domingo, 10 de enero de 2021

Capítulo 3 - MADINAT AL-ZAHIRA

 Arte omeya en Al-Ándalus II: Arquitectura civil y militar
No se conserva ningún ejemplo de arquitectura civil o palatina de época emiral, solo noticias documentales. Sabemos que los emires usaron al principio como residencia y centro político el antiguo edificio correspondiente a los gobernantes visigodos, que después fue remodelado por Abd al-Rahman I y II. Sabemos también que Abd al-Rahman I construyó a las afueras de Córdoba un palacio que evocaba a los antiguos palacios del desierto de siria. 

MADINAT AL-ZAHIRA:
De época califal, en cambio, conservamos un ejemplo extraordinario de arquitectura palatina: la ciudad palacio de Madinat al- Zahara. Esta ciudad palatina fue sin duda, el proyecto arquitectónico y artístico más importante de todo el califato. Excedió con creces a la construcción de la mezquita. Se trataba de construir una ciudad completa. La construcción de la ciudad estará íntimamente ligada a la instauración del califato, ya que tomando el modelo oriental, se va a decidir crear una ciudad de nueva planta para prestigiar es institución recién creada y par aponer de manifiesto el poder y la grandeza del califa (Abd al-Rahman III).
Esta ciudad se va a inspirar claramente en modelos orientales, concretamente en la ciudad de Samarra (construida por los califas abasíes). La construcción comenzara en el 936, y será la obra más emblemática de la época califal y el símbolo de poder del califa.
Según la leyenda, se dice que el nombre de la ciudad Al-Zahara procede del nombre de una de las esposas del califa, que dono una gran suma de dinero para liberar una gran cantidad de cautivos musulmanes. Al no encontrar ninguno, el califa lo destino a la construcción de la ciudad. Se gastó muchísimo dinero en la construcción (un tercio del tesoro califal durante el gobierno de Abd-al Rahman III).
Se construyó durante la vida de Abd al-Rahman III, y fue continuada por Al-Hakem II hasta el año 76. Su sucesor, Hixem II, no seguirá con las obras, pero vivirá en la ciudad. Llega un momento en el que Al-Zahara pasara a un segundo lugar ya que el visir Almanzor construirá otra ciudad palatina, Madinat al-Zahira.
Madinat al-Zahara está situada unos kilómetros al oeste de Córdoba. Esta colocada en una ladera de las estribaciones de Córdoba. Al-Zahira se sitúa al este. Desgraciadamente no tenemos constancia arqueología de ella. Se sabe que estaba, pero no ha sido localizada.
La decadencia del califato va a afectar enormemente a la ciudad palatina. Porque, tras la muerte de Hixem II, se van a desatar una serie de luchas intestinas por el poder que van a determinar enfrentamientos. En todo este revuelo la ciudad va a ser saqueada y salteada varias veces. Tras la caída y desintegración del califato, al- Zahara se convierte en un lugar expoliado sistemáticamente, se va a convertir en cantera. Ello acelerara su ruina. En el siglo XII era una ruina absoluta y en el siglo XV ya no se la identificaba como la residencia de los califas omeyas, lo consideraban ruinas romanas. La recuperación de la ciudad comienza aproximadamente en torno a 1911, cuando se inician estudios sistemáticos y las excavaciones arqueológicas, las cuales solo han conseguido su recuperación parcial. Actualmente se sigue excavando, pero muy lentamente.
Para hacernos una idea de cómo sería esta ciudad hay que recurrir a dos fuentes:
·       fuentes documentales: nos manifiestan claramente la admiración y el impacto que la ciudad producía en todos aquellos que la conocían. Era mucho más que una ciudad palatina normal, ya que incluía zonas residenciales, espacios de servicios de guardia, de mantenimiento, incluso, un jardín botánico y un jardín zoológico, etc. Estas fuentes nos van a hablar de espectaculares cifras en lo referente a obreros que trabajaron en la ciudad y a los servidores que trabajaban en el palacio (1200 hogazas de pan diarias para alimentar a los peces del estanque). Estas fuentes son riquísimas.
·       restos materiales: son sobre todos artes suntuarias. Los talleres suntuarios califales más importantes trabajaran para la ciudad, incluso muchos de ellos estarán situados en la misma. Como el taller eborario (de marfiles), textiles de lujo, taller de metales preciosos, etc. 

La finalidad de todos estos espacios suntuosos era muy clara: impresionar e impactar al visitante. Sin duda alguna, de todos los elementos existentes que decoraban las estancias públicas uno de los preferidos del propio califa era esa pila de mercurio que tenía un mecanismo que hacia oscilar de manera que el mercurio provocaba efectos de luz y sombra que deslumbraba e impactaba a cualquier visitante, haciéndole pensar que el califa era capaz de dominar efectos naturales.
La mayor parte de las características del arte omeya califal se proyectaran de Madinat. Las obras comienzan en el 936. En el 941 resta construida la primera fase de la ciudad, y la mezquita estaba ya en uso. Va a ser en el 946-947 cuando se traslade la ceca a Madinat (la acuñación de moneda, es otro elemento que define el carácter regio). Es muy probable que en ese momento el califa ya se hubiera trasladado a la ciudad palatina. Los edificios van a seguir construyéndose a lo largo de todo el reinado de Abd al-Rahman III y durante el reinado de Al-Hakem II, quien supervisara todas las obras de la ciudad durante el reinado de su padre.
Va a ser un conjunto urbano planificado para ser desarrollado en fases. Es una ciudad completamente amurallada por un muro que crea un recinto enorme en torno a ella. El recinto tiene forma rectangular situado de este a oeste con una longitud de 1.5.km. y la mitad de ancho. Toda la parte inferior responde a la forma rectangular, en la parte de arriba el rectángulo se hace irregular estrechándose en el centro debido a la forma de la montaña.

Se va a organizar en tres niveles o terrazas:
Aprovechando perfectamente el desnivel del terreno, la ciudad palatina de Medina Azahara fue distribuida en tres terrazas, como las terrazas que forma el Guadalquivir.  
·       el nivel superior: se corresponde con la zona del Alcázar, donde están los edificios representativos más importantes. Es la zona donde se han centrado últimamente las excavaciones. Este nivel se va a prolongar inmediatamente delante del salón rico por medio de una especie de terraza nivelada a la misma altura del mismo, es el denominado jardín alto (la segunda terraza esta en un nivel más bajo).
·       nivel intermedio: zona ajardinada par aislar el alcanzar. Está constituida por el jardín bajo y al otro lado estará la mezquita para permitir el acceso desde todos lados de la ciudad.
·        terraza inferior: no ha sido excavada. Se correspondería con la medina propiamente dicha. Es donde se encontrarían los alojamientos, zocos, talleres, servicios, etc.Estas tres terrazas se van a comunicar por medio de una red viaria jerarquizada que incluía calles y pasajes cubiertos jalonados por puertas. Para salvar los desniveles era frecuente el uso de rampas, ya que también facilitaban el acceso a las caballerías. Dentro de esta ciudad había una serie de servicios esenciales que en muchos casos estas redes excedían de los niveles de la ciudad, ya que era necesario que la comunicaran con el exterior:
·       La red viaria comunicaba la ciudad con Córdoba y con las almunias: residencias de recreo de personajes importantes.
·       La red de abastecimiento de agua necesitaba de infraestructuras exteriores para funcionar por dentro: ejemplo del acueducto de valdecuente, era un acueducto romano reutilizado.
·       La red de saneamiento también continuaba exteriormente.
·       Los materiales van a ser de primerísima calidad como era lógico en un proyecto arquitectónico de estas características. Todos los edificios serán construidos en buena piedra, con sillares a soga y tizón (característica de la arquitectura omeya). Muchos materiales empleados serán importados incluso de Bizancio, traídos gracias a las excelentes relaciones diplomáticas entre las dos ciudades. Es muy posible que no solo llegaran materiales, si no también arquitectos y artistas. Estos materiales eran usados para revestir los muros. Por ejemplo, los zócalos, era de mármoles, así como los suelos y las columnas. Esa decoración mural que recubría la buena sillería podía ser:
·       decoración pintada que recubría el muro: a base de motivos geométricos. O es lo que nos ha quedado. Motivos en rojo sobre un fondo ocre. Algunas de las casas tienen decoración mural.
·       enchapado en piedra: parecido al de la mezquita. Edificios más importantes. Actúa como una autentica epidermis sobre el muro. Cuando Madinat empezó a ser arrasada lo que interesaba eran los materiales con los que se pudiera construir, por lo que esta decoración se arrancó y se abandonó. Es lo que hemos encontrado con el paso del tiempo. Estos elementos han proporcionado una información extraordinaria acerca de los edificios que constituían a través de su recomposición (anastilosis, es el procedimiento que se usa en arqueología que consiste en reconstruir a través de los elementos decorativos las construcciones arquitectónicas, dando la forma de arcos pilastras, etc. a las que originariamente pertenecían. un puzle).

 

El perímetro de la ciudad va a estar perfectamente delimitado por esa muralla, la cual presentaba una serie de torreones rectangulares. El acceso principal a la ciudad se realizaba por la zona norte (donde llegaban los caminos procedentes de Córdoba). El otro acceso existente era por el sur (en la medina). El acceso de la puerta norte se hacía a través de una puerta en recodo con una torre adelantada. Esto nos va a anticipar soluciones que serán características de la arquitectura militar hispanomusulmán. 
Las dos construcciones más antiguas fueron la dará al-munk o casa del poder o real y la mezquita. Ambos ámbitos estarían construidos ya en el 900 y pico:

Dara al-Munk: era la residencia íntima del califa y de sus allegados. Estaba situada en un lugar de absoluto privilegio dentro de esa terraza superior, ya que domina desde el punto de vista simbólico y físico el lugar. En planta se trata de un conjunto en el que se mezclan estancias, habitaciones, patios y pórticos. Es lo característico de los ámbitos residenciales. Van a esta reorganizados en torno a patios y abiertos a pórticos. Lo único que queda es el arranque de los muros, las arquerías son una reconstrucción (uno de los pórticos abiertos). Arcos de herradura califal cada vez más cerrado. Los capiteles son el típico modelo característico de Madinat al- Zahara (capiteles de avisperio). Son capiteles tallados a trepano con una decoración vegetal muy estilizada que buscan el claroscuro, creando una sensación de encaje. La disposición de los arcos es igual que la de la mezquita. Apoyado sobre pilares en los laterales con cimacio. Hay un elemento que surge en la ciudad: las roscas de los arcos en los laterales están cortadas para conseguir un mayor equilibrio compositivo. La decoración que se ha encontrado se usa para reconstruir las diferentes estructuras. 

Hacia el este y en bajo nos vamos a encontrar una zona de servicio o unidades habitacionales vinculadas con el alcázar y el palacio.
Hay un espacio un poco mas diferenciado que es lo que se conoce como el patio de los pilares. En torno a este patio se organizan una serie de estancias rectangulares. Su función se desconoce. Hay restos también de solado, que solía ser de caliza violácea. Interiormente los espacios solían cubrirse con mármol blanco. Este ámbito de servicios debió de ser realizado inmediatamente después de la vivienda privada del califa. Probablemente con posterioridad al año 960.
Parece ser que se construyeron dos casas importantes, vinculadas con personajes importantes de la realeza y de la corte (8 y 10). La 8 es la vivienda de Yáfar. Era el primer ministro de Al-Hakem II. Era un alto dignatario en la corte. Es una casa muy grande, en la que se identifican tres ámbitos: intimo, de servicios y ceremonial o público. Todo ello estancias dispuestas en torno a patios. En el ámbito público nos encontramos ya con un precedente de cómo van a ser los espacio públicos o salones de recepción (mailis). Eran unas estructuras palatinas que crean salones de recepción y tomadas directamente del mundo oriental. Son espacios de planta basilical de 3 o 5 naves y precedidos de otra nave transversal a modo de pórtico. Los patios suelen ser zonas ajardinadas que con albercas o patios de crucero (patios hispanomusulmanes). Tenemos algún resto de pinturas murales y se han encontrado también algunas piezas de carácter decorativo (pila), así como algún elemento decorativo específico (enchapados en piedra con decoración vegetal tallada). 

El otro ámbito importante es la casa de la Alberca o la casa del príncipe: se ha querido relacionar con la vivienda de Al- Hakem II. Hay una serie de estancias rectangulares. Dos pares de estancias se sitúan a ambos lados de patio que presenta en el centro una Alberca. Estas estancias se comunican con ese patio mediante pórticos abiertos. Esta casa es bastante rica, además incorpora un baño o haman.


En la década de los 50 se va a ampliar hacia el este una zona del alcázar. Este espacio se va a convertir a partir de ese momento en el espacio público y oficial más importante de todo el conjunto. Se van a construir allí dos de los edificios más representativos de la ciudad: los dos salones de recepciones que han sido recuperados hasta el momento. Estos dos salones son:
Casa de los visires o dara al-wuzara (antiguamente se conocía dar-al-yu o casa militar): centro administrativo del estado y se va a organizar como un salón de recepciones o mailyes. Estará constituido por cinco naves, tres de las cuales se comunicaran entre sí por arquerías sostenidas por columnas. Las naves laterales aparecen más independizadas. En la zona previa este otra nave trasversal a modo de pórtico con dos espacios independizados en los extremos. El acceso a esta casa se realizaba por la zona este, a través de una rampa la cual estaría originariamente cubierta, y permitía la llegada de las caballerías.

Existía una gran portada monumental en el este que se abría a una gran explanada, la cual debía de ser utilizada para ceremonias multitudinarias. De esta fachada se conservan cuatro arcos, aunque en realidad tendría aproximadamente unos 14.
  Era una gran fachada monumental constituida por arcos de herradura con alternancia de dovelas bícromas poyadas sobre cimacios y columnas. Según las fuentes, en el más grande de los arcos había una especie de templete abierto desde donde el califa, apoyado por los altos dignatarios, asistía a las ceremonias.

El salón rico o salón de Abd el-Rahman III: Al sur de la dara al-wuzara se sitúa la parte pública que va a resultar, sin duda, la más importante de la ciudad palatina hasta el momento. Es el salón rico o salón de Abd el-Rahman III. Ha sido identificado perfectamente en las crónicas con el denominado salón oriental. Un salón oriental donde sabemos que se llevaban a cabo las ceremonias de recepción a embajadas diplomáticas extranjeras y donde se llevaban a cabo las grandes celebraciones civiles que seguían a las ceremonias religiosas. Este salón fue construido entre el 953-957. A él, el califa accedía desde la dara al-mud o casa del ejército a través de una serie de pasadizos de carácter privado. Sabemos que también existía otro pasadizo que lo comunicaba directamente con la mezquita. Tenía una serie de dependencias, además de un baño, que actuaran de habitaciones residenciales para el califa. Va a ser el edifico más lujoso que conservamos hasta ahora de este conjunto palatino. En él, se han centrado principalmente las labores de excavación y reconstrucción. En este salón rico se van a concretar claramente las características del arte clásico de época califal (s. X).En cuanto a planta tenemos un espacio basilical de 5 naves de las cuales tres están perfectamente comunicadas entre sí a través de arquerías (maylis) apoyadas sobre columnas. Estas naves laterales tienen en la parte de arriba dos espacios cuadrados cubiertos por cúpula que pegan con el muro testero. Se cree que en ellas el califa descansaba en los intermedios de las ceremonias. Delante tenemos el pórtico transversal con otros dos espacios independizados, a uno de los cuales llegaría el pasadizo de la residencia del califa y al otro el de la mezquita.
En el espacio previo a la entrada comienza a incrementarse de forma espectacular la decoración, la cual nos indica que es un espacio público importante.



Separación perfecta entre las naves a través de arcos de herradura con capiteles de hojas capitformes y fustes de mármol alternado (mezquita).
El arco ciego de herradura con la caja de inscripciones es el elemento que nos indica que el califa, o bien de pie o bien sentado en un trono, se ubicaría justo en ese lugar. Más en detalle se ve como todo se cubre absolutamente con un enchapado en mármol tallado cubierto por decoraciones de carácter vegetal. Hay una tendencia al horror vacui. Los arcos alternan elementos restaurados con elementos nuevos. Al fondo hay unos huecos abiertos en el muro que se corresponderían con alacenas, donde se dispondrían jarras de agua u otros líquidos para refrescar a los asistentes (precedente de la alhambra).
También vamos a ver capiteles avispero o de Madinat al-Zahara. Tienen un tallado a trepano muy profundo que está creando una decoración encaje, perforada que consigue un extraordinario efecto de claroscuro. Las basas también están completamente talladas a trépano, y en ellas aparecen inscripciones que aluden al califa y a los artesanos que han trabajado en la obra.
Delante del salón rico tenemos una enorme plataforma avanzada que se proyecta sobre la terraza intermedia. Es un espacio que se ha rellenado con tierra para conseguir esa terraza proyectada sobre el segundo nivel. Es un espacio a la misma altura que el salón rico que incorpora un patio, denominado jardín alto con cuatro albercas, al principal delante del pórtico del salón. En el centro debió existir un espacio arquitectónico conocido como pabellón alto, del que se sabe bastante poco. Es posible que se cubriera con bóveda. Este edificio ha proporcionado una gran cantidad de elementos decorativos.

En la terraza intermedia: en la zona oeste tenemos el jardín bajo. Este jardín nos daría el modelo de jardín de crucero que será tan importante en la arquitectura nazarí. Al este de esta segunda terraza tendríamos la mezquita. Esta es el año 941 (en uso). Es uno de los edificios más antiguos de la ciudad. Esta mezquita  va a ser, junto con le mezquita de Córdoba, los dos edificios religiosos más importantes conservados de época califal. Pero de solo tenemos ruinas arqueológicas, ya que solo existen fragmentos de elementos arquitectónicos y cimientos. Esta mezquita es mucho más pequeña que la de Córdoba. Lo importante es que va a adelantar soluciones que después se van a encontrar en la mezquita de Córdoba.
En cuanto la planta es de tipo occidental: hipóstila y con sala de oraciones. El patio tenía una serie de riwaqs o salas porticadas. El alminar estaría en dentro del muro norte (mismo modelo que el de Abd el RaHman en Córdoba). Se orienta hacia el sud-este (es la primera mezquita dentro del mundo andalusí que se va a orientar bien). Tiene cinco naves perpendiculares al muro de la quibla. Se ubica en un territorio en declive, por lo que para construir la cabecera van a macizarlo y crear un doble muro contención y en el centro se dispone el mihrab (mezquita). 




Hay una serie de edificios anejos con patios de alberca en el centro que pueden ser: destinados a abluciones y/o estancias o viviendas para la gente que se encargar de mantener la mezquita.
 


Recintos y fortalezas: los vascos, Tarifa y Gormaz
 

EJEMPLOS DEL Siglo IX:
La alcazaba de Mérida o conventual: Es la más antigua fortificación musulmana de la península ibérica, construida en el siglo IX en la ciudad de Mérida (España) junto al célebre puente romano sobre el río Guadiana. Está declarada Patrimonio de la Humanidad como parte del Conjunto Arqueológico de Mérida.
La alcazaba fue construida por Abderramán II en el año 835 d. C. como bastión para controlar la ciudad, que desde el año 805 se había rebelado continuamente contra el dominio emiral. Ello la convierte en la fortificación musulmana más antigua que se conserva en la península ibérica. La fortificación consiste en un recinto cuadrado de 130 metros de lado capaz de albergar un buen número de tropas. En su interior hay un aljibe, que es una cisterna subterránea de agua filtrada desde el cercano río Guadiana a la que se accede por una doble escalera desde el piso bajo de una torre. Dentro destacan las pilastras reaprovechadas de algún edificio visigodo cuya decoración, en relieve, consta de columnas en sus laterales y motivos vegetales que forman círculos alrededor de racimos y palmetas en sus frentes. ​
El perímetro de la alcazaba es casi cuadrado, de unos 550 metros. Los muros, de unos 2,70 metros de grueso y 10 metros de altura, están fabricados en su mayoría con sillares de granito reaprovechados de obras romanas y visigodas con un relleno interior de tierra, piedras y argamasa. Originalmente había una gran torre cuadrada en cada esquina del recinto (cuatro en el principal y dos en el alcazarejo), mientras que en los lienzos de la muralla, a intervalos regulares o flanqueando las puertas, se disponían en total otras veintidós pequeñas torres de base cuadrangular, algunas de época cristiana. ​
A la alcazaba se accedía desde el puente romano a través de un pequeño recinto fortificado denominado tradicionalmente «alcazarejo». Por esta gran barbacana se controlaba el paso de personas y mercancías a la ciudad de forma que el recinto militar principal quedaba totalmente independiente de la población civil. A este último se entra por una puerta flanqueada por dos torres sobre cuyo arco de herradura​ se conserva una de las inscripciones fundacionales de la alcazaba en la que se puede leer:
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso. Bendición de Dios y Su protección para los que obedecen a Dios. Ordenó construir esta fortaleza y servirse de ella como refugio de los obedientes el emir Abd al-Rahman, hijo de al-Hakam –glorifíquele Dios–, por medio de su camil Abd Allah, hijo de Kulayb b. Talaba, y de Hayqar b. Mukabbis, su sirviente [y] Sahib al-bunyan, en la luna del postrer rabi del año doscientos veinte

Abril del año 835 d. C.

Interior de la Alcazaba de Mérida 

Queda un recinto cuadrado, amurallado, con torres cuadradas en las esquinas. Van a aparecer tres avanzadas que son el antecedente de las denominadas torres albarranas o torres avanzadas que veremos en época mozárabe. Dentro hay un aljibe pétreo, de época romana que va a ser reutilizado en época visigoda y en época islámica. El muro exterior que da al rio está apoyado sobre la base de la muralla romana, e incluso algunos de los sillares empleados son de época romana. Se trata de una muralla con contrafuertes interiores para reforzarla.
Muralla de la alcazaba hacia el río Guadiana.
 

EJEMPLOS DEL Siglo X:
Castillo De Gormaz, Soria: Es una fortaleza de origen musulmán situada junto al pueblo de Gormaz (Soria, España) cuya construcción comenzó en el siglo IX, durante el Califato de Córdoba sobre los restos de un anterior castillo de origen cristiano o musulmán. La construcción comenzó en el lado noroeste del cerro, donde se levantó un pequeño castillo. La fortaleza fue conquistada por los cristianos en el 912 y volvió a manos musulmanas durante el califato de Alhakén II quien ordenó al general Gálib su ampliación, tarea que se emprendió entre el 955 y el 966.
El castillo consta de dos partes diferenciadas separadas por un foso. Al este se encuentra el alcázar, la torre del homenaje, la "torre de Almanzor", el aljibe y los aposentos califales. En la parte oeste se encuentra una alberca para dar de beber a los animales y una gran explanada donde acampaban las tropas. Cuenta con una gran puerta que denota su origen islámico, la Puerta Califal. En la cara oeste de la muralla hay tres estelas, una de origen romano y otra claramente islámica, que se colocaron allí para espantar los malos espíritus.
El castillo de Gormaz llegó a ser la fortaleza europea más grande de su época: con un perímetro amurallado de 1200 m, 446 m de largo, 28 torres y una forma muy alargada en dirección este-oeste.
El castillo de Gormaz se convirtió en pieza clave de la defensa musulmana contra los reinos cristianos del norte y contribuyó a mantenerlos alejados de Medinaceli. Su situación y sus excelentes condiciones de visibilidad permitían controlar una de las rutas de acceso hacia el norte y el río Duero y fue una de las posiciones estratégicas más codiciadas por musulmanes y cristianos durante los siglos IX y X.
En el 975 el conde García Fernández, aliado con Sancho II de Pamplona y Ramiro III de León, asedia el castillo pero, mientras lo hace, es atacado por un ejército de rescate al mando de Gálib y sufre una humillante derrota. Vuelve a intentarlo en el 978 con éxito y lo mantiene hasta el 983, cuando lo toma Almanzor. Permaneció en poder de los musulmanes hasta su conquista definitiva por los cristianos en el 1060 por parte de Fernando I de León. Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, fue señor de Gormaz desde 1087.
Será en esta época en que se funda el pueblo de Gormaz, a los pies del castillo.
Con posterioridad su importancia estratégica fue disminuyendo. Fue usado posteriormente como prisión hasta su abandono definitivo.
Solo quedan ruinas. El principal es el muro en el que se encuentra la puerta de entrada y que está realizado en buena sillería a soga y tizón. La puerta está constituida por un doble arco de herradura típico del s. X. también cuenta con un alfiz en torno al arco.
Puerta califal

Puerta del sur 


Castillo de baños de la encina, Jaén: Es una fortaleza omeya, construida en el siglo X sobre un pequeño cerro que domina la localidad de Baños de la Encina, situada en el norte de la provincia de Jaén (Andalucía, España).
Rodeado y flanqueado por una robusta y almenada muralla con catorce torres, más una decimoquinta Torre del Homenaje de factura cristiana, el castillo apenas ha sufrido daños, ya sean causados por el tiempo o la acción humana. Representa por tanto un ejemplo perfecto de fortaleza musulmana del siglo X, y constituye el conjunto fortificado mejor preservado de la época del Califato de Córdoba, al mismo tiempo que es uno de los castillos musulmanes mejor conservados de toda España. Su inestimable valor histórico y artístico es la razón por la que este castillo llegó a ser declarado como Monumento Nacional en 1931. ​
El castillo de Baños de la Encina se estableció en una región importante y estratégica, justo en la entrada del valle del Guadalquivir y, por lo tanto, de Andalucía. Fue el califa Alhakén II (autor de la ampliación más suntuosa que sufrió la Mezquita de Córdoba e hijo del rey Abderramán III) a quien se le atribuyó su construcción a raíz de la transcripción de una lápida fundacional depositada en el Museo Arqueológico Nacional, que resultó ser originario del castillo de Talavera de la Reina.
Según la teoría tradicional omeya, los trabajos de construcción de la fortaleza se iniciaron en 968​ (año 357 de la Hégira), como lo demuestra una inscripción grabada en la puerta, cuyo original se conserva en el Museo arqueológico nacional de Madrid. Su construcción sería entonces contemporánea a la edificación de fortalezas similares en la región, tales como el Castillo de El Vacar, en la provincia de Córdoba, peor conservado.
Según las crónicas de la época, el califa ordenó levantar varios recintos vastos fortificados de idénticas características a lo largo de todo el camino que conducía de Sierra Morena hacia Córdoba, con el fin de alojar a sus tropas (esencialmente compuestas por mercenarios magrebíes) que se dirigían hacia el Castillo de Gormaz (provincia de Soria), al norte de al-Ándalus, para llevar a cabo razias contra los reinos cristianos. No obstante, esta línea de fortificaciones no iban dirigidas a objetivos defensivos, pues el país atravesaba entonces por un largo período de paz.
En el siglo XI, tras el hundimiento y la separación del Califato de Córdoba en múltiples reinos de taifas, es cuando los estudios arqueológicos realizados recientemente datan la construcción, considerado así almohade. En este momento el castillo atraviesa períodos difíciles. Se convierte en objeto de continuas y feroces luchas entre musulmanes y cristianos, que ven allí una pieza clave para acceder a Andalucía. Alfonso VII de León se lo arrebata a los musulmanes en 1147, pero después de su muerte en 1157, la fortaleza vuelve a manos islámicas. Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León llegan a recuperar el castillo en 1189, sin ser éste un éxito definitivo, pues tres días después de la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), la fortaleza vuelve a pasar a ser dominio musulmán.
Hay que esperar al impulso decisivo que da Fernando III en pos de la reconquista del sur peninsular para que el castillo pase definitivamente, en 1225, al dominio castellano. El rey lo cede al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, y su defensa y guardia es confiada a la Orden de Santiago, muy implicada en las operaciones militares del sur de la península ibérica. Poco tiempo después, Fernando III integra el pueblo de Baños de la Encina en la jurisdicción de la ciudad de Baeza, de la que dependerá hasta 1626, fecha en la que Baños de la Encina obtiene la condición de villa.
En 1458, en pleno período de disputas nobiliarias en Castilla, Enrique IV cede la fortaleza a su condestable, Miguel Lucas de Iranzo. La decisión provoca el rechazo y malestar de la población, que se niega a cambiar de jurisdicción. En 1466, el regidor de Baeza toma el castillo y lo devuelve a los partidarios del rey. Es en aquella época, con la construcción de la Torre del Homenaje alrededor de uno de los bastiones originales musulmanes, cuando se modifica la fisonomía de la fortaleza. Previamente, en el siglo XIV habría sido reorganizado el espacio interior, con la edificación de un pequeño fortín sobre la plaza de armas, protegido por una muralla interior.
Durante la invasión napoleónica, las tropas francesas se apropian del castillo, que sufrió las consecuencias de su ocupación, y desde entonces hasta 1828, el patio del castillo serviría de cementerio parroquial.
Más recientemente, se emprenderían diversas labores de restauración, siempre bajo la tutela de la Dirección de Bellas Artes. En la actualidad es propiedad pública y pertenece al Ayuntamiento de Baños de la Encina.
El castillo de Baños de Encina se levanta sobre una pequeña colina rocosa que le permite dominar el pueblo y, por tanto, todo el paisaje que le rodea. La fortaleza se encuentra a su vez acogida por otros importantes emplazamientos históricos, como así lo son las ruinas de la ciudad romana de Cástulo, varias casas señoriales de los siglos XVI y XVII, o varias ermitas donde entra la Iglesia Parroquial de San Mateo (del siglo XV). Excavaciones arqueológicas realizadas en el interior de la fortaleza, han puesto al descubierto restos de uno o dos recintos amurallados que evidencian la existencia bajo la fortaleza de un asentamiento de la edad del Bronce, hecho que proporciona datos sobre la cultura argárica, una de las más importantes de la antigüedad del Mediterráneo Occidental, lo que muestra que el asentamiento controlaría una de las zonas estratégicas más importantes del Valle del Guadalquivir. Durante las mismas excavaciones también se ha puesto al descubierto la existencia de una fase ibérica con un oppidum del siglo IV, un mausoleo de época romana y después una fase medieval.
De apariencia sobria, se presenta bajo la forma de un perímetro con forma oval (100 metros en su eje mayor y 46 m en su eje menor, con una superficie total de 2.700 m2), punteado de catorce torres cuadrangulares de estilo califal y de igual altura sobrepasando apenas la de la muralla. El conjunto de estas catorce torres, severas y próximas entre sí, le confieren o afirman el carácter defensivo del castillo. Una torre adicional, la torre del homenaje (también llamada almena gorda), sería edificada en el siglo XV, y constituye en realidad una modificación cristiana de una de las torres originales. Esta torre, imponente, que resalta sobre las otras por sus dimensiones, no es característica de la arquitectura musulmana hispánica, sino que responde a cánones arquitectónicos cristianos. La torre del homenaje representa el poder de su ocupante. Así, su posición lo demuestra, pues no se dirige hacia el paisaje, sino hacia el pueblo, revelando por tanto su utilización simbólica, fiel a la costumbre feudal.
Tanto murallas como torres, están dotadas de almenas o merlones, y perforadas por aspilleras. Las torres disponen de tres pisos e incluso de cuatro si estas se sitúan en un terreno más bajo. Las murallas presentan dos entradas que permiten el acceso. La primera es una puerta soberbia situada en el costado meridional entre dos altas torres. Presenta dos grandes arcos de herradura, sobre los cuales se dispone un matacán. El segundo acceso, más modesto, está situado sobre el costado norte de la muralla.
Las murallas rodean el patio de armas, en el que se halla un aljibe cubierto por una bóveda de medio cañón, y que está dividido en dos naves separadas.
Además de la torre del homenaje, también se observa otra modificación de la época cristiana dentro del recinto, vestigios de un pequeño fortín. Existía un alcazarejo circular o torreón imponente rodeado de una muralla interior, unida al recinto exterior por dos lienzos de pared. De esta obra, que dividía en dos partes la plaza de armas, sólo subsinten las bases del fortín y fragmentos de una de las paredes de defensa.
Los materiales de construcción son bastante elementales. La materia prima es una mezcla denominada tapial, similar al adobe, que está hecha a base de arcilla, arena, cal y piedra cruda, con la que se confeccionaron los ladrillos que finalmente irán superpuestos unos sobre otros. La cal garantiza la robustez del edificio. Esta técnica responde a la necesidad básica de levantar con rapidez las fortificaciones, y explica el color específico del recinto, que oscila entre el pardo y el rojo. Sólo la torre del homenaje, más tardía, se construyó con otros métodos, siendo edificada en piedra con un estilo que se asemeja más al de las fortificaciones góticas.

Arquitectura califal en al-Ándalus III: escultura y artes suntuarias
Los marfiles van a ser producidos en esta ciudad. Aproximadamente a partir del siglo X vamos a ver como los soberanos van a optar por un estilo de vida opulento y refinado, con el que se pretendía emular el lujo de la corte oriental Abbasi (la cual a su vez asumía la influencia omeya, bizantina, china e india). Se trata de crear un ambiente fastuoso convirtiendo a Córdoba en unos de los principales focos de producción y consumo de objetos de lujo más importante de occidente. Dentro de las artes suntuarias andalusíes van a destacar por su refinamiento y sofisticación los elementos eborarios (marfiles).
Las piezas que se han conservado de época califal van a ser muy homogéneas en cuanto a técnica, porque nos vamos a encontrar con que todas ellas van a estar talladas. Es una técnica artística que comienza a producirse en al-Ándalus pero que comienza en el mundo bizantino. Dentro del mundo andalusí el marfil tallado va a tener su época de esplendor en el período califal, se mantiene en el reino de taifas, pero después terminará para siempre. El método islámico de talla de marfil va a ser descrito por el monje Teófilo (siglo XII). Es un monje alemán en cuya obra (de diversos artimus) nos vamos a encontrar con la fuente principal para conocer paso a paso como se realizaban estas piezas.
En primer lugar el marfil es un material de lujo, extraordinariamente caro, que procede de lejanos lugares. Ya desde la antigüedad estaba vinculada a las clases dirigentes. Va a ser un material muy dúctil, bastante blando, que se equipara a la madera. Para llevar a cabo una pieza había que extraer el material directamente del colmillo, para eso había que aprovecharlo al máximo tratando de evitar desperdiciar materia. Va a haber dos tipologías específicas: cajas rectangulares pequeñas y los botes redondos. Había por tanto dos maneras de extraer el material:
·       En primer lugar en ambos casos se cortaba una fracción maciza de colmillo. Con estas piezas se daba forma a la caja, vaciando el interior. Son objetos macizos, de una sola pieza, el interior esta vaciado. Es la manera más característica de crear estas piezas en época califal.
·       Después nos vamos a encontrar que se van a extraer del colmillo placas con las que se van a construir unas piezas un poco más grandes adosando diferentes placas. Es un enchapado unido con clavos de marfil y sin alma de madera. A medida que avanza la época taifa las chapas se adelgazan y se recurre al alma de madera (había menos dinero). Las piezas son macizas porque manifiestan que hay una posibilidad de dilapidar el material. Después de cortar el objeto y de elegir qué forma  va a tener: el marfil se ablandaba para hacerlo un poco más dúctil.

Después se tallaban los motivos decorativos en relieve que se conoce como técnica del excavado. Esta técnica consiste en cubrir completamente el objeto (son muy pequeños) por una capa de greda (especie de arcilla). Luego se dibujaban los motivos decorativos con un lápiz de plomo. Después se retiraba la greda y se repasaban esos motivos con un punzón de hierro fino. El siguiente paso es excavar los fondos a la profundidad deseada. El último paso es modelar de forma individual cada uno de esos motivos, a veces incorporando el grabado.
Normalmente, había dos opciones:
1. dejar las piezas del color natural del marfil, en cuyo caso se pulimentaban. Con piedra pómez o con la piel de un pescado llamado ángel.
2. policromarlas: la mayoría estuvieron bicromadas, lo normal es que tuvieran el rojo para los fondos y azul para los motivos decorativos en relieve. Algo que no es extraño ya que los capiteles tanto de la ciudad como de la mezquita también han aparecido con restos de policromía. Para policromarlos había que dilatar los poros del marfil para que absorbiera las sustancias colorantes de carácter natural. Se policromaban con baños de color: se cubría todo el recipiente con cera la cual se retiraba de los lugares que se quisieran policromar.
Lo último era colocar los herrajes metálicos. El artista solía dejar una marca sobre el marfil para que el artesano colocara los herrajes, normalmente de plata nihelada (plata ennegrecida mediante oxido), que a veces se enriquecían con dorado y a veces se incluían algunos elementos grabados a buril.
Las piezas del taller califal iban destinadas exclusivamente al ámbito áulico (el monarca y familia). En ocasiones van a ser destinadas también a regalos diplomáticos para mostrar el favor externo del soberano. El monarca quiere premiar a algún dignatario con uno de estos objetos.
El centro del taller va a estar situado en Madinat al-Zahara. 

EL DIPTICO DE SILOS
Es la pieza más antigua que conservamos de época califal (960-961). Es una pieza que se fabrica en este taller cuando el taller se encontraba en pleno funcionamiento. Pasa mucho tiempo, no tenemos piezas intermedias. Es una pieza absolutamente refinada. Estuvo mucho tiempo en el monasterio de silos, en burgos. Como la mayoría de las piezas pasó a territorio cristiano, donde se les dio un nuevo uso, convirtiéndose en lipsanotecas o relicarios, lo que en multitud de casos va a hacer que sean modificadas. Externamente esta pieza es un cilindro obtenido a partir de un colmillo, alisado y vaciado. Está constituido por dos valvas que exteriormente van a tener una forma suavemente curvada. El resto, completamente liso. Las dos valvas se articulan por medio de herrajes metálicos (las actuales son posteriores, las originales debían de ser de plata).
En el interior es donde se articula toda la decoración, por lo que se piensa que debía está pensado para ser visto solo el interior. Los herrajes, al ser posteriores, son muy toscas. Cada una de las valvas tienen excavados cinco receptáculos simétricos los de un lado y los del otros. Es el espacio entre estos receptáculos cóncavos donde encontramos la decoración tallada (ataurique y decoración vegetal  tallada que sigue ese proceso de excavado). En los extremos hay una misma inscripción que se repite cuatro veces y que nos dice que esta pieza fue realizada para la hija de Abd el RaHman III en el año 960-961. El califa Abd el RaHman III sabemos que murió poco después. Este califa tuvo 16 hijas, y no se sabe a cuál de ellas perteneció.
La teoría tradicional de su función es que era una caja para cosméticos o para guardar pebeteros. Es falso. Hoy sabemos con certeza que se trata de un tablero portátil de un juego de mesa llamado manqala, al que se sigue jugando actualmente. Es la única pieza con esta tipología que nos ha llegado de poca califal, lo que hace que sea tan excepcional. 

CAJA DE ABD EL RAHMAN III
En ella vamos a ver una tipología que si es muy frecuente, es una arqueta de dimensiones reducidas. Está perfectamente documentada y fechada a través de la inscripción. Esta tipología de caja rectangular de tapa plana va a perdurar, se las conoce como asfat (singular) y safat (plural). Estas cajas vienen directamente de Bizancio. También se realizó para una hija de Abd el RaHman III, de la que se desconoce el nombre, en el año 692.
Se sospecha de que si se podría tratar de la misma hija, ya que podrían formar parte de un lote de regalos que el califa regalo a su hija por un hecho especial. Las inscripciones van a encontrarse siempre en la tapa, con un carácter ornamental e informativo. Toda la pieza se cubre completamente con decoración de ataurique. Profundo, siguiendo la talla del excavado siguiendo ejes de simetría verticales. La decoración de ataurique se puede deber a que se trate a un elemento simbólico de la fertilidad femenina, ya que multitud de piezas destinadas a mujeres se recubren con ataurique. Tienen los herrajes de plata nihelada grabados a buril, son originales. El artista dejaba en resalto, sin tallar, el espacio destinado a los herrajes para que el artesano los pudiera colocar sin invadir  la decoración tallada. Hay que mencionar también el horror vacui. La talla de estas piezas recuerda a los paneles que hemos visto en la ciudad. El concepto de decoración muy en alto relieve, con técnica de trepano y buscando el claroscuro se repite en los marfiles. 

EL BOTE DE ZAMORA
Es una pieza del año 964.Hay que insistir en la tipología: de bote o píxide. Es una tipología que pertenece al mundo clásico. En la antigua Grecia las píxides eran unos recipientes circulares realizados de mármol, marfil hueso, madera, etc. cuya finalidad era guardar objetos (alhajas, medicinas, incienso, etc.). Tenían un cuerpo cóncavo o ligeramente convexo. Esta modalidad va a pasar a Bizancio, y de Bizancio al mundo andalusí. Estas píxides eran redondas y no muy altas, aunque van a haber dos elementos específicos para que se adapten a las necesidades de al Ándalus:
·       tienen paredes verticales de mayor altura.
·       la cubierta en forma de cúpula (exclusivo de las píxides de al-Ándalus).
·       esta cúpula va a aparecer rematada por un botón gallonado, rodeado de hojas. Se ha interpretado como una especie de fruto sin cascara (mandarina o granada).
Tanto las safata como las píxides van a tener una misma función: especieros o recipientes de perfumes, los cuales, en la época, eran sólidos. Era sustancias caras, que se traía desde oriente a través de la ruta de la seda. Tenían una enorme importancia tanto en el ámbito cortesano como dentro de la vida religiosa. Dentro del ámbito cortesano se consideraba un signo de hospitalidad perfumar la cabeza y las manos de los visitantes, así como quemar sustancias aromáticas (resinas, incienso). Incluso, dentro del ámbito religioso era en ese momento, y todavía hoy, cuidadosamente aromatizada antes de la plegaria de los viernes y de las fiestas de ramadán. Además de esencieros fueron utilizadas para guardar objetos de valor o para presentar como regalo joyas, piedras preciosas, etc.
Esta pieza fue mandada realizar por al Hakem II para su concubina favorita, la princesa Subh para conmemorar el alumbramiento de su primer hijo o el embarazo del segundo. Era una esclava cantora de la que el califa se enamoró, y será quien le de su hijo primogénito, el príncipe Abd de RaHman, el cual muere a los dos años. Toda la pieza se cubre con decoración de ataurique (idea de fertilidad). También se introducen pequeñas figuras animales. Esta pieza se conservó durante mucho tiempo en la catedral de Zamora.
En el borde inferior de la tapa se encuentra una inscripción con elegantes caracteres cúficos, los cuales indican al destinatario y la fecha de ejecución. Esta inscripción traducida aproximadamente dice lo siguiente: "La bendición de Dios al Imam, el esclavo de Dios, al Hakam Al Mustansir bi'llah el principe de los creyentes. De lo que se ha ordenado fabricar para la señora madre del príncipe Abd el Rahman, bajo la dirección de Durri As Saghir, en el año 356 Hégira".
Gracias a la inscripción se conoce que fue fabricada en los talleres de la ciudad de Córdoba durante la época del Califato Omeya de Cordóba.

BOTE DE NARBONA
Este Bote ó "pyxide de Narbonne" se encuentra expuesto dentro del Tesoro de la Catedral de Narbonne, en Francia.
Se trata de una de las cuatro piezas reconocidas como realizadas en el Taller de Cuenca.
La denominación de Píxide indica su uso en el culto cristiano para la conservación de la Sagradas formas.
Desconocemos como llegó esta pieza a Narbona, datando la primera mención escrita sobre la presencia de este objeto en la población en el año 1.857, ofreciendo los historiadores diversas hipótesis sobre ello:
* Podría haber llegado a Narbona en el año 1.238 con el botín de la toma de valencia por la Corona de Aragón.
* Haber aparecido la pieza en el mercado de Arte, como otras piezas de marfil, tras la Desamortización de Madoz en el año 1.855,  etc.
El análisis estilístico de los motivos vegetales, realizado mediante ornamentación de volutas, florones y hojas de semi-palmetas permite atribuir la fabricación de esta píxide al artista Muhammad Ibn Zayyan ó a su taller, pudiendo así fecharse entre los años 1.026 y 1.031.
Este bote está realizado en un solo bloque de marfil esculpido en "suave tallado", es decir, con la ayuda de un fino y pequeño buril.
Esta pieza de eboraria, de forma cilíndrica, tiene una tapa en forma cupulada, estando tanto el cuerpo como la tapa completamente ornamentados mediante un programa realizado a través del trépano y la talla, creando así unos relieves que cubren toda su superficie, desarrollándose los mismos entre tres líneas horizontales de sogueados ó trenzados denominados "cordones de la eternidad" que sugieren un significado de ligazón, continuidad infinita, eternidad, evocando la unidad de Dios, amén de asociar dichos trenzados a su vertiente mágica como elemento protector contra enfermedad o maleficio.
Conserva su herraje completo con sus remaches, que permite la apertura del recipiente, formado por dos bisagras, aldabón y placa de cerradura.
En la parte inferior de la tapa, en su borde externo, se desarrolla una inscripción realizada en caligrafía cúfica con el siguiente texto:
"Baraka min Allah. Mima `amilu bi Madinat Qunka li-jazana al-hayib qaid al-quwad, Isma`il" es decir: "Bendición de Dios.  Hecho en la ciudad de Cuenca para el Tesoro del Hayib, Caid de los Caides, Ismail"

Este sucinto texto podría corresponder al jefe bereber Ismail al-Zafir. Éste se aprovecharía de las guerras civiles para obtener el gobierno de Cuenca y tomar la cabeza de la Taifa de Toledo a la caida definitiva del califato en el año 1.032. 
Para asentar su autoridad de gobernador en Cuenca, Ismail habría imitado los fastos de la corte del Califa y desarrollado la producción lujosa de marfiles en Cuenca.
La parte superior de la tapa, con similar decoración a la realizada en el cuerpo del bote, cuenta con la terminación superior de los herrajes en forma lanceolada a los lados del remate del cono decorado mediante un círculo formado en su parte externa por otro sogueado ó cordón de eternidad y en su parte interna con decoración floral de doce pétalos, en cuyo centro se encuentra el hueco circular donde se fijaría la pieza correspondiente al pomo de sujeción de apertura del bote que sería similar al conservado en el Bote de Zamora. 

BOTE DE AL MUGUIRA
En el año 968 se constituye un hito dentro de os marfiles califales, porque es la fecha en la que se fabrica el bote de al mughira. En el Louvre. Al mugirá es el hermano de al-hakem. Fue un regalo del califa a su hermano cuando este tenía 18 años. Hay muchas teorías acerca del motivo del presente, pero ninguna está confirmada. Es muy importante porque constituye el primer modelo datado del cambio en temática y estilo de los marfiles. Todo el recipiente se cubre completamente por decoración. En la zona de abajo, donde se centra la decoración más importante, encontramos una distribución espacial muy  clara a base de cuatro medallones lobulados o perlados. Estos medallones incorporan en su interior escenas o temas sobre un fondo de ataurique. Entre los medallones además se disponen escenitas más pequeñas. El artista jerarquiza los temas por tamaño. Esa organización procede claramente de los textiles, con medallones circulares o lobulados enlazados mediante nudos, conteniendo las representaciones.
Además nos vamos a encontrar que este bote contendrá un renovado programa iconográfico cuyo objeto será articular un sistema de propaganda política al servicio de la monarquía reinante. Ese sistema visual de propaganda política consiste en elegir una serie de temas que tienen un origen en el mundo oriental. Esos temas van a ser incorporados para legitimar el poder del soberano, convirtiéndose en unos temas de uso exclusivo del monarca. Va a estandarizarse de tal manera que todos los objetos relacionados con el monarca van a utilizar el mismo tipo de imágenes con distintos soportes.
En el medallón central vemos dos animales (carácter oriental, origen persa). Es el famoso combate de animales que consiste en que un animal fuerte, como un carnívoro, ataca a una animal débil, un herbívoro (una gacela). Es un tema de clara naturaleza política que alude al poder del soberano, el cual es el león que acaba con las gacelas.
El otro medallón contiene una representación de carácter figurativo con personajes ubicados en una especie de estrada. Es una escena de corte en la que tres personajes se disponen en una especie de estrado sostenido por leones (alusión al poder). El que aparece en el centro, más pequeño, es un músico. El de la izquierda seria al-hakem II y el de la derecha es al  mugirá o un sirviente que abanica al califa. Vemos una imagen estereotipada de poder. No se van a representar fielmente los rasgos físicos del califa, si no que se van a estereotipar y a impersonalizar.  Para ello se recurre a una actitud rígida, hierática y frontal. Para identifica al califa se va a recurrir a sus elementos de poder. Sabemos que es el califa porque justo en el eje de su cuerpo encontraríamos una especie de redoma (recipiente de cristal) que alude a la copa de los mundos o copa de la inmortalidad (elemento simbólico que alude al poder del monarca). Es decisivo el hecho de que la copa se sitúe en el eje del cuerpo del monarca. Otro de los elementos de poder es la espiga que lleva en la mano derecha, que alude a la prosperidad del reino.

PIXIDE DE AL ZIYAD
En el 970 se va a regalar una píxide al prefecto de policía de Córdoba que va a seguir el modelo de al-mughira. Es una de las pocas muestras que se conservan de policromía. Solo hay restos de rojo y azul. Además, en este bote se mantiene el mismo tipo de decoración de poder pero con algunas variantes. La distribución del espacio es la mima, con medallones. Tenemos dentro de un medallón a un personaje que se dispone encima de un elefante, se trata de representación abstracta e impersonal del poder. No tiene unos rasgos definidos. También sostiene una redoma que evocaría esos recipientes de cristal que alude a la copa de los mundos (tema oriental). Esta representación del califa es curiosa porque está dispuesto encima de un elefante, que haría alusión al uso d elefantes en ceremonias de carácter palatino imitando a las ceremonias abasíes. Delante y detrás tenemos a los dos sirvientes que guían al elefante.
En otro de los medallones vemos un enorme herraje que tapa la decoración (ahora ya ha sido retirado). Tenemos al califa ubicado sobre una especie de mueble de carácter lujoso, es un tipo específico de trono, sobre águilas. El califa en majestad con actitud hierática, rígida y frontal está sosteniendo una bandera o estandarte (otro atributo de poder). Al lado un sirviente tiene una espada en la mano (símbolo de poder). Al otro lado hay otro sirviente con un recipiente en las manos y avanza hacia el califa. Lo que está haciendo es rociar e cabello del califa con perfume.
Por último vemos una forma de representar al califa especial, como cetrero o jinete. La cetrería era la caza con halcones, una actividad muy típica en la alta sociedad. Además era uno de los estudios que debía aprender el buen príncipe. Tenemos la imagen estereotipada de poder del califa montando a caballo con el halcón en la mano persiguiendo a una liebre, detrás aparece un galgo o lebrel. Están representadas con un extraordinario naturalismo. El califa debió regalar este bote a al-Ziyad por algún acontecimiento importante o por algo que le satisficiera, por lo que decidiera premiarle. Ello expresaba el favor del soberano hacia él.
En el último cuarto del s. X se va a producir repentinamente una interrupción en la producción de marfiles. Esto coincide con la instauración de la dinastía amirí, de Almanzor. En el año 798 Almanzor se va a nombrar visir o primer ministro. A partir de ese año comienza un proceso progresivo de acapararían del poder que lo va a convertir en una especie de califa sin califato. Gobernara recluyendo al verdadero califa en Madinat al-Zahara sin ningún tipo de decisión sobre los asuntos del estado. 

LA ARQUETA DE LEYRE
Si hay un objeto vinculado con uno de los hijos de Almanzor, que a su muerte le van a suceder. Se trata de la arqueta de Leyre. El taller de marfiles se va a trasladar de Madinat al Zahara a Madinat al Zahira, al oeste de Córdoba. Esta arqueta se realizó en el 1004-1005. Esta arqueta esta en el museo de navarra y procede del monasterio de Leyre. Gracias a que se convirtió en relicario ha llegado hasta nosotros. El destinatario de la obra  va a ser uno de los hijos de Almanzor, ab al malik, quien sucederá a su padre dos años después de su muerte.
Tipológicamente esta arqueta constituye una novedad. Tiene mayores dimensiones gracias a que se va a recurrir a la utilización de placas de marfil independientes: una para el frente y otra para la parte bala. Son extraídas del colmillo y se van a montar mediantes pequeños tornillos. La cubierta tronco piramidal o ataudada también es novedosa. Es un modelo de recipiente que tiene su antecedente en Bizancio.
Arqueta de Leyre. Museo de Navarra
 

Respecto a la distribución espacial y a la temática seguimos en el mismo modelo de al mugirá. En la parte frontal tenemos medallones lobulados unidos entre sí (están por toda la superficie), dentro de los cuales hay escenas de coro, en el central tenemos un laudistas y dos más pequeños que tocan una especie de flauta. A la derecha tenemos al califa e majestad, representación impersonal del califa. Porta en mitad del cuerpo el recipiente que representaría una redoma. En la otra mano porta una espiga o una especie de rama florecida. A través de la poesía cortesana se pone de manifiesto que para aludir a la prosperidad del espacio se recurre a la vegetación. Además lleva otro atributo de soberanía, un anillo llamado jatim. Uno de los sirvientes esta espantando moscas. En la parte superior, en la tapa tendríamos imágenes del califa luchando con un león y como jinete. En el lateral vemos otra vez el combate de animales en torno al hob o árbol de la vida. También aparecen grifos, que tiene carácter apotropaico o protector. En el reverso hay una abundancia de escenas de carácter bélico. Se sabe que esa pieza fue regalada a al ab malik para conmemorar la conquista de la ciudad de león a los cristianos.
Esta pieza es otra de las pocas que nos han llegado firmadas. Hay una inscripción en el interior de la tapa que dice farai y sus discípulos. Esto nos dice que la pieza fue realizada por un artesano principal y por sus discípulos. Faray también firmara en el exterior de la tapa, por lo que se cree que la tapa fue realizada por entero por él. Cada uno de los frentes de la caja será realizada por un discípulo diferente, ya que aparece también firmada. Cabe destacar desde el punto de vista estilístico la homogeneidad de la pieza.
Detalle de la Arqueta de Leyre. Museo de Navarra
 

Para concluir con el arte califal tenemos las pilas de agua que se utilizaban para adornar ámbitos palatinos. Suponemos que debían situarse o bien en los jardines o patios o en el interior de las estancias. Están realizadas en mármol tallado. Tenemos toda una inscripción alrededor que nos las fechas y que nos informa de quien patrocina el trabajo. Tenemos un ejemplo de pila destinada a Madinat al Zahira, patrocinada por Al-manzor y fechada en el año 987-988. Dentro estaban huecas, ya que debían conservar agua.
En el frente principal tenemos un tipo de arco lobulado con dovelas alternadas que cobijan un ataurique tallado en torno a hob o árbol de la vida. En los laterales aparecen representaciones figuradas. Tenemos águilas con las alas explayadas que atacan a ciervos (tema de la lucha de animales, exclusivo del califa y colocado en todas las representaciones vinculadas con el). Debajo tenemos grifos, con su carácter apotropaico. 

Artes suntuarias:
¿Qué ámbitos artísticos abarca el término arte suntuario y cuál era su objetivo en al-Ándalus?
Abarca todo lo referido a recipientes, joyería, textil de lujo, talla (eboraria, madera, mármol), cerámica, metalisterías, cristalería, cosmética, música y poesía. Su objetivo era embellecer y sublimar los objetos con el fin de aportar lujo, belleza y ostentación al propietario. Todo ello incide en el refinamiento y la elegancia, potenciando la experiencia de los sentidos. 

¿Qué supone la llegada de Ziryad? Aportación.
Trajo las tradiciones del mundo abasí a al-Ándalus, transformando a la sociedad hispanomusulmana en una mucho más refinada y elegante. Se convirtió en un modelo a seguir de refinamiento y clase. Introdujo novedades en la vestimenta, en la higiene personal y en el protocolo (presentación de alimentos). Todo ello supuso un cambio de una sociedad ruda a otra mucho mas distinguida.

Finalidad de Madinat al-Zahara. ¿Qué significaba en ella el lujo?
La finalidad era crear una capital importante para el mundo conocido. La imagen del califa como poderoso gobernante accesible para la nobleza pero alejado del pueblo llano. Creando una imagen de califa y de reino mucho más sólida y poderosa. Significaba la posibilidad de deslumbrar a los visitantes de la ciudad, tanto turistas como gobernantes.
Finalidad del artificio aplicada a la arquitectura en el pabellón de recepciones llamado Qars al-Jilafa de Madinat al-Zahara.
La finalidad es, mediante una opulencia excesiva, demostrar el poderío del califa y de su reino, dando una imagen de superioridad y poder a los gobernantes y embajadores. 

CANDELABRO DE ILBRIA
Sigue el modelo de candelabro andalusí. Pertenecía  a la mezquita de ilbira (siglo X-XI). De bronce, modelado y soldado. Decoración en bronce. Tienen tres cuerpos, pero solo se han encontrado dos. El cuerpo inferior, el no conservado, es una reconstrucción, no es el original. Se trata de un hexágono con 12 columnas con arcos de herradura rematados por dos molduras con celosía, en el cuerpo superior tenemos un elemento troncocónico rematado por un bulbo (oriental). Su origen es dudoso. Época califal, s. IX-X, aunque también podría ser bizantino. 

CANDELABRO DE COPENHAGUE
De estructura similar al anterior. Tiene una base circular y una esfera con decoración epigráfica (bendición), seis columnas con arcos de medio punto y vanos circulares y cruciformes. En el cuerpo superior vemos una estructura idéntica. Técnica más tosca. Son característicos por su fantasía y suntuosidad. Tiene decoraciones de pájaros (origen oriental, metalistería española). Se han encontrado muy pocos enteros, pero si fragmentos. 

BOTELLA DE LOS MÚSICOS
De cerámica vidriada con decorados en manganeso y cobre. Juego cromático de contraste entre el verde (islam), el blanco (omeyas) y el negro  (poder). Decoración antropomórfica, con gacelas, caballos, etc. Inscripción: al-munk (poder). Pertenece a la tipología de cerámica verde y manganeso. Es del siglo X, época califal. Consta de un cuerpo panzudo sobre un cuerpo estrecho. Técnica tosca. Cubierta de vidriado (zonas no decoradas). Dibujos de líneas sobre fondo blanco. Tiene 7 figuras masculinas que Mirna un elemento central (animal). Hay un músico haciendo sonar un cuerno, en el medio hay un hombre con un turbante cónico que está mirando, etc. es muy valorado, a pesar de su conservación. Nos da un nuevo modelo de esta tipología y la modalidad de decoración figurativa humana.

ARQUETA DE HIXEM II
No es de gran tamaño. Año 976. Los herrajes fueron realizados por baf tali. Se trata de una caja de madera rectangular forrada de plata nielada y repujada. Se encontró en la catedral de Girona, donde se utilizaba como relicario. Recorrida por herrajes. Decoración con caracteres cúficos. Inscripción religiosa. Los herrajes son fingidos, pues van repujados, menos la chanela que hace de cierre. La decoración consiste en palmas dobles y filas de perlas. Paralelismo con la decoración de Madinat Elvira. Paso a manos cristianas. La pieza más importante de metalistería del mundo califal, perfectamente fechada por su riqueza en decoración y similitudes con el marfil (palmetas dobles).
Arqueta de plata de Hisham II. Tesoro catedral de Gerona año 974
 

Decoración en blanco, verde y negro con motivos vegetales y geométricos. Tiene precedentes clásicos. Hay diferente tipologías: abiertas y cerradas. Su función es presentar los alimentos en la mesa, de ahí que tenga un gran tamaño. Pueden ser vidriadas para impermeabilizarlo de la comida. Formaba parte de un ajuar domestico de lujo (ajuar real). Es un recipiente convexo y abierto, 7 x 27 cm. Esta reconstruido. Actualmente se encuentra en el museo arqueológico nacional. Tema epigráfico: al munk (señorío de los omeyas, típico símbolo de poder). Estilo lineal y simple (incorrección gramatical). Pertenecía a la ciudad de Madinat al Zahara. Está vidriado en el interior (verde manganeso, cobre y manganeso) y en el exterior hierro. Realizado con una técnica seguida desde el s. XIII. Se trata de un ejemplo de cerámica vidriada (precedente del mundo oriental). 

ALMAIZAR DE SAN Pedro DEL MONTE
S. IX-X. Encontrado en el monasterio d san Pedro del monte, león. Se trata de una pieza textil utilizada a modo de turbante que caía a los lados. Está basado en tapicería, la cual se desarrolló en el siglo IX y X. Pintan la seda en vez de la lana. Varios hilos forman la base y otros se entrelazan con la base. Destaca el color saturado (llamativo). Tienen tres bandas horizontales.
1. extremo flecos, coloración carmesí.
2. color crudo, natural.
3. decoración: dos cenefas pequeñas con rayas de colores (rojo, amarillo, verdes, etc.). Seda. Como si fuera un bordado. No contiene ninguna simbología califal (diferencia). Se vincula al califa.
Técnica parecida al anterior. Se cree que se mantiene gracias a que ha sido relicario en el monasterio de san Pedro del monte.

CERAMICA
Has dos tipos de cerámica: vidriada o no vidriada. La vidriada puede ser monocroma (muy naturalista) o policroma. Pertenece a Madinat ilbira. S. X-XI. Se trata de un jarro cerrado, una vasija lobular, le falta el cuello o bollete. No tiene asas sin apéndices. Decoración en tres partes:
1: palmetas blancas.
2: cuatro partes decoradas con una liebre en manganeso, trazo firma y motivos vegetales.
3: motivos circulares en el centro un punto.
Las liebres pertenecen a la iconografía clásica árabe. Tiene una planta en la boca, símbolo de fertilidad e inmortalidad. Se cree que los autores desconocían la iconografía. Origen en Asia. No sabemos si simboliza lo mismo.


ALMAIZAR DE HIXEM II
Periodo califal, Abd el RaHman III. Tirat: taller real donde se realizaban telas como regalos para el gobernante. También son las inscripciones de las telas. Órdenes de hijos perpendiculares entre sí. Origen copto (la trama no es siempre perpendicular a la urdimbre, que es más gruesa). La decoración se completa con aguja. Decoración a base de flor con tallos curvos en su base.
Se trata de una pieza rectangular con decoración en tres trozos, en las bandas laterales hay una inscripción en blanco sobre fondo beige. En la central el fondo es negro. Tiene trece medallones octogonales defernados con hojas y unidos por flores. Colores paja, amarillo y verde. Piezas regaladas por los musulmanes a los embajadores castellanos o botín de guerra. Importancia: tienen una inscripción. Decoración circumrotatal o palia cortal (decoración circular). Aparece una representación del propio califa (modelo de marfiles).

CIERVO
Existen tres ejemplares prácticamente idénticos. Proviene de Madinat al- Zahara. Es de época califal, siglo X. serie de tres cervatillos. En la basa tiene un orificio de alberca. Aleación cobriza. Decoración a base de círculos tangenciales, vegetal y geométrica. Muy estilizadas. Referentes romanos en estilo y decoración. Cuerpo dentro de una estructura casi cuadrada. Tiene un orificio en la cabeza, donde podría haber habido cuernos. Los círculos tienen en el interior una hoja nervada. Plataforma por la que iría un tubo, el agua saldría por la boca. Rodearían una de las albercas de Madinat. Metal dorado con piedras preciosas. Son bocas de fuente. Tienen interiormente todo un conducto. A estas pizas se hace alusión en los textos. Carácter completamente abstracto y conceptual. Decoración grabada a buril, y después se doraría (efecto riquísimo).

TESORO DE CHARRILLA
Se trata de un tesoro formado por 37 piezas encontrado por unos niños en un montón de tierra que había removido una excavadora. Este perfectamente datado ya que entre el tesoro se encontró una serie de monedas. 944-947. Además de monedas, había una diadema o posible ceñidero, brácteas circulares, tutes y canutos, anillos y perlitas de aljófar.


La diadema a ceñidor: se trata de una pieza que, en principio, puede ser considerada como diadema, aunque nada impide que pueda ser un ceñidor. Está articulada en siete piezas, de las cuales dos son intencionadamente distales, de forma de planta pentagonal, rematadas en argollas soldadas en sus extremos, para pasar una cinta. Estos elementos distales encuadran cinco placas de forma rectangular, en cuyo centro se sitúa un cabujón para una falsa gema de pasta vítrea. Estos tienen un remate, en la parte superior, consistente en triángulos. Todas las placas son de chapa, huecas en su interior. Las chapas son sencillas, contrapuestas y dobladas en sus bordes, que se sueldan.
La decoración recurre a diversas técnicas, que ocupan zonas determinadas. El repujado se usa para hacer una banda vegetal en los lados que conducen al vértice de los triángulos, así como para los triángulos pequeños de la parte superior de la zona central, con decoración de flores de loto con las puntas hacia arriba. Hilos sencillos aplanados encuadran la decoración vegetal de los triángulos extremos, e hilos torosos dobles aplanados forman círculos en los extremos de lo mismo. Una banda ondulada, de hilo doble aplanado, señala la separación de las placas centrales. Botones troquelados y soldados están en el centro de estos círculos así como formando un encuadre de cada rectángulo lateral y superior en las placas rectangulares. Igualmente, hay cuatro señalándolas esquinas de cada una de ella entre estas y el cabujón central. Es la parte inferior central de cada una de las placas rectangulares hay un circulo hecho con hilo de torso sencillo en cuyo centro hay un pequeño orificio.

 

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