jueves, 16 de junio de 2011

Capítulo 24 - Provincias romanas: HISPANIA


ARQUEOLOGÍA DE HISPANIA
Organización política de Hispania
La Organización política de Hispania se refiere a la ordenación territorial y local de la política durante el dominio romano sobre la Península Ibérica.
Durante el prolongado periodo de gobierno de Roma en Hispania se produjeron sustanciales cambios en las estructuras de gobierno, así como en las divisiones administrativas del territorio que a continuación se detallarán cronológicamente. 

Divisiones provinciales
Todo el imperio romano estaba dividido en provincias. Dentro de estas provincias, se ejercía el gobierno desde una capital. Las provincias eran gobernadas por un pretor, procónsul o cónsul, dependiendo de la importancia estratégica o la conflictividad de la misma. En el caso de Hispania y a lo largo de su historia, estas estructuras de gobierno se fueron alternando a medida que la conquista del territorio se hacía efectiva y, posteriormente, en función de la adaptación de cada provincia a las costumbres y modos de vida romanos.
Las provincias romanas se dividían a su vez en «conventus» o partidos jurídicos, con sede en las ciudades más significativas de la zona.
División provincial de la República

Primera división de Hispania en dos provincias: Citerior y Ulterior. 

Desde los primeros años de presencia romana en Hispania se establecieron dos provincias: la Citerior (cercana), al norte y este, y la Ulterior (lejana), al sur y al oeste peninsular. Aunque técnicamente dividían la Península Ibérica en dos mitades, en la práctica el dominio romano se centraba en la costa mediterránea, quedando la mayor parte de la Península controlada por los pueblos autóctonos (celtíberos, lusitanos, ilergetes y astures). Entre los años 218 a. C. y 205 a. C. en que los cartagineses fueron definitivamente expulsados del territorio hispánico, el poder político era ejercido desde la capital tarraconense, fundada durante la Segunda Guerra Púnica; y posteriormente, al crearse la primera división territorial entre las provincias Citerior y Ulterior, el centro de gobierno de la última pasaría a ser ejercido desde Corduba (la actual Córdoba). 

El gobierno de Sertorio
Quinto Sertorio, quien junto a los simpatizantes del llamado «partido popular», de corte demócrata, se oponía al gobierno oligárquico de los primeros dictadores como Sila, se estableció en Hispania. Allí crearon de facto un gobierno autónomo de la metrópolis romana, rechazando las incursiones militares que pretendían restaurar el dominio romano durante al menos ocho años. En este tiempo, las instituciones republicanas, ya en franca decadencia en el resto del imperio, fueron mantenidas en el territorio peninsular. La vida de Sertorio acabó finalmente a causa de una conjura por parte de Perpenna, en el 72 a. C. Después de su muerte, Pompeyo derrotó al ejército sertoriano, que ya no estaba comandado por su decisivo comandante asesinado, y por ende, con los vestigios demócratas que aún quedaban del republicanismo romano. 

División provincial de Augusto



División provincial de Augusto. Hispania queda dividida en tres provincias: Tarraconensis, Baetica y Lusitania.

El año 27 a. C., tras la conquista efectiva de la mayor parte de la Península, César Augusto divide Hispania en tres provincias, llamadas Baetica, Lusitania y Tarraconensis.
Mientras las provincias Tarraconensis y Lusitania eran provincias imperiales (lo que le suponía que era el propio emperador quien nombraba a sus gobernadores) debido a su mayor conflictividad, la Bética era una provincia senatorial, al ser menos conflictiva, y era el senado el que nombraba los gobernadores de esta última. Con pocos cambios, sería la división provincial de Augusto la que perduraría durante prácticamente todo el periodo imperial, ya que la siguiente gran división, la de Diocleciano, sucedería menos de cien años antes de la invasión de Hispania por las tribus bárbaras. 

División de Caracalla
Esta fue una división de la Tarraconensis en las llamadas Provincia Hispania Nova Citerior y Asturiae-Calleciae, y duró muy poco tiempo. En el año 238, la provincia Tarraconensis fue reunificada de nuevo hasta ser dividida definitivamente por la posterior reestructuración de Diocleciano en 298. 

División provincial de Diocleciano
División provincial de Diocleciano en 298. 
A finales del siglo III, el imperio romano se desmoronaba, al menos la parte occidental del mismo. Tras las épocas de anarquía y guerras civiles, el emperador Diocleciano comprende que no es posible mantener cohesionado a un imperio de la magnitud del romano, por lo que decide dividirlo por primera vez en dos entidades independientes: el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente. Diocleciano queda a cargo de este último, mientras Maximiano gobernará el primero. Con todo esto, Diocleciano propone en 298 una nueva división administrativa para todo el imperio, lo cual afectará a Hispania en la creación de dos nuevas provincias: la provincia Cartaginensis y la provincia de Gallaecia.
Otro de los efectos de la reorganización diocleciana es la creación de la Diócesis Hispaniarum, dependiente de la Prefectura de las Galias. La provincia de Mauritania Tingitana, en el norte de África, se incluye también en la diócesis.
A finales del siglo IV, las Islas Baleares se desgajaron administrativamente de la Cartaginense para formar una nueva provincia romana, llamada Baleárica. 

La organización política local
En la Hispania romana, cada ciudad y sus habitantes tenían un estatus jurídico diferente: había colonias, municipios y ciudades no romanas.
Para adoptar las instituciones romanas, las ciudades debían recibir antes el estatuto de municipium, lo que permitía a sus ciudadanos notables, tras el ejercicio de alguna magistratura, optar a la ciudadanía romana.
De entre éstas, algunas eran declaradas colonias romanas, es decir, parte integrante de la ciudad de Roma, y sus habitantes tenían por sí mismos el reconocimiento y los derechos de ciudadanía romana. Ser ciudadano de una colonia implicaba ser sujeto de derecho romano (con todos los derechos), aunque también había colonias de derecho latino (con algunas restricciones). En las colonias se aplicaban las mismas formas e instituciones de gobierno que en Roma.
Lex Coloniae Genetivae Iuliae (M.A.N., Madrid), ley de fundación colonial de Urso (siglo I d. C.) 

Las primeras ciudades privilegiadas con el estatuto de colonia romana fueron:
Corduba (Corduba Colonia Patricia, actual Córdoba) en el 46 a. C.
Tarraco (Colonia Iulia Vrbs Triumphalis Tarraconensis, actual Tarragona) en el 45 a. C.
Carthago Nova (Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago, actual Cartagena) en el 44 a. C.
Ya durante el principado de Augusto se crean las colonias de:
Emerita (Colonia Iulia Augusta Emerita, actual Mérida) en el 25 a. C.
Cesaraugusta (Colonia Caesar Augusta, actual Zaragoza) en el 14 a. C.
Astigi (Colonia Augusta Firma Astigi, actual Écija) en el 14 a. C.
Illici (Colonia Iulia Ilici August, actual Elche).
Tucci (Colonia Augusta Tuccitana, actual Martos)
La ciudad de Clunia (Colonia Clunia Sulpicia) fue ascendida al rango colonial durante el corto gobierno de Galba en el año 68 d.C., y la ciudad de Italica (Colonia Aelia Augusta Italica) durante el mandato de Adriano
Existen dudas sobre el estatus colonial de la ciudad de Gades (Cádiz). Las ciudades de Lucus Augusti (Lugo), Bracara Augusta (Braga) y Asturica Augusta (Astorga), importantes ciudades romanas y capitales de sus respectivos conventos jurídicos sólo alcanzaron el rango municipal.
Para alcanzar el estatuto municipal, una ciudad debía cumplir una serie de requisitos acerca de su urbanización, como contar con adecuados servicios públicos, adaptados a las costumbres y modo de vida romano. De ello debían encargarse principalmente los notables de dicha ciudad a través de las construcciones de tipo evergético[1] destinadas a tal fin. Una vez alcanzada la consideración de municipio, sus gobernantes debían seguir impulsando y desarrollando la ciudad sufragando obras de este tipo con el fin de obtener más privilegios sociales. 

Las magistraturas locales
La política local tenía su base en las magistraturas. Estas magistraturas, segmentadas en niveles, eran las encargadas del gobierno local. El periodo de vigencia de las magistraturas era de un año. De menor a mayor rango, las magistraturas se dividían en:
Cuestores: Los cuestores eran los encargados de la recaudación y formaban el rango inferior de la magistratura. Los cuestores locales estaban en contacto con los provinciales para la administración de los impuestos.
Ediles: Encargados de la seguridad pública y de imponer sanciones, así como de la organización de los juegos y la regulación del funcionamiento de los mercados.
Duoviros y Quattuorviros: El «duunvirato» era el máximo rango en la magistratura local, los duoviros eran el también el máximo poder ejecutivo del municipio. Se encargaban de elaborar el censo, de la designación de los jueces, la administración de las finanzas y del cumplimiento de los preceptos religiosos en la ciudad.
Las magistraturas locales eran elegidas anualmente por sufragio entre los ciudadanos, y se elegían dos magistrados para cada una de ellas, es decir, dos cuestores, dos ediles y dos duoviros. En algunas ocasiones, los magistrados tenían derecho al veto sobre las decisiones de su colega.
Por otro lado, el acceso a la magistratura se encontraba limitado a aquellos ciudadanos cuya capacidad económica le permitiera hacer frente al pago de la «summa honoraria», una cantidad estipulada por ley de que debía gastarse en la organización de juegos, así como en otras actividades municipales, llamadas «evergéticas». Estas actividades consistían no sólo en la organización de espectáculos lúdicos, sino que incluían además la construcción de todo tipo de infraestructuras necesarias para el progreso urbano así como de templos y otros edificios de uso público. De estas actividades queda una nutrida constancia en la epigrafía repartida por toda Hispania, donde las familias importantes hacían constar su contribución al desarrollo de las ciudades. En el aspecto económico, las actividades desarrolladas por las magistraturas representaban un aporte fundamental para la economía de la zona debido a la redistribución de parte de la riqueza acumulada por estas familias.
Escultura de Augusto togado que presidía la curia local de Carthago Nova. 

La curia
En determinados municipios, y dependiendo de su importancia, podía existir además una curia o senado local. La curia se elegía cada cinco años mediante la «lectio senatus», y estaba formado por aquellos ciudadanos que anteriormente hubieran ejercido las magistraturas locales, que al entrar en la curia recibían el nombre de «decuriones». 

La reforma de Vespasiano
Cabe destacar dentro de la política local romana la reforma efectuada por Vespasiano en 73 o 74 d.C, promulgando en toda la Península el llamado «Edicto de Latinidad». Este edicto supuso que todas las ciudades de Hispania que aún se regían por estatutos «peregrinos» pasaron a convertirse en municipios de derecho latino. Por lo tanto, sus ciudadanos podían acceder a la ciudadanía romana tras el ejercicio de una magistratura.
Esta medida se enmarca dentro de la «Lex Flavia Municipalis», una reorganización general de las estructuras de gobierno local a lo largo y ancho del imperio que otorga las instituciones del derecho latino a todas las ciudades del mismo. Esto, más que una medida de gracia, se considera un intento de integrar a todos los territorios del imperio en una red contributiva más eficiente con el fin de incrementar los impuestos recaudados.
La reforma de Vespasiano tuvo más repercusión en el interior peninsular que en las áreas del Levante y la Bética, donde la romanización de las instituciones se había producido en gran medida durante el periodo republicano y el gobierno de Augusto. 

La transformación de las sociedades prerromanas
No se puede considerar este aspecto de la romanización de Hispania como un bloque unitario, ya que la influencia romana fue recorriendo progresivamente la Península en un prolongado periodo de dos siglos. Además, los pueblos prerromanos tenían un carácter muy diferente según su localización geográfica. 
Así, las zonas previamente bajo influencia griega fueron fácilmente asimiladas, mientras aquellos que se enfrentaron a la dominación romana tuvieron un periodo de asimilación cultural mucho más prolongado.
En este proceso las culturas prerromanas perdieron su lengua y sus costumbres ancestrales, a excepción del idioma euskera, que sobrevivió en las laderas occidentales de los Pirineos donde la influencia romana no fue tan intensa. La cultura romana se extendía conjuntamente con los intereses comerciales de Roma, demorándose en llegar a aquellos lugares de menor importancia estratégica para la economía del Imperio.
De este modo, la costa mediterránea, habitada antes de la llegada de los romanos por pueblos de origen íbero, ilergeta y turdetano entre otros (pueblos que ya habían tenido un intenso contacto con el comercio griego y fenicio), adoptó con relativa rapidez el modo de vida romano. Las primeras ciudades romanas se fundarían en estos territorios, como Tarraco en el noreste o Itálica en el sur, en pleno periodo de enfrentamiento con Cartago. Desde ellas se expandiría la cultura romana por los territorios que las circundaban.
Sin embargo, otros pueblos peninsulares no resultaron tan predispuestos al abandono de sus respectivas culturas, especialmente en el interior, donde la cultura celtíbera estaba bien asentada. El principal motivo para este rechazo fue la resistencia armada que estos pueblos presentaron a lo largo de la conquista romana, con episodios como Numancia o la rebelión de Viriato. 
Existía por lo tanto una fuerte predisposición al rechazo de las formas culturales romanas que perduraría hasta la conquista efectiva del territorio peninsular por las legiones de Augusto, ya en el año 19 a. C. En cualquier caso, la cultura celtíbera no sobrevivió al impacto cultural una vez que Roma se asentó de forma definitiva en sus territorios, y el centro de Hispania pasaría a formar parte del entramado económico y humano del Imperio.
Indudablemente, la civilización romana era mucho más refinada que la de los pobladores de la Hispania prerromana, lo cual favorecía su adopción por estos pueblos. Roma padecía además una fuerte tendencia al chovinismo que le hacía despreciar a las culturas foráneas, a las cuales denominaba en general «bárbaras», por lo que cualquier relación fluida con la metrópoli pasaba por imitar el modo de vida de ésta. Por otra parte, para la élite social del periodo anterior no resultó un sacrificio, sino más bien al contrario, convertirse en la nueva élite hispano-romana, pasando del austero modo de vida anterior a disfrutar de las «comodidades» de los servicios de las nuevas «urbis» y de la estabilidad política que el Imperio traía consigo. Estas élites ocuparon de paso los puestos de gobierno en las nuevas instituciones municipales, convirtiéndose en magistrados e incorporándose a los ejércitos romanos donde se podía medrar políticamente al tiempo que se progresaba en la carrera militar.
Roma impulsó en Hispania la repoblación, repartiendo tierras entre las tropas licenciadas de las legiones que habían participado en la guerra contra Cartago. 
También muchas familias procedentes de Italia se establecieron en Hispania con el fin de aprovechar las riquezas que ofrecía un nuevo y fértil territorio y de hecho, algunas de las ciudades hispanas poseían el estatus de «colonia», y sus habitantes tenían el derecho a la ciudadanía romana. No en vano, tres emperadores romanos, Teodosio I, Trajano y Adriano, procedían de Hispania así como los autores Quintiliano, Marcial, Lucano y Séneca. 

Economía en la Hispania Romana
La economía de Hispania experimentó una fuerte evolución durante y tras la conquista del territorio peninsular por parte de Roma, de tal forma que, de un terreno prometedor aunque ignoto, pasó a convertirse en una de las más valiosas adquisiciones de la República y el Imperio y en un puntal básico de la economía que sustentaba el auge de Roma.
Artículo destacado

La economía prerromana
Anteriormente a la entrada de Roma en Iberia, la práctica totalidad de la península se basaba en una economía rural de subsistencia con poco o muy escaso tráfico comercial, excepción hecha de los mayores núcleos urbanos, ubicados sobre todo en la costa mediterránea, que sí mantenían un contacto regular con el comercio griego y fenicio. 

La estrategia económica de la conquista romana
Tradicionalmente habían circulado por todo el Mediterráneo las leyendas fenicias sobre las infinitas riquezas de Tartesos, y sobre cómo las expediciones comerciales regresaban de la costa hispana cargadas de plata.
Indudablemente, estas historias contribuían a incrementar el interés de las potencias mediterráneas por la Península Ibérica.
Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica, Cartago se vio agobiada por la pérdida de importantes mercados y por el tributo que debía pagar a Roma como compensación por la guerra. Con el fin de paliar esta situación, decidieron expandirse por la costa de Iberia, que hasta entonces quedaba fuera del área de influencia romana. Cartago, interesada sobre todo en obtener el beneficio rápido, explotó las minas de plata de Carthago Nova y del litoral andaluz, extrayendo importantes cantidades de este metal con el que se financiaría en gran parte la Segunda Guerra Púnica y la campaña italiana de Aníbal.
Por este motivo entre otros, uno de los primeros objetivos estratégicos de Roma al invadir la península fue arrebatar a Cartago las minas de Carthago Nova. En parte debido a la pérdida de estos recursos, y en gran parte debido al aislamiento en que había quedado, Aníbal tuvo que renunciar a la guerra en Italia en 206 a. C.
"Con la plata de las minas de Cartagena pagaron ellos sus mercenarios, y, cuando por la toma de ésta en 209 a.C. Carthago perdió estos tesoros, Aníbal ya no fue capaz de resistir a los romanos, de manera que la toma de Cartagena decidió también la guerra de Aníbal." SCHULTEN A. "Fontes Hispaniae Antiquae"
Tras la expulsión de Cartago, parte de los pueblos indígenas de Hispania quedaron obligados a pagar tributos a Roma a través de una intrincada red de alianzas y vasallajes. A pesar de ello, a lo largo de los siglos II a. C. y I a. C., Roma tuvo a los territorios de la Hispania aún no conquistada como un lugar propicio para el saqueo y la rapiña, rompiendo con frecuencia los tratados de paz que, como los acordados en tiempos de Sempronio Graco, habían permitido periodos prolongados de paz. El levantamiento de los pueblos celtíberos y lusitanos sólo sirvió para aumentar los ingresos de Roma a través de los inmensos botines de guerra obtenidos en campañas como las de Catón el Viejo.
Esta política de obtención de riquezas por la fuerza tuvo su continuidad en las campañas de Pompeyo y posteriormente de Julio César, de quien cuentan las crónicas que acudió no sólo a luchar contra Pompeyo, sino a lucrarse de la conquista para pagar a sus acreedores.
Mientras tanto, la costa mediterránea hispana, que había sido conquistada durante la guerra contra Cartago y rápidamente romanizada, comenzaba su expansión económica y comercial que pronto haría famosa a Hispania en el mundo romano. 

La economía de la Hispania romanizada
Además de la explotación de los recursos minerales, Roma obtuvo con la conquista de Hispania el acceso a las que probablemente fueran las mejores tierras de labor de todo el territorio romanizado. Por lo tanto, se hacía necesario poner aquellas tierras en explotación cuanto antes. Durante toda la dominación romana, la economía productiva hispana experimentó una gran expansión, favorecida además por unas infraestructuras viarias y unas rutas comerciales que le abrían los mercados del resto del imperio. 

La circulación monetaria
Uno de los más indudables símbolos de civilización que las culturas foráneas aportaron a Hispania fue la acuñación de moneda con el fin de facilitar las transacciones comerciales. Hasta entonces, los pueblos peninsulares basaban su economía en el trueque de productos, pero a principios del siglo III a. C., colonias griegas como Ampurias comenzaron la acuñación de monedas, aunque sin influencia más allá de sus límites territoriales.
Posteriormente, Cartago introduciría de forma más generalizada el uso de la moneda como forma de pago a sus tropas, antes durante la invasión romana; pero serían finalmente los romanos los que impondrían el uso de la moneda en todo el territorio hispánico, y no sólo de aquella moneda cuyo valor se basaba en el metal de la misma, sino de otras que, siendo de inferior valor que su aleación, estaban avaladas por el tesoro romano. De la abundancia de monedas halladas, sobre todo de aquellas de valor más pequeño, se extrae la conclusión de que el uso monetario estuvo ampliamente extendido a nivel cotidiano. Durante el periodo expansivo de Roma en Hispania, muchos pueblos de la Península acuñaron sus propias monedas con el fin de facilitar el pago de tributos y el comercio con el área bajo dominio romano.
Durante todo el periodo republicano, era el senado romano el que controlaba por completo la emisión de moneda a través de las magistraturas monetarias, aunque posteriormente, con el auge de los dictadores, su control se redujo a las monedas menores, pasando más tarde muchas de las cecas a control imperial.
Una vez consolidado el poder romano en Hispania, fueron muchas las cecas que acuñaron moneda, como Tarraco (la primera de las cecas romanas en Hispania), Itálica, Barcino, Caesaraugusta, Emerita Augusta, etc. Y a lo largo y ancho del Imperio, más de 400 cecas proporcionaron moneda a la mayor parte de Europa, el norte de África y Oriente Próximo. 

Minería
Bocas de entrada en una mina de cobre en Texeo (Principado de Asturias) explotada en época romana.

Lingotes de plomo procedentes de las minas de Carthago Nova. Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena. 

Sin duda, el primer interés de Roma en Hispania fue extraer provecho de sus legendarias riquezas minerales, además de arrebatárselas a Cartago. Tras el final de la Segunda Guerra Púnica, se encomendó a Publio Escipión «el Africano» la administración de Hispania, prestando una especial atención a la minería. Roma continuaría las prácticas de extracción que habían iniciado los pueblos íberos y que posteriormente los cartagineses mejorarían importando las técnicas usadas en el Egipto ptolemaico.
Ya que la propiedad de las minas era estatal, Roma creó las compañías «societates publicanorum», empresas públicas administradas por publicanos para la explotación minera. Estos publicanos, generalmente pertenecientes al orden ecuestre, se enriquecieron con rapidez y en gran abundancia, pero durante la dictadura de Sila, éste arrebató las minas a los publicanos, poniéndolas en manos de particulares y obteniendo con ello un gran beneficio económico y político. En tiempos de Estrabón (siglos I a. C. – I d. C., durante la transición entre la República de los dictadores y el Imperio), se otorgaron pues concesiones de explotación a particulares. Este sistema permitió el rápido enriquecimiento de ciertas familias que, procedentes de Italia, se habían instalado en Hispania con este fin. En otros casos, las minas podían pertenecer a una ciudad (generalmente a una colonia). Los beneficios de las minas hispanas fueron inmensos y se mantuvieron durante todo el periodo de dominio romano de siete siglos, lo que convertía a Hispania en un puntal económico de Roma. Las crónicas expresan con bastante fidelidad las cifras de la producción minera, que ya en el siglo II a. C. eran de más de nueve millones de denarios anuales, mientras los botines de guerra del mismo periodo nunca fueron en total superiores a poco más de la tercera parte de esta cifra.
Útiles y herramientas mineras procedentes de las minas de Carthago Nova. Museo Arqueológico Municipal de Cartagena. 

Con relación a los minerales, Roma extrajo con mayor interés plata, cobre y hierro. Aníbal había dado una gran vitalidad a las minas de plata de Carthago Nova. En los alrededores de Cartagena y Mazarrón, Roma continuó extrayendo plata, plomo, y otros minerales en grandes cantidades. Según Estrabón en las minas de plata de Carthago Nova trabajaban hasta 40.000 esclavos, reportando al pueblo romano 25.000 dracmas diarios. 

También en la Bética, en la comarca de Ilipa (el mismo lugar donde Escipión infligiera una importante derrota a los cartagineses, en la margen occidental del río Betis, donde aún hoy existen importantes yacimientos mineros como los de Almadén de la Plata o Aznalcóllar, en Sevilla) y el mercurio de Almadén que dependía de Sisapo (Valle de Alcudia, Ciudad Real). De esta producción, además de los vestigios en los mismos yacimientos mineros, dan muestra los numerosos pecios submarinos en los cuales se han hallado lingotes de plata, plomo y panes de cobre con los sellos de los fundidores hispanos.
Otro importante mineral extraído en Hispania era el lapis specularis, un tipo de piedra de yeso especular traslúcido muy apreciado como mineral para la fabricación, a modo de cristal, de ventanas en Roma. Su principal área de explotación eran las actuales provincias de Toledo y Cuenca, siendo el centro administrativo de su producción minera la ciudad de Segóbriga, de la cual era el principal recurso económico.
Más allá de todo ello, el trabajo en la minería en los tiempos de la Hispania romana se efectuaba en unas condiciones terribles. Millones de esclavos eran ocupados en las minas en una labor extremadamente peligrosa, sin ningún tipo de seguridad y sin un horario que fuese humanamente soportable. Para una esclavo, el destino de las minas constituía la peor de las fortunas, y con casi total seguridad, pasar el resto de sus pocos días sin llegar a ver más la luz del sol, acarreando mineral y piedras durante todo el día o picando en las galerías, siempre bajo la amenaza de los derrumbamientos. 

Agricultura
Tan pronto como se obtuvieron las primeras conquistas, las tierras de cultivo fueron repartidas entre las tropas licenciadas, siendo los terrenos medidos y repartidos para la colonización del territorio. Tradicionalmente, el trabajo del campo había sido idealizado por la cultura romana como la culminación de las aspiraciones del ciudadano. Los romanos impulsaron la legislación sobre propiedad de los terrenos, garantizando las lindes gracias a las técnicas de agrimensura y la «centuriación» de los campos. Esta política permitiría una rápida colonización de las tierras. 
Posteriormente, avanzado el siglo II a. C., se produciría la crisis del campesinado en todo el territorio bajo dominio romano, provocada por la ingente cantidad de esclavos que eran empleados en todos los sectores productivos, con la consiguiente caída en picado de la competitividad del pequeño campesinado. La crisis, a pesar de los fracasados intentos de reforma agraria de los tribunos Tiberio y Cayo Sempronio Graco, favorecería el fortalecimiento de los grandes latifundistas, poseedores de grandes extensiones de terreno dedicados al monocultivo y trabajados por esclavos. El pequeño campesino en muchas ocasiones se vería abocado a abandonar sus tierras y pasar a engrosar las filas de los cada vez más numerosos ejércitos romanos.
En la economía agrícola romana, una finca buena disponía de cinco partes, dedicadas respectivamente a olivo, vid, trigo (pan), huerto (frutas y verduras) y pastos para ganado. Refleja esto la importancia de cada una estas partes en la alimentación de la época. De esa partición ha quedado la expresión castellana «quinta de...» (olivos, naranjos, etc.) que con el tiempo tomó el sentido de «finca de recreo». 

El olivar y el comercio de aceite
Dentro de la producción agrícola hispana destacó ya desde el siglo II a. C. el cultivo de la aceituna, especialmente en el litoral mediterráneo tarraconense y bético. Durante el periodo de dominio romano, la provincia Bética se especializó en la producción de aceite de oliva dedicado a la exportación hacia Roma y hacia el norte de Europa.
De este comercio dan fe los numerosos yacimientos tanto submarinos como de restos de ánforas estudiadas en el «monte Testaccio». El monte Testaccio se originó como un vertedero de envases cerámicos procedentes del comercio que llegaba a Roma. Del tamaño alcanzado por dicho monte, que según los estudios está compuesto en un 80% de su volumen por ánforas de aceite de la Bética, se puede deducir la magnitud del comercio generado por dicho aceite, y por ende, la importancia que el cultivo del olivar tuvo en Hispania. Fue este sin duda el producto procedente de Hispania que en más abundancia se comercializó y durante un período más prolongado, y de hecho, aún hoy es la base de la agricultura del sur de la Península Ibérica.
Las ánforas de origen bético se han hallado, además de en el citado monte Testaccio (ya que la mayor parte de la producción de aceite se dirigiría hacia Roma hasta mediados del siglo III d.C.), en lugares tan diversos como Alejandría e incluso Israel. Durante el siglo II d.C. se produjo además un importante comercio de aceite con destino a las guarniciones romanas en Germania.
Dentro del comercio aceitero se destaca por la cantidad de ánforas aparecidas, tanto en el Monte Testaccio como en otros lugares, la localidad sevillana de Lora del Río, donde se ubicaba uno de los mayores exportadores de este producto, hoy estudiado en el yacimiento arqueológico de La Catria, aunque existieron a lo largo de la historia de la Hispania romana multitud de alfares y productores de aceite en toda la Bética así como en la zona de levante. 

El cultivo de la vid y el comercio de vinos
Respecto al cultivo de la vid, las fuentes clásicas comentan la calidad y cantidad de los caldos hispanos, algunos de ellos muy apreciados en Italia, mientras otros menos selectos eran destinados al consumo del gran público con menor poder adquisitivo. Este cultivo era producido de forma mayoritaria en los «fundus» (latifundios o lo que hoy se llamarían cortijos), que comprendían todos los procesos productivos del vino, en ocasiones incluyendo el trabajo de alfarería necesario para la producción de los envases. Debido al número de dichos «fundus» y a la producción total de los mismos, era posible mantener abastecido el mercado interior y exportar una considerable cantidad de excedente para el consumo de otras zonas del imperio. 

Los tratados de Columela
Dentro de las crónicas y tratados sobre la agricultura en Hispania hay que destacar la obra del gaditano Lucio Junio Moderato Columela, que en sus doce libros expone las características de la agricultura de su tiempo (siglo I d.C.), criticando aquellos defectos que a su entender malograban dicho sector, como el abandono del campo y el acaparamiento de tierras por parte de los grandes terratenientes. En dichos libros trata con extensión el cultivo del olivar y la vid.

El comercio de las salazones
Gracias a las investigaciones arqueológicas sobre la producción de ánforas en el sur peninsular se puede deducir que el comercio de la salazón se daba ya antes del dominio cartaginés, existiendo evidencias de producción y comercialización de pescados en salazón en fechas tan tempranas como el siglo V a. C. Los cartagineses extendieron este comercio por todo el occidente mediterráneo, tanto hispánico como norteafricano.
Durante todo el periodo romano, Hispania se destacó por la continuidad del floreciente comercio de salazones procedentes de la Bética, la Tarraconense y la Carthaginense que extendía su mercado por todo el occidente europeo. Esta actividad productiva se ve reflejada en los restos de factorías cuyo producto manufacturado era, además del pescado en salazón o salsamenta, la salsa «garum», cuya fama se extendía por todo el imperio. La salsa garum se producía mediante un proceso de maceración de las vísceras del pescado. Al igual que sucedía con los productos vitivinícolas o el comercio del aceite, la producción de garum generaba una importante industria auxiliar del envasado en ánforas de la que también se conservan abundantes restos, y gracias a las cuales se puede hoy determinar el alcance de este comercio. 
Factoría de salazones de pescado y salsa «garum» en Baelo Claudia. 

OBRAS PÚBLICAS: OBRAS FLUVIALES E HIDRÁULICAS
La base de la urbanización romana está en la realización de una serie de obras públicas de carácter estatal que hubieron de facilitar la labor civilizadora y administrativa. Estas obras con fundamentalmente las vías y los acueductos. Puentes, puertos y faros completan la red arterial de las vías.

Puertos y faros
Gran parte del transporte romano se efectuó por mar. La arqueología submarina está aportando espléndidas evidencias a este respecto.
Roma se encargó de crear puertos, de acuerdo con la tradición helenística puesta en marcha en el oriente del Mediterráneo. En Hispania el puerto más antiguo es el de Ampurias (Girona), ya en uso por los griegos. El puerto aprovecha una amplia bahía, en cuya entrada se construyó la escollera en ángulo, de unos 250 metros de longitud. La escollera se construyó con grandes sillares y un fuerte hormigón, de obra típicamente romana.
Otras ciudades hubieron de poseer puerto, aunque no se conocen. Sólo se conservan restos de puertos fluviales principalmente los de Mérida, Itálica y Braga.
Entre los faros citar el célebre de La Coruña, llamado Torre de Hércules, tradicionalmente supuesta su construcción por Trajano, de varios cuerpos, lo mismo en planta que en alzado, construido de sillería y con rampa interior para subir a la plataforma superior la leña para el fuego de referencia.
Los grandes puertos marítimos de la “Hispania” romana debieron de disponer sin lugar a dudas de grandes torres con fogatas y antorchas que les servirían de faros. Pero la ausencia de citas litera­rias que los describan es casi total. Por ello hemos de recurrir a las abundantes representaciones ico­nográficas que de ellos se hacen en monedas, vasos, lucernas, mosaicos, pinturas y relieves funera­rios. El modelo más extendido es el que tiene su origen en el faro de Alejandría, la famosa obra de Sostratos de Cnido que fue considerada una de las siete maravillas del mundo en la antigüedad y que con sus más de cien metros de altura alcanzó una gran celebridad; este modelo responde a un tipo de construcción escalonada, de tres o cuatro pisos, coronada por una cúpula de la que sale fuego o en la que puede ir instalada una estatua. Con todo, estas representaciones tienen un cierto figurativismo pues se sabe que existía una gran variedad de formas tanto en sus plantas, que podían ser, como míni­mo, circulares, cuadradas y octogonales, como en la estructura de su alzado, unas veces de paredes es­calonadas y otras verticales.
Es muy conocida la representación de un faro en una pequeña gema ovalada que, se supone, pro­cede del territorio egipcio del siglo II de nuestra era. Su estructura se compone de un primer cuerpo principal de base cuadrada en el que se abren trece ventanas alineadas de dos en dos en diagonal, lo que sugiere una escalera interior o una rampa que asciende en espiral. Sobre él se halla instalado un segundo cuerpo cilíndrico, de planta sensiblemente menor, rematado en una cúpula sobre la que cam­pea una gran estatua. Aunque, por su procedencia, se ha querido ver en este pequeño vidrio azul al fa­ro de Alejandría, los datos que tenemos de éste no responden del todo a las características del repre­sentado en la gema, hallándole un mayor parangón con lo que sabemos de nuestra torre de Hércules coruñesa. 

Faro de La Coruña o Torre de Hércules, en La Coruña.
Construido en época de Trajano -S-II- y denominado como farum Brigantium fué reconstruido y modificado en varias ocasiones, la última en 1970. A pesar de ello, además poseer de un brillante diseño neoclásico, mantiene un aspecto aceptablemente similar al original. 
Es de resaltar que actualmente sigue en funcionamiento, siendo el único en todo el mundo, de origen y base romana, que lo hace. Concretamente funciona continuadamente desde el año 1847. 
En una de las rocas cercanas a la construcción de encontró la siguiente inscripción:

MARTI
AVG.SACR.
G.SEVIVS
LVPVS
ARCHITECTVS
AEMINIENSIS
LVSITANVS EX V
.

Que transcrita dice "Consagrado a Marte. Gaio Sevio Lupo arquitecto de Aeminium, lusitano, cumpliendo promesa", que nos informa del arquitecto que probablemente diseño el faro. 
De plata cuadrada con una distribución básica en cuatro espacios cubiertos con bóvedas de cañón de fábrica de hormigón romano opus caementicium. Estas habitaciones interiores eran de una gran altura y estaban comunicadas entre si verticalmente por una rampa perimetral que ascendía en varias "vueltas" hasta el piso superior donde se encontraba la linterna.
Interpretación del original farum Brigantium

El diseño original de esta rampa es una incógnita, hay varias soluciones:  
La primera y más aceptada es que  se embutía entre el cuerpo central y cuatro paramentos exteriores que la ocultaban y protegían. Además esta teoría aporta un elemento defensivo a la construcción. Lo más problemático es que esta fachadas se han perdido por completo, posiblemente fuesen utilizadas como cantera para otras construcciones posteriores. 
La segunda es una rampa exenta, volada, de piedra o maderas. Como es lógico esta se perdió con el tiempo y la falta de mantenimiento quedando solo la roza en los paramentos. Se ha descrito, sin ningún fundamento, que esta rampa era tan sólida que permitía la subida de caballerizas para el transporte de la leña necesaria para la linterna. 
Actualmente, y debido al cuidado con que se realizó la principal restauración en el 1971, esta rampa se puede adivinar en las cornisas inclinadas que circundan el faro. Hoy el acceso se efectúa mediante una escalera instalada en el S. XVII por el interior, entre las bóvedas romanas. 

Primera foto restos originales con la roza perimetral.
Segunda solución con rampa volada.
Alzado y secciones en planta y alzado. 

De cualquier manera las fachadas -interiores y exteriores- se componían de grandes sillares, opus quadratum. El paramento actual es de sillares de 0,60 m. de espesor que ocultan la original fábrica romana que estaba muy deteriorada.
El piso superior romano, hoy totalmente perdido, era de planta cilíndrica cubierta con cúpula, fue sustituido por una estructura de planta octogonal en el S. XVIII.
Pero con ser el único que nos ha legado nuestro pasado romano, la torre de Hércules de “Brigan­tium” no era el faro más célebre de “Hispania”, pues parece ser que este reconocimiento le corres­ponde a la “turris Caepionis”, que estaba emplazada en la misma desembocadura del río Guadalqui­vir. 
El faro fue construido en el siglo II d.C. por Quinto Servilio Cepión y su nombre se conserva, se­gún todos los indicios, en la actual Chipiona. El geógrafo Pomponio Mela lo describe como una “obra maravillosa construida sobre una roca que baten las olas por todos lados”. Anterior a éste, y emplazado también en Cádiz, existió uno circular de origen púnico utilizado después por los romanos.

Vías romanas. Puentes
La propia expansión militar romana necesitaba la construcción de vías para el transporte de la impedimenta y bagaje del ejército. Eran las vías principales construidas en época de guerra un elemento fundamental posteriormente para la imposición de la Administración romana. Pacificada la región, la Administración cuidaba y ampliaba la obra realizada. Su construcción se efectuaba abriendo una caja en el terreno que se cubría con diversas capas de cantos rodados y hormigones que servían de cimiento a la summa crusta. Lateralmente se colocaban bordillos. La obra se completaba con alcantarillas, puentes y colocación de los miliarios con la señalización de las millas recorridas al punto de partida. 

Para estudiarlas, podemos acudir a varias fuentes, como es la constatación arqueológica del trazado de las mismas, es decir, encontrarse físicamente con ellas a través de las excavaciones arqueológicas, y las fuentes textuales o documentales escritas, estas son:

- ITINERARIO DE ANTONINO: su cronología es del 280 a. C. aproximadamente, aunque los estudiosos de este itinerario se han dado cuenta que se han ido añadiendo datos por los copistas. Debió ser de propiedad privada, ya que no recoge todas las calzadas del Imperio. En el caso concreto de Hispania informa de 34 recorridos. Parece ser una selección de rutas, la información que ofrece señala las Mansiones, Mutaciones y localidades por las que pasa indicando las distancias entre ellas.

- ANÓNIMO DE RÁVENA: Es diferente al anterior, se trata de una recopilación de nombres de ciudades, aunque no se precisa su recorrido en concreto.

- VASOS DE VIARELLO: se trata de 4 cubiletes de plata, en su forma recuerdan a los miliarios y fueron donados por un gaditano al dios Apolo, venerado en la localidad de Aquae Apollinare. El gaditano está enfermo, fue curado y dejó la ofrenda para agradecérselo al dios. Los cubiletes indican las etapas que existen desde Gades a Roma, apareciendo las distancias.

TABLAS DE ASTORGA: Son de arcilla. Documentos polémicos, dado que hay un sector de los investigadores que las acepta, mientras que el resto las considera falsas. Se han interpretado como documentos de características municipales, ya que describen itinerarios del occidente de la Península. Su información es correcta en cuanto a distancias.
 

Tipos de vías:
Las vías de esta red tan amplia presentan diferentes tipos, y estas diferencias dependes de varios aspectos, como son: su categoría, de las zonas que atraviese, de la institución que se encargue de su construcción y su mantenimiento.
Las vías se diferencian en: 

- Principales: “Viae Publicae”. Son aquellas que enlazan las ciudades principales, estaban al cargo del Estado y la mayor parte tenían un origen militar. En la Península Ibérica tenemos la Vía Augusta, que se apoya sobre una serie de caminos prerromanos que conformaban la Vía Heraclea, otra sería la Vía de la Plata, que comunicaba el Sur hasta el Norte que quizá podría seguir una vía prerromana con ese nombre, otra que va desde Caesar Augusta (Zaragoza) hasta Emérita Augusta (Mérida).

- Secundarias: comunicaban el resto de núcleos poblacionales con las ciudades grandes. Podían estar a cargo de la administración municipal o la local.

- Pequeños caminos privados: comunican las Villas de ámbito rural. Los que tenían que preocuparse de ellas eran los dueños de las Villas, los Dominus.
El Estado romano se encargaba del mantenimiento de las vías, para ello crea un cuerpo de magistrados. Dos Curatores Viarum, quienes dirigirían un cuerpo de funcionarios, los Magistri Pagi, quienes se encargarían de recaudar entre los particulares los fondos para el mantenimiento de los caminos.

