domingo, 14 de enero de 2018

Capítulo 3 - DEL AZUL AL ROSA


DEL AZUL AL ROSA. HACIA UN MAYOR ESTETICISMO

- En el Bateau-Lavoir
El fin de la etapa azul requerirá, hasta llegar al período rosa, una transición. Este nuevo período tendría cabida entre los años 1904 y 1906. Picasso se plantea por este entonces la idea de la belleza ante los pensamientos filosóficos, morales y religiosos de la época. Durante este período nuevo tratará mucho el tema del arlequín y otros personajes del circo, de los cabarets y del pueblo, que se convertirán en sus nuevos retratados. 
En obras como Mujer con corneja hay un cambio del color dominante aunque se mantenga un nexo de unión con lo realizado anteriormente con cierto sentido melancólico. 
Esta obra sirve de punto de partida, da la clave de a dónde se está encaminando Picasso. Nos habla de su condición del arte y el artista, y de su ubicación en estos momentos. Es una obra de sugerencias desconocidas hasta el momento. Con gracia, belleza cautivadora, efectos de contraste, juegos planos de color, formas armónicas y estilizadas presenta una revalorización de lo decorativo del París del momento, donde se relaciona con personalidades al trasladarse en 1904 a un estudio en la Rue Ravignan, hoy conocido como Bateau-Lavoir. 
Por este entonces, las drogas y el opio jugaron un papel importante en París y Picasso decidió apartarse un poco de todo esto cuando Wiegels, un amigo holandés, homosexual y pintor con una deficiencia artística que guardaba un gran paralelismo con Casagemas, muere en 1906 por inhalar demasiado éter. Richardson habla de cómo el opio ayuda a pasar del azul al rosa pero tampoco hay que exagerar esta importancia. En 1953 Jean Cocteau escribió en su diario hablando del opio, de la opinión de Picasso y la suya propia. Fernande Olivier también narraría en sus memorias cómo reaccionaban ante el opio sus distintos amigos del círculo de personalidades que rondaban París por aquellos momentos, entre ellos Picasso. Cuenta que éste a veces se obsesionaba con que ya no podría aprender ni evolucionar en su obra, o que inventaba la fotografía. 
Mujer con corneja, 1904, Pablo Picasso

Madre e hijo saltimbanquis, 1905, Pablo Picasso

Sin embargo, Picasso descubre elementos positivos: una benevolencia opiácea, una mejora económica, una relación estable con Fernande y un núcleo de amistades más amplio que rompe el marco de los hispanohablantes. Esto le pone en estrecho contacto con la vanguardia literaria parisina, lo que contribuye a propiciar un cambio paulatino en su obra.                       


En el Lapin Agile, 1904 - 1905, Pablo Picasso    

Ese gran cambio lo vemos en sus temas de los saltimbanquis: son marginados con algo que los revive. A partir de obras como En el Lapin Agile veremos que no es que se canse de la temática de obras anteriores, sino que sus personajes tienen un alto contenido simbólico. Estos arlequines son personajes de circo que, al salir de ellos, se ven algo marginados. Puede que sea un paralelismo consigo mismo. Esto le hará indagar en la pintura por sí misma, en los colores. Este arlequín con capa nace a partir de que, estando Picasso en un local, el dueño le pide que pinte algo para su establecimiento. Así, el artista se autorretrata con la hija del dueño. Él mismo se ve como arlequín, algo muy significativo, posa el pintor como artista y como intérprete. Muestra su marginalidad y vocación como intérprete de misterios. 

- Relación con otras personalidades en París
A partir de entonces lo que mostrará también en su obra es su estrecha relación con los grandes literatos de la vanguardia francesa e incluso escritores críticos, como por ejemplo Guillaume Apollinaire, de quien sería buen amigo. 
Retrato de Apollinaire, 1916, Pablo Picasso

Alfred Jarry, dramaturgo y poeta francés, contaba en sus últimos años (hasta su muerte en 1907) con un buen número de jóvenes seguidores entre los que se encontraban Apollinaire, Jacob y Picasso. En 1896 estrenó su obra teatral Ubú Rey, farsa satírica y comedia cuyo personaje principal parodiaba la situación en España por la época, arremetiendo contra el mundo burgués. Por ello sería el prototipo del marginado y el modelo del surrealismo y el dadaísmo, aunque Apollinaire intentaba alegar esto mismo del propio Picasso. Esta comedia contra la burguesía irreflexiva condena a perpetuar su condición, por lo que los artistas equivaldrían a los marginados y, de ahí, a los arlequines.

