ARQUITECTURA ROMANA EN HISPANIA:
Las ciudades de la Tarraconense, Cartaginense y Gallaecia
Ampurias es ejemplo de lo que podemos denominar tripolis. La nueva ciudad romana se colocó al Oeste de la griega e indígena (Indica) con un recinto alargado que ocupa una extensión de 24 Ha. Su foro queda descentrado, y fuera del recinto, justo al muro Sur la palestra o gimnasio y un pequeño anfiteatro construidos a mediados del siglo I a.C. En el extremo contrario se encuentra el teatro. La ciudad no debió poseer una fuerte población, aunque parece existieron viviendas de vecinos en la zona del foro. En la segunda mitad del siglo I d.C., se abandona la red de alcantarillado más primitivo, entonces algunas casas hicieron ampliaciones a costa de las calles abandonadas. En el siglo II d.C. sufrió un incendio que acentuó su decadencia. En Tarraco (Tarragona), la base de la ciudad pudo ser el campamento romano, mientras que continúa en duda la existencia previa de un poblado indígena. Al Sur del campamento se construyó un monumental arx que ocupaba todo el extremo Norte de la Ciudad cerrado por las murallas en tres de sus lados, y en el lado de la ciudad, sorprendentemente, por un circo. El resto de la ciudad debía poseer trazado regular con su foro. Anfiteatro y teatro se encontraban fuera de las murallas. Su puerto poseyó un muelle de unos 400 m.En el interior de la provincia citar dos ciudades más: Clunia y Segóbriga. Clunia, cerca de Peñalba de Castro (Burgos), es como Segóbriga, una ciudad construida en lo alto de un cerro de gran extensión, y de superficie plana, con una extensión de unas 130 Ha, lo que no quiere decir que poseyera una población muy numerosa. Su plante debió de ser regular. Quizá se trate más bien de un intento de regularizar una ciudad primitiva a base de algunos núcleos urbanizadores, de los que se conoce en parte el foro rectangular con restos de tabernae (tiendas) y de una basílica cerrando sus extremos cortos; un templo, calles porticadas y algunas viviendas lujosas. El teatro, de gran amplitud, está construido aprovechando el propio terreno abrupto del cerro en que se asienta la ciudad.
Por otro lado, la situación de Segóbriga (Saelices, Cuenca) se sitúa sobre el cerro de Cabeza de Griego con unas 12 Ha para la ciudad amurallada. El cerro no ofrece una superficie plana, sino apuntada, lo que debió obligar a una arquitectura movida formando terrazas. La población prerromana debió ser bastante amplia, aunque más reducida que la romana, que se encierra en unas murallas de planta aproximadamente cuadrada. Fuera de la muralla se situaron el teatro, el anfiteatro que aprovecharon para su construcción parte del terreno. Ambos se construyeron en la primera mitad del siglo I d.C., aunque se embellecieron y restauraron en el siglo II. En época paleocristiana se sabe que el teatro y el anfiteatro dejaron de usarse, aprovechándose sus restos para habitaciones. Fuera de la zona amurallada debieron de existir villae que quizá vinieron a sustituir a las casas señoriales de difícil situación dentro de la ciudad amurallada. Se conoce la existencia de dos termas. Otros edificios fuera de las murallas son un posible circo y quizá un foro.
Ampurias es ejemplo de lo que podemos denominar tripolis. La nueva ciudad romana se colocó al Oeste de la griega e indígena (Indica) con un recinto alargado que ocupa una extensión de 24 Ha. Su foro queda descentrado, y fuera del recinto, justo al muro Sur la palestra o gimnasio y un pequeño anfiteatro construidos a mediados del siglo I a.C. En el extremo contrario se encuentra el teatro. La ciudad no debió poseer una fuerte población, aunque parece existieron viviendas de vecinos en la zona del foro. En la segunda mitad del siglo I d.C., se abandona la red de alcantarillado más primitivo, entonces algunas casas hicieron ampliaciones a costa de las calles abandonadas. En el siglo II d.C. sufrió un incendio que acentuó su decadencia. En Tarraco (Tarragona), la base de la ciudad pudo ser el campamento romano, mientras que continúa en duda la existencia previa de un poblado indígena. Al Sur del campamento se construyó un monumental arx que ocupaba todo el extremo Norte de la Ciudad cerrado por las murallas en tres de sus lados, y en el lado de la ciudad, sorprendentemente, por un circo. El resto de la ciudad debía poseer trazado regular con su foro. Anfiteatro y teatro se encontraban fuera de las murallas. Su puerto poseyó un muelle de unos 400 m.En el interior de la provincia citar dos ciudades más: Clunia y Segóbriga. Clunia, cerca de Peñalba de Castro (Burgos), es como Segóbriga, una ciudad construida en lo alto de un cerro de gran extensión, y de superficie plana, con una extensión de unas 130 Ha, lo que no quiere decir que poseyera una población muy numerosa. Su plante debió de ser regular. Quizá se trate más bien de un intento de regularizar una ciudad primitiva a base de algunos núcleos urbanizadores, de los que se conoce en parte el foro rectangular con restos de tabernae (tiendas) y de una basílica cerrando sus extremos cortos; un templo, calles porticadas y algunas viviendas lujosas. El teatro, de gran amplitud, está construido aprovechando el propio terreno abrupto del cerro en que se asienta la ciudad.
Por otro lado, la situación de Segóbriga (Saelices, Cuenca) se sitúa sobre el cerro de Cabeza de Griego con unas 12 Ha para la ciudad amurallada. El cerro no ofrece una superficie plana, sino apuntada, lo que debió obligar a una arquitectura movida formando terrazas. La población prerromana debió ser bastante amplia, aunque más reducida que la romana, que se encierra en unas murallas de planta aproximadamente cuadrada. Fuera de la muralla se situaron el teatro, el anfiteatro que aprovecharon para su construcción parte del terreno. Ambos se construyeron en la primera mitad del siglo I d.C., aunque se embellecieron y restauraron en el siglo II. En época paleocristiana se sabe que el teatro y el anfiteatro dejaron de usarse, aprovechándose sus restos para habitaciones. Fuera de la zona amurallada debieron de existir villae que quizá vinieron a sustituir a las casas señoriales de difícil situación dentro de la ciudad amurallada. Se conoce la existencia de dos termas. Otros edificios fuera de las murallas son un posible circo y quizá un foro.
TARRACO
Fundación:
Los antiguos habitantes de la zona que posteriormente colonizaron
los romanos con la ciudad de Tarraco eran los Cesetanos. Los límites del
territorio de este pueblo hispánico son inciertos; acaso se extendieron entre
el Coll de Balaguer y Garraf, ocupando por el interior hasta Montblanch,
incluida la comarca del Panadés. En el siglo III los tesetanos se hallaban en camino
de constituir una clara unidad política. Les pertenecieron las cecas Cese o
Cose, Cesse y Taracon.
Sin duda, Tarraco
surgió como consecuencia directa de las favorables condiciones estratégicas de
cara a la defensa el núcleo recientemente fundado y de su inmemorable situación
geográfica, la base principal de las campañas de la segunda guerra púnica y,
avanzando más aún este proceso, de las operaciones de conquista y de anexión
del territorio hispano. Todo esto implicó la fundación de un praesidium
militar en la parte alta de la ciudad -el sector mejor dotado
topográficamente por su defensa-, que, en una fecha aún muy temprana, incorporó
un potente recinto amurallado para garantizar la protección.
También se habilitó, lógicamente, una zona portuaria para poder
canalizar el movimiento incesante de refuerzos humanos y materiales necesarios
para el mantenimiento del esfuerzo bélico de estos primeros años de presencia
y, también, para iniciar y consolidar los intercambios que podían asegurar, en
el futuro, la vitalidad de la ciudad.
Se conoce que desde el S.V a.C existieron poblados ibéricos en la
desembocadura del río Francolí. En esa misma zona y dentro de las guerras
púnicas, el ejército romano establece un campamento para asegurar sus
primeras victorias en la península. Poco a poco este asentamiento militar
adquiere gran importancia, siendo la base principal de la estrategia que
llevaría a la victoria completa. Se le llamo "Scipionis opus", esto
es, obra de Escipión.
Una vez asentados en la península, durante los siguientes años los romanos emprenderían su conquista. En el S.II a.C. el antiguo campamento ya está amurallado y convertido en una ciudad romana con todos los servicios públicos.
En el año 45 a.C. es cuando Julio Cesar, después de derrotar a Pompeyo, otorga
a la población la categoría de Colonia Iulia Urbs Tarraco (CIUT). En los
siguientes años se construyen templos, el foro municipal y el teatro. La
ciudad que estaba cruzada por la vía Augusta, llegó a tener más de 30.000
habitantes.
Augusto visita varias veces la ciudad, primero como nieto sobrino -todavía Octavio- de Julio Cesar. Más tarde, ya siendo emperador, convierte a Tarraco -año 27 a.C.- en capital de la Hispania citerior, que tras las reformas políticas, pasa a ser capital de la provincia Tarraconensis. Esta capitalidad no la perderá en toda la vida del imperio romano.
Augusto visita varias veces la ciudad, primero como nieto sobrino -todavía Octavio- de Julio Cesar. Más tarde, ya siendo emperador, convierte a Tarraco -año 27 a.C.- en capital de la Hispania citerior, que tras las reformas políticas, pasa a ser capital de la provincia Tarraconensis. Esta capitalidad no la perderá en toda la vida del imperio romano.
Precisamente en una de estas estancias, la ciudad experimenta una
gran mejora en todos sus servicios e infraestructuras, se amplía el foro
municipal, se construyen templos de adoración imperial, se acuña moneda...
Además se crean, amplían y embellecen todos los edificios necesarios para la
vida de una gran ciudad. Por lo tanto, aparecen el impresionante foro
provincial, el circo, el anfiteatro, el acueducto, la basílica judicial y
muchos otros edificios y viviendas residenciales.
Durante todo este tiempo desde su creación, el diseño urbanístico
de Tarraco evoluciona de una forma singular, fundamentalmente motivado por la
orografía del terreno. Se realizan superficies "en terraza"
que decoran con muros monumentales, donde se asientan los edificios y conjuntos
como el foro provincial. Las murallas construidas desde sus inicios -S. III al
S. II a.C.- también influyen en el su desarrollo urbano, que alcanza unas dimensiones
excepcionales, más de 70 Ha.
Entre el S.I y el S.II el crecimiento de Tarraco es evidente,
siendo en el S.III cuando se estanca, sin perder importancia política pero si
económica. En esa época las persecuciones a los cristianos son permanentes y
culminan en el año 275 con el martirio de los santos Fructuoso, Augurio y
Eulogío que son quemados vivos en el Anfiteatro.
Ya en el S.V las incursiones visigodas son constantes, culminando
en el año 475, cuando el Rey Alarico se apodera definitivamente de la ciudad.
Dentro de la ciudad tenemos multitud de restos, muchos de los cuales son declarados "Monumentos Histórico Artístico":
Dentro de la ciudad tenemos multitud de restos, muchos de los cuales son declarados "Monumentos Histórico Artístico":
Las Murallas. Los mejores restos de la época republicana.
Un monumento excepcional, tanto por su construcción como por ser el mejor
conservado de todos los que nos quedan de la época republicana.
Concretamente esta muralla se construyó entre los S.III y II a.C. Su
originalidad reside en la conjunción de formas constructivas íberas y romanas
y la utilización de diferentes aparejos utilizados en cada fase.
Actualmente se conservan más de 1.300 m. en buenas condiciones.
En su primera fase -S.III a.C.-, tiene unos grandes
sillares sin desbastar -algunos ciclópeos de más de 4 por 1m.-, a modo de
zócalo, con una altura de 6m. y 4,5m. de anchura. Se compone de dos lienzos de
estos grandes sillares rellenos de escombro y piedras.
En una segunda fase, en el S.II A.C., se amplía su
perímetro, anchura y altura. Sobre la base megalítica se apoyan unos sillares
más pequeños, algunos ligeramente almohadillados, bien trabajados,
"opus quadratum", elevando su altura hasta los 11 m. Está
compuesta, como en la anterior fase, de dos muros paralelos, separados 4,5 m.
rellenos de mampostería, adobes encajados, piedras y cal, con tirantes
transversales cada 10 m. Para acceder a la parte superior de las murallas se
habilitaron una serie de rampas, de las que nos quedan los restos de
tres. En los muros de las murallas se abrieron puertas y seis pequeños accesos
adintelados o poternas. Periódicamente tiene sus torres defensivas,
situadas en los puntos más vulnerables: torre de Minerva, del Cabiscol
y del Arzobispo. Estas torres han sido modificadas posteriormente, en
especial de del Arzobispo.
La torre de Minerva es la más interesante de todas, ya que
se construyó en la primera fase. Como tal, tiene un basamento con piedras
ciclópeas sobre las que se asientan sillares que conforman sus muros. El
interior es una cámara casi cuadrada de 7,50 m. de lado con dos pequeños
vanos a modo de saeteras y dos puertas que comunicaban con el interior de la
ciudad y con el acceso a la Torre del Cabiscol. Está situada en un ángulo de la
muralla. Tiene varias representaciones esculpidas en sus sillares: Cinco
cabezas en el zócalo y en la parte superior un relieve de la diosa Minerva, así
como inscripciones alusivas de la divinidad, datadas en el S.III a.C., muy
probablemente las más antiguas de la península. Situada en las
inmediaciones la única puerta conservada de esta época, la llamada "Porta
dels Socors" -arco de medio punto-, su función pseudo-religiosa era
evidente, al ser paso a la ciudad.
Más tarde, se amplió esta
muralla, ya sin torres, lo que condicionó la evolución del urbanismo,
determinando su crecimiento.
Las murallas fueron
utilizadas y modificadas en varias épocas, perdiéndose en gran parte al usar
sus sillares como canteras para otras construcciones.
El Foro provincial El más grande de los recintos forales de
la península. Su construcción se fija hacía el año 70, en época del emperador
Vespasiano.
Uno de los foros más extensos -de casi 8 Ha.- del imperio romano. Además es, sin duda, del que más aportaciones documentales nos quedan.
El motivo de su construcción fue la necesidad de tener un gran centro para la administración social y política de la capital de una gran provincia, que comprendía más de 300 ciudades y necesitaba alojar a sus representantes, convirtiéndose asi en el Concilium Provinciae Hispaniae Citerioris.
Uno de los foros más extensos -de casi 8 Ha.- del imperio romano. Además es, sin duda, del que más aportaciones documentales nos quedan.
El motivo de su construcción fue la necesidad de tener un gran centro para la administración social y política de la capital de una gran provincia, que comprendía más de 300 ciudades y necesitaba alojar a sus representantes, convirtiéndose asi en el Concilium Provinciae Hispaniae Citerioris.
Evolucionó sobre dos terrazas adaptadas a la topografía de
la zona. Nos quedan restos en buen estado de estructuras y algunos elementos de
su decoración. De estos, se deduce la importancia que la ciudad tenía dentro
del imperio. Posiblemente los materiales, los profesionales y los arquitectos
fueran de la misma ciudad se Roma.
Es la ciudad pionera en la construcción de templos de culto
imperial, que luego serían imprescindibles en todas las ciudades
Hispánicas: Corduba, Emerita Augusta.
Este recinto de culto Imperial, situado en la terraza superior, comprendía una plaza rectangular rodeada por un pórtico de columnas con capiteles compuestos, que medía de 150 m. por 130 m. Se accedía a él desde la plaza central del foro provincial, mediante unas escaleras. El templo de culto imperial está situado al fondo del pórtico, en su centro. Era octástilo -ocho columnas en la fachada- y medía 24 m. de ancho.
Este recinto de culto Imperial, situado en la terraza superior, comprendía una plaza rectangular rodeada por un pórtico de columnas con capiteles compuestos, que medía de 150 m. por 130 m. Se accedía a él desde la plaza central del foro provincial, mediante unas escaleras. El templo de culto imperial está situado al fondo del pórtico, en su centro. Era octástilo -ocho columnas en la fachada- y medía 24 m. de ancho.
La segunda terraza estaba ocupada por la plaza del Foro
Provincial. Comunicada por su norte con el recinto de culto imperial, y por
el sur, con el circo mediante unas escaleras que salvaban los distintos niveles
de cada terraza. La comunicación con el circo además estaba cubierta por la
tribuna presidencial del mismo.
Esta plaza, también es rectangular, de 320 por 175 m. y se
delimita por un pórtico elevado en un podium de casi 4 m. en tres de sus lados.
Su cubierta, de madera, se sustentaba por un muro con pilastras dóricas en su
interior y columnas en el exterior. El muro interior con las pilastras
empotradas formaba uno de los lienzos de sillares que sustentaban unas cámaras abovedadas
-criptopórticos- que circundaban la plaza por tres lados.
En sus dos extremos lindantes con
el circo, se encuentran dos torres de comunicación para las distintas alturas
del circo y la plaza. Actualmente se conservan las dos, la del oeste, la Antigua
Audiencia y la situada al este, el palacio del Pretorio.
Este edificio, conocido también
como Torre de Pilatos, es una construcción de planta rectangular, de 30
por 25 m. Era la torre que comunicaba mediante pasillos y escaleras -en forma
de u- las distintas alturas del circo y del foro. Su altura no era excesiva, 22
m., la necesaria para cumplir su función. Se divide en dos cuerpos, uno con
tres plantas y terraza y otro, solo con dos.
Su fábrica se compone de grandes sillares rectangulares bien tallados -opus quadratum-. De la construcción romana nos quedan los 5 primeros metros de altura, los superiores, de igual fábrica, son medievales. En la planta superior, en su fachada del foro, se observan las pilastras dóricas que recorren el muro interior del pórtico de la plaza. En estas plantas se abren distintas puertas adinteladas o de medio punto.
Su fábrica se compone de grandes sillares rectangulares bien tallados -opus quadratum-. De la construcción romana nos quedan los 5 primeros metros de altura, los superiores, de igual fábrica, son medievales. En la planta superior, en su fachada del foro, se observan las pilastras dóricas que recorren el muro interior del pórtico de la plaza. En estas plantas se abren distintas puertas adinteladas o de medio punto.
Por utilizarse en la edad media
como residencia de Reyes y Nobles, se le consideró erróneamente palacio romano
sin serlo.
El Circo.
Uno de los circos romanos mejor conservados del mundo.
La importancia de esta
construcción radica no solo en sus aspectos arquitectónicos, sino también en su
ubicación dentro de la ciudad: está construido dentro de las murallas,
al lado del foro, cosa muy poco frecuente debido al tamaño de los circos.
Situado en la terraza inferior de la parte alta de la ciudad, es lógico pensar
que fue diseñado conjuntamente con los elementos del foro, planificando así las
comunicaciones entre los edificios situados detrás, y la ciudad desplegada
delante. Realmente era una "barrera arquitectónica" que
separaba la ciudad imperial -foro provincial- y los barrios comerciales o
residenciales.
El proyecto de urbanización es de época flavia, su construcción se
data en el final del siglo I., época del emperador Domiciano. Por tanto es el
último de los elementos construidos en la zona imperial.
Su tamaño no era excesivo, posiblemente limitado por su ubicación
dentro de las murallas. En total medía 325 m. de largo por 105 a 115 m. de
ancho. En su interior, la arena, que medía 290 m. por 75 m., estaba
dividida por una "spina"- de 190 m. de largo. Tenía capacidad
para unos 25.000 espectadores acomodados en una cavea de 12 filas de asientos.
La fábrica general del edificio estaba compuesta de "opus
caementicium" en las bóvedas estructurales y "opus
quadratum" o sillares en el podium, escaleras y fachada. Las bóvedas
se comportaban como estructura de sustentación del graderío y de una superficie
superior o visorium.
En su lateral oeste se encontraban los aparcamientos de los
carros, carceres, además de la "porta Pompae" esto es,
la entrada principal.
En el lateral contrario, el este, se encontraba la salida para los
participantes heridos -porta livitensis- y el acceso general de
los espectadores a las gradas. En su centro se erguía una tribuna para los
jueces de las carreras. Toda esta zona estaba soportada con unas las bóvedas
radiales, que además servían de pasillos de comunicación.
En los otros dos laterales, largos y rectos, se encontraban las
gradas. Estas, estaban soportadas por bóvedas de cañón paralelas, de 40
grados de inclinación, consiguiendo así, una estructura hueca.
El lateral sur se compone de 46 de estas bóvedas sobre ellas se
situaban las gradas. La fachada, que estaba limitada a esta alzado meridional,
se componía de conjuntos de arcos soportados por falsa pilastras empotradas en
los muros.
El norte también las tiene, pero al situarse en una ladera,
primeramente se excavó esta para luego construir las bóvedas. Esta intervención
es muy característica de este circo, ya que habitualmente se construía el
graderío aprovechando el desnivel. Sobre él se sitúa la tribuna presidencial, el
pulvinar. Esta tribuna estaba comunicada con el foro por unas escaleras
para facilitar el acceso de las personalidades al espectáculo.
Si vida útil fue muy larga, casi 300 años, posiblemente hasta el
S. V. Es posible que se siguiese utilizando hasta el S.VII, ya bajo dominación
visigoda.
Es uno de los mejor conservados del mundo, curiosamente por encontrase debajo
de nuevos edificios que no destruyeron las estructuras romanas
El Anfiteatro Sus restos comparten solar con una iglesia
visigoda y otra románica.
Construido a finales del S.I o a principios del S.II. Se ubicó en
las afueras de las murallas, a uno de los márgenes de la Vía Augusta y cerca
del Circo y del Foro Provincial. Era la culminación de uno de los conjuntos
imperiales más importantes del mundo romano.
Como otros anfiteatros, parte de su graderío está apoyado sobre la
ladera de un cerro, para así aprovechar su inclinación para acomodar las
gradas. Una sección de ellas está excavada directamente sobre la roca. El lado
contrario esta soportado por arcos y bóvedas de hormigón -opus
caementicium-, formando una típica estructura hueca.
Con un aforo de cerca de 15.000 espectadores, tenía una longitud
de 110 m. por 86 m. de ancho. La arena -de 60 m. por 38 m.- estaba separada del
graderío por un podium que lo elevaba, que estaba recubierto por placas de mármol.
Disponía de fossa bestiaria, aprovechada después para
edificar dos construcciones cristianas, una visigoda y otra románica. El origen
de ellas es el martirio del Obispo Fructuoso y los diáconos Augurio y Eulogio,
en el año 257 durante las persecuciones de Decio. Más tarde se efectuaron
numerosos enterramientos en sus alrededores.
Su fachada exterior estaba compuesta por una sucesión de
arquerías.
Planta de los restos del anfiteatro,con una reconstrucción de su superficie original
y las plantas de las iglesias cristianas.
El Teatro.
Construido en el S.I. en los alrededores del foro municipal, forma
con él un conjunto fundamental en la vida social de la ciudad, siendo ambos
elementos de adoración y propaganda de los emperadores, en especial a Augusto.
En el S.II empezó su declive ya que los espectáculos preferidos por la
población se celebraban en el circo o en el anfiteatro. Se conoce que un
incendio en el s.III terminó por completo con las representaciones, siendo
reutilizado el solar para edificar viviendas.
Como es habitual, su ubicación está determinada por la orografía
del terreno, aprovechando las laderas de un desnivel para la sustentación de
las gradas.
Por desgracia los restos son pocos y en mal estado. Sus sucesivas utilizaciones como vivienda, tienda o almacén han contribuido a ello. Se conservan parte de la ima cavea, algunas gradas de las cinco primeras filas, con sus dos escaleras de acceso. La orchestra con parte de su enlosado de mármol. En su frente está el conjunto de la escena. Un pulpitum elevado por un podium con exedras circulares y planas. De la Frons Scaenae solo quedan restos de sus cimientos, que nos revelan su composición a base de columnas. Estas eran de estilo corintio y estaban acompañadas de estatuas imperiales y divinas. Todo el conjunto del escenario estaba recubierto de losas de mármol.
