lunes, 11 de noviembre de 2024

Capítulo 15, arte románico en Italia, Románico lombardo

 

Arquitectura románica en Italia
La arquitectura románica italiana comprende un período de producción arquitectónica más amplio que el de otros países europeos: desde los precoces ejemplos de los últimos decenios del siglo XI hasta, en algunas regiones, todo el siglo XIII.
En ese periodo Italia estaba desmembrada políticamente, con muchos poderes regionales -cristianos en el norte y centro (reino de Lombardía, marcas de Toscana y de Verona, república de Venecia, Estados Pontificios, ducado de Spoleto) y más cercanos a los bizantinos y musulmanes, y luego a los normandos, en el sur (principados de Capua, de Benevento y de Salerno, ducado de Amalfi, catapanato de Italia y emirato de Sicilia)- que combatían entre ellos, debilitándose económica y socialmente. La Alta Edad Media fue en el país una época de miseria, que alcanzó también al monacato, corrompido y relajado, que apenas pudo dedicarse a la construcción de nuevos monasterios. Hasta mediados del siglo XI la situación no cambió, coincidiendo con el resurgimiento europeo, económico y demográfico, de los siglos XI y XII que tuvo un gran efecto en el país. En el norte de Italia confluían dos de los grandes ejes económicos de la cristiandad: la ruta que desde las ciudades comerciales del norte de Alemania y del Báltico (agrupadas en la Hansa) atravesaba el Rin y el Ródano, con las rutas marítimas que a través del Mediterráneo trasportaban las especias y productos de lujo de Oriente y los países musulmanes. Convertidas en emporios comerciales, muchas ciudades italianas experimentaron un desarrollo económico que les llevó a crear flotas mercantes y barrios comerciales en Oriente (Palestina, Bizancio, Egipto...). Fue la etapa de las Republicas marineras y, particularmente Génova y Venecia, extendieron su dominio a islas y puertos a lo largo del Mediterráneo y el mar Negro forjando auténticos imperios de ultramar. Dado el vacío de poder causado por la fragmentación territorial y la lucha entre el Imperio y la Santa Sede, las potencias locales buscaron formas autónomas de mantener la ley y el orden. La controversia de la investidura finalmente fue resuelta por el Concordato de Worms. En 1176, una liga de ciudades-estado, la Liga Lombarda, derrotó al emperador alemán Federico Barbaroja en la batalla de Legnano, asegurando una independencia efectiva de la mayoría de las ciudades italianas del norte y centro. Políticamente, supuso el ascenso social de los comerciantes, que formaron una oligarquía gobernante en muchas de esas ciudades que pudo emprender ambiciosos programas edificatorios, incluidos religiosos, pero en los que la reforma cluniacense tuvo poca influencia.
La arquitectura en esta época fue uno de los periodos más fructíferos y creativos de la arquitectura italiana, muy influida por lo que se hacía en Francia y Alemania, pero también hay una profunda influencia bizantina y de la arquitectura clásica. Dio lugar a muchas obras maestras​ y variantes locales muy diversas, tanto en estilo como en construcción. Posiblemente la escuela más «artística» fuese la toscana -principalmente en Florencia y Pisa-, que hizo uso generalizado del mármol y que en el exterior destaca la combinación de elementos arquitectónicos repetidos: franjas horizontales, arquillos ciegos y frontones y columnas. El románico siciliano, con influencias normandas, también debe ser tomado en consideración así como el lombardo -más avanzado en sus estructuras arquitectónicas que el toscano, pero menos artístico- y el piamontés.
La arquitectura románica dejó de emplear las techumbres de madera y experimentó con el uso de bóvedas de cañón. La gran innovación italiana fue la bóveda de arista, que no se usaba desde los tiempos de la Antigua Roma. ​ El peso de los edificios se transmitía hacia el exterior y se solía recoger en contrafuertes para soportar el peso de la techumbre. Los gruesos muros, que también soportaban parte de ese peso, tenían ventanas pequeñas, con interiores bastante más banales y aburridos que las iglesias paleocristianas y bizantinas; solían consistir en paredes de mármol o piedra, con poca decoración, al contrario que los ricos interiores tapizados de mosaicos de las iglesias bizantinas.
Las innovaciones planimétricas introducidas en Francia y Alemania durante el período románico no llegaron inmediatamente a Italia, donde, entre los siglos XI y XII, la construcción de plantas basilicales continuó, generalmente sin un transepto. Sin embargo, los deambulatorios con capillas radiantes hicieron su aparición en la abadía de Sant'Antimo (1118-mitad del XII) y en la catedral de Aversa (1053-1090). Los tres edificios principales del románico temprano fueron iniciados el mismo año, en 1063, no muy alejados entre sí: la abadía benedictina de San Abundio (1063-1095), en Como, la catedral de Pisa (1063-1118) y la basílica de San Marcos (1063-1092), la catedral de Venecia. San Abundio fue consagrada en 1095 y muestra la relación de Lombardía con el románico transalpino, con rasgos cluniacenses tanto en planta como en el tratamiento exterior y exterior. Con cinco naves cubiertas con vigas de madera, presenta un doble campanario al estilo de los Westwerk alemanes y una decoración del muro exterior con arcos ciegos y lesenas, además de un notable corredor escultórico de los «comacini magistri».