Affiche de la première d’ Ubu Roi par Alfred Jarry, 1896

Arlequín a caballo, 1905, Pablo Picasso

El bufón sería el antecedente directo de estos arlequines. En 1848, tras las revoluciones burguesas, este personaje quedará resignado, sería una figura triste. Charles Baudelaire escribió un poema sobre el arlequín que casi describe las obras de la etapa rosa de Picasso. Otros que utilizaron estos temas en sus cuadros fueron Manet, Degas, Toulouse-Lautrec, Daumier..
El actor, 1905, Pablo Picasso

En obras como Familia de arlequines o El baño vemos que Picasso trata el tema de la mujer aseándose (o atendiendo al aseo personal del bebé), y hará de ello un tema muy repetido.
Familia de arlequines, 1905, Pablo Picasso

En Familia de acróbatas con mono Picasso no cae en presentar a estos grupos como tragedia humana. No quiere denunciar su pobreza ni su marginalidad, sino que los asocia con lo bucólico y se identifica con ellos. Es la búsqueda de una realidad más pictórica. Utiliza una composición que se vale de la memoria visual colectiva y manifesta un ideal de belleza derivado del arte post-renacentista. También se inspira en los Saltimbanquis de Daumier, obra realizada entre 1855 – 1860. 
Familia de acróbatas con mono, 1905, Pablo Picasso

Encontramos algunas otras obras de grupos figurativos más pequeños, de dos personas sobre todo, como Bufón y joven arlequín o Dos saltimbanquis con perro.
Bufón y joven acróbata, 1905, Pablo Picasso

Dos saltimbanquis con perro, 1905, Pablo Picasso

Veremos la melancolía de los desheredados en común con la etapa azul y una estilización de las figuras que aún conservaban las obras de Picasso en Acróbata y joven arlequín, aunque también un desinterés por el tratamiento anatómico: son figuras muy planas. 
Acróbata y joven arlequín, 1905, Pablo Picasso

Sin embargo, la obra cumbre llegaría con Familia de saltimbanquis, cuya realización ocupó nueve meses de la vida del artista.  Encontramos numerosos ensayos y bocetos, además es una obra que repinta. En una de las versiones vemos el paisaje muy difuso, mujeres con niños, mujeres embarazadas y otras en el aseo.  
Poco a poco irá realizando un proceso de simplificación, pues realmente no le interesan tanto las relaciones familiares entre los saltimbanquis o las maternidades, sino plasmar lo que sabía de los arlequines, lo que aprendió observándoles: las posturas, los textos, las composiciones. Resultará un conjunto de síntesis de elementos formales y temáticos que Picasso llevó a cabo. 
Familia de saltimbanquis, 1904 – 1905, Pablo Picasso

Vemos seis personas en un paisaje indefinido en un frágil equilibrio, porque hay una parte más pesada a la izquierda, con muchas figuras, y una zona a la derecha más vacía con una muchacha como mallorquina. Utiliza un color sena o arena para los tonos amarillos, diversas gradaciones del espacio, una claridad tonal en contraste con colores más fuertes en primer término, etc. Esta obra parece descubrir que Picasso quiere evocar por contraste una inseguridad para el espectador. No hay una unidad en la composición ni un punto de vista único, sino que se ven múltiples perspectivas. 
Estudio para Familia de saltimbanquis, 1905, Pablo Picasso

También marca una relación entre personajes y espacio que resulta ficticia, antinatural, por esa incomunicación entre los personajes, e intenta hacer las figuras lo más planas posibles quitándoles todo el volumen, incluyendo cierto simbolismo entre el arte académico y la vanguardia: así es como se mueve Picasso. Aparte, hace notar su influencia de la pintura clásica francesa del s. XVIII con cierto aire rococó. Las figuras están sacadas de espacios y ámbitos diferentes, pero hay una necesidad de recomponer estos temas en una gran obra para ver cómo pueden fallar las composiciones. 
Hay también una relatividad de la producción artística a través de esta pintura histórica o anecdótica: se ve que los personajes dejan el mundo de la anécdota para entrar en el de la alegoría. Hay diferentes tratamientos de la pincelada, algunas vigorosas y direccionales en la parte baja con una inclinación hasta el primer plano. Los colores mate recuerdan a la pintura al fresco: es una mirada al renacimiento. Terminará la obra a su regreso de Holanda en julio de 1905. 


Mallorquina, 1905, Pablo Picasso
(Estudio para Familia de saltimbanquis) 

Picasso quiere abordar temas de perfección artística, de ahí los varios puntos de vista en sus composiciones, y comienza a reflexionar sobre el tema de la fonda, declarándolas sus inquietudes, y estudia el equilibrio en la composición. 
En Acróbata con balón nos sitúa en el momento máximo de la composición con el juego de ligereza y pesantez, agilidad y gracilidad frente a torpeza, brutalidad... Utiliza el tema del circo y los saltimbanquis como hasta entonces marcando los contrastes entre las dos figuras, y al fondo aparecen un caballo y niños.
Acróbata con balón, 1905, Pablo Picasso 

Por otro lado, en Muchacho con pipa evoca un poema de Paul Verlaine: El reino interior. Aquí  se menciona el palacio de Ecbatana, donde los sátiros se abandonan a los siete pecados capitales. Este ángel de Picasso sueña con los ojos abiertos, se trata de uno de los personajes del poema. Finalmente le añade una corona con guirnalda y pinta flores al fondo a modo de alas. Hay una profunda asociación con el poema. 
Muchacho con pipa, 1905, Pablo Picasso

En Muchacha joven desnuda con canasto de flores Picasso retrata a una joven que vendía sus flores y su cuerpo a la salida del Moulin Rouge. El artista decide centrar su atención en una sola figura estática en lugar de ligera o en movimiento, él siempre prefirió esas figuras estáticas.
Muchacha joven desnuda con canasto de flores, 1905, Pablo Picasso 

- Breve estancia en Holanda, verano 1905
En el verano de 1905 decide viajar hasta Schoorl, Holanda, en una breve estancia y realiza obras que muestran a la mujer holandesa del momento. Es aquí donde Picasso trata, como vemos, temas de ambiente local y temas que dejó pendientes en su salida de París, y retrata figuras con sabor clásico en una búsqueda constante mediante experimentaciones. 
Le invita un amigo llamado Tom Schilperoort, escritor que trabajaba de corresponsal en París para periódicos de Rótterdam. A Picasso este viaje le ayudaría a abrir su mirada a una nueva cultura al margen del mundo francés. Este personaje era muy distinto de Casagemas, casi salvaje, degenerativo y muy autodestructivo. 
Las tres holandesas, 1905, Pablo Picasso 

En Las tres holandesas evoca al grupo figurativo clásico de “Las tres Gracias”, que era un cliché del arte europeo como se puede observar en las pinturas de Rubens, muy ligado también al Siglo de Oro español por ser contemporáneo y conocido de Velázquez.  
En La bella holandesa Picasso parece prefigurar esos desnudos enormemente grandes que aparecerán en su obra un año después y la mujer grande de la época clásica, unas figuras andróginas en relación con la pintura simbólica. 
La bella holandesa, 1905, Pablo Picasso 

- Regreso a París, fin de la Etapa Rosa y gran cambio
En los últimos días de 1905 Picasso dio por finalizada la relación en su obra con los personajes del circo a través de una obra: La muerte del arlequín. Aquí decide representar el fin de esta temática literalmente. Afirmó que se inspiró en un suicidio que ocurrió por aquel entonces en París aunque se pueden encontrar una reminiscencia de Casagemas de nuevo.
La muerte del arlequín, 1906, Pablo Picasso 

A partir de ahora Picasso se abre a un nuevo comienzo con temas arcaicos, figuras escultóricas... un gran cambio. Su atención se centrará en la estatuaria arcaica griega, en esas grandes masas escultóricas. Comienza a trabajar el desnudo del hombre a través de los kuroi griegos del Musée du Louvre que sufren un proceso de abstracción y simplificación en la tela de sus obras. Realizará un buen desarrollo de su lenguaje formal en este período mientras que ese mayor colorido de las familias de saltimbanquis se pierde a favor del color rojizo o tierra. Mediante el pastel y la tinta no mostrará nada de brillos, sino una apariencia de frescos o de arcilla.  