Detrás de la escena se diseñó una plaza ajardinada para el acceso de los espectadores al Teatro. En su centro existía un gran estanque con estatuas sobre pedestales en su interior.
Por desgracia los restos son pocos y en mal estado. Sus sucesivas utilizaciones como vivienda, tienda o almacén han contribuido a ello. Se conservan parte de la ima cavea, algunas gradas de las cinco primeras filas, con sus dos escaleras de acceso. La orchestra con parte de su enlosado de mármol. En su frente está el conjunto de la escena. Un pulpitum elevado por un podium con exedras circulares y planas. De la Frons Scaenae solo quedan restos de sus cimientos, que nos revelan su composición a base de columnas. Estas eran de estilo corintio y estaban acompañadas de estatuas imperiales y divinas. Todo el conjunto del escenario estaba recubierto de losas de mármol.
Detrás de la escena se diseñó una plaza ajardinada para el acceso de los espectadores al Teatro. En su centro existía un gran estanque con estatuas sobre pedestales en su interior.
El Acueducto de las Ferreras. Uno de los mejores
conservados de la Península.
La Torre de los Escipiones. Importante monumento funerario
situado a las afueras de Tarraco.
El monumento funerario romano más famoso de la península,
está situado en el trazado de la vía Augusta -comunicaba Gades y Roma- cerca de
Tarraco -capital de la Hispania citerior-.
Posiblemente fuese propiedad de una gran familia de la ciudad, pero no de los Escipiones, error de apreciación que le ha dado el nombre. En su segundo plano en altura hay unas esculturas que se identificaron con los famosos hermanos, y que en realidad son la representación de divinidades -posiblemente el dios Attis-. Las distintas escrituras exculpidas -posible epitafio- en la construcción están en un estado precario, con lo que su posible asignación por su significado es prácticamente imposible. Únicamente se distingue el nombre de "Cornelius".
Se construyó en el S.I.
Su fábrica es de sillares rectangulares bien compuestos.
En alzado se pueden distinguir tres cuerpos rectangulares situados en
forma de torre de tamaño decreciente. El inferior, a modo de podium en de
planta casi cuadrada 4,40 x 4,70m. En el segundo "piso" de
esta torre -de planta un poco inferior a la anterior-, y en su fachada principal
se encuentran las esculturas anteriormente mencionadas. Por fin, el tercer
estadio del alzado hay un inscripción muy deteriorada. Posiblemente estuviese
cubierto por una estructura piramidal.
En el segundo cuerpo, en su interior, existe una cámara funeraria
destinada a la urna y al ajuar del difunto.
Villas residenciales próximas:
La villa de
"Centcelles". Una de sus cámaras se trasforma en conjunto
funerario.
A pesar de las numerosas investigaciones que se han realizado
sobre este conjunto arqueológico correspondiente a una villa romana, las
conclusiones son por lo general confusas. Se conocen varias etapas de ocupación
romana, desde el S.I hasta el S.IV. En esta última etapa, la llamada
"paleocristiana", es donde debemos ubicar esta construcción.
El edificio completo de la villa mide unos 90 m. de longitud está
compuesto principalmente por dos grandes estancias y a sus extremos sus
correspondientes termas -solo una acabada-. La primera de las dos cámaras es de
planta rectangular lobulada -con grandes cortes semicirculares en sus lados-.
Fue la sala principal de la villa. Estaba cubierta por una cúpula hoy
desaparecida.
Desde está se accedía a la segunda sala de planta circular, el
actual mausoleo, con cuatro nichos semicirculares, y que conserva su cúpula
original, caso único en la península. Esta es la sala que le ha dado
importancia al conjunto. En los muros, antes de la cornisa, se abren dos
ventanas de sección cónica para la entrada de luz. Además, tiene unas
excelentes pinturas murales y mosaicos policromos conservados en un estado
aceptable. Hay escenas de caza, de las estaciones del año y las más importantes
que se refieren a escritos bíblicos -Daniel y los leones, el Buen Pastor, Arca
de Noé, la resurrección de Lázaro-. Son las representaciones cristianas en
edificaciones romanas más antiguas que se conocen. Poco después de su
construcción se adaptó para convertirla en mausoleo, al construir una cripta
para el sarcófago y una subcripta de protección de humedades subterráneas, como
se hacía en la tradición romana de los templos-mausoleo.
La fábrica del mausoleo -muros y cúpula- es de ladrillo y ha sido
rectificada posteriormente en algunas partes con sillarejo.
Su exterior, en la fachada principal, constaba de un pórtico que
completaba todas las estancias.
Se especula sobre la posibilidad de que este mausoleo fuese la
tumba de Constanc -Constancio-, hijo del emperador Constantino el Grande,
fallecido en el año 350, o bien del mismo Constantino, pero lo que es seguro es
que el inicio de su construcción es anterior. De todas maneras, la persona a la
que se dedicó el mausoleo seguro que era de alto rango político, social o
religioso.
La villa de "Els
Munts". Una gran vivienda residencial de los gobernadores romanos de Tarraco.
Situada en el campo, estaba dotada con termas, patios porticados, multitud de
habitaciones y dependencias, todas ellas decoradas con mosaicos y mármoles. En
la zona más alta aparece tres depósitos rectangulares de agua, bien conservados.
Uno de ellos mantiene una cubierta abovedada, denominado popularmente "La
Tartana".
La zona residencial se encontraba en la parte baja. Está determinada por un gran pasillo porticado -más de 60 m. de largo- en forma de L, abierto al campo y al mar.
Situada en un alto del terreno permite un buen control de los alrededores.
Posee un conjunto termal privado, con vestuarios, piscinas de agua caliente y fría. Fabricado en hormigón y solado con mármol se conserva en condiciones aceptables, siendo de destacar una habitación de planta octogonal y los muros del ábside de la piscina principal. La villa fué ocupada desde el S.I al S.V.
Posee un conjunto termal privado, con vestuarios, piscinas de agua caliente y fría. Fabricado en hormigón y solado con mármol se conserva en condiciones aceptables, siendo de destacar una habitación de planta octogonal y los muros del ábside de la piscina principal. La villa fué ocupada desde el S.I al S.V.
El Arco de Triunfo de Bara. Un ejemplo de la importancia de
esta ciudad dentro del Imperio Romano.
Es el mejor ejemplo de arco monumental de un vano que
tenemos en España, y sin duda con el de Medinaceli -tres vanos- el más
conocido. Posiblemente formase parte de una frontera entre dos pueblos nativos
íberos, los ilérgetes y los casetanos. Su construcción data del principio del
S.I, durante el mandato del emperador Augusto, incluido dentro de la reforma de
la vía Hercúlea.
Se sitúa al norte de la ciudad de Tarraco, a 20 kilómetros de ella
y al borde de la Vía Augusta.
Su fábrica es de opus quadratum, sillares rectangulares de
piedra caliza perfectamente escuadrados y colocados.
Su parte inferior está compuesta por dos podium de planta rectangular
que constan de tres hileras de sillares y una cornisa de sección rectangular.
La primera de las hileras es más grande en planta y tiene los sillares
almohadillados. La piedra utilizada para esta parte es distinta a la del resto
del monumento.
Sobre estos podium se levantan dos grandes pilares con cuatro pilastras adosadas en cada uno. Estas, están situadas, dos en los vértices exteriores -dos alzados visibles- y las otras dos en los frentes -un alzado visible-, separados del lateral por el ancho de las dovelas del arco de medio punto que une los dos pilares. Este arco se comporta como bóveda al continuar todo el ancho de la construcción.
Sobre estos podium se levantan dos grandes pilares con cuatro pilastras adosadas en cada uno. Estas, están situadas, dos en los vértices exteriores -dos alzados visibles- y las otras dos en los frentes -un alzado visible-, separados del lateral por el ancho de las dovelas del arco de medio punto que une los dos pilares. Este arco se comporta como bóveda al continuar todo el ancho de la construcción.
Las pilastras están compuestas de una base ática, unos fustes
acanalados con 6 estrías y unos capiteles corintios. Apoyado en
ellas se encuentra un entablamento, del que nos queda el arquitrabe
con moldura superior, y un friso igualmente moldurado que además tiene
una inscripción. Sobre él se ha reconstruído una cornisa con elementos
originales recientemente recuperados. Del ático que culminaría el entablamento
no tenemos referencia ni resto alguno.
Sus medidas principales son 12 m. de largo por 2, 40 m. de ancho.
Cada pilar mide 3,70 m. en las fachadas principales por 2,40 m. en el ancho. La
altura total es de 12,30 m. , que con el ático perdido llegaría cerca de los
14,70 m. El arco tiene una altura de 10,10 m. y un radio aproximado de 2,30 m.
La necrópolis.
Se conservan construcciones funerarias tardorromanas y paleocristianas,
formando el conjunto mejor conservado de la península. Hay resto de incineraciones,
sarcófagos, inhumaciones, monumentos funerarios, muchos de ellos decorados con
esculturas, mosaicos o pinturas.
BARCINO
Antiguos
habitantes de la zona
Los primeros vestigios humanos en la zona de Barcelona datan de
2500 a. C. El primer poblado conocido (fechado entre 2000 y 1500 a. C.) se
situó en las proximidades del actual hospital de San Pablo.
En cuanto a las Barcelonas ibéricas, parece ser que la primera
ciudad de Barcelona tuvo asiento en el montículo Taber, tal vez edificada sobre
un mísero poblado indígena, por gentes iberizadas. El hecho de referirse Rufo
Festo Avieno (s. IV d. C.) en su Hora
marítima a las “ricas Barcelonas” ha hecho suponer que serían varios los
poblados: Uno en el Taber, cuyo nombre pudo ser Barcilo, Barcinon o Barkeno,
existente en el s. III a. C.; otro en Monjuic, cuyo nombre sería Laye, Capital
de los layetanos (como denominamos actualmente a los antiguos habitantes de Barcino),
pueblo íbero que dominaría la comarca del Vallés en el s. II a. C.
Dentro de lo que hoy es área ciudadana de Barcelona existieron
originariamente varios poblados de la tribu ibérica de los layetanos. Más tarde
(s. I) los romanos fundaron sobre el Monte Taber (actual barrio de la catedral)
una colonia. La colonia fue arrasada (270) por bandas franco-alemanas y a
continuación rápidamente reconstruida y protegida con una primera muralla.
Aunque en un principio Barcino fue para los romanos sólo una etapa de la ruta
mediterránea Roma-Tarraco, pronto pudo verse que si Tarraco ocupaba una posición
más céntrica respecto del NE. peninsular, Barcino tenía más fáciles
comunicaciones con el país inmediato a través del Sistema Mediterráneo Catalán.
Esto, unido al mencionado amurallamiento tras la invasión germánica, que hizo
de ella una sólida plaza fuerte, tuvo como consecuencia que Barcino desplazara
a Tarragona y que ya el rey visigodo Ataúlfo, al servicio del Imperio, la
eligiera como capital de su reino.
Edificios más
importantes:
Forum: El forum era la plaza pública más importante de la ciudad, el
lugar central de reunión de comercio y de recreo. En el forum, presidido por
los principales templos, se celebraban cada año las elecciones de magistrados,
y cada cinco años la solemne ceremonia del census, la división actualizada de toda la población en clases
sociales de acuerdo con sus posibilidades económicas. El forum era también la
sede de los tribunales, la bolsa de negocios y el lugar escogido para las
ceremonias, las competiciones y las fiestas públicas.
El forum era normalmente una gran plaza rectangular en torno a la
cual se levantaban los edificios públicos importantes. La plaza, pavimentada
con grandes losas, estaba rodeada de pórticos que comunicaban con tiendas y
comercios. Todo este espacio lo ocupaba un gran número de estatuas dedicadas a
los gobernantes y personajes preeminentes de la historia de la ciudad,
recordados por la comunidad o por los amigos y parientes. Tener una estatua en
el forum era el máximo orgullo a que podía aspirar un ciudadano.
Canalizaciones: En llegar a la ciudad la canalización acababa en un distribuidor
(Catellum Aquae) de donde
surgía una red de conductos y cañerías de plomo que llevaba el agua hasta las
fuentes públicas, termas y casas. Al mismo tiempo una red de alcantarillado,
situado debajo de los ejes viarios, aseguraba la evacuación de las aguas
pluviales y las residuales. La evacuación de aguas domésticas se realizaba a
través de esta red general, acompañados de pozos secos y desagües que
desembocaban directamente a la calle. Las alcantarillas principales contenían
pozos de registro para permitir la limpieza periódica. La llegada de los
acueductos todavía se conserva al lado de una de las puertas de la ciudad.
Termas de Barcino: El edificio termal ocupaba el solar correspondiente a la isla
nor-oeste entre la Bajada de Sant Miguel y, posiblemente, la calle de Ferrán.
Destacan tres grandes salas en el hipocausto. En el interior de la
más espaciosa y sobre la superficie del suelo de opus signium se conservaban algunos de los pilares que habían
servido para soportar el piso superior de la habitación de calefacción. En los
muros perimetrales, de opus certum
excepto la del sur-este, que la separaba de las otras dependencias, se abrían
los arcos o bocas de paso de aire caliente. Las otras dos salas eran menores
con una piscina en la parte sur-este de cada una.
El anexo de la del lado sud-oeste tenía hipocausto y, por tanto,
correspondía al caldarium. La
situada al lado nor-este, en cambio era más profunda, pero sin ningún sistema
de calefacción, por lo cual debería formar parte de un tepidarium juntamente con la sala anexa.
En el edificio termal se constató la existencia de dos fases
constructivas: la más moderna, posiblemente del siglo IV, se hizo sobre los
restos de la primera, del siglo II, y probablemente fue construida por el
derrumbamiento del piso superior del hipocausto. Por este motivo, bajo este
pavimento se encontró una gran cantidad de elementos de decoración de la
estructura primitiva.
Columnas exteriores del
Templo de Augusto: los restos de un templo levantado
en el siglo I d.C. y dedicado al emperador Augusto, fundador de la Barcino romana. Se pueden ver en el patio (anteriormente,
caballerizas) de la sede del Centro Excursionista de Catalunya, Calle Paradís,
12.
Necrópolis romana: Descubierta por casualidad en 1954, este antiguo cementerio romano tiene más de 70 tumbas de los siglos II y III, estaba originariamente construida al borde de la carretera secundaria a la Vía Augusta, a lo largo de la cual era costumbre enterrar a los muertos. Se puede ver en la Plaça Villa de Madrid, 1.
Puerta decumana de la calle Bisbe: una antigua puerta de entrada a Barcino. Se conservan las dos torres circulares del lateral. Está en el Carrer del Bisbe, 6.
Puerta decumana de Pati Llimona: En la calle Regomir 3 está la otra puerta de muralla que se conserva, la salida al mar de Barcino.
Cardus Maximus: una importante vía dentro de Barcino,
ocupaba aproximadamente lo que hoy son las calles Llibreteria y Call. En su
intersección con el Decumanus Maximus tenía el foro romano, el lugar donde se discutían
todo tipo de asuntos bajo la formación de la Curia romana. Estaba
localizado en lo que hoy sería la Plaça Sant Jaume, donde hoy se puede
encontrar... el ayuntamiento y el Palau de la Generalitat.
Subsuelo romano de la Plaça del Rei: 4000 metros cuadrados de subsuelo con ruinas visitables de las calles de la villa y los negocios que por allí había. Se encuentran dentro del Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona.
Restos de la muralla romana: existen dos fases de la muralla. La más antigua está en los
restos del subsuelo de la Plaça del Rei nombrados anteriormente. La segunda
versión es del siglo IV y es mucho más visible, construida para tapar la
anterior. Gracias a esta construcción de mortero y piedra, Barcelona se consideraba
una de las ciudades mejor fortificadas del occidente romano. Poco a poco se
están abriendo al público partes de la muralla tapada, pero los tramos que de
momento están más visibles se pueden ver en la calle Tapineria, la del Correu
Vell, y la de la Palla.
Templo de romano de Augusto
Solo nos quedan cuatro de las
columnas de este templo romano. Concretamente las situadas en el ángulo
superior derecho. También se conserva parte del arquitrabe, pero integrado en
otra construcción posterior. Era un templo de 35 m. de largo por 17,5 m. de
ancho. Sobre un podium se alzaban las columnas que lo rodeaban por todo el
perímetro -períptero-. Su pórtico in antis consta de seis columnas al frente
-hexástilo-. Estas, están coronadas por unos capiteles de orden compuesto.
Formaba parte del conjunto de templos del foro de la ciudad romana de Barcino y
estaba dedicado a el emperador Augusto, cuya estatua presidía la cella.
Caesaraugusta
Caesaraugusta o Caesar Augusta
fue el nombre de la ciudad romana de Zaragoza, fundada como colonia inmune de Roma
en el año 14 a. C., posiblemente el 23 de diciembre, sobre la ciudad
ibérica intensamente romanizada de Salduie. Su fundación tuvo lugar en el marco
de la reorganización de las provincias de Hispania por César Augusto tras su
victoria en las Guerras Cántabras.
La nueva ciudad recibió el nombre de Colonia Caesar Augusta. Gozó del privilegio de ostentar el
nombre completo de su fundador, quien encomendó su deductio, como otras muchas tareas del Imperio, a su general y
allegado íntimo Marco Vipsanio Agripa.
Caesaraugusta sobre plano moderno de la ciudad. Los números 1 y 2 delimitan el
cardo y el decumano, y el 6, señala el solar donde se encuentra el teatro
romano.
3.- Foro de Caesaraugusta
4.- Puerto fluvial
5.- Termas públicas
6.- Teatro
7.- Muralla
3.- Foro de Caesaraugusta
4.- Puerto fluvial
5.- Termas públicas
6.- Teatro
7.- Muralla
En la fundación de la ciudad, participaron soldados veteranos de
las legiones IV Macedonica, VI Victrix y X Gemina, licenciados tras la dura
campaña contra los cántabros, con la doble intención de garantizar la defensa
del territorio a la vez que fijar en él la presencia de Roma. Zaragoza contaba
con el estatus de Colonia Inmune, que le otorgaba determinados privilegios como
el derecho a acuñar moneda o la exención del pago de impuestos. Los nuevos
ciudadanos fueron adscritos a la tribu Aniense.
En el proceso de reorganización de territorios hispanos, se crean
tres provincias, Tarraconensis,
Baetica y Lusitania, divididas en conventos
jurídicos (distritos menores con funciones judiciales y administrativas); de
ellos, el regido por Caesarugusta, el Convento Jurídico Caesaraugustano, era
uno de los más extensos de los siete en los que se dividía la provincia
Tarraconense. Caesaraugusta asumió desde un primer momento el papel de cabecera
regional, sustituyendo a la colonia Victrix Ivlia Celsa (en la actual Velilla
de Ebro).
El periodo de mayor apogeo de la ciudad (siglos I y II) trajo
consigo muchas de las grandes obras públicas, de las que aún hoy podemos ver algunas:
el foro, el puerto fluvial (que convirtió a Caesarugusta en el principal
redistribuidor de mercancías en el valle del Ebro), las termas públicas, el
teatro o el primer puente de la ciudad, situado en el emplazamiento del actual
puente de Piedra y que probablemente era una obra de sillería o mixta de piedra
y madera.
El agua también ha representado un importante papel en la Zaragoza
romana, tanto por su situación a orillas del río Ebro y junto a la
desembocadura del Huerva y el Gállego, como por sus complejos sistemas de
abastecimiento y regadío. Junto a las ya mencionadas termas, se han documentado
multitud de aljibes, fuentes, cloacas de desagüe y diversos tramos de tuberías
de plomo y saneamiento.
Caesar Augusta fue fundada en el año 14 a. C. si bien se han
propuesto otras fechas para la fundación de la ciudad que abarcan una horquilla
entre el año 25 y el 12 a. C. como una colonia inmune donde soldados
procedentes de las legiones que lucharon con César Augusto en Hispania entre el
29 y el 26 a. C. se integraron en la Salduie ibérica, formando una
nueva ciudad colonial romana de carácter mixto, como refleja Estrabón en su Geografía (III, 2, 15).
La nueva colonia inmune ocupó una superficie de 44 hectáreas, delimitando
una superficie de más de 900 x 500 m en torno a dos ejes axiales de
comunicación: el decumano máximo (actuales calles Mayor y Espoz y Mina) y el
cardo, que coincidía aproximadamente en su trazado con la calle de Jaime I,
aunque la confluencia con el decumano en el límite sur situado en el actual
Coso Alto y que podría encontrarse en cualquier punto desde el Teatro Principal
hasta la Puerta Cinegia es inseguro, pues el trazado de la citada calle en su
mitad sur data de una reforma del siglo XVIII.
La urbe contaba con cuatro entradas principales, cuyo emplazamiento se
conservó hasta el siglo XV, a ambos extremos del cardo y el decumano:
Puerta de Toledo. Estaba situada al extremo oeste
del decumano, entre las actuales murallas de San Juan de los Panetes y el
Mercado Central. En su emplazamiento romano se mantuvo una puerta flanqueada
por dos torreones almenados cuyos arranques probablemente eran cubos de muralla
romana hasta 1848 en que se derribó. Aún perduran sus cimientos, descubiertos
en el último cuarto del siglo XX. Un monumento de Martín Trenor y la estatua de
Augusto de Prima Porta en
bronce, regalada por Mussolini en 1940, sobre un pedestal de piedra negra de
Calatorao, conmemoran desde 1989 el lugar donde se encontraba.
Puerta de Valencia. Extremo este del decumano, a la
mitad del actual Coso Bajo. Se encontró una inscripción a la «Porta romana» en
un sillar, que señalaba su situación.
Puerta Norte, o Puerta del Ángel, situada en el
extremo norte del cardo, y que abocaba al Puente de Piedra. Se conservó hasta
los Sitios de Zaragoza, a comienzos del siglo XIX, y se puede apreciar en su
pleno uso en 1647 en la Vista de
Zaragoza de Juan Bautista Martínez del Mazo.
Puerta Cinegia. Extremo sur del cardo. Su nombre
proviene del barrio árabe de Sinhaya, y su localización es insegura, pues pudo
estar en algún punto situado entre el Teatro Principal y la Plaza España de
Zaragoza.
La ciudad de Caesaraugusta se constituyó así como la urbe más
influyente del valle medio del Ebro, y sus acuñaciones monetarias se
difundieron por toda la Tarraconense interior, llegando a predominar incluso en
la actual provincia de Soria.
Todo el diseño de la colonia fue minuciosamente planificado antes
de su ejecución. Se dotó pronto a la ciudad de un puente (probablemente de
piedra), foro, acueductos y sistema de alcantarillado mediante cloacas de
desagüe. Sin embargo, los estudios más recientes, sostienen la hipótesis de que
estas infraestructuras (puente, puerto fluvial, foro, mercado) preexistieron a
la fundación romana, aunque en muchos casos fueron reformados y ampliados (como
sucedió con el foro) en época de Tiberio. El puente, el puerto y las termas
pudieron formar parte de las dotaciones de la muy romanizada Salduie de los
años 50-14 a. C. Debido a ello la actividad constructiva entre los años 14
a. C. y 14 d. C. fue limitada si se consideran las ingentes obras
urbanísticas emprendidas a partir del gobierno de Tiberio, con la edificación
del teatro o la remodelación del foro, entre otras actuaciones.
Hasta finales del siglo XX, se consideraba que los límites de la
ciudad del siglo I estaban establecidos por los restos de murallas conservados.