La catedral de Pisa fue consagrada en el 1118 y puesto que la república mantenía fuertes contactos comerciales con Bizancio, recibió influencias orientales —los «matroneos» y la cúpula elíptica con coronamiento de bulbo— aunque reinterpretadas según el gusto local, con formas artísticas de notable originalidad, como el interior en cinco naves con columnatas (antiguamente de cruz griega, ampliado a planta latina), inspirado en la desaparecida catedral románica de San Martino en Lucca, que tenía una distribución de espacios típicamente paleocristiana.
La basílica de San Marcos, construida sobre un palacio preexistente, funcionaba como capilla palatina del palacio ducal y no dependía del patriarca de Venecia. La construcción se terminó en 1092, pero no concluyó en su estado actual hasta el siglo XIV, aunque el estilo se mantuvo unitario y coherente pese a las diversos influencias artísticas que sufrió a lo largo de los siglos, siendo una conjunción única entre arte bizantino y occidental. La planta es de cruz griega con cinco cúpulas distribuidas en el centro y a lo largo de los ejes de la cruz, rodeadas de grandes arcos. Las naves, tres por brazo, están divididas por columnatas que confluyen hacia los pilares que sostienen las cúpulas; no se hicieron como un bloque único de muro sino articulados a su vez con cuatro pilares y una cúpula más pequeña. (El tema de la cúpula también aparece en las Marcas y en el Sur, y en particular en algunas iglesias del románico apuliano (duomo de Molfetta, 1150-?), mientras que el tema de la cruz inscrita aparece en Stilo (Cattolica de Stilo), Otranto y Trani.)
En la segunda mitad del siglo XI, se construyó la iglesia abacial de Montecassino (1066-1071), dotada de un transepto que no sobresale del cuerpo del edificio y con ábsides al final de cada una de las tres naves. Sin embargo, el edificio más importante en el sur de Italia se encuentra en la basílica de San Nicolás de Bari (1087-1197), construida durante el dominio ítalo-normando de Apulia, que presenta un transepto, con soportes alternos a lo largo de la nave y con dos torres en la fachada según el uso normando.
En el centro-norte de Italia, por otro lado, se desarrollaron las galerías con arcadas (como en el duomo de Modena (1099-1184), con un transepto no sobresaliente, tres ábsides y un campanile (la Ghirlandina) aislado) que encontraron aplicaciones notables en el románico pisano (Duomo y campanile de Pisa, duomo (1063-1070) e iglesia de San Miguel en Foro (1070-?) en Lucca, duomo de Pistoia y otras iglesias toscanas, pero que en parte también influyeron en la arquitectura románica sarda y corsa. En cambio, en Lombardía, la basílica de san Ambrosio de Milán (1088-1099) es recordada por su cobertura con bóveda de crucería y nervaduras entre las más antiguas de Europa. ​
De matriz germánica son, en Como, la basílica de Sant'Abbondio, rehecha por los benedictinos (1050-1095) (privada de transepto) y la iglesia de San Fedele (1120) (inspirada en las plantas trilobadas de Colonia). La planta de la catedral de Parma (1059-1116) aún se refiere a Alemania, con un transepto saliente y un ábside único terminal. ​ En la zona del Véneto destaca San Zenón de Verona.
Aún en la Italia septentrional, las principales catedrales se caracterizaron por la presencia de imponentes baptisterios exentos (como el baptisterio de Cremona (1167-?) y el baptisterio de Parma (1196-1270), aunque el baptisterio más famoso se encuentra en el centro de Italia, el baptisterio de Pisa (1152-1363).
Por otro lado, en Florencia fueron favorecidos los motivos arquitectónicos de la época romana, dando lugar a lo que los críticos llamaron el estilo proto-renacentista (basílica de San Miniato al Monte (1013-?), baptisterio de San Giovanni (1059), Iglesia de los Santos Apóstoles, abadía Fiesolana, en Fiesole). Un interés similar en la antigüedad se puede encontrar en y alrededor de Roma (fachadas del duomo de Civita Castellana y de San Lorenzo fuori le mura).
En Sicilia, los elementos bizantinos se unieron a los normandos y sarracenos, encontrándose en algunas iglesias de Palermo (San Cataldo (1154-1160) y otras) y en las catedrales de Cefalù (1131-1148) y Monreale (1172-1267) (las tres declaradas en 2015 patrimonio de la humanidad como «Palermo árabe-normando y las catedrales de Cefalú y Monreale»)
En la arquitectura civil, por otra parte, numerosas torres nobles hicieron su aparición; destacan las de San Gimignano y Bolonia. 

