lunes, 13 de septiembre de 2021

Capítulo 37 - Gótico Catalán - Primera Parte

Siglo XIV
El siglo XIV supone el esplendor del gótico en las áreas mediterráneas, de Cataluña, Valencia y Mallorca. La diversidad climatológica, la influencia francesa e italiana y la configuración social marcan el estilo gótico en estas zonas, con rasgos propios. Son construcciones de exteriores sobrios y macizos de gran simplicidad que otorga gran solemnidad a los templos, que presentan la denominada planta de salón de tradición norte europea, en las que se reducen la diferencia de altura con las naves laterales, y ausencia de arbotante, con escasa decoración escultórica, caracterizado por la influencia de las iglesias del sur de Francia y la casi nula aportación del arte mudéjar. La preocupación por la perfección y la pureza constructiva sustituye al afán decorativo de la arquitectura castellana. También destaca mucho la arquitectura civil.

Gótico catalán 
El gótico catalán es un estilo artístico del gótico mediterráneo, con características propias especialmente en el ámbito de la arquitectura, que se dio en Cataluña entre los siglos XIII y XV; es decir, al final de la Europa gótica, de la que obtiene su nombre, y al principio de la renacentista. El nombre "Gótico aragonés" queda acotado especialmente a Barcelona y su área de influencia (Corona de Aragón), con lo que acoge características propias.
A pesar de su nombre, el gótico catalán difiere de los góticos de otras partes de Europa. En arquitectura, por ejemplo, no busca la altura desmesurada, no destaca en sus arbotantes y sí por su gran sobriedad decorativa.

Contexto histórico
El estilo comienza a causa de la riqueza que genera la expansión de la Corona de Aragón, primero al Languedoc y después a través del Mediterráneo hasta Cerdeña, Sicilia, el Reino de Nápoles y el Ducado de Atenas. La sociedad de la época demanda una renovación de los viejos edificios románicos, así como nuevos edificios públicos para nuevas instituciones y servicios.
Su culmen llega en el siglo XV, a pesar de que los Reyes Católicos ya ha unido las coronas de Castilla y Aragón en detrimento de la segunda, a la que se privó inicialmente de comerciar con América si no era a través del puerto de Sevilla.

Contexto artístico
Se habla de "estilo gótico" y "ciudad gótica" en relación al período temporal. Sin embargo no debe confundirse este estilo con el Gótico francés, español, alemán u otro, pues aunque presenta rasgos similares en cuanto a que en su momento fueron las últimas tecnologías disponibles (arco apuntado, rosetón, arbotantes), son muchas las diferencias.
Así, el Gótico catalán no busca una altura inmensa, sino que tiende a igualar las dimensiones del ancho y el alto, utiliza cubiertas casi planas frente a las inclinadas altísimas tan características del centro y norte de Europa; así mismo no cuenta con grandes huecos porque la luz mediterránea es mucho más potente que la del resto de Europa, ni con arbotantes inmensos, pues sus naves son casi iguales en altura; no decora sus pilares con motivos figurativos ni destaca por lo complicado de sus bóvedas. ​

Características arquitectónicas
·       Tendencia a la isotropía dimensional, tanto en la relación ancho-alto como entre el ancho entre naves de un mismo espacio.
·       Huecos pequeños y altos para regular la luz intensa del litoral mediterráneo.
·       Volúmenes a base de prismas puros y lisos.
·       Ausencia de la decoración, excepto para remarcar los principales elementos constructivas, tales como arcos y claves de bóvedas.
·       Tendencia a la horizontalidad de las cubiertas, construidas a veces a la catalana, que no sobresalían de las líneas de cornisa y eran transitables.
·       Contrafuertes potentes, que en las iglesias solían dividir en planta las diferentes capillas.
·       Arbotantes pequeños, ya que la diferencia entre naves era mucho menor que en otros góticos, permitiendo que estos apenas se destacasen.
·       Pilares esbeltos y geométricamente puros, sin figuraciones de columnillas o de otro tipo.
·       Uso de arcos diafragmáticos, que permitían estructuras en pantalla con cubiertas de madera, sin necesidad de construir bóvedas.
·       Aparición de "falsos" transeptos o inexistencia de estos en las iglesias. ​ 

Tipologías
Iglesia
Los templos tienden a la unificación espacial, lo que se consigue mediante dos métodos: o bien con pilares esbeltos y finos lo bastante separados como para no interrumpir la visión de cualquiera de las naves, cuando éstas sean tres, o construyéndolos con una sola nave de mucha luz. Las torres, normalmente una o dos, destacan por ser prismas lisos de sección poligonal (6 lados, 8 lados), y no existen los transeptos como tales; cosa diferente son las iglesias de base templaria, que utilizan plantas en cruz griega.
Los contrafuertes crean dos efectos, además de su función de arriostrar los muros. En planta distinguen las capillas, de manera que los alzados del edificio son continuos y visualmente lisos por fuera, a la altura de una persona; además, cuando aparecen en la fachada principal, crean un rectángulo que enmarca la portada y a veces, un rosetón.

Palacio
El palacio, de mayor superficie en fachada que otras viviendas, es característico de espacios burgueses del siglo XV como la calle Montcada en Barcelona. Se caracteriza por contener un patio al que se accede a través de una portalada, que es centro de la vivienda y contiene la escalera principal, a cielo abierto o semicerrada.
En planta baja se encuentran las dependencias propias al negocio de los dueños, con el despacho en semiplanta, si lo hubiera. La planta primera o noble se reserva a la vivienda, cuyo salón principal, ricamente decorado, se adosa a la fachada, a veces ocupándola enteramente. Los siguientes pisos contienen los cuartos del servicio y dependencias secundarias. Algunos palacios poseen pequeñas torres desde las que observaban por encima de los tejados de la ciudad. 

Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia de Barcelona
La Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de la Santa Cruz y Santa Eulalia también llamada, en lugar de catedral, es la catedral gótica de Barcelona, sede del Arzobispado de Barcelona, en Cataluña, España.
La catedral actual se construyó durante los siglos XIII a XV sobre la antigua catedral románica, construida a su vez sobre una iglesia de la época visigoda a la que precedió una basílica paleocristiana, cuyos restos pueden verse en el subsuelo, en el Museo de Historia de la Ciudad. La finalización de la imponente fachada en el mismo estilo, sin embargo, es mucho más moderna (siglo XIX). El edificio es Bien de Interés Cultural y, desde el 2 de noviembre de 1929, Monumento Histórico-Artístico Nacional.
Está dedicada a la Santa Cruz desde el año 599 y se añadió a partir del año 877 a Santa Eulalia, ​ patrona de la ciudad de Barcelona (actualmente es más celebrada como tal la Virgen de la Merced que, estrictamente, es patrona de la diócesis de Barcelona, pero no de la ciudad), una joven doncella que, de acuerdo con la tradición católica, sufrió el martirio durante la época romana. Una de tales historias cuenta que fue expuesta desnuda en el foro de la ciudad y que milagrosamente, a mitad de primavera, cayó una nevada que cubrió su desnudez. Las enfurecidas autoridades romanas la metieron en un barril con vidrios rotos, clavos y cuchillos clavados en él y lanzaron cuesta abajo el barril (de acuerdo con la tradición, se trataría de la calle Baixada de Santa Eulàlia, Cuesta de Santa Eulalia). Y así, hasta trece martirios diferentes, uno por cada año de edad de la santa. Finalmente, fue crucificada en una cruz en forma de aspa, que es el emblema de la catedral y la diócesis, así como el atributo iconográfico de la santa.
La catedral cuenta con un claustro gótico en el que viven trece ocas blancas (se cuenta que Eulalia tenía trece años cuando fue ejecutada y que pastoreaba ocas en su predio de Sarrià, cerca de la ciudad). 

Edificio
El edificio consta del templo y el claustro perfectamente unidos por un mismo estilo. La catedral mide 90 metros de longitud por 40 de ancho y el jardín del claustro es de 25 metros por lado por seis de anchura de cada galería de las cuatro que lo rodean.
La catedral está formada por tres naves de la misma altura, la central el doble de ancho que las laterales; desde el falso crucero las circulares se unen en girola, pasando por detrás del presbiterio y formando un arco semicircular, donde se alojan nueve capillas cubiertas por arcos ojivales de cuatro tramos y por encima de estas capillas se encuentran los vitrales góticos que llenan de luz el ábside. Hay una galería en forma de U que está por encima de las capillas laterales y sobre esta galería y las capillas radiales de la girola dando la vuelta a toda la nave central hay un falso triforio, desde donde se pueden ver las claves de bóveda a una corta distancia.
En las naves laterales hay otras 17 capillas, cubiertas por ojivas de seis tramos, con arcos apuntados en cada entrada; hay dos capillas colocadas entre cada contrafuerte con proyección interior. A estas capillas se ha de unir la capilla de Santa Lucía con entrada desde el exterior. En 1997 con motivo de la boda real que tuvo lugar se dibujaron los primeros planos completos de la Catedral de Barcelona incluyendo el claustro y las construcciones que se fueron agregando a lo largo del tiempo.

Antecedentes
El origen de la catedral está en una basílica paleocristiana dedicada a la Santa Cruz (siglos V-VII), de la que quedan algunos restos situados en el subsuelo de la actual plaza de Sant Iu y de la calle dels Comtes, así como algunos restos escultóricos que se conservan en el Museo de Historia de Barcelona. ​ Era un templo de tres naves, con un baptisterio de planta cuadrada que albergaba una piscina octogonal. ​ Esta basílica perduró en época visigótica, y durante la ocupación musulmana de la ciudad (718-801) pudo haber sido convertida en mezquita. ​
La basílica paleocristiana fue restaurada gracias a la iniciativa del obispo Frodoí hacia el 877, en ocasión del traslado de los restos de santa Eulalia a la cripta de la catedral. Sin embargo, poco se sabe del aspecto de la catedral en esta época, aunque se tienen noticias de que había dos altares dedicados a santa Coloma y santa María. El edificio pudo sufrir desperfectos durante la invasión de Almanzor (997), ya que poco después consta una donación «ad restaurationem nostre matris ecclesie».​
La catedral fue reformada nuevamente en estilo románico, aunque tampoco se tienen muchas noticias de esta nueva construcción, excepto que fue consagrada en 1058, lo que permite suponer que debía ser un edificio diferente del paleocristiano o prerrománico. Probablemente ocupaba el espacio central de la actual catedral gótica, y si seguía el modelo de otras iglesias de la época —como la catedral de Elna o el monasterio de Sant Cugat del Vallès— debía tener tres naves con tres ábsides escalonados y pórtico de entrada; también tenía un campanario, que lindaba con el Palacio Condal. En 1186 consta la fundación de un altar consagrado a santo Tomás de Canterbury.

Construcción gótica
Se iniciaron las obras de construcción de la catedral gótica en mayo de 1298, reinando Jaime II y bajo el mandato obispal de Bernardo Pelegrí (1288-1300), empezando por la cabecera, desmontando a la vez la antigua catedral románica y aprovechando algún elemento escultórico como las impostas de la puerta de San Ivo. ​ Las obras no se plantearon como la construcción de una nueva catedral sino como una reforma y ampliación de la catedral románica, (... extensione et ampliatione nostre catedralis ecclesie...) ​que se hizo por fases sin derribar nunca completamente el templo y haciéndolo servir para el culto durante toda la obra. Así la catedral gótica conserva el mismo eje que la románica y el deambulatorio está construido alrededor del ábside románico.
En la primera etapa se construye el ábside, las capillas radiales y la cripta del presbiterio que se terminó en 1338 siendo el maestro de obras Jaime Fabre, primero del que se tiene noticias, durante el mandato del obispo Ponç de Gualba (1303-1334). No se sabe cuando Fabre dejó el cargo de maestro de obras, pero en 1358 ya estaba Bernat Roca construyendo los primeros tramos de la bóveda mayor y la galería de encima de las capillas; también fue este maestro el que comenzó el claustro. En 1384 el rey Pedro el Ceremonioso escribió una carta a Roca quejándose de haber roto las cañerías que llevaban agua al palacio real, por el poco cuidado que se tenía al ir derrumbando la catedral románica; Roca se hizo cargo de su reparación. Fallecido en 1388, continuó el picapedrero Pere Viader hasta el año 1397 en que fue maestro de obras el arquitecto Arnau Bargués, realizador de la sala capitular. Su ayudante Jaume Solá ocupó el cargo desde 1407 a 1412. Le sucedió Bartolomé Gual que permaneció largo tiempo en el cargo hasta el año 1441 y fue el constructor del cimborrio realizado con artesonado de madera; consta que se trasladó a Valencia para observar el de aquella ciudad. También trabajó en el claustro. Andrés Escuder fue nombrado el 1 de marzo de 1442 hasta que dimitió en 1463, siendo el que terminó el claustro y prácticamente la estructura total del templo. En espera de poder realizar la fachada, que ya estaba trazada por Carles Galtés de Ruan (llamado el Carlí) con fecha de 27 de abril de 1408. ​ Se puede decir que las obras de la construcción gótica duraron unos 150 años. 

Exterior
Fachada principal y cimborrio
Con motivo de la Exposición Universal de Barcelona (1888), después de casi cuatrocientos años sin hacer grandes obras en la catedral, gracias al promotor Manuel Girona i Agrafel y sus hijos, se reanudaron las obras, se convocó el concurso para la edificación de la fachada en el año 1882, estableciendo como criterio estilístico a seguir el gótico. ​ Fue adjudicado a Josep Oriol Mestres, arquitecto titular de la catedral desde el año 1855. ​ Se inspiró en las trazas realizadas en el año 1408 por Carles Galtés de Ruan. ​
La fachada neogótica de 40 metros de ancho, consta de la portada flanqueada por dos torres con altos pináculos, está ornamentada con todo tipo de elementos de estilo gótico de líneas verticales y con gran profusión de imágenes de ángeles y santos.
El cimborrio, diseñado por el arquitecto Augusto Font Carreras tiene una altura de 70 metros y se llevó a cabo entre los años 1906 y 1913. El coronamiento exterior del cimborrio, se concluye con la imagen de Santa Elena, madre de Constantino, que se dice fue la que reencontró la verdadera Cruz, advocación de la catedral junto con la de Santa Eulalia; esta escultura fue realizada por el artista Eduard Alentorn. En las terminaciones de las cresterías hay imágenes de ángeles alados.

Puertas
Cinco son las puertas de la Catedral de Barcelona: 
1- Puerta principal.
2- Portal de San Ivo.
3- Puerta de la Piedad.
4- Puerta de Santa Eulalia.
5- Puerta de Santa Lucía. 
La Principal, situada en el centro de la fachada de la plaza de la Catedral. Proyectada por el arquitecto Josep Oriol i Mestres es de estilo neogótico con un gran arco gótico con arquivoltas, presidida en su mainel por una escultura de Cristo, obra del escultor Agapito Vallmitjana, y a ambos lados de la puerta las imágenes de los apóstoles, del mismo autor. En las arquivoltas del pórtico se encuentran figuras de ángeles, profetas y reyes, un total de 76 figuras, que junto con la carpintería de la puerta fueron realizadas por el escultor Joan Roig i Solé. En la parte interior, los medallones grabados en piedra en el trasdós del arco de la entrada son del artista Antonio Claperós, representando la Ascensión y el Pentecostés.

Portal de San Ivo: es ésta la más antigua y que durante quinientos años fue el acceso principal de la catedral, por el crucero del lado del Evangelio. Su advocación se debe al edificio que tiene delante, que durante muchos años fue sede de los abogados, el patrón de los cuales es San Ivo. Realizada en mármol y piedra de la montaña de Montjuic, es uno de los primeros intentos del arco ojival del gótico catalán (1298). Encima de los pilares hay ángeles músicos sacando sus cabezas por el extradós del arco. En el tímpano se encuentra una imagen de Santa Eulalia atribuida a la escuela de Jaume Cascalls de finales del siglo XIV, en ambos lados se ven pequeñas testas, meramente ornamentales. A cada lado de la portada hay relieves en mármol haciendo de impostas que se creen de la antigua catedral románica.
Puerta de La Piedad. Es una de las entradas exteriores al claustro, con un arco conopial flanqueado por unos altos pináculos labrados con gran finura. En el tímpano hay un relieve —copia del original, en madera, guardado en el museo catedralicio— con la representación de la Piedad rodeada con símbolos de la Pasión es obra del escultor alemán Michael Lochner, establecido en Barcelona desde el año 1483. ​ Esta puerta facilita la entrada al templo ya que está en esquina con la entrada al crucero del lado de la Epístola.
Puerta de Santa Eulalia. Se encuentra situada en la calle del Obispo y la entrada es por el claustro, de forma similar a la puerta de la Piedad; está construida con un arco conopial y en el tímpano hay una escultura de Santa Eulalia, reproducción de la original del escultor Antonio Claperós. ​ A los lados de la imagen están tallados los escudos del obispo Francesc Climent Sapera que fue el que costeó la galería de poniente del claustro. Las arquivoltas están labradas con finos follajes.
Puerta de Santa Lucía. Es la entrada a la capilla exterior de dicha santa, siendo la tercera puerta de acceso al claustro. La puerta es románica con cinco arquivoltas semicirculares, sustentadas por tres pilares cuadrangulares adosados y dos finas columnas exentas circulares de fuste liso en ambos lados de la puerta, con capiteles esculpidos representando figuras de animales y personajes, con adornos vegetales.
 

Torres-campanario
De finales del siglo XIII son las dos torres campanario, de inicios de la construcción gótica, cuya situación corresponde a los extremos del crucero. Ambas son ochavadas y de 53 metros de altura.
Una de las torres llamada de las horas o reloj, se sustenta sobre la entrada de San Ivo. ​ Se encuentra en esta torre la campana llamada Eulalia, que es la más grande con 3 toneladas de peso; es la que toca las horas y con el nombre de Honorata la que da los cuartos. La estructura superior es de hierro y está magníficamente ornamentada. Fue construida a finales del siglo XIX de estilo modernista. La otra torre es la encargada de las horas eclesiásticas. En ésta hay diez campanas, todas con nombres femeninos. ​


Gárgolas
Como la mayoría de las catedrales góticas, también la de Barcelona tiene gárgolas, por donde se vierte el agua de la lluvia de los tejados. Representan animales fantásticos, como leones, unicornios y una de las más famosas es la que representa un elefante. Las más antiguas son las de la parte del ábside al lado de la puerta de San Ivo de principios del siglo XIV. Las gárgolas del claustro son del siglo XV, y las de las cuatro esquinas representan los símbolos de los evangelistas.
Según la tradición popular son brujas que, cuando pasaba la procesión del Corpus Christi, escupían, siendo castigadas a quedarse petrificadas como figuras monstruosas, con la misión de escupir el agua de los tejados de la catedral.

Capilla de Santa Lucía
La capilla de Santa Lucía está situada en un ángulo del claustro con entrada exterior. Se construyó entre los años 1257 y 1268 de estilo románico tardío, bajo el mandato del obispo Arnau de Gurb (1252-1284). Originalmente era la capilla del Palacio Episcopal de Barcelona. De planta rectangular con bóveda de cañón apuntado y de dimensiones muy reducidas, está edificada con dovelas muy regulares, su fachada tiene puerta con arco semicircular con arquivoltas y capiteles esculpidos con figuras geométricas y de animales; sobre el centro de su fachada se alza una pequeña espadaña de dos huecos.
En el interior tiene dos sepulcros bajo dos arcolosios, el del lado de la epístola corresponde al obispo Arnau de Gurb y el otro al del canónico Francesc de Santa Coloma del siglo XIV, sobre el cual hay un calvario tallado en piedra con el fondo de cristal azul.
Tenía una puerta lateral que se abría a la calle del Obispo, tapiada en el año 1821, y, además en la actualidad, tiene una puerta posterior que permite acceder al claustro.
Situación de la capilla de Santa Lucía.
Sepulcro de Francesc de Santa Coloma.
 

Interior
Altar Mayor
Consagrado en el año 1337 por el obispo Ferrer Abella (1335-1344), el ara de tres metros de longitud es de mármol blanco y está sostenido por dos capiteles del primitivo templo visigótico del siglo VI. En el fondo y a media altura de las columnas centrales se puede ver la imagen de la exaltación de la Cruz rodeada por seis ángeles, del escultor Frederic Marès, realizada el año 1976 y en su parte inferior está situada la cátedra, tallada a mediados del siglo XIV en alabastro; el respaldo de madera es del año 1967 y sobre él está el escudo del cardenal arzobispo Ricard Maria Carles i Gordó (1990-2004).
Hasta 1976 estuvo en este lugar un retablo mayor gótico del siglo XIV, de tipo arquitectónico --una estructura de crestería ornamentando, sin esculturas ni pinturas--, de madera dorada. En la hornacina central había una cruz de talla del año 1746. Para adaptar el presbiterio a las directrices del Concilio Vaticano II fue retirado y hoy puede verse en la cercana parroquia de San Jaime, en la calle de Ferrán.

Vitrales
Los vitrales o vidrieras, son considerados como una de las características del gótico, con la abertura de grandes ventanales para dar paso a la luz exterior, después de la época románica, que las construcciones eran de muros gruesos y sin aberturas o si las había, pocas y muy estrechas, con excepciones como la de la Catedral de Augsburgo del año 1100 con figuras precursoras de las góticas.
Las vidrieras góticas en la catedral, están todas diseñadas con el mismo esquema de tres calles, el central con la imagen del titular y los laterales con decoraciones geométricas que enmarcan escudos reales, de la ciudad, ángeles, etc. y coronamiento trilobular. Las épocas de los vitrales se pueden dividir en tres partes:
La primera, datada de los años 1317- 1334, por el escudo del obispo Ponç de Gualba que se aprecia en el vitral de la Santa Cruz y Santa Eulalia y recoge todos las vidrieras de la cabecera, sobre las capillas radiales. Además de este, el de San Pedro, el del papa San Silvestre en los laterales con cabezas de santos obispos del autor llamado Maestro de San Silvestre del año 1386, el de San Esteban.
La segunda etapa, alrededor del año 1400, son las de los extremos del ábside: San Andrés con los escudos del obispo Armengol del año 1398/1408, y la de San Antonio Abad, realizada por Nicolau de Maraya en los años 1405/1407.
La tercera etapa o grupo son las realizadas en el siglo XV, como la vidriera de San Miguel arcángel y la principal, situada en la capilla del baptisterio, del año 1495, su autor fue Gil de Fontanet con cartones dibujados de Bartolomé Bermejo. Tal como se puede leer en la franja inferior del vitral se trata del Noli me tangere. ​
Realizadas en el siglo XX, son las que se encuentran en el triforio a los pies del templo: Costeada por la Diputación de Barcelona es la que representa a San Jaime, San Antonio Abad, San Alejandro y Santa Joaquina Vedruna; pagada por el Ayuntamiento de Barcelona con San Severo, San José Oriol, San Medir y San Vicente Ferrer; Nuestra Señora de los Ángeles y San Bartolomé, sufragada por Bartomeu Barba, gobernador de Barcelona; Nuestra señora del Busto y San Gregorio, con el escudo del obispo Gregorio Modrego, etc.
Bóvedas de la catedral.
Cimborrio
 

Claves de bóveda
La restauración llevada a cabo en el año 1970, permitió descubrir la policromía de las claves de bóveda que el paso de los siglos había ido oscureciendo.
La catedral tiene en total 215 claves, siendo las de la nave principal las más grandes, de dos metros de diámetro y con un peso de 5 toneladas. Las claves de la bóveda central empezando por el presbiterio son:
·        Cristo crucificado entre la Virgen y San Juan con los símbolos del sol y la luna.
·        Santa Eulalia con el escudo de Blanca de Anjou, esposa de Jaime II. Datada de 1320.
·        Virgen de la Misericordia, acogiendo en su capa, a un lado, a un papa, un rey, un cardenal, un obispo y un canónigo, al otro lado a la reina, una religiosa y tres figuras más, femeninas. Data de 1379.
·        La Anunciación. La virgen con el arcángel San Gabriel. Año 1379.
·        Un obispo con diáconos, se cree que es el obispo Pere Planella (1371-1385), por estar su escudo en el lateral de la clave.
·        Padre Eterno rodeado de ángeles, del escultor Pere Johan realizado en 1418.
Otra gran clave es la que se encuentra en la cripta de Santa Eulalia, representando a la santa con la Virgen María y el Niño. Cerca de la puerta de San Ivo, su clave representa a San Pedro, rodeada por otras cuatro más pequeñas de forma trilobuladas; en la puerta de la salida al claustro, en el lado opuesto, representa a San Juan Bautista con el águila, también rodeada por otras cuatro más pequeñas.
Santa Eulalia (sobre el presbiterio)
 
Clave de bóveda de la Virgen de Misericordia
Padre Eterno rodeado de angelotes de Pere Johan
San Jorge (sobre la fuente del claustro)

Cripta de Santa Eulalia
La cripta está situada bajo el presbiterio y su construcción se debe a Jaume Fabre, a principios del siglo XIV. ​ La entrada por una amplia escalera bajo un arco casi plano, ornado en el centro con el retrato de un obispo, parece ser de Ponç de Gualba, bajo cuyo mandato se construyó, y a sus lados grupos de pequeñas cabezas de personajes de la época. En los muros laterales de la escalera se encuentran dos arcos con esculturas de testas humanas, que eran la entrada a dos capillas tapiadas en el año 1779 por unas obras de remodelación para adelantar la escalinata hacia el altar mayor. La bóveda aplanada está dividida en doce arcos que van todos a converger a una gran clave de bóveda central, que representa, la Virgen María con el Niño Jesús que le coloca la diadema del martirio a Santa Eulalia. Fue terminada en 1326, aunque el traslado de los restos de la santa, no se hizo hasta 1339.
El nuevo sarcófago de alabastro, lo labró el escultor de Pisa, Lupo di Francesco; ​ se encuentra expuesto tras la mesa del altar, en el centro de la cripta, sostenido por ocho columnas de estilos diferentes con capiteles corintios dorados. En la tapa y sus lados están talladas escenas del martirio de Santa Eulalia, en los cuatro ángulos superiores hay ángeles-lámpara y en el centro una Virgen con Niño. Se guarda en la pared del fondo su antiguo sepulcro del siglo IX, junto con la inscripción del año 877 del hallazgo de las reliquias en Santa María del Mar llamada Santa María de las Arenas. ​ La transcripción de las placas dice así:
Aquí reposa Santa Eulalia mártir de Cristo, que sufrió en la ciudad de Barcelona, bajo la presidencia de Daciano, el día segundo de los idus de febrero y fue encontrada por el obispo Frodoí con su clero, en la iglesia de Santa María el (...) de las calendas de noviembre. A Dios gracias
Cripta de Santa Eulalia
 
Sarcófago de alabastro de Lupo di Francesco
 

Coro


Las obras del coro empezaron bajo el mandato del obispo Ramon d'Escales en 1390.
Los muros del coro fueron hechos por Jordi de Déu con ménsulas representando a profetas del Antiguo Testamento, como también en el lateral izquierdo realizó la escalera de acceso al púlpito con dos pequeñas esculturas representando la Anunciación en las jambas de la entrada a la escalera.
En el año 1394 se encargó a Pere Sanglada, escultor ya consagrado, que realizara la sillería del coro, viajó por orden del cabildo a Gerona, Elna, Carcasona y finalmente a Brujas, donde compró la madera de roble para su ejecución. Se rodeó de buenos ayudantes como Pere Oller y Antoni Canet, empezando la primera fase del coro con la sillería en cuyos medallones de los brazales y en las misericordias, es donde se concentran las más importantes esculturas. De temas variados, los religiosos son los menos representados y son las escenas de danza, juegos y música, entre otras las que llaman más la atención.
Se encarga a Pere Sanglada la realización del púlpito, también de roble, de forma prismática, con un fondo arquitectónico de tracerías y pináculos donde hay quince imágenes representando entre otras a Jesucristo con San Pedro y San Pablo, y otro panel de la Virgen con Santa Eulalia y Santa Catalina. En la parte inferior del púlpito hay arquerías con claves de bóveda representando las de la catedral. Se finalizó en 1403.
Años más tarde se continuó el coro con la sillería de Macià Bonafè que talló otras 48 sillas finalizando en el año 1459. Con esta obra, pasó la de Pere Sanglada a ser la sillería alta.
El alemán Michael Lochner fue el encargado en 1483 de las tallas de los doseles en forma de altos pináculos que por su muerte en 1490, tuvo que continuar su ayudante Johan Friederich Kassel, hasta el año 1497.
En 1517, el escultor Bartolomé Ordóñez realiza las mamparas para el acceso a la sillería con escenas del Antiguo Testamento y la Pasión.
Carlos I, decide que la celebración del XIX capítulo de la orden del Toisón de Oro sea en Barcelona y manda habilitar el coro de su catedral para la fecha del 5 de marzo de 1519. Joan de Burgunya fue el encargado de pintar la correspondiente heráldica en los 64 plafones de los sitiales, correspondientes a:
·        50 sitiales de los caballeros (entre ellos, los reyes de Francia e Inglaterra)
·        1 de Carlos I
·        1 de Maximiliano​
·        6 con frases laudatorias
·        4 con divisas borgoñas
·        2 con las fechas de celebración. 

Trascoro
Es una obra renacentista, realizada por el burgalés Bartolomé Ordóñez, que se sabe que en 1519 trabajada en esta obra, proyectándola como una columnata dórica, coronada con balaustrada y que entre sus intercolumnios consta de cuatro escenas en relieve de la vida de Santa Eulalia, dos en cada lado de la puerta y en sus extremos unas hornacinas que contienen esculturas corpóreas.
No pudo completar la realización de la obra, debido a su muerte prematura ocurrida en Carrara en 1520, donde se había desplazado para comprar mármol e ir realizando el encargo y fue terminada por su discípulo Pedro Villar de acuerdo con el proyecto de su maestro en 1564.
Los relieves que representan el Juicio de Santa Eulalia por Daciano y la Quema de Santa Eulalia junto con las figuras exentas de San Severo y Santa Eulalia, pertenecen a Bartolomé Ordóñez.
Según el historiador Justi precisó que Villar había trabajado en el trascoro de Barcelona en los años 1562-1563, «los relieves de la flagelación y crucifixión, aunque bien hechos, pero fríos, sin embargo, como obra de un imitador». También era de esta opinión José Camón Aznar. Estudios posteriores han dado como obra de Pedro Villar sólo el relieve de la Crucifixión de Santa Eulalia, y el otro relieve de la Flagelación de Santa Eulalia es obra posterior a la muerte de Villar y realizada por el escultor Claudio Perret, en 1619-1621. ​ 

Órgano
Su fecha de construcción fue en el año 1538. Se encuentra bajo el campanario de la puerta de San Ivo. Unas grandes puertas cerraban su caja, pintadas por Pere Serafí "el Griego" en 1560; estas sargas, fueron retiradas en 1950 y se conservan en el Museo de la Catedral.
Del tipo de este órgano, sólo hay cuatro en Europa, en Daroca, en Palma de Mallorca y en Perpiñán. La obra original del órgano estuvo a cargo de Pere Flamech i el tallista Antoni Carbonell. Desde entonces el órgano recibe aportaciones de al menos 16 organistas que supone una serie de modificaciones para adaptarlo a los gustos estéticos de cada época, recibiendo todo tipo de innovaciones estéticas y mecánicas, siendo las últimas intervenciones las realizadas por Gabriel Blancafort desde el año 1984 hasta 1994. 
Órgano renacentista de la Catedral de Barcelona.
 

La caja del órgano es la original, de estilo renacentista, plana, de la escuela catalana como las cajas de los órganos de Santa María del Mar (1560), la catedral de Tarragona (1557), la de la catedral de Valencia (1510) entre otras. De dos cuerpos, el mayor de 16 pies, siendo sus tubos los originales excepto los dispuestos en trompetería horizontal además de una pequeña caja de cuatro pies situada en el centro de la tribuna del órgano en la espalda del organista.
En el interior del órgano hay tubos de todas las épocas de las distintas intervenciones que han recibido, las cuales se han respetado al máximo en las últimas intervenciones. Toda la parte técnica es actual.
Consta el órgano actual de nueva planta de cuatro teclados de 56 notas y pedal de 30 notas, tracción mecánica y una distribución de cuerpos sonoros que siguen los preceptos del "Werkprinzip", mote del siglo XX que define la disposición interna de los órganos barrocos alemanes:
·        El primer teclado se sitúa en la espalda del organista.
·        El segundo teclado u órgano mayor se encuentra en la altura de la base de la fachada del órgano, perteneciendo los tubos de la fachada a este teclado.
·        El tercer teclado expresivo, debe su nombre a que el intérprete puede provocar el aumento o disminución del volumen a voluntad. Físicamente se sitúa un piso por encima del órgano mayor.
·        El cuarto teclado acciona la batalla y el eco, la batalla está formada por una serie de registros situados horizontalmente en la fachada, es una colocación típicamente ibérica, justo por encima de la cabeza del organista. El eco es un baúl con tapa que el organista abre y cierra a voluntad provocando el efecto de eco.
·        Los tubos de pedal (accionado con los pies) se encuentran en ambos laterales del órgano, en la zona más apartada del eje central del órgano donde se sitúa el organista. El órgano cuenta con un total de 4013 tubos sonoros y 128 combinaciones libres de registros. ​
Además de acompañar musicalmente los actos litúrgicos, se celebran con frecuencia, en la catedral, grandes conciertos.

Antigua Sala Capitular
Conocida por capilla de San Olegario y del Santísimo Sacramento, así como también del Santo Cristo de Lepanto, una de las imágenes con más devoción de la catedral y la advocación de Cristo más venerada de Barcelona. ​
La sala capitular fue construida por Arnau Bargués en el año 1407 con una magnífica resolución arquitectónica de planta rectangular cubierta con una gran bóveda de crucería estrellada. La clave de bóveda central de la capilla, representa el Pentecostés y fue realizada por Juan Claperós en 1454.
Al ser canonizado el obispo de Barcelona, San Olegario en 1676, se decidió destinarla a su mausoleo. Sobre el sagrario está colocado el sepulcro barroco con una urna de cristal que permite ver el cuerpo incorrupto del santo, obra de los escultores Francesc Grau y Domènec Rovira el Joven. Sobre esta obra se puso la estatua yacente del obispo Olegario que ya había sido ejecutada por el escultor Pere Sanglada en 1406.
Sobre esta tumba se encuentra el Santo Cristo de Lepanto​ datado del siglo XVI, que hasta 1932 se había venerado en la capilla central de la girola, a los pies del crucifijo hay una imagen de la Dolorosa, reproducción de una escultura de Ramón Amadeu. En ambos lados del altar está la entrada al camarín, ornado con mármoles, puertas talladas y el techo artesonado con unos paneles con pinturas; en el centro de esta sala se venera los restos de San Rufo de Aviñón, muerto en 1137. 
Situación de la antigua sala capitular
. 

Capillas interiores
Por la construcción de carácter del gótico meridional, los contrafuertes tenían proyección interior, lo que permitía la creación de capillas dobles con gran profundidad entre ellos, con bóvedas de crucería. Se sabe por los documentos que a principios del siglo XV, ya estaban casi todas provistas de retablo. Como solía pasar en casi todas las grandes catedrales, a lo largo de los años sufrían alteraciones tanto en la substitución, por corrientes de nuevas artes del momento, de los retablos góticos por barrocos, como de las advocaciones, por cambio de benefactores. Los gremios artesanales fueron los más importantes a la hora de la sufragación de las capillas de la catedral de Barcelona, encargando la realización de los retablos e imágenes a los mejores artistas del momento, lo cual hace que el recorrido por todo el perímetro de la catedral sea como una visita a un museo.

Capillas del lado de la Epístola
Descritas desde la puerta principal hacia el altar.
Capillas del lado de la Epístola.
 

Capilla de San Cosme y San Damián. Al lado de la antigua sala capitular, se encuentra esta capilla, en un principio dedicada a las Santas Clara y Catalina, acabada sobre el año 1436 por el maestro de obras Bartolomé Gual, fue sufragada por Sancha Ximenis de Cabrera para realizar su sepulcro, cuya realización la hace Pere Oller, un escultor que también trabajó en el coro de la catedral. La tumba está colocada dentro de un arcosolio con dos pequeños perros esculpidos a los pies de la figura yacente. En la parte frontal están representadas las figuras de plorantes masculinos en dos grupos rodeando una figura femenina con un libro en la mano y con otras mujeres en oración. Sobre el sepulcro, pintada sobre el muro, se encuentra una representación de elevatio animae​ del pintor Lluís Dalmau.
Retablo gótico de Santa Clara y Santa Catalina
 

Capilla de San José Oriol. Su altar es de estilo modernista y enfrente se encuentra el mausoleo, realizado por el escultor Josep Llimona, del cardenal Salvador Casañas i Pagès (†1908), principal promotor de la canonización del barcelonés José Oriol.

Capilla de San Pancracio y San Roque. Posee un notable retablo barroco policromado del siglo XVIII.
Retablo de San Pancracio y San Roque
 

Capilla de San Raimundo de Peñafort. Bajo el altar de esta capilla se encuentra la escultura yacente de San Raimundo de Peñafort con el sarcófago datado del siglo XIV, proveniente del antiguo convento de Santa Catalina de la orden dominicana.

Capilla de San Pablo.
El retablo de esta capilla, de hacia 1769, fue diseñado por Francesc Tramullas. Carles Grau hizo el trabajo de la escultura y la policromía fue de Francesc Petit. ​

Capilla de Nuestra Señora del Pilar.
Retablo barroco del siglo XVII. El mausoleo del arzobispo Gregorio Modrego Casaus (†1972), es del escultor Frederic Marès del año 1972.

Capilla de San Paciano y San Francisco Javier
. El retablo de San Paciano es obra barroca tallada y ensamblada entre 1688 y 1689 por Joan Roig, con policromía de Joan Moxí. En la escena que representa la Última Cena en la predela, el artista se inspiró en una estampa de Albrecht Dürer para resolver dicha composición. ​ Otras tallas y relieves representan a: San Paciano, la muerte de San Paciano, San Mateo, San Vicente, San Benito, Santa Tecla, Santa Tecla Mártir, la Anunciación y la Adoración de los pastores, así como San Francisco Javier con el Papa Pablo III y en figura yacente, tratándose este último, a los pies del retablo, de un bulto tallado en 1687 por Andreu Sala. En el suelo figura la sepultura del obispo Joan Dimas Loris (†1598).

Capillas a los pies del templo
A los pies del templo se encuentran dos capillas una a cada lado de la puerta de entrada principal:
Capilla del baptisterio (en azul) y capilla de la Inmaculada Concepción (en rojo).
 

A los pies del templo se encuentran dos capillas una a cada lado de la puerta de entrada principal: 

Capilla del Baptisterio. La pila bautismal está realizada en mármol blanco de Carrara, tallada por el artista florentino Onofre Julià en el año 1433. En esta capilla se encuentra el vitral Noli me tangere, que representa la Magdalena con Jesús Resucitado de Gil de Fontanet. Según las trazas del artista cordobés Bartolomé Bermejo, es de finales del siglo XV.

Capilla de la Inmaculada Concepción.
Su imagen es reciente y tiene en sus manos las llaves de la ciudad ofrecidas por el ayuntamiento como ex-voto por la peste del año 1651 que sufrió el municipio. En la pared izquierda de la capilla se encuentra el mausoleo del año 1899 del obispo de Barcelona, Francesc Climent Sapera († 1430).

Capillas del lado del Evangelio
Se describen de la puerta principal al altar:
Capillas del lado del Evangelio.
 

Capilla de San Severo. Dedicada al santo obispo de la Diócesis de Barcino a finales del siglo III, es la primera que se encuentra desde la puerta principal. El retablo barroco, de 1683, es obra de los escultores Francesc Santacruz i Artigas y Jacint Trulls, asistidos por el ebanista Agustí Llinàs; el dorado fue aplicado por Pau Llorens. El mueble, de dos cuerpos y tres calles, presenta, en su nicho principal, la talla de bulto entero de San Severo, a cuyos lados se disponen una serie de relieves cuadrados que representan las siguientes escenas de la vida y milagros del santo: peregrinación, predicación, ordenación episcopal, martirio, traslado de su cuerpo a la Catedral y curación del rey Martín I el Humano.

Capilla de San Marcos
. Su retablo primitivo gótico fue sufragado por el gremio de zapateros y fue realizado en 1346 por Arnau Bassa. Este retablo fue sustituido por otro barroco y trasladado a la Colegiata Basílica de Santa María de la Aurora (Manresa), donde se conserva en la actualidad. El retablo barroco es del tallista Bernat Vilar, quien lo realizó entre 1683 y 1692, con dorado aplicado por los hermanos Josep y Francesc Vinyals. Siguiendo con el patrón común en los retablos barrocos de la seo catalana, en el nicho central aparece el santo titular, y a sus lados tallas y relieves alusivos a escenas de su vida, así como representativos de otros santos, mártires, la Virgen María, el Hijo y el Padre. A ambos lados de la Capilla pueden contemplarse dos óleos sobre tela, pintados por Francesc Tramullas Roig en 1763: San Marcos escribiendo el Evangelio y Prendimiento y martirio de San Marcos. Las pinturas de las bóvedas de la capilla, con un programa alegórico sobre la Eucaristía se han atribuido a Francesc Tramullas (1767-1770), mientras que las que aparecen en los segmentos laterales altos con una Última cena y una Cena en casa de Emaús son obra de Francesc Pla el Vigatà. ​

Capilla de San Bernardino y San Miguel Arcángel
. En su retablo barroco del año 1705 se pueden contemplar las imágenes de San Bernardino de Siena, talla anónima de hacia 1784, San Miguel, San Antonio de Padua, San Jerónimo y la transfiguración de Santa Teresa de Jesús. El retablo original de esta capilla, de Jaume Huguet, se conserva en el Museo catedralicio.

Capilla de la Virgen del Rosario
. Está presidida por un retablo protobarroco dorado y policromado realizado entre 1617 y 1620 por el artista de Terrasa Agustí Pujol. En sus tres calles, dos cuerpos y el ático se distribuyen las imágenes y relieves de Nuestra Señora del Rosario, los misterios marianos de la Anunciación, la Asunción y la Coronación, la Natividad, la Flagelación y la Resurrección de Cristo, e imágenes de San Lorenzo, San Miguel Arcángel y San Jerónimo.

Capilla de Santa María Magdalena, San Bartolomé y Santa Isabel.
Del pintor Guerau Gener, que fue aprendiz en el taller de Lluís Borrassà y que lo ejecutó en 1401, es el retablo gótico que preside el espacio. Los trece temples sobre tabla representan las siguientes escenas: en el cuerpo principal, San Bartolomé y Santa Isabel (motivo central), Martirio de San Bartolomé, Santa Isabel curando a los enfermos, Predicación de San Bartolomé, y Milagros póstumos de San Bartolomé; en el cuerpo superior: Calvario, Exorcismo de la hija del rey Polem e Intercesión milagrosa de Santa Isabel; en el banco: la Anunciación, la Natividad del Señor, la Virgen y el Niño entre santos y ángeles, la Epifanía y la Presentación de Jesús en el templo.

Capilla de San Sebastián, Santa Tecla y el Corazón de María
. Tiene un retablo tardogótico de los años 1486-1498, realizado por Rafael Vergós, Francesc Mestre y Pere Alemany, artistas pertenecientes al taller de Jaume Huguet. Se compone de tablas pintadas al temple, representando las siguientes escenas y figuras: Jesús entre los doctores del templo y Santa Tecla y San Sebastián con el canónigo Joan Andreu Sorts (calle central); Santa Tecla en el foso de las fieras, Santa Tecla en la hoguera y San Nicasio (calle lateral derecha); San Sebastián destruyendo los ídolos, Martirio de San Sebastián y San Roque (calle lateral izquierda); la Anunciación (guardapolvos superior); San Miguel Arcángel, Santa María Magdalena, Ecce Homo, San Juan Evangelista y Santa Bárbara (banco); y San Juan Bautista y San Andrés (puertas del banco). Fuera del retablo, exenta, una talla policromada del Corazón de María, obra moderna (1942) de Vicenç Vilarrubies.

Capilla de Nuestra Señora de la Alegría
. Contiene un altar-retablo labrado en alabastro y en estilo neogótico por el escultor Josep Maria Camps i Arnau en 1945. Imagen de N. S. de la Alegría.

Capilla de Nuestra Señora de Montserrat.
Retablo moderno con imagen de la patrona de Cataluña. 

Capillas del deambulatorio
Capillas del deambulatorio.
 

Descritas en sentido de las agujas del reloj: 

Capilla de los Santos Inocentes o de las Ánimas del Purgatorio. Se encuentra ubicada a continuación del brazo izquierdo del crucero y de la puerta de San Ivo. Sobre el altar, dentro de la predela del retablo, se guardan en una arqueta de plata del siglo XVI las reliquias que el duque de Venecia le dio a Juan II con la condición que se conservaran en la catedral de Barcelona. El retablo, dedicado a la Glorificación de la Virgen María, y tallado y policromado por Marià Montaya, es obra barroca que preside un óleo pintado sobre tela por Joan Gallart en torno a 1709-1711; esta escena principal representa la Coronación de la Virgen, y a sus lados y debajo se sitúan óleos de menor tamaño que representan el Nacimiento de la Virgen, la Presentación en el Templo, la Matanza de los Santos Inocentes y las Ánimas del Purgatorio. En el muro de la derecha hay un arcosolio que contiene un sarcófago del obispo Ramon d'Escales (1386-1398), obra del escultor Antoni Canet del 1409. Se trata de una exquisita escultura gótica hecha en alabastro, con magnífico bulto yacente del obispo y relieves de plañideras bajo las arquerías góticas de la parte frontal del sepulcro.
La Coronación de la Virgen
Capilla de los Santos Inocentes o de las Ánimas del Purgatorio
 

Capilla del Sagrado Corazón de Jesús. Altar presidido por una imagen moderna (1940) del escultor Vicenç Vilarrubias, bajo dosel neogótico.
Capilla de Nuestra Señora de la Merced. Comparte esta capilla la advocación con San Pedro Nolasco. Contiene el Retablo de la Fundación de la Orden de la Merced, mueble barroco del escultor Joan Roig (padre) del año 1688, con policromía firmada por Francesca Viladomat pero realizada por Joan Moixí. El motivo escultórico principal representa la adoración del rey Jaime I a la Virgen de la Merced. Rodean esta escena imágenes de San Pedro, San Silvestre, San Gregorio Magno y San Francisco de Asís, así como, en el ático, el escudo mercedario. Esta obra fue sufragada por el presbítero y doctor en Derecho Pere Roig i Morell.

Capilla de Santa Clara y Santa Catalina
. El retablo, del año 1456, ​ y su realización corrió a cargo de Miquel Nadal y Pedro García de Benavarre. El retablo consta de 19 tablas pintadas al temple, que representan a: el Calvario; Santa Clara y Santa Catalina (tabla principal); La profesión de fe de Santa Catalina; Santa Catalina ahuyentada por los infieles; Muerte de Santa Clara; San Nicolás de Bari; Santa Bárbara; San Bernardino de Siena; San Luis de Tolosa; Santa Ágata; San Vicente Ferrer; Esponsales místicos de Santa Catalina; Martirio de Santa Catalina; Muerte de Santa Catalina; Oración de Jesús en el Huerto; Santo Entierro; No me toques; Santa Eulalia; Santa Lucía; En sus muros laterales se pueden ver, de Francesc Tramulles, quien los pintó en 1763, dos espléndidos lienzos sobre la vida y la leyenda de San Esteban, antigua advocación de la capilla: La Lapidación de San Esteban y la Liberación milagrosa de Gallerà de Pinós por intercesión de San Esteban. Son dos de las mejores obras de la pintura catalana de su época.

Capilla de San Pedro Apóstol
. Contiene en los muros laterales dos pinturas con escenas de la vida de San Pedro en relación con Jesús. Los dos óleos sobre tela fueron pintados por un artista anónimo en el siglo XVIII. El retablo, dedicado a San Martín de Tours y a San Ambrosio de Milán, fue realizado por Joan Mates en 1415 con un marcado carácter franco-flamenco. El mueble presenta ocho temples sobre tabla con los siguientes motivos: Calvario; San Martín y San Ambrosio; Nacimiento de San Ambrosio y el milagro del enjambre de abejas; Sueño milagroso de San Martín; Consagración de San Ambrosio como Obispo de Milán; San Martín partiendo su capa; Consagración de San Martín como Obispo de Tours; Predicación de San Ambrosio.

Capilla de San Gabriel y Santa Elena
. En esta capilla estuvo hasta el año 1932 el Santo Cristo de Lepanto. El retablo que hay en la actualidad, antiguamente colocado en el claustro, está dedicado a San Gabriel Arcángel e integra 18 pinturas al temple sobre tabla obra de Lluís Borrasà, quien las realizó entre 1381 y 1390. Los motivos son: Calvario; La Anunciación; Visión de San Daniel de la lucha del chivo y el cordero; Aparición del ángel sobre el río Hidekel; Duda de San José; Revelación del ángel a Daniel; Anunciación a Zacarías del nacimiento de San Juan Bautista; Anunciación a los pastores; Aviso del ángel a los Reyes de Oriente; Oración en el Huerto de los Olivos; Ascensión; Huida a Egipto; Las tres Marías ante el sepulcro; Anunciación del traspaso de la Madre de Dios; Natividad; Epifanía; Presentación en el Templo; Dormición y Coronación de la Madre de Dios. En los laterales de la Capilla cuelgan dos óleos de autoría anónima del siglo XVIII: La coronación de espinas y La oración en el Huerto de los Olivos.

Capilla de San Juan Bautista y San José
. Era la capilla del gremio de carpinteros; su patrón fue San Juan hasta el siglo XVII, en que cambió a San José. El retablo renacentista dedicado a San Juan Bautista es anónimo, del año 1577. Es de talla policromada, con puertas pintadas al óleo por Joan Mates representando a evangelistas. El mueble, de cuatro niveles, ático y cinco calles, contiene las siguientes imágenes y escenas en relieve (se enumeran de arriba a abajo y de izquierda a derecha): Bautismo de Jesús; Anunciación a San Zacarías del nacimiento de San Juan; Nacimiento de San Juan; San Juan Bautista; Visitación de la Virgen; Predicación de San Juan; Prendimiento de San Juan; Aprisionamiento de San Juan; Banquete de Herodes; Degollación de San Juan; Oración de Jesús en el Huerto; Flagelación de Jesús; San José con el Niño; Coronación de espinas; Camino del Calvario; San José; San Juan Bautista.

Capilla de la Transfiguración del Señor.
Llamada también de San Benito. El retablo, una de las más importantes piezas góticas de la Catedral, fue realizado por Bernat Martorell en 1445/1452 por encargo del obispo Simó Salvador (†1445). En el muro izquierdo hay un arcosolio con el mausoleo del obispo Ponç de Gualba (†1334) con un calvario que lo corona del artista Jaume Cascalls. En el muro derecho, talla de San Benito de Nursia.

Capilla de la Visitación.
Fue el canónigo Nadal Garcés quien encargó el retablo en el año 1466/1475 a un autor que hoy nos es desconocido. Se trata de un tríptico con la escena de la Visitación y retratos de San Lucas Evangelista y San Sebastián Mártir. A su izquierda aparece el mausoleo del obispo barcelonés del siglo XIII Berenguer de Palou, monumento funerario que posiblemente formaba parte de la antigua catedral románica. A su derecha, el sepulcro moderno del obispo Pedro Martínez San Martín, cabeza de la Archidiócesis en 1832-1849.
En la actualidad, la Capilla de la Visitación es la Capilla de la Orden Constantiniana de San Jorge (Sacra y Militar Orden Constantiniana de San Jorge), una de las órdenes de Caballerías más antiguas de la Cristiandad, bajo el Gran Magisterio del Infante Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, Duque de Calabria. La delegación en Cataluña de la Orden ofreció la restauración de la Capilla así como una escultura de su santo patrón. Juan Pablo II concedió a los caballeros constantinianos de Cataluña una reliquia de San Jorge y una indulgencia plenaria, de la que los fieles pueden beneficiarse cada 23 de abril tras la misa solemne en la que los caballeros sirven en los Santos Oficios. Actualmente, tanto el Cardenal-arzobispo de Barcelona como el dean de la Catedral y varios canónigos pertenecen a dicha orden, perpetuando una tradición milenaria y el vínculo ancestral de Cataluña con el santo patrón de la caballería cristiana.

Capilla de San Antonio Abad. Correspondía esta capilla al gremio de los arrieros El retablo barroco del santo se realizó entre 1690 y 1712; el trabajo escultórico corresponde a Joan Roig II y el policromado fue aplicado por Joan Moxí. La mazonería acoge las siguientes tallas y relieves: Santo Domingo de Guzmán; San Antonio Abad; la Virgen del Carmen; San Benito; San Francisco de Asís; Milagro de la mula de San Antonio de Padua; Tentaciones de San Antonio; Milagro de San Francisco de Asís. Las paredes laterales muestran unas pinturas relativas a San Antonio Abad del siglo XVIII por ahora anónimas. A continuación de esta capilla se encuentra la sacristía.

Sacristía y tesoro
La sacristía consta de tres salas; en el muro de entrada hay elementos de crestería de piedra coronados por una cruz. En 1408 se amplió con la salita del tesoro y en el año 1502 con la otra sala, donde se revisten los sacerdotes.
Entre las piezas que guarda para el culto destaca la custodia procesional, realizada en plata y oro con aplicaciones de pedrería, es de arquitectura gótica con algún elemento renacentista. Se trata de una obra de finales del siglo XIV. El ostensario con un viril de pedrería representa una catedral gótica. Descansa sobre una silla donada por el rey Martín el Humano (1396-1410), según consta en los libros de inventario de la sacristía. La silla es de madera tallada --la obra es tan fina, que a menudo se lee que es obra de platería u orfebrería--, dorada, de estilo gótico flamígero, es portátil y desmontable.
Como piezas importantes son también la cruz procesional de Francesc Vilardell del año 1383, de plata dorada con las imágenes del Crucifijo y de Santa Eulalia, adornada con esmaltes de los cuatro evangelistas en los brazos de la cruz, y es de resaltar la cruz del rey Martín del año 1398 con su Lignum Crucis.
Y como digno de mención aquí también guarda la espada de Pedro de Portugal, conde de Barcelona y es considerado una de las más bellas del mundo. ​

Tumbas reales
En la Catedral están los restos de algunos soberanos y personas reales del condado de Barcelona y la Corona de Aragón.
Junto a la sacristía, situados en posición elevada en la pared, y sobre un fondo de pinturas de 1545 ejecutadas por el pintor portugués Enrique Ferrandis o Fernandes, están los sepulcros de:
·        Ramón Berenguer I, conde de Barcelona y
·        Almodis de la Marca, su mujer.
Es posible que durante la construcción de la catedral gótica también se inhumaran en estos féretros los restos de:
·        Ramón Borrell, conde de Barcelona, y
·        Petronila de Aragón, reina de Aragón, esposa de Ramón Berenguer IV de Barcelona, que habían sido enterrados en la antigua catedral, y cuyo rastro se perdió.
Al otro lado de la nave, frente a este muro, y entre el transepto y la Capilla de los Santos Inocentes, en 1998 se instalaron dos sepulcros de piedra con los restos de las personas reales que fueron trasladadas en 1852 a la Catedral, a una de las capillas del claustro, desde su enterramiento original del convento de Sant Francesc de Barcelona, que había sido derruido en 1837. Los sepulcros tienen sendas esculturas de Frederic Marès. ​ Los restos conservados son de:
- en una urna:
·        Alfonso el Liberal, rey de Aragón y conde de Barcelona
·        Jaime I de Urgel, conde de Urgel, y Federico de Aragón, hijos de Alfonso el Benigno
- en la otra:
·        Constanza de Sicilia, esposa de Pedro el Grande
·        María de Chipre, esposa de Jaime el Justo
·        Sibila de Fortiá, cuarta esposa de Pedro el Ceremonioso
·        Leonor de Aragón y Foix (1333 - 1416), hija de Pedro IV de Ribagorza y segunda esposa de Pedro I de Chipre, rey de Chipre y Jerusalén.
Sepulcros de Ramón Berenguer I y Almodis de la Marca.
 

Claustro
En tiempos del obispo Frodoí en el siglo IX fue cuando se instituyó el colectivo de canónigos y el nuevo claustro gótico está emplazado en el mismo lugar que ocupaba el primitivo románico. Su construcción data de los siglos XIV y XV y participaron grandes arquitectos como Andreu Escuder y escultores como los Claperós, padre e hijo.
Jardín del claustro
 

Al claustro se accede por las puertas exteriores de la Piedad y de Santa Eulalia además de la del interior de la catedral situada en el crucero realizada en mármol blanco con arquivoltas de finas columnas y un tímpano claramente gótico.
Esta puerta que comunica la catedral con el claustro se abre en el lado opuesto al portal de San Ivo. Realizada en mármol blanco italiano y factura románica, aunque es ligeramente ojival, actualmente se cree que era una de las puertas laterales de la catedral románica, que se encontraba en el mismo lugar, ​ si bien durante el siglo XX diferentes autores han estado defendiendo que era la puerta principal (trasladada y reducida para convertir el arco de medio punto en ojival) ​ o que era una obra importada de un taller italiano. Tiene arquivoltas decoradas con motivos geométricos y sobre los capiteles, las impostas y los ábacos hay esculpidos temas del Antiguo y Nuevo Testamento y luchas del hombre con fieras. Sobre las arquivoltas hay añadida una crestería gótica posterior que ayuda a integrar la puerta al conjunto de la catedral.
En el centro se encuentra un jardín renovado a últimos del siglo XIX con magnolios y grandes palmeras y correteando por allí trece ocas blancas.
En el ángulo más cercano a la puerta de la Piedad se puede ver un templete con la fuente del maestro de obras Escuder, en cuyo centro se encuentra una clave de bóveda con la escena de San Jorge luchando con el Dragón de los escultores Antoni y Joan Claperós del año 1448 y otra escultura de San Jorge con caballo situada en el centro del surtidor del agua de la fuente. Esta escultura es obra del escultor contemporáneo Emili Colom, realizada en 1970.
Puerta del claustro
 

En los arcos del claustro se pueden ver escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, así como la leyenda del Árbol de la Santa Cruz, en los relieves tallados en la franja a modo de capitel que rodea las columnas de los arcos ojivales.
En tres de sus galerías se encuentran capillas, que en un principio estaban bajo la advocación del patrón de alguna institución o gremio, así como panteón de alguna familia, todas ellas están cubiertas con bóveda de crucería cuatripartitas con claves de bóveda en su centro de unión. Como capillas modernistas las de la familia Sanllehy, realizada por el artista Josep Llimona y la de la familia Girona, representando las tres virtudes, la fe, la esperanza y la caridad del escultor Manuel Fuxá; el crucifijo es obra del escultor Eduard Alentorn del año 1910.
L'ou com balla (literalmente el huevo como baila) es una tradición propia de la ciudad de Barcelona, que tiene lugar el día de Corpus Christi y que se realiza en varios surtidores uno de los cuales es el del claustro de la catedral. 

Nueva Sala Capitular y Museo Catedralicio
Está situada con entrada por la galería norte del claustro, (la única que no tiene capillas) junto a la capilla de Santa Lucía. Consta de dos estancias, la de la cabrevación​ y la nueva sala capitular, del siglo XVII con planta rectangular y cubierta con bóveda de cañón con lunetas, totalmente decorada con pinturas; en el plafón central se representa la Glorificación de Santa Eulalia y San Olegario, en los laterales están pintados con figuras alegóricas con textos de las Sagradas Escrituras. Es obra del pintor barcelonés Pau Prim.
Situación de la sala de cabrevación (en azul) y de la sala capitular nueva (en rojo).
 

La colección de obras no es muy extensa, pero sí significativa. Del antiguo templo románico, destaca la pila bautismal de forma trevolada del siglo XI.
En pintura, entre diversas tablas góticas, destaca la obra de Bartolomé Bermejo, sufragada por el canónico Lluís Desplá, La Piedad pintada sobre tabla en 1490. ​ Del pintor Jaume Huguet, el retablo de San Bernardino y el Ángel Custodio de los años 1465/1470.
Se exponen también magníficos frontales de altar bordados, representando escenas de la vida de Jesús del siglo XV.
La imagen de terracota de Santa Eulalia realizada por Antoni Claperós, es la que había estado colocada en el tímpano de la puerta de Santa Eulalia de la Catedral, donde en la actualidad hay una reproducción.
Piedad de Bartolomé Bermejo (1490)
 

Leyendas de la catedral
Xavier Barral i Altet narra algunas de las numerosas leyendas y costumbres sobre la catedral.
Según creencia popular, los viernes daba mala suerte chocar dos o más llaves; cuando se tenía que cerrar la catedral, se anunciaba precisamente con el ruido que ocasionaba el choque de llaves, menos el viernes que se hacía sonar una campanilla y los monaguillos llevaban las llaves una en cada mano.
Se dice que la muerte de los canónigos la anunciaba San Benito tres días antes, con tres golpes de maza en la bóveda para que resonara en todo el templo y si se trataba del obispo hacía sonar la campana Tomasa, también tres veces.
Cuando salía la procesión del Corpus los cañones del castillo de Montjuïc lo anunciaban con cañonazos y se cerraban todas las puertas de la muralla de la ciudad, hasta que la Custodia volvía a entrar en la catedral.
Debajo del órgano estaba colgada la carassa (caraza), una cabeza de turco (se colocó tras la batalla de Lepanto) de cartón, que en el día de los Santos Inocentes, cuando el organista tocaba una nota más grave, abría su boca y arrojaba golosinas por ella. A partir de 1970 se encuentra en el triforio de la catedral.
Era creencia popular que las esculturas de la fachada gótica se habían llegado a esculpir y estaban escondidas bajo tierra, en las escalinatas de la entrada a la catedral, en espera de la construcción de la fachada; cuando en el siglo XIX se llevaron a cabo las obras de la fachada principal, mucha gente acudió a ver la extracción de las esculturas; al no ser así, se han creado nuevas habladurías sobre su destino.

Basílica de Santa María del Mar
La iglesia de Santa María del Mar es una basílica menor situada en la ciudad de Barcelona, Cataluña, España. Fue construida entre 1329 y 1383.

Historia
Algunos estudios actuales afirman que se levanta sobre un antiguo anfiteatro o arenas romanas.

Siglos XIV y XV: la construcción
La construcción comenzó en 1329, tal como lo atestiguan las lápidas del portal de las Moreras (que da al Fossar de les Moreres) y el contrato establecido entre los obreros y los maestros Ramón Despuig y Berenguer de Montagut. ​ Un hecho destacable, que aún perdura: se acuerda que la obra había de pertenecer, exclusivamente, a los feligreses de la zona del puerto y de la Ribera, únicos responsables materiales del templo, ya que ellos fueron quienes la sufragaron, bien con su dinero o bien con su trabajo. Este hecho está en clara contraposición a la catedral que por aquellas mismas fechas también se estaba construyendo y que estaba asociada a la monarquía, a la nobleza y al alto clero. Parece ser que en la construcción participó activamente toda la población de la Ribera, en especial los descargadores del muelle, llamados galafates de la Ribera o bastaixos, los cuales llevaban las enormes piedras destinadas a la construcción de la iglesia desde la cantera real de Montjuic y desde las playas, donde estaban los barcos que las habían traído a Barcelona, hasta la mismísima plaza del Borne, cargándolas en sus espaldas, una a una. La puerta principal de la iglesia homenajea a los bastaixos que ayudaron a su construcción.
Los muros, las capillas laterales y la fachada se terminaron alrededor de 1350. En 1379, a punto de acabarse el cuarto tramo de bóvedas, se incendiaron los andamios y las piedras sufrieron importantes daños. Finalmente, el 3 de noviembre de 1383 se colocó la última parte de la bóveda y el 15 de agosto del año siguiente se celebró la primera misa. El terremoto de 1428 causó el derrumbamiento del rosetón provocando algunas muertes, por la caída de las piedras del mismo. Aunque pronto se firmó un contrato para construir uno nuevo de estilo flamígero, que quedó acabado en 1459 y al año siguiente, fueron colocadas las vidrieras del mismo.

Siglos posteriores
El interior de la iglesia fue adaptándose a lo largo de los siglos a los cambios de gustos arquitectónicos y se fue dotando de nuevos elementos.
A finales del siglo XVII, el virrey Jorge de Hesse-Darmstadt ordenó construir un pasadizo elevado que conectaba el palacio virreinal con la iglesia: discurría a lo largo de la calle Malcuinat y cruzaba el actual Fossar de les Moreres. La construcción del pasadizo se completó con la llamada Tribuna Real, situada en el lado de la epístola (derecho) del altar mayor. ​
El 1 de agosto de 1708, Santa María del Mar fue escenario de la boda entre el archiduque Carlos de Austria e Isabel Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel. ​
En 1783, se inauguró un nuevo altar mayor tardo-barroco formado por doce columnas monolíticas centradas alrededor de una imagen de la Virgen. Fue obra del arquitecto Deodat Casanovas y del escultor Salvador Gurrí. ​
La mayoría de las imágenes y el altar barroco añadidos durante los siguientes siglos resultaron quemados durante el incendio del templo el 3 y 4 de agosto de 1936.
En 1923 recibió el título de basílica menor, otorgado por el papa Pío XI.
El CRAI Biblioteca de Reserva de la Universidad de Barcelona conserva, a raíz de la desamortización de los conventos de 1835, algunos fondos provenientes de Santa María del Mar. ​ Asimismo, ha registrado y descrito ejemplos de las marcas de propiedad que identificaron el convento a lo largo de su existencia.

El edificio
Generalidades
Visto desde el exterior el edificio presenta un aspecto macizo y robusto, que no transmite lo que encontraremos en el interior. El predominio de las líneas horizontales y de las secciones de pared sin grandes aberturas ni decoraciones es absoluto. Continuamente se subraya la horizontalidad, marcándola con molduras, cornisas y superficies planas, como si se quisiera evitar una excesiva sensación de altura (a pesar de ser, en realidad, un edificio bastante alto). Globalmente el edificio forma un bloque compacto, sin secciones de pared en diferentes profundidades (solo las correspondientes a las naves) típicos del gótico europeo. Esto permite que la iluminación sea siempre muy plana, alejada de los juegos de luces y sombras que se pueden producir en otras iglesias.
La fachada principal queda enmarcada por las dos torres octogonales (forma que se repetirá en las columnas del interior) y los dos poderosos contrafuertes que enmarcan el rosetón y transmiten la amplitud de la bóveda interior. Horizontalmente podemos ver dos tramos, claramente diferenciados por las molduras y las galerías, mientras que en las torres la horizontalidad queda subrayada, una vez más, por las galerías en lugar de pináculos o agujas. El tramo inferior queda centrado por el pórtico y el superior por el rosetón, con los dos ventanales que lo acompañan entre los contrafuertes y las torres.
La austeridad general es aún más manifiesta en los laterales, formados por una pared plana sin decoración que cierra el espacio entre los contrafuertes y permite la presencia de capillas interiores. La concepción es muy diferente a la de la gracilidad de los arbotantes del gótico francés, que nunca fueron un elemento destacado en el gótico catalán y que aquí han desaparecido por completo.
Horizontalmente se marcan con claridad tres pisos. En el inferior, correspondiente a las capillas laterales, se abren estrechos ventanales, relativamente pequeños, que ritman la pared y corresponden cada uno a una capilla interior y cada tres al espacio entre los contrafuertes. En los laterales se abren también dos puertas: la puerta de Sombrereros y la de las Moreras. Posteriormente se abrió una nueva puerta en el ábside: la puerta del Borne.

El interior
Interiormente es un edificio de tres naves, con deambulatorio y sin crucero. Las naves están formadas por cuatro tramos y el presbiterio consta de medio tramo y un polígono de siete lados, todo cubierto con una bóveda de crucería y coronado con magníficas llaves de bóveda. Formalmente, pues, tenemos un edificio de tres naves, pero parece como si el arquitecto hubiera querido dar la misma sensación de espacio que se consigue con una sola nave. Por eso separa bastante los pilares (15 metros) e iguala mucho las alzadas de las tres naves (1/8 menos las laterales que la central). El resultado es un espacio diáfano, que descarta la división del gótico francés y se inclina por una idea de espacio único.
La nave central se ilumina mediante óculos abiertos entre las galerías de la nave central y los laterales. Estos óculos se convierten en ventanales entre las columnas del presbiterio, los cuales ocupan casi todo el espacio disponible y contribuyen a reforzar el efecto de las columnas con un semicírculo de luz. Las naves laterales se iluminan con ventanales (uno por tramo y no muy grandes) que también contribuyen a iluminar la nave central.
Merece la pena destacar la austeridad conseguida, una vez más, por las paredes lisas; por las columnas octogonales limpias, ya que los nervios terminan a nivel de los capiteles en lugar de llegar a tierra; por el hecho de que los arcos de las naves laterales y los de la central arrancan de la misma alzada (la línea de impostas, en los capiteles) que dan una mayor impresión de igualdad de las naves, etc.
Se trata del ejemplo más emblemático y depurado del gótico catalán. La importancia que adquirió el barrio de la Rivera partir del siglo XIII como centro neurálgico de mercaderes y armadores hizo que se planteara la construcción de una gran iglesia en sustitución de la vieja Parroquia de las Arenas.
Vista de las naves hacia el presbiterio.
 
Vista hacia el presbiterio.

Vista de las naves hacia los pies del templo.

Rosetón
 

Las fachadas
Sus tres fachadas, la principal situada en la plaza de Santa María, otra en la calle de Santa María y la del paseo del Born, muestran la esencia del gótico catalán: torres octogonales, abundancia de superficies desnudas y contrafuertes macizos.
La fachada principal está decorada con las imágenes de San Pedro y San Pablo, con un insuperable rosetón de estilo gótico flamígero del siglo XV.
En la fachada de la calle Santa María destacan las gárgolas de los contrafuertes, el reverso de las vidrieras y, sobre todo, sus monumentales dimensiones. Su interior es igualmente paradigma del gótico catalán con su amplitud de formas y la austeridad decorativa. Tiene tres naves de gran altura separadas por altas columnas y su armonía consiste en que las naves laterales miden la mitad exacta que la central y la anchura total del conjunto es igual a la altura de las naves laterales. Su riqueza decorativa fue destruida tras los disturbios de 1936, aunque subsisten lápidas relacionadas con el mundo marinero.

Vista lateral
 

Catedral de Santa María de Gerona
La catedral de Santa María de Gerona se encuentra en el punto más alto de la ciudad; posee la nave gótica más ancha del mundo, con una anchura total de 22,98 metros. Su construcción se inició en el siglo XI en estilo románico, siguiendo en el siglo XIII con el gótico, conservando tan solo el claustro románico del siglo XII y la torre de la misma época que data de 1040; se terminó en el siglo XVIII. Es Bien de Interés Cultural.
A su lado se encuentra el antiguo Palacio episcopal, sede en la actualidad del Museo de Arte de Gerona.

Historia
Desde los comienzos del cristianismo por toda esta zona, ​ la ciudad de Gerona fue sede de un obispado que se asentó en la iglesia de Santa María, regentando al mismo tiempo el santuario del mártir diácono San Félix; este santuario se había edificado sobre la tumba de dicho mártir, cerca de la muralla de la ciudad. Esta pequeña iglesia de San Félix recibió el culto cristiano en sustitución de la de Santa María cuando los árabes se apropiaron de ella para convertirla en mezquita mayor, en el año 717. Más tarde, en el 785, Gerona fue conquistada por los francos, entonces bajo la autoridad de Carlomagno. En el 882 se formó la primera comunidad de canónigos y en el 908 la iglesia fue de nuevo consagrada.

Etapas de construcción
Se tiene noticia de la evolución de la catedral y sus distintas etapas de construcción a partir del año 1015 en que se hallaba en estado lamentable y ruinoso. El obispo Pedro Roger (hijo de Roger II de Cominges, conde de Carcasona), y hermano de Ermesenda de Carcasona, condesa de Barcelona y de Gerona, se ocupó de llevar a cabo las reparaciones importantes en los muros y en las cubiertas de madera. Para hacer frente a estos gastos vendió a su cuñado el conde de Barcelona Ramón Borrell la iglesia de San Daniel por la que recibió 100 onzas de oro. ​ Cuatro años más tarde, en 1019, se dotó al edificio de manera generosa, con lo que pudieron iniciarse las obras de un claustro y sus dependencias, ampliándose en 1031​ y en 1064, siempre en estilo románico.
Se hicieron también obras renovadoras en la cabecera de la iglesia que se consagró nuevamente en 1038. De esta fecha datan dos obras importantes que probablemente proceden de los talleres del Rosellón: la cátedra episcopal y el ara del altar que además se vio lujosamente revestida de oro gracias a un legado especial de la condesa Ermesinda, de 300 onzas de oro. ​ El patio o primitivo claustro se fue transformando durante el siglo XII. En 1081 se había empezado a construir la torre-campanario que recaía sobre el lado sur del claustro y que fue terminada en 1117 a partir del segundo piso.
A finales del siglo XIII hubo una propuesta de obras para transformar la cabecera que se consideraba insuficiente para el culto litúrgico del momento.
El Capítulo de la seo de Gerona reunido como de costumbre ha establecido, deseado y ordenado que sea construida y elevada de nuevo la cabecera de esta iglesia y alrededor de esta cabecera se edifiquen nueve capillas y en el antiguo dormitorio [de la Canónica] se haga la sacristía.
A este propósito, en 1292, el tesorero Guillén Jofré hizo donación de 10 000 sueldos catalanes. ​ Pero hasta 1312 no se formalizó el proyecto. El cambio consistió en la ampliación de la cabecera con girola y nueve capillas encargadas a Enrique de Narbona. A su muerte las obras continuaron bajo la dirección de Jaime Faverán. Siguieron los arquitectos Guillermo Cors, Francisco Saplana y Pedro Sacoma que dio fin a la cabecera en 1347. Una vez terminado este espacio, el arquitecto Guillermo Monry siguió la ampliación del tramo del coro inmediato al presbiterio, finalizando esta obra en 1368. En este punto era necesario unir la parte nueva con la planta románica por medio de una nave transversal que haría las veces de crucero.
La idea original era construirla en tres naves. La propuesta de continuarla con una nave única provocó la suspensión de las obras y una discusión intermitente de responsables y técnicos que duró cincuenta años. El catedralicio convocó en 1417 una reunión de maestros de obras y de expertos; tras escuchar su dictamen, aunque este era favorable en su mayoría a las tres naves, se decidió por continuar la construcción en una única nave. Ésta tendría una altura de 34 metros, lo que la convertiría en un monumento único en la historia de la arquitectura gótica mundial. Para Nikolaus Pevsner,
La estancia, a pesar de cierta desnudez, posee gran fuerza, y es sin duda, con su marcado contraste entre la zona occidental, con un solo recinto, y la oriental, con un sistema de tres unidades espaciales de altura y anchura escalonadas, la prueba más convincente del paso del estilo gótico puro al tardío.
An Outline of European Architecture, Nikolaus Pevsner (1943) ​ 

Se hizo cargo de la nueva construcción el maestro de la catedral Guillermo Bofill, imponiendo un razonado criterio en cuanto a la técnica a seguir. Así se construyó la enorme nave que mide 50 m de largo por 23 m de ancho y 34 m de alto. El maestro Bofill no vio finalizada la obra pues el último tramo se edificó ya en el siglo XVI, a cargo del maestro José Ferrer. En 1604 se derribó el frontispicio románico que aún se conservaba.

El edificio
La fachada es barroca y fue construida en 1730. La escalinata central de acceso se construyó en 1607. En el exterior de la catedral se conserva el pórtico gótico de San Miguel, situado al norte, y el pórtico de los Apóstoles al sur, del siglo XIV y al que se le añadieron algunas esculturas en el siglo XV. Hay que destacar también la catedral episcopal románica del siglo XI situada sobre la capilla mayor; el retablo mayor, de plata dorada y esmalte, obra maestra de la orfebrería gótica realizada por Bartomeu entre 1320 y 1357. En el tesoro de la catedral se puede admirar el tapiz de la Creación así como diversas esculturas. Uno de los principales arquitectos (y también escultor) del siglo XVII fue Pere Costa i Cases.
Fachada principal
El Cabildo, siendo obispo Sever Anther, puso a subasta la construcción de la primera fase de la portalada que fue concedida al arquitecto de Vic, Francesc Puig. A finales del 1684 se termina esta primera parte y en el 1691 se empieza la segunda dirigida por Pere Baró, Pere Bret y Bartomeu Soriano. El tercer cuerpo fue aceptado por Soriano y, bajo su dirección, se debe la modificación vertical de las pilastras y columnas con la construcción de balcones a uno y otro lado consiguiendo una mayor armonía horizontal.
Luego se procedió a la construcción del rosetón llegándose solo hasta la mitad por la interrupción de las obras hasta el 1729, en que se contrata la fase que comprendía las estatuas de la Fe y de la Esperanza y terminación del rosetón con su correspondiente vidriera.
Se pararon definitivamente las obras en el 1740.
En el año 1957 el obispo Cartanyà impulsó la terminación de la portada según el proyecto de Pere Costa con la construcción de una galería de anchos ventanales y la colocación de las estatuas dentro de las siete hornacinas vacías todas ellas obra de artistas gerundenses como Domènec Fita, Josep Mª Bohigas, Antoni Casamort y Jaume Busquets.
Toda la fachada de un barroco moderado y elegante, dentro de las estructuras renacentistas, se halla desprovisto de excesos decorativos y tiene forma de un retablo de altar formado por tres cuerpos superpuestos y por el gran rosetón que constituye el más preciado elemento coronado por un florón triangular con ornamentos florales. La galería, acabada en el 1962, le da una mayor excelencia y acentúa su horizontalidad en beneficio de la estructura de la gran fábrica.

Fachada principal

La escalinata
La suntuosa y monumental escalinata fue construida en el 1690 por iniciativa del obispo Miquel Ponch sobre el proyecto del 1607. Consta de noventa escalones anchos, altos y espaciados y está dividida en tres rellanos. La balaustrada limita uno y otro lado con las tradicionales bolas coronando los pilares, es esbelta y proporcionada y los entrantes existentes en los rellanos le dan excelencia y graciosa estructura tanto por su mesura como por su grandeza.
Detalle
Detalle
Campanario y portada de los Apóstoles
Portada de los Apóstoles
 

Interior
El interior muestra la grandiosa nave única, gótica, cubierta por bóveda de arcos diagonales que se apoyan en grupos de columnillas. Los contrafuertes laterales de la primera zona albergan dos capillas por tramo. En la segunda zona, en los dos tramos antes de llegar al presbiterio, se abren amplios ventanales góticos y debajo, las ventanas del triforio que recorren ambos muros. Antes del presbiterio y cerrando el fondo de la gran nave se levanta un muro con un arco central y dos laterales, más tres óculos, dos más pequeños sobre las tres ventanitas del triforio y uno mayor en el centro, cercano a la bóveda. Las vidrieras del presbiterio son del siglo XVI, con temática de la vida de la Virgen.
Nave central de la Catedral de Gerona
 
Interior del templo. Se observa el baldaquino y el retablo de plata, así como el ara románica.
Ábside
 

Presbiterio
La capilla mayor se encuentra dentro del presbiterio. Tiene un original retablo del siglo XIV recubierto de plata que es una obra de orfebrería de mucho valor. La comenzó el maestro Bartomeu en 1325, la continuó Ramón Andreu de Gerona y la finalizó Pedro Bernés​ hacia el año 1358. Sigue la narración de la vida de Jesucristo y remata con tres figuras bajo doselete gótico, siendo la central una imagen de la Virgen con el Niño. Además del chapado de plata está adornado con esmaltes. Está resguardado por un baldaquino también de plata, sostenido por cuatro columnas. El baldaquino fue elaborado entre 1320 y 1326, probablemente por los mismos artistas que el retablo.
El altar de esta capilla es una pieza románica importante que sostiene el ara de mármol labrado, de 2,5 m por 1 m de profundo. Está despojado del riquísimo frontal que tuvo (legado especial de la condesa Ermesinda): era de alabastro con varias escenas en relieve, recubierto de oro y engarzado con piedras preciosas. En 1809 fue vendido a las tropas francesas en un millón de francos, operación necesaria para poder hacer frente a los tributos impuestos por los mismos franceses.

El altar mayor.
El conjunto del Altar Mayor lo formen los siguientes elementos: la reja, el altar, la silla episcopal, la tumba-sarcófago del obispo cardenal Berenguer d’Anglesola, el retablo, el baldaquín, seis candelabros de plata y una imagen de la Virgen del Rosario en relieve.
La reja. Es seguramente la primitiva reja del altar románico, de hierro forjado y muy austera en la ornamentación.
El altar. El actual altar fue consagrado el 30 de noviembre de 1939. Consta de un pie de mármol del escultor gerundense Joan Carrera, sobre del que descansa el ara románica. Es de tipo pirenaico de alabastro del siglo XI, procedente de la catedral románica y está decorado con arquerías, florones y un friso muy fino de carácter vegetal en forma de hojas que rodean, en espiral, una caña. Existen lóbulos en arco de círculo con un total de 32. Antes de la parte cóncava, propia de estas aras, se puede apreciar un corte a bisel de unos 4 centímetros. Mide 2,22 metros de largo por 1,14 de ancho y en un ángulo se lee, con cierta dificultad, ‘Petrus, Episcopus’.

Silla episcopal o Silla de Carlemany. Detrás del retablo y en un rellano con dos escalones para subir y dos para bajar, se halla la silla episcopal románica. Es una notable obra del siglo XI. Está hecha de un solo bloque de mármol de 120 por 135 centímetros. Es muy elegante con la parte anterior de los brazos esculturados formando tallos enroscados y en las extremidades, los símbolos de los cuatro evangelistas. El resto es liso festoneado por sencillas molduras. Su parte posterior ofrece un relieve, seguramente del siglo XIV, con un obispo i algunos acompañantes.
Tumba sarcófago del Obispo Berenguer d’Anglesola. Está al lado del Evangelio. Es una obra del siglo XV con una estatua yaciente y figuras funerarias en su cara anterior. Es de alabastro.
Retablo. El retablo, quizás la pieza más capital de la orfebrería gótica de España, consta de tres cuerpos de placas de plata en relieve. Sus autores fueron Bertomeu, Ramon Andreu y Pere Berneç. Lo empezó Bertomeu en el 1320 y se terminó en el año 1358. Mide 2,20 metros de ancho y 1,80 de alto. En el primero y segundo cuerpo se representan diversas escenas de la vida del Salvador y de la Virgen y en el tercero, en grupos de dos, santos, santas y imágenes de obispos además de un ángel y veinte escudos de la casa de Cruïlles. En la crestería la imagen de la Virgen ocupa el centro, en el lado de la epístola San Narciso y en el del Evangelio San Félix. Antiguamente remataba el retablo la llamada ‘Cruz de los Esmaltes’, atribuida a Berneç.
El baldaquín. Representa el cielo y está sostenido por cuatro columnas, las dos posteriores un poco más bajas, envueltas en una fina plancha de plata trabajada con ornamentaciones vegetales y, en su base están recubiertas de jaspe. Tiene estructura de bóveda en forma de vela dividida en cuatro segmentos por aristas que se cruzan en diagonal. En su clave ser representa la coronación de la Virgen. Completan la decoración piedras preciosas de gran valor. En los cuatro segmentos hay varios motivos ornamentales y el un recuadro hay las figuras de San Pedro y de Arnal de Soler donador del baldaquín.
Candelabros y la Virgen del Rosario. Los seis candelabros son de plata de estilo barroco. La Virgen del Rosario es una imagen en relieve repujado.
Baldaquino de plata y retablo
Retablo
 

El coro
Tiene una sencilla sillería del siglo XVI, de buena talla pero que resulta algo modesta para la categoría de esta catedral. Es obra importante la silla episcopal del maestro Eloy, que pertenece a la sillería gótica anterior. También se conserva la silla episcopal románica, elaborada en mármol de una sola pieza. En el coro se encuentra el órgano moderno de 1943 que sustituyó al del siglo XVI construido por el maestro J. Bordons.

Vidrieras
Las vidrieras de la catedral fueron, en su origen, de tres tipos. Las primeras y más antiguas se atribuyen al Maestro del Presbiterio y fueron realizadas al tiempo de iniciarse las obras del conjunto. Las segundas, atribuidas a Guillem de Letumgard se realizaron al inicio de la segunda mitad del siglo XIV. La más importante de éstas es el Calvario situado en el centro de la girola y la gran vidriera de Antoni Thomas en la cara sur. El tercer grupo son todas aquellas incorporadas con posterioridad hasta bien entrado el siglo XX, de las que destacan los dos rosetones del primer tercio del siglo XVIII, obra de Francesc Saladriga, maestro vidriero barcelonés y consideradas unas de las mejores del arte barroco español.
A mediados del siglo XVIII buena parte de las vidrieras fueron destruidas, en especial los rosetones y las más modernas, sin que se sepa exactamente cómo ni por qué. La restauración se llevó a efecto casi inmediatamente, antes de acabar el siglo, con técnicas que, pasado el tiempo, dejaron los vidrios con apenas unos trazos y colores desvaídos de lo que fue la vidriera original. A finales del siglo XX se realizó una labor de reconstrucción que, tras un estudio, rechazó la posibilidad de una reintegración creativa (esto es, haciendo en realidad una obra nueva sobre la anterior, dada la gran pérdida sufrida), por una restauración que aceptaba el paso del tiempo y algunos de los daños sufridos. Se trató de disminuir el impacto de la presencia de los vidrios blancos en los efectos sobre la luz y mejorar el perfil perdido de los dibujos. Aunque recuperadas, algunos de los efectos lumínicos, así como una parte de los mensajes bíblicos que transmitían y que debieron ofrecer en su tiempo las vidrieras se han perdido irremediablemente. ​ El obispo de Gerona, Francesc Pardo, inauguró en julio de 2011 la vidriera del último ventanal de la fachada norte de la Catedral, que se mantenía cerrado, una obra del artista irlandés Sean Scully con motivos abstractos, pero artísticamente acordes con las demás vidrieras. La inauguración del ventanal tras 400 años puso punto final a la restauración de la cara más deteriorada de la iglesia. ​

Rosetón de Saladriga
 

Los sepulcros
La catedral de Gerona cuenta tanto en la iglesia como en el claustro con un amplio y tradicional arte funerario que corresponde a los numerosos sepulcros de obispos, personajes de las familias reales y condes, artistas y arquitectos y otras figuras de relevancia. Están repartidos por todo el edificio y algunos son verdaderas obras de arte. Pueden destacarse como los más importantes los siguientes: 
Obispo Bernardo de Pau, (muerto en 1475), en la capilla de San Pablo. Se considera como la obra funeraria más sobresaliente de la catedral. Es de estilo gótico florido del siglo XV, con arco conopial entre agujas. Consta de tres cuerpos: el primero está compuesto por cuatro figuras tenantes con el escudo del obispo mientras otras dos sujetan un libro en cuyas páginas se lee una inscripción honorífica. El segundo cuerpo muestra a la Virgen coronada y rodeada de cuatro figuras, una de las cuales corresponde al obispo. El tercer cuerpo es el propio lecho mortuorio con la figura yacente revestida de pontifical y rodeada de ángeles. Otros ángeles suben al cielo el alma del obispo. Todo está adornado de tracerías caladas y cenefas vegetales o con ángeles.
Obispo B. Vilamarí, en la capilla de Todos los Santos, sepulcro labrado por Jaime Faverán que sólo presenta la figura del yacente.
Obispo Berenguer de Anglesola, junto a las gradas del presbiterio en el lado del Evangelio, en sepulcro de alabastro labrado con figuras de plañideras bajo doseletes. El obispo está revestido de pontifical y lleva una mitra.

Conde de Barcelona Ramón Berenguer II
, en el deambulatorio de la girola, en lo alto, sobre la puerta de la sacristía; está representado con su armadura de guerrero y reposa sobre el sarcófago cuyo frente está labrado con los escudos repetidos del yacente. En frente, también en lo alto, se encuentra el sepulcro de su esposa Mahalda. ​ El autor de las dos obras es Guillermo Morell (del siglo xiv) y fueron hechas a petición de Pedro IV de Aragón.

Guillermo de Villamar
, arquitecto de la catedral. Es obra de Jaime Faverán, de 1322.
Arnaldo de Monredó, en el fondo del templo, con doble arco de tracería gótica calada.
Ramón Bofill, en la capilla de la Esperanza (antiguo refectorio del claustro románico).
Las capillas de San Bernardo, Santa Marta, San Isidro, Esperanza y Santa Elena, acogen en su interior varias sepulturas de los siglos XIII, XIV, XV y XVI. En el claustro, en el suelo de las pandas, puede verse un gran número de lápidas con inscripción y escudo correspondiente, además de otros sarcófagos.

Capilla de San Miguel y de la Esperanza
Delante de la Puerta de los Apóstoles se abre al norte la Puerta de San Miguel, ejemplar gótico del siglo XVI en el tímpano del cual y, encima de una ménsula, se encuentra la imagen de San Miguel en alabastro. En uno de los nervios de la archivolta hay un halcón de piedra, a medio relieve, en memoria del ejemplar que llevaba Ramón Berenguer II ‘Cap d’Estopa’, al ser asesinado por su hermano cuando cazaba en los bosques de Hostalric. Parece ser que el cadáver fue arrojado a un pequeño lago y que el halcón permaneció encima un árbol al lado de su amo, lo que permitió recoger su cuerpo sin vida. Entonces siguió a la comitiva fúnebre hasta el pórtico de la catedral donde cayó muerto. Esta leyenda se ha perpetuado en piedra.
La capilla de la Esperanza fue el antiguo refectorio de los canónigos o escuela de la comunidad. Conserva su bóveda románica y, al lado del Evangelio se encuentra un notable sepulcro renacentista del siglo XVI.

Claustro
El claustro de la catedral de Gerona, emplazado en el lado norte de la iglesia. Es obra del siglo XII, de planta irregular y en sus cuatro pandas muestra arquerías románicas apoyadas sobre columnas que conservan los capiteles que han dado fama y categoría a la obra. Ha sido estudiado muy a fondo por los eruditos profesores Gerardo Boto Varela, Junyent y Sarthou, ​ quienes con sus descripciones editadas dieron a conocer todo el arte allí acumulado.
Por lo general los claustros canónicos no tuvieron el mismo protagonismo que los benedictinos porque las congregaciones acabaron viviendo en otras casas y los canónigos de las catedrales también, sin hacer apenas vida comunitaria. Tal fue el caso de este claustro de la catedral gerundense y así, después de construir un dormitorio al este, no se usaba, la sala capitular se quedó anticuada desde el principio, y en el refectorio no se daban comidas y se utilizaba tan solo para recibir la «porciones»​ y demás prebendas.
El primer recinto claustral debió construirse antes de 1117​ aprovechando dos galerías edificadas en sillería, año en que un obispo llamado Berenguer firmó:
In claustrum canonicorum Sanctae Mariae
Vista de la catedral y el claustro donde puede apreciarse la torre de Carlomagno y las murallas pegadas a la panda norte
 

En contra de lo que era habitual en los claustros románicos, se instaló la sala capitular en la panda sur contigua al muro de la iglesia. ​ La panda este se dedicó a dormitorio mientras que en la oeste se ubicó la canonja o canonjía con la zona de los porcioneros. En el proyecto de 1019 estaba bien definida la estructura con doble altura que salvaba el desnivel que todavía se contempla. La parte baja se dedicó a cilla y sobre ella se organizó el refectorio.
En los últimos años del siglo XII se replanteó el claustro con el podio sobre el que descansan las arcuaciones con las columnas y los capiteles bien labrados. En 1197 debía estar lo suficientemente terminado como para acoger una reunión de obispos de la que se da cuenta en los documentos conservados. Las cuatro pandas estaban ya bien diseñadas formando el original patio de perfil trapezoidal con galerías de longitudes diferentes.
En el siglo XIV se alteraron bastante los espacios de las galerías, cuando se organizó sobre la muralla el archivo capitular; en 1532 se construyó la capilla de la Virgen de los Claustros en el lugar de la antigua canonjía y en el XVIII se construyó una nueva sala capitular.

Descripción arquitectónica y artística
El claustro está constituido por cuatro pandas o galerías desiguales en tamaño y en el contenido de arcos y machones. Estos no sobresalen del espesor del muro y se ven repartidos en los esquinazos y en puntos intermedios de cada crujía. Las arquerías son de medio punto con guardapolvo y están asentadas sobre un podio corrido. Tanto al interior como al exterior, los resaltes del guardapolvo se unen en un punto de intersección mediante unas columnillas talladas en el muro. ​ Este sistema fue utilizado en la panda más antigua del claustro del monasterio de Ripoll. Las columnas son pareadas y sus capiteles están trabajados con diversos temas que se verán en su sección correspondiente. Las galerías sur, este y oeste se cubren con bóveda de cuarto de cañón, mientras que la norte es de medio cañón. Siguiendo el ejemplo del claustro de Elna, los pilares o machones fueron adornados con frisos de temas religiosos que siguen un hilo de argumentación, y también con temas vegetales, cotidianos y zoomorfos.
Los trabajos artísticos fueron iniciados por distintos artistas provenientes tal vez de un mismo taller, seguramente procedente o influenciado por los talleres de Rodes y que tal vez trabajarían en el claustro de Galligans y el monasterio de Sant Cugat. El equipo comenzó por la panda sur para seguir por la oeste y este y concluir con la norte. Se unió en los trabajos un segundo equipo al cual perteneció el maestro Arnau Cadell que trabajó en el claustro de Sant Cugat.
Existen dos capiteles guardados en el Museo de Arte de Gerona documentados y procedentes de la Casa del Canónigo, ajenos por completo al estilo y contexto de todos los demás del claustro. Se han relacionado con la obra del claustro de L’Estany.
Galería del Claustro
 

Columnas
Son idénticas en todas las galerías, con una pequeña diferencia de ornamentación en las de la galería sur. Sobre un plinto cuadrado se apoyan dos toros (molduras) separados por una escocia. En los ángulos del plinto están labradas las tradicionales garras que en ocasiones se transforman en cabecitas de lobo, salvo en la galería sur (como ya se apuntó aquí arriba) en que se ven aves, comadrejas, ranas o felinos.

Frisos y capiteles
Los frisos decorados envuelven los pilares a una misma altura en cada uno de ellos. Los pilares son en total once, cuatro en los ángulos de las pandas y el resto a lo largo de cada galería. Los frisos de la panda sur tienen temas historiados, así como en una pequeña sección de la occidental; en el resto predominan motivos ornamentales y figurados. 
Detalle de uno de los capiteles del claustro.
 

Los capiteles son en total 122; 74 corresponden a las columnas de los tramos de las arcuaciones y 43 a las esquinas de los pilares. En general se les puede clasificar como de tipo corintio clásico, con excepción de cinco capiteles de la galería sur y dos de la norte que se realizaron en los siglos XV y XVI para sustituir los antiguos que estaban muy estropeados.
Los capiteles corintios no historiados sino ornamentales llevan hojas de acanto y cintas perladas acompañadas de foliaciones y piñas y a veces cabezas de monstruos en el centro de las caras. Los capiteles con figuras muestran un amplio repertorio de aves, monstruos y otros animales. El tema que más abunda es el de las aves, de cuello y pico largos, cuyo cuerpo termina en cola de reptil o tiene la forma de grifo o basilisco, incluso de sirena y de nereida. A estas escenas se añade a veces la figura humana representando atlantes o luchando contra grifos y leones, o bien cazando o luchando. Es una ornamentación inspirada en las telas orientales y en los marfiles árabes. ​
Los capiteles historiados con escenas del Nuevo Testamento se complementan con los frisos historiados de los pilares o machones que llevan escenas del Antiguo Testamento.

Galería sur
Se extiende paralela al muro norte de la iglesia, con 18,80 m. Fue la primera en construirse. Lleva en las esquinas pilares decorados con frisos más otro que se alza justo en el centro dividiendo las arquerías en dos tramos con seis arcos cada uno y cinco pares de columnas. En esta panda se desarrolló un gran trabajo ornamental no sólo en los capiteles de las columnas y frisos de los machones sino también en las basas de las columnas y en las columnillas de las intersecciones del guardapolvo interior de los arcos, en impostas y en sobre frisos. En estas impostas aparecen tallos con foliaciones entre cabezas de lobo y animales simétricos. En las columnillas se repite cinco veces un personaje sentado, con las manos sobre las rodillas y vestido con túnica. El resto son animales raros sentados de espalda y volviendo la cabeza.

Pilar intermedio
Friso del pilar central, galería sur: Anastasis
 

La ornamentación del friso representa la Anastasis o bajada de Cristo a los infiernos para librar las almas de los primeros padres. Sigue una representación de los condenados con un fondo de llamas y la figura de Satanás en posición arrogante. Las escenas son bastante llamativas como para infundir terror, como la de los dos hombres desnudos que se apuñalan mientras son envueltos por unas serpientes que al mismo tiempo muerden el pecho de unas mujeres en actitud y gesto de horror. La representación historiada se complementa con un caldero puesto sobre las llamas, que tiene dentro tres condenados, unos diablos y unos grifos monstruosos. El friso de la cara exterior no sigue el tema historiado sino que se adorna con un doble roleo y cinta perlada.
Los capiteles de este pilar son historiados con temas del Nuevo Testamento, sin seguimiento narrativo ni orden cronológico. Se dan también los temas figurados. No hay ninguno de tipo corintio.

Los capiteles de las columnas
Desarrollan los temas del Nuevo Testamento; algún capitel hace una intrusión con Moisés y las tablas de la Ley. Estos capiteles siguen un ciclo narrativo de los episodios de la vida de Jesús; incluso en alguno se narra la parábola del rico Epulón que aparece lujosamente vestido y servido por un criado que le ofrece los manjares rodilla en tierra. En otra escena puede verse al mendigo Lázaro (no confundir con el Lázaro resucitado) que acaba de morir y es transportado por dos ángeles y recibido por Abraham.

Galería oeste
Vista de la galería oeste
 

Se construyó después de la panda sur. Es la más larga de las cuatro con 22,80 m; alberga el antiguo refectorio. Se une con la galería norte y sur con sendos pilares adornados de sus respectivos frisos. Está dividida en tres tramos de cinco arcos cada uno y dos pilares entre medias.

Los pilares intermedios
El más cercano a la galería norte está rodeado por un friso con representaciones de entrelazos y hojas de acanto, de aves retorcidas que picotean sus patas.
El siguiente pilar tiene ornamentación de entrelazos perlados, hojas enrolladas y piñas. En otras caras presenta toda una historia de la construcción del claustro: Se ven los obreros transportando el agua necesaria, con el cuerpo curvado por el peso. Otro porta sobre su espalda un botijo con agua para beber. En otro pasaje se ven los escultores trabajando; van vestidos con túnica corta ceñida y uno va tocado con un gorro de lana. Están sentados en banquetas y tienen ante sí el bloque de piedra para trabajar. A continuación se remata la narración con la presencia de un obispo, vestido de pontifical con mitra, que llega para inspeccionar y bendecir la obra. Le acompaña su ayudante que lleva báculo y va vestido con sobrepelliz. Un tercer personaje es un canónigo encargado de la administración de la obra.

Pilar de la esquina con la galería oeste
Arca, Noé, su hijo y su mujer
 

Recoge el tema de diversos episodios de Noé que se complementarán con los capiteles de la panda oeste en que se muestra al personaje ya después del Diluvio, cosechando la uva y con su hijo Cam.

Los capiteles de las columnas
En el tramo cercano a la panda norte hay capiteles con ornamentación figurada, aves, monstruos, etc. y otros de tipo corintio o con animales que atacan al hombre. El cincelado de estos capiteles es muy minucioso y de gran calidad.
El tramo siguiente muestra capiteles del tipo corintio, ornamentales de cintas perladas, sirenas pez y otros representando luchas cuerpo a cuerpo, personajes que se defienden de alguna bestia o que luchan entre ellos con espadas anchas y cortas. También está representada la caza del jabalí: el animal está tumbado patas arriba mientras el cazador lo coge por el cuello. Un segundo jabalí algo alejado presencia la escena.
El tercer tramo (cerca de la panda sur) lleva capiteles que representan el tema de la vendimia, donde aparecen los vendimiadores acarreando la uva. Otros capiteles muestran una extraña lucha entre dos personajes en presencia de otros dos calzados con zapatos muy puntiagudos; otros luchan contra dragones. El último de los capiteles muestra diversos episodios de Noé: la parra plantada por él después del diluvio, la recogida de los racimos de uva, su embriaguez, la burla de su hijo Cam y la consecuente maldición de Noé. Estas escenas enlazan con el friso inmediato de la esquina con la panda oeste que ya existía, donde se representa la escena del diluvio.

Galería este
A la izquierda, galería este y de frente, galería sur
 

La galería este es la más corta de todas, con 14,20 m, y está condicionada por la anterior construcción del dormitorio canónico. En las esquinas tiene sendos pilares que enlazan con las otras dos galerías. En el centro tiene otros dos pilares separados por un arco y hacia un lado y otro presenta cuatro arcos (ocho en total) que se apoyan sobre seis columnas pareadas con sus respectivos capiteles decorados, doce en total. De estos doce, cuatro son de tipo figurado y cuatro ornamentales, dos derivados del corintio y dos historiados, todos labrados en sus cuatro caras. Entre los capiteles historiados aparece Sansón luchando contra el león y los filisteos. En otras caras se ven guerreros con escudo y Sansón dormido sobre las piernas de Dalila que aprovecha para cortarle el cabello. Después recupera las fuerzas y se sujeta a una de las columnas del templo derribado.

Galería norte
Esta galería fue la última en construirse por lo que con su alzado se terminó de cerrar el claustro. Avanza paralela a la muralla y condicionada por ésta. Mide 21,60 m. Se cubrió con bóveda de cañón y con tejado a dos aguas por quedar fuera de la construcción anterior. ​
Además de los dos pilares de las esquinas cuenta con otros dos que distribuyen las arcuaciones. El más cercano a la galería este lleva un friso decorativo continuo. Se ven esculpidos unos personajes con barba, vestidos con túnica y sentados, enlazándose con grifos alados. El segundo pilar presenta el tema de las aves afrontadas, colocadas de perfil, picando unos frutos pendientes.
Claustro
 

Los capiteles de las columnas
Algunos capiteles son derivados del corintio, otros son ornamentales. Hay dos capiteles interiores que son del siglo XIV, sustituyendo los viejos que estarían muy deteriorados. En el último tramo, cerca del lado oeste se ven capiteles figurados con monstruos y grifos y otros con ornamentación simple de acantos y cintas enlazadas. Se repite el tema de las aves afrontadas, de largo cuello que picotean los frutos de foliaciones perladas.

Museo
Está instalado en la sala capitular y en la sacristía, y atesora la impresionante colección de arte que el capítulo de la Catedral de Gerona ha ido conservando y enriqueciendo a lo largo del tiempo. En sus cuatro salas hay piezas de diversas épocas, técnicas y estilos, muchas de estas esenciales para la historia del arte. Destacan, entre ellas:
·       Tapiz de la Creación, pieza única y excepcional del románico.
·       Arqueta árabe cordobesa, del siglo x, recubierta de plata repujada, cuyos autores son Bery Tarif y Yutzin Bolza. La tradición cuenta que fue un regalo de Al_Hakem II a Ixem II.
·       Beato de Gerona, uno de los tres beatos que se conservan del siglo x. Copia de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana, con miniaturas de la monja Ende y el monje Emeterio.
·       Colección de los Usatges de Catalunya, del siglo XII.
·       San Carlomagno. Escultura gótica de alabastro policromado que tradicionalmente viene llamándose de Carlomagno y que los críticos modernos creen que se trata de Pedro el Ceremonioso. Es obra de Jaume Cascalls de Berga.
·       Cruces, custodias y relicarios, obras valiosas de orfebrería de entre los siglos XIII y XV.
·       La Virgen María de madera. Datada del siglo xii y recubierta con láminas de plata, posiblemente ya se encontraba en el presbiterio románico. ​
·       Custodia del Corpus. La segunda sala del tesoro está presidida por la Custodia del Corpus, obra del gerundense Francesc Artau datada en 1438. Imita estructuras arquitectónicas con plata dorada, esmaltes y pedrería, y está acompañada de santos y santas. Alrededor, las cuatro grandes cruces procesionales: la de los esmaltes (del siglo xiv), la de oro (con perlas naturales y delicados esmaltes, de principios del siglo xvi), la de las cofradías (del siglo xiv) y la de plata dorada (siglo XVI). ​
·       Sello de Ermesenda. La condesa Ermesenda de Carcasona (972-1058) estuvo muy vinculada a la catedral de Gerona, sobre todo mientras su hermano Pedro Roger fue el obispo. Tanto es así que escogió este espacio como lugar de reposo para sus restos mortales y, además, entregó al capítulo su sello como muestra de confianza. Este sello destaca por tener el nombre de la condesa en latín y en árabe. ​ 

El tapiz de la Creación,  románico del siglo XI, ​ es una pieza única y excepcional entre los pocos bordados que se conocen y se conservan, sólo comparable al tapiz de Bayeux; tiene unas dimensiones de 3,58 x 4,50 metros. Desarrolla un tema teológico tal y como puede verse en los manuscritos españoles contemporáneos.
Aunque recibe el nombre de tapiz, un paño ornamental tejido en su totalidad, no lo es. Se trata de un bordado o labor donde los hilos añadidos siguen la silueta diseñada de los motivos y figuras, realizado con la técnica llamada pintura a la aguja.
Se encuentra custodiado en el Museo Capitular de la catedral de Gerona. Se trata de una obra de grandes dimensiones, de colores intensos, con escenas sobre la creación. Es un trabajo delicado, de las que se dieron en llamar pinturas a la aguja, de gran calidad técnica y artística. ​ Salió de uno de aquellos talleres donde trabajaban grandes artistas que rivalizaban con los fabricantes de tejidos ricos, tan apreciados en la Alta Edad Media. La obra ha estado expuesta fuera de la catedral en dos ocasiones: el año 1888 en la Exposición Universal de Barcelona y posteriormente en 1892 se expuso en Madrid. 

Precedentes históricos
En la Edad Media, Dios era considerado el gran creador del Universo, centrado alrededor de la Tierra y sus siete cielos: el aire, el éter, el firmamento -con los cuerpos celestes-, el espacio ígneo, el cielo de los ángeles y el cielo de la Trinidad. Para el hombre medieval, la arquitectura divina era la perfección de las formas simples, como las esferas y los cuadrados. El conocimiento de la Tierra que se tenía en aquella época era como la del Paraíso: lo que se conocía era gracias a las revelaciones divinas; solamente en tratados antiguos de Plinio o Cayo Julio Solino, ​ o en los textos de Jerónimo de Estridón e Isidoro de Sevilla, se podía encontrar la descripción de la Tierra.
De esta época cabe destacar mapamundis como el mural del pórtico del Palacio de Letrán, el de plata de Carlomagno o el del palacio episcopal de Orleans y sobre todo las ilustraciones de Beato de Liébana sobre el Comentario al Apocalipsis. ​ Estas ilustraciones llegaron a Europa en la edad media, gracias al Génesis alejandrino del Cotton Génesis y al Génesis de Viena de Constantinopla, y se pueden apreciar la influencia en el bordado de Gerona. ​ Según las descripciones del Génesis, que Beato de Liébana tomaba como base, la Tierra era plana y sobre ella se elevaba el cielo, donde se movían el Sol, la Luna y toda una serie de elementos luminosos más pequeños, como los planetas y las estrellas. En el mapamundi del Beato de Liébana, la orbe se presenta como un disco circular rodeado por las aguas del océano. La Tierra se divide en tres continentes: Asia (semicírculo superior), África (cuadrante inferior derecho), y Europa (cuadrante inferior izquierdo), que corresponden respectivamente a los descendientes de los tres hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet. Situada en el centro del mundo se encuentra Jerusalén, la ciudad sagrada del judaísmo y el cristianismo, donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac y donde tuvieron lugar los sucesos de la Pasión y Resurrección de Cristo. La concepción de Jerusalén como umbilicum mundi era bastante corriente en la espiritualidad cristiana medieval.
La liturgia en la época románica acostumbraba a valerse, entre otros, de los baldaquinos como coronamiento del altar, de clara tradición oriental. Había de dos modalidades: los baldaquinos con forma de templetes abiertos con arcos en sus cuatro caras sostenidos por columnas y los que eran un plafón pintado que se colocaba detrás del altar sobre los muros del ábside. ​
Según el historiador Josep Bracons cree que en origen, el Tapiz de la Creación sirvió de baldaquino en el altar de la catedral de Gerona. También es muy probable que fuese tejido en Cataluña, dentro de la Marca Hispánica, aunque su iconografía remite a modelos antiguos orientales o carolíngios. ​ Manuel Castiñeiras profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, en su estudio sobre el tapiz, considera como hipótesis que la obra fue un tapiz de suelo o alfombra y no una pieza de pared o una cubierta de baldaquino, también refiere que los temas representados remiten a una cultura cosmológica altomedieval con fuertes raíces en el mundo clásico, carolingio y bizantino. ​ Durante los siglos XI y XII la especulación teológica era libre, y esta manera de programas omnipresentes sobre la cosmología y la historia de la salvación eran muy habituales; además de en el tapiz de Gerona, se pueden observar en el manto de Ewaldi de San Cuniberto en Colonia, y en el manuscrito del Génesis de Viena, realizado entre los años 550 y 570 en Constantinopla. El Tapiz de la Creación de Gerona recoge en sus bordados a la vez el cielo y la tierra, lo humano y la naturaleza, y la imagen cosmológica del mundo de los inicios de la Baja Edad Media, tal como se conoce por medio de los libros de Hildegard de Bingen. ​
Los historiadores plantean la hipótesis de que el tapiz fuese elaborado en un monasterio femenino a la sombre de una gran dama de la nobleza. Se señalan como posibles elaboradores a las monjas benedictinas del monasterio de San Daniel de Gerona, por encargo de la condesa Mafalda de Apulia, viuda de Ramon Berenguer II y madre de Ramon Berenguer III, muy vinculada al monasterio donde falleció y que recibió sepultura en la catedral de Gerona.

Descripción
El Tapiz de la Creación se encontraba en Gerona entre finales del siglo XI o principios del XII. El año 1097 se cree que tuvo lugar la colocación del tapiz en la catedral, la tela podría haber servido como alfombra de lujo con motivo del concilio presidido en Gerona ese mismo año, por el arzobispo de Toledo Bernardo de Sedirac. Aunque la primera referencia documental del tapiz es del siglo XVI y proviene de la visita que realizó el emperador Carlos I a Gerona. ​
El historiador Pere de Palol comenta: ​
No se sabe cuando aparece este bordado en la catedral de Gerona. No figura escrito en ninguna de las listas de inventario que se hacían en las catedrales con motivo de las visitas pastorales, donde, siempre constraban los tejidos, tapicez o antipendios de altar, sin que nunca se haya podido identificar ninguna de estas piezas con el bordado que estudiamos. Hay que decir, que aparece nombrado con ocasión de la visita que Carlos V, hizo a Gerona el 25 de febrero de 1538, tema estudiado por Batlle i Prats. El monarca después de ver la catedral, volvió para contemplar, por segunda vez," el trapo de Carlos el Grande de la historia del emperador Constantino" [...] El bordado fue nombrado "de Carlomagno", como tantas otras piezas de la catedral de Gerona (silla de Carlomagno, campanario o torre de Carlomagno, estatua de Carlomagno), sin ningún fundamento. En realidad podemos decir que el descubrimiento tuvo lugar al final del siglo XIX, y tuvo un carácter enteramente erudito, de investigación, precisamente a causa de la singularidad del bordado.
Está formado por un fondo de lana de color terracota hecho con hilos también de lana de colores (rojo, verde, amarillo, azul celeste, azul marino, gris y fibras de lino blanco en punto de tija y de cadeneta). ​ Según González Mena, hay dos puntos de bordado diferentes y la tela se trabajó en un gran bastidor con marco móvil: ​
...el punto de cadeneta para los contornos y endografias, y el punto de cordón y de figura para cubrir espacios.
Pantocrátor en la parte central del Tapiz de la Creación de la catedral de Gerona.
 

Técnicamente se trata de un bordado, pero se ha denominado tapiz porque es el nombre que se le daba en la Edad Media, el bordado está hecho sobre una tela de lana fina de color bermellón, con una fuerte torsión en «Z» y una trama en «S», hecho con una aguja larga y con la técnica de acu pictae, es decir, pintura a la aguja. Es una obra de grandes dimensiones (358 x 450 cm). Según un estudio técnico del año 2012 encargado por el Centro de Restauración de Bienes Muebles de Cataluña a las restauradoras Carmen Masdeu y Luz Morata, la pieza podría haber tenido unas medidas de 480' x 540 cm. El bordado habría estado compuesto por siete franjas de tela del mismo largo: cinco en sentido vertical y dos en horizontal, a las que se habrían de añadir dos más pequeñas en los ángulos superior e inferior derecho. El tapiz actual presenta seis franjas de tejido de forma rectangular y de las mismas características. La superior es la única que se conserva casi entera, da la largura del telar en que fueron hechas las seis franjas de 420 cm, esta franja es horizontal y las otras cinco, verticales están cortadas todas en la parte inferior y la de la derecha está muy reducida en la anchura. ​
Del original se conserva la parte superior, formada por tres ciclos iconográficos:
·       el ciclo del Génesis, presidido por el Pantocrátor
·       el ciclo de los elementos cósmicos
·       el ciclo narrativo de la leyenda de la Vera Cruz por Santa Elena.
Todos estos grupos de iconográfica básica representan la salvación como propósito.
El personaje principal central del tapiz es Jesús que está representado como un hombre muy joven y sin barba. A su alrededor hay ocho escenas radiales acompañadas por inscripciones del Génesis desde los días de la creación del mundo hasta la creación de Eva. ​ Está claro que, quitadas las escenas de la luz y las tinieblas, los modelos proceden de las miniaturas de algún manuscrito al que tuvieron acceso los artistas del taller, seguramente de la familia del Cotton Génesis y del Génesis de Viena. ​ Encima del Pantocrátor se ven los primeros días del Génesis, cuando el hombre aún no había sido creado: el espíritu de Dios en forma de paloma sobrevolando el agua y, a sus lados, los ángeles de la luz y de las tinieblas con una antorcha, el firmamento y la separación del cielo y de las aguas. Debajo de Cristo hay un fragmento mayor que contiene la creación del mundo animal y vegetal y, a sus lados, Adán y los animales saltando a sus pies; la otra escena es la creación de Eva, que, estando dormido Adán, le sale de una costilla; delante de ellos tiene el árbol del conocimiento del bien y del mal.
En el sentido de las agujas del reloj: ángel de las tinieblas (las que preceden a la Creación), Espíritu Santo, ángel de la luz y creación del sol y la luna
En el sentido de las agujas del reloj: ángel de las tinieblas (las que preceden a la Creación), Espíritu Santo, ángel de la luz y creación del sol y la luna
Adán poniéndole nombre a los animales (con un unicornio) y en la esquina inferior uno de los vientos
Creación de los seres marinos y del aire
Creación de Eva, que surge del costado de Adán. En el lateral, de abajo a arriba el Domingo sobre una cuadriga, marzo y abril como un hombre labrando
En la parte central en año (el annus), el tiempo. A su izquierda el otoño (la vendimia) y el invierno a su derecha (mujer calentándose junto al fuego).
 

Los dos círculos principales centrales constan de unas bandas con inscripciones del libro del Génesis: ​
·       Alrededor del Cristo: Dixit quoque Deus fiat lux et facta est lux (Génesis I,3) - "Y Dios habló: Que se haga la luz! I la luz se hizo".
·       En el círculo exterior: In principio creavit Deus coelum et terram (Génesis I,1), mare et omnia qua in eis sunt et viit Deus cuncta que fecerat et erant valda bona (Génesis I,31) - "En el principio Dios crea cielo y tierra, el mar y todas las cosas que se encuentran. Y Dios vio que todo lo que había creado era bueno."
Los cuatro vientos principales están representados por figuras de jóvenes a la manera romana; tienen alas en la espalda y en los pies, se dejan llevar cabalgando sobre recipientes de cuero llenos de aire y cada muchacho sopla dos cuernos a la manera tradicional. Están colocados en los ángulos de la segunda circunferencia, formando un cuadrado que tiene alrededor las franjas de otro ciclo iconográfico relativo al paso del tiempo; en los ángulos de estas franjas hay los cuatro ríos del Paraíso, dentro de círculos y que se representan simbólicamente a la manera tradicional, mostrando unas jarras que vierten agua.
En el central de la franja superior, la figura de un anciano barbado representa el año en esquema circular, que en los manuscritos medievales se acostumbraba a situar en la parte central de toda la representación. ​ Aquí está ocupada por el Pantocrátor, cosa que hace que se traslade al centro de la parte superior; a ambos lados se incorporan las cuatro estaciones del año, mientras en los recuadros extremos se ven, a un lado Sansón y la constelación de Hércules. ​
En las bandas laterales se representan los meses: a la izquierda del espectador, a partir de febrero hasta junio, y a la derecha con solo fragmentos, desde julio hasta octubre. Debajo de febrero hay un círculo donde está representado el Sol como domingo, sobre un carro tirado por una cuadriga y, en el lado opuesto, junto al mes de octubre, dentro de otro círculo se encuentra la representación de la Luna como lunes con un carro tirado por bueyes. Las representaciones de los meses están próximas al manuscrito carolingio de Salzburg. ​
El ciclo de la franja inferior procede probablemente de un codex purpureus. Se cree que debía constar de tres tiras, pero solo se conserva parte de la primera: Elena de Constantinopla habla con los judíos en Jerusalén, uno de ellos busca la Cruz y encuentra tres. Estas escenas las preside un personaje real, posiblemente agios Constantino ​llevando la cruz sobre la espalda y sobre la cabeza una corona del tipo kamelaukion de estilo bizantino del siglo XI. Un manuscrito de la época conservado en la catedral de San Eusebio de Vercelli (un antiguo manuscrito inglés del siglo X) explica la historia de la cruz con las mismas escenas. ​ También Santiago de la Vorágine, en su famosa La leyenda dorada, escrita entre 1263 y 1272, trasmite una versión amplia que tuvo una enorme difusión en el mundo medieval. ​

 

Próximo Capítulo: Capítulo 38 - Gótico Catalán - Primera Parte 

 

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