jueves, 9 de junio de 2011

Capítulo 7 - Termas, Teatros, Anfiteatros y Circo


Termas romanas
Las termas romanas son recintos públicos destinados a baños típicos de la civilización romana. En las antiguas villas romanas los baños se llamaban balnea o balneum y si eran públicos thermae o therma.
Las termas romanas eran baños públicos con estancias reservadas para actividades gimnásticas y lúdicas. También eran considerados lugares de reunión y a ellos acudía la gente que no podía permitirse tener uno en su casa, como los plebeyos o los esclavos. A veces los emperadores o los patricios concedían baños gratis para el resto de la población.
A finales del siglo V a. C. las antiguas estancias de baño asociadas a los gimnasios griegos se perfeccionaron y crecieron en complejidad, convirtiéndose en estancias independientes destinadas sólo al baño. Estas estancias ofrecían baños de vapor y piscinas frías, templadas y calientes.
En Roma, siguiendo el ejemplo griego, se construyeron estancias similares que pronto fueron del gusto de la ciudadanía. Ya no solo se realizaban los actos de limpieza y relajación, así como aquellos medicinales cuando las aguas tenían propiedades curativas, sino que se añadía un cuidado del cuerpo que incluía prácticas deportivas y un ritual de masajes con diferentes sustancias como esencias y aceites especiales.
El nombre de termas se aplica por primera vez a unos baños construidos por Agripina en el año 25 d. C. Nerón construyó unas termas en el campo de Marte: Termas de Nerón, las cuales se encuentran prácticamente desaparecidas. Las primeras termas de carácter monumental son las que inició Domiciano e inauguró Trajano, las Termas de Trajano, pero fueron ampliamente superadas por las de Caracalla, cuya inauguración tuvo lugar el año 216.
El uso de las termas se generalizó en el mundo romano a partir del siglo I a. C., cuando se descubrió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente gracias al ingeniero Cayo Sergio Orata. Su uso fue difundido por el Imperio romano a toda Europa.
Las actuales ruinas de las termas romanas de Caracalla dan idea del monumental tamaño del complejo termario que se extendía con servicios como biblioteca o tiendas. Estas instalaciones, construidas alrededor del año 217, tenían un aforo de mil seiscientos usuarios. Las termas de Diocleciano, otras de las importantes instalaciones de este tipo de la capital del Imperio, fueron remodeladas por Miguel Ángel que convirtió su tepidarium en la iglesia de Santa María de los Ángeles.
Los restos termales romanos más antiguos de los que hay noticia son las termas de Pompeya datadas en el siglo II a. C.
Los baños romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el Sol. En los lugares destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no había espacios separados, el establecimiento abría unas horas al día para mujeres y otras para hombres, y solo una vez al año las termas eran abiertas al pueblo. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres.


Otro uso predominante y que suele aparecer en todo lugar donde acudían las entidades de la ciudad (al igual que el teatro por ejemplo), en las termas también se solía acudir para "socializarse". Los hombres charlaban sobre política, sobre sus planes de futuro y de cómo veían el panorama de Roma. Por su parte las mujeres hablaban de los chismes y rumores de los entresijos patricios del palatino. Era en muchas ocasiones un centro de reuniones informales, perfecto por su relajante aire vaporado y las calientes aguas termales.
Las estancias termales eran, dentro de la diversidad, similares en todo el Imperio. Normalmente constaban de las siguientes estancias:
Palestra: Patio central al que se abría todas la demás estancias y se podía practicar ejercicios físicos.
Tabernae: Tiendas adosadas a las salas de baños donde se vendían bebidas y comida, que los vendedores pregonaban a grandes voces entre los bañistas.
Caldarium: Baño de agua caliente, el alveus. Era la habitación más luminosa y adornada. En las grandes termas había incluso piscinas donde se podía nadar. En las más pequeñas, el baño se tomaba en bañera o depósitos de agua caliente llamados labra.
Frigidarium: Era la sala destinada a los baños de agua fría. En las grandes termas el frigidarium estaba descubierto e incluía entre sus instalaciones una gran piscina donde poder practicar la natación (Natatiae).
Tepidarium: Habitación de temperatura tibia que preparaba al bañista para la de agua caliente.
Apodyterium: Vestuarios. Habitación próxima al pórtico de la entrada donde los bañistas dejaban sus ropas. Había un banco corrido y en la pared unas hornacinas sin puertas, donde se depositaban las ropas y los objetos personales, que quedaban vigilados por un esclavo.
Laconicum: Baño de vapor.
Los recursos hidráulicos eran traídos mediante la red de acueductos que toda ciudad romana tenía, aun cuando el punto de captación del agua estuviera lejos del núcleo urbano, como en el caso de Segovia que dista más de 14Km.
El interior de las estancias y las piscinas de agua caliente se realizaba mediante el sistema de hypocaustum. El sistema está basado en la distribución mediante túneles y tubos de agua caliente y vapor que se extendía por debajo de los suelos de las estancias y piscinas y era alimentado por una serie de hornos que se hallaban en los sótanos. Reminiscencia de este tipo de calefacción es la gloria castellana.

Termas importantes
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·Termas de Caracalla
·       Termas de Agripa
·       Termas de Diocleciano
·       Termas de Nerón
·       Termas de Tito
·       Termas de Campo Valdés
·       Termas de Trajano

Los detalles ornamentales de la arquitectura de los grandes conjuntos termales de Roma eran especialmente ricos y elaborados; e impresionaron fuertemente a los arquitectos que visitaron Roma. Los capiteles son bastante convencionales, pero los entablamentos emplean una importante carga ornamental. Hoy muchos de estos detalles han desaparecido.
Palladio tomó nota de ellos. Y en su tratado de arquitectura aprovechó algunas lecciones. Por ejemplo, la penúltima lámina presenta un friso abombado ("pulvinato" lo llamaban los italianos), que adoptó para su diseño del orden jónico. Cuando se aprecia este detalle en algún edificio europeo se puede casi asegurar que su arquitecto se inspiraba en Palladio. 


Termas de Caracalla
Los baños de Caracalla, las termas más grandes que sobreviven hasta hoy y las segundas más grandes en haberse construído, después de las de Diocleciano (en español, estos baños "termas", voz que proviene del griego "thermos"  que significa "caliente").
Este complejo fue iniciado por el emperador Séptimo Severo en 206 D.C y completado por Caracalla entre 212-217 DC. Se inauguraron con el nombre de Termas Antoninas, pues al emperador Marco Aurelio Antonino Basiano jamás se le conoció en vida con el nombre de Caracalla. Aunque fueron despojadas de sus esculturas y demás riquezas desde fecha temprana, se conservan aún grandes fragmentos de mosaicos, algunos de ellos correspondientes a la planta superior del edificio, que se desplomó.
Varias de las gigantescas bañeras de mármol, esculpidas en un solo bloque, se trasladaron al centro de Roma para ser usadas como fuentes. Su escultura más famosa, el grupo llamado "Toro Farnesio", se conserva en el Museo Arqueológico de Nápoles. Actualmente, los restos del complejo se encuentran flanqueados por la Viale Aventino (avenida Aventino), y la Viale delle Terme di Caracalla (avenida de las Termas de Caracalla).
Posteriormente, otros emperadores como Elagábalo y Alessandro Severo complementaron la obra o la refaccionaron. El edificio fue destruido por un terremoto en 847, aunque ya desde 537 no podía ser usado ya que los canales de agua fueron destruidos por una guerra.
El conjunto ocupa una extensión de 13 hectáreas y se ubica al inicio de la Vía Apia. El edificio principal tenía 228 m de largo por 166 de ancho y 38.5 de alto.

Las Termas de Caracalla se convirtieron en el complejo de baños más lujoso de toda Roma, y su tamaño fue sólo superado por las Termas de Diocleciano. Sus ruinas son, sin embargo, las más grandes conservadas hoy. El edificio fue construido en cinco años, lo que supone un logro de la ingeniería romana, considerando el tiempo que tardaron y la enormidad del complejo. Las termas contaban con un gran recinto, de más de 400 metros de anchura en los ábsides, y una estructura central en donde se encontraban las termas, propiamente hablando. A su alrededor había un amplio jardín. Para el suministro de agua, se desvió hacia los baños una rama del Aqua Marcia para abastecerlo, que recibió el nombre de Aqua Antoniniana Iovia.
En el siglo III a. C., en la zona en que serían edificadas las termas, había un amplio estanque conocido como Piscina Pública. Cuando en el siglo III d. C., los baños fueron terminados e inaugurados, se encargaron de reemplazar a la antigua piscina.
Además de los baños, incluía espacios de reunión, bibliotecas y hasta un pequeño estadio, pudiendo albergar hasta 1700 bañistas.
El recinto se hallaba definido por un cerco cuadrangular. El diseño, como en muchos otros casos en la arquitectura romana, seguía un patrón simétrico. 
En el noreste se ubicaba el ingreso principal, flanqueado por pórticos en dos niveles que contenían locales comerciales. Tras atravesar los pórticos de ingreso, se encontraban breves jardines que precedían al cuerpo central. Tras el ingreso se llegaba a los vestuarios (apodytera), donde el usuario luego de despojarse de su ropas las dejaba en un estante. Posteriormente hacía ejercicio en el gimnasio (palestra) o recibía un masaje en alguno de los cuartos conexos. Las termas contaban con tres tipos de baños: fríos, calientes y tibios.

Parte norte y sur
En el área norte había un pórtico, precedido por una serie de habitaciones en dos niveles, en los cuales, probablemente, se ubicaban varias tiendas. Aquel pórtico y aquellas habitaciones servían como soporte estructural de la colina celia. En el lado sur se encontraba el medio estadio, equipado con gradas para los espectadores, y que servían para ocultar las grandes cisternas que había detrás de ellas. En estas cisternas se podía contener un total de 80.000 metros cúbicos de agua. Situadas simétricamente, había dos grandes estancias más que seguramente sirvieron como bibliotecas.

Lado este y oeste
En los lados este y oeste se construyeron dos grandes exedras laterales y simétricas. En el espacio central había un ábside precedido por una columnata, con pequeñas habitaciones a cada lado, una de las cuales fue edificada con forma octogonal y cubierta por una cúpula.

Área central del complejo
Las habitaciones de las termas se diseñaron simétricamente entorno al eje central de los baños, siguiendo el modelo habitual de la Roma imperial. A ambos lados había dos entradas que llevaban a los vestuarios o apodyteria, que tenían un corredor central que conducía a dos habitaciones a cada lado con bóvedas de cañón. Al igual que el resto del complejo, el suelo estaba decorado con mosaicos. Desde los vestuarios se podía acceder a la palestra (gimnasio), para practicar ejercicios físicos, a cubierto o al aire libre. Los usuarios hacían ejercicios gimnásticos o practicaban la lucha cuerpo a cuerpo, y mano a mano. La zona era un amplio patio sin cubierta, rodeado en tres lados por pórticos, con techo abovedado y suelos de mosaico de espiga. En el otro lado había un amplio semicírculo. Los mosaicos del suelo, del que han sobrevivido grandes fragmentos, en su momento fueron excepcionalmente bellos y de vividos colores. Al finalizar los ejercicios físicos, los romanos podían dirigirse a las termas, usadas conjuntamente por ambos sexos.



Frigidarium, pintado por Sir Lawrence Alma-Tadema.

En la parte anterior se halla el Frigidarium, un gran salón conteniendo los baños fríos y que tenía una enorme piscina descubierta o natatio. En medio del edificio se hallaba el Tepidarium, que eran los baños tibios. Posteriormente iba al Caldarium, una especie de baños sauna, cuyas paredes eran calentadas a través de tubos huecos de terracota y cuya figura cilíndrica cubierta por una cúpula dominaba la parte posterior del conjunto.
Tepidarium, pintado por Alma-Tadema, 1881

Caldarium

A los costados se encontraban dos grandes salientes semicirculares que conformaban las bibliotecas. Al fondo, se ubicaba el estadio que sólo tenía graderías por un lado, escondiendo tras sí las enormes cisternas.
Uno de los aspectos que más llamó mi atención fue la impresionante escala del edificio. Este no era un templo o un palacio, era un equipamiento de uso público. Sin embargo la impresionante monumentalidad de la escala deja claro el mensaje de la arquitectura como instrumento simbólico del poder imperial.

El caldarium tenía una enorme sala circular cubierta por una cúpula, de la que se conservan varios pilares de sujeción. La habitación fue diseñada y situada dentro del complejo para recibir la luz del sol a lo largo del día mediante unas grandes ventanas. Sus paredes eran calentadas a través de tubos huecos de terracota.
Desde el caldarium se pasaba al tepidarium, en donde originalmente se encontraban dos grandes bañeras a ambos lados. En el centro del edificio estaba ubicada la basílica, cubierta por tres grandes bóvedas de crucería, soportadas por unos imponentes pilares. La natatio era la última estancia a la que se podía acceder. Se trataba de una gran piscina descubierta, hoy sería considerada como una piscina olímpica, que tenía uno de sus muros frente al de la fachada exterior, decorada de nichos con estatuas.
El sistema constructivo combinó el uso del ladrillo cocido con el hormigón (opus caementicium) el cual era una mezcla de pequeñas piedritas y un mortero de arena y cal. Pero aún más impresionante es el complicado sistema hidráulico que servía a los baños.
El agua era traída de los manantiales de Subiaco, a 100 km de Roma, a través del acueducto Aqua Marcia y de allí se abastecía un ramo especial llamado Aqua Antoniniana. El agua llegaba a una enorme cisterna dividida en 18 compartimentos y una capacidad de 80,000 m3. Desde allí bajaba por gravedad a unos tubos y atravesaba los jardines rumbo al edificio.
Existían tres redes de túneles, hechos para facilitar la inspección y mantenimiento de las instalaciones: para agua, desagüe y almacenamiento de madera, que era usada en cerca de 50 hornos para calentar el agua.
El interior de las termas era magnífico. La piscina o natatio era descubierta y decorada con cuatro columnas de granito. Existían también grandes espejos de bronce para reflejar la luz solar. Las paredes tenían recubrimientos de mármol o estaban decoradas con frescos y cientos de estatuas se ubicaban en nichos en varios niveles.
Interior de las termas

Los pisos eran cubiertos de mosaicos blancos y negros, algunos de los cuales aún pueden ser apreciados en el lugar.
El diseño paisajista era notable, los jardines rodeaban al edificio siguiendo patrones geométricos e incluyendo estatuas, fuentes y lugares de reunión y conversación.

Apodyterium, pintado por Alma Tadema 
Interior de las termas
Las Termas de Caracalla, óleo de Lawrence Alma-Tadema (1899). 


Termas de Agripa
Construidas por Marco Vipsanio Agripa en el siglo I a. C.
Marco Agripa construye, en un solar al sur del ocupado por el Panteón, las primeras termas públicas permanentes en Roma con un gran lujo en las decoraciones. El edificio formaba parte del conjunto urbanizador del Campo de Marte proyectado por el propio Agripa. El edificio de las termas contaba con la presencia de las tres salas que se dan en las termas, destinadas a su función: frigidarium (agua fría); tepidarium (agua templada, tibia): caldarium (agua caliente).
La sala del
caldarium estaba cubierta por una bóveda de 25 m. de diámetro ricamente decorada. Esta solución técnica bien pudo ser el antecedente de la que cubrió el Panteón a poca distancia más al norte.
Planta de las Termas de Agripa

Las Termas de Agripa fueron la primera de las grandes termas construidas en la Antigua Roma al mismo tiempo que el Panteón y en eje con él, como un balaneion. Originalmente no eran propiamente unas termas, eran al parecer un baño de aire caliente con agua fría, no muy diferente de una sauna. Sin embargo con la finalización del Aqua Virgo, el acueducto terminado por Agripa en 19 a. C., los baños se proveyeron de agua de forma regular, convirtiéndose en unas termas propiamente dichas, con una gran piscina ornamental adjunta (Stagnum Agrippae) y una rica decoración interior con mosaicos y obras de arte: el Apoxiomeno de Lisipo se alzaba en el exterior. A su muerte legó sus Termas a los ciudadanos de Roma (12 a C.) La piscina se encontraba un poco hacia el oeste, entre las actuales Via de Nari y Corso Vittorio Emanuele. Obtenida su agua de la regularización de la cuenca natural del palus Caprae, debía tener la función de natatio (piscina para natación) de las termas. De aquí partía el euripo que cruzaba el Campo de Marte y desaguaba en el Tíber, cerca del actual Ponte Vittorio Emanuele II.
En el año 80 d. C., las termas se vieron afectadas por un gran incendio, pero fueron restauradas y ampliadas, estaban atestados en época de Marco Valerio Marcial. En tiempos del emperador Adriano se realizaron diversas reformas internas. Sidonio Apolinar menciona que las Termas de Agripa todavía estaban en uso en el siglo V.
Parece ser que a partir siglo VII d. C. se utilizaron las termas, ya abandonadas, como cantera de materiales constructivos, a pesar de ello gran parte de la estructura se mantenía todavía en pie en el siglo XVI, como reflejan los grabados de Baldassare Peruzzi y Andrea Palladio, entre otros. Hoy en día la zona se encuentra altamente urbanizada y los restos que se conservan son muy escasos.

El plano es conocido a través de un fragmento de los Forma Urbis y de dibujos de la época del Renacimiento, pero cabe la posibilidad de que el diseño no se remonte a la estructura original, sino a la restauración de las épocas de los emperadores Adriano y Septimio Severo. La de este último, en particular, parece, de hecho, útil para rastrear los restos que todavía existen.
El edificio medía un total de entre 80 y 100 metros de ancho (este-oeste) y unos 120 de longitud. La planta era de estilo «republicano» (como los edificios de Pompeya, tales como las Termas Estabianas), en combinación con entornos sin un patrón preciso alrededor de una habitación circular de gran tamaño, con un diámetro de 25 metros, en medio de la misma, de aproximadamente 10 m. Se conserva hasta el comienzo de la cúpula, que se conoce popularmente como el «Arco della Ciambella» (probablemente relevante en las restauraciones que tuvieron lugar en los siglos II y III).
Escribe Vitruvio en lo referente a la construcción del edificio que alojara los baños públicos:
"Lo primero que debe hacerse es seleccionar un lugar lo más cálido posible, es decir, un lugar opuesto al septentrión y al viento del norte. En la sala de los baños calientes y en la de los baños templados la luz debe entrar por el lado del poniente; si la naturaleza o situación del lugar no lo permite, en ese caso tomará la luz desde el mediodía, ya que el tiempo fijado para los baños va desde el mediodía hasta el atardecer. Debe procurarse que los baños calientes para mujeres y hombres estén juntos y situados con esta orientación, ya que así se logrará que los útiles de la casa de baños y el horno para calentar sean los mismos para ambos sexos.
Sobre el horno se colocarán tres calderas de bronce: la de agua caliente, la de agua templada y la de agua fría. Deben colocarse de manera que la cantidad de agua que procede desde la caldera templada hacia la de agua caliente sea la misma que desemboque desde la caldera de agua fría en la del agua templada; así también las salas abovedadas de las piscinas se calentarán con el mismo horno.
Los pisos elevados de los baños de agua caliente deben alzarse de la siguiente manera: en primer lugar, se pavimentará el piso inclinado hacia el horno, mediante unas baldosas o tejas de un pie y medio, de modo que si arrojamos una pelota no pueda detenerse en el piso sino que por sí misma vaya a parar a la boca del horno; la llama se expandirá así sin ninguna dificultad bajo el piso abovedado. Sobre el suelo colocaremos unos pilares de pequeños ladrillos de ocho pulgadas, teniendo en cuenta que se puedan intercalar en medio unas tejas de dos pies; la altura de los pilares será de dos pies. Los pilares estarán compuestos de arcilla amasada con pelo y sobre ellos colocaremos unas tejas de dos pies, que soportarán el pavimento. Si las estancias abovedadas son de mampostería, resultarán más eficaces y provechosas, pero si fueran de madera colóquese debajo una falsa bóveda de barro, de la forma siguiente: háganse unas regletas (cabrios) o unos arcos de hierro y mediante numerosos garfios de hierro también cuélguense del entramado; colóquense tales regletas o arcos de modo que puedan asentarse e introducirse las tejas sin formar bordes, entre dos regletas; así, todo el conjunto abovedado resultará perfecto, ya que se apoyará en una estructura de hierro. Las junturas de estas bóvedas se recubrirán, por la parte de arriba, con arcilla amasada con pelo y, de yeso y barro cocido y después se enlucirá con estuco, o bien con escayola. Si en las estancias de baños de agua caliente se construyen dobles bóvedas, ello proporcionara una mayor utilidad; el vaho del vapor no logrará corromper la madera del entramado, sino que se dispersará entre las dos bóvedas. Las dimensiones de los baños serán proporcionadas al número de bañistas: su anchura medirá una tercera parte menos que su longitud, sin contar la sala de la bañera ni la de la piscina. La bañera debe situarse debajo de la ventana, pero de modo que los bañistas, que están alrededor, no impidan ni estorben el paso de la luz con sus sombras. Es muy conveniente que las estancias de las bañeras sean espaciosas, ya que al ocupar los bordes los primeros bañistas, puedan permanecer con toda seguridad los que esperan en pie. La anchura de la piscina entre la pared y la galería- no debe ser inferior a seis pies para que el escalón inferior y el asiento ocupen únicamente dos pies. La sala de los baños de vapor y la sala para sudar -saunas- quedarán contiguas a la sala de baño de agua templada; su anchura será igual que su altura hasta el borde inferior, donde descansa la bóveda. En medio de la bóveda, en su parte central, déjese una abertura de luz, de la que colgará un escudo de bronce, mediante unas cadenas; al subirlo o al bajarlo se irá ajustando la temperatura de la sala de baños de vapor. Conviene que la sala de baños de vapor sea circular con el fin de que, desde el centro, se difunda por igual la fuerza de las llamas y la del vapor, por toda la rotonda de la sala circular."
De Architectura - Libro V Capítulo X

De estas termas proviene el Pignone, sito en la actualidad en el recinto de los Museos Vaticanos. Las termas de agripa se situaban en Roma.