Partes reconocibles en las vías:
Las partes se pueden conocer a través de las fuentes documentales y la arqueología, estas son:

- Mutationes: se trata de instalaciones de pequeño tamaño junto a los caminos. Sirven para facilitar el descanso y relevo de caballerías. Vía documentada desde Madrid a Mérida, que se puede reconocer en Oropesa, se ha encontrado un edificio destinado al cambio de caballos de lo siglos XVIII-XIX, siendo posible que este ya existiera en época romana.

- Mansiones: (Mansio) son dependencias que además de cambiar los caballos, ofrecían la posibilidad de pernoctar, se solían ubicar en los cruces de las vías principales. Muchas de ellas llegaron a convertirse en ciudades y recibieron el mismo nombre que tenía cuando era una mansión.


- Miliarios: Son columnas o estelas de piedra, situados al borde de los caminos, y se colocaban una a cada milla (1481 metros).Generalmente suelen tener una inscripción, indica quien ha pagado la construcción del camino, o quien se había hecho cargo de su reparación, en otras ocasiones indicaban lo que quedaba hasta la siguiente parada.

- Tabellarií: se trata de piedras más pequeñas que marcan el camino cada 100 paso (1’48 metros).

Sistema constructivo:
Conocemos la manera de construir gracias a Vitrubio, ingeniero romano del que se conserva su obra. Primero se hace un proyecto en el que se traza el recorrido lo más recto posible. Después se cava una zanja profunda, en la que se colocan varias capas de diferentes materiales que será la base del firme:
·       Statumen: grandes bloques de piedra para facilitar el drenaje y crear una base sólida a toda la estructura.
·       Rudo: (Rudus) se colocaba sobre la anterior, y la forman capas de guijarros.
·       Núcleo: está compuesta de arcilla y piedra machacada, es sólida, pero a la vez algo flexible.
·       Sumus Crustae: se asienta sobre el núcleo, es el pavimento o en osado superior.

Un ejemplo es la "Vía de la Plata", que unía Mérida con Astorga. Construida sobre caminos naturales de uso estratégico, su primer tramo de fábrica entre Mérida y el Tajo debió ser construido por Servilio Caepio en 139 a.C. en el 90 a.C. Liciniano Creso, restaura este tramo, conservándose su nombre en otra "mansión". Q. Celio Metello Pío en el 80 a.C., la vuelve a restaurar y a ampliar su recorrido hacia el Norte; Augusto, con motivo de la guerras cántabras, la amplia a su longitud total llevándola a través de Zamora y Salamanca hasta Astorga. Sabemos que la vía tuvo una importancia industrial y económica con respecto a la región minera de León, pero que su valor social mayor sólo llegaba hasta el Duero. De hecho fue el eje vertical de la Lusitania iniciando su recorrido desde su capital Mérida, que poseía puerto fluvial de indudable importancia.
Otra vía de importancia fue la Vía Hercúlea o Augusta, quizá ya puesta en uso por los cartagineses en su parte meridional, ya que fue "reparada" por las tropas romanas antes de 120 a.C., en su trayectoria desde Ampurias (cabeza de puente de Roma), Tarragona, Valencia y hasta Cartagena. César la continuó durante sus guerras contra los hijos de Pompeyo, por el interior hasta las cercanías de la actual Granada, y Augusto la terminó (de ahí su nombre de Augustea) hasta Málaga y Cádiz.
Desde Tarragona y Barcelona salían ramales de esta vía a Zaragoza, importante nudo de comunicaciones en el Valle medio del Ebro. Una de las vías que enlazaban aquí era la de Astorga - Zaragoza y enlazaba con la Vía de la Plata. Otra vía era la Mérida - Zaragoza, que a su vez enlazaba con la zona inferior de la misma Vía de la Plata, cruzando oblicuamente la Península y por medio de ramales uniendo con las vías de la Bética. Pasaba por Toledo, Complutum (Alcalá de Henares), Medinaceli y Bilbilis (Calatayud). Al parecer fue puesta en uso definitivamente desde época de Augusto.
La Bética, la zona más romanizada en el alto Imperio estaba cruzada en todas direcciones, con dos ejes principales: uno hacia oriente por la vía Hercúlea, y otro central por el Guadalquivir: Itálica (Sevilla), Córdoba y Cástulo, desde donde se dirigía un ramal a Consuegra y a Toledo para enlazar con la Zaragoza - Mérida, y otro directamente a Mérida.
Los romanos cuidaron especialmente las obras públicas en relación con las vías, preocupándose muy especialmente de las construcciones de puentes, necesarios para cruzar las corrientes de agua que cortaban las comunicaciones.
La Península Ibérica posee magníficos ejemplos de estos puentes. De época augustea es el puente de Mérida. Destaca por su larga longitud de cerca de un kilómetro y por su magnífica arquitectura, con arquillos auxiliares en sus pilares, y construcción de sillería almohadillada. De comienzos del siglo II, en época de Trajano es el puente de Alcántara (Cáceres) con dos arcos de cerca de 30 m. de luz cada uno y una altura máxima de unos 75 m. Realizado con una técnica semejante a la del de Mérida en sillares graníticos almohadillados. 

Puentes
En España muchos de los puentes romanos siguen en funcionamiento, algunos de ellos tal y como fueron originalmente, otros modificados. Los ingenieros romanos fueron verdaderos maestros en su construcción, ya que eran elementos fundamentales para el acceso a ciudades, que con intención se situaban en las inmediaciones de ríos. El motivo de esta ubicación era tanto defensivo como infraestructural -abastecimiento y desagüe-. Es evidente, que la gran red de vías romanas que se desplegó en la península necesitaba muchos puentes, con lo que los construidos fueron numerosos. 
Muchos de los puentes que se construyeron más tarde, en la Edad Media, pasaron erróneamente por romanos. Para ello podemos dar una serie de características, no determinantes, pero que nos pueden ayudar a distinguir el origen romano de las construcciones: 
·       Arcos no apuntados. 
·       Fábrica de sillares muy elaborados y frecuentemente almohadillados. 
·       Calzada de más de 5 m. de ancho. 
·       Calzada de trazo horizontal o ligeramente inclinada "poco alomada". 
·       Pilares rectangulares desde la base, con tajamares triangulares o circulares adosados que se cortan antes de llegar a los pretiles.  

En España destacamos los puentes:
Puente de Alcántara, sobre el Tajo, en Cáceres. 
Puente de Mérida, sobre el Guadiana, en Badajoz. 
Puente de Salamanca sobre el Tormes.

También son importantes:
En la Vía de la Plata
Puente del río Algarrebas y de Alcantarilla en Mérida.  
Puente de Alconétar sobre el Tajo, en Cáceres. Actualmente los pocos restos están trasladados a una pradera cercana de su ubicación original, ya que esta se encuentra bajo las aguas del embalse de Alcántara. Originalmente, se estima que tenía 16 arcos -actualmente solo 4 correspondientes a uno de los arranques- con una longitud de unos 300 m. y una anchura de 6,50 m. Los arcos son rebajados o escarzanos, no de medio punto. Los dos primeros arcos son de factura romana, los siguientes han sufrido restauraciones medievales. Una de las pilas que nos quedan tiene tres cornisas, decoración excesiva para lo habitual, y es de un tamaño apreciable: lógico, si pensamos que era un puente para un gran río, el Tajo. De fábrica de grandes sillares almohadillados, tienen un tajamar triangular aguas arriba y en su contrario, un paramento semicircular. Se pueden observar los apoyos de los arcos rebajados sobre los pilares. 

Puente de Caparra sobre el río Ambroz, en Oliva de Plasencia, Cáceres. Posiblemente construido en época del emperador Augusto y en las inmediaciones de la ciudad de Capera. Es pequeño, de 65 m. de largo y de 7,30 m. de ancho, siendo originalmente de 5,50 m. ya que se ensanchó en 1955 en casi dos metros, procediéndose a desplazar una fachada, concretamente la situada agua abajo. 
Realmente sólo los dos arcos centrales son de fábrica romana, como consecuencia de las muchas y descuidadas modificaciones que ha sufrido. Sus bóvedas mantienen la fábrica de sillares almohadillados y nacen en arcos de medio punto. El pilar central, de 3,80 m. de ancho, tiene el tajamar triangular. Las luces de los arcos centrales -los romanos- son de 8,70 m. y 8,90 m.  

Puente de Segura sobre el río Eljas. Compuesto de cinco arcos, solo los dos de los extremos son de fábrica romana. Los tres centrales mantienen las pilas originales, siendo las bóvedas de factura medieval. Los sillares romanos son almohadillados y las pilas tienen un tajamar triangular.

En la Vía Augusta: 
Puente de Córdoba sobre el Guadalquivir.  
Puente del Diablo sobre el río LLobregat, en Martorell, Barcelona. Reconstruido casi por completo en varias ocasiones, actualmente se asemeja a su diseño medieval. Únicamente resta de su diseño original el Arco honorífico romano situado en uno sus accesos. 
Puente de Alcantarilla sobre el río Salado de Morón, en Sevilla. Compuesto de dos arcos de medio punto simétricos de 8,90 m. de luz que marcan las bóvedas de 6m. de ancho. La pila central ha perdido su tajamar.
Puente de Los Pedroches, en Córdoba. De tres arcos de medio punto, midiendo el central 4,50 m. y los laterales 1,90 m. Las bóvedas tienen un ancho de 4,90 m. Es de resaltar que parte de las dovelas están engatilladas, característica poco habitual en las construcciones romanas. Su estado de conservación es lamentable. 
Puente de Villa del Río, en Córdoba. Con todas las dovelas engatilladas, y los sillares almohadillados. Está compuesto de cuatro arcos de medio punto y dos desaguaderos en las pilas del arco central. Se han perdido los tajamares, posiblemente enterrados. 
Además existen algunos que solo mantienen algunas partes de construcción romana: Castellar y Palmero en Cuenca, los de Matapozuelos y Valdestillas en Valladolid, el de Trespuentes en Álava, el de Aluenda en Zaragoza y el Ponte romano de Lugo. 

Puente de Alcántara sobre el Tajo, en Cáceres.

Posiblemente estemos ante el puente romano más relevante de los que quedan en el mundo. De hecho, su nombre, Alcantara (Al Qantarat), quiere decir "el puente" en árabe, suficiente para comprender la importancia de esta obra. Fue construido entre los años 105 y 106 por el arquitecto romano Cayo Julio Lacer en la Vía que comunicaba Norba -actual Cáceres- con Conimbriga - hoy Condeixa-a-Velha-, por lo que no es un acceso a ninguna ciudad.
Está compuesto por seis arcos que salvan una distancia de 214 m. sobre el río Tajo y que se apoyan en cinco pilares y dos estribos en sus extremos.

Sus proporciones son impresionantes, de 48 m. de altura máxima en sus dos arcos centrales. La luz de estos arcos es de 27,34 para el 3º y 28,60 m para el 4º, y son los que permiten el paso habitual del agua. El anterior y el siguiente -el 2º y 5º- miden 22,5 m. y por fin, los dos extremos, el 1º, 28,6 m. y el 6º- 14m. Estas medidas no son producto del capricho, sino de la necesidad de salvar un profundo cauce con crecidas de caudal importantes. Los arcos tienen dos filas de dovelas, la superior más pequeña.
Los pilares rectangulares miden aproximadamente 12,20 m. por 8,3 m. y tienen tajamares triangulares adosados de 8,3 m. de base y 7 m. cada uno de sus otros lados, formando así una forma pentagonal. Descansan directamente sobre la roca de pizarra, que fue alisada para soportar los sillares a la perfección. 
La calzada tiene una anchura de 8 m., 6,70 metros para el ándito y 1,30 metros a los dos pretiles.

En su centro, y sobre la calzada, tiene un Arco de Triunfo de un vano que ha sido modificado en sucesivas ocasiones. Mide 13,15 m. de altura, con una planta rectangular de 11,5 m. por 2,60 m. y descansa sobre el pilar central de la construcción. En él se observan dos placas de mármol, una por lado, donde aparece la inscripción con la fecha de su construcción y la dedicación al emperador Trajano: 
"Al emperador Cesar, hijo del divino Nerva, Nerva Trajano Germánico Dácico, Pontífice Máximo, Tribunicia Potestad por 8ª vez, Imperio por 5ª vez, Padre de la Patria".
En otras placas que flanquean el arco en su lado norte posiblemente aparecerían los municipios que contribuyeron a su construcción. Actualmente en su lugar aparecen otras inscripciones que referencian otras actuaciones. Una en época de Carlos V que consistió en la colocación de un Águila bicéfala y unas almenas: 
"Carolus V Imp/Caesar Augusto, hispaniarumque, Rex Hunc Pontem bellis et antiquitate ex parte diruptum ruianqueminatem instaurare iusit, anno domini MDXLIII, imperi sui XXIV, regni vero XXVI"
La segunda fué su desmonte y reinstalación en el año 1858, siendo nuevamente recordado en la nueva inscripción: 
"Elisabeth Borbonia hispaniarum regina, norbensem potem antiquae lusitaniae, opus iterum dello interrruptum, temporis vetustate pene porlapsum retituit aditum utrimque amplificavit, viam latam ad vaccaeos fieri iussit anno domine MDCCLIX"
La fábrica del puente es magnífica, de sillares de granito almohadillados -opus cuadratum- colocados en seco a soga y tizón. En algunas ocasiones están unidos por grapas metálicas "cola de milano", concretamente en la zona más baja de los pilares. La altura total del puente es de 57 m. que aumenta si contamos los 14 m. del Arco de triunfo. Las distintas acciones bélicas que ha sufrido en su vida han producido que parte de los arcos se reconstruyesen, en concreto los dos últimos arcos, el 5º y 6º, no son los originales.
En su lado sur, a la izquierda desde aguas arriba, aparece un templete in altis, en cuyo dintel se aparece una inscripción con el nombre del arquitecto -Cayo Julio Lacer- y la leyenda "que durará tanto cuanto el mundo durare".
En su otro extremo, el norte, se ubica otra construcción de plata cuadrada, la Torre del Oro, bastión de las defensas que en su día se edificaron.
 

Puente sobre el Guadiana, en Mérida, Badajoz. 
La construcción de este gran puente es uno de los hechos fundamentales para el asentamiento y evolución de Emérita Augusta. 
Un gran puente con 60 arcos -tres de ellos casi enterrados- y una longitud total de 792 m. De fábrica de hormigón recubierto por grandes sillares almohadillados. La obra se repartió en varios tramos de arcos, realizados sucesivamente.
El primer y segundo tramo se realizó en época de Augusto, para unirlos y fortalecerlos, se construyó un tajamar común, río arriba, para así aliviar la presión de la corriente del agua sobre los pilares. En una gran crecida en el S.XVII este tajamar cedió construyéndose cinco arcos nuevos. Para está y sucesivas reparaciones, se utilizaron sillares del Teatro.
 
El primer tramo, que conserva todavía hoy la fábrica romana, consta de 10 arcos de medio punto con una luz que oscila entre los 6,50 m. y los 10 m. En sus grandes pilares se construyeron aliviaderos para repartir la fuerza así como tajamares redondeados.
El segundo, mucho mayor, es de 25 arcos, y lo componen arcos de diversa factura y procedencia, de hecho sus luces varían desde los 5 m. hasta los 15 m. Es la zona con más empujes y problemas de cimentación, por lo que los arreglos y modificaciones han sido numerosos. 
Después de los anteriores tramos, los ingenieros romanos pudieron realizar hasta cinco nuevas ampliaciones, ya que por el oeste se inundaba el paso con las crecidas invernales. La tres primeras, 22 arcos, posiblemente fueron construidas en tiempos de Trajano. La rampa de acceso a la orilla oeste esta compuesta de tres arcos aterrados y de construcción posterior.
Comunicaba directamente con la puerta de la muralla del Decumanus Maximus convirtiéndose con este en el eje principal de la ciudad. Se realizó en etapas debido a su complejidad: se construían o sustituían los arcos o los tajamares dependiendo de los adelantos técnicos de la época.

Alzado del primer tramo del Puente sobre el Guadiana 

Ha sufrido varias modificaciones y restauraciones, necesarias tanto por los destrozos producidos por las crecidas del río como por los conflictos bélicos. Desde la primera, realizada por los visigodos -Eurico-, hasta la última en el S. XIX.
Su utilización ha sido incesante hasta el año 1993, año en que se restringió para su uso peatonal.
 

Puente de Salamanca sobre el río Tormes.

Originalmente esta ciudad se llamaba Helmántica, pasando a ser Salmantica en la dominación romana.
La datación de la construcción del puente es problemática. Se han documentado en época de Augusto, de Vespasiano y de Trajano, siendo probable que en las tres se acometiesen obras y modificaciones del puente. Lo que es seguro es que Trajano fue el principal impulsor de la Vía de la Plata y que posiblemente arregló el puente en varias ocasiones. Con el fin de acceder a la ciudad se construyó este puente, del cual se conservan únicamente los primeros 15 arcos. 
Tiene varias fases constructivas, las más importantes son la romana y otra posterior realizada en el S. XVII. Ambas están separadas por un espacio en el que se situaba una torre hoy reducida a una amplia pila del puente. 
Como ya hemos dicho la sección romana consta de 15 arcos de medio punto, que forman los inicios perfectos de las bóvedas de 6,50 m de ancho. Cada arco está compuesto de 33 dovelas de 1 m. de altura.
La parte puente de fábrica romana mide actualmente 192 m., pero es seguro que era más largo pero fue destruido en parte y sustituido posteriormente. Sus luces de varían desde 8,50 a 9,50 m. 
Las pilas que unen y sujetan los arcos son bastante uniformes -de 2,60 m.-, siendo las centrales más anchas -3,35 m.-. Poseen tajamares triangulares, que son rematados por una cornisa moldurada, sobre ellos, se adosan unas pilastras centrales de 0,90 por 1,20 m. 
Su fábrica es de sillería almohadillada colocada a soga y tizón. Los sillares son de granito y están labrados solo en sus contornos -opere quadrato rustico-.

El resto del puente consta de otros 12 arcos de medio punto, con pilares de tajamares redondos, que completan una longitud de 350 m.

Acueductos
La vida de las ciudades venia determinada por el abastecimiento de agua que les daba vida. Los acueductos o conducciones de agua poseen varias partes fundamentales: una captación de aguas, una conducción que puede ser un canal abierto o cerrado, en túnel, y para salvar las vaguadas elevado sobre arcadas o formando sifones; finalmente un depósito para la distribución del agua dentro de la propia ciudad.
Un modelo de las distintas formas que podía tomar un acueducto romano es el de Almuñecar (Granada), de cerca de 5 Km. de longitud, debía iniciarse con una pequeña presa. Salvaba el primer arroyo con una arquería sencilla de 19 arcos. Continúa con obra sobre murete y atraviesa un pequeño monte por túnel (400 m.); a continuación acueductos de 6, 10 y 11 arcos, para finalizar con un sifón que conducía el agua directamente al depósito en el interior de la ciudad.
Otro acueducto de interés es el de Segóbriga (Saelices, Cuenca) que tomaba el agua en una mina subterránea. Al aire seguía el agua entubada en cañería de plomo que se resguardaba en caja de obra. Finalizaba también con un sifón hasta los depósitos de la ciudad.
Otros acueductos, como los de Mérida y Tarragona o el de Segovia, eran menos innovadores en su técnica, y quizá ello hizo que poseyeran más larga vida. Los de Mérida y Tarragona se suponen de época augustea. Mérida posee tres acueductos, de los cuales dos de ellos proceden de sendas presas de época romana. El más famoso es el de los Milagros, arquitectónicamente de gran interés por su triple arcada superpuesta y su uso alternativo de ladrillo y sillares que habría de tener amplio éxito en arquitecturas posteriores. El de Tarragona, de sillería almohadillada, llega a unos 200 m. de longitud con doble arcada. Por otro lado, el de Segovia que se ha supuesto tradicionalmente realizado en época de Trajano, debe ser al menos de mediados del siglo I d. de C., es decir, de época augustea, y es probablemente el de más dilatada historia, así como el más largo en pie. Su obra sobre arcadas está realizada con sillares de granito almohadillados. Tras sucesivas ruinas fue restaurado sistemáticamente desde época románica.
Otros acueductos importantes son los de Barcelona, Sevilla, Itálica y Toledo. 

Acueductos y presas.
Los acueductos se construyeron para salvar los accidentes geográficos que existían entre los manantiales o ríos y las ciudades. No solo se pasaban los valles mediante arquerías superpuestas, también se excavaban montañas con grandes tuberías, pozos y niveles de mantenimiento. Debemos destacar los siguientes: 
Acueducto de Segovia. Una de las más grandes obras de ingeniería romana. 
Acueducto de los Milagros, en Mérida. Transportaba el agua desde el embalse de Proserpina a la ciudad de Mérida. 
Acueducto de San Lázaro, en Mérida. . 
Acueducto de Ferreres, en Tarragona.  Para abastecer de agua potable a la ciudad de Tarraco. 
Además existen otros, menos conocidos, pero que supusieron grandes construcciones de ingeniería. De estos podemos destacar el acueducto de Termancia, con una longitud de más de 3.300 m. y con gran parte de él excavado directamente en piedra. 
Las presas servían para acumular el agua para abastecer a grandes ciudades, asegurándose su suministro en todas las épocas del año. Son de destacar: 
La presa de Proserpina, en Mérida. 
La presa de Cornalvo, en Mérida.
La presa de Almonacid de la Cuba, que embalsaba las aguas del río Aguasvivas en Zaragoza. Es la presa romana más alta de la península con sus 34 m. Está compuesto por una pesada y robusta estructura que cierra el cañón por donde discurre el río. Con un núcleo de calicanto -opus caementicium- y dos muros de mampostería -opus incaertum-, uno a cada lado. En la parte exterior se refuerza con escalonados de sillares colocados a hueso. 
La presa de la Ermita de la Virgen del Pilar, embalsaba las aguas de un afluente, el Moyuela, del río Aguasvivas en Monforte de Moyuela, Zaragoza. Solo se conservan 20 m. del comienzo del dique.  

Acueducto de Segovia.
Posiblemente sea el mejor y más completo acueducto que nos queda de todos los que se construyeron en el Imperio Romano, no solo por su excelente conservación, sino también por su concepto, tamaño y diseño.
Ha sufrido algunas destrucciones parciales, remodelaciones e incluso la desaparición parcial de sillares, en concreto de cornisas. 



La grandiosidad, armonía e integración que la obra aporta al paisaje de la ciudad han sido motivo fundamental para que en que, en las acciones de restauración se mantuviese el diseño original, siendo la más importante la acometida por los Reyes Católicos. Es, sin duda, la obra de ingeniería más artística y monumental de la historia romana.
Su datación es complicada, ya que no nos quedan inscripciones claras o documentación suficiente para certificar el origen de su construcción. Se le ha atribuido a Trajano, a Cludio, a Nerva o a Domiciano. Pero lo que es seguro es que debió ser a finales del S.I o primeros del S.II.
El acueducto toma el agua del río Frío situado a 18 km. de la ciudad, la Secovia romana. Se conduce mediante un canal de 0,30 m. de ancho y 0,30 m. profundo. Discurre a cielo abierto hasta el pinar de Valsaín, donde se entierra hasta llegar a un primer filtro de arena -turris aquae-. Desde ese punto el cauce se eleva sobre un muro -parte de la conducción esta hoy perdida- que desemboca en un segundo depósito de decantación. Este está protegido por una caseta rectangular de 7,70 m. por 4,80 m. de planta con una bóveda de cañón ligeramente apuntado. El estanque interior mide 4,30 m. por 2,20 m. de planta y 2,60 de profundidad. Su fábrica está compuesta por seis hileras de sillares. 

De este segundo depósito sale la conducción elevada que es conocida en todo el mundo. Está compuesta de 166 arcos de medio punto -68 sencillos y 44 dobles superpuestos-, y su longitud total es de 638 m.
El trazado de esta sección elevada no es recto, tiene varias partes que varían su dirección:
La primera es de 65 m. y consta de 6 arcos de hasta 7 m. de altura. 
La segunda mide 159 m. con 25 arcos de hasta 8m. 
La tercera es de 281 m. con 44 arcos y de 12 m. de altura. 
Por último, la parte más conocida, está compuesta por 43 arcos dobles -86- y dos sencillos, el primero y el último. Las luces de los superiores son ligeramente más amplias, de unos 5,1 m. Esta arquería termina en la muralla. Desde allí hasta el depósito general -castellum aquae- existían 9 arcos sencillos, de los cuales solo nos quedan cuatro. Llega a medir 29 m. de altura en su zona más elevada. Precisamente en este punto es donde se encuentra el espacio destinado a la inscripción, que mide 16 m. de largo por 2 de alto. 
En esta parte del acueducto se aprecia el sistema constructivo "escalonado" de los pilares. En su base, la planta mide 3 m. por 2,5 m., pasando a ser de 2,5 m. por 1,8 en su zona final. Los "escalones" sucesivos miden 3,6 m. de altura, menos el último que es de 5,1 m. En cada uno de ellos el pilar disminuye en 0,3 m. y es rematado por una cornisa.
El trazado de esta sección elevada no es recto, tiene varias partes que varían su dirección: 
Los pilares de planta rectangular no son uniformes en sus medidas, variando de 2 a 3 m. por 3 a 4 m. Igualmente las luces de los arcos son variables, de 4 a 6m.
La fábrica es de sillares de granito -piedra berroqueña- labrados toscamente y colocados en seco, esto es a hueso, en un número aproximado de 25.000. El ático es de mampostería -opus incertum-, y en su interior se encuentra el canal, rodeado de hormigón romano e impermeabilizado con opus signinum.
Actualmente se han realizado importantísimas acciones de restauración y conservación de este monumento patrimonio de la humanidad.
 


Acueducto de Los Milagros (de Emerita Augusta), en Mérida, Badajoz.

El más conocido de las tres conducciones que surtían de agua a Emerita Augusta. La conducción discurría desde el pantano de Proserpina hasta la ciudad, teniendo que atravesar, como el acueducto de San Lázaro, la depresión del río Albarregas. Toda la obra es un portento de ingeniería, desde la presa hasta la conducción subterránea, pasando por el conjunto elevado de arquerías, el sector más conocido y que le da nombre. 
El dique del pantano de Proserpina mide 425 m. de longitud y 20 m. de altura. Su fábrica tiene una estructura central de hormigón "opus caementicium", revestida de sillares escalonados de granito, sillarejos o mampostería según la zona, y con un espaldón de tierra en su lado exterior delimitado por un muro de contención. También tiene contrafuertes interiores y exteriores.
Los más de diez kilómetros de que consta toda la construcción es debido al preciso estudio para aprovechar la mejor trayectoria, ya que la distancia desde el pantano hasta la ciudad es de 5 Km. escasos.

Su primera parte es subterránea, con una galería de mampostería abovedada con ladrillo de 2 m. de altura por 1 m. de anchura, que desemboca en una piscina, desde la cual la conducción entra en la sección elevada por arcos.
La trayectoria en planta de esta parte elevada -de más de 825 m. de longitud-, está dividida en varios sectores determinados por las distintas direcciones que adopta. Los pilares son de planta cuadrada de 2,5 m. de lado. Su fábrica es de sillares y ladrillos, cinco hileras de cada material, con un interior de hormigón. Este hormigón, en ocasiones, ocupa espacios de sillares para consolidar la unidad de la construcción, apareciendo mampostería en el exterior. Los sillares están enlazados por grapas de madera. A medida que adquieren más altura aparecen contrafuertes ataludados en sus laterales. Los arcos son de ladrillo a excepción del central inferior de los que se sitúan encima del río, que se compone de 9 dovelas de piedra.

Alzado de la segunda sección del Acueducto de los Milagros

El primer sector, esto es, antes del primer ángulo, consta de tres pilares rectangulares. El tercero de ellos llegó a tener una base tan deteriorada por la pérdida progresiva de sillares que le dio el nombre de "los milagros" a toda la construcción. Actualmente y dado el peligro de derrumbe se encuentra restaurado. 
La segunda sección es la más extensa, se encuentra a una distancia considerable de los tres pilares de la primera parte ya comentados. Todos los pilares están reforzados con contrafuertes y en la zona que pasa encima del río aparecen tajamares. Precisamente en este lugar se alcanza la mayor altura del acueducto, 25 m., que sería mayor si existiera el "specus" y una supuesta galería superior de paso. En toda esta sección se observan tres alturas de arcos, todos ellos de ladrillos, exceptuando el central, ya comentado, de dovelas de piedra. 

Los restos de la tercera sección están también separados y marcando un ángulo apreciable con la dirección de la anterior. El primer pilar es el más consistente de toda la construcción debido a su función de cambiar la dirección de la conducción. Esta se dirige a la ciudad y su altura disminuye progresivamente.
Toda esta construcción terminaba en un depósito de planta cuadrada "castellum aquae" de 6 m. de lado, de fábrica de hormigón y sillares recubiertos de mármol.

Acueducto de San Lázaro (de Emérita Augusta), en Mérida, Badajoz.
Una de las tres conducciones que surtían de agua a Emérita Augusta. Cuando este acueducto tenía que atravesar la depresión del río Albarregas se construyó un gran conjunto de arcos para sustentar las conducciones. De todo el conjunto solo nos quedan tres imponentes pilares con dos de sus arcos de unión, los situados más abajo de la estructura. En el S.XVI se construyó un acueducto nuevo utilizando muchos de los sillares del romano, por lo que este, fue prácticamente destruido. 

Alzado de los restos del acueducto de San Lázaro

Los tres pilares que nos quedan tienen de distinta planta, todos con contrafuertes, para fortalecer la estructura general.
El primer piso tiene unos arcos de 11 dovelas con clave ligeramente destacada. Los pilares, de planta rectangular, son de sillares exageradamente almohadillados dispuestos en 9 hileras. Para terminar este primer conjunto de arcos, hay una cornisa moldurada tangente a la cúspide de los arcos. Todo este conjunto constituye en sí el basamento del acueducto. 
El segundo orden de arcos está construido con sillares planos más irregulares intercalados periódicamente por hiladas paralelas de ladrillos. El número de unas y otras es el mismo, cuatro de sillares por cuatro de ladrillos. Los pilares, cruciformes y no rectangulares como en el primer piso, tienen una cornisa moldurada antes del inicio de los arcos. Estos son de ladrillo y soportarían directamente la conducción de agua.
Su longitud original estaría cercana a los 1.000 m. y desembocaba en dos canales, uno en  un depósito "piscina limari" del anfiteatro y otro dirigido al foro municipal de la ciudad. El depósito que es de planta cuadrada y bóveda de ladrillo, además servía para la decantación del agua. 
Posiblemente se realizase en dos épocas como parece indicar la diferente forma de construcción que tiene la arquería inferior y la superior -mediados de S.I y S.II-. Hay también quien piensa que es de construcción anterior, concretamente en época de Augusto.

Acueducto de las Ferreras (Tarraco), en Tarragona.
El acueducto de las Ferreras se construyó para abastecer de agua a la ciudad de Tarraco. Desde el río Gayá, a 92 m. sobre el nivel del mar, se desplegó una sucesión de canales, construidos en trinchera o subterráneos según el terreno, que descendía por el valle del río Francolí, 25 Km. hasta la ciudad. Una vez allí se dividía en dos ramales, uno para cada zona vieja y otro para la nueva. 
Como es lógico las expresiones más interesantes de esta construcción se realizaron cuando la conducción debía cruzar depresiones, en concreto al paso del barranco de la Ferreras. Se realizó un conjunto de arquerías para el soporte de la conducción de agua que medía unos 215 m. de largo por 26 m. de máxima altura. Su fábrica es de "opus quadratum", sillares rectangulares ligeramente almohadillados colocados en seco, sin argamasa. 
Es una obra de características técnicas muy notables. Se componía de dos órdenes de arquerías, la superior con 25 arcos y la inferior con 11. La distancia entre los ejes de los pilares es de 8 m. dando una luz de arcos de entre 5,90 y 6,40 m. Ambas arquerías están culminadas por unas cornisas de la misma anchura que las hiladas de sillares.
En la arquería inferior, los pilares de apoyo de los arcos, tienen unas hileras de sillares escalonadas que hacen de estos, pirámides trucadas, coronadas por cornisas perimetrales -de sección rectangular-, del ancho de un sillar. Los arcos se forman mediante 19 o 21 dovelas producen unas bóvedas de 1,85 m., siendo, para dar más fortaleza estructural, las dovelas de arranque comunes para los dos arcos consecutivos. En ocasiones las segundas dovelas se juntan, siendo así, que el tímpano es escaso, de cuatro o cinco filas de sillares.
La construcción de los arcos superiores, alineados con los inferiores, es similar a los del primer orden, diferenciándose en que los pilares son prismas rectangulares, no troncos de pirámide.
Sobre esta última arquería se sitúa la conducción, el specus, entre dos paredes de mampostería enlucida, del que nos quedan sectores con su pavimento original de opus signinum.

Planta y alzado de la sección elevada del Acueducto de Las Ferreras

Su construcción data de la época del emperador Augusto, quien convirtió a la ciudad en capital de la provincia Tarraconensis. También se le conoce como el Acueducto del Diablo. Posiblemente se trate del primer puente-acueducto con arcadas superpuestas.

Foros
Foro (forum), centro cívico, plaza pública, edificios públicos (civiles y religiosos) principales. Símbolo de la vida ciudadana, comunidad urbana que lleva a la romanización.
Ubicación (habitualmente) en el cruce del Cardo Máximo y el Decumano Máximo o proximidades. Estas calles son las que distribuyen el resto de c/. Las parcelas que quedaban eran de 35 x 35 m o 35x 70 m.
Planta rectangular (2 lados cortos y 2 largos)
Funciones (diferentes entre las épocas republicanas e imperial)
·       jurídico-administrativa [Basílica, curia (sede del gobierno local), tabularium (sede de los archivos), etc.]
·       religiosas [templo/s: triada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva), culto imperial, otro/s].
·       comerciales (tabernae), en época imperial se intentan sacar del foro.
Modelo más frecuente en Hispania: foro tripartito (esquema itálico, finales de la época republicana – comienzos de la imperial, apertura – cerramientos: bloc – forum):
·       templo – plaza rectangular pavimentada, basílica jurídica.
·       restantes edificios administrativos y religiosos (alrededor de la plaza)
·       pórticos en los que muchas veces se sitúan las tabernae.

Ciudades pequeñas y medianas con un foro, y las capitales conventuales y provinciales con más de un foro, imitatio urbis. Problemas de denominación y funcionalidad. Se ha intentado explicar la presencia de más de un foro como el sistema mejorado de la administración, siendo un foro para los asuntos de la ciudad y el otro para los de la provincia, pero no todas son capitales de provincia.

Foro de Ampurias, Gerona. En el tránsito del siglo II al I a.C. se creó una ciudad romana en Ampurias al lado de la griega. La ciudad romana republicana se dividió en dos zonas. La parte septentrional no se ha investigado mucho, se ha hecho más en la meridional. El foro ocupa el espacio de cuatro manzanas. Tiene comunicación directa con una de las vías principales de la ciudad. En los años 80 se pudo reconstruir la planta del foro. Destacan dos sectores, uno delimitado por un pórtico en forma de U, en el centro un templo, una vía (Decumana), y el otro sector un pórtico y tabernas, con restos, de lo que pudo ser una basílica y la curia.
Hasta mediados de los 90 no se ha podido matizar bien la cronología del foro. Hay una cisterna de época colonial. En el foro, de ocre el primer foro republicano, es de la primera década del siglo I a.C. Espacio porticado de dos naves en forma de U, presidido por un podium, un pronaos y una cella. Frente a ese espacio tabernae
Debajo del pórtico se creó un criptopórtico para darle más altura o elegancia. En azul tendríamos lo llevado a cabo en época augustea. Con ello se cierra el foro, monumentalizando su acceso, e hiladas de tabernae. Las que había se cierran de cara al foro y se abre por la parte exterior. A partir de esta época se construyeron templos menores. En momentos previos a la época augustea se construyó una escalera de acceso al templo en la parte trasera-lateral. Se tiene así un foro de época republicana transformado en época augustea. Junto al templo se crean pequeños edificios religiosos para el culto.
La investigación avanza, y en las excavaciones más recientes surgen problemas. Han aparecido silos para el cereal excavados bajo el suelo. En ellos han aparecido restos cerámicos que llevan a la conclusión de que no se abandonaron hasta principios de época augustea, a finales del siglo I a.C. Ello implica que la construcción del pórtico y de la basílica no sería de época republicana. 
Otra ciudad con foro conocido es Conimbriga, Portugal. El foro está en una zona más o menos central, en la zona más elevada de la ciudad. Dos fases en la construcción del foro, una augustea (31-14 a.C.) y otra flavio-trajanea (69 96 d.C.). La segunda fue una reforma muy grande que alteró la fisonomía del mismo. Para el foro de época augustea habría una plaza pequeña cerrada con tabernae y pórticos, y la basílica y curia en una parte. En el otro lado un templo y pórtico de doble nave delante del templo. 
La planta de época Flavia presenta una ampliación y variación del foro. Se amplió de forma sustancial, que arrasó estructuras previas. El espacio cerrado es mayor, con un templo mayor. La plaza estaría enlozada. Cerrada por un triple pórtico y la entrada era un arco con cuatro vanos. Desaparece la función comercial y jurídica- administrativa. 
Otro foro es Sagunto (Valencia). En una zona rocosa y elevada se emplazó el foro de época republicana, del que no se conoce nada, salvo un templo y unas cisternas de agua colmatadas en el 100 a.C. que se vinculan al templo y formarían el límite sur. 
Posiblemente el templo se dedicara a la Triada Capitolina (Júpiter, Juno y Minerva) ya que había 3 Cella, pero también se ha puesto de manifiesto que se adorara a Hércules. Ello se debe a que en época de Augusto se produjo una remodelación, con adaptación del terreno y demolición de lo anterior. Los edificios más destacados son la curia y la basílica de tres naves, conservada en parte. Es un esquema de foro bastante cerrado. De la basílica provienen gran cantidad de pedestales de estatuas dedicadas a Augusto y a su familia. Hay agujeros de una inscripción en el que indica que el foro es donación de un ciudadano al fallecer. Parece que tienen una vida de alta época imperial, ya que se pudo abandonar a favor de otra construcción más baja.

Cartago Nova, Cartagena fundación cartaginesa de 229-228 a.C., y asentamiento romano hacia s. III-II a.C., en los años 80-90 se puso de manifiesto que a lo largo del siglo I a.C. la ciudad crece, y se dota de espacios públicos romanos. Se ha ido diseñando la planta del foro en los últimos años. 

El foro comienza a construirse en época Augustea (31 a.C. – 14 d.C.) pero posiblemente se terminó en época Tiberiana (14-37 d.C.) Aparece en una vaguada entre dos cerros. Se conoce más o menos la plaza, presidida por un podium o construcciones no muy conocidas que marca el tránsito entre la plaza y el lugar del templo. Han quedado restos muy escasos. También han aparecido restos de tabernae y curia. Alejado del foro, no mucho, se encuentra un edificio que sería el lugar privado del culto a Augusto. Del resto se conoce poco. Entre finales del siglo I a.C. hasta bien entrado el siglo III (220-230) estuvo activo.

Valentia, Valencia; tiene el foro en el cruce del KM/DM. Se conoce sobre todo unas construcciones bien planificadas. El foro sería sencillo, y transformado en época imperial. Predomina en el foro un templo y una plaza cerrada por espacios porticados. Es más diáfano al principio. Es de función religiosa. De época Republicana a la Imperial, sufre una modificación el foro en la que se ve como se cierra la plaza.
El foro imperial, fue construido con piedras azules de Alcublas como se apreció en las excavaciones de la Plaza de la Virgen. 
Conocemos sus límites gracias a las excavaciones que se realizaron en la Plaza de la Virgen y l´Almoina.
A él se accedía por tres escalones desde la basílica de los Desamparados, las losas tenían un rebaje en el punto de contacto de las gradas, y así formaban un canal para recoger el agua en caso de lluvia.
La plaza del foro, estaba rodeada por un porticado en cuyo extremo oriental se conservan 7 grandes basas en el solar de l´Almoina. Estos tienen una separación de 2,85m, y se conservan una losa de coronamiento compuesta de un sillar de caliza de 1x1; también se han recuperado dos basas de columna de tipo ático con doble toro y escocia.
Se han localizado construcciones a lo largo del porticado del foro, la primera es un edificio  del que solo se conoce su anchura, 25m. Consta de tres naves divididas por muros y pilares. 
Al sur se ha identificado un edifico que se ha interpretado como la curia. Es de planta rectangular de 7x8,30 m y consta de un zócalo con grandes sillares, sobre el que se levanta un muro de opus caementicium. El muro no alcanza toda la anchura y se supone que en ese espacio libre estarían los asientos de los senadores. El interior del edificio conserva su pavimento de opus signinum. Al norte de la curia debió de existir otro edificio similar, del que solo se conserva el hueco dejado por su expolio, se deduce por su ubicación que sería un pequeño templo o un tabularium.

Otro caso es el de Caesar Augusta (Zaragoza), fundación de época augustea (31 a.C. – 14 d.C.). Ha aparecido un espacio público cerca de la catedral de Zaragoza. Es un espacio porticado abierto, presidida la plaza por un templo apresado por un pórtico que delimita el espacio sagrado. Puede que este sea el foro único, de fecha imperial. 
Durante años, el dato se ha comentado y debatido entre los arqueólogos, especialmente tras los trabajos de José Antonio Hernández Vera: la basílica romana, el sitio clave de la ciudad para las reuniones y transacciones comerciales, debió ubicarse en lo que hoy es la Casa de la Iglesia y el palacio arzobispal. Desde el martes, el comentario es ya una hipótesis respaldada visualmente. El Museo del Foro exhibe una maqueta y un vídeo en los que se sitúa allí.
Lo que más impresiona del foro de Caesaraugusta son sus dimensiones. Y es que la superficie que se le ha calculado es monumental: nada más y nada menos que 23.825 metros cuadrados. Es decir, lo que hoy ocupan la plaza de la Seo, el palacio arzobispal, la Casa de la Iglesia, la Seo, la plaza de San Bruno, las calles de San Valero, Cuéllar y del Cisne, y gran parte de la calle de Pabostría.
El corazón de la ciudad romana, el centro político, administrativo, religioso y económico, era grande y monumental.
El templo estaría dentro de lo que hoy es la Seo, la curia en un edificio ubicado en el sureste del complejo, la basílica en la Casa de la Iglesia y el palacio arzobispal... A ello habría que añadir diversos locales comerciales, el archivo de la ciudad, la ceca donde se acuñaba moneda, oficinas, un espacio destinado al culto imperial (que no se ha descubierto) y conjuntos escultóricos como la estatua ecuestre de Tiberio, en la plaza, a cielo abierto.
El especialista Antonio Mostalac ha corregido la cronología que hasta ahora se manejaba y distingue tres fases de construcción en el complejo, que se levantó entre los años 40-30 antes de Cristo y el 20-30 después de Cristo.

Segobriga, Cuenca. La ciudad se levanta sobre una colina. Es un pequeño municipio, alejado de rutas importantes, pero que a partir de época Imperial tomó importancia. Conserva el ámbito privado que se conoce mal. Lo que se ha investigado es la zona de entrada a la ciudad y los espacios de espectáculos. El foro de época augustea (31 a.C. -14 d.C.) y finalizado para época Julio-Claudia (41-68 d.C.) tiene acceso conocido a la plaza enlozada del foro. Es un foro en el que invirtió mucho dinero la élite de la ciudad, que eran peregrini aún. El altar estaba dedicado a Augusto aún vivo y no divinizado y han aparecido multitud de pedestales de estatua.

Baelo Claudia, ciudad costera y portuaria cerca de Tarifa (Cádiz). Ha sido excavada en los años primeros del siglo XX hasta los 80. Ello ha hecho que se conozca buena parte de la ciudad como la muralla, el foro, edificios lúdicos y casas con carácter industrial (salazón). Hay zonas que no pueden dar más datos, pero hay dudas cronológicas. Está muy bien estudiado a pesar de ello. Queda por conocer los espacios de hábitat, aunque no hay mucho lugar para las viviendas, por lo que se ha pensado que era un lugar de trabajo con gente que iba y venía a la ciudad.

La planta es irregular, adaptándose al terreno. El foro no es muy grande, aunque destaca con respecto a la ciudad. El foro es de época augustea (31 a.C. 14 d.C.) El foro está delimitado por cuatro calles: dos cardus y dos decumanus. En torno a la plaza hay edificaciones por todos sus lados. La plaza está enlosada y existen tres elementos como son los recintos religiosos, la plaza y la basílica. En los lados oriental están la tabernae y en el occidental edificios de la administración. Hay curia, tabularium y comicios. Templo dedicado a la diosa Isis. También plaza secundaria, con edificio para el comercio y otros no claros pero para el servicio de la basílica. 
Corresponde a la época entre Claudio y Nerón (50-60 d.C.), con reformas de época flavia, la transformación que sufrió. Antes hubo uno de época augustea del que se conserva poco. Funcionó hasta el siglo III, cuando se comienza a abandonar. Entre el templo y la plaza se ubica una ornamentación de juegos de agua, fuentes y ninfeos. Se abandonó la plaza en los siglos. III-IV.

Clunia, Burgos;  capital del conventus clunienses. Investigado en los años 60-90. El foro tiene dimensiones considerables, lo que se ha puesto en relación con ser capital conventual. Se ha excavado en su mitad. De planta rectangular, con un gran templo del que ha quedado su cimentación. Junto a uno de los lados cortos el templo, y en el opuesto la basílica con capillas y construcciones anexas sacras. En medio la plaza. En los otros lados hay tabernae, aunque no todas se dedicaron a fines comerciales. Quizás fueron capillas o lugares de culto. De época tiberiana-claudia (20-50 d.C.). Tuvo importancia en época de Galba y entra en declive a partir del siglo III. 
Los foros de gran importancia en lo económico y en la administración y justicia eran los de las capitales de provincias (Tarraco, Emerita Augusta y Corduba). 
Estos foros son reflejos del de Roma. En ellos hay más de un espacio público que se puede considerar como dos foros. El primer foro es el de Tarraco (Tarragona) que está en proceso de revisión. Se conoce bastante bien. Tarraco tiene una planta muy reconocible con diferencia entre la parte alta y la baja de la ciudad. La parte alta domina lo portuario y la zona baja. Ello responde a una plasmación en lo administrativo ya que estuvo dedicado a la administración provincial, y la baja estuvo a la administrativa colonial. Ello se ha intentado llevar a las otras dos ciudades.
El foro colonial está en una parte muy excéntrica. El foro fue excavado entre 1926-1930, y se descubrió un espacio que identificó como foro. Hasta 1980 no quedó claro que no era el foro, sino la basílica. En los años 90 se descubrió que la orientación era N-S y no E-W. En lo cronológico contó con foro en época republicana, por información literaria y epigrafía se conoce, con pedestales dedicados a Pompeyo que en el lugar opuesto se dedica a un lugarteniente de César. Gran reforma en época alto imperial. Estuvo en funcionamiento hasta la segunda mitad del siglo IV a.C. (360). 
La basílica estaba en una situación esquinal. No se sabe dónde estaría ubicado el templo. Se sabe que existía en los años 26-25 a.C. un templo dedicado a Augusto por fuentes escritas. No se sabe si el templo y el altar estaban en la parte alta o baja. Empieza a quedar clara la limitación al sur del pórtico.
El foro alto era el de la provincia. Hasta época augustea la zona alta era como un lugar de almacenes, pero en época Flavio se construyó el foro en 3 niveles. Aquí se excavó con rigor a partir de los años 60. Entre los años 60-70 se fue conociendo la situación del foro, aunque no fue hasta los 80 cuando se conoció mejor el foro. Aparece un espacio circunscrito por la muralla tardo republicana estructurada en terrazas. El complejo provincial tuvo un conjunto de culto en la parte más elevada, una gran plaza de representación y un edificio de espectáculos que es un circo. Ese complejo se ha ido concretando. El culto estuvo presidido por un gran templo octástilo, de donde hay gran cantidad de pedestales con epigrafía dedicados a personajes importantes de la provincia. Las fuentes hablan de que pidieron a Tiberio permiso para construir un templo dedicado a Augusto. Pero en lo cronológico hay desajustes ya que los restos hablan del año 70 y no del 15 d.C. Ello puede quedar despejado próximamente. Los + de 50 pedestales son posteriores a época flavia.  De la plaza hay un gran número de inscripciones sobre todo de los flámines provincia Hispania citerior.
El clípeo es un escudo monumental en cuyo centro hay una cabeza de Júpiter-Amón. Llama la atención porque en el de Roma los áticos iban decorados con clípeos con la cabeza de Júpiter-Amón. Entre los clípeos había cariátides en Roma, en Tarraco candelabros. Se ha llevado a época flavia. Ello aún no es seguro. Esto fue realizado antes de que se construyera todo el complejo, primero culto y plaza y luego el circo. 

El complejo estuvo activo hasta principios del siglo V d.C. 
La segunda capital es Emerita Augusta, (Mérida); esta ciudad se dota de muralla desde el principio. Contó con dos espacios forenses, el de la colonia en el cruce del KM/DM, y en la prolongación del KM otro foro (provincial) que funcionó casi desde el inicio de la ciudad. 
En el caso del foro colonial está presidido por un templo dedicado a Diana, aunque en verdad el culto que se desarrollaba en este templo era al culto imperial. Se conoce poco más del foro. Es una planificación desde comienzos de la ciudad. Este foro fue ampliado en época de Claudio-Nerón y sería una plaza anexa al foro colonial. En el espacio añadido se ve en los áticos clípeos con cabeza de Júpiter-Amón y medusa, y cariátides que los separa. Se imita al foro de Augusto de Roma. De esta zona proceden estatuas de Eneas huyendo de Troya con su padre e hijo, que también estaba en el foro de Augusto de Roma. En monedas aparece un altar que no se sabe dónde estaba ubicado, y se piensa que estaría en el centro del foro anexo. 
Disponemos de otra plaza que forma parte del diseño de la ciudad que también estuvo presidida por un templo. Enmarcando el paso a la plaza está el arco de Trajano, que era de entrada y no honorífico al foro provincial. Estaba presidido por un templo que fue excavado en los años 80, y que se pensó que era tetrástilo, pero nuevas excavaciones lo han puesto en duda, sería hexástilo. Eso ya no lo pone en relación con las monedas. Se plantea su finalidad.

El tercer foro colonial es el de Colonia Patricia, Córdoba. El conocimiento de la ciudad ha ido evolucionando, siendo hoy muy conocida. El foro se ha conocido siempre en el entorno de las calles Cruz Conde–Góngora, donde aparece caliza gris en la pavimentación. También hay textos que hablan de un foro en época republicana, de la que no hay restos materiales. Ello se debía a que la plaza fue tapada por otra nueva a fines de Augusto y comienzos de Tiberio. Se puede afirmar que el foro imperial estaba porticado en tres de sus lados. En el lado Oriental se situaría el máximo templo, en la actual Iglesia de san Miguel. En el resto de los solares no han aparecido restos interesantes, por lo que no conocemos donde estaba la Curia, Basílica…
Al sureste del foro, cerca del cruce del Cardus Máximo y de un Decumanus máximo (se cree que había dos) se hallaron en los años 80 restos de una decoración escultórica que pudo estar relacionada con el foro. 
Las investigaciones más recientes han podido asegurar la existencia de un nuevo espacio al sur del foro. Se cree que había un espacio precedido por un templo marmóreo que había copiado a Roma, con calidad del mármol que hacía pensar que era exportado de Roma. Ello a través de fragmentos de partes del templo, y de una escultura que es el tronco de una escultura de un emperador. La confirmación de esta hipótesis se obtuvo en 1997 al excavar un solar donde se encontraron los restos de cimentación de un templo y la plaza que lo precedía. Se produjo una ampliación al sur del foro colonial, precedido por un gran templo. Su cronología oscila entre época de Augusto y época de Tiberio (12-20 d.C.) con el culto imperial.
La escultura ha sido muy estudiada. Hoy día se está de acuerdo en que pudo representar a Rómulo o a Eneas, que toma más peso, y que repite el esquema del foro de Roma, que también se hizo en Mérida. 
Otro espacio que ha dado que hablar, y que ya no tiene tanta fuerza, es el espacio del alto de Santa Ana, un espacio intermedio entre el foro y el teatro, donde aparece gran material escultórico. Fue excavado en los años 60 sin intervención arquitectónica. Faltan contextos. Se creó la idea de un segundo foro. Hay un personaje público que recibió dos dedicaciones. Se encuentran bustos, estatuas femeninas… que hacen pensar en espacios públicos. Hoy día no está tan claro, pudiendo proceder de las terrazas altas del teatro. También cabe la posibilidad de que existiera un pequeño recinto para la escultura de la familia real. Clípeos también en Córdoba. 
Otro sector de la ciudad es la de la calle Claudio Marcelo con Capitulares. El templo fue conocido a finales de los años 50. Han aparecido restos desde siempre. García Bellido fue el primero en ver que los restos eran de un templo que no podía ir aislado. Precedía a una plaza. En los años 80 se fue concentrando, sabiendo que estaba rodeado por tres pórticos abiertos al Este. También había algo más que servía de transición hacia el circo. Es un espacio monumental, próximo a la puerta de la vía Augusta, un espacio elevado que hace que la estructura sea importante. Nos encontramos algo parecido a Tarraco, un espacio utilizado en las provincias, siguiendo la misma estructura: foro y espacios públicos. El problema es que no tenemos epigrafía. El templo es hexástilo y/u octástilo como el de Tarraco. Tiene posición diferente… que puede ir en contra de esa propuesta. No se puede asegurar de que sea el complejo provincial por ello. Los rellenos del templo son de época Claudia. La culminación viene de época Flavia. Por el Aqua Nova que le proporciona agua. 
Córdoba es la ciudad más compleja en lo que respecta a si es colonial o no. Todo remite al foro de Augusto de Roma.

Santuarios
Santuarios de ámbito rural
Son de época prerromana, con continuación en época romana. El sureste es la parte más estudiada. Se conocen santuarios de origen ibérico que van a continuar hasta época imperial. 
Cerro de los Santos (Albacete) fue muy estudiado en los años 60-70 del siglo XIX. Hoy está agotado. Se sabe que en esos años se hizo un dibujo de una planta que hoy no existe. Se ha podido decir que es un templo romano, rectangular con pronaos y naos bien diferenciados.
El caso de la Encarnación (Caravaca de la Cruz, Murcia) ha sido de mayor fortuna. Ha llegado el templo A, porque el B está bajo la ermita. Tiene pronaos y una delimitación de sillerías, y opus signinum que marca algo distinto al mundo ibérico. Se han hallado tejas y terracotas que hablan de otra época. A ello se une placas o antefijas que indican el arranque de las tejas con decoración como palmetas… 
El templo B es de mayor dimensión, con varias fases entre el siglo II a. C. y el siglo II d.C. Es rectangular y estaba decorado con capitales jónicos y signinum, tejas… Aspecto lujoso acorde a la época tardorepublicana.
Otro santuario conocido es el de Torreparedones cerca de Castro del Río (Córdoba).

Santuarios urbanos
Se conocen los de Ampurias y Sagunto. El de Ampurias es tetrástilo, con escalinata lateral de época posterior. Se construyeron capillas en época imperial.
Otro ejemplo es el que preside el foro de Sagunto. Fue excavado en los años 30 y reexcavado posteriormente. Entrada con vestíbulo y escaleras in antis. Hay una cisterna, colmatada en el año 100 a.C. La cella tiene tres partes, por lo que se cree que es el capitolio. 
Otros ejemplos de santuarios urbanos son los siguientes. El mejor conocido es el de Diana en Mérida. El templo, durante mucho tiempo, quedó integrado en un edificio palaciego civil. Ello ha hecho que se conserve mejor. Lo que se conoce es una restauración. Se ha podido reponer decoración que estaba caída. Es hexástilo, períptero, presidiendo el foro de la colonia, y en posición preeminente. Delante del templo hay una tribuna que marca el acceso entre lo religioso y lo civil. Estaba rodeado por un pórtico y flanqueado por dos estanques que se han puesto en relación con los rituales, y que daban aspecto de jardín. Se construyó en granito de canteras próximas. Ello hace pensar que es antiguo, de pocos años después de la fundación de la ciudad, el año 16-15 a.C. el templo. 
Templo de Diana (Mérida)

Se tiene la fachada, cerrada por cancela de hierro. Levantado sobre podium. Han aparecido elementos escultóricos que vinculan al templo con el culto imperial.
Otra colonia augustea es la de Barcino (Barcelona). Destaca un templo hexástilo fechado para el 9-8 a.C., con algunas columnas conservadas, períptero, sobre podium, que presidía el foro de la ciudad. Escalinata principal. Del entorno proceden algunas esculturas y epigrafías. También destaca que está realizado con caliza de Montjuïc. 
Otro ejemplo es Évora en Portugal. Se conoce pero en lo urbanístico. Destaca el templo de Évora que preside el foro, y da un paso más avanzado que los vistos. Es hexástilo, períptero y con el problema de que se usa mármol para el capitel y la basa, y material local para el resto. Ese mármol indica que está en época posterior, época de Tiberio quizás. Se conoce un pórtico que rodea al templo y un estanque en forma de Pi que rodea al templo en tres lados. Ello se ve en la ciudad itálica de Luli. Se revistió con mortero de cal y estucado con pintura. El estucado se ha visto en el podium de Ampurias, con pintura roja. Presidía el foro que fue reestructurado poco después de construir el templo, en época flavia, que supuso un muro que creó una tribuna delante del templo. 
Évora

Otro ejemplo es Córdoba, con el templo de Claudio Marcelo. El concepto es de un templo aislado, pero que estuvo rodeado por tres lados. La entrada estaba precedida por un altar. La estructura tiene naos y pronaos. Tiene aspectos que lo singularizan como el lugar en el que se ubica, una gran apertura al Este de la muralla para la proyección del templo. También se ha documentado que la vía Augusta no discurría por ese lugar, sino un poco más al sur. Esto rompe el concepto de templo dentro de la ciudad. Se creó un sistema de plataforma elevada de 10 metros para sustentar al templo. Esa estructura es un esquema teatral y buscado, que tiene raíz en época helenística, y también en Italia. En lo arquitectónico, se asemeja al templo de la Maison Carre de Nimes, de época tardo augustea, dedicado a los nietos de Augusto. 

Ese templo es hexástilo con pronaos y naos, pero no períptero, sino pseudoperíptero, salvo en la pronaos.
El edificio se excavó en los años 50, cuando se centraron en la zona del altar y la parte del vestíbulo, que permitió saber que era un templo romano con paralelo en la Maison Carre. En los años 60 se levantó las columnas (reconstrucción de la original) para dar mayor visión de lo que era, ya que sólo quedaban los cimientos. El templo combinaba dos elementos: sillería de opus quadratum y mármol blanco, que podría proceder de Sevilla. Para la decoración el mármol y la sillería para lo demás. El opus caementicium se usó para la escalinata. Hubo años que no se investigó. En los años 80 hubo tres campañas en el interior de la naos. Había un sector central en el que faltaban sillares, donde había vertidos de tierra. De ahí se recuperó gran parte de cerámicas. Se pudo construir a partir de época de Claudio, debido al conjunto de materiales que remiten a los años 50. A partir de ahí se concretó más en los años 90, y otras en el 2001-2003. Por ello se puede dar algunos datos claros como cronología en el siglo I. No se han recuperado inscripciones honoríficas que impide saber a quién estaba dedicado, pero su localización puede indicar que era un templo de época alto imperial. Su duración duró hasta el siglo III d.C., desmantelado a finales del siglo III d.C.
Tenemos los templos del Capitolio de Baelio Claudia. Fueron excavados en los años 20 por franceses, y se vinculó el B a Júpiter, y el C a Juno, por lo que el A es a Minerva. Los tres templos independientes, lo cual es muy extraño, construidos al mismo tiempo. Sobre podium, tetrástilo, con pronaos y naos. Delante de ellos había una especie de capillas. 
Tenemos también los restos de un templo peculiar en Clunia (Burgos). Enfrentado a la basílica, con planta en forma de T con naos rematada en ábside, y pronaos a la que se accedía por unas escaleras laterales por detrás. Los restos limitados a cimientos. Se construyó en época tiberina-claudia (mediados del siglo I d.C.). La divinidad a la que se dedicó es dudosa aunque se piensa que a Júpiter. Aparecen estanques de agua en relación al templo.
En los últimos años se ha puesto al descubierto el templo del foro de Segobriga (Cuenca). El templo está separado de la plaza por el Cardo Máximo. Tras el templo y vinculado en lo constructivo hay unas termas. El templo no se levantó sobre podium ya que el terreno y las terrazas naturales le daban altura. Espacio asilado que daba lugar a un nicho con pedestal de estatua, donde estaría la del dios de culto. Por la cerámica recuperada, se fecha entre los años 60-70 d.C., época de Nerón-Flavio. Es de fecha posterior a la construcción del foro. No hay epigrafía, aunque pudo ser de culto imperial. Ello fue porque apareció un retrato que se cree que era de Vespasiano.
Otro conjunto de gran importancia es el de ciudad de Munigua (Sevilla). Es una ciudad en la sierra norte dedicada a la minería y fundada a partir de época Flavia como municipio. Existía un asentamiento previo del que hay restos, pero que funciona como ciudad con Flavio, Vespasiano y Tito, promulgando el derecho de latinidad, concedido a las élites de las ciudades. Aquí una serie de notables ciudadanos pagaron ciertos edificios. El templo aparece en una zona de ascenso paulatino. El santuario era el eje principal del complejo. Terrazas con acceso por rampa, mira al Este y se inspira en construcciones del Laccio. El principal material de construcción es el ladrillo. No se sabe a quién estuvo dedicado, pero se cree que estuvo dedicado a Hércules, pero vinculado al culto al Emperador. Posee contrafuertes en la parte trasera. A la cella se accede por escaleras laterales en una zona ajardinada.
Desde la gran arquitectura santuaria, el culme es el templo de Traianeum, Los Palacios, Itálica. Se construyó a finales de época trajanea, principios de la Adriana, en la nueva urbs entre los años 20 – 30 d.C. Es uno de los grandes ejemplos de templos recientes. Es una excepción en lo que es el templo y la ciudad.
A partir de finales del siglo I se produce un estancamiento constructivo. Itálica es una excepción porque amplia la superficie en ese momento. Eso implica que, aunque es una de las más antiguas, a partir del siglo II se ampliara por lo que se habla de antigua y nueva urbs. A mediados del siglo III se abandona. El solar de la antigua itálica fue ocupado por el pueblo de Santiponce. Lo que se ve es un nueva urbs. 
El templo se encuentra en una zona central, en lo que podemos ver que ocupó dos insulae. Estuvo rodeado por calles en todos sus lados. También se procedió a una elevación del lugar del templo y se rebajó el nivel de las calles. 
Las noticias del templo aparecen por hallazgos causales en épocas primeras del XX. Pero la excavación se inició en los años 80. Los últimos estudios se han hecho sobre la decoración que se había extraído. El complejo estaba muy arrasado, ya que fue expoliado al ser abandonado. Se ven tres partes, gran espacio porticado que circunda una gran plaza de 100 columnas. Un templo religioso en el centro de la plaza abierta, y frente a él un altar. En los pórticos se ven nichos cuadrados y semicirculares que se alternan, y es similar a la biblioteca de Adriano en Atenas. En la plaza existió gran número de pedestales de estatuas y pavimentado con piedra. Octástilo y peristilo. La cella con contrafuertes en el marco exterior. El acceso se hacía por dos rampas a la plaza. Había otras entradas menores. Se emplearon mármoles blancos y otros de distinta procedencia. Toda esta monumentalidad se ha entendido por la intervención directa de Adriano, aunque también fue financiado por nobles de la ciudad. Cabe la posibilidad de que fuese para el culto de Trajano. Se usó el opus caementicium y el quadratum. Al abandonarse fue expoliado. El altar estaría rodeado por un recinto.
Cartago Nova, Cartagena; no tiene lo que fue realmente un templo, sino más bien una sede dedicada a la reunión de los que veneraban al Emperador. Sede de los libertos y libres no muy elevados que forman un colegio. No está en el foro, pero si próximo a este.
Basílicas, Curias y edificios comerciales llamados Macella

Basílicas
Las basílicas son los edificios donde se implanta justicia, con una arquitectura estándar. Se tiene constancia de ellos desde el siglo III a.C., pero los más destacados son los de los siglos II-I a.C. con las de los foros. En España las constatadas son a partir de la época augustea. Tienen una planta rectangular y dividida internamente en varios ámbitos por columnata. Se divide en tres espacios de acceso y tránsito. La basílica suele tener al menos dos plantas en la zona central, aunque suele tenerlas en todo el edificio. Dentro de la basílica no puede faltar el sector del tribunal. Suele presidir uno de los lados cortos, con un basamento que delimita el espacio presidencial.
A partir de Augusto se crea una estancia para el culto al Emperador, el Aedes Augusti, cuadrangular o terminado en ábside. Era allí donde se podía ejercer el culto. En las nuevas se planificaba, en las antiguas se añadía. En ocasiones puede servir como zona de tribunal o como zona de reunión de los decuriones.
Una basílica es la de Tarraco, Tarragona. Fue excavada en los años 20, y al principio se pensó que era el foro. Se sitúa junto a uno de los lados largos del foro. A finales de los 80 re excavaron y se desechó que fuera el foro, y constataron la existencia que denominaron posible Aedes Augusti. Se fechaba a partir de época augustea, con reformas. Se llevaba a cabo transacciones comerciales y cambios de moneda. Estas funciones se llevaban a cabo en pequeñas estancias. El caso de Tarragona hay seis tabernae a cada lado del Aedes Augusti. La basílica ha arrojado material importante desde lo epigráfico. Su utilización estuvo en funcionamiento hasta la misma fecha que el foro. Se construyó con la técnica de opus caementicium para los cimientos y realzados con caliza y opus vittatum para el alzado.
Basílica de Baelo Claudia, Cádiz rectangular con columnas, situada en frente a la zona sacra. Es uno de los más monumentales. Tenía dos pisos de orden jónico y corintio respectivamente. El material empleado es piedra local, calcarenita con más arenisca, que aparece revestida y con pintura en algunos lados. Tiene tres accesos a la basílica que cubren el foro, y una segunda plaza a la que también abre. Existía un sistema de escaleras que permitían el acceso a la segunda planta. En el extremo Occidental de la parte central aparecen restos de estatuas con basamento original junto a otras tres, por lo que se piensa que es el lugar del tribuno. La estatua hallada es de Trajano, pero con cabeza anterior, ya que el suelo es de opus signinum, que fue excavado y encontraron restos de época augustea. Su cronología final duró hasta el siglo III-IV d.C., con terremotos que afectó a la ciudad y que arruinó la basílica. Abandono paulatino y con viviendas precarias en el siglo V.
Otro caso es el de Clunia (Burgos). La excavación se realizó en los años 60-90. La basílica se ubica en un lado corto y en el otro extremo del templo. Es rectangular de tres naves. En el lado Oriental hay un podium en el que aparece el tribunal. En cuanto a su cronología, esta es difícil ya que de su alzado no queda nada. Se conoce su cimentación de opus caementicium. Parece que es de un momento avanzado del siglo I a.C. En el extremo oriental se ha pensado que estaba conectado con la Curia. En un momento dado se añadió en una posición axial una estancia y habitaciones. Se ha constatado un podium en ella, lo que le da forma de templo que ha hecho pensar que es una Aedes Augusti. También estancias que serían capillas.

Curias
Las curias son el lugar donde se reúnen los decuriones, el Senado local. Eran lugares modestos. Su uso era político. Caparra es una ciudad en la que se conserva una curia. Fue estudiada en los años 20 y luego en los 90 cuando se sacaron los edificios más importantes del foro. En un extremo de uno de los lados cortos se encontró un lugar en los años 20 que se creía que era un templo de Júpiter hasta los 90, cuando se puso de manifiesto que era una curia. Es rectangular, con un pequeño vestíbulo y sala central con bancos que dejan un espacio central y una tribuna al fondo. Se ha puesto en relación con curias de otras partes, como el Norte de África.
En el foro de Cartago Nova (Cartagena) se ha hallado una plaza en la que se ha excavado un edificio que puede interpretarse como la curia de Cartagena. Muy vinculada al foro. Es un edificio porticado y situado en altura. Fechado para los años 20 – 10 a.C. La tensión constructiva es de muros dobles, y también se vio un paramento de losa gris y una zona central de mármol rojizo. También se halló una estatua de mármol blanco que aparece togado y se cree que es Augusto. También aparecen nichos para los documentos. Hay bisagras de marfil para las sillas plegables.

Macella
Las Macella. La función comercial se pierde en los foros a partir de época imperial. Ese papel lo asumen los edificios llamados Macella. Uno de ellos es el de Baelo Claudia, cerca de la basílica, y en la esquina surooccidental del foro. Su acceso no es desde el foro, sino desde el DM. Este tipo de edificios se reconoce de forma más o menos fácil por su planta. Es un espacio abierto central rodeado de pórticos y tabernae. Lo que no suele faltar son fuentes y construcciones de algo similar en la parte central. Posee una exedra y edículo central. Fue una construcción de época flavia, y a finales del siglo II ya había partes que no funcionaban, aunque se desmantela a partir del siglo III. 
Macella de Clunia (Burgos). Edificio ubicado de forma extraña con respecto al foro. Tiene una planta barquiforme llamativa, con vestíbulo monumental que da acceso al edificio en sí. Dos grandes exedras en los lados, en transición a la planta circular que indica que se adapta a las calles. Pocos restos, con algunas basas. Espacio central despejado y tabernae

Edificios de espectáculo
Los edificios de espectáculos eran algo que no podía faltar en las ciudades importantes. Ello era debido a que daban prestigio y reunía a la población para determinados actos y momentos para una función lúdica y de reunión. En la primera mitad del siglo I-II las construcciones de estos edificios son escasas, lo que se realizan son reformas y transformaciones. En el siglo III ya no hay construcciones. 
Los edificios de espectáculos son tres: teatros, anfiteatros y circos. Éstos tenían una estructura y finalidad concreta y una tipología típica. A lo largo del tiempo su importancia va cambiando, generalmente no funcionaron a la vez.

Teatros
Los teatros son de gran importancia y muy llamativos. Supusieron un gran esfuerzo para su estudio realizado en los años 80 y 90, con excavaciones que retornan nuevas investigaciones. Los teatros han generado un panorama importante con campañas, congresos, jornadas y reuniones. En 1982 se reunieron para hablar sobre los teatros romanos en Hispania, celebrado en Mérida. También se realizaron unas jornadas de arqueología andaluza en 2002 centradas en el teatro. También se produjeron reuniones sobre teatros y anfiteatros en Hispania. 
Son unos edificios para los ludi scaenici (juegos de escena), representaciones que gozan de gran popularidad con tradición griega. Son celebraciones en honor a los dioses, con posibles sacrificios rituales, también se celebran comedias, tragedias, mimo y pantomima. Eran edificios para espectáculos y para reunir a la multitud en Asamblea. Fueron remodelados en época imperial, ya que para época republicana eran estructuras de madera. El teatro consta de tres partes básicas, la gradería-cávea, el escenario y la orquesta. La gradería es escalonada y aprovecha el terreno para colocar la estructura, donde se colocan los espectadores. Estructurada en distintos sectores en base a la clase social y personajes importantes. La división social hace que la gradería sea una especie de cuneos delimitadas por dos escaleras. 
El escenario está situado frente a la cávea, cerrado por el scaenae frons (frente escénico). Es un escenario arquitectónico a modo de fondo o pared del escenario. Es un decorado permanente. Su altura debe coincidir con la de la gradería. Planteamos problemas de conservación, por lo que es difícil saber cómo remataban los grádenos del templo. Las hipótesis que hay son de un pórtico sobre el teatro siendo un espacio columnado. 
La orquesta se sitúa entre la cávea y el escenario, el espacio que lo separa. Queda como perduración del mundo griego. 
Los accesos al teatro se hacían a través de puertas en los laterales con pasillos llamados aditus maximus (en la que se sienta el que costea los gastos), entre la cavea y el proscaenum. También tenía una puerta central por donde entraba y salían los actores. Es la Valva Regia. La denominación que tenía las diversas partes son pulpitum la escena, proscaenum el frente del pulpito, solía decorarse con nichos y exedras que delimitan el escenario. Otra denominación es versura. 
El teatro es donde mejor queda la estructuración de la ciudad hispanorromana. Tiene tres cáveas. Posee partes reservadas a los personajes más importantes en las filas cercanas a la orquesta, magistrados, personajes notables y religiosos. La parte superior de la gradería (verdes) y en lo más alto se situaban las mujeres y los esclavos de pie, salvo los de alto rango, es el gallinero. En la zona central (azul) se situaban los soldados (hijos de familias romanas) y los ciudadanos romanos. 
En el estudio de los teatros se ha aumentado su conocimiento, con una gran concentración en la Bética, la provincia más romanizada. El auge de los teatros es en época tardorepublicana y mediados del siglo I, en Roma en el siglo I a.C. está el de Balbo en el 40 a.C., el de Pompeyo en el 55 a.C. y el de Marcelo en los años antes del cambio de era. Son modelos que se difunden por Hispania en época augustea. Tras la época de Nerón se produce un auge. En época de los julio-claudio, los flavios apenas hay nuevas construcciones.  

El teatro de Tarraco (Tarragona) está en las proximidades del foro de la colonia, a extramuros. Hay pocos restos conocidos; las primeras investigaciones en 1919-1920 se realizaron en la parte baja de la cavea. En el siglo XX apenas hay estudios, en los años 70 se producen nuevas campañas en las que se le da importancia al teatro. Un proyecto de construcciones de viviendas afectó al teatro. Hubo campañas en contra que no impidieron que se construyeran los edificios. No se hizo nada por recuperar el teatro hasta 1998-1999. La cronología es incierta porque se sabe que en época augustea había relaciones con puerto, almacenes. Años más tarde parece que se construyó el teatro, en el siglo I, con remodelaciones. Hay varias fases de monumentalización en el siglo II con elementos marmóreos en época antoniana. A finales del siglo II el teatro empieza a abandonarse y en el s. III se expolia. 

Por su ubicación se relaciona con el foro, por el desarrollo de ceremonias con el culto imperial. Posible relación con un Capitolio para ofrendas y homenajes que culminan en el teatro. Aparecieron estatuas del emperador o de Apolo y  las Musas. Ello es porque nunca falta la estatua imperial ni las divinidades supremas. Hay una foto de una vista aérea de los años 80 en la que se observa el escenario, la orquesta y la cavea. Se observan agujeros para postes que sostenían el telón. La decoración escultórica del frente escénico es de época julio-claudia, y en etapa antoniana propaganda imperial.  


El teatro de Emerita Augusta (Mérida) se conoce por grandes reconstrucciones, y ha sido muy estudiado e investigado por Rosalía Duran, que tiene una monografía en la que afirma cuestiones en cronología. Se conserva unas inscripciones sobre la puerta de acceso del año 16 a.C., costeado por Marco Visinio Agripa, un yerno de Augusto. Está realizado en opus caementicium y opus quadratum. Se observa claramente las distintas partes. En la parte trasera se observa un pórtico detrás de la escena, que no lo hay en todos los teatros ese pórticus tras scaena, lugar de culto imperial.  
En él se recuperaron estatuas y una inscripción, 4 estatuas togadas y tres retratos. Las estatuas son de Augusto, Tiberio, uno dudoso, y Druso el Menor, el hijo de Tiberio, de los años 4-14. Entre la parte trasera y el pórtico se dejó un jardín que servía para que los ciudadanos paseasen, o en días de lluvia se protegían del tiempo. Una de las esquinas estaba cerca de la muralla, a diferencia del de Tarragona que estaba fuera. Estaba muy próximo al anfiteatro, ambos intramuros. A mediados del siglo I, en torno al año 50, en la época julio-claudia, se colocan estatuas de la familia imperial. En el siglo II frente al escenario se colocaron estatuas vinculadas a dioses como la diosa Ceres. En el año 105 en la cavea se pusieron pequeños recintos sagrados consagrados a seres vinculados a la protección del emperador. En el siglo IV se produjo una reforma, en contra de lo normal, que fue importante en el papel administrativo al ser la capital de todo el territorio hispano. También en este siglo se abandona el Teatro.
No se conserva la cavea superior, y se ha reconstruido el peristilo, el paseo de los ciudadanos.  

Teatro de Córdoba, conocido desde fechas recientes aunque se intuía su existencia. En los años 90 el seminario de arqueología estudió restos del teatro en el interior del museo. Las excavaciones en los últimos años continúan con las investigaciones. 
El teatro se encuentra intramuros, pero en la Córdoba republicana hubiese quedado fuera, en la zona ampliada y su construcción en época augustea para el año 5 a.C. (siglo I a.C.), siguiendo el modelo del teatro de Marcelo en Roma. Es el mayor de toda Hispania, construido con cierto lujo, asientos de mármol. Ello se debió a la intervención de notables locales y posiblemente a la del propio emperador. El teatro aprovecha la pendiente natural. Hay que ponerlo en relación con una serie de plazas que lo rodeaban. A lo largo de su existencia discurre diversos momentos al contar con fases de remodelación en época de Claudio y Nerón. Y en época de Antonino (siglo II) nuevas reformas y se incorporan estatuas. Fue utilizado hasta el año 260-270 d.C. Destruido por un terremoto, fue uno de los principales edificios de espectáculos romanos de Hispania todavía en estudio. Refleja la integración del teatro en plazas aterrazadas, todo sujeto a revisión. Los elementos ornamentales que aparecen en este teatro son clípeos, ninfas con conchas, una columna de veneración a Augusto, localizada en las cercanías del teatro, inscripciones del museo de Málaga dedicada en época de Augusto, siendo una posible basa, estatua de Antonino Pio e inscripción de Lucio Servio Paulino en el siglo II-III en la cual se gastaron una gran cantidad de sestercios.  

Teatro de Caesar Augusta (Zaragoza), es el edificio romano mejor conservado, uno de los más grandes de Hispania con 105 metros en gradería y cavea. Se sitúa en posición alejada del río y del puente, pero en posición prominente. Detrás de la escena existía un pórtico. Es el centro de la interpretación del teatro. Fue una construcción costosa por la dispersión en planta y los accesos al teatro. Es de opus caementicium y alabastro. Su cronología es de época tiberiana. Su estilo arquitectónico demuestra reparaciones, siendo la más destacada la de época flavia. Fue objeto de expolio cuando comenzó su  abandono en la segunda mitad del siglo III. Se piensa que los sillares de éste son incluso usados en la muralla. Cuenta con dos aditus laterales, también tuvo una puerta central para acceder a la orquesta.  

Teatro de Cartago Nova (Cartagena) en la ciudad rodeada de colinas. Es un ejemplo de recuperación de patrimonio urbano en los años 80 y 90 cuando se tomó la decisión política de recuperarlo. Se realizaron campañas de excavaciones para no estropear las estructuras sobre el teatro y conocer las etapas hasta la etapa bizantina, ya que fue un barrio bizantino de pescadores. Se descubrió el edificio en el que se conserva la cavea, aunque el frente escénico se documenta mal. Se puede reproducir estudios de la Universidad de Murcia. Es posible que detrás del escenario pueda estar un posible porticus. El momento de construcción es en época augustea, en años previos al cambio de era. A diferencia de los demás, este teatro se abandona bastante pronto, vida corta, no más de 160 años aproximadamente. Momento de auge en el siglo I. Fue abandonado para el año 170 d.C. Por la scaena se han localizado pasillos de epigrafías con los nombres de 2 nietos de Augusto a los que designó sus sucesores. Estaba dotado con un pórtico cuadruple. 

Teatro de Itálica, Sevilla es interesante. Se Constata la existencia del teatro en los años 70 y 90. Se encuentra en el cerro de San Arturo. La ciudad crece en época de Trajano y Adriano. Fue diseñado en época augustea, pero se hace poco a poco, y fue abandonado en el siglo III. Fue ampliada en el siglo I-II. El teatro se encuentra en la Vetus Urbs (ciudad vieja), pero extramuros de la ciudad, aprovechado una ladera.

El teatro no es de grandes dimensiones con la gradería en sectores, el frente escénico mal conservado y reconstruido en los años 80, recuperación de un sector aterrazado en la summa cavea. También cuenta con un pórtico triple pro scenea. Se realizó un nuevo estudio por una profesora de la Universidad de Sevilla, con distintas fases y esculturas. Se recuperaron 3 altares relacionados con el mundo Dionisiaco. Problemática de datación, parece que se construyó en época augustea. Delante de la cavea general del escenario, restos de inscripción con letras de bronce en placas de mármol.  

Teatro de Baelio Claudia (Cádiz) del 50-80 d.C. Se encuentra alejado del núcleo urbano.
Teatro de Segobriga (Cuenca) se encuentra a la izquierda junto a la puerta de entrada de la ciudad. Su construcción data de la época Julio-Claudia y Flavio, s. I d.C. En él se localizaron esculturas que remiten a Roma. Fue excavado en los años 60-70 y restaurado entre los años 80-90. 
Clunia (Burgos), su teatro aprovecha la ladera y fue excavado en la roca natural, siendo uno de los más grandes de época Tiberiana (14 – 37 d.C.), posiblemente el más antiguo, no es un teatro de grandes dimensiones pero si por su posición preeminente. Está siendo restaurado.
Teatro de Acinipo (Málaga) es uno de los mejor conservados. Se puede datar para el 40-30 a.C. Al igual que en Clunia el graderío fue excavado en la roca. Su frente escénico es simple. 
Los ejemplos más tardíos responden a un cambio en el gusto de los habitantes por el espectáculo, lo que hace que aparezcan los anfiteatros.  

Anfiteatro
Los anfiteatros, eran lugares de espectáculos sangrientos, se sabe de combates amañados para que no muera a la primera un individuo, debido a la gran cantidad de dinero que dejaba. A veces también navales, “Naumaquia”. En estos edificios se celebraban luchas de gladiadores, munera gladiatoria. También se llevaban a cabo cazadores de fieras, venationes, y luchas entre fieras, espectáculo de lucha que existía en Roma en época tardo republicana. El primero fue en el COLISEO. 
Su forma es ovalada, con graderío doble. Sus componentes similares al teatro son el centro en forma elíptica, arena debajo de esta especie de estructuras para la subida de gladiadores, y lugar de los esclavos y fieras que no se veía, es la fossa bestiaria, tapada por un entramado de madera recubierto de arena. Delimitada la arena un muro de 2,5 metros para evitar el riesgo o peligro para los espectadores. También reforzado con agujeros para redes o vallas que contribuía a la seguridad de los espectadores. Detrás del podium, un posible pasillo anular para transito que rodea el podium. A partir de aquí, graderío estructurado socialmente, la cavea dividida en summa, media e inma. Había puertas y un recinto o espacio acotado para el que pagaba todo. 

Anfiteatro de Emerita Augusta, Mérida, excavado en los años 10 del siglo pasado. La cronología es un problema, posible construcción anterior en época de Augusto (8 a.C.), y otro de época Flavia. Presenta una inscripción a la diosa de la justicia. Construido con opus caementicium, opus quadratum y ladrillo. Funcionó hasta el siglo III-IV d.C. Los enterramientos se realizaban en cremación lo que ayuda a fechar el conjunto. Representación de juegos venationes. En su construcción en un lado de la cavea se aprovechó una ladera, y para el otro lado se realizó una construcción. El muro de remate del podium se decoraba con pinturas alusivas a las actividades que en este edificio se desarrollaban. 

Anfiteatro de Tarraco Tarragona, edificio tardío, del siglo II d.C., época Adrianea, en las primeras décadas. Se conoció por el hallazgo de fragmentos monumentales. Se conocía desde antiguo. Se excavó en los años 60 del siglo XX, pero las verdaderas intervenciones fueron en los 80. Se ubica fuera de la muralla, junto a la playa, y cerca de la vía Augusta, en posición preeminente. Se apoya en un desnivel topográfico y se levanta sobre arquerías potentes. Parece que existían tumbas de cremación e inhumación, una parte amortizada por su construcción. La cronología indica que está hasta más o menos el siglo V, por lo que es bastante amplia. Hay reformas, y una inscripción del siglo III. Sirvió de lugar de martirio, San Fructuoso 258 d.C. junto a otros que eran quemados vivos en la arena. Tras su abandono en el siglo V se construyó una basílica que recordaba el martirio de San Fructuoso. En el siglo XII se repuebla y se construye una iglesia sobre la basílica anterior, en el s. XII.  

Anfiteatro de Itálica, Sevilla, uno de los mayores del Imperio con 150 metros ya que se construyó para más población de la que albergaba la ciudad. Fuera de la nova urbs. Planificado con la urbanización. Su datación no es segura, se duda en su cronología, Trajano o Adriano posiblemente. Construido con caementicium con el refuerzo de sillería (opus quadratum), más ladrillo. Su tipología presenta en el centro una fosa más pasillos. Utiliza dos laderas para asentarse las graderías, y en medio estaba la vaguada de un arroyo, por lo que sufría inundaciones.  En Itálica se localizó una ley de 177 d.C. en la que Marco Aurelio y Cómodo, marcaban el precio y las entradas. 
Anfiteatro de Segóbriga (Cuenca). Del año 30-60. Se sitúa a extramuros, lo cual viene bien debido a las trifulcas frecuentes. El graderío norte se encuentra sobre una estructura, mientras que el sur aprovecha la colina. Se ha excavado y revisado entre 1950 y 1980. Es modesto pero destacado. La ciudad contaba con teatro y anfiteatro a finales del siglo I, pero con menos tradición que en litoral Mediterráneo.  

Anfiteatro de Córdoba. En la antigua facultad de Veterinaria. Se pensaba que tenía relación con el palacio de Cercadillas. En veterinaria aparecieron sillares rellenos, lo que hizo pensar que era un circo. Más tarde se observó que era el anfiteatro, con 175 metros, el segundo mayor. Es de época Claudia-nenoriana (s. I d.C.), de la primera mitad del siglo I, siguiendo el ejemplo de Roma. Próximo a la vía de Sevilla y de la necrópolis. En relación con la expansión al Oeste. Se ha localizado epigrafía de gladiadores, estilos funerarios de los que lucharon, con la necrópolis de ellos cerca. También en Córdoba debía haber una “Escuela de formación de gladiadores” para Córdoba y otros lugares del Imperio.  

Circos
Carreras de cuádrigas o bigos. Es falso lo que los martirios, los condenados iban al anfiteatro, aunque en algún momento pudo usarse para este fin.
Está diseñado para carreras, es alargado con pista y longitud suficiente. Están ubicados extramuros (el modelo es Tarragona), y próximos a las vías. En Hispania hay gusto por el circo, y se han descubierto más de los que se pensaban. En los mosaicos aparecen los espectáculos y epígrafes, así como en la literatura, de las actividades en el circo.
Sus partes fundamentales son: Graderío, Spina y Arena. 7 vueltas en la arena, teniendo la spina como eje y el graderío para los espectadores.
Carceres es parte fundamental, son casillas desde donde salen los carros (12, 3 para cada equipo de los que participaban), había apuestas y disputas, se levantaban pasiones entre los rojos, blancos, verdes y azules. Había línea de llegada, jueces para que se cumpla el reglamento, puerta principal de entrada y triumphalis para salir el triunfador.
El Podium separa la arena de la cavea 4 mts. 
La Spina se decoraba con obeliscos o estanques para dar monumentalidad.
De los Circos de la Península Ibérica vemos como el de Tarragona es uno de los más pequeños, el de Mérida tenía 400 mts. En el extremo contrario  de las carceres está la cabecera con una curva abierta.
Los aurigas eran los más considerados, era un oficio noble, mientras que los actores los que menos y los gladiadores se encuentran en una consideración media.
A fines del s. III-IV el circo es el único espectáculo romano que perdura.
Fue construido a finales del siglo I d.C. Por el mandato del emperador romano Domiciano. En él se celebraban los ludi circenses (carreras de caballos). El circo se mantuvo en uso hasta mediados del siglo V momento en que la arena y las bóvedas perimetrales fueron trasformadas en nuevos espacios residenciales (La ciudad se recogió en la "parte alta" a partir del siglo V debido a la creciente desestabilidad del imperio romano, ocupando las antiguas instalaciones del forum provincial y del circo). Durante las siguientes épocas se aprovecharon progresivamente las estructuras originales como soporte de las nuevas construcciones, de manera que el circo acabó por incrustarse en el mismo centro urbano de Tarragona, lo que curiosamente facilitó que sea probablemente el mejor conservado del mundo.
Se conserva y es visitable la parte de la cabecera oriental, donde se sitúa la puerta triunfalis y buena parte del graderío. Además, son visitables varias de las vueltas interiores del circo, que aguantaban el graderío superior, cuya dimensión conservada es también un récord sobre los demás circos romanos conservados. Estas vueltas se adentran en muchos casos en las entrañas del casco antiguo. 

El Circo de Augusta Emerita (Mérida) se encuentra a extramuros, cerca de la salida del KM. En 1862 se vio con la construcción de la carretera Madrid-Lisboa, en los años 80 se abandona y se hacen campañas de excavación.

El circo romano de Mérida es un antiguo recinto para carreras de carros que construyeron los romanos en la colonia romana de Augusta Emerita  a principios del siglo I d. C., pocas décadas después de la fundación de la ciudad. Erigido extramuros de la ciudad y con una planta ovalada de unos 440 m de longitud por 115 m de ancho, este circo fue uno de los más importantes de todo el Imperio Romano después el Circo Máximo de Roma. Con la oficialización del cristianismo en el siglo IV d. C. comenzó el declive de los espectáculos en el circo, pero se cree que estuvo en uso hasta el siglo VI. Después de muchos siglos de abandono, del edificio se conservan las ruinas de sus cimientos, que dejan adivinar sus dimensiones, aunque es uno de los pocos recintos de este tipo que se pueden contemplar en toda su planta. Desde 1993, el circo es Patrimonio de la Humanidad según la Unesco como parte del Conjunto arqueológico de Mérida.
Las carreras que se desarrollaban en el circo, junto con los espectáculos del anfiteatro, eran los dos tipos de espectáculos que más gustaban al pueblo romano. Con frecuencia dichos espectáculos los financiaban personajes adinerados pertenecientes a la clase dirigente para conmemorar algún evento o con fines electorales o propagandísticos. 
Este circo es el mayor edificio que levantaron los romanos para espectáculos públicos en la colonia de Augusta Emerita, por su extensión y capacidad de espectadores, y uno de los más importantes de todo el Imperio. Además es uno de los pocos circos romanos que todavía hoy pueden contemplarse en toda su planta. Por la magnitud de sus proporciones se levantó extramuros de la ciudad, a unos 400 metros de distancia del otro gran complejo de edificaciones para espectáculos de la colonia, el formado por el teatro y el anfiteatro. El edificio aprovecha en parte una suave pendiente del terreno y el fácil acceso que le proporciona la cercana calzada que salía de la ciudad en dirección a Corduba y Toletum. Su construcción debió iniciarse a principios del siglo I d. C., durante la época de Tiberio, muy pocas décadas después de la fundación de la ciudad. 
La espina del circo emeritense 

Es muy posible que con la implantación oficial de la religión cristiana en todo el Imperio romano comenzase el declive de los espectáculos en el circo. Aunque los concilios de Elvira y Arlés, celebrados a comienzos del siglo IV d. C., prohibían expresamente las profesiones de aurigas y cómicos, también se ha documentado, por una inscripción hallada junto a las carceres, la reforma que se efectuó en el circo para evitar su derrumbe en tiempo de uno de los hijos del emperador Constantino I, entre 337 y 340. En esta inscripción además se aclara que se llenó de agua, quizá para celebrar los simulacros de combates navales llamados naumaquias, cuestión que no creen posible muchos investigadores. 
No se conoce la época exacta hasta la que se utilizó el circo de Augusta Emerita, quizá hasta el siglo VI d. C., época en que se fecha el fallecimiento del auriga Sabiniano según su lápida sepulcral en la basílica de Casa Herrera. La pasión por este tipo de espectáculos quedó reflejada en abundantes obras de arte pictórica, escultórica, cerámicas, musivarias o de orfebrería, en las que vemos a los aurigas celebrando con la palma de la victoria, a sus carros y a sus caballos, algunos con sus nombres propios. Entre todos los aurigas destacó el lusitano Cayo Apuleyo Diocles, que fue el mejor conductor de carros de toda la historia de la Antigua Roma y seguramente comenzara su carrera en el circo emeritense.
Su enorme planta mide unos 440 m de largo por 115 m de ancho y responde al modelo común de este tipo de obras romanas, con una forma de óvalo alargado orientado de este a oeste y compuesto por dos lados mayores paralelos y dos menores, uno que se cierra en semicírculo y otro que lo hace en una línea más recta curvada en sus extremos. La fachada se hallaba en su extremo oeste, el menos curvo, y en su momento estuvo recubierta de granito y realzada con una decoración a base de pilastras adosadas del mismo material. 
Las gradas tenían capacidad para unos 30 000 espectadores, es decir, la práctica totalidad de los habitantes de la ciudad en época imperial, y estaban distribuidas de forma clásica en tres sectores: ima, media y summa cavea. Las gradas se levantaban sobre un alto podio en sus dos lados mayores, aprovechando la pendiente del terreno en su sección sur y elevado encima de bóvedas en la sección norte. En el siglo XIX el francés Alexandre de Laborde llegó a distinguir once filas de gradas, aunque en la actualidad su avanzado deterioro, producto en gran parte del saqueo secular de sus piedras, hace muy difícil adivinar su número original. En los lugares más destacados y con mejor visibilidad se ubicaban las tribunas para autoridades y jueces. 
La arena, con unos 30 000 m² de superficie, era la pista de carreras. Queda dividida en dos mitades por la espina, una plataforma de una longitud de 240 m y una anchura de 8,5 m en torno a la que daban vueltas los carros tirados por dos caballos —bigas— o por cuatro —cuadrigas—. Cada prueba constaba generalmente de siete vueltas y las metas se ubicaban en los vértices de la espina. Era en esta espina donde se concentraba la decoración del conjunto a base de esculturas y obeliscos, pero de ellos en el edificio emeritense no quedan más que sus cimientos. 
En el centro de uno de los lados menores, el del oeste, se encontraba la porta pompae, lugar de salida de las procesiones previas a las carreras en las que intervenían músicos, sacerdotes, imágenes religiosas y los propios aurigas que iban a competir ese día. A ambos lados de esta puerta se distribuían las carceres, las cocheras de los carros, que en este circo eran doce, seis a cada lado, y que estaban separadas por pilares cuadrangulares.

El Circo de Córdoba se empieza a documentar en 1996-97 (Palacio de Oribe). Caementicium y quadratum aparecen en los yacimientos, gradas en la Iglesia de San Pablo.
Por su carácter patricio, Corduba contó desde al menos el siglo I DC con dos circos romanos. El primero de ellos se ubicó bajo la actual manzana de San Pablo, llegando hasta los terrenos del Palacio de Orive. El circo fue construido entre los reinados de los emperadores Nerón (54-68 d.C.) y Domiciano, (81-96 d.C.). La construcción del circo debió motivar el traslado de la Vía Augusta hacia el norte.
El circo romano es una de las instalaciones lúdicas más importantes de las ciudades romanas. El circo romano es un recinto alargado, es la instalación más grande de las destinadas a divertir al pueblo, con remates circulares en los extremos. La arena, muy alargada, estaba partida en dos por la spina formando dos calles por donde corrían las cuadrigas. Estaba destinado a carreras, espectáculos y representaciones que conmemoraban los acontecimientos del Imperio, algunas de ellas eran batallas, otras de caballos. En esta espina se solían colocar columnas y estatuas así como obeliscos conmemorativos. Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o estatuillas de delfines. Inspirado en los hipódromos y estadios griegos pero son de medidas mucho mayores que estos.
Se conoce que en el último cuarto del siglo II DC, el circo fue desmantelado hata la base de los cimientos para construir otro al Oeste de la ciudad, al sur de la actual Avenida de Medina Azahara, próximo al lienzo occidental de la muralla. 
Durante parte del siglo XX la existencia del circo se limitaba al plano teórico, dada su capitalidad de la Bética. Esta lógica estaba apoyada por la existencia de inscripciones que aludían a juegos circenses costeados por ciudadanos importantes. 
En 1986 se publicó una nueva interpretación de los restos hallados a principios del siglo XX durante la construcción de la Facultad de Veterinaria, y que Samuel de los Santos identificó con un edificio dedicado a actos lúdicos, posiblemente un Stadium. Por otra parte, los restos encontrados durante la construcción de la nueva estación de tren llevaron a la formulación de una nueva teoría, elaborada por Jesús Hidalgo, validando la tesis de la ubicación del circo y sumándola a los nuevos restos como un gran complejo imperial. 
Por otra parte, en la zona de San Pablo, habían sido encontrados restos pertenecientes a una gran estructura, que fueron identificados por el propio Samuel de los Santos como un anfiteatro. 
Sin embargo, las obras llevadas a cabo en el Palacio de Orive, en la zona de las huertas, sacaron a la luz nuevos restos. La campaña de excavación realizadas entre 1992 y 1999 documentó toda la gradería septentrional de lo que indudablemente era un circo, junto a muros de sustentación.  

El Circo de Valentia (Valencia) es de finales del s. I-II d. C. Se construiría  con desarrollo en el s. II y III, compitiendo  con Sagunto. Es de 370 mts en la esquina sureste.
Ocupaba una superficie de más de tres campos de fútbol. Con 350 metros de largo y más de 70 de ancho, el circo romano de Valentia era la construcción más imponente de nuestra ciudad en el siglo II, durante la época romana y bizantina. Partía desde la calle de la Paz, a la altura del Colegio del Patriarca, y llegaba hasta la calle Almirante, donde se encuentra la sede de Comisiones Obreras.
Sin embargo, el circo romano es un gran desconocido para muchos de los valencianos. De hecho, hace poco más de veinte ni siquiera historiadores y arqueólogos imaginaban que, bajo el suelo de Valencia, yaciera un circo romano.
Los descubrimientos de los restos del circo comenzaron en 1987, en la calle Barón de Petrés, donde aparecieron dos basamentos de piedra de la zona de las carceres. Un año después apareció el primer tramo de la pared, el occidental; y en 1990, el oriental. Entonces, todos estos descubrimientos se consideraron que formaban parte de la muralla romana.
Sin embargo, en 1993 se encontraron sendas muestras deterioradas de los muros interno y externo del circo que, junto al hallazgo en 1995 de un fragmento de la cabecera de salida y meta en la calle de la Paz disiparon todas las dudas.

El circo romano era un hipódromo, y en la antigüedad, sobre todo en la época romana del Imperio y en la época bizantina, era el deporte principal; era una actividad de trascendencia similar al fútbol de ahora, ya que los emperadores estaban siempre pendientes de que el pueblo tuviera su ración de circo”, explicó Albert Ribera, jefe del Servicio de Investigación Arqueológica Municipal de Valencia.
Las competiciones las disputaban doce cuádrigas, que salían a la vez, y que daban doce vueltas al recinto; siempre había accidentes y se producían escenas casi de terror pero que a los antiguos les interesaban”, señaló Ribera. “Se conocen una decena de puntos del centro de Valencia con restos del circo, que yace debajo de la ciudad, y que se han ido localizando uno por uno hasta montar el puzzle final”, destacó.
Las carceres estaban en la calle Barón de Petrés. Los restos del muro occidental, en la plaza de Nápoles y Sicilia, al igual que la arena. En la calle Palau hay también restos del muro occidental, así como en la calle Miracle. Del muro oriental, atravesaba la calle Trinquet de Cavallers y la calle Comedias. La ‘spina’, el muro central, estaba donde se encuentra San Juan del Hospital. Y la cabecera del circo, en la calle de la Paz.
Sin embargo, sólo en tres lugares de Valencia pueden verse hoy en día restos del circo romano. “Una parte de la muralla está en un restaurante que hay en el cruce de la calle Comedias y la calle del Mar –El Soho del Mar–; existen también tres elementos de las metas en el bar del Hotel Caro; y en la cripta de la reina Costanza, en la Iglesia de San Juan del Hospital se conserva parte del muro de la ‘spina’, el muro central, donde se colocaban obeliscos e inscripciones”, señaló Albert Ribera. 

Edificios para el ocio (termas, ninfeos. . .). 

Termas Romanas
Su terminología correcta es Thermae et Balnae, y su cronología abarca desde los ss. II-I a.C. a los ss. III-IV d.C. Para los romanos eran unas edificaciones que abarcaban la higiene, el ocio y la propaganda (para los evergetas).
Su esquema básico es: Apodyterium (Vestuario), Palestra (Patio con Gimnasio), Frigidarium (Piscina de agua fría), Tepidarium (Piscina de agua templada), Caldarium (Piscina de agua caliente), Natatio (Piscina), Laconicum (Sauna). El sistema de calentamiento era mediante hypocaustum (dotar a las habitaciones  que acogen las piscinas de agua caliente por un doble suelo y una doble pared y conectadas estas oquedades al praefurnium (horno).
La termae hace mención a un edificio más monumental y la balnae se refiere a baños de menor tamaño, pudiendo ser baños privados. Son termas más sencillas y son los que aparecen en Hispania. Su cronología va desde el s. II a.C. cuando arranca en el mundo centro itálico. Su culmen llega en el s. III. En Hispania son pocos los ejemplos de la etapa republicana y bajo imperial, pero hay algunos. Eran para gran parte de los ciudadanos que no tenían baños en sus casas, pero principalmente eran centros de ocio. Eran pagados en muchos casos por nobles locales para ganarse popularidad al dar edificios para el bien de la sociedad.
Las estancias de las termas son básicas, como el apodyterium que es una habitación con nichos para dejar en ellos la ropa, es el vestíbulo-vestuario. La palestra se encontraba al aire libre o/y porticada, era donde se practicaban ejercicios gimnásticos, le siguen tres estancias básicas de la terma: Frigidarium (Baño frío), Tepidarium (Baño tibio) y Caldarium (Baño Caliente). Siguen normalmente este orden arquitectónico.
A parte de este sistema también aparece al aire libre un espacio con una piscina que se llama Natatio, porque en ella se puede nadar. En las más completas no falta junto al Caldarium el Laconicum  (Sudario o Sauna).
El sistema de calentamiento es el hypocaustum. Se vincula al Tepidarium, Caldarium y al Laconicum. Aparece un nivel de suelo sobre pilares no grandes de ladrillos, o mediante aire caliente. Suele tener cierta altura. La pared sigue el mismo esquema de doble pared, por donde se colocan tubulas para adherirse a la pared y dejar pasar el aire, son tuberías de cerámica para el calor. El lugar donde se produce el calor es el Praefurnium (Horno), dónde se crea la combustión y está conectado al Caldarium. 
En las termas no solían faltar los mosaicos, pinturas parietales o esculturas. 

Termas de Baetulo (Badalona). Se conoce de la ciudad parte del teatro y las termas. Se excavó a partir de los años 70. Consta de dos fases constructivas: 1ª es de la 2ª ½ del s. I a.C. En época augustea se produce una reforma en la que redistribuyeron las estancias. Cuenta con Palestra, Estancias previas, Frigidarium y Caldarium. Es posible que existiera un sistema de braceros. En época de Augusto (2ª fase) la Palestra se traslada a otro lugar, creándose allí nuevas estancias. Aparecen nichos para la ropa en el frigidarium y caldarium. Hay algunos mosaicos y pudieron existir bancos móviles e incluso arcadas de mampostería.  
Termas de Valentia (Valencia). Localizado en el centro de la ciudad romana en el actual solar de la Almonia. De época Republicana la ciudad y destruida en el año 75 a.C., surgiendo en época Imperial. Se localizan en el cruce del KM-DM. Situadas cerca del foro, las termas son de época Tardo republicana (s. II a.C.) fueron destruidas en época de las Guerras de Pompeyo 75 a.C.
Alcanzará cierta importancia como sistema de calefacción sencillo. Se tiene tepidarium y caldarium faltándole el frigidarium. Separada de un lugar con pozos sagrados que abastecían a las termas (Santuario). En época Imperial se construyó un ninfeo encima de los restos del pozo (Santuario).
Las termas, los despachos de la administración municipal y el foro, en el que destaca la Basílica (hoy bajo la Catedral) 

Termas de Clunia (Burgos), o Colonia Clunia Sulpicia. Existen dos grandes complejos termales excavados en los años 80, llamados los Arcos 1 y los Arcos 2 y otros pequeños cerca del foro. Los Arcos 1 tiene el complejo termal con eje axial. La entrada es monumental, con paso a un espacio central rectangular, y una construcción simétrica a ambos lados. Las termas se llevaron a cabo en la 2ª ½ del s. I d.C. y funciona hasta el s. III d.C. En el s. III se cambió la utilidad siendo algunos espacios industriales (Alfares). En el s. V se abandonaron. Los Arcos 2 no se conocen completamente y con monumentalidad. Su cronología es la misma que para los Arcos 1. 


Termas de Segóbriga (Cuenca). Es un conjunto excavado en los 90, cerca del templo del foro y separadas por un cuerpo de escalera, con una ermita asentada sobre el caldarium. El acceso es monumental a una palestra columnada, la natatio da paso a un frigidarium, templarium, caldarium y finalmente a una bañera. Su duración va del s. I d.C. al IV d.C. 

Termas de Baelo Claudia, Cádiz. Cerca de la muralla y de una de las entradas a la ciudad. Hay dudas sobre su planta porque no se ha excavado completamente. Tiene un pórtico que da acceso a unas taberna, y de allí a las termas. No parecen que fuesen públicas, sino privadas o semipúblicas. Se fechan entre 2ª 1/2  s. I d.C. hasta el II d.C. 

Termas de Manigua, Sevilla. Al construirse el foro se dejó un espacio para las termas de época Flavia. Fueron reformadas a partir de época Antonina para delante. En el s. III d.C. fueron abandonadas. Se ha hallado restos de esculturas que pudo ser Hispania, pero que luego se correspondía con la diosa Venus. También tiene unos arcos que sostienen el suelo. 

Termas de Astigi (Écija). Se hallaron junto al foro, la estructura de unas termas abandonadas en el s. IV d.C. Apareció una gran piscina interpretada como la natatio del complejo y en cuyo interior se halló una estatua de una amazona muy bien colocada. Se observa también un posible pórtico. En el s. V también se arrojaron elementos escultóricos del foro. 

Termas de Itálica, Sevilla. Se conocen dos termas, unas en la Vetus Urbs y otras  mayores en la Nova Urbs. Se usó en ellas el ladrillo de forma masiva, son de época Trajano-Adrianea. Lo que se conoce algo mejor son las termas mayores, de dimensiones colosales, con palestra porticada con exedras cuadrangulares y semiangulares, que dan acceso a las termas propiamente dichas. De época posterior  a las menores. 

Termas de Córdoba. También hubo termas aunque se desconoce. Han aparecido restos de lo que pudo ser una natatio. 

Termas de Gijón. Excavada en los años 90 por Campo Valdés. Se encuentran en la zona de la muralla. Es un proyecto de época Flavio s. I d.C., con las estancias básicas. Su fase es posterior de los siglos después de Cristo y tuvo un funcionamiento hasta el s. IV. 

Termas de Tarraco, Tarragona. Se encuentran cerca al teatro, a extramuros y con cierta monumentalidad, destacando su cronología que es del s. III d.C. cuando se construye, sobre restos de unos almacenes. Es simétrica y consta de Natatio, Palestra, Frigidarium, un gran Caldarium y Bañeras. Se sabe que estuvo activa hasta finales del s. V d.C. 

La Casa urbana (domus): Características, estructuración interna, claves sociales.
En las casas romanas hay más de un modelo arquitectónico con variantes culturales, geográfico y climático, aunque existe una idea de lo que una casa romana debe poseer.
Hay una tradición itálica con influjos griegos (tardoclásicos y helenísticos, a partir del s. II a.C.), pero ¿Se aplicaron los mismos modelos en todo el Imperio? Los conocimientos que tenemos de las casas romanas vienen por:
Fuentes Literarias: Vitruvio, Varrón, Séneca, Plinio el Viejo, etc. 
Arqueológicas: Pompeyo y Herculano (hasta el 79 d.C.), Ostia, Cosa, ciudades norteafricanas, y en la Península Ibérica. Cada vez se conocen más viviendas romanas de ámbito urbano.         
Los modelos principales son de Domus e Insulae. 

Domus: Casa familiar (para las clases acomodadas o altas) y urbana, es el modelo habitual en la mayor parte del Imperio. Modelos: 
Atrio: Puerta, Fauces (Vestíbulo), Atrium (Compluvium-Impluvium), Tablinum, Alae, Cubícula, Jardín (Hortus), y otras estancias como Tabernae o Cocina (Culina).
Atrio y Peristilo: A las estancias anteriormente mencionadas se une el Peristilo (jardines, patio porticado), Triclinium, oeci y exedrae (salón de recepción, bien decorado con mosaicos y pinturas). A veces también disponían de baños, habitaciones de servicio,. . .
Peristilo: Lo más frecuente en el norte de África o la Península Ibérica (desarrollado en la etapa Imperial). Se suprimen el Atrium, Tablinum y el alae, quedando el peristilo como único espacio organizador de la casa.
Insulae: Son bloques de apartamentos (generalmente de alquiler) de 4-5 plantas y para varias familias. Estas edificaciones eran necesarias en algunas ciudades por densidad demográfica. Tenemos a Roma y Ostia entre otros ejemplos aislados.   
Sus componentes eran: Cenacula (medianum, exedrae y cubicula), letrinas, tabernae, escaleras y patio. Eran construidos con madera y mampostería al principio y ladrillos en época Imperial. 
En Hispania no hay ningún caso claro de insulae. 

Los ejemplos más destacados de Domus en Hispania están en Ampurias, Gerona. Se conocen algunas casas de gran dimensión. Son bastante interesantes porque arrancan en el tránsito del s. II-I a.C. y son habitadas hasta los años finales del s. II d.C. La casa nº 1 es la más espectacular, que fue ampliada hacia el norte y hacia el sur. Pasó del atrio de 6 columnas a tener un gran peristilo ajardinado. También está la casa nº 2 que fue la unión de dos viviendas que le dio el peristilo. Luego sufrió ampliaciones.
Clunia (Burgos) también tiene casas excavadas, conocida mejor una de ellas, la Taracena, con mosaicos, y salas otras salas decoradas. Ello se debe a la importancia y funcionalidad de las estancias. 
Otra interesantes es las de los Repuxos en Coimbriga (Portugal) de época augustea. En ella se ve un gran peristilo lleno de surtidores, de época Imperial, se inició su ocupación en época tardo-republicana, tiene algún Triclinium, que fue afectado al construir la muralla tardo Imperial. En ella encontramos pavimentos y decoraciones musivarias y también pinturas parietales.
Itálica (Sevilla) ha proporcionado muchas casas y se concentran junto al KM de la Nova Ubrs, aunque el conocimiento no es tan completo como debiese. Una de las más llamativas es la casa de los Pájaros, con peristilo. Tenía un acceso porticado que daba paso al peristilo y este al triclinium. También hay peristilos secundarios. En ella aparecen mosaicos, También presenta tabernae, una de ella fue para fabricar pan y está vinculada al exterior y no a la casa, aunque está en la propia manzana de la casa. Ello se debe a que se vendía o alquilaban estas dependencias a familias más pobres. Otra casa es la de la Exedra, que parece que no fue casa, sino un colegio de jóvenes. Da paso de un atrio a un peristilo. También dispone de tabernae, termas y una gran palestra.
En otras ciudades, la investigación va avanzando. Destaca la casa de la Fortuna, que está delimitada por dos cardos y cuenta con todas las estancias de una domus, pero delimitado el espacio. Se tiene una casa con dos vanos que da acceso a un atrium casi abierto, y que organiza el resto de la casa. Tiene una entrada de servicio, dormitorios y otras con pinturas en las paredes. Arranca de época Augustea y estará habitada hasta finales del s. II-III d. C. 

Córdoba. Aquí encontramos una casa romana en la actual C/ Deza. Se conserva parte del peristilo de calcarenita. Algunas estancias conservan las pinturas. Se fecha a finales de época tardo-republicana – principios de época Imperial. Otra casa se encuentra en la actual C/ Feria. De origen bajo-medieval, en su sótano conserva un peristilo romano, con mosaicos. Tiene un estanque. Parece que es de época Imperial, aunque los mosaicos son del s. III d.C. Otra casa se encuentra en el solar del Conservatorio de Arte y Danza. En ella apareció una inscripción. Es una casa con peristilo, e incluso se ha conservado una red de cloacas y de desagües. 

Mérida. Aquí son conocidas gran cantidad de casas. Ello hace que se conozca de forma parcial. A fines de los años 90 se pudo excavar una amplia parcela que dio gran información. Se conoce un urbanismo muy bien organizado y planificado. Entre los restos destaca la casa de los mármoles, por la importancia de estos. Sufrió grandes transformaciones siendo la época mejor conocida la del s. IV. Tiene un enorme peristilo que se accede por un atrium. El peristilo distribuye las estancias y da acceso a un gran triclinium. Conserva unos baños propios que dieron en su momento un mayor lujo a la vivienda.
A extramuros de la ciudad encontramos la casa del Mitreo (junto a la actual plaza de toros). Se conoce por su extensión y porque de ella procede uno de los mosaicos más importantes del mundo romano; es Cosmológico o Cosmogónico, que se encuentra parcialmente deteriorado, pero que presenta gran cantidad de personajes mitológicos. Se haya cerca de un lugar que dio la escultura de Mitraicos. La entrada de la casa da  a un atrium que se vincula con otra estancia y el peristilo que comunicaba por dos pasillos a un 2º peristilo. También disponía de una cisterna imperial y la vivienda es de principios de época Imperial. 

Los espacios Industriales y Nocivos: Alfares, Fullonicae, Talleres metalúrgicos. Se localizan en zonas a extramuros, pero hay un caso en Baelo Claudia donde aparecen en la propia ciudad, combinadas las industrias con las viviendas. Las casas están vinculadas a un cardo. Dos casas de superficie similar, y vinculadas a zonas de trabajo artesanal, producían salazón. Comienzan en el s. I d.C. y se mantienen hasta el s. III d.C.
Almuñecar también encontramos una gran factoría de salazón. Es un gran establecimiento industrial que se desarrolla entre los s. I a.C.-IV d.C.
Barquino, Barcelona, aquí se conoce un complejo industrial cercano a la muralla. Se ha documentado una Fullonica (Lavandería y una tintorería) y más al norte se encuentran unas industrias de salazones y unos lagares en los que se producía vino.
Por último podemos hablar de los alfares (Figlinae). Son fundamentales en las ciudades las cerámicas. Hay una particular, el ánfora panzada que servía para albergar aceite. Se da en el río Genil y en el Guadalquivir. Ello le da gran importancia a la Bética que es la 1ª exportadora de cerámica. También hay pequeños hornos para la fabricación diaria. Era habitual en las ciudades hispanas. 

Las Necrópolis: Vías, espacios y costumbres funerarias. Formas arquitectónicas monumentales.
No cuenta con tanta biografía. Esta desvinculada del mundo urbano, lo que dificulta su conocimiento. Se tienen piezas de colecciones con sentido artístico, y un vacío de las últimas décadas. Es imposible recuperar los vestigios perdidos. 
Hay grandes estilos de arquitectura romana; Toynbres y Hesborg se han centrado sobre todo en Italia. De la tipología hablan de recintos funerarios que es el cercado que delimita el espacio sepulcral, que en un principio eran vallas de madera y luego piedras. Turriformes como en Pozo Moro; hipogeos o tumbas subterráneas; túmulos o pequeñas montañas situadas encima de la sepultura; templiformes, tumbas con forma de templo; edicolas de procedencia griega, las romanas son de forma distinta con la planta inferior cerrada y el segundo piso abierto. La fachada alberga estatuas del difunto en su interior, remata en forma piramidal. Otro tipo es el altar, elemento sagrado y medio de comunicación con la divinidad, salvo en el que se hacía sacrificios. Algunos tenían características monumentales. Otros modelos son las tumbas de cámara, habitáculo donde se realizaban los enterramientos; circulares vinculadas a túmulos; piramidales, exedras que son bastantes barrocas, semicirculares decoradas con nichos  y con estatuas. Los huecos para las urnas y las catacumbas, con expansión en época cristiana, son los últimos tipos. Todos desaparecen con el cristianismo, a excepción de las catacumbas. 
En cuanto a la cronología, tienen antecedentes en época etrusca, en el siglo II a.C. como la necrópolis de Lorveteri que se confunde con el paisaje. A partir del siglo II a.C. se comienza a ganar botines, por lo que surge una determinada clase como son los comerciantes, militares y antigua nobleza que invierte su riqueza en templos y santuarios. Dejan constancia de ello también en el mundo funerario. Un ejemplo es el mausoleo de Halicarnaso, que es una de las siete maravillas del mundo, o la tumba de los Escipiones en la Vía Apia  (hipogeo). 
Se observa una compartición según la categoría social y económica en las vías funerarias. Se busca lugares muy vistos, por lo que eligen las vías de entrada y salida de la ciudad. Configuran una ciudad de muertos con calles principales y secundarias, cercanas a los edificios de espectáculos. 
Se ha reconstruido la Vía Apia en lo que es el plano, la reconstrucción y la conservación, sólo opus caementicium
A finales del siglo I a.C. se tiene la famosa edicola; en la Vía Apia de Roma la tumba del liberto Ensiguendo, panadero que se enterró en un horno romano; piramidal poco conocida; altar funerario, y transformación de los modelos, tholos
La idea de perpetuación llega hasta Augusto, mausoleo de Augusto en el Campo Marte, con la familia imperial. Es un túmulo monumental coronado por estatuas del emperador en bronce. 
Decae en el siglo I. Luchas entre familias que hacen que valoren lo privado. Se usan materiales sencillos, con enterramientos semejantes a las casas. El mármol solo para las puertas e inscripciones, y decoración interna, el difunto cobra protagonismo.
Las causas de los diferentes enterramientos son principalmente económicas y cuestiones de familias. Existían honores funerarios dejados escritos en la tumba como pedestales… El ordo público se hacía cargo de estatuas, espacios donde se enterraba, velatorio y enterramiento-procesión. Debajo de talleres importantes aparecieron plantas de enterramientos con esfinges y significado paradisíaco. También hipogeo subterráneo.  

Recintos funerarios: como el recinto de los Atilios en Zaragoza, con la base de un pequeño altar. Otro es el de Vovomios en Mérida con una placa que indica que es de origen militar la familia. El interior tiene decoración pictórica de los difuntos, padre, madre e hijos. 

Monumentos turriformes: como los de Villa Joyosa, Alicante. Capitel de orden corintio con posible reconstrucción, piramidal la más escogida. Tiene un solo acceso cerrado, que se abrió en época medieval. Tiene un orificio para las libaciones. 
Vao Valeno Naparte, reutilizó sus piezas en la iglesia de Numancia. 
La Torre de los Escipiones. Se pensaba que eran ellos los representados, dos personajes melancólicos por la pérdida del difunto. Se cree que fue reconstruido. 
Zona jienense, se conservan fragmentos de bloques de piedra labrados, frisos, esculturas contra el mundo funerario, veladas, respeto hacia lo sagrado. Son piezas de Úbeda, y se reconstruyó una edicula.  

Templiformes: monumento de Fabara, Zaragoza, cámara interna con acceso por escaleras y bóveda de medio cañón. Templo próstilo, tetrástilo pseudoperíptero y orden toscazo. Fachada con inscripción funeraria, restos de friso con tema vegetales como guirnaldas. También agujeros en pilastras para sostener las guirnaldas.  

Túmulos: Necrópolis de Carmona y de Alcalá de Guadaira. Acceso desde fuera. 

Altares: elementos más importantes. Reconstrucciones en Barcelona, Valencia y Jaén.  

Hipogeos: la más importante es Carmona, a las afueras de la ciudad, cerca del anfiteatro. Acceso a través de un pozo que da a una simple cámara con nicho excavada en piedra. Nichos excavados en la pared. También hay descomunales como la tumba de los Elefantes. Aparecen esculturas de este animal. Escalinata, corredor desarrollado de pórticos techados. Triclinios en la roca tanto N como S. Posible uso en épocas del año. Acompañado de infraestructura como cocina, pozos y estanques de agua.
Tumba de Sevilla, en el siglo I-II. Reproduce peristilo por columnatas, y cámaras abiertas. Escaleras a posible segunda planta. Cámara principal ovalada, con ovulo para entrar la luz. No acceso directo para un sentido más íntimo. También destaca la Torre Ciega de Cartagena de opus reticulatum. El dístilo de Calamea, Badajoz. Proceso de restauración, conocido paralelos en Soria. Carácter honorífico pero en este caso funerario. 
Córdoba, necrópolis septentrional, meridional, occidental y oriental. Todo tipo de tipologías. Empedrados, mampostería, mampostería y opus quadratum, arce como en la Mar Muerta y en  la Puerta de Gallegos. Altar funerario dedicado a María Agripina, es su hermano el que le dedica este altar. Edicolas, planta circular y columbones.


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[1] En su definición original, el evergetismo consiste, para los miembros ricos o notables de una comunidad, en la distribución de una parte de su riqueza a la misma, aparentemente de forma desinteresada. A esta persona benefactora, altruista se la llama «evergeta».

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