lunes, 6 de septiembre de 2021

Capítulo 44 - Catedral de Ávila

 
La Catedral de Ávila
Según la leyenda, la sede episcopal abulense tiene un remoto origen relacionado con su primer obispo, san Segundo, enviado a la península ya en el año 63 d.C. para predicar el cristianismo. También se habla de una primitiva organización eclesiástica ya visigoda que habría sobrevivido durante la primera época de dominación musulmana, cuando a los cristianos se les permitió conservar su culto y sus iglesias.
Pero a partir de los años de la Reconquista, la zona quedó en “tierra de nadie”, dominada alternativamente por unos y otros, y habría que esperar a fines del siglo XI para su definitiva incorporación a los territorios cristianos, cuando tras la conquista de Toledo, Alfonso VI, rey de León, de Galicia y de Castilla decidió repoblar toda una vasta zona que incluyó, aparte de Ávila, otras ciudades como Segovia o Salamanca, encomendándole la misión a su yerno, don Raimundo de Borgoña, casado con su hija doña Urraca, que sería quien asentara definitivamente una sede episcopal en Ávila.
Fotografía aérea de la catedral de Ávila
 

Se cree que el proceso constructivo empezaría con una primitiva catedral levantada por estas fechas sobre un antiguo templo que ya estaría bajo la advocación de san Salvador. Se dice que las obras habrían estado dirigidas por el maestro Alvar García durante el obispado de don Pedro II Sánchez Zurraquines.
Pero esta primera catedral, que sería muy similar a la vecina iglesia de San Vicente, con tres naves, tres ábsides y acusado crucero, se derribaría en el siglo siguiente cuando todavía no estuviera acabada para levantar otra nueva más grande.

Superposición de la supuesta primitiva catedral y de la actual según la hipótesis 
de Rodríguez Almeida 

Esta nueva sede episcopal tuvo una primera etapa constructiva bajo el patrocinio de Alfonso VII de León y de Castilla, que en 1172 acudió al maestro francés Fruchel para que diera unas trazas de acuerdo a los nuevos usos franceses protagonizados por el Císter, con una iglesia de tres naves y cuatro tramos, crucero también de tres naves y cabecera con girola y siete capillas radiales, con tribuna que iba a recorrer todo el edificio.

Hipótesis sobre cómo sería la planta proyectada por Fruchel
 

Pero esas trazas originales fueron pronto modificadas, eliminándose la nave occidental del crucero, seguramente para añadir un tramo más al presbiterio para incorporar un coro según las nuevas catedrales francesas, lo que implicó también añadir un tramo más a la girola, en la que también se decidió desmontar la tribuna.

También se redujo a tres el número de tramos del cuerpo de naves. Las obras avanzaron levantándose todo el muro perimetral del templo, el cuerpo bajo de las torres y una capilla anterior a la antesacristía.
Como material para toda esta primera etapa, Fruchel eligió una arenisca roja y blanca de la cantera de la Colilla, cerca de Ávila, la misma que en la ya mencionada iglesia de San Vicente.
Tras la muerte de Fruchel en 1192, coincidiendo con un periodo de inestabilidad en Castilla, las obras quedaron paralizadas hasta mediados del siglo XIII, cuando se reanudan ya utilizando granito. La girola se divide en dos naves, quizá por no saber cómo cubrir un espacio tan amplio, se fortifica su exterior conformándose lo que se conoce como “cimorro”, se levantan las bóvedas de las naves laterales y las bajas del crucero y se construyen la capilla del Sagrario y la sala capitular o capilla de san Bernabé.

Hipotética planta de Fruchel comparada con la realmente construida
 

En sucesivas campañas se construyeron las bóvedas de la nave central y los arbotantes y el templo pasó a convertirse en la primera catedral gótica de la península, levantada durante los años de apogeo del estilo. También se completó el claustro, se erigió la librería capitular, el trascoro, las capillas del Evangelio, la de san Segundo adosada al lado de la Epístola en la girola…
Maqueta del conjunto catedralicio
 

Las últimas intervenciones de consideración fueron la capilla de los Velada, que se inicia en el siglo XVII, y una nueva sala capitular, ya en el XVIII.
La catedral, en su conjunto, muestra distintos estilos e influencias, con un exterior de aspecto fortificado y un interior gótico con gran parte de la decoración renacentista.
El templo cuenta con dos accesos. La puerta norte, conocida como Puerta de los Apóstoles, y que abre al tercer tramo de la nave del Evangelio, es fruto de una curiosa combinación entre la primitiva portada allí existente, fechada entre fines del siglo XIII y comienzos del XIV, y la que fue la portada principal de la catedral, ubicada en el nártex que había entre las dos torres de la fachada oeste.
Puerta de los Apóstoles

Y es que en el último tercio del siglo XV Juan Guas se encargó de combinar las piezas de ambas portadas adaptándolas al espacio existente, de ahí que sólo cuente con cinco arquivoltas y que dos de los doce apóstoles estén en los muros en vez de en sus correspondientes jambas.
Apóstoles de las jambas de la derecha
 
Apóstoles de las jambas de la izquierda
 

Esta mezcla de dos portadas es también la que hace presente un sinsentido iconográfico en el tímpano, que está dividido en tres registros, con una Coronación de la Virgen en el superior, un Juicio Final en el central y escenas de la Pasión en el inferior, y es el único ejemplo conocido en el que una Coronación, que pertenecía a la primitiva portada norte, remata un Juicio Final, procedente de la portada occidental.
En las enjutas cuenta con una Anunciación y todo el conjunto queda cobijado por un pequeño pórtico de arco carpanel y bóveda de terceletes y rematado por una crestería tardo gótica, muy modificada en una restauración a mediados del siglo XX, y en cuyo centro Guas colocó un Salvador que podría haber ocupado el parteluz de la puerta original.
Tímpano de la portada de los Apóstoles
 

Una vez terminadas las obras de adaptación de la portada norte, Juan Guas reestructuró la fachada occidental adelantando la portada hasta situarla a ras, con lo que el nártex quedó conformado como otro tramo más de la nave central. En cuanto a su estructura, las intervenciones de Ceferino Enríquez de la Serna en el siglo XVIII hacen difícil averiguar qué se conserva de la obra de Guas.
Alzado de la fachada occidental de Feduchi
Fachada occidental
 

Lo que hoy vemos es una mezcla de distintos estilos, con un cuerpo inferior con un vano de medio punto decorado con medallones y motivos florales, un tímpano con el Martirio de San Segundo, una portada de arquivoltas apuntadas que descansan sobre finas columnillas y dos salvajes en las jambas, conocidos como Gog y Magog, custodiando y protegiendo la entrada al recinto sagrado, aunque se considera que no salieron de la mano de Guas, dado su dudoso valor artístico.
Detalle de la portada occidental
Salvajes de las jambas de la portada occidental
 