Termas de Diocleciano
Las Termas de Diocleciano (Thermae Diocletiani) fueron los más resaltantes baños termales de la Antigua Roma, con capacidad para más de 3.000 personas.
En el año 298 d. C. se encargan los trabajos para un gran balneario, promovidas por el emperador Diocleciano. Las termas datan del año 305 d. C., y fueron completadas durante el mandato de varios emperadores. Las Termas de Diocleciano continuaron siendo utilizadas hasta que los godos interrumpieron el flujo de agua de los acueductos que las surtían en 537.
Diocleciano fue acusado por la muerte de miles de cristianos condenados a trabajos forzados en la construcción de las termas. Al término de las obras, en el año 305, abdicó. En el 1561, el papa Pío IV mandaría construir a Miguel Ángel una iglesia en memoria de esos mártires en el propio espacio de las termas: Santa María de los Ángeles y de los Mártires.
En noviembre de 2008, el aula X de las termas se abrió de nuevo al público tras 30 años de trabajos de restauración. 

Características
La estructura de las termas era similar a las Termas de Caracalla, construidas un siglo antes, y con casi la mitad de capacidad. Se construyeron con ladrillo, revestido de mármol en el interior, y de estuco en el exterior, destacando la riqueza de los mosaicos del pavimento.
Parte de las termas se ha conservado gracias a que varias zonas de ellas fueron reutilizadas como base para iglesias y otras construcciones: en el complejo de las termas actualmente se encuentran la Basílica de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri (en el tepidarium), la Iglesia de San Bernardo alle Terme (en una de las dos salas circulares), y parte del Museo Nacional Romano; pero la mayoría de las 13 hectáreas que ocupaba el complejo ha desaparecido.
Las termas estaban orientadas hacia el sudoeste para que la energía solar calentase el caldarium sin afectar el frigidarium. Dada la gran extensión que ocupaban, en las calles circundantes se pueden observar restos de las termas. 


Reconstrucción de las termas de Diocleciano 



Los romanos frecuentaban diariamente las termas y permanecian em sus dependencias varias horas. Los romanos ricos iban acompañados de sus esclavos.

Basílica de Santa Maria degli Angeli e dei Martiri, construida en el tepidarium de las termas.

La iglesia de San Bernardo alle Terme fue construida dentro de una de las dos salas circulares de las termas.

Termas de Nerón
Las Termas de Nerón también llamadas Thermae Alexandrinae fueron unas Termas de la Antigua Roma. Fueron construidas en la década del 60 d. C. durante el reinado de Nerón, siendo reedificadas a una escala mayor en época del emperador Alejandro Severo, lo que provocó que fueran rebautizadas como Thermae Alexandrinae.
Las Termas de Nerón, tienen una estructura y distribución que será repetida en otras termas como las construidas por el emperador Trajano, siendo las Termas de Diocleciano las que emplearon dicha distribución a la mayor escala vista hasta entonces.
Dichos baños ocupaban una superficie aproximada de 300 x 120 metros, situándose a apenas 50 metros al oeste del Panteón de Agripa. Actualmente solo son visibles algunos vestigios aislados, pero se sabe que diversos palacios e iglesias como el Palazzo Madama y San Luigi dei Francesi emplearon muros romanos de las termas a la hora de ser construidos. Diversas columnas extraídas con el paso de los siglos se han utilizado en monumentos como el Panteón de Agripa. En fechas recientes se ha instalado en Via dei Staderari un gran pilón de granito que probablemente procedía del baño caliente de las termas.

Termas de Tito
Termas de Tito fueron baños termales construidos en Roma por el emperador Tito.
Ubicadas al pie del Monte Esquilino, las termas tenían capacidad para recibir a 1.600 personas. El precio de entrada era de una moneda, la de menor denominación.

Tito queriendo alejar los tristes recuerdos de la última erupción del Vesubio y de un terrible incendio que había destruido los principales edificios de Roma concibió el proyecto de construir un vasto edificio que contuviera a la vez, salas para las representaciones dramáticas y Uterinas suntuosas. Este edificio fue construido sobre las ruinas del palacio de Nerón que un incendio había destruido, como para hacer desaparecer hasta el recuerdo de los tiempos pasados.
Este inmenso edificio da una idea de la magnificencia romana y de este lujo prodigioso que presagia una decadencia general. Fue no obstante construido en una época en que el arte había tomado un carácter grandioso y magnífico y donde se empleaba, además de la necesidad, ciertas formas variadas y elegantes.
Por la planta de las termas (imagen lateral) se ve la extensión de los establecimientos de este género. Esta planta se compone de dos cercados comprendidos el uno en el otro. El primero contiene los pórticos para ponerse a cubierto, las salas para las atletas, las bibliotecas, teatros para las representaciones dramáticas y los combates de gladiadores, las escuelas, las exedras guarnecidas de bancos donde los filósofos y los sabios se reunían para discutir. La segunda comprende los baños propiamente dichos, y contenía la sala en la cual se desnudan, llamada cutre los romanos apodyterium; otra sala donde se untan de olores y se perfuman, llamada unctuarium. Enseguida está la sala donde hacen ejercicios antes de entrar en el baño y que lleva el nombre de coryceum o de sphaeristerium. Después siguen las caldaria o salas de baños que tienen este nombre y alrededor de las cuales están las galerías. Después del baño pasan a una sala de una temperatura agradable, llamada tepidarium, por que previene para pasar a la sala del baño frío llamada frigidarium. Esta última sala es muy espaciosa porque se bañan muchos a la vez y está ricamente adornada con columnas y estatuas. Además hay otra sala con tubos para los baños de vapor que lleva el nombre de sudario y piezas subterráneas destinadas a calentar las salas y que se designan con el nombre de hypocaustes.
Los antiguos habían reunido en estos edificios todo lo que puede agradar a la vista y recrear la imaginación. La decoración es espléndida, el pavimento de mosaico con mármoles de colores, los techos cubiertos de magníficas pinturas, las salas y los pórticos adornados de tableros con bajorrelieves de bustos, de estatuas de los mejores maestros de todas las artes. En las termas de Tito fue hallado el famoso grupo de Laoconte, el tronco antiguo, el toro Farnesio, etc. 

Termas de Trajano
Restos de las Termas de Trajano

Las Termas de Trajano fueron diseñadas por el arquitecto Apolodoro y construidas junto al Foro del emperador romano Trajano, quien las inauguró en el año 109 d. C. En su origen, estos baños termales ocupaban unos 60.000 metros cuadrados y eran un complejo de piscinas, saunas, salas de masajes y salas de relax para la conversación. Eran las termas más grandes de Roma, y se convirtieron en uno de los centros de ocio favoritos de los romanos. Ahora, tras cinco años de intenso trabajo, los arquitectos Stefano Borghini y Raffaele Carlani han conseguido reproducirlas digitalmente.
Construidas sobre las ruinas de la Domus Aurea – la increíble y lujosa villa que Nerón creo para sí mismo tras el incendio que devastó gran parte de Roma en el año 64 d. C., De hecho, el término SPA proviene de la máxima latina Salus Per Aquam que significa « salud por medio del agua ».
«Lo que más me ha impresionado es la Natatio, la imagen de esa piscina gigantesca, una especie de mar urbano que se abría en el centro de Roma, lo que no tiene precedentes Hemos trabajado durante cinco años, estudiando toda la información sobre las Termas de Trajano, hemos consultado muchísimas fuentes y especialistas y hemos estado en contacto con todos los expertos que trabajan en las excavaciones, como Rita Volpe, arqueóloga de la Superintendencia de Roma», ha declarado a ABC Raffaele Carlani , uno de los arquitectos encargados de la digitalización de las antiguas termas.
Las Termas de Trajano contaban con el mayor edificio termal del mundo. El complejo medía 330x315 metros, con una estructura central de 190x212 metros.
Maqueta de las Termas de Trajano. Museo de la Ciudad de Roma, Italia.

Las Termas de Trajano fueron concebidas como una especie de gran centro de ocio en donde había jardines, fuentes, estatuas, frescos, ricos mármoles, salas para diversos tipos de espectáculos, bibliotecas, comedores y tiendas. Su grandiosidad aún puede ser percibida al contemplar algunas de sus ruinas arqueológicas como es el caso de la enorme cisterna de agua de las siete salas.
El emperador Trajano ya había construido el famoso  acueducto que lleva su nombre, pero sus colosales termas necesitaban mucha agua, y el nuevo acueducto no daba abasto. Por esta razón ordenó la construcción de la gigantesca cisterna de las siete salas, cuya capacidad era de más de ocho millones de litros de agua. La Cisterna de las Siete Salas disponía de nueve ambientes diferentes cubiertos por una hermosa cúpula.

El Caldarium se ubicó en el emplazamiento idóneo para que contara con la mejor iluminación natural al mediodía y al ponerse el sol. Disponía de ventanas con cristales, que se abrían en verano y se cerraban en invierno. Asimismo, en torno al eje central de las Termas se distribuían, simétricamente, los vestuarios y gimnasios. Hombres y mujeres tenían acceso a todos los espacios comunes de forma conjunta, salvo a los vestuarios.

EL TEATRO ROMANO
Sila estaba casi siempre fuera de Roma, luchando contra sus enemigos (Mario, Mitrídates,...). Cuando Sila regresa triunfante de sus luchas contra Mitrídates hará un desfile en el Campo de Marte tras lo que había que hacer un edificio que conmemorase esta victoria. Sila, para engañar a las mentes conservadoras romanas, tuvo una ocurrencia. Estando en Asia (isla de Lesbos) asistió en el Teatro de Mitilene a un concurso musical que le impresionó. Plutarco supone que aquello le impactó y pensó que debía construir en Roma algo equiparable a aquel ambiente. Para hacer esto existían varios problemas. 
En las colonias fundadas por sus veteranos de guerra (como Pompeya o Fiesole) sí que existirán estas nuevas construcciones que se harán después en Roma: los teatros. 
En Pompeya existía un teatro (como en las ciudades griegas) : el Teatro Grande (por comparación con el Teatro Pequeño que estaba al lado). Lo que queda de este teatro es la reconstrucción que se hizo a principios del Siglo I d.C. de uno más viejo del año 100 a. C. aproximadamente.
Siendo colonia de Sila tenemos una inscripción donde dice que los colonos silanos construyeron el pequeño Teatro (de 800 personas de aforo). La inscripción también dice que se hizo por dos duoviros (a manera de cónsules) sobre el 80-75 a.C. Se trataría de un teatro cubierto (arqueológicamente denominados odeones) cuyo destino sería más oír música que teatro. Su graderío es semicircular.
En Fiesole, la colonia silana (año 80 a.C. ca.) construyó un teatro muy parecido al de Málaga (sobre una colina) aprovechando el espacio natural. Así, en la época ya existían teatros que podemos denominar romanos (los griegos ya existían) y, sin embargo, en Roma no existían en la época teatros a pesar de que se escribían obras teatrales, que existían representaciones, etc.
Las fuentes literarias nos dicen que en Roma existían teatros efímeros de madera para representaciones teatrales que se daban en determinados momentos (179, 174, 154 a.C.). Este último sería promovido por las autoridades del Estado (censores), pero después se acababa la cosa. Sabemos que los senatoriales eran enemigos de estas cosas hasta el punto de que Valerio Máximo nos cuenta esta actitud ante las representaciones teatrales: el senador Sapio Nasica consideraba que el teatro reblandecía al duro romano y que no se debía caer en las blandenguerías de los griegos. Por ello se promovieron, desde el Senado, la protección de la moralidad pública afectada y leyes contra el lujo y a favor de la austeridad (leyes antisuntuarias). Estas leyes arraigaron fuertemente en Roma y de esta forma no se conocen representaciones teatrales hasta un siglo después.
En 58 a.C. tenemos a un edil llamado Marco Emilio Escaulo que construyó un teatro muy rico hasta el punto que mereció ser descrito por Plinio. M. E. Escaulo, para las representaciones teatrales que duraran poco tiempo, construyó un teatro con graderío (cávea) y escena de tres cuerpos: tres pisos con 360 columnas de mármol y placas, también de mármol muy rebuscado, que el edil se llevó después a su casa del Palatino, lo que supuso un gran escándalo. Entre ellas había mármol negro de Quíos de hasta treinta y ocho pies de altura. Las columnas estaban repartidas en tres órdenes: toscano, jónico y corintio. Se describe la parte inferior de mármol, la media de vidrio (revestidas de teselas de pasta vítrea), y la superior de madera dorada. Entre la columnata existían tres mil estatuas de bronce. Tenía pinturas de pintores famosos y tapices de telas atálidas (de Atalo de Persia). Debió costar mucho dinero para ser tan efímero porque tras las representaciones se desmontó. Su capacidad se decía ser de unos 80.000 espectadores (probablemente una exageración)  pero de todas formas debió ser muy importante.
La idea de estos teatros breves era prueba de que en la Roma de aquel tiempo existía interés por la construcción de este tipo de edificios.
En Pompeya, en el 70 a.C., se había construido un anfiteatro (el famoso de la lucha contra los nuceranos), edificio que, paradójicamente, no existió en Roma hasta el 30 a.C., no existiendo ninguno en condiciones hasta finales del siglo I d.C. (el Coliseo). Ya en el 53 a.C. se mandó construir uno pero fue efímero. Hay que esperar un gran acontecimiento para que se haga efectivo el sueño de Sila. En 55 a.C. volvió Pompeyo victorioso y ese año construyó el primer teatro en piedra burlando las prohibiciones antisuntuarias. Se trataba del Templo dedicado a Venus Victris o Victoriosa (protectora de su gens) que, a la manera de los santuarios del Lazio, llevaba un gran graderío con lo que, colocándoles una escena, tenía todo un teatro delante del cual existía un gran pórtico. Tanto teatro como pórtico serían diferentes. Tras el pórtico estaría el Área Sacra del Largo Argentina.
El Teatro de Pompeyo tiene de diferente con los teatros griegos y romanos anteriores la particularidad de que al ser una llanura, la cávea se hace del suelo hacia arriba teniendo una gran fachada exterior que se hace con tres cuerpos, teniendo la misma decoración que el Tabularium, con tres zonas de galerías corridas con columnatas toscanas, jónicas y corintias respectivamente. Cuando los Flavios hicieron el Coliseum, la fachada repetirá el mismo esquema del Tabularium pero con la alternancia de órdenes del Teatro de Pompeyo.
La edificación del teatro conllevó a que después el gaditano Balbo el Menor construyera un teatro para conmemorar su victoria contra los garamantes de África (que vivían en la zona desértica de Libia). Se nos describe el triunfo de éste en Roma diciendo que desfilaron las tropas con grandes cartelones en los que aparecían pintados paisajes, gentes y animales del lugar libio (como sucedía en la Pompé). Este teatro es mal conocido porque ha sufrido muchas destrucciones. Tenía anexa la Cripta Balbii (parte cubierta bajo el edificio que remataba en una exedra).
Cesar quiso construir otro teatro que hubo de ser terminado por Augusto en el 11 a.C. Se trataba de una reproducción del Teatro de Pompeyo conocido como el Teatro de Marcelo. Es el mejor conservado de la época de Augusto. A partir de entonces los teatros tendrán la misma estructura.       
Si el Teatro de Pompeyo se inaugura en el 53 a.C. y todavía en el Siglo VI d.C. existía una reconstrucción (sobre la que existe una inscripción de Teodorico), lo cierto es que en la Edad Media se abandonó.
Lo que hoy queda se reconoce en la planta de la ciudad moderna de Roma. De esta forma el Templo de Venus Victris es el basamento de un palacio, las arquerías del Teatro se adaptaron a las calles de la ciudad, etc. Así, hoy queda poco de aquel teatro. Existe un documento excepcional para su reconstrucción y permite discutir el que el pórtico estaba dividido. Este documento no es otro que la Forma Urbis Severiana (plano de los Severos). Además existen referencias literarias que nos hablan de sus dificultades para hacer el teatro (por las leyes antisuntuarias).
Del Teatro de Balbo y su Cripta conocemos mucho menos. Sin embargo, también la Forma Urbis Severiana nos ha ofrecido fragmentos de la forma del Teatro y la Cripta. Ésta (un pórtico cubierto) está hoy excavada. Arqueológicamente se trata de un Cripto Portico (construcción romana muy extendida como protección frente al calor y la lluvia).
El que mejor se conserva de estos teatros es el de Marcelo que carecía de pórtico trasero porque daba al Tíber, pero sí tenía dos templos. Su planta es singular. A ambos lados de la escena se ven dos formas con remates absidales (forma de templos). Para algunos, como antes de la construcción (iniciada por César y terminada en 11 a.C. por Augusto en conmemoración de la muerte de su sobrino Marcelo) tuvieron que demoler algunos templos, es posible que esos edificios fueran la forma de salvar los templos desaparecidos. Otros dicen que esos templetes se colocaban en la parte post-escena. Por los textos sabemos que existen dos templos republicanos, como los del Campus Martius, que eran probablemente el de Spes y la Pietas.
Este panorama de los tres grandes teatros es riquísimo y conviene hacer consideraciones sobre los teatros romanos, sus formas y sus elementos. Los tres se harán en un breve periodo de tiempo (entre el 53 y el 11 a.C.). En ellos se condensa una sabiduría arquitectónica donde se rompen las formas griegas (que utilizaban laderas para los graderíos). Aquí tenían una doble fachada. Para su decoración se utilizaba la forma de superposición de órdenes (como en el Tabularium). Se añadió a la parte trasera unos jardines de esparcimiento que servían para pasear, exponer pinturas, etc. Además, en el Teatro de Pompeyo existen unas estatuas de un escultor romano (Coponius) que representaban a los catorce pueblos dominados por Pompeyo. Eran estatuas probablemente femeninas que representaban, a la manera helenística, a las naciones vencidas.
Cesar tuvo la misma intención de Pompeyo para rivalizar con él, pero su muerte en 44 a.C. hizo que la obra por él empezada tuviera que ser terminada por su sobrino Augusto. Después Balbo, el único provincial que hizo un triunfo en Roma, construyó el teatro en la cripta que lleva su nombre.


LAS PARTES DE UN TEATRO.
Existen dos elementos bien diferenciados:
·       Graderío o Cávea.
·       Scaena (Escena).

En Pompeya existen diferencias entre el pequeño y el gran teatro. El pequeño (de época silana) es de forma romana y el grande presenta un estilo helenístico. El que se colocara un templo (razones logístico-políticas) tenía una tradición en los edificios del Lazio.

Tras la muerte de Augusto, Tiberio estableció el culto imperial (el emperador pasa a ser un dios) y así el culto a estos muertos imperiales y el teatro van unidos y parejos, por eso en los teatros siempre existe algo sagrado (así sucede, por ejemplo, en Mérida donde existe un sacrarium en la cávea). En Roma no se da tanto el teatro (literariamente) como la pantomima y los actos políticos (lo que influyó en los mismos teatros) y por ello existen en los teatros estatuas como la de Pompeyo de clara propaganda política.

En el Teatro de Fiésole (de tiempos de Sila) ese elemento es evidente y así, en la parte de arriba, debía existir un lugar sacro. En el teatro de Pompeyo tenemos el Porticus postscaenium (“tras la escena”). En los teatros existían uno o dos pórticos. En realidad el teatro consta de dos edificios: el teatro propiamente dicho y el pórtico aunque no todos los teatros tenían porticus postscaenium. Sí pueden tener y de hecho tienen un porticus in summa cavea (“en lo alto de la cávea”). La cávea suele estar dividida en tres partes:
·       cávea baja
·       cávea media
·       cávea alta o summa cavea.
         
Así, el porticus in summa cavea es el que se encuentra en la cávea alta.
         
Por donde entraban los actores se llegaba a la orchaestra (que es semicircular) a la que se accede por los parodoi. El público accede a la misma cávea por unos pasillos subterráneos llamados vomitoria. Pueden existir vomitoria por la cávea baja, media o summa. Se llega a unas escaleras (scalae) que son los asientos. Estas scalae dividen la cávea en sectores (cuneus). Además hay que moverse horizontalmente por los teatros. Los vomitorios dan a unos pasillos llamados praecinctiones. En la parte exterior existe una fachada con tantas puertas como cáveas.
Existe una importante descripción de los teatros en los libros de Vitrubio (aunque a veces son descripciones que no resultan prácticas).
Los parascaenia serían los cuerpos que unen la scaena y la cávea. Para pasar de la orchaestra a la scaena hay un escalón. A esa parte del teatro, a ese primer escalón se le denomina proscaenium que sería lo que antecede a la scaena, constando de unos escalones que darían acceso a la escena. Esos escalones dan a un tablezón denominado pulpitum debajo del cual hay una parte hueca que se llama hyposcaenium. El scaenafrons sería lo que está enfrente de la escena.
En la unión entre la cavea y la scaena hay dos puertas que dan lugar a dos torres. Estas puertas son las versurae. En la scaena suele haber una serie de cuerpos. A fin de que el sonido se pueda reproducir bien las scaenae son muy elevadas.

Teatro de Marcelo
En la zona de la Roma imperial conocida antiguamente con el nombre de Foro Olitorio, es decir el área destinada a ser el mercado de las hortalizas, hoy entre el Ghetto y la colina del Capitolio, fue erigido en el año 13 a. de C. un teatro que el primer emperador Augusto dedicó oficialmente a su bien amado sobrino y futuro heredero Marcelo, hijo de su hermana Octavia, muerto prematuramente en el 23 a. C. cuando tenía solo 19 años de edad.
En realidad la primera idea de construir un edificio en esta misma zona, fue de Julio Cesar que en el año 46 a de C. hizo levantar un teatro provisional destruyendo una parte del lado curvo del Circo de Flaminio (erigido en el 221 a.C., hoy totalmente desaparecido) y dos pequeños templos.
Cuando el anónimo arquitecto Augusteo reconstruyó el teatro, estos templos, dedicados a divinidades femeninas que todavía no han sido identificadas, fueron incluidos de una manera muy original, en los dos lados de una gran exedra semicircular puesta en la parte posterior del escenario.  


Los restos actuales del teatro de Marcelo, impresionan a casi todos, entre turistas y ciudadanos, por su belleza y por su alto nivel de conservación debido, fundamentalmente, al hecho que a partir del siglo XI (1150), lo que quedaba del antiguo edificio, fue incorporado a una fortaleza de la familia Pierleoni, pasando luego (siglo XVI) a las manos de otra importante familia romana, los Savelli, para llegar por fin (siglo XVIII) a los últimos propietarios, los Orsini.
Fueron los Savelli quienes encargaron al famoso arquitecto renacentista Baldassarre Peruzzi que realizara sus residencia privada en la parte alta de la cávea, donde hoy aparecen bien visibles las 12 ventanas.
El teatro de Marcelo en origen tenía una altura total de 32,60 metros y su cávea, del diámetro de 130 m., estaba formada por 41 arcadas superpuestas (quedan hoy solo 12) enmarcadas por semipilares de los dos órdenes griegos: dórico y jónico. En el ático los semipilares eran corintios.
Sabemos que mascaras teatrales estaban colocadas en el medio de cada arco.
En la época imperial este era uno de los pocos teatros permanentes que existían en toda Roma y también uno de los más grandes, considerando que su capacidad era de unas 20.000 personas. De su interior ya en el siglo V no quedaba prácticamente nada: desaparecieron columnas de pórfido rojo de Egipto, mármoles policromos, estatuas originales griegas, mosaicos y los preciosos estucos.
No todos saben que por una ley escrita y aprobada por el mismo Augusto, y que fue aplicada también en el célebre Coliseo, los espectadores que iban a asistir a los espectáculos, estaban obligados a sentarse en determinados sitios según una precisa jerarquía social: la sección puesta más arriba estaba siempre destinada a las mujeres, a los extranjeros y a los esclavos, mientras las otras más cercanas al escenario, estaban reservadas a los ciudadanos romanos, a los caballeros, a los senadores, a las vestales y a los familiares del emperador.
En la misma zona donde hoy aparecen los restos del Teatro de Marcelo, durante los años treinta del siglo pasado, los arqueólogos descubrieron impresionantes fragmentos de otros dos templos identificados luego como los de Apolo Sosiano y de Belona. El primero fue erigido por primera vez en el 431 a.C. probablemente durante el dominio de los Tarquinios, pues en época monárquica, y fue reconstruido en el año 34 a.C.; el segundo de la misma edad del otro, estaba dedicado a una antigua divinidad de origen oriental que se invocaba en caso de guerra. El templo de Apolo tenía una altura de casi 30 metros y era como un museo considerando por ejemplo que solo en el frontón estaban esculturas originales griegas del siglo V a.C. traídas a Roma a fines del siglo I a.C. como botín (hoy partes de estas fantásticas obras se pueden ver en el Museo Montemartini, en la Via Ostiense).
Una curiosidad: hay quien dice que en las noches de luna llena, es posible oír el sonido de las cadenas de los condenados que durante la época medieval fueron encarcelados en los subterráneos del teatro. 

Teatro de Pompeyo
El Teatro de Pompeyo (Theatrum Pompeium en latín) fue un antiguo edificio público de la ciudad de Roma. Edificado durante la República, en torno al año 55 a. C., se mantuvo en uso hasta el siglo V d.C. 
Fue uno de los primeros edificios permanentes de la ciudad de Roma, y el primer edificio de la ciudad construido en mármol, lo que también le valió el apelativo de teatro de mármol (theatrum marmoleum en latín). No era simplemente un teatro, sino que contaba además con un jardín decorado con estatuas de grandes artistas y actores así como con un espacio destinado a encuentros públicos. El teatro se coronaba con un templo dedicado a Venus Victoriosa (Venus Victrix en latín), deidad personal de Pompeyo. Esta particularidad del templo ha sido interpretada por algunos especialistas como una estrategia para evitar que tal edificio fuera considerado una simple extravagancia personal.

Las dimensiones del teatro eran enormes. La cávea contaba con 150 metros de diámetro, y en su zona central se situaba una gran escalinata semicircular en forma de exedra que ascendía al templo situado en la parte superior. Tras el gran frente de escena de 90 metros se situaba un gran peristilo de columnas de granito que rodeaba el jardín, y al final de éste se encontraba la Curia Pompeii, lugar donde se reunió el Senado Romano en algunas ocasiones, y donde la tradición dice que fue asesinado Julio César.

La arquitectura de este teatro, aunque basado en los griegos, suponía diferencias fundamentales y marcaría el prototipo de teatro romano, estableciendo la tipología estructural que sería ampliamente repetida en teatros y anfiteatros por todo el mundo romano. Al contrario que los teatros griegos que eran edificados aprovechando las pendientes naturales de laderas o montañas para construir la cávea, en Roma ésta se apoyaba en una estructura formada por corredores abovedados que desde el nivel de la calle permitían acceder a las distintas partes del graderío.
Esta sofisticación del teatro no supuso que los romanos no aprovecharan las pendientes naturales del terreno para edificar sus teatros, pero sí les permitió construirlos en zonas llanas. El recinto finalmente era cerrado por un frente de escena de mucha mayor entidad que en los teatros griegos, lo cual mejoraba la acústica del recinto y además permitía controlar el acceso al mismo.

Arqueología
La zona fue excavada por orden de Mussolini durante las décadas de los 20 y los 30 del siglo XX. Los restos del lado este del pórtico unido al teatro así como tres de los otros cuatro templos asociados habitualmente al teatro pueden observarse en el Largo di Torre Argentina.
El cuarto de estos templos sin embargo se encuentra en gran medida bajo la actual trama de la ciudad. Los escasos restos del templo propiamente dicho se encuentran en el subsuelo de la Via di Grotta Pinta, y alguna bóvedas también pueden observarse en sótanos y restaurante de esta misma calle.
El teatro se mantuvo en uso hasta el siglo V d. C., pero durante la Edad Media siguió existiendo aunque usado como cantera de piedra. 

LOS ANFITEATROS
En Roma tiene más éxito otros edificios que derivan de ese teatro cuales son los anfiteatros, circos o hipodromos. La palabra anfiteatrum significa teatro por un lado y por otro”. Vitrubio, que tanto trató el tema de los teatros en Roma, no nombra los anfiteatros. Se piensa que ello puede ser debido a la pérdida de parte de su obra.
El anfiteatro es una creación puramente romana. En el año 53 a.C., el mismo año en que se inauguró el Teatro de Pompeyo, Escribonio manda construir un anfiteatro.
Escribonio se sometió a lo que ordenaban las leyes antisuntuarias romanas. Inauguró, para unos juegos gladiatorios, un anfiteatro. Mandó construir dos teatros de madera que giraban. Uniendo las cáveas esos dos teatros formaban un anfiteatro aunque lo cierto es que la vida de este anfiteatro fue, lógicamente, efímera.
En el año 30 se inaugura el primer anfiteatro de piedra pero no será hasta los Flavios, con Vespasiano, Tito y Domiciano cuando Roma disponga de un lugar adecuado que será el Coliseum o Anfiteatro Flavio. En este edificio podemos ver aplicada toda la técnica y la arquitectura romana.
En las provincias existían anfiteatros. Los ludii gladiatores (juegos gladiadores) poseían en los pueblos itálicos un gran significado que tenía que ver con la muerte: la sangre derramada en los juegos daba vida en el más allá a los difuntos. Eran normales este tipo de juegos tras los funerales. Hasta Escribonio en el año 30 a. C. no tenemos un anfiteatro de piedra y hasta el año 70 d.C. no tendremos empezado el Coliseum que recibe su nombre de una estatua colosal de Nerón.
Desde la época de Sila hay ciudades itálicas que cuentan con anfiteatros. En Pompeya el anfiteatro cuenta con una gran capacidad, siendo de opus caementicium. En él vemos estructurado ya todo lo que va a ser el anfiteatro romano.
La cávea del anfiteatro se denomina por los nombres que daban en el teatro (summa cávea, media cávea o ima cávea) y también por el nombre maenianum.

Se pueden dar tres tipos de juegos en los anfiteatros:
1.    Ludi o Munera. Serían los juegos de gladiadores.
2.    Venationes. Serían las luchas contra animales.
3.    Naumaquiae. Serían las representaciones de batallas navales.

Los gladiadores, según el tipo de lucha y el armamento que tenían, se denominaban de distinta manera que iba en función, también, de la procedencia que tenían. Así tenemos los mirmidones, tracios, samnitas, retiarios, etc.
En cuanto a anfiteatros característicos tenemos el Anfiteatro Flavio (Roma), el Anfiteatro de Verona,  el de Pozzuoli (en el Golfo de Nápoles), los de Arlés y Nimes donde se dan corridas de toros (en el Sur de Francia).       
En el año 80 d.C. se inaugura el Anfiteatro Flavio o Coliseum.
Vespasiano empezó a construir este anfiteatro para ocupar un lago existente dentro de la Domus Aurea de Nerón. En el año 64 d.C., en el gran incendio de Roma, se quemó el anfiteatro de Estatilio Tauro sito en el Campus Martius. El emperador Vespasiano, deseoso de atraerse a la plebe, empezó la construcción del Coliseum.
En época de Marco Aurelio había tal gasto en los juegos gladiatorios que hubo que regularlo mediante decreto imperial (lex de preti o ley de precios). En casi todas las provincias del Imperio existe documentación de los juegos gladiatorios. También tenemos las inscripciones funerarias de los gladiadores para reconstruir esta información. Tienen su origen en ritos funerarios itálicos por los que los muertos renacen en el más allá debido a la sangre vertida.
Entre los muchos documentos que existen también tenemos los armamentos de los gladiadores y pinturas de estos, relieves en marfil, dípticos que se regalaban a los consulares, los sellos de piedra de los anillos, pinturas y mosaicos en las casas particulares, etc. En toda la vida de aquel tiempo, las referencias al mundo del anfiteatro son muy amplias.
Los reos podían ser condenados a morir “ad bestias”. Aquellos reos que conseguían sobrevivir a las fieras recuperaban la libertad. Estos juegos comenzaban con una gran fiesta acompañada de música con un órgano hidráulico e instrumentos de viento como las tubas.

El de los gladiadores era un mundo complejo y muy interesante. Puede dar lugar a muchas circunstancias. Los gladiadores se caracterizaban por su armamento y el tipo de lucha que realizaban:
Los samnitas llevaban un tipo de armamento que recordaba a los pueblos itálicos. Llegó un momento, empero, en que llamar samnitas era conveniente por cuanto que este pueblo llegó a tener la ciudadanía romana o al menos eran aliados, así que se les llamó executores. Se trataba de gladiadores muy protegidos.
Los retiarios. Iban poco protegidos (nada en la cabeza). Luchaban con una red (retio) y con un tridente.
Los mirmillos. Eran gladiadores armados de escudo y espada y cubiertos con un yelmo galo que porta la figura de un pez (de ahí su nombre).
Los oplomacos. También contrincantes usuales del retiario
Los threx. Luchaban contra los mirmillos con un escudo redondo y un espadón,
El laquearius que luchaba con un lazo.
El andalaba que luchaba a caballo y llevaba un casco que le cubría totalmente la cara.
Etc., etc., etc. 



Los gladiadores forman parte de un sistema muy bien organizado. Existe la familia gladiatoria, formada por los gladiadores y sus poseedores. Los gladiadores son extranjeros, esclavos o sometidos a una persona por otras razones. El dueño de los gladiadores es el lanista. Los gladiadores son una mercancía muy cara. La familia gladiatoria solía vivir, antes de los juegos, en un lugar llamado  ludi. El conjunto de la familia gladiatoria recibe el nombre de ludos.
Junto al Anfiteatro Flavio había un conjunto de construcciones. Así el Ludus Magnum era la casa donde vivía la familia gladiatoria. Tenía un patio circular, a modo de anfiteatro privado donde se entrenaban los gladiadores. Un pasillo los comunicaba con el Coliseum.
Cerca del Ludus Magnum vivían los legionarios de la escuadra del Tirreno, encargados de mover las velas-toldos del Coliseum.
Los juegos inaugurales del Coliseum, en tiempos de Tito, duraron cien días, en los que hubo también sorteos de loterías.
Importante, dentro del anfiteatro, era la arena, en el suelo, donde podía estar la fosa bestiaria, donde se guardaban las jaulas de los animales. Unas máquinas elevaban las bestias desde esta fosa hasta la arena.
Los cuerpos de los anfiteatros están divididos como los teatros. Entre la arena y la cávea hay una altura que recibe el nombre de podium y una baranda de protección denominada balteus. En la mitad del eje corto de los anfiteatros suele estar el tribunal que puede ser doble:

El principal, llamado tribunal principalis.
En frente el tribunal editoris.
Suelen tener dos puertas que dan en los lados estrechos:
Porta Regia. Por donde entra el público y salen los gladiadores en triunfo.
Porta libitinaria. Por ella es por donde salen los gladiadores, animales y reos muertos. Los llevan a un lugar donde los que aún no han muerto reciben la puntilla.

Ludus Magnus                                                                                                
El nombre de Ludus Magnus alude a una escuela de gladiadores situada en la Antigua Roma a escasos metros del Anfiteatro Flavio en el valle situado entre el Celio y el Esquilino, siendo construida durante el mandato del emperador Domiciano, en los años 80 d. C.
El Ludus Magnus fue construido en su mayor parte en ladrillo, sobre un modesto edificio comercial del siglo I d. C., teniendo una altura de tres plantas. El complejo tenía un patio rodeado por los alojamientos. En medio del patio se encontraba un anfiteatro de pequeño tamaño para el entrenamiento de los gladiadores.
Los restos que hoy se pueden observar, empezaron a ser excavados en 1937, aunque no terminaron los trabajos hasta veinte años después. Dichos restos suponen algo menos de la mitad de la arena de entrenamientos y los barracones que la rodeaban; el resto del edificio se encuentra actualmente bajo diversas edificaciones modernas. El Ludus Magnus fue una de las cuatro escuelas de gladiadores creadas por Domiciano, las otras tres se llamaban Dacia, Galica y Matutinus.
Respecto al anfiteatro, tenía 63 metros de largo por 49 de ancho, unas dimensiones pequeñas en relación con el vecino Coliseo, con una capacidad de 3.000 espectadores, una ínfima parte en relación con el aforo de 50.000 espectadores que tenía el Anfiteatro Flavio. Dichas dimensiones sin embargo son bastante comunes en relación con otros anfiteatros del Imperio romano. 
La mayor parte de los restos conservados pertenecen a una reconstrucción llevada a cabo durante el mandato de Trajano; es de destacar la existencia de un pasadizo subterráneo que comunicaba dicho anfiteatro con el Coliseo.
El Ludus Magnus entró en decadencia de forma paralela al Coliseo, es decir cuando dejaron de interesar dichos espectáculos ludico-festivos, siendo empleado en el siglo VI d. C. como lugar de enterramientos.

El Coliseo  romano
El Anfiteatro Flavio, más conocido como Coliseo Romano, es el edificio más conspicuo de la capital italiana. Es uno de esos edificios que, como comentáramos anteriormente, se convierten en símbolos de una ciudad y hasta de un país. Es el referente urbano más notable en la antigua Roma, visible desde cualquier parte de la zona monumental.

ANTECEDENTES.
En el año 66 d.C. estalló una revuelta en Judea contra la tiranía romana. El entonces emperador Nerón envió al general Vespasiano a controlarla (un tiempo antes Nerón había exiliado a Vespasiano por haberse quedado dormido en una de las insufribles representaciones del emperador-artista). En el 68, bastante impopular por los abusivos impuestos con los que había sometido a Roma, Nerón fue declarado enemigo del imperio y se suicidó. La crisis política que sucedió a su muerte vio tres emperadores en un año, hasta que el senado buscó una figura respetable para que se encargara del imperio. Vespasiano dejó entonces a su hijo Tito a cargo de la guerra contra los judíos y asumió como emperador, no por derecho de sangre sino por sus dotes de gran general, fundando la dinastía Flavia, de donde le viene el nombre al Anfiteatro.
Al tomar el poder Vespasiano encontró una población descontenta y desocupada, y decidió construir un majestuoso escenario que mantenga a la gente entretenida, alejándola de posibles revueltas. Ante un Estado casi en bancarrota y evitando aumentar los impuestos (lo que había llevado a la debacle a Nerón) utilizó los grandes tesoros del templo de Jerusalén (que finalmente había caído ante Tito en el año 70) y los enormes réditos que produjo la venta de ciudadanos judíos como esclavos para así financiar su anfiteatro.
El templo fue saqueado por los romanos antes de su destrucción en el 70 d.C.

UBICACIÓN
En un pequeño valle entre las colinas del Palatino, Celio y Esquilino, Nerón había construido un lujoso palacio privado, la Domus Aurea ("Casa de Oro"), frente a una estatua de 36 metros del emperador y un primoroso lago artificial.
Roma antes de la creación del Coliseo. La Domus Aurea y el Coloso de Nerón se ubican frente a un lago privado del emperador.
La Roma Imperial, con el Coliseo y los foros construidos. Ambos mapas no están en la misma orientación. Como referencia sírvase ubicar en ambos al Circus Maximus

En el 71 d.C. Vespasiano quiso devolver ese espacio al pueblo y ordenó la construcción del anfiteatro en ese lugar. Para ello hizo drenar el lago hacia el Tíber y se dispuso la ejecución de canales circundando el área para desviar el agua freática y pluvial. La estatua de Nerón, sin embargo, fue conservada, y el anfiteatro fue llamado Coliseo debido a su cercanía a esta colosal estatua.
Sin embargo, Vespasiano no vivió para ver su obra terminada. Tras su muerte en el 79, su hijo Tito ascendió al poder, y la culminó el año 80 d.C. Se dice que sólo el día de la inauguración se sacrificó 5000 bestias en los espectáculos de sangre. Imaginemos cómo sería la matanza de animales traídos de todo el imperio cuando los juegos de apertura se extendieron por 100 días. Incluso hay quienes aseveran que en oportunidades la arena era inundada de agua y se celebraban batallas navales, pero hay quienes han puesto en duda esta afirmación por la falta de restos de material impermeable.

DISEÑO
Si bien los griegos definieron la forma del teatro como un conjunto de graderías en semicírculo enfrentando a un escenario, forma que también fue apropiada y difundida a través del imperio romano, el anfiteatro es una invención romana, consistente en un grupo de graderías circulares, ovales o elípticas alrededor de una arena.

Esta diferencia formal acarreaba también un uso y un público distinto. Los teatros en Roma eran usados para obras dramáticas y a ellos acudía una élite culta. Los anfiteatros eran más propicios para deportes o combates, y eran favoritos de varios estratos sociales, incluyendo esclavos. De hecho, se podría decir que el Anfiteatro Flavio representaba en sus diferenciadas graderías a la estratificada sociedad romana: la familia imperial estaba en una posición privilegiada, luego venían los senadores, aristocracia, soldados, el pueblo, los esclavos y en el lugar más alejado de todos, las mujeres.
La planta tiene forma oval, y mide 188 metros en su eje mayor y 155 en el menor. La arena medía 83 metros en su eje mayor y 48 en el menor.

El diseño original de Vespasiano incluía tres filas de arquerías de medio punto, con pilares de órdenes dórico, jónico y corintio respectivamente.
Se desconoce la identidad del arquitecto del edificio, como ocurría en general con la mayoría de las obras romanas: las edificaciones públicas se erigían para mayor gloria de los emperadores. A lo largo de los años se han barajado los nombres de Rabirio, Severo, Gaudencio o incluso Apolodoro de Damasco, aunque se sabe que este último llegó a Roma en el año 105.
Los arcos más bajos fueron hechos de piedra, mientras que la segunda y tercera arquería se hizo de ladrillo y concreto. Fue decorado con finos mármoles, estatuas y frescos en las paredes. 



Reconstrucción de la fachada del Coliseo. Los arcos forrados en mármol albergaban estatuas monumentales.

El uso de la isóptica permitió que todos los espectadores puedan tener una adecuada visión de los juegos. Para ello se varió el ángulo de las graderías de 30° a 35° conforme éstas iban ganando altura.
Para facilitar una rápida evacuación de los 50,000 espectadores se implementaron 76 entradas. La entrada del emperador era subterránea, comunicándose directamente con su palacio.
Más tarde, en el 90 d.C., el emperador Domiciano, el segundo hijo de Vespasiano, efectuó una serie de remodelaciones al monumento a fin de hacerlo más imponente, darle más capacidad, mejor confort y hacer los combates más espectaculares.
Domiciano, incluyó un cerramiento de ladrillo y concreto encima de las arquerías, con lo que el Coliseo alcanzó una altura de 50 metros.
Adición de Domiciano sobre las arquerías de Vespasiano.

Este ático además sostenía los enormes toldos llamados "
velarium" que servían para proteger a los espectadores de la lluvia o el extremo asoleamiento en verano, y eran operados por mil marineros del cabo Miceno.
Debajo de la arena mandó instalar un hipogeo, un laberinto que albergaba jaulas para animales, rampas y elevadores para gladiadores, que permitían el rápido ingreso de éstos a la arena, y también facilitaban la rápida evacuación de cadáveres de animales y humanos. Sobre el hipogeo había una cubierta de madera que ya no se conserva.
Vistas del hipogeo.


CONSTRUCCIÓN
El Coliseo perfeccionó y utilizó varios elementos constructivos innovadores, utilizados por muchos siglos, algunos hasta hoy.
Si bien el arco fue inventado en Mesopotamia y usado en Egipto y Grecia entre otros (aunque generalmente a menor escala y en drenajes subterráneos) fueron los romanos los que desarrollaron y potenciaron su uso a un nivel monumental. El arco se basa en un principio simple: las cargas se transmiten igualmente a través de las piedras que lo componen (dovelas) hacia los pilares que lo sostienen, y mantiene su forma sin caerse gracias a la presión de una cuña central llamada piedra clave.
Los 80 arcos de 7 metros de alto que conforman cada uno de los 3 pisos del coliseo podían a la vez cubrir una gran altura, sostener una gran carga y a la vez dotal al edifico de ligereza. 

Al interior, los arcos se engarzan en otro invento perfeccionado por los romanos: la bóveda. Las bóvedas generan espacios amplios, sólidos y elegantes.
          
                   
La estandarización permitió construir estos elementos repetitivos en masa, a una gran velocidad y sin necesidad de contar con mano de obra demasiado especializada, tales como ladrillos, canterías y los propios arcos.
Entre los materiales que fueron mejorados y utilizados a gran escala destacan:
El concreto, que permitió dar al mortero una resistencia similar a la piedra, al mezclar cenizas volcánicas, cal y agua. Era también muy maleable, de hecho la palabra hormigón proviene del latín formico, que significa dar forma. Al agregarle piedra pómez lograban aligerar el concreto y al aumentarle cenizas traídas de Pozzuoli, cerca al Vesubio, lograban darle impermeabilidad, llamándolo "puzolánico".                               
El ladrillo rojo. Si bien la terracota (terra cotta en latín significa "tierra cocida")  había sido usada anteriormente por los romanos para hacer tejas, a partir del Coliseo empezaron a utilizar ladrillos en las paredes y bóvedas.

El Coliseo albergó espectáculos como las venationes (peleas de animales) o los noxii (ejecuciones de prisioneros por animales), así como las munera: peleas de gladiadores. Se calcula que en estos juegos murieron entre 500.000 y 1.000.000 de personas. Asimismo, se celebraban naumachiae, espectaculares batallas navales que requerían inundar la arena de agua. Es probable que fueran en los primeros años, antes de construirse los sótanos bajo la arena. El Coliseo poseía un avanzado sistema de canalización de agua que permitía llenar y vaciar rápidamente el piso inferior.

Decadencia     
Los juegos en el Coliseo continuaron hasta por lo menos el 523, mucho después de la caída de Roma. Sin embargo, el anfiteatro poco a poco fue siendo abandonado y utilizado para otros fines. La arena central fue usada como cementerio, y el interior de las graderías fue transformado en viviendas y talleres, por lo menos hasta fines del siglo XII.

En 1200 el Coliseo fue fortificado, siendo usado castillo. Luego se incluyeron allí viviendas y talleres. En 1349 el extremo sur del anfiteatro colapsó merced a un terremoto, y los materiales fueron reutilizados en la reconstrucción de muchos otros edificios en Roma.
Una orden religiosa se instaló en el área norte del Coliseo y vivió allí hasta finales del siglo XIX.
Ante el creciente vandalismo que estaba carcomiendo el monumento, el Papa Benedicto XIV santificó al Coliseo como un lugar donde habían muerto muchos cristianos, prohibiendo su uso como cantera (a pesar de que no hay evidencia de matanzas de cristianos a gran escala en el Anfiteatro). Al interior del Coliseo pueden verse placas de mármol que detallan las obras de restauración llevadas a cabo por los diversos papas.
En 1807 y ante el peligro de colapso de la fachada, se construyó la pared triangular que vemos hoy.




LOS CIRCOS
En el mundo griego reciben el nombre de hipódromos. Hay que distinguirlo de otros edificios romanos. Se sabe que Roma tuvo un importante circo en época muy temprana que no se conoce pero sí se puede identificar por los templos que se construyeron alrededor.
El Circo Flaminio fue construido por Flavio Flaminio Nepo en el 246 a.C. Éste fue, también, el constructor de la Vía Flaminia.
El Circo Maximo se convirtió en el gran circo de Roma llegando hasta finales de la época romana. El largo de la arena del circo era de 621 metros y el ancho de 118 metros.

En Roma, aparte de los Circos Flaminio y Máximo existían otros circos. En el Trastevere estaba el Circo de Calígula y Nerón, donde hoy está el Vaticano.
Existían, en esta ciudad, otro tipo de edificios. En pleno centro de Roma había un edificio que tiene la forma de un circo y que hoy se conserva intacto: la plaza Navona. Fue construido por el emperador Domiciano y su nombre propiamente dicho fue el de Estadio de Domiciano. La diferencia está en el uso. El circo está destinado a las carreras de caballos mientras que el estadio estaba dedicado a las competiciones atléticas, musicales y ecuestres. En los circos hay una espina central y en los estadios no.
Hay otro importante circo en Roma, construido en la Via Apia por el emperador Majencio en su villa particular. El largo de la arena es de 512 metros y su anchura de 81 metros. Al borde del circo hizo una gran tumba para su hijo Rómulo. Cerca de ese circo están los restos de la villa del emperador. También mandó construir un edificio conmemorativo a su hijo Rómulo en el Foro de Roma.
El Circo Maximo se hizo aprovechando un valle. Normalmente los circos se hacen así, dada su estructura. En época arcaica, en los primeros momentos de su funcionamiento, los asientos del circo eran de madera y sólo con el tiempo fueron siendo sustituidos por otros de piedra.
En el año 329 a.C. se añadió en el lado corto del norte los sitios por donde salían los carros. El sitio se llama carcer. Los carros estaban todos guardados y preparados en la salida, en los carceres.
El eje de la espina estaba un poco desplazado hacia la derecha, no en el centro. Los carceres, que eran pintados, debieron ser de madera. No fueron de piedra hasta el 174 a.C.
Para hacer la arena hubo que hacer un drenaje del terreno, dado lo pantanoso de éste. Se hicieron en la espina depósitos de agua que tenían salida como fuentes. Estos lugares se denominan euripus.
En el 196 a.C., el cónsul Estertinio colocó sobre la porta triumphalis (existían dos puertas la triumphalis y la pompae) un arco de triunfo que fue sustituido por otro en el año 81 d.C. por el emperador Tito con motivo de su victoria contra los judíos.
En el 174 a.C. se puso en la espina un contador que servía para contar las vueltas de las cuádrigas. Era con un sistema de ovas (siete objetos a manera de huevos). En el año 33 a.C., el sistema tuvo un añadido puesto que se le puso otro contador: siete delfines que se volvían según se daban las vueltas.
Augusto mandó construir en el borde del monte Palatino un edificio, a manera de gran tribunal, para presidir los juegos: el pulviner. El año 10, Augusto mandó traer un obelisco desde Egipto para que recordase su victoria sobre Egipto y lo colocó en la espina del circo. El papa Calixto V lo levantó en el Siglo XVI y lo colocó en la Piazza del Popolo. En el 317 d.C., Constancio puso otro obelisco; el de Tutmés III, que otro Papa puso en la plaza de San Juan de Letrán.
Para separar al público de la arena, se separa la cavea con un podium. No suelen ser edificios muy altos, dada su longitud.
En cuanto a los juegos, en los circos se funcionaba por facciones. En Roma existían cuatro facciones y la gente se apuntaba en ella según sus preferencias. Así tenemos:
·       la roja (rosata)
·       la blanca (albata)
·       la verde
·       la azul

El entusiasmo por estas carreras fue muy grande. Con el tiempo las facciones fueron sólo dos: la roja y la blanca. Los caballos eran cuatro y estaban colocados de una manera especial. Los fundamentales eran los de los extremos. Las cuádrigas salían todas al mismo tiempo de los carceres, mediante un mecanismo que se accionaba por una cuerda. La espina tiene dos metas; la de la salida y la de la llegada.

Circo Máximo
El Circo Máximo (en latín Circus Maximus,) era una antigua pista de carreras, lugar de reunión para espectáculos populares.
Situado en el valle entre los montes Aventino y Palatino, el lugar fue utilizado primero para juegos públicos y entretenimientos por los reyes etruscos de Roma. Ciertamente, los primeros juegos de los Ludi Romani (‘Juegos Romanos’) fueron organizados en ese lugar por Lucio Tarquinio Prisco, el primer gobernante etrusco de Roma.
Algo después, el Circo fue el lugar destinado a los juegos y fiestas públicas tomados de los griegos en el siglo II a. C. La demanda de entretenimientos populares a gran escala por parte de la ciudadanía romana llevó a Julio César a ampliar el Circo sobre el 50 a. C., tras lo cual la pista media aproximadamente 600 metros de largo, 225 metros de ancho y podía albergar a unos 150.000 espectadores sentados (muchos más, quizá el doble de número podían ver los juegos de pie, agolpados en filas sobre las colinas adyacentes).
En el 81 d. C, el Senado construyó un arco triple en honor de Tito junto al extremo este (que no debe confundirse con el Arco de Tito de la Vía Sacra, en el lado contrario del Palatino). El emperador Domiciano conectó su nuevo palacio del Palatino al Circo para poder ver más fácilmente las carreras. Más tarde Trajano añadió otros 5.000 asientos y amplió el palco del emperador para incrementar su visibilidad pública durante los juegos.

El acontecimiento más importante celebrado en el Circo era la carrera de carros.
En la pista cabían hasta 12 carros y los dos lados de la misma se separaban con una mediana elevada llamada la spina. Las estatuas de varios dioses se colocaban en la spina y César Augusto erigió un obelisco egipcio en ella. En cada extremo de la spina estaba colocado un poste de giro, la meta, en torno al cual los carros hacían peligrosos giros a gran velocidad. Un extremo de la pista se alargaba más que el otro, para permitir que los carros se alinearan al comienzo de la carrera. Allí había verjas de salida o carceres, que escalonaban los carros para que todos ellos recorrieran la misma distancia en la primera vuelta.
Se conserva muy poco del Circo, con la excepción de la pista de carreras, hoy cubierta de hierba, y la spina. Algunas de las verjas de salida se conservan, pero la mayoría de los asientos han desaparecido, sin duda por haber sido empleada la piedra para construir otros edificios en la Roma medieval.

El obelisco Flaminio fue trasladado en el siglo XVI por el papa Sixto V a la Piazza del Popolo. Las excavaciones del Circo comenzaron el siglo XIX, seguidas de una restauración parcial, pero siguen pendientes algunas excavaciones verdaderamente exhaustivas de su suelo.
Mapa del centro de Roma durante el Imperio Romano, con el Circo Máximo en la esquina inferior derecha.
El Circo Máximo retuvo el honor de ser el primer y mayor circo de Roma, pero no fue el único: otros circos romanos eran el Circo Flaminio, en el que se celebraban los Juegos Plebeyos (Ludi Plebeii), y el Circo de Majencio.
El Circo sigue siendo ocasionalmente usado para fines lúdicos. Por ejemplo, en él se celebró el concierto del Live 8 el 2 de julio de 2005. 


Circo Flaminio
Por desgracia, no queda rastro del Circo Flaminio, Festo indica que fue construido en el Campo de Marte en el año 221 a. C. por Cayo Flaminio Nepote que murió a manos de Aníbal en el Lago Trasimeno, se encuentra en los campos que ya están llamados Flaminia.
El circo dio su nombre a la región en la que albergaba y fue construido en terrenos propiedad de la familia, de Prata Flaminia o Flaminio Campus.
En sus primeros años el circo era de 500 metros de largo y se llevó la mayor parte de las posesiones de Flamini en el que fue construido. En el siglo II a. C., tuvo que  reducir su espacio y dejarlo para la construcción de edificios y monumentos, hasta que en el siglo III., el circo no era más que un cuadrado de 300 metros de largo. Más tarde fue abandonado en el siglo IV., junto con los edificios que se encontraban en la zona. 

El Circo Flaminio (en rojo) y su ubicación en la antigua Roma.
El Circo Flaminio no fue diseñado para competir con los grandes circos cómo el Circo Máximo, ya que estas estructuras se utilizan para diferentes propósitos.
El lugar era utilizado incluso como un mercado. En el año 2 a. C, el circo se convirtió en un enorme tanque utilizado para sostener 36 cocodrilos, murió durante las celebraciones por la inauguración del Foro de Augusto, y el 9 agosto en el área asignada a la Druso Laudatio. El circo no tenía asientos y estructuras permanentes.
Sigue siendo objeto de debate el uso real del circo para carreras de carros. Estrabón no hace mención alguna de las carreras de caballos cuando se cita el circo Flaminio.
Valerio Máximo afirma que se mantuvieron dentro de los Ludi plebeii (juegos de la plebe), pero Otras fuentes niegan este testimonio. Livio y Marco Terencio Varrón, sin embargo, recuerda que algunos juegos se celebraron en el interior del circo, refiriéndose especialmente a Ludii Tauri, que se celebró en honor de los dioses del inframundo.
Estos juegos se celebraron únicamente en el Circo Flaminio, lo que sugiere que fueron simbólicamente asignados a la zona y no se pudo mover a otro edificio.
Para Ludii Tauri corrieron caballos y carros (carrozas y carros, como lo fueron en carreras normales que se llevaron a cabo en los circos).

El Circo Flaminio era  parte de la ruta de las procesiones triunfales, en la que el General estaba vestido como Júpiter y subía al templo Capitolino.

En el Circo Flaminio se distribuían los premios a los soldados y a los ganadores de los concursos deportivos y actuaciones teatrales antes que  Domiciano hiciera construir su propio estadio. Augusto en el año 9 a. C organizó en este lugar la Laudatio de Druso, oración fúnebre en honor.
Cerca del circo Flaminio muchas estructuras fueron construidas. El Templo de la Piedad se encuentra cerca del Foro Holitorio, al lado del templo de Jano, y fue destruido durante la construcción del teatro de Marcelo.
El templo de Marte se encuentra al noroeste del circo. Seis otros templos, entre ellos uno dedicado a Apolo, se construyó en 220 a. C. cerca de la zona. En 15 d. C.,  Gayo Flaco Norbanus erigió una estatua en la plaza dedicada a la deificado Augusto.

Aún en el circo Flaminio se encontraba el pórtico de Octavia, que fue reconstruido en los últimos Metela Pórtico, con los templos de Júpiter Stator y Regina Juno construidos por Quinto Cecilio Metelo Macedonio. Uno de los tres arcos de triunfo erigido en honor de Germánico sirvió como entrada a la plaza. Al este se construyó entre el año 45 a. C y 17 a.C, el Teatro de Marcelo, que llegó a ocupar una gran superficie del circo.
El área ocupada por el circo estaba entre el Teatro Marcello, Piazza Cairoli, Via del Pórtico de Octavia y las orillas del Tíber.

Circo de Nerón
Sobre el territorio entre la actual colina Vaticana y el Janicolo, Agripina la Grande, madre de Calígula, mandó construir unos jardines llamados "Horti Neroniani", en las cuales Calígula comenzó la construcción de un circo que más tarde fue utilizado por Claudio y completado por Nerón, que se llamó "Circo de Calígula y de Nerón".
Calígula hizo erigir en el centro del circo un gran obelisco que provenía de Egipto El obelisco se mantuvo allí hasta el año 1586, cuando el Papa Sixto V lo hizo transportar al centro de la plaza de San Pedro.
Sobre el "titulus" encontrado debajo de la puerta de un mausoleo, en la necrópolis Vaticana bajo la basílica de San Pedro, está gravada la inscripción "Popilius Heracla", que expresaba la voluntad de ser enterrado "IN VATIC. AD CIRCUM", es decir, en el Vaticano cerca del circo.
De hecho como muchas otras zonas de los alrededores de la ciudad, la zona del Vaticano estaba poblada de sepulturas. La necrópolis bajo la basílica de San Pedro es un ejemplo insigne por la variedad y por el estado de conservación de los monumentos sacados a la luz.   
Una interpretación desde el inicio de la ubicación relativa del circo, y las basílicas medieval y actual de San Pedro; las interpretaciones modernas difieren; ver plano: "Esquema de San Pedro, el Antiguo San Pedro, y el Circo de Nerón.


El circo era un espacio rectangular alargado con los extremos redondeados.
Fue destinado principalmente a las carreras de carros ligeros, aunque también se celebraban cacerías y todos los espectáculos de gran despliegue: desfiles, procesiones cortejos triunfales. La arena estaba dividida longitudinalmente por la spina o muro vertebral; un grupo de miliares (metae) limitaba la spina en cada uno de sus extremos .Alrededor de la arena se situaban las gradas.
El obelisco que está al centro de la Plaza de San Pedro, en Roma, fue en primera instancia traído desde la ciudad de Heliópolis, en Egipto, a un extremo del Circo de Nerón, por Calígula en el año 37 d. C.

Estadio de Domiciano
En el año 86 d.C. el emperador Domiciano mandó construir en un suburbio de la ciudad de Roma, en el Campo Marzio, un estadio. Este estadio, que seguía el esquema de los estadios griegos, se encontraba donde hoy en día se sitúa la Piazza Navona.
El Estadio tenía una capacidad de 30.000 espectadores y en el desarrollaban juegos atléticos.
Fue el papa Inocencio X, quien decidió transformar el espacio donde estaba el Estadio en la actual Piazza que decoró con tres grandes obras maestras, La Fontana dei Quattro Fiumi de Bernini, el Palazzo Pamphili, donde residía Donna Olimpia, cuñada de Inocencio X, y la Iglesia de Sant Agnese in Agone, antigua capilla de la familia papal.
La Piazza que ocupa el mismo espacio elíptico que tenía el estadio mide 240 por 65 metros.
Los restos del estadio pueden verse protegidos por una estructura de cristal en el número 16 de la cercana Piazza del Tor Sanguigna.
Construido en el Campo de Marte por el emperador del mismo nombre, el Estadio de Domiciano no poseía spina ni lugares para la salida de caballos en las carreras de carros. La Plaza Navona ocupa el emplazamiento del estadio y ha conservado sus dimensiones y su forma.
Era un estadio para competiciones atléticas en la Antigua Roma. 
El emperador Domiciano (81-96) hizo restaurar los edificios del Campo de Marte dañados por el gran incendio del año 80 y los mandó reconstruir. El más destacable de los edificios nuevos fue este gran estadio. 




Estadio de Diocleciano




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