- Nuevas influencias y rivalidades artísticas
En 1905 hubo retrospectivas sobre pintores de los siglos anteriores que calaron hondo en los pintores de la época, sobre todo en Picasso. Éste calificó a Manet, tras asistir a su retrospectiva, de ser el primer artista moderno. 
Picasso admira la fácil elocuencia de sus pinceladas, el engañoso aplomo de sus composiciones, la indeterminación en la relación de figuras – espacio y el modo en que sus personajes clavan su mirada en el espectador. Esta será otra de las influencias que acoja el artista en estos momentos.
El viejo músico, 1862, Édouard Manet 

Otra exposición importante que influiría a Picasso fue la de Ingres, donde se pudieron ver hasta 78 obras. Fue considerado la quinta esencia en el academicismo, donde empieza a haber admiradores incluso entre los enemigos de esta corriente. Matisse y Picasso quedaron anonadados ante esta retrospectiva: admiran la maestría lineal de sus dibujos, las insólitas libertades que se permitía con las apariencias, la serenidad gracial y el lánguido erotismo de sus personajes y su forma de representar la anatomía. Este momento neoclásico de Picasso será un retorno al orden e influirá en Les demoiselles d’Avignon tiempo después.
Venus Anadyomène, 1848, Dominique Ingres 

Vemos en Mujer con abanico cierta inmovilidad pero una serenidad que tendrá mucho que ver con la obra de Ingres, quizá hasta una frialdad relacionada con Velázquez. Sin duda alguna se apropia de ese concepto escultórico de Ingres que utilizaría en el futuro para dotar de monumentalidad su Retrato de Gertrude Stein. Esta atracción por lo escultórico viene incrementado por su atracción por la cerámica ática, terracotas, bronces, esculturas griegas y romanas o las galerías de arte fenicio y egipcio.
Mujer con abanico, 1905, Pablo Picasso 

A partir de ahora se encuentra dibujos preparatorios para una obra no realizada: Picasso intenta componer una gran obra con la ambición de conseguir reconocimiento por parte del público mientras contempla La alegría de vivir, de Matisse.
La alegría de vivir, 1905 – 1906, Henri Matisse 

Por entonces está preparando una gran obra que sería El abrevadero, de la que sólo se conservan dibujos preparatorios de 1906 en acuarela al gouache sobre cartón, en uno de los casos. Lo difícil sería el choque que significaría el separarla de la obra de Matisse ahora mencionada. Entre ambos pintores existe un enfrentamiento, una rivalidad: Picasso ve que no podía situarse en esta situación a la cabeza de la vanguardia. Aquí trabaja con las figuras de los kuroi y los ideales clásicos según se ve en los proyectos. 
De esta obra que no llega a ver la luz se salva de sus dibujos un único personaje: Muchacho desnudo conduciendo a un caballo, que lo comprará Gertrude Stein, en cuyo retrato Picasso estaba trabajando al mismo tiempo. En esta obra veremos una influencia de Chavannes, del cubismo, de San Martín y el mendigo de El Greco, una iluminación globalizada, una atmósfera y la luz como elemento unificador de la composición. Ayuda a conciliar la superficie bidimensional de los fondos con lo tridimensional de las figuras. 
Muchacho desnudo conduciendo un caballo, 1906, Pablo Picasso 

Además, Zuloaga tenía en su casa otra obra de El Greco en la que también se inspira, aparte de en las estatuas griegas del Louvre y los modelos de Constantin Guys, personaje del s. XIX muerto en 1892, corresponsal de guerra, pintor e ilustrador de periódicos de Francia y Gran Bretaña. Picasso se fija en sus caballos, por ello elimina el bozal en su obra: piensa plásticamente y esos elementos serían superfluos pictóricamente hablando. 
San Martín y el mendigo, 1597 – 1599, El Greco 

Sin embargo, en Los dos hermanos, realizada en su corta estancia en Gósol en el verano de 1906, se ve una anulación completa de los fondos con el significado de que aún no se desvincula del mundo del circo, elemento que equilibraría sus composiciones. En otra versión realizada de la misma obra en estos temas de niños vemos unas luces y sombras muy fuertes, muchos contrastes: es la influencia de las iluminaciones de El Greco.     
Los dos hermanos, 1906, Pablo Picasso

Los dos hermanos (otra versión), 1906, Pablo Picasso 

Con el mismo tema sigue su obra Los adolescentes, donde se observa un cubo utilizado en la composición como asiento para una de las figuras: es una reminiscencia de los temas sobre los acróbatas. Los colores son más terrosos y mates, un préstamo que tomará del fresco. La imagen del adolescente será un símbolo de lo que siente Picasso en este momento. Hay unos parámetros clásicos, una mirada hacia el pasado que perdurará en toda su obra. 
Los adolescentes, 1906, Pablo Picasso 

En otoño de 1905 Picasso va a una cena en la que se encontraba Gertrude Stein y él le preguntó si podría retratarla. Este retrato será una obra muy larga en el tiempo, de más de 90 sesiones: decía que Gertrude era una buena modelo. Era una escritora norteamericana que difundiría también la vanguardia. Picasso siente hacia ella una gran admiración, será para él como una especie de reencarnación de las dríadas, tan importante como cualquier deidad masculina. Además, Gertrude era homosexual (convivió casi toda su vida adulta con su amante Alice B. Toklas), hecho que la convertía ante sus ojos de andrógino en una diferenciación entre los personajes que retrata. Picasso muestra una idea muy simbolizada de los arcanos, por la procedencia americana de Gertrude, de familia ascendente judía y como una mujer muy moderna en el París del momento, partícipe de las tertulias, etc. 
Retrato de Gertrude Stein, 1906, Pablo Picasso 

Picasso frente a ella se sentía como un igual, y lo que valorará Picasso es que su retrato es muy diferente de las pinturas que hacía hasta ahora, de aquellas bellezas a la moda de la belle époque, aquellos retratos del ideal femenino del momento a los que se contrapondrá esta obra. Ella le inspira una sexualidad desfeminizada que le aproxima a la necesidad de crear una imagen que simbolice ambos sexos. Tras esos casi tres meses de sesiones, Picasso decide borrar la cabeza: siente que no puede imponer en esa obra la personalidad de Stein, mostrar las enseñanzas de Ingres, superar a Cézanne y ponerse por delante de Matisse.
Matisse fue, de hecho, el único artista en su vida al que Picasso miró como a un rival. Se conocieron en un encuentro organizado por los Stein en su Salón, se miraron con recelo y empezó esa rivalidad que les hizo mejorar artísticamente a ambos. Picasso llega a sentir envidia por La alegría de vivir de Matisse, que supone para él el mayor de los desafíos. 
La obra de Matisse estaba mucho más avanzada al uso, por los colores por ejemplo, mucho más adelantada que sus saltimbanquis melancólicos con reminiscencias de lo simbólico. 
Se sentiría así hasta Les demoiselles d’Avignon, obra que le ayuda a recuperar su confianza en sí mismo como líder ante sus amigos y seguidores. Tras el verano de 1906 terminará el retrato en París de memoria desde lo que trabajaría en un viaje de nuevo a España.  

- Breve estancia en Gósol, verano 1906
Picasso hacía dos años que no vivía en España ni que había vuelto. Apollinaire compra 20 de sus primeras obras importantes y con esa posibilidad económica decide pasar una temporada en esta localidad pirenaica cercana a Andorra. Necesita un ambiente diferente al habitual para inspirarse, una necesidad de cambiar de entorno para desbloquearse. 
De camino a Gósol pasará un par de semanas en Barcelona haciendo alarde de su situación en París. Llega acompañado de Apollinaire a Gósol en junio y se instalan en la única posada que había en la zona alta, con restos de un castillo y un pueblo en la ladera, alquilando dos habitaciones. 
Allí retratará al regente de esta posada, Josep Fontdevila, un hombre de 90 años que en su juventud fue contrabandista. Por este entonces Picasso se rapa y puede que se identificase con él al retratarle. Admiraba la energía de este hombre y se inspiraría en él en uno de sus últimos retratos en que aparece una calavera. Es una nota curiosa que, además, en este período en Gósol Picasso no pinte paisajes, sino mujeres.
Retrato de Joseph Fontdevila, 1906, Pablo Picasso 

En este Autorretrato con la paleta en la mano muestra un rostro que recuerda a la solución encontrada para el retrato de Stein: líneas más definidas, aristas, etc. que tendrán que ver con Les demoiselles d’Avignon
Autorretrato con la paleta en la mano, 1906, Pablo Picasso 

Además, la figura humana sigue acaparando su atención. Pinta mujeres dignas que realizan un trabajo del que no tienen que avergonzarse, muy distintas de las mujeres del Montmartre: el símbolo de la Montserrat será en Cataluña símbolo de mujer trabajadora y fuerte, una campesina cuya fuerza brota de la tierra. Realiza ahora pinturas de mujeres como el Retrato de Fernande Olivier con pañuelo, siendo Gósol en donde produzca la misma cantidad de obras que en los seis meses anteriores en París. Esta nueva imagen de Fernande se impondrá contra los temas de los muchachos. Realiza retratos de pálidos desnudos en colores tostados, dorados, terracotas, de ahí el nombre del período rosa.
Retrato de Fernande Olivier con pañuelo, 1906, Pablo Picasso 

En El aseo vemos a Fernande vestida, ofreciendo un espejo a una mujer desnuda: es ella misma recogiéndose el pelo. Aquí Picasso rinde homenaje al poder metamórfico del personaje. A pesar de su memoria visual extraordinaria, el artista llevaba encima muy probablemente reproducciones de la obra de Ingres en este viaje: sus mujeres desnudas tienen mucho que ver con él. En otras obras aparecen mujeres que enlazan con los adolescentes de obras anteriores con una influencia de Gauguin, como Mujer con niño y cabra.
El aseo, 1906, Pablo Picasso 

Por otro lado, en El harén realiza una reproducción de El baño turco de Ingres. Aquí consigue la gran obra que estaba buscando cuando abandonó la que hubiera sido El abrevadero. Se ve un conjunto de soluciones ensayadas por separado, de figuras clásicas que no tienen relación entre sí. Muestra el erotismo, la sensualidad de todas las mujeres que responden a su estereotipo: supuestamente su modelo es siempre Fernande por esta época.
El harén, 1906, Pablo Picasso  
  
Sin embargo, hay una diferencia notable entre ambas obras. Las figuras de Ingres están rebosantes de carnalidad, mientras que las de Picasso parecen disolverse en la atmósfera, son figuras más etéreas. Picasso sustituirá la figura grande femenina de Ingres por una de hombre simbolizando los elementos fálicos que también utilizaría más tarde en sus bodegones. Picasso compite con este maestro del pasado pero habiendo una gran distancia entre su obra y la de Ingres, aunque hará el tema completamente suyo.
El baño turco, 1862, Dominique Ingres 

En El florista ciego muestra su vuelta a la influencia de El Greco, es una obra de carácter experimental que inicia a partir de bocetos en Gósol. Siempre está trabajando como con puzzles, una síntesis que abarca la composición melancólica del período azul, el manierismo de este Greco o el decorativismo y lo sentimental del período rosa. Tiene mucho que ver con los inicios del cubismo por el esquema superficial de la composición para cohesionar todos los elementos, permitiéndose crear una unidad entre animales, personajes, etc., como en las obras de El Greco marcadas por su tratamiento de luces y colores tan contrastados aunque no fuesen luces reales ni hubiese un único foco de luminosidad.
En el Autorretrato que hemos visto antes notamos cómo Picasso mejora su autoestima y confianza en este período de Gósol. A partir de versiones trabajadas en España realiza esta versión sujetando una paleta y tiene mucho que ver con las Vírgenes romanas de la Cataluña medieval en sus delineaciones, etc.  