En la parte superior cuenta con una gran balaustrada con algunos santos locales, como los hermanos Vicente, Sabina y Cristeta, Teresa y Segundo, con una imagen central del Salvador, advocación del templo, bajo el escudo catedralicio y el Arcángel San Miguel.
Uno de los elementos más destacados del exterior, respecto al que los investigadores no se ponen de acuerdo en cuanto a datación y función, es el denominado “cimorro”, término que podría hacer alusión a su forma saliente y redondeada en la muralla, como el morro de la ciudad. Hay autores que consideran que Fruchel ya lo proyectó como tal y, por tanto, fue construido en la primera fase de las obras y con intenciones defensivas; otros lo datan en el siglo XIV, sin función defensiva alguna y más bien para solucionar problemas constructivos o de estabilidad de la propia cabecera, a la que envuelve completamente.
Detalle del cimorro de la catedral de Ávila, con la portada de la capilla de San Segundo, ya del siglo XVII, en primer término
 

El templo cuenta con tres naves, capillas laterales en el lado del Evangelio, amplio crucero y cabecera de gran desarrollo.
Planta de la catedral
 

Lo primero que nos llama la atención es la elevación de la nave central respecto de las laterales, altura que fue posible al desecharse del proyecto inicial la construcción de la típica tribuna románica, que también dejó espacio para un gran cuerpo de ventanas que en su momento, cuando conservaba las vidrieras, hoy sustituidas por vidrios demasiado claros, proporcionaría una mágica luminosidad al templo.
Detalle de la altura de la nave central
Sección transversal de Feduchi (1997) (1), donde se aprecia la altura de la 
nave central respecto de las laterales 

Toda la cubierta es de crucería sencilla menos la del crucero, que es de terceletes.
Detalle de la cubierta, con la única bóveda de terceletes en el crucero
 

La visión del altar mayor está interrumpida por el coro, pues aunque el coro primitivo ocupaba la capilla mayor, ha. 1535 fue trasladado al segundo tramo del crucero.
La nave central desde los pies de la iglesia, con el coro en el centro
 

Por esas fechas también se construyó el magnífico trascoro renacentista, obra de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo.
Trascoro de la catedral de Ávila
 

Dividido en tres calles mediante pilastras de candelieri, cuenta con las escenas de la Presentación en el Templo, la Epifanía y la Matanza de los Inocentes.
Epifanía
 

Presentación en el Templo 

Matanza de los inocentes 

En las entrecalles, sendos medallones cobijan el Abrazo ante la Puerta Dorada y la Visitación sobre Jesús entre los Doctores y la Huída a Egipto respectivamente. Rematando el conjunto aparecen los profetas sentados entre balaustres e identificados por las filacterias que portan. En la crestería encontramos putti flanqueando la figura del Padre Eterno.
El coro cuenta con una magnífica sillería según trazas de Cornelius de Holanda y en ella también participaron Juan Rodríguez, Lucas Giraldo y Vasco de la Zarza. Realizada en nogal tomando como modelo la sillería del coro bajo de la iglesia de San Benito de Valladolid, presenta dos órdenes de asientos, con los respaldos de la primera fila con escenas de Vidas de santos y una cornisa de taracea y los de la segunda con los Apóstoles y decoración de grutescos. Sobre la silla episcopal se encuentra una escultura de san Segundo, primer obispo de la diócesis.
Sillería del coro
 

Además, a ambos lados se elevaron sendas tribunas para los órganos. La rejería que cierra el conjunto se colocó en 1760. 

El crucero llama la atención por la presencia de dos arcos entibo realizados a comienzos del siglo XVI buscando contrarrestar el empuje del presbiterio, que se completan con otro al final del coro perpendicular a la nave mayor.
Crucero con los entibos

Los entibos a ambos lados del crucero vistos desde el ábside 

El presbiterio, abierto mediante arco de triunfo de medio punto que indica que se iría a cubrir con bóveda de cañón, cuenta, sin embargo, con la primera bóveda sexpartita conocida de la península, muy poco anterior a la de la catedral de Cuenca.
Zona del presbiterio

Cubierta del presbiterio con la primera bóveda 
sexpartita conocida de la península 

En los primeros pilares del altar mayor se ubican dos pequeños retablos de alabastro dedicados a santa Catalina y san Segundo realizados por Isidro de Villoldo, Juan Rodríguez y Lucas Giraldo. Además, también cuenta con dos púlpitos, uno gótico y otro que ya demuestra influencias renacentistas.
Retablos de santa Catalina y san Segundo

Púlpitos 

El retablo mayor es una obra significativa de comienzos del siglo XVI. Se consideran de Pedro Berruguete, que contrata su realización en 1499, las trazas generales y la predela, donde se representan los Cuatro doctores de la Iglesia y los Evangelistas distribuidos de izquierda a derecha de la siguiente manera: Gregorio, Jerónimo, Lucas, Juan, Mateo, Marcos, Ambrosio y Agustín.

Retablo mayor de la catedral de Ávila 

Detalle de la predela con los santos Gregorio, Jerónimo, Lucas y Juan 

En los cuerpos superiores se desarrollan los Ciclos de la Vida y Pasión de Jesucristo. Se consideran también de Berruguete la Oración en el Huerto y la Flagelación. A la muerte del maestro en 1503, continuó la obra Santa Cruz, que concluyó las escenas de la Anunciación y la Crucifixión y realizó las de la Epifanía y la Transfiguración. A su vez, a la muerte de éste en 1508 se dice que fue Juan de Borgoña el encargado de terminar el programa con las escenas de la Presentación en el Templo, la Anástasis, la Natividad y la Anunciación, que ya se muestran plenamente renacentistas en comparación con el estilo flamenco de las tablas anteriores, con el conjunto terminado en 1512. De todos modos, investigaciones más recientes también hablan del pintor Lorenzo de Ávila como uno de sus artífices.

Primer cuerpo, con una Transfiguración central flanqueada por la Anunciación, la Natividad, la Epifanía y la Presentación en el Templo

Cuerpo superior del retablo con un Calvario central flanqueado por la Oración en el Huerto, la Flagelación, la Resurrección y la Anástasis 

En la armadura de madera sobredorada también trabajaron el maestro Roldán y Vasco de la Zarza, con elementos tardogóticos mezclados con otros renacentistas.
La girola es la parte más antigua del templo. Se compone de doble deambulatorio separado por finas columnas salvo en el primer tramo del Evangelio, que es un pilar rodeado de columnillas adosadas que en realidad son tubos huecos que producen un sonido distinto, conformando un diapasón con los sonidos de la escala tónica. Conserva algunos interesantes capiteles historiados de fuerte impronta todavía románica, está cubierta con bóvedas de ojiva y tiene nueve capillas semicirculares incrustadas en el muro del cimorro.