Sin embargo, a comienzos del siglo XXI toma fuerza una evolución distinta de la
ciudad romana de Caesaraugusta. Por los restos de los siglos I y II encontrados
fuera del perímetro de las murallas conservadas (plaza de la Magdalena, calles
Antonio Agustín, Rebolería, Añón o Teniente Coronel Valenzuela por citar
algunos ejemplos) la extensión inicial de la urbe ocuparía por el este el
actual barrio de la Magdalena y Tenerías hasta el curso del Huerva, y por el
sur una franja de terreno que llegaría hasta las calles Cinco de Marzo y San
Miguel, paralelas al Coso Alto. Uno de los argumentos esgrimidos es que en la
segunda mitad del siglo II se observan abandonos de casas situadas en esta
zona, lo que ha hecho pensar en la construcción en este momento de la muralla
en el sur y en el este, que originaría el traslado de la población de esta zona
hacia el interior de estas murallas. Una hipótesis probable es que el límite
occidental y norte hubiera permanecido estable desde la fundación de la ciudad,
incluso contando con una muralla de opus
caementicium que protegía la zona más desguarnecida, mientras que en el
este la muralla fuera innecesaria en sus primeros tiempos gracias a la natural
protección del curso del Huerva, que marcaría el límite oriental. En el siglo
III, en todo caso, definitivamente se construye o reconstruye el perímetro
descrito arriba con una muralla de sillares, de la que se conservan abundantes
restos.
Muralla
Durante mucho tiempo se había dado como segura la existencia de
una muralla a comienzos de la colonia y la reedificación de esta en el siglo
III. Sin embargo, abundantes restos arqueológicos hacen que desde comienzos del
siglo XXI se ponga en duda que Caesaraugusta tuviera una muralla que rodeara el
perímetro completo de la ciudad hasta el siglo III al menos, no en la
apariencia con que se muestran los restos de lienzo conservados en la
actualidad, especialmente en el lado oriental, donde la ciudad contaba con la
protección del río Huerva.
El hallazgo en el año 2000 de la Casa de la calle Añón y su
ubicación en la zona este de la urbe, extramuros de lo que se suponía el área
incluida dentro de las murallas de Caesaraugusta, junto con otros restos
arqueológicos encontrados, han hecho suponer que la superficie urbanizada se
extendió en sus inicios más allá de lo que fue la ciudad romana amurallada del siglo III
e incluso se ha postulado (según investigaciones de 2003), que la colonia
romana de Caesaraugusta pudo carecer en un principio de murallas,
particularmente, de las situadas a oriente
Puente
La existencia de un puente sobre el río Ebro situado en la ubicación del
actual Puente de Piedra (probablemente ya existente en época de Salduie) está
documentada a partir del hallazgo de tuberías de plomo que soportaba el puente
y que traían agua potable desde el cercano río Gállego hasta la ciudad. Es más
difícil dilucidar si ya en época romana el puente estuvo edificado en piedra
sillar, aunque el prestigio de la capital del convento jurídico cesaraugustano
y la requerida solidez que derivaba de su función de acueducto de pesadas
tuberías induce a pensar que fuera un puente de piedra.
Teatro
A este periodo pertenece también la obra mayor del teatro, cuya edificación
comenzó al final del gobierno de Tiberio y se concluyó ya en época de Claudio
hacia el 50 d. C. Ocupó un solar que había sido destinado a esta
infraestructura teatral desde la planificación colonial del periodo de César
Augusto.
Estuvo inspirado en el modelo del Teatro Marcelo de Roma. Se utilizó en su
construcción una estructura de hormigón (opus
caementicium) para elevar el graderío que, en su fachada exterior de
tres pisos y veintidós metros de altura, fue recubierto con losas de mármol o
sillares de opus quadratum
ofreciendo una decoración monumental.
Poseía, sin embargo, un singular acceso independiente desde la puerta
central de la fachada hasta la orchestra
de trazado perpendicular a las tablas o scena
y que recorría como un eje el teatro para uso de las autoridades, que accedían
así directamente a los escaños reservados a ellos en el semicírculo orquestal.
Este exclusivo acceso se puede observar también en los teatros de Turín o
Minturno si bien es único entre los de la Hispania romana y puede deberse a la
variedad de espectáculos, no solo dramáticos, sino acaso también de
gladiadores, que se celebrarían en él.
Se trata de uno de los más grandes teatros de Hispania, con sus 7.000
metros cuadrados de superficie (106 m de diámetro) y capacidad para albergar
aproximadamente 6.000 espectadores.
Termas romanas
Las termas públicas fueron construidas en el siglo
I d. C., en la época del inicio de la dinastía Julio-Claudia (con Calígula
o Claudio), y se utilizaron hasta el siglo IV de nuestra Era, y se han
conservado restos de las letrinas públicas y de una piscina al aire libre que
se construyó posteriormente en el mismo lugar.
Los restos más notorios son los de la natatio, que presenta columnatas a sus costados. Estaba
revestida con placas de mármol en suelo y paredes, y decorada con motivos
florales. Todo ello en el estilo de la época final julio-claudia. El frigidarium se cerró en sus lados
mediante formas absidiales.
No es este el único resto de instalaciones termales de Caesaraugusta
del que quedan testimonios, pues se han descubierto canales de desagüe
pertenecientes a instalaciones privadas termales en la calle Prudencio y restos
de un caldarium y un frigidarium de una villa suburbana
situada en la actual plaza del Pilar.
Foro romano de
Caesaraugusta
El foro estaba situado en las postrimerías del puerto fluvial
(aunque lo habitual era situarlo en las vías principales de las ciudades),
principalmente por su papel dinamizador de la economía constituyendo el punto
neurálgico de la vida social, religiosa, civil, política y económica de Caesaraugusta.
Sé empezó a construir en el siglo I d.C., bajo el mandato del
emperador Augusto y se fue ampliando bajo el mandato de Tiberio.
Los foros romanos se distribuían a partir de un gran espacio
abierto, pavimentados con grandes losas y rodeados de uno o varios pórticos
circundantes, en torno a los cuales se ubicaban los edificios más importantes:
la Curia (edificio de carácter político), la Basílica (carácter jurídico y
administrativo) y el Templo (carácter religioso). Junto a ellos estaban las
tabernas, locales dedicados a usos comerciales, y otros edificios relacionados
con la administración.
Se conservan de la época fundacional (siglo I a.C.) del emperador Augusto
un mercado, una cloaca y tuberías de agua potable y de la época de su sucesor Tiberio
se conservan restos del espléndido foro urbano, una cloaca, canales y algunas
cimentaciones.
El museo del foro, está ubicado bajo el subsuelo de la Plaza de la
Seo y el acceso se realiza a través de un prisma de placas de ónice iraní, y
ofrece al visitante una muestra de la vida cotidiana de la ciudad durante el
siglo I d.C., poco después de su fundación.
Equipamientos
hidráulicos
La colonia romana de Caesaragusta disponía de toda una red de
alcantarillado, con cloacas y tuberías y abastecimiento de agua potable
garantizado a través de acueductos que recogían el agua en grandes cisternas
colectoras, y cuyos restos arqueológicos se han ido excavando fundamentalmente
desde la última década del siglo XX. Además, en el barrio de las Tenerías,
existía un drenaje para las inundaciones periódicas de las crecidas del Ebro
consistente en un campo de ánforas agrupadas y colocadas invertidas.
Bajo el foro, y perpendicular al Ebro, se diseñó una cloaca de
desagüe de grandes dimensiones: 2,82 m de altura y 2 m de anchura. Fue
construida en opus caementicium
con revestimiento de opus incertum.
Otros sistemas de desagüe de la ciudad tenían notables dimensiones, sin llegar
a las de la cloaca mayor. Así, hay un tramo en la calle Espoz y Mina trabajado
en opus vittatum de 1,2 m de alto por 0,6 de ancho. Las proporciones de las
cloacas de Cesaraugusta son similares a otras grandes ciudades romanas, y
comparables, por ejemplo, a las de Emerita Augusta.
Foro
de Tiberio
La obra más destacada en época de Tiberio (14 d. C.- 37) fue
la remodelación del foro, que fue ampliado mediante el diseño de un gran
rectángulo de más de 50 metros en el lado occidental, donde se alojaban tiendas
construidas con aparejo de sillería y provistas de sótano. Todo su perímetro
alojaba un doble pórtico interior que quizá se cerraba al sur con un gran
templo imperial con peristilo de doble columnata, si bien la configuración del
lado sur y presencia del templo es aún conjetural. Estaba pavimentado con losas
de piedra caliza y construida con varias técnicas de aparejo: opus vittatum, opus africanum y opus caementicium u hormigón romano.
En este dibujo podemos ver la antigua traza urbana así como los
principales edificios públicos Romanos: Al sur (arriba de la imagen) el teatro,
en el centro las termas, y al norte (en la margen del rio) los dos foros (la
ciudad tenía dos foros), que hoy en día estarían sobre la Plaza del Pilar y de
la Seo y
la Plaza de San Bruno, y el puerto fluvial, además del puente de piedra que se
situaba en el mismo lugar que el que se conserva hoy en día (que se construyó
durante la edad media).
El foro de Tiberio albergó, además del templo, otros edificios y
monumentos de carácter representativo e institucional. En él se han rastreado
las huellas del edificio de la curia y pedestales de soporte de un programa
iconográfico escultórico dedicado a Augusto, a su familia y a sus sucesores.
Cerca de la cloaca máxima que discurre bajo el foro se halló una estatua de un
muchacho de época de Nerón o Domiciano, a quien podría representar.
Por otro lado, destaca una zona de almacenamiento de cereal al
norte del foro a la que se accedía desde el puerto fluvial por medio de una
escalera de obra monumental con una puerta de triple paso. Los restos de dicha
escalinata se pueden contemplar en el Museo del Puerto Fluvial de Caesaragusta.
Por fin, en las excavaciones del Palacio de los Pardo, sede actual
del Museo Camón Aznar, se encontraron a fines del siglo XX restos de un muro
que formaría parte de un templo o basílica y quizá fuera el edificio más
relevante de un complejo forense de carácter religioso, y no comercial como
sería el de la Plaza de las Catedrales, centro del culto ciudadano que
coincidiría con la intersección del cardo y decumano máximo, según otra teoría
del emplazamiento del cardo, que podría arrancar de este foro y no necesitar el
retranqueo que le llevara a la puerta Cinegia desde la calle de don Jaime I
(también llamada San Gil), según hipótesis y planimetría planteada por María
Pilar Galve en 2004.
Hoy en día lo que queda de todo esto se puede visitar en varios
museos: El del teatro romano, al que se accede por la Plaza de San Pedro
Nolasco, El de las termas, situado en la Calle de San Juan y San Pedro (al lado
de la Plaza de San Pedro Nolasco), el del foro romano, situado separando la
Plaza del Pilar y la de la Seo,
en un curioso edificio que además actúa de centro de información turística de
la ciudad, y el del puerto fluvial situado en la Plaza de San Bruno.
Bilbilis
Conocemos de forma vaga que el emplazamiento indígena existente en el lugar, hoy muy transformado y alterado por las obras posteriores de época augustea, debió situarse en las alturas del cerro de Bámbola y parte del de San Paterno, como parece desprenderse de los materiales preaugusteos aparecidos en los niveles inferiores de la muralla, extendiéndose parte del primitivo asentamiento por la zona central de la ciudad romana, transformada totalmente después de constituirse como municipio romano tras la reforma augustea, teoría que parece confirmarse con la aparición de estructuras fechadas en los siglos II y I a. C. bajo las domus excavadas en el denominado Barrio de las Termas.
Hemos de considerar que la ciudad ya tenía desde antiguo una larga
tradición de contacto con Roma por haber sido testigo y partícipe primero de
las Guerras Celtibéricas, momento en el que debió de caer bajo la influencia
romana, convirtiéndose en punto de apoyo para la toma de Numancia en el 133 a.
C. y posteriormente de las Guerras Sertorianas, al mencionar las fuentes
antiguas su toma por Sertorio en torno al 77 a. C. por lo que se puede intuir
que en esos momentos era una ciudad «adicta» a la administración oficial.
Posteriormente, las mismas fuentes mencionan cómo en sus inmediaciones
entablaron combate Sertorio y Metelo en el 74 a. C. siendo derrotado el
primero, lo que supuso la «normalización» de la zona según Apicio.
Este precoz contacto con Roma debió facilitar notablemente la gradual
adaptación a las costumbres, cultura y elementos materiales del mundo romano,
lo que posibilitó que se viese como algo normal la gran reforma urbana
realizada en la primera mitad del s. I d. C., fruto de la cual son el foro y el
teatro y que supuso que la ciudad alcanzase su máximo esplendor, manteniéndose
cierto vigor a lo largo de todo el siglo tras retomarse las reformas, o
finalizar las anteriores, en época flavia, tanto en los edificios públicos como
en los privados.
Durante el s. II d. C., las sucesivas excavaciones realizadas han permitido
constatar cómo se mantiene el auge de la ciudad, especialmente en su primera
mitad, en la que se han documentado diversas obras en época de Trajano. A
finales de siglo se aprecia un cierto decaimiento que se acentuará notablemente
en el s. III, sin que se pueda explicar este hecho por la llegada de algún
núcleo invasor, ya que hasta el momento, en ninguno de los sectores excavados
de la ciudad, se ha constatado una destrucción violenta de la ciudad, por lo
que nos encontramos más bien en un abandono gradual y pacífico condicionado por
la crisis económica y social generalizada en la Península.
Actualmente las excavaciones no han podido resolver el problema de la ciudad en época tardía, aunque parece mantenerse cierto poblamiento residual durante los siglos IV-V, como parece atestiguado por el intercambio de correspondencia entre Ausonio y Paulino de Nola, así como por la presencia de un pequeño lote de sigillatas tardías. Esta población tardía parece concentrarse en torno al foro y el teatro, compartimentando y amortizando sus estructuras.
Actualmente las excavaciones no han podido resolver el problema de la ciudad en época tardía, aunque parece mantenerse cierto poblamiento residual durante los siglos IV-V, como parece atestiguado por el intercambio de correspondencia entre Ausonio y Paulino de Nola, así como por la presencia de un pequeño lote de sigillatas tardías. Esta población tardía parece concentrarse en torno al foro y el teatro, compartimentando y amortizando sus estructuras.
Posteriormente hay un abandono generalizado de la ciudad hasta que en un
momento impreciso de la Edad Media, s. XII o s. XIII se produce un limitada
reocupación del solar, según lo atestigua la necrópolis medieval excavada en la
zona baja del oro, sin que ésta alcanzase gran importancia.
Posteriormente la ciudad, desde el s. XVI, se convierte en una gran cantera
de extracción de material para la pujante Calatayud. Se desmontaron sus
edificios más monumentales como el foro y el teatro, levantándose con su piedra
la Iglesia de San Juan el Real, El Seminario de Nobles, El Colegio de los
Jesuitas, etc. incluso en 1877 su piedra sirvió para la construcción de la
actual plaza de toros.
Bilbilis como otras tantas ciudades provincianas es un centro comarcal
indiscutible de la vida política, administrativa, económica y social desde que
adquiere ese carácter en época de Augusto. Es la meca social y cultural, un
lugar adecuado para desarrollar determinadas actividades que estaban vedadas
por su propia configuración a los núcleos indígenas no urbanizados, progresando
con rapidez respecto al resto de ciudades del entorno.
El Municipium Augusta Bilbilis tal vez sea uno de los más representativos
por varias razones. Por un lado, es un núcleo antiguo con densa historia, y,
por otro, había alcanzado unas cotas de transformación urbana muy altas en poco
tiempo, no sin sufrir al mismo tiempo las consecuencias de un crecimiento
quizás excesivo para su propia capacidad de desarrollo económico.
La urbanización de la ciudad. Las calles
El trazado de las calles y espacios urbanos bilbilitanos, estaba
condicionado por la propia orografía del terreno y por la distribución interna
que se hizo de espacios monumentales públicos y espacios privados.
La parte central de la ciudad quedó reservada para el conjunto monumental
principal, el foro y el teatro. Hacia este lugar convergían los dos caminos
principales de acceso que partían de las puertas que se abrieron en sus
murallas, una en la parte baja de la ciudad flanqueada por sendas torres que se
ubicaba junto a la vega del río Jalón, conducía por una calle empinada, que
dejaba a ambos lados ricas domus y un templo de orden jónico. La otra venía por
el enlace desde la vía principal y tras remontar mediante curvas y pendientes
desde el río, alcanzaba en llano a la puerta próxima al teatro, también
flanqueada por torres, facilitando así la llegada a los espectáculos de los
vecinos de localidades comarcanas y a los habitantes de las villas que sin duda
rodeaban la ciudad.
En el interior de la misma las calles respondían a un trazado regulador y
en la compleja distribución en terrazas todavía pueden apreciarse aquellas que
servían para acomodar viviendas y aquellas otras que constituían vías de tránsito.
Al ser frecuentes las cuestas, la comunicación entre terrazas se realizaba
mediante rampas útiles al tránsito de personas y vehículos mediante un trazado
serpenteante adaptado a la ladera de los cerros. Éstas serían las vías
principales en el interior de la ciudad, dispuestas por tanto de acuerdo con la
propia disposición natural, mientras que otras calles perpendiculares a éstas
conformaban las manzanas de viviendas, permitiendo aislarlas y comunicar calles
paralelas generalmente situadas a diferente cota o altitud. Estas calles
perpendiculares a las anteriores serían utilizadas preferentemente por peatones
dada su mayor pendiente, facilitando este tránsito por medio de algunas
escaleras a ambos lados de las mismas, según hemos documentado en el barrio de
las termas o Insula I.
La anchura de los viales variaba según su importancia, pero, debido a la
complicada orografía, es previsible que sólo los principales permitiesen el
cruce de vehículos en dirección opuesta. En algunos casos se hallaban pavimentadas
con grandes losas irregulares de piedra caliza, como la descubierta en la parte
central de la ciudad (Sector C. II) posiblemente el cardo máximo que uniría la
zona de las termas con la del foro, o como la rampa de acceso al foro, ambas
actualmente tapadas para posibilitar su conservación.
Otras calles tienen la roca firme por solera, como la que recorre la zona
superior del Barrio de las Termas, mientras las más sencillas son de tierra
apisonada mezclada con piedra machacada, igualmente resistente en su momento,
pero muy degradas en la actualidad. Se han documentado piedras pasaderas en
algunas calles, para comodidad de los viandantes más que por problemas de
lluvias que en Bilbilis debían evacuarse con gran facilidad dadas las
pendientes acusadas en toda la ciudad.
En el caso de las escalinatas, éstas generalmente fueron de bloques de yeso
bandeado de fácil talla, lo que generó un gran desgaste de uso y que, en la
mayoría de los casos, se desmontaron para reutilizar sus escalones en otras
construcciones, como se pudo apreciar en la descubierta en las proximidades de
las termas con cuyos escalones se llegó a tapiar la calle previsiblemente en el
s. III, coincidiendo con la transformación de este edificio en viviendas y
almacenes.
El Foro
La ciudad como consecuencia de su nueva condición jurídica acomete una gran
obra de modificación estructural que va a convertir aquel núcleo provinciano en
un fiel exponente de las nuevas ideas que trae la administración romana.
El foro bilbilitano se edifica arrasando una zona de viviendas de época
cesariana, y tal vez otros monumentos anteriores, de las que se hallaron restos
de estructuras, materiales varios y restos pictóricos. Se planifica de una sola
vez la construcción de un gran centro monumental compuesto por forum con plaza
(48,64 m. de longitud por 44,88 m. de anchura, incluyendo en estas dimensiones
sus pórticos laterales), templo dominándola y dos pórticos, convirtiéndose uno
de los lados del pórtico en basílica. En el opuesto un gran basamento al final
del pórtico puede suponer la existencia de una curia. La comunicación de la
plaza con el templo, seguramente hexástilo, se realiza mediante una monumental
escalera que salva el pórtico inferior sobre la misma plaza.
Como elementos complementarios basas de estatuas, seguramente de la familia
imperial por los retratos, inscripciones; una de culto imperial conmemorativa
de la construcción del foro y su posible finalización en época de Tiberio,
financiado al menos parcialmente por L. AEMILIVS, evergeta conocio a través de
la inscripción en placa de mármol recuperada en 1980 en una zona próxima a la
escalinata de acceso al templo del foro, con el que hay que ponerla en
relación, en uno de cuyos laterales pudo estar expuesta.
El hallazgo de cospeles sin acuñar induce a localizar la ceca en el mismo
foro en uno de sus laterales. No conviene olvidar que la ciudad acuña una
importante cantidad de monedas en los reinados de Augusto, Tiberio y Calígula
que sirve para promocionar su condición municipal al mismo tiempo que para
abastecer el circuito económico creado con la eclosión ciudadana y para
subvenir a las necesidades económicas de la zona.
La moneda de Bilbilis, junto con la propiamente imperial, será un vehículo
económico de primer orden difundiéndose, a través de los numerosos hallazgos
estudiados, por buena parte del imperio. Monedas con la característica corona
cívica en el reverso, junto con los nombres de sus magistrados municipales, son
los rasgos más claros de esta nueva condición ciudadana. Con anterioridad la
ciudad había acuñado moneda en época indígena con el típico jinete celtibérico
y otras de periodo premunicipal con la leyenda BILBILIS-ITALICA que hace
referencia clara a los inmigrantes itálicos asentados desde hacía varias
décadas.
El emplazamiento y monumentalidad del foro, algo desproporcionado y alejado
de los cánones vitruvianos, parece responder a algo más. Bilbilis deseaba, y
sus ciudadanos con ella, alcanzar una promoción importante, darse a conocer a
la comarca, ser vista por las gentes que transitaban por la via Augusta
Emerita. Para ello la planificación de su edificación fue cuidadosamente
estudiada, los volúmenes, la implantación sobre el terreno, sus dimensiones y
riqueza, la distribución de sus elementos. Todo ello proclama al unísono su
filiación romana decidida, su reflejo de lo que hay más allá, la capital del
conventus, de la provincia y la propia Roma de la que sienten verdaderamente
partícipes con todas sus energías y con el apoyo de la economía de sus elites
locales que apoyaron la empresa con decisión.
Los más costosos mármoles se adquieren para su decoración, las estatuas
ornamentan sus pórticos y plaza y la monumentalidad surge por doquier. La
actividad política y económica rivaliza con la actividad social de unos
lugareños y unos inmigrantes itálicos que han sabido hacer de aquel pequeño
municipio un emporio de vida a la romana y de una riqueza que será efímera,
aunque entonces no sean conscientes de ello.
El Teatro
El teatro forma un todo único con el foro al que está vinculado por una
serie de pórticos y pasillos de comunicación. Se hace evidente que el
arquitecto diseñó el conjunto de forma unitaria pensando en dotar a la ciudad
de un gran complejo central que presidiera todas las actividades ciudadanas. La
teatralidad arquitectónica, la escenografía que se consigue con ambos
monumentos, está muy acorde con la finalidad propagandística que perseguía.
Por otra parte, el teatro bilbilitano hay que concebirlo como un edificio
de espectáculos con carácter comarcal, ya que su capacidad, cercana a los 4.500
espectadores, excede con mucho las necesidades de la pequeña ciudad calculada
en unos 3.000 ó 3.500 habitantes.
El teatro bilbilitano, de grandes proporciones, edificado en dos fases, una
de ellas de forma inmediata al comienzo de construcción del foro, presenta una
escena de dos pisos con capiteles corintios en ambos, y tres valvae. Su
posición aprovechando una vaguada, permite apoyar directamente su graderío en
el terreno natural lo que facilita su construcción y explica sus dimensiones
poco canónicas de 210º de desarrollo al tener que adaptarlo a los pórticos
occidentales del foro, siendo su diámetro orquestal de 20 m., con un diámetro
de cavea de algo más de 73 m. que se ampliará hasta los 78 m. si incluimos el
desarrollo exterior de la cripta hasta su fachada exterior conocida en gran
parte por las excavaciones más recientes.
La existencia de un sacellum en la parte superior central de la summa cavea
le confiere un valor añadido importante, siendo sus dimensiones de 11'5 m. por
7'5 m. con una perístasis de seis columnas en los lados largos y de cuatro en
los cortos. Esta edificación sigue el modelo del teatro de Pompeyo en Roma. La
aparición de restos de escultura atribuidos a Livia, permiten pensar en un
repertorio iconográfico vinculado a la dinastía julio-claudia, por lo menos
dedicado al culto imperial de esta emperatriz, del que conocemos otros casos
como los de Leptis Magna (Libia) o Herculano.
Termas
Otro de los espacios públicos de gran interés
dentro de la ciudad fue su espléndido recinto termal, que no significa fuera el
único con el que contase la ciudad e incluso es visible alguno de carácter
privado.
Las termas son el lugar dedicado a los baños
públicos. Los mejor conocidos dentro de la ciudad se encuentran situados en la
parte alta junto a dos grandes cisternas de agua que, imprescindiblemente,
suministraban el agua necesaria para un edificio de estas características y
funciones.
Se pueden señalar dos momentos dentro del
edificio que alberga a los baños, marcados por la más que segura reforma que se
lleva a cabo dentro de estos baños.
En un primer momento, las termas, de reducidas
dimensiones, quedan por debajo de los restos que hoy pueden apreciarse, contaba
con dos salas, la de aguas templadas (tepidarium) y la de aguas calientes
(caldarium).
Posteriormente, tras la reforma sufrida, se
aprovechan parte de las habitaciones preexistentes y se construyen nuevas
salas.
La primera parte, de época augustea, se disponía
de una dependencia subterránea, para calentar aire (hypocaustum) por medio de
un sistema de calefacción. También contaba con un horno para calentar el agua
del caldarium, esta sala se conoce como el praefurnium. Parece que la reforma
de las estancias se llevaría a cabo durante el siglo II, donde se ampliarían y
se acomodarían a los gustos de la época.
En una segunda fase, los baños, sufren una ampliación hacia el Norte
haciéndolos mucho más completos y cómodos. Cuenta ya con unos vestuarios
(apodyterium) con hornacinas para guardar enseres personales.
De ahí se pasa a una pequeña piscina cuadrada,
de agua fría (frigidarium) y de aquí de nuevo al tepidarium, sala de agua
templada para después entrar en la sala de aguas calientes, caldarium, que
poseía un sistema de calefacción bajo el suelo entre las paredes
(concameratio), sala que contaba en uno de sus extremos con una gran bañera,
con agua caliente. Abierta a esta sala se sitúa una pequeña estancia,
comunicada con un elegante arco, en cuyo centro se hallaba una pequeña fuente
de agua fresca con el objeto de refrescar un poco el ambiente.
Se contemplan una serie de estancias de
servicio, separadas del recorrido habitual, que estarían dedicadas a los
servidores de los baños, hornos para calentar agua, alimentación de los
sistemas de calefacción, etc.
Desde luego las estancias de los baños
mostrarían una gran riqueza ornamental, suelos pavimentados con mosaico (opus
teselatum), de los que se hallado restos durante las recientes campañas de
excavación y las paredes y los techos con pinturas murales según el gusto de la
época.
Las viviendas
Las casas bilbilitanas se encaraman en un escenario natural sin parangón.
La topografía del terreno parece hecha a medida de la ciudad. Las dificultades
con que sin duda se encontraron los bilbilitanos se resolvieron con la
pragmática eficacia de la ingeniería y la arquitectura romana. Terrazas que
configuran el terreno con arreglo a las necesidades impuestas por la
planificación urbana, soportan las construcciones públicas y privadas. La
comunicación entre ellas mediante calles empinadas, rampas o escaleras en los
puntos necesarios. Todo ello da una planificación pintoresca y de cierto
abigarramiento que contrasta con las ciudades reticulares clásicas, no obstante
no nos engañemos. Estamos ante una ciudad a la romana, con sus espacios
hábilmente distribuidos, con sus servicios, abastecimiento de aguas, cloacas,
murallas, plazas, fuentes, edificios públicos y privados. Una gran urbe en
pequeño para servir de espejo a unos ciudadanos que desean fervientemente ser
romanos.
Las viviendas son de una tipología variada. Las hay clásicas siguiendo la
tradición de la casa helenística con patio, tal es el caso de las excavadas en
la zona central de la ciudad (Casa del Ninfeo, C.II) y las hay más simples,
como consecuencia de su adaptación al terreno (Casa de las Escalaras, Casa de
la Fortuna). No son infrecuentes las viviendas escalonadas, aprovechando los
desniveles de terrazas contiguas, así como las viviendas con huertos en las que
se cultivarían parte de las hortalizas y frutas necesarias para el consumo
propio y una reducida comercialización.
El conjunto más completo de cuantos se pueden encontrar en Bilbilis es el
correspondiente al denominado Barrio de las Termas, en vías de excavación desde
1996. Corresponde a una ínsula de cuatro domus en disposición en terrazas con
un frente de tabernas en la zona inferior, identificándose una de ellas como
una popina. Las domus presentan planta itálica con atrio, destacando la riqueza
de los conjuntos pictóricos recuperados en el transcurso de las excavaciones.
Las dependencias artesanales se situaban en las cercanías del foro, a
espaldas de éste, habiéndose documentado la producción de algunos elementos
como piezas metálicas, vidrios, textiles, etc. junto con otros que citan las
fuentes y que tendrían su punto de producción o comercialización en la propia
ciudad, habiéndose localizado en las últimas campaña de excavación moldes de
lucernas que amplían el carácter productivo de la ciudad.
En las inmediaciones de la Bilbilis se ubicarían las explotaciones
agrícolas a las orillas del Jalón y Ribota, mencionadas por los clásicos y
especialmente por su ciudadano de excepción Marcial, cuyos últimos años pasó en
la tranquilidad de aquella vega fértil y abundante de su ciudad no sin quejarse
del exceso de calma que sufría una mente ágil acostumbrada a los tráfagos y
emociones de la vida capitalina.
Las murallas
El trazado y aspecto de las murallas que pueden contemplarse actualmente
debió iniciarse con antelación a la presencia romana, hacia el s. II a. C., con
menos ambiciones monumentales, pero con la clara intencionalidad de albergar
gentes y propiedades, recorriendo la práctica totalidad del cerro Bámbola, si
bien su parte oriental sería desmontada en época de Augusto ante el crecimiento
y desarrollo de la nueva ciudad.
Un recinto amurallado de la extensión del que alcanzó el de Bilbilis que
llegó a encerrar unas treinta hectáreas de terreno, muestra con claridad la
importancia y la capacidad económica de sus habitantes. Nos encontramos con un recinto
construido más que para proteger a la ciudad para delimitarla y dotarla de
prestigio, ya que en la antigüedad su presencia o no era una de los factores
claves a la hora de considerar a una ciudad como tal.
Su construcción, todavía visible en muchos de sus puntos, se adapta
cuidadosamente al terreno. En su trazado quebrado en el que se alternaban los
baluartes y las torres de apoyo con función de vigilancia y defensa, en una de
las cuales se localizó un enterramiento ritual, se ubicaban dos puertas: una en
las inmediaciones del teatro con el que se reforzaba el carácter escenográfico
de este conjunto monumental, y la otra en la parte baja de la ciudad junto a la
vega del río Jalón, cuando comienza el conocido actualmente Barranco de los
Sillares. El recinto se completaba con una serie de puertas peatonales, sin
descartar la presencia de poternas todavía sin identificar.
Bilbilis no necesitaba sus murallas pero la tradición y el prestigio
imponían lo contrario. Sería digna de ver desde el acceso viario aquella
imponente masa presidida por la fortificación perimetral, dentro de la que se
apreciaban claramente los conjuntos públicos, que junto a su magnitud habían
sido erigidos en los lugares preeminentes para que pudieran servir de ejemplo a
los visitantes y de orgullo a sus habitantes, que con ello se convertían en
excelentes propagandistas de Roma, en un claro exponente de la política
urbanística propugnada por Augusto.
Abastecimiento de agua: las cisternas
La configuración geomorfológica de Bilbilis es determinante a la hora de
establecer la infraestructura de abastecimiento de agua de la ciudad. Hoy por
hoy parece descartado la existencia de un acueducto, siendo las únicas
soluciones posibles el aprovechamiento del agua de lluvia, el acarreo de agua con
animales desde el río Jalón y, sobre todo, la explotación de las corrientes o
acuíferos subterráneos mediante pozos y su posterior almacenamiento.
La solución empleada fue la utilizada en tantas otras ciudades romanas, la
cisterna, de las que hasta el momento actual de la investigación conocemos
sesenta y dos que presentan diversos tipos, siendo posible la construcción de
alguna de ellas después de costosas obras de adaptación del terreno,
presentando sólidos muros de opus caementicium, revestidos exteriormente de
muros de sillarejo.
El municipium resolvió el problema del abastecimiento y distribución del
agua mediante la ejecución de una tupida y compleja red de cisternas
comunicadas entre sí mediante tuberías de plomo o cerámica, estableciéndose en
algunos casos relaciones de vasos comunicantes. Se aprecia un plan
preconcebido, de ahí la regularidad de la distancia entre ellas y la selección
de las curvas de nivel donde construirlas, para así de este modo beneficiarse
de la gravedad. Su ubicación en el yacimiento no parece arbitraria ya que su
mayor densidad en unos sectores de la ciudad frente a otros, coincide con las
zonas de mayor población, y por lo tanto con mayores necesidades, pudiéndose
apreciar cómo cada una de ellas se encargaría del suministro de agua a un
número concreto y determinado de viviendas.
Hasta época bien reciente, alguna de estas cisternas todavía almacenaba
agua, como en el caso del denominado «aljibe de los moros» o «fuente del
pastor», también conocida como «la fuente del maestro» por ser un punto
tradicional de merienda durante las excursiones escolares. Su construcción en
la zona de conexión de las laderas de los cerros de Bámbola y San Paterno la
convertían en una pieza importante en la red de abastecimiento de la ciudad.
El elevado número de cisternas construidas generó una amplia variedad
tipológica. Podemos encontrar desde las más simples de planta rectangular con
cubierta plana o abovedada, hasta las más complejas con compartimentaciones
internas de muros o simples columnas, asemejándose a grandes salas
subterráneas, presentando otras varios pisos y alturas para facilitar de esta
manera la decantación del agua y la deposición de los lodos, etc.
El resultado final es una serie de edificaciones de gran consistencia y
solidez que han perdurado muchas de ellas hasta hoy en día en pie, al ser
empleadas como meras casetas de aperos de los agricultores que explotaban los
bancales o bien refugios para los pastores. Tal vez la cisterna mejor
conservada de todas ellas es la que posteriormente se convirtió en ermita de
San Paterno, patrono de Huérmeda, perfectamente visible desde esta localidad.
La ausencia de cisterna por encima de los 660 m. de altitud parece indicar
la cota que alcanzó el urbanismo de la ciudad, reservándose el resto, como en
el caso de la planicie (700-711 m.) situada en la cima del cerro de Bámbola, a
recintos artesanales o viviendas marginales y estructuras vinculadas al recinto
amurallado, asegurándose el agua mediante depósitos de agua procedentes de
lluvia. En cambio, todo el vértice de la ladera de San Paterno, desde los 610
m. hasta los 650 m. aparece salpicada de cisternas, actualmente conocemos
dieciocho, estando entre ellas las de mayor volumen de almacén de cuantas
conocemos, lo que indica la densa trama urbana de esta zona de la ciudad que se
extendía hasta el denominado Barranco de los Sillares que discurre hasta el río
Jalón.
El resto de las cisternas se distribuían en torno a la zona central de la
ciudad, adaptándose a las distintas curvas de nivel de la ladera occidental de
Bámbola y la oriental de San Paterno, estableciéndose un complejo entramado que
aseguraba la distribución del agua a viviendas, fuentes y ninfeos,
evidenciándose que no están distribuidas arbitrariamente, ya que su mayor
densidad en unos sectores de la ciudad frente a otros, parecen coincidir con
las zonas de la ciudad más poblada, y, por lo tanto, con mayores necesidades.
Se aprecia un plan preconcebido, de ahí la regularidad de la distancia entre
ellas y la selección de las curvas de nivel donde construirlas, para así de
este modo beneficiarse de la gravedad.
Con las informaciones disponibles por el momento podemos determinar que es
con las reformas urbanas de Augusto cuando se comienza la construcción de una
buena parte de este sistema hidráulico, fundamentalmente las ubicadas en la
parte central y media de la ciudad. Las siguientes obras estarán vinculadas al
desarrollo urbano de Bilbilis y a la expansión de la zona urbana durante el s.
I d. C. e inicios del s. II d. C., especialmente durante época flavia en el que
la ciudad presenta un segundo desarrollo urbano.
Desarrollo y ocaso de la ciudad
Desarrollo y ocaso de la ciudad
La ciudad tiene su momento de esplendor durante el s. I y primera mitad del
s. II, iniciando su decadencia a partir de este momento, decayendo espectacularmente
en el s. III. Sin duda ha sido el esfuerzo económico inicial, al que no ha ido
parejo el desarrollo económico de la comarca, el causante de ello. La realidad
es que en el siglo III Bilbilis es una ciudad semidesierta y sus habitantes han
debido emigrar en parte, unos se trasladan a las villas de la comarca, poco
conocidas todavía, otros lo harán a la capital del conventus Caesaraugusta que
empezará ya a ser el polo indiscutible de atracción de población del Valle
Medio del Ebro.
El costo de su transformación a fines del siglo I a. C. y primera mitad del
siglo I d. C. es una de las preguntas clave. Su financiación tal vez en parte a
cargo de la administración, pero sobre todo estuvo fundamentada en los propios
recursos. Interviene el fenómeno del evergetismo de manera muy notoria y se
inclina a los poderosos locales a que contribuyan al desarrollo y mejora de sus
ciudades a cambio de prestigio social, cargos en las mismas y naturalmente
beneficios económicos.
Pasada la euforia urbanizadora de la primera mitad del siglo I d. C., y
superada a medias la crisis de fin de los Julio-Claudios, el advenimiento de la
dinastía Flavia con la extensión del ius latii a todos los hispanos marca una
nueva etapa. En ella parece que se renace de las cenizas. Tal vez se necesite
esta medida que puede favorecer que las ciudades decaídas recuperen su frescor,
se revitalicen y al mismo tiempo se creen nuevos centros para dinamizar la
economía, francamente maltrecha según todos los indicios. Volvemos sobre los
mismos errores. Se facilita esta proliferación urbana, se ven alzarse ciudades
nuevas y en algunos casos, la historia será testigo, durarán tan solo tres
generaciones como Labitolosa. Habría que profundizar en las causas. Tal vez el
negocio esté en el urbanismo, en la construcción de ciudades y en la
modernización de las existentes. Este es un problema no planteado y sobre el
que conviene reflexionar. Los monopolios imperiales de las explotaciones de
canteras de piedras ricas ornamentales, los transportes, etc. son otros tantos
campos de beneficios inmediatos que pueden producir pingues beneficios a corto
plazo si se revitaliza el fenómeno urbano.
Tras ello, las sombras empañan el brillo precedente. Ignoramos si supieron
ver lo que se avecinaba. Las excavaciones nos muestran casas que han sido
abandonadas por sus propietarios que tapian sus puertas para evitar saqueos.
¿Hasta qué punto la administración romana no estuvo favoreciendo de manera
artificial una economía y un hecho ciudadano muy por encima de las posibilidades
reales? La crisis de la baja romanidad tuvo más factores desencadenantes que
los considerados hasta el presente y las ciudades de nuestro territorio no
fueron una excepción. Bilbilis fue palideciendo y olvidando los fulgores de
antaño, los ciudadanos del siglo III d. C. no fueron capaces de mantener una
ciudad con costosos edificios, monumentos e infraestructuras y poco a poco se
fueron degradando a medida que se abandonaban paulatinamente en búsqueda de la
seguridad de las casas de campo o de otras ciudades más populosas.
En el s. V sólo hay ruinas y grupos aislados que mal vive en ellas. El
volumen de material arqueológico atribuido a estos momentos es esclarecedor,
únicamente cinco fragmentos de sigillata hispánica tardía, nada de monetario,
en una ciudad de que abarcaba casi 30 hectáreas. La orgullosa y altiva Bilbilis
de Marcial ya era historia hacía mucho tiempo.
La importancia económica de la ciudad fue explotada por los romanos: su
situación estratégica y la minas cercanas le convirtieron una colonia
importantísima y en constante evolución. Se empezaron a construir diversas
infraestructuras básicas que culminaron con la remodelación del puerto,
imprescindible para el comercio.
Ya en época del emperador Augusto se construyó el teatro, el
anfiteatro y el foro que significaron un cambio en la estructura urbana de la
ciudad y también política, ya que paso a ser oficialmente Colonia Urbs Iulia Nova Carthago,
condición que solo ostenta Tarraco. El emperador Augusto fue el gran precursor
de la ciudad y sus conceptos y estructuras continuaron vigentes en esta ciudad
hasta el S.II.
Se urbaniza la ciudad con las normas romanas: calles
perpendiculares que determinan los módulos donde se ubican las viviendas o
edificios públicos.
Se establecieron barrios selectivos dependiendo de la situación socio económica
de sus dueños y de la actividad a realizar en cada zona: en el centro,
articulando la vida social, se ubicó el foro presidido por un templo y rodeado
por otros edificios dedicados a Augusto -Augusteum-.
En la parte oeste de la ciudad se ubicaron los espacios publicos y
la zona este las viviendas privadas para una clase acomodada o alta. Hay
pavimentos de marmol opus sectile,
mosaicos, y las paredes están decoradas con pinturas.
Las grandes ciudades necesitaban grandes necrópolis para sus muertos. La Torre Ciega, es un monumento funerario dedicado a Tito Didio y forma parte de este conjunto funerario.
Las grandes ciudades necesitaban grandes necrópolis para sus muertos. La Torre Ciega, es un monumento funerario dedicado a Tito Didio y forma parte de este conjunto funerario.
A principios del S.III el declive de la ciudad es evidente,
la vida se concentra en torno al puerto y la ciudad también, modificándose la
estructura anterior. Este cambio fue más evidente al ser elegida como capital
de la nueva provincia Carthaginensis por Diocleciano -S. IV-. El teatro se
convierte en almacén y comercio, dividiéndolo en dos y utilizando además sus
elementos constructivos -capiteles, fustes- para su cimentación. Esta dinámica
es seguida prácticamente con todas las nuevas construcciones, termas,
tiendas....
Los restos de la época romana que nos quedan son:
El Teatro. Construido en el S.I por el emperador Augusto
para engrandecer tanto en las representaciones, como en su decoración a su
divina persona. Se utilizó la ladera del actual monte de la Concepción -Mons
Aescullapii- para construir el graderío.
Tras el derribo en el año 1990 del palacio de la Condesa de
Peralta se descubrieron los primeros restos de este importantísimo teatro.
Precisamente por estar "protegido" por esta y otras construcciones
próximas, su estado de conservación es bastante bueno.
El emperador Augusto comenzó su construcción a finales del S.I
a.C., e implicó a sus herederos -Cayo y Lucio- en su financiación y diseño.
De hecho, además de las esculturas de exaltación al emperador, aguila,
pavoreal, danzarinas, buho, se observan textos concretos dedicados a Cayo y a
Lucio.
Situado en el Monte de la Concepción, se utilizó su ladera para facilitar la construcción del gradería, ya que la mayor parte de las gradas están excavadas en la piedra natural del cerro, que luego se cubrirían con sillares de caliza. Únicamente los laterales de la media cavea -centro de la grada- y parte de la summa cavea superiores poseen una estructura propia paralela a la fachada exterior. Las puertas estaban situadas en esta, desde donde se pasaba al vomitorium que enlazaba con las rampas de acceso.
Esta cavea -graderío-, se divide en tres zonas horizontales -ima, media y summa cavea-. Verticalmente, se divide por las escaleras radiales, en cuatro sectores en forma de cuña -cuneus- en la ima y la media cavea y en siete a la summa cavea. Mide aproximadamente 44 m. de radio.
Situado en el Monte de la Concepción, se utilizó su ladera para facilitar la construcción del gradería, ya que la mayor parte de las gradas están excavadas en la piedra natural del cerro, que luego se cubrirían con sillares de caliza. Únicamente los laterales de la media cavea -centro de la grada- y parte de la summa cavea superiores poseen una estructura propia paralela a la fachada exterior. Las puertas estaban situadas en esta, desde donde se pasaba al vomitorium que enlazaba con las rampas de acceso.
Esta cavea -graderío-, se divide en tres zonas horizontales -ima, media y summa cavea-. Verticalmente, se divide por las escaleras radiales, en cuatro sectores en forma de cuña -cuneus- en la ima y la media cavea y en siete a la summa cavea. Mide aproximadamente 44 m. de radio.
El podium de fábrica de opus caementicium está cubierto de caliza gris. Mide de 46
m. de longitud, 7,50 m. de ancho y casi 2 m. de altura.
Sobre él se asienta la fachada del escenario -scaenae frons-, de 44 m. de
longitud por casi 8 m. de anchura y de 16 m. de altura, con una planta
compuesta por tres exedras curvadas, que delimitan el proscaenium y donde se abren las
tres puertas de acceso al escenario -la valva regia y las valvae hospitales-.
A sus lados se habilitan las parascaenia,
habitaciones rectangulares comunicadas con la cavea.
En alzado se distinguen las basas doble áticas de mármol
blanco que sujeta los fustes de mármol rosa con capiteles
corintios, del mismo material que las basas. Una estructura similar se
superpone a esta, conformando así una fachada equilibrada y armónica. Este
diseño es prototipo de la época Augustea. Muy probablemente estos elementos constructivos
-capiteles, basas, fustes...- provengan de un taller de la misma Roma.
Por último, la orchestra, mide de 6,5 m. de radio, y está rodeada por los asientos reservados a los personajes importantes de la ciudad -la proderia-.
En época de Diocleciano, ya en el S. IV, a pesar de ser la capital de la provincia de Carthaginensis, el declive de la ciudad es evidente. El teatro se convierte en almacén y comercio, dividiéndolo en dos y utilizando sus elementos constructivos -capiteles, fustes- para su cimentación. Precisamente por ello, hoy hemos podido rescatar estos elementos originales y reconstruir gran parte del teatro.
El Anfiteatro.
Sobre esta construcción romana del S.I. se han edificado sucesivos edificios.
En concreto, actualmente está la Plaza de Toros construida en 1854.
El Anfiteatro data del siglo I d.C. Se trata de un edificio de
planta elíptica con capacidad para más de 10.000 espectadores. Fue construído
aprovechando la ladera del Monte de la Concepción. Hoy en día se encuentra prácticamente
enterrado, después de que en 1854 se construyera sobre él la plaza de toros de
la ciudad.
Se han documentado muros radiales de apoyo de las bóvedas, muros
curvilíneos de cierre del edificio y pilares para el apoyo de una galería de
soportales del exterior. En el ruedo actual se han realizado catas y se ha
descubierto la arena del anfiteatro a 4.5 mts. de profundidad y un
"podium" que lo delimitaba, de unos 2 mts. de altura, sobre el cual
de apoyaban las primeras gradas de la "cavea".
En el foro podemos
distinguir el Augusteum un conjunto de edificios dedicados al culto de
los emperadores romanos. Un templo presidia el conjunto, situado en el
actual cerro del Molinete.
Una columnata que
soportaba un pórtico peatonal y la calzada inmediata, posiblemente de la
calle principal -decumanus-. En uno de sus laterales hay restos de las termas.
Ciudad
de Segobriga, Saelices (Cuenca).
La ciudad de Segobriga fue el centro cultural, administrativo y
minero de una amplia zona del centro peninsular. Su origen, como era habitual,
fue un castro celtibérico de nombre Segobriga, llamado por Plineo "caput
celtiberiae". Fue conquistada por lo romanos hacia el año 200 a.C.
Situada en el actual Cerro de Cabeza de Griego en Saelices
(Cuenca), tenía una población cosmopolita y llegó a albergar en sus murallas
numerosos edificios públicos y religiosos, no así viviendas particulares, que
por lo general se situaron extramuros en poblaciones circundantes. Actualmente
solo podemos asegurar una vivienda e la parte más elevada de la ciudad,
probablemente perteneciente a un senador.
En época de Augusto se convirtió en municipio y dejó de ser
dependiente tributariamente de Roma. Ya en el Siglo I a.C. se empieza la
construcción de edificios y de la muralla. Este impulso fue provocado fundamentalmente
por un motivo económico, la explotación las minas, fundamentalmente de lapis specularis, yeso cristalizado
que se utilizaba como cristal. Por ello se provoca la afluencia de numerosos
trabajadores, esclavos y libres, que encuentran en Segobriga un sitio para
progresar. Es más, la relación de la población indígena en esta ciudad es más
importante que en otras ciudades hispanas, llegando a emprender negocios e
incluso a tener dioses propios. Las "aportaciones empresariales" indígenas
se concretaban en la minería -y otros oficios asociados: esparto,
metalurgia...-, la agricultura, o el trabajo de la piedra. Esta situación no
evitaba una sociedad fuertemente jerarquizada con unas diferencias sociales muy
acentuadas.
Como toda ciudad romana tenía infraestructuras básicas: agua
corriente y alcantarillado. Para el abastecimiento de agua se construyeron
diversos depósitos, fundamentalmente aljibes, que se comunicaban con la ciudad mediante
acueductos. Dentro de la ciudad, para la distribución del agua a las termas y
fuentes se realizaron varias canalizaciones.
La importancia de la ciudad se concretó
en la construcción de los edificios característicos de toda gran ciudad romana:
el teatro, anfiteatro, termas, basílicas...
La muralla:
delimitaba la ciudad en una forma poligonal y estaba jalonada de pequeñas
torres de vigilancia. Se han excavado dos entradas: la puerta norte, que
daba paso al cardo maximus
o calle principal y la puerta oriental, que tenía una torre octogonal
adherida. Esta torre, la cavea summa
del circo y la muralla estaban unidas formando una misma construcción,
de hecho, bajo este conjunto se desplegaba un corredor abovedado que unía las
dos puertas. Su fábrica es de grandes piedras calizas, en casos ciclópeas.
Se conserva en un estado aceptable el lado septentrional.
Termas monumentales: comenzadas a
finales del S.I fueron construidas por mandato imperial.
Las obras comenzadas a finales del S.I fueron realizadas por
mandato imperial. Situadas al oeste del foro, detrás del templo de culto
imperial, y en la parte más alta de la ciudad para así aprovechar las horas de
sol, al máximo.
Se accedía a ellas por una puerta situada en un lateral de la
fachada, tras unas escaleras de acceso transversal ubicadas entre el templo y
el edificio termal.
De panta rectangular -88 m. por 40 m.-, su disposición es la más simple de estas construcciones, ya que el recorrido era de ida y vuelta por las mismas salas.
Nada más entrar se accedía a un gran patio peristilo con columnas, con un pedestal que sustentaba una estatua que presidía esta área donde se celebraban tertulias. Posteriormente, por dos pasillos litorales que servían de vestuarios-apodyterium- se pasaba a un frigidarium, pavimentado con mosaico ajedrezado de colores blanco y rojo, y con una piscina central de agua fría. Otro frigidarium, de forma absidial -posteriormente fue utilizada como ermita-, con una pequeña bañera daba acceso a al tepidarium, tras el cual estuvo el caldarium. Estas dos salas disponían de un suelo de ladrillos que transmitían el calor producido en dos hornos. Actualmente el caldarium está bajo la nave mayor de la ermita, que seguramente aprovecho las cimientos del lacunicum de las termas para levantar su abside.
De panta rectangular -88 m. por 40 m.-, su disposición es la más simple de estas construcciones, ya que el recorrido era de ida y vuelta por las mismas salas.
Nada más entrar se accedía a un gran patio peristilo con columnas, con un pedestal que sustentaba una estatua que presidía esta área donde se celebraban tertulias. Posteriormente, por dos pasillos litorales que servían de vestuarios-apodyterium- se pasaba a un frigidarium, pavimentado con mosaico ajedrezado de colores blanco y rojo, y con una piscina central de agua fría. Otro frigidarium, de forma absidial -posteriormente fue utilizada como ermita-, con una pequeña bañera daba acceso a al tepidarium, tras el cual estuvo el caldarium. Estas dos salas disponían de un suelo de ladrillos que transmitían el calor producido en dos hornos. Actualmente el caldarium está bajo la nave mayor de la ermita, que seguramente aprovecho las cimientos del lacunicum de las termas para levantar su abside.
El establecimiento disponía de numerosos desagües, tanto para el
agua utilizada para el uso habitual de las termas, como para el agua necesaria
para la limpieza de las distintas salas.
Teatro.
Se comenzó su construcción en época del emperador Augusto,
terminándose a finales del S.I. El conjunto en sí, aunque de dimensiones
sensiblemente más pequeñas que otros teatros peninsulares, es de una
complejidad y originalidad dignas de reseñar: bajo parte de su graderío se construyó
un corredor de paso abovedado, y sobre él, en su parte norte una serie de
edificaciones que integraban el conjunto dentro del recinto amurallado, aunque
el teatro estuviese físicamente, fuera.
Edificado, como era habitual, sobre una ladera para apoyar el
graderío directamente sobre la roca. Se facilitó así, en primer lugar su construcción
e indirectamente su conservación. También fue este uno de los motivos para que
su ubicación se fijase fuera de la muralla, enfrente del anfiteatro. De
pequeñas dimensiones, disponía de una capacidad para unos 2.500 espectadores.
La cavea
era prácticamente semicircular y la Scaena
rectangular, estructura típica de los teatros romanos. El graderío dividido en
tres zonas en altura, la summa,
la media y la ima cavea, separados por muretes
o baltei y comunicados
por escaleras, que a su vez dividía en sectores verticales llamados cunei. Actualmente se conservan
en buen estado la ima y media cavea, enterradas durante años.
La summa cavea, hoy
desaparecida, se situaba sobre una bóveda corrida que se apoyaba en la
muralla y formaba una calle cubierta. Esta comunicaba las dos puertas
de la ciudad. Posiblemente, encima se situaría la tribuna principal,
habilitada directamente con el interior de la ciudad por un acceso utilizado
por los grandes personajes de la época.
La orchestra,
casi semicircular -segmento circular-, está delimitada por las tres gradas
destinadas a las autoridades, la poedria,
y el frons pulpiti,
decorado con pilastras y columnas acanaladas en espiral, sobre el que se sitúa
el pulpitum.
Si bien, el graderío se conserva en muy buenas condiciones, la escena -scaenae- está prácticamente destruida hasta sus cimientos. Por los restos podemos concluir que la scaenae frons estuvo decorada muy profusamente, y disponía de columnas acanaladas en espiral, de influencia oriental. Tenían capiteles corintios y pedestales con estatuas decorativas, todas ellas presididas por la "diosa Roma". Posiblemente su estructura se componía de dos órdenes de columnas superpuestas, coronadas por un arquitrabe y la cubierta. Tras ellas se distribuían pasillos y estancias para los actores.
Si bien, el graderío se conserva en muy buenas condiciones, la escena -scaenae- está prácticamente destruida hasta sus cimientos. Por los restos podemos concluir que la scaenae frons estuvo decorada muy profusamente, y disponía de columnas acanaladas en espiral, de influencia oriental. Tenían capiteles corintios y pedestales con estatuas decorativas, todas ellas presididas por la "diosa Roma". Posiblemente su estructura se componía de dos órdenes de columnas superpuestas, coronadas por un arquitrabe y la cubierta. Tras ellas se distribuían pasillos y estancias para los actores.
Detrás de todo el conjunto, se alzaba una estancia con un altar,
lo que resaltaba el carácter político y religioso que tenían los teatros
romanos.
Termas del teatro: construidas cerca
del teatro y con acceso directo desde él por una puerta en la muralla.
Constaban de las dependencias típicas de estas construcciones: gimnasio con
piscina, vestuarios -apodyterium-
con taquillas, sauna seca -laconicum-
con baño frio, sauna caliente caldarium
y letrinas -letrinae-.
Anfiteatro.
Con capacidad para casi 6.000 personas, el anfiteatro de Segobriga
es el que mejor se conserva dentro de la Hispania interior. Es sin duda
el edificio más grande de la ciudad, pero en comparación con otros construidos
en la península, se puede considerar pequeño.
Contemporáneo al teatro, fue construido enfrente, flanqueando la
entrada principal de la ciudad. El sistema constructivo influyó directamente en
su ubicación, ya que se localizó un terreno con una orografía adecuada para que
gran parte del graderío sur se apoyase directamente sobre el terreno. El norte
se sustenta mediente una fuerte estructura de 18 m. de altura.
De planta elíptica, mide 75 m. en su eje mayor y 66 m. el menor, siendo
la longitud máxima de la arena
de 40,5 m.
La arena se separaba del graderio por un podium. Interiormente disponía de carceres para las fieras, habitaciones de gladiadores y de
culto con un pasillo longitudinal que las unía entre si.
La cavea se dividía en tres
zonas horizontales -ima, media y summa
cavea-, separadas por muretes para albergar a los espectadores según su
clase social. Verticalmente se dividía en 12 cunei delimitados por escaleras que terminaban en los vomitorium, puertas de salida o
entrada.
Se utilizó para su función original, los espectáculos, hasta el S.
III, siendo en el S.IV cuando se utilizó como almacén agrícola. En el S. XVII
se aprovechó como cantera para la construcción del monasterio de Uclés, siendo
parcialmente destruido.
Foro: Situado cerca de la entrada principal que daba paso al cardo maximus, eje de la ciudad, se conservan algunos edificios y una plaza rectangular enlosada -de 38 m. por 32 m.- con su escalera de acceso y un monumento central del que solo nos queda parte del pedestal. En su lado norte se ubicaban una basílica y otro edificio de culto, seguramente privado. Enfrente de ellos está el templo de culto imperial.
Basílica: Solo podemos obsevar el
criptopórtico -zona subterránea-, que consta de dos estancias separadas por una
columnata. Situada en la parte posterior de las termas del teatro y en un
lateral del foro, posiblemente su función se relacionase ceremonias de culto
imperial celebradas en él.
Templo de culto imperial: Compuesto por
una exaedra absidiada en su cabecera y pavimentada con mosaico, a la que se
accedía mediante unas escaleras y una nave central separada de otras dos
laterales por dos hileras de 10 columnas con grandes capiteles corintios. Su
planta medía 36 m. por 20 m.
La scanea original se ha perdido casi en su totalidad, quedándonos únicamente el espacio ocupado. Sí, sabemos que, al estar en un pronunciado desnivel necesitaba de una obra de sustentación compuesta de 17 grandes sillares cubiertos de bovedas de hormigón. Esta estructura elevaba el "proscaenium" 1,5m con respecto a la orchestra. La frons scaenae, de igual altura que la cavea, estaba dispuesta en tres órdenes y coronada por una cubierta inclinada de madera. En planta se distinguen tres exedras que coinciden con las puertas de acceso al "proscaenium", la valva regia y las hospitalarium.
Teatro
Del conjunto de la Scaenae solo nos quedan algunos restos
de hormigón de lo que fue la Scaenae
frons. La fábrica del teatro se utilizó primeramente como cantera para
construcciones próximas y posteriormente se ha expoliado de una manera
incesante. De todas maneras la disposición de los contrafuertes
rectangulares de hormigón que se mantienen en pie nos dan una idea clara de
lo que en su día fue una gran Scaenae
frons.
Plano de un hipotético trazado de calles de Astúrica Augusta
situado sobre otro de la actual Astorga
donde aparecen los restos más importantes.
El foro en sus fachadas exteriores tenía pequeños habitáculos o tiendas (tabernae), en lo que son las calles Reina y Progreso actuales, habilitando al igual que hoy en día una actividad comercial permanente.
DOMUS
Se accedía a él desde un corredor que provenía de las zonas comunes de la domus, tenía forma rectangular y sus dimensiones eran de diez metros y medio por cuatro metros y medio, la habitación con pinturas en sus paredes tenía en su pavimento central el dibujo de unas figuras, hoy desconocidas, montadas sobre dos caballos, y a ambos lados de esta, dibujos geométricos compuestos por círculos que en su interior tienen el nudo de Salomón y cuadrados que en su interior tienen una doble svástica, y entre ambas figuras geométricas corazones entrelazaban el conjunto. El simbolismo que este mosaico representa tiene relación con la protección solicitada a los dioses del cielo para los ocupantes de la sala principal a la que el vestíbulo daba paso.
PLANTA DE LA SALA BATITALES - CALLE DR. CASTRO
La sala de planta perfectamente cuadrada tenia unas dimensiones de diez metros
y medio de lado y en su centro poseía doce columnas de gran altura y robustez,
aproximadamente de cuatro metros de longitud y sesenta centímetros de diámetro.
Las doce columnas soportaban una cúpula de siete metros de diámetro que ocupaba
la parte central de la sala. Todo el conjunto, por su configuración, se
presentaba con un gran simbolismo arquitectónico. La cúpula soportada por las
doce magníficas columnas representaba a la bóveda celeste y los doce signos
zodiacales en las que esta se apoya.
Es muy significativo comprobar que el trazado de la calle Dr. Castro parte desde la puerta sur de la domus, en la actual Plaza Mayor y se dirige a la entrada principal de la sala Batitales. Se acaba de comprobar con las recientes excavaciones arqueológicas que el trazado de la calle se superpone sobre diferentes habitaciones y muros romanos hasta alcanzar la sala. Podemos avanzar la hipótesis que al asaltar la ciudad los suevos en el año 460, y al asesinar a su gobernador, completaron su ataque destruyendo el lugar donde este y sus antecesores recibieron el conocimiento para el buen gobierno de Lucus Augusti. La sala Batitales fue profanada y su arquitectura demolida, y bajo sus escombros quedaron ocultos los mosaicos que revestían de simbolismo el lugar.
León de Cibeles
En el pequeño atrio de entrada, y ocultos a la directa mirada desde el exterior existen otros relieves más sorprendentes, a la izquierda y derecha dos aves zancudas similares a una avestruz. Una de ellas, la más oculta a la vista, se encuentra encaramada a una piedra sobre una esbelta columna. Ambas imágenes hacen referencia a Rhea la diosa Griega, que era representada por un avestruz, el ave conocida de mayor tamaño en la antigüedad.
PINTURAS
Dimensiones
El conjunto defensivo tiene una longitud de más de 2km, exactamente 2.117 m, aunque hay divergencias en la medida, y abarca una extensión de 34,4 Ha. La anchura de los muros es de 4,20 m alcanzando los 7 m en algunos tramos.
Saguntum
La ciudad romana de Saguntum se ubica en un lugar habitado desde
mucho tiempo antes. Ya desde la Edad del Bronce se conoce la ocupación de su
área, con poblados que perdurarán hasta el siglo V a.C., etapa en la que
florece la cultura ibérica y en la cual los grupos de gentes que ocupaban el
actual cerro del castillo se unirán a otros conjuntos habitacionales
circundantes. En esta etapa ibérica, la ciudad se denominará Arse y alcanzará
un gran desarrollo económico y cultural, con acuñación de moneda y contactos
con los colonizadores griegos y fenicios.
Codiciada por cartagineses y romanos, las dos potencias dominantes
del Mediterráneo, queda dentro del área adjudicada a los primeros en el Tratado
del Ebro (226 a.C.) aunque, aliada de Roma, será destruida por Aníbal en el 219
a.C. tras ocho meses de asedio. La destrucción de la ciudad dará lugar al
comienzo de la Segunda Guerra Púnica entre Roma y Cartago.
En el 214 a.C. la ibérica Arse es conquistada por Cneo y Publio
Escipión y restaurada por Publio Cornelio Escipión, hijo y sobrino
respectivamente de los dos anteriores. La ciudad fue devuelta a los iberos, en
buenas relaciones con Roma, transformándose paulatinamente en hispanorromana y
cambiando a la denominación latina de Saguntum. Ciudad independiente y aliada
de Roma, a partir de este momento comienza un periodo de esplendor y desarrollo
a todos los niveles, favorecida por su poderosa aliada hasta el punto que sus
habitantes gozarán de la ciudadanía romana.
Durante el reinado de Augusto, Saguntum conocerá una etapa de
esplendor, resultando favorecida por el amplio programa urbanístico puesto en
marcha por el emperador romano. Así, la ciudad se amplía, se dota de nuevas y
mejores infraestructuras y recibe el título de municipium
de ciudadanos romanos.
La nueva ciudad es planificada integrando en su perímetro al río Palancia, gracias a la construcción de un puente en sentido norte-sur que articula a todo el conjunto urbano y une Saguntum con la Vía Augusta. Hoy en día sólo se conservan dos pilares de este puente.
La nueva ciudad es planificada integrando en su perímetro al río Palancia, gracias a la construcción de un puente en sentido norte-sur que articula a todo el conjunto urbano y une Saguntum con la Vía Augusta. Hoy en día sólo se conservan dos pilares de este puente.
Edificada en pendiente, el espacio urbano propiamente dicho se
ubica en la parte baja, mientras que en la terraza superior se ubica el teatro.
El foro, como en toda ciudad romana, articula la vida urbana y sirve de eje de
conexión con elementos como las tabernae (tiendas), el templo o la basílica,
lugar de reunión de los ciudadanos y sede del tribunal.
El Castillo
Los restos del castillo se extienden a lo largo de casi un kilómetro,
fueron testigos de la lucha que mantuvieron sus habitantes con Aníbal, dando
lugar a la II Guerra Púnica. Fue la base de las construcciones de sus distintos
moradores: íberos, romanos, godos, árabes; todos y cada uno de ellos dejaron su
huella.
Los indicios de presencia romana y anteriormente ibera, con la
ocupación, desmantelación y reutilización de sus elementos es cuanto al menos,
difícil de constatar su estado originario. Poco tiene que ver con su estado
actual, En las laderas sur y este han aparecido vestigios romanos y en la parte
occidental se hallaba la muralla íbera.
Es el lugar donde estuvo emplazada la antigua ARSE ibérica y la
SAGUNTUM romana.
Dada su importancia histórica, fue declarado en 1931 Monumento Nacional.
Se halla dividido en siete plazas o recintos independientes: la plaza de Almenara, la plaza de Armas, tres castelles, la plaza de la Conejera, la plaza de la Ciudadela, la plaza Dos de Mayo, la plaza de San Fernando y Estudiantes.
En la plaza de Almenara los restos son escasos, encontramos una pequeña cisterna romana rectangular, reaprovechada en épocas posteriores y construidas con opus signinum. Un poco más abajo aparece otra cisterna más deteriorada. En la parte más alta de la plaza hay otras construcciones que se asientan sobre muros romanos. En tres castelles solo nos queda de este el recinto de muralla este. En este lugar encontramos vestigios de dos cisternas romanas construidas con opus caementicium y de una cantera, que se constata por los huecos existentes para las cuñas de madera y su escalonamiento. En la plaza de armas se situaba el foro romano. La pendiente del terreno hizo que se tuviera que aterrazar. Hoy solo se conservan sus cimientos. Hay vestigios de grandes construcciones realizadas con opus caementicium y cisternas. En este recinto se hallaron restos escultóricos como un relieve con dos patas de caballo, un trozo de cornisa con dentículos y contario, un relieve zoomorfo, una cabeza masculina con corona de laurel, dos pezuñas de caballo, etc.
Dada su importancia histórica, fue declarado en 1931 Monumento Nacional.
Se halla dividido en siete plazas o recintos independientes: la plaza de Almenara, la plaza de Armas, tres castelles, la plaza de la Conejera, la plaza de la Ciudadela, la plaza Dos de Mayo, la plaza de San Fernando y Estudiantes.
En la plaza de Almenara los restos son escasos, encontramos una pequeña cisterna romana rectangular, reaprovechada en épocas posteriores y construidas con opus signinum. Un poco más abajo aparece otra cisterna más deteriorada. En la parte más alta de la plaza hay otras construcciones que se asientan sobre muros romanos. En tres castelles solo nos queda de este el recinto de muralla este. En este lugar encontramos vestigios de dos cisternas romanas construidas con opus caementicium y de una cantera, que se constata por los huecos existentes para las cuñas de madera y su escalonamiento. En la plaza de armas se situaba el foro romano. La pendiente del terreno hizo que se tuviera que aterrazar. Hoy solo se conservan sus cimientos. Hay vestigios de grandes construcciones realizadas con opus caementicium y cisternas. En este recinto se hallaron restos escultóricos como un relieve con dos patas de caballo, un trozo de cornisa con dentículos y contario, un relieve zoomorfo, una cabeza masculina con corona de laurel, dos pezuñas de caballo, etc.
Todas estas obras están realizadas en caliza travertina. El origen del
foro se cree que es de época augusta. También han aparecido los restos de
cuatro tabernae y la basílica, de la que solo se conservan sus
cimientos. En la plaza de san Fernando aparecen los restos de dos edificios. Se
observa la base de un pórtico y sillares de cimentación. En la plaza de
estudiantes aparecen los restos de viviendas, escalonadas por la pendiente.
También existen varias cisternas construidas con opus caementicium y
revestida con opus signinum. En la Ciudadela supuestamente estarían los
edificios monumentales, se han hallado gran cantidad de restos de pavimentos
realizados con opus signinum y otros con argamasa y grava, vinculados a
antiguos edificios hoy desaparecidos.
Teatro de Sagunto
El poblado íbero de Arse
fue conquistado por las tropas cartaginesas de Aníbal en el año 219 a.C. tras
un duro asedio de más de 8 meses. Los romanos, que tenían acuerdos con este
pueblo íbero, recuperaron la población cinco años más tarde y lo llamaron saguntum. Desde ese momento se
comenzaron a planificar y desarrollar la planimetría y los edificios urbanos de
toda ciudad romana. Las primeras construcciones fueron pequeños templos y otros
edificios similares con el objeto de "romanizar" a los íberos
autóctonos. Ya en tiempos del emperador Augusto se planificó la ciudad con un
sentido norte-sur, siendo un sector presidido por el foro, y otro, en una
ladera por el Teatro. Este, posiblemente fuese diseñado, pero no se terminó
hasta la época Tiberio.
La conformación del teatro de Sagunto es la clásica, esto es
dividida en scaenae, cavea y orchestra.
Al ser un teatro grande -de más de 90 m. de diámetro- la cavea se divide en ima, media y summa cavea,
siendo esta, coronada por un pórtico, cripta
in summa cavea. Tenía capacidad para 10.000 espectadores. Se apoya en la
ladera de una colina, donde se acomoda la ima cavea y aprovecha el material de roca caliza para esculpir en
el las gradas. La ima cavea
dispone de seis gradas y se divide, por tres escaleras en cuatro cunei, la media cavea de ocho gradas, cinco escaleras y seis cunei y la summa cavea de nueve o catorce gradas,
según la zona.
La parte superior de la grada está sustentada por pasillos radiales y escaleras abovedadas.
La orchestra tiene 7 metros de diámetro y dispone de tres gradas de poedria, destinadas a los personajes distinguidos de la ciudad.
La parte superior de la grada está sustentada por pasillos radiales y escaleras abovedadas.
La orchestra tiene 7 metros de diámetro y dispone de tres gradas de poedria, destinadas a los personajes distinguidos de la ciudad.
La scanea original se ha perdido casi en su totalidad, quedándonos únicamente el espacio ocupado. Sí, sabemos que, al estar en un pronunciado desnivel necesitaba de una obra de sustentación compuesta de 17 grandes sillares cubiertos de bovedas de hormigón. Esta estructura elevaba el "proscaenium" 1,5m con respecto a la orchestra. La frons scaenae, de igual altura que la cavea, estaba dispuesta en tres órdenes y coronada por una cubierta inclinada de madera. En planta se distinguen tres exedras que coinciden con las puertas de acceso al "proscaenium", la valva regia y las hospitalarium.
En 1896 fué el primer edificio declarado como Monumento Nacional en España. Actualmente
está en uso y se representan obras teatrales continuamente. Para ello sufrió
recientemente una polémica restauración,
en la que se edificó totalmente la scaenae, y arregló la cavea.
Muro Templo de Diana
En la calle Sagrario entre los nº 13 y 17 al lado de la iglesia de
santa María, junto al ábside, tiene un muro de 15 m. de longitud y 4m. de
altura, formado por grandes megalitos de caliza, que siempre se han considerado
los restos del Templo. Esta construcción data del siglo V-VI a.e.c. y fue
salvada de la destrucción durante el asedio protagonizado por Aníbal, por estar
consagrado a la diosa Diana. Fue declarado Monumento Nacional. Posteriormente
fue la mezquita mayor de Muviedro y finalmente pasó a ser la iglesia de
santa María. Actualmente no se observa todo el muro. Aunque otros estudiosos lo
consideran como un vestigio de una construcción militar o muralla defensiva.
Vía Augusta
Bajo lo que era un campo de fútbol los arqueólogos han encontrado
restos de un pórtico y un tramo de la famosa Vía Augusta, con más de cinco
metros de ancho lo que hace suponer que era de doble circulación.
Puerta del Circo Romano
El Circo romano en la actualidad no existe. La puerta se halla
localizada en la parte llana de la ciudad, entre la calle de los Huertos y la
Avinguda dels sants de la Pedra. Este monumento se halla enterrado en su mayor
parte, habiendo sido destruido por el cauce torrencial del río Palancia y en
los años 70 con la edificación de las casas actuales. Lo que conocemos de él es
gracias a los artículos de Santiago Bru i Vidal, quien lo describe con bastante
minuciosidad antes de su perdida. Hoy en día es difícil imaginar una
construcción de más de 300m de longitud. En la actualidad se conserva una de
las puertas de entrada al mismo, situada en la calle de los Huertos.
Tiene forma de prisma rectangular, con una altura total de 4,10 m,
anchura frontal de 6,21 m y una profundidad de 2,07 m. en el centro se halla el
vano de la puerta. Está formada por sillares de gran tamaño y sin argamasa que
los una. En su parte superior existe una gran basa o pilar e indicios de otro
que mediante remate en arco darían monumentalidad a la misma. Su construcción
data de los siglos II-III. Las medidas del circo según Bru eran 354m de
longitud, 73,40m de anchura y una altura exterior de 5,44m. Bru dato las dos metae,
situadas en los extremos de la spina, que tenía una longitud de
190m y la meta prima y secunda.
Puente
romano
En el cauce del río Palancia frente a la
actual calle Remedio, se encuentra los restos del puente romano por los que la
Vía Augusta accedía a la ciudad de Saguntum. Se supone que esta vía seria el cardo
de la ciudad
Los restos son mínimos, el estribo de la
margen izquierda, dos pilastras y restos de una o más caídas en el lecho
fluvial. Las pilastras son rectangulares y se construyeron mediante opus
caementicium.
De los arcos solo queda el arranque de las
pilas situadas a 4,15m de distancia entre ellas, de lo que se deduce que el
arco comprendido entre las pilas conservadas alcanzaría los 6,50m de luz.
El puente se construyó bajo el mandato de
Augusto.
Necrópolis
Romana
La necrópolis se hallaba fuera de los
límites de la ciudad, la Lex Ursonensis prohibía la inhumación o
incineración dentro de los límites de esta, debían de hallarse a una distancia
mínima de 500 pasos. La necrópolis estaba situada en lo que es actualmente la
estación de ferrocarril y la carretera de Valencia a Barcelona. Durante la
construcción de la estación aparecieron una gran cantidad de restos funerarios,
gracia a Chabert tenemos constancia y una somera descripción. Aparecieron
al sur de la estación junto al camí dels Rolls un centenar de cadáveres
recubiertos con tegulae, tejas planas. Más al norte se descubrieron
restos de construcciones cuadrangulares y un trozo de sarcófago con los
relieves de un grifo y un niño. En los alrededores de la estación aparecieron
más vestigios y urnas cinerarias de vidrio.
Mausoleo
Junto al colegio Romeu se hallan los restos
de un mausoleo romano. Es un muro de opus caementicium que conserva el
arranque de la bóveda. Al lado sur se abre una pequeña puerta que daría acceso
a lo que sería el interior del edificio. Conserva los goznes para el ajuste de las
hojas.
Puerto
Romano
Polibio nos indica que la montaña saguntina
estaba a siete estadios del mar, es decir, unos 1.290m, mientras que Tito Livio
la establece a mil pasos, unos 1.478m y Plinio la aumenta a tres mil pasos,
unos 4.436m.
Al principio se propuso que el puerto podía
estar en los estanys de Almenara pero no se ha podido constatar. Las
prospecciones efectuadas en la costa en el grau Vell han constatado la
existencia de un enterramiento a orillas del mar y han aparecido una gran
cantidad de ánforas. En la superficie han aparecido restos cerámicos y monedas.
Las excavaciones han constatado la ocupación de esta zona desde el S V a.e.c.
hasta el S V, y parece indicar que allí se situó un núcleo portuario. Han
aparecido restos de construcciones realizadas con cantos rodados y barro a unos
50 m del mar. También aparece una construcción con forma de torre.
Gracias a las excavaciones financiadas por
la Autoridad Portuaria de Valencia en 2001, se corroboró que en la época
republicana existía un elevado tráfico comercial y que el espigón llegó a
medir 140 m.
Acueducto
Los restos del acueducto del Saguntum se
encuentran al oeste de la ciudad. Esta construcción fue mencionada en el S XVII
por Escolano. Se sitúa en la partida de Figueroles a 1,5 Km. al sudoeste de la
ciudad. Se conserva un muro de 50m de largo por 1,30 de ancho y 1,90 de alto,
realizados en opus caementicium. Sobre él existe un trozo de la pared
norte del specus, canal, de 1,80m de largo, 3,32 de ancho y 0,65 de alto
de hormigón más fino.
Otro tramo aparece a 150m al noreste del
anterior, el siguiente tramo aparece en la llamada colina de las alturas de
Aníbal, que precede a la montaña del castillo por su ladera norte. Consta de
unos 30 m de opus caementicium. El siguiente tramo comienza en el barrio de las
Balsas y el último tramo discurre por encima de la carretera de Sagunto a Gilet
y mide unos 350m. Posteriormente el acueducto se pierde con las primeras casas.
Gracias a los datos de Chabret sabemos que los restos de esta construcción se podían
ver en la calle Dos de Mayo y Acueducto pasando por debajo de la torre de la
muralla medieval y un tramo más discurría por la calle san Ramón.
Ciudad
de Colonia Clunia Sulpicia, Coruña del Conde (Peñalva de Castro, Burgos).
La actual ciudad de Clunia fue
fundada por Tiberio en un emplazamiento nuevo, ya que la población se ubicaba
en otro lugar, primeramente como un oppidum
arévaco y más tarde como ciudad romana bajo el emperador Augusto. De hecho se
conoce que el pueblo arévaco sufrió varios asedios -Pompeyo, Matelo y Afranio-
hasta que fue conquistado.
Tiberio le otorga la categoría de
municipium y, como hemos dicho,
la ubica en un nuevo sitio, la cima de un pequeño cerró llamado el "Alto
de Castro". Fue en época de Claudio cuando pasa a ser capital de un
convento jurídico que incluía una amplia zona del centro norte penínsular.
El hecho histórico más relevante de esta ciudad fue el protagonizado por Galba.
En el año 68, este, era el gobernador de Hispania y un enemigo de Nerón, el por
entonces emperador. Se produjeron numerosas revueltas en todo el imperio y
Galba se refugió en Clunia, donde recibió el anuncio de la muerte de Nerón y su
proclamación por el senado como nuevo emperador. La ciudad que le dió cobijo
fue entonces nombrada "Colonia Clunia Sulpicia".
La ciudad ocupó una extensión de unas 120 hectáreas, siendo
difícil el concretar sus límites, sus calles, la existencia de murallas y
muchos otros elementos debido fundamentalmente al gran trabajo necesario para que
las excavaciones afloren todos los secretos que nos oculta.
Como ciudad romana de nueva planta tiene todas las características
y elementos habituales, como es lógico adaptándose a la orografía del terreno, llegándonos
en un estado aceptable. Destacamos el teatro -uno de los más grandes de
Hispania-, las viviendas, el foro, y por supuesto las termas:
Los conjuntos termales son uno de los restos más
importantes de este tipo de toda la Hispania romana.
En las excavaciones de la Colonia
Clunia Sulpicia podemos encontrar tres conjuntos termales
distintos, todos ellos de una gran importancia arqueológica. Dos de ellos, los
más grandes y públicos, están situados juntos -Los Arcos I y los Los Arcos II-,
y el tercero, posiblemente de uso privado o restringido, en las proximidades
del foro.
Las características más importantes de cada
complejo son:
Los Arcos I", el primero
es un gran conjunto termal de diseño simético, esto es, con las salas
principales duplicadas y colocadas respecto a un eje longitudinal.
Posiblemente este diseño fuese para destinar cada sección a un sexo, la derecha
a los hombres y la izquierda a las mujeres.
Así, la entrada es común mediante
una exedra semicircular porticada. A ambos lados se duplican
sucesivamente las estancias: la palestra
con peristilium -patio porticado con columnas- desde el que se accede al apoterium o vestuario. Tras ellos
aparecen el frigidarium o piscina fría, el tepidarium o estancia templada. En el centro de estas
estancias y detrás de la entrada se encuentra un jardín con la natatio o piscina general. Detrás
de este jardín y comunicados con los tepidarium
hay una sala de paso por la que se accede al caldarium, sala común pero con dos piscinas de agua caliente
independientes a cada lado. El motivo era poder aprovechar el calor al máximo
calentando únicamente una sala. A su izquierda se observa una sala circular que
posiblemente fuese una sudatio
o sauna. Además disponía de letrinas y las habitaciones de servicios necesarias
para mantener el complejo.
Su construcción data del S.I siendo utilizado como baños hasta
finales del S.III, donde su función cambió hasta su abandono hacia el S.V.
Las segundas termas "Los Arcos
II", son de difícil solución, ya que no se han excavado en su
totalidad. Su distribución todavía es confusa y solo se dispone de un
conocimiento parcial del conjunto. Se han descubierto una palestra porticada tras la cual
se encontraba un gran apoterium
de planta octogonal con una cúpula. Por él se acede a un frigidarium con dos natatio -piscinas-. Posteriormente se
encuentra el tepidarium,
y luego el caldarium con
sus respectivas piscinas. Por último una sala circular albergaría la sudatio o sauna, que disponía de
una fuente central.
Por último, cerca del foro se encuentran otras termas, mucho más
pequeñas y posiblemente privadas o semiprivadas. Situadas en la parte sur de la
denominada casa nº3, probablemente fuesen para el uso exclusivo de sus
dueños.
Teatro
El Teatro: Situado en un lugar
preciso para la utilización de ladera del cerro sobre el que se asentaba la
ciudad para excavar la cavea semicircular y acomodar las gradas
directamente sobre la roca. Concretamente la summa cavea y la media
cavea están en su totalidad construidas de esta manera, siendo únicamente
en la ima cavea donde se
realizaron pequeños trabajos estructurales para su construcción. Este graderío,
que tiene un diámetro máximo de 95 m, podía albergar más de 9.000 espectadores,
siendo uno de los más grandes de la península. En su parte baja se acomoda la
Orchestra, también semicircular de 25 m. de diámetro.
Planta del teatro romano de Clunia.
La construcción del edificio data de la época del
Emperador Tiberio. El estado general es deficiente debido a los motivos ya
expuestos, pero aun así se puede observar claramente las dimensiones y
volúmenes de este gran teatro romano.
Tres excavaciones de domus:
Domus de Taracena. Es la más grande de las
excavadas hasta el momento. Su distribución es confusa debido a las numerosas
variaciones que sufrió durante su vida útil, desde el S.I hasta el S.IV. Tiene
mosaicos y salas subterráneas.
Domus nº1 Situada cerca del foro ha
sido excavada solo en parte. Posiblemente fuese destruida alguna de sus
estancias al edificarse el foro. En su lado sur tiene unas termas privadas.
Casa Triangular. Actualmente solo esta
excavada una pequeña parte y se conoce poco de su distribución.
Un mercado o macellum.
Realmente es un edificio del que no se sabe bien su función. Se supone que fue
un mercado. Es curioso fundamentalmente por su planta de forma de botella. Se
accedía a su interior por un pórtico con cuatro columnas. Ya en el interior
unas basas paralelas al muro exterior hacen suponer la existencia de un
peristilium circundante.
Un importante foro
municipal de planta rectangular que disponía de todos los edificios
necesarios para ejercer su función social:
La Basílica, de
tres naves y abierta al foro por una columnata. En su nave central se situaría
el espacio para el tribunal. Está situada el el fondo norte del foro ocupando
todo el ancho del conjunto.
Las tabernae o tiendas públicas que
ocuparían los dos flancos más largos del foro.
Los templos tripartitos, situados en
el centro de laterales, entre las tabernae, y ocupando el espacio de tres de
ellas. Estaban recubiertos de marmol y decorados con estatuas.
El templo, situado en el lateral
opuesto a la basílica, está elevado sobre un podium al que se accedía mediante
unas escaleras laterales situadas en la fachada posterior. Su planta es
rectangular con un abside.
Basilica
del foro
La Basílica ocupa el
costado Norte del Foro. Era un lugar cubierto donde se alojaban los tribunales
y otras dependencias administrativas y comerciales. En ella los magistrados,
bajo una imagen del emperador, impartían justicia y sancionaban los contratos mercantiles.
Se trata de un edificio de tres naves, separadas por dos hileras de 14
columnas paralelas. El espacio entre columnas es de 5,50 metros y la distancia
entre las hileras de columnas de la nave central es de 12,50 metros. Las tres
naves tenían techos a gran altura. En los extremos, había pequeñas tribunas a
las que se accedía a través de algunos peldaños, y que sirvieron en principio
para impartir justicia.
Lo que se observa en la
actualidad de la Basílica sólo es la mitad Este. Se supone, en base a diversos
sondeos e indicios arqueológicos, que ocuparía toda la anchura del Foro. Sus
dimensiones, por lo tanto, alcanzarían los 114 m de longitud. En el tribunal de
la basílica han aparecido monedas de Claudio.
Gallaecia
León
Aunque la fundación oficial de la ciudad se atribuye a la "Legio
VII Gemina", legión romana que hacia el año 70 de nuestra Era,
estableció, su campamento a orillas del río Bernesga, hoy sabemos –gracias a
los recientes hallazgos arqueológicos- que unos años antes se estableció en
León otra legión romana, concretamente la Legio VI.
Los romanos eligieron para emplazar la ciudad de León una amplia y
fértil vega situada en la confluencia de los ríos Bernesga y Torío. No fue una
elección al azar:
Los ríos Bernesga y Torío proporcionaban abundante agua a la vez
que servían de fosos naturales para la defensa.
Su situación permitía controlar los accesos hacia la Meseta de
cántabros y astures, pueblos que se habían resistido a la conquista romana y
protagonizaban frecuentes revueltas.
La abundancia de oro en el territorio leonés aconsejaba la
presencia de tropas que garantizaran su explotación y el envío de la producción
a Roma.
La zona contaba con excelentes comunicaciones para la época,
especialmente la calzada que unía Tarragona con Astorga.
El campamento de la Legio VII
Restos conservados de la muralla Reconstrucción ideal del campamento
Estructura general del campamento
Pronto contó con infraestructuras importantes para la época:
termas, canales para el abastecimiento de agua, cloacas, etc.
El trazado del campamento era muy simple, como podemos ver en los dibujos.
Dos calles principales que se cruzan y alrededor de las cuales se disponen los
alojamientos de la tropa.
El perímetro se rodeó de diversos sistemas defensivos, primero una
empalizada que se reforzó progresivamente con amplios muros de piedra. Al
exterior cuatro puertas, que se corresponden con los cuatro puntos cardinales.
Las excavaciones arqueológicas llevadas a
cabo durante los últimos años en León han podido precisar, con incontestables
pruebas, el origen de la ocupación romana del solar. La hipótesis de que el
acantonamiento de la Legio VI Victrix —unidad que tomó parte en las Guerras
Astur-Cántabras (29 a. C.-19 a. C.), permaneciendo luego largo tiempo
estacionada en Hispania— hubiera precedido a la Legio VII Gemina en el mismo
lugar que ésta ocupó más tarde cada vez parece más segura.
Las evidencias arqueológicas que vienen a
verificar el inicio del asentamiento romano han sido proporcionadas por
excavaciones efectuadas tanto en el interior como fuera del actual recinto
fortificado. Las primeras, además de atestiguar importantes vestigios de la
ocupación de la Legio VII Gemina, han permitido determinar la existencia de dos
campamentos precedentes. El más antiguo se fecharía entre los últimos años del
siglo I a. C. y los albores de la siguiente centuria. Poco tiempo más tarde se
erigiría el segundo, perdurando hasta prácticamente la llegada de la Legio VII
Gemina.
El recinto ocupado por la Legio VII tiene
forma rectangular, la de un campamento o castra de 570 por 350 m, capacitado,
por ello, para albergar una legión en sus 20 ha de superficie. Fue amurallado
en dos momentos diferentes. El primero, representado por un muro de opus vittatum
reforzado con un terraplén interno, debió de ser contemporáneo o ligeramente
posterior al establecimiento de la legión, respondiendo a la tendencia
generalizada de levantar, o sustituir progresivamente, las defensas de los
recintos militares de tierra y madera por otras de piedra.
La
segunda fortificación es la muralla torreada actualmente visible en varios
puntos de la ciudad. Debió de levantarse a finales del siglo III d.C o
comienzos del IV. Conserva 36 cubos, la mitad de los que debió incorporar
inicialmente, además de las ocho torres que flanqueaban sus puertas.
El campamento contó, al menos, con un
acueducto, que llegaba al recinto por el noroeste, y cuyo trazado pudo
conocerse en mayor profundidad tras su localización (durante unas obras) en las
terrazas del río Bernesga, paralelo a la carretera que se dirige a Carbajal de
la Legua, en el alfoz de la capital. No obstante, sus fuentes o captaciones no
se conocen con exactitud. Su cronología habría que situarla entre finales del
siglo I y los albores del siglo III.
Las últimas intervenciones han permitido
conocer alguno de los rasgos de las edificaciones campamentales. Las más
completas aparecidas hasta el momento son los restos de dos barracones
(centuriae), donde podían distinguirse los diversos espacios destinados al
alojamiento de los soldados (contubernia), o también los Principia, o cuartel
general de la Legio VII.
Especial mención merecen las termas,
situadas en buena parte debajo de la Catedral (cripta de Puerta Obispo), en las
inmediaciones de la puerta oriental del campamento (Porta Principalis
Sinistra), y que se ha abierto al público en el mes de abril de 2006, tras 10
años de polémica por el pago de las obras, con un espectacular volumen de
visitantes, que ha superado cualquier expectativa (más de 11.000 personas en
solo 10 días).
Asimismo, una excavación realizada al
exterior del recinto amurallado, en las proximidades de su ángulo sureste
(calle Cascalerías), ha permitido descubrir los restos de una galería
abovedada, que ha sido conservada en una cripta visitable, y que, si bien
inicialmente no había podido asociarse con una edificación determinada, tras el
hallazgo en la misma calle de restos similares (que serán conservados gracias a
la incuestionable implicación en temas culturales de la Fundación Carriegos),
ha podido concluirse que se trata de lo que fue el anfiteatro del núcleo civil
anejo al campamento.
Restos de unas pequeñas termas han aparecido
recientemente en el barrio de San Lorenzo, al este del recinto fortificado. Su
cronología se puede establecer de una manera amplia por los sellos latericios
presentes en los muros. Todos portaban la inscripción Legio VII Gemina Felix,
lo que nos indica que pudieron construirse en o después del 73-74, sin superar
el principado de Septimio Severo (193-211), momento en el que recibe el epíteto
de Pía.
El entorno suburbano ha proporcionado hasta
el momento dos necrópolis de inhumación de época tardía. Las características de
los enterramientos son similares en ambos casos, fosas delimitadas con
ladrillos o cantos y cubierta con ladrillo o tejas (tegulae) a doble vertiente
(a capucina) o plana, etc. Existe también algún sarcófago de lajas.
En el periodo comprendido entre los siglos
VI y VIII, la escasez de evidencias arqueológicas, sólo localizadas en lugares
concretos, proyectan una imagen carente, en principio, de vitalidad urbana, con
una clara reducción del espacio habitado, que parece concentrarse en la zona
sur. Hasta ahora, nada acreditaba que pudiéramos hablar de una civitas, ya que
se aprecia una total continuidad con la etapa bajoimperial, lo que nos indicaba
que la implantación del poder hipanovisigodo fue nula o mínima, reducida,
quizás, al acuartelamiento de algunas tropas. Sin embargo, recientes hallazgos
arqueológicos, como unas excepcionales cerámicas omeyas en las excavaciones de
Puerta Obispo, nos hablan de que la ciudad no solo no fue abandonada como
núcleo de residencia de población civil, sino que incluso conservó cierta
importancia.
Murallas de León
La primera fortificación militar data de la época augusta, en
torno al siglo I a. C. En ese momento la ciudad no era tal, sino un
campamento militar romano. La construcción consistía en dos muros paralelos de
madera rematados por un parapeto y que estaban unidos por un entarimado. Los
guardias se movían sobre él para realizar los correspondientes turnos de
vigilancia. En el interior del muro había tierra procedente del foso excavado
en el exterior. Tenía una altura de 5 metros y una anchura de 3 metros, mientras
que el ya citado foso estaba a un metro de distancia.
En los 200 años siguientes, hasta el siglo I, la Dinastía
Julio-Claudia construyó una nueva muralla unos 20 metros por delante de la
original (que se derribó y cuyo terreno se utilizó para albergar barracones).
La nueva estructura defensiva estaba hecha en madera, revestida en ambos lados
por una pendiente de tepes, bloques de tierra arcillosa colocados de manera
regular y con varias almenas de defensa. Antes de ellas había dos zanjas a modo
de foso, y en total tenía en torno a 6 metros de altura y 4 de ancho.
En los siglos I y II se sustituye la pared exterior de tepes por
un muro de piedra -material extraído de la cadena montañosa cercana a la
ciudad-. La piedra estaba colocada en opus caementicium -mezcla de
fragmentos de piedra y argamasa (mortero de cal), que se colocaba en el
interior y equivale al hormigón actual- y en opus vitattum -filas de
piedras de unos 30 centímetros-. Se erigieron cuatro accesos dobles que hoy
están desaparecidos y se eliminaron los fosos. La altura era de 6.5 metros, y
el ancho de tan solo 2 metros.
En un periodo indeterminado entre finales del siglo III o quizá
comienzos del IV se alzó una nueva muralla, esta vez con cubos o torres de
planta semicircular situados a cortos intervalos. Se levantó con cuarcita y
sillería y su interior se rellenó con opus caementicium. Tiene unos 5
metros de grosor y una altura de 10 metros. Esta es la muralla que se puede
recorrer actualmente en la ciudad. Se realizaron diversas reparaciones a lo
largo de la Edad Media y Moderna a lo largo de todo el trazado, de diferente
alcance, aunque en la época moderna sufrió bastante abandono, lo que motivó que
a comienzos del siglo XIX la ciudad estuviera desprotegida. Las últimas obras
de refortificación importantes se debe al periodo de la primera guerra
carlista, concretamente al periodo de 1836 al 1840.
Ciudad de Astúrica Augusta, Astorga (León).
Las legiones romanas diseñaban sus campamentos como verdaderas
ciudades, tanto es así que algunos han sido el origen de estas. Durante las
guerras cántabras -28 a. C al 19 a. C- se establecieron es estas tierras
leonesas varios campamentos, de uno de ellos nació la ciudad de Astúrica
Augusta, la actual Astorga. Fué más tarde cuando estos campamentos adquirieron
más importancia, en el 22 a.C. las revueltas Astures y la proximidad de las
minas de oro de Las
Médulas hicieron que las legiones VI Victrix y X Gémina
habitasen en este campamento.
Situado estratégicamente entre los ríos Tuerto y Jerga no nos ha quedado mucho
de él, ya que al construir la ciudad -año 35- sobre ellos se perdieron casi
todos, únicamente nos quedan los fosos exteriores de defensa -fossae
fastigata- y algún tramo de la muralla.
Plano de un hipotético trazado de calles de Astúrica Augusta
situado sobre otro de la actual Astorga
donde aparecen los restos más importantes.
En el año 35 se construyen las primeras edificaciones, con ayuda
del ejército. Cuando definitivamente se decide hacer una ciudad, se rediseña
una nueva planta, ya que las de las minas hacen que Astúrica Augusta tenga una
importancia relevante y vivan en ella grandes personajes de la vida social,
jurídica y económica de la Hispania romana.
Nos quedan restos de los edificios construidos en esta floreciente
ciudad:
Las termas. Hay dos
conjuntos termales en Astorga, las Termas Mayores y las Menores.
Termas Menores.
Posiblemente construidas para la alta sociedad. Se diseñaron linealmente, y
sufrieron modificaciones posteriores. El caldarium se duplica y
varía su orden de acceso, se coloca después del sudatorium.
Podemos ver parte de los sótanos, un horno -el nuevo- y las excavaciones de
otro -el antiguo-, las salas de baño, las estancias templadas y el caldarium
duplicado.
Termas Mayores. Son de carácter público, por lo tanto
se ubicaron en el centro de la ciudad.
El Foro. Los restos
no nos permiten muchas conclusiones claras sobre la disposición de los
edificios que lo componían. Sabemos que era de grandes dimensiones y que estaba
limitado por un pórtico monumental -la Ergástula- con un muro exterior
de hormigón romano. En el eje central se situaba, en un alto, el templo de Aedes
Augusti.
Templo de Aedes Augusti.
Edificio de grandes dimensiones, situado en un cerro dentro del Foro, del que
nos quedan pocos restos. Se adivina la planta de un templo con pórtico en
antis con una cella rematada con un abside. Sus grandes muros
indican una posible cubierta abovedada. El pavimento es de marmol con formas
geométricas y la fábrica de los muros de hormigón -opus caementitium-. Era un
templo dedicado al culto Imperial.
La casas -domus.
Las viviendas que podemos descubrir tras las excavaciones son de un grupo
social acomodado, con lo que no se pude extender a todos los habitantes de la
ciudad. Solían tener un vestíbulo con fuente, un patio central con piscina
-impluvium- sobre el que se articulaban las habitaciones -cubiculos-,
los comedores -triclinios-, y zonas de servicio y acceso.
Algunas, las más importantes, se completaban en su parte posterior, con otro
patio con columnas -peristilo- adornado con fuentes y jardines.
Es de resaltar la domus
del Mosaico del oso y los pájaros, vivienda de una familia acomodada con
una sola planta. Poseía unos baños propios, lo que nos da idea de la buena
situación social de su dueño. Las excavaciones nos ha dejado ver solo una parte
de la casa, ya que se encuentran debajo de un convento. Se pueden observar
varias modificaciones de su planteamiento general, debido posiblemente a la
mejora económica de la familia. Su planta consta de varios patios con habitaciones
rodeándolos. Tiene decoración en las paredes de motivos vegetales. Tiene
importantes mosaicos en el salón de invitados -oecus-, que le han
dado el nombre a la casa. En ellos se ven escenas de Orfeo y del otoño. Las
otras estancias se pavimentan con signinum o spicatum.
Las
Murallas. Parte de la urbe se amuralló al final de S.III. Aunque ha
sufrido numerosas modificaciones después de las destrucciones parciales
producidas por los godos y los árabes. Nos quedan restos de una muralla de
sección trapezoidal asentada con torres o soportes circulares cada 15 metros.
Además se conserva una de la puertas, recientemente catalogada como fábrica
romana, ya que casi toda está modificada por el Conde Gatón en el S.IX.
El Alcantarillado.
Varias fueron las cloacas construidas por los romanos, fundamentalmente debido
al crecimiento de la ciudad. El agua residual era conducida hasta los ríos
cercanos -Jerga y Tuerto-. Las primeras eran adinteladas y las posteriores
abovedadas. Estas tenían una altura de 1,60 m. y 0,90 m. de ancho. Se diseñó
una magnífica red compuesta únicamente de cuatro subredes que daba servicio a
toda la ciudad.
La ciudad romana conocía ya los centros
comerciales. En las aceras porticadas se situaban las tabernae, donde los
ciudadanos intercambiaban ases, denarios, dupondios y aurios por víveres,
cerámica, joyas, telas y otros objetos. Acabado el trabajo, ricos y pobres
emplean su tiempo de ocio en las termas y los juegos de azar.
Lucus
Augusti (Lugo)
Algunos expertos dicen que la ciudad fue fundada en el año 25 a. C.
como un campamento militar capaz para dos legiones por Cayo Antistio, uno de
los conductores de la guerra contra los cántabros,
permaneciendo como tal durante unos diez años.
El proyecto de la ciudad realizado para Lucus Augusti poseía una
planta cuadrada perfecta con una dimensión total de sus lados de 2.160 codos, o
3.240 pies, o 648 pasos, (aprx.960 m.), la cuadricula de la zona edificada era
de una malla formada de 10x10 ínsulas de 180 codos cada una (80m.), y poseía un
pomerio perimetral de otros 180 codos de anchura. De esta manera la forma
urbana total, edificaciones y pomerio, era una cuadrícula perfecta de 12x12 de
180 codos cada cuadra. El cruce de los ejes principales produce cuatro barrios
urbanos con orientación igual a los puntos cardinales.
Como ciudad mediterránea (en el interior), la ciudad poseía el
foro en el centro de su geometría, en Lucus Augusti, por ser de capital
importancia su diseño, este era de grandes dimensiones en comparación del
resto, e inscrito en un rectángulo de 360 x 180 codos. En su centro se
encontraba el punto central de la ciudad, de manera que toda ella podía
inscribirse en un círculo de 2.291 pies de radio. El foro se encontraba en el
punto más alto de la urbe y su pavimento poseía la menor pendiente de toda
ella.
Las dos vías principales, el decumanus y cardo máximo, se
entrecruzaban en el foro en sus trazas, no sus caminos, que no entraban en el
interior del foro. De manera general los decumani poseen dos pendientes en
función del emplazamiento respecto al cardo máximo y de las pendientes
naturales del terreno (aproximadamente un 5%), en dirección O.SO. y E.NE.
respectivamente y los cardines de manera general siguen la misma cota natural
del terreno en su trayecto dirección N.NO.-S.SE.
Siguiendo las especificaciones de Vitruvio, el trazado de las
calles menores se realizó en función de los vientos dominantes, de manera que
el viento Norte y Noroeste, el más dañino en el emplazamiento de la ciudad, no
afectara de gran manera a sus habitantes, se diseñaron los cardines en la
dirección N.NO.-S.SE. de manera que las calle se intercalasen entre las
edificaciones y así cumplir lo establecido por Vitruvio: "la planificación
de los barrios deberá declinarse de la dirección de los vientos, para que
llegando estos a los ángulos de las islas, se rompan, y repelidos se
disipen".
Esta alternancia de los cardines hace que sus trazas varíen en la
cuadricula principal, siguiendo una regla igual a la dimensión básica de 180
codos dividida por dos y por tres. De manera que se trazaron calles alternando
las trazas a 60 y 120 codos respecto a los ejes de la malla principal.
Los decumanus se trazan en dirección continua en todo su
desarrollo. Las anchuras de las calles varían en función de su categoría,
siendo las principales de 48 pies de anchura, siendo los menores de 36 , 24 y
12 pies.
La forma urbana queda definida como un cuadrado de lados iguales
en su forma global, con ínsulas rectangulares en dirección N.NO.-S.SE. El foro
ocupa su parte central y existen plazas en las zonas cercanas a este, como la
del teatro y el mercado, además de cuatro plazas secundarias en cada uno de los
barrios en que la ciudad se divide.
LA FORMA URBANA EN EL ALTO IMPERIO
La ciudad proyectada inicialmente para una superficie de 64 Ha. no fue
ejecutada en su totalidad a lo largo del periodo comprendido entre los siglos I
al III de nuestra era. Si bien, Lucus Augusti alcanzo durante esta época su
mayor actividad comercial, su carácter de centro agropecuario, con la gran
mayoría de la población residiendo en el campo, solo hacía preciso atender las
necesidades habitacionales de las clases dirigentes y de los oficios
centralizados en la urbe.
El área E.NE. posee la mayor pendiente de todo el territorio urbano, y
su cercanía al río Chanca le provee de nieblas permanentes en invierno, estas
circunstancias, hicieron que esta zona no fuera ocupada durante esta época. Las
vías de acceso a la ciudad discurrían por descampados sin edificaciones por los
ejes marcados para las calles.
Durante esta época se edificó, de la trama inicial definida por el
proyecto, una superficie de unas 46 Ha., un 70 por ciento aproximadamente.
Por otra parte, la fachada urbana al O.SO. fue utilizada para
establecer muchos de los nuevos edificios que se realizaron en esta época. En
este lugar se encontraba la puerta principal de la ciudad, que desde el decumanus
máximo comunicaba directamente con la vía proveniente de Braccara Augusta, el
río Miño y las termas medicinales existentes en su orilla.
En esta ladera se construyeron a lo largo del siglo I d.C. el
anfiteatro de la ciudad, el Templo de Isis, (de acuerdo al mandato expreso de
Augusto), y el Templo de Venus.
Estos tres edificios, generaban una gran actividad y afluencia de
visitas, sus características y cultos hacían de esta zona de la ciudad la más
atractiva para el ocio de los habitantes de todo el convento. Asociados a ellos
existían bodegas y prostíbulos que configuraban el lugar como el más concurrido
de toda la urbe. La ciudad modifica su pomerio en esta época para dar cabida a
todas las nuevas edificaciones. Fue la primera modificación de suelo producida
en la ciudad.
En la zona más al norte de esta fachada se encontraba la necrópolis
utilizada de este periodo.
BAJO IMPERIO 284 d.C. - 459 d.C.
Maximiano Honorio era consciente que la situación en Lucus Augusti en
el año 347 d.C. empeoraba cada día, las tensiones que existían dentro de la
curia reflejaban el sentir de los ciudadanos de la urbe.
Lejos quedaban los días en que Lucus Augusti celebraba sus concurridos
mercados, hacía más de ochenta años que se habían cerrado las explotaciones mineras
de Asturica, por lo tanto las necesidades de abastecimiento de aquella región
habían desaparecido y por ese motivo los ingresos de las familias oligarcas de
la ciudad habían disminuido considerablemente.
Maximiano Honorio había escuchado de su padre el relato de cómo la
curia aprobó el proyecto de construcción de una muralla nueva para la ciudad,
sesenta años antes, y como las tensiones, que en el principio del proceso se
produjeron dentro la curia, tuvieron que ser superadas con negociaciones y sobornos
a cada uno de los decurianos que inicialmente se opuso.
Sus argumentos sobre el debilitamiento que Roma estaba sufriendo en
las provincias debido a las intrigas en la metrópoli y la evidencia de que las
minas de Asturica, así como las industrias metalúrgicas del norte, no volverían
a tener la producción de tiempos anteriores, diezmando el comercio de la
ciudad, hacía necesario tomar medidas drásticas. Los campesinos que hasta la
fecha trabajaban los campos, en explotaciones dirigidas por los terratenientes,
tuvieron que trasladarse a los barrios pobres de la ciudad, generando problemas
sociales.
En el año 278, la noticia de las sublevaciones campesinas en Roma
había corrido por todas las ciudades del imperio, generando miedo e
incertidumbre en las clases dirigentes, los relatos de violaciones, saqueos y
asesinatos eran descritos cada tarde en las termas por los recién llegados.
Cada día era más fuerte la idea, entre algunos decuriones del
gobierno, de una ciudad independiente de Roma, con mecanismos defensivos
contundentes que permitiera defenderse de atacantes con intención de saquear
las riquezas existentes. Además, cada vez era mayor la sangría vía impuestos
que Roma exigía para luego dilapidarlos en festejos y corrupción. Era necesario
que los gobernantes de Lucus Augusti afrontaran de una vez una solución que
permitiese mirar al futuro con garantías e independencia.
Su proyecto, realizado por un ingeniero militar que había estudiado
las murallas de Roma, exigía una gran inversión en materiales y mano de obra.
La muralla sería en mampostería de laja de pizarra y bloques de granito, de
planta en forma rectangular, con una longitud de 1.430 pasos y una anchura de
15 pies, con 85 torres de dos pisos y modificaría la estructura original de la
ciudad proyectada por sus fundadores.
La ciudad original, abierta a los caminos, sería transformada por una
nueva tras una cerca de pizarra, fuera quedaron los barrios conflictivos, donde
habitaba la población sin recursos, y quedarían limitadas las entradas a cinco
puertas para carruajes en los caminos principales.
La construcción de la muralla de Lucus Augusti significó, en los años
que duró su construcción, un gran esfuerzo de recursos para las familias
dirigentes, habían decidido una construcción que evidenciase su poder, su
riqueza, en definitiva su identificación frente a las ciudades vecinas, pero
tal megalomanía, excesiva y costosa, no podía resolver las carencias que la
ciudad tenía.
Maximiano Honorio comprobaba como la muralla orgullo de sus creadores
no era suficiente para detener el descontento de una población falta de trabajo
y alimento, que miraba con odio a sus gobernantes. La ciudad, cerrada en sí,
dejó de ser un foro abierto, lugar de comercio, y poco a poco su muralla fue
convirtiéndose en objeto material del poder a derribar.
En el año 459, los suevos, comandando a los descontentos, asaltaron la
ciudad dando muerte a su gobernador.
Lucus Augusti dejo de ser romana.
FORO
El foro de Lucus Augusti
ocupaba el centro geométrico de la ciudad donde de manera exacta, pero
intangible, se cruzaban las trazas iniciales del decumanus y el cardo máximo.
Solo se han podido encontrar evidencias visibles gracias a las excavaciones
arqueológicas recientes llevadas a cabo en las actuales calles Reina, San
Pedro, Progreso, y Plaza de Santo Domingo, estas cuatro calles marcan, y no de
manera exacta en el caso de la calle Progreso, el perímetro que ocupaba el
conjunto monumental. Las investigaciones aun en curso darán con el tiempo
nuevas interpretaciones.
Esta zona así delimitada es
la parte más alta de la colina donde se asienta la ciudad, y desde ella se
desarrollan las dos pendientes que la forman, hacía el este desde la calle
Progreso y hacía el oeste desde la calle Reina. El área foral ocupaba un
rectángulo de aproximadamente 168 por 108 metros en sus lados y al centro de
estos llegaban el decumanus y cardo máximo respectivamente.
El foro de Lucus Augusti
sigue el esquema arquitectónico descrito por Vitruvio y que fue modelo en el
período de Augusto, un gran espacio abierto de forma rectangular rodeado de un
pórtico que delimita sus fachadas interiores.
El foro de Lucus Augusti estaba diferenciado en dos espacios
enlosados, a norte y sur del decumanus máximo y delimitados por los edificios
de la Curia y la Basílica que se encontraban en su centro. Al sur, el espacio
sagrado principal de la ciudad, donde se alcanzaba el punto de mayor altitud y
donde se encontraba el templo de la Tríada Capitolina o Capitolio. Y al norte
el espacio cívico público donde se producía la vida política y las asambleas de
la urbe.
1-Foro - 2-Ara Capitolina - 3-Capitolio -
4-Curia
5-Basílica - 6-Tabernae - 7-Decumanus - 8-Cardo
5-Basílica - 6-Tabernae - 7-Decumanus - 8-Cardo
El foro en sus fachadas exteriores tenía pequeños habitáculos o tiendas (tabernae), en lo que son las calles Reina y Progreso actuales, habilitando al igual que hoy en día una actividad comercial permanente.
Las entradas al foro se producían a través del decumanus máximo
que accedía a los frentes de la Curia y la Basílica y a través de estas a la
zona sagrada donde se encontraba la escalinata del Capitolio. También por el
sur, desde el cardo máximo y a través de dos puertas monumentales, se podía
tener acceso al área del templo Capitolino.
Este espacio sagrado era un ámbito recogido a la manera de un
claustro, seguramente así era posible preservarlo de las grandes afluencias de
visitantes exteriores de la ciudad en los momentos importantes del culto.
En la parte norte, existía una plaza enlosada en una cota inferior
a la del Capitolio, y en la que se abrían diferentes dependencias públicas,
como archivos y anexos a la Basílica y la Curia. Seguramente en este lugar y en
gradas existentes al aire libre se discutían públicamente algunos aspectos del
gobierno además de exponerse los edictos oficiales en las paredes exteriores.
DOMUS
La domus de Dr. Castro se organizaba en torno a un espacio
central, "el atrium". Desde la actual calle Gustavo Freire que
coincide aproximadamente con el "decumanus máximo" se accedía al
atrio a través de un vestíbulo. El vestíbulo era una sala abierta a la calle,
situada antes de la puerta propiamente dicha de la casa y donde los visitantes
esperaban a ser recibidos por el señor de la casa. Las diferentes habitaciones
y salas domésticas se abrían hacia el atrio y no tenían ventanas al exterior.
Este espacio principal de la domus del gobernador se encontraba en el lugar que
ocupó en los últimos años el salón azul de la antigua cafetería Monterrey y
figura dibujado en la mejor cartografía del siglo XIX.
En la parte posterior de la casa, bajo el actual edifico Cortes, aún
se puede ver el lugar donde existía un pequeño jardín rodeado de un peristilo,
y al que se abrían las dependencias más importantes de la casa. Estas
habitaciones ventilaban a través del jardín privado y poseían un sistema de
calefacción en el suelo (hipocausto) que las hacía más acogedoras para sus
moradores.
Las domus principales estaban emplazadas en las calles más
importantes de la ciudad, por ello existían en sus fachadas unas habitaciones
abiertas a la calle que se alquilaban a comerciantes o artesanos para que
instalaran sus negocios, o incluso como vivienda para la gente más pobre. La
domus de la calle Dr. Castro vista desde fuera daba una pobre impresión. Apenas
tenía ventanas, pues la luz y el aire entraban por el atrio o por el jardín del
peristilo. La domus principal de Lucus Augusti guardaba su tesoro en su
interior, en el centro geométrico de la edificación se encontraba la sala
principal a la que solo podían acceder a participar los invitados por el dueño
de la casa.
Los romanos pavimentaban el suelo de las salas principales de sus
viviendas y de algunos edificios públicos con mosaicos. Los más espectaculares
y suntuosos son los realizados con la técnica conocida como "opus
tessellatum", hechos con pequeñas piezas de mármol de diferentes colores,
que forman en el suelo composiciones pictóricas. Para su realización era
necesario dominar una cuidada técnica y por ello la intervención de un grupo de
artesanos especializados que eran llamados de toda Hispania para realizar los
mejores trabajos.
Los especialistas que los han visitado han determinado que los
mosaicos de la domus pueden pertenecer a los realizados por un equipo que
trabajaba en la península en el siglo III de nuestra era y que realizaron los
mejores trabajos que hoy conocemos, existen villas romanas en Palencia que
poseen trabajos que pertenecen con toda probabilidad a los mismos artesanos y
que están catalogados en la cúspide de los realizados en esa época.
Los mosaicos que pertenecían a la gran domus de Lucus Augusti son
diferentes por dos motivos, primero por donde se encuentran, es decir, por el
tipo de arquitectura que revisten en su suelo. Y segundo por sus motivos
pictóricos de altísimo significado simbólico.
Los mosaicos de Batitales, conocidos así porque ese era el nombre
de la calle Dr. Castro en el siglo XIX, y por la información que hasta ahora
han podido recavar los arqueólogos, revisten el pavimento de dos habitaciones
diferentes, la primera, que es visible desde la ventana que existe en la
zapatería Cortes, era el vestíbulo previo de entrada a la sala principal.
Se accedía a él desde un corredor que provenía de las zonas comunes de la domus, tenía forma rectangular y sus dimensiones eran de diez metros y medio por cuatro metros y medio, la habitación con pinturas en sus paredes tenía en su pavimento central el dibujo de unas figuras, hoy desconocidas, montadas sobre dos caballos, y a ambos lados de esta, dibujos geométricos compuestos por círculos que en su interior tienen el nudo de Salomón y cuadrados que en su interior tienen una doble svástica, y entre ambas figuras geométricas corazones entrelazaban el conjunto. El simbolismo que este mosaico representa tiene relación con la protección solicitada a los dioses del cielo para los ocupantes de la sala principal a la que el vestíbulo daba paso.
PLANTA DE LA SALA BATITALES - CALLE DR. CASTRO
El vestíbulo de dibujos geométricos que se encuentra en el sótano
de la zapatería Cortés daba paso en su extremo derecho al jardín interior de la
casa, pero en su frente tenía tres entradas a una sala de planta cuadrada que
ocupaba el punto central de toda la domus y que en parte está actualmente a la
vista en la calle. Esta sala era la pieza principal de todo el edificio y a
ella solo podían entrar las personas autorizadas a las ceremonias que allí se
celebraban.
Los mosaicos no han podido ser rescatados en su totalidad, solo se
conocen pequeños fragmentos del conjunto, en el siglo XIX se levantó la parte
central de acceso a la sala por la puerta central del vestíbulo, la figura del
mosaico era la del dios Neptuno, representado entre delfines y otros habitantes
del fondo marino. Neptuno dios del mar también ejerce su influencia sobre los
lagos y las aguas corrientes. Era uno de los dioses principales del panteón
romano y su influencia divina actuaba sobre uno de los cuatro elementos
principales del universo, el agua.
Entre diversos dibujos geométricos que recuerdan constelaciones y
estrellas, y todas ellas salvaguardadas por nudos de Salomón con un claro
mensaje simbólico, "lo de abajo es como lo de arriba y lo de arriba como
lo de abajo", aparecen dos pequeñas figuras de animales que permiten
comprender mejor el sentido del conjunto.
Un león y un toro fueron rescatados en la excavación de la calle,
ambos pertenecen a uno de los mosaicos existentes bajo la cúpula, pero el resto
que les acompaña se ha perdido para siempre. Hoy todos podemos reconocer al
signo de Leo y de Tauro, dos de las constelaciones zodiacales presentes en el
universo y que con su presencia en el mosaico, bajo la cúpula, reafirman el
sentido de la sala de Batitales.
La arquitectura de la sala, los dibujos y figuras de sus pavimentos hacen
referencia directa a un simbolismo que en Roma se relacionaba con el dios
principal del panteón romano, con Jano Quirino. Este dios tenía desde los
tiempos de Numa, un templo dedicado en el foro romano, la arquitectura de este
templo principal tenía la misma forma cuadrada que la sala Batitales y en su
interior guardaba mosaicos con motivos similares a los encontrados en Lugo.
Jano Quirino velaba por los habitantes de las ciudades, por los
ciudadanos, su culto tenía que ver con la paz y el equilibrio universal, según
el escritor Ovidio, Jano Quirino tenía como misión la vigilancia del eje del
mundo, quiere esto decir que de una manera muy amplia este dios romano, de
origen etrusco, se encargaba de la correcta marcha de las cosas, en el cielo y
la tierra, entre los dioses y los hombres, y las ciudades, como lugares de
unión entre los unos y los otros, dependían directamente de él.
Esa sala se encontraba en el centro de la domus principal de la
ciudad, en esa casa habitaba el dirigente de más responsabilidad en el gobierno
de Lucus Augusti y a él estaba encomendada la toma de decisiones que afectaban
a la vida de los ciudadanos de la urbe, por ello esa sala era el lugar en que
se invocaba a Jano Quirino y a su divina influencia para la correcta toma de
decisiones. No debemos olvidar que Lucus Augusti como ciudad templo de Augusto
tenía una influencia capital en la vida de los habitantes de la Galaecia, y
desde este centro espiritual debían de emanarse las benefactoras influencias de
la ciudad sagrada.
Es muy significativo comprobar que el trazado de la calle Dr. Castro parte desde la puerta sur de la domus, en la actual Plaza Mayor y se dirige a la entrada principal de la sala Batitales. Se acaba de comprobar con las recientes excavaciones arqueológicas que el trazado de la calle se superpone sobre diferentes habitaciones y muros romanos hasta alcanzar la sala. Podemos avanzar la hipótesis que al asaltar la ciudad los suevos en el año 460, y al asesinar a su gobernador, completaron su ataque destruyendo el lugar donde este y sus antecesores recibieron el conocimiento para el buen gobierno de Lucus Augusti. La sala Batitales fue profanada y su arquitectura demolida, y bajo sus escombros quedaron ocultos los mosaicos que revestían de simbolismo el lugar.
ANFITEATRO
De tamaño reducido para su tipología, tenía una capacidad para
aproximadamente 2.800 espectadores, de acuerdo con el número de habitantes de
la ciudad de Lucus Augusti.
Posee unas dimensiones exteriores de 234 x 216 pies, (69.26 x
63.93 m.) en ambos ejes, que son múltiplos de las dimensiones 13 y 12 que
componen la escuadra pitagórica que rige la geometría de la ciudad y sus
edificios.
El anfiteatro está situado en el exterior de la urbe, en la
fachada O.SO. en el camino de acceso a la puerta principal de la ciudad, que
desde el decumanus máximo comunicaba directamente con la vía proveniente de
Braccara Augusta, el río Miño y las termas medicinales existentes en su orilla.
En esta ladera se construyeron a lo largo del siglo I d.C. además del
anfiteatro, la palestra de los gladiadores, el templo de Isis, (de acuerdo al
mandato expreso de Augusto), y el templo de Venus.
El eje principal del anfiteatro, que lo es también de la palestra,
nace geométricamente en el centro de la puerta del templo de Isis y termina en
la puerta del templo de Venus. Esta geometría urbana explica la estudiada
relación de los edificios en esta zona. Este eje principal sigue la dirección
marcada por la escuadra pitagórica que rige la ciudad.
Estos cuatro edificios, generaban una gran actividad y afluencia
de visitas, sus características y cultos hacían de esta zona de la ciudad la
más atractiva para el ocio de los habitantes de todo el convento. Asociados a
ellos existían bodegas y prostíbulos que configuraban el lugar como el más
concurrido de toda la urbe.
La orientación y el emplazamiento son apropiados de acuerdo al
urbanismo romano. (Similar emplazamiento respecto a la ciudad del anfiteatro de
Ampurias e Itálica).
Se sitúa en un terreno en pendiente, con el emplazamiento cercano
a la puerta principal de la ciudad. En el momento de su construcción, primeros
años del siglo I d.C. la cercanía del anfiteatro no era un problema militar o
de seguridad porque el territorio estaba en paz. Se aprovecha el terreno en
pendiente situando la arena a mitad de cota, en la parte inferior se construyen
muros de carga para soportar las gradas, y en la superior, estas se desarrollan
sobre el terreno en pendiente.
Los muros existentes en la actualidad poseen una disposición axial
y apropiada al uso como anfiteatro. Los muros existentes presentan a simple
vista una clara forma elíptica y radial, que a través de un análisis formal
determinan la forma de un posible anfiteatro de planta casi circular.
Los muros existentes en la actualidad (espesor 60 cm, 2 pies) Son
muros de carga y pueden soportar un edificio de hasta tres plantas.
Los muros existentes han sido modificados a lo largo del tiempo y
poseen en la actualidad diferentes fábricas y aparejos, lo que permite pensar
del mantenimiento en el tiempo de las cimentaciones ocultas por el terreno.
Las características de los sillares de granito existentes en los
cubos de la puerta Miñá y Santiago, de mayor tamaño a ningún otro de la
muralla, con una curvatura superior a la adecuada para su uso en las torres y
por poseer en sus caras diferentes marcas, huellas, encajes y formas de
cantería, hacen pensar la hipótesis de que se reutilizaron del anfiteatro, ya
en desuso, en el momento de construcción de la muralla 300 años después.
Las prospecciones realizadas por los arqueólogos municipales en
años anteriores determinan según sus informes la existencia de muros y
pavimentos datados en el siglo I. (Coincidente con la fecha de la hipótesis) en
el lugar señalado por el estudio del emplazamiento del anfiteatro. (Carreño y
González, Lucensia nº 16 - 20).
La trayectoria de la cloaca del siglo IV encontrada por los
arqueólogos municipales en el lugar, (Carreño y González, Lucensia nº 16 - 20)
coincide con la dirección de la cloaca general que el anfiteatro debería de
poseer para el desagüe del propio edificio. (Los especialistas señalan que
estos edificios poseen por sus características una gran cloaca de evacuación de
las aguas de lluvia). La hipótesis señala la posible conexión de la cloaca
encontrada con la más antigua del anfiteatro.
Las ruinas del anfiteatro son dibujadas por Coello en un plano de
la ciudad de Lugo a mediados del siglo XIX.
Los especialistas en anfiteatros señalan que el espacio de la
arena suele mantenerse sin edificar en la gran mayoría de los casos ya
estudiados a lo largo del tiempo. Existen algunos anfiteatros urbanos que en
los siglos XIX y XX se han utilizado como corral de animales en espera de su
paso por un matadero adyacente. Situación que se produjo según testimonios en
la ciudad de Lugo con el emplazamiento señalado en la hipótesis.
PALESTRA
El edificio estaba destinado como residencia de los gladiadores
que realizaban la exhibición de combates en el anfiteatro colindante.
De planta perfectamente cuadrada, posee unas dimensiones
exteriores de 120 pies, (35,52 m.) en ambos lados, que es múltiplo 12, cifra
que rige la geometría de la ciudad y sus edificios. Su orientación respecto al
norte, sigue la marcada por la escuadra pitagórica común a toda la ciudad.
La palestra está situada en el exterior de la urbe, en la fachada
O.SO. en el camino de acceso a la puerta principal de la ciudad, que desde el
decumanus máximo comunicaba directamente con la vía proveniente de Braccara
Augusta, el río Miño y las termas medicinales existentes en su orilla. En esta
ladera se construyeron a lo largo del siglo I d.C. además del anfiteatro, la
palestra de los gladiadores, el templo de Isis, (de acuerdo al mandato expreso
de Augusto), y el templo de Venus.
Templo de Cibeles
A 14 Km. de la ciudad y en el camino que se dirigía a Bracara Augusta,
se encuentra el santuario de Cibeles/Rhea (Santa Eulalia de Bóveda). El
edifico, de principios del siglo III, tenía según establecía el rito dos
plantas, aunque en la actualidad solo se conserva la inferior o cripta que se
encuentra casi en su forma original salvo la parte central de la bóveda que se
perdió cuando se demolió la antigua capilla cristiana que ocupó el piso
superior donde originalmente se sacrificaba el animal sagrado. Del piso
superior solo permanece como vestigio parte del muro que inicia la bóveda de
cubierta en ladrillos cerámicos.
La cripta, de planta perfectamente cuadrada, tiene una longitud
exterior de 12 metros de lado. Su estructura posee dos muros perimetrales, el
exterior que realiza la función de contención de las tierras que la rodean en
tres de sus caras, y otro interior que soporta la bóveda de la sala central.
La cripta tiene una sola fachada al exterior; ésta posee un
pequeño atrio que da acceso a la puerta de entrada del recinto inferior.
La fachada, además de la puerta de entrada en arco de herradura,
posee dos pequeñas ventanas que iluminan la sala interior en la que se
encuentra en el centro un estanque de planta rectangular de poca profundidad en
la que se situaba el sacerdote o devoto que iba a ser bautizado en el ritual.
Esta estancia posee una bóveda de ladrillos cerámicos que era
soportada por dos pórticos de tres arcos apoyados en dos columnas de mármol.
Este lugar se encontraba abierto en la parte central para que la sangre del
animal sacrificado en el piso superior permitiese el bautismo del devoto. La
parte central de la bóveda así como los arcos laterales se perdieron. Toda la
bóveda se encuentra decorada por pinturas sobre estuco en varios colores que
representan aves diversas.
En ambos laterales de la sala existen dos pequeñas hornacinas o cella en las que se depositaba el "kernos", especie de crátera de barro, susceptible de ser coronada de luces en los momentos solemnes de la ofrenda y destinada a contener los "vires" u órganos sexuales del devoto en los casos más dramáticos, o los del animal sacrificado (toro o carnero) la mayoría de las veces.
En ambos laterales de la sala existen dos pequeñas hornacinas o cella en las que se depositaba el "kernos", especie de crátera de barro, susceptible de ser coronada de luces en los momentos solemnes de la ofrenda y destinada a contener los "vires" u órganos sexuales del devoto en los casos más dramáticos, o los del animal sacrificado (toro o carnero) la mayoría de las veces.
En la parte central posterior existe un arco de medio punto que
permite el acceso a un corredor perimetral de toda la cripta y en el que
existía una escalera por la que descendía el sacerdote con el
"kernos" en el momento del sacrificio. Este corredor, que posee
ventilación en la fachada en sus dos extremos, alojaba las aves sagradas que
realizaban sus cantos proféticos de manera oculta a los devotos.
ESCULTURAS Y RELIEVES
ESCULTURAS Y RELIEVES
El edificio posee varias piezas escultóricas y ornamentales que
hacen referencia directa a la diosa titular del santuario, así como al rito que
se practicaba.
En la fachada exterior de la cripta, en sus sillares de granito y emplazados de manera simétrica a ambos lados del pequeño atrio de entrada existen seis relieves en la piedra que representan las mismas figuras en ambos lados.
En la fachada exterior de la cripta, en sus sillares de granito y emplazados de manera simétrica a ambos lados del pequeño atrio de entrada existen seis relieves en la piedra que representan las mismas figuras en ambos lados.
En la parte superior el relieve representa la danza de los gallus, con todas
sus galas e instrumentos, que se hacía según el rito en grupos de cinco. En el
relieve intermedio, a la altura de los ojos y en ambos lados, la representación
del archigallus engalanado o sumo sacerdote del rito de Cibeles, y en la parte
inferior de estos, un león, guardián de los santuarios de la diosa.
León de Cibeles
En el pequeño atrio de entrada, y ocultos a la directa mirada desde el exterior existen otros relieves más sorprendentes, a la izquierda y derecha dos aves zancudas similares a una avestruz. Una de ellas, la más oculta a la vista, se encuentra encaramada a una piedra sobre una esbelta columna. Ambas imágenes hacen referencia a Rhea la diosa Griega, que era representada por un avestruz, el ave conocida de mayor tamaño en la antigüedad.
No es casual que estas aves reciban en la actualidad el nombre
científico en su orden (rheiformes), familia (rheidae) y especie (rhea).
Además a la derecha existe otro pequeño relieve que muestra dos
figuras lisiadas en pierna y brazo respectivamente. Se cree que eran los
discapacitados uno de los grupos sociales más devotos de la diosa.
No deja de ser sorprendente también la existencia de otro relieve
en granito procedente del edifico superior que representa una astro y su luna.
Rhea, esposa de Saturno, es el nombre que recibe la luna de mayor tamaño del
planeta del mismo nombre descubierta en el siglo XVII. Saturno como dios astro
ya era conocido en la antigüedad, y su esposa Cibeles/Rhea era representada
como diosa luna.
En el fondo y presidiendo la ceremonia se encuentra como objeto de
culto la "Piedra Negra", considerada de origen celeste y tenida como
epifanía de la diosa Kybéle, con la inscripción PRO SA(lute).
Recuperadas de la demolición de la parte superior del santuario
existen expuestas en el pequeño museo cercano tres ménsulas de cantería de
granito que representan un león, un tunpanón (tambor) y una tercera que
recuerda un manojo de violetas (flor de cibeles). Las tres son claros elementos
de la iconografía que acompaña a la diosa.
PINTURAS
SECCION
SANTUARIO DE BOVEDA
En el interior de la cripta existe en su bóveda un maravilloso
conjunto mural, que representa las sibilas en forma de aves. El conjunto posee
perdices, faisanes, gallináceas, pavos reales, palomas, un ganso y un pato,
todos ellos entre motivos vegetales estilizados que representan el árbol
sagrado de Atis, el pino y su fruto. La representación pictórica hace
referencia directa a la relación que las aves y sus cantos tenían con el
santuario y su funcionamiento como oráculo.
Las aves vivas permanecían ocultas a la vista de los devotos y sus cantos proféticos resonaban sobre las pinturas de la bóveda en el interior de la cripta.
Las aves vivas permanecían ocultas a la vista de los devotos y sus cantos proféticos resonaban sobre las pinturas de la bóveda en el interior de la cripta.
ORACULO DE JUPITER-AMMON
El agua de una fuente, manaba de manera natural en el lugar a
través de la máscara de la esfinge, guardián de los lugares sagrados del dios
Ammón en la antigüedad, el agua se embalsaba en la piscina que tenía en su
interior un fondo de cornamentas de carnero. El agua al rebosar salía por la
máscara de Ammón y de nuevo se reintroducía en el interior de la piscina para
mantener sus propiedades.
A través de un conducto oculto, el agua del interior caía de
manera suave sobre la bandeja sagrada de granito situada en una pequeña cripta
bajo la piscina.
En Lucus Augusti para consultar al oráculo se procedía de la siguiente
forma:
Los habitantes de Lucus Augusti interesados en conocer su futuro, se acercaban al oráculo de Júpiter-Ammón en las noches de luna llena, y recibido el permiso del adivino arrojaban un objeto personal dentro de la piscina sagrada.
El adivino, una vez que el objeto estaba en el interior del agua, interpretaba el futuro a través de los reflejos e imágenes que se producían en el agua que caía sobre la bandeja de piedra. Esta visión se realizaba de manera oculta al peticionario en la pequeña cripta inferior, donde el adivino entraba en trance gracias a los efluvios del amoniaco producido en la piscina.
Los habitantes de Lucus Augusti interesados en conocer su futuro, se acercaban al oráculo de Júpiter-Ammón en las noches de luna llena, y recibido el permiso del adivino arrojaban un objeto personal dentro de la piscina sagrada.
El adivino, una vez que el objeto estaba en el interior del agua, interpretaba el futuro a través de los reflejos e imágenes que se producían en el agua que caía sobre la bandeja de piedra. Esta visión se realizaba de manera oculta al peticionario en la pequeña cripta inferior, donde el adivino entraba en trance gracias a los efluvios del amoniaco producido en la piscina.
El fuerte olor a amoniaco envolvía todo el lugar, dando un halo
trascendente al oráculo.
En la antigüedad, en el interior de las piscinas de Júpiter Ammon
se producían, por destilación de las cornamentas de carnero que se depositaban
en su interior, las sales amoniacales, (sales de Ammón), que eran la única
profilaxis conocida para luchar contra la peste.
Los sacerdotes de Ammón tenían además de poderes adivinatorios,
conocimientos de medicina que les revestían de un carácter doblemente
trascendente.
"El Oráculo de Amón - el Cuerno de Amón- de ilustre crédito y
verdad; y la fuente que llaman del Sol. La fuente a media noche está hirviendo
y luego, entibiándose poco a poco, viene con el día a quedar fría. Después,
como el Sol va subiendo, así se va enfriando más, y así cuando llega el
mediodía es cuando queda en su mayor frialdad. Desde allí torna poco a poco a
entibiarse hasta que vuelve a hervir cuando la noche es ya mediada."
Pomponio Mela, geógrafo del siglo I d.C.
La fuente del Sol, al igual que la de Lucus Augusti, poseía agua
amoniacada, el amoniaco se evapora a -20º y condensa a 40º, por lo tanto en la
noche, con bajas temperaturas y cuando era visitada por los fieles, parecía
hervir y durante el día con más calor, permanecía en tranquilidad.
El yacimiento de Lucus Augusti es similar a la "Fuente del
Sol" que Pomponio Mela describe en su tratado.
Campo de Marte
En Lucus Augusti el Campo de Marte se encontraba en la fachada
N.NO. de la ciudad, estaba formado por dos explanadas de igual tamaño de 132
por 143 metros de lado aproximadamente cada una, proporciones contenidas en la
escuadra pitagórica generadora de la trama urbana. El espacio consagrado al dios
de la guerra ocupaba el espacio comprendido entre las actuales calles
Mondoñedo, Tuy, Coruña y Concepción Arenal. Entre ellas cruzaba el camino que
procedía desde el norte y que es conocido hoy en día como Camiño Real,
(anterior 18 de Julio).
Desde la ciudad se alcanzaba el Campo de Marte por una de las puertas norte,
estaba situada en donde hoy existe la que recibe el nombre de puerta de la Rua
Nueva, y que en el siglo XIX sustituyo la original de la muralla bajo imperial
del siglo III.
En ese lugar existía una de las doce puertas de la ciudad alto imperial del siglo I de las que se han encontrado evidencias arqueológicas en recientes excavaciones. La puerta es sin duda propietaria del nombre de Puerta de Marte. En el siglo XIX, cuando se demolió la puerta original de la muralla bajo imperial para abrir la actual, se rescató un relieve en el que figura una imagen del dios Marte. Existen monedas y otros relieves del imperio con representaciones exactamente iguales al relieve que hoy se expone en el Museo Provincial de Lugo.
En ese lugar existía una de las doce puertas de la ciudad alto imperial del siglo I de las que se han encontrado evidencias arqueológicas en recientes excavaciones. La puerta es sin duda propietaria del nombre de Puerta de Marte. En el siglo XIX, cuando se demolió la puerta original de la muralla bajo imperial para abrir la actual, se rescató un relieve en el que figura una imagen del dios Marte. Existen monedas y otros relieves del imperio con representaciones exactamente iguales al relieve que hoy se expone en el Museo Provincial de Lugo.
Por otra parte, igual que comentamos en otros capítulos de la
tesis, la gran fortuna de contar con un grabado realizado a escala en 1861 por
el ingeniero Coello de Portugal nos permite comprobar la existencia en el siglo
XIX de una estructura que aún conservaba la forma original del Campo de Marte
del siglo I.
Además se constata la existencia del templo de planta a la
toscana, y los diferentes caminos que se dirigían tanto a la explanada como al
edificio. Esa edificación señalada por el autor de la cartografía determina una
forma de construcción para el culto aun visible en siglo XIX pero del que se
carece de referencia cristiana en los archivos episcopales.
Muralla
La muralla romana de Lugo rodea el casco histórico de la antigua
ciudad romana de Lucus Augusti, fundada por Paulo Fabio Máximo en nombre del
emperador Augusto en el año 14-15 antes de Cristo con la finalidad de
anexionar, definitivamente, el noroeste de la península Ibérica al Imperio
Romano. En época bajo imperial y ante la presión que ejercían los pueblos
bárbaros en el limes, con continuas invasiones y debastaciones de otras
ciudades, se planifica y construye en Lucus Augusti una muralla defensiva cuya
construcción se realiza hacia finales del siglo III dc y que perdurará hasta
nuestros días con escasas reformas. La muralla, con una longitud de más de 2 km, delimita el casco
histórico de la urbe y ha pasado de ser un obstáculo para su evolución y
crecimiento a ser un monumento integrado en la estructura urbana y fuente de
riqueza turística.
Construida como separación y defensa se ha transformado en un elemento integrador entre la antigua Lucus y la que se ha desarrollado a su alrededor. Sus diez puertas realizan la función de unir una parte de la ciudad con la otra y su paseo de ronda adarve, se ha tornado en una calle más que es recorrida por los viandantes autóctonos y visitantes.
Construida como separación y defensa se ha transformado en un elemento integrador entre la antigua Lucus y la que se ha desarrollado a su alrededor. Sus diez puertas realizan la función de unir una parte de la ciudad con la otra y su paseo de ronda adarve, se ha tornado en una calle más que es recorrida por los viandantes autóctonos y visitantes.
Descripción
La muralla de la antigua Lucus Augusti es la mejor conservada de las murallas que el Imperio Romano construyó en su vasto territorio. Las modificaciones que ha sufrido a lo largo de sus más de 17 siglos de existencia no han llegado a modificar, sustancialmente, su aspecto original que sigue las directrices del ingeniero romano Vitrubio.
La muralla de la antigua Lucus Augusti es la mejor conservada de las murallas que el Imperio Romano construyó en su vasto territorio. Las modificaciones que ha sufrido a lo largo de sus más de 17 siglos de existencia no han llegado a modificar, sustancialmente, su aspecto original que sigue las directrices del ingeniero romano Vitrubio.
Dimensiones
El conjunto defensivo tiene una longitud de más de 2km, exactamente 2.117 m, aunque hay divergencias en la medida, y abarca una extensión de 34,4 Ha. La anchura de los muros es de 4,20 m alcanzando los 7 m en algunos tramos.
La muralla mantiene una serie de torres defensivas entre las cuales
se levantan los lienzos de la misma. La distancia entre torres varía entre los
8,80 y 9,80 metros hasta los 15,90 y 16,40 metros con una altura entre los 8 y
los 12 metros por la parte exterior. Hay constancia de que había 85 torres, de
las 75 que se conservan, 64 presenta planta semicircular original o modificada,
8 la tienen trapezoidal por seccionamiento longitudinal en diferente épocas y 3
en cuarto de círculo por seccionado transversal.
Las torres tienen unas dimensiones de 5,35 metros hasta 12,80
metros en el hueco o segmento, y de 4,80 hasta 6 metros, en la flecha. Una de
las torres, la más famosa y conocida como de "A Mosquera", tiene
ventanales de medio punto de 1,15 m de ancho y de 1,43 m de alto (alguno llega
a los 1,53m).
Trazado
El trazado de las construcción defensiva está envuelto en el misterio, todavía nadie acierta a entender por qué dejó fuera importantes núcleos residenciales de la antigua ciudad a la vez que protegía zonas deshabitadas.
El trazado de las construcción defensiva está envuelto en el misterio, todavía nadie acierta a entender por qué dejó fuera importantes núcleos residenciales de la antigua ciudad a la vez que protegía zonas deshabitadas.
Se extiende por una orografía irregular, más alto al noroeste y en
descenso hacia el sudeste. La forma es cuadrangular, con vértices suavizados.
Materiales
Los materiales de la que está construida la muralla son, principalmente, el granito, para los remates de las puertas y ángulos de refuerzo de las torres y las lajas de pizarra, que constituye la exterior de los muros. El interior está relleno de un mortero compuesto de tierra, piedras y guijarros cementados con agua. Todos los materiales son abundantes en la zona.
Los materiales de la que está construida la muralla son, principalmente, el granito, para los remates de las puertas y ángulos de refuerzo de las torres y las lajas de pizarra, que constituye la exterior de los muros. El interior está relleno de un mortero compuesto de tierra, piedras y guijarros cementados con agua. Todos los materiales son abundantes en la zona.
De las 85 torres originales de conservan 75. Debieron estar
coronados por torres de dos pisos que tenían ventanales, como atestigua la
torre llamada de "A Mosquera" en la que todavía permanecen 2 de esos
ventanales. La disposición de las torres evita la existencia de ángulos muertos
Las cortinas (tramo de muro que se extiende entre dos torres) tienen una
longitud de entre 6,30 m. y 13,50 m.
Los restos de la torre llamada "A Mosquera" hacen
suponer que cada una de las torres, o cubos, tenía en origen una estructura
superior que contaba, al menos, con dos pisos. Estos pisos tenían grandes
ventanales donde se estima que servirían a los legionarios para defender la
ciudad apostando en ellas diversos tipos de armas.
Puertas
La muralla disponía de cinco puertas de acceso que correspondían a las vías principales del trazado urbano. Entre 1853 y 1921 de abrieron otras cinco debido al crecimiento extramuros de la ciudad, de las diez puertas existentes, seis son peatonales y cuatro permiten el tráfico rodado.
La muralla disponía de cinco puertas de acceso que correspondían a las vías principales del trazado urbano. Entre 1853 y 1921 de abrieron otras cinco debido al crecimiento extramuros de la ciudad, de las diez puertas existentes, seis son peatonales y cuatro permiten el tráfico rodado.
En la época romana habia cinco puertas que coinciden con las
actuales de Porta Miñá, Porta Falsa, Porta de San Pedro, Porta Nova y Porta de
Santiago. De ellas la Porta Miñá es de factura original, las otras cuatro
recibieron reformas posteriores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario