha levantado mi cabeza, fue un rey asirio del Imperio Medio (972 a. C. - 967 a. C.). Según la Lista asiria de reyes, ocupa el puesto número 96 en la misma. Su corto reinado de cinco años está pobremente documentado, y un tanto eclipsado por los de su predecesor y su sucesor.
Sucedió a su padre, Assur-rabi II, que tuvo un largo reinado de 41 años. Probablemente, era bastante anciano cuando tuvo lugar la sucesión. Según la Lista sincrónica de reyes fue contemporáneo del rey babilonio Mar-biti-apla-usur (983-978 a. C.), el único miembro de la dinastía VII de Babilonia. o dinastía Elamita, aunque la cronología convencional sugiere que el rey posterior, Nabu-mukin-apli (978–943 a. C.), sería mejor candidato.
Aparte de las referencias a su persona en copias posteriores, de la Lista asiria de reyes y en la filiación de su nieto, Ashurdan II, las únicas inscripciones contemporáneas referentes a él están en su estela​ de la fila de estelas de Stelenreihe, en Assur, y en el cilindro​ de Bēl-ereš. Su estela es la número 12, y simplemente dice: "ṣalam de Aššur-reš-iši, rey de Asiria (MAN.KUR aš-šur), hijo de [A]ššur-[r]abi, rey de Asiria," donde el término ṣalam se considera que quiere decir "estatua."
Le sucedió en el trono su hijo, Tiglatpileser II. 

Tiglatpileser II, rey de Asiria (966 a. C. - 935 a. C.), que gobernó durante el Imperio Medio.
Hijo y sucesor de Assur-resh-ishi II. Su reinado, mediocre, se desarrolló en una época de crisis, y al igual que sus dos predecesores, sólo pudo resistir el empuje arameo, con grandes esfuerzos. Fue sucedido por su hijo Assur-dan II. 

Assur-dan II, rey de Asiria (934 a. C. - 912 a. C.), con quien comienza el llamado Imperio Nuevo.
Hijo y sucesor de Tiglatpileser II, recibió de éste un reino agotado. Con grandes esfuerzos, consiguió recomponer el poder del estado asirio. Realizó una reforma agrícola y ganadera, con la que consiguió frenar la emigración de su pueblo hacia otros lugares. Derrotó a los arameos cerca de Mosul, y lanzó una expedición victoriosa contra Babilonia. Restauró monumentos y edificios públicos, y nos ha dejado unos Anales de su reinado.
Le sucedió en el trono su hijo Adad-nirari II. 

Periodo neoasirio
·        Adad-nirari II (911-891 a. C.)
·        Tukulti-ninurta II (891-883 a. C.)
·        Asurnasirpal II (883-859 a. C.)
·        Salmanasar III (858-824 a. C.)
·        Shamshi-Adad V (823-811 a. C.)
·        Adadnarari III (810-783 a. C.)
·        Sammuramat o Semíramis, regente (810-805 a. C.)
·        Salmanasar IV (783-772 a. C.)
·        Ashur-dan III (772-755 a. C.)
·        Ashur-nirari V (754-745 a. C.)
·        Tiglatpileser III (744-727 a. C.)
·        Salmanasar V (727-722 a. C.)
·        Sargón II (722-705 a. C.)
·        Senaquerib (705-681 a. C.)
·        Asarhaddón (681-669 a. C.)
·        Asurbanipal (669-630 o 627 a. C.)
·        Assur-etil-ilani (627-626 a. C.)
·        Sin-shumu-lisir, usurpador (626 a. C.)
·        Sin-shar-ishkun (626-612 a. C.) 
En el 612 a. C., Nínive (la capital asiria), cayó ante la confederación medo babilonia; un general asirio —apoyado por los egipcios— continuó gobernando unos cuantos años desde Harrán con el nombre de Ashur-uballit II (c.612 – c. 609 a. C.) 

Adad-nirari II, rey de Asiria (911 a. C. - 891 a. C.). Generalmente, se le considera como el primer rey de Asiria del Imperio Nuevo o Neoasirio.
Hijo y sucesor de Assur-dan II, continuó la labor de reconstrucción del imperio que había comenzado su padre. Combatió contra los arameos y los reinos luvio-arameos de Anatolia. Derrotó en dos ocasiones al rey babilonio Shamash-mudammiq, arrebatándole las ciudades de Hit y Zanqu. Posteriormente también vencería al nuevo rey Nabu-shuma-ukin I, con quien firmó un tratado de paz rubricado con sendos matrimonios reales.
Hizo campañas en el oeste, subyugando a las ciudades arameas de Kadmuh y Nísibis. Además de conseguir grandes tesoros, aseguró la región del río Jabur. ​ Sus luchas con los arameos de Hanigalbat fueron constantes. Tras siete campañas consiguió dominarlos, sobre todo a Nur-adad, rey de Nísibis, a quien llevó prisionero a Assur.
Prueba de la nueva pujanza del estado asirio es el hecho de que Adad-nirari volviera a titularse, como en los grandes tiempos del poderío asirio, Rey de la totalidad y Rey de las Cuatro zonas.
Le sucedió en el trono su hijo Tukulti-ninurta II. 

Tukulti-ninurta II, rey de Asiria (890 a. C. - 884 a. C.). Al igual que su padre, tomó el título de «Rey de la totalidad».
Hijo y sucesor de Adad-nirari II. Se dedicó a consolidar los logros de su padre, que había conseguido restablecer el prestigio del poder asirio. Efectuó una expedición al país de Nairi, donde sometió a su rey Ammebali. Después atacó a los arameos, llegando incluso hasta las ciudades de Dur-Kurigalzu y Sippar, sin encontrar oposición del rey babilonio.
Donde más empeño militar puso fue en los valles del río Jabur, y en el curso medio del Éufrates. Tras anexionar el estado arameo de Harrán, se hizo construir un palacio en Kakhat (Tell Barri), junto al Jagjag, un afluente del Jabur. Luego regresó a Assur, cuyas murallas hizo reparar en su totalidad, ya que estaban sin restaurar desde el lejano reinado de Ashur-uballit I. A su muerte, pudo entregar a su hijo y sucesor, Assurnasirpal II, un reino floreciente.
Anales de Tukultininurta II. Museo del Louvre

Aššur-nasir-pal II (o Aššurnasirpal/Assurnasirpal, que significa "Aššur es el guardián del heredero" reinó en Asiria entre 883 a. C. y 859 a. C., siendo muy conocido por su brutalidad y la fundación de la ciudad de Kalhu (la actual Nimrud), a la que convirtió en capital del reino.
El reinado del predecesor de Aššurnasirpal II, Tukulti-Ninurta II, supuso la consolidación de la recuperación de Asiria, con lo que se pusieron los cimientos para que durante el reinado de Asurnasirpal II, Asiria se convirtiera en una de las potencias internacionales más grandes del Oriente Próximo.
Assurnasirpal II rodeado de dos sirvientes; relieve del palacio de Nimrud, actualmente en poder del Museo Británico (Londres). 

El trato brutal de Aššurnasirpal II aseguró a corto plazo el dominio asirio sobre sus conquistas en Mesopotamia y el Líbano. Se tiene constancia de 14 campañas militares durante su reinado. Varias de estas campañas se dirigieron hacia el norte contra el Estado arameo de Bit Zamani en el sureste de la actual Turquía que por dos veces se rebeló y que fue arrasado por las tropas asirias. Para afianzar su dominio sobre la zona se favoreció el asentamiento de colonos asirios en Tushhan, situada en la ruta de la ciudad de Amedi la capital de Bit Zamani (cerca de la actual Diyarbekir) y donde hizo construir un templo. Hacia el este y partiendo de la ciudad de Kilizi, se consolidó el dominio asirio sobre las estribaciones de los Montes Zagros construyendo una fortaleza en Dur Assur (“Fortaleza de Assur”). Babilonia al sur y Bit Adini en la cuenca media del Éufrates, incitaron a la rebelión a pequeños Estados fronterizos con Asiria, que Ashur-nasir-pal II aplastó sin piedad, concentrándose posteriormente en atacar Bit Adini. Al Oeste, en dirección al mar Mediterráneo ocupó la ciudad de Aribua donde estableció a más colonos asirios y posteriormente siguiendo por la costa hacia el Líbano estableció diversas alianzas con las ciudades fenicias deseosas de establecer relaciones con el poderoso vecino, al que le entregaron tributo.
Estas expediciones expansivas proporcionaron los recursos para el esfuerzo constructor de la ciudad de Kalhu, la nueva capital de Ashur-nasir-pal II, totalmente reconstruida sobre los restos de la antigua ciudad que estaba bastante abandonada. Hizo traer poblaciones de los territorios conquistados para que se establecieran en la ciudad, que finalmente contó con unos 16.000 habitantes, según la estela del banquete, documento en el que se da cuenta del banquete ofrecido por el rey a los habitantes de la nueva ciudad, dignatarios extranjeros, invitados procedentes de sus tierras y la corte del rey.
En el palacio real construido en Kalhu, aparecen por primera vez los relieves escultóricos, en los que se describen las campañas y cacerías del rey, que a partir de ese momento se convertirán en la decoración habitual de los palacios asirios y de los que actualmente hay numerosos ejemplos repartidos por varios museos europeos y estadounidenses. 

Salmanasar III, hijo y sucesor de Aššurnasirpal II​ gobernó Asiria entre 858 a. C. y 824 a. C.
Su reinado se caracterizó por el enfrentamiento de Asiria con los estados de la zona de Siria, el levante y el sur de Anatolia, coaligados entre sí para poner coto al control asirio de las vías de comunicación mercantiles. Al final de su reinado pudo contabilizar campañas personales durante veintisiete años, atravesando el Éufrates veinticinco veces, invadiendo Cilicia cuatro veces, y sometiendo pueblos del norte y del este, de los que sus antecesores habían ignorado hasta el nombre. 
Emisario del rey Jehu u Oseas del antiguo y norteño Reino de Israel, o acaso uno de ellos, rinde tributo ante Salmanasar III. Reconstrucción del segundo registro del Obelisco Negro. 

Expansión en Siria
La primera de estas coaliciones formada por Bit Adini, Carchemish, Hilakku, Pattin (todos situados en el norte de Siria y Cilicia) lucharon contra Asiria tras la subida de Salmanasar III al trono, que finalmente logró derrotarlos, anexionándose Bit Adini, que lideraba la coalición y que convirtió en provincia y rebautizó su capital, Til Barsip situada en la rivera del Éufrates como Kar-shulman-ashare-du (“puerto de Salmanasar”). La derrota de Bit Adini proporcionó a Asiria el paso por el río Éufrates hacia la zona del levante. 

Expansión en el levante
Posteriormente, en 853 a. C. se enfrentó a otra coalición de estados del levante y sur de Siria de la que formaban parte el “País de Ass” (Damasco), Hama e Israel. Tras pasar por graves dificultades y ser derrotado en la batalla de Qarqar, Asiria logró vencer a la coalición, tras cuatro enfrentamientos, sólo en 845 a. C., y posteriormente, bajo la presión de las sucesivas campañas, la coalición se desintegró en 841 a. C. cuando Salmanasar III pudo por fin reclamar tributo a Jehú del Reino de Israel.
Solo después de la victoria en el levante pudo Salmanasar III reforzar su dominio en la zona de Anatolia, donde los estados neohititas de Malatya, Que y Tabal o Tubal habían proporcionado ayuda a los adversarios de Asiria en la batalla de Qarqar. Las tropas asirias atravesaron los montes Tauro donde en el monte Amanus Salmanasar III colocó una estela al lado de la que otro rey hurrita, Anum-khirbi, había colocado un milenio antes.
Estela de Salmanasar III, British Museum, Londres. 

En las relaciones de Asiria con Babilonia, se mantuvo el clima de cooperación entre ambos reinos. Salmanasar III acudió en ayuda de Marduk-zakir-shumi I, ​ rey de Babilonia, cuando el hermano de éste amenazó su lugar en el trono con una sublevación que fue aplastada por los asirios y repuso al primero en su lugar. Posteriormente atacó a las tribus arameas y caldeas de la región que solían causar problemas a Babilonia. Finalmente reafirmó el pacto con la ciudad, hecho conmemorado en un relieve esculpido en el zócalo del trono de Salmanasar.
Los tres últimos años del reinado de Salmanasar ven el enfrentamiento entre su hijo y sucesor Šamšiadad, y otro de sus hijos Aššur-da'in-apla, por hacerse con el trono. Finalmente el primero sale vencedor y es coronado como Šamšiadad V. 
El Obelisco negro de Salmanasar III es un monumento que data del año 827 a. C. y fue erigido en época del imperio asirio, que se extendió por Mesopotamia en la zona de los ríos Tigris y Éufrates.
La escultura fue hallada en 1846, por el arqueólogo Austen Henry Layard en Nimrud o Kalhu, antigua capital asiria, situada junto al río Tigris, a unos 30 km al sudeste de Mosul en el actual Irak y fue erigido como monumento público, en tiempos de guerra civil, y en sus relieves se enumeran los logros realizados por el rey Salmanasar III, hijo y sucesor de Ashur-nasir-pal II que gobernó Asiria entre 858 a. C. y 824 a. C. y su comandante en jefe, en treinta y un años, que reflejan los tributos que recibieron de otros reinos sometidos por los asirios: camellos, monos, elefantes y un rinoceronte, metales, madera, marfil y en cinco escenas repartidas en cada cara del obelisco (en total 20 recuadros), se narran junto a una escritura cuneiforme que reza.
·       Tributo de los habitantes de Guilzanu (reino del noroeste de Irán).
·       Tributo de Jehú, rey del Lugar de Omri (antiguo reino del norte de Israel).
·       Tributo del país de Musri (probablemente Egipto).
·       Tributo de Marduk-apilusur, príncipe del país de Sukhu (reino del medio Éufrates situado entre Siria e Irak).
·       Tributo de Qarparunda, príncipe del país de Khattin (Antioquía, actual provincia de Hatay, Turquía).   
Tanto el rey bíblico Jehú como los diferentes personajes y países a los que pertenecían, es­taban encuadrados dentro de los denominados estados tributarios de los asirios. Tales estados, desde el punto de vista jurídico asirio, mantenían una relativa independencia, aunque en la práctica eran aliados y vasallos. Por otra parte, habría que pensar en el cambio de mentalidad de los reyes asirios, sobre todo a raíz de la fundación del imperio neo-asirio por Ashshurnasirpal II (883-859 a. c), al utilizar el arte como vehículo de propaganda y autoelogio. Quizá por ese motivo aparece citado este rey en el obelisco negro de Salmanasar III.
La segunda fila con figuras del Obelisco Negro, que es la que nos interesa, representa el tributo del israelí Jehú a Asiria.
Antes de pasar a comentar tanto el texto como la escena figurativa del mismo, debemos dejar claro que, a excepción de un pequeño renglón no se vuelve a mencionar nada de él a lo largo de los 31 relatos (palus) que componen el cuerpo narrativo del Obelisco Negro.
Por otro lado, las fuentes bíblicas tampoco nos dan cuenta de tal acontecimiento. Tales referencias, sin embargo, habrá que ir a buscarlas a otras fuentes de Salmasanar III (Placa de Mármol) en donde aparece una vez más el nombre del soberano israelí, Jehú.
El pequeño renglón que da título al motivo del relieve dice así: Como tributo del Jehú de Bit-Khumri [“casa de Omri”], recibí: plata, oro, una vasija de oro, una fuente de oro, copas de oro, estaño, un cetro para la mano del rey y armas.
Los asirios creían erróneamente que Jehú pertenecía a la dinastía de Omri; sin embargo, fue precisamente Jehú quién acabó con ella. Esto pudo deberse a la carencia de datos por parte de los servicios de información asirios; o bien que hasta este momento los asirios no habían entrado en contacto con el reino de Israel y, por tanto, el desconocimiento de su historia política era absoluto.
En la parte central del relieve del Obelisco Negro se puede observar al rey de Israel, Jehú, arrodillado ante el monarca asirio Salmasanar III. Jehú lleva un gorro picudo con borla, una túnica larga acompañada de flecos en el dobladillo inferior y un cinturón También podemos observar que se acompaña de una especie de abrigo largo con el borde echado por encima de los hombros que, al igual que la túnica, va revestido de flecos.
Por lo que respecta a su calzado, consiste en un par de botas puntiagudas, calzado acorde con el clima semidesértico que existía en Israel y en todo el Próximo Oriente.
En cuanto al monarca Salmanasar III podemos observar el ofrecimiento que hace de una de las vasijas, pertenecientes al lote que constituía el tributo del rey de Israel, a su divinidad nacional: Ashshur.
Por encima de Jehú se localizan los distintivos y símbolos de soberanía de los dos dioses principales asirios, como eran el ya mencionado Ashshur, consistente en la figura de un águila, e Isthar, identificada con el planeta (estrella para los mesopotámicos), Venus.
Detrás de Salmanasar III se encuentran dos oficiales que por su aspecto, en cuanto a su tipo de vestimenta, deben ser de cierto peso en la jerarquía social asiria. Uno de ellos lleva una sombrilla para proteger del sol al rey; y el otro porta una especie de maza símbolo tradicional en la ideología de la antigua Mesopotamia, con la cual se representaban prácticamente la mayor parte de los reyes en actitud de golpear a sus enemigos.
Frente al rey asirio y detrás de Jehú se encuentran otros dos altos funcionarios que podrían ser maestros de ceremonias a tenor de la posición de sus manos respetuosamente juntas.
En la segunda parte de la figuración aparecen los distintos tributarios israelíes, los cuales son conducidos por dos soldados asirios. En cuanto a los objetos que portan no se pueden identificar en su mayoría con plena exactitud. No obstante, hay algunos de ellos que son reconocibles, entre los cuales se encuentran: una fuente con piezas de plomo, una bolsa sin saber su contenido exacto, jarras con asas, copas fabricadas de diversos materiales entre las que sobresalen las de plata, oro y arcilla. Otro tributario perteneciente a la tercera parte del conjunto de la figuración lleva una especie de vara de plata en la mano y el otro tercero una copa. Los dos siguientes son portadores de algún tipo de madera preciosa, tal vez el ébano cargado en sus hombros. En la cuarta y última parte de la figuración lo más probable es que los distintos tributarios portasen barras de cobre y el último de ellos una fuente con metales en su interior. 




Relieves del segundo registro del obelisco negro, en el que aparece un emisario del rey israelita Jehú u Oseas, o acaso uno de ellos, postrándose ante el monarca asirio Salmanasar III. El texto cuneiforme asirio expresa: "El tributo de Oseas, hijo de [la Casa de] Omri" cosa que no implica que la figura postrada sea necesariamente un rey. ​
El obelisco fue situado en una sala de audiencias del palacio de Kalhu, como propaganda de su reinado y es en uno de sus relieves en el que se ve la imagen más antigua de un israelita que se conoce (la un emisario del rey Jehú u Oseas, o acaso la de uno de ellos). 

Características
Altura: 197,850 cm.
Anchura: 45,080 cm.
Material: Piedra caliza.
·        Contiene una inscripción con los logros del rey, sus ascendientes y títulos.
·        Forma: Obelisco de base rectangular coronado por una torre escalonada. 

Šamšiadad V o Šamši-Adad (también transcrito como Shamshi-Adad/Shamshiadad) fue rey de Asiria en el período comprendido entre 823 a. C. y 811 a. C. Fue hijo y sucesor de Salmanasar III, marido de la reina Sammuramat (identificada por algunos como la mítica Semiramis), y padre de Adad-nirari III, que le sucedió.
Su primera tarea de gobierno fue acabar con la rebelión que había protagonizado su hermano Aššurdanappli, todavía en vida de su padre, por haber sido descartado para la sucesión. Para ello hubo de comprar el apoyo o la neutralidad del rey de Babilonia, Marduk-zakir-šumi I.
Después de tres campañas militares contra príncipes rebeldes del País de Mairi, los maneos y los medos, decidió vengarse de los babilonios, por la humillación sufrida al principio de su reinado. En 816 a. C. atacó y venció a su rey Marduk-balassu-iqbi, capturando a numerosos prisioneros, que fueron llevados a Nínive.
Estela de Shamshi-Adad V, Museo Británico, Londres. 

Bajo su reinado, Asiria no alcanzó el poder logrado por sus antecesores, pero al menos pudo sobreponerse a la grave crisis política que atravesó al recibir el trono. En el momento de su muerte, su hijo Adadnarari III era menor de edad, por lo que la regencia fue ejercida por la reina madre, la babilonia Sammurat, que ha pasado a la historia con el nombre de Semíramis, a través de las leyendas griegas.

Adad-nirari III fue rey de Asiria en el período 810- 783 a. C. Fue hijo y sucesor de Shamshi-Adad V.
Durante su minoría de edad, la regencia fue ejercida por su madre, la reina Sammuramat, ​ cuya gran influencia puede haber dado lugar a la leyenda de Semíramis. Su primera expedición militar tuvo lugar en el 805 a. C., dirigida contra Damasco, recibiendo tributo de varios reyes de Siria y Canaán.
En 795 a. C. emprendió una campaña victoriosa contra Babilonia, que terminó amistosamente, proclamando solemnemente la paz entre los dos pueblos hermanos, y su devoción por los dioses de Babilonia y Borsippa. A partir de entonces, haciendo honor a la nueva situación, proporcionó ayuda al rey babilonio contra los nómadas arameos que atacaban el valle del Tigris, al sur del pequeño Zab.
Los últimos años de su reinado fueron de debilidad progresiva, que Urartu aprovechó para lograr ganancias territoriales. Cuatro de sus hijos heredaron sucesivamente el trono de Asiria. Los tres primeros fueron incapaces de contener el problema de Urartu, lo que sólo consiguió el cuarto sucesor, Tiglath-Pileser III, fundador del nuevo Imperio asirio. 

Salmanasar IV, rey de Asiria (782 a. C. - 773 a. C.).
Hijo y sucesor de Adad-nirari III. A partir de 780 a. C. estuvo en guerra constante contra Urartu, contra cuyo rey Argishti I realizó cinco campañas. Gracias a la habilidad de los generales Shamshi-ilu y Pan-Ashshur-lamur, gobernador de Assur, se consiguió contener el poderío urarteo. Shamsi-ilu era el lugarteniente en jefe del ejército, y la verdadera autoridad del reino, que conservó durante los dos reinados siguientes. Es la persona que dirigió la lucha contra Urartu, como atestigua una inscripción sobre los toros que adornan la entrada de su palacio en Til-Barsip. El hecho de que no mencione en ella a su soberano subraya su poder y la debilidad del poder real.
Hacia 775 a. C., Salmanasar IV emprendió campañas contra Damasco y la Montaña de los Cedros, y se aseguró el control de los impuestos en la zona palestina, si bien estas expediciones parecen no haber sido más que incursiones periódicas.
Le sucedió su hermano Assur-dan III. 

Ashur-dan III fue el rey de Asiria del 773 al 755 a. C.
Ashur-dan III era uno de los hijos de Adad-nirari III. Sucedió a su hermano Salmanasar IV en el trono asirio. Heredó una situación complicada de su predecesor: la influencia de los monarcas asirios había sido seriamente limitada por los dignatarios de la corte, particularmente por el comandante en jefe (turtanu) Shamshi-ilu. La debilidad del reino se acentuó durante el curso de este reinado.
Ya en 768 a. C. el ejército se tuvo que quedar en el país, lo que se repitió en 764 a. C., después de una peste. En efecto, de acuerdo con el canon epónimo, en 765 a. C. Asiria fue golpeada por una plaga, y el año siguiente el rey no pudo organizar la preceptiva campaña militar anual. En 761 a. C estalló una revuelta, que se extendió a Arrapkha, y que sólo pudo ser sofocada en 759 a. C., ​ cuando otra plaga asoló nuevamente el país.
Su reinado y el de sus predecesores ha podido ser datado con precisión gracias a las referencias a un eclipse solar realizadas en las crónicas asirias (el famoso eclipse de Bur Sagale).
Ashur-dan III fue sucedido por otro hermano, Ashur-nirari V. 

Ashur-nirari V (también Assurnirari) fue rey de Asiria del 755 al 745 a. C. Fue sucedido por Tiglatpileser III. Su nombre aparece en una inscripción de Sardur II, que sólo le concede el título de «rey de Asiria»​ Ashur-nirari V era uno de los hijos de Adad-nirari III. Sucedió a su hermano Ashur-dan III en el trono asirio. Heredó una situación complicada de su predecesor: la influencia de los monarcas asirios había sido seriamente limitada por los dignatarios de la corte, particularmente por el comandante en jefe (turtanu) Shamshi-ili.
El comienzo de su reinado estuvo marcado por las preocupaciones por el poder emergente de Bit Agusi y de Karkemish, nuevas amenazas, apoyadas por el enemigo tradicional, Urartu. El general Shamshi-ili pudo lanzar un ataque contra Mati-ilu, rey de Bit-Agusi, y firmar un tratado, cuyo texto está mutilado, pero cuyo significado parece dirigirse a la contención de Urartu sobre Siria. Esto fue un triunfo para Asiria, pero pasado el peligro, Mati-ilu denunció el tratado. ​
De acuerdo con el canon epónimo, durante cuatro años el rey fue obligado a permanecer en tierra asiria, lo que ha sido interpretado como un síntoma de debilidad, ya que era costumbre que los reyes asirios organizasen una campaña militar cada año. Sin embargo, en su cuarto y quinto año de reinado pudo marchar sobre Namri. En el año 746 a. C. hubo una nueva revuelta, y un año más tarde fue derrocado por Tiglatpileser III, que según distintas fuentes pudo ser su hermano, su hijo, o bien un usurpador sin relación alguna con la casa real. 

La industria
Los pueblos de Oriente comenzaron a utilizar el bronce hacia el año 2000 a. C. Fabricaron sus armas con esta aleación, haciéndolas mucho más eficaces. Los hititas propagaron el hierro hacia el siglo X a. C., así es que los asirios en su época de apogeo del siglo VIII a. C. estaban ya bien dotados con las nuevas y mortíferas armas hechas con este metal.
El algodón o árbol de la lana, se conocía en la India desde tiempos remotos. Fue introducido en Asiria por el rey Senaquerib (hijo de Sargon II), que reinó desde el 705 a. C. al 681 a. C.
Los dioses eran muy numerosos en todo el territorio de Asiria. Eran muy parecidos a los hombres en muchos aspectos, pero tenían una autoridad ilimitada. Era común a todos los pueblos de esta región el temor a los dioses. Asiria estaba llena de grandes templos donde los sacerdotes ofrecían sacrificios. Había siempre una construcción mayor, un templo que sobrepasaba en altura a los demás, con forma de torre escalonada; es lo que se conoce como zigurat.
La religión en general en toda asiria no era como la de Egipto, optimista y con esperanza en el más allá. Por el contrario se vivía con un temor permanente y miedo a los espíritus malignos y la muerte era muy temida pues el espíritu del hombre se marchaba a una penumbra eterna donde de ningún modo era feliz.
En Asiria el dios principal era Assur que dio nombre a la región, a la tribu y a una ciudad. El símbolo de Assur era el árbol de la vida, pues él era el dios de la vida vegetal. Más tarde cuando Asiria es ya un imperio militar, Assur se convierte en un dios guerrero y es identificado con el Sol. Su símbolo fue entonces un disco con alas, el mismo que tenían los hititas y que a su vez habían recibido de Egipto. La diosa principal era Ishtar, diosa del amor, de la guerra y la fecundidad. Se le daban las advocaciones de «Primera entre los dioses», «Señora de los pueblos», y «Reina del cielo y la tierra» entre otras.
En la ciudad asiria de Nínive se encontraron unas listas pertenecientes a la biblioteca de Asurbanipal en que se podían contar hasta 2500 nombres de divinidades, entre las que había pequeñas deidades locales. Los dioses mayores que se adoraban en las ciudades eran: Anu dios del cielo, Enlil señor de los vientos y tempestades, Ea señor de las aguas. El dios-sol Shamash era señor de la luz que asegura la vida y permite juzgar las acciones humanas con claridad. Era por tanto el dios de la justicia.
Marduk era un dios de Babilonia, pero fue adoptado y adorado en toda Mesopotamia. Llegó a ser un dios universal, dueño del mundo y primero entre los dioses.
Existían además unas criaturas al servicio de los dioses: los genios y los demonios que podían ser tanto benefactores como maléficos. Su misión era proteger o castigar a los hombres. Estos demonios cuando castigaban lo hacían de manera cruel y atormentadora. Podían golpear a los hombres convirtiéndose en fantasmas, hombres de la noche, devoradores de niños, etc. 

El arte asirio en la ciudad de Nínive (escultura, arquitectura, pintura y cerámica) se conoce a través de las excavaciones y posteriores estudios hechos en Nínive (actual Mossul), y en otras ciudades que formaron parte de la civilización del pueblo asirio. Los arqueólogos que trabajaron en Mesopotamia estudiaron antes las antigüedades asirias que las babilónicas, simplemente porque les resultaba más fácil. Les era más sencillo acceder y seguir el rastro de las excavaciones de la ciudad de Nínive, donde se conservaban los cimientos en piedra casi intactos, que hacerlo en Babilonia, donde abundaba el adobe muy destruido por el paso de los siglos. Con los estudios exhaustivos de los palacios, templos y trazados de las ciudades asirias, los arqueólogos adquirieron la experiencia que luego les permitió seguir, en las ciudades mesopotámicas demolidas y casi totalmente destruidas, un plan de trabajo ya practicado.
Toro alado de Khorsabad. 

En Mesopotamia hubo dos etapas de fecundidad artística:
·       Caldea (de la región del sur de Mesopotamia, conocida más adelante en la historia como Babilonia).
·       Asiria (de la región más septentrional de Mesopotamia). 
Los verdaderos creadores del arte asiria fueron los antiguos sumerios, pueblo que se supone de origen camita y que pobló estas tierras hacia el año 4000 a. C. El estilo de estas personas fue asimilado después (desde el año 3000 al 1500 a. C.) por el pueblo semita de los acadios que también llegó a habitar esta región y se fundió con los habitantes anteriores y fue asimilado igualmente por los babilonios. Entre los siglos XI y VII a. C. el estilo sumerio adquiere pleno desarrollo con la civilización asiria y la neobabilónica.

Genio alado, palacio de Dur-Sharrukin, Khorsabad. 

Características del arte Asirio
Las características están muy relacionadas con los materiales de construcción, que a su vez dependen del medio geográfico. La piedra es escasa pero el barro es abundante. Apenas existen árboles corpulentos de donde sacar las vigas. Siguiendo estas limitaciones, las construcciones se realizan en adobe y ladrillo con cimentación en piedra (a imitación de los sumerios). Se emplea el arco y la techumbre de bóveda.
El periodo de auténtico arte asirio es el llamado neoasirio o asirio tardío y comprende desde el año 1000 al 612 a. C. Es la época de los grandes constructores Assurnasirpal II, Sargón II, su hijo Senaqerib y por último, Esarhaddon (el conquistador de Egipto). Todos ellos mandaron construir grandes palacios en las distintas ciudades elegidas por cada uno. 

Decoración y materiales
El adobe se utilizaba para las terrazas y muros gruesos externos. Las paredes hechas de adobe o de ladrillo se recubren con cerámica de colores (barro cocido y vidriado) o con estuco blanco sobre el que iban las pinturas al fresco. Los dibujos representaban plantas, animales fantásticos o figuras geométricas. Utilizaban también el alabastro, que es una piedra blanda que abundaba cerca del río Tigris, en la parte alta. Con este material fácil de tallar se realizaban grandes placas decoradas con relieves que cubren los edificios más nobles.
Emplearon también como decoración los escritos en letra cuneiforme. En las grandes superficies horizontales de los muros de los palacios se hallaban las placas donde se relataban las crónicas de batallas, victorias y cacerías.
El tema del árbol de la vida aparece en los sellos cilíndricos y en algunas pinturas murales. Se han encontrado también decoraciones vegetales muy estilizadas.
Todas las construcciones eran demasiado simples, con algunas excepciones de maravillosa ingeniería como es el caso del riego en los famosos jardines de Babilonia. La simplicidad en el diseño de las estructuras se debe a lo difícil del terreno y a lo escaso de los materiales. 

Escultura
Los asirios aprendieron el arte de la escultura y bajorrelieve del pueblo hitita. Se han encontrado pocas estatuas, debido a la mala calidad de los materiales. La piedra en Asiria es buena para cortar en lajas delgadas y para bajorrelieves pero mala para estatuas. Por eso lo más abundante son los bajorrelieves hechos de alabastro o caliza blanda.
Los escultores asirios supieron representar con una gran perfección los animales salvajes, realizando relieves de escenas de caza de gran realismo. Uno de los trabajos más apreciados en este campo es el que se conserva en el Museo Británico y que representa un león y una leona moribundos; forma parte de una escena de caza del palacio encontrado en Nínive y atribuido a Assurbanipal (año 668 a. C.). En ese mismo palacio se encontraron escenas de batallas, de prisioneros, de la vida cotidiana del ejército, etc. Todos estos relieves fueron hechos en alabastro.
El tema de los relieves es casi siempre profano. Además de las escenas de guerra abundan las de caza (el rey caza leones y otros animales salvajes). Las escenas que muestran la vida placentera de dentro del palacio se representan en las paredes interiores. En el palacio de Khorsabad se encontraron más de 2.000 metros de bajorrelieves con una calidad artística muy desigual debido a los diferentes artesanos que trabajaron en ellos en un tiempo límite. Por lo general el dibujo es torpe, como de niño pequeño. Los hombres son más altos que los caballos e incluso más que las fortalezas; los peces son del tamaño de un barco, los buitres son tan grandes como el cadáver que están devorando. La idea de perspectiva es también bastante incipiente. En general el artista agranda los personajes que le interesan y así el rey es más alto que nadie y los asirios son más grandes que sus enemigos. La cabeza está dispuesta de perfil en la mayoría de los casos, aunque la persona esté de frente. Las caras son inexpresivas. Al lado de estos relieves descritos pueden contemplarse otros salidos de las manos de verdaderos artistas que supieron plasmar a la perfección las barbas, el pelo rizado, los bordados de los mantos y las franjas de los vestidos del rey y sus servidores.
Las esculturas de bulto redondo también fueron verdaderas obras de arte. Algunas eran enormes y estaban colocadas en las puertas de los palacios, como guardianes del recinto. Eran figuras de seres mitológicos antropomórficos, esfinges aladas y con cabezas humanas, grifos y leones.
La escultura asiria, muy parca en estatuas, abunda en relieves sobre piezas de mármol y alabastro. En ellos, se exagera la robustez de la musculatura humana que se imitó de la escultura caldea. Los personajes de distinción y los genios o dioses llevan grandes barbas con rizos escalonados (de los cuales ya hubo algún ejemplar de pequeñas estatuas mitológicas y de relieves en la escultura sumeria) mientras que los eunucos o servidores del rey se presentan sin barba; y todos con trajes talares o, por lo menos, hasta la rodilla ostentando grandes flecos o franjas en los bordes de la vestimenta. Son también característicos del arte asirio (y del persa que le sucedió) los lamasu que se colocaban a los lados de las puertas de los palacios reales (kirubi o querubín —en el mundo judío—, también denominados androsfinges —de los términos griegos andros, varón, y esfinge—, una construcción quimérica caracterizada por mezclar miembros de toro, león y águila con una cabeza humana) que tuvieron ya sus antecedentes en las figuras pequeño tamaño de época sumeria y babilónica (toros androcéfalos).
Genio alado con cabeza de águila, procedente del palacio de Asunasirpal II en Nimrud (853-859 a. C.)
Genio alado fertilizando una palmera datilera, de la misma procedencia.
Lamasu del Palacio de Ashurnasirpal II, procedente de Nimrud (ca. 883 a. C.)
Detalle de uno de los relieves de la cacería de Asurnasirpal.
Dibujo arqueológico del obelisco negro.
Estatua de Salmanasar III procedente de Assur.
Estela de Adad-nirari III (810-763 a. C.) 

Los bajorrelieves asirios más antiguos son los de Tiglatpileser I y los más acabados corresponden a la época de Asurbanipal (siglo VII a. C., que fue el siglo de oro de este arte). Los principales entre estos monumentos asirios se hallan en el Museo Británico (las cacerías de Asurnasirpal y Asurbanipal -con los leones heridos-, el obelisco negro) y en el Louvre (toros androcéfalos, relieves de Sargón II). ​
Sargón II con su hijo el príncipe Senaquerib, bajorrelieve procedente de Dur Sharrukin-Khorsabad (ca. 716 a. C.)
Lamasu del palacio de Sargón II en Khorsabad
Héroe de la mitología mesopotámica (Gilgamesh o Enkidu), venciendo a un león. Procedente del palacio de Sargón II en Khorsabad
La leona herida (de la cacería de Asurbanipal).
El león herido (de la cacería de Asurbanipal).
Asurbanipal matando un león (de la cacería de Asurbanipal).

Monumentos
El monumento más importante en el arte asirio es el palacio, morada del rey. El rey es el personaje más importante del pueblo asirio, es el dominador y el caudillo, por tanto su casa debe ser construida con magnificencia.
El palacio asirio (y en general el palacio de Mesopotamia) constituye un gran recinto con numerosas dependencias, patios, salones de recepción y un templo. Será el modelo de los palacios romanos en la época en que el Imperio se orientaliza y será el modelo que tomarán los bizantinos y los árabes de la Edad Media.
El otro gran monumento es el templo. Eran edificios en forma de torre, los llamados zigurat, con mucha altura. Estaban ubicados en los recintos de los palacios, formando parte de ellos. En toda Mesopotamia existían estos templos siendo los más grandes los de Babilonia. Las torres estaban escalonadas y a veces sobrepasaban una altura total de 100 metros. El templo-torre del palacio de Sargón II tenía 43 metros de lado y cada uno de los pisos medía 6 metros sobre la altura normal de 5 metros.

Arquitectura asiria

Reconstrucción del patio del palacio de Korshabad. 

Los asirios construían casi tanto como hacían la guerra, y eran grandes guerreros. Cada soberano asirio se quiso construir su propio palacio edificado para la gloria de Asur. En las paredes de estos palacios los escribas dejaban constancia de la historia de sus reyes mediante tablillas de arcilla, bajorrelieves, esculturas y pinturas.
Los dos grandes imperios, el caldeo y el asirio, que fueron sucediéndose en la antigua región del Tigris y el Éufrates, dieron origen a dos civilizaciones también diferentes y sucesivas aunque en el arte estuvieron muy hermanadas por copiarse mutuamente las formas. El primer imperio tuvo al principio su asiento en diferentes ciudades de Caldea que si no guardaban unidad política, respetaron al fin la hegemonía de la célebre Babilonia y el segundo, en Asiria, siendo por último su capital la famosa Nínive. Destruida esta ciudad por el medo Ciájares, renació el Imperio caldeo con Nabopolasar y tuvo su período más brillante con Nabucodonosor II, hijo de éste para terminar con la toma de Babilonia por los persas. La arquitectura asirio-caldea estuvo muy lejos de alcanzar la perfección que tuvo la egipcia y a pesar de las repetidas excavaciones que se han sucedido, no se ha llegado a tener un conocimiento perfecto de ella debido a la debilidad de su material constructivo y en vista del estado lamentable de las ruinas. La época mejor conocida en el terreno arquitectónico es la del Imperio asirio, sobre todo, con la exploración de los palacios de Nimrud y Nínive. 

Arquitectura asiria
El arte asirio se apropió de las formas caladaicas, tanto en edificios como en inscripciones, si bien en éstas abandonó la lengua proto-caldea, usando la asiria y en aquellos construyó con más solidez, suntuosidad y perfección en el ornato. Aunque en Asiria no escasean las canteras de piedra y de los montes próximos de Armenia se extraían buenas calizas y mármoles, los asirios construían con ladrillos y adobe a imitación de los caldeos y sólo echaban mano de la piedra para revestimientos de muros y para la base de los edificios, los cuales fueron principalmente torres y palacios. Apenas se sabe nada de las tumbas en el imperio asirio y, no cabe duda que no se preocupaban por ellas cuando no han dejado muestras relevantes. Las torres o zigurats se componían de siete plataformas con igual destino y significado que en el arte caldeo. Pero se diferenciaban de éste en que no tenían escalinata exterior ni rampa (salvo la que servía para el terraplén inferior) franqueándose el acceso a las plataformas superiores por escalera interior que partía de un vestíbulo con su puerta monumental situados al pie del edificio en una de sus caras. Había, además, otros templos menores para divinidades secundarias, ya en forma de pequeñas torres, ya como edículos o templetes con su frontón al modo griego, aunque rudimentario.
Los palacios que en la arquitectura asiria ofrecen extraordinaria importancia, se elevan asimismo sobre grandes plataformas o terraplenes con planta rectangular prolongada y orientados como las torres. Encierran en su perímetro grandes patios, alrededor de los cuales se alzan los cuerpos de edificio divididos en diferentes salas de extraordinaria longitud cuyas paredes interiores más ricas y a veces incluso los pavimentos se cubrían hasta cierto punto con láminas de alabastro, adornadas en los muros con relieves historiados e inscripciones y más arriba se revestían los muros con ladrillos esmaltados o azulejos que ostentaban hermosa pintura policromada. El bronce y el oro abundaban así mismo en estas decoraciones palatinas. Es lo más probable que no tuvieran los palacios más que un solo piso y que recibieran la luz por el techo el cual se hacía plano y se adornaba con madera esculpida. Junto al palacio real se elevaba la torre-templo.
Esfinges aladas situadas a la entrada de la ciudad de Nimrud.

Aunque los asirios conocieron la bóveda, tanto falsa como verdadera (de medio cañón y apuntada) no dieron gran importancia a estos elementos arquitectónicos pero sí al arco de medio punto y al elíptico para las puertas monumentales. Tampoco hicieron frecuente el uso de las columnas a juzgar por los restos hallados y es probable que construyeran éstas de madera sobre zócalo redondo de piedra. Junto a las puertas principales de los palacios reales, como para defender la entrada o simbolizar el poder, había colosales figuras de esfinges aladas, a veces, de cinco metros de altura, que por lo común tenían cabeza de hombre (androsfinges) con barba rizada, el cuerpo de toro o de león y las alas de águila, esfinges que, por otra parte, ya habían empezado a usarse en el arte caldeo primitivo. Entre los motivos ornamentales se hallan muy habitualmente las grecas, piñas, palmetas, rosones, las acciones guerreras y las cacerías.
Las ruinas de ciudades asirias más exploradas por los arqueólogos son las de Nínive, Nimrud o Halah (la Chale del Génesis) y Elleasur las cuales tenían elevados muros, defendidos por numerosas torres y encerraban magníficos palacios. Los más notables de entre dichos palacios, cuyas ruinas se han descubierto y estudiado son:
·       el de Asshurnasirpal (Sardanápalo I) y el de Salmanasar II con su famoso Obelisco negro, ambos en Nimrud, siglo IX a. C.
·       el de Asarhaddón, en la misma localidad, siglo VII a. C.
·       el de Sargón II o Sarkín, en Kórsabad, siglo VIII a. C. Estaba decorado con veinticuatro pares de toros alados y unas dos mil losas de piedra esculpidas y colocadas por dentro y por fuera, a lo largo del muro.
·       el de Senaquerib. Era un palacio semejante al de Sargón aunque no tan extenso.
·       otro de Asarhaddón, embellecidos éste y el anterior por Asurbanipal (Sardanápalo II).
El arte del segundo imperio babilónico no se diferencia del asirio sino en el uso exclusivo del ladrillo para las construcciones y en que abunda más la decoración pictórica y de relieve de sus ladrillos esmaltados para revestimiento, en vez de los de mármol que se usaban en el arte precedente. Las torres y las tumbas, sin embargo, seguían en la baja Caldea la forma ya descrita del primer Imperio.
Murallas de Babilonia. 

Célebre ha sido en todos los tiempos la gran ciudad de Babilonia embellecida sobremanera en este último periodo por Nabucodonosor II el grande (605 a. C. al 562 a. C.). Medía en esa época unos 514 kilómetros cuadrados de área. Sus gigantescas murallas se elevaban 106 metros de altura y contaban 25,5 metros de espesor. Su famoso templo de Belo con la torre abrazaba un perímetro de 1.480 metros, elevándose a 185 metros de altura. El puente sobre el Éufrates, río que lo atravesaba diagonalmente contaba un kilómetro de largo por diez metros de ancho, siendo también colosal el túnel que pasaba por debajo del mismo río, el primero que se conoce en el mundo. Los jardines pensiles o construidos sobre pilastras y arcos, los palacios, las fortalezas y los templos (que llegaban a los cuarenta y tres), todo era soberbio y colosal según atestiguan las ruinas que hasta hoy nos han llegado. Entre ellas, destacan dos zigurats antiguos pero reedificados por Nabucodonosor que han obtenido fama universal por los recuerdos que van unidos a los mismos. El mayor es el llamado Bit-Sagatu, en Babil o templo de Belo que debió elevarse 185 metros (mayor altura que las pirámides egipcias, aunque hoy mide 40) con otro tantos de base. La otra es Bit-Zida en la acrópolis Borssipa que alcanzó los ochenta metros de altura y setecientos de lado en su base. Esta es probablemente en su origen la torre de Babel.
A pesar de la grandiosidad y de la fastuosa exornación que distingue a la arquitectura caldeo-asiria, se halla ésta desprovista de verdadera elegancia, es pobre o muy sencilla en sus líneas y pesada y monótona en sus formas. En la forma piramidal de las torres, en el número de sus cuerpos, en la orientación y otros detalles hay que reconocer gran simbolismo religioso, como ocurre en la arquitectura egipcia. 
Reconstrucción arqueológica del siglo XIX sobre el posible aspecto de una sala del palacio de Nínive.

El ejército asirio
Antes de las reformas de Tiglatpileser III, el ejército asirio era muy similar a los otros ejércitos de Mesopotamia. Los soldados eran en su mayoría reclutas de los agricultores, que tenían que regresar a sus campos para recoger la cosecha. Los soldados profesionales se limitaban a unos pocos guardaespaldas que protegían al rey, o nobles y funcionarios, pero éstos no entraban o se desperdiciaban en la batalla salvo cuando la situación era urgente, como posteriormente se hizo.
Los preparativos para una nueva campaña requerían en primer lugar, una concentración de tropas en una base designada. En Asiria, los lugares designados se encontraban en Nínive, Kalhu o Khorsabad. En algunas ocasiones los puntos de los encuentros designados podrían cambiar dependiendo de la campaña. Los gobernadores eran instruidos para acumular suministros de grano, aceite y material de guerra. Otros requisitos de los gobernadores incluían llamar a todos los recursos humanos necesarios. Los estados vasallos, en particular, tenían la obligación de aportar tropas como parte de su tributo al rey de Asiria y hacerlo en el momento oportuno, de no hacerlo, se vería como un acto de rebelión.
Mantener un imperio militar de estas características requería de un ejército de grandes dimensiones, cuyo número se debió situar entre los 150.000 y los 200.000.
De todo este contingente militar, más de un tercio estaría compuesto por tropas auxiliares, encargadas de la protección de las provincias. Un veinte por ciento del ejército lo componían tropas de reserva, funcionando en los momentos de paz como una especie de milicia urbana, que podría ser llamada a filas cuando las necesidades lo requirieran. El resultado de toda esta fragmentación hacía que los ejércitos móviles asirios estuvieran formados por contingentes próximos a los 50.000 soldados. Sin embargo, abastecer unidades de estas dimensiones hacía necesario un equipo logístico de cierta importancia y con mucha flexibilidad, algo que consiguieron gracias a un eficaz cuerpo de funcionarios.
La llegada del rey y de su guardia real, terminaba la etapa preliminar de movilización y se iniciaba la campaña. El ejército avanzaba en buen orden, en la vanguardia iba el estandarte de los dioses, entre ellos el dios principal Assur, seguido por el rey, el humilde servidor de Assur, rodeado de sus guardaespaldas con el apoyo de las divisiones principales de carros y caballería que eran la élite del ejército. En la retaguardia marchaba la infantería, las tropas asirias seguido por los pueblos conquistados. A continuación marchaba el tren de asedio, el tren de suministro y, a continuación los seguidores del campamento. Esta formación era muy vulnerable a un ataque por retaguardia. Algunas columnas de soldados podrían viajar 30 millas al día y esa velocidad habría sido utilizada para sorprender y asustar sus oponentes e inducirlos a la sumisión.
La guerra, conquista y explotación de los pueblos vecinos constituyó la principal preocupación de los reyes asirios. Sirva como ejemplo que, en el periodo comprendido entre el 890 y el 640 a.C, Asiria llevó a cabo 108 guerras y operaciones militares de cierta entidad. Estas operaciones militares tenían como objetivo la obtención de prisioneros, convertidos en mano de obra barata para los trabajos de irrigación.
El empleo de la fuerza también permitía el necesario control de las fuentes de aprovisionamiento, ya que el territorio asirio no disponía de los depósitos de hierro imprescindibles para la elaboración de sus armas. Asiria también carecía de madera, material que resultaba clave en la construcción de fortificaciones, de carros de combate, así como de las máquinas de asedio, fundamentales para el desarrollo de las campañas.
El rey asirio casi siempre dirigía la batalla en pleno campo pero podía delegar esta función en dos mariscales de campo llamados “turtannu” de la izquierda y la derecha, el de la izquierda tenía responsabilidad directa después del rey. En tiempos de Sargon II el tartannu de la izquierda mandaba una fuerza de 150 carros, 1.500 jinetes y 20.000 arqueros, y 10.000 portaescudos. La proporción era de por cada carro de guerra había 10 jinetes y 200 infantes.
Ejercito asirio. Se puede observar carros de guerra, jinetes tanto arqueros como lanceros e infantes. Autor Nestor Taylor 

La infantería asiria
La infantería asiria o zuku estaba compuesta de infantería ligera o kallapu e infantería pesada.
La infantería ligera o infantería auxiliar o kallapu aparece por primera vez con Tiglath-Pileser III, estaba compuesta por arqueros o itueans, honderos y lanceros o gurreans, así siempre se representan marchando o combatiendo delante las unidades del ejército asirio. Marchaban por delante de las columnas durante la marcha y al combatir en las primeras filas durante la batalla era para prevenir cualquier posible deserción en los momentos cruciales de la batalla, ya que eran fácilmente controlados por las unidades asirias profesionales que se situaban a retaguardia, sus bajas eran fácilmente reemplazadas por nuevos reclutas, ya que muchas veces provenían de pueblos vencidos o conquistados, y en el caso de los propios eran agricultores.
También realizaron otros tipos de misiones como:
·        Reconocimiento militar durante las campañas. Marchaban delante de la columna principal para detectar a las unidades enemigas a lo largo de la dirección de la marcha, prevenir posibles emboscadas enemigas, controlar las carreteras, asegurar los pasos de montaña, y los vados. Buscar el lugar ideal para un campamento y las fuentes seguras de agua.
·        Fuerzas de cobertura para detectar y capturar los exploradores enemigos.
·        Como una vanguardia para hacerse con el control de puertos de montaña, puentes y vados.
·        Para romper la línea de la infantería enemiga con unas flechas, piedras y jabalinas o bien derrotar a la infantería ligera del enemigo.
·        Durante los asedios la infantería auxiliar ocupaba las primeras filas, delante de las unidades asirias regulares. Es obvio que la infantería auxiliar con su equipo más ligero podría escalar las murallas mucho más fácilmente que la infantería pesada.
La infantería pesada o zakku podían ser arqueros o musezibu, lanceros o sharruti, portaescudos o muserzibate, aunque también en algunos bajorrelieves se muestran honderos.
Guerrero asirio y auxiliares siglo VIII AC. 1 zuk shepe o guardia, no lleva protección; 2 hondero con protección de placas; 3 infante neo-hitita lleva un irtu o disco de bronce protegiendo el pecho, lleva un casco con cresta. Autor Angus McBride para Osprey 

Los arqueros eran el arma principal y la más ofensiva del ejército sirio. El binomio arquero-portador de escudo se convertirá en un elemento táctico, en el que se proporcionaban protección mutua.
A parte de las unidades regulares del ejército, estaba el regimiento de la Guardia Real o kisir sarruti que estaba compuesto los qurubte o infantería real y dentro de estos se encontraban los qurubte shape o implemente  sa que constituían la guardia personal.
Guerreros asirios de la Guardia Real pethal qurubte siglo VII AC: 1 Guarda con yelmo cónico y escudo cónico; 2 guarda con escudo mucho mayor que protege todo el cuerpo; 3 Oficial con uniforme de corte. Autor Angus McBride para Osprey 

Las unidades de infantería eran el eserti o pelotón de 10 hombres mandado por un rab-eserti, el hange o sección de 50 hombres mandado por un rab-hange, el kisir o regimiento cuyos efectivos variaban de 500 a 1.000 efectivos y estaba mandado por un rab-kisir, por encima estaba el saknu mandado por un rab-saknu que eran gobernadores y mandaban divisiones. Por encima estaba el tartannu o general en jefe que como hemos dicho mandaba una de las alas de un ejército. El rey solía situarse detrás al frente de las reservas que eran su guardia por guardia personal reforzada. Junto a él se situaba el eunuco en jefe o rab-sa-rese, que se encargaba de los asuntos administrativos y el masennu o tesorero.
Los cuerpos de arqueros empleaban modelos de arcos compuestos, mucho más avanzados que los empleados en los territorios vecinos. Los relieves muestran que, para ser tensadas estas armas, hacía falta la participación de dos hombres, lo que nos proporciona algunas pautas acerca de la tremenda potencia de estos ingenios. Al diseño del arco se unía que las puntas de las flechas eran de hierro y tenían un gran poder de penetración, a veces se les unía materiales incendiarios, empleados contra las fortificaciones para provocar incendios. Como armamento secundario llevaban una espada corta. Pero, la mayor novedad fue el incremento en la frecuencia de tiro, al introducir mejoras en la aljaba, que permitían que las flechas se cogieran de forma más rápida y, por tanto, se efectuaran más disparos en menos tiempo. Esta innovación, que podría parecer poco notable, permitió aumentar la rapidez de disparo en un cuarenta por ciento.
Los honderos se disponían en batalla a los lados de los arqueros, además de constituir unidades fundamentales en las labores de asedio, debido a su elevada cadencia de disparo.
Los lanceros en la batalla adoptaban la formación de falange, con 200 hombres de frente y 20 filas de fondo, táctica de combate que obligaba a que portaran un complejo equipamiento militar. En cuanto a las armas defensivas, portaban un pequeño escudo metálico, cota lamelar, así como un casco cónico de hierro. Éste disponía de una funda de tejido rellena de lana, cuya función era absorber la energía de los impactos que se produjeran en la cabeza. Una importante innovación asiria fue la introducción de botas de piel hasta la rodilla, reforzadas con planchas de hierro, lo que supuso el primer intento rudimentario de construcción de unas grebas metálicas para proteger la parte inferior de las piernas. Como arma ofensiva, los lanceros portaban una larga lanza con punta en ambos extremos y una espada recta para el combate cuerpo a cuerpo.
Estas unidades constituían la infantería pesada de línea y ocupaban en batalla el centro de la formación. El tipo de combate que practicaban obligaba a un gran disciplina en las maniobras, operando de modo semejante a los hoplitas griegos. Sin embargo, el pesado armamento defensivo que portaban provocaba que su desplazamiento fuera lento, motivo por el que, continuamente, se introdujeron innovaciones, encaminadas a dotarlos de una mayor movilidad.

La caballería asiria
La caballería se dividía en dos ramas: por un lado estaban los carros de guerra y por otro los jinetes. 

Carros de guerra
En terrenos abiertos el arma principal era el carro de guerra. En un principio era similar al empleado por los hititas, tirados por dos o tres caballos, el tercero podía actuar como guía y no estar enganchado mediante arneses a la lanza del carro, el número de los radios de las ruedas variaba entre seis y ocho, y su tripulación eran inicialmente de dos y posteriormente pasaron a tres como en los carros hititas.
A partir del siglo VII con Arsubanipal II el carro se hizo más grande y pesado tirado por cuatros caballos (cuadriga), por lo que se pudo aumentar la tripulación, que pasó a estar integrada por un conductor, un arquero y dos escuderos. Este nuevo carro pesado denominado kallapani llevaba un yugo con cuatro curvas o gamelas sin horquillas para acomodar a los cuatro caballos, las ruedas aumentaron de diámetro.
Los animales también se protegieron con protecciones de tejido, lo que incrementó su resistencia, tanto en las cargas como en las maniobras de aproximación al enemigo. El éxito de este novedoso diseño sobrevivió al imperio Asirio y, posteriormente, fue adoptado por los ejércitos babilonios durante el reinado de Nabucodonosor II.
En batalla, el carro se convertía en una máquina pesada y rápida, cuya principal función era el choque romper las formaciones de infantería enemigas, facilitando que los infantes propios que progresaban detrás terminaran el trabajo. En llano y a máxima velocidad, los carros resultaban imparables, siendo decisivo en batallas como en la de Halule (691 AC). Sin embargo, las necesidades bélicas condujeron a que el ejército asirio tuviera que enfrentarse a enemigos en terrenos que no eran favorables para el combate de carros, lo que les obligó a buscar una solución y la encontraron en la creación de los cuerpos de caballería. Este tipo de arma era el más empleado por los reyes y los nobles, ya que disponían de recursos para mantenerla. Estos carros eran protegidos por jinetes que protegían sus flancos y retaguardia.
Carro pesado asirio o kallapani siglo VII AC, estaba tirado por cuatro caballos y llevaba 4 tripulantes, las ruedas tenían un diámetro más grande.. Autor Ángel García Pinto 

La guardia real tenía una unidad de carros tipo regimiento denominada narkabat qurupte, las unidades de carros de los gobernadores o aliados se denominaban kisir sarruti.  

La caballería montada
Probablemente, el ejército asirio introdujo esta novedad táctica, tras comprobar el dominio que tenían del caballo los pueblos de las estepas del norte. Al criarse pocos animales en territorio asirio, los monarcas se veían obligados a solicitar caballos a las diferentes provincias del Imperio, lo que los convertía en un bien escaso. Pero, sin duda alguna, el principal factor que influyó en el hecho de que la caballería se impusiera a las tropas de carros fue de índole económica, pues un carro necesitaba tres o cuatro caballos para su desplazamiento, además del valor añadido de la construcción del vehículo. A esto se unía que, resultaba mucho más útil estratégicamente el empleo de jinetes, aunque en todos los combates llevados a cabo con posterioridad a su introducción definitiva, se emplearon de forma combinada los dos tipos de unidades.
La caballería montada como arma fue inventada por los propios asirios; siendo uno de los elementos fundamentales a la hora de la batalla, ya que les permitió disponer de una mayor movilidad y una fuerza de ataque rápida y efectiva. Los jinetes estaban vestidos con yelmos en punta o vinchas, armadura o cota lamelar, y armados con lanzas o arcos.
Los jinetes aprendieron rápidamente a proteger la columna vertebral y la cruz del caballo poniendo una manta en estas zonas, para evitar heridas mortales cuando quedaban expuestas a las armas del enemigo, sujetándolo con una cincha y correas petrales. Posteriormente colocaron unas almohadillas para incrementar la comodidad del jinete.
Uno de los primeros ejemplos del empleo de jinetes en batalla fueron los arqueros montados, que datan de la época de los reyes asirios Asurbanipal II y Salmanasar III, estos jinetes se sentaban en la parte posterior de sus caballos como los egipcios, una posición incómoda para movimientos rápidos; por esto, los caballos solían ser sujetados por alguien de a pie que permitía al arquero la libertad para disparar. Por lo tanto, era más bien una infantería montada que verdadera caballería.
Bajorrelieve asirio mostrando jinetes arqueros sujetados cuyos caballos están sujetos por otro jinetes 

Dado el problema de los infantes para seguir a los jinetes, se buscó la solución de que otro jinete sujeta el caballo mientras el jinete arquero dispara el arco. Los jinetes lanceros llevaban un hombre que conducía el caballo y otro hombre detrás que llevaba la lanza, aunque a veces era transportado y depositado a retaguardia del enemigo a modo de dragones, táctica que fue utilizada por Aníbal Barca posteriormente.
Jinetes arqueros asirios siglo IX AC. Binomio jinete arquero y escudero que sujeta el caballos mientras disparar. Autor Ángel García Pinto.
Jinete asirio con otro guerrero montado detrás

Este modo cambió durante el reinado de Tiglat Pileser III en que los jinetes cabalgan en un lugar más adecuado; justo tras la cruz del animal, con lo que consiguieron controlar sus caballos sin ayuda externa. Los jinetes llevan cascos en punta o vinchas en la cabeza, una armadura cubierta de placas metálicas, pantalones y botas altas que se ataban por delante, llevaban una espada larga sujeta a la cintura y se estableció dos tipos de jinetes: los arqueros o caballería ligera y los lanceros o caballería de línea.
Los arqueros disponían de un arco más pequeño y manejable que el de infantería. En tiempos de Asurbanipal los arqueros a caballo evolucionaron pudiendo controlar el caballo ellos solos, mediante unas riendas lastradas por una borla que permitía soltar las riendas mientras se disparaban las flechas; la borla hacía sentir al caballo que seguía estando controlado y esto permitía al arquero utilizar el arco con ambas manos.
Jinete arquero asirio atacando a arqueros arameos sobre camellos. Se observa el borlón que se usaba como contrapeso para poder emplear ambas manos para manejar el arco.

Los lanceros llevaban la lanza como arma principal y una espada larga. Con esta caballería, además de cargar contra las formaciones enemigas y perseguirlas en su huida, realizaban frecuentemente misiones a larga distancia, incluso a retaguardia enemiga, con el objeto de cortar sus comunicaciones, desbastar las cosechas. A veces llevaban tropas a pie en las grupas para que colaborasen en el cuerpo a cuerpo con los jinetes, o dejarlos a retaguardia en puntos importantes.
Jinetes asirio siglo VII AC, se puede apreciar lanceros y arqueros que están vigilando una zona montañosa 

Las unidades de caballería tipo regimiento tenían unos 1.000 efectivos y se denominaban kitullu perru, mientras que el regimiento de la guardia real se denominaba pethal qurubte y dentro de estos estaban la guardia personal que se denominaban pethal shepe.
Uno de los aspectos conocidos es la provisión de caballos para el ejército o la requisa de caballos que era realizada supervisada por dos funcionarios del gobierno o llamados musarkisus nombrados por el gobierno central y dependían directamente del rey. Se nombraban dos por cada provincia. Viajaban constantemente de poblado en poblado requisando caballos, iban asistidos por escribas y otros ayudantes. Los caballos eran enviados a cuadras provinciales y cuadras centrales. Hay informes de que a Nínive llegaban diariamente unos 100 caballos de las provincias del Imperio.
Asirios cuidando sus caballos. Bajorrelieve representando el esmero con que los asirios cuidaban de sus caballos 

La cría caballar también tuvo mucha importancia, según las tablillas solo en Babilonia tenían 800 sementales y 16.000 yeguas de cría, cada semental cubría 20 yeguas.
Los asirios fueron los primeros en utilizar los camellos como bestias de carga para sus campañas militares. Los camellos eran de un mayor uso que los asnos, ya que podían llevar cinco veces más cargas y, sin embargo requerían menos riesgo. Sin embargo los arameos fueron los que les utilizaron en combate, y realizaron importantes razias contra el imperio asirio.

Ingenieros del ejército asirio
Fortificaciones
Las fortificaciones asirias siguieron utilizando el sistema de recintos dobles con fosos previos, que tan buenos resultados había proporcionado hasta ese momento a los hititas.
Un buen ejemplo de esta continuidad constructiva es la ciudad de Asur, situada sobre un promontorio rocoso que domina el río Tigris. Delante de la potente fortificación, ampliada por Salmanasar III, aún es posible apreciar un foso de 20 metros de ancho. En las ruinas de Nínive todavía se conservan los dos recintos amurallados, además de sus correspondientes fosos, que completaban el sistema defensivo.
Ciudad fortificada asiria de Arbil, aún se conserva el recinto amurallado 

Un buen ejemplo de fortificación empleando el terreno de antiguas colonias es el de la ciudadela de Khorsabad, creada por Sargon II. Este establecimiento, de forma trapezoidal, se elevaba sobre una amplia terraza. Su principal innovación era la presencia del arsenal sobre otra terraza que atravesaba las fortificaciones y que serviría para abastecer todos los sectores de la muralla. Arsenales de este tipo se han encontrado en otras ciudades, como Nínive o Nimrud. En este último, incluso se han podido identificar los talleres de carpinteros, herreros, armeros y artesanos del cuero, así como depósitos para alimentos.
Senaquerib destruyó Babilonia y construyó en Nínive. Reformó la ciudad, que se convirtió en la capital política, administrativa y ceremonial del estado Asirio. Bajo este monarca, Nínive triplicó su superficie, pasando el perímetro de sus murallas de cinco a doce metros, se organizó todo el interior en una nueva planta trapezoidal. Originariamente las murallas de la ciudad estaban formadas por un parapeto exterior coronado de almenas con torres intercaladas. Delante corría un foso, mientras que por dentro se levantaba un muro más elevado, construido en adobe. La ciudad estaba dividida por el río Khosr.
El área total de Nínive ocupaba unos 7 km² y tenía un perímetro de 12 km, y entre 15 y 18 grandes puertas franqueaban el paso en sus murallas. Un elaborado sistema de 18 canales llevaba el agua desde las colinas hasta la ciudad, a este sistema de abastecimiento de agua se unía, un magnífico acueducto, erigido en Jerwan, a unos 40 km de distancia.
Normalmente los enemigos se refugiaban en ciudades fortificadas, por lo que se iniciaba la guerra de asedio. Para ello prestan especial atención a los arietes y torres de asedio para situar arqueros encima. Los primeros arietes de empleaban contra las puertas de acceso a las ciudades, y consistían en un madero sujeto por varias hombres que golpeaban la puerta hasta que se abría. Eran vulnerables a los los proyectiles o al aceite hirviendo que se arrojaba desde arriba. En virtud de los asirios el ariete se convierte en una auténtica máquina. El ariete se suspendió del techo de una estructura de madera, que a su vez está montado sobre ruedas para que pueda ser empujado su posición. Protegidos dentro de este artilugio, los soldados pueden oscilar el ariete sin descanso contra la puerta. Los arqueros, situados en torretas protegidas en la parte superior, disparaban casi en igualdad de condiciones con los defensores de las murallas. 

Asedios
En la historia de los asirios muy pocos testimonios de batallas a campo abierto, y si bastantes de asedios y asaltos de ciudades fortificadas.
En las primeras etapas del imperio Asirio, los soldados reclutados eran agricultores y tenían que volver a sus faenas una vez terminada su campaña, por lo que ésta tenía que ser corta y los asaltos a las ciudades rápidos para volver a su quehaceres.
La rendición de la ciudad por hambre era una estrategia muy lenta y resultaba tremendamente costosa, ya que obligaba a inmovilizar ante los muros un ejército durante espacios de tiempo muy prolongados, que podían extenderse durante varios años, y si la ciudad se seguía abastecido de forma adecuada, se podía convertir en una tarea imposible.
En la reducción de los tiempos de asedio, entraban en juego las máquinas de asedio. Éstas, se empleaban para equilibrar la superioridad que las murallas otorgaban a los defensores.
La principal dificultad para conquistar una ciudad fortificada era superar las murallas, que impedían la entrada desde el exterior. En este caso, se podía realizar:
·        Superar las murallas por su parte inferior por medio del minado.
·        Superar las murallas por su parte superior con escalas o torres de asedio, y rampas de asedio.
·        Superar las murallas o puertas, abriendo una brecha a través de ellos con la ayuda de arietes.
Sirva como ejemplo de todas estas técnicas, la descripción de las operaciones de Senaquerib, a raíz de su campaña contra Hazaqiya ”rey del país de Ya” en la que dice: ”Yo asedié y yo conquisté 46 ciudades con sus fuertes muralla y las innumerables pequeñas ciudades de los alrededores por medio de amontonamientos, de rampas y de la proximidad del ariete, del ataque de soldados de infantería, de perforamientos, de brechas y de la utilización de maquinas de asalto.”
La representación del primer ariete aparece en las pinturas murales de algunas tumbas egipcias, aunque al parecer esta máquina es una invención de los hurritas.
En un texto hitita, datado en la mitad del segundo milenio, se hace referencia a la construcción de un ariete a la manera hurrita. Muy tempranamente, en los archivos de Mari, de principios del segundo milenio a.C, aparecen referencias al empleo de arietes (yashibum) y torres de asedio con arietes en su base (dimtum), así como a las rampas de ataque necesarias para su desplazamiento. La precisión de los documentos es tal que, incluso proporcionan sus dimensiones, que serían de 240 metros de largo para salvar un desnivel de 22 metros.
La primera representación clara de máquinas de asedio aparece en los relieves del palacio de Assurnasirpal II de Nimrud, datado en la primera mitad del siglo IX a.C. Tal y como se aprecia en esas imágenes, ya se empleaban el ariete acorazado, el de polea, las torres de asedio móviles y el minado para hundir las murallas.
Los ingenios descritos en estos relieves son unas torres, ya bien de carácter fijo o móvil, bastante macizos en su construcción. Para su fabricación se partía de una estructura de madera, que se recubría de escudos como forma de protección. En la parte frontal de las máquinas se situaba un ariete, en ocasiones doble, que terminaba en una punta de lanza de grandes dimensiones. Esa punta se clavaba entre las hileras de ladrillo y, poco a poco, descarnaba la obra constructiva, llegando a destruir totalmente el muro. Desde el interior de la máquina, el ariete se accionaba por medio de un movimiento de péndulo, pues la viga, previamente, se había fijado por medio de una cuerda en el techo de la torre.
Guerra de asedio siria durante Ashurbanipal II siglo IX a.C. Se puede ver una torre de asedio y una torre ariete con 6 ruedas para derribar las murallas. Se ve al propio Ashurnasirpal disparando flechas protegido por 2 portadores de escudo para protegerle y un eunuco. Autor Angus McBride para Osprey 

A partir del reinado de Tiglatpileser III, las torres pasaron a construirse de forma más ligera y manejable. Para evitar que ardieran, comenzaron a cubrirse con pieles sin curtir. Esto es perfectamente apreciable en las representaciones de los relieves de Senaquerib, en las que el detalle es tal que se aprecian las fijaciones de las pieles.
El diseño de las máquinas variaba enormemente, teniendo, en ocasiones, similitudes con animales. En algunas representaciones se ha podido ver la forma de un elefante, animal exterminado en Mesopotamia por los reyes asirios. Lo mismo sucede en las puertas de Balawat, cuyas máquinas tienen como frontal la cabeza de un animal.
Tal y como se puede apreciar en los relieves, la defensa más utilizada por los sitiados contra el uso de maquinas de asedio, consistía en arrojar toda clase de proyectiles contra las máquinas por medio de arcos y hondas. Incluso dejaban caer piedras de grandes dimensiones y ruedas de carros, para destruir las obras atacantes mientras se estaban construyendo.
La fragilidad de estas máquinas, respecto a los ataques desde el exterior, obligaba a que siempre tuvieran que estar protegidas por tropas de infantería, para evitar su destrucción. Al mismo tiempo, en el último de los pisos de las torres se ubicaban arqueros, que disparaban sobre los defensores y realizaban labores de cobertura a las máquinas.
Asedio asirio de una fortaleza, se puede ver una maquina de asedio y un arquero con su portaescudo o muserzibate, los defensores arrojan fuego para destruir el ingenio. Autor Johnny Shumate 

Otra forma de destruir las máquinas era el empleo de antorchas, que podían provocar el incendio total de su estructura. Para impedir que los atacantes pudieran acercar las torres a los muros, los sitiados vertían aceite hirviendo sobre ellos. De ahí que, las torres siempre fueran cubiertas con pieles sin curtir, que actuaban como aislante del fuego. La forma de apagar el fuego, una vez que había prendido en las máquinas era por medio del agua. Así, en algunos relieves se aprecia un hombre con una especie de cuchara de grandes dimensiones, que está dejando caer líquido delante y encima de la máquina.
Haciendo cálculos de acuerdo a las representaciones de los relieves, el tamaño de estas máquinas oscilaría entre los 4 y los 6 metros de largo con una altura de entre 5 y 6 metros. Hay que tener en cuenta que, las máquinas de asedio solían emplearse frecuentemente contra las puertas de las fortalezas, antes que contra sus muros pues, a menudo, no poseían la suficiente potencia como para destruir defensas macizas de piedra. Otro sistema de atacar las puertas era quemarlas por medio del fuego. La debilidad de las puertas frente al fuego llevó a que, a menudo, se reforzaran con revestimientos de metal, que evitaban que el fuego pudiera destruirlas.
Asalto asirio de una fortaleza egipcia, se puede ver  un guerrero asirio manejando un ariete manual 
Los conocimientos técnicos acerca de estas máquinas pasaron al imperio Persa y a la zona de Fenicia, desde la cual llegaron a territorio griego, en el caso del ariete a través de las ciudades griegas de Asia Menor, y en el de la torre de asedio, a la Magna Grecia de la mano de los cartagineses. Las máquinas de asedio no sufrieron ninguna modificación significativa durante el imperio Persa y permanecieron estables hasta la aparición de las catapultas en el siglo IV a.C.
Rodeaban el campamento militar con un muro construido con tierra, posiblemente para defenderse de la caballería adversaria. Dentro del muro alzaban las tiendas de tela sostenidas por un mástil o palo. 

Guerra psicológica
Los asirios fueron maestros en la guerra psicológica para someter a sus enemigos, empleaban la técnica del palo y la zanahoria. Normalmente los gobernantes que se sometían y les pagaban tributos, se les permitía seguir gobernando con cierta independencia, los que se resistían se le aplicaban terribles castigos, empleando el terror como arma psicológica. Esta estrategia no solo evitaba grandes pérdidas de soldados asirios sino que era más económica y altamente efectiva.
Las formas de terror eran muy variadas, en los bajorrelieves se ven diferentes suplicios aplicados a los vencidos, la importancia era que tenían que ser públicos como escarmientos, con el fin de evitar futuras o como una afirmación de poder delante de sus soldados.
Los datos epigráficos y arqueológicos de esta sociedad, se encuentran varias formas de ejercer el poder infundiendo terror: la decapitación, el empalamiento, el desollamiento, el descuartizamiento, la ceguera, la deportación parcial o en masa, y la esclavitud.
La decapitación era una forma de castigo entre los siglos IX y VII a.C. Ashurnasirpal II en su sala del trono en el palacio de Nimrud muestra un grupo de soldados contando cabezas cortadas. En otra escena regresando victorioso de Elam, el rey asirio exhibe la cabeza cortada del rey vencido en una escena de banquete, esto es una demostración de soberbia asociada al poder.
Escenas de terror asirio: se ve el desollamiento, la decapitación y el cegamiento

Los anales reales asirios ponen en claro que la victoria militar se expresa en términos de cabezas que ruedan. Lo de cortar cabezas era muy común en aquellos tiempos, en algunas ocasiones se empleaban para contar las bajas enemigas, los egipcios cortaban la mano derecha. Los reyes apilaban en forma de pirámides las cabezas de los decapitados o bien las amontonaban en las riberas de los ríos con los cráneos, o las ponían encima de picas para que fueran exhibidas.
El empalamiento. Se registra en Asiria entre los siglos VIII a VII a.C, especialmente. Encontraron que exhibiendo frente a los enemigos los cuerpos empalados era una forma psicológica de debilitarlos. La forma de introducir los palos astillados era variada. Generalmente se los ve atravesados por el vientre, pero podían ser introducidos en otras partes del cuerpo, a veces provocando la muerte instantánea, a veces desangrando lentamente a la víctima.
El desollamiento. Esta práctica se evidencia en los siglos VIII y VII a.C. Se trataba de quitar por completo la piel humana y apilarla en un sitio especial o exhibirla. Tiene un efecto psicológico devastador, ya que exhibe el cuerpo de la víctima sin su protección natural. Los gritos de las victimas debían ser aterradores dado que muchos seguían vivos después de haberles quitado la piel.
El desmembramiento. Asociado a la decapitación aparece la práctica del desmembramiento de cuerpos, pero en este caso, se trata de una práctica ritual. Sargón II introduce el castigo por desmembramiento del cuerpo y la exhibición de los restos diciendo: “Para asegurarse de que los espíritus de los muertos nunca descansen en paz“. Este castigo solía aplicarse a los asirios ya que creían que el cuerpo humano compuesto de un esqueleto (esemtu) y el espíritu (etemnu). Ashurbanipal II fue más violento aún puesto que ordenaba al hijo del enemigo muerto que hiciera polvo los huesos de su padre en el campo de batalla.
La ceguera. Se ha empleado a lo largo de la historia, tiene la ventaja de que devuelves un lisiado al enemigo que tendrá que cuidarle de por vida, su permanencia hace que el enemigo vea cuales son las consecuencias de atacar al país.
La deportación. Tiglat Pileser III estableció un nuevo modo de castigo que era la deportación en masa. Normalmente se empleaba contra regiones levantiscas, con el fin de quitar de raíz un problema, se sabe que fue empleado con los israelitas que fueron llevados en su totalidad a Asiria. Sargón II no podía ser menos y deportó casi 150.000 personas a lo largo de su reinado, sobre todo desde Caldea y Babilonia. También estaba la deportación parcial que tenía razones económicas, y que consistía en llevarse a artesanos a las capitales asirias.
La esclavitud, que fue empleada en todas las épocas, los esclavos se empleaban principalmente en la agricultura en las obras de irrigación. Los cautivos fueron también usados frecuentemente como escudos humanos en el campo de batalla.
Los anales de Asurbanipal II dan un relato de la forma de castigo: “En el enfrentamiento y el conflicto yo sometí y conquiste la ciudad. Hice caer a 3.000 de sus hombres con la espada. Yo me llevé los prisioneros, las posesiones y ganado de ellos. Quemé a varios cautivos. Capture muchas tropas vivas, les corte los brazos y las manos… arrasé, destruí, incendié, y consumí la ciudad.” En otro relato dice: ”Yo capturé soldados vivos y los puse en estacas ante sus ciudades”.
Los principios de la historia asiría resultan oscuros; es de suponer que, durante mucho tiempo, las tribus hicieran vida seminómada, errantes con sus rebaños. Ante los ataques de otros nómadas de las estepas del este, se unieron entre ellas, construyendo ciudades fortificadas y santuarios, imponiéndose como rey el jefe de la ciudad-santuario más importante.
La ciudad de Assur se elevaba sobre la orilla derecha del Tigris, y recibió el nombre del dios que allí se veneraba, Assur (el benévolo). Como en todo Oriente, el poder era, en su esencia, religioso, y el rey, representante de dios sobre la tierra, era, a la vez, legislador, gran sacerdote y jefe guerrero, encargado de castigar a los pueblos que no reconocían al divino señor. Desde el segundo milenio, las otras ciudades, sometidas a la autoridad del “vicario de Asur”, se convirtieron en florecientes centros artesanales y comerciales.
De la lista de soberanos se destacan, en primer lugar, el nombre de Ilu-Suma (hacia 1.830 a.C), que efectúa una incursión en Babilonia, y, sobre todo, el de Shamsi-Adad I, creador, según parece, del primer imperio asirio (hacia 1.750 a.C). Este imperio contaba ya con una administración centralizada, mensajeros y un ejército regular, dotado de intendencia. Mas el poder de Babilonia se impondrá sobre Shamsi-Adad I, y sus sucesores serán los vasallos de la ciudad de Hammurabi.
A continuación de las invasiones kasitas viene un período de siglos oscuros: Asiría, arrasada en varias ocasiones, tiene que mezclarse con sus poderosos vecinos, los imperios Mitanni e Hitita; aprovecha los períodos de respiro para familiarizarse con las nuevas armas de hierro y los carros de combate, y multiplicar las incursiones a Babilonia. La decadencia de los hititas ofrece a Tukulti-Ninurta I brillantes oportunidades. 

Batalla de Nihriya 1.230 a.C
Cuando el rey hitita Suppiluliuma I conquistó Mitanni, creó dos virreinatos (Alepo y Karkemish), y repartió gran parte de las tierras de este reino entre sus aliados. El resto de lo que antaño había sido el imperio de Mitanni conservó su independencia como estado vasallo de los hititas. Esta gran expansión del poder hitita fue la causa última de la guerra entre hititas y egipcios, lo que aprovechó Asiria para ir ocupando progresivamente el hueco dejado por Mitanni; así, ya en tiempos de su rey Urhi-Tesub (principios del siglo XII a.C), los hititas tuvieron que resignarse a ver como su estado vasallo, Mitanni, era conquistado por los asirios.
La expansión asiria continuó, hasta llegar a un ataque, en una fecha no determinada con exactitud, sobre los distintos reinos de Nihriya, bajo el mando del rey Tukulti-Ninurta I. Los hititas consideraron este ataque sobre una zona limítrofe a su imperio como intolerable, y, guiados por Tudhaliya IV, llevaron a su ejército a la zona.
El choque entre ambas potencias tuvo lugar en las cercanías de Nihriya, y los asirios obtuvieron una victoria decisiva, que permitió a Asiria anexionarse los reinos de la zona, y colocó a los hititas en una situación bastante difícil, hasta el punto de que una de las causas del no muy bien documentado golpe de estado contra Tudhaliya IV podría haber sido el desprestigio de este último a causa de su derrota ante Tukulti-Ninurta I.
Aunque las hostilidades continuaron entre los dos imperios (las fuentes asirias afirman que, con posterioridad a la batalla, capturaron 28.000 prisioneros hititas en diversos ataques), no hubo mayores consecuencias para los hititas a largo plazo, ya que Asiria fijó su atención en la conquista de Babilonia, proyectó en el que invirtió demasiados recursos como para intentar una expansión en su frontera occidental. El imperio hitita pudo, por tanto, vivir sus últimos años en paz, hasta su desaparición bajo la oleada de los pueblos del mar (aprox. 1.200 a.C).
Primeros guerreros asirios, sus armas son aún de bronce, van descalzos o llevan sandalias
No se sabe el número de fuerzas que tomaron parte en la batalla, pero si se conoce que ambas potencias emplearon carros de guerra.
Conquista de Babilonia
Hacia el año 1.200 a.C, una oleada de los Pueblos del Mar fueron los causantes del final del imperio Hitita y del debilitamiento del imperio Egipcio. Uno de estos pueblos, llamado muskhi (tracios), se asentaron en Anatolia y fueron una constante amenaza para Asiria, en plena tempestad, Asiría fue atacada desde todas partes por los elamitas, los mushki, los arameos y los guti. Los muskhi fueron derrotados definitivamente en 1.115 a.C. Los asirios se defienden encarnizadamente y, durante esta lucha por la supervivencia, se transforman en feroces guerreros, que recurren al terror para detener a los asaltantes.
Asiria se hizo fuerte y endureció su ejército que a partir de entonces fue famoso por su crueldad y temido por sus enemigos, de tal manera que al verse amenazados y ante su proximidad no les quedaba más remedio que huir; la gente que quedaba en las aldeas o las ciudades atacadas era masacrada o llevada a Asiria como esclavos. Las ciudades eran saqueadas y después arrasadas, pero no se anexionaban al reino Asirio.
Hacia 1.130 a.C, Asur-Rish-Ishi resulta vencedor en Babilonia. Y, hacia 1.112 a.C, Tiglat-Pileser I revela al mundo el nuevo poder militar asirio. Sus inscripciones hablan de los cuarenta y dos pueblos sojuzgados, sometidos al pago de tributos. Aniquila a los arameos, se apodera de las últimas fortalezas hititas, guerrea en el Kurdestán y Armenia, penetra hasta el Líbano para procurarse madera con que concluir la construcción de Assur. Al mismo tiempo, elabora un código de leyes y adopta el calendario babilónico. Por lo demás, el terror asirio no impedirá que, hacia el año 1.050 AC, el país sea completamente destruido por nuevas invasiones de arameos y guti. Mas de sus ruinas surgirá esta vez un imperio duradero.

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BIBLIOGRAFÍA

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