Características generales
Como en todo el románico, muchos elementos arquitectónicos son usados no solo funcionalmente sino también simbólicamente (12 columnas que representan a los doce apóstoles, eje largo de la nave con una ligera inclinación que indica la cabeza de Jesús inclinada en la cruz al morir, etc.). Sin embargo, también hay elementos propios que se derivan de la situación geográfica y circunstancial de Italia: el hecho de que Sicilia estuviera en manos de los musulmanes y que buena parte del sur de Italia fuera parte de Bizancio implicó una serie de influencias que son propias de esta península.
Otro elemento propio es la reutilización y uso de templos paleocristianos o basílicas de la antigüedad adaptándolos a los modos de la arquitectura propiamente románica. De ahí la mayoría de las iglesias de una sola nave con el esquema básico de los monumentos funerarios usados por los primeros cristianos.
Dada la creciente veneración de reliquias, el templo románico suele contar con una cripta normalmente bajo el presbiterio. Se construían corredores subterráneos con nichos para colocar las velas. Sin embargo, estos corredores se fueron llenando progresivamente de otros elementos como altares laterales, depósitos de ofrendas y limosnas y otros accesorios.
Un elemento común a las iglesias románicas es el campanario situado al lado de la fachada o en la zona del ábside.

Variantes regionales
El panorama artístico es muy variado, con “románicos” regionales de características propias, en especial por las tipologías constructivas. Gran variedad se da también por los materiales usados que dependían mucho de la disponibilidad local, ya que las importaciones resultaban muy costosas. De hecho, en Lombardía el material más usado fue el ladrillo, dada la naturaleza arcillosa del terreno. Sin embargo, esto no vale para Como que, en cambio, tenía mayor disponibilidad de piedra. En la Toscana no son raros los edificios de mármol blanco de Carrara con injertos de mármol serpentino verde; en Apulia se usa la clara toba caliza. Aparte del caso de Apulia, desde Roma hacia el Sur el románico tiende a desaparecer dejando sitio a influencias bizantinas o islámicas.
Así, las principales variantes regionales de arquitectura románica en Italia y sus zonas de desarrollo son:
·       románico lombardo, en las regiones de Lombardía y Emilia, que influyó a buena parte del norte de Italia, desde el Véneto continental hasta Liguria.
·       Venecia, con características peculiares influidas por el arte bizantino.
·       románico pisano, en la zona de influencia pisana: Toscana septentrional hasta Pistoia y Cerdeña.
·       El románico florentino o protorenacentista.
·       Las Marcas, Umbría y el Alto Lacio, con influjos de otras corrientes.
·       Roma;
·       La zona campana;
·       La zona de Apulia;
·       Sicilia y Calabria. 

Arquitectura románica lombarda y emiliana
El románico lombardo es una variante regional del arte románico que se desarrolló en el norte de la península itálica en las últimas décadas del siglo XI y el siglo XII. La corriente estilística evolucionó en un área geográfica más amplia que la actual región de Lombardía, e incluía también la región de Emilia y una parte del Piamonte, e influyó en una gran parte de la actual Italia, hasta Umbria, las Marcas, el norte del Lacio y Cerdeña.
Lombardía fue la primera región italiana que recibió las novedades artísticas transalpinas gracias al entonces secular movimiento de artistas lombardos en Alemania y viceversa, que permitió exportar las técnicas constructivas más avanzadas de la época, como las bóvedas de piedra, e incluso algunos rasgos estilísticos como las arcadas colgantes (archetti pensili) y las lesenas (de hecho, en muchos lugares se las llama bandas lombardas). 

Arquitectura
Arquitectura en Lombardia
Una de las iglesias más antiguas que aún se conservan con elementos significativos de la novedad del estilo románico es la basílica de Santa María la Mayor en Lomello, construida entre 1025 y 1050, con fuertes referencias a la arquitectura otoniana: fue una de las primeras iglesias italianas que cubrió las naves laterales con bóvedas de crucería, en lugar de las tradicionales viguerías. En el interior, en lugar de las columnas habituales en las basílicas se dispusieron soportes con dos semicolumnas adosadas en los lados. Las semicolumnas sostienen los arcos divisores, mientras que las pilares se prolongan en paraste (pilastras) hasta las impostas del sofito, donde hay unos originales arcos de ladrillo que atraviesan la nave central. La particular conformación de las prolongaciones de las pilastras y de las semicolumnas hace que los bloques de impostas (en lugar de los capiteles) creen una suerte de decoración cruciforme en las paredes.
La pequeña iglesia de San Pietro al Monte en Civate, también de influencia germánica, tiene dos ábsides opuestos, según los modelos carolingios.
En la zona del comasco se recuperaron modelos del norte de Europa, como muestra la basílica de San Abundio, de cinco naves cubiertas con viguerías de madera, donde hay un doble campanile al estilo de los Westwerk alemanes. Otras particularidades son la presencia temprana de arcadas ciegas y lesenas en los muros exteriores, hechas de piedra local en lugar del ladrillo típico utilizado en Milán y Pavía.
Entre finales del siglo XI y principios del siglo XII, en un estilo románico ya maduro, se reconstruyó la basílica de san Ambrosio en Milán, dotándola de bóvedas de crucería y con un diseño muy racional, de una perfecta correspondencia entre el dibujo en planta y los elementos en alzado. En la práctica, cada arco de la bóveda se apoya sobre una semipilastra o semicolumna propia que a su vez se reagrupan en el pilar fascículado, cuya sección horizontal: la inferior, de tres arcos iguales, se reúne con el perímetro interno del atrio; la superior, tiene cinco arcadas que aumentan de altura favoreciendo el perfil inclinado de las aguadas. Presenta también los arcos colgantes, es decir, filas de pequeños arcos de medio punto bordar la cornisa marcapiano y los aleros. El cuadripórtico se trazó en cambio sobre la estructura paleocristiana anterior, a pesar de que había cambiado entonces de función: ya no era un lugar para celebrar los catecúmenos, sino la sede de reuniones y asambleas religiosas o civiles.
El aislamiento estilístico de San Ambrosio de Milán no debió ser tan fuerte en el momento de la reconstrucción como hoy, cuando había otros monumentos ahora perdidos o fuertemente alterados a lo largo de los siglos, como las catedrales de Pavia, de Novara (demolida a mediados del siglo XIX) y de Vercelli (reformada en el XVI). Es común la evocación del modelo de San Ambrosio en la iglesia de los Santos Nazario y Celso, también en Milán, o en las iglesias extraurbanas como la iglesia de San Segismundo en Rivolta d'Adda.
La rotonda de San Tomè, unánimemente considerada monumento del románico maturo, ​ situada en la provincia de Bérgamo se distingue por su planta circular, por la armonía de sus volúmenes cilíndricos superpuestos, por la originalidad de la estructura interna dividida en recorridos delimitados por las columnas y por sus capiteles de particular belleza y valía artística.
El matroneo superpuesto sobre el cuerpo principal se caracteriza, también, por las columnas suprayacentes a las del cuerpo inferior, culminadas por capiteles esculpidos con motivos diversos que reproducen ornatura longobarda, episodios bíblicos y figuras zoomorfas. La linterna cierra la estructura causando un efecto de gran encanto y elegante esbeltez.
Otros ejemplos de iglesias románicas lombardas de planta circular son el duomo vecchio de Brescia y la Rotonda de San Lorenzo en Mantova.
Otras evoluciones son testimoniales, por ejemplo, de la Basílica de San Miguel el Mayor en Pavía, con la fachada constituida por un único gran perfil pentagonal con dos aguas, tripartito de contrafuertes de haz, y, en la parte superior, decorada con dos galerías simétricas de arcadas sobre columnillas, que siguen el perfil de la cubierta; el fuerte desarrollo ascendente también se destaca con la disposición de las ventanas, concentradas en la zona central. La extraordinaria decoración con bandas esculpidas que corren horizontalmente a través de toda la fachada está hoy seriamente comprometida por el grado de deterioro de la piedra arenisca en la que fueron talladas.
El modelo de San Miguel también se retomó en las iglesias de Pavía de San Teodoro y de la San Pietro in Ciel d'Oro (consagrada en 1132), y fue desarrollado en el duomo de Parma (finales del XII-principios del siglo XIII). 

Escultura
Los maestros comacini

Capitel zoomórfico en el atrio de la basílica de Sant'Ambrogio 

Entre los primeros maestros románicos lombardos hay una serie de maestros hoy anónimos que trabajaron inicialmente en la zona de Como (y que por eso son llamados maestri comacini​). Estos escultores se movían mucho y su trabajo está documentado en la región de los Prealpes, en la llanura padana, en el Ticino y algunos de ellos incluso llegaron a trabajar en Alemania, Dinamarca, Suecia y Cerdeña (como en la iglesia de San Pietro di Zuri en Ghilarza).
Entre las mejores obras de esta escuela destacan la decoración exterior de la basílica de San Abundio, en Como, o el coro de la basílica de San Fedele, siempre en Como, con figuras zoomorfas, monstruos, grifos, etc.
En estas representaciones las figuras humanas son poco frecuentes y se caracterizan por una apariencia tosca y poco realista. Mucho más importante es su maestría en la representación de figuras de animales y plantas, de entrelazamiento complejo debido quizá al hecho de que pudieron contar con modelos de telas y otros objetos orientales. El relieve es plano y estilizado, y hacen un amplio uso del recurso al perforado para crear una neta ruptura con el fondo, de profundidad fija, para dar un efecto de claroscