LAS CIUDADES
MICÉNICAS.
Grecia
y el Egeo hasta el final de la civilización micénica
|
||||||||||||||||
Troya
|
Cícladas
|
Creta
|
Continente
griego
|
|||||||||||||
Bronce
antiguo |
Troya
I
2920-2450 a. C.
Troya II
2600-2350 a. C.
Troya III
2350-2200 a. C. |
Grotta-Pilos
3200-2700 a. C.
Karos-Siros
2700-2200 a. C.
Filacopí I
2200-2000 a. C. |
Minoico antiguo (Prepalacial)
2500-1850 a. C. |
Heládico
antiguo
2700-1850 a. C. |
||||||||||||
Bronce
medio |
Troya
IV
2200-1900 a. C.
Troya V
1900-1700 a. C.
Troya VI
1700-1300 a. C. |
Filacopí
II
2000-1800 a. C. |
Minoico medio I-IIIA (Protopalacial)
1850-1550 a. C. |
Heládico
Medio
1850-1580 a. C. |
||||||||||||
Bronce
tardío |
Troya
VII-A
1300-1200 a. C.
Troya VII-B-1
1200-1100 a. C. |
Minoico
Medio IIIB-Minoico tardío II (Neopalacial)
1550-1400 a. C.
Minoico tardío III
1400-1100 a. C. |
Micénico
I
1580-1500 a. C.
Micénico II
1500-1425 a. C.
Micénico III
1425-1100 a. C. |
|||||||||||||
Desde la zona de los Balcanes llegarían los “Aqueos” a Grecia h.2000
a.C. alcanzando al Peloponeso; al final del Heládico Medio (1600 a .C.) cuando empecemos
a conocer esta Cultura Continental, estos pobladores empiezan a conformar los
“Reinos Egeos”.
En el 2000
entran en Grecia lenta y casi imperceptiblemente. Aportan espadas triangulares,
cerámica gris con tacto jabonoso, y huesos de caballo. Son pueblos pastoriles,
jerárquicos, con un fuerte jefe militar. Aportan un panteón masculino presidido
por Zeus. Mundo pastoril presidido por señores guerreros.
El wanax micénico es el jefe civil,
religioso y militar. Y su mégaron
será su palacio. La segunda muralla protege a sus príncipes micénicos (Primus inter pares). Son ciudades
amuralladas en colinas, controlando estratégicamente el territorio.
No tenemos restos de Ciudades propiamente dichas, solo la de “Malthi”
con un perímetro circular de casas próximas a la muralla que sería construida
en un momento diferente, en el centro apreciamos una Casa Principal centrada
por todo el conjunto configurándose como un punto de confluencia.
Se desarrollan ciudades como
Iolcos, Tebas, Atenas o incluso Micenas. Conocemos que se trata de un hábitat
disperso porqué conocemos sus Enterramientos de Inhumación en el suelo de las
casas y tras sus muros en “Pithoi” o Cistas, no contienen ajuares
prácticamente, solo pequeños Idolillos de arcilla, alguna Arma de bronce y
objetos de Oro.
En estos momentos comienzan las “Tumba de Fosa” (¿Cuándo?)
rectangulares, excavadas en los suelos fijadas por un perímetro de piedras
hincadas, son los precedentes los Círculos de Tumbas de Micenas del paso del
Heládico Medio Reciente.
El Heládico Reciente empieza a cambiar h.1600 a.C., la Civilización Micénica
se da entre 1600-1120/1100. No sabemos los factores pero nos encontramos con un
Civilización rica, se apuntan diferentes planteamientos como contactos con los
Minoicos, o factores propios Aqueos.
·
Micénico Antiguo:
1600-1500
·
Micénico Medio:
1500-1380
·
Micénico reciente:
1380-1210/1100
Entre los años 1500-1400 se impone la Cultura Micénica en el Egeo. Más
de 400 yacimientos nos descubren las características de esta cultura a la que
denominamos Micénica por la importancia de Micenas en los poemas homéricos y
por los notables descubrimientos arqueológicos de su enclave, pero en realidad
no hay indicios de una preeminencia hegemónica/política de la ciudad de
Micenas).
Los
indoeuropeos se mueven buscando tierras, se dividen en dos:
· Los
occidentales indoeuropeos, dectum.
· Indoeuropeos
orientales o de saten.
La colina
amurallada de Micenas representa esa estructura piramidal de la sociedad.
Del
Micénico Antiguo (Bronce Final I), etapa de transición entre minoico y
micénico, sólo se conservan tumbas que estaban fuera de la ciudad.
En el
Bronce Final Micénico se hace una ampliación e incorpora las tumbas anteriores.
Estas
tumbas son colectivas, se reutilizaban, con ajuares mezclados... y eso es lo
que excavó Glieman (tiene una fe ciega en la verdad histórica de Homero).
Se hacen
grandes pozos rectangulares y unos muros de piedra a ambos lados, se cubren con
techo de troncos y se rellena de tierra.
Aparecen
estelas, solían tener grabados o relieves.
El más
conocido es el que excavó Glieman en el círculo A. El tema es nuevo, un
guerrero en carro tirado por un caballo con la espada típica (herencia
indoeuropea, novedad de esta etapa). En la Grecia micénica se va a mantener la
estructura del carro, es un elemento de prestigio. Pero no fueron tan prácticos
en batalla como en Egipto o en el mundo hitita, pues la geografía griega no era
la más adecuada.
La ciudadela de
Micenas: circundada por una gruesa muralla de construcción ciclópea, se entraba
en ella por la Puerta
de los Leones (a), que conducía directamente al Círculo de Tumbas A (b). En la
muralla se abrían otros tres accesos: la Puerta Norte (c), la
surtida (d) y un pasadizo secreto (e) que llevaba a una fuente, en la vertiente
Norte. El palacio (f) ocupaba la cima del promontorio.
1 Puerta de los leones.
2 Círculo de Tumbas reales, 3 Casas micénicas, 4 Templos, 5 Gran rampa, 6 Área monumental,
7 Gran patio, 8 Palacio, 9 Casas de los artesanos, 10 Cisternas. 11 Puerta
norte.
Hasta el s.XV a.C. no reconocemos a la Cultura Micénica
(Micénico Medio 1500-1380.) con un pleno conocimiento de todos los aspectos de la Sociedad , antes de esta
1ª fase conocemos básicamente la Cultura Funeraria , sobre todo la representada por
los Círculos de Tumbas de Micenas (a p.+-1600 a .C.). La relativa uniformidad de los
testimonios Arqueológicos y la Cultura Material Micénica que llega a expandirse
por todo el Mediterráneo con restos en Italia (Magna Grecia) y en Sicilia, así
como en la zona occidental de Creta o en la Costa Siria, hacen calificarla como
una “1ª Koiné” comercial /política que alcanzaría su máximo esplendor en los S.XIV-XIII
a.C. Lo extendido de sus restos nos permite apreciar una fuerza expansiva que
sucede a los anteriores Minoicos, además uno de los lugares donde se desarrolla
ese poder es en la propia Creta.
Los círculos de Tumbas de Micenas del “Círculo A” sería descubierto por Heinrich Schliemann (1876),
proporciona ricos materiales como vasijas, joyas, máscaras funerarias, además
de la propia información sobre las formas de enterramiento características de
este momento con tumbas en pozo/fosa con características muy concretas,
agrupadas todas dentro de círculos con un perímetro está marcado por dos
círculos de lajas.
Círculo A contemporáneo del B aunque algo más moderno, pero no se
abandona de inmediato el B que sigue recibiendo enterramientos por unos 40 años
más. En el “Círculo A” había 6 pozos, 3 de los cuales eran más grandes/profundos,
con ajuares más ostentosos que todos los del primer círculo. Contenían los
cuerpos de hombres y mujeres adultos, de niños y de recién nacidos. Se
desconoce su aspecto original debido a que 200 años después de su construcción
la zona fue removida para la ampliación de la Muralla de Micenas. Entre
las ofrendas había 5 Máscaras Funerarias en oro, entre las cuales estaría la
llamada “Máscara de Agamenón” (h.1550 a.C.), un cuerpo de oro, ornamentos y
pendientes, además de docenas de estoques largos de bronce, lanzas y cinco
puñales cortos fechadas cara el 1600
a .C.
En 1950 se encuentra fuera de las murallas (que son posteriores a los
círculos) el “Circulo B”, destrozado
en parte por un posterior “Tholos”,
menos rico que el anterior circulo pero +antiguo (h.1600 a.C.).
Se excavan entre 4-5m. de profundidad, después
se construyen sus paredes internas que son recubiertas con piedra o
barro/ladrillos hasta la altura de 1m. formándose muretes. Se crea un lecho de
piedrecillas y allí se deposita el cadáver y el ajuar. El conjunto se cierra
con ramas y madera sobre los muretes y se cubre de barro. En la partes
+superficial se descubrían restos de Cerámica y de Animales indica un banquete
con libaciones tras depositar el cadáver y cubrir el monumento, arrojándose los
restos sobre el túmulo. En algunos se coloca en la cima una Estela señalando el
monumento con relieves que son de las pocas muestras escultóricas de la
Civilización Micénica.
Plano del círculo de tumbas B. 1: Círculo de tumbas B, donde las
letras del alfabeto griego identifican cada una de las sepulturas 2: tumba de
Clitemnestra. 3: Otra tumba de cámara ubicada fuera del círculo
Círculo B. Este tipo de enterramiento es
extranjero, se han encontrado precedentes en Creta y Chipre, pero los más
antiguos proceden de Siria, donde posiblemente se originaron en principio. Este
círculo estaba situado extramuros de la de ciudad y es más antiguo que el Círculo
A, es mayor y contiene más tumbas, un total de 24, catorce de las cuales son
verdaderas fosas verticales.
La técnica de
realización de estas tumbas responde al sistema común de enterramientos del
área.
En el lecho rocoso se
excavaba un pozo rectangular, hasta que alcanzaba, aproximadamente los cuatro o
cinco metros de profundidad.
En una segunda fase se
realizaba un recubrimiento de las paredes interiores en mampostería, con
piedras pequeñas o con adobes, y cubrían el suelo con pequeños guijarros, en
una especie de gravilla media.
El cuerpo del difunto
se introducía en la fosa, posiblemente mediante cuerdas o con u sistema
de poleas, aunque se desconoce exactamente le procedimiento, en las
tumbas más ricas se cubrió la cara del fallecido con máscaras de metal, se
acompañaba de ajuar funerario proporcional a la importancia del fallecido.
El rito funerario
debía incorporar un banquete funerario o, al menos, un rito de libación, dado
que se han encontrado restos de copas y recipientes rotos. Su contenido pudiera
ser el vino, la leche y la miel.
Terminados los rituales
correspondientes se procedía a cerrar la fosa e indicar, en algunos casos, el
lugar con una estela.
La tumba es reutilizada
varias veces, dado que se han encontrados enterramientos múltiples en cada
fosa, sin embargo ignoramos el criterio de amortización de la fosa, si
era por la extinción del grupo familiar o lo marcaba un número desconocido de
cuerpos.
Sus Murallas posteriores a los círculos se tratan de una construcción
ciclópea (pueden alcanzar los 6 o 7 m. de espesor) con un espolón que protege
la puerta de la ciudad, estas estructuras junto con las armas halladas indica
que se trata de una Sociedad Guerrera.
Esquema de la ciudad de
Micenas, rodeada por la muralla ciclópea, la entrada se hacía a través de la
puerta de los leones. A la derecha se observa el círculo de tumbas y atrás el
Palacio de Agamenón.
La formidable muralla ciclópea de Micenas, de 13 metros de alto por 7
metros de espesor, rodea una superficie de aproximadamente 25.000 metros
cuadrados. Los micénicos inauguraron una nueva técnica de construcción, utilizaron
enormes piedras poligonales, de varias toneladas de peso y sin argamasa, las
cuales desplazaban utilizando rodillos y cuadrillas de braceros. Esta ciudadela
fortificada, situada en lo alto de una colina estaba reservada para el rey, su
familia, los nobles y su guardia personal. Los aldeanos habitaban fuera del
recinto amurallado, pero en caso de ataque se resguardaban dentro de los muros.
La formidable muralla ciclópea de Micenas, de 13
metros de alto por 7 metros de espesor, rodea una superficie de aproximadamente
25.000 metros cuadrados. Los micénicos inauguraron una nueva técnica de
construcción, utilizaron enormes piedras poligonales, de varias toneladas de
peso y sin argamasa, las cuales desplazaban utilizando rodillos y cuadrillas de
braceros. Esta ciudadela fortificada, situada en lo alto de una colina estaba
reservada para el rey, su familia, los nobles y su guardia personal. Los
aldeanos habitaban fuera del recinto amurallado, pero en caso de ataque se
resguardaban dentro de los muros.
Palacio de Micenas
En el recinto viven el Soberano, su Corte y su séquito, además de
artesanos conociéndose zonas de casas dónde sabemos se trabajaban el marfil por
hallarse fragmentos de este todavía sin trabajar. También hay una casa que
denominamos “Casa del Mercader de Aceite” con recipientes sellados listos para
su exportación. Otra casa la conocemos como “Casa del Granero” dónde se halló restos
carbonizados de grano/cereales, ya perteneciente esta a la última etapa de
Micenas, y donde se hallaría un tipo característico de Cerámico que se llamaría
“Vaso de Granero”.
En la parte más alta de Micenas, igual que en Tirinto o Pilos, se
halla el Palacio que se trata de una entidad independiente, asentados en la Cultura Micénica
de forma diferente a cómo se hacía en Creta, buscándose de forma más clara la
defensa del conjunto, además el Palacio tiene sus muros propios con un
perímetro defensivo a parte del resto de las edificaciones.
Las Casas se adaptan al declive
de la colina, normalmente son de un solo piso, pero en algún caso tiene dos,
sus tejados eran planos. En cuanto al Urbanismo es posible que como en la
cretense (Gurnia) nos encontramos con una comunicación entre las calles con
escalinatas en los lugares de más pendiente, además en Micenas había una estructura
coherente entre las diferentes partes además de contar con restos de
conducciones de agua, una de las cuales lleva a un lugar de aprovisionamiento o
cisterna. Las casas también se extienden por el exterior de la muralla donde
también se construye un cementerio de “Tholos” (ap. 1500 a .C.).
El Palacio en una
ciudad Micénica consta de una serie de habitaciones, donde una destaca
principalmente, aparecen puertas monumentales o “propileos”; un camino comunica
con un Patio al cual se abre un porche con dos columnas y al cual sigue otro
recinto alargado que en muchos casos dar acceso a habitaciones y que llega a la
sala del “Mégaron” cuadrada con cuatro columnas y un hogar en el centro.
El “Mégaron” era el
centro, núcleo o sala grande del palacio, podía tener una estructura amplia,
con un hogar central situado bajo un “pozo de luz” o abertura exterior en el
techo, rodeado de 4 columnas. El “Mégaron Micénico” se compone de una triple
estructura:
·
“Aithousa”
o pórtico exterior.
·
“Prodomo”:
o vestíbulo.
·
“Mégaron”
u hogar.
En torno al “Mégaron”
existían diferentes salas, apartamentos y palacios que podían irse construyendo
según las necesidades del momento.
La disposición es axial
con respecto a un eje de simetría, lo que los diferencia del supuesto caos Minoico;
esta estructura la veremos posteriormente en diferentes Edificaciones del Mundo
Griego, como en la planta de los Templos Griegos (naos, pronaos, epistodomus,
etc.), a pesar de la evidente diferencia de funciones.
El pavimento se basaba
en tierra batida a veces recubierta/pintada como los Minoicos. En Micenas,
Tirinto y Pilos nos encontramos con Pinturas en sus paredes con una temática
notablemente diferente a la de los Minoicos. Las paredes eran de
Mampostería/Madera e igual que en Creta nos encontramos con zócalos de piedra,
al igual que en las bases de las Columnas de madera para evitar la humedad. Las
cubriciones eran planas y en el caso del “Megaron” se elevaba sobre las cuatro
columnas que soportaban un techo sobre el hogar que estaba abierto.
Micenas revela aspectos generales de las
Ciudades Micénicas, a pesar de que no es la que mejor se conserva. En Tirinto
nos encontramos con una estructura similar con un máximo desarrollo entre 1350Ù1200 (dentro Micénico
Reciente) siendo destruida igual que Micenas.
Es en Tirinto dónde
mejor se puede observar la típica planta de una Ciudadela Micénica. Tirinto
tiene una disposición +alargada, llamándonos la atención todo su Recinto
Amurallado con elementos defensivos como las “Caramatas” con falsas bóvedas a
base de aproximación de hiladas; además de dobles líneas de muro
estratégicamente localizados con una defensas más recias que las de Micenas.
Los
micénicos adoptan el estilo minoico, pues ellos llegan “sin estilo”. Aparece una estela con espirales cicládicas,
de estilo minoico.
1.
Típica tumba de fosa, con las armas, la
cerámica...
2.
Ladrillos vidriados con jeroglíficos, que
permitirán, entre otras cosas, que Micenas sea conocida como “Micenas, rica en
oro”.
3.
Vaso de oro.
4.
Cabeza de oro, cuernos... típicos minoicos.
5.
Pendiente con forma de toro.
6.
Asa típica minoica.
7.
Detalles geométricos de tradición heládica, motivos
marinos... sometidos a la visión micénica, que ellos adoptan.
8.
“Cacería del león”: personajes minoicos, escena
micénica. Es una espada de lujo, no para la guerra.
9.
El círculo B apareció en los años 60. Sociedad
estratificada que se refleja en la orografía del plano de la ciudad.
10.
Plano de la ciudad de Micenas. La zona de
enterramiento se urbaniza y se hace plaza. Entrada en nudo, entrada defensiva,
el invasor se ve encajonado en la entrada. Puertas muy estrechas, para salidas
de urgencia. Hasta la Edad del Hierro las ciudades no se rodean enteramente por
murallas. No existen los asedios completos a una ciudad.
11.
Pareja ciclópea, colocación del nuevo micénico,
pues los bloques no se unen con ninguna masa, se sujetan por su mismo peso. Son
bloques que se amontonan aprovechando su peso. Los propios griegos lo
consideraban exagerado (hecho por los cíclopes).
12.
Las ruinas de Micenas estuvieron siempre a la
vista.
13.
Puerta de los Leones, a principios del s. XIX.
En 1827-29, en la expedición de Morea, se hace un inventario de Grecia, van
botánicos, topógrafos... En las excavaciones de Schliemann se comenzó a
despejar la puerta. La puerta, las tumbas, hacen que esto reciba el nombre de
micénico, que sea la cabeza (y no aqueo como los llamaba Homero). La escultura
de la puerta es una excepción, única muestra de escultura monumental. Está
tratada como un relieve. Columna con dos leones, se le llama triángulo de
descarga, que desplaza los pesos para que el dintel no se quiebre.
14.
Estructura de murallas, protectoras más que
contra otros príncipes, contra los dominados. Y se ve muy bien la estructura
del mégaron. Se ve muy bien también
en la literatura, unidad de todos los príncipes micénicos, se ve muy bien en la
boda de Helena y Menelao.
15.
A partir de 1500 se da un cambio de
enterramiento, la fosa por tumba de cámara. Vemos un ejemplo de cámara circular
con un largo pasillo de acceso y la entrada se tapia o se cierra con una
puerta, son colectivas.
16.
Ejemplo de un tholos, semiexcavado en el terreno. El acceso puede o no estar
oculto. La cámara se tapa con un túmulo sobre el nivel del suelo.
17.
Casi todas las tumbas han sido saqueadas, ya
desde la antigüedad. Incluso la de Atreo era visitada. Arco de descarga.
18.
Tumba de Atreo, concepto de espacio interior.
Estrellado con rosetas de bronce, apuntando en su cúpula.
TIRINTO.
En la mitología griega, se decía que la ciudad
tomó su nombre de Tirinto, un hijo de Argos y nieto de Zeus. La tradición
indicaba que los cíclopes, venidos desde Licia, habían amurallado la ciudad
cuando Preto se apoderó de ella. Entonces Tirinto, Midea y el Hereon formaban
parte del mismo reino, mientras Argos era controlado por Acrisio. El nieto de
este, Perseo, fundador de Micenas, intercambió Argos con Megapentes, hijo de Preto,
y así se convirtió en rey Tirinto. También se asocia la ciudad con Heracles:
al servicio de Euristeo, que reinaba en Tirinto, realizó los doce trabajos;
además se cuenta que despeñó a Ífito desde las murallas de la ciudad. Algunas
fuentes sitúan aquí su nacimiento.
En el Catálogo de las naves de la Ilíada
formaba parte de los territorios acaudillados por Diomedes, durante la Guerra
de Troya.
Tirinto estuvo habitada desde el Neolítico
(7º-4º milenio a. C.), lo que se ha constatado a través de restos de
cerámica. Al 3º milenio a. C., la Edad del Bronce temprana,
pertenecen los restos arquitectónicos más antiguos. Su época de apogeo coincide
con el de la civilización micénica, a partir del año 1600 a. C.,
especialmente entre el 1400 y el 1200 a. C.
El lugar llegó a su declive con el fin del
período micénico, puesto que en torno a 1200 a. C. fue destruido por
el fuego, probablemente a causa de un terremoto, aunque hay indicios de que
quizá hasta el año 1050 a. C. mantuvo asentamientos en la parte baja.
En el periodo clásico es citada entre las
ciudades que aportó soldados en la batalla de Platea, hasta que después de las
Guerras Médicas fue destruido, al igual que Micenas, por un ejército de Argos,
que pretendía así aumentar su poder en la zona. Parte de sus habitantes
aumentaron la población de Argos y otros se refugiaron en Epidauro, en
Hermione y en Halias. Pausanias visitó sus ruinas en el siglo
II a. C.
Plano de Tirinto. 1-Gran rampa de acceso 2-Puerta principal
3-Galerías 4-Propileos 5-Patio central 6- Megaron 7-Escalinata y bastión oeste
8-Acrópolis media 9-Acrópolis inferior
Ciudad
colocada sobre un espolón rocoso que apenas sobresale del nivel del suelo.
Tirinto fue llamada “la de los maravillosos muros” por sus grandes muros, de
algunos se conservan 8 m. de altura.
El mégaron y las casas de los principales
están protegidas formando una ciudadela. Y luego está la ciudad baja (rica
estratigráficamente, se llega hasta la Prehistoria).
Se da la
disposición de pasillo izquierda-derecha para obligar a que el enemigo se
muestre sin la protección del escudo.
Para
llegar hasta el mégaron principal hay
que atravesar puertas y propíleos.
Del mégaron va a salir el modelo de templo clásico. Dos
columnas en la entrada, dos habitaciones antes de llegar al mégaron propiamente dicho, donde se encontraba
el trono. El suelo tiene pintados pulpos, delfines y motivos geométricos.
El Palacio de Tirinto
al igual que en Micenas está en lo alto y en él volvemos a la disposición axial
al “Megaron” como salón principal. Pero la disposición aquí es más compleja con
una secuencia de 2º defensa y progresivamente a medida que se acerca al palacio
entramos en espacios más amplios hasta llegar al Porche/Vestíbulo y al Salón
del Trono con canalizaciones con vasijas que indican libaciones.
En Tirinto nos encontramos
con una serie de Casas que son más antiguas que el propio Palacio
Palacio de Tirinto con
escenas de caza de jabalíes. Museo Arqueológico de Atenas S XIII a. C.
Planta y
corte transversal del megaron (el salón señorial, o salón del trono) del Palacio
de Tirinto.
PILOS.
En el
extremo sudoeste del Peloponeso, en la
arenosa Pilos de Homero, se alzaba el palacio de Néstor, en medio de uno de
los más sorprendentes conjuntos palaciales micénicos. Situado en una colina
cercana al mar, el conjunto de Pilos contaba ya con un buen número de
edificaciones antes de construir el mégaron
según un patrón similar al de Tirinto.
En Pilos, destruida cara 1200 a .C., está bastante
bien conservada la zona central del Palacio.
A través
de un propíleo, con una sola columna por fachada en este caso, se penetra en un
patio transversal que conduce a las diferentes habitaciones del conjunto. Antes
de trasponer esta entrada, se hallan dos habitaciones pequeñas que hacían las
veces de archivo real; en él se encontraron más de mil tablillas de Lineal B de barro; éste fue cocido por
el incendio que acabó con el palacio y conservó, casualmente una enorme
cantidad de datos sobre la economía y la administración micénicas.
Palacio de Pilos con el
Mégaron en el centro
Al cruzar
el patio y siguiendo el eje del propíleo, se accede al palacio. Un porche
columnado y un vestíbulo preceden a la habitación principal, el mégaron propiamente dicho. El piso
superior de éste se hallaba sostenido por cuatro columnas, cuyas 60 tenues
estrías o acanaladuras han dejado su huella en el pavimento de tierra batida. A
uno de los lados se encontraba el trono, en un sitial preparado al efecto, y
junto a él un canalillo abierto en el suelo permitía hacer libaciones sobre
unas jarras enterradas.
Hay un
gran muro de aterrazamiento, es una obra de contención de tierras pues Pilos no
tiene murallas.
Este resto
arqueológico ha permitido constatar el uso del salón del trono también como
santuario. Los ritos practicados en él estarían ligados a la figura del
príncipe aqueo, sacerdote además de jefe militar. Tanto el suelo como las
paredes se hallaban recubiertos con pintura de vivos colores. Los abundantes
restos que han quedado de ella revelan una decoración a la minoica del palacio. En el centro de la habitación se ha
encontrado la base del hogar o eschara,
de tierra batida y rehecha en cinco ocasiones, pintada con motivos de espirales
enlazadas y triángulos curvos, a modo de llamas. Desde el vestíbulo, en las
paredes laterales se abren sendas puertas que permiten el acceso a las
habitaciones, almacenes, cocinas y escaleras para subir al piso superior. En
una de estas habitaciones se ha conservado una bañera de terracota, decorada
con espirales y a la que se accedía con la ayuda de un escalón de tierra
batida. La sala del baño se ajusta enormemente, al igual que el resto del
palacio, a la narración de la acogida dispensada a Telémaco en su visita a
Pilos. Las habitaciones de alrededor formaban parte de un conjunto llamado el mégaron de la reina por las similitudes
que guarda con las alas domésticas de los palacios minoicos, con los que hubo
unos contactos que han dejado sus huellas en las partes más antiguas de Pilos,
contemporáneas de la etapa micénica de Cnosos.
En las
interesantes escenas de pintura, los guerreros micénicos luchan con bárbaros
vestidos con pieles y armados sólo de lanzas y espadas.
El micénico
aporta el combate a caballo y con carros. Los carros son de estructura ligera,
de mimbre y cuero. Las ruedas tienen unos radios muy finos, pero son
resistentes. Van dos, uno conduce y otro combate o caza.
Las Tumbas tipo “Tholos”
En cuanto a los Enterramientos
tras los “Círculos de Tumbas” (+-1600-1550 a.C. –en “Micénico Antiguo”-) ya
comentados, como los “A y B” de Micenas, pasamos a las Tumbas tipo “Tholos”,
las más destacadas las encontramos en Micenas correspondiendo al Micénico Medio-Reciente
(+-1380 a .C.),
destacando sobre todo la que conocemos con el nombre de “Tesoro de Atreo” (terminado antes del 1300 a .C. –“Minoico
Reciente”-), además de la de “Clitemnestra” (al lado del “Círculo B”), la de
“Egisto” y la del “León”.
Los “Tholos” se empiezan
a construirse en Grecia +-1500
a .C., también se llaman “Tumbas de Colmena” y se diferenciarían de las tumbas de fosa
vertical. Pueden indicar un nuevo asentamiento de gentes o al menos un cambio
en la Sociedad distinta a la que dominaba con anterioridad caracterizada por la
“Tumbas de Fosa Vertical”, en relación con la Mitología que habla de la
sustitución de los Perseidas por los Pelópidas.
Los “Tholos” se basan
en construcciones circulares, 1º se excavan en lugares rocosos próximas a una
ladera, parte de la estructura está excavada en la roca. Están precedidas por
un largo corredor y en algunos casos hay una Cámara Funeraria troncopiramidal
excavada en la roca, en la “Tumba de Atreo” hay una pasillo y un vestíbulo
troncipiramidal y otra cámara, pero esto no es frecuente.
La cámara sepulcral se halla, por lo general,
excavada en la roca y recubiertos sus muros por hiladas de piedra que, poco a
poco, van estrechando el diámetro interior hasta cerrarse en lo alto, formando
así la llamada falsa cúpula. Al principio, los sillares de piedra están
desgastados groseramente y son de dimensiones reducidas; poco a poco irán
aumentando de tamaño así como de calidad de labra hasta convertirse en
perfectos sillares, bien escuadrados y de aristas redondeadas. Con estos
bloques, algunos de un peso de varias toneladas, se revisten las paredes del
dromos y de la cámara funeraria. El corredor, a cielo abierto y de trazado
horizontal, finaliza en un muro en el que se abre la entrada a la tumba o
stomion, a modo de una fachada palaciega o como una puerta monumental de
muralla, con el característico triángulo de descarga sobre el dintel y restos
de decoración pictórica y de relieves.
La cámara funeraria suele presentar un perfil troncocónico muy particular, en
forma de colmena, con las caras de los sillares enrasados y muy bien ajustados.
Para evitar su derrumbe, muy normal en los thóloi construidos en una llanura,
tal como ocurrió en muchos de los que se han excavado en Mesenia y Laconia, los
arquitectos micénicos excavaban en la roca la parte inferior de la cámara,
mientras que su zona superior, sobresaliente del contorno de la colina, se
recubría con un montículo artificial limitado por unos muretes de piedra. Para
Pausanias, uno de los principales lugares de interés, comparable a las
pirámides de Egipto, era el thólos de Minias, en Orcómenos, que describe como
"una de las mayores maravillas de Grecia y del mundo: Está construida de
piedra; su forma es circular, pero la parte superior no sobresale demasiado;
dicen que la piedra de la parte superior es una piedra angular que mantiene
toda la estructura en su sitio". Evidentemente, Pausanias conoce la
arquitectura romana, donde el arco y la bóveda no se sostienen sin la dovela
clave que cierra su trazado, pero éste no es el caso de las cúpulas micénicas,
cuyo peso se descarga verticalmente.
El grupo más importante y completo de thóloi se encuentra en Micenas. Su estudio ha permitido fijar las etapas de la evolución tipológica y de las técnicas de construcción. De todos ellos, el más completo e impresionante es el llamado Tesoro de Atreo, pues ya en la Antigüedad se podía visitar y era interpretado como lugar de almacenamiento de las riquezas de los príncipes. La visita de este colosal complejo sigue siendo hoy día uno de los momentos culminantes en un viaje a Micenas, a pesar de su desnudez, por estar desprovisto de todos los elementos que decoraban su fachada y el interior de la cámara. El dromos es extremadamente largo, unos 36 m por 6 m de ancho.
El grupo más importante y completo de thóloi se encuentra en Micenas. Su estudio ha permitido fijar las etapas de la evolución tipológica y de las técnicas de construcción. De todos ellos, el más completo e impresionante es el llamado Tesoro de Atreo, pues ya en la Antigüedad se podía visitar y era interpretado como lugar de almacenamiento de las riquezas de los príncipes. La visita de este colosal complejo sigue siendo hoy día uno de los momentos culminantes en un viaje a Micenas, a pesar de su desnudez, por estar desprovisto de todos los elementos que decoraban su fachada y el interior de la cámara. El dromos es extremadamente largo, unos 36 m por 6 m de ancho.
En el punto de encuentro del dromos con la
fachada, los muros del corredor alcanzan los 14 m de altura. El vano de la
puerta, de forma trapezoidal, es también enorme: 5,4 x 2,6 m y da acceso al
stomion o pasillo interior, cubierto por dos enormes dinteles de piedra, de 1 m
de espesor y un peso aproximado de 120 toneladas el mayor de ellos. El bloque
interior, de 8 x 5 m, presenta su cara lateral tallada siguiendo el contorno
circular de la cámara; ésta se compone de 33 hiladas de piedra hasta alcanzar
unos 14 m de altura, la misma dimensión de su diámetro. En un lado de la cámara
se abre una portezuela que da a una reducida habitación excavada en la roca, la
cámara sepulcral propiamente dicha. Por encima de la cúpula, varias capas de
arcilla apisonada impermeabilizan el conjunto, encima de éste se amontonó
tierra hasta formar un montículo de unos 18 m de altura.
La decoración de la cúpula consistía en una
serie de rosetas de bronce clavadas, imitando el cielo tachonado de estrellas.
La fachada exterior de la entrada conservaba aún restos de su decoración,
retirados ya en el siglo XIX y guardados en el Museo Nacional de Atenas y en el
Museo Británico. Consistía en dos enormes semicolumnas con relieves en el
fuste, de piedra roja y verde, además de placas labradas con toros y motivos
geométricos, utilizadas para ocultar el triángulo de descarga sobre el dintel.
El vano de la entrada se cerraba con grandes puertas de madera forradas con
planchas de bronce, de las que nada ha quedado salvo huellas de sus goznes y
fallebas. Esta tumba fue contemporánea de la Puerta de los Leones, hacia 1250.
El tholos más moderno de Micenas es el llamado
de Clitemnestra, para algunos la tumba del propio Agamenón, fechada hacia 1220,
más o menos la fecha que corresponde al regreso de éste tras su intervención en
la Guerra de Troya. Algo más pequeño que el tholos de Atreo, se conservó
intacto hasta los primeros años del siglo XIX cuando, tras su accidentado
descubrimiento, comenzó su ruina hasta su restauración en 1951. En la entrada
aún conserva las basas de las semicolumnas que decoraban las jambas; en piedra
roja, presenta acanaladuras con aristas, probable precedente de las estrías de
las columnas dóricas posteriores.
La tradición oral que narra el descubrimiento fortuito de la tumba por un campesino, habla de los tesoros hallados en ella y confiscados por el pachá turco de Nauplion, "con los que se cargó reata de 90 mulos", entre objetos de oro, armas y vasos cerámicos. Al margen de la casi segura exageración de la noticia, algunos thóloi llegaron intactos hasta el momento de su excavación y han proporcionado ricos ajuares, tales como las tumbas de Prosimna, Dendra o la de Pitos, los cuales nos han permitido imaginar lo que habrían contenido los tesoros de Micenas, "la rica en oro", como gustaba de decir Homero. Como conclusión, se puede decir que la arquitectura micénica no resultó ser demasiado original, pues todos sus edificios y realizaciones cuentan con antecedentes y paralelos tanto en el Egeo y Anatolia como en el mundo minoico. Pero la calidad del trabajo así como su monumentalidad, la sitúan en un lugar destacado dentro de la arquitectura mediterránea del Bronce Final, con su momento de apogeo entre 1300 y 1220. Coincide, por tanto, con el esplendor del poderío micénico, poco antes de su destrucción a manos de los Pueblos del Mar, ya en el siglo siguiente.
La tradición oral que narra el descubrimiento fortuito de la tumba por un campesino, habla de los tesoros hallados en ella y confiscados por el pachá turco de Nauplion, "con los que se cargó reata de 90 mulos", entre objetos de oro, armas y vasos cerámicos. Al margen de la casi segura exageración de la noticia, algunos thóloi llegaron intactos hasta el momento de su excavación y han proporcionado ricos ajuares, tales como las tumbas de Prosimna, Dendra o la de Pitos, los cuales nos han permitido imaginar lo que habrían contenido los tesoros de Micenas, "la rica en oro", como gustaba de decir Homero. Como conclusión, se puede decir que la arquitectura micénica no resultó ser demasiado original, pues todos sus edificios y realizaciones cuentan con antecedentes y paralelos tanto en el Egeo y Anatolia como en el mundo minoico. Pero la calidad del trabajo así como su monumentalidad, la sitúan en un lugar destacado dentro de la arquitectura mediterránea del Bronce Final, con su momento de apogeo entre 1300 y 1220. Coincide, por tanto, con el esplendor del poderío micénico, poco antes de su destrucción a manos de los Pueblos del Mar, ya en el siglo siguiente.
Además se hallarían
ajuares que indicando la alta condición social de los difuntos al igual que los
enterrados en las tumbas reales de Fosa Vertical. Otras Tumbas Excavadas en
Rocas, con un ajuar menos notable, pertenecerían en cambio a clases sociales
más inferiores.
En la Puerta de Acceso
hay un Bloque Adintelado con un gran bloque y un triángulo de descarga sobre él
realizada de la misma forma que el anillo de la cúpula interna. El tamaño de
sus bloques indica una gran técnica.
J. Wace destacaría
varios elementos en un “Tholos”:
Ø
“Dromos”: sendero inclinado que conducía
desde el nivel natural de la superficie del suelo a la puerta del monumento
funerario. Llegó a estar revestido de un conglomerado o de piedra. El “dromos” del “Tesoro de Atreo” tiene una
gran longitud (36m.) y está profusamente ornamentado de piedra.
Ø
“Stominon”: profunda entrada que conduce
al interior de la cámara. Se construye con grandes bloques de piedra y tienen,
por lo general, ornamentada su fachada con bloques de conglomerado, es así
donde se desarrollaría el triángulos de descarga como el de la “Tumba de Atreo” o el de la “Tumba de Clitemnestra” (en la foto).
Ø
“Cámara”: zona interior del
“Tholos”, era el recinto funerario propiamente dicho con una forma de colmena
formado totalmente de bloques de sillar, pero sobre espacio ya se habló antes.
Ø
A
veces estas estructuras estaban rodeados de un Círculo de Piedras o “Krepis” a fin de mantener la tierra en
su lugar o por un miro que lo rodeaba o “Períbolos” formando un recinto oval
que recuerda bastante a los Círculos Funerarios de Micenas.
Tholos de
Atreo
Pero los “Tholos” no solo los vemos en Micenas,
también en Orcómenos o en Pilos.
Escultura
En cuanto a la Escultura
hay diferencias respecto los Minoicos pero al igual que con ellos hay una falta
de Escultura Monumental en Bulto Redondo, pero si tenemos la “Puerta de los
Leones” (s.XIII a.C.), con un estructura simétrica y con una columna central
semejante al estilo minoico que representa posiblemente a una Diosa Madre.
Tenemos también
muestras de Relieves que provienen en gran manera de los “Círculos de Tumbas”
de Micenas. Estas estelas son lajas de piedra de entre 1,05m. y 1,80m. de
altura esculpidas de una forma rudimentaria. Están decoradas con motivos
geométricos con predominio de las espirales además de representaciones
novedosas (respecto los Minoicos) como el Carro, que aparece aquí por 1ª vez y
que son asimilados a los Aqueos que entraran hacia el 2000 a .C. en Grecia, son
semejantes a unas varas largas y significa la Domesticación del
Caballo que vemos ahora. Además hay representaciones de Cacería, muy frecuentes
tanto en Relieve/Pintura o de Guerras mostrando una diferencia de gustos
respecto los Minoicos además de Elementos Geométricos hacia una constante
Geometrización.
En estas Estelas a
veces las representaciones están organizadas en franjas paralelas horizontales,
evitando el fondo natural y tratando la figura como una silueta claramente
definida por medio del aislamiento.
En barro nos encontramos con una Cabeza
estucada y pintada procedente de Micenas, también de terracota es el conjunto
llamado las “Diosas de Keos”, alrededor de 15 figuras de terracota, algunas de
tamaño natural coronadas con palomas o con cuernos, proceden del santuario de
“Hagia Eirene” en Keos.
También trabajaban el
Marfil representando a divinidades representando a la “Tríada
Tierra/Fecundidad” de dos diosas y un pequeño dios. Lo que si vemos son
pervivencias del Traje Femenino Minoico además de otros elementos de lujo. Pero
lo más característico es representaciones de Barro son Idolillos sintetizados
al máximo prácticamente planos y escuetos en su tratamiento con una cabeza
aplastada similar a la de un pájaro, sobre esta superficie plano destacan los
pechos, son propios del Último Micénico (1380Ù1120/1100).
Cerámica
En Cerámica nos
encontramos con determinados tipos Cerámicos formándose a partir principalmente
de 3 influencias:
Ø
La
Tradición Cerámica Miniana (por ser hallada por 1º vez en Orcómenos) existente
en el continente griego.
Ø
La
Cerámica Minoica que se llamaría “estilo del Palacio” (s.XV a.C.).
Ø
La
Cerámica Cicládica y de Chipre.
La “Cerámica Miniana” del
Heládico Medio (1900Ù1600
a.C.), está relacionada con el Norte pero tiene mucha difusión llegando a
lugares alejados del continente como Troya VI. Esta cerámica “Miniana” tiene un
aspecto gris y tacto jabonoso con formas relacionados con los posteriores
“Kylix” y con cántaros de asas elevadas, destaca su factura y su gran dureza
aportando un aspecto pétreo, casi metálico siendo posiblemente recipientes
metálicos sus modelos, lo que indica que en el Heládico Medio conocían bien las
artes del metal.
En el “estilo de Palacio”
(+-s.XIV a.C.) se decora el vaso con una división por zonas con mezcla de
motivos, divide la zonas horizontales de la panza en frisos e incluye en la
ornamentación todas las partes accesorias. Da mucha importancia a los motivos
florales, a veces recargados y muy estilizados. Solo aparece en grandes
ciudades.
A partir de “Heládico
Reciente I-II” (a p.1600 a.) aparece una producción Cerámica que podríamos
considerar propiamente Micénica posiblemente debido a la continua producción de
Cerámica que obligaba al Comercio y a la Exportación. Es una Cerámica de dibujo
negro sobre una arcilla clara, con un naturalismo estilizado que permanece
durante casi dos siglos en los límites del gusto perfecto.
Otro grupo en es de la
“Cerámica de Egina” con decoraciones geométricas, reticuladas y de círculos con
un tamaño medio.
Ya propios del Período Micénico en el Heládico
Tardío (a p.1600 a.C.), el 1º se llama “Estilo de Palacio” común en Creta,
también nos hallamos con Vasos importados de decoraciones Naturalista
Floral/Marina procedentes de Creta, además de imitaciones locales.
En el Heládico Final (SS.XIVÙXIII a.C.) hay otros tipos
de Vasos correspondientes al Micénico Medio Reciente. En cuanto a la decoración nos encontramos con el
Estilo de Metopas con división horizontal que acogen una decoración de motivos
tomados de la Cultura
Minoica. Los vasos se hacen +redondos perdiendo su aspecto
estilizado, con picos vertederos descentrados.
En la última época de los Reinos Micénicos
surge un estilo Cerámico con técnicas/tipología/decoración que caracteriza
ciertas deficiencias debido a la producción masiva obligada por las intensas relaciones
comerciales. Así la cocción de los vasos es insuficiente y las formas más limitadas
obedeciendo a las formas +comercializadas como portadoras de materias primas.
En la Decoración/Pintura de los Vasos aparecen
varias tendencias:
Ø
El
“Estilo Granero” encontrada por vez
1ª en el granero de Micenas, son en su mayoría tazones y jarras decorados con
pinturas en franjas negras o líneas onduladas sobre un fondo además de
representaciones con Círculos. Este tipo de Cerámica se encuentra en casi todos
los niveles de destrucción de Grecia (Pilo, Acrópolis de Atenas, Troya, Tarso y
Micenas).
Ø
“Estilo Tupido” (o “estilo Cerrado”)
caracterizado por una decoración que cubre toda la Cerámica con motivos
florales/marinos de clara tradición antigua de modelos Minoicos pero de forma
cada vez más esquemática con como los pulpos reducidos a su mínima expresión.
Ø
Otro
estilo es el “Estilo Pictórico”, con
representaciones típicas de los Micénicos como figuras humanas/caballos, estas
representaciones tras el lapsus del S.VIII a.C. nos las volvemos a encontrar.
Uno de los ejemplos es
la llamada “Copa de Champán”, un “Kilyx” o Copa Micénica del s.XIII a.C.
decorada con motivos Marinos muy Geométrica de un pulpo. O el “Cubilete” de los
cuales hay muchos y semejan vasos de metal inspirándose seguramente en piezas
metálicas. De ya el final del período es la “Crátera de los Guerreros” donde vemos a una fila de guerreros con dos
tipos de yelmo diferente.
Pintura
En cuanto a la Pintura
hay similitudes con los Minoicos, subsidiarios de una misma técnica/temática:
pintura al fresco, perfilidad, procesiones femeninas, salto del toro,
danzantes, etc., todo con unas características semejantes a las de Creta,
repitiéndose el Vestuario Femenino pero con peinados +complejos. Pero es que
los ejemplares +antiguos de la Pintura Micénica parecen tratarse de obras de
artesanos procedentes de Creta que trabajaran para los príncipes/potentados
micénicos.
Pero hay elementos
propios Micénicos, como un mayor trazado de los perfiles con una carácter más dibujístico/marcado,
además de un tratamiento más estereotipado/-vital, además las representaciones
aparecen enmarcadas. Hay representaciones propias de la Sociedad Micénica
también presente en otros materiales como las escenas de Guerra/Cacería
(escasas o inexistentes en Creta), Carros en procesiones como en los Relieves
del “Círculo A” de Micenas.
El colorido es bastante
+atrevido que el difuminado color Minoico, utilizándose el rojos y el azul,
aunque también son frecuentes el naranja, rosa, el blanco, el amarillo, el
negro y el marrón claro, el verde es menos frecuente.
Estas manifestaciones
igual que en Creta se hallan sobre todo en los Palacios, desde las más antiguas
en Tebas (“Damas Oferentes”) hasta Tirinto o Pilos con temas de luchas entre
micénicos y salvajes, de Banquetes o
Desfiles Rituales con misteriosas cabezas de asno.
En Pilos se hallaría
una representación de un “Tañedor de Lira” que algunos identifican con Orfeo.
En Tirinto hay bellas decoraciones de Damas Oferentes casi de tamaño natural,
dónde apreciamos cómo el conjunto se enmarca en un marco.
Artes Menores
En cuanto a las Artes
Menores hay variedad de materiales, como adornos encontramos en los Ajuares de
los Enterramientos en Materiales Preciosos como oro/plata (“Máscara Agamenón”
(h.1550 a.C. al igual que las otras máscaras) siendo la Orfebrería en donde los
Micénicos consiguen sus más perfectas manifestaciones, con un gusto por el lujo
muy próximo al Minoico con Técnicas de Trabajo semejantes, pensándose en
Artesanos Minoicos que son trasladados al Continente en el momento en que Creta
cae bajo el control de Micenas (tras destrucción de los segundos Palacios h.1600-1625 a .C.
inicia declive y en 1300 a .C.
hay en Creta notables edificaciones Micénicas) instruyendo a otros.
Pero algunos materiales
son propiamente Micénicos como las Máscaras Funerarias, de las cuales la más
famosa en la “Máscara de Agamenón” (1550 a .C.) de exquisito repujado imitando los
pelos de su bigote/barba/cejas, que aparecen en los Círculos de Tumbas y
posiblemente realizadas sobre el propio rostro del difunto. Las hay muy
antiguas, las más tempranas del más del 1500 a .C. en una época en que no existía
ninguna relación con los Minoicos y que por lo tanto responde a tradiciones
propias.
También a un ámbito
específico son una serie de Copas Metálicas en relación con la “Cerámica
Miniana” del Heládico Medio (1900-1600 a .C.). Además de Armas como
espadas/puñales/dagas a caballa entre lo Minoico y lo más propiamente Micénico
usando de la técnica del Damasquinado con incrustaciones de materiales
preciosos sobre otro material no-precioso como el bronce (muy caro, “Puñal de
Pilos”) o el hierro, con un especial desarrollo en la Cultura Micénica
Continental pero con una temática en los adornos de nuevo deudora de los
Minoicos (pulpos), junto con otros motivos +propiamente Micénicos como las
cacerías, pero en cualquier caso las formas son más sintéticas/geométricas
respondiendo a una idiosincrasia Micénica.
También se encontraría
un Puñal en Bronce en la Tumba de Pozo del “Círculo A” de Micenas (h.1550 a.C.)
con incrustaciones de oro/palta y “niello” y que presenta una escena de unos
hombres cazando leones con lanzas/arcos/flechas protegidos por los escudos en
forma de “8”
descritos por Homero.
El Oro es también se
usa en finas láminas en repujado para los pomos de las espadas, y por supuesto
en Joyas y Adornos tanto masculinos/femeninos como Diademas con Círculos, o
Sellos/Anillos al igual que los Minoicos. También realizaban Cajas con cuerpo
de madera y placas exteriores.
Es un caso excepcional
la “Armadura de Dendra” (se encontró en una tumba de cámara en Dendra)
compuesta por varias piezas en placas de bronce trabajadas independientemente y
unidas después por medio de tiras de cuero y completada con colmillos de
jabalí, tiene protector cuello, casco con carrilleras, faldón consistente en
tres placas delante y detrás, también se hallaron quijeras de bronce, dos
grebas y un solo brazal que completaban el equipo. Su apariencia incómoda y
pesada desmiente su sofisticada concepción.
Casi todas las
Representaciones Artísticas de la Cultura Micénica corresponden al S.XIII a.C.
como el momento cumbre de la Civilización Micénica (en el S.XV a.C. todavía
actúa como una “provincia minoica” en materia cultural), correspondiendo con el
momento de ampliación de Micenas y la construcción de la “Puerta de los
Leones”, tras esto a mediados del S.XIII a.C. se aprecian en la estación
niveles de destrucción tanto aquí, en Micenas como en otras ciudades Micénicas
como Tirinto.
Tiempos de cambio S.XIII al X
Alrededor de 1250 a .C. la estructura
defensiva de Micenas se reforzó, en este momento se construyen otras ciudades
como la de Gla o la de la Acrópolis de Atenas. Se aprecia por lo tanto en
las armas y en la técnica de defensa un afán por la defensa en un momento de
inestabilidad/peligrosidad. Los datos extraídos de Pilo, parecen comunicarnos
que se estaba preparando para un ataque por mar.
Tras la destrucción a
mitad S.XIII a.C. las Ciudades se reconstruyen y siguen funcionando, pero a
finales S.XIII a.C. se documenta otra catástrofe que afecta tanto a los centros
mayores/secundarios. Esta catástrofe generalizada marca el final de los
Palacios Micénicos que no se vuelven a reconstruir con un Hundimiento
Económico-Social. Los causantes pueden ser las Invasiones Dorias, los “Pueblos
del Mar” o “Dorios” o problemas en la Administración con Agitaciones Internas, o es
posible que confluyeran varios factores.
En cuanto a las consecuencias:
Ø
La
ruptura por varios siglos de Grecia con Próximo Oriente, produce un aislamiento
y el Continente Griego retorna a una forma de Economía puramente
Agrícola/Ganadera.
Ø
Decadencia
del Sistema Mercantil y las Relaciones Comerciales desapareciendo las
divisiones del trabajo y la mano de obras servil en la producción.
Ø
Se
derrumba el Sistema Burocrático/Administrativo del Palacio. Además desaparece
el término “Wanax”, reemplazado por
el de “Basileus” de carácter más local.
Ø
Desaparece
la Escritura ,
volviendo de mano de los fenicios hacia el 700 a.C., ya convertida en escritura
fonética y no limitada a la clase de los escribas ni a la Administración Palaciega ,
sino que sería de toda la comunidad y su uso se haría extensivo a todos los
aspectos de la vida griega.
Comienzan los “Siglos Oscuros” que van desde 1184
(fecha tradicional destrucción de Troya) al 776 (Primeras Olimpiadas). De esta etapa
desconocemos los tipos de yacimientos que había, apreciamos una paralización y un
paulatino agotamiento en las Civilizaciones del Egeo de momentos anteriores.
Podemos establecer 2
etapas:
I.
“Sub-Micénico” s. XII
al X a.C.:
Caracteriza por materiales escasos y por la disgregación de la herencia
Micénica. Además se producen una serie de Movimientos Migratorios.
II.
S. X al IX a.C.: Caracteriza por la
paulatina renovación patente en los materiales con una evolución paulatina de la Cerámica , además vuelve a
aparecer la Estatuaria
y una Vajilla de Bronce además de Edificios de cierto carácter significativo.
Términos empleados para
denominar a los siglos comprendidos entre la civilización micénica y el periodo
geométrico:
- Edad Media Griega
- Edad Heroica
- Edad Oscura (atendiendo a la falta de datos para conocer esta etapa
En las fuentes literarias
antiguas falta una conciencia clara de que los siglos posteriores al fin del
mundo micénico hubieran sido sombríos. Entre las fuentes literarias podemos
citar a Homero, Hesiodo y Tucídides.
Entre la caída del mundo micénico, hacia el 1200, y el inicio del
arcaísmo griego, en el siglo VIII a.C., se produce un periodo que ha sido
llamado por los historiadores Edad Oscura o Siglos Oscuros. La denominación se
debe, ante todo, a que carecemos de documentación que nos permita conocer con
exactitud este periodo de la historia griega.
No poseemos fuentes escritas, puesto que, con la caída de los
palacios y la administración que utilizaba la escritura, ésta desapareció.
Aunque, claro está, esta oscuridad es cada vez menor. Las fuentes arqueológicas
nos han proporcionado en los últimos años una amplia cantidad de datos, hasta
el punto que muchos son los que consideran que esa etiqueta de “Siglos Oscuros”
ya no tiene lógica alguna, y que tan solo viene a confundir. Muchos son partidarios
de llamarlo Medievo griego o Época homérica.
Pese a todo, seguir una línea cronológica de este periodo es
difícil, en cuanto que su estudio parte de lo que conocemos del siglo VIII. Es
decir, sabemos que en Grecia, en ese siglo, están conformadas las póleis, sus
instituciones, y una aristocracia que las domina.
Está ideado el alfabeto, y es el momento en que se pusieron por
escrito los poemas homéricos, y cuando escribe Hesiodo sus obras. ¿Cómo surgió
todo esto? Es evidente que se fue forjando a lo largo de estos siglos de oscuridad
–ahora ya más alumbrados-. Por tanto, la cuestión es conocer este proceso de
surgimiento, desde la caída del mundo micénico hasta el siglo VIII, en donde la
obra homérica –conformada oralmente en este periodo- puede resultar de gran
ayuda.
¿Continuidad o ruptura?
La Época oscura está caracterizada, por una parte, por una ruptura
respecto al mundo micénico –no hay duda-, pero por otro lado no podemos
concebir que esta fuera total, sino que la cultura micénica, en muchos
aspectos, se mantuvo a lo largo de estos siglos, evolucionando, y dando lugar a
la cultura griega clásica –mucho mejor conocida-. Nada se mitos. Convirtieron a los antiguos reyes, en los héroes de
las leyendas.
En general, la crisis del 1200 a.C. afectó a todo
el territorio heleno, especialmente a la zona continental, no todo el
territorio se vio afectado de la misma forma. Hubo lugares en donde se intentó
la recuperación de los palacios, otros que tuvieron una continuación
poblacional, mientras que la mayoría de los centros políticos cayeron y fueron abandonados.
A finales del Heládico Reciente, se observa que en
el Peloponeso existe una caída generalizada de los centros de poder, y la
arqueología muestra una paralización de la actividad de la gran mayoría de los
asentamientos. Es el caso de Micenas, que fue abandonada de por vida, y ni
siquiera en los siglos siguientes se produjo una nueva ocupación. Solo unos
cuantos asentamientos del Peloponeso parecen presentar una continuidad. La
ruptura quizás fue mayor ante la presión doria –lo veremos más adelante-. Por
tanto, se produjo un abandono del territorio, cuyos habitantes migraron hacia
el Este, y, posteriormente, una progresiva ocupación doria del Peloponeso.
Por el contrario, regiones como el Ática, Élide,
Argólide, y otros lugares del Norte, salvo en Tesalia, parece que hubo una
mayor continuidad de la población. El caso más evidente es el de Atenas. Sin
embargo, la supervivencia de estas poblaciones, en general, se caracterizó por
un empobrecimiento de la cultura micénica, la cual es denominada ahora como
submicénica. Ello se observa bien en la cerámica –que suele ser el fósil
director para denotar los cambios-. Así, de la cerámica submicénica –del siglo
XIII al XI a.C.- se pasó a la llamada cerámica protogeométrica –S. XI-IX-, para
evolucionar a la geométrica a partir del siglo IX -llamada así por la
decoración geométrica de éstas-.
Lo que desde luego no sobrevivió, en ningún caso,
fue la pirámide social, la estructura económica, el sistema político, y la
escritura -el lineal B-. Ésta última se perdió hasta tal punto que ni siquiera
en los poemas homéricos aparece mencionada, más allá de una sola vez en la
Iliada: “Eludía matarlo, pues sentía escrúpulos en su ánimo; pero lo envió a
Licia y le entregó luctuosos signos, mortíferos la mayoría, que había grabado
en una tablilla doble…”, (Iliada VI, 167-170). Estos “luctuosos signos”
quizás estén haciendo referencia al lineal B, solo conocido por los miembros de
la administración en época micénica, y que eran desconocidos para el resto de
la población. Aún con todo, tampoco podemos estar seguros si es un recuerdo de
dicha escritura.
Las migraciones: panorama
lingüístico
La consecuencia más palpable de esta crisis fue una
serie de movimientos migratorios, de los que ya fueron conscientes los propios historiadores
griegos. Así nos lo cuenta Tucídides: “En efecto, incluso después de la
guerra de Troya, Grecia sufría todavía migraciones y eran fundadas ciudades en
ella, de modo que no podía quedar en calma y crecer; pues la vuelta de los
griegos de Troya, al suceder después de mucho tiempo, ocasionó muchos cambios,
y con frecuencia se produjeron luchas civiles en las ciudades, y siendo
desterrados a consecuencia de ellas algunos, fundaban otras nuevas. Por
ejemplo, los actuales beocios, a los sesenta años de la toma de Troya, fueron
expulsados de Arne por los tesalios y poblaron la Beocia de hoy, que antes se
llamaba tierra cadmea (ya anteriormente estaba en este país una parte de
ellos, algunos de los cuales marcharon contra Troya), y los dorios se apoderaron
del Peloponeso en unión de los Heráclidas a los ochenta años. Cuando tras mucho
tiempo al fin Grecia entró en una paz estable y ya no sufría migraciones, envió
fuera colonias, y los atenienses colonizaron Jonia y las más de las islas,
mientras que los peloponesios colonizaron la mayor parte de Italia y Sicilia y algunos
lugares del resto de Grecia. Todas estas colonias fueron fundadas después de la
guerra de Troya” (Tucídides, I, 12).
Lo que es evidente es que Tucídides nos está
transmitiendo que esa migración fue después de la guerra de Troya, y, por
tanto, coincidiendo con la caída micénica. Y nos da datos que permiten explicar
el panorama lingüístico que encontramos en el siglo VIII.
Hallamos cuatro grandes grupos de dialectos griegos
distribuidos a lo largo de la Hélade, desde la Península Balcánica hasta la
Costa Jónica. El ático-jonio, eólico, el arcadiochipriota, y el griego del
noroeste –en un concepto amplio, en donde destaca el dórico o dorio-. Los
lingüistas tienen aún muchas preguntas por responder en el ámbito de la lengua griega.
¿Cómo se llegó a esa variedad dialectal? Sabemos que los micénicos hablaban un griego
arcaico –llamado micénico o aqueo-. Pero ¿este micénico presentaba una unidad como
lengua, o de lo contrario existía ya una variedad dialectal? Dicho de otra
manera, muchos investigadores creen que todos estos dialectos existentes en el
siglo VIII, ya se daban en época micénica, y tan solo hubo una
evolución de estos. Pero confirmarlo es difícil, pues las tablillas micénicas, por
su carácter administrativo, no permiten ver con claridad la existencia de
variedades de micénico. Además, ésta hipótesis no parece que se adapte mucho al
texto de Tucídides que acabamos de ver.
Los filólogos griegos nos dicen que el ático-jonio,
eólico, el arcadio-chipriota, están muy próximos entre sí, mientras que el
griego del noroeste, y concretamente el dorio, presenta un mayor alejamiento.
Sabiendo que las fuentes apuntan a una llegada de los dorios tras la caída
micénica, esto indicaría que los tres primeros grupos de dialectos provienen
del micénico. Además, el arcadio-chipriota, que se habló en ambas regiones pese
a su lejanía –Arcadia y Chipre-, presenta una aproximación mayor al micénico.
Ello no parece una coincidencia, si sabemos que ambas zonas tuvieron una
continuación poblacional, y, por su geografía, debieron estar libres de la
llegada de población exterior a ellas.
Por su parte, en el Ática, aún cuando hubo
continuidad de población, debió experimentar la llegada de gentes provenientes
de otros lugares de Grecia, como del Peloponeso, lo que hace que la lengua
quizás evolucionara por otros derroteros, surgiendo el ático. La presión que
allí existió, propició la “colonización” de la que nos habla Tucídides –que no
fue tal- de las islas Cícladas y de la Costa Jónica, de ahí que el ático y el
jonio tengan una aproximación lingüística. Dicho de otra manera, el jonio es
una variante del ático. En esta última zona, en la costa de Asia Menor, se
crearon las doce ciudades de la Liga Paniónica: Foca, Esmirna, Clazomenas,
Eritras, Teos, Colofón, Éfeso, Priene, Mius, Mileto, Quios y Samos. La
tradición, según la recoge Heródoto (I, 143-147) –y otros autores- decía que su
procedencia era pilia –de Pilos-, y que tras refugiarse en Atenas, fueron dirigidos
por algún hijo del rey Codro, -Androclo o Neleo-. Lo que es evidente es que la
cultura jonia se formó una vez asentada la población en Asia Menor, a
diferencia de lo que recoge Heródoto en el texto citado unas líneas arriba, que
considera que ésta ya llego conformada.
Otra de las migraciones es la llamada eólica, que
tiene dos partes. Por un lado, la ocupación de Beocia desde Tesalia, que podría
haber ocurrido cuando Tebas resucitó con la cultura submicénica antes del 1100.
Por otra parte, el dialecto eólico se encuentra en el Egeo nor-oriental -Tróade
e isla de Lesbos, aunque fue influenciado por el jonio-, lo que indica una
llegada de población desde la religión eólica hacia el año 1000. Existen tradiciones
griegas en las que se dice que los beocios proceden de Tesalia, de donde habían
sido expulsadas tres o cuatro generaciones después de la guerra de Troya. Estos
habrían salido de forma organizada bajo el mando de un rey, hacia el 1200 1100,
y sometieron a los antiguos habitantes de Beocia, que debieron sumarse al éxodo
jonio hacia las islas y oriente –o quedar absorbidos por la población eólica-.
Sin embargo, quizás haya que pensar que el dialecto beocio no deriva del
eólico, sino que es un dialecto procedente del micénico, sin necesidad de dar
una explicación invasionista. En algún momento dado, desde Beocia se daría el
salto a la isla de Lesbos.
Por su parte, los dorios, siguiendo la línea que
nos da Tucídides, penetraron en el Peloponeso, provenientes de un grupo
indoeuropeo que había quedado al noroeste de la Península Balcánica, cuando el
grupo indoeuropeo que dio lugar a la cultura micénica entró en el sur de la
Península. Los dóricos poblaron así el Peloponeso, para posteriormente llegar a
Creta y algunas de las islas egeas del sur. Al norte, aún quedo otro grupo,
cuya lengua se la denomina, más específicamente, como griego del noroeste.
¿En qué momento penetraron hasta el Peloponeso? La
fecha es confusa. Algunos opinaban que la propia caída micénica se había debido
a la penetración de estos, en forma de invasión, lo que haría que la fecha de
entrada se mantuviera más o menos en el 1200 a.C. Sin embargo, como ya vimos al
hablar del mundo micénico, difícilmente se puede considerar que estos fueran la
causa, sino que más bien habría que pensar que penetraron como causa de un vacío
político y poblacional del territorio, que les impidió, sin dificultad,
establecerse allí. Desborough considera, de esta manera, que la entrada doria se
produjo en el Heládico Reciente III C, más o menos hacia 1100.
Otras teorías, como la vertida por Chadwick, dicen
que los dóricos –que ya estarían en el Peloponeso desde mucho tiempo atrás-
formarían algún tipo de clase sometida durante la época micénica, que quedó
liberada una vez cayeron los palacios. Pero la teoría parece difícil de
confirmar, sobre todo porque la lengua doria no solo es hablada en el Peloponeso,
sino que también se encuentra en el sur de las Cícladas, Creta, en el Dodecaneso,
y algunos sectores meridionales de Asia Menor. ¿Cómo se podría explicar la llegada
de estos allí? No parece que la teoría se sostenga. Además, la tradición
recogida por varios autores clásicos –cabría mencionar la dada por Diodoro
Sículo (IV, 57-58) – indican, por muy mitificado que los relatos estén, una
llegada de los dorios desde el exterior del Peloponeso.
La conformación de la nueva sociedad y la organización política
Sabemos que las sociedades micénicas estaban
encabezadas por la monarquía. Sin embargo, el siglo VIII –al inicio del
arcaísmo griego- nos arroja unas sociedades gobernadas por oligarquías. Es
evidente que éstas se tuvieron que ir gestando a lo largo de los Siglos
Oscuros. ¿Cómo se produjo este cambio? En esta ocasión, poseemos una fuente
escrita, Homero, que quizás nos arroje algo de luz sobre la sociedad.
Debemos pensar que el proceso de formación de
nuevas sociedades no fue similar, pero cabría preguntarse ¿sobrevivieron las
monarquías, o las formas de gobierno monárquicas, una vez desaparecidos los
palacios? Es posible que sí, aunque con muchas matizaciones.
Algunas ciudades, que mantuvieron su población
–como fue el caso de Atenas-, conservaron sus monarquías durante un tiempo,
pero perdiendo su poder progresivamente. Éste tendría que ser compartido con
otras familias –que conformaron una aristocracia-, que ya en el pasado habían
ocupado altas posiciones en la sociedad micénica, u otras que surgen
aprovechando las circunstancias del momento –primitivos círculos militares, o
los primeros habitantes de ciudades que se fundaron ex novo como las jonias-.
Estos aristócratas son nombrados en la obra
homérica con el término basileús,
que significa rey. Así, en el país de los feacios, nos dice Homero: “doce
reyes ilustres aquí sobre el pueblo gobiernan como jefes, y yo al lado de ellos
me cuento el treceno”.
(Homero, Odisea, VIII 390-391), Y en Itaca sucede
algo similar: “Pero hay otros reyes en Ítaca, jóvenes unos y mayores los
otros…” (Homero, Odisea I, 394).De esta forma, existía una oligarquía, en
donde uno de sus miembros ocupa una posición superior –herencia del recuerdo de
esa monarquía micénica-. Por ello, en Ítaca, Ulises es el primero de varios reyes.
Con el paso del tiempo, y la conformación de
instituciones, se acabaría por homogeneizar al grupo oligárquico. El siglo VIII
comenzaba con unas sociedades en manos de los áristoi, los nobles, cuya unidad dará lugar a la pólis. Son
familias que tienen un comportamiento distinto al resto de la población, que se
han autoengrandecido y han enraízan sus orígenes con el mito, o con los propios
héroes. Tienen antepasados, tienen una vida desocupada, controlan a la
sociedad, dedican tiempo a practicar distintas destrezas, son los líderes en el
combate. Y, ante todo, se caracterizan por la hospitalidad entre familias, es
la cultura del obsequio.
Por otra parte, la supervivencia de las monarquías
no significa que los antiguos principados mantuvieran su unidad. Aldeas,
comunidades agrícolas, y grupos de población que abandonaron sus respectivos
territorios, se conformaron en gené –clanes-. Éstas estaban dirigidas por
una familia, o varias que conformaban la oligarquía. La unidad de cada genos se
daba de acuerdo a un antepasado común, mítico, o héroe fundador de ésta.
En un momento dado, se dieron procesos de
sinecismo, en donde distintas gené se agruparon para dar lugar a la pólis
–quizás en un proceso que tuvo distintos estadios, como phylai o
tribus, que serían las unidades de distintas gené-, con unas
instituciones definidas, en torno a un centro urbano, que domina un territorio
concreto.
Finalmente, ¿Cómo se produjo el reparto de la
tierra? Las migraciones debieron llevar en muchos casos luchas. En primer
lugar, la caída de los palacios hizo que muchas de las tierras de estos no
serían ahora de nadie, aunque probablemente siguieron siendo cultivas por
quienes ya lo hacían, adueñándose de ellas, al menos en los lugares donde la población
se mantuvo. En todo caso, se produjo un proceso de apropiación, tanto de los nuevos
grupos -las gené– como entre los miembros de éstas. Aquellas familias
más poderosas se apropiarían de la mayor parte de la tierra, que se convirtió
también en la base para el surgimiento de una aristocracia ligada a la tierra,
y de donde obtiene su riqueza.
Muchos relatos de luchas entre aristócratas -el
combate sin igual entre héroes- quizás tenga que ver con la apropiación, o la
forma de acabar con las disputas relacionadas con la tierra. Así nos
encontramos los singulares combates de Melanto y Janto, Ferio e Hipéroco, Hillo
y equemo, Piregmes y Dégmeno.
De todas formas, esto tan solo es hipotético. Realmente
habría que pensar si realmente habría tanto presión demográfica como para que
existieran luchas tales. Al menos dentro de los propios grupos. Conforme la
población fue creciendo, tan solo tendrían que ocupar nuevas tierras. El
problema vendría en el siglo VIII, cuando las ya creadas pólis tendrán amplios
problemas para sostener a una población creciente.
La recuperación del
comercio
La caída de los palacios supuso la paralización del
comercio que estos sustentaban. La economía de los Siglos Oscuros comenzó
basándose en la agricultura y ganadería exclusivamente –incluso más la segunda
que la primera-. Solo Chipre había conservado cierta capacidad de comercio,
siendo punto de unión entre Oriente y Occidente, ya que en ningún caso la
ruptura del comercio fue total, sino que continuaría a pequeña escala, con productos
totalmente necesarios. Así, el cobre, por ejemplo, tuvo que seguir llegando a
la Península Balcánica de alguna forma, por muy poco que fuera.
A partir del siglo IX se produce de nuevo la recuperación
del comercio en una forma lo suficientemente vigorosa como para considerarlo
influyente en la economía, superando el ámbito agrario como única fuente de
subsistencia. Dicho de otra manera, el comercio tiende a fomentar la artesanía
y las manufacturas, con una parte de la población que se dedica en exclusiva a
ésta. Ello indica también un sistema de distribución, y, por tanto, la necesidad
de un sistema político que lo dirija.
Atenas y Eubea serán los principales lugares en que
se denota un resurgir generalizado del comercio exterior. En ello influiría la
calidad de la cerámica geométrica, como demuestra el hallazgo de este tipo de
cerámica en Oriente, que fue exportada, al mismo tiempo que se reactivaba la
importación de productos de lujo, ante unas aristocracias que se han
consolidados, y que buscan diferenciarse del resto. Pero este nuevo comercio ya
no estaría sustentado por un poder político central, sino en manos de
particulares, en muchos casos por estas aristocracias. Ante todo, el fomento
del comercio en Grecia se debió a los propios intereses orientales, que
comenzaban a reactivar sus comercios tras la misma crisis que acabó con el
mundo micénico, especialmente por los fenicios. De hecho, tradicionalmente se
cría que los fenicios se habían asentado en varios puntos de la Hélade, aunque
ello no se ha podido comprobar.
Muchos se inclinan por creer que fue Eubea la que
dominó este resurgir comercial con Oriente, destacando Lefkandi y Cálcide, y
mucho más tarde Eritrea. Estos comerciaban vino, aceite, y las propias
cerámicas –vajillas de lujo-, y de Asia provenía oro, estaño, cobre, marfil,
manufacturas metálicas, textiles, incluidos también productos egipcios.
Posiblemente también se inició un comercio de
esclavos en los dos sentidos. La isla de Eubea sería así una potencia comercial
junto con los fenicios y los chipriotas, que se extendió por las mismas vías
comerciales de estos, llegando al Mediterráneo central a partir del siglo VIII
–en Sicilia y Cerdeña-.
Además de Eubea, Atenas exportó su espléndida
cerámica, llegado a Asia Menor y Chipre, aunque en este caso se trata ante todo
de un comercio de lujo. Más tarde Corinto, Samos y Rodas entrarían a dominar
este comercio.
El origen de Atenas
Observemos ahora, sucintamente –ya tendremos oportunidad
de ampliarlo en otro momento-, el origen de dos de las ciudades del mundo
clásico, Atenas y Esparta, ambas antagonistas desde su origen.
Empezando por la primera, Atenas, como ya se ha
dicho, era una ciudad micénica, en cuya acrópolis existía un palacio desde
donde un monarca gobernaba el territorio. Sin embargo, la caída del mundo
micénico conllevo la pérdida del poder de la monarquía. Si ésta no cayó en un
primer momento, seguramente fue decayendo en los siglos siguientes, al tiempo
que surgía una oligarquía que hizo que finalmente el monarca desapareciera. Se pasó
de una unidad política gobernada por el monarca, a un conjunto de gené,
dominadas por familias que componen la aristocracia.
Tenemos noticias de que hubo dos dinastías
diferentes en Atenas: la casa de Erictonio y la de Melanto, que aparecen
relacionadas con familias posteriores, en la Atenas arcaica a partir del siglo
VIII, y con el establecimiento del arcontado de diez años, lo que indica que existió
un progresivo cambio de la monarquía a la oligarquía. Al mismo tiempo, ésta
última, compitiendo por el poder, acabó por dividir el poder en distintas
magistraturas, como sugiere el origen del polemarco –con poder militar-.
Probablemente, como afirmaba Diamant, aunque el
monarca se mantuviera, el principado que dominaba, si es que dominaba el Ática
en su conjunto, desapareció como entidad.
Explicado de otro modo, el principado ateniense se
desintegró políticamente. Por ello, existen indicios de que hay enfrentamientos
entre Atenas y las distintas poblaciones del Ática. Sin embargo, en un momento
dado se produjo un sinecismo de todas estas poblaciones en torno a Atenas, es
decir, se conformó una unidad política en el Ática, con un cuerpo de
ciudadanos, y con una serie de instituciones que conforman la pólis que conocemos
a partir del siglo VIII. Y muy posiblemente, es en este siglo cuando se produjo
tal sinecismo, como afirma Hignett, coincidiendo con otros procesos similares
en otros pólis griegas. Parece además que el sinecismo se realizó de
forma pacífica y de mutuo acuerdo –tiempo atrás ya se habrían conformado
fatrias y tribus-, puesto que no conservamos ningún tipo de desigualdad entre
las poblaciones de los distintos territorios del Ática. El mito de Teseo quizás
vaya encaminado a apoyar esta hipótesis.
Otros no creen en la existencia del sinecismo, sino
una continuidad del territorio ya unificado en época micénica, de ahí que dicho
mito –el de Teseo- otorgue la unificación anterior a la Guerra de Troya. La
cuestión no está clara, puesto que de ser lo segundo, sería el único caso de la
supervivencia de un principado micénico, del que tampoco se conoce ni siquiera
su magnitud.
Sea como sea, griegos conservaran la creencia de
ser autóctonos – que habían estado allí desde siempre-, a diferencia de los
dorios, por ejemplo, que habían penetrado posteriormente, como ya habíamos
visto. Así nos lo dice Heródoto: “En efecto, éstos eran los pueblos que más
sobresalían, siendo el ateniense de origen pelásgico y el lacedemonio de origen
helénico. Y mientras que aquél jamás ha cambiado su lugar de residencia, éste
ha sido muy viajero. Pues en tiempos del rey Deucalión habitaba la Ptiótide y
en tiempos de Doro, hijo de Helén, la región que se llama Histieótide, al pie
del Osa y del Olimpo. Al ser expulsado de la Histieótide por los cadmeos, se
asentó en Pindo con el nombre de macedno. De allí pasó, en otra emigración, a
la Driópide y así, cuando desde la Driópide llegó al Peloponeso, recibió el
nombre de dorio” (Heródoto, I, 56).
El origen de Esparta
Esparta, por su parte, presenta una unidad
distinta. En su territorio existió, si creemos la obra homérica, el reino de
Menelao. Tras la caída del mundo micénico, de la manera que ya se ha dicho,
entraron en el Peloponeso los dorios, tal y como deja ver de forma mitificada
Heródoto en el texto anterior. Estos eran un pueblo campesino y pastoril, que poco
tenía que ver con la cultura micénica, aunque con el tiempo adquirieron una
cultura similar a la que se estaba desarrollando en lugares como el Ática.
El mito nos dice que en Laconia existían tres
tribus, Hylleis, Pamphili y Dymanes. La institucionalización de estas serían el
pueblo en armas, un consejo de ancianos y un poder monárquico. Estas parece que
sometieron a las poblaciones predorias, que quedaron reducidos a una clase
social conocida como hilotas, una especie de esclavos que debían trabajar
para los espartanos.
En un momento dado, los dorios de Laconia se
constituyeron como pólis, dando lugar a la ciudad-estado de Esparta.
Esta unificación es llamada eunomía, la cual fue ideada por un personaje
mítico llamado Licurgo –según Tucídides hacia el siglo IX-. Cinco habitats independientes
–que anteriormente se habría conformado como consecuencia de un sinecismo-,
llamados obas, se unieron: el de Amiclas, Limnas, Cynooura, Pitana y Mesoa.
Cada una de estas dio origen a cada una de las
cinco tribus que se conformaron en el interior de la póis: Amycleîs,
Cynooureîs, Pitanatae, Limnaeîs, Mesoatae.
Pero estas ciudades ofrecen una controversia que difícilmente
puede ser resuelta. Las fuentes clásicas nos dicen que Amiclas era de origen
aqueo o micénico, mientras que el resto de ciudades eran de origen dorio.
Muchos han pensado que Amiclas fue realmente incorporada a la fuerza, en el 750
a.C. cuando Esparta ya existía como Estado. No es del todo descabellado, pero
cuesta creer que se produjera en pie de igualdad, cuando el resto de
poblaciones fueron sometidas. Ninguna teoría es del todo aceptable.
Sea como fuere, ¿cómo se institucionalizó Esparta?
De nuevo la tradición nos presenta a Licurgo ideando la constitución política
de Esparta mediante un decreto o rhétra, según nos informa Plutarco (Licurgo,
VIII, 1-6). Pero parece difícil que en el siglo IX, si es que fue este momento
cuando se produjo la unificación, se establecieran ya la isomoiría, es decir,
que cada espartano –cuatro mil quinientos – recibiera una cantidad de tierra
similar, convirtiéndose los espartanos en un grupo aristocrático en su
conjunto, dedicado únicamente a la guerra. Todo esto se produjo por necesidad
posteriormente, en el siglo VIII. Aunque otros piensen que la eunomía realmente
se produjo mucho más tarde, hacia el 700 a.C., creyendo que Licurgo sería una
persona real que sí pudo llevar la rhétra al tiempo de esta unificación.
De todas formas, la existencia de dos reyes o basileis
colegiados–sin precedente en Grecia- quizás haga pensar que la eunomía se
produjo en el siglo IX. Posiblemente el poder real tuvo que ser compartido como
consecuencia de una primitiva oligarquía, que acabó repartiendo el poder real
entre dos familias: los Agiadas y los Euripóntidas –que pasaban la corona de
padres a hijos-. Con un poder fuerte en un comienzo, acabarían por convertirse
en un generalato militar, especialmente cuando ya en época arcaica se estableció
el eforado. Junto con el poder real, los otros dos pilares de la constitución espartana
fueron la asamblea general de ciudadanos, llamada apélla; y un consejo, conocido
como gerousía, compuesto por treinta miembros -28 ancianos y dos basileis
-.
Esta inicial constitución iría evolucionando, hasta
quedar conformada en el siglo VII tal cual la conocemos en época clásica.
Conclusión
De todo esto podemos sacar varias conclusiones. Que
el 1200 supuso la caída de los centros del poder, probablemente como
consecuencia de la llegada de los pueblos del mar –que vimos en otra ocasión-.
Ello conllevó, especialmente en el Peloponeso, un abandono del territorio, cuya
población se trasladó hasta el Ática, y desde allí, por la presión demográfica,
se fueron trasladando a lo largo de los primeros siglos de ésta Época oscura a
lo largo de las Cícladas y de la costa jónica. Al tiempo que los dorios, desde
el noroeste penetraban en el Peloponeso. Ello explica también el origen de los
cuatro grandes grupos dialectales.
A lo largo de estos siglos se produce una evolución
de la cultura micénica, al tiempo que se va produciendo una reordenación
política en torno a las gené, dominadas por familias que componen la
aristocracia. Por tanto, el poder recayó en grupos oligárquicos. En un momento
dado, estas gené se agruparon, en un proceso llamado sinecismo,
conformando las pólis y sus instituciones, tal y como las conocemos en
el siglo VIII.
Sobre algunas cuestiones, sobre todo el origen de
Atenas y Esparta se volverán a retomar en futuros temas.
Características generales de la edad
oscura.
1. Disminución de la
población. La recuperación demográfica se iniciará en el siglo X pero la
auténtica explosión se producirá en el siglo VIII a. C. La citada disminución
se puede observar en:
- Perceptible en las diversas áreas griegas
- La despoblación trae consigo un proceso de empobrecimiento
- Empobrecimiento que se manifiesta en la pérdida de conocimientos artísticos y en el descenso de los niveles tecnológicos.
2.
Desparecen las formas elaboradas de
construcción.
·
Pérdida de pericia técnica y de la calidad de las
construcciones:
·
Predominio de dos tipos de alzado en los paramentos:
§ Alzado
a base de piedras de pequeño tamaño sin tallar
§ Alzado
con zócalo de piedra y muros de adobe, el material básico para las
construcciones del posterior periodo geométrico
§
Empleo de bloques de piedra par umbrales y esquinas
3. Ausencia de
fortificaciones.
No
se constatarán hasta mediados del siglo IX a. C., pero estaría el caso singular
de la fortificación de Smirna, en la Grecia Oriental, que data del siglo X al
siglo VIII a. C. En esta ciudad predominarán las casas de planta absidal y oval
de una planta
4. Descenso del nivel
urbanístico, atestiguado en ciudades como Karphi (ya nombrada con
anterioridad) cuyo fin era ser una ciudad refugio.
Junto a la población que se
refugia en tierras altas se constatan otros individuos que comienzan la
fundación de colonias en Asia Menor. Hay una confirmación arqueológica de
la existencia de asentamientos del siglo X a. C., en los que hay niveles
destruidos u ocultados por las edificaciones posteriores.
Casa de época protogeométrica de la ciudad de Smirna, con planta oval y
una sola habitación, del siglo X a. C.
1.
Cambios en las plantas de las edificaciones domésticas.
·
Continente: preferencia por las plantas ovales y
absidazas, tipología propia del minoico y del heládico medio.
·
En la Isla de Creta: continúan las construcciones de
planta cuadrangular
Son tiempos de
alejamiento de las fuentes, con abandono de los lugares habitados con una
posible vida inicial en las ruinas reconstruidas, pero consideramos que no se
crean nuevos núcleos de población y se abandonan. Se abandonan incluso las
técnicas de Navegación, y lo +sorprendente, la Escritura. En la Cerámica vemos un drástico
descenso en las técnicas. La
Metalurgia se pierde permaneciendo exclusivamente en la isla
de Chipre, sobre todo en la realización de trípodes con escasa variedad.
La calidad/condiciones
de vida se reducen a lo substancial y solo algunos lugares como Atenas parece
que quedaron al margen de esta crisis; no sabemos si Atenas no fue atacada o si
rechazó en ataque.
De la Creta de este período solo
conocemos el yacimiento de “Karphi”,
donde apreciamos cómo se cambian las preferencias en el emplazamiento
tratándose de un monte (850m. de h.) entre montañas con un único acceso y un
clima inhóspito, está claro que no sería elegido en los momentos anteriores más
ricos La fundación “Karphi” se remonta al 1100 y se abandona en el 1000 a .C., por lo tanto es
de corta ocupación explicada como una fundación coyuntural cuándo las cosas
empiezan a cambiar, pero allí pudieron habitar 3500 habitantes, en viviendas de
uno más ambientes de tamaño reducido que se extiende desde la cima por la
ladera del monte. Hay unas casas que se aprecia que fueron la residencia del
Jefe además de apreciarse Espacios Comunes especialmente cuidados, además
también se encontrarían lugares de Almacenaje nos da la línea de las
posteriores acrópolis que empiezan a ser características en el período
“Protogeométrico” (S.X-VII a.C.).
Lefkandi
Este cambio en la
arquitectura es común pero tiene una excepción en el Hergon de Lefkandi,
totalmente diferente a toda la arquitectura de la edad oscura. Situado en la
isla de Eubea, una región fértil y bien comunicada, se excavó en los años 80
por una misión anglo-alemana. En estas intervenciones arqueológicas se vio que
había un área que pertenecía al siglo XII a. C. que se caracterizaba por ser
muy cuidad en su construcción, de unos 45 metros de longitud y 10 metros de
largo, es decir, estaban ante una construcción de grandes proporciones. Se
usaron zócalos de piedra y un alzado con ladrillos de adobe. Se adosaron postes
de madera en las caras internas de los adobes, mientras que en exterior había
otros tantos pilares. La columnata se verá en otros templos posteriores y se
denominará perístasis. Había 2 enterramientos en la parte central, aunque no se
sabe si se hicieron antes o después de construir el edificio. Su ubican en un
rehundimiento de la roca madre, y son un hombre cremado e introducido en el
interior de un ánfora chipriota con la decoración de una cacería con arco, y la
inhumación de una mujer a su lado.
Los restos óseos se
habían envuelto en tela de lino y junto a los restos se encontró a una mujer,
adornados con joyas que procedían de Fenicia, lo que nos dice que hay una
relación comercial entre Eubea y la costa Sirio-Palestina (siglos X-IX). Esta
mujer llevaba algo curioso e inaudito, dos placas circulares que formaban una
especie de pectoral a la altura del pecho. A parte de esto había fíbulas,
anillos, una terracota en forma de centauro (una de las primeras representaciones
de seres mitológicos de la cultura griega). Se documentó la inhumación de 4
caballos en relación con los dos personajes, una pira funeraria y un terraplén
integrado por guijarros y mampostería para la celebración de banquetes
funerarios. Todo este conjunto se interpreta como el enterramiento de un héroe
o un aristócrata, y el edificio era como una especie de tumba, todo basado en
el canto 33 de la Ilíada de Homero, en la que se narra los juegos funerarios
dedicados a Patroclo. Esta hipótesis se refuerza por la existencia de una pira
funerario, la cremación del guerrero, el sacrifico de caballos y de una joven.
Otros en cambio lo interpretan como una residencia palacial basándose en el
tipo de planta del edificio.
Se ha relacionado el
enterramiento del príncipe de Lefkandi con de Patroclo que fue descrito en la
Ilíada. Se trataba de la
incineración del cuerpo de Patroclo junto al de varios prisioneros troyanos y
animales sacrificados entre los que se encontraban cuatro caballos. Tras la
incineración, Aquiles ordenó recoger las cenizas de Patroclo para depositarlas
en una urna que sería luego cerrada con una doble capa de grasa y tapada con un
lienzo. A continuación, se construyó un túmulo para albergar los restos.
Kalapodi
Cerca de la ciudad más grande del centro de Grecia Atalanti en
la antigua región de Fócida, se encuentra la aldea Kalapodi, lugar
arqueológico. El santuario de Apolo de Abai (Abas)
El antiguo historiador
griego Heródoto describió el santuario de Apolo en Abai como de Panhelénico e
importancia internacional. Ya existía en
el siglo 14 a.C, y funcionó sin
interrupción hasta los tiempos romanos. El antiguo historiador griego Heródoto
describió el santuario de Apolo en Abai como de Panhelénico e importancia
internacional. Su altar oracular en Abas
(Fócida), de donde procede el epíteto toponímico Abeo fue tan importante
como para ser consultado por Creso.
El santuario es de
época oscura micénica. Había dos templos en paralelo, al norte templo de Apolo y al sur el templo
de Artemis. El sitio fue destruido en el 480 a. C. por los persas. El templo
del norte fue reconstruido, el templo
del sur quedó en ruinas.
El templo del sur fue
construido probablemente hacia el .580 a.C., durante la transición de los
templos de madera a los templos de piedra: su columnas se hicieron de madera,
sólo la torre era de piedra y un hallazgo único: los restos de ocho ruedas
tabla de madera con rieles de hierro que debe haber sido fijado a las columnas
de madera.
El templo de Kalapodi
ofrece una oportunidad única para estudiar estos años oscuros.
Eretria
El templo de Apolo Daphniforos es el monumento más importante y
conocido de Eretria. Junto con su
recinto que constituye, un centro religioso y lugar fundamental de culto dentro
del núcleo de la antigua ciudad, al norte del Ágora.
Según el
himno homérico a Apolo, cuando el dios estaba buscando una ubicación para
fundar su oráculo, llegó a la llanura Lelantine. El primer templo que data del
periodo geométrico y se encuentra probablemente cerca del puerto.
El Hecatompedon (cien pies) edificio absidal es la primero en su tipo
entre los mencionados por Homero, y ligeramente por detrás del templo de Hera
Hecatompedon en la isla de Samos.
Era flanqueado al sur por otro edificio absidal, que también salió a
la luz: el llamado Daphniforio? O espacio de laureles? es el edificio más
antiguo de Eretria, relacionado con el culto a principios de Apolo en Delfos.
El templo dispone de columnas de madera (seis en los lados estrechos y
diecinueve en los lados más largos), y posteriormente fue cubierto con tierra
para construir la última y más famosa de todos los templos de la ciudad.
La construcción comenzó a fines del siglo VI a.C (520-490 a.C) y el
templo fue destruido cuando los persas arrasaron la ciudad en 490 a.C.
Tierra y piedras de mármol fueron los
materiales utilizados para este peristilo dórico (rodeado de columnas) del
templo (6 x 14 columnas).
Tenía un prodomos (antesala) y un opistódomo (sección de espalda)
dispuestos en dos columnas in antis, la cella estaba dividida en tres naves por
dos columnatas interiores.
Después de la destrucción de la ciudad por los persas, el templo fue
reparado y se mantuvo en uso, sin embargo, en 198 a.C, fue destruido de nuevo,
esta vez por los romanos, hecho que inició el progresivo abandono y deterioro
del monumento hasta el siglo primero antes de Cristo.
Desafortunadamente, la mayoría de las piezas de arquitectura de este
templo y otros santuarios de la ciudad fueron reutilizados como material de
construcción, y sólo unos pocos (columna) con capitales fragmentados y
triglifos quedan de la superestructura del monumento. De la suntuosa decoración
escultórica sólo ha sobrevivido partes del frontón oeste con la lucha de las
amazonas (o Amazonomaquia, un motivo habitual de la iconografía en el momento).
El centro fue ocupado por Atenea y está parcialmente conservada, que
representa el tronco con la Gorgoneion en el tórax, un excelente trabajo de
arte es el complejo de Teseo y Antíope marcados por la sensibilidad y la
suavidad de la forma, la fuerza interna y la claridad, a pesar de lo ornamental
tendencia evidente en los peinados y los pliegues de su ropa.
Estas esculturas están impregnadas por las normas de la plasticidad
arcaica. Toda la composición carros supuestamente aparece a la derecha de
Atenea y la izquierda, un carro supuestamente llevan a Teseo y Antíope, mientras que Hércules
podría viajar en el otro, y la imagen podría complementarse con la lucha contra
las amazonas y un guerrero muerto.
Los
detalles de los rostros y la ropa eran de color, con lo cual la representación
era más viva. La fragmentación de esculturas pueden ser parte del templo
después de la destrucción por los persas (guerrero, Amazonas y Atenea tronco)
se han situado en Roma. Hoy en día sólo son visibles los cimientos del templo después
del Arcaico, así como los restos de los templos geométricos descubiertos en
menores depósitos.
Los
templos en el temenos de Apolo Daphniforos fueron excavadas entre 1899 y 1910
por Κ. Kourouniotis. Kourouniotis. l. Otras investigaciones se llevaron a cabo
por la Sra. I. Konstantinou y por la Escuela Suiza de Arqueología.
Próximo Capítulo: Arqueología de la Colonización Griega
Próximo Capítulo: Arqueología de la Colonización Griega
Bibliografía
Arias, Paolo Enrico
(1965). Problemi di scultura greca (en
italiano). Bolonia: Casa Editrice Prof. Riccardo Patron.
«Athens, Old Temple of
Athena (Building)». Perseus Digital Library (en
inglés).
Berger, Ernst (1986). Der
Parthenon in Basel. Dokumentation zu den Metopen (en
alemán) (Tafelband). Maguncia: Philipp von Zabern.
ISBN 3-8053-0809-4.
Birte Lundgreen: A
Methodological Enquiry: The Great Bronze Athena by Pheidias, en The
Journal of Hellenic Studies núm. 117, 1997
Boardman, John (1999). Escultura
griega: el período clásico. Ediciones Destino. ISBN 84-233-3098-2.
Boardman, John (1985). Greek
Sculpture. The Classical Period a handbook (en
inglés). Londres: Thames and Hudson. p. 252.
ISBN 0-500-20198-6
Camp, John McK. II
(2001). The Archaeology of Athens (en
inglés). Yale University Press. ISBN 9780300101515.
Eleni Calligas and James Whitley, On Site:
British Archaeologists in Greece. Athens: Motibo, 2005.
Gianikapani, Efi.
«South Slope of Acropolis: History». ODYSSEUS (en
inglés). Ministerio de Cultura de Grecia.
G. H. Chourmouziadis, P. Asimakopoulou-Atzaka,
and K. A. Makris. Magnesia: the Story of a Civilization. Athens: Capon,
Texas: Tornbooks, 1982. OCLC 59678966.
E. Korka et al. (eds.): Foreign
Archaeological Schools in Greece - 160 Years, Athens, Hellenic Ministry of
Culture, 2006, p. 64-73.
Enzo Lippolis, Edifici
pubblici e pasto rituale in Attica (en italiano), pp.82,86,89, en revista Thiasos,
1 (2012),
Fehl, Philipp
(enero-junio de 1961). «The Rocks on the Parthenon Frieze». Journal of the
Warburg and Courtauld Institutes
G. H. Chourmouziadis, ed. The prehistoric
research in Greece and its perspectives: Theoretical and Methodological considerations'.
Thessaloniki: University Studio Press.
Helen Waterhouse, The British School at
Athens: the First Hundred Years. London: British School at Athens, 1986.
Hersey, George, The
Lost Meaning of Classical Architecture, MIT Press, Cambridge, MA, 1998
Iakōvidēs, Spyros
(2006). The Mycenaean Acropolis of Athens. The Archaeological Society at
Athens. ISBN 978-960-8145-52-8.
Knigge, Ursula (1991). The
Athenian Kerameikos: History, Monuments, Excavations (en inglés). Deutsches Archäologisches Institut. Athenische
Abteilung.
Konstantinos
Kourouniotis, Excavations of Lykaion (en inglés, originalmente publicado en
griego en Ephemeris Archaeologike, 1904)
Marinatos, Spyridon, Kreta
und das Mykenische Hellas, 1960.
L. Lord: A History of the American School of
Classical Studies at Athens: An Intercollegiate Experiment, 1882-1942.
Lilly Kahil, Le
sanctuaire de Brauron et la religion grecque, p. 800, en Comptes rendus
des séances de l'Académie des Inscriptions et Belles-Lettres, volumen 132,
nº 4 (1988).
Lozano Gómez, Fernando,
Santuarios tradicionales para nuevas divinidades: el templo de Livia en
Ramnunte págs.49,58, en revista Arys, nº 5 (2002), 47-64 ISSN
1575-166X.
María Pilar García
Cuetos, La Acrópolis de Atenas. De la ruina recreada al proyecto del nuevo museo
de la Acrópolis como grito arquitectónico, p.152, en revista Liño,
nº 14 (2008).
Papathanassopulos, G.
(2006). «La Acrópolis: Guía de sus monumentos». Atenas: Ediciones Crini.
p. 44. ISBN 960-89242-5-1.
Pausanias: Descripción
de Grecia, i.26.5.
Robertson, Martin
(1981). El arte griego. Alianza Editorial. p. 190. ISBN 84-206-7050-2.
Stefania Ratto. Grecia. Colección Los
diccionarios de las civilizaciones. Editorial Mondadori-Electa. Milán,
2006.
Trachtenberg, Marvin;
Hyman, Isabelle (1990). «Templos jónicos». Arquitectura. De la Prehistoria a
la Postmodernidad. Madrid: Akal. p. 107. ISBN 978-84-7600-628-3.
Ursula Knigge: Der Kerameikos von Athen.
Führung durch Ausgrabungen und Geschichte. Krene-Verl., Athen 1988.
Venieri, Ioanna. «Old temple of Athena:
Description». ODYSSEUS (en inglés). Ministerio de Cultura de Grecia.
Wolf-Dietrich Niemeier: Der Kuros vom Heiligen
Tor. Überraschende Neufunde archaischer Skulptur im Kerameikos in Athen.
Zabern, Mainz 2002. (Zaberns Bildbände zur Archäologie)
W. Dörpfeld, Parthenon I, II, III, American
Journal of Archaeology, XXXIX, 1935, 497–507.
W. Dinsmoor, American Journal of Archeology,
XXXIX, 1935, 508–9
No hay comentarios:
Publicar un comentario