Termas romanas
Las termas romanas son recintos públicos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balnea o balneum y si eran públicos thermae o therma.
Las termas
romanas eran baños públicos con estancias reservadas para actividades
gimnásticas y lúdicas. También eran considerados lugares de reunión y a ellos
acudía la gente que no podía permitirse tener uno en su casa, como los plebeyos
o los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis
para el resto de la población.
A finales
del siglo V a. C. las antiguas estancias de baño asociadas a los
gimnasios griegos se perfeccionaron y crecieron en complejidad, convirtiéndose
en estancias independientes destinadas sólo al baño. Estas estancias ofrecían
baños de vapor y piscinas frías, templadas y calientes.
En Roma,
siguiendo el ejemplo griego, se construyeron estancias similares que pronto
fueron del gusto de la ciudadanía. Ya no solo se realizaban los actos de
limpieza y relajación, así como aquellos medicinales cuando las aguas tenían
propiedades curativas, sino que se añadía un cuidado del cuerpo que incluía
prácticas deportivas y un ritual de masajes con diferentes sustancias como
esencias y aceites especiales.
El nombre
de termas se aplica por primera vez a unos baños construidos por Agripina en el
año 25 d. C. Nerón construyó unas termas en el campo de Marte: Termas
de Nerón, las cuales se encuentran prácticamente desaparecidas. Las primeras
termas de carácter monumental son las que inició Domiciano e inauguró Trajano,
las Termas de Trajano, pero fueron ampliamente superadas por las de Caracalla,
cuya inauguración tuvo lugar el año 216.
El uso de
las termas se generalizó en el mundo romano a partir del siglo I a. C.,
cuando se descubrió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire
caliente gracias al ingeniero Cayo Sergio Orata. Su uso fue difundido por el Imperio
romano a toda Europa.
Las
actuales ruinas de las termas romanas de Caracalla dan idea del monumental
tamaño del complejo termario que se extendía con servicios como biblioteca o
tiendas. Estas instalaciones, construidas alrededor del año 217, tenían un
aforo de mil seiscientos usuarios. Las termas de Diocleciano, otras de las
importantes instalaciones de este tipo de la capital del Imperio, fueron
remodeladas por Miguel Ángel que convirtió su tepidarium en la iglesia de Santa
María de los Ángeles.
Los restos
termales romanos más antiguos de los que hay noticia son las termas de Pompeya
datadas en el siglo II a. C.
Los baños
romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el Sol. En los lugares
destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no
había espacios separados, el establecimiento abría unas horas al día para
mujeres y otras para hombres, y solo una vez al año las termas eran abiertas al
pueblo. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto
a hombres y mujeres.
Otro uso
predominante y que suele aparecer en todo lugar donde acudían las entidades de
la ciudad (al igual que el teatro por ejemplo), en las termas también se solía
acudir para "socializarse".
Los hombres charlaban sobre política, sobre sus planes de futuro y de cómo
veían el panorama de Roma. Por su parte las mujeres hablaban de los chismes y
rumores de los entresijos patricios del palatino. Era en muchas ocasiones un
centro de reuniones informales, perfecto por su relajante aire vaporado y las
calientes aguas termales.
Las
estancias termales eran, dentro de la diversidad, similares en todo el Imperio. Normalmente constaban de las
siguientes estancias:
Palestra: Patio central al que se abría todas la demás estancias y se podía practicar
ejercicios físicos.
Tabernae: Tiendas adosadas a las salas de baños donde se vendían bebidas y
comida, que los vendedores pregonaban a grandes voces entre los bañistas.
Caldarium: Baño de agua caliente, el alveus.
Era la habitación más luminosa y adornada. En las grandes termas había incluso
piscinas donde se podía nadar. En las más pequeñas, el baño se tomaba en bañera
o depósitos de agua caliente llamados labra.
Frigidarium: Era la sala destinada a los baños de agua fría. En las grandes
termas el frigidarium estaba descubierto e incluía entre sus
instalaciones una gran piscina donde poder practicar la natación (Natatiae).
Tepidarium: Habitación de temperatura tibia que preparaba al bañista para la de
agua caliente.
Apodyterium: Vestuarios. Habitación próxima al pórtico de la entrada donde los
bañistas dejaban sus ropas. Había un banco corrido y en la pared unas
hornacinas sin puertas, donde se depositaban las ropas y los objetos
personales, que quedaban vigilados por un esclavo.
Laconicum: Baño de vapor.
Los
recursos hidráulicos eran traídos mediante la red de acueductos que toda ciudad
romana tenía, aun cuando el punto de captación del agua estuviera lejos del
núcleo urbano, como en el caso de Segovia que dista más de 14Km.
El
interior de las estancias y las piscinas de agua caliente se realizaba mediante
el sistema de hypocaustum. El
sistema está basado en la distribución mediante túneles y tubos de agua
caliente y vapor que se extendía por debajo de los suelos de las estancias y
piscinas y era alimentado por una serie de hornos que se hallaban en los
sótanos. Reminiscencia de este tipo de calefacción es la gloria castellana.
Termas importantes
·Termas de
Caracalla
·
Termas de Agripa
·
Termas de Diocleciano
·
Termas de Nerón
·
Termas de Tito
·
Termas de Campo Valdés
·
Termas de Trajano
Los
detalles ornamentales de la arquitectura de los grandes conjuntos termales de
Roma eran especialmente ricos y elaborados; e impresionaron fuertemente a los
arquitectos que visitaron Roma. Los capiteles son bastante convencionales, pero
los entablamentos emplean una importante carga ornamental. Hoy muchos de estos
detalles han desaparecido.
Palladio
tomó nota de ellos. Y en su tratado de arquitectura aprovechó algunas
lecciones. Por ejemplo, la penúltima lámina presenta un friso abombado
("pulvinato" lo llamaban los italianos), que adoptó para su diseño
del orden jónico. Cuando se aprecia este detalle en algún edificio europeo se
puede casi asegurar que su arquitecto se inspiraba en Palladio.
Termas de Caracalla
Los baños de Caracalla, las termas más grandes
que sobreviven hasta hoy y las segundas más grandes en haberse construído,
después de las de Diocleciano (en español, estos baños "termas", voz
que proviene del griego "thermos"
que significa "caliente").
Este complejo fue iniciado por el emperador Séptimo
Severo en 206 D.C y completado por Caracalla entre 212-217 DC. Se inauguraron con el nombre
de Termas Antoninas, pues al
emperador Marco Aurelio Antonino Basiano jamás se le conoció en vida con el
nombre de Caracalla. Aunque fueron despojadas de sus esculturas y demás
riquezas desde fecha temprana, se conservan aún grandes fragmentos de mosaicos,
algunos de ellos correspondientes a la planta superior del edificio, que se
desplomó.
Varias de las gigantescas bañeras de
mármol, esculpidas en un solo bloque, se trasladaron al centro de Roma para ser
usadas como fuentes. Su escultura más famosa, el grupo llamado "Toro Farnesio", se conserva
en el Museo Arqueológico de Nápoles. Actualmente, los restos del complejo se
encuentran flanqueados por la Viale
Aventino (avenida Aventino), y la Viale
delle Terme di Caracalla (avenida de las Termas de Caracalla).
Posteriormente, otros emperadores como Elagábalo y Alessandro Severo complementaron la obra o la refaccionaron. El
edificio fue destruido por un terremoto en 847, aunque ya desde 537 no podía
ser usado ya que los canales de agua fueron destruidos por una guerra.
El conjunto ocupa una extensión de 13 hectáreas
y se ubica al inicio de la Vía Apia. El edificio principal tenía 228 m de largo
por 166 de ancho y 38.5 de alto.
Las Termas
de Caracalla se convirtieron en el complejo de baños más lujoso de toda
Roma, y su tamaño fue sólo superado por las Termas de Diocleciano. Sus ruinas
son, sin embargo, las más grandes conservadas hoy. El edificio fue construido
en cinco años, lo que supone un logro de la ingeniería romana, considerando el
tiempo que tardaron y la enormidad del complejo. Las termas contaban con un
gran recinto, de más de 400 metros de anchura en los ábsides, y una estructura
central en donde se encontraban las termas, propiamente hablando. A su
alrededor había un amplio jardín. Para el suministro de agua, se desvió hacia
los baños una rama del Aqua Marcia para abastecerlo, que recibió el
nombre de Aqua Antoniniana Iovia.
En el siglo
III a. C., en la zona en que serían edificadas las termas, había un
amplio estanque conocido como Piscina Pública. Cuando en el siglo
III d. C., los baños fueron terminados e inaugurados, se encargaron
de reemplazar a la antigua piscina.
Además
de los baños, incluía espacios de reunión, bibliotecas y hasta un pequeño
estadio, pudiendo albergar hasta 1700 bañistas.
El
recinto se hallaba definido por un cerco cuadrangular. El diseño, como en
muchos otros casos en la arquitectura romana, seguía un patrón simétrico.
En el noreste se ubicaba el ingreso principal,
flanqueado por pórticos en dos niveles que contenían locales comerciales. Tras
atravesar los pórticos de ingreso, se encontraban breves jardines que precedían
al cuerpo central. Tras el ingreso se llegaba a los vestuarios (apodytera), donde el usuario
luego de despojarse de su ropas las dejaba en un estante. Posteriormente hacía
ejercicio en el gimnasio (palestra)
o recibía un masaje en alguno de los cuartos conexos. Las termas contaban con
tres tipos de baños: fríos, calientes y tibios.
Parte norte y sur
En el área
norte había un pórtico, precedido por una serie de habitaciones en dos niveles,
en los cuales, probablemente, se ubicaban varias tiendas. Aquel pórtico y
aquellas habitaciones servían como soporte estructural de la colina celia. En
el lado sur se encontraba el medio estadio, equipado con gradas para los
espectadores, y que servían para ocultar las grandes cisternas que había detrás
de ellas. En estas cisternas se podía contener un total de 80.000 metros
cúbicos de agua. Situadas simétricamente, había dos grandes estancias más que
seguramente sirvieron como bibliotecas.
Lado este y oeste
En los
lados este y oeste se construyeron dos grandes exedras laterales y simétricas.
En el espacio central había un ábside precedido por una columnata, con pequeñas
habitaciones a cada lado, una de las cuales fue edificada con forma octogonal y
cubierta por una cúpula.
Área central del
complejo
Las
habitaciones de las termas se diseñaron simétricamente entorno al eje central
de los baños, siguiendo el modelo habitual de la Roma imperial. A ambos lados
había dos entradas que llevaban a los vestuarios o apodyteria, que tenían un corredor central que conducía a
dos habitaciones a cada lado con bóvedas de cañón. Al igual que el resto del
complejo, el suelo estaba decorado con mosaicos. Desde los vestuarios se podía
acceder a la palestra (gimnasio), para practicar ejercicios físicos, a cubierto
o al aire libre. Los usuarios hacían ejercicios gimnásticos o practicaban la
lucha cuerpo a cuerpo, y mano a mano. La zona era un amplio patio sin cubierta,
rodeado en tres lados por pórticos, con techo abovedado y suelos de mosaico de
espiga. En el otro lado había un amplio semicírculo. Los mosaicos del suelo,
del que han sobrevivido grandes fragmentos, en su momento fueron
excepcionalmente bellos y de vividos colores. Al finalizar los ejercicios
físicos, los romanos podían dirigirse a las termas, usadas conjuntamente por
ambos sexos.
Frigidarium, pintado por Sir Lawrence Alma-Tadema.
En la parte anterior se halla el Frigidarium,
un gran salón conteniendo los baños fríos y que tenía una enorme piscina
descubierta o natatio. En medio del edificio se hallaba el Tepidarium,
que eran los baños tibios. Posteriormente iba al Caldarium, una
especie de baños sauna, cuyas paredes eran calentadas a través de tubos huecos
de terracota y cuya figura cilíndrica cubierta por una cúpula dominaba la parte
posterior del conjunto.
Tepidarium, pintado por Alma-Tadema, 1881
Caldarium
A los costados se encontraban dos grandes
salientes semicirculares que conformaban las bibliotecas. Al fondo, se ubicaba
el estadio que sólo tenía graderías por un lado, escondiendo tras sí las
enormes cisternas.
Uno de los aspectos
que más llamó mi atención fue la impresionante escala del edificio. Este no era
un templo o un palacio, era un equipamiento de uso público. Sin embargo la
impresionante monumentalidad de la escala deja claro el mensaje de la
arquitectura como instrumento simbólico del poder imperial.
El caldarium
tenía una enorme sala circular cubierta por una cúpula, de la que se conservan
varios pilares de sujeción. La habitación fue diseñada y situada dentro del
complejo para recibir la luz del sol a lo largo del día mediante unas grandes
ventanas. Sus paredes eran calentadas a través de tubos huecos de terracota.
Desde el caldarium
se pasaba al tepidarium, en donde originalmente se encontraban dos
grandes bañeras a ambos lados. En el centro del edificio estaba ubicada la
basílica, cubierta por tres grandes bóvedas de crucería, soportadas por unos
imponentes pilares. La natatio era la última estancia a la que se podía
acceder. Se trataba de una gran piscina descubierta, hoy sería considerada como
una piscina olímpica, que tenía uno de sus muros frente al de la fachada
exterior, decorada de nichos con estatuas.
El sistema
constructivo combinó el uso del ladrillo cocido con el hormigón (opus
caementicium) el cual era una mezcla de pequeñas piedritas y un mortero de
arena y cal. Pero aún más impresionante es el complicado sistema hidráulico que
servía a los baños.
El agua era traída de
los manantiales de Subiaco, a 100 km de Roma, a través del acueducto Aqua
Marcia y de allí se abastecía un ramo especial llamado Aqua Antoniniana. El
agua llegaba a una enorme cisterna dividida en 18 compartimentos y una
capacidad de 80,000 m3. Desde allí bajaba por gravedad a unos tubos y
atravesaba los jardines rumbo al edificio.
Existían tres redes
de túneles, hechos para facilitar la inspección y mantenimiento de las
instalaciones: para agua, desagüe y almacenamiento de madera, que era usada en
cerca de 50 hornos para calentar el agua.
El interior de las
termas era magnífico. La piscina o natatio era
descubierta y decorada con cuatro columnas de granito. Existían también grandes
espejos de bronce para reflejar la luz solar. Las paredes tenían recubrimientos
de mármol o estaban decoradas con frescos y cientos de estatuas se ubicaban en
nichos en varios niveles.
Interior de las
termas
Los pisos eran
cubiertos de mosaicos blancos y negros, algunos de los cuales aún pueden ser
apreciados en el lugar.
El diseño paisajista era notable, los jardines
rodeaban al edificio siguiendo patrones geométricos e incluyendo estatuas,
fuentes y lugares de reunión y conversación.
Apodyterium, pintado por Alma
Tadema
Interior de las termas
Las Termas de Caracalla,
óleo de Lawrence Alma-Tadema (1899).
Termas de Agripa
Construidas
por Marco Vipsanio Agripa en el siglo I a. C.
Marco Agripa construye, en un solar al sur del ocupado por
el Panteón, las primeras termas públicas permanentes en Roma con un gran lujo
en las decoraciones. El edificio formaba parte del conjunto urbanizador del
Campo de Marte proyectado por el propio Agripa. El edificio de las termas
contaba con la presencia de las tres salas que se dan en las termas, destinadas
a su función: frigidarium (agua
fría); tepidarium (agua templada,
tibia): caldarium (agua caliente).
La sala del caldarium estaba cubierta por una bóveda de 25 m. de diámetro ricamente decorada. Esta solución técnica bien pudo ser el antecedente de la que cubrió el Panteón a poca distancia más al norte.
La sala del caldarium estaba cubierta por una bóveda de 25 m. de diámetro ricamente decorada. Esta solución técnica bien pudo ser el antecedente de la que cubrió el Panteón a poca distancia más al norte.
Planta de las Termas de Agripa
Las Termas
de Agripa fueron la primera de las grandes termas construidas en la Antigua
Roma al mismo tiempo que el Panteón y en eje con él, como un balaneion.
Originalmente no eran propiamente unas termas, eran al parecer un baño de aire
caliente con agua fría, no muy diferente de una sauna. Sin embargo con la
finalización del Aqua Virgo, el acueducto terminado por Agripa en
19 a. C., los baños se proveyeron de agua de forma regular,
convirtiéndose en unas termas propiamente dichas, con una gran piscina
ornamental adjunta (Stagnum Agrippae) y una rica decoración interior con
mosaicos y obras de arte: el Apoxiomeno de Lisipo se alzaba en el exterior. A
su muerte legó sus Termas a los ciudadanos de Roma (12 a C.) La
piscina se encontraba un poco hacia el oeste, entre las actuales Via de Nari y
Corso Vittorio Emanuele. Obtenida su agua de la regularización de la cuenca
natural del palus Caprae, debía tener la función de natatio
(piscina para natación) de las termas. De aquí partía el euripo que cruzaba el Campo
de Marte y desaguaba en el Tíber, cerca del actual Ponte Vittorio Emanuele II.
En el año
80 d. C., las termas se vieron afectadas por un gran incendio, pero
fueron restauradas y ampliadas, estaban atestados en época de Marco Valerio
Marcial. En tiempos del emperador Adriano se realizaron diversas reformas
internas. Sidonio Apolinar menciona que las Termas de Agripa todavía estaban en
uso en el siglo V.
Parece ser
que a partir siglo VII d. C. se utilizaron las termas, ya
abandonadas, como cantera de materiales constructivos, a pesar de ello gran
parte de la estructura se mantenía todavía en pie en el siglo XVI, como
reflejan los grabados de Baldassare Peruzzi y Andrea Palladio, entre otros. Hoy
en día la zona se encuentra altamente urbanizada y los restos que se conservan
son muy escasos.
El plano es
conocido a través de un fragmento de los Forma Urbis y de dibujos de la
época del Renacimiento, pero cabe la posibilidad de que el diseño no se remonte
a la estructura original, sino a la restauración de las épocas de los
emperadores Adriano y Septimio Severo. La de este último, en particular,
parece, de hecho, útil para rastrear los restos que todavía existen.
El edificio
medía un total de entre 80 y 100 metros de ancho (este-oeste) y unos 120 de
longitud. La planta era de estilo «republicano» (como los edificios de Pompeya,
tales como las Termas Estabianas), en combinación con entornos sin un patrón
preciso alrededor de una habitación circular de gran tamaño, con un diámetro de
25 metros, en medio de la misma, de aproximadamente 10 m. Se conserva hasta el
comienzo de la cúpula, que se conoce popularmente como el «Arco della
Ciambella» (probablemente relevante en las restauraciones que tuvieron lugar en
los siglos II y III).
Escribe
Vitruvio en lo referente a la construcción del edificio que alojara los baños
públicos:
"Lo primero que debe hacerse es seleccionar un
lugar lo más cálido posible, es decir, un lugar opuesto al septentrión y al
viento del norte. En la sala de los baños calientes y en la de los baños
templados la luz debe entrar por el lado del poniente; si la naturaleza o
situación del lugar no lo permite, en ese caso tomará la luz desde el mediodía,
ya que el tiempo fijado para los baños va desde el mediodía hasta el atardecer.
Debe procurarse que los baños calientes para mujeres y hombres estén juntos y
situados con esta orientación, ya que así se logrará que los útiles de la casa
de baños y el horno para calentar sean los mismos para ambos sexos.
Sobre el horno se colocarán tres calderas de bronce:
la de agua caliente, la de agua templada y la de agua fría. Deben colocarse de
manera que la cantidad de agua que procede desde la caldera templada hacia la
de agua caliente sea la misma que desemboque desde la caldera de agua fría en
la del agua templada; así también las salas abovedadas de las piscinas se
calentarán con el mismo horno.
Los pisos elevados de los baños de agua caliente
deben alzarse de la siguiente manera: en primer lugar, se pavimentará el piso
inclinado hacia el horno, mediante unas baldosas o tejas de un pie y medio, de
modo que si arrojamos una pelota no pueda detenerse en el piso sino que por sí
misma vaya a parar a la boca del horno; la llama se expandirá así sin ninguna
dificultad bajo el piso abovedado. Sobre el suelo colocaremos unos pilares de
pequeños ladrillos de ocho pulgadas, teniendo en cuenta que se puedan
intercalar en medio unas tejas de dos pies; la altura de los pilares será de
dos pies. Los pilares estarán compuestos de arcilla amasada con pelo y sobre
ellos colocaremos unas tejas de dos pies, que soportarán el pavimento. Si las
estancias abovedadas son de mampostería, resultarán más eficaces y provechosas,
pero si fueran de madera colóquese debajo una falsa bóveda de barro, de la
forma siguiente: háganse unas regletas (cabrios) o unos arcos de hierro y mediante
numerosos garfios de hierro también cuélguense del entramado; colóquense tales
regletas o arcos de modo que puedan asentarse e introducirse las tejas sin
formar bordes, entre dos regletas; así, todo el conjunto abovedado resultará
perfecto, ya que se apoyará en una estructura de hierro. Las junturas de estas
bóvedas se recubrirán, por la parte de arriba, con arcilla amasada con pelo y,
de yeso y barro cocido y después se enlucirá con estuco, o bien con escayola.
Si en las estancias de baños de agua caliente se construyen dobles bóvedas,
ello proporcionara una mayor utilidad; el vaho del vapor no logrará corromper
la madera del entramado, sino que se dispersará entre las dos bóvedas. Las
dimensiones de los baños serán proporcionadas al número de bañistas: su anchura
medirá una tercera parte menos que su longitud, sin contar la sala de la bañera
ni la de la piscina. La bañera debe situarse debajo de la ventana, pero de modo
que los bañistas, que están alrededor, no impidan ni estorben el paso de la luz
con sus sombras. Es muy conveniente que las estancias de las bañeras sean
espaciosas, ya que al ocupar los bordes los primeros bañistas, puedan
permanecer con toda seguridad los que esperan en pie. La anchura de la piscina
entre la pared y la galería- no debe ser inferior a seis pies para que el
escalón inferior y el asiento ocupen únicamente dos pies. La sala de los baños
de vapor y la sala para sudar -saunas- quedarán contiguas a la sala de baño de
agua templada; su anchura será igual que su altura hasta el borde inferior,
donde descansa la bóveda. En medio de la bóveda, en su parte central, déjese
una abertura de luz, de la que colgará un escudo de bronce, mediante unas
cadenas; al subirlo o al bajarlo se irá ajustando la temperatura de la sala de
baños de vapor. Conviene que la sala de baños de vapor sea circular con el fin
de que, desde el centro, se difunda por igual la fuerza de las llamas y la del
vapor, por toda la rotonda de la sala circular."
De
Architectura - Libro V Capítulo X
De estas
termas proviene el Pignone, sito en la actualidad en el recinto de los
Museos Vaticanos. Las termas de agripa se situaban en Roma.
Termas de Diocleciano
Las Termas
de Diocleciano (Thermae Diocletiani) fueron los más resaltantes baños
termales de la Antigua Roma, con capacidad para más de 3.000 personas.
En el año
298 d. C. se encargan los trabajos para un gran balneario, promovidas
por el emperador Diocleciano. Las termas datan del año 305 d. C., y
fueron completadas durante el mandato de varios emperadores. Las Termas de
Diocleciano continuaron siendo utilizadas hasta que los godos interrumpieron el
flujo de agua de los acueductos que las surtían en 537.
Diocleciano
fue acusado por la muerte de miles de cristianos condenados a trabajos forzados
en la construcción de las termas. Al término de las obras, en el año 305,
abdicó. En el 1561, el papa Pío IV mandaría construir a Miguel Ángel una
iglesia en memoria de esos mártires en el propio espacio de las termas: Santa María de los Ángeles y de los
Mártires.
En
noviembre de 2008, el aula X de las termas se abrió de nuevo al público tras 30
años de trabajos de restauración.
Características
La
estructura de las termas era similar a las Termas de Caracalla, construidas un
siglo antes, y con casi la mitad de capacidad. Se construyeron con ladrillo,
revestido de mármol en el interior, y de estuco en el exterior, destacando la
riqueza de los mosaicos del pavimento.
Parte de
las termas se ha conservado gracias a que varias zonas de ellas fueron
reutilizadas como base para iglesias y otras construcciones: en el complejo de
las termas actualmente se encuentran la Basílica
de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri (en el tepidarium), la
Iglesia de San Bernardo alle Terme
(en una de las dos salas circulares), y parte del Museo Nacional Romano; pero
la mayoría de las 13 hectáreas que ocupaba el complejo ha desaparecido.
Las termas
estaban orientadas hacia el sudoeste para que la energía solar calentase el caldarium sin afectar el frigidarium. Dada la gran extensión que
ocupaban, en las calles circundantes se pueden observar restos de las termas.
Reconstrucción de las termas de
Diocleciano
Los romanos frecuentaban
diariamente las termas y permanecian em sus dependencias varias horas. Los
romanos ricos iban acompañados de sus esclavos.
Basílica de Santa Maria degli Angeli e
dei Martiri, construida en el tepidarium de las termas.
La iglesia de San Bernardo alle Terme
fue construida dentro de una de las dos salas circulares de las termas.
Termas de Nerón
Las Termas de Nerón también llamadas Thermae Alexandrinae fueron unas
Termas de la Antigua Roma. Fueron construidas en la década del
60 d. C. durante el reinado de Nerón, siendo reedificadas a una
escala mayor en época del emperador Alejandro Severo, lo que provocó que fueran
rebautizadas como Thermae Alexandrinae.
Las Termas de Nerón, tienen una estructura
y distribución que será repetida en otras termas como las construidas por el
emperador Trajano, siendo las Termas de Diocleciano las que emplearon dicha
distribución a la mayor escala vista hasta entonces.
Dichos baños ocupaban una superficie
aproximada de 300 x 120 metros, situándose a apenas 50 metros al oeste del
Panteón de Agripa. Actualmente solo son visibles algunos vestigios aislados,
pero se sabe que diversos palacios e iglesias como el Palazzo Madama y San
Luigi dei Francesi emplearon muros romanos de las termas a la hora de ser
construidos. Diversas columnas extraídas con el paso de los siglos se han
utilizado en monumentos como el Panteón de Agripa. En fechas recientes se ha
instalado en Via dei Staderari un gran pilón de granito que probablemente
procedía del baño caliente de las termas.
Termas
de Tito
Termas
de Tito fueron baños termales construidos en Roma
por el emperador Tito.
Ubicadas al
pie del Monte Esquilino, las termas tenían capacidad para recibir a 1.600
personas. El precio de entrada era de una moneda, la de menor denominación.
Tito
queriendo alejar los tristes recuerdos de la última erupción del Vesubio y de
un terrible incendio que había destruido los principales edificios de Roma
concibió el proyecto de construir un vasto edificio que contuviera a la vez,
salas para las representaciones dramáticas y Uterinas suntuosas. Este edificio
fue construido sobre las ruinas del palacio de Nerón que un incendio había
destruido, como para hacer desaparecer hasta el recuerdo de los tiempos
pasados.
Este
inmenso edificio da una idea de la magnificencia romana y de este lujo
prodigioso que presagia una decadencia general. Fue no obstante construido en
una época en que el arte había tomado un carácter grandioso y magnífico y donde
se empleaba, además de la necesidad, ciertas formas variadas y elegantes.
Por la
planta de las termas (imagen lateral) se ve la extensión de los
establecimientos de este género. Esta planta se compone de dos cercados
comprendidos el uno en el otro. El primero contiene los pórticos para ponerse a
cubierto, las salas para las atletas, las bibliotecas, teatros para las
representaciones dramáticas y los combates de gladiadores, las escuelas, las exedras
guarnecidas de bancos donde los filósofos y los sabios se reunían para
discutir. La segunda comprende los baños propiamente dichos, y contenía la sala
en la cual se desnudan, llamada cutre los romanos apodyterium; otra sala donde se untan de olores y se
perfuman, llamada unctuarium.
Enseguida está la sala donde hacen ejercicios antes de entrar en el baño y que
lleva el nombre de coryceum o
de sphaeristerium. Después
siguen las caldaria o salas
de baños que tienen este nombre y alrededor de las cuales están las galerías.
Después del baño pasan a una sala de una temperatura agradable, llamada tepidarium, por que previene
para pasar a la sala del baño frío llamada frigidarium.
Esta última sala es muy espaciosa porque se bañan muchos a la vez y está
ricamente adornada con columnas y estatuas. Además hay otra sala con tubos para
los baños de vapor que lleva el nombre de sudario
y piezas subterráneas destinadas a calentar las salas y que se designan con el
nombre de hypocaustes.
Los
antiguos habían reunido en estos edificios todo lo que puede agradar a la vista
y recrear la imaginación. La decoración es espléndida, el pavimento de mosaico
con mármoles de colores, los techos cubiertos de magníficas pinturas, las salas
y los pórticos adornados de tableros con bajorrelieves de bustos, de estatuas
de los mejores maestros de todas las artes. En las termas de Tito fue hallado
el famoso grupo de Laoconte, el tronco antiguo, el toro Farnesio, etc.
Termas de Trajano
Restos de
las Termas de Trajano
Las Termas
de Trajano fueron diseñadas por el arquitecto Apolodoro y construidas junto al
Foro del emperador romano Trajano, quien las inauguró en el año 109 d. C. En su
origen, estos baños termales ocupaban unos 60.000 metros cuadrados y eran un
complejo de piscinas, saunas, salas de masajes y salas de relax para la
conversación. Eran las termas más grandes de Roma, y se convirtieron en uno de
los centros de ocio favoritos de los romanos. Ahora, tras cinco años de intenso
trabajo, los arquitectos Stefano Borghini y Raffaele Carlani han conseguido
reproducirlas digitalmente.
Construidas
sobre las ruinas de la Domus Aurea – la increíble y lujosa villa que Nerón creo
para sí mismo tras el incendio que devastó gran parte de Roma en el año 64 d.
C., De hecho, el término SPA proviene de la máxima latina Salus Per Aquam que significa
« salud por
medio del agua ».
«Lo que más me ha impresionado es
la Natatio, la imagen de esa piscina gigantesca, una especie de mar urbano
que se abría en el centro de Roma, lo que no tiene precedentes Hemos trabajado
durante cinco años, estudiando toda la información sobre las Termas de Trajano,
hemos consultado muchísimas fuentes y especialistas y hemos estado en
contacto con todos los expertos que trabajan en las excavaciones, como Rita
Volpe, arqueóloga de la Superintendencia de Roma», ha declarado a ABC Raffaele Carlani , uno de los arquitectos
encargados de la digitalización de las antiguas termas.
Las Termas
de Trajano contaban con el mayor edificio termal del mundo. El complejo medía
330x315 metros, con una estructura central de 190x212 metros.
Maqueta de las Termas de Trajano. Museo de la Ciudad de Roma, Italia.
Las Termas
de Trajano fueron concebidas como una especie de gran centro de ocio en
donde había jardines, fuentes, estatuas, frescos, ricos mármoles, salas para
diversos tipos de espectáculos, bibliotecas, comedores y tiendas. Su
grandiosidad aún puede ser percibida al contemplar algunas de sus ruinas
arqueológicas como es el caso de la enorme cisterna de agua de las siete salas.
El
emperador Trajano ya había construido el famoso acueducto que lleva su
nombre, pero sus colosales termas necesitaban mucha agua, y el nuevo acueducto
no daba abasto. Por esta razón ordenó la construcción de la gigantesca cisterna
de las siete
salas, cuya capacidad era de más de ocho
millones de litros de agua. La Cisterna de las Siete Salas disponía de nueve
ambientes diferentes cubiertos por una hermosa cúpula.
El Caldarium se
ubicó en el emplazamiento idóneo para que contara con la mejor iluminación
natural al mediodía y al ponerse el sol. Disponía de ventanas con cristales,
que se abrían en verano y se cerraban en invierno. Asimismo, en torno al eje
central de las Termas se distribuían, simétricamente, los vestuarios y
gimnasios. Hombres y mujeres tenían acceso a todos los espacios comunes de
forma conjunta, salvo a los vestuarios.
EL
TEATRO ROMANO
Sila estaba casi siempre
fuera de Roma, luchando contra sus enemigos (Mario, Mitrídates,...). Cuando Sila regresa triunfante de sus
luchas contra Mitrídates hará un desfile en el Campo de Marte tras lo que había
que hacer un edificio que conmemorase esta victoria. Sila, para engañar a las
mentes conservadoras romanas, tuvo una ocurrencia. Estando en Asia (isla de
Lesbos) asistió en el Teatro de Mitilene
a un concurso musical que le impresionó. Plutarco supone que aquello le impactó
y pensó que debía construir en Roma algo equiparable a aquel ambiente. Para
hacer esto existían varios problemas.
En las colonias fundadas por sus veteranos de
guerra (como Pompeya o Fiesole) sí que existirán estas nuevas construcciones
que se harán después en Roma: los teatros.
En Pompeya existía un teatro (como en las
ciudades griegas) : el Teatro Grande (por comparación con
el Teatro Pequeño que estaba al lado). Lo que queda de este teatro es la reconstrucción
que se hizo a principios del Siglo I d.C. de uno más viejo del año 100 a. C.
aproximadamente.
Siendo colonia de Sila tenemos una inscripción
donde dice que los colonos silanos construyeron el pequeño Teatro (de 800
personas de aforo). La inscripción también dice que se hizo por dos duoviros (a
manera de cónsules) sobre el 80-75 a.C. Se trataría de un teatro cubierto
(arqueológicamente denominados odeones) cuyo destino sería más oír
música que teatro. Su graderío es semicircular.
En Fiesole, la colonia silana (año 80 a.C.
ca.) construyó un teatro muy parecido al de Málaga (sobre una colina)
aprovechando el espacio natural. Así, en la época ya existían teatros que
podemos denominar romanos (los griegos ya existían) y, sin embargo, en Roma no
existían en la época teatros a pesar de que se escribían obras teatrales, que
existían representaciones, etc.
Las fuentes literarias nos dicen que en Roma
existían teatros efímeros de madera para representaciones teatrales que se
daban en determinados momentos (179, 174, 154 a.C.). Este último sería
promovido por las autoridades del Estado (censores), pero después se acababa la
cosa. Sabemos que los senatoriales eran enemigos de estas cosas hasta el punto
de que Valerio Máximo nos cuenta esta actitud ante las representaciones
teatrales: el senador Sapio Nasica
consideraba que el teatro reblandecía al duro romano y que no se debía caer en
las blandenguerías de los griegos. Por ello se promovieron, desde el Senado, la
protección de la moralidad pública afectada y leyes contra el lujo y a favor de
la austeridad (leyes antisuntuarias).
Estas leyes arraigaron fuertemente en Roma y de esta forma no se conocen
representaciones teatrales hasta un siglo después.
En 58 a.C. tenemos a un edil llamado Marco Emilio Escaulo que construyó un teatro muy rico
hasta el punto que mereció ser descrito por Plinio. M. E. Escaulo, para las
representaciones teatrales que duraran poco tiempo, construyó un teatro con
graderío (cávea) y escena de tres
cuerpos: tres pisos con 360 columnas de mármol y placas, también de mármol muy
rebuscado, que el edil se llevó después a su casa del Palatino, lo que supuso
un gran escándalo. Entre ellas había mármol negro de Quíos de hasta treinta y
ocho pies de altura. Las columnas estaban repartidas en tres órdenes: toscano,
jónico y corintio. Se describe la parte inferior de mármol, la media de vidrio
(revestidas de teselas de pasta vítrea), y la superior de madera dorada. Entre
la columnata existían tres mil estatuas de bronce. Tenía pinturas de pintores famosos
y tapices de telas atálidas (de Atalo de Persia). Debió costar mucho dinero
para ser tan efímero porque tras las representaciones se desmontó. Su capacidad
se decía ser de unos 80.000 espectadores (probablemente una exageración) pero de todas formas debió ser muy
importante.
La idea de estos teatros breves era prueba de
que en la Roma de aquel tiempo existía interés por la construcción de este tipo
de edificios.
En Pompeya, en el 70 a.C., se había construido
un anfiteatro (el famoso de la lucha
contra los nuceranos), edificio que, paradójicamente, no existió en Roma hasta
el 30 a.C., no existiendo ninguno en condiciones hasta finales del siglo I d.C.
(el Coliseo). Ya en el 53 a.C. se mandó construir uno pero fue efímero. Hay que
esperar un gran acontecimiento para que se haga efectivo el sueño de Sila. En
55 a.C. volvió Pompeyo victorioso y ese año construyó el primer teatro en
piedra burlando las prohibiciones antisuntuarias. Se trataba del Templo
dedicado a Venus Victris o Victoriosa (protectora de su gens) que, a la
manera de los santuarios del Lazio, llevaba un gran graderío con lo que,
colocándoles una escena, tenía todo un teatro delante del cual existía un gran
pórtico. Tanto teatro como pórtico serían diferentes. Tras el pórtico estaría
el Área Sacra del Largo Argentina.
El Teatro de Pompeyo tiene de diferente con
los teatros griegos y romanos anteriores la particularidad de que al ser una
llanura, la cávea se hace del suelo hacia arriba teniendo una gran fachada
exterior que se hace con tres cuerpos, teniendo la misma decoración que el
Tabularium, con tres zonas de galerías corridas con columnatas toscanas,
jónicas y corintias respectivamente. Cuando los Flavios hicieron el Coliseum,
la fachada repetirá el mismo esquema del Tabularium pero con la alternancia de
órdenes del Teatro de Pompeyo.
La edificación del teatro conllevó a que
después el gaditano Balbo el Menor construyera un teatro para conmemorar su
victoria contra los garamantes de
África (que vivían en la zona desértica de Libia). Se nos describe el triunfo
de éste en Roma diciendo que desfilaron las tropas con grandes cartelones en
los que aparecían pintados paisajes, gentes y animales del lugar libio (como
sucedía en la Pompé). Este teatro es
mal conocido porque ha sufrido muchas destrucciones. Tenía anexa la Cripta
Balbii (parte cubierta bajo el edificio que remataba en una exedra).
Cesar quiso construir otro teatro que hubo de
ser terminado por Augusto en el 11 a.C. Se trataba de una reproducción del
Teatro de Pompeyo conocido como el Teatro de Marcelo. Es el mejor
conservado de la época de Augusto. A partir de entonces los teatros tendrán la
misma estructura.
Si el Teatro de Pompeyo se inaugura en el 53
a.C. y todavía en el Siglo VI d.C. existía una reconstrucción (sobre la que
existe una inscripción de Teodorico), lo cierto es que en la Edad Media se
abandonó.
Lo que hoy queda se reconoce en la planta de
la ciudad moderna de Roma. De esta forma el Templo de Venus Victris es el
basamento de un palacio, las arquerías del Teatro se adaptaron a las calles de
la ciudad, etc. Así, hoy queda poco de aquel teatro. Existe un documento
excepcional para su reconstrucción y permite discutir el que el pórtico estaba
dividido. Este documento no es otro que la Forma Urbis Severiana (plano de los
Severos). Además existen referencias literarias que nos hablan de sus
dificultades para hacer el teatro (por las leyes antisuntuarias).
Del Teatro de Balbo y su Cripta conocemos
mucho menos. Sin embargo, también la Forma Urbis Severiana nos ha
ofrecido fragmentos de la forma del Teatro y la Cripta. Ésta (un pórtico
cubierto) está hoy excavada. Arqueológicamente se trata de un Cripto
Portico (construcción romana muy extendida como protección frente al
calor y la lluvia).
El que mejor se conserva de estos teatros es
el de Marcelo que carecía de pórtico
trasero porque daba al Tíber, pero sí tenía dos templos. Su planta es singular.
A ambos lados de la escena se ven dos formas con remates absidales (forma de
templos). Para algunos, como antes de la construcción (iniciada por César y
terminada en 11 a.C. por Augusto en conmemoración de la muerte de su sobrino
Marcelo) tuvieron que demoler algunos templos, es posible que esos edificios
fueran la forma de salvar los templos desaparecidos. Otros dicen que esos templetes
se colocaban en la parte post-escena. Por los textos sabemos que existen dos
templos republicanos, como los del Campus Martius, que eran probablemente el de
Spes
y la Pietas.
Este panorama de los tres grandes teatros es
riquísimo y conviene hacer consideraciones sobre los teatros romanos, sus
formas y sus elementos. Los tres se harán en un breve periodo de tiempo (entre
el 53 y el 11 a.C.). En ellos se condensa una sabiduría arquitectónica donde se
rompen las formas griegas (que utilizaban laderas para los graderíos). Aquí
tenían una doble fachada. Para su decoración se utilizaba la forma de
superposición de órdenes (como en el
Tabularium). Se añadió a la parte trasera unos jardines de esparcimiento
que servían para pasear, exponer pinturas, etc. Además, en el Teatro de Pompeyo
existen unas estatuas de un escultor romano (Coponius) que representaban a los catorce pueblos dominados por
Pompeyo. Eran estatuas probablemente femeninas que representaban, a la manera
helenística, a las naciones vencidas.
Cesar tuvo la misma intención de Pompeyo para
rivalizar con él, pero su muerte en 44 a.C. hizo que la obra por él empezada
tuviera que ser terminada por su sobrino Augusto. Después Balbo, el único
provincial que hizo un triunfo en Roma, construyó el teatro en la cripta que
lleva su nombre.
LAS PARTES DE UN
TEATRO.
Existen dos elementos bien diferenciados:
· Graderío o Cávea.
· Scaena (Escena).
En Pompeya existen diferencias entre el
pequeño y el gran teatro. El pequeño (de época silana) es de forma romana y el
grande presenta un estilo helenístico. El que se colocara un templo (razones
logístico-políticas) tenía una tradición en los edificios del Lazio.
Tras la muerte de Augusto, Tiberio estableció
el culto imperial (el emperador pasa
a ser un dios) y así el culto a estos muertos imperiales y el teatro van unidos
y parejos, por eso en los teatros siempre existe algo sagrado (así sucede, por
ejemplo, en Mérida donde existe un sacrarium en la cávea). En Roma no
se da tanto el teatro (literariamente) como la pantomima y los actos políticos
(lo que influyó en los mismos teatros) y por ello existen en los teatros
estatuas como la de Pompeyo de clara propaganda política.
En el Teatro
de Fiésole (de tiempos de Sila) ese elemento es evidente y así, en la parte
de arriba, debía existir un lugar sacro. En el teatro de Pompeyo tenemos el Porticus
postscaenium (“tras la escena”). En los teatros existían uno o dos
pórticos. En realidad el teatro consta de dos edificios: el teatro propiamente
dicho y el pórtico aunque no todos los teatros tenían porticus postscaenium. Sí
pueden tener y de hecho tienen un porticus
in summa cavea (“en lo alto de la cávea”). La cávea suele estar
dividida en tres partes:
· cávea baja
· cávea media
· cávea alta o summa cavea.
Así, el porticus in summa cavea es el que se encuentra en la cávea
alta.
Por donde entraban los actores se llegaba a la
orchaestra
(que es semicircular) a la que se accede por los parodoi. El público
accede a la misma cávea por unos pasillos subterráneos llamados vomitoria.
Pueden existir vomitoria por la cávea
baja, media o summa. Se llega a unas escaleras (scalae) que son los
asientos. Estas scalae dividen la
cávea en sectores (cuneus). Además hay que moverse horizontalmente por los
teatros. Los vomitorios dan a unos
pasillos llamados praecinctiones. En la parte exterior existe una fachada con
tantas puertas como cáveas.
Existe una importante descripción de los
teatros en los libros de Vitrubio (aunque a veces son descripciones que no
resultan prácticas).
Los parascaenia serían los cuerpos que
unen la scaena y la cávea.
Para pasar de la orchaestra a la scaena hay un escalón. A esa parte del
teatro, a ese primer escalón se le denomina proscaenium que sería lo
que antecede a la scaena, constando
de unos escalones que darían acceso a la escena. Esos escalones dan a un
tablezón denominado pulpitum debajo del cual hay una parte hueca que se llama hyposcaenium.
El scaenafrons
sería lo que está enfrente de la escena.
En la unión entre la cavea y la scaena hay dos
puertas que dan lugar a dos torres. Estas puertas son las versurae. En la scaena suele haber una serie de cuerpos.
A fin de que el sonido se pueda reproducir bien las scaenae son muy elevadas.
Teatro de
Marcelo
En la zona
de la Roma imperial conocida antiguamente con el nombre de Foro Olitorio, es
decir el área destinada a ser el mercado de las hortalizas, hoy entre el Ghetto
y la colina del Capitolio, fue erigido en
el año 13 a. de C. un teatro que el primer emperador Augusto
dedicó oficialmente a su bien amado sobrino y futuro heredero Marcelo, hijo de
su hermana Octavia, muerto prematuramente en el 23 a. C. cuando tenía solo 19
años de edad.
En realidad
la primera idea de construir un edificio en esta misma zona, fue de Julio Cesar que en el
año 46 a de C. hizo levantar un teatro provisional destruyendo una parte del
lado curvo del Circo de Flaminio (erigido en el 221 a.C., hoy totalmente
desaparecido) y dos
pequeños templos.
Cuando el
anónimo arquitecto Augusteo reconstruyó el teatro, estos templos, dedicados a divinidades
femeninas que todavía no han sido identificadas, fueron incluidos de una manera
muy original, en los dos lados de una gran exedra semicircular puesta en la
parte posterior del escenario.
Los restos actuales del teatro de Marcelo,
impresionan a casi todos, entre turistas y ciudadanos, por su belleza y por su alto nivel de
conservación debido, fundamentalmente, al hecho que a partir
del siglo XI (1150), lo que quedaba del antiguo edificio, fue incorporado a una fortaleza de la
familia Pierleoni, pasando luego (siglo XVI) a las manos de
otra importante familia romana, los Savelli, para llegar por fin (siglo XVIII)
a los últimos propietarios, los Orsini.
Fueron los
Savelli quienes encargaron al famoso arquitecto renacentista Baldassarre
Peruzzi que realizara sus residencia privada en la parte alta de la cávea, donde hoy aparecen bien visibles las 12
ventanas.
El teatro
de Marcelo en origen tenía una altura total de 32,60 metros y su cávea, del diámetro
de 130 m., estaba formada por 41 arcadas superpuestas (quedan hoy solo 12)
enmarcadas por semipilares de los dos órdenes griegos: dórico y jónico. En el ático los semipilares eran corintios.
Sabemos que
mascaras teatrales
estaban colocadas en el medio de cada arco.
En la época
imperial este era uno de
los pocos teatros permanentes que existían en toda Roma y
también uno de los más grandes, considerando que su capacidad era de unas 20.000 personas. De su
interior ya en el siglo V no quedaba prácticamente nada: desaparecieron columnas
de pórfido rojo de Egipto, mármoles policromos, estatuas originales griegas,
mosaicos y los preciosos estucos.
No todos
saben que por una ley escrita y aprobada por el mismo Augusto, y que fue
aplicada también en el célebre Coliseo, los espectadores que iban a asistir a
los espectáculos, estaban obligados a sentarse en determinados sitios según una
precisa jerarquía social: la sección puesta más arriba estaba siempre destinada
a las mujeres, a los extranjeros y a los esclavos, mientras las otras más
cercanas al escenario, estaban reservadas a los ciudadanos
romanos, a los caballeros, a los senadores, a las vestales y a los familiares
del emperador.
En la misma
zona donde hoy aparecen los restos del Teatro de Marcelo, durante los años
treinta del siglo pasado, los arqueólogos descubrieron impresionantes fragmentos de otros dos
templos identificados luego como los de Apolo Sosiano y de Belona.
El primero fue erigido por primera vez en el 431 a.C. probablemente durante el
dominio de los Tarquinios, pues en
época monárquica, y fue reconstruido en el año 34 a.C.; el segundo de la misma
edad del otro, estaba dedicado a una antigua divinidad de origen oriental que
se invocaba en caso de guerra. El templo de Apolo tenía una altura de casi 30
metros y era como un museo considerando por ejemplo que solo en el frontón
estaban esculturas originales griegas del siglo V a.C. traídas a Roma a fines
del siglo I a.C. como botín (hoy partes de estas fantásticas obras se pueden
ver en el Museo Montemartini, en la Via Ostiense).
Una
curiosidad: hay quien dice que en las noches de luna llena, es posible oír el sonido de las cadenas
de los condenados que durante la época medieval fueron encarcelados en los
subterráneos del teatro.
Teatro de Pompeyo
El Teatro
de Pompeyo (Theatrum Pompeium en latín)
fue un antiguo edificio público de la ciudad de Roma. Edificado durante la República,
en torno al año 55 a. C., se mantuvo en uso hasta el siglo V d.C.
Fue uno de
los primeros edificios permanentes de la ciudad de Roma, y el primer edificio
de la ciudad construido en mármol, lo que también le valió el apelativo de
teatro de mármol (theatrum marmoleum
en latín). No era simplemente un teatro, sino que contaba además con un jardín
decorado con estatuas de grandes artistas y actores así como con un espacio
destinado a encuentros públicos. El teatro se coronaba con un templo dedicado a
Venus Victoriosa (Venus Victrix en latín), deidad personal de Pompeyo. Esta
particularidad del templo ha sido interpretada por algunos especialistas como
una estrategia para evitar que tal edificio fuera considerado una simple
extravagancia personal.
Las
dimensiones del teatro eran enormes. La cávea contaba con 150 metros de
diámetro, y en su zona central se situaba una gran escalinata semicircular en
forma de exedra que ascendía al templo situado en la parte superior. Tras el
gran frente de escena de 90 metros se situaba un gran peristilo de columnas de
granito que rodeaba el jardín, y al final de éste se encontraba la Curia Pompeii, lugar donde se
reunió el Senado Romano en algunas ocasiones, y donde la tradición dice que fue
asesinado Julio César.
La
arquitectura de este teatro, aunque basado en los griegos, suponía diferencias
fundamentales y marcaría el prototipo de teatro romano, estableciendo la
tipología estructural que sería ampliamente repetida en teatros y anfiteatros
por todo el mundo romano. Al contrario que los teatros griegos que eran
edificados aprovechando las pendientes naturales de laderas o montañas para
construir la cávea, en Roma ésta se apoyaba en una estructura formada por
corredores abovedados que desde el nivel de la calle permitían acceder a las
distintas partes del graderío.
Esta
sofisticación del teatro no supuso que los romanos no aprovecharan las
pendientes naturales del terreno para edificar sus teatros, pero sí les
permitió construirlos en zonas llanas. El recinto finalmente era cerrado por un
frente de escena de mucha mayor entidad que en los teatros griegos, lo cual
mejoraba la acústica del recinto y además permitía controlar el acceso al
mismo.
Arqueología
La zona fue
excavada por orden de Mussolini durante las décadas de los 20 y los 30 del
siglo XX. Los restos del lado este del pórtico unido al teatro así como tres de
los otros cuatro templos asociados habitualmente al teatro pueden observarse en
el Largo di Torre Argentina.
El cuarto
de estos templos sin embargo se encuentra en gran medida bajo la actual trama
de la ciudad. Los escasos restos del templo propiamente dicho se encuentran en
el subsuelo de la Via di Grotta Pinta,
y alguna bóvedas también pueden observarse en sótanos y restaurante de esta
misma calle.
El teatro
se mantuvo en uso hasta el siglo V d. C., pero durante la Edad Media
siguió existiendo aunque usado como cantera de piedra.
LOS ANFITEATROS
En Roma tiene más éxito otros edificios que
derivan de ese teatro cuales son los anfiteatros, circos o
hipodromos. La palabra anfiteatrum significa “teatro por un lado y por otro”.
Vitrubio, que tanto trató el tema de los teatros en Roma, no nombra los
anfiteatros. Se piensa que ello puede ser debido a la pérdida de parte de su
obra.
El anfiteatro es una creación puramente
romana. En el año 53 a.C., el mismo año en que se inauguró el Teatro de
Pompeyo, Escribonio manda construir un anfiteatro.
Escribonio se sometió a lo que ordenaban las
leyes antisuntuarias romanas. Inauguró, para unos juegos gladiatorios, un
anfiteatro. Mandó construir dos teatros de madera que giraban. Uniendo las cáveas
esos dos teatros formaban un anfiteatro aunque lo cierto es que la vida de este
anfiteatro fue, lógicamente, efímera.
En el año 30 se inaugura el primer anfiteatro
de piedra pero no será hasta los Flavios,
con Vespasiano, Tito y Domiciano cuando Roma disponga de un lugar adecuado
que será el Coliseum o Anfiteatro Flavio. En este edificio
podemos ver aplicada toda la técnica y la arquitectura romana.
En las provincias existían anfiteatros. Los ludii
gladiatores (juegos gladiadores) poseían en los pueblos itálicos un
gran significado que tenía que ver con la muerte: la sangre derramada en los
juegos daba vida en el más allá a los difuntos. Eran normales este tipo de
juegos tras los funerales. Hasta Escribonio en el año 30 a. C. no tenemos un
anfiteatro de piedra y hasta el año 70 d.C. no tendremos empezado el Coliseum que recibe su nombre de una
estatua colosal de Nerón.
Desde la época
de Sila hay ciudades itálicas que cuentan con anfiteatros. En Pompeya el
anfiteatro cuenta con una gran capacidad, siendo de opus caementicium. En él vemos estructurado ya todo lo que va a ser
el anfiteatro romano.
La cávea
del anfiteatro se denomina por los nombres que daban en el teatro (summa
cávea, media cávea o ima cávea) y también por el nombre maenianum.
Se pueden dar tres tipos de juegos en los anfiteatros:
1.
Ludi o Munera. Serían los juegos de
gladiadores.
2.
Venationes. Serían las luchas contra animales.
3.
Naumaquiae. Serían las representaciones de batallas
navales.
Los gladiadores, según el tipo de lucha y el
armamento que tenían, se denominaban de distinta manera que iba en función,
también, de la procedencia que tenían. Así tenemos los mirmidones, tracios, samnitas,
retiarios, etc.
En cuanto a anfiteatros característicos
tenemos el Anfiteatro Flavio (Roma), el Anfiteatro de Verona, el de Pozzuoli (en el Golfo de Nápoles),
los de Arlés y Nimes donde se dan corridas de toros (en el Sur de
Francia).
En el año 80 d.C. se inaugura el Anfiteatro
Flavio o Coliseum.
Vespasiano empezó a construir este anfiteatro
para ocupar un lago existente dentro de la Domus Aurea de Nerón. En el año 64
d.C., en el gran incendio de Roma, se quemó el anfiteatro de Estatilio Tauro
sito en el Campus Martius. El emperador Vespasiano, deseoso de atraerse a la plebe,
empezó la construcción del Coliseum.
En época de Marco Aurelio había tal gasto en los juegos gladiatorios que hubo
que regularlo mediante decreto imperial (lex de preti o ley de precios). En
casi todas las provincias del Imperio existe documentación de los juegos
gladiatorios. También tenemos las inscripciones funerarias de los gladiadores
para reconstruir esta información. Tienen su origen en ritos funerarios
itálicos por los que los muertos renacen en el más allá debido a la sangre
vertida.
Entre los muchos documentos que existen
también tenemos los armamentos de los gladiadores y pinturas de estos, relieves
en marfil, dípticos que se regalaban a los consulares, los sellos de piedra de
los anillos, pinturas y mosaicos en las casas particulares, etc. En toda la
vida de aquel tiempo, las referencias al mundo del anfiteatro son muy amplias.
Los reos podían ser condenados a morir “ad bestias”. Aquellos reos que
conseguían sobrevivir a las fieras recuperaban la libertad. Estos juegos
comenzaban con una gran fiesta acompañada de música con un órgano hidráulico e
instrumentos de viento como las tubas.
El de los gladiadores era un mundo complejo y
muy interesante. Puede dar lugar a muchas circunstancias. Los gladiadores se
caracterizaban por su armamento y el tipo de lucha que realizaban:
Los samnitas llevaban un tipo de
armamento que recordaba a los pueblos itálicos. Llegó un momento, empero, en
que llamar samnitas era conveniente
por cuanto que este pueblo llegó a tener la ciudadanía romana o al menos eran
aliados, así que se les llamó executores. Se trataba de
gladiadores muy protegidos.
Los retiarios. Iban poco protegidos
(nada en la cabeza). Luchaban con una red (retio)
y con un tridente.
Los mirmillos. Eran gladiadores armados
de escudo y espada y cubiertos con un yelmo galo que porta la figura de un pez
(de ahí su nombre).
Los oplomacos. También contrincantes
usuales del retiario
Los threx. Luchaban contra los mirmillos con un escudo redondo y un
espadón,
El laquearius que luchaba con un lazo.
El andalaba que luchaba a caballo y
llevaba un casco que le cubría totalmente la cara.
Etc., etc., etc.
Los gladiadores forman parte de un sistema muy
bien organizado. Existe la familia gladiatoria, formada por los
gladiadores y sus poseedores. Los gladiadores son extranjeros, esclavos o
sometidos a una persona por otras razones. El dueño de los gladiadores es el lanista.
Los gladiadores son una mercancía muy cara. La familia gladiatoria solía vivir,
antes de los juegos, en un lugar llamado ludi.
El conjunto de la familia gladiatoria recibe el nombre de ludos.
Junto al Anfiteatro Flavio había un conjunto
de construcciones. Así el Ludus Magnum era la casa donde vivía
la familia gladiatoria. Tenía un patio circular, a modo de anfiteatro privado
donde se entrenaban los gladiadores. Un pasillo los comunicaba con el Coliseum.
Cerca del Ludus Magnum vivían los legionarios
de la escuadra del Tirreno, encargados de mover las velas-toldos del Coliseum.
Los juegos inaugurales del Coliseum,
en tiempos de Tito, duraron cien días, en los que hubo también sorteos de
loterías.
Importante, dentro del anfiteatro, era la
arena, en el suelo, donde podía estar la fosa bestiaria, donde se guardaban
las jaulas de los animales. Unas máquinas elevaban las bestias desde esta fosa
hasta la arena.
Los cuerpos de los anfiteatros están divididos
como los teatros. Entre la arena y la cávea hay una altura que recibe el nombre
de podium
y una baranda de protección denominada balteus. En la mitad del eje corto
de los anfiteatros suele estar el tribunal que puede ser doble:
El principal, llamado tribunal principalis.
En frente el tribunal editoris.
Suelen tener dos puertas que dan en los lados estrechos:
Porta Regia. Por donde entra el
público y salen los gladiadores en triunfo.
Porta libitinaria. Por ella es por
donde salen los gladiadores, animales y reos muertos. Los llevan a un lugar
donde los que aún no han muerto reciben la puntilla.
Ludus Magnus
El nombre
de Ludus Magnus alude a una escuela de gladiadores situada en la Antigua
Roma a escasos metros del Anfiteatro Flavio
en el valle situado entre el Celio y el Esquilino, siendo construida durante el
mandato del emperador Domiciano, en los años 80 d. C.
El Ludus
Magnus fue construido en su mayor parte en ladrillo, sobre un modesto edificio
comercial del siglo I d. C., teniendo una altura de tres plantas. El
complejo tenía un patio rodeado por los alojamientos. En medio del patio se
encontraba un anfiteatro de pequeño tamaño para el entrenamiento de los
gladiadores.
Los restos
que hoy se pueden observar, empezaron a ser excavados en 1937, aunque no
terminaron los trabajos hasta veinte años después. Dichos restos suponen algo
menos de la mitad de la arena de entrenamientos y los barracones que la
rodeaban; el resto del edificio se encuentra actualmente bajo diversas
edificaciones modernas. El Ludus Magnus fue una de las cuatro escuelas de
gladiadores creadas por Domiciano, las otras tres se llamaban Dacia, Galica y Matutinus.
Respecto al
anfiteatro, tenía 63 metros de largo por 49 de ancho, unas dimensiones pequeñas
en relación con el vecino Coliseo, con una capacidad de 3.000 espectadores, una
ínfima parte en relación con el aforo de 50.000 espectadores que tenía el Anfiteatro
Flavio. Dichas dimensiones sin embargo son bastante comunes en relación con
otros anfiteatros del Imperio romano.
La mayor
parte de los restos conservados pertenecen a una reconstrucción llevada a cabo
durante el mandato de Trajano; es de destacar la existencia de un pasadizo
subterráneo que comunicaba dicho anfiteatro con el Coliseo.
El Ludus
Magnus entró en decadencia de forma paralela al Coliseo, es decir cuando
dejaron de interesar dichos espectáculos
ludico-festivos, siendo empleado en el siglo VI d. C. como lugar
de enterramientos.
El Coliseo
romano
El Anfiteatro Flavio, más conocido como
Coliseo Romano, es el edificio más conspicuo de la capital italiana. Es
uno de esos edificios que, como comentáramos anteriormente, se convierten en
símbolos de una ciudad y hasta de un país. Es el referente urbano más notable
en la antigua Roma, visible desde cualquier parte de la zona monumental.
ANTECEDENTES.
En el año 66 d.C. estalló una revuelta en
Judea contra la tiranía romana. El entonces emperador Nerón envió al general
Vespasiano a controlarla (un tiempo antes Nerón había exiliado a Vespasiano por
haberse quedado dormido en una de las insufribles representaciones del
emperador-artista). En el 68, bastante impopular por los abusivos impuestos con
los que había sometido a Roma, Nerón fue declarado enemigo del imperio y se
suicidó. La crisis política que sucedió a su muerte vio tres emperadores en un
año, hasta que el senado buscó una figura respetable para que se encargara del
imperio. Vespasiano dejó entonces a su hijo Tito a cargo de la guerra contra
los judíos y asumió como emperador, no por derecho de sangre sino por sus dotes
de gran general, fundando la dinastía Flavia, de donde le viene el nombre al
Anfiteatro.
Al tomar el poder Vespasiano encontró una población
descontenta y desocupada, y decidió construir un majestuoso escenario que
mantenga a la gente entretenida, alejándola de posibles revueltas. Ante un
Estado casi en bancarrota y evitando aumentar los impuestos (lo que había
llevado a la debacle a Nerón) utilizó los grandes tesoros del templo de
Jerusalén (que finalmente había caído ante Tito en el año 70) y los enormes
réditos que produjo la venta de ciudadanos judíos como esclavos para así
financiar su anfiteatro.
El templo fue saqueado por los romanos antes de su destrucción en el 70 d.C.
UBICACIÓN
En un pequeño valle entre las colinas del Palatino, Celio y Esquilino, Nerón había construido un lujoso palacio privado, la Domus Aurea ("Casa de Oro"), frente a una estatua de 36 metros del emperador y un primoroso lago artificial.
Roma antes de la creación del Coliseo. La Domus Aurea y el Coloso de
Nerón se ubican frente a un lago privado del emperador.
La
Roma Imperial, con el Coliseo y los foros construidos. Ambos mapas no están en
la misma orientación. Como referencia sírvase ubicar en ambos al Circus Maximus
En el 71 d.C. Vespasiano quiso devolver ese
espacio al pueblo y ordenó la construcción del anfiteatro en ese lugar. Para
ello hizo drenar el lago hacia el Tíber y se dispuso la ejecución de canales
circundando el área para desviar el agua freática y pluvial. La estatua de
Nerón, sin embargo, fue conservada, y el anfiteatro fue llamado Coliseo debido
a su cercanía a esta colosal estatua.
Sin embargo, Vespasiano no vivió para ver su
obra terminada. Tras su muerte en el 79, su hijo Tito ascendió al poder, y la
culminó el año 80 d.C. Se dice que sólo el día de la inauguración se sacrificó
5000 bestias en los espectáculos de sangre. Imaginemos cómo sería la matanza de
animales traídos de todo el imperio cuando los juegos de apertura se
extendieron por 100 días. Incluso hay quienes aseveran que en oportunidades la
arena era inundada de agua y se celebraban batallas navales, pero hay quienes
han puesto en duda esta afirmación por la falta de restos de material
impermeable.
DISEÑO
Si bien los griegos definieron la forma del teatro como un conjunto de graderías en semicírculo enfrentando a un escenario, forma que también fue apropiada y difundida a través del imperio romano, el anfiteatro es una invención romana, consistente en un grupo de graderías circulares, ovales o elípticas alrededor de una arena.
Esta diferencia formal acarreaba también un uso y un público distinto. Los teatros en Roma eran usados para obras dramáticas y a ellos acudía una élite culta. Los anfiteatros eran más propicios para deportes o combates, y eran favoritos de varios estratos sociales, incluyendo esclavos. De hecho, se podría decir que el Anfiteatro Flavio representaba en sus diferenciadas graderías a la estratificada sociedad romana: la familia imperial estaba en una posición privilegiada, luego venían los senadores, aristocracia, soldados, el pueblo, los esclavos y en el lugar más alejado de todos, las mujeres.
La planta tiene forma oval, y mide 188 metros
en su eje mayor y 155 en el menor. La arena medía 83 metros en su eje mayor y
48 en el menor.
El diseño original de Vespasiano incluía tres filas de arquerías de medio punto, con pilares de órdenes dórico, jónico y corintio respectivamente.
Se
desconoce la identidad del arquitecto del edificio, como ocurría en general con
la mayoría de las obras romanas: las edificaciones públicas se erigían para
mayor gloria de los emperadores. A lo largo de los años se han barajado los
nombres de Rabirio, Severo, Gaudencio o incluso Apolodoro de Damasco, aunque se
sabe que este último llegó a Roma en el año 105.
Los arcos más bajos fueron hechos de piedra,
mientras que la segunda y tercera arquería se hizo de ladrillo y concreto. Fue
decorado con finos mármoles, estatuas y frescos en las paredes.
Reconstrucción
de la fachada del Coliseo. Los arcos forrados en mármol albergaban estatuas
monumentales.
El uso de la isóptica permitió que todos los espectadores puedan tener una adecuada visión de los juegos. Para ello se varió el ángulo de las graderías de 30° a 35° conforme éstas iban ganando altura.
Para facilitar una rápida evacuación de los
50,000 espectadores se implementaron 76 entradas. La entrada del emperador era
subterránea, comunicándose directamente con su palacio.
Más tarde, en el 90 d.C., el emperador
Domiciano, el segundo hijo de Vespasiano, efectuó una serie de remodelaciones
al monumento a fin de hacerlo más imponente, darle más capacidad, mejor confort
y hacer los combates más espectaculares.
Domiciano, incluyó un cerramiento de ladrillo
y concreto encima de las arquerías, con lo que el Coliseo alcanzó una altura de
50 metros.
Adición
de Domiciano sobre las arquerías de Vespasiano.
Este ático además sostenía los enormes toldos llamados "velarium" que servían para proteger a los espectadores de la lluvia o el extremo asoleamiento en verano, y eran operados por mil marineros del cabo Miceno.
Debajo de la arena mandó instalar un hipogeo,
un laberinto que albergaba jaulas para animales, rampas y elevadores para gladiadores,
que permitían el rápido ingreso de éstos a la arena, y también facilitaban la
rápida evacuación de cadáveres de animales y humanos. Sobre el hipogeo había
una cubierta de madera que ya no se conserva.
Vistas
del hipogeo.
CONSTRUCCIÓN
El Coliseo perfeccionó y utilizó varios elementos constructivos innovadores, utilizados por muchos siglos, algunos hasta hoy.
El Coliseo perfeccionó y utilizó varios elementos constructivos innovadores, utilizados por muchos siglos, algunos hasta hoy.
Si bien el arco fue inventado en Mesopotamia y
usado en Egipto y Grecia entre otros (aunque generalmente a menor escala y en
drenajes subterráneos) fueron los romanos los que desarrollaron y potenciaron
su uso a un nivel monumental. El arco se basa en un principio simple: las
cargas se transmiten igualmente a través de las piedras que lo componen
(dovelas) hacia los pilares que lo sostienen, y mantiene su forma sin caerse
gracias a la presión de una cuña central llamada piedra clave.
Los 80 arcos de 7 metros de alto que conforman
cada uno de los 3 pisos del coliseo podían a la vez cubrir una gran altura,
sostener una gran carga y a la vez dotal al edifico de ligereza.
Al interior, los arcos se engarzan en otro invento perfeccionado por los romanos: la bóveda. Las bóvedas generan espacios amplios, sólidos y elegantes.
La estandarización permitió construir
estos elementos repetitivos en masa, a una gran velocidad y sin necesidad de
contar con mano de obra demasiado especializada, tales como ladrillos,
canterías y los propios arcos.
Entre los materiales que fueron mejorados y
utilizados a gran escala destacan:
El concreto, que permitió dar al
mortero una resistencia similar a la piedra, al mezclar cenizas volcánicas, cal
y agua. Era también muy maleable, de hecho la palabra hormigón proviene del
latín formico, que significa
dar forma. Al agregarle piedra pómez lograban aligerar el concreto y al
aumentarle cenizas traídas de Pozzuoli, cerca al Vesubio, lograban darle
impermeabilidad, llamándolo "puzolánico".
El ladrillo rojo. Si bien la terracota
(terra cotta en latín
significa "tierra cocida") había
sido usada anteriormente por los romanos para hacer tejas, a partir del Coliseo
empezaron a utilizar ladrillos en las paredes y bóvedas.
El Coliseo albergó
espectáculos como las venationes
(peleas de animales) o los noxii
(ejecuciones de prisioneros por animales), así como las munera: peleas de gladiadores. Se calcula que en estos juegos
murieron entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Asimismo, se celebraban naumachiae, espectaculares
batallas navales que requerían inundar la arena de agua. Es probable que fueran
en los primeros años, antes de construirse los sótanos bajo la arena. El
Coliseo poseía un avanzado sistema de canalización de agua que permitía llenar
y vaciar rápidamente el piso inferior.
Decadencia
Los juegos en el Coliseo continuaron hasta por lo menos el 523, mucho después de la caída de Roma. Sin embargo, el anfiteatro poco a poco fue siendo abandonado y utilizado para otros fines. La arena central fue usada como cementerio, y el interior de las graderías fue transformado en viviendas y talleres, por lo menos hasta fines del siglo XII.
En 1200 el Coliseo fue fortificado, siendo usado castillo. Luego se incluyeron allí viviendas y talleres. En 1349 el extremo sur del anfiteatro colapsó merced a un terremoto, y los materiales fueron reutilizados en la reconstrucción de muchos otros edificios en Roma.
Los juegos en el Coliseo continuaron hasta por lo menos el 523, mucho después de la caída de Roma. Sin embargo, el anfiteatro poco a poco fue siendo abandonado y utilizado para otros fines. La arena central fue usada como cementerio, y el interior de las graderías fue transformado en viviendas y talleres, por lo menos hasta fines del siglo XII.
En 1200 el Coliseo fue fortificado, siendo usado castillo. Luego se incluyeron allí viviendas y talleres. En 1349 el extremo sur del anfiteatro colapsó merced a un terremoto, y los materiales fueron reutilizados en la reconstrucción de muchos otros edificios en Roma.
Una orden religiosa se instaló en el área
norte del Coliseo y vivió allí hasta finales del siglo XIX.
Ante el creciente vandalismo que estaba
carcomiendo el monumento, el Papa Benedicto XIV santificó al Coliseo como un
lugar donde habían muerto muchos cristianos, prohibiendo su uso como cantera (a
pesar de que no hay evidencia de matanzas de cristianos a gran escala en el
Anfiteatro). Al interior del Coliseo pueden verse placas de mármol que detallan
las obras de restauración llevadas a cabo por los diversos papas.
En 1807 y ante el peligro de colapso de la fachada, se construyó la
pared triangular que vemos hoy.
LOS
CIRCOS
En el mundo griego reciben el nombre de hipódromos.
Hay que distinguirlo de otros edificios romanos. Se sabe que Roma tuvo un importante
circo en época muy temprana que no se conoce pero sí se puede identificar por
los templos que se construyeron alrededor.
El Circo Flaminio fue construido por Flavio Flaminio Nepo en el 246 a.C.
Éste fue, también, el constructor de la Vía
Flaminia.
El Circo Maximo se convirtió en el gran
circo de Roma llegando hasta finales de la época romana. El largo de la arena
del circo era de 621 metros y el ancho de 118 metros.
En Roma, aparte de los Circos Flaminio y Máximo existían otros circos. En el
Trastevere estaba el Circo de Calígula y Nerón, donde hoy está el Vaticano.
Existían, en esta ciudad, otro tipo de
edificios. En pleno centro de Roma había un edificio que tiene la forma de un
circo y que hoy se conserva intacto: la plaza Navona. Fue construido por el
emperador Domiciano y su nombre propiamente dicho fue el de Estadio
de Domiciano. La diferencia está en el uso. El circo está destinado a
las carreras de caballos mientras que el estadio estaba dedicado a las
competiciones atléticas, musicales y ecuestres. En los circos hay una espina
central y en los estadios no.
Hay otro importante circo en Roma, construido
en la Via Apia por el emperador Majencio
en su villa particular. El largo de la arena es de 512 metros y su anchura de
81 metros. Al borde del circo hizo una gran tumba para su hijo Rómulo. Cerca de
ese circo están los restos de la villa del emperador. También mandó construir
un edificio conmemorativo a su hijo Rómulo en el Foro de Roma.
El Circo Maximo se hizo aprovechando un
valle. Normalmente los circos se hacen así, dada su estructura. En época
arcaica, en los primeros momentos de su funcionamiento, los asientos del circo
eran de madera y sólo con el tiempo fueron siendo sustituidos por otros de
piedra.
En el año 329 a.C. se añadió en el lado corto
del norte los sitios por donde salían los carros. El sitio se llama carcer.
Los carros estaban todos guardados y preparados en la salida, en los carceres.
El eje de la espina estaba un poco desplazado hacia la derecha, no en el centro.
Los carceres, que eran pintados,
debieron ser de madera. No fueron de piedra hasta el 174 a.C.
Para hacer la arena hubo que hacer un drenaje
del terreno, dado lo pantanoso de éste. Se hicieron en la espina depósitos de
agua que tenían salida como fuentes. Estos lugares se denominan euripus.
En el 196 a.C., el cónsul Estertinio colocó sobre la porta triumphalis (existían dos
puertas la triumphalis y la pompae) un arco de triunfo que fue
sustituido por otro en el año 81 d.C. por el emperador Tito con motivo de su
victoria contra los judíos.
En el 174 a.C. se puso en la espina un
contador que servía para contar las vueltas de las cuádrigas. Era con un
sistema de ovas (siete objetos a manera de huevos). En el año 33 a.C., el
sistema tuvo un añadido puesto que se le puso otro contador: siete delfines que
se volvían según se daban las vueltas.
Augusto mandó construir en el borde del monte
Palatino un edificio, a manera de gran tribunal, para presidir los juegos: el pulviner.
El año 10, Augusto mandó traer un obelisco desde Egipto para que recordase su
victoria sobre Egipto y lo colocó en la espina del circo. El papa Calixto V lo
levantó en el Siglo XVI y lo colocó en la Piazza
del Popolo. En el 317 d.C., Constancio puso otro obelisco; el de Tutmés
III, que otro Papa puso en la plaza de San Juan de Letrán.
Para separar al público de la arena, se separa
la cavea con un podium. No suelen ser edificios muy altos, dada su longitud.
En cuanto a los juegos, en los circos se
funcionaba por facciones. En Roma existían cuatro facciones y la gente se
apuntaba en ella según sus preferencias. Así tenemos:
· la roja (rosata)
· la blanca (albata)
· la verde
· la azul
El entusiasmo por estas carreras fue muy
grande. Con el tiempo las facciones fueron sólo dos: la roja y la blanca. Los
caballos eran cuatro y estaban colocados de una manera especial. Los
fundamentales eran los de los extremos. Las cuádrigas salían todas al mismo
tiempo de los carceres, mediante un
mecanismo que se accionaba por una cuerda. La espina tiene dos metas; la de la salida y la de la llegada.
Circo Máximo
El Circo
Máximo (en latín Circus Maximus,)
era una antigua pista de carreras, lugar de reunión para espectáculos
populares.
Situado en
el valle entre los montes Aventino y Palatino,
el lugar fue utilizado primero para juegos públicos y entretenimientos por los
reyes etruscos de Roma. Ciertamente, los primeros juegos de los Ludi Romani (‘Juegos Romanos’)
fueron organizados en ese lugar por Lucio Tarquinio Prisco, el primer
gobernante etrusco de Roma.
Algo
después, el Circo fue el lugar destinado a los juegos y fiestas públicas
tomados de los griegos en el siglo II a. C. La demanda de
entretenimientos populares a gran escala por parte de la ciudadanía romana
llevó a Julio César a ampliar el Circo sobre el 50 a. C., tras lo
cual la pista media aproximadamente 600 metros de largo, 225 metros de ancho y
podía albergar a unos 150.000 espectadores sentados (muchos más, quizá el doble
de número podían ver los juegos de pie, agolpados en filas sobre las colinas
adyacentes).
En el 81 d.
C, el Senado construyó un arco triple en honor de Tito junto al extremo este
(que no debe confundirse con el Arco de Tito de la Vía Sacra, en el lado
contrario del Palatino). El emperador Domiciano conectó su nuevo palacio del
Palatino al Circo para poder ver más fácilmente las carreras. Más tarde Trajano
añadió otros 5.000 asientos y amplió el palco del emperador para incrementar su
visibilidad pública durante los juegos.
El
acontecimiento más importante celebrado en el Circo era la carrera de carros.
En la pista
cabían hasta 12 carros y los dos lados de la misma se separaban con una mediana
elevada llamada la spina. Las
estatuas de varios dioses se colocaban en la spina y César Augusto
erigió un obelisco egipcio en ella. En cada extremo de la spina estaba
colocado un poste de giro, la meta,
en torno al cual los carros hacían peligrosos giros a gran velocidad. Un
extremo de la pista se alargaba más que el otro, para permitir que los carros
se alinearan al comienzo de la carrera. Allí había verjas de salida o carceres, que escalonaban los
carros para que todos ellos recorrieran la misma distancia en la primera
vuelta.
Se conserva
muy poco del Circo, con la excepción de la pista de carreras, hoy cubierta de
hierba, y la spina. Algunas de las verjas de salida se conservan, pero
la mayoría de los asientos han desaparecido, sin duda por haber sido empleada
la piedra para construir otros edificios en la Roma medieval.
El obelisco
Flaminio fue trasladado en el siglo XVI por el papa Sixto V a la Piazza del
Popolo. Las excavaciones del Circo comenzaron el siglo XIX, seguidas de una
restauración parcial, pero siguen pendientes algunas excavaciones
verdaderamente exhaustivas de su suelo.
Mapa del centro de Roma durante el
Imperio Romano, con el Circo Máximo en la esquina inferior derecha.
El Circo
Máximo retuvo el honor de ser el primer y mayor circo de Roma, pero no fue el
único: otros circos romanos eran el Circo Flaminio, en el que se celebraban los
Juegos Plebeyos (Ludi Plebeii), y el Circo de Majencio.
El Circo
sigue siendo ocasionalmente usado para fines lúdicos. Por ejemplo, en él se
celebró el concierto del Live 8 el 2 de julio de 2005.
Circo Flaminio
Por
desgracia, no queda rastro del Circo Flaminio, Festo indica que fue construido
en el Campo de Marte en el año 221 a. C. por Cayo Flaminio Nepote que murió a
manos de Aníbal en el Lago Trasimeno, se encuentra en los campos que ya están
llamados Flaminia.
El circo
dio su nombre a la región en la que albergaba y fue construido en terrenos
propiedad de la familia, de Prata Flaminia o Flaminio Campus.
En sus
primeros años el circo era de 500 metros de largo y se llevó la mayor parte de
las posesiones de Flamini en el que fue construido. En el siglo II a. C., tuvo
que reducir su espacio y dejarlo para la
construcción de edificios y monumentos, hasta que en el siglo III., el circo no
era más que un cuadrado de 300 metros de largo. Más tarde fue abandonado en el
siglo IV., junto con los edificios que se encontraban en la zona.
El Circo Flaminio (en rojo) y su
ubicación en la antigua Roma.
El Circo
Flaminio no fue diseñado para competir con los grandes circos cómo el Circo
Máximo, ya que estas estructuras se utilizan para diferentes propósitos.
El lugar
era utilizado incluso como un mercado. En el año 2 a. C, el circo se convirtió
en un enorme tanque utilizado para sostener 36 cocodrilos, murió durante las
celebraciones por la inauguración del Foro de Augusto, y el 9 agosto en el área
asignada a la Druso Laudatio. El
circo no tenía asientos y estructuras permanentes.
Sigue
siendo objeto de debate el uso real del circo para carreras de carros. Estrabón no hace mención alguna de las
carreras de caballos cuando se cita el circo Flaminio.
Valerio
Máximo afirma que se mantuvieron dentro de los Ludi plebeii (juegos de la plebe), pero Otras fuentes niegan este
testimonio. Livio y Marco Terencio Varrón, sin embargo, recuerda que algunos
juegos se celebraron en el interior del circo, refiriéndose especialmente a Ludii Tauri, que se
celebró en honor de los dioses del inframundo.
Estos
juegos se celebraron únicamente en el Circo Flaminio, lo que sugiere que fueron
simbólicamente asignados a la zona y no se pudo mover a otro edificio.
Para Ludii
Tauri corrieron caballos y carros (carrozas y carros, como lo fueron
en carreras normales que se llevaron a cabo en los circos).
El Circo Flaminio era parte de la ruta de las procesiones triunfales,
en la que el General estaba vestido como Júpiter y subía al templo Capitolino.
En el Circo Flaminio se distribuían los premios
a los soldados y a los ganadores de los concursos deportivos y actuaciones
teatrales antes que Domiciano hiciera
construir su propio estadio. Augusto en el año 9 a. C organizó en este lugar la
Laudatio de Druso, oración fúnebre
en honor.
Cerca del
circo Flaminio muchas estructuras fueron construidas. El Templo de la Piedad se encuentra cerca del Foro Holitorio, al lado
del templo de Jano, y fue destruido durante la construcción del teatro de
Marcelo.
El templo
de Marte se encuentra al noroeste del circo. Seis otros templos, entre ellos
uno dedicado a Apolo, se construyó en 220 a. C. cerca de la zona. En 15 d. C., Gayo
Flaco Norbanus erigió una estatua en la plaza dedicada a la deificado Augusto.
Aún en el
circo Flaminio se encontraba el pórtico de Octavia, que fue reconstruido en los
últimos Metela Pórtico, con
los templos de Júpiter Stator y Regina Juno construidos por Quinto
Cecilio Metelo Macedonio. Uno de los tres arcos de triunfo erigido en honor de Germánico
sirvió como entrada a la plaza. Al este se construyó entre el año 45 a. C y 17
a.C, el Teatro de Marcelo, que llegó a ocupar una gran superficie del circo.
El área
ocupada por el circo estaba entre el Teatro Marcello, Piazza Cairoli, Via del
Pórtico de Octavia y las orillas del Tíber.
Circo de Nerón
Sobre
el territorio entre la actual colina Vaticana y el Janicolo, Agripina la
Grande, madre de Calígula, mandó construir unos jardines llamados "Horti Neroniani", en las
cuales Calígula comenzó la construcción de un circo que más tarde fue utilizado
por Claudio y completado por Nerón, que se llamó "Circo de Calígula y de Nerón".
Calígula
hizo erigir en el centro del circo un gran obelisco que provenía de Egipto El
obelisco se mantuvo allí hasta el año 1586, cuando el Papa Sixto V lo hizo
transportar al centro de la plaza de San Pedro.
Sobre
el "titulus" encontrado
debajo de la puerta de un mausoleo, en la necrópolis Vaticana bajo la basílica
de San Pedro, está gravada la inscripción "Popilius
Heracla", que expresaba la voluntad de ser enterrado "IN VATIC. AD CIRCUM", es decir, en el Vaticano
cerca del circo.
De
hecho como muchas otras zonas de los alrededores de la ciudad, la zona del
Vaticano estaba poblada de sepulturas. La necrópolis bajo la basílica de San
Pedro es un ejemplo insigne por la variedad y por el estado de conservación de
los monumentos sacados a la luz.
Una interpretación desde el inicio de la
ubicación relativa del circo, y las basílicas medieval y actual de San Pedro;
las interpretaciones modernas difieren; ver plano: "Esquema de San Pedro,
el Antiguo San Pedro, y el Circo de Nerón.
El
circo era un espacio rectangular alargado con los extremos redondeados.
Fue
destinado principalmente a las carreras de carros ligeros, aunque también se
celebraban cacerías y todos los espectáculos de gran despliegue: desfiles, procesiones
cortejos triunfales. La arena estaba dividida longitudinalmente por la spina o
muro vertebral; un grupo de miliares (metae) limitaba la spina en cada uno de
sus extremos .Alrededor de la arena se situaban las gradas.
El obelisco
que está al centro de la Plaza de San Pedro, en Roma,
fue en primera instancia traído desde la ciudad de Heliópolis, en Egipto,
a un extremo del Circo de Nerón, por Calígula en el año 37 d. C.
Estadio
de Domiciano
En
el año 86 d.C. el emperador Domiciano mandó construir en un suburbio de la
ciudad de Roma, en el Campo Marzio,
un estadio. Este estadio, que seguía el esquema de los estadios griegos, se
encontraba donde hoy en día se sitúa la Piazza Navona.
El
Estadio tenía una capacidad de 30.000 espectadores y en el desarrollaban juegos
atléticos.
Fue
el papa Inocencio X, quien decidió transformar el espacio donde estaba el
Estadio en la actual Piazza que decoró con tres grandes obras maestras, La
Fontana dei Quattro Fiumi de Bernini, el Palazzo Pamphili, donde residía Donna
Olimpia, cuñada de Inocencio X, y la Iglesia de Sant Agnese in Agone, antigua
capilla de la familia papal.
La
Piazza que ocupa el mismo espacio elíptico que tenía el estadio mide 240 por 65
metros.
Los
restos del estadio pueden verse protegidos por una estructura de cristal en el
número 16 de la cercana Piazza del Tor Sanguigna.
Construido
en el Campo de Marte por el emperador del mismo nombre, el Estadio de
Domiciano no poseía spina ni
lugares para la salida de caballos en las
carreras de carros. La Plaza Navona ocupa el emplazamiento del estadio y ha conservado sus dimensiones y
su forma.
Era un
estadio para competiciones atléticas en la Antigua Roma.
El emperador Domiciano (81-96) hizo restaurar
los edificios del Campo de Marte dañados por el gran incendio del año 80 y los
mandó reconstruir. El más destacable de los edificios nuevos fue este gran
estadio.
Estadio
de Diocleciano
muy buena página
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