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martes, 31 de octubre de 2017

Capítulo 3 - DINASTÍAS MÍTICAS


LAS DINASTÍAS MÍTICAS

Dinastías prediluvianas. El Diluvio Universal. Los mitos de Etana, Dumuza y Gilgamesh. Templo y palacio. Titulaciones políticas y religiosas. La ciudad-estado sumeria y su problemática.

Dinastías prediluvianas
Según la mitología, hay 5 ciudades prediluvianas castigadas por el Diluvio Universal (vivirían entre el 7.000 y el 3.000 a.C.) y con la subida de las aguas desaparecieron. Después del Diluvio comenzaría el llamado Período Protodinástico. De hecho, es cierto que algo pasó porque en los restos arqueológicos vemos estratos repletos de materiales pero, más o menos por esas fechas, hay unos pocos metros sin ningún resto. Estas ciudades fueron:

Eridu
Eridu se consideró durante mucho tiempo como la ciudad más antigua en el sur de Mesopotamia y todavía hoy se dice que es la ciudad más antigua del mundo. Ubicado a 12 km al suroeste de Ur, Eridu era la más meridional de un conglomerado de ciudades sumerias que crecían alrededor de templos, casi a la vista unos de otros. Estos edificios estaban hechos de ladrillos de barro y construidos uno encima del otro. Con los templos creciendo y la aldea creciendo hacia afuera, una ciudad más grande fue construida. En la mitología sumeria, Eridu fue originalmente el hogar de Enki, más tarde conocido por los acadios como Ea, que se consideraba que había fundado la ciudad. Su templo se llamaba E-Abzu, como se creía que Enki vivía en Abzu, un acuífero del cual se creía que toda vida era la raíz.

Sumer, Akkad y Elam 


El sitio en Tel Abu Shahrain, cerca de Basora, ha sido excavado 4 veces. Fue inicialmente excavado por John George Taylor en 1855, R. Campbell Thompson en 1918, y HR Hall en 1919. La excavación se reanudó de 1946 a 1949 bajo Fuad Safar y Seton Lloyd de La Dirección General Iraquí de Antigüedades y Patrimonio. Estas investigaciones arqueológicas mostraron que, según Oppenheim, "eventualmente todo el sur quedó estancado, abandonando la iniciativa política a los gobernantes de las ciudades del norte", probablemente como resultado de la creciente salinidad producida por el riego continuo, Y la ciudad fue abandonada en 600 a.C.
Eridu, también transliterado como Eridug, podría significar "lugar poderoso" o "lugar de guía". Eridu es nombrada como la ciudad de los primeros reyes. La lista del rey continúa: 
En Eridu, Alulim se hizo rey. Gobernó durante 28.800 años. Alalngar gobernó durante 36000 años. 2 reyes gobernaron durante 64.800 años. Entonces Eridu cayó y la realeza fue llevada a Bad-tibira

La lista del rey dio reinados particularmente largos a los reyes que gobernaron antes de que ocurriera una gran inundación y muestra cómo el centro de poder se movió progresivamente del sur al norte del país. Adapa, un hombre de Eridu, es representado como un héroe de la cultura temprana. Identificado con U-an, una criatura mitad-humana del mar (Abgallu, de ab = agua, gal = grande, lu = hombre), se consideró que trajo la civilización a la ciudad durante la época del Rey Alulim. 
En la mitología sumeria, Eridu era el hogar del templo de Abzu del dios Enki, la contrapartida sumeria del dios acadio Ea, dios de aguas profundas, sabiduría y magia. Como todos los dioses sumerios y babilónicos, Enki / Ea comenzó como un dios local que, de acuerdo con la cosmología posterior, llegó a compartir el dominio del cosmos con Anu y Enlil. Su reino eran las aguas dulces que yacían debajo de la tierra (Sumerio ab = agua, zu = lejos). 
Las historias de Inanna, diosa de Uruk, describen cómo ella tuvo que ir a Eridu para recibir los regalos de la civilización. Al principio Enki, el dios de Eridu, intentó recuperar estas fuentes de su poder, pero más tarde aceptó de buen grado que Uruk ahora era el centro de la tierra. Esta parece ser una referencia mítica a la transferencia de poder hacia el norte. 
Los textos babilónicos hablan de la fundación de Eridu por el dios Marduk como la primera ciudad, "la ciudad santa, la morada de sus [dioses] placer". 
En el tribunal de Asiria,  médicos especiales formados en la antigua sabiduría de Eridu, muy al sur, predijeron el curso de la enfermedad a partir de signos y portentos en el cuerpo del paciente y ofrecieron los encantamientos y recursos mágicos apropiados como curas.

Según el rey sumerio Eridu fue la primera ciudad en el mundo. La primera línea dice: 
"[Nam] -lugal an-ta èd-dè-a-ba 
 [Eri] du ki nam-lugal-la" 
"Cuando la realeza del cielo fue bajada, 
La realeza estaba en Eridu". 

En la mitología sumeria, se decía que era una de las cinco ciudades construidas antes del diluvio

Eridu parece ser que fue el primer asentamiento en la región, fundada alrededor del 5400 a.C, cerca del Golfo Pérsico, cerca de la desembocadura del río Eufrates. Debido a la acumulación de limo en la costa a lo largo de los milenios, los restos de Eridu están ahora a cierta distancia del golfo en Abu Shahrain en Irak. La excavación ha demostrado que la ciudad fue fundada en un sitio virgen de la arena-duna sin la ocupación anterior. P. Steinkeller ha hecho la hipótesis de que la primera divinidad en Eridu era una Diosa, que más tarde emergió como la Diosa de la Tierra Ninhursag (Nin = Señora, Hur = Montaña, Sag = Sagrado), con el crecimiento posterior en Enki como una divinidad masculina el resultado de Un hieros gamos , con una divinidad masculina o funcionario del templo. 
Eridu se formó en la confluencia de tres ecosistemas separados, apoyando tres estilos de vida distintos, que encabezados por Abgallu (Ab = agua, Gal = grande, Lu = hombre) llegaron a un acuerdo sobre el acceso a Agua en un ambiente desértico. El asentamiento agrario más antiguo parece haberse basado en la agricultura intensiva de riego de subsistencia derivada de la cultura Samarra al norte, caracterizada por la construcción de canales y edificios de barro. Las culturas de cazadores y pescadores del litoral árabe eran responsables de los extensos middens a lo largo de la costa árabe, y podrían haber sido los sumerios originales. Parecen habitar en chozas de caña. La tercera cultura que contribuyó a la construcción de Eridu fueron los pastores nómadas semíticos de rebaños de ovejas y cabras que vivían en tiendas de campaña en zonas semidesérticas. Las tres culturas parecen implicadas en los primeros niveles de la ciudad. El asentamiento urbano estaba centrado en un impresionante complejo de templos construido de ladrillos de barro, dentro de una pequeña depresión que permitía acumular agua. 

Reconstrucción del puerto de Eridu.

Kate Fielden dice: "El primer asentamiento poblacional (c.5000 a.C) había crecido hasta convertirse en una importante ciudad de ladrillos de adobe y casas de caña por c.2900 a.C, cubriendo 8-10 ha (20-25 acres). Mallowan escribe que por el período Ubaid, era como una "ciudad inusualmente grande" de un área de aproximadamente 20¬25 acres, con una población de "no menos de 4000 almas". Jacobsen describe que "Eridu fue para todos los fines prácticos la ciudad después del periodo  de Ubaid",  aunque se había recuperado por el dinástico temprano II pues había un palacio macizo temprano de la dinastía II (100 m en cada dirección) excavado parcialmente allí. Ruth Whitehouse lo llamó" una ciudad dinástica temprana importante." En el año 2050 a.C, la ciudad había declinado, hay poca evidencia de ocupación después de esa fecha. A los dieciocho templos de barro y cemento superpuestos en el lugar subyace el zigurat de Amar-Sin (de 2047 a 2039 a.C). Depósitos de pescado asociados con los primeros niveles también muestran una continuidad del culto  a Abzu. Más tarde con Enki y Ea. Esta aparente continuidad de la ocupación y la observancia religiosa en Eridu proporcionan evidencia convincente del origen indígena de la civilización sumeria. 
Eridu fue abandonado durante largos períodos, antes de que finalmente fue abandonado y se dejó caer en la ruina en el siglo VI a.C. La invasión de las dunas de arena vecinas, y el surgimiento de una mesa de agua salina, estableció límites tempranos a su base agrícola, así que en su posterior desarrollo neobabilónico, Eridu fue reconstruido como un sitio puramente templo, en honor de su historia más temprana. 

Posible ubicación de la Torre de Babel 
El egiptólogo David Rohl ha conjeturado que Eridu, al sur de Ur, era la original Babel y sitio de la torre de Babel, y no la ciudad posterior de Babilonia, pero muchos otros eruditos han expresado el desacuerdo con esto propuesta. 
Otros estudiosos han discutido extensamente una serie de correspondencias adicionales entre los nombres de "Babilonia" y "Eridu". Las tablas históricas indican que Sargón de Akkad (aproximadamente 2300 a.C) desenterró la "Babilonia" original y la reconstruyó cerca de Akkad, aunque algunos eruditos sospechan que esto de hecho puede referirse al muy posterior rey asirio Sargón II.
El núcleo urbano de Eridu fue el templo de Enki, llamado Casa del Acuífero  que en la historia posterior fue llamado Casa De las Aguas. El nombre se refiere al reino de Enki. Su consorte Ninhursanga tenía un templo cercano en Ubaid
Durante el período Ur III un zigurat fue construido sobre los restos de templos anteriores por Ur-Nammu. 
Aparte de Enmerkar de Uruk (como se menciona en las epopeyas de Aratta), varios reyes históricos sumerios posteriores están descritos en inscripciones encontradas aquí para haber trabajado o renovado el templo de e-abzu, incluyendo Elili de Ur. Ur-Nammu, Shulgi y Amar-Sin de Ur-III, y Nur-Adad de Larsa

Badtibira: (Dûr-gurgurri en acadio) fue una antigua ciudad sumeria que aparece en las leyendas como una de las primeras fundaciones en la Tierra, anterior al Diluvio. 
Se cree que se corresponde con la actual Tell al-Madineh, al sur de Iraq. Su nombre significa “Lugar donde el metal se refina”, con lo que se sabe que ya manipulaban el bronce. Según la Lista Real Sumeria Bad-tibira fue después de Eridu la segunda ciudad en tener un gobierno, por lo demás propio, de cuyos reyes no se sabe si fueron reales o legendarios. El dios principal era Lugal (LU.GAL). 
Su templo, E-mush-kalamma, se menciona en el relato sumerio El descenso de Inanna a los infiernos.
En tiempos de la tercera dinastía de Ur se encuentran restos vitrificados que indican que fue incendiada; entonces la ciudad perdió el autogobierno y sus posesiones se dividieron entre Isin y Larsa. 3 reyes que gobernaron 108.000 años. El 3º fue Dumuzi. 

Larak: Larag o Larsa, moderna-Dile que Senkereh también Dile Sankarah, Dhi Qar, Irak, posiblemente el bíblico Elasar), fue una importante ciudad de la antigua Sumeria. Se encuentra a unos 25 km al sureste de Uruk (posiblemente bíblica Erech), cerca de la orilla oriental del Nilo-en-el canal de Shatt. No se conocen restos. Hubo sólo un rey, durante 21.000 años.
Aunque es mencionada en inscripciones que datan de  la época de Ur-Nammu, el rey que fundó  la III Dinastía sumeria de la ciudad de Ur, en el sur de Mesopotamia. (2112 a.C.).
Larsa no adquirió relevancia política hasta  que consiguió la independencia política de Ur por obra del   jefe amorita Naplanum, poco antes de la destrucción de Ur a manos de los Elamitas en la etapa del llamado Renacimiento Sumerio,  un  período de la historia de Mesopotamia que comprende los años entre la caída del Imperio Acadio y el período de las dinastías amoritas de Isín y Larsa -ambos con gobiernos de origen semita-, entre los siglos XXII a. C. y XXI a. C. 
Dentro de esta etapa destacan los años de la llamada Tercera Dinastía de Ur o Ur III (2112-2004), por darse en estos momentos una nueva hegemonía que abarcaría toda Mesopotamia, esta vez con la ciudad de Ur a la cabeza.

Sippar: (Zimbir in sumerio, Sippar en asirio-babilonio, es el nombre de dos ciudades cercanas de la Baja Mesopotamia situadas en la orilla oriental del río Éufrates, al noroeste de Babilonia, en el actual Iraq y separadas por apenas siete kilómetros. 
Ambas ciudades tuvieron diversos nombres a lo largo de su historia si bien se ha conservado generalmente la referencia a su divinidad principal para diferenciarlas. De este modo tenemos, pues, “Sippar de Shamash” (actual Abu Habbah) y “Sippar de Annunitu” (actual Tell ed-Dêr). 
Sippar es citada genéricamente en el Antiguo Testamento con el nombre de Sepharvaim.  Las inscripciones mencionan otras dos Sippar: una de ellas es “Sippar del Paraíso”, que podría hacer referencia a un barrio adicional de la ciudad. Es también posible que una de estas denominaciones pueda ser identificada con Agadé o Akkad, la capital del primer Imperio Semítico Babilonio. 
La ciudad de Sippar es mencionada como una de las más antiguas de Mesopotamia en la Lista Real Sumeria. Según ésta, habría sido la cuarta ciudad en ejercer la realeza, la penúltima antes del Diluvio. Su dinastía constaría de un único monarca, Enmenduranna, que habría reinado 21.000 años. Los niveles arqueológicos más antiguos de las dos ciudades que llevan el nombre de Sippar no son, sin embargo, conocidos, por lo que la arqueología no puede confirmar la antigüedad de las mismas. 
Periodo Presumerio. Ciudad del dios del sol. "Utu" en sumerio. Llamada más tarde Samas por los acadios. Aquí gobernó el dios Utu, durante 21.000 años.

Shuruppak: También llamada Curuppag, fue una antigua ciudad sumeria. Sus restos se encuentran localizados en el yacimiento de Tell Fara, a 200 kilómetros al sureste de Bagdad, en Iraq. La ciudad de Shuruppak se fundó a principios del período Jemdet Nasr.  Antes, durante el período de Uruk, había habido en esa zona algunas aldeas y un pueblo mediano.  En esta primera etapa de la ciudad se produjo una gran inundación fluvial que se encuentra probada arqueológicamente y que ha sido datada mediante el método del radiocarbono hacia 2900 a. C. La cerámica policroma de los niveles arqueológicos inmediatamente anteriores a la inundación ha sido datada como perteneciente al periodo de Jemdet Nasr el cual es el predecesor inmediato del período Dinástico Arcaico.
El desarrollo de la ciudad se vio truncado hacia el 2300 a. C. por un incendio que destruyó completamente la ciudad, pero que facilitó la conservación de los restos.
Tras el incendio, Shuruppak fue reconstruida y parece que hacia el 2000 a. C. seguía siendo una ciudad importante, dotándose en esa fecha de murallas. Tras la caída del imperio  de Ur III, la ciudad decayó rápidamente.
El último rey de esta ciudad fue el hijo del monarca anterior, Ubar-tutu, y fue el único que sobrevivió al Diluvio universal. Será él quien construya, por consejo del dios Enki, un barco para flotar con su familia y salvarse. El nombre original de este personaje es Ziusudra, aunque con el tiempo han aparecido otras denominaciones: Utanapishtim (en el Poema de Gilgamesh), Atrakhsis y Noé.



El Diluvio Universal
Explicación histórica del Diluvio:
Todas las religiones creen en un Diluvio de agua, excepto el Islam, donde es de fuego.
Wolley, estudioso inglés, descubrió en la ciudad de Ur una capa de 3 metros de espesor de desarrollo estratigráfico sin restos. Lo mismo ocurre en Kish, Lagash,…, lo que significa que hubo algo, posiblemente una inundación. El problema es que cada investigador daba una cronología distinta a los estratos. 
Con la excavación de la Biblioteca de Nínive se descubrió, en 1.853, entre otras cosas, el Poema de Gilgamesh; uno de sus capítulos está enteramente dedicado a un gran diluvio universal. El texto fue traducido por G. Smith, funcionario del British Museum.

El Diluvio Babilónico: Utnapishtim
La Epopeya de Gilgamesh es un extenso poema que narra las aventuras del Rey Gilgamesh de Uruk, quien probablemente vivió y reinó hacia el siglo XXVII a.C aprox. La epopeya, muy posterior a su reinado, recoge y elabora las leyendas que circulaban sobre él en la tradición oral. El poema, originalmente de origen sumerio, contiene un capítulo en el que se relata la historia de una Gran Inundación, con algunos pasajes idénticos a los bíblicos.

Gilgamesh

Existen varias versiones de este poema, siendo la más completa, la hallada en la biblioteca del rey asirio Assurbanipal de Nínive (c. 668-627 a.C), escrita en acadio. La tablilla XI de la Epopeya de Gilgamesh, la cual está fraccionada e incompleta pero aun así es legible, es la que contiene la narración del Diluvio y forma parte de la colección del Museo Británico.

Epopeya de Gilgamesh – Tablilla del Diluvio

El “Noe” de esta versión se llama Utnapishtim. La etimología del nombre, se compondría de dos elementos, “Ut”, del cual no se ha encontrado una explicación satisfactoria aún, y “Naphishtim”. Este segundo elemento es del babilónico antiguo, que significaría “aliento” y por extensión “vida”, derivado de la palabra consonántica NPSH (infinitivo naphashu) “que respira”, y en el caso genitivo, sería un compuesto: “de la vida”.
La tablilla del Diluvio cuenta que hubo una época en que los dioses vivían junto a los humanos en la ciudad de Shuruppak. Pero un día estos decidieron acabar con la raza humana mediante una gran inundación, dado que estos no paraban de molestar a los dioses con su actividad:
Utnapishtim dijo a él, a Gilgamesh: “Te revelaré, Gilgamesh, una materia oculta y un secreto de los dioses te diré: Suruppak era antigua como lo eran los dioses de su interior, cuando sus corazones impulsaron a los grandes dioses a suscitar el diluvio. Estaban Anu, su padre, el valiente Enlil, su consejero, Ninurta, su asistente, Ennuge, su irrigador. Ninigiku-Ea también estaba presente con ellos”. 
Enki, una de las principales deidades y creador de la raza humana en las leyendas sumerias, contrariado con la determinación de los demás dioses decide alertar a Utnapishtim de la inminente inundación. Hablándole a través de las paredes de la choza de Utnapishtim, le da la orden a éste de construir una nave y subir a esta a todas las especies vivientes.
”¡Choza de cañas, escucha! Hombre de Suruppak, hijo de Ubar-Tutu, ¡Demuele esta casa, construye una nave! Renuncia a las posesiones, bucea la vida. ¡Desiste de bienes mundanales y mantén el alma viva!”… “A bordo de la nave lleva la simiente de todas las cosas vivas.”
Y luego Enki se asegura de darle las medidas exactas de la embarcación:
“El barco que construirás, Sus dimensiones habrá que medir. Igual será su amplitud y su longitud. Como el Apsu lo techarás”.
En el proceso de la construcción, Utnapishtim describe:
Los pequeños llevaban brea, al paso que los grandes transportaban el resto de lo necesario… Seis medidas “sar” de betún eché en el horno, (Gen 6,14) tres “sar” de asfalto también eché en el interior, tres “sar” de aceite los portadores de cestas transportaron, aparte de un “sar” de aceite que la calafateadura consumió, y los dos “sar” de aceite que el barquero estibó.

Y luego detalla con precisión ciertas medidas de la nave, como en la versión bíblica:
Un acre (entero) era el espacio de su suelo, Diez docenas de codos la altura de cada pared, Diez docenas de codos cada borde del cuadrado del puente. Preparé los contornos y lo ensamblé. Lo proveí de seis puentes, Dividiéndolo así en siete partes. El plano de su piso dividí en nueve partes.

El plazo de construcción fue igual que en el caso del Arca:
“Al séptimo día el barco estuvo completo.”
Como Noé, Utnapishtim subió a su familia, animales:
“Cuantos seres vivos tenía cargué en él. Toda mi familia y parentela hice subir al barco. Las bestias de los campos, las salvajes criaturas de los campos, Todos los artesanos hice subir a bordo”.

Luego la tierra fue asolada por una tempestad que duró seis días y seis noches:
Durante un día la tormenta del sur sopló, acumulando velocidad a medida que bufaba sumergiendo los montes, atrapando a la gente como una batalla. Nadie ve a su prójimo, no puede reconocerse la gente desde el cielo. Los dioses se aterraron del diluvio, y, retrocediendo, ascendieron al cielo de Anu. Seis días y seis noches sopla el viento del diluvio, mientras la tormenta del sur barre la tierra.

Y al séptimo la tormenta cesó:
Al llegar al séptimo día, la tormenta del sur transportadora del diluvio amainó en la batalla, que había reñido como un ejército, el mar se aquietó, la tempestad se apaciguó, el diluvio cesó.

El Diluvio había exterminado toda la humanidad:
Contemplé el tiempo: la calma se había establecido, y toda la humanidad había vuelto a la arcilla. El paisaje era llano como un tejado chato.

Utnapishtim, tal como lo hizo Noé, se asomó para observar el panorama:
Abrí una escotilla y la luz hirió mi rostro. Inclinándome muy bajo, me senté y lloré, deslizándose las lágrimas por mi cara.

Y cuando el barco se asentó sobre el Monte Nisir, Utnapishtim pudo vislumbrar los picos cercanos:
Miré en busca de la línea litoral en la extensión del mar: En cada catorce regiones emergía una comarca montañosa. En el Monte Nisir el barco se detuvo. El Monte Nisir mantuvo sujeta la nave, impidiéndole el movimiento durante seis días.

Luego, Utnapishtim envía a sus emisarios – una paloma, una golondrina y un cuervo – para ver si la Tierra estaba nuevamente habitable:
Al llegar el séptimo día, envié y solté una paloma. La paloma se fue, pero regresó; puesto que no había descansadero visible, volvió. 
Entonces envié y solté una golondrina. La golondrina se fue, pero regresó; puesto que no había descansadero visible, volvió. 
Después envié y solté un cuervo. El cuervo se fue y, viendo que las aguas habían disminuido, come, se cierne, grazna y no regresa. 

Entonces Utnapishtim salió del arca e realizó un sacrificio a los dioses:
Entonces dejé salir todo a los cuatro vientos y ofrecí un sacrificio. Vertí una libación en la cima del monte.
Los dioses olieron el sabor, los dioses olieron el dulce sabor, los dioses se apiñaron como moscas en torno al sacrificante.
Después de esto, la “gran diosa” se compromete a no volver a destruir nunca más a la humanidad:
Cuando, al fin, la gran diosa llegó, alzó las grandes joyas que Anu había labrado a su antojo: “Dioses, tan cierto como este lapislázuli está en mi cuello, no olvidaré, recordaré estos días, sin jamás olvidarlos.
Luego de un altercado con Enki, Enlil – su hermano y quien había planificado el exterminio de la humanidad con el Diluvio – bendijo a Utnapishtim y su mujer, designándolos como semejantes a los dioses:
A esto Enlil subió a bordo del barco. Cogiéndome de la mano, me subió a bordo. Subió mi mujer a bordo e hizo que se arrodillara a mi lado. De pie entre nosotros, tocó nuestras frentes para bendecirnos: “Hasta ahora Utnapishtim fue tan sólo humano. En adelante Utnapishtim y su mujer serán como nosotros dioses.

El Diluvio Sumerio: Ziusudra
Otra de las versiones de la Epopeya de Gilgamesh es el ejemplar de la colección de Nippur del Museo de Pennsylvania. La misma contiene asimismo un relato del Diluvio, pero a diferencia del anterior este está escrito en sumerio. Esta tablilla, escrita de ambos lados y datada del siglo XVII a.C, evidenció que el capítulo del Diluvio del relato babilónico de Gilgamesh no era más que otro tanto de herencia sumeria.
Tablilla de Nippur con el relato del diluvio – Penn Museum

El interés del documento reside, no sólo en el hecho de que se trata de un documento único, no habiéndose descubierto hasta la fecha ningún otro texto sumerio que evocase el Diluvio, sino además en que contiene una introducción que revela en gran medida la Cosmogonía y la Cosmología sumerias, en cuanto a la creación del hombre y al origen de la realeza.
En esta versión sumeria del relato del Diluvio, el protagonista se llama Ziusudra, que se corresponde con el último rey de Sumer antes del diluvio, según consta en la Lista Real Sumeria. El texto tiene muchas lagunas pero se puede interpretar claramente el mensaje del relato, aún con los faltantes existentes.
Tablilla de Nippur con el relato del diluvio – Penn Museum

El texto de la tablilla se extiende largamente con un relato sobre el descenso de los dioses a la Tierra, la creación de la humanidad, los animales y la vegetación. Luego el poema dice que Ziusudra era un rey piadoso, temeroso de los dioses, siempre atento a las revelaciones transmitidas por los sueños y encantamientos.
Según parece, Ziusudra está situado ante una muralla cuando una voz de alguna deidad le anuncia que la asamblea de los dioses ha decidido provocar un diluvio y «destruir la semilla del género humano».
… El diluvio, así fue convenido; Entonces Nintu lloró; La divina Inanna entonó una lamentación para su pueblo; Enki tomó consejo de sí mismo. An, Enlil, Enki y Ninhursag… Los dioses del cielo y de la tierra pronunciaron los nombres de An y de Enlil.
… Ziusudra, de pie a su lado, escuchó. «Mantente cerca de la muralla, a mi izquierda…; Cerca de la muralla, yo te diré una palabra, escucha mi palabra; Presta oído a mis instrucciones: Por nuestro…, un Diluvio va a inundar los centros del culto; Para destruir la simiente del género humano… ; Tal es la decisión, el decreto de la asamblea de los dioses. Por orden de An y de Enlil…, Su realeza, su ley, le será puesto término.
Seguidamente, el poema debía de extenderse largamente sobre las instrucciones dadas a Ziusudra sobre cómo construir un navío gigantesco, el cual le permitiría salvar su vida, pero esta parte del texto está destruida. Lo que sí se ha conservado es la parte siguiente sobre cómo las aguas del Diluvio sumergieron a la Tierra, ininterrumpidamente, durante siete días y siete noches.
Todas las tempestades, de una violencia extraordinaria se desencadenaron al mismo tiempo. En un mismo instante, el Diluvio invadió los centros del culto. 
Cuando, durante siete días y siete noches, el Diluvio hubo barrido la tierra, Y el enorme navío hubo sido bamboleado por las tempestades, sobre las aguas, Utu salió, el que dispensa la luz al cielo y a la tierra.
Ziusudra abrió entonces una ventana de su navío enorme, y Utu, el Héroe, hizo penetrar sus rayos dentro del gigantesco navío. Ziusudra, el rey, Se prosternó entonces ante Utu; El rey le inmoló un buey y sacrificó un carnero.
Vuelve a haber un faltante en el texto, y lo que sigue es la deificación de Ziusudra a quien le dan la vida como la de un dios:
An y Enlil pronunciaron: «Soplo del cielo, soplo de la tierra», por su… él se tendió, Y la vegetación, surgiendo de tierra, se elevó. Ziusudra, el rey, se prosternó ante An y Enlil. An y Enlil cuidaron de Ziusudra: Le dieron una vida como la de un dios. 
Un soplo eterno como el de un dios hicieron descender para él. Entonces, Ziusudra, el rey, Salvador del nombre de la vegetación y de la simiente del género humano, En el país de paso, el país de Dilmun, allí donde sale el sol, ellos le instalaron.

La transcripción griega
Otra referencia al Diluvio la brinda Alejandro Polyhístor (100 a.C – 40 a.C), erudito griego que reprodujo los escritos de Berossus y transcribió el siguiente texto:
“A la muerte de Ardates, le sucedió su hijo Xisuthrus (Ziusudra) y reinó dieciocho saros. En su tiempo sucedió el Diluvio Universal, cuya historia se da de esta manera: A la deidad Kronus se le apareció una visión y le avisó que el décimo quinto día del mes Daesia habría una inundación que destruiría a la humanidad. 
Le mandó poner por escrito una historia del principio, progreso y conclusión final de todas las cosas hasta el momento presente, y de guardar esas narraciones a buen seguro en la Ciudad del Sol, en Sippara;
De construir un barco y llevar consigo en él a sus amigos y parentela y de meter a bordo todo lo necesario para sustentar la vida, y llevar también toda clase de animales que volaran o que corretearan por el suelo, y que se confiara a la profundidad. Habiéndole preguntado a la deidad adonde tenía que ir, recibió esta contestación: A los Dioses“.

La Lista de Reyes Sumeria
Asimismo, los sumerios nos revelan en su Lista de Reyes a todos los gobernantes que tuvieron en el país de Sumer, identificando cada dinastía y ciudad en la que asentaron cada sede. Al inicial su listado, nos dicen que:
“Después de que la realeza descendiera del cielo, la realeza estuvo en Eridug. En Eridug, Alulim se hizo rey y gobernó 28.800 años.”
Luego menciona la primera dinastía completa de reyes – siendo el último de ellos Zin-Suddu o Ziusudra – y cierra con la frase:
“Entonces, el Diluvio destruyó la Tierra”
Luego de citar a la primera dinastía, inicia el recuento de la segunda, aclarando:
Después de que el diluvio hubiera terminado, y la realeza hubiera descendido del cielo, la realeza pasó a Kish”.
Enki sentado dentro de un portal de agua

El Diluvio Asirio: Atrahasis
También se ha encontrado una versión de la narración del Diluvio denominada la “Epopeya de Atrahasis”, por el nombre de su protagonista, que en acadio significa “Muy Sabio”. El poema fue dado a conocer en 1956 por el asiriólogo danés J. Laessoe, quien rearmó los fragmentos encontrados entre los restos de la misma Biblioteca de Assurbanipal. 
La copia más antigua encontrada hasta el momento es un manuscrito firmado y datado por un copista llamado Kasap-aya, en tiempos del reinado de Ammi-saduqa (el cuarto sucesor de Hammurabi), que reinó desde 1646 – 1626 a.C. La misma se encuentra en el Museo Británico.
Poema de Atrahasis
Se trata de un extenso poema que abarca desde el origen del mundo hasta la creación del hombre, comprendiendo la narración del Diluvio, entre otras. La historia empieza mucho antes que Atrahasis entre en escena, y antes de que el hombre fuera pensado y creado, en tiempos en que los dioses menores tenían que drenar los canales, cavar zanjas y hacer todo el trabajo pesado. Se conocen cuatro reediciones más de este poema, que no coinciden completamente en todos los detalles, reflejando cada una de ellas el espíritu de su autor y de su época.
Esta versión nos brinda la escena de la decisión de los dioses de destruir a la humanidad:
Enlil abrió entonces la boca, toma la palabra Y se dirige a la asamblea de los dioses al completo: “¡Venid todos a prestar juramento con respecto al Diluvio!” En primer lugar se hizo jurar a Anu; Después juró Enlil y, con él, sus hijos.
Y Enki, abriendo la boca, se dirige a los dioses, sus hermanos: “¿Por qué me queréis ligar con un juramento? ¿Acaso puedo yo alzar la mano contra mis criaturas? Y ese Diluvio del que habláis, ¿Qué es? ¡Yo lo ignoro! ¿Soy yo quién lo tiene que producir? ¡No, ésa es tarea de Enlil! ¡Que se él, él, quien tome la decisión y dé las órdenes… Que Nergal arranque los soportes de las compuertas celestes; Que Ninurta vaya a hacer que se desborden las presas de aquí arriba!
Enki se dirige entonces a Atrahasis y le previene de lo que sucederá indicándole que construya un barco y dándole todas las instrucciones para hacerlo:
…Enki, habiendo abierto la boca, y se dirige a la pared de cañas: …“¡Pared, escúchame bien! ¡Empalizada, recuerda todo lo que te voy a decir! ¡Derriba tu casa para construirte un barco! ¡Abandona tus bienes, para salvar tu vida!.
“Explicaré […] se apoderará, de un golpe, de todos los hombres. Construye un gran barco […] Su estructura deberá ser de excelentes cañas: ¡Será un navío llamado “Salva vidas”! El barco que tienes que construir […] con los lados iguales Téchalo sólidamente ¡Téchalo, al igual que sucede con el Apsu, El sol no vea su interior! ¡Estará cerrado por todos los lados, Y su equipación deberá ser sólida y su calafateado grueso y resistente! […] llena de estopa, herméticamente, Después, yo haré que llueva.
Después espera el momento que yo te indicaré. Entonces, entra en el barco y tira de la escotilla, Después de haber cargado en él tu trigo, tus bienes, tus riquezas, A tu mujer, a tu familia, a tu parentela, a tus artesanos, A animales salvajes, grandes y pequeños: ¡A todo aquello que se alimente de hierba, Y que yo te enviaré: ellos te esperarán ante tu casa!”
El Muy Sabio, habiendo entonces abierto la boca, toma la palabra Y se dirige a Ea, su señor: “¡Pero yo nunca he construido un barco! Dibújame el plano en el suelo, Y, cuando lo haya visto, sabré construirlo!” Ea dibuja, entonces, el plano en la tierra: “Haré todo lo que me has ordenado, mi Señor!”
Según las indicaciones, Atrahasis sube todo de lo que dispone a bordo:
Todo el oro que tenía, toda la plata que tenía, A los animales los captura y los embarca. Pájaros emplumados del cielo, rebaños, bichos de la estepa A todos, él los embarca.

Y luego llega el Diluvio, aniquilando todo a su paso:
Después, el tiempo cambia de aspecto y Adad resonaba entre las nubes. Tan pronto como se escuchó el gruñido del dios, Se añadió betún para obturar la escotilla, Y, apenas se había cerrado ésta, Adad atronó entre las nubes, Mientras un viento furioso, con un primer golpe, Rompía las amarras y soltaba el barco.
¡La tempestad golpeaba la tierra, Interrumpiendo su rumor igual que se rompe un cacharro! ¡Y, desencadenado el Diluvio, transcurre la maldición Al igual que la guerra sobre los hombres! ¡Nadie veía ya a nadie: nada resultaba discernible en esta carnicería! El Diluvio mugía como un toro, E, igual que un águila que chilla, el viento aullaba. Las tinieblas eran profundas, el sol había desaparecido. Las personas morían como moscas.
Después de siete días y siete noches y de que bajen las aguas, Atrahasis sale del barco, baja todo el cargamento y sirve una comida sacrificial a los dioses:
El desperdiga a los cuatro vientos Toda la carga del barco. Después sirve una comida sacrificial Para satisfacer la alimentación de los dioses, ¡Aspirando el buen olor, los dioses Se agruparon alrededor del banquete, como moscas!
Finalmente la diosa Nintu se compromete a recordar por siempre esa catástrofe:
Pero, una vez que lo habían consumido, Nintu se puso de pie Y, ante todos, se quejó: … ¡Actualmente, los rostros de los hombres Han desaparecido entre las tinieblas!” Después, acercando la mano al gran collar Que Anu le había dado ella dijo: “… Collar de lapislázuli en mi cuello, Para recordarme, siempre, estos días funestos!”

¡Cómo, a pesar del Diluvio decidido por nosotros, El Hombre ha sobrevivido a la carnicería! … ¡Este canto, Que, tras haberlo escuchado, los Igigu Exaltan tu grandeza! ¡Oídme, entonces, cantar El Diluvio universal!
MVC-093S

El registro de Assurbanipal
Asimismo, encontramos otra mención al Diluvio en una declaración de Assurbanipal (último gran rey de Asiria, entre 668 AEC y 627 AEC), en la que se jacta de su ilustre Biblioteca:
Yo, Assurbanipal, rey de Asiria y de toda Mesopotamia… yo me precio de esta Biblioteca, la más extensa que vieron los tiempos. Poseo los sofisticados conocimientos de Adapa, sabio entre los Siete Sabios: el antiguo y preciado secreto de todas las artes de la escritura… 
He leído variadas composiciones literarias de alto valor artístico: las sumerias, de comprensión oscura y las acadias, de ardua lectura. Me place descifrar las inscripciones en intrincados signos cuneiformes sobre piedra, anteriores al Diluvio.
En mi palacio de Nínive escucho las voces de los Dioses y los Héroes que lucharon hace miles de años. Del gran Gilgamesh revivo las penas, su guerra contra los Dioses eternos, su viaje en vano al confín de la tierra buscando ser inmortal como ellos…
Yo reuní esta colección de tablillas que desde el barro me hablan calladas, y en ellas oigo las voces del Tiempo. Yo envié a mis más expertos escribas por los caminos de Mesopotamia, la fértil entre el Éufrates y el Tigris, a visitar los palacios y templos de las distantes ciudades del reino, a Síppar y Úruk, Ur y Borsippa, para que recogieran las tablillas que grabaron en signos cuneiformes los escribas de épocas remotas en la antiquísima lengua de Súmer y también en nuestra acadia escritura… (Smith, Babylonian Historical Texts, 76.) 

EL DILUVIO UNIVERSAL - VERSION SUMERIA 
El diluvio fue descrito en la biblia, en el Popol Vu, en las tradiciones orales de los Incas, en Colombia los indios Chibchas también conservan el recuerdo de una gran inundación, en Ecuador sería dos hermanos los que escaparon del diluvio subiendo a una alta montaña, los araucanos y los Yamana de Tierra de fuego comparten similares tradiciones. Y también entre los indios Inuit de Alaska existe una leyenda referente a un gran diluvio que se extendió por toda la Tierra. También los Luisenos de la baja California y los Dakotas comparten parecidas historias, Los Chickasaws aseguraban que el mundo había sido destruido por el agua "pero una familia se salvó junto con una pareja de cada especie animal" En un lugar tan distante de los anteriores como el bosque tropical malasio, los chewong también creen en el diluvio universal, y en Laos, al norte de Tailandia, existe la leyenda de unos seres llamados los Thens, que provocaron el fin de una era creando un diluvio del que sólo se salvaron tres grandes hombres y varias mujeres, a bordo de una lancha. Asimismo los karins de Birmania poseen unas tradiciones muy parecidas, y en Vietnam se especifica que esos hermanos, hombre y mujer, iban acompañados de una pareja de cada especie animal. En la India védica encontramos a un Noé llamado Manú, que avisado por Visnú que iba a desencadenarse un diluvio. Le envió una gran barca, con órdenes de instalar en ella a una pareja de cada especie viva y las semillas de cada planta, y luego subiera el mismo a bordo.... Para la ciencia moderna también existió un gran diluvio, se han encontrado pruebas en fósiles que lo evidencian además de estratos geológicos que dan fe de la existencia de una inundación de carácter casi global. Según se cree, después de miles de años de época glacial, y con medio globo cubierto por las nieves, por alguna razón se produjo una descongelación anormalmente rápida que condujo a crecidas e inundaciones inmensas, acabando con la mayoría de la incipiente Humanidad, dejando a los supervivientes con un recuerdo imborrable, transmitido como tradición oral convertido en leyenda.
Y si de veras hubo un diluvio, ¿Existió también un arca?. Si nos guiamos por la Biblia encontramos que: "Y Dios dijo a Noé...Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero". (Génesis 6:14-16) Y como para la mayoría de los estudiosos un codo equivaldría a 45 cm., esto nos da una embarcación de 135 m. de largo por 22,5 de ancho y 13,5 m de alto. Desde luego sería un barco enorme, el mayor construido hasta que se hicieran de hierro, pero ¿sabrían hacerlo? De acuerdo con la Biblia contaron con la ayuda de Dios, y ya la proporción largo/ancho de seis a uno la haría perfecta para soportar tormentas y sería casi imposible de volcar, de modo que con ese sólo dato podemos imaginar que el resto estaría igualmente bien pensado para soportar los 371 días que duró la travesía. Pero ¿Habría sitio suficiente? El arca contaría con 9000 m y 45540 m, equivalentes a 569 vagones de mercancías modernos. Si hubiera que meter a una pareja de cada animal, encontraríamos que con 35.000 animales se podría cumplir la misión divina- Pero si queremos ser misericordiosos y cargar con todas las variables y especímenes posibles, incluyendo los ya extintos, entonces cargaría unos 50.000 individuos. Como no todos son grandes como un elefante, e incluso no tendrían que estar en su edad adulta, se tomaría como tamaño medio el de una oveja. Así llenaríamos tan sólo el 37% del arca, dejando el resto para comida y espacio vital. Es decir el proyecto era viable. Y para la recolección de tantas especies si habría sido necesaria la ayuda divina tal como dice la Biblia, y para su cuidado, con tan solo 8 personas, solamente sería posible si los animales permanecieran en un estado de letargo. 
De modo que parece que sí existió un diluvio, y es posible que también existiera uno o varios Noé que salvaron a la Humanidad y a los animales de la extinción, aunque para todo ello necesitaran de la ayuda de Dios. En los últimos años, se ha cuestionado una serie de hechos históricos, por ejemplo que la civilización más antigua es la Sumeria y no la egipcia, porque ellas son posteriores, incluido las del Indostan. En América del Sur, concretamente en el Perú se tiene en proceso de estudio las pirámides de la cultura Caral, cuya antigüedad es similar a la sumeria y también la tecnología y los principios aplicados en ella. De otra parte la escritura cuneiforme de los sumerios, ha dejado suficiente información para considerar una fuente histórica importante, sin dejar de ser ya la más importante, debido a que es la forma escrita más antigua de la especie humana, de ella extraemos la narración del diluvio por denominarlo de alguna manera lo llamaremos la versión sumeria. Esta versión nos trae nuevamente lo que otros ya trataron cuando leían la biblia, la posible presencia de seres venidos de otros mundos a la tierra, la posible intromisión sobre el ADN de los primigenios habitantes de la tierra y otros nuevos aspectos de la civilización, que puede perturbar algunas creencias, pero que las evidencias antropológicas y arqueológicas no pueden soslayar.

 “En aquel tiempo el rey Ziusudra, el ungido […], construyó un refugio redondo

[...]. Cada día tenía un sueño, y pedía al cielo y a la tierra que le fuera interpretado […]. Ziusudra, estando a un lado de un muro, escuchó: ‘¡Sitúate a la izquierda, junto al muro!’, (le dijo el dios). ‘[…] Debo hablarte a través del muro. Escucha bien mis instrucciones. Tendrá lugar un diluvio en los lugares santos causado por nosotros [...] y de este modo la semilla de la humanidad será destruida [...]. La sentencia es definitiva y es una decisión de la asamblea [...] “Se cernieron los vientos malignos y la tempestad. El diluvio durante siete días y siete noches inundó los lugares santos. El viento maligno zarandeó el arca en la gran extensión de agua, posteriormente salió el dios Sol llevando la luz al cielo y la tierra. Entonces Ziusudra hizo una abertura en el arca y el dios Sol entró con su luz. El rey Ziusudra se presentó ante el dios Sol, besó la tierra, sacrificó bueyes y muchas ovejas [...].

‘Invocad la vida del cielo y de la tierra [...]. Invocad los dioses An y Enlil [...]. La ruina se alzó de la tierra y desapareció. El rey Ziusudra se presentó ante  An y Enlil, besó la tierra. An y Enlil dieron a Ziusudra y su mujer la vida semejante a un dios. Le concedieron la vida perpetua como a un dios. En aquel tiempo el rey Ziusudra, quien en el año de la destrucción había conservado la semilla de la humanidad, marchó a vivir a un país extranjero, al país de Dilmun, donde nace el Sol”.
Entendiendo las enigmáticas palabras grabadas en piedra de los días antes del diluvio por los sumerios, el rey asirio Asurbanipal, a lo largo de la diversificada literatura de la antigua Mesopotamia, encontraba aquí y allí referencias a un diluvio que barrio la Tierra. Cuando los eruditos lo encontraron, se quedaron dudando ¿Sería el relato bíblico sobre el diluvio no un mito o alegoría, sino el registro de un evento verdadero y no recordado sólo por los hebreos?. Además de eso, aún esa única sentencia en la inscripción de Asurbanipal estaba llena de sorpresa científica. Ella sola confirmaba que había existido un diluvio, también declaraba que por haber sido enseñado por el Dios de los Escribas, el rey era capaz de leer inscripciones antediluvianas, "las enigmáticas palabras grabadas en piedra de los días antes del diluvio". Entonces, eso sólo podía significar que aún antes del diluvio ya había escribas y talladores, idiomas y escritura, que había existido una civilización en los remotos antediluvianos. 

Grabado de la narración del diluvio
Ya era bastante traumático que los eruditos sean obligados a reconocer que las raíces de nuestra moderna civilización occidental no estaban en Grecia o Judea del primer milenio a.C., en la Asiría y Babilonia del segundo milenio a.C. y ni aún en Egipto del tercer milenio a.C., sino en la Sumeria del cuarto milenio a.C. Ahora la credibilidad científica tendría que volver aún más hacia atrás, hacia una época que hasta los sumerios llamaban los "viejos días" hacia una enigmática era "antes del diluvio". Sin embargo, todas esas revelaciones chocantes deberían ser noticia vieja para cualquier persona que se tome el trabajo de leer las palabras del Viejo Testamento dentro de su verdadero significado: después que la Tierra y el cinturón de asteroides fueron creados (El Rak'iba, o Cielo del Génesis), la Tierra tomó forma, se creó " Adán" y el hombre fue colocad en el Jardín que quedaba en el Edén. Sin embargo, por intermedio de las maquinaciones de una brillante "serpiente" que se atrevió a desafiar a Dios, Adán y su compañera, Eva, adquirieron un cierto conocimiento que no debían poseer. Ante eso, el Señor, hablando a seres cuyos nombres no aparecen en la Biblia, se preocupó con la posibilidad de que el hombre, "como ya es uno de nosotros", podría también servirse del Árbol de la Vida y comer y vivir para siempre. Así: Él proscribió al hombre Y colocó delante del Jardín del Edén Los Querubines y la llama de la Espada Fulgurante Para guardar el camino del Árbol de la Vida. De esta forma, Adán fue expulsado del maravilloso pomar que el Señor había plantado en el Edén, para de ahí en adelante "comer las hierbas del campo" y obtener su sostén "con el sudor de su rostro". Y Adán "conoció a Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a Caín... y también dio a luz a Abel, hermano de Caín.

“Abel se hizo pastor de ovejas y Caín cultivaba el suelo”. Así, la afirmación que la Biblia hace sobre una civilización antediluviana sigue dos líneas, comenzando con la de Caín. Después de asesinar a Abel, Caín fue proscrito para el este, para la Tierra de Nod, la "Tierra de las Migraciones". Allá su mujer dio a luz a Enoc un nombre que significa "fundación". La biblia explica que Caín "se hizo un constructor de ciudad" cuando su hijo nació y “dio a la ciudad el nombre de su hijo, Enoc". (La aplicación del mismo nombre para una persona y la ciudad asociada a él fue una costumbre que prevaleció a lo largo de toda la historia de la Antigüedad del Oriente Medio.) La línea de Caín continuó con Irad, Mavíael, Matusalén y Lamec. El primer hijo de Lamec fue Jubal - nombre que en el hebraico original (Yuvat) significa "el tocador de flauta". Como explica el Libro del Génesis, él fue "el padre de todos los que tocan la lira y charamela". Un segundo hijo de Caín, fue Tubal Caín, "fue el padre de todos los laminadores en cobre y hierro". Lo que aconteció con ese habilidoso pueblo del este en la tierra de Nod nos quedaremos sin saberlo, pues el Viejo Testamento, considerando maldita la línea de Caín, pierde todo el interés en dar la lista de su genealogía y su destino. 
El Libro del Génesis, en su Capítulo 5, vuelve Adán y a su tercer hijo, Set. Adán, somos informados, tenía 130 años cuando Set nació y vivió ochocientos años más, durando por lo tanto, en total, 930 años. Set, que fue padre de Enoc a los 105 años, vivió hasta los 912 años. Enós tuvo a Cainã a los 90 años y murió con 905. Cainã vivió 910 años. Su hijo Malaleel tenía 895 años cuando murió. Y su hijo, Jared, falleció a los 962 años. Sobre todos esos patriarcas antediluvianos, el Libro del Génesis suministra un mínimo de informaciones: el nombre de sus padres, la edad que tenían por ocasión del nacimiento de sus herederos masculinos y ("después de que engendran hijos e hijas") la edad con que murieron. Sin embargo, el patriarca que se sigue a ellos recibe un tratamiento especial: Cuando Jared completó 162 años, engendró a Enoc... Cuando Enoc completó 65 años, engendró a Matusalén. Enoc anduvo con Dios. Después del nacimiento de Matusalén, Enoc vivió trescientos años y engendró hijos e hijas. Toda la duración de la vida de Enoc fue de 365 años. Y ahí se sigue la explicación -una explicación impresionante- de el por qué Enoc fue considerado digno de tanta atención y detalles biográficos: ¡Enoc no murió! Enoc anduvo con Dios, después desapareció, Pues Dios lo arrebató. Matusalén fue el patriarca más longevo; vivió 969 años y engendró a Lamec. Lamec, que vivió 777 años, engendró a Noé, el héroe del diluvio. En este punto del Génesis existen informaciones más detalladas: Lamec dio ese nombre a su hijo porque la Humanidad estaba pasando por una época de gran sufrimiento y el suelo era estéril e improductivo. Al llamar al hijo de Noé ("Descanso"), Lamec expresó la esperanza de que "este nos traerá descanso de nuestra lucha y frustraciones en la tierra que Dios maldijo". Y así, a lo largo de diez generaciones de patriarcas antediluvianos bendecidos con lo que los eruditos llaman duraciones de vida "legendarias", la narrativa bíblica llega a los eventos del diluvio. El diluvio es presentado en el Libro del Génesis como una oportunidad aprovechada por Yahveh para hacer "desaparecer de la superficie de la Tierra a los hombres que creo". Los antiguos autores hallaron necesario suministrar una explicación para una decisión tan drástica. Según la biblia, ella tuvo que ver con las perversiones carnales de los hombres, específicamente con las relaciones sexuales entre "las hijas de los hombres" y "los hijos de Dios". A despecho de los esfuerzos monoteístas de los compiladores y editores del Libro del Génesis, luchando para proclamar la fe en una única deidad en un mundo que en la época creía en muchos dioses, restan numerosos deslices en que la narrativa bíblica habla de dioses en plural. El propio término para "deidad" (cuando el Señor no es específicamente llamado Yahveh) no es el singular El, sino el plural Elohim. Cuando ocurre la idea de crear Adán, la narrativa adopta el plural: "Dios (Elohim) dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, y nuestra semejanza". Y, después del incidente con el fruto del conocimiento, Elohim de nuevo habló en el plural, dirigiéndose a seres no identificados. Y ahora transpira de cuatro enigmáticos versos del Libro del Génesis, Capítulo 6, que preparan la escena para el diluvio, que no sólo existían deidades (Elohim) en el plural, sino que ellas hasta tenían hijos (también en el plural). Esos hijos enfurecieron al Señor al tener sexo con las hijas de los hombres, aumentando su pecado a los que engendraron hijos o semi-dioses a partir de esa cópula ilícita: 
Cuando los hombres comenzaron a ser numerosos Sobre la faz de la Tierra y les nacieron hijas, Los hijos de Dios vieron Que las hijas de los hombres eran bellas y tomaron como mujeres Todas las que más les agradaban.

El Antiguo Testamento explica aún: 
Ora, en aquel entonces (y también después), Cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y estas les daban hijos, Los Nefilim habitaban sobre la Tierra; Estos eran los Poderosos de la Eternidad, el Pueblo del Shem. 
Nefilim -tradicionalmente traducido "gigantes" –  significa literalmente "Aquellos que Fueron Lanzados Sobre" la Tierra. Uno de los investigadores más acuciosos de las tablillas sumerias fue Secharia Sechin, quién nos narra lo que hallo escrito en estas tablillas. Ellos eran los "hijos de los dioses" el pueblo del Shem, o sea, el pueblo de los cohetes espaciales. Volvamos, entonces, a Sumeria y a los DIN.GIR, "Los Justos de los Cohetes Espaciales". Tomemos ahora los registros sumerios en el punto donde paramos anteriormente - 450 mil años atrás. Fue hace cerca de 450 mil años, afirman los textos sumerios, que astronautas de Marduk llegaron a la Tierra en búsqueda de oro. Necesitaban de él no para la confección de joyas, sino para alguna necesidad apremiante conectada a la supervivencia en el 12º planeta. El primer grupo de desembarque estaba compuesto de cincuenta astronautas; ellos eran llamados Anunnaki - "Los del Cielo que Están en la Tierra". Ese grupo descendió en el mar Arábico y fueron para lo alto del golfo Pérsico, allá establecieron su primera Estación Terrestre, Y.RÍE.DU - "Hogar en lo Lejano Construido". El comandante era un brillante científico e ingeniero que adoraba navegar por los mares, y cuyo hobby era pescar. Él era llamado Y.A. - "Aquel Cuya Casa ES Agua" –  y diseñado como el prototipo de Acuario; pero, por haber liderado el aterrizaje, recibió el título de EN.KI¬ - "Señor Tierra”. Como  todos los otros dioses sumerios, el aspecto que lo distinguía era el tocado con cuernos. El plan original, según todo indica, era extraer oro del agua del mar, pero eso probó ser insatisfactorio. La única alternativa que restó fue obtenerlo de la manera más difícil: extraer el mineral del sudeste de África, transportarlo en embarcaciones hasta la Mesopotamia para allí derretirlo y refinarlo. Enseguida, los lingotes de oro eran enviados para el espacio en el autobús espacial, que los dejaba en una nave que orbitaba la Tierra. Allí ellos se quedaban esperando la llegada periódica de una nave madre, que llevaba el precioso metal hacia el planeta de los astronautas. 

Enki.

Para hacer todo eso posible, más Anunnaki tuvieron que venir a la Tierra, ellos eran seiscientos. Otros trescientos cuidaban del autobús espacial y de la estación orbital. Un espacio-puerto fue construido en Sippar ("Ciudad de los Pájaros"), en la Mesopotamia, en un lugar alineado con el marco geográfico más notable del Oriente Medio -los picos del monte Ararat. Otros poblados con varias funciones- como el centro de fundición y refinación de Bad-Tibira, un centro médico llamado Suripak, fueron instalados a modo de formar un Corredor de Aterrizaje en forma de flecha. En el centro exacto, NIBRU.KI - "El Lugar del Cruce en la Tierra" (Nippur en acadiano), se estableció el Centro de Control de la Misión. El comandante-general de esa vasta iniciativa en el planeta Tierra era EN.LIL "El Señor del Comando". En la escritura pictográfica primitiva de los sumerios, el nombre de Enlil y de su Centro de Control de la Misión eran diseñados como un complejo de estructuras con antenas altas y grandes telas de radar. Tanto Ea-Enki como Enlil eran hijos del gobernante del 12º Planeta en la época, AN (Anu en acadiano), cuyo nombre significaba "Aquel de los Cielos" y era escrito pictográficamente como una estrella. A pesar de ser el primogénito, Ea no era el heredero del trono, pues ese derecho cabía a Enlil, por haber nacido de otra esposa de Anu que también era su media hermana.

Tal vez debido al aumento de urgencia de la iniciativa, Enlil fue enviado a la Tierra y le quitó el comando a Ea, el llamado Señor Tierra. La situación se complicó aún más con la llegada de la Primer Oficial Médico NIN.HUR.SAG ("Señora del Pico de la Montaña"), media-hermana tanto de Ea como de Enlil, que estimuló a los dos a buscar sus favores, pues un hijo de uno de ellos con Ninhursag heredaría el trono. El constante resentimiento de Ea contra el hermano, sumado a la creciente competición entre los dos, acabó derramándose sobre sus descendientes y fue la causa subyacente de los muchos eventos que se siguieron. Con el pasar de los milenios en la Tierra -aunque para los Anunnaki cada 3.600 años terrestres fueran sólo uno de su propio ciclo de vida-, esos astronautas sin patente comenzaron a protestar. ¿Cabría a ellos, como hombres conectados a las misiones espaciales, que se quedaran cavando mineral en túneles calientes, oscuros y polvorientos? Ea, tal vez evitando roces con el hermano, pasaba cada vez más tiempo en el sudeste de África, lejos de la Mesopotamia. Los Anunnaki que luchaban en las minas dirigían sus quejas hacia él y  juntos conversaban sobre sus insatisfacciones mutuas. Entonces, un día, cuando Enlil llegó al área de minería en un viaje de inspección, fue dada la señal. Hubo un motín. Los Anunnaki salieron de las minas, tiraron sus herramientas en el fuego, se dirigieron para la casa donde Enlil estaba y la cercaron, gritando: "Basta”  Enlil entró en contacto con Anu y se ofreció para desistir del comando y volver a su planeta. Anu vino a la tierra. Se montó una corte marcial. Enlil exigió que el instigador del motín fuera condenado a muerte. Los Anunnaki, como un todo, rechazaron a divulgar su identidad. Oyendo los testimonios, Anu concluyó que, en verdad, el trabajo era demasiado duro. ¿Pero cómo interrumpir la minería del oro?

Fue entonces que Ea ofreció una solución. Contó que, en el sudeste de África, vagaba un ser que podría ser entrenado para ejecutar algunas de las tareas de minería, siempre que la "marca de los Anunnaki" pudiera ser colocada en ellos. Ea se refería a los hombres y mujeres que habían evolucionado en la Tierra, pero que aún estaban en un nivel de evolución muy distante del alcanzado por los Anunnaki. Después de mucha deliberación, él recibió carta blanca: "Crea un Lulú”, “un trabajador primitivo”; que él soporte el yugo de los Anunnaki. Ninhursag, en calidad de Primer Oficial Médico, iría a ayudarlo en la empresa. Hubo muchas tentativas y errores hasta encontrarse el procedimiento correcto. Extrayendo el óvulo de una mujer-mono, Ea y Ninhursag lo fertilizaron con el esperma de un joven astronauta. Enseguida implantaron ese huevo no en el útero de la mujer-mono, sino en el de una astronauta.

Finalmente fue conseguido el "Modelo Perfecto" y Ninhursag gritó de alegría: "Yo lo creé ¡Mis manos lo hicieron!" Y lo levantó para que todos vieran el primer Homo sapiens ¡El primer bebé de probeta de la Tierra!



Ninhursag. 
Sin embargo, como cualquiera otro híbrido, el terrícola no podía procrear. Para obtenerse más trabajadores primitivos, otros óvulos de mujeres-monos fueron extraídos, fertilizados y reimplantados en úteros de "diosas del nacimiento", catorce de cada vez, de las cuales siete generarían hombres y siete, mujeres. A medida que los terrícolas comenzaron a encargarse del trabajo de minería en el sudeste de África, los Anunnaki que laboraban en la Mesopotamia pasaron a envidiar sus compañeros y comenzaron a clamar por la ayuda de trabajadores primitivos. A pesar de las objeciones de Ea, Enlil se apoderó de algunos terrícolas y los llevó para Y.DIN - "La Morada de los Justos" en la Mesopotamia. El evento de llevarse algunos ejemplares está registrado en la Biblia: "Yahveh Dios tomó al hombre y lo colocó en el Jardín del Edén para cultivar y guardar". 
Durante todo ese tiempo, los astronautas que habían venido a la Tierra se preocupaban con el problema de la longevidad. Sus relojes biológicos estaban ajustados para su propio planeta. El tiempo que él llevaba para hacer una órbita completa en torno al Sol era para sus habitantes un año del ciclo de vida. Sin embargo, en un único año de esos, la Tierra orbitaba el Sol 3.600 veces, o sea, 3.600 años para la vida originaria de la Tierra. Para mantener sus ciclos vitales más largos en la Tierra más veloz, los astronautas consumían un "Alimento de la Vida" y una "Agua de la Vida", que venían de su planeta natal. En los laboratorios biológicos de Eridu, cuyo emblema era la señal de las Serpientes Enlazadas, Ea intentaba desvelar los secretos de la vida, reproducción y muerte. ¿Por qué los hijos nacidos de astronautas en la Tierra envejecían más rápido que sus padres? ¿Por qué los hombres-monos tenían una vida tan corta? ¿Por qué el híbrido Homo sapiens vivía mucho más que el hombre-mono, pero tenía una existencia breve cuando era comparada con la de los visitantes a la Tierra? ¿Sería debido a factores ambientales o a tendencias genéticas? 
Realizando nuevos experimentos en la manipulación genética de híbridos, y usando su propio esperma, Ea encontró otro "modelo perfecto" de terrícola. Adapa, como lo llamó, tenía una inteligencia mayor y, por encima de todo, la capacidad de procrear, pero no poseía la longevidad de los astronautas: Con amplia comprensión él lo hube perfeccionado... Para él hube dado el Conocer; La vida Eterna no le concedió. Así Adán y Eva del Libro del Génesis recibieron la dádiva o fruto no sólo del Conocimiento, sino también del Conocer –  el término bíblico hebraico para la cópula con la intención de engendrar descendientes. Encontramos ese cuento "bíblico" ilustrado en un dibujo sumerio arcaico. Enlil se quedó indignado al descubrir lo que Ea hizo. Jamás se pretendió que el hombre fuera capaz de procrear como los dioses. Se quedó preguntándose lo que vendría enseguida. ¿Ea daría al hombre una vida eterna? Anu también se quedó perturbado en su planeta natal. Levantándose de su trono, ordenó: “Que traigan Adapa para acá”
Temiendo que su humano perfeccionado fuera destruido en la Morada Celestial, Ea lo instruye, para evitar el alimento y el agua que le serían ofrecidos, pues contendrían veneno. Él lo aconsejó: 
 Adapa, Tú estás yendo delante de Anu, el Gobernante. Tomarás el camino para el cielo. Cuando al cielo que tú hayas subido Y aproximado al portón de Anu, En él encontrarás a Tammuz y a Gizzida esperando...Ellos hablarán con Anu; Harán que el rostro benigno de Anu te sea mostrado. Cuando estuvieras delante de Anu, Cuando te ofrezcan el Pan de la Muerte, Tú no lo comerás. Cuando te ofrezcan el Agua de la Muerte, Tú no la beberás... 
"Entonces él lo hizo tomar la carretera para el cielo y para el cielo Adapa subió." Cuando Anu vio Adapa, se quedó impresionado con su inteligencia y cuánto había aprendido de Ea sobre "el plan del Cielo y de la Tierra". "¿Que haremos con él?", preguntó a sus consejeros, ya que Ea lo "hubo distinguido haciendo un Shem para él", permitiendo que Adapa viajara en una nave espacial de la Tierra para Marduk. La decisión fue mantener a Adapa permanentemente en Marduk. Para que él pudiera sobrevivir, "el Pan de la Vida le fue traído", así como el Agua de la Vida. Sin embargo, alertado por Ea, Adapa se negó a comer y a beber. Cuando sus falsas razones fueron descubiertas, ya era demasiada tarde; la oportunidad de obtener la vida eterna había pasado. Adapa fue devuelto a la Tierra, un viaje durante el cual vio el "terrorífico" espacio.
” , "del horizonte del Cielo al cenit del Cielo". Los dioses lo ordenaron como Alto Sacerdote de Eridu y Anu le prometió que de esa fecha en delante la Diosa de la Cura trataría también los males de la humanidad. Sin embargo, la meta máxima del mortal -la vida eterna- ya no sería alcanzada. De ahí en adelante, la raza humana proliferó. Los humanos ya no eran sólo esclavos en las minas o siervos en los campos. Ellos ejecutaban todas las tareas, construían "casas" para los dioses – lo que llamamos "templos"- e inmediatamente aprendieron a cocinar, bailar y tocar música para ellos. No tardó mucho y los jóvenes Anunnaki, carentes de compañía femenina, comenzaron a tener sexo con las hijas de los hombres. Una vez que todos provenían de la misma primera semilla de la Vida y el hombre era un híbrido creado con la "esencia" genética de los Anunnaki, los astronautas y terrícolas descubrieron que eran biológicamente compatibles "y de ellos nacieron hijos". Enlil observaba esos eventos con creciente preocupación. El propósito original de la llegada a la Tierra, el sentido de la misión, de dedicación a la tarea ya no existía. La principal preocupación de los Anunnaki parecía ser una buena vida, y peor, en la compañía de una raza de híbridos. Fue la propia naturaleza que ofreció la Enlil la oportunidad de colocar un fin en el deterioro de las costumbres y ética de los Anunnaki. La Tierra estaba entrando en una nueva Edad del Hielo y el clima agradable sufría cambios. A medida que el clima iba enfriando, también se hacía más seco. Las lluvias se hicieron menos frecuentes, las aguas de los ríos más escasas. 
Las cosechas fracasaron, el hambre se esparció. La Humanidad comenzó a enfrentar grandes sufrimientos; los hijos escondían alimentos de sus padres, madres se comían a sus niños. Ha pedido de Enlil, los dioses evitaron ayudar la Humanidad: "Ellos que mueran de hambre, ellos que sean diezmados", decretó Enlil. En el "Grande Abajo" -en Antártida- la Edad del Hielo también estaba causando cambios. De año a año el tapacubos de hielo que cubría el continente en el polo sur se hacía más espeso. Bajo la creciente presión de su peso, hubo un aumento del roce y calor en su faz interior. Luego el inmenso tapacubos flotaba en una placa escurridiza de lodo. En la estación orbital vino la alerta: el tapacubos de hielo estaba entrando en equilibrio inestable; si el resbalara del continente hacia el océano la inmensa onda causada por el impacto cubriría toda la Tierra! El peligro era inminente. En el cielo, el planeta de los Anunnakis estaba vuelto hacia su punto más próximo a la Tierra, entre Júpiter y Marte. Como ya había acontecido en ocasiones anteriores, su fuerza gravitacional causaría terremotos e inestabilidad en los movimientos de la Tierra. Se calculaba que esa fuerza gravitacional desencadenaría el desligamiento del tapacubos polar, inundando la Tierra con un diluvio global. Los propios astronautas no quedarían inmunes a la catástrofe. Mientras se iniciaban los preparativos para juntar a todos los Anunnaki cerca del espacio-puerto y dejar listas las naves que los llevarían hacia el espacio antes de que la onda llegara, fueron empleadas artimañas para mantener en secreto a la Humanidad el desastre inminente. Temiendo la invasión del espacio-puerto por una turba desesperada, todos los dioses fueron obligados a jurar que no revelarían el secreto. "En cuanto a los hombres", dijo Enlil, "ellos que perezcan; que la semilla del terrícola sea eliminada de la faz de la Tierra.”
En Suripak, la ciudad gobernada por Ninhursag, las relaciones entre el hombre y los dioses habían alcanzado su punto máximo. Allá, por primera vez, un terrícola había alcanzado la posición de rey. Con el crecimiento de los sufrimientos de la raza humana, ZI.U.SUD.RA (como los sumerios lo llamaban) suplicó el auxilio de Ea. De tarde en tarde, Ea y sus marineros traían clandestinamente para el rey y su pueblo una carga de pez. Sin embargo, ahora la cuestión envolvía el propio destino de la Humanidad. Todo el trabajo de Ea y Ninhursag perecería "y se volvería barro" -como Enlil deseaba-, o ¿La semilla de la Humanidad debería ser preservada? La versión de mitos y leyendas acadios que trascribimos nos dice: 
Yo quiero (...) la destrucción de mi raza humana, para Nintu quiero atajar la destrucción de mis criaturas. Haré retornar a las gentes a sus establecimientos. Construirán ciudades en todos los lugares y haré que su sombra sea apacible. Colocarán de nuevo los ladrillos de nuestros templos en los santos lugares, (y) los lugares de nuestras decisiones los restablecerán en los lugares consagrados. 
Yo prepararé convenientemente allí el agua santa que apaga el fuego, completaré las divinas reglas y los sublimes decretos, la tierra estará regada y estableceré allí la paz. Después que An, Enlil, Enki y Ninhursag hubieron creado el (pueblo) de los cabezas negras, la vegetación se desarrolló, lujuriante, sobre la tierra, los animales, de todos los tamaños, los cuadrúpedos, fueron colocados como adecuado ornamento de las llanuras [---] yo quiero tener en cuenta (sus afanosos esfuerzos). (Después que) el constructor del país hubo fijado los fundamentos, (cuando el cetro) de la realeza hubo descendido del cielo, después que la sublime tiara (y) el trono de la realeza hubieron descendido del cielo, él completó (las divinas reglas y los sublimes destinos). Fundó (las cinco) ciudades en (lugares puros); pronunció sus nombres y las designó como centros de culto. La primera de estas ciudades, Eridú, la dio al jefe Nudimmud, la segunda, Baltibira, la dio al nugig, la tercera, Larak, la dio a Pabilsag, la cuarta, Sippar, la dio al héroe Utu, la quinta, Shuruppak, la dio a Sud. Él proclamó los nombres de aquellas ciudades y las designó como centros de culto; no detuvo el (anual) diluvio, (sino que) excavó la tierra y trajo el agua, y estableció la limpieza de los pequeños canales y las zanjas de irrigación. [---] el diluvio (...) (...) así fue convencido (...) Entonces Nintu lloró (por sus criaturas) como un (...); la divina Inanna entonó un lamento por su pueblo; Enki tomó consejo de sí mismo. An, Enlil, Enki (y) Ninhursag, los dioses del universo prestaron juramento por los nombres de An y Enlil. Entonces el rey Ziusudra, el pashishu de (...) construyó (...). Humildemente, obediente, con reverencia él (...); ocupado cada día, constantemente él (...). Aquello no era un sueño; saliendo y hablando (...), invocando al cielo (y) al mundo subterráneo, él (...). En el ki-ur, los dioses, un muro (...). Ziusudra oyó a su lado, estando de pie en el lado izquierdo del muro (...): «Junto al muro, yo te diré una palabra, (escucha) mi palabra, presta oído a mis instrucciones: Un diluvio va a inundar todas las moradas, todos los centros de culto, para destruir la simiente de la Humanidad (...). (Tal) es la decisión, el decreto de la Asamblea (de los dioses). (Tal) es la palabra de An, Enlil (y Ninhursag). (...) la destrucción de la realeza. Ahora (...)» [---] (...) Todas las tempestades y los vientos se desencadenaron; (en un mismo instante) el diluvio invadió los centros de culto. Después que el diluvio hubo barrido la tierra durante siete días y siete noches, y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades Utu salió, iluminando el cielo y la tierra. Ziusudra abrió entonces una ventana de su enorme barca, y Utu hizo penetrar sus rayos dentro de la gigantesca barca. El rey Ziusudra se prosternó (entonces) ante Utu; el rey le inmoló gran número de bueyes y carneros. «Invocaréis por el cielo y por la tierra (...)» An (y) Enlil invocaron por el cielo y por la tierra (...), e hicieron aparecer los animales que surgieron de la tierra. El rey Ziusudra se prosternó ante An (y) Enlil. An (y) Enlil cuidaron de Ziusudra, le dieron vida como (la de) un dios, hicieron descender para él un eterno soplo como (el de) un dios. Entonces al rey Ziusudra, que salvó de la destrucción la simiente de la humanidad en aquel tiempo, allende los mares, en el Oriente, en Dilmun, (le) hicieron vivir. Ziuudra (también Utnapishtim para babilonios o Atrahasis para acadios), es un héroe de la mitología sumeria, protagonista del mito sobre el diluvio universal, encontrado en su versión más antigua en una tablilla hallada en Nippur. 
El mito relata cómo los hombres habían cansado con su comportamiento y sus ruidos a los dioses, por lo que éstos deciden destruirlos enviando un diluvio. Enki, que había sido el creador de los humanos, según el texto de Nippur “Después que An, Enlil, Enki y Ninhursag hubieron creado al (pueblo) de los cabezas negras”, se apiada y comenta que no desea la destrucción de los humanos. Yo quiero (...)¿no? la destrucción de mi raza humana para Nintu quiero atajar la destrucción de mis criaturas. Haré retornar a las gentes a sus establecimientos Construirán ciudades en todos los lugares y haré que su sombra sea apacible. Luego pide a Ziusudra que cree una embarcación y se refugie junto a las distintas especies de animales, hasta que pase el diluvio. Ziusudra oyó a su lado estando de pie en el lado izquierdo del muro (...): «Junto al muro, yo te diré una palabra (escucha) mi palabra presta oído a mis instrucciones. Un diluvio va a inundar todas las moradas todos los centros de culto para destruir la simiente de la Humanidad (...) (Tal) es la decisión el decreto de la Asamblea (de los dioses) (Tal) es la palabra de An, Enlil (y Ninhursag) (...) la destrucción de la realeza Más tarde, la narración continúa con el relato del diluvio. Todas las tempestades y los vientos se desencadenaron (en un mismo instante) el diluvio invadió los centros de culto. Después que el diluvio hubo barrido la tierra durante siete días y siete noches y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades, Utu salió, iluminando el cielo y la tierra. Ziusudra abrió entonces una ventana de su enorme barca, Utu hizo penetrar sus rayos dentro de la gigantesca barca. El rey Ziusudra se prosternó (entonces) ante Utu el rey le inmoló gran número de bueyes y carneros «Invocaréis por el cielo y por la tierra (...)»  An (y) Enlil invocaron por el cielo y por la tierra (...) hicieron aparecer los animales que surgieron de la tierra. El rey Ziusudra se prosternó ante An (y) Enlil. An (y) Enlil cuidaron de Ziusudra, le dieron vida como (la de) un dios hicieron descender para él un eterno soplo como (el de) un dios. Entonces al rey Ziusudra, que salvó de la destrucción la simiente de la humanidad en aquel tiempo allende los mares, en el Oriente, en Dilmun, (le) hicieron vivir. Esto luego se vio reflejado en la mitología asiria en el poema acadio, Atrahasis, en el cuál el héroe es Atrahasis. Retomemos la narración de Sacharia Setchin: Actuando por cuenta propia, pero atento a su voto de guardar secreto, Ea vio en Ziusudra la oportunidad de salvar a la raza humana. Así que el rey volvió para orar y suplicar en el templo, Ea comenzó a susurrar por detrás de una tela. Fingiendo conversar consigo, dio instrucciones urgentes a Ziusudra: 
Derrumba la casa, construye un barco! Desiste de tus posesiones, busca la vida! Olvida lo que tienes, mantén tu alma viva! Embarca la semilla de todas las cosas vivas. Ese barco construirás Según las medidas. 
Diseño del barco, como lo hizo Paul Haupt