- Regreso a París y nuevo cambio: austeridad arcaica
A mediados de agosto abandonan Gósol y vuelven a París, esta vez sin pasar por Barcelona. Se producirá un gran cambio al volver que se notará en su obra. Será una vuelta en la que vuelva a ver unas figurillas del Louvre encontradas en Sevilla de gran sentido patriótico para él por Andalucía, donde nació, y por lo lejano de lo estético en la época. 
Sin embargo, se abría ante sus ojos un camino difícil que estaba por descubrir: siente un gran estímulo de que puede haber otras soluciones por encontrar. Alois Riegel, filósofo estético de la Escuela de Viena del s. XIX y XX, afirmaba el fin de lo clásico en la historia del arte que dará lugar a otras soluciones: hay una apertura o posibilidad de otro tipo de recursos que dieran por resultado nuevas formas, exactamente lo que buscaba Picasso. 
Le influye esa escultura romanizada de marcados arcos ciliares y líneas de los ojos, la escultura ibérica y la arcaica griega, e incluso podemos pensar en el hieratismo de las máscaras africanas que nos devuelven al retrato de Stein y a su autorretrato.
Picasso utilizará rasgos formales en cuanto a masa y volumen en el tratamiento de los rostros, algo antinaturalistas, muy marcados y simplificados con distintos puntos de referencia en un camino evolutivo de la pintura que irá progresivamente hacia lo antinaturalista. 
Trata el rostro humano de manera muy individual aunque lo esquematiza, permitiendo que el personaje no pierda su identidad. Será alternativo a ese liderazgo de Matisse en la vanguardia con los fauves. Hace un mínimo uso del color, aplicándolo en figuras planas con poco uso del modelado y una efectividad del retrato, aunque es notable la ausencia de expresividad y ese cierto carácter de máscara.
Mujer desnuda sobre fondo rojo, 1906, Pablo Picasso

Vemos en Mujer desnuda sobre fondo rojo cómo va transformando las figuras estilizadas en unos cuerpos más rotundos y robustos que producen en el espectador la sensación de estar ante figuras pétreas, gigantescas y primitivas. Lo que cambia son las formas, ya que los temas se mantienen. También veremos figuras muy sólidas como en El peinado
El peinado, 1906, Pablo Picasso 

En Mujer desnuda sentada con las piernas cruzadas Picasso muestra unas figuras muy densas, surgidas de la tierra o en relación de la Madre Tierra. Los enormes pies sirven de contacto con la energía que brota del interior. Además, recuerdan a deidades primitivas de fertilidad que han perdido lo femenino pero pueden reproducirse. También se nota la influencia de los kuroi de la Grecia arcaica e incluso de las esfinges del mundo egipcio. 
Mujer desnuda sentada con las piernas cruzadas, 1906, Pablo Picasso 

Además hay una culminación de una serie donde una de las mujeres conduce a la otra por un cortinaje: será Dos mujeres desnudas, obra que sugiere una evaluación de la presencia de Cézanne en el pincel de Picasso por sus exposiciones tras su muerte en París por esos años. En 1907 exactamente se promocionó una gran retrospectiva de Cézanne, a quien reconocerían ahora como “padre de todos nosotros”, aunque su obra que más influencie a Picasso sería Tres bañistas.  
Su última obra antes de Les demoiselles d’Avignon sería Dos mujeres desnudas. Con una continuidad de poses, un color pero sin tratamiento, pone de manifiesto la nueva concepción plástica y el carácter escultórico para el pintor. Hay una tosca aplicación de la pincelada que recuerda a Las dos hermanas del período azul, pero con esta obra rechaza la facilidad de tratar un tema porque busca nuevas formas de hacer pintura, no quiere narrar un tema sino servirse de éste para trabajar plásticamente. 
Dos mujeres desnudas, 1906, Pablo Picasso 

Hay también un abandono del sentimentalismo y del coqueteo con la poesía, de aquellos adolescentes en sus obras: funde su estilo y su visión. Picasso se siente capaz de romper con todas las leyes y, como decía Alfred Jarry, de molerlas. Supone un cambio, supone replantearse muchas cosas el comprender que debe buscar nuevas soluciones no en las ruinas del pasado, sino empezar a romper con la melancolía y la mirada hacia el mundo clásico. 
Esta obra de Cézanne de Tres bañistas estaba en poder de Matisse, que se la compró a Vollard y fue quien se la mostró a Picasso. Éste quiso, desde ese momento, conmocionarlo, retarlo de alguna manera. Cambiará su influencia de Ingres por estas figuras pétreas, con sensación de piedra sin pulir. 

Próximo Capítulo:  NUEVA PERSPECTIVA (1907 – 1908)

Bibliografía
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