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sábado, 4 de noviembre de 2017

Capítulo 17 - Ugarit


Ugarit:

Etapas históricas del reino – La ciudad – El gran palacio real – El cuneiforme alfabético ugarítico – La literatura – La sociedad y la economía- Los dioses y la mitología de Ugarit.

Ugarit actual Ras Shamra fue una antigua ciudad portuaria, situada en la costa mediterránea al norte de Siria a pocos kilómetros de la moderna ciudad de Latakia, en la región asiática conocida como Levante.

El descubrimiento
Como tantos otros descubrimientos, éste también fue accidental. En la primavera de 1928 un labrador alauita descubrió una losa mientras araba en Minet el-Beida (el «Puerto Blanco»), cerca de la actual Ras Shamra. Levantada, resultó ser una cámara sepulcral. Una investigación posterior y el examen de cerámica hallada en la tumba, así como de la misma estructura de la tumba, llevaron a los investigadores a establecer significativos paralelismos con la cerámica micénica y las tumbas cretenses.
Estos indicios arqueológicos llevaron allí a una expedición arqueológica francesa, dirigida por Claude Schaeffer.
Después de pocos días de excavaciones en la necrópolis de Minet el-Beida hallaron una imagen de una diosa de la fertilidad. La consciencia de que estaban excavando una necrópolis llevó a Schaeffer a plantear la cuestión de dónde había estado su ciudad correspondiente. No lejos de allí, a unos pocos cientos de metros al este, se hallaba un promontorio cubierto de hinojo, y que era conocido localmente como «la colina del hinojo», Ras Shamra. Schaeffer decidió que era el lugar más lógico para albergar las ruinas de una ciudad desaparecida. Pronto empezaron a aparecer restos. El 14 de mayo de 1929 se descubrió una gran cantidad de tabletas escritas en cuneiforme. Entre ellas resultó haber tabletas grandes con tratados gubernamentales, otras pequeñas, con correspondencia personal de reyes. De gran importancia, sin embargo, fue el descubrimiento de que la mayoría de aquellas tabletas estaban escritas con unos símbolos cuneiformes evidentemente no silábicos, sino alfabéticos, al aparecer sólo 27 caracteres distintos (más tarde se apreciaría que en realidad eran 30). Tras arduas investigaciones estadísticas y criptoanalíticas, Hans Bauer logró asignar su valor fonético a 20 de los símbolos cuneiformes; otros investigadores acabaron de ajustar este trabajo, que fue coronado por Édouard Dhorme y Charles Virolleaud. El lenguaje de estas tabletas resultó estar estrechamente emparentado con el hebreo bíblico, tanto en su gramática como en sus figuras literarias, estructura poética y otros aspectos que se tratarán más adelante. Los lenguajes de las otras tabletas eran el sumerio, el acádico y el khar, convencionalmente identificado con el «hurrita», pero que debe identificarse con el cario (véanse HURRITAS, HOREOS.)

La identificación de Ras Shamra con Ugarit fue ya propuesta en 1932 por E. Forrer, identificación que quedó confirmada por el descubrimiento, pocos años después, de unas tabletas que llevaban el nombre de la ciudad. Otros objetos que se descubrieron en el curso de las excavaciones fueron herramientas, joyas, restos de cerámica, objetos cúlticos, etc.
En 1956 se descubrió otra colección de tabletas; sin embargo, cuando se desencadenó la crisis de Suez en 1956, con la invasión de Egipto por parte de los franceses, británicos e israelíes, los investigadores franceses fueron invitados a abandonar Siria. Las tabletas pasaron al mercado negro, pudiendo ser localizadas muchos años después por Schaeffer en las cámaras de seguridad de un banco suizo. Finalmente fueron adquiridas por el Institute of Antiquity and Christianity en Claremont. Esta colección fue publicada por el Pontificio Instituto Bíblico.
En 1973 hubo un nuevo descubrimiento accidental de tabletas, esta vez como resultado de unas construcciones militares sirias en la zona. Muchas de ellas quedaron ilegibles debido a una errónea manipulación. Las que se pudieron preservar fueron publicadas por Schaeffer en «Ugarítica VII» en 1978 (la serie Ugarítica, grandes volúmenes de estudios, fue iniciada en 1939; su último volumen, el VIII, fue finalizado por Schaeffer poco antes de su muerte, y trata de los sellos cilíndricos).

II. Cronología
En base a la aplicación de la cronología convencional, las tabletas han sido asignadas a los siglos XIV / XIII a.C. El yacimiento está formado por cinco capas, desde la más superficial (capa I) hasta la más profunda (capa V). La capa II rindió unos pocos objetos de origen egipcio de la época del Imperio Medio. En aquellos tiempos la influencia egipcia llegaba hasta la costa norte de Siria. A mayores profundidades se hallan restos de anteriores civilizaciones. La capa de mayor interés es, sin embargo, la superior. Tanto en la necrópolis de Minet el-Beida como en la acrópolis de Ras Shamra, se descubrieron en ellas cerámica de origen chipriota y micénico, lo que llevó a asignar esta capa y las tabletas a los siglos XV, XIV y parte del XIII a.C.
El descubrimiento de algunos objetos egipcios hallados en esta capa, de las dinastías XVIII y XIX, fue considerado como confirmatorio de la determinación cronológica hecha en base a la cerámica; así, Schaeffer y otros investigadores situaron el período próspero de Ugarit en el siglo XV, en tanto que situaban en el XIV la rápida decadencia de la ciudad.

III. La cronología revisada
En base a la cronología revisada, Velikovsky e Isaacson sitúan los restos de Ugarit I, junto con las tabletas, en los siglos X, IX y VIII a.C. Para ello se apoyan en las siguientes evidencias:

(A) Las cámaras sepulcrales de Ugarit tienen una forma idéntica y siguen el mismo desarrollo a lo largo del tiempo que una numerosa serie de tumbas en Chipre, con una fecha asignada de a partir del año 950 a.C. en adelante. Otras tumbas del mismo estilo se hallan en Urartu, Jerusalén y Asia Menor, datadas también entre los siglos IX y VII a.C.

(B) El hallazgo de un cuenco y un plato de oro que pertenecen estratigráficamente al período de la destrucción de Ugarit durante el período de el-Amarna (y por ello fechados convencionalmente entre 1450-1365 a.C.; véase AMARNA). Tienen escenas sugerentes de finales de la dinastía XVIII de Egipto, pero también intensas afinidades con la artesanía fenicia de los siglos IX a VII a.C. Estas afinidades son tales que sólo se explican por la revisión de la cronología egipcia, y por la consiguiente asignación de la dinastía XVIII a los siglos X. IX y VIII.

(C) Elementos linguísticos griegos hallados en tabletas acádicas, incluyendo evidentes alusiones a los jonios, y a una divinidad griega, Apolos Didimeo, así como el nombre del rey Nikmed, evidentemente la transcripción acádica de Nicomedes, un nombre jónico; ello es también indicador de una fecha situada en el siglo VIII a.C.

(D) Señales de lectura en las tabletas, que indican el final de cada palabra, en exacto paralelo con la práctica chipriota del siglo VI a.C.

(E) El sincronismo histórico que se aprecia en base al poema de Keret, uno de los poemas épicos hallados en Ras Shamra, con el relato bíblico de 2 Cr. 14 de la invasión de Zera el etíope y la estela de Menfis que revela la derrota de Amenhotep (Amenofis) II. 

En el poema de Keret se mencionan a Terah el invasor (evidentemente Zerah), las tribus de Aser y Zabulón (vecinas de Sidón), Edom y algunas de sus ciudades. La traducción de Virolleaud fue posteriormente rechazada y modificada por otros eruditos, que transformaron la épica guerrera en un romance de amor de una manera muy ingeniosa, pero no convincente. Evidencia circunstancial que apoya también la contemporaneidad del poema de Keret con 2 Crónicas es la campaña posterior contra Edom, por el apoyo prestado a Zera, en tanto que la estela de Menfis revela que Amenhotep II se había instalado en Shamash Edom; la común descripción de las armas de Terah (Zera) en el poema de Keret con las propias armas de Amenhotep II en la estela de Menfis es también otro punto de gran valor en esta identificación.

(F) No se puede aducir que la cronología convencional esté apoyada en Ugarit por dos sincronismos independientes, el micénico y el egipcio; en efecto, toda la serie arqueológica micénica depende de su correlación con la egipcia, y es precisamente la cronología convencional de Egipto la que ha sido desafiada por la esmerada reconstrucción de Velikovsky y otros.

IV. El final de Ugarit
Ugarit era una gran ciudad. Las excavaciones han revelado dos grandes templos, uno dedicado a Baal y el otro a Dagón. Muchas casas han salido a la luz, desde las humildes a las lujosas, así como el plan general de la ciudad, con sus grandes edificios y sus casas particulares, callejuelas y avenidas, fortificaciones y puertas. En Minet el-Beida se han hallado santuarios, cercanos a la necrópolis, y que parece que eran usados en ritos de fertilidad.
La evidencia arqueológica señala que la destrucción de esta gran ciudad tuvo lugar en los últimos días de Amenhotep III o en los primeros de Akenatón, durante la era de el-Amarna (véase AMARNA), en la época del rey Nikmed. Velikovsky identifica al destructor de Ugarit como el temible Salmansar III.




V. Consecuencias de la revisión cronológica 
Antes de los descubrimientos de Ras Shamra se sostenía que los israelitas no podían tener documentos escritos anteriores a la época de los Reyes, esto es, antes del año 1000 a.C., y que grandes porciones de las Escrituras habían sido redactadas mucho más tarde de lo que había sido aceptado en la tradición judeo-cristiana. La situación cambió drásticamente al exhumarse las tabletas de Ugarit y al aplicárseles la cronología convencional de Egipto. Entonces se popularizó la noción de que el hebreo ya se escribía en el siglo XV a.C. en forma alfabética, y que las formas literarias, los modismos, y mucho vocabulario, así como los nombres de los sacrificios, formas de adoración y poesía religiosa, existían ya en la civilización cananea. Ahora parecía que todo era al revés de lo supuesto anteriormente por los profesores de la llamada «alta crítica». Ahora se aceptaba la idea de que prácticamente todo el lenguaje de los hebreos, incluyendo términos técnicos, vocabulario religioso, formas poéticas, etc., había sido copiado de la civilización cananea. Al asignar una fecha tan temprana a la civilización de Ugarit, se llegó a tener una base para afirmar, entre otras cosas, que «el salmo 29 era un himno fenicio que había llegado a ser incluido en el Salterio», y que simplemente se había cambiado el nombre del dios Baal por el de Yahweh.»
Éste y muchos otros aspectos cambian radicalmente con la adopción de la cronología revisada. La verdadera situación viene a ser que Ugarit fue contemporánea de la Monarquía israelita; como es de esperar, en lugar de haber evidencia de copia por parte de los hebreos de la anterior civilización cananea, aparece una fuerte influencia mutua. No se puede negar la originalidad hebrea de la peculiar concepción sacrificial; los términos técnicos fueron registrados por Moisés en una época bien anterior a Ugarit I, y el fuerte influjo cultural de Salomón pudo llevar a muchos países vecinos a adoptar algunas formas del culto salomónico. Es bien posible asimismo que el camino que siguiera el salmo 29 fuera al revés del propuesto por los defensores del «pan-ugaritismo», y que más bien fuera sacado del Salterio para adaptarlo a la adoración de Baal. De hecho, hay un caso bien demostrado, posterior, de ello: la adaptación del salmo 20 para su uso en el seno del paganismo (Biblical Archeaelogical Review, ene./feb. 1985, pp. 20-23). Otro de los poemas hallados en Ugarit parece referirse a la gran hazaña de El de partir el mar de Jam-Suf. Los defensores de la cronología convencional ven en este poema una leyenda precursora del relato del cruce del mar Rojo por los israelitas; en la cronología revisada, sin embargo, queda como un eco del paso del mar Rojo; el relato de Moisés es anterior a éste. Todo ello evidentemente no quita valor al uso de los materiales de Ugarit, con toda su riqueza lingüística, para arrojar una esclarecedora luz sobre pasajes oscuros de la Biblia hebrea. Pero precisamente por su contemporaneidad con la época de la Monarquía y de los reinos de Israel y Judá, no por haber supuestamente precedido a la redacción de los escritos de los Salmos o de los profetas en 500 / 600 años.
Esta reducción de 500-600 años de la cronología revisada a la convencional tampoco resta valor al testimonio de Ugarit con respecto a la antigüedad del uso del alfabeto cananeo / fenicio / hebreo en la lengua. En palabras de Schaeffer: «El alfabeto de Ras Shamra está ya tan avanzado que implica la existencia de un alfabeto aún anterior todavía por descubrir» («Cuneiform Texts», p. 36). Ello evidentemente nos retrotrae a la época de Moisés y bien posiblemente algo anterior a él. 
La literatura de Ras Shamra también arroja una intensa luz sobre las costumbres cananeas. A este respecto, es evidente que muchos mandatos bíblicos fueron dirigidos contra sus abominables prácticas rituales, entre las que se contaban los sacrificios de recién nacidos e incluso de hijos crecidos (véase TOFET, etc.), el ayuntamiento carnal con toros y vacas, y otras prácticas similarmente degradantes que atrajeron sobre ellos la condena y la ira de Dios, y que dan muestra de la extraordinaria depravación en que habían caído las naciones cananeas, y por lo cual Dios las desposeyó de su tierra frente a los conquistadores israelitas (cp. Lv. 18, especialmente Lv. 18:24-30).
Esta ciudad fue fundamental en la historia de las grandes civilizaciones del Cercano Oriente, especialmente durante el período de esplendor en el cual Egipto tuvo estados vasallos en el Levante, período que quedó registrado con precisión en la correspondencia de Tell el-Amarna entre funcionarios egipcios, ugaríticos, y de otras nacionalidades.
El pueblo ugarítico, además, hizo importantes contribuciones a la escritura y a la religión, tanto semítica pagana como en las fases iniciales del judaísmo. Por estas contribuciones se puede identificar al pueblo que habitó Ugarit en su etapa histórica, que fue su período de esplendor y le dio su nombre, como un pueblo semita nororiental, emparentado lingüística y religiosamente con los cananeos ubicados más al sur.
Las fuentes históricas destacaban que esta ciudad-estado, de alrededor de 2.000 Km² de superficie con sus áreas rurales, envió tributos al faraón de Egipto durante ciertos períodos, y que mantuvo importantes relaciones políticas y comerciales con el Reino de Alasiya, estado que posiblemente comprendía la isla de Chipre.
Su período de esplendor se extendió entre el 1450 a. C. y el 1180 a. C., aunque la ciudad surgió en el Neolítico, como todo asentamiento de importancia en el Levante por su temprano desarrollo. La correspondencia egipcia ya la menciona en su estadio histórico clásico de ciudad de Ugarit; y no solo un poblado neolítico— hacia el siglo XX a. C., fecha desde que se tiene conocimiento preciso de la ciudad. Hacia el siglo XIX a. C. el contacto comercial con la Ugarit histórica hacia el interior del Cercano Oriente ya estaba consolidado, tal como demuestran estelas que mencionan la ciudad en Ebla, otra ciudad-estado semita.

El Palacio Real. Los Textos Ugaríticos. Otras excavaciones. Baal de Ugarit, Louvre. 
En 1928, Mahmoud Mella az-Zir, un campesino local alauíta descubrió la entrada a la Necrópolis de Ugarit. Este fue el descubrimiento moderno de la ubicación exacta de las ruinas de la ciudad, de la cual sólo se tenían referencias históricas. Comparado el lugar descubierto en 1928 con grabados en vasijas cretenses que la indican en el mapa, conservados desde hacía generaciones, confirmaron la ubicación de la destacada ciudad perdida.
Su descubrimiento arqueológico moderno permitió abrir un importante campo de exploración, la cual fue principalmente efectuada por el arqueólogo francés Claude F. A. Schaeffer. Buena parte de sus descubrimientos se encuentran en el museo Prehistórico y Galorromano de Estrasburgo, Francia.
Las investigaciones más importantes las efectuó C. Schaffe en el edificio que pudo ser identificado como el Palacio Real durante buena parte del período de esplendor de la ciudad. Allí se hallaron 90 habitaciones y dos librerías privadas, con textos inscriptos en tablillas. Una de estas bibliotecas pudo identificarse como perteneciente a una persona llamada Rapanou, que posiblemente fue un diplomático dada la gran cantidad de manuscritos referentes a relaciones internacionales encontrados allí. 
Es una prolífica biblioteca, donde se encontraron textos no sólo diplomáticos, sino también religiosos, políticos —listas de Reyes Ugaríticos, costumbre registral que los diversos pueblos de la zona aplicaban desde tiempos sumerios—, comerciales, jurídicos —códigos legales, compraventa de tierras—, científicos, administrativos y literarios. 
Estos textos, escritos principalmente en alfabeto cuneiforme, fueron hallados no sólo en idioma local —el ugarítico era un pueblo semita—, sino también los grandes idiomas del Cercano Oriente de la época: acadio, sumerio, hurrita, chipriota, luvita y egipcio — estos dos últimos en escritura jeroglífica— lo cual demuestra la estratégica posición de la ciudad, tanto como nudo de comunicaciones terrestres entre Asia Menor y Mesopotamia, como puerta de entrada por vía portuaria de esta ruta comercial hacia otros pueblos del Cercano Oriente.
Este cruce de caminos se desarrolló desde el 6.000 a. C., en tiempos neolíticos, pero especialmente se destacó en el período más tardío e histórico de la ciudad, durante la Edad del Hierro, que hizo que por lo tanto ésta fuese su época más clásica y esplendorosa en población y desarrollo económico y cultural —como se ha indicado, hacia el Siglo XII a. C.
Excavaciones posteriores, en 1958, 1973 en la que se encontraron 120 tablillas y 1994 en la que se encontraron 300 tablillas permitieron detectar respectivamente en cada una de ellas una nueva biblioteca, totalizando cinco las identificadas, con las dos previamente descubiertas del Palacio Real. La colección de tablillas correspondiente a la primera fue vendida en el mercado negro, rescatada casi en su totalidad por el Instituto de Antigüedad y Cristiandad de la Escuela de Teología de Claremont. Su traducción e interpretación científica fue publicada por Loren R. Fisher en 1971.

El Alfabeto Ugarítico y su trascendencia mundial 
El alfabeto ugarítico es un abyad cuneiforme que fue empleado alrededor de 1500 a. C. para representar gráficamente el idioma ugarítico, una extinta lengua cananita, descubierta en Ugarit, en la actual Siria, en 1928. Este sistema de escritura poseía 31 letras. Otras lenguas del área de Ugarit (particularmente la lengua hurrita) también utilizaban este alfabeto.
Las tablas de arcilla escritas en ugarítico constituyen las primeras evidencias de los órdenes alfabéticos levantino y meridional, que más tarde evolucionarían para dar los órdenes del hebreo, griego, y latino por un lado, y el del alfabeto amhárico por otro.
El sentido de la escritura en este sistema era de izquierda a derecha.
En los tiempos en que el alfabeto ugarítico se usaba (aprox. 1500-1300 a. C.), Ugarit se encontraba en el centro del mundo literario, que por entonces incluía Egipto, Asia Menor, Chipre, Creta y Mesopotamia/Elam. El ugarítico combinaba las características más avanzadas de los sistemas cuneiformes y jeroglíficos conocidos; escrituras ambas que habían ido desarrollándose hacia sistemas más silábicos y menos logográficos, en un abyad.
Los estudiosos han buscado en vano prototipos gráficos de los caracteres ugaríticos en el cuneiforme mesopotámico. Recientemente, se ha especulado que el ugarítico podría representar algún carácter del alfabeto proto-semítico, distorsionado debido a la adaptación a la escritura en arcilla con un estilete. Puede existir también en alguna medida influencia del poco entendido silabario de Byblos, al que a veces se califica de "pseudo-jeroglífico".
Un alfabeto que reemplazó a la previamente indicada escritura cuneiforme de origen mesopotámico, emergió en torno al siglo XV a. C. Es motivo de disputa si éste fue el primer alfabeto de la historia, o el fenicio, procedente de una región vecina y vinculada con Ugarit al norte Líbano. Como sea, el ugarítico y el fenicio fueron etapas primigenias del alfabeto semita, que originó a los demás alfabetos del mundo y se consolidó posteriormente con su etapa aramea.
El alfabeto ugarítico, de 30 caracteres, reflejaba mejor la oralidad del idioma ugarítico y de cualquier otro que los jeroglíficos egipcios o las cuñas mesopotámicas, permitiendo abrir el acceso al conocimiento, la literatura y el registro escrito de hechos y obligaciones a un número de población más extenso que el de los escribas, única clase escribiente en éste y otros estados de Oriente hasta ese momento. Esto explica su éxito, tanto local como internacional posteriormente. Fue toda una revolución, dispersa por el mundo luego por los fenicios primero, y en contacto con estos, griegos —hacia Occidente— y arameos —hacia Oriente—, después.

Textos:

La leyenda de Dan-El o Aqhat es una antigua epopeya semítica occidental que narra la infructuosidad de la tierra durante los meses sin lluvia de verano, de la cual sólo se conocen fragmentos de tres placas que se encontraron en una excavación hecha al norte de Siria y que datan del siglo XIV a. C.
Es el registro del nacimiento de un príncipe llamado Dan-El, que siendo joven heredó un arco que era ambicionado por la diosa Anat y al tratar de robárselo, asesinó a Dan-El. Su muerte trajo hambruna y su padre y hermana salieron a vengarlo, pero en esa parte de la historia es donde se corta el texto, quedando incompleta la narración.
Placa que contiene una parte de la leyenda de Dan-El (Museo del Louvre).

Reyes Ugaríticos del período clásico, acorde las fuentes cuneiformes encontradas.
Ammittamru I ????-1349 
Niqmaddu II 1349-1315 Contemporáneo de Suppiluliuma I de los hititas

Arhalba 1315-1313 
Niqmepa 1313-1260 Tratado con Mursili II de la hititas , Hijo de Niqmadu II,
Ammittamru II 1260-1235 
Ibiranu 1235-1220 destinatario de la carta de Piha-walwi
Niqmaddu III 1220-1215 
Ammurapi 1215-1185 
Yagurum II 1185-1175 (Período de destrucción y anarquía. Solo logró reinar en algunas épocas de este período).

Ammittamru I (Conocido por algunas fuentes como Amishtammru I o Amistammru I) era un rey de la antigua ciudad siria de Ugarit que gobernó ca. 1350 BC. 1350 a.C. 
La primera mención de él es EA 45 enviada por Ammittamru I a Egipto, ya sea en el último reinado de Amenophis III  o en los primeros años de Akhenaton. La carta dañada incluye promesas enfáticas de lealtad a Egipto, ya que se dice que la ocasión es las repetidas amenazas de un rey de una tierra cuyo nombre está roto, se dice que es posible de los hititas debido a su larga lucha con los egipcios. Otro buen ejemplo para esas cartas que muestran la sumisión a Egipto es KTU 2.23 = RS 16.078 + .15-24 enviado a un faraón contemporáneo que dice: 
... Y yo [su siervo] que ruega [por la vida] al Sol, el gran rey, mi señor. Entonces, ¿no rezaré por la vida de su alma ante Baal Saphon, mi señor, y la longitud de los días para mi señor ante Amón y ante los dioses de Egipto que protegen el alma del Sol, el Gran Rey, mi señor? 
Después de su muerte, fue sucedido por su hijo, Niqmaddu II.

Niqmaddu II era el segundo gobernante y rey ​​de Ugarit, reinando 1350-15 a.C (o posiblemente alrededor de 1380-46 a.C) y sucediendo a su padre menos conocido, Ammittamru I. Tomó su nombre del gobernante amorreo Niqmaddu, que significa " Addu ha vindicado" para fortalecer los supuestos orígenes de su dinastía ugarítica en los amorreos. 
Aunque se desconoce la fecha exacta de su ascensión al trono de Ugarit, podría ser un contemporáneo tanto de Akhenaton como de Tutankamón  el gobernante hitita Shuppiluliuma I, y era un vasallo de este último. Tenía buenas relaciones con Egipto, y concedió a los amorreos en una disputa sobre la región Shiyannu a principios de su reinado. Comisionó el ciclo de Baal acerca del dios Haddu / Ba'al, y tuvo un hijo, Niqmepa. 
En EA 49, Niqmaddu II aparentemente pidió a un médico egipcio ya dos asistentes del palacio de "Cush", el enviado egipcio a Ugarit. 
Se identifica en sirio en un vaso de alabastro junto con una mujer vestida de corte egipcia, sin embargo, el nombre de la mujer en el jarrón, si alguna vez se indica, no se conserva y se menciona en el ciclo de Baal como rey nqmd. Él fue sucedido brevemente por Ar-Halba. 

Niqmepa (murió en 1270 a.C) fue el quinto de último rey de Ugarit. Niqmepa fue un contemporáneo de Mursili II y Hattusili III, los grandes reyes hititas, así como Horemheb y Seti I de Egipto. Su reinado está bien documentado por textos cuneiformes encontrados en Ugarit. Gobernó durante unos cincuenta años (alrededor de 1320-1270 a.C) convirtiendo su reinado en uno de los más largos de la historia de Ugarit. Era el hijo de Niqmaddu II, y el hermano y sucesor de Arhalba. Arhalba sólo gobernó durante dos años y fue obligado a abdicar en favor de su hermano por el rey hitita Mursili II después de su fracasado intento de reprochar a Egipto por una alianza contra los hititas. 
Niqmepa fue instalado por el rey hitita Mursili II después de forzar al ex rey, su hermano Arhalba a abdicar el trono a favor de él y se vio obligado a firmar un nuevo tratado declarando explícitamente que Ugarit era un estado vasallo de los. El tratado revela que Niqmepa tenía un harén, e indica que su mujer y sus hijos serán responsables si falla en el cumplimiento de sus obligaciones. Al mismo tiempo Ugarit perdió el control del territorio de Shiyannu al este, que redujo a la mitad el área controlada por Niqmepa. La secesión fue confirmada por Mursili II y Shiyannu fue colocado bajo el control directo de Carchemish, que fue gobernado por los descendientes de reyes hititas como "virreyes". Sin embargo, debido a la pérdida de Shiyannu, ya petición de Niqmepa, el tributo de Ugarit se redujo en un tercio. Durante el reinado de Niqmepa, Ugarit quedó enteramente rodeado de zonas bajo control hitita. 
Niqmepa se casó con la princesa Ahatmilku, del reino de Amurru al sur. Después de un largo reinado de unos 50 años como vasallo de cuatro sucesivos reyes hititas, Niqmepa fue sucedido por su hijo, el menos conocido Ammittamru II.

Ammistamru II, Rey de Ugarit (ca. 1270-1230 a.C.).
(Amttmr o Am-mi-is-tam-ru) Rey de Ugarit (Ras Shamra), hijo del rey Niqmepa y de Akhat-Milki II, reina que ejerció la regencia durante los primeros años del gobierno de Ammistamru II, el cual pudo hacerse con el poder gracias a que a sus hermanos mayores (Hishmi-Sharruma y Arar-Sharruma) se habían exiliado a Chipre tras ser compensados con parte de su herencia paterna.
De Ammistamru II, casado con una hija de Benteshina, rey de Amurru, ha llegado numerosa documentación que nos habla de problemas de tipo personal: divorcio de su primera esposa, acordado al parecer por razones políticas y resuelto por la decisión de Ini-Teshup, rey de Karkemish, y Tudkhalijas IV, rey de Hatti; nuevo matrimonio con otra princesa de Amurru y subsiguiente divorcio de ésta, motivado ahora por las relaciones adúlteras de ella. Asimismo, otra serie de documentos que recogen problemas de tipo económico y judicial acaecidos durante su largo reinado, causados por los mercaderes extranjeros que actuaban en Ugarit, así como algunos aspectos de la relación mantenida con otros reinos de Siria, entre ellos Siyannu, controlado por Ari-Teshub y luego por Shapili. Sin embargo, la documentación más importante, históricamente hablando, es de carácter diplomático, sobre todo la mantenida con los reyes de Karkemish y de Hatti. Tales potencias dispensaron a Ammistamru II de sus obligaciones militares hacia Asiria, contraídas tiempo atrás por un acuerdo pactado entre Mursilis II y Niqmepa, el padre de Ammistamru II, a cambio de compensaciones pecuniarias (entrega de cincuenta minas de oro), circunstancia que habla de la riqueza del país y del escaso poderío bélico ugarítico que, aunque había sostenido algunas acciones militares contra el reino de Mukish, luego se había mostrado incapaz de controlar la amenaza de los nómadas umman-manda, según deja ver una carta del rey Shaushga-muwa de Amurru, enviada a Ammistamru II. Personajes importantes de su reinado fueron Rap'anu, que ha pasado a la historia por su extraordinario archivo personal; Sinaranu, rico mercader que fue tesorero real; Takkhulimu, intendente de palacio y favorito de la reina; y Amtarunu, mercader que controló las salinas del reino y algunas pequeñas ciudades. Al rey Ammistamru II le sucedió su hijo Ibiranu (legalmente le correspondía ser sucesor a Utri-Sharruma, el hijo mayor, tenido de la hija de Benteshina).

Ibiranu (reinado en 1235 a.C - C. 1225/20 a.C) fue el sexto rey de Ugarit. Era el segundo hijo mayor de Ammittamru II. El hermano mayor de Ibiranu y heredero aparente al trono, Utri-Sarruma, decidió dejar el reino cuando el matrimonio de su madre fue anulado, e Ibiranu se convirtió en el siguiente rey de Ugarit. Fue un contemporáneo de Tudhaliya IV y Arnuwanda III de Hatti. Como estado vasallo de Hatti el rey era responsable ante el virrey en Carquemis. 
Después de que él se convirtiera en rey, Ibiranu no se presentó al señor de Hatti como el protocolo diplomático de un estado vasallo le requirió hacer. Su fracaso al hacerlo, y enviar valiosos regalos para compensar su error suscitó preocupación y recibió varias cartas de reprimenda del virrey local, Ini-Teshup, y el hijo del rey, Pihawalwi. Las cartas, descubiertas entre las tablillas cuneiformes encontradas en Ugarit, también revelaron que Ibiranu no envió suficientes tropas para participar en las campañas del rey. Ante la sospecha de que Ibiranu guardaba sus mejores carros en Ugarit, una carta del virrey de Carquemis indica que un inspector del rey Hatti sería enviado a Ugarit para verificar el número de tropas a disposición de Ibiranu. La renuencia del rey a presentar su lealtad a los hititas parece sugerir una pérdida de confianza en su protección. Esta explicación es corroborada por una carta encontrada en los archivos ugaríticos dirigidos a Ibiranu por el rey asirio Tukulti-Ninurta I, describiendo la gran derrota que infligió a los hititas en el norte de Mesopotamia.

Niqmaddu III fue el séptimo gobernante conocido y rey ​​de Ugarit, reinando de 1225 a 1220, sucediendo al rey Ibiranu. Tomó su nombre del gobernante amorreo Niqmaddu, que significa " Addu ha vindicado" para fortalecer los supuestos orígenes de su dinastía ugarítica en los amorreos. 
Un texto de los archivos urtenu menciona que estaba casado con una princesa hitita sin nombre. Se menciona en muchos textos jurídicos, sobre todo en un litigio entre él y "Kumiya-Ziti", probablemente un rico comerciante de Ura. El autor de la tableta es "Nu? Me Rašap?", Que se detalla como un conocido escriba que se conocía desde los días de Ammittamru II, y otro texto legal lo detalla, el "Caso de Kililya el sacerdote de Istar", que es atestiguado por los mismos testigos y escrito por el mismo escribano. 

Ammurapi fue el último gobernante y rey ​​de la Edad del Bronce (aproximadamente 1215 a 1180 a.C) de  Ugarit. Ammurapi era un contemporáneo del rey Hittite Suppiluliuma II. Él escribió una carta vívida preservada (RS 18.147) en respuesta a una súplica para la ayuda del rey de Alashiya. La carta destaca dramáticamente la situación desesperada que enfrenta Ugarit mientras que también fue atacada por los pueblos invasores del mar. 
Ammurapi escribió: 
Mi padre vio que vinieron los barcos del enemigo (aquí); mis ciudades (?) fueron quemadas, e hicieron cosas malas en mi país ¿No sabe mi padre que todas mis tropas y carros están en la tierra de Hatti y que todas mis naves están en la tierra de Lukka? ... Así, el país se abandona a sí mismo. Que mi padre lo sepa: las siete naves del enemigo que vinieron aquí nos infligieron mucho daño. 
Ugarit se convertiría en uno de los muchos estados del Próximo Oriente Antiguo que fueron destruidos o abandonados durante el colapso de la Edad de Bronce. 

Comercio:
Documentos descubiertos en Ugarit mencionan una amplia gama de productos comerciales. Entre esos son los productos alimenticios como el trigo, aceitunas, cebada, dátiles, miel, vino y el comino; metales tales como cobre, estaño, bronce, plomo y hierro (entonces consideradas como raras y valiosas) se negociaron en forma de armas, buques o herramientas, comerciantes en ganadería negociados en caballos, burros, ovejas, vacas gansos y otras aves. The Levant's forests made timber an important Ugaritic export: the customer could specify the desired measurements and variety of the needed timber and the king of Ugarit would send the timber logs of appropriate size. Levante los bosques del hecho de madera de exportación ugarítico importante: el cliente puede especificar las medidas deseadas y la variedad de la madera necesaria y el rey de Ugarit enviaría la madera en troncos de tamaño apropiado. For example an order from the king of nearby Carshemish goes as follows: Por ejemplo, una orden del rey de la cercana Carshemish es la siguiente: 
Así dice el rey de Carshemish Ibirani al rey de Ugarit: 
Ahora las dimensiones de longitud y ancho-He enviado a usted. 
Enviar dos enebros de acuerdo con esas dimensiones. Que sean siempre y cuando el (Especificado) de largo y tan ancho como el especificado) manga. 
Otros objetos de comercio incluidos los dientes del hipopótamo, colmillos de elefante, las cestas, las escalas, los cosméticos y el vidrio.  Y, como cabe esperar de una ciudad rica, los esclavos constituían un comercio de productos básicos también. 
Carpinteros han producido camas, cómodas, muebles de madera y otros.  Otros artesanos trabajaron en los arcos y la conformación de metales.  Hubo un sector marino que producen los buques no sólo para los comerciantes ugarítico, sino también para las ciudades marítimas, como Biblos y Tiro. 
Los objetos del comercio provino de grandes distancias, desde lugares tan lejanos como Afganistán al este, y desde el oeste tan lejano como África central. 
Los comerciantes de Ugarit recibido promociones en forma de concesiones de tierras a cambio de sus actividades comerciales empresa en el nombre del rey, aunque su comercio está lejos de limitarse a hacer ofertas para la monarquía. Se nos dice, por ejemplo, de un grupo de cuatro comerciantes conjuntamente invertir un total de 1000 shekels por una expedición comercial a Egipto. Por supuesto, es un comerciante que en el extranjero no era libre de riesgo. Registros ugaríticos mencionan las compensaciones a los comerciantes extranjeros muertos en ella o en otras ciudades. La importancia del comercio para el rey de Ugarit era tal que habitantes de las ciudades se hicieron responsables de la seguridad de los comerciantes extranjeros hacer negocios en su ciudad.Si un comerciante fueron robados y asesinados y los culpables no fueron capturados, los ciudadanos tuvieron que pagar una indemnización. 
Como era de esperar, Ugarit fue una ciudad muy cosmopolita. Los extranjeros que residían allí, así como algunos funcionarios diplomáticos, entre los hititas, los hurritas, los asirios, los cretenses y chipriotas. La existencia de muchos extranjeros lo llevó a una floreciente industria de bienes raíces y la intervención del Estado para regular la industria. 
Alrededor de 1200 a.C. el área experimentó una reducción de población campesina y por lo tanto una reducción en los recursos agrícolas. La crisis tuvo consecuencias graves. De la ciudad-estado de la economía  era débil, la política interna se vuelva inestable. La ciudad fue incapaz de defenderse. La antorcha pasó a las ciudades marítimas del sur de Ugarit, tales como Tiro, Biblos y Sidón. El destino de Ugarit fue sellado alrededor de 1200 aC con la invasión de "La Gente del Mar" y la destrucción que siguió. The city disappeared from history thereafter. La ciudad desapareció de la historia a partir de entonces. 
La destrucción de Ugarit marcó el final de una etapa brillante en la historia de las civilizaciones del Medio Oriente. 

Los dioses de Ugarit 
El concepto de divinidad y sus diferentes manifestaciones en la cultura antigua, así como la expresión de la relación del hombre con la divinidad, nos son presentados en documentos escritos, sean en la literatura mitológica o en textos relacionados con el culto. También hay restos arqueológicos (templos, estelas, relieves, objetos de culto, sellos, pinturas). No es fácil hacer una síntesis de todos estos datos, pero de todas maneras es necesario comprender el concepto/función que los creó tanto en forma de literatura como de liturgia. Cada uno arroja luz sobre el otro, aunque como un todo la mayor importancia y claridad están en los datos escritos. Por otro lado, los nombres divinos están atestiguados de manera significante en los nombres personales y de lugares, que es como la religión popular encuentra su expresión.
Estas fuentes nos ofrecen tres diferentes niveles del concepto y función de la religión en las culturas. 
Los textos mitológicos reflejan, generalmente hablando un universo teológico con su correspondiente panteón, el cual se puede definir como dogmático, que intenta expresar una ideología con respuestas a las preocupaciones de la existencia. Muchas veces toman la forma de paradigma de una teogonía, cosmología o escatología que tratan de resolver cuestiones concernientes al origen, función y fin de la vida humana y del mundo real. Sus protagonistas son básicamente los grandes dioses primitivos cuya conducta sigue modelos fijos estructurales, pues la especulación mitológica es altamente arquetípica. 
Los textos cultuales y los textos administrativos reflejan un propósito religioso que responde, contra un fondo mitológico, a las demandas inmediatas de la vida de los fieles. Esas demandas están incluidas en el culto oficial que las expresa como parte de lo que podríamos llamar un concepto funcional de la divinidad. Este distribuye patrocinio y función entre los dioses en relación con la vida diaria del hombre en su curso natural, el cual, influenciado por la historia y la sociedad, comprende toda una serie de elementos libres y repetibles: como técnica, el culto trata de coordinarlos y controlarlos mediante bien definidos rituales que ponen a los fieles en contacto con el dios apropiado para cada caso, y al mismo tiempo, los conceptos mitológicos se avivan y armonizan. Esos dioses no son necesariamente los dioses grandes y supremos de la mitología, sino a menudo dioses inferiores, en varios grados, especializados. 
Al margen de esta concepción y organización oficial del universo religioso, los fieles exhiben sus propios sentimientos religiosos de manera más fluida y libre en las costumbres del culto familiar o en expresiones de piedad personal. Los nombres personales comprenden uno de los pocos acercamientos a la religión no-oficial. La arqueología, más bien, provee poca ayuda: los restos arqueológicos conectados con la vida diaria no nos dan los nombres de los dioses favoritos de la gente. Este nivel popular del sentimiento religioso también construye su propio panteón en el cual muchos de los elementos naturales que comprenden la existencia alcanzan una naturaleza divina. Los genios y demonios toman un nuevo significado.
Habría que centrarse en tres niveles tal y como son presentados por los textos literarios y cultuales de Ugarit: 
1) el panteón dogmático de las fuentes literarias, mitológicas, y épicas; 
2) el panteón funcional de los textos cultuales; 
3) el panteón canónico de la lista de dioses. El tercer nivel está conectado con el segundo, representa, de hecho, un intento consciente de arreglar el universo religioso en un sistema, pero con un ojo puesto en su uso en el culto, y tiene paralelos en otros universos religiosos del antiguo Oriente Medio. Representa un intento de síntesis, en un sistema, el cual incluye los datos de las concepciones mitológicas y de las prácticas cultuales y trata de construir una especie de credo global del universo divino. La operación es esencialmente sincretista y como tal, extremadamente importante, como la culminación de dar una estructura al tema del panteón de parte de los pensadores y creyentes Cananeos.

Mitología 
El número de dioses mencionados en la literatura de Ugarit es bastante pequeño. Además del grupo de ocho dioses principales, descritos en el ciclo de Baal y Anat, podemos añadir otra media docena de dioses intermediarios, que son menos activos, que se manifiestan en épicas y mitos menos importantes. Hay, también, un amplio número de deidades individuales o grupos no especificados, aproximadamente dos docenas, que son solamente mencionados o no muy activos. 
No hay un principio teogónico claro en la mitología Cananea que comience por un elemento primordial del tipo Egipcio, Mesopotámico, o Griego, en el cual los dioses están relacionados mutuamente siguiendo un modelo generacional. Este patrón implica normalmente un periodo de reemplazo y eliminación hasta que se llega al dios dominante, el cual gobierna a los dioses previos y los eclipsa (Amon-Ra, Marduk, Teshub, Zeus). Aunque permiten variantes, todos los modelos mencionados siguen este principio de sustitución generacional. 
En Canaán (Ugarit), lo divino tiene lugar como establecido en un par primordial (y en este aspecto pro-creativo es idéntico con los modelos tempranos, menos con el modelo Egipcio) del cual todas las otras deidades de la primera generación emanan. Son, por consiguiente, llamados los hijos Ilu  o los setenta hijos de Atiratu. Ningún otro dios engendra dioses y la pareja suprema Ilu-Atiratu permanece suprema en toda la épica y literatura mitológica. 
Detrás de este principio unificador de lo divino en su origen, posiblemente la fuente de una posterior reducción monoteísta, el factor estructural en la función de la divinidad, es un principio cosmogónico/cosmológico que también aparece en los principios teogónicos arriba mencionados. Es, a nivel horizontal, el principio de sustitución/preeminencia entre hermanos, como marcando una estructura de lo divino que no es otra sino la proyección del orden natural y con la gran importancia para la existencia humana que un patrón de tipo familiar tiene. Como resultado de esta proyección, un patrón es claramente establecido, peculiar a la mitología Cananea, pero ya implícito de alguna manera en el modelo generacional más temprano: el doble modelo del dios supremo/dios inmediato o más cercano, y del padre de los dioses/rey de los dioses. Sin embargo, no es un usurpador por naturaleza, como parecerá en la práctica del culto y en la lista de dioses. 
Como resultado de esta organización cosmológica de lo divino, tres deidades principales sobresalen de entre los hijos de Ilu, correspondientes a las tres regiones que rodean la tierra: cielo/mar/mundo subterráneo (Ba´lu/Yammu/Môtu, con el epicentro del patrón y del conflicto mitológico resultante alrededor de Ba´lu y su aparición como dios protector que están fuertemente ligadas al predominio vital de la lluvia en Siria-Palestina dentro del Medio Oriente. Esto en contraste con otras regiones donde la presencia de grandes ríos relega la lluvia a un segundo lugar, y lo mismo se aplica para con el dios de la tormenta, aunque está atestiguado en otros panteones. En esos panteones, la función de dios personal es más compartida y toma la forma de un dios patrón tutelar de cada lugar particular, distribuyendo entre las grandes figuras del panteón poderes más generalizados que son igualmente necesarios. En Siria-Palestina, la naturaleza tutelar de la deidad es desarrollada particularmente por el uso múltiple del mismo epíteto (e.g., los Baales locales).
La interrelación de esos tres dioses es de conflicto y guerra para ser declarado rey de los dioses y de los hombres/tierra, como diputado del dios supremo y garantía del orden cósmico de la vida natural y social, completamente dependiente del ciclo estacional. Este conflicto/declaración es el tema básico de la mitología Cananea de Baal, de su ciclo estándar o clásico. A medida que este conflicto se desarrolla, mediante la confrontación entre los dioses, dos grupos están en clara oposición el uno contra el otro dentro del panteón: los colaboradores y los oponentes de su respectivo rival. Sin embargo, puesto que el conflicto es de hecho una lucha entre Ba´lu, y el resto, el panteón es dividido en dos sub-grupos: la familia de Ilu y la asamble de Ba´lu (KTU 1.39:7). 
A este respecto, también hay que tener en cuenta la actitud especial de la pareja primordial hacia los rivales de Ba´lu y el lugar que ocupan en el panteón.
Se repite varias veces que Yammu es el hijo y amado de Ilu, quien depende de su favor para alcanzar la realeza en el momento de su confrontación con Ba´lu. La diosa madre tiene el título atrt ym, Atiratu del Mar. 
La relación del principio primordial con el elemento acuoso en la mitología/teogonías del antiguo Oriente Medio es generalmente conocido. Môtu es también llamado el hijo y amado de Ilu, disfruta al principio de su aquiescencia en el intento de subyugar a Ba´lu. Ba´lu, sin embargo, no es referido como hijo y amado de Ilu, mucho menos de Atiratu, puesto que es marginalmente incluido de manera genérica entre los setenta hijos de la diosa. Más bien, hay indicios de oposición entre Ba´lu y sus hijos. 
Ciertamente, se afirma equivalentemente que su padre es Ilu. Hay otros elementos que entran en juego a este respecto. Ba´lu parece ser el hermano/esposo de Anatu, quien le ayuda de manera decisiva en su proclamación como rey y es también, repetidamente, reconocida como hija de Ilu. Sin embargo, la falta de evidencia textual, aparte de las afirmaciones genéricas referentes a todos los dioses, y la claridad estructural que, sin embargo, lo afirma como hijo de Ilu-Atiratu, posiblemente encierra algo más: la naturaleza advenediza-sincretista de la presencia de Ba´lu en el panteón de Ilu o, posiblemente, la emergencia de dos panteones, uno Amorreo, el otro Cananeo, uno de Ilu y el otro de Daganu. 
Este hecho tiene su reflejo en la serie de nombres dobles para las principales deidades: la pareja (Ilu/Daganu) sería similar a (Iltu/Atiratu), (Ba´lu/Hadadu), ´nt/´ttr (Anatu/Attartu).
En principio, este doble nombre no es unívoco: algunas veces denota el doble nombre de un solo dios, quizá originalmente dos, (Kôtaru-wa-Hasisu); y otras veces, implica dos individuos que actúan “en tandem”, (Qadisu/Amraru) o (Gapnu/Ugaru); algunas otras veces, presupone dos dioses separados con características similares, quizá en el proceso de ser combinados, (´Anatu/Attartu).
En adición, en el organigrama del panteón de Ugarit en términos de función, hay un dios que no está es fácilmente incorporable dentro de ninguno de los parámetros mencionados (ni tampoco es llamado explícitamente hijo de Ilu) y cuya actividad representa una fuerza independiente que trasciende incluso el poder de la deidad suprema: es el dios de la magia mencionado arriba, Kôtaru-Hasisu. No se le conoce filiación paternal de ninguna clase; sin embargo, es un factor decisivo en la primera batalla de Ba´lu para la supremacía aunque no en la segunda. Es como si lo mágico no tuviera poder contra la muerte y solo el amor y la sabiduría pudieran subyugarla; pero sí tiene poder, no obstante, contra otras cosas: la furia del mar, la enfermedad, animales salvajes etc. 
Significativo a este respecto es la presencia y actividad de Sapsu, la diosa Sol, en la mitología de Baal, con su ambigua y trascendente función respecto a sus rivales. Ella representa el aspecto astral, tan pobremente incorporado dentro del Ciclo de Baal y desarrollado solamente en una extensión limitada en los mitos menores. De manera similar, la región del mundo subterráneo, tan de cerca conectada con el dominio astral precisamente mediante el carácter de la deidad solar, se incorpora solo a trazos en la mitología en conexión con Môtu y su dominio. El sol, la Linterna de los dioses, aparece tanto al mandato de Môtu como actuando a favor de Ba´lu contra sus rivales, Attaru y el mismo Môtu. Sustituye a Kôtaru como factor decisivo en el desenlace del conflicto final (Ba´lu – Môtu), el efecto, por lo tanto, de la persuasión y consejo de la sabiduría (como en el caso de la aspiración al trono por parte de ´Attaru), no la fuerza. 
En cuanto a ´Attaru como el cuarto rival posible en la lucha por el poder entre los dioses, su papel permanece reducido al de un payaso, cuyas acciones no van más allá de las palabras. Su posible papel como dios de la irrigación artificial es insignificante en Siria-Palestina. 
La mitología Cananita-Ugarítica es una síntesis especial, diferente de aquellas conocidas en otras partes del antiguo Oriente Medio y determinada por factores específicos geográficos y sociales: localización en la costa, dependencia de la lluvia, y organización monárquica y feudal del estado. No obstante, esta dependencia de la situación actual la hace inacabada e incompleta en tanto que una reflexión del universo religioso Cananeo, más allá del proceso de proclamar a Ba´lu como rey de los dioses. Para una representación más apropiada se puede distinguir entre lo que puede ser definido el sistema estándar del Ciclo de Baal (KTU 1.1-6) y el sistema secundario de los mitos menores. Esos mitos menores describen aspectos funcionales de las tres regiones mencionadas arriba: la región de Baal o de fertilidad de la tierra (KTU 1.10-11, 1.12, 1.13), la región astral (KTU 1.23, 1.24), y la región del mundo subterráneo (KTU 1.20-22). 

El mundo subterráneo incluye un aspecto complementario de lo mitológico: convertir a los muertos en héroes o dioses, como en otras mitologías. 
La literatura épica, por el contrario, no provee de bastantes datos para un panteón con una estructura especial. En este aparecen las principales deidades, Ilu, Atirattu, Ba´lu, y Kôtaru. Sus funciones se muestran en relación a las vicisitudes del héroe humano, pero dentro de la jerarquía asumida por el Ciclo de Baal estándar. Incluido en esto, aparece con completa claridad la determinativa y principal intervención de Ilu, quien relega a Ba´lu al fondo de la escena (mediación); él es el dios activo e inmediato. En términos de la historia de las religiones esto ha de ser interpretado como una expresión literal de que es más temprana que el ciclo de Baal, en contra de la opinión corriente. Otras deidades son mencionadas aunque no juegan papel principal (Raspu, Yammu, Horanu) y entre estos una nueva pareja: Ilsu, el heraldo de los dioses (también conocido en los textos rituales), su esposa, una carácter semidivino llamada Yatipanu, y el genio mágico Sa´tiqatu. 
En tomo al tercer cuarto del siglo XIV a. C, probablemente entre los años 1370 y 1350, tuvo lugar en Siria un suceso de extraordinaria importancia para la historia de la cultura humana. En esta época, en efecto, Niqmaddu II, reyezuelo de Ugarit (actualmente Ras Shamra, en la costa siria cercana a Chipre)' decidió construir un archivo en el que recoger los textos más importantes de la tradición mitológica y cultural de aquella región. El lugar elegido fue, significativamente, la acrópolis de la ciudad, precisamente el edificio llamado por los arqueólogos "Biblioteca del Gran Sacerdote", entre los dos grandes templos urbanos atribuidos convencionalmente a los dioses Baal y Dagánl No conocemos las razones precisas que indujeron al rey Niqmaddu a tomar tal decisión. Es posible, en teoría, que la exigencia de construir una especie de "biblioteca sagrada" estuviera ligada a la catástrofe (terremoto o incendio) que había afectado a Ugarit en la época de el-Amarna, en la que quedó destruido el palacio real, célebre en todo el antiguo Oriente. Es posible que también las "bibliotecas" o "archivos" de la ciudad quedaran dañados o, incluso, destruidos'. El rey de Ugarit hizo entonces escribir una selección del patrimonio religioso local sobre tablillas de arcilla, al uso mesopotámico. Sin embargo, sin duda a causa del contenido de los textos, sobre las tablillas no se usó la lengua acadia (lengua diplomática y de cultura por excelencia en esta época). Los textos mitológicos de tradición siria fueron redactados en ugarítico, lengua local (semítica occidental), usándose por primera vez un sistema gráfico de tipo alfabético, con treinta letras representadas mediante signos cuneiformes.
En la gran biblioteca de la acrópolis los arqueólogos han descubierto los más importantes textos mitológicos de la religión ugarítica: los episodios del ciclo de Baal, las historias de Kirta, Daniel y Aqhat, el texto mítico-ritual de Shahar y Shalim y el del dios lunar Nikkal, además de toda una serie de textos rituales y cultuales redactados siempre en ugarítico (además de varios textos lexicográficos mono- y multilingües). De esta empresa ordenada por el soberano ugarítico conocemos otro protagonista, del que tenemos documentados nombre y función. Se trata de Ili-malku, importante personaje responsable de la redacción de los mitos de Baal y de Kirta. Dos colofones'' dan prueba de que no se trataba de un simple escriba, puesto que Ilimalku no sólo se limitó a escribir los textos, sino que, como sugieren sus numerosos títulos y su posición en la corte ("Adivino", "Jefe de los Sacerdotes", "Jefe de los Pastores", "Celebrante litúrgico" del rey de Ugarit) debía ser la autoridad suprema en materia de tradiciones religiosas. Gracias a él se nos ha trasmitido un material de extremo valor para el conocimiento de la mitología y de la vida religiosa ugarítica, representativo sin embargo de un área bastante más amplia que la abarcada por el pequeño reino de Ugarit. Ideologías, complejos de creencias, ritos, temas míticos que emergen de tales textos constituyen una especie de "punta del iceberg" de un riquísimo patrimonio cultural siro-palestino de gran antigüedad y vasta difusión, con múltiples variantes y tradiciones locales desgraciadamente perdidas. En este sentido, los indicios son numerosos e inequívocos, ya sea retrocediendo en el tiempo hasta la civilización de Ebla, en la Siria interior del III milenio, ya sea avanzando hacia el I milenio y las tradiciones arameas, fenicias o hebraicas. Personajes, motivos, concepciones, los mismos usos lingüísticos, muestran una notable continuidad de fondo que debe ser indagada para distinguir las modalidades de transmisión, adaptación o innovación que caracterizan las varias civilizaciones y las diversas fases internas de una misma cultura. No es necesario insistir demasiado sobre el hecho de que la tradición mitológica-ritual siropalestina merece una atención particular, sobre todo, entre otras muchas razones, porque fue la cuna de las tradiciones que, a través de complejas mediaciones, fueron recibidas al menos en parte por la literatura vetero y neotestamentaria. Los estudios en este campo han demostrado qué profundo fue el influjo ejercido por la cultura local sobre la religión hebrea y también sobre el subsiguiente cristianismo. Entre los varios ejemplos señalables, pondremos aquí en relevancia tan sólo el influjo ejercitado por la personalidad y el culto de El y Baal sobre la figura del dios de Israel, que asimiló muchos aspectos y prerrogativas de ambos: en el caso del primero, incluso una de sus denominaciones (El); en el caso del segundo, una parte notable de la morfología de "dios de la tormenta", aunque al mismo tiempo Baal fuera tomado como el adversario emblemático e irreductible de Yahweh. Todo esto al nivel de la teología oficial, porque en la religión de los comunes mortales, al menos hasta una cierta época, predominaba un sereno sincretismo en el cual la devoción por Yahweh debía convivir junto a aquella por Asherah, su esposa cananea, por el mismo Baal y por muchas otras figuras menores, cuyo destino acabaría siendo el de transformarse o en acólitos del Dios de Israel, o en figuras "demoniacas", combatidas, vencidas y destruidas por é! o subordinadas a sus órdenes'.

Pero volvamos a la mitología ugarítica, para recordar brevemente dos de sus aspectos fundamentales. De un lado, este sistema religioso revela que en lo alto del panteón existía una diarquía de poderes. La autoridad carismática (pero a menudo todavía operativa) de El, antiguo creador del cosmos y padre de las generaciones divinas, y la fuerza y el coraje de Baal, campeón de los dioses y defensor del orden cósmico. La armonía complementaria entre los poderes de El y Baal —diversos en la historia y en las formas en las que se explican— son la única garantía para el funcionamiento y la continuidad de la organización cósmica: del punto de vista humano, estos dos dioses deben cooperar para que el modelo cultural elegido por aquella sociedad prospere y pueda perpetuarse sin ser amenazado por las fuerzas del caos. Estas últimas son representadas en primer lugar por Mot, el dios de la muerte, después por Yam, el "espíritu" de las aguas libres y devastadoras, además de otra serie de figuras menores que aportan cada una males de distinto nivel (enfermedad, hambre, sequía, guerra, etc.). Algunos de estos "archi-enemigos" fueron ya vencidos, en una época remota, por Baal, respaldado por su hermana Anat, como queda de manifiesto especialmente en un fragmento mitológico en el cual la diosa recuerda las victoriosas empresas comunes: 
 "¿Qué enemigo se ha levantado contra Baal, qué rival contra el Auriga de las nubes? Yo he abatido ya al amado de El, Yam, ya he aniquilado a Nahar, dios de las aguas inmensas, ya he amortajado a Tannin, he cerrado su boca, ya he abatido a la serpiente tortuosa, Shaliyat de las siete cabezas, he abatido al amado de El, Arish, he destruido al ternero divino, Aük, he abatido a la perra divina, Ishat, he aniquilado a la hija de El, Dhabib
"¿Qué enemigo se ha levantado contra Baal, qué rival contra el Auriga de las nubes? Yo he abatido ya al amado de El, Yam, ya he aniquilado a Nahar, dios de las aguas inmensas, ya he amortajado a Tannin, he cerrado su boca, ya he abatido a la serpiente tortuosa, Shaliyat de las siete cabezas, he abatido al amado de El, Arish, he destruido al ternero divino, Aük, he abatido a la perra divina, Ishat, he aniquilado a la hija de El, Dhabib" (KTU 1.3 III 37-47).

Vale la pena poner de relieve un segundo aspecto fundamental de esta tradición mitológica, el leit-motiv que reaparece y caracteriza casi todas sus historias: la dialéctica entre la vida y la muerte, entre las fuerzas positivas de la continuidad y aquellas negativas de la destrucción. No es posible alargarse aquí en una detallada exposición de todos los episodios, pero es imprescindible reconsiderar brevemente la figura y las empresas del dios Baal, una figura tan característica en este sentido (sobre los modos precisos volveremos en seguida) que si Sir J. G. Frazer hubiera podido conocer los textos de Ugarit (Ras Shamra no fue descubierta hasta 1929). Debemos por tanto contar sucintamente la trama de su mito, deteniéndonos en particular en los episodios que determinan, de un lado, su derrota y desaparición en los infiernos; de otro, su vuelta triunfal y su proclamación definitiva como campeón y rey de los dioses. 

Baal acaba de triunfar sobre el terrible Yam, el Príncipe-Mar, divinidad caótica ligada con transparencia a las aguas marinas y fluviales. Ha cumplido así una empresa fundamental de ordenación cósmica y ha establecido a la vez su propia soberanía universal. Ha conseguido que se le construyera un palacio espléndido, signo tangible de una realeza conquistada a alto precio, y allí, para celebrarlo, invita a un banquete a todos los dioses. Pero la tranquilidad es sólo momentánea. Una nueva y terrible amenaza se perfila en la figura de Mot, personificación de la muerte, que está a punto de introducirse en el palacio de Baal a través de una apertura que el mismo dios ha querido. Mot, eternamente hambriento de vida y de vidas, desafia a Baal, con la intención de imponer al universo su ley de disolución y aniquilación indiscriminada. Vive en un lugar subterráneo descrito como una gigantesca y polvorienta tumba. Su único objetivo es matar y devorar cualquier ser vivo, sin considerar si su naturaleza es humana o divina. Su mensaje amenazante hace estremecerse a Baal y al resto de los dioses: 
"j Yo mismo ahora te devoraré, te comeré trozo a trozo las entrañas apuñados! Descenderás a las fauces del divino Mot, en lo hondo del amado de El, el fuerte!" (KTU 1.5 1 33-35 e par.). 

El destino de Baal está firmado: debe rendirse, descender en el vientre de Mot, decir adiós a la vida. Resulta especialmente importante que todo ello suceda "cuando se agoste el olivo, los dones de la tierra y los frutos de los árboles" (KTU 1.5 II 4-6). Tenemos aquí una alusión explícita al verano, en el que la naturaleza parece suspender su exuberante vitalidad, y a la llegada de la sequía, un aspecto "ferülístico" presente de modo innegable en el mito pero que, como veremos, está lejos de agotar sus diversas y profundas implicaciones o de constituir su única clave de lectura. Baal renuncia por tanto a defenderse y se declara esclavo de Mot. A pesar de las varias lagunas textuales, se comprende sin embargo que aquí no termina todo: de algunas alusiones fragmentarias se deduce que Baal es convocado por El y recibe del sabio padre de los dioses toda una serie de órdenes o consejos, que parecen estar dirigidos a evitar que la desaparición de Baal en las fauces de Mot provoque el final de la vida sobre la tierra, tan fatal para los hombres como para los dioses. Las primeras palabras legibles después de la laguna mencionan un "ternero", hijo de Baal, que deberá continuar garantizando la fecundidad; después se alude a ritos de sepultura de Baal, que deberá llevar en el más allá a sus hijas, sus poderes, sus energías vitales: 
"Tú sin embargo toma tus nubes, tu viento, tu relámpago, tu lluvia, lleva contigo tus siete pajes, tus ocho sirvientes, lleva contigo a Pidray, hija de la luz, lleva contigo a Talay, hija de la lluvia. Dirígete entonces hacia el monte Kankanay, escala el monte con las manos, la altura con ambas palmas, y desciende en la "Morada de reclusión" del más allá. Te contarás entre los que descienden al más allá y los dioses sabrán que estás muerto" (KTU 1.5 V 7a-17a).

Baal desaparece engullido por Mot. El universo entra en crisis. Los hombres y los dioses lloran al dios dándolo por muerto. El mismo dios supremo, El, preso de la desesperación de los rituales de luto, dice: 
Baal ha muerto! ¿Qué será de las gentes? ¡El hijo de Dagán! ¿Qué será de las multitudes? ¡Tras Baal yo mismo descenderé al más allá!" (KTU 1.5 VI23-25).

Es fundamental tener presente aquí que el texto usa explícitamente el verbo que, en las diversas lenguas semíticas, significa "morir". Naturalmente, morir es diferente para un dios que para un hombre. La revancha, el retomo, se anuncia ya: la fiel Anat prepara el desquite. Movida por un amor más fuerte que la muerte, la diosa, ayudada de la divinidad solar Shapash, busca tenaz y encuentra el cuerpo de su hermano entre los terrones de la tierra, lo lleva a la cumbre del monte divino, el Sapanu, y lo sepulta celebrando un grandioso sacrificio funerario. Mientras tanto, privados de un rey, los dioses intentan sustituir a Baal poniendo sobre su trono a Athtar que, más dotado de inteligencia que de fuerza, no es apropiado para la misión. En este momento llega la venganza de Anat. Empujada por la fuerza de la desesperación, animada de una fe ciega, encuentra y se enfrenta a Mot cara a cara, destruyéndolo sin resistencia aparente por parte de este último:
"Agarra entonces (Anat) al divino Mot: con el cuchillo lo corta, con el bieldo lo avienta, con el fuego lo quema, con un molino lo tritura por los campos lo esparce, <por el mar lo esparce>'. Su carne la comen los pájaros, sus restos los consumen las aves: ¡carne llama a carne!" (KTU 1.6 II 30d-37). 

Así quedan establecidas las premisas para el retorno de Baal a la vida: sepultos sus restos, celebrados los ritos funerarios, desmembrada y dispersa por tierra y por mar la increíble potencia de la muerte, el campeón de los dioses se manifiesta de nuevo como vivo (también aquí se usa el verbo apropiado, "vivir"), con enorme e inmediato alivio de hombres y dioses, como manifiestan de nuevo las palabras de El, que tiene un sueño premonitorio que se demuestra inmediatamente acertado: 
Pero si estuviese vivo el poderoso Baal, si estuviera con vida el príncipe, señor de la tierra, en un sueño del benigno El, el misericordioso, en una visión del creador de las criaturas, de los cielos llovería aceite por los torrentes correría miel: entonces sabría que está vivo el poderoso Baal que está con vida el príncipe, señor de la tierra! En un sueño del benigno El, el misericordioso, en una visión del creador de las criaturas, ¡de los cielos llovía aceite, por los torrentes corría miel! Se alegró el benigno El, el misericordioso, sus pies sobre el escabel apoyó, distendió el ceño fruncido y sonrió, levantó su voz y exclamó: i Ahora podré sentarme y descansar, descansará en el pecho mi alma! ¡Porque está vivo el Poderoso Baal, está con vida el Príncipe, Señor de la tierra! (KTU 1.6 III2-21). 

De vuelta a la vida, Baal se enfrenta personalmente con la Muerte y, en un duelo sin vencedores ni vencidos, establece los límites y reglas de las acciones de su adversario. Mot había pretendido al principio hacerse con el dominio del cosmos, devorando a Baal y amenazando a los otros dioses y a la humanidad. Después del trato que le inflige Anat, la muerte se desintegra expandiéndose por el mundo, simbolizado, dividido, por la fierra y el mar; el cielo, es decir, los dioses, no son ya tocados. Queda la amenaza, inevitable y activa, contra el género humano, pues la muerte es un hecho ineludible en el orden cósmico; pero la acción de Baal tiene consecuencias positivas también para la humanidad, ya que Mot se verá obligado a actuar con discernimiento, habiendo encontrado límites precisos a sus poderes. Todo esto sucederá bajo el control de Baal que, después de su katábasis a los infiernos y de la experiencia adquirida, tomará bajo su protección a los difuntos, es decir, a todos los que han caído ante su antiguo enemigo. No es posible dar aquí muestra detallada de la importancia del culto de los antepasados en Ugarit, como en toda la tradición siropalestina desde Ebla a épocas posteriores. Será suficiente señalar que Baal, precisamente por haber hecho frente a los riesgos mortales del descenso al más allá, es llamado en los textos ugaríticos BaalRpu, "Baal el salvador / sanador". Bajo esta forma es honrado en el culto como epónimo y líder de los antepasados, sobre todo los reyes y los grandes héroes de la tradición siria, que serán de igual modo venerados como Rapiuma, es decir, "salvadores / sanadores", capaces de proteger y ayudar a los vivos en circunstancias cruciales de su existencia. Los hombres, naturalmente, seguirán muriendo, pero podrán (al menos algunos de ellos) confiar en una suerte no demasiado angustiosa en el más allá, ya que se convertirán ritualmente en Rapiuma, es decir, en héroes-antepasados, honrados por los vivos y cercanos a ellos como dispensadores de fertilidad, de fecundidad, de oráculos y de intervenciones salvadoras. También el orden cósmico, al retorno de Baal, retoma su ritmo, que ya no se encontrará más amenazado por las fuerzas del caos. La grandiosidad de los temas y de los hechos narrados por el mito se funda precisamente sobre la eterna dialéctica entre la vida y la muerte, cuyas implicaciones son tan profundas que no pueden reducirse sólo a la dimensión "fertilística". 

Es verdad que el mito de Baal y Mot utiliza de forma innegable un lenguaje agrario, ya que la vida del hombre y de la divinidad que depende de él está indisolublemente ligada a los ciclos naturales, a la fertilidad de la tierra, a la fecundidad animal. Baal muere, desciende en las fauces de Mot, justo cuando la aridez amenaza la vida en todas sus formas. Por lo demás, la relación entre el dios ugarítico y la benéfica agua de lluvia es confirmada también por los textos rituales. Una tablilla cuneiforme, en particular, estudiada de nuevo a fondo recientemente'', aporta más luz sobre el particular. Pertenece a la literatura exorcística de ámbito sacerdotal y esta probablemente en relación con una "fiesta del año nuevo". La acción ve como protagonista a Baal y a su sirviente, el rey, y recoge varias ceremonias de hidroforia y magia acuática. Aquí el dios El parece actuar contra Baal, provocando el nacimiento de dos "hombres-toros" fuera del contexto de las tierras agrícolas; parece la antesala de una derrota de Baal. Descrito como un cazador, Baal consigue vencer a los dos monstruos, pero cae muerto a fierra también él mismo, víctima del duelo, lo que queda inmediatamente reflejado en la muerte de la naturaleza. El dios El hace transcurrir 7 / 8 años de sequía / carestía, hasta que los acólitos (la "estirpe") de Baal lo buscan, lo encuentran y le dan sepultura (este pasaje no es seguro, es sólo una hipótesis interpretativa). Con todo esto se ha identificado la razón de la hambruna; el mito parece haber como objetivo indicar la desventura y muerte de Baal como ratio ultima del hambre / la sequía. Con Baal desaparece también el agua, vital e indispensable para la naturaleza y para los hombres. 
Aunque el mito utiliza aquí y allá un lenguaje preferentemente agrario, resulta sin embargo arbitrario reducir su mensaje a la simple esfera de la fertilidad. La realidad de la alternancia de las estaciones, del languidecer y resurgir de la naturaleza, era, obviamente, bien conocida por los antiguos, en el Próximo Oriente como en cualquier otro rincón de la tierra. Más allá de todo ello, el lenguaje empleado (el cuerpo de Baal es encontrado entre los terrones de la tierra, resurge sobre el monte Sapanu, es decir, tras las nubes. Mot parece ser tratado como un cereal, etc.) Era el que mejor se prestaba a convertirse en la metáfora de la experiencia milenaria de la muerte y es históricamente relevante cómo tal realidad y el lenguaje que de ella se deriva hayan sido usados culturalmente por el hombre. Es de hecho el hombre, no el agua benéfica o la tierra árida, el centro del asunto. Si se presta debida atención a las implicaciones rituales de los hechos míticos, atestiguados por otros textos, queda claro que la katábasis de Baal a los infiernos abre la puerta al reconocimiento cultual del mero muerto, que se convierte ritualmente en antepasado; es decir, en miembro de una comunidad tenida por activa y eficaz a favor de los vivos, presente en la memoria y en el culto. Los muertos ya no son, o no solamente, larvas anónimas y llenas de rencor, sino seres culturalmente útiles para una sociedad que ha elegido no dejarlos en el olvido. A través de la aventura mítica ejemplar de Baal y de Mot, en esta formulación original del culto de los Rapiuma, uno de los rasgos más característicos de la religión en Siria-Palestina, el hombre opone su propia respuesta al aniquilamiento perpetuo de la muerte, que prevé, todo lo más, una penosa "sub-existencia" como espíritu maléfico y rencoroso. Reintegrando a los muertos, o al menos a algunos muertos, en un sistema positivo de valores, la cultura siria ha hecho de Baal una de las más fascinantes y complejas figuras de divinidad mediadora, que se pone siempre y sin ambigüedad de parte del hombre, con el que ha compartido la más dramática de las experiencias. Pero ¿es de verdad Baal un "dios que muere y resucita"? Sabiendo que es metodológicamente incorrecto partir de una categoría abstracta para encontrar después su confirmación en la documentación, se puede en cualquier caso afirmar que a él se le asigna de verdad una "muerte"  "morir") y después una vuelta a la vida  "vivir"; que la suya no es una vuelta en tono menor, o simbólica, sino poderosa, espectacular, hasta el punto de restaurar el orden natural y de confinar a la muerte en límites controlables; es proclamado rey sobre dioses y hombres, función que ejercitará sin rivales. No se trata sin embargo de alternancias en el más allá, ni de dependencia de una diosa, aunque Anat (con la ayuda de Shapash) interprete un papel fundamental en la historia. Además, no es posible afirmar que el momento culminante sea la desaparición / muerte sino que, al contrario, precisamente el retorno y la lucha contra Mot parecen ser el quid de la cuestión Queda preguntarse por qué Baal no es inscrito habitualmente entre los dioses incluidos en la categoría de los dioses moribundos. Frazer no podía conocerlo, pero los investigadores modernos no tienen esa excusa. Permítasenos adelantar una respuesta, que es también una hipótesis de trabajo sobre la Weltanschauung de los estudiosos contemporáneos: Ugarit está muy cerca, demasiado cerca, de Palestina, geográfica y culturalmente; el Baal de la Biblia, combatido del Yahwismo, debe identificarse justamente en tal figura; Baal parece precisamente la única figura divina que, indiscutiblemente, muere y resurge, ligándose al destino del hombre, siendo llamado "Salvador" ¿No resulta ya suficiente? Hemos podido así comprobar que Baal es un dios que "retorna" claramente con un papel, después de la crisis, bastante más activo y universal del que tenía antes de ella: quizás por eso es una figura que resulta "incómoda" si se la pretende incluir en tipologías preconcebidas que no prevén resurrecciones con tales consecuencias espectaculares. Precisamente por estas razones Baal merece de pleno derecho un puesto preeminente en el marco de la investigación sobre las divinidades que son protagonistas de "crisis", definibles de manera variada. Más específicamente, merece tal preeminencia por dos motivos fundamentales: En primer lugar, se trata -si se excluye parcialmente a Dumuzi'- del único dios cuya historia ha llegado a nosotros por fuente directa e inmediata (las tablillas ugaríticas); en segundo lugar, porque Baal debe considerarse una especie de "prototipo" (se nos perdone lo inapropiado del término), dada la antigüedad de las tradiciones que lo conciernen (los textos fueron redactados a mediados del II milenio a. C, pero su contenido debe remontarse a fechas mucho más antiguas). Por estas razones, Baal puede considerarse histórica y morfológicamente el correlato de las divinidades ciudadanas fenicias que emergen (en la documentación que nosotros disponemos) en la Edad del Hierro y que, bien que con la especificidad de los cultos locales, se hallaban ciertamente dentro de una ideología mítico-ritual afín a la de su "predecesor" ugarítico. Es a estas figuras a las que está dedicada la segunda parte de esta contribución. 
En el I milenio las fuentes, directas e indirectas, sobre el panteón fenicio, documentan la existencia de algunas figuras sobrehumanas (heroicas / divinas) protagonistas de una experiencia de muerte / desaparición / estado latente, seguida de una reaparición / retomo / despertar. Se trata de personajes que viven una crisis bastante dramática, de desarrollo desigual, que debe a menudo ser analizada en sus específicas implicaciones míticas y rituales, sin dejarse condicionar de esquemas preconcebidos. Se trata de Adonis, Eshmun y Melqart, ligados por la tradición respectivamente a las ciudades de Biblos, Sidón y Tiro. Por lo que respecta a estas figuras, antes de examinar las fuentes que les conciernen, es oportuno también en este caso recordar las preguntas fundamentales que debemos planteamos en esta investigación. ¿Se trata verdaderamente de personajes que mueren y resucitan. En otros términos ¿se trata en su caso de una verdadera muerte, comparable a la experiencia humana, o tiene que ver con un "cambio" de naturaleza diferente, una especie de paso a otra dimensión? ¿Se trata de supervivencia milagrosa, o de una inmortalidad conquistada como en los casos más célebres narrados por la mitología clásica? La oportunidad de una revisión viene sugerida también y entre otras cosas por el estado de los estudios más recientes, en los cuales se está bien lejos de haber alcanzado una uniformidad de opiniones. Hay quien, por ejemplo, critica con justicia la existencia histórica de una categoría de dioses que mueren casi omnicomprensiva, pero después no toma en consideración un caso tan claro como el Baal de Ugarit que acabamos de examinar, o pasa rápidamente sobre los dioses fenicios que son ahora el centro de nuestra atención'". Otros se mueven en la línea de las posturas tradicionales, pero sin tomar posición"; y aún otros niegan el carácter ejemplar de la experiencia de Baal tomándola como un simple hecho literario que reflejaría la ideología real ugarítica'. Es inútil detenernos aquí en el personaje de Adonis, objeto de varios estudios específicos de S. Ribichini". Recordaremos solamente que el dios es con seguridad la reinterpretación griega de un "modelo" de divinidad pollada fenicia, no sin características que lo acercan a Tammuz (especialmente las lamentaciones femeninas) y a Osiris (la "ritualidad" de los "jardines"). Por lo demás, los estudios de los últimos años han señalado la multiplicidad de acercamientos con los que puede ser estudiado su dossier (de cazador fallido a símbolo de un Oriente tópico), que, en cualquier caso, debe valorarse siempre equilibradamente, en todas sus componentes. Queda el hecho de que una divinidad con este nombre no se atestigua nunca en las fuentes fenicias y, si se quisieran encontrar semejanzas con un personaje del próximo oriente, debería traerse a colación, más que un dios, un personaje "humano" protagonista de una historia mítica: el ugarítico Aqhat, hijo de Danil. De cualquier modo, estudiosos de posturas diversas han mostrado con claridad que los mitos relativos a Adonis no esconden ninguna forma de salvación extra mundana y que tal figura se liga a las divinidades ciudadanas fenicias, con el Baal ugarítico como el más antiguo exponente y Melqart y Eshmun como casos claros en el I milenio. Por lo demás, adon es en las lenguas semíticas occidentales un epíteto divino (además de regio) a menudo ligado a "Baal", designación solo aparentemente genérica de estos dioses-reyes de la tradición siro-palestina. 
Acudiendo a otras figuras de Baales locales en las ciudades fenicias, los dos más famosos nos son conocidos -a diferencia de Adonis- con su propio nombre. Eshmun y Melqart; también a ellos atribuye la tradición, de modo diverso, una experiencia de crisis y de superación de la crisis. Eshmun era un dios pan-fenicio, ligado sin embargo particularmente a la ciudad de Sidón, de la que era probablemente originario'". Ya en la más antigua documentación se presenta como un dios sanador muy especializado, aspecto confirmado por su identificación en el mundo clásico con Asclepio [y Esculapio] o, más raramente, con Apolo y lolao. Si las fuentes epigráficas, arqueológicas y literarias sobre Eshmun atestiguan con claridad su carácter sanador, no existe ningún indicio directo (salvo el que examinaremos a continuación) de que se caracterizara por una experiencia de muerte / resurrección, ni por una relación específica con la esfera de la fertilidad / fecundidad. Tenemos, sea como sea, un texto bastante tardío (de principios del siglo VI d. C.) atribuido al filósofo neoplatónico Damascio", que recoge una historia mitológica de carácter compuesto. Este es el pasaje que nos interesa: 
"El Asclepio de Beirut no es ni el griego ni el egipcio, sino otro, auténticamente fenicio. De Sadykos nacieron, en efecto, hijos que aquellos interpretan como Dióscuros y Cabiros. Octavo tras éstos nació Esmounos, que aquellos interpretan como Asclepio. Dado que era el más hermoso y el más joven, al punto de suscitar la admiración de quien lo veía, Astronoe, diosa fenicia, madre de los dioses, se enamoró de él, como narra el mito. Él tenía por costumbre cazar en los valles de la región y, viendo que la diosa lo seguía y, en su fuga, que estaba a punto de alcanzarlo, se cortó los genitales de un hachazo. La diosa, afligida, lo lloró, y lo llamó Peana (o bien: invocó a Pean). Después de haberlo despertado con el calor vital, lo convirtió en dios, y fue llamado Esmounos por los fenicios a causa del calor vital. Otros en cambio opinan que Esmounos significa "octavo", porque era el octavo hijo de Sadykos". 
Ya hace muchos años que se intentaron identificar los elementos "auténticamente" fenicios de esta historia'*, que presenta por lo demás algunas analogías con la versión normalmente definida como "frigia" del mito de Atis''' -en concreto, la auto-emasculación del dios y el enamoramiento de la Madre de los dioses, aquí llamada Astronoe, es decir, Astarté- junto a notables diferencias, como la misoginia del protagonista, ausente en las tradiciones sobre el pastor frigio. También Adonis era un joven que resultaba muerto durante la caza, imbuido de una misoginia profunda contra una diosa; el "despertar" de Esmounos / Eshmun por parte de Astronoe / Astarté recuerda además la intervención de Isis en favor de Osiris; y toda la historia muestra, finalmente, analogías que no deben ser pasadas por alto con el mito ugarítico del cazador Aqhat, lo que nos orienta hacia una época mucho más antigua (al menos el Bronce tardío). En cualquier caso es muy probable que este texto haya conservado un núcleo de tradiciones genuinamente fenicias sobre Eshmun, joven cazador, príncipe e hijo de Sadykos, amado de Astronoe / Astarté, protagonista de un episodio de "muerte" y de "divinización" (= elevación al rango divino). Pero quizás debamos entrar en más detalles, examinando aisladamente los rasgos más característicos del relato. Comencemos por el fuego, que interpreta un papel fundamental en el mito en cuestión. Según nuestro texto, el nombre de Esmounos derivaría bien del término semítico occidental para "fuego", bien del término que indica el numeral "octavo". Ninguna de las etimologías antiguas tienen base lingüística'^ pero son muy valiosas, porque nos permiten entender mejor algunos aspectos originales de la personalidad del protagonista, ajenos tanto a Atis como a Adonis. La relación con el fuego, distinguida (erróneamente) en el nombre y en el "calor" vital, recuerda el papel interpretado por este elemento en la mitología de Melqart, el Heracles fenicio, del que son conocidas las relaciones con Eshmun. Se trata de un poderoso medio de transformación, capaz de conferir capacidades extraordinarias e, incluso, la inmortalidad''. Otra tradición sostiene que Eshmun era el octavo hijo de Sadykos^". El hecho de ser el "octavo" de una familia o de una dinastía tiene un valor simbólico relevante en las tradiciones semíticas y caracteriza a varios personajes a los que espera una suerte especial (como a David, octavo hijo de Jesé o, en los mitos ugaríticos, a la hija del rey Kirta que se llama, precisamente, "Octavia"). Esmounos, además, es de origen real; este aspecto aparece también en el Eshmun fenicio que lleva el epíteto de "príncipe santo" en las inscripciones de Sidón de época persa^'. El nombre de su padre, Sadykos, es el calco griego de un término semítico derivado de una raíz que expresa la noción de "justicia", la virtud real por antonomasia. Este personaje es, pues, con claridad, la proyección arquetípica de un rey, antepasado y modelo ideal de todos los soberanos. Se encuentra aquí por tanto la conexión con la realeza que caracteriza a los Baales ciudadanos de la tradición siro-palestina en general y fenicia en particular. Un tercer aspecto que debe ser subrayado es la relación de Esmounos / Eshmun con la caza. El dios es descrito como un cazador profundamente misógino. Además de en las analogías con Adonis, el motivo se encuentra también en las tradiciones sidonias sobre Eshmun, precisamente en las escenas de caza que decoraban los muros de la capilla cercana a la piscina del santuario de Bostan esh-Sheikh (dedicado a Eshmun y, quizás, también a Astarté)". Más aún, no debe olvidarse que, en el Próximo Oriente antiguo, la práctica venatoria era prerrogativa de reyes y príncipes". Quedan aún por señalar algunos rasgos fundamentales que caracterizan con fuerza el mito de Esmounos: la misoginia del joven, que lo induce a huir del amor de Astronoe / Astarté; como consecuencia, su muerte; y, posteriormente, su elevación al rango divino por obra de la diosa. La postura misógina debe ser considerada un aspecto genuino del personaje, compartido como es también por Aqhat y Adonis. Tras una atenta lectura del texto, se advierte que la muerte del protagonista no es mencionada explícitamente. Parece tratarse de una pérdida de energía vital, de un debilitamiento de la fuerza y del calor interno. Es verdad que Astronoe se lamenta por él, pero no parece que tal acto sea parte de un ritual más complejo que implique la intervención de Peana^" que consigue regenerar, y "despertar" (el texto dice anazopyresasa) Esmounos y "convertirlo en dios". No es apropiado en este caso hablar de muerte y resurrección en el sentido habitual de los términos. Esmounos pierde la virilidad y, al mismo tiempo, todas sus energías vitales (= calor), reintegradas después por la diosa, que le confiere una plenitud de fuerzas que coincide con una inmortalidad de tipo "divino". Este aspecto se encuentra también en las tradiciones concernientes a Melqart y a Asclepio; este último, como es sabido, es alcanzado por el rayo de Zeus por resucitar a los muertos y es convertido en dios inmortal para ayudar al género humano a soportar los sufrimientos. 
El carácter sanador atribuido a Eshmun es perfectamente compatible con una tradición mitológica en la que el protagonista, en origen hombre mortal, se convierte en dios tras un suceso dramático que no puede ser definido como una simple muerte y resurrección. Se trata justamente del mecanismo narrativo que caracteriza muchas gestas heroicas de la mitología griega": un mito de "transformación" en el que se funda la nueva dimensión alcanzada por estos personajes extraordinarios^*. En conclusión, Eshmun es un personaje de personalidad original y compleja, ligado a la ideología real, especializado en curaciones ordinarias y extraordinarias; una figura que no puede formar parte de los "dioses que mueren" del esquema de Frazer, tanto más cuanto que no muestra ninguna relación con la fertilidad y la fecundidad de la naturaleza". Este personaje ha conocido, a nivel mítico, una experiencia dramática (como ser humano), ha escapado de la muerte y actúa ahora como un dios, es decir, en la nueva dimensión adquirida gracias a la intervención milagrosa de la grande diosa. No hay duda de que Melqart era el señor (Baal) de Tiro y, además, la figura emblemática de la colonización fenicia en Occidente. Su identificación con Heracles atestigua un sincretismo semítico-indoeuropeo que es la base del más célebre ciclo mitológico del antiguo Mediterráneo. Estudiado profundamente en una monografía específíca2^ este personaje llama nuestra atención sobre todo por los episodios de "muerte" y "resurrección" que le adscriben ciertas tradiciones, cuya valoración es pertinente en el marco de nuestra investigación. El teónimo Melqart significa literalmente, como es sabido, "rey de la ciudad", denominación que alude a su estrechísima relación con Tiro, entendida aquí como "la ciudad" por antonomasia. Como proyección divina del rey terrenal, Melqart (en el que se debe reconocer el Melkathros o Melkarthos de otras tradiciones)^' muestra así mismo en su personalidad aspectos ctónicos y continúa la tradición siro-palestina de los antepasados reales divinizados después de la muerte. Como hemos señalado, un elemento fundamental en el dossier de Melqart lo constituye la tradición -conocida tanto a nivel mítico como ritual- que concierne a una fiesta periódica en su honor que las fuentes griegas definen como egergis, es decir, más o menos, el "despertar", la "resurrección", un rito público y solemne celebrado por el rey en persona'". Según la interpretación más acreditada, en la fiesta se conmemoraba una experiencia mítica de muerte o desaparición, seguida -como momento central- de un retomo, despertar o resurrección del protagonista en forma divina. Un personaje, llamado mqm ^Im (cargo honorífico del más alto grado en el mundo fenicio-púnico) tenía un papel importantísimo en la fiesta; significa, más o menos, "resucitador de la divinidad" y correspondía al griego egerseites, un cargo en relación con el culto de Heracles. Existen dos pasajes del historiador Flavio Josefo^' que conciernen a la celebración de la egersis de Melqart, en los que conviene detenerse: 
"Por otra parte, fue (el rey de Tiro, Hiram I) a cortar madera a la montaña llamada Líbano, para los carpinteros del templo. De vuelta, demolió los antiguos santuarios y construyó un nuevo templo a Heracles (= Melqart) y a Astarté. Fue el primero que efectuó (la ceremonia de) la egersis de Heracles en el mes de Peritíos" (Aní.7Mí/.,VIIIV3, 145-146). 
"(El rey de Tiro, Hiram I) colmato el Euricoro y dedicó la columna de oro que se encuentra en el templo de Zeus; fue a cortar madera de cedro a la montaña llamada Líbano, para los carpinteros del templo. De vuelta, demolió los antiguos templos y construyó uno nuevo, el de Heracles y Astarté. Fue el primero que efectuó (la ceremonia de) la egersis de Heracles en el mes de Periüos" {Contra Apíonem, I 117-119). 
El análisis crítico de estos textos" ha llegado a la conclusión de que el fragmento menos contaminado es el primero y que, para los templos, la versión en singular es la preferible. El término egersis designa la ceremonia, el verbo epoiesato significa "cumplir", "efectuar": estamos pues ante un rito solemne cuyo nombre es el mismo que viene usado habitualmente por los Padres de la Iglesia para designar la resurrección (de Cristo, de los muertos). Añadiremos que el verbo qwm significa precisamente "(re)surgir" y que las diversas interpretaciones alternativas que se han propuesto no son ni convincentes ni satisfactorios-'''. La fiesta era anual y conmemoraba un evento especial, acontecido de una vez para siempre en el tiempo del mito y actualizado por el rito. Su carácter periódico excluye naturalmente que se tratara de una ceremonia a celebrar en casos de necesidad. El "resucitador de la divinidad" por antonomasia era probablemente el rey en persona y el cargo era, en cualquier caso, el distintivo de personajes socialmente eminentes. Esta interpretación está avalada por las tradiciones mitológicas sobre el Heracles fenicio que, inmolado voluntariamente en la pira, obtiene seguidamente un status divino. Un documento importante sobre este hecho es el llamado "vaso de Sidón", publicado por Barnett'', que nos ha trasmitido, verosímilmente, la secuencia de las fases del rito, que se desarrollaba en tres días. Las cuatro escenas representan de hecho la cremación de Melqart sobre la pira (primer día); los funerales y entierro del personaje, junto a las lamentaciones y a los ritos funerarios celebrados por una diosa (Astarté) y por el rey (al día siguiente de la muerte, al segundo día); y la egersis de Melqart, que tiene su epifanía post mortem en el interior de su templo, al alba del tercer día. Aunque el sentido de la inscripción del recipiente, b'l kr, ("señor de la hornaza" no es seguro' el objeto constituye una fuente de primera importancia sobre el rito y las tradiciones subyacentes. Existen por tanto varios elementos importantes que hacen alusión con insistencia a la misma tradición: los datos sobre el culto de Melqart en Cades, en España", la existencia de creencias concernientes a las vicisitudes del Heracles fenicio, a las que quizás se refiere también la fiesta llamada "día del entierro de la divinidad" en la inscripción fenicia de Pyrgi''*, y, además, las expresiones ridiculizadoras de la Biblia hebrea sobre la "ausencia" de los dioses cananeos y sobre la absurda pretensión del rey de Tiro de creerse divino''. Se trata, en resumen de una serie imponente y homogénea de datos que, aunque sin presentar todos el mismo grado de seguridad, representan en conjunto una documentación impresionante e inequívoca, que encaja bien, por añadidura, con los otros elementos concernientes a Eshmun y Adonis, contribuyendo a dibujar, con variantes locales, una tradición coherente. 
En el mito ugarítico del rey Kirta, los hijos del protagonista, un soberano enfermo que está a punto de morir, se preguntan con angustia e incredulidad si su padre el rey, tenido por un dios, acabará muriendo como los comunes mortales: 
"Entonces, padre, ¿cómo los mortales morirás? (...) ¿Cómo se podrá decir que Kirta es hijo de El, descendencia del Misericordioso-y-Santo? Ay, ¿los dioses mueren? ¿La descendencia del Misericordioso no vivirá?" (KTU 1.16 II40 y sig.). 
A esta dramática pregunta la religión siropalestina ha intentado dar una respuesta original con un esfuerzo notable, sobre el plano ritual y, más genéricamente, cultual. En las tradiciones del área, como se ha ya visto, el rey de los orígenes, antepasado mítico de la dinastía, es protagonista de una suerte a la vez trágica y privilegiada, una muerte dramática seguida de una elevación al rango divino, justo como varios héroes de la mitología griega: no es desde luego una casualidad que Heracles y Asclepio, identificados respectivamente con Melqart y Eshmun, sean los tínicos dioses de la religión griega de origen humano. Muerto como hombre, el rey mítico alcanza su status divino gracias al paso a una nueva dimensión de fuerza y vitalidad, obtenida del calor (del fuego). Como su modelo humano"", el Baal poliado será, a la vez, garante de la salvación de los hombres, de la fecundidad, de la fertilidad, del comercio, de la navegación, de la expansión colonial; resumiendo, del bienestar del país en todas sus formas y manifestaciones. Se ha señalado muchas veces que la ideología subyacente a estas tradiciones hunde sus raíces en la cultura siro-palestina del III-II milenio, de Ebla a Ugarit, con su culto a los antepasados, los Rapiuma. En el I milenio, quizás, los modelos representados por Aqhat y Kirta no correspondían ya a las exigencias contemporáneas, pero el núcleo ideológico de fondo era aún, en cualquier caso, fácilmente perceptible. Eshmun, por un lado, desarrolla los aspectos de dios sanador, en armonía con el humus de la época helenística, la crisis del individuo y de los cultos oficiales; Melqart, por otro lado, muestra una persona Udad más compleja, puesto que pasa a expresar los valores de la identidad nacional sin que un aspecto prevalga sobre otro. ¿Qué queda, llegados a este punto, del binomio muerte-resurrección presente en la teoría de Frazer y en las interpretaciones modernas orientadas en tal sentido? En mi opinión, "muerte" debe ser interpretada, en este caso, como el final de la vida de un héroe del mito, en un sentido fundamentalmente biológico que puede relacionarse con la experiencia de los comunes mortales: de allí el entierro, la tumba, el culto funerario. No se trata de resurrección en sentido estricto, porque se trata del paso a otra dimensión totalmente diferente, que implica la conquista de nuevos poderes positivos para los hombres, cuyas implicaciones tienen que ver sólo con la dimensión humana (y, naturalmente, con las modalidades de la muerte). El "despertar" implica por tanto un restablecimiento de las energías suspendidas o agotadas, una reintegración total de la fuerza vital que permite a aquellos que van a "convertirse en dioses" adquirir capacidades extraordinarias de intervención en el cosmos. Por tanto, la victoria de Baal sobre Mot y los poderes de la muerte, cantada por los antiguos mitos de Ugarit, lejos de haber sido olvidada, continuaba alimentando alguna esperanza a los hombres del I milenio a. C. 

Dioses:
El - (también llamado Latipan, y posiblemente Dagón) 
Es conocido como el Padre de los dioses, "el padre de la humanidad", el "Toro" y "el creador de criaturas". He is grey haired and bearded and lives at Mt. Es canoso y con barba. He is a heavy drinker and has gotten extremly drunk at his banquets. Él, es un bebedor empedernido y se ha vuelto extremadamente borracho en sus banquetes.
Como un dios joven, salió a la mar y, espió a dos señoras, una de las cuales es de suponer que sea Athirat, las cuales le excitan, y solicita a las dos a elegir entre ser sus hijas o sus esposas. They become his wives and in due course they give birth to Shachar , Shalim , and possibly other gracious gods, who could be Athirat's seventy children and/or much of the rest of the pantheon. Se convierten en sus esposas y en el momento oportuno de dar a luz a Shachar, Shalim, y posiblemente otros dioses, que podrían ser de setenta niños Athirat y / o gran parte del resto del panteón. The new family raises a sanctuary in the desert and lived there for eight years. La nueva familia levanta un santuario en el desierto y allí vivió durante ocho años.

Athirat (Asherah, Ashtartian - 'the Lady of the Sea', Elat - 'the goddess')Athirat (Asera, Ashtartian - 'La Dama del Mar' Elat, - "la diosa") 
Esta diosa es la esposa de El, y se le llama “señora Aserá del Mar” y “Progenitora de los Dioses”. También desempeñaba el papel de protectora de los dioses. Se le conocía como la diosa de la fertilidad.
A pecho descubierto gracias una mujer de tres mil quinientos años, tapa del frasco de marfil. Su falda plisada completa el decorado con un derroche de rayas y remolinos en zigzag sobre los pies descalzos. Rizos gruesos escapan de su peinado y tentadoramente acarician sus hombros. Levanta los brazos en alto, llena de dignidad y autoridad: en sus manos ofrece sustento que da la vida. A cada lado de ella está una de cabra ibex, elegantes animales, su media luna y cuernos curvos. La mujer encarna la confianza y la sabiduría. Ella es Athirat, la Reina del Cielo.
La diosa Athirat viene de antiguo Oriente Próximo, en particular Canaán. Aunque a menudo se asocia con la Biblia, los cananeos fueron los pueblos indígenas que viven en la zona de Siria-Palestina, antes de cuatro mil cuatrocientos años atrás a tres mil doscientos años atrás. Cuando el área se sometió a una edad oscura, un colapso que afectó a Grecia, Creta, Mesopotamia, Egipto, Turquía y la cultura cananea, se dividió en los fenicios politeístas y monoteístas, y los emergentes Israelitas.
Athirat tiene su propia vivienda independiente y no comparte una casa con Ilu, lo que demuestra su autonomía. Incluso las deidades que no son biológicamente sus hijos aún se rigen por sus decisiones y el respeto a su juicio -por lo tanto, ellos la llaman su "madre". Los textos literarios encontrados en Ras Shamra (Ugarit) en 1928, nos cuentan las historias de los dioses cananeos. Escribas escribieron las tablas alrededor de 1500-1200 a. C. y tal vez los cuentos fueran transcritos de la tradición oral.
En el Poema de Baal, vemos a Athirat como responsable de asegurar la realeza de Baal. Mot, dios de la muerte y la sequía, y Yamm, el dios del río y el mar, la guerra contra Baal, dios de las tormentas de dominio sobre la tierra. Con el tiempo Baal y su dador de vida, gana la lluvia, pero la fuerza de los otros dos dioses se asegura de que la posición de Baal sigue siendo tentativa. Pero Baal para establecerse, debe construir su propio hogar. Sin este símbolo no tiene autoridad real. Baal convence a su amigo leal, 'Anat, la diosa guerrera de los adolescentes, para pedir permiso a Ilu para la construcción del palacio. 'Anat amenaza con atacar Ilu y hace funcionar su barba con su propia sangre, pero fue en vano. Ella y Baal cuentan que la única manera de obtener el permiso es si Athirat habla a Ilu en su nombre.
Ellos traen las ofrendas a la diosa formidable de la paz. Athirat, que tiene una historia ambivalente con Baal, lo que garantiza sus lluvias bienaventuradas en la tierra en lugar de inundaciones o sequías. Los funcionarios ayudan a Athirat a preparar su burro para el viaje: un método real de transportación. Al llegar, Ilu prodiga su consorte con la hospitalidad, pero Athirat renuncia a su cortesía y le convence para autorizar a Ba'al a construir su palacio.
Nuestra Señora de la literatura cananea se ocupa de la equidad y la justicia. En otro episodio, el rey pide ayuda a Kirtu Ilu para preservar su legado y volver a crear una familia: Ilu le otorga un sueño, y sabe lo que debe hacer. Desvío de las direcciones de Ilu, Kirtu se detiene en un templo de Athirat, y promete la plata y el oro por sus bendiciones. Ella le da su bendición, pero el rey se olvida de su promesa durante siete años. Por último, Athirat lo golpea con una grave enfermedad por su promesa rota. Es una de las deidades que ayudará en la cura de Ilu el hombre, tal es el poder y la influencia de Athirat. 

Eruditos traducen su epíteto rabatu Athiratu yami como "Athirat Gran Dama del Mar". Esto no significa necesariamente que ella sea una diosa del océano, pero puede implicar que pasa el tiempo por el mar o se puede demostrar que es Yamm es el dios de la madre mar. Un estudioso ha traducido el epíteto que significa "Athirat Gran Dama de la Jornada",  con la tentativa de conectar Athirat a la luz solar, durante el día, o tal vez como una creadora de días. Ilu es el Padre de años, sería conveniente prever Athirat como la Madre de los Días.
Cuentos antiguos describen como Athirat era la creadora de las deidades, o incluso el "dueña"  del cosmos. Podemos extender esta idea al contemplar Athirat como la creadora de orden terrenal y celestial. Sus hijos, setenta, biológicas y no biológicas, que incluyen Yamm; Mot; Shachar y Shalim, el amanecer y el atardecer dioses gemelos, 'Anat, diosa de la guerra; Yarikh, dios lunar; Shapshu, la diosa solar; Kathir-wa Khasis, dios de la la artesanía y la magia; Gapn y Ugar, Viña y del campo; Rashap, dios de la peste y la curación, y Choron, dios de los tratados y las maldiciones. Así, sin Athirat y sus hijos, la tierra no tendría anochecer, amanecer, río, la muerte, la guerra, la luna, el sol, la artesanía, campos, viñedos, la peste y la curación, o de los tratados.

Asociaciones

Pescado: Uno de sus criados que se conoce como "El Pescador"
Leona: egipcia Hathor, Sekhmet y Hator contraparte oscura, o la diosa árabe Al-Lat, así como la diosa Qudshu levantina. Si Athirat está conectado a estas diosas, que pueden compartir un enlace a la leona. Las leonas son conocidos como los cazadores de primaria de la soberbia, feroz, leal, y nutrir a sus crías.
Serpiente: Desde Athirat puede ser parte de la diosa identificada como Qudshu (posiblemente un conglomerado de Athirat, Athtart, y Anat), que se asocia con las serpientes. Una asociación bíblica de la serpiente del árbol del conocimiento, a menudo vinculados a Athirat-podría indicar una conexión. 
Ibex: Esta asociación se ve en la tapa de marfil antigua de Ugarit, hoy en día Ras Shamra en Siria. La cabra montés es un elegante cabra como animal con cuernos magnífica curva, sino que representan la confianza en la providencia divina.
Burro: Athirat utiliza un burro para el transporte. Madre María de la tradición cristiana también viaja en burro a Belén antes de que ella lleva a su hijo Jesús. En lugar de simbolizar humildad, el burro simboliza la realeza y el poder. 

Hiervas y plantas 
Palm Fecha: Este símbolo refleja el papel de Athirat como árbol de la vida y el conocimiento, y demuestra sus cualidades crianza. De palmeras, los cananeos recibió vino, la fruta, la vivienda, el edulcorante, y las fibras, las palmeras datileras debe crecer siempre cerca de alguna fuente confiable de la lluvia o el agua, y por lo tanto, indican los oasis en el desierto. 
Roble: Este árbol se asocia con Athirat en los tiempos de Israel. Manos de su antiguo tallado estatuas votivas pequeñas o almendra. 
Mirra: Aunque no es estrictamente relacionado con Athirat, los cananeos, muy apreciado un aceite de la unción hecha de aceite de oliva infundido con mirra. Tanto los curanderos y sacerdotes utilizan la mirra a la atención de las necesidades físicas y espirituales de aquellos a quienes sirven. 
Lily: Las imágenes de Canaán y Egipto representan la posición Qudshu diosa sobre un león, y la celebración de lotos o lirios. Lily se asocia con la Virgen María en la tradición cristiana. María y Qudshu tienen vínculos tentativos para Athirat. 
Rosa: Esta es una asociación moderna. Como Athirat a menudo refleja la divinidad femenina, a menudo la asocian con las rosas, rosas de color preferentemente la luz. 
Henna: Los antiguos cananeos se pintaban con henna antes de los rituales sagrados, y por lo tanto la henna se asocia con lo sagrado y las deidades.

Piedras
Bosque Petrificado: Esta es una asociación moderna derivada de la conexión Athirat a los árboles. 
Turquesa: Si Athirat está asociado con la diosa egipcia Hathor, o el árabe Al-Lat, entonces ella también está conectado con turquesa.
Malaquita: En los tiempos antiguos, la malaquita puede haber sido de tierra y se utiliza como cosmético. Los antiguos egipcios utilizaban en la fabricación de malaquita verde, sombra de ojos, de 28 años a pesar de que desaconsejan este uso en la actualidad-moderno sombra de ojos verde es más seguro utilizar. Esta asociación moderna me recuerda Athirat cualidades como qadish santa y hermosa. 
 Oro: Esta asociación moderna me recuerda el poder Athirat, la riqueza, la abundancia y la realeza.

Colores
Morado: Este color se asocia con la antigua Canaán y su cultura hija de los fenicios. Ellos hicieron un tinte púrpura del murex, un molusco 29. Este color era tan hermosa y deseable que se hizo prohibitivo: sólo la realeza y los muy ricos podían permitirse. El color se adapta a una reina. Este mismo tinte estaba disponible no sólo en el color púrpura, violeta oscuro, pero en azul y violeta, rojo vivo.
Oro: Aunque se trata de una asociación moderna de Athirat, el color representa su riqueza, y la realeza. Muchas estatuas de las deidades cananeas estaban chapados en oro. 
Azul: Se trata de una asociación moderna, como se ve con tanta frecuencia en María, la divinidad femenina de la tradición cristiana, pero se puede extender desde la conexión a la turquesa.


Símbolos
Árbol de la Vida y el Conocimiento: En su postura sobre la tapa de encontrar en Ugarit, que parece representar un árbol que da la vida, sin embargo, Athirat es también conocida por su gran sabiduría. Así, la veo como el árbol de la vida y knowledge.
Palma de la mano: La mano como símbolo de protección ha sido de alrededor durante mucho tiempo en el Cercano y Medio Oriente y partes del norte de África como la Hamsa y la Mano de Fátima. Mano protectora Athirat está asociado con el símbolo de la palma de la mano. En la práctica moderna cananea, algunos seguidores llaman a esto un símbolo kappu.
Polo: Debido a la asociación Athirat con Asera, un palo de madera puede ser uno de sus símbolos. Nombre de Asera significa "recto" y "vertical" y que se asocia a menudo con una madera pole. 

QadshuQadshu
Diosa siria, que en ocasiones ha sido tentativamente identificado con la diosa desnuda estatuas de fertilidad. También deletreado Qodesh, que significa 'santo', y se utiliza como un epíteto de Athirat. Ella había sido identificada con el egipcio Qetesh.

Qodesh-y-Amrur «pescador de Athirat ' 
También es Athirat s siervo 'y dragas provisiones para entretener a sus invitados desde el mar con una red. Es interesante observar que en 4:13 Dan (10) Palabras similares parecen referirse a un ángel y se han traducido como "mensajero santo" o "centinela santa". 

Kothar-y-Khasis ('hábil e inteligente ", también llamado Chousor y Heyan (Ea) e identificado con Ptah) 
Él es el dios artesano y se identifica con Memphis. 
Es ordenado por El para construir su trono. Él le reprende por el levantamiento contra Baal y lo amenaza con un arma mágica. Él da Baal las armas mágicas Yagrush (Chaser) y Aymur (el conductor). 
He crafts Baal's bribe for Athirat , a temple serving set of gold and silver.Construye la segunda casa de Baal, e insiste en las objeciones de Baal en la inclusión de una ventana. Construye un arco y flechas para establecer Aqhat, presentando primero a Daniel y quedarse para una fiesta. 

Shachar 'Dawn'Shachar 'Amanecer' Shalim 'Sunset/Dusk'Shalim "Puesta de sol / Anochecer ' 
Son un par de dioses graciosos. Nacieron de El y Athirat o su compañera. La nueva familia construye un santuario en el desierto y vive allí durante ocho años. De acuerdo con Isaías 14:12, que es el padre de Helel o Lucifer, el "portador de la luz ', por lo general se entiende por la estrella de la mañana. 
La nueva familia construye un santuario en el desierto y vive allí durante ocho años. 

Shamu (Baalshamem?) Shamu (Baalshamem?) 
No se ha encontrado en los textos de Ugarit, el dios del cielo era el jefe del panteón en la ciudad siria de Alalaj. 

Gapn (vine)Gapn mensajero para ambas diosas Anat y Mot. 

Radmanu (Pradmanu)Radmanu (Pradmanu) a minor servitor of Baal . un sirviente menor de Baal.

Ugar: Es posiblemente el patrón de la ciudad-dios de Ugarit. 

Pidray: hija de la luz. Ella es a veces de interés amoroso de Athtar. 

Tallay: hija de la llovizna" 

Arsay: 'que de la tierra', 'hija de [los flujos] 

Athtart (Athtart-nombre-de-Baal, Astarté, Astarot, Ashtart)
Ella es la consorte de Baal, y diosa menor de la guerra y la caza. Fuera de Ugarit, muchas estatuas de la diosa desnuda han sido vagamente identificadas con ella como una diosa de la fertilidad y el sexo. En Sidón, que mereció reales sacerdotes y sacerdotisas. Allí se desempeñó como una diosa de la fertilidad, el amor, la guerra y la vitalidad sexual y para ello había prostitutas sagradas. Ella era la gran diosa fenicia y fue identificada con Afrodita de los griegos. 
Al parecer, ella, junto con Anat, está dispuesta a ser copero de Baal, una vez que logra un palacio propiamente dicho. 

Anat, Rahmay – “los misericordiosos” 
Ella Baal 's hermana y la hija de El. Diosa de la guerra, la caza, y el salvajismo. Es un arquero. Virgen, la hermana-en-ley (progenitoras?) De los pueblos (Límites?). Ella y Athirat son niñeras a los dioses de gracia. 
Tiene un banquete en el palacio de Baal, para celebrar su victoria sobre Yam. Después de que lleguen los invitados, ella sale de su morada y adorna a sí misma en rojo y henna, cierra las puertas y mata a los habitantes de dos pueblos cercanos, posiblemente, los enemigos de Baal. Ella hace una cinta de la cabeza y las manos y camina a través de la sangre. Ella atrae a las ciudades "guerreros del interior para sentarse y con alegría a las masacres. A continuación, hace un ritual de ofrenda de paz y limpia. Esto posiblemente está relacionado con un ritual de fertilidad estacional bienvenida las lluvias de otoño. Anat recibe mensajeros de Baal pensar que algún enemigo nuevo ha surgido, pero le aseguro que él sólo desea que ella haga una oferta de paz que podría decirle el secreto del rayo y la buscan en el monte Zephon. Ella lo hace, exigiendo primero en ver el relámpago, y se da la bienvenida en nombre de Baal desde lejos. Al oírlo se quejan de la falta de una mansión adecuada, que las tormentas fuera de El, la creación de temblores. Ella amenaza con mangle su rostro no sea que su atención y que la corte de Baal construido, sin embargo, su petición es rechazada. Ella es asistida en su petición, posiblemente por Athtart. Ella acompaña a Baal Athirat con un soborno y ayuda Athirat en su petición a El éxito de la corte de Baal. 
Después de Baal muere, ella lo busca y, de encontrar su cuerpo entra en un violento acceso de luto. Ha Shapash tomar su cuerpo al monte. Zefón, donde se entierra y cuenta con una fiesta en su honor. Después de siete años de sequía, se encuentra Mot, y cortes, aventa, y cerdas él como el maíz. 
Ella asiste a la fiesta, donde Daniel presenta Aqhat con un arco y flechas conjunto realizado por Kothar-y-Khasi. Deseando el arco, ofrece Aqhat riquezas y la inmortalidad, se para. Él se niega y ella promete venganza sobre él en caso de que transgredir y hojas de monte. Molestos con la respuesta de El, ella amenaza con huelga de la cabeza, lo que sugiere que sarcásticamente Aqhat podría salvarlo. El discurso que no va a obstaculizar su venganza, por lo que encuentra Aqhat, y tomando la forma de un pariente, lo atrae fuera de Qart-Abilim. Éxito con su primer intento de allí, ella llama a su asistente guerrero Yatpan a tomar la forma de un águila, y con una bandada de aves similares Aqhat huelga orar como él se sienta en la montaña. Lo hacen y Aqhat muertos es, por desgracia, el arco cae en las aguas y se pierde y Anat se lamenta de que sus acciones y de la muerte de Aqhat fueron en vano. 
Cuando Baal fue a cazar, siguió tras él y copularon con él en la forma de una vaca. Ella dio a luz a "un toro salvaje 'o' a 'búfalo, visitar el Monte. Zefón decir Baal de las buenas noticias. Esto probablemente no es asunto de ellos solamente. 

Baalat 
La 'amante' de Gubla que no se ha encontrado en Ugarit. Esta diosa de la fertilidad grande era la deidad más importante de esa ciudad. Ella sirve como protector de la ciudad y de la dinastía real. Ella se asoció con Baal-Shamen y ella asimiló las características de los egipcios diosas Hathor y Ast (Isis). 

Tanit
Conocida como la "dama de Cartago" y el "rostro de Baal", Tanit era la gran diosa de los cartagineses y, con Baal Hammon co-protector de esa ciudad. Ella aparece en primer lugar de todas las deidades en Cartago. 

Shapshu (Shapash) 
Ella es la diosa del sol (acadio Shamash, una deidad masculina) y es conocida como la antorcha de los dioses y pálida Shapshu. A menudo actúa como mensajero o representante en El nombre s'. Ella tiene el dominio sobre las sombras y los fantasmas de los Países del mundo. Kothar-y-Khasis puede ser su compañero y protector. 
Ella le dice a Athtar que perderá la realeza de ñame en el auspicio de El y rechaza sus quejas por la falta de recordar su esposa e hijos. 
Ella se dice que es bajo Mot influencia s 'cuando Baal está preocupado por su falta de un palacio y no llueve. El clima es, entonces, sobre todo en caliente. 
Cuando el mensajero Mot busca Baal, que asesora al dios del trueno de conseguir un sustituto, para satisfacer Mot y luego tomar sus siervos e hijas y adentrarse en el mundo subterráneo. En la dirección de Anat, que lleva el cuerpo de Baal de nuevo a Monte Zephon. Zefón. Ella le dice a El que soñaba Baal estaba vivo y ella lo busca. Cuando vuelve a Baal y peleas con Mot, que los separa, declarando que Baal tiene el favor de El. 

Yarikh
Él es el dios de la luna de las estrellas), «Luz del cielo", posiblemente también de la media luna y la luna 'señor de la hoz "," La luz de miríadas (y por lo tanto el padre de la Kotharat. Él es el patrón de la ciudad Qart-Abilim. 
Después de puesta del sol abraza Nikkal y Ib- y se determinó de casarse con ella. Busca Khirkhib a arbitrar la dote, sino que intenta Khirkhib sugiere otras posibles parejas en las hijas de Baal. Sin desanimarse, Yarikh presenta una dote a la lujosa y Ib de la familia Nikkal y los dos se casaron. 
Baal-Hadad s criaturas devorar a sus doncellas, por lo que los envía a él. El les dice que vayan al desierto y allí el nacimiento de cuernos de búfalo, que distraerá a Baal-Hadad. 

Kotharat (se pensaba que era Kathirat) 'hábil' 
Ellos son un grupo de diosas asociadas con la concepción y el parto. '... El-como hijas trago de la luna creciente." (Gibson p. 106). (Gibson, p. 106). También se asocian con la luna nueva. Ellos asisten a Daniel durante siete días para ayudar en la concepción de Aqhat y recibir su sacrificio. 

Athtar (Ashtar, 'Athtar, Atra del cielo)' el terrible' 
Él es un hijo de Athirat, posiblemente un dios del desierto o de riego artificial. Es a veces un pretendiente de Pidray. Como el gran dios de los sabeos y Himyar (tanto árabes estados del Sur), fue identificado con Venus y fue engendrado por la luna sobre el sol. Él pierde su reinado de ñame a instancias de El y es advertido de un ataque de ñame por Shapshu. Se queja de su de su falta de estatus, el palacio y la corte. 
Intenta tomar su lugar Baal en su trono, mientras que Baal está muerto, pero él es demasiado pequeño para el asiento y la rechaza, convirtiéndose en rey de la tierra en su lugar. 

Sheger ('descendiente de ganado ") Él es el dios del ganado.

ITHM: Él es el dios de las ovejas 

Hirgab. Él es el padre de las águilas. 

S,Umul 
Ella es la madre de las águilas. Se comió el cuerpo de Aqhat. 

Elsh 
Él es el mayordomo (carpintero?) De El y Baal casa s'. Su esposa es la azafata (carpintero?) De las diosas. 

'Sha'taqat 'aleja' 
Ella es el demonio que se aleja volando Keret s enfermedad "en nombre de El, con un toque de su varita a la cabeza. 

'Dios (s) de los padres' 
Ellos son del clan o deidades ancestrales, comúnmente asociado con una familia u otra, en las afueras del panteón principal. 

Nikkal-y-Ib 'gran dama y claro / brillante / fruta "o" Gran diosa de la fruta 
Ella es, posiblemente, la hija de Dagón de Tuttul, o bien de Khirkhib. Es romance por Yarikh y se casa con él después de Yarikh organiza una dote con Khirkhib y le paga a sus padres. 

Khirkhib (se pensaba que era Hiribi), rey del verano, el rey de la temporada de asalto (otoño) 
Él es, probablemente, una deidad hurrita. Él actúa como punto de encuentro entre Yarikh y Nikkal y Ib- , en un principio tratando de disuadir a Yarikh de perseguir lo que sugiere su Pidray y Ybrdmy como opciones alternativas. 

Dagón de Tuttul 
Es una versión siria de Dagón, y el padre probable de Nikkal-y-I . El de Dagón Ugarit era el padre de Baal y puede haber sido identificados con El. Había también templos a Dagón en Mari y Emar. Para los fenicios, que era un dios del trigo y el inventor del arado. Los filisteos lo adoptaron como propio y lo hacían con la parte superior del torso de un hombre y la mitad posterior de un pez. 

Baal-Shamen (Baal-Shamain)) 'señor de los cielos' 
Señor de la Asamblea de los dioses en Gubla. Él era el gran dios de los reinos arameos de Hama y Laash y el protector de sus gobernantes. 

Milqart, el cazador, «fuego del cielo '" (Melqart, Baal Tsur, Milkashtart?) rey de la ciudad. 
Dios patrono de Tiro, que era el dios de la Metrópoli y de la monarquía en Tiro y Cartago. Su culto se extendió por toda la región mediterránea, pero no ha sido encontrado en los sitios del segundo milenio. Al igual que con la babilónica Nergal / Erra, que se ha identificado con arquetipos Heracles. Fuentes griegas a entender que él era un dios de la vegetación y el aumento de morir, y que estaba asociado con el matrimonio sagrado como el dios sumerio, Dumuzi. Él fue inmolado ritualmente en un festival anual. También fue un dios del mar y fue fotografiada montada sobre un hipocampo. 

Eshmun 'el príncipe santo' 
Era un dios de la curación y el gran dios de Sidón. Era conocido en Tiro, Chipre y Cartago, pero no en Ugarit. En el siglo 5 d. C, Damascio le identifica con el dios griego Asclepio. 

Caos dioses, dioses de la muerte y los dioses funestos. 

(Nahar, Yaw, Lotán?, Leviatán?) 
Él es el dios del mar y los ríos, que habita en un palacio bajo el mar. Lleva una pelea con Baal. Él pudo haber tenido en su siguiente un dragón (TNN), que vive en el mar, una serpiente (BTN), y / o Lotán Leviatán / o puede haber sido todas esas criaturas. 
Se le da la realeza por El. Amenaza vasta destrucción hasta los nombres de El lo "amado de El y lo envía en su manera de expulsar a Baal. Reprendió por Kothar-y-Khasi, que envía mensajeros a El para exigir la entrega de Baal. Baal le golpea con Yagrush y Cazador en el pecho y la frente, derribándolo. Él es asesinado y dispersas, a instancias de Athtart. La batalla puede haber sido representante de áspero invierno del mar que calmó las tormentas en la primavera y que fueron precedidos y acompañados por las lluvias de otoño que puso fin a la sequía del verano y ha permitido hacer crecer los cultivos. 

Arsh 
El 'niño mimado de los dioses', un asistente monstruosa de ñame, asesinado por Anat. Arċh vidas en el mar. 

Atik 
El 'ternero de El ", un enemigo de Baal. Asesinado por Anat. 

Ishat (fuego) 
La perra de los dioses ", un enemigo de Baal, asesinado por Anat.

Zabib (llama? moscas?) 
La hija de El, un enemigo de Baal, asesinado por Anat. 

'Mot Príncipe / Disolución / Evil '(y-Shar) "La muerte 
Mot es una deidad semítica hijo de El y es representante de la muerte y de la aridez, en contraste con Baal que es dios de la lluvia y la fertilidad en la mitología de Asia Menor.
La palabra mot significa «muerte» en el idioma ugarítico.

Resef 
'Príncipe Resef' es el dios de la peste. 

aklm   'los devoradores' 
Estas son algunas de las criaturas que lucharon Baal-Hadad en el desierto, recuerdan algunos de los saltamontes. 

Refaim (rpum) - 'matices' 
Estas son las deidades del inframundo que Daniel se reúne en su viaje allí. Es posible que hayan estado involucrados en las negociaciones con él para el regreso de su hijo Aqhat  Ocho de ellos dirigido por Domi-Baal (Rapiu? Baal?) llegan a una fiesta dada por El en carros, a caballo, y asnos salvajes. 

Moloc (Melekh, Malik, Milcom?, Milqart?) 
Moloch o Moloch Baal fue un dios de origen cananita que fue adorado por los fenicios, cartagineses y sirios. Era considerado el símbolo del fuego purificante. Griegos y romanos lo identificaban con Cronos y Saturno, respectivamente.
Moloch (en hebreo מלך, mlk) se trata de una divinidad adorada por los pueblos del Levante, mencionada varias veces en la Biblia. La palabra Molech no representa la pronunciación original del nombre en hebreo, y no es más que la vocalización del griego Moloch encontrada en la traducción griega del Antiguo Testamento, conocida como la Septuaginta.
Tradicionalmente se ha interpretado Moloch como el nombre de un dios, probablemente denominado «el rey», pero pronunciado a propósito como Molek en vez de Melek, utilizando las vocales de la palabra hebrea bosheth ("ignominia).
Sin embargo, en otros pasajes el dios de los amonitas es llamado Milcom, no Moloch (Libro de los Reyes 1 - 11.33, y Sofonías 1,5). La Septuaginta lo llama Milcom en Reyes 1 - 11.7 en vez de Moloch, aunque esto sugiere un posible error en la transcripción del hebreo. Como consecuencia, muchas traducciones inglesas lo denominan Milcom.
Por otra parte, se le suele confundir con Baal, en semítico cananeo [baʕal], «amo» o «señor»; en hebreo, ‎ [Báʿal]; en árabe, [Ba,al]) que es una antigua divinidad de varios pueblos situados en Asia Menor y su área influencia: babilonios, caldeos, cartagineses, fenicios (asociado a Melkart), filisteos, israelitas y sidonios. Era el dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad.
Generalmente Moloch es representado como una figura humana con cabeza de carnero o becerro, sentado en un trono y con una corona u otro distintivo de realeza, como un báculo.
Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños (véase rito molk), especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de materia.
En los templos en los que se rendía culto a Moloch se encontraba una enorme estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca, y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto. Dentro de la estatua se encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante el holocausto. En ocasiones los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua, que por medio de unas cadenas se levantaban hasta la boca, introduciendo a la víctima dentro del vientre incandescente del dios.
Plutarco relata (De Superstitiones, 171):
Antes de que la estatua fuese llenada se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud.
Diodoro Sículo (Diodorus Siculus) (20.14) escribió:
Había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las manos extendidas, las palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego.
Teodoro también relata que los familiares tenían prohibido llorar, y que cuando Agatocles derrotó a Cartago, los nobles cartagineses creyeron que habían disgustado a Moloch, así que sustituyeron a los niños recién nacidos por sus propios hijos para el sacrificio. Intentaron compensar al dios realizando el holocausto con 200 niños de las mejores familias ininterrumpidamente, llegando a sacrificar 300 en total. La gigantesca estatua de bronce estaba al rojo, y las tropas que sitiaban la ciudad asistían al espectáculo desde las murallas exteriores que ya habían conquistado.
También lo relata Cleitarchus en un comentario sobre la República de Platón:
Al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch vestido de túnica púrpura, color de pureza, le pregunté cuál es el origen del culto. Me contestó que en los tiempos primordiales hubo una gran catástrofe y hoy en día, si no fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serían piedras lo que se encontrase en ella. Entonces, en medio de una plataforma había una estatua de Cronos, con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que engullen a los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza resbalando al fondo del brasero. Así es que esta mueca se conoce como risa sardónica, puesto que ríen al morir.
Moloch aparece en el Primer Libro de los Reyes 11.7:
Entonces Salomón hizo construir un gran edificio para Quemos, la abominación de Moab, en la montaña que hay frente a Jerusalén, y Milkom, la abominación de los hijos de Ammon.
Y en Levítico 18.21:
Y no entregarás a nadie de tu descendencia a Molech, ni profanarás el nombre de tu Dios: yo soy Yahvé.
Baal de Ugarit



Bibliografía

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Cline, Eric H. Traducción de Cecilia Belza. (2015 (2014 inglés).). 177 a. C. El año en que la civilización se derrumbó. Crítica. Barcelona. 352 pp.
Colin McEvedy, The Penguin Atlas of Ancient History (1967) p. 36. ISBN 0-14-051151-2
William L. Moran: The Amarna Letters, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1992. ISBN 0-8018-4251-4

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