La embarcación sería una nave sumergible, un "submarino" capaz de soportar la avalancha de agua. Los textos sumerios contienen las dimensiones y otras instrucciones estructurales para los varios sectores y compartimentos con tal riqueza de detalles que es posible diseñar el barco, como lo hizo Paul Haupt. Ea también suministró un navegador a Ziusudra, mandándolo dirigir la embarcación hacia el "Monte de la Salvación", el monte Ararat. Siendo la cadena de montañas más alta del Oriente Medio, sus picos serían los primeros a emerger del agua. El diluvio vino como esperado. "Ganando velocidad mientras soplaba" del sur, "sumergiendo montañas, derrumbando personas como en una batalla." Viendo la catástrofe por encima, mientras orbitaba la Tierra en su nave, los Anunnaki y sus líderes percibieron cuánto se habían enamorado de la Tierra y de la Humanidad. "Ninhursag lloró... los dioses lloraron con ella por la Tierra... Los Anunnaki, acongojados, se sentaban y lloraban" amontonados, helados y hambrientos, en su autobús espacial. Cuando las aguas bajaron y los Anunnaki comenzaron a aterrizar en el Ararat, se quedaron encantados al descubrir que la semilla de la Humanidad estaba a salvo. Sin embargo, cuando Enlil llegó, se enfureció al ver que "una alma viva hubo escapado". Fueron necesarias muchas súplicas de los Anunnaki y el poder de persuasión de Ea para hacerlo entender su punto de vista, si la Tierra iba a ser repoblada, los servicios del hombre serían indispensables. Y fue así que los hijos de Ziusudra y sus familias fueron enviados para poblar las cadenas de montañas que flanqueaban la llanura de los dos ríos, esperando la hora cuando esa área estuviera suficientemente seca para ser habitada. En cuanto la Ziusudra, los Anunnaki: 
La vida de un dios le dieron; Hálito eterno, como el de un dios, le concedieron. 
Eso fue conseguido a través del cambio del "Hálito de la Tierra" de Ziusudra por el "Hálito del Cielo". Entonces ellos llevaron Ziusudra, "el preservador de la semilla de la Humanidad", y su mujer, para "que residan en el lugar lejano". 
En la Tierra de la Travesía, En la Tierra de Tihnun En el lugar donde Utu se eleva, Ellos lo hicieron habitar. 
Se hace evidente, por lo tanto, que las leyendas sumerias sobre los dioses del Cielo y de la Tierra, de la creación del hombre y del diluvio fueron la fuente de la cual otras naciones del antiguo Oriente Medio extrajeron su conocimiento, creencias y "mitos". Ya vimos cómo las creencias egipcias combinaban con las sumerias, cómo su primera ciudad sagrada recibió el nombre en homenaje a An, como Ben-Ben se asemejaba al GIR sumerio, y así por delante. También es generalmente aceptado los días de hoy, que los relatos bíblicos sobre la Creación y los eventos que llevaron al diluvio son versiones hebraicas condensadas de las tradiciones sumerias. El héroe bíblico del diluvio, Noé, era el equivalente del Ziusudra sumerio (llamado Utnapishtim en las versiones acadianas). Sin embargo, mientras los sumerios afirmaban que el héroe del diluvio fue hecho inmortal, nada en la Biblia es dicho a ese respecto sobre Noé. La inmortalización de Enoc también recibe poca atención, al contrario de los cuentos sumerios sobre Adapa y otros textos tratando del ascenso de escogidos. Sin embargo, esa abrupta actitud bíblica no fue capaz de impedir la diseminación, a lo largo de milenios, de leyendas sobre los héroes bíblicos y su estadía en el paraíso o su retorno a él. Según leyendas muy antiguas, que sobrevivieron en varias versiones originarias de una composición con casi 2 mil años de edad llamada El Libro de Adán y Eva, Adán enfermó después de completar 930 años. Viendo al padre "enfermo y sufriendo dolores", su hijo Set se ofreció para ir "hasta el portón del paraíso más próximo... y lamentar y suplicar a Dios; tal vez él me oirá y enviará Su ángel para traerme la fruta la cual tú tanto ansiaste" - el fruto del Árbol de la Vida. Pero Adán, aceptando su signo de mortal, sólo deseaba alivio para los dolores lacerantes. Así, pidió a Eva, su mujer, fuera en compañía de Set hasta "las vecindades del paraíso", para que allá pidieran no el Fruto de la Vida, sino una única gota del "óleo de la vida", que escurría del árbol sagrado, "para ungirme con él, de modo que yo pueda tener alivio de estos dolores". Haciendo como Adán pidió, Eva y Set llegaron a los portones del paraíso y rogaron al Señor. Finalmente, el ángel Miguel se apareció a ellos anunciando que la súplica no sería atendida. "El tiempo de la vida de Adán terminó", dijo el ángel; su muerte no debía ser evitada o aplazada. Seis días después, Adán murió. Incluso los historiadores de Alexander (Alejando el Grande), crearon un vínculo directo entre sus aventuras y Adán, el primer hombre que vivió en el paraíso y era prueba de su existencia y poderes de conceder vida. Ese vínculo era una piedra, única de su tipo, capaz de emitir luz. Se decía que ella fue sacada del Jardín del Edén por Adán y que había pasado de generación en generación hasta llegar a las manos de un faraón inmortal, que la había dado al rey de la Macedonia. Esa trama de paralelos se hace más densa a medida que vamos tomando conciencia de la existencia de otras leyendas, como el antiguo cuento  judaico que afirmaba que el cayado, con el cual Moisés realizó muchos milagros, inclusive la separación de las aguas del lago de Juncos, fue traído por Adán del Jardín del Edén. Adán lo dio a Enoc, que por su parte lo pasó a su bisnieto Noé, el héroe del diluvio. Enseguida él fue heredándolo por la línea de Sin, de generación en generación, hasta llegar a Abraham (el primer patriarca hebreo post-diluviano). El bisnieto de Abraham, José, llevó el cayado consigo cuando fue a Egipto, donde alcanzó muy alta posición en la corte del faraón. Allá el cayado permaneció entre los tesoros del reino y fue así que llegó a las manos de Moisés, pues este fue criado en la corte y vivía como un príncipe egipcio antes de huir para la península del Sinai. En una versión de esa leyenda, el cayado era hecho de una única piedra; en otra, de una rama del Árbol de la Vida que crecía en el Jardín del Edén. En esas relaciones entrelazadas, volviendo a los más primitivos de los tiempos, también existían leyendas conectando Moisés a Enoc. Un cuento judaico, llamado "El Ascenso de Moisés", habla de que cuando el Señor llamó Moisés en el monte Sinaí y lo encargó de llevar a los israelitas para afuera de Egipto, este resistió a la misión por varios motivos, entre ellos su habla vaga y poco elocuente. Determinado a acabar con esa humildad, el Señor decidió mostrar Moisés "los ángeles", los misterios del cielo y el lugar donde quedaba su trono. Entonces "Dios ordenó a Metatrón, el Ángel de la Fisonomía, conducir Moisés hasta las regiones celestiales". Aterrorizado, Moisés preguntó a Metatrón: "Quién eres tú?" Y el ángel (literalmente: "emisario") respondió: "Soy Enoc, hijo de Jared, tu ancestro". Acompañado por el angélico Enoc, Moisés viajó por los siete cielos, vio el infierno y el paraíso y enseguida fue devuelto al monte Sinaí, donde aceptó su misión. Otro libro muy antiguo lanza más luz sobre las ocurrencias relacionadas con Enoc y su preocupación con el inminente diluvio y su bisnieto Noé. Llamado "Libro de los Jubileos", él también era conocido en la Antigüedad como el "Apocalipsis de Moisés", pues habría sido escrito por éste en el monte Sinaí mientras un ángel le dictaba las historias del pasado. (Los eruditos, empero, creen que la obra fue compuesta el segundo siglo a.C.) El relato sigue de cerca las narrativas bíblicas del Libro del Génesis, pero suministra más detalles, como los nombres de las mujeres e hijas de los patriarcas pre-diluvianos, y amplía los eventos experimentados por la Humanidad en esa época distante. La Biblia nos informa que el padre de Enoc era Jared ("Descendido"), pero no por qué él recibió ese nombre. El Libro de los Jubileos nos esclarece al respecto. Dice que los padres de Jared le dieron ese nombre: 
Pues en sus días los ángeles del Señor descendieron a la Tierra –  Aquellos que son llamados "Los Observadores" – Para instruir a los hijos de los hombres E implantar el juicio y la restricción en la Tierra. 
Dividiendo las eras en "jubileos", el Libro de los Jubileos continúa narrando que "en el 11º jubileo, Jared tomó para sí una esposa; Baraka (Claro del Rayo) hija de Rasujal, una hija del hermano de su padre... y ella le dio un hijo y lo llamó Enoc. Él fue el primero entre los hombres nacidos en la Tierra que aprendió la escritura, el conocimiento y la sabiduría, y escribía las señales del cielo de acuerdo con el orden de sus meses en un libro, para que los hombres puedan conocer las estaciones del año según el orden de sus meses". En el 12º jubileo, Enoc tomó por esposa a Edni (Mi Edén), hija de Dan-el. Ella le dio un hijo, Matusalén. Después de eso Enoc "anduvo con los ángeles de Dios por seis jubileos de años y ellos le mostraron lo que existe en los cielos y en la Tierra... y él escribió todo". Pero, a aquellas alturas, la situación se complicaba. El Génesis cuenta que antes del diluvio "los hijos de los dioses vieron que las hijas de los hombres eran bellas y tomaron como mujeres todas las que más les agradaban... Dios se arrepintió de haber hecho a los hombres... y Dios dijo: haré que los hombres desaparezcan de la faz de la Tierra”.
Según el Libro de los Jubileos, Enoc desempeñó algún tipo de papel en ese cambio de actitud del Señor, pues "testificó sobre los Observadores que habían pecado con las hijas de los hombres; él testificó contra todos". Y fue para protegerlo de la venganza de los Ángeles del Señor pecadores que "él fue retirado de entre los hijos del hombre y llevado al Jardín del Edén". Específicamente mencionado como uno de los cuatro lugares de Dios en la Tierra, el Jardín del Edén fue el lugar donde Enoc se escondió y escribió su Testamento. Noé, el hombre íntegro escogido para sobrevivir al diluvio, nació después de esos acontecimientos. Su nacimiento, ocurrido en épocas conturbadas, cuando los "hijos de los dioses" se relacionaban sexualmente con las mortales, causó una crisis conyugal en la familia. Como el Libro de Enoc nos cuenta, Matusalén "escogió una mujer para su hijo, Lamec, y ella se embarazó y dio a la luz un hijo". Sin embargo, cuando el bebé -Noé- nació, había algo de raro: 
Su cuerpo era blanco como la nieve y rojo como el desabrochar de una rosa; sus cabellos y largos rizos eran blancos como la nieve; sus ojos eran bellos. Cuando él abrió los ojos, iluminó la casa toda como el sol y la casa quedó muy brillante. Cuando la partera lo irguió, él abrió la boca y conversó con El Señor de la Justicia. Chocado, Lamec corrió hacia su padre, Matusalén, y habló:
Engendré un hijo extraño, diferente del hombre y parecido a los hijos del Dios del Cielo, su naturaleza es diversa, él no es semejante a nosotros... Y parece que no se originó de mí, sino de los ángeles. 
Desconfiando de que su mujer hubiera sido preñada por uno de los ángeles, Lamec tuvo una idea: Ya que su abuelo, Enoc, estaba viviendo entre los hijos de los dioses, por qué no pedirle ir al fondo de la cuestión? Entonces, dirigiéndose a Matusalén, rogó: "Y ahora, mi padre, te pido e imploro que busques a Enoc, tu padre, y de él me quede sabiendo la verdad, pues su morada es entre los ángeles". Matusalén atendió al pedido de Lamec y, al llegar a la Morada Divina, llamó a Enoc y le contó sobre el nacimiento de aquel niño raro. Después de hacer algunas indagaciones, Enoc garantizó a Matusalén que Noé era realmente hijo de Lamec y que su aspecto raro anunciaba que algo estaba por venir: "Habrá un gran diluvio y una enorme destrucción durante un año, y sólo ese hijo, que deberá recibir el nombre de Noé (Descanso), y su familia serán salvos". Esos acontecimientos del futuro, explicó Enoc a su hijo, yo los leí en las tablas celestiales. 
El término empleado en esas escrituras antiguas, aunque exbíblicas, para designar a los "hijos de los dioses" envueltos en tonterías antediluvianas, es Observadores. Se trata del mismo término, Neter, que los egipcios usaban para los dioses y es el significado exacto del nombre Shumer, el lugar de su aterrizaje. Los varios libros antiguos que lanzan esa nueva luz sobre los dramáticos eventos antediluvianos fueron preservados en varias versiones que son todas sólo traducciones (directas o indirectas) de originales hebraicos hoy muy perdidos. Sin embargo, su autenticidad fue confirmada por el famoso descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto, acontecida hace pocas décadas, pues entre ellos había fragmentos de pergaminos que a buen seguro eran parte de los originales en hebraico de esas "memorias de patriarcas". De particular interés para nosotros es un fragmento que trata del nacimiento de Noé, del cual podemos aprender el término original hebraico que ha sido traducido como "Observadores" o "Gigantes", no sólo en versiones antiguas, sino incluso por eruditos modernos, como T. H. Gaster (The Dead Sea criptures) y H. Dupont-Sommer (The Essene Writings from Qumran). Según esos estudiosos, la columna II de ese fragmento comienza así: 
Vea, pensé en mi corazón que la concepción era de uno de los Observadores, uno de los Santos, y (que el niño realmente pertenecía) a los Gigantes. Y mi corazón cambió dentro de mí a causa del niño. Entonces yo, Lamec, me apresuré y fui la Bath-Enosh (mía) mujer, y le dije: [Quiero que jures] por el Altísimo, por el Señor Supremo, el rey de todos los mundos, El gobernante de los Hijos del Cielo, que tú me contarás con verdad si... 
Sin embargo, cuando examinamos el original en hebraico, vemos que él no dice "Observadores", sino Nefilim –  el exacto término usado en el Libro del Génesis, Capítulo 6. Así, textos y leyendas antiguas se confirman unos a los otros: La época antes del diluvio fueron los días en que "Los Nefilim estaban sobre la Tierra - los Poderosos, el Pueblo de los Cohetes". En las palabras de las Listas de Reyes Sumerios, el diluvio "barrió" la Tierra 120 shars (120 órbitas de 3.600 años) después del primer aterrizaje de los astronautas, lo que lo coloca cerca de 13 mil años atrás. Fue exactamente la época cuando la última Edad del Hielo terminó abruptamente, cuando comenzó la agricultura; 3.600 años después vino la Nueva Edad de la Piedra (como a llaman los eruditos), la edad de la cerámica. Entonces, 3.600 años después, la civilización en su todo floreció en la "llanura entre los ríos", en la Sumeria. "Todo el mundo se servía de una misma lengua y de las mismas palabras", dice el Libro del Génesis. Sin embargo, luego que el pueblo se estableció en el país de Sennar (Sumeria) y construyó casas de adobe, él conspiró para "construir una ciudad y una torre cuyo ápice penetre en los cielos". Los textos sumerios de los cuáles fue extraído ese relato bíblico aún no fueron encontrados. Sin embargo, encontramos alusiones al evento en varias leyendas sumerias. Lo que emerge es un aparente esfuerzo por parte de Ea para conseguir el apoyo de la humanidad con el objetivo de asumir el control de las instalaciones espaciales de los Nefilim - un incidente más del feudo entre los dos hermanos, que a esa altura se había propagado hacia sus descendientes. Como resultado de ese evento, según nos cuenta la Biblia, Dios decidió dispersar a la humanidad y "confundir" sus lenguajes, o sea, darle civilizaciones diferentes y separadas. 
Las deliberaciones de los dioses en la era que siguió al diluvio son mencionadas en varios textos sumerios. La llamada Epopeya de Etana declara: 
Los Grandes Anunnaki que decretan el destino se quedaron cambiando impresiones acerca de la Tierra. Ellos que crearon las cuatro regiones, que fundaron las  povoações, que supervisan la Tierra, estaban altos demasiados  para la Humanidad. 
La decisión de establecer cuatro regiones separadas en la Tierra fue combinada con la resolución de instalar intermediarios (reyes-sacerdotes) entre los dioses y la Humanidad. Y así "nuevamente la realeza fue descendida a la Tierra, venida del cielo". En el esfuerzo -que probó ser inútil- para poner un fin o disminuir las desavenencias entre las familias de Ea y Enlil, los dioses hicieron un sorteo entre ellas para determinar quién se quedaría con el dominio de cada región. Como resultado, Asia y Europa fueron entregadas a Enlil y sus descendientes, y Ea recibió África. La primera región de la civilización fue la Mesopotamia y las tierras adyacentes. El área montañosa donde comenzó la agricultura y el poblamiento, los países que vinieron a ser conocidos como Elam, Persia y Asiria, fueron concedidos al hijo de Enlil, NIN.UR.TA, su heredero y "Principal Guerrero". Algunos textos sumerios cuentan los heroicos esfuerzos de ese dios para represar los desfiladeros y garantizar la supervivencia de sus súbditos humanos en los duros tiempos que se siguieron al diluvio. Cuando las capas de lodo que cubrían la llanura entre los dos ríos secó lo suficiente para permitir el repoblamiento, la Sumeria y las tierras que de ahí se extendían hacia el oeste, hasta el Mediterráneo, fueron entregadas a otro hijo de Enlil, NAN.NAR (Sin en acadio). Un dios benevolente, él supervisó la reconstrucción de la Sumeria, reedificando las ciudades antediluvianas en sus lugares originales y fundando otras. Entre estas últimas estaba su favorita, Ur, la ciudad donde nació Abraham. Nannar era siempre dibujado acompañado por el símbolo de la luna creciente, su "contraparte" celestial.  

Ninurta. 
Al hijo más nuevo de Enlil, ISH.KUR (que los acadios llamaban Adad), le dieron las tierras al noroeste, Asia Menor y las islas del Mediterráneo, de donde la civilización - "realeza" -acabó esparciéndose para Grecia. Tal como vino a acontecer con Zeus en Grecia, Adad era retratado montando un toro y cogiendo un fajo de rayos. Ea también dividió la segunda región, África, entre sus hijos. Se sabe que uno de ellos, llamado NER.GAL, reinó sobre las áreas más meridionales del continente. Otro hijo, GI.BIL, aprendió con el padre los artes de la minería y metalurgia, y asumió el control de las minas africanas. Un tercer hijo, el favorito de Ea, recibió de él el nombre de MAR-DUK, en homenaje a su planeta natal, y aprendió con el padre todo el conocimiento de las ciencias y astronomía. (A cerca de 2.000 a.C., Marduk usurpó la soberanía de la Tierra y fue declarado Dios Supremo de la Babilonia y "de los Cuatro Cantos de la Tierra".) Y, como ya vimos, un cuarto hijo de Ea, cuyo nombre egipcio era Ra, presidió la implantación del núcleo básico de esa región, la civilización del valle del Nilo. La tercera región, como fue descubierto hace sólo cincuenta años, quedaba en el subcontinente de la India. Allá también una gran civilización creció en la Antigüedad, cerca de mil años después de la Sumeria. 
Ella es llamada civilización del valle del Indo y su centro era una ciudad real desenterrada en un lugar llamado Harapa. Su pueblo prestaba homenaje no a un dios, sino a una diosa, retratándola en estatuillas de yeso como una mujer seductora, adornada con collares y los senos destacados por franjas que cruzaban su cuerpo. Concluyo, sin embargo, que ella era la hija de Sin, a quien los sumerios llamaban de IR.NI.NI ("La Dama Fuerte y Perfumada") y los acadios de Ishtar. Los textos sumerios hablan del dominio de esa diosa sobre un país lejano llamada Arata, una tierra con cosechas de granos y graneros, tal como Harapa para donde ella hacía viajes aéreos, vestida de piloto. Fue la necesidad de un espacio-puerto que resultó en la separación de una cuarta región para uso exclusivo de los Grandes Anunnaki. Todas las instalaciones espaciales de la época en que habían llegado a la Tierra -el espacio-puerto en Sippar, el Centro de Control de la Misión en Nippur- fueron arrasadas por el diluvio. La llanura de la Mesopotamia quedaba en un área de baja altitud y continuaría lodosa por milenios, impidiendo la reconstrucción de esos complejos vitales. Otro lugar, más elevado y sin embargo adecuado, alejado y sin embargo accesible, tenía que ser encontrado para el espacio-puerto y sus instalaciones auxiliares. Sería una "zona sagrada" un área restricta, en la cual sólo se entraría con permiso especial. En sumerio era llamada de TILDE.MUN - literalmente, la "Tierra de los Misiles". 
Como la escritura de la civilización del Indo permanece no descifrada, nadie sabe con qué nombre los harapanos llamaban su diosa o quién ella era exactamente. 
Los Dioses del Infierno y la Tierra.
1 ENLIL 2. NINURTA 3. NANNAR/Sin 4. ISHKUR/Adad 5. NERGAL 6. GIBIL 7. MARDUK IRNINI/Ishtar as Great Lady (8), Enchantress (9), Warrior (10), Pilot (11) UTU (El Brillante) Shamash en acadio, lideró la Operación Diluvio. 

Quien se quedó a la cabecilla de ese espacio-puerto postdiluviano fue el hijo de Sin, y así nieto de Enlil, un hermano gemelo de Irnini/Ishtu. Su nombre era UTU (El Brillante) Shamash en acadio, fue él quien lideró con éxito la Operación Diluvio, la evacuación de Sipar. Siendo el jefe de los hombres del espacio basados en la Tierra, los "Águilas", él orgullosamente usaba su uniforme de águila en las ocasiones formales. Los días antes del diluvio, según decían las tradiciones, algunos pocos mortales escogidos habían conseguido despegar del espacio-puerto: Adapa, que perdió la oportunidad de hacerse inmortal, Enmeduranki, a quien los dioses Shamash y Adad transportaron a la Morada Celestial para ser iniciado en los secretos sacerdotales (y después devuelto a la Tierra), y también Ziusudra (Sus Días de Vida Prolongados), héroe del diluvio, que, junto con su mujer, fue llevado para vivir en Tilmun. 

Shem fue venerado como un obelisco y el cohete espacial saludado por "Águilas" 
En la época post-diluviana, decían los registros sumerios, Etana, uno de los primitivos gobernantes de Kish, fue llevado de Shem para la Morada de los Dioses, donde le sería concedida la Planta del Rejuvenecimiento y Nacimiento (pero él también se quedó demasiado asustado para completar el viaje). Y el faraón Tutmés III afirmaba en sus inscripciones que el dios Ra lo había llevado para lo alto, le había mostrado los cielos y después lo había devuelto a la tierra: 
Él me abrió las puertas del Cielo.  Abrió para mí los portales de su horizonte. Volé hacia el firmamento como un halcón divino... Para poder ver sus misteriosos modos en el Cielo...  Me sacié con la comprensión de los dioses. 
En los recuerdos posteriores de la Humanidad, el Shem fue venerado como un obelisco y el cohete espacial saludado por "Águilas" dio lugar a un sagrado "Árbol de la Vida". Pero en la Sumeria, donde los dioses eran una realidad presente – tal como en Egipto, cuando reinaron los primeros faraones-, Tilmun, la "Tierra de los Misiles", era un lugar real, un lugar donde el hombre podía encontrar la inmortalidad. Y allá, en la Sumeria, ellos registraron la historia de un hombre que, sin ser invitado por los dioses, partió para revertir su destino, a pesar de todo. Gilgamesh, El Rey que no quería morir. Como se dijo al inicio del presente existen muchas versiones del diluvio en diferentes partes del mundo que resumiremos en forma breve: Los egipcios en sus leyendas refieren que el diluvio universal es uno más de los varios desastres, Ra el dios sol deseando castigar a la humanidad produjo una inundación que sumergió grandes áreas de la tierra, luego se ablando y prometió a los egipcios sobrevivientes que enviaría cada año una inundación propicia que fertilizaría constantemente el delta del Nilo para que prosperaran. Los hebreos a través de la biblia hablan de su dios que salvo a la humanidad y las especies vivas de los animales en un barco que construyo Noé. Las tradiciones griegas hablan de Deucalión y su mujer Pirra que se salvaron de un diluvio que duro 9 días y noches. El Satapatha Brahmana y el Mahabharata hablan que Manu se salvó en un barco que sujetaron al cuerpo de un pez que Manu pesco y dejo a salvo. Las Puranas de la India hablan de un barco dirigido por un Pez Divino que los salvo de una inundación de siete días. 
Matysa, el pez, considerado la intervención divina de Visnú que los salvo de la destrucción. 
Las tradiciones persas que hablan de Yima y mil parejas, así como de animales y pájaros que se guarecieron en una fortaleza o tumba subterránea hecha de barro que soportaron terremotos, inundaciones y fuego que destruyo al mundo. El Corán que refiere a Noé y su familia que se salvaron y su arca se posó en el monte Djudi. La Leyenda galesa 
“La Tercera Catástrofe de Bretaña” que hablan de Dwyfan y Dwyfach que se salvaron de una gran inundación. El Edda noruego refiere que Bergalmer y su mujer se salvaron en una gran nave de una gran inundación y fuego, la tierra se hundió en el océano y el fuego se elevó hasta el mismo cielo. Las tradiciones lituanas que hablan de varias parejas que se salvaron en una concha de una inundación que duro 12 días y noches. Las leyendas irlandesas pre cristianas que hablan de Ceseair y su corte se salvaron en un barco de una inundación y navegaron 7 años y medio, pero nunca retornaron a Irlanda que fue asolado por el océano y lo hizo inhabitable por 200 años luego del diluvio. La leyenda China donde Yao y otros siete navegaron en un junco a vela para salvarse de una inundación y terremoto que desordeno todo el universo. 
El Popol Vuh dice que un gran diluvio se formó, que cayó sobre los muñecos de palo. 
Las tradiciones mayas del Popol Vuh dicen que un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo que fueron destruidos y recibieron la muerte y el Chilam Balam que habla de unas pocas personas se salvaron en cuevas profundas. Los Chibchas hablan de Bochica y su mujer que escalaron una montaña alta y se salvaron de la inundación. Los hurones refieren que el Gran Padre, su mujer, su familia y animales se salvaron en una gran balsa de una inundación que duró varios meses. Los hopi que hablan de miembros de la tribu que se ataron a plantas altas de tallos huecos. Los guaraníes hablan de Tamandere y su mujer que se salvaron en una palmera gigantesca con abundantes frutos. Los incas refieren a una inundación de 60 días y noches, que fue anunciado por una llama, que viendo con tristeza el cielo dijo a su dueño que el mar cubriría la tierra, por esta razón la llama llevo a su dueño a la cumbre del monte Vilcacoto donde se habían reunido la gente, los pájaros y los animales. Los tuscarora de Brasil refieren que los gemelos Tamandere y Aricute se salvaron en un árbol muy alto que crecía en una montaña, de una inundación que subía acompañada de un viento helado. Los tlingit de Alaska hablan de que los miembros de la tribu se salvaron en grandes canoas que navegaron en el mar y vieron como los árboles, los animales y la gente pasaban arrastrados por la rápida corriente y naturalmente la versión sumeria que habla de un dios Enlil que quiso destruir la humanidad y otro dios Enki, que los salva a través de Ziusudra que construyo un barco para salvarse. De todas estas, la versión sumeria es la que más se asemeja a lo que narra la biblia. Y ya son muchos quienes afirman que la biblia hizo suyas muchas leyendas y mitos sumerios. Esta es pues la versión sumeria del diluvio universal, saque Ud. Sus propias conclusiones.  

Dinastías y reyes de Sumer y Akkad
La Lista Real Sumeria y la longevidad en la Biblia
El caso bíblico de las generaciones prediluvianas de gran longevidad encuentra una cantidad de analogías en la mitología de diversas culturas ancestrales, pero sobretodo en la sumeria.
El texto bíblico menciona expresamente las 10 generaciones entre Adán y Noé (Nóaj), con sus respectivos años de vida:
Adan: 930 años
Set: 912 años
Enósh: 905 años
Keinán: 910 años
Mahalalél: 895 años
Iéred: 962 años
Janój: 365 años
Metushélaj: 969 años
Lémej: 777 años
Nóaj: 950 años

Obviamente, por lo inusual e improbable, este listado de generaciones ha sido usualmente tomado más como una anécdota imprecisa que como un hecho histórico. Pero al cotejarlo con registros de otras culturas y civilizaciones no podemos menos que empezar a considerarlo de otra forma.
La Lista Real Sumeria es un registro de los reyes que han gobernado el país de Sumer y las ciudades donde se ha radicado dicho poder. Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria de Nínive, del siglo VII a.C y se cree que todos proceden de un original que probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes. El ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de Weld-Blundell.
Prisma de Weld-Blundell 

El Prisma de Weld fue escrito en cuneiforme hacia el 2170 a.C por un escriba que firma como Nur-Ninsubur, a finales de la dinastía Isin. Es un prisma de barro cocido, que fue hallado por la expedición Well-Blundell en el año 1922, en Larsa, a unos pocos kilómetros al norte de Ur, hogar del patriarca hebreo Abraham.
El documento ofrece una lista completa de los Reyes de Sumer desde el comienzo, antes del Diluvio, hasta sus propios días, cuando reinaba Sin-Magir, Rey de Isin (1827 a.C – 1817 a.C) incluyendo además y expresamente a los 10 Reyes Longevos que vivieron antes del Diluvio Universal.
Si bien se pueden encontrar diferencias entre las distintas versiones de la lista, como que se omitan dinastías, o que se den otras como sucesivas cuando en realidad fueron contemporáneas, hay un cuerpo central que es común a la mayoría. En cuanto a su legitimidad y precisión, si bien los primeros reyes no han podido ser corroborados por otras fuentes, a medida que la lista avanza en el tiempo, se han ido comprobando los nombres y fechas con otros registros históricos.
Lista de Reyes Sumerios – Prisma de Weld-Blundell desplegado 

La lista comienza con el siguiente texto:
“Después de que la realeza descendiera del cielo, la realeza estuvo en Eridug (Eridu). En Eridug, Alulim se hizo rey y gobernó 28.800 años.”
Cabe remarcar que este registro sumerio explicita que sus reyes descendieron del cielo, al igual que los egipcios y otras tantas culturas ancestrales.
Ciudades de Sumer y Acad 

La lista de los reyes de Eridu es:
Alulim de Eridug: 8 sars (28800 años, desde 453.600 al 388.800 año, antes del diluvio)
Alalgar de Eridu: 10 sars (36000 años, desde 388.800 al 316.800, antes del diluvio)
En-men-lu-ana de Bad-Tibira: 12 sars (43.200 años, desde 316.800 al 244.800, antes del diluvio)
En-Men-Gal-Ana de Bad-Tibira: 8 sars (28.800 años, desde 244.800 al 223.200, antes del diluvio)
Dumuzi de Bad-Tibira, el pastor: 10 sars (36.000 años, desde 223.200 al 201.600, antes del diluvio)
En-Sipad-Zid-Ana de Larak: 8 sars (28.800 años, desde 201.600 al 172.800, antes del diluvio)
En-men-dur-ana de Zimbir (Sippar): 5 sars y 5 ners (21.000 años, desde 172.800 al 136.800, antes del diluvio)
Ubara-Tutukin (Ubartutu) de Shuruppak: 5 sars y 1 ner (18.600 años, desde 136.800 al 64.800, antes del diluvio)
SuKurLam (28.800 años, desde 64.800 al 36.000 antes del diluvio)
Zin-Suddu o Ziusudra (desde 36.000 hasta el diluvio)
La lista termina con el texto: “Entonces, el Diluvio destruyó la Tierra”. 
(*) Los reinados están medidos en sars – períodos de 3600 años – y en ners – períodos de 600 años. 
Como menciona Boulay en su libro “Serpientes y Dragones Voladores”, el término Eridu fue el que probablemente dio nombre a nuestro planeta, considerando que en antiguo alemán, Tierra es Erda; Erthe en inglés medio, Era en griego, Ereds en arameo, y Eretz en hebreo. Parece que todos los caminos filológicos conducen de regreso a la primera ciudad construida en este planeta por nuestros antepasados, Eridu.
Colección Schøyen MS 2855 – Otra versión de la Lista Real Sumeria 

En primer lugar es de destacar que, así como en la Torá están las 10 primeras generaciones, imposiblemente longevas, la lista real sumeria también presenta 10 reyes, asimismo de edades extraordinarias. 
Los 10 reyes sumerios tienen un promedio de 45 mil años de reinado cada uno, mientras que el promedio de las 10 generaciones bíblicas es de 850 años de vida.
Ziusudra, como Noé, fue el último de la lista antes del Diluvio, y al igual que él, fue avisado de la catástrofe por ser un ser piadoso y temeroso de los dioses. Las similitudes se extienden hasta en las instrucciones dadas a Ziusudra para que construya un navío gigantesco para salvarse él y los suyos. 
Apollodorus (180 a.C – 119 a.C), gramático, historiador y mitógrafo griego, se refirió a la historia contada por Beroso, sacerdote e historiador caldeo del siglo III AEC, quien redactó en griego su Babilónica (c. 280 a.C), una obra acerca de la historia de Babilonia:
“Esta es la historia que Beroso nos ha transmitido: Nos dice que el primer rey fue Alorus de Babilonia, un caldeo: reinó diez saros y después Alaparus y Amelon que vino de Pantibiblon; luego Ammenon el Caldeo, en cuyo tiempo apareció el Musarus Oannes, el Annedotus del Golfo Pérsico.
Luego sucedió Megalarus, de la ciudad de Pantibiblon y reinó dieciocho saros y tras él Daonus, el pastor, de Pantibiblon y reinó diez saros; en su tiempo (dice él) apareció de nuevo en el Golfo Pérsico, un cuarto Annedotus, que tenía la misma forma que los anteriores, la de un pez mezclada con la de un hombre.
Luego Euedoreschus reinó desde la ciudad de Pantibiblon por un periodo de dieciocho saros. En su época apareció otro personaje cuyo nombre era Oadacon, del Golfo Pérsico, como el anterior, con la misma forma complicada, entre pez y hombre.
Luego reinó Amenpdinus, un caldeo de Laranchae y el, siendo el octavo en el orden gobernó diez saros. Luego reinó Otiertes, un caldeo de Laranchae y gobernó durante ocho saros. A la muerte de Otiartes, su hijo Xisuthrus, reinó dieciocho saros. En su época sucedió el Diluvio Universal.”
Entonces, según Apolodoro, la lista de los Reyes Antediluvianos de Babilonia también contaba con 10 nombres: 1. Alorus; 2. Alaparus; 3. Amelon; 4. Ammenon; 5. Megalarus; 6. Daonus; 7. Euedoreschus; 8. Amenpdinus; 9. Otiertes y 10. Xisuthrus (el mismo Ziusudra).
Por su parte, Abydenus, célebre historiador griego autor de “Historia de los Caldeanos y Asirios, narra una historia similar:
“Cuanto concierne a la sabiduría de los caldeos, se dice que el primer rey de este país fue Alorus, que promulgó un informe diciendo que estaba designado por Dios para ser el pastor del pueblo: reinó diez saros.
Después de él, Alaparus reinó tres saros; le sucedió Amillarus, de la ciudad de Pantibiblion, que reinó trece saros; en este tiempo, un semidemonio llamado Annedotus, muy parecido a Oannes, apareció del mar por segunda vez. 
Después de él reinó Ammenon doce saros que era de la ciudad de Pantibiblon: luego Megalarus, del mismo lugar, dieciocho saros; luego Daos, el pastor, gobernó por espacio de diez saros – era de Pantibiblon – en su tiempo pasaron del mar al suelo cuatro personajes de doble forma, cuyos nombres fueron Euedocus, Eneugamus, Eneuboulos y Anementus. 
Después de estas cosas estuvo Anodaphus, en el tiempo de Euedoreschus. Hubo luego otros reyes y el último de todos Sisithrus (Xisuthrus). De modo que en total el número ascendió a diez reyes y la duración de sus reinados a 120 saros”.
Tablillas con el relato del diluvio universal – Nippur (3000-2000 a C.) y Poema de Gilgamesh 

Luego, la Lista Real Sumeria continúa con la segunda dinastía:
“Después de que el diluvio hubiera terminado, y la realeza hubiera descendido del cielo, la realeza pasó a Kish”. 
I dinastía de Kish (2900-2550)
Kish era una ciudad del norte de la Baja Mesopotamia (lo que más tarde sería el país de Akkad). Fue fundada probablemente hacia principios del tercer milenio, aunque hay constancia de poblamientos más antiguos por su zona: Ras El'Amiya (periodo Ubaid 4000-3500 a. C.), Yemdet-Nasr (periodo Uruk 3500-3000 a. C.). Kish (Tell al-Uhaymir) comprende los asentamientos de Ingharra,  Uhaimir, así como otros de menor importancia. Se encontraba ubicada a unos 15 km al este de Babilonia.
El asentamiento paulatino de los semitas (acadios) en la Baja Mesopotamia y en el bajo Diyala, seguramente tuvo como centro comercial y político a la ciudad de Kish, cuya población en el periodo protodinástico ya era principalmente acadia (como lo demuestra la lista de reyes, que tienen nombres claramente semitas).
La hegemonía de Kish en Akkad y más tarde en gran parte de la baja Mesopotamia dio como resultado que los reyes sumerio-acadios que pretendían la supremacía sobre sus rivales, se titularan habitualmente con el título a veces honorífico de «rey de Kish» o «rey de las cuatro partes» (Sumer, Elam, Subartu y Amurru, con Kish en el centro).

De los 23 reyes que hubo en este periodo destacan Etana, Enmebaragesi y Mesilim.
Por orden cronológico de la lista de los reyes:
Kullassina-bel de Kish: 960 años
Nangishlishma de Kish: 670 años
En-Tarah-Ana de Kish: 420 años
Babum de Kish: 300 años
Puannum de Kish: 840 años
Kalibum de Kish: 960 años
Kalumum de Kish: 840 años
Zuqaqip de Kish: 900 años
Atab de Kish: 600 años
Mashda de Kish: 840 años
Arwium de Kish: 720 años
Etana de Kish, el pastor, quien ascendió al cielo y consolidó todos los reinos * extranjeros: 1500 años
Balih de Kish: 400 años
En-Me-Nuna de Kish: 660 años
Melem-Kish de Kish: 900 años
Barsal-Nuna de Kish: 1200 años
Zamug de Kish: 140 años7
Tizqar de Kish: 305 años
Ilku de Kish: 900 años
Iltasadum de Kish: 1200 años
En-Men-Barage-Si de Kish, que conquistó Elam: 900 años (este es el gobernante más * antiguo de la lista que se confirma independientemente de la evidencia epigráfica)
Aga de Kish: 625 años
Podemos encontrar una gran similitud entre la historia de Etana de Kish que fue “el pastor quien ascendió al cielo y consolidó todos los reinos extranjeros”, y Enoc (Janoj) de la Biblia, que “caminó con Dios, después que engendró a Matusalén… trescientos sesenta y cinco años… y desapareció, porque le llevó Dios”.
Por su parte, Mebagaresi de Kish es el gobernante más antiguo de la lista Real Sumeria cuya existencia ha sido confirmada independientemente en otras inscripciones.
Luego la lista continúa con unos cien reyes más cuyos años de vida van disminuyendo progresivamente, al igual que lo hacen los descendientes post diluvianos de la Torá.
"Entonces Kish fue derrotado y el reinado fue tomado por E-ana (Uruk)"
Muchos reyes tienen nombres de animales, como, por ejemplo, Kalibum. 
Etana: Es un rey no histórico, muy famoso por su mito. Según éste, Etana no tenía descendencia de su esposa, pero anhelaba tenerlo para las honras fúnebres (que le recuerden sus herederos directos) así que se lo pidió al dios Shamash. Este le dijo que fuera a una montaña, con lo que Etana se dirigió allí. Ya en el monte, vio a un águila sin alas y se puso a hablar con ella. El animal le contó que hacía tiempo había vivido en la copa de un árbol; un día, decidió bajar al suelo a comerse unas crías de serpiente, y entonces un dios le dijo que se comiera las entrañas de un buey. Allí fue la bestia y empezó a zampar, metiéndose en el interior del animal; de repente, la piel de la res se cerró y quedó atrapada dentro del animal de tal forma que le fueron cortadas las alas. Entonces, el águila le pidió a Etana que la alimentara para que le crecieran de nuevo y así poder volar juntos al cielo y coger la planta de la fertilidad. El protagonista le obedeció y al cabo de un tiempo al águila le vuelven a aparecer las alas. Comienzan a subir y cuando estaban a una altura considerable Etana miró hacia abajo y se dio cuenta de que la Tierra era redonda (por lo que ya los sumerios lo intuían). Continuaron ascendiendo y Etana se mareó… Aquí se acaba la tablilla y falta la última de todas, con lo que no se conoce el final del relato, pero seguramente fue feliz porque a Etana, según los textos, le sucedió su hijo Balih.
Se sabe que Enmebaragesi tuvo enfrentamientos con Elam por dos textos, así que sí existió. Le sucedió Agga,  quien derrotó a Gilgamesh (este hecho concreto y real no aparece en el Poema de Gilgamesh porque sería malo para el protagonista). 
Mesilim: Fue un personaje con tal prestigio que a la época en que vivió muchas veces se le da su nombre: en vez de “I de Kish”, “Época de Kish”. Hay varios textos donde aparece nombrado. Pone que lucha con Lagash y es derrotado; por este motivo no le pusieron en las Listas Reales. 
Titulaciones políticas y religiosas. Templo y palacio  (DICCIONARIO SUMERIO.) 
En: Es el señor; se convierte en ensi. Según Jacobean, director de los cultos a los antepasados, luego lo asocian al Señor de los animales. Por lo tanto, el ensi sería el señor del ganado. 
Lugal: En la mitad del III milenio aparece el lugal, que viene de “lu” (“hombre”) y “gal” (“grande”). Es el rey. Cuando los semitas se instalen en Mesopotamia con la dinastía de Sargón, se denominará sharru; Sharrukin es el nombre de este soberano, y significa “rey legítimo/verdadero”, Dicho monarca, como veremos, dio un golpe de Estado y se instauró como soberano legítimo. 
Shanu: deriva de Shar, un numeral, concretamente una medida de superficie equivalente a 3.600 (sistema sexagesimal), y que significaría la totalidad numérica. Dicha totalidad se asocia con el rey, que es quien le designa. 

Templos, clero y culto 
Los hombres que habían sido creados exclusivamente para el servicio de los dioses, según refieren determinados mitos, debían cuidar de ellos en lugares apropiados, mediante un culto escrupulosamente regulado por un competente clero, que tuvo también una extraordinaria importancia social, económica y cultural. Este culto se desarrollaba en los templos, en grandes casas o en santuarios, los cuales se convertían en centros religiosos que concentraban los recursos económicos y políticos de la sociedad. Este lugar de culto solía estar situado sobre una gran plataforma o terraza, orientado según los puntos cardinales sumerios y que reciben el nombre de zigurats, con un exterior construido a base de adobes y ladrillos y embellecidos por placas de mármol y con un interior distribuido en naves y capillas, adoptando un sistema de eje acodado (disposición que impedía ver directamente desde la entrada la cámara de la divinidad). 
Zigurat de Ur

Los templos se iban construyendo superpuestos unos encima de otros, cubriendo los restos, que servían de cimientos. 
Como hecho resaltado hay que recalcar que para toda la historia sumeria no se han encontrado estatuas de dioses en el interior de los templos, siendo las estatuas halladas, representaciones de orantes y de reyes que se creen que funcionarían como portavoces de éstos hacia la divinidad. 
La lista de sacerdotes la encabezaba el en y su elección se establecía mediante un rito adivinatorio. Los templos contaron también con personal religioso femenino y que solían ser hijas de reyes. Hay que resaltar el marcado carácter político que adquirió en un primer momento el en, o jefe religioso, dirigiendo la comunidad y actuando como “rey” del territorio, para ir con el tiempo y a partir del tercer milenio perdiendo esta vertiente, acabándose por separar finalmente los ámbitos políticos y religiosos. 
Los cultos y ceremonias estuvieron perfectamente regulados dentro de unas lineas uniformes para todo el país, estableciéndose sacrificios, cruentos e incruentos, de personas o animales, libaciones de agua, cerveza, vino y aceite y ofrendas de exvotos, bienes y comida. En cuanto a las ofrendas éstas podían ser de carácter regular o ceremonial, soliéndose dejar dentro del templo y consistiendo en comida o bebida, estatuillas de orantes y animales como peces, cabras, ovejas o aves. También este culto sumerio se tributaba a nivel urbano y familiar, cada uno con sus divinidades propias. Los hombres debían expiar sus pecados a través de lamentos públicos o plegarias para aplacar a la divinidad.
En esta época hay dos polos de poder, el templo y el palacio. La primacía del primero se explica por la necesidad de legitimación divina por parte de los reyes, de tal forma que se les hace hijos de los dioses.
Tanto el en, el ensi y el lugal, viven en el palacio. 
Diferencia entre templo y palacio:
e”> “casa”, es decir, templo en una ciudad de tipo medio.
egal”> “casa grande”. Por ejemplo, el templo de Enlil en Nippur.
egalmakn”> “casa enorme”. Uno de ellos sería el templo de Babilonia. 
En el período Protodinástico hay un rey-sacerdote, pero a partir de Mesilim (ya en el tercer milenio, finales de la dinastía I de Kish), ambos cargos se van a diferenciar.
Nippur entonces se convertirá en el centro nacional religioso, sin dinastía de reyes. La mantendrán otras ciudades mesopotámicas (sumerias) con el impuesto de bala (explicado en el tema siguiente). Es en esta ciudad donde reside Enlil, por lo que de ella emana el Enlilutu, que inspirará el respeto de la ciudad. 
Nin: Será la partícula que designe a “señora”, relativo a mujeres de dioses,… excepto algunos hombres, como Ningirsu.
Era común que pese a ser distantes en tiempo y lugar de Mesilim de Kish, los reyes se pusieran el título de Rey de Kish, porque allí fue donde se instauró de nuevo la monarquía tras el Diluvio.
En torno a este templo de un dios desconocido se creó una floreciente cultura en la ciudad de Eridú. 
Bajo él se han localizado diecisiete estratos de otros tantos templos superpuestos y sepultados luego por una torre escalonada (u-nir) levantada por el rey neosumerio Amar Sin (2046-2038 a.C).
Tiene muros articulados con columnas adosadas y tendencia a colorear. 

Dinastía I de Uruk (2700-2550)
Dumuzi, llamado el Pastor, de Bad-Tibira en Sumeria, fue el quinto rey predinástico en el rey Lista sumeria.
Dumuzid Pastor es objeto de una serie de poemas épicos de la literatura sumeria. Sin embargo, a veces se le describe en estas pastillas como rey de Uruk.
Entre las composiciones míticas participación Dumuzid el Pastor son los siguientes: 
E/ descenso de Inanna a/ Mundo Inferior ~ Inanna y Bi/ulu; Inanna y Shuka//etuda; Dumuzi y Enkimdu: el conejo de Inanna; El matrimonio de Dumuzi e Inanna; Duinuziy los demonios ga/la “: Dumuziy Geshíinanna; La muerte de Dumuzi. 

I de URUK (2700-2550) 
Meskiaggasher
Enmekar
Lugalbanda
Dumuzi
Gilgamesh
Urnungal
Utulkalamma
Labashum
Enundaranna
Meshke
Melamanna
Lugalkitum


Inanna (en acadio, Istar), la más importante divinidad femenina del panteón mesopotámico, es la figura central de una rica mitología que la une al pastor Dumuzi (Tammuz en la forma hebrea y aramea). Los elementos fundamentales sobre los que se sostiene la tradición mítica los hallamos en el matrimonio con Dumuzi y en el descenso de la diosa a los Infiernos. El matrimonio entre el pastor y la diosa, que representa un conflicto entre agricultura y pastoreo, puesto que a Inanna se la disputan el campesino Enkimdu y el pastor Dumuzi, aparece como una solución de compromiso entre el régimen agrícola y el ganadero. No obstante, el que se convierte en esposo de la diosa es Dumuzi, rey (lugal) de Badtibira o de Uruk e hijo de Enki, y el matrimonio representa la sanción y fundamento mítico de la institución real, que todavía no había adoptado la forma dinástica, pero que estaba determinada y legitimada por la disponibilidad divina. 
Desde este punto de vista hay que interpretar también el mito que relata el descenso de Inanna a los Infiernos. Una vez casada con Dumuzi, la diosa decide descender a los Infiernos, el «país sin retorno», para conocer los secretos de su hermana Ereskigal, señora del mundo subterráneo. Cuando llega a las puertas del Hades revestida de sus insignias divinas, el guardián del kur, Neti, no puede admitirla en presencia de Ereskigal con tales adornos y, mientras la hace pasar a través de las siete puertas, la va despojando de todas sus joyas, hasta que Inanna queda completamente desnuda y en este estado es conducida ante su hermana. Pero Ereskigal desata su ira contra Inanna y, tras haberla insultado y torturado, la convierte en cadáver fijando en ella el ojo de la muerte. Inanna es suspendida de un gancho y abandonada así para que se seque. La desaparición de Inanna provoca una crisis cósmica, que hace infecundo al mundo, análoga a la producida por la griega Deméter y la hitita Telipinu. 
Las reglas que rigen en los Infiernos no admiten que resida en ellos un ser vivo, porque el que ha recibido los me  no regresa de ultratumba; pero al mismo tiempo es indispensable que Inanna, la diosa de la fertilidad, regrese a la tierra. Se llega a una solución de compromiso: Inanna podrá volver si alguien la sustituye en el reino de la muerte, y el sustituto que acepta a pesar suyo esta «muerte vicaria» es Dumuzi, como en la mitología griega Alcestes sustituye a Admeto, con una inversión en el género de los protagonistas. Pero Dumuzi tampoco muere definitivamente; gracias a la intervención de su hermana Gestinanna que persuade a la propia Inanna, sólo residirá en los Infiernos seis meses al año, y subirá a la tierra los otros seis. Es evidente que el relato fundamenta el carácter cíclico de las estaciones y se puede relacionar con el ciclo de fertilidad de la tierra. Sin embargo, este tema del dios que muere y renace no puede desvincularse del modelo de la monarquía sumeria, que también es cíclica y basada en la aceptación por parte de la divinidad. Este principio que subordina el poder real a la voluntad de la divinidad parece interrumpirse cuando Gilgames, tras haber derrotado al monstruo Huwawa, rechaza las ofertas de Istar. Aunque procede de una redacción tardía, el rechazo de Gilgames tal vez hay que relacionarlo con la introducción del principio dinástico, que libera a la monarquía del capricho divino.
Geshtinanna (semidiosa) es la hermana de Dumuzi. Después de su muerte, ella lo visitó en el inframundo con Inanna, y se le permitió tomar su lugar allí por seis meses al año. Su tiempo en el inframundo y su reaparición periódica se ligan a su nueva autoridad divina sobre las vides y el vino del otoño.
El personaje más importante fue Gilgamesh, protagonista del Enuma Elish, 5 poemas sumerios que se encontraron en la Biblioteca de Nínive, y están datados en tiempos de Asurbanipal. Según el mismo, el héroe fue creado por los dioses pero que, para que pueda estar en la Tierra le dotan de 3 partes: una humana y dos divinas. Los dioses, para frenarle, le crean un igual para que le combatan y cometen un acto violento contra la diosa Isthar.
El poema épico de Gilgamesh nombra las luchas de este rey de Uruk con Mebaragesi de Kish. A Gilgamesh se atribuye la construcción de la muralla de Uruk, la más antigua muralla de Sumeria (hecho que parece coincidir la arqueología), y el dominio sobre Nippur, un centro más religioso que político dedicado al culto al dios Enlil. La lista de reyes nombra dos antecesores, Lugalbanda y Enmerkar. Este último lo hace el fundador de Uruk, de la unión de dos ciudades, una de ellas Eanna o Eana, sobre la que debía gobernar. Ninguno de estos reyes tiene comprobación histórica, aunque Gilgamesh figura en una lista de dioses encontrada a Shuruppak en la que se dice que su padre era Lugalbanda (las listas dicen que su padre era un fantasma) y que fueron héroes que más tarde fueron divinizados. Estos reyes de Uruk debían ser entonces contemporáneos con los últimos reyes de Kish y anteriores probablemente a Mesilim.
Es un texto muy importante, con el que se comentan otros posteriores (Eneas, Perséfone,…). También se tiene constancia de su conocimiento en Palestina por otro documento, del XI, del que se copió la Biblia, ya que en esa época no habían llegado aún los hebreos.
La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamech es una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, considerada como la narración escrita más antigua de la historia. Se emplearon tablillas de arcilla y escritura cuneiforme.
El poema trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh, también conocido como Istubar, y su amigo Enkidu. Una de las tablillas relata un episodio muy parecido al de la Biblia sobre el diluvio. Las aventuras para matar al gigante Khumbaba, el descenso a los infiernos y la relación entre dioses, semidioses (como el propio Gilgamesh) y mortales le dan un claro origen prehelenístico. El núcleo sentimental se encuentra en el duelo tras la muerte de Enkidu. Los críticos consideran que es la primera obra literaria que hace énfasis en la mortalidad e inmortalidad.
La versión "estándar" se encontró en la biblioteca de Asurbanipal, fue escrita en babilonio estándar, un dialecto del idioma acadio que sólo se usaba con fines literarios. Esta versión fue estandarizada por Sin-liqe-unninni entre 1300 a. C. y 1000 a. C. con base en una versión más antigua que la oficial. Esta complementación mediante cambio o añadidura de fragmentos era un proceso común en la época y el Poema de Gilgamesh no fue la excepción.

La versión estándar y la acadia previa se diferencian en la introducción, o íncipit. La versión más antigua comienza con las palabras "Sobrepasando a todos los demás reyes", mientras que en la estándar dice "Él que veía lo profundo" (ša nagbu amāru). La palabra acadia nagbu, "profundo", en este caso probablemente hace referencia a ciertos "misterios". No obstante, Andrew George considera que se refiere a algún conocimiento específico que Gilgamesh trajo de su reunión con Utnapishtim; él ganó el conocimiento en el reino de Ea, cuyo reino cósmico es la fuente de la sabiduría.  En general, se cree que Gilgamesh adquirió el conocimiento para vivir una buena vida: cómo adorar a los dioses, por qué es necesaria la muerte para los humanos, de lo que hace bueno a un rey y de la naturaleza. La tablilla XI contiene el mito del diluvio que fue copiado en su mayor parte de la épica de Atrahasis.  
La tablilla XII es un apéndice del poema épico, una secuela de la XI y probablemente añadida en fecha posterior, por lo cual ha sido omitida hasta años recientes. Tiene la inconsistencia narrativa de presentar a Enkidu vivo, y tiene poca relación con la bien argumentada tablilla XI. De hecho, el poema tiene una estructura circular en la cual las líneas iniciales se citan en la tablilla XI para dar, junto con el final, la idea de un ciclo. La tablilla XII es más bien una copia de un cuento anterior en el cual Gilgamesh envía a Enkidu a recuperar algunos de sus bienes al inframundo, Enkidu muere y regresa como espíritu para contarle al rey la naturaleza del inframundo. Este evento parece superfluo dado que en la tablilla VII Enkidu tuvo ya un sueño en el que se le reveló cómo es el inframundo. 

Contenido de las tablillas:
La obra gira en torno a dos temáticas, las primeras seis tablillas describen la búsqueda de la gloria y las restantes la búsqueda de la inmortalidad.

Búsqueda de la gloria
La historia comienza con la presentación de Gilgamesh de Uruk, el mayor rey de la Tierra, dos terceras partes dios y una humano, el más fuerte Rey-deidad que jamás haya existido. La introducción describe su gloria y triunfos, así como los muros de ladrillo de la ciudad. La gente en la época de Gilgamesh, sin embargo, no era feliz. Se quejaban de que él era demasiado severo y abusaba de su poder durmiendo con las mujeres antes que sus esposos (derecho de pernada), entonces, la diosa de la creación, Ninhursag creó al hombre semi salvaje Enkidu, que comenzó a molestar a los pastores. Cuando uno de ellos se quejó ante Gilgamesh, el rey le envió a la mujer llamada Shamhat, una prostituta sagrada (nadītu en sumeria o hierodule en Grecia). El contacto con ella civiliza a Enkidu al grado de que tras varias noches, él ya no es una bestia más entre los animales. Mientras tanto, Gilgamesh tiene extraños sueños que su madre Ninsun le explica diciendo que vendrá a él un gran amigo.
Enkidu y Shamhat salen del yermo para casarse en Uruk. Cuando Gilgamesh acude al festejo para dormir con Shamhat, encuentra sus intenciones frustradas por Enkidu. Ellos luchan y, tras una gran batalla, Gilgamesh presenta a Enkidu a su madre y le hace parte de su familia porque él no tiene una propia. Entonces Gilgamesh le propone viajar al bosque para adquirir gloria cortando algunos grandes árboles y matando al demonio Humbaba. Enkidu no está de acuerdo, pero logra convencerlo.
Gilgamesh y Enkidu se preparan para la aventura en el bosque. Gilgamesh informa a su madre, que se queja, pero pide ayuda al dios-sol Shamash y le da a Enkidu un consejo.
El viaje de los amigos al bosque. En el camino, Gilgamesh tuvo cinco pesadillas, pero dadas las condiciones físicas de esta tablilla, su contenido es difícil de reconstruir. Enkidu, cada vez le explica los sueños como un buen presagio, pero cuando llegan al bosque está asustado otra vez y Gilgamesh tiene que animarlo.
Cuando los héroes finalmente llegan ante Humbaba, el guarda de los árboles, el monstruo comienza a ofenderlos. Esta vez, Gilgamesh es quien está asustado, pero después de algunas palabras valientes de Enkidu la batalla comienza. Su cólera separa las montañas Sirara del Líbano. Finalmente Shamash envía sus trece vientos para ayudar a los dos héroes, Humbaba es vencido y le ruega a Gilgamesh por su vida. Él se compadece, pero Enkidu se molesta y le pide que mate a la bestia. Humbaba se vuelva a Enkidu y le pide que convenza a su amigo de perdonarle la vida. Cuando Enkidu repite la petición a Gilgamesh Humbaba los maldice. Los héroes cortan un enorme árbol, Enkidu hace con él una gran puerta para los dioses y la echa al río.
Gilgamesh rechaza las insinuaciones sexuales de la diosa Ishtar porque ella ha tenido antes otros amantes, como Dumuzi. Ishtar le pide a su padre, Anu, que le mande el "Toro del cielo" para vengar el rechazo. Cuando Anu rehúsa, Ishtar amenaza con levantar a los muertos. Anu teme y cede. El toro del cielo es una plaga para las tierras. Aparentemente la criatura tiene alguna relación con la sequía, porque de acuerdo con la historia el agua desaparece y la vegetación se seca. Como quiera que sea, Gilgamesh y Enkidu, esta vez sin ayuda divina, derrotan a la bestia y le ofrecen su corazón a Shamash. Cuando escuchan a Ishtar llorar, Enkidu separa el cuarto trasero del toro y se lo arroja al rostro para amedrentarla. La ciudad de Uruk celebra, pero Enkidu tiene un mal sueño, que se describe en la tablilla siguiente. 

Búsqueda de la inmortalidad
7. En el sueño de Enkidu, los dioses piensan que alguien debe ser castigado por la muerte del "Toro del cielo" y de "Humbaba" y deciden hacer pagar a Enkidu. Esto va contra el deseo de Shamash. Enkidu cuenta eso a Gilgamesh y maldice la puerta que hizo para los dioses. Gilgamesh está consternado y va al templo a rezarle a Shamash por la salud de su amigo. Enkidu comienza a lamentarse de Shamhat porque ahora se arrepiente del día en que se convirtió en humano. Shamash les habla desde el cielo y les hace ver cuán injusto es Enkidu, les dice que Gilgamesh se convertirá en una sombra de su antiguo ser debido a su muerte. Enkidu se retracta de lo dicho y bendice a Shamhat. No obstante, enferma cada vez más y, moribundo, describe el inframundo.
8. Gilgamesh se lamenta por Enkidu y ofrece regalos a los dioses para que caminen al lado de Enkidu en el más allá.
9. Gilgamesh procura evitar el destino de Enkidu y emprende un peligroso viaje para visitar a Utnapishtim y a su esposa, los únicos seres humanos que sobrevivieron "la gran inundación" (el diluvio) y a quienes les fue concedida la inmortalidad por los dioses, con la esperanza de obtenerla también. A lo largo del camino, Gilgamesh pasa las dos montañas desde donde el Sol se levanta, custodiadas por dos seres-escorpión que le permiten seguir. Viaja a través de la oscuridad, por donde el Sol viaja cada noche y justo antes de que el Sol se lo encuentre, llega al final. La tierra al final del túnel es un lugar maravilloso, lleno de árboles cuyas hojas son joyas.
10. Gilgamesh se reune con Siduri y le dice el propósito de su viaje. Siduri fracasa al intentar disuadirlo, pero le envían a Urshanabi para ayudarle a cruzar el mar a Utnapishtim. Urshanabi estaba en compañía de cierto tipo de gigantes de piedra que Gilgamesh consideró hostiles y mató. Cuando le narra su historia a Urshanabi y le pide ayuda, le dicen que justamente ha matado a las únicas criaturas capaces de cruzar las Aguas de la muerte. Esas aguas no deben ser tocadas, por lo que Utshanabi le dice que corte 120 remos para atravesar el agua. Finalmente llegan a la isla de Utnapishtim, quien nota algo raro en el barco y pregunta a Gilgamesh al respecto. Gilgamesh le cuenta lo ocurrido y le pide ayuda, pero Utnapishtim lo reprende porque combatir el destino de los humanos es inútil y arruina la alegría de la vida.
11. Gilgamesh sostiene que Utnapishtim no es diferente de él y le pregunta su historia, por qué tiene un destino diferente. Él le cuenta sobre "la gran inundación", su historia es un compendio de la historia de Atrahasis, salvo las plagas enviadas por los dioses. Reticentemente, le ofrece a Gilgamesh una oportunidad para la inmortalidad, pero pregunta por qué los dioses deberían dar el mismo honor que a sí mismo, el héroe de la inundación, a Gilgamesh, y lo reta a permanecer despierto por seis días y siete noches. En el momento justo en que Utnapishtim termina de decirlo Gilgamesh se queda dormido. Utnapishtim se burla del sueño de Gilgamesh ante su esposa y le dice que hornee una barra de pan por cada día que duerma, para que Gilgamesh no pueda negar su falla. Cuando Gilgamesh, después de seis días y siete noches descubre su fracaso, Utnapishtim lo manda de regreso a Uruk con Urshanabi, exiliado. En el momento en que se marchan, la esposa de Utnapishtim le pide que tenga compasión de Gilgamesh por su largo viaje. Utnapishtim le menciona a Gilgamesh cierta planta del fondo del océano que lo hará joven de nuevo. Gilgamesh obtiene la planta atando rocas a sus pies, para poder caminar en el fondo del mar, pero no confía en su efecto y decide probarla en un hombre viejo en Uruk. Desafortunadamente, pone la planta en la orilla del lago mientras se baña y es robada por una serpiente que pierde su vieja piel y renace. Gilgamesh llora en presencia de Urshanabi, pero habiendo fallado en ambas oportunidades, regresa a su ciudad, donde la contemplación de sus grandes muros le hace alabar el trabajo duradero.
12. El contenido de la última tablilla no se conecta bien con lo anterior. Gilgamesh se duele ante Enkidu de que su juego ha caído en el inframundo y él le ofrece traerlo de vuelta. Encantado, Gilgamesh le dice a Enkidu lo que debe y lo que no debe hacer en el inframundo para poder volver. Enkidu olvida el consejo y hace todo lo que se le advirtió no hacer, por lo tanto, el inframundo lo retiene. Gilgamesh pide a los dioses que le devuelvan a su amigo. Enlil y Sin no se molestan en responderle, pero Enki y Shamash deciden ayudarle. Shamash hace un hoyo en la Tierra y Enkidu sale por ahí. La tablilla termina con Gilgamesh preguntándole a Enkidu sobre lo que ha visto en el inframundo. No queda claro si Enkidu reaparece en la historia como espíritu o si vuelve a la vida.
Versión en babilónico antiguo
Todas las tablillas, excepto la segunda y tercera, provienen de distintos originales, por lo tanto, la síntesis argumental se hace con base en diferentes versiones. 

Tablilla perdida.
Gilgamesh le cuenta a su madre Ninsun dos pesadillas que tuvo. Ella le explica que pueden significar que vendrá un amigo a Uruk. Mientras tanto Enkidu y su mujer (aquí llamada Shamshatum) se dedican a hacer el amor. Ella lo civiliza también mediante el ofrecimiento de comida humana. Enkidu ayuda a los pastores a cuidar de las ovejas. Viajan a Uruk para casarse, pero Gilgamesh reclama el privilegio de dormir con Shamshatum antes. Enkidu y Gilgamesh combaten hasta que Gilgamesh abandona la pelea. Enkidu alaba a Gilgamesh como persona especial.
La tablilla está rota, pero parece que Gilgamesh ha propuesto ir al bosque de los cerezos para cortar árboles y matar a Humbaba. Enkidu protesta porque conoce a Humbaba y es consciente de su poder. Gilgamesh trata de dar valor a Enkidu con palabras valerosas. Comienza la preparación del viaje y llaman a los mayores. Ellos protestan también, pero después de escuchar a Gilgamesh les desean suerte. 

1(?) tablilla perdida.
Los fragmentos de tablillas de dos versiones distintas narran como Enkidu anima a Gilgamesh para matar a Humbaba. Cuando Gilgamesh lo hace, cortan árboles y encuentran la morada de Annunaki. Enkidu hace una puerta de madera para Enlil y la deja flotar sobre el Éufrates.

Tablillas perdidas.
Gilgamesh discute con Shamash la inutilidad de la prueba. La tablilla está dañada, luego aparece Gilgamesh hablando con Siduri sobre la prueba y sobre su viaje para ver a Ut-Napishtim (aquí llamado Uta-na’ishtim). Siduri lo interroga sobre sus propósitos. Otro hueco en el texto. Gilgamesh ha destruido a las criaturas de piedra y habla con Urshanabi (aquí Sur-sunabu). Tras una breve discusión Sur-sunabu le indica a Gilgamesh que corte 3000 remos para cruzar las aguas sin las criaturas de piedra. El resto de la tablilla está dañada. 

Tablilla(s) perdida(s).
Enmerkar: Gobernó durante 420 años. A él se le atribuye la construcción de Uruk; a Gilgamesh, por su parte, la muralla. De su época no se ha encontrado nada. En el mito de Enmerkar y el Señor de Aratta, se alude a que se inventó la escritura.
Enmerkar fue el segundo rey de la I dinastía de Uruk (dentro del Protodinástico II), hijo de Meshkiaggasher y por lo tanto nieto del dios sol, Utu. Es célebre por su contienda contra la rica ciudad de Aratta, que se encontraba a cientos de kilómetros al este, en el actual Irán meridional, la antigua Persia. Entre Uruk y Aratta había siete cordilleras, y además la remota ciudad se alzaba sobre una escarpada cima, donde había desarrollado un próspero comercio de metales y piedras preciosas, que abundaban en aquella región. 
La mitología alude al conflicto aduciendo causas relacionadas con la veleidosa voluntad de la gran diosa Inanna (Ninin, Isthar, la Astarté fenicia, la Afrodita griega o la Venus romana), que moraba en la esplendorosa ciudad irania y tenía puestos los ojos en la poderosa Uruk, ciudad sede del dios del cielo, Anu. La diosa rogó al rey vigente, Enmerkar (su sobrino-nieto) que venciese a Aratta y trasladase su hogar al templo de Anu. Debido a la negativa del rey de Aratta a ceder a su diosa, someterse a Uruk y además tributar grandes sumas de oro, plata y valiosas joyas a su rival, finalmente se desencadenó el enfrentamiento.
Parece factible que fuera Enmerkar el rey de Uruk al que se le atribuye la gloriosa campaña contra Aratta y la captura de un gran botín arrebatado a esa ciudad. También es, según la tradición, el fundador de la ciudad de Uruk y del templo de Anu, siendo esto último lo más factible, pues se construyó hacia los siglos XXIX y XXVIII a. C. 

Lugalbanda: (siglo XXVII antes de Jesucristo), fue un rey sumerio, el tercero de la I dinastía de Uruk.
Era el jefe militar de Enmerkar, a quién sucedió. Lugalbanda también es protagonista en los ciclos de cuentos épicos del Sumer primigenio, en ellos aparece a las órdenes de Enmerkar realizando hazañas en las misiones que éste le encomienda, en ellas se ven inmersos los propios dioses mesopotámicos, como Utu, el dios Sol (padre de Enmerkar) que libra a Lugalbanda de la muerte dándole de beber el brebaje de la vida, cuando cae moribundo de camino a Aratta, en el monte Hurrum. Su nombre significa "pequeño rey". Su verosimilitud histórica no está demostrada.
Fue un rey pastor que reinó 1.200 años. 
Volviendo a Gilgamesh, el Enuma-Elish dice que reinó 126 años. Su hijo, Urnugal, 30, fecha ya aceptable. A partir de éste, los periodos de gobierno de los monarcas son coherentes.
Según el texto, Uruk fue derrotada por las armas, como todas las dinastías de la lista, y sustituida por Ur.

COMUNIDAD Y LEY EN MESOPOTAMIA 
Comunidad
Los sumeroacadios urbanos se veían ante todo como miembros de su comunidad vecinal y política y, sólo en segundo lugar, como miembros de un grupo de sangre. Los vínculos de parentesco eran importantes y a ellos aluden voces como kimtum, salatum o nishutum, que designan a la familia extensa en asuntos conexos con herencias o con la obligación de asistir a parientes desvalidos o de dar culto a los difuntos. Pero esas relaciones no tienen la fuerza que entre los seminómadas, gobernados por jefes de clan.
Los mesopotamios urbanos se gobernaban por consejos vecinales de varones adultos. El consejo (sum. unkin, ac. puhrum; alum = ciudad; shibutum = mayores) era, en las ciudades grandes, de barrio o distrito (sum. daggi, ac. babtum), comunidad dentro de otra mayor, cuyos responsables emitían bandos, disponían de funcionarios y se constituían para deliberar sobre un edificio inestable, un animal peligroso, el repudio de un marido por su mujer, cuya honestidad se examinaba, o la presencia de extraños. Cuando había un robo en el vecindario y el ladrón no era habido, el hombre robado probaba su pérdida jurando ante un dios, para que la comunidad y el alcalde le repusiesen lo perdido y a su familia una mina de plata si había resultado muerto (CH 23-24). En las ciudades comerciales un karum, especie de cámara de comercio, administraba los peajes, arbitraba en litigios mercantiles e, incluso, poseía almacenes o delegaciones exteriores.
En el N, menos dependiente de la irrigación, persistieron modos rurales tradicionales, y sus poblados mantuvieron más vivos los vínculos de parentesco extenso: fuerte autoridad patriarcal, levirato, conservación de fundos troncales y menor urbanización del paisaje. A fines del II y comienzos del I milenio, las ciudades se hicieron menores: en los periodos casita y neobabilonio, fuera de la capital el asentamiento típico fue el pueblo, no la ciudad. La reorganización de algunas partes de Babilonia en provincias llamadas "casas" revela el creciente liderazgo de gente poco o nada urbana. Este declive urbano se acusa más en el S, acaso por el agotamiento de los suelos irrigados y por el mayor control de las aguas en el N.
 

Ley
Los reyes mesopotámicos se muestran siempre como gobernantes rectos que exigen y dan justicia a sus súbditos. Justicia y rectitud son deseos divinos, aunque nunca se articularon en una doctrina clara que concibiese la necesidad de un mundo justo gobernado según la ley de un dios justo, como llegó en mayor medida a ser el caso hebreo. El símbolo divino de la justicia llegó a ser Shamash, el dios sol, padre de Kittum y Misharum (Verdad y Equidad). Cuando el sublime Anum, rey de los dioses de lo Alto, y Enlil, señor de Cielo y Tierra que ordena los destinos del Mundo, decidieron que Marduk, primogénito de Enki, Señor de la Tierra, fuese el divino soberano de toda la Humanidad, cuando quedó engrandecido sobre los dioses de la Tierra, cuando hubieron proclamado el sublime nombre de Babilonia y lo hicieron prevalecer en todo el mundo, cuando decidieron en el centro del mundo un reinado eterno para Marduk cuyos cimientos son tan firmes como los del Cielo y la Tierra, entonces Anum y Enlil me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piadoso, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para destruir al malvado y al perverso, para evitar que el fuerte oprima al débil, para que, como hace Shamash Señor del Sol, me alce sobre los hombres (lit.: cabezas negras), ilumine el País y asegure el bienestar de las gentes. Entre los medios de implantar la justicia regia estaba el misharum o [ley de] equidad, así como el andurarum o decreto. Prácticas ya conocidas en Sumer (nigsisa, amargi). Su promulgación se proponía ayudar a los deudores oprimidos por particulares o por el fisco. Estas ocasiones ceremoniales (advenimiento del rey, aniversarios) a veces sirvieron para difundir y generalizar ciertas normas mediante colecciones de ellas, ya desde el III milenio, como los "códigos" sumerios de Ur Namu (2100) y Lipit Ishtar (1930) o los acadios de la ciudad de Eshnunna (Tell Asmar, 1800) y de Hammurabi (h. 1750). El CH se exhibió inscrito en estelas pétreas al menos en Babilonia y Sippar (ciudad de Shamash) y se hicieron copias en tablillas. De épocas asiria media y neobabilonia se conservan sendas colecciones de leyes sobre la familia (se ignoran sus emisores) y consta que también codificó Nabucodonosor II para complacer al Señor Marduk y en bien de todo el pueblo. Es engañoso llamarlas "códigos", pues no son compilaciones sistemáticas (no separan lo civil de lo penal, etc.) ni exhaustivas ni se cuidan apenas del procedimiento. La más ambiciosa es la de Hammurabi y, aun así, omite muchos temas regulados por otras normas contemporáneas conocidas (p. e., fianzas, amortizaciones, privilegios de templos, robo de ganado, recuperación de esclavos, servidumbre de propiedades, etc.) e, incluso, por legislaciones anteriores (Eshnunna). Tampoco contemplan materias importantes en otras legislaciones (la hitita) sobre magia y sortilegios ni sobre religión y sacerdocio (vs. Biblia), excepto para aclarar el régimen de propiedad para ciertas sacerdotisas. Estas recopilaciones no parece, por el carácter iletrado de la gran mayoría social, que sustituyesen la muy amplia presencia de los usos y costumbres y, por otro lado, gran parte de lo que contienen es de creación anterior. Los estudiosos creen que, con motivo de su promulgación, los reyes introducían algunas normas nuevas y que en ciertos aspectos tradicionales se corregían situaciones concretas: el CH parece más severo en el castigo físico del robo (6-13, 21, 25, 253-256) que la legislación anterior conocida en Sumer y Acad, más tendente a la multa.
 

Influencia.
Los códigos son casuísticos, lo que ayudó a que se mantuvieran como saber tradicional que los escribas (como con los presagios, mitos e himnos) usaban para su aprendizaje especializado. El CH fue modelo escolar durante siglos, pero no sabemos, aparte su realismo (que demuestra no era un ejercicio literario), cuál fue el grado de su aplicación, pues la costumbre y los jueces locales eran muy importantes. No cabe duda de su influencia, en la medida en que, aun sin estar ya en vigor tiempos después, eran textos sapienciales y considerados arquetipos. Se conservan textos escolares que tienen como tema un asunto legal. Un caso de ejercicio bilingüe (ana ittishu) de vocabulario sumeroacadio dice: Una finca alquilada, un edificio de vivienda; alquiler, en alquiler, la tomó arrendada; mientras viva en la casa tiene que reparar el tejado de esa casa y mantener en buen estado sus cimientos; tiene que quitar las vigas rotas; tiene que poner vigas sólidas; un edificio viejo, una pared que se alabea, tiene que apuntalarla. También hay textos escolares con pleitos enteros: sobre adulterio, daños a animales alquilados para laboreo, homicio del marido por el amante con ayuda de la esposa, violación de una esclava y varios sobre herencias. Jueces. La primera instancia es la asamblea local de gobierno, a la que se incorporan representantes de las administraciones (urbana, real, templaria, militar) si el caso les afecta, pero más como testigos que como jueces, al igual que en casos de litigios de propiedad familiar, a los que asisten parientes, allegados o vecinos. Los jueces, profesionales o funcionales, deben ser miembros relevantes de la comunidad, para que su dictamen se apoye en un su autoridad personal. A menudo actúan como tribunales de tres a seis miembros y no se conocen abogados profesionales. Los tribunales locales se ocupan de asuntos de propiedad mueble e inmueble, linderos, ventas, herencias y robos con o sin escalo. Los casos mercantiles los resuelve el karum. Los casos capitales, los jueces propiamente dichos (homicidio, traición, adulterio flagrante). No se conocen instancias de apelación excepto los casos que el rey resuelve por prevaricación de sus jueces. Algunos castigos contra quienes desacataban las sentencias podían ser ejemplarizantes: desde el rapado de media cabeza o el embadurnamiento con pez hasta la perforación de la nariz, los labios o la lengua. El templo y la justicia. Probablemente desde tiempo inmemorial, el templo era lugar de justicia y de juramento. En numerosos pleitos, si faltaban pruebas taxativas, se recurría al juramento solemne, normalmente del perjudicado, que tocaba o cogía algún objeto sacro y "por la vida del dios" (o la diosa) atestiguaba y pedía para sí el castigo si mentía. Rehusar el juramento equivalía a desistir de la causa. También el templo acogía los juramentos de sociedad o las ordalías: la más común era someterse al "juicio del dios del río". Un texto de h. 1700 (un informe al rey de Mari) dice: "En cuanto a Amat Sakkanim, de la familia de Shamshi Adad al que el río engulló, me han dicho: 'La hicimos echarse al río, diciéndole: Jura que tu ama no ha perpetrado ningún acto de brujería contra su señor Yarkab Adad; que no reveló ningún secreto del palacio; que no hizo que otra persona abriese la misiva de su dueña; que tu ama no delinquió de ningún modo contra su señor.' A consecuencia de ello (el juramento), la hicieron zambullirse. El dios del río la engulló y ya no volvió". Los reyes meobabilonios y persas usaron de los templos como centros de control local y los reyes neoasirios enriquecieron a los grandes templos babilonios con propiedades confiscadas a los notables locales enemigos: los templos recaudaban los diezmos y, a su vez, pagaban una renta al rey, actuaban como sus administradores y suministradores (mano de obra para las propiedades, asistencia a funcionarios regios, etc.) y sus sacerdotes principales desempeñaban funciones judiciales y presidían la asamblea local, con la que despachaban causas civiles y criminales, si bien los casos más graves se trasladaban al tribunal real. Registro de asuntos legales. Los casos enjuiciados localmente se resumían y archivaban en una tablilla cuneiforme, aunque en la segunda mitad del I milenio se usaron también vitelas escritas con tinta en arameo (muy perecederas). También se registraban negocios no litigiosos, como compraventas, adopciones, créditos, manumisiones, etc. Los registros daban fe para el futuro, resumían el asunto, recogían a veces testimonios en primera persona, etc. Por ellos sabemos que a veces había ritos legales de origen remoto, como mojar la frente del manumitido o cortar la orla del vestido de la mujer en el divorcio, legado de un tiempo iletrado en donde los testigos presenciaban los expresivos gestos y servían como archivo viviente. Estas tablillas recogen lugar y fecha, nombres de los intervinientes, juramentos prestados y, en los pleitos, los nombres de los jueces. A menudo se añaden las improntas de los sellos de las partes, a veces suplidos por la huella ungular o la impronta del borde del vestido, etc. Los testigos suelen ser varones, pero hay mujeres en época paleobabilonia. En la neobabilonia, en cambio, no pueden atestiguar, aunque sí asistir a estos asuntos; también de ese tiempo es la existencia de duplicados originales (uno para cada parte). En estos tribunales había escribientes especializados y alguaciles para mantener el orden (a veces, un soldado del rey). 


Próximo Capítulo: El Protodinástico en Mesopotamia


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Zecharia Sitchin, El Libro Perdido de Enki, Ediciones Obelisco S.L., Edición digital 2003 por Nascav, Barcelona-España, 112 Págs. - 
Zecharia Sitchin, La Escalera al Cielo, Ediciones Obelisco S.L., Edición digital por Nascav, Barcelona-España, 454 Págs.