Girola


En el trasaltar se sitúa la sepultura de don Alonso Tostado y Ribera, también conocido como Alonso de Madrigal o "El Tostado", célebre teólogo y obispo de la diócesis entre 1449 y 1455, un conjunto escultórico de Vasco de la Zarza que se conforma como una de las obras de escultura renacentista más interesantes de la península.
El cuerpo bajo está decorado con cinco Virtudes en hornacinas, y por encima se sitúa la figura del prelado con capa pluvial y mitra enmarcado por un arco de medio punto que contiene un tondo con una Epifanía; a su vez, todo el conjunto está enmarcado en sendas columnas decoradas con candelieri que soportan un friso con la Cabalgata de los Magos de Oriente. Se remata en un ático con una Natividad sobre el que aparece el Padre Eterno.
Don Alonso Tostado ante un tondo con una Epifanía
La Caridad y la Fortaleza en los laterales de cuerpo bajo
 
Natividad y Padre Eterno
 

Acoplándose a la girola, en los paños laterales se distribuyen los Evangelistas, dos a cada lado.
San Juan Evangelista con tondo con Santiago Matamoros y la Degollación
del Bautista en la parte superior y San Marcos con tondo con la 
Conversión de san Eustaquio (o san Huberto) y 
el Noli me tangere en la parte superior
San Mateo con tondo con San Jorge y el dragón y el Bautismo de Cristo 
en la parte superior y San Lucas con tondo con San Martín repartiendo
su capa y la Transfiguración en la parte superior

Detalle del tondo con Santiago Matamoros 

En cuanto a las vidrieras, las más antiguas se sitúan en la girola, la capilla mayor y el crucero, todas fechadas en los siglos XV y XVI, conservándose sólo del siglo XIV la central superior de la capilla mayor.
Vidrieras del ábside con una Anunciación
 

Las vidrieras del ábside son las más antiguas conservadas 

Las del crucero del Evangelio se atribuyen a Valdivieso y Santillana, con representaciones de las vírgenes santas Inés, Águeda, Marta y Santa Catalina.
A partir de 1520 se encargan de continuar el conjunto Alberto de Holanda y su hijo Nicolás, a los que corresponden el colegio apostólico del primer nivel de la capilla mayor y los ventanales del crucero de la Epístola con representaciones de santos, todas ellas ya renacentistas.
Lamentablemente, el terremoto de 1775 con epicentro en Lisboa  destruyó los vitrales de la nave central y algunos vanos fueron tapiados. Pero en la primera mitad del siglo XX se abrieron de nuevo los vanos cegados colocándose vidrios con decoración geométrica, restaurándose algunas de las vidrieras originales y construyéndose otras nuevas, como las del eje axial de la capilla mayor con los santos Juan de la Cruz y Teresa de Jesús, obra de la Casa Maumejean de 1930. 

Capillas.
Comenzando el recorrido por los pies del templo, la primera del lado del Evangelio es la Capilla de san Miguel, que se corresponde en la Epístola con la Capilla de san Andrés, ambas justo debajo de las torres y la última convertida en acceso turístico al claustro.

Plano del conjunto catedralicio 

Siguiendo por el lado del Evangelio, en el hueco de la escalera de la torre hay un ámbito que aloja una pila bautismal de alabastro de Vasco de la Zarza, dentro de un espacio cerrado por una reja plateresca atribuida a Juan Francés.
Capilla bautismal de la catedral

Detalle de la pila bautismal 

A continuación se sitúa la Capilla de la Piedad o de la Virgen de los Dolores, también conocida como "Capilla de la Blanca", fundada por el arcediano de Arévalo y Valladolid don Rodrigo Dávila a mediados del siglo XVI y obra plenamente clasicista, con cubierta de cúpula ovoide sobre pechinas, gallonada y con linterna que se atribuye a Bautista Vázquez y que se conforma como la primera cubrición de este tipo en Castilla. Está presidida por una escultura de mármol blanco de Carrara fechada en 1560 basada en la famosa Piedad de Miguel Ángel. También cuenta con una Virgen de la Caridad, imagen de vestir del siglo XV procedente de la desaparecida iglesia de San Lázaro. Además, desde 2011 custodia un trozo de sotana del beato Juan Pablo II donada por la Santa Sede en 2011.

Cúpula ovalada de la Capilla de la Piedad 

La siguiente es la Capilla de la Concepción, también conocida como "del Santísimo, de la Virgen de la Caridad o de Santa Teresa". Se anexiona al templo al tiempo que la anterior y bajo el patrocinio del deán don Cristóbal Medina como su propia capilla funeraria, con su sepulcro a la izquierda del altar y un retablo con una Inmaculada procedente de la Capilla de San Miguel. Está cubierta con bóveda de cañón artesonada y su decoración es clasicista.

Capilla de la Concepción 

En el crucero del Evangelio hay dos capillas. La más cercana a la cabecera es la Capilla de san Antolín, fundada por el deán don Blasco Velázquez. En ella destaca un retablo escultórico de Isidro Villoldo de 1551 dedicado al santo de la advocación.
La capilla de san Antolín desde el crucero de la Epístola

La otra es la Capilla de san Pedro, que cuenta con un tríptico del siglo XV dedicado al santo y atribuido al Maestro de Ávila, con una tabla central con el apóstol en cátedra con capa pluvial y nimbo y tablas laterales con el Martirio del santo y la Aparición de Cristo al santo cuando huía de Roma. Además, desde la celebración de las Edades del Hombre en la catedral en 2004, también se ha colocado en este ámbito un retablo flamenco atribuido al Maestro Han, fechado en el siglo XVI dedicado a San Miguel.
Retablo de san Pedro
 
Retablo de san Miguel
 

Ya en el crucero de la Epístola está la Capilla de santa Teresa, antes dedicada a san Blas. Conserva restos de pintura mural que permanecieron siglos ocultos por un retablo y que ahora también están semitapados por una talla de la santa. También conserva los arcosolios de don Blasco Dávila, obispo de Sigüenza, don Sancho Dávila, capitán de los ejércitos de los Reyes Católicos y un nicho sin yacente al que se le ha colocado una talla y que se cree que contendría los restos del obispo don Sancho Blázquez Dávila, impulsor de las obras de finalización de la catedral en el siglo XV.
Capilla de santa Teresa con los arcosolios de los Dávila
 

La Capilla de san Ildefonso también ocupa el crucero de la Epístola. Fundada por don Alonso de Valderrábano, deán de la catedral, cuenta con un retablo gótico del siglo XV con influencias del Trecento italiano con tres calles y tres cuerpos con un Calvario, una Natividad y Santa Ana y una predela con san Pedro y los martirios de los santos Sebastián y Pablo. El ámbito alberga los sepulcros del fundador y de don Pedro González de Valderrábano, miembro del consejo de Juan II.

Detalle de la capilla de san Ildefonso en el crucero de la Epístola
 

En cuanto a las capillas de la girola, la primera por el lado del Evangelio es la Capilla de san Rafael, antes dedicada a los santos Vidal y Ana. Cuenta con un retablo del siglo XVIII sin dorar con hornacina central con una talla del santo y debajo se encuentran los restos del obispo de Plasencia don Sancho Dávila y Toledo. La reja es del siglo XVI.
Detalle del retablo de la capilla de san Rafael
 

La segunda capilla de la girola en la actualidad es el acceso a la Capilla del Sagrado Corazón, un ámbito de planta cuadrada adosado a la catedral, lindando con la propia muralla. Fue fundada en 1603 por don Gómez Dávila, marqués de Velada, como panteón familiar, aunque él terminó siendo enterrado en la vecina Capilla de san Antolín, pues su construcción se prolongó por problemas burocráticos y estructurales y no quedó terminada hasta el siglo XIX. A febrero de 2014 no era visitable.
Alzado de la capilla de los Velada de Feduchi
 

La siguiente es la Capilla de san Nicolás, presidida por un retablo renacentista con una escultura del santo y con el sepulcro del obispo don Hernando, fallecido en 1292, con una representación de la subida del alma del difunto a los Cielos ayudado por ángeles.
Después está la Capilla de Santiago, fundada por el arcipreste de Ávila don Vicente de Villalva en 1651 como su capilla funeraria y en la actualidad acoge al Cristo de las Murallas, una talla contemporánea del escultor Nicomedes Díaz Piquero que procesiona en Semana Santa.
La capilla central de la girola es la Capilla de Nuestra Señora de Gracia, donde se ha localizado, en el lado del Evangelio, el que se considera el enterramiento más antiguo de la catedral, con una inscripción que informa de que es la sepultura del obispo don Sancho II, fallecido en 1181. También cuenta con un retablo hispano-flamenco de 1496 atribuido al Maestro de Ávila, identificado por algunos con García del Barco. Consta de cinco tablas con una central de la Virgen con el Niño acompañada de una Anunciación y una Natividad y con una predela con profetas. La capilla conserva una vidriera con una Virgen con el Niño, obra de 1497 realizada por Juan de Valdivieso y Diego de Santillana.
Capilla de Nª Sª de la Gracia
 

A continuación está la Capilla de san Juan Evangelista. Alberga los sepulcros de doña Beatriz Vázquez y del obispo de Ávila de comienzos del siglo XIV fray Domingo Suárez.
Vista de la girola y las capillas radiales de san Juan Evangelista y san Esteban, ésta última con el acceso a la Capilla de san Segundo
 

La Capilla de san Segundo fue construida bajo el patrocinio del obispo don Jerónimo Manrique de Lara a fines del siglo XVI para albergar las reliquias del santo, hasta ese momento en una ermita románica a orillas del Adaja. Con trazas de Francisco de Mora, se accede a ella tanto desde la girola, a través de la Capilla radial de san Esteban, como desde el exterior del templo, mediante escaleras adosadas a la muralla desde la Calle san Segundo, precisando para su construcción del derribo de uno de los cubos de la misma.
Es un espacio rectangular con cubierta de medio cañón y bóveda semiesférica sobre pechinas para el ábside. El retablo que custodia las reliquias se debe a José Benito de Churriguera y se fecha en 1716, dorado y con abundante decoración de elementos vegetales creando ricos efectos de luces y sombras.

Fachada exterior de la Capilla de san Segundo, adosada al cimorro de la catedral
 

A continuación se sitúa la Capilla de la Asunción, con dos arcosolios de enterramiento, el de la izquierda de un caballero y el de la derecha de un eclesiástico, y en la que a partir de las Edades del Hombre se ha colocado un retablo hispano-flamenco dedicado a san Miguel.
Capilla de la Asunción
 
Caballero yacente de alabastro en el arcosolio de la izquierda de la Capilla de la Asunción

Retablo de san Miguel en la Capilla de la Asunción de la girola 

Desde la Capilla de san Juan Bautista, la última de la girola, y a través de una portada hispano-flamenca fechada ha. 1500 de arco trilobulado abarcado por otro conopial y doble alfiz, se accede a una dependencia de referencias románicas, de planta rectangular con bóveda de cañón y terminada en un pequeño ábside con bóveda de horno. Se relaciona con la primitiva catedral y se piensa que al principio se utilizó como sacristía. A partir de este ámbito, se visitan las dependencias del cabildo.
Capilla de san Juan Bautista, con portada hispano-flamenca de acceso a lo que se cree que sería la primitiva sacristía románica

Desde aquí, y mediante una portada plateresca, se entra a la Sala del Sagrario o del Tesoro, posteriormente convertida en antesacristía, puesta bajo la advocación de san Pedro. Este ámbito es del siglo XIII y también se conoció como "Capilla de los Beneficiados".
Presenta planta rectangular con bóveda de nervios sobre ménsulas que fueron dorados en el siglo XV, cajonería del XVI atribuida a Cornelius de Holanda y un armariolo de fines del XV con puertas que tienen ensambladas cuatro tablas de Marcos Pinilla que relatan la Liberación de san Pedro de la cárcel, con una tabla en el ático con el santo atribuida al Maestro de Ávila.
Cubierta sobre ménsulas de la Capilla del Sagrario
 

A continuación encontramos la primitiva sala capitular o Capilla de san Bernabé. Datable a mediados del siglo XIII, se cree que habría tenido accesos directos por el crucero del templo y por el claustro, cegados a partir de 1735 al convertirla en sacristía, cuando se abre el acceso desde la Sala del Sagrario, a su vez convertida en antesacristía. Se comunica por la izquierda con la librería capitular.
Capilla de san Bernabé
 

Es de planta cuadrangular con bóveda octogonal de crucería sobre trompas y en el testero del fondo cuenta con un retablo de alabastro con las escenas de la Flagelación y el Ecce Homo además de relieves de los santos Bernabé, advocación de la capilla, Andrés y Pablo junto a las Virtudes Cardinales.
Retablo de alabastro de la Capilla de san Bernabé con el grupo escultórico de la Resurrección en la parte de arriba
 

El Ciclo de la Pasión que preside este ámbito se completa con los grupos escultóricos de la Subida al Calvario, la Crucifixión, el Descendimiento y la Resurrección realizados por Isidro de Villoldo, Juan Frías y Pedro de Salamanca hacia 1555 en madera lacada en blanco y colocados en los lunetos de la bóveda.
Subida al Calvario y Crucifixión
 

Detalle de la bóveda sobre trompas y de la escena del Descendimiento 

Este espacio es de gran importancia histórica porque fue donde se reunieron los nobles castellanos para proclamar lo que ha pasado a la Historia como la "Farsa de Ávila", cuando en 1465 proclamaron rey al infante don Alfonso, hermano de Isabel la Católica, contra el monarca legítimo Enrique IVhermanastro de ambos.
Detalle de la cubierta de la Capilla de san Bernabé
 

El siguiente ámbito es la mencionada Librería del cabildo, mandada construir a fines del siglo XV, en tiempos del obispo Carrillo de Albornoz, según trazas de Martín de Solórzano. Es una sala rectangular dividida en dos tramos con cubierta de crucería estrellada de ocho puntas y dos vidrieras de fines del siglo XV con una Epifanía y una Natividad en el lado este.
Como desde fines del siglo XVI el ámbito ya no tenía esa función, con la mayoría de los libros vendidos, a comienzos del XVII el deán don Diego de Bracamonte hizo una oferta al cabildo para adquirirla como capilla funeraria para él, su hermano, el cardenal don Francisco Dávila Mújica, y otros miembros de la familia, para lo que se construyeron dos arcosolios a ambos lados del altar.

Claustro
El claustro empezaría a levantarse en el siglo XIV, aunque conserva una portada de la iglesia todavía románica, que sería lo primero construido, quizá ya en el XIII, y no se terminó hasta principios del XVI, con un remate de crestería de los maestros Mateo, Pedro de Viñegra y Vasco de Zarza de motivos platerescos, pináculos sobre los contrafuertes y la heráldica del cabildo y del obispo don Alonso Carrillo de Albornoz.
Pandas norte y este del claustro, con la nave central del templo y la torre del Evangelio sobresaliendo por detrás
 

Las actuales arquerías hacia el jardín son resultado de las restauraciones realizadas en la década de 1980 que eliminaron el tabicado que se había realizado en la segunda mitad del siglo XVIII.
Arquería de la panda norte antes de la restauración y después
 

Cada panda tiene nueve tramos con cubiertas de crucería y en el siglo XVI se le añadieron tres capillas en los ángulos que estaban libres.
Panda norte del claustro
 

La Capilla de las Cuevas o de la Piedad, en el ángulo sureste, fue fundada en 1520 por el arcediano don Pedro Daza y no quedó concluida hasta veinte años después. Formada por tres dependencias, presenta bóvedas góticas pero el resto es renacentista, sobre todo la decoración exterior de cresterías, relieves y una alegoría de la muerte y la vida que ha terminado dando nombre a la calle desde la que se ve. 

La diminuta Capilla de Nuestra Señora la Mayor, también conocida como "del Claustro o del Rincón", se encuentra en el ángulo sureste y fue construida para albergar la imagen de la Virgen que hoy está a la derecha de la capilla mayor y el enterramiento de su fundador, el racionero don Pero Vázquez.

Virgen con Niño en la capilla mayor de la catedral y que estaba en la Capilla del Rincón del claustro 

Finalmente, en ángulo noroeste está la Capilla de san Jerónimo o del Crucifijo, fundada por el canónigo don Pedro Ordóñez de Anaya en 1576. Cuenta con sacristía de bóveda de cañón casetonada y capilla con cúpula sobre pechinas.


Santa María y San Julián de Cuenca
La catedral de Santa María y San Julián de Cuenca es el templo principal de la ciudad y la sede diocesiana de la diócesis de Cuenca, en la archidiócesis de Toledo.
El 21 de septiembre de 1177, Alfonso VIII de Castilla conquista la ciudad de Cuenca y se constituye como sede episcopal en el año 1183.
El Rey don Alfonso, fizo y ordenó que la mezquita que los moros avían, mandó a los obispos que la consagraran... e puso por la suya mano de la Virgen María que a par de si traíba, e pasó e trasladó los obispados de Valeria y Arcas e puso la silla en la su ciudad de Cuenca.


La esposa de Alfonso VIII, Leonor de Aquitania y Plantagenet, hija del rey de Inglaterra, hermana de Ricardo Corazón de León y además condesa de Gascuña, viene acompañada por caballeros normandos que serán los que ejercerán su influencia sobre la fábrica de la catedral. En esta época, el estilo constructivo era el románico, pero la influencia normanda de la corte del rey Alfonso VIII inspiró la construcción de esta catedral, siendo la primera catedral gótica de Castilla, junto con la de Ávila. De estilo gótico normando, las obras se iniciaron en el año 1196 y se concluyó en el año 1257. Sin embargo, como la mayoría de los edificios religiosos, ha sufrido transformaciones a lo largo de los siglos: en el siglo XV se reconstruyó la cabecera, el exterior de la catedral se renovó casi por completo en el siglo XVI, en el siglo XVII se construyó la capilla del Sagrario y se reformaron la fachada y las torres, en un estilo barroco. En el siglo XVIII se construyó el nuevo altar mayor y ya a principios del siglo XX a causa de un derrumbe, se reconstruyó la fachada.           

Características
Lo más destacado del edificio es que pertenece a un planteamiento muy inicial del gótico, ligado al arte franconormando del siglo XII francés, como las catedrales de Sason y Laon.
Inicialmente, se comenzó una cabecera más bien románica, con cinco ábsides escalonados, transepto y tres naves en el cuerpo principal. Las obras se desarrollaron en el siglo XIII en el que se construyó el triforio, con ventanales moldurados y decorados con estatuas de ángeles y un óculo superior. Las bóvedas son de crucería sexpartita.
En el siglo XV se reconstruyó la cabecera para abrir una doble girola de bellísima factura. En el siglo XVIII se construyó el nuevo altar mayor y ya a principios del siglo XX, debido al derrumbe de la fachada y parte de la crucería, se construyó una fachada neogótica, obra de Vicente Lampérez, inspirándose en la fachada de la catedral de Reims. Sin embargo, estas obras nunca llegaron a terminarse puesto que tras las dos primeras alzadas quedaron suspendidas las obras sin que se construyesen las torres laterales.
Esta cabecera se unía a un transepto bastante prolongado y un cuerpo de tres naves.
En el crucero, se levantó una bóveda octopartita que sirve de apoyo a la gran torre del Ángel. Ésta es de base cuadrada en su primer tramo y octogonal en el superior. 

Exterior de la catedral
No es mucho lo que se aprecia de la catedral de Cuenca en su vertiente exterior ya que se encuentra agobiada por distintas construcciones, además de haber sufrido bastantes transformaciones.
Lo más notorio es la gran fachada principal neogótica construida por Vicente Lampérez a comienzos de siglo XX (1910). Esta fachada había llegado a comienzos del siglo XX con elementos originales de época gótica y otros barrocos del siglo XVIII. Sea como fuera, en 1902 se derrumbó la torre del Giraldo y se llevó por delante parte de esta fachada (además de algunas vidas). Así surgió el proyecto para realizar un nuevo cerramiento de las naves. Lampérez se ocupó de la obra que también quedó inacabada, extremo que se aprecia en las torres inconclusas y en una serie de motivos ornamentales no rematados completamente.
Esta espectacular fachada, según su autor, pretendió reproducir la original. Tiene tres puertas de arco apuntado y por encima un piso con arcos apuntados y en medio un rosetón que imita completamente el del hastial norte del transepto. El remate está protagonizado por una galería porticada.
Otro elemento importante que se aprecia es el aspecto exterior de la Torre del Ángel que muestra en el exterior dos cuerpos superpuestos. El primero sólo se anima con un ventanal bíforo en cada cara con su respectivo mainel con columnilla. El piso superior muestra cuatro arcos apuntados muy rasgados en cada una de las caras.
Los ventanales de las naves laterales son óculos circulares con tracerías polilobuladas. Por su parte los vanos de la nave central también son circulares y no tienen tracerías. Éstos últimos sólo llevan una especia de guardapolvos de arco ojival con decoración floran y rostros humanos en sus arranques. Entre medias se aprecia perfectamente la estructura de arbotantes.
Cuerpo de la Iglesia-Catedral con la nave de la capilla mayor y el transepto en primer plano remontados en el centro de intersección de ambos por la linterna-cimborrio denominada Torre del Angel; al fondo la nave central.
 

Fachada principal. Imagen cedida por la Oficina Municipal de Turismo de Cuenca. 

El rosetón, cuya tracería contiene un diseño radial, está formado por 12 astiles con forma de columnas que irradian de un óculo central y dividen al vano en segmentos; cada segmento remata en arcos trilobulados que descansan en los capiteles formados por cada astil. Es probable que la tracería de este rosetón sea la original realizada en el S. XIII y reutilizada en la composición de esta fachada en el s. XX. 

Alzado de la fachada norte.

Alzado de la fachada sur

En el centro de la arquería, al nivel de la imposta, sobre un pedestal-mensula con figuración de un animal fantástico alado, común en las restauraciones violletianas, se ha formado un edículo donde se levanta la estatua con la figura del Obispo San Julián, bajo un gran dosel. 

Interior de la catedral de Cuenca
El interior de la catedral es, con mucho, lo más importante e interesante del templo.
La catedral es de planta de cruz latina y dispone de tres naves con una amplia cabecera que termina en un ábside poligonal provisto de siete lados y flanqueado por dos naves a cada costado que sirven de ingreso a la girola, realizada en 1448. Justo en el crucero se levanta una bóveda central.
Este templo de planta clásica está cubierto por bóvedas sexpartitas que arrancan de un haz de pequeñas columnas. La nave central se separa de las laterales por medio de grandes arcos apuntados que apoyan sobre macizos pilares de distinto grosor. Su triforio es único en España, producto de la influencia anglo-normanda y más que su función ornamental destaca su solución original para contrarrestar el empuje de las bóvedas.
Como en tantas catedrales españolas el coro se ubica en medio de la nave principal lo que impide una visión de conjunto del templo desde los pies.
La cabecera, primera parte de la construcción, sólo conserva de los siglos XII-XIII el ábside central, pues los laterales fueron eliminados en el siglo XV para construir una doble girola ya con la arquitectura y la estética propia del gótico final (bóvedas estrelladas) pero inspirada en la girola de la seo de Toledo.
Esta girola de dos naves se construyó alternando tramos cuadrados y triangulares (no trapezoidales) como sucede el catedral de Toledo. Los pilares llevan multitud de finísimas columnillas sin apenas capitel que se prolongan en innumerables nervios para formar la citada bóveda estrellada.

Capilla mayor (al fondo). Realizada en el S. XIII y reformada en el S. XV cuando se construyó la doble girola. Otra nueva alteración se produjo a finales del S. XVI cuando fue trasladado el coro primitivo desde el presbiterio para su ubicación en el centro de la catedral, delante del crucero. Y además en el S. XVIII se llevó a cabo la actual obra del retablo del Altar Mayor.  

Capilla mayor (interior). Posee dos tramos, un primer tramo recto y el presbiterio acabado en forma poligonal. Destaca la frontal de la nave, obra de Juan Francés, realizada entre 1511 y 1517 siendo una mezcla de transición del gótico al renacimiento. En el año 1752 se reconstruyó la capilla en estilo neoclásico. El Retablo Mayor realizado entre 1753 y 1760 fue realizado con mármoles y jaspes de colores.

Vista de la nave central con sus triforios góticos a ambos lados.

En el fondo del muro del triforio se abre un gran óculo o rosetón para la iluminación de la nave central, y en la parte más próxima a la nave se engalana con una tracería formada en su parte elevada por otro círculo paralelo al del exterior que apoya sobre dos arcos trebolados con una columna central, delante de la cual aparece la estatua en pie de un ángel, con sus alas plegadas bajo un dosel. 

La girola. Fue construida en 1448, para ello hubo de destruirse los ábsides en los que terminaban las naves laterales. La doble girola es obra de Hanequin Cueman de Bruselas y su hermano Egas Cueman. 

Alzado lateral de la nave central con arcos ojivales en la parte inferior y el claristorio en la superior. 

Un triforio es, en sentido estricto, una nave que corre sobre las naves laterales que se comunica con la central por medio de una galería. Sobre ésta suelen levantarse las ventanas altas por donde entra la luz al interior del edificio. El triforio de la Catedral de Cuenca es un falso triforio, pues su nave se ha reducido a un estrecho pasillo y su galería se ha fundido con las ventanas altas para crear una estructura única en España que sirve de transmisión de fuerzas desde las bóvedas hacia los arbotantes exteriores.

Sobre el altar mayor, junto al presbiterio, se cubre la nave con esta bóveda formada por dos nervios diagonales más uno recto en el medio que se cruzan en la clave constituyendo con sus seis plementos una bóveda de crucería sexpartita. Le sigue la bóveda gallonada que remata la cabecera de la nave mayor con su ábside poligonal de siete paños.

Bóveda de crucería sexpartita sobre el presbiterio cuyos nervios apoyan en los muros sobre los arcos de comunicación sobre las naves laterales. 

Esta alteración hace mucho más espacioso el templo creando una cabecera hipertrofiada en comparación con la moderada superficie de las naves.
Mucho más interesante es el ábside central que se ha conservado. Tiene planta poligonal de siete lados y muestra un alzado con un primer piso de arcos muy apuntados (característica de toda la iglesia) con un segundo nivel de claristorio con ventanales de medio punto. El abovedamiento de esta capilla se lleva a cabo con sexpartitas, típica cubrición del primer gótico.
Los apoyos de los nervios son grandes pilares cilíndricos encapitelados y otros mucho más estrechos fasciculados con columnillas. Esta alternancia de apoyos y que ha extrañado a muchos es consecuencia de que en las bóvedas sexpartitas el apoyo que recibe el arco perpiaño soporta menos peso que los que recogen los cruceros por lo que es normal que sean más anchos (de hecho esto se da algunas catedrales góticas francesas como Sens o Bourges).
Las bóvedas sexpartitas también se extienden a otros lugares del templo, como el transepto y los dos primeros tramos de la nave central.
A partir de este punto, las bóvedas se convierten e cuatripartitas, adquiriendo una tipología más clásica.
Hay que citar que los arcos empleados en la obra inicial de los siglos XII y XIII son muy apuntados (de cuatro centros) y que llevan decoración zigzagueada típica de la arquitectura atlántica aunque también muy presente en el tardorrománico español. Por su parte los capiteles son vegetales con cestas bastante limpias y crochets y cogollos muy salientes.
Otra de las características más curiosas y mencionadas de la catedral de Cuenca es, precisamente, el alzado de esta nave central. El primer nivel es el de los arcos formeros como es preceptivo. Más arriba parece que se tuvo que improvisar la "fusión" del nivel del triforio y el claristorio, de tal manera que si bien se abrieron óculos circulares en el muro para dejar entrar la luz, delante se creó una grácil estructura de doble arco trilobulado, tracería circular envuelta por otro arco apuntado. Esta extraña estructura parece ser una solución de compromiso entre un triforio convencional pero que al mismo tiempo fuera piso de ventanas y ambas estructuras no debían molestarse la una a la otra.
Otro elemento curioso es que esta estructura tiene figuras de ángeles en la base del parteluz. Estos ángeles aluden a distintas virtudes.

Interior del coro. La sillería construida en madera de nogal, es obra de Manuel Gassó del año 1753. Dispone de 53 relieves tallados con imágenes de diversos santos. En los respaldos de las sillas altas se dispone la talla en bajorrelieve que representa a cada uno de los santos titulares de cada sitial. En la parte inferior o coro bajo podemos observar los correspondientes sitiales bajo sus doseles con sus correspondientes brazales, paciencias y misericordias. 

La capilla del Pilar
Si accedemos a la Catedral por una de las puertas de la fachada principal e iniciamos nuestro recorrido por el lado derecho podemos entrar en la Capilla del Pilar. Esta capilla fue fundada en el año 1769 por el canónigo Diego Lujando y el cabildo. Posee un altar de madera policromada que imita el mármol y el jaspe, obra de José Martín de Aldehuela. La reja es del siglo XVII. Sobre las paredes hay seis relieves de estuvo que representan a San Julián y la Virgen, Aparición de la Virgen a Santiago, Virgen con el niño, Milagro de Calanda e imposición de la casulla a San Ildefonso. En la bóveda de la linterna se encuentra pintado al fresco la Coronación de la Virgen. En su interior se conserva el enterramiento del obispo Wenceslao de Sangüesa. Fue una capilla concebida con la intención de crear un pequeño templo en miniatura.
Capilla de la Virgen del Pilar. Fue fundada en 1769 por el canónigo Diego de Luiando Zárate y Murga. Es una obra tardobarroca de José Martín de Aldehuela realizada entre 1769 y 1771
 

Bóveda de la capilla de la Virgen del Pilar con la pintura al fresco de la coronación de la Virgen. Esta capilla está construida a modo de iglesia, con una nave, un pequeño crucero con linterna y presbiterio 

Capilla de los apóstoles
Fue fundada en el siglo XVI por el chantre García de Villarreal. La obra de la capilla se inició en 1528 a cargo de Antonio Flórez y Juan de Albiz. La portada se organiza dentro del más puro estilo renacentista. Su pórtico de entrada es majestuoso y está realizado en piedra labrada con reja de Cristóbal de Andino, de estilo plateresco. El altar principal dispone de un retablo central con esculturas de talla policromada y pinturas, del siglo XVI. También existen pinturas del siglo XVI en el altar situado a la derecha también llamado de la Virgen de la Salud, obra de Andrés de Vargas. El altar de la izquierda fue trazado por José Martín de Aldehuela, mientras que la reja del comulgatorio es de Alonso Beltrán, en el más puro estilo conquense de círculos secantes formando estrellas. Las pilastras y columnas no abundan en decoración puesto que ésta se traslada hacia lugares secundarios.

Capilla de los Apóstoles. Es de gran tamaño y fue realizada en el año 1528 por los maestros canteros Juan de Alviz y Antonio Florez, en estilo renacentista con elementos del gótico tardío. 

Capilla de San Antolín
Fue realizada a comienzos del siglo XVI y está ubicada en el ángulo de la nave con el crucero. Tiene una cancela de madera y un friso decorativo de pleno estilo mudéjar. Dispone de pila bautismal emplazada en el centro, también realizada en el siglo XVI. En un altar aparecen las pinturas del artista Cristóbal García de Salmerón, natural de Cuenca; en otro altar aparece una escultura de San Ignacio de Loyola realizada por Manuel Álvarez y el altar de San Juan Evangelista y San Juan Bautista procede de la capilla llamada de la Anunciación con dos pinturas del siglo XVI.

Capilla Bautismal o de San Antolín. Es la más antigua de la Catedral, del S. XIII o XIV. Tiene bóvedas de crucería con nervios de espinazo apoyados en ménsulas decoradas con bustos femeninos y follaje vegetal 

Capilla del Obispo
Esta estancia debe su nombre a la función que representa. Sirve de residencia particular del prelado y fue fundada por el cardenal y obispo de Cuenca Jacobo de Veneris a finales del siglo XV. Dispone de una hermosa reja de mediados del siglo XVI, en la que se representa el bautismo de Cristo, obra de Sancho Muñoz. El altar es de madera y alabastro policromados, obra de Villadiego. Las pinturas del retablo del altar mayor están dedicadas a San Julián, patrón de la ciudad. El altar de Santa Ana dispone de un retablo realizado en el siglo XVII y procede de la ermita de Santa Ana.

Capilla del Obispo. Su interior es de reducidas dimensiones, conteniendo en sus muros laterales diversos relicarios vacíos y ménsulas, así como dos sarcófagos. El retablo está dedicado a San Julián, patrón de Cuenca, y en su altar se encuentra la escultura de San Julián realizada por el entallador renacentista Pedro de Villadiego en 1589. 

Capilla de San Martín
Fue fundada por el canónigo Martín de Huélamo a mediados del siglo XVI. Dispone de una reja forjada, obra de Hernando de Arenas y realizada en 1548. El retablo de esta capilla está dedicado a San Martín en estilo plateresco con medallones realizados en alabastro por Giraldo de Flugo, en el que se combinan la madera policromada, la pintura sobre tabla y el alabastro. Bajo el arcosolio se encuentran los sepulcros de los Montemayor que presentan estatuas yacentes de estilo naturalista y un gótico más evolucionado. El altar del Angel de la Guardia se circunscribe al estilo barroco y dispone de un Calvario realizado a finales del siglo XV y principios del siglo XVI, sobre una viga tallada con motivos platerescos. Justo en el chaflán del muro se encuentra el altar de la Inmaculada. Frente a estos dos altares se encuentra el retablo de San Fabián y San Sebastián, obra de Juan y Miguel Hernández, en madera policromada y con una variada iconografía.

Capilla de San Martín. Posee un retablo plateresco presidiendo la capilla, obra atribuida a Giraldo de Flugo con la figura de San Martín. 

Capilla de nuestra Señora del Sagrario
Fue fundada por el cabildo en el año 1629 y realizada por el arquitecto Alberto de la Madre de Dios que la concibió con planta de cruz latina y cúpula con lucernario en el crucero, de estilo herreriano. Dispone de una reja realizada por Juan Díaz de los Herreros. Las obras continuaron en el siglo XVII. Cuenta con tres retablos-relicarios, con pinturas de Vargas. El central dedicado a la titular, el de la derecha a San Julián y el de la izquierda al Nacimiento de la Virgen.

Capilla del Sagrario. Es una obra sobria, noble y grandiosa, en estilo renacentista, con revestimiento de mármoles. Se trata de una capilla con planta de cruz griega, cúpula y linterna en su pequeño crucero. Posee un retablo central dedicado a la Virgen del Sagrario, con una talla románica del S. XII. 

Sacristía Mayor
Es de estilo gótico ojival y se encuentra emplazada detrás de un lienzo muy amplio del muro en el que se hallan los enterramientos de dos obispos. Las obras finalizaron en el año 1509. En su portada existen blasones e imágenes religiosas. Destacan los nervios de sus majestuosas bóvedas. Ventura Rodríguez fue el diseñador de su cajonería para ropajes rituales, realizada en nogal y en la que se insertan las obras de Pedro de Mena, la Dolorosa y una Virgen de Belén. Existen también varios cuadros del siglo XVII realizados por Bocanegra y Sebastián Conca, que representan a los doctores de la Iglesia occidental. Aldehuela ejecutó el retablo tal y como lo conocemos hoy con sus espejos y encajando las obras entregadas con ingenio y acierto.

Sacristía Mayor. El conjunto del Retablo Mayor está formado a su vez por dos retablos, con las imágenes de la Virgen con Niño del S. XVII y la Dolorosa de Pedro de Mena, tratándose de una talla de madera policromada de 58 cm. de altura ejecutada en 1660. 

Puerta de acceso a la Sala Capitular. Gran portada de arquitectura renacentista considerándose a Antonio Flórez su posible autor. El cuerpo principal está constituido por un alto basamento sobre el que se apoyan cuatro columnas que en las hornacinas existentes entre sus intercolumnios se sostienen cuatro imágenes, de dos en dos, una encima de la otra. Queda rematada en su parte superior por un entablamento con similar decoración que tienen las columnas, jambas y dintel. 

Sala Capitular
Fue construida a principios del siglo XVI. Dispone de unas magníficas puertas realizadas en madera de nogal tallado de estilo plateresco que contienen varios medallones circulares y paneles decorados con motivos renacentistas, atribuibles a Diego de Tiedra. En su interior se albergan obras pictóricas de Andrés de Vargas. El artesonado de la sala es de estilo renacentista con tintes del primer plateresco. Se encuentra separada de la catedral por un pequeño recinto que estuvo abierto hasta el siglo XVIII. En la segunda mitad del siglo XVIII se le añadió la pintura que hoy la recubre, de clara influencia francesa. Los doce apóstoles de los laterales fueron pintados por García Salmerón en 1649 para la Sala de los Reyes, trasladadas a la Sala Capitular en el año 1779. Sobre el coro actual se conservan, en las ojivas, pinturas de profetas que formaban parte de ese conjunto. Pedro Páez completó el conjunto pictórico con las figuras de Cristo y San Matías.

Sala Capitular. Construida a inicios del S. XVI, durante los pontificados del obispo Rafael Sansoni Diario. Posee una puerta de entrada de estilo plateresco. El interior aloja una sillería de madera realizada en el S. XVI por Pedro de Villadiego. El techo se cubre por un artesonado de madera de nogal de estilo renacentista del S. XVI y pintado en el S. XVIII. Adopta forma de barca invertida y se compone de casetones octogonales junto a otras de menor tamaño. 

Artesonado de la Sala Capitular. Se cubre la sala del Cabildo con este artesonado renacentista de comienzos del S. XVI, que fue pintado en el S. XVIII. Componen el artesonado dieciocho grandes casetones octogonales, completado con otros más pequeños de forma cuadrada y triangulares así como de otro tipo geométrico, conteniendo en su centro una rosa. 

Capilla de Santa Elena
Fue fundada por el canónigo Constantino del Castillo. La portada de piedra es del siglo XVI y se atribuye a Jamete y su reja data del año 1572, obra de Hernando de Arenas. El retablo de su interior está realizado en pleno siglo XVI y se atribuye también a Esteban Jamete; es de madera sin policromar. Destaca su predela por el profundo estudio animalista de la misma.

Capilla de Santa Elena. Está situada frente a la Capilla Nueva de San Julián y fue fundada por el canónigo Constantino del Castillo. La portada en piedra y de estilo plateresco es obra de Esteban Jamete realizada entre 1.548 y 1.549. Sobre la clave del arco de entrada aparece el escudo de su fundador. En el segundo cuerpo de la portada, existe un altorrelieve de la Anunciación (en el centro), el emperador Constantino (a la izquierda) y Santa Elena, su madre, a la derecha.

Capilla del Sagrado Corazón o Capilla Honda
Según cuentan las crónicas esta capilla estuvo consagrada a la Virgen que llevaba Alfonso VIII al entrar en la ciudad de Cuenca, de donde recibió el nombre de Capilla de la Virgen de las Batallas. También se denomina Capilla Honda por estar situada muy por debajo del nivel del suelo de la catedral. La actual construcción data de principios del siglo XVI aunque todavía conserva unas magníficas puertas mudéjares realizadas entre los siglos XII y XIII. El artesonado que recubre la sala es similar al de la Sala Capitular, pues utiliza el mismo repertorio decorativo. En el altar se encuentran dos tablas del siglo XVI y una copia de la tabla del Salvador, de Gossaert. Ha sufrido varias modificaciones constructivas con el paso del tiempo. Del retablo de María Auxiliadora resalta la pintura de la Virgen de la Leche que data del 1600 y que se conserva en el remate. El retablo mayor es obra del siglo XVIII y está dedicado al Corazón de Jesús.

Capilla Honda o Capilla del Sagrado Corazón de Jesús. Se encuentra por debajo del suelo de la Catedral. Es una capilla bastante alargada, equiparable en tamaño a la Sacristía, y una de las más antiguas de la Catedral. Data del S. XVI pero conserva unas puertas mudéjares de los S. XII y XIII. El retablo mayor está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y es una obra barroca del siglo XVIII. 

Capilla de los Caballeros
Fue fundada por García Álvarez de Albornoz y su esposa Teresa de Luna, en el siglo XIII y fue restaurada entre los años 1520 y 1531, en su emplazamiento actual. La capilla es obra de Antonio Florez. Dispone de dos verdaderas obras maestras, las rejas realizadas por Esteban de Lemosín. De la anterior capilla se conserva la lápida de Dña. Teresa de Luna y varios sepulcros con estatuas yacentes de alabastro, del padre y el hermano del cardenal García Álvarez de Albornoz y Alvar García de Albornoz, realizados en el siglo XVI, durante las reformas de la capilla. Ésta dispone de tres retablos llamados de la Crucifixión, la Piedad y la Adoración de los Reyes, obra de Yáñez de la Almedina, en el que resalta la influencia italianizante de Leonardo Da Vinci; también existen varias pinturas de Orrente. El calvario que corona el retablo del altar de la Asunción es obra de Martín Gómez, el Viejo, pintor del siglo XVI, seguidor de Yáñez de la Almedina.

Capilla de los Caballeros. Es la capilla funeraria más importante de la Catedral. Fue fundada hacia finales del S. XIII por don Garci Álvarez de Albornoz como panteón familiar. Refundada por Gómez Carrillo de Albornoz, canónigo y tesorero de la Catedral, en estilo renacentista en el S. XVI, se construyó entre 1520 y 1531.

Capilla de los Caballeros. Está formada por dos crujías cubiertas por bóvedas góticas de arista con claves decoradas con escudos, con portada de estilo plateresco y por arcosolios con sepulturas. Posee un retablo 1526 cuyo tema central es la Crucifixión de Cristo, óleo de Yáñez de la Almedina.

 

 

 Próximo Capítulo: Capítulo 45 - Catedral de Palencia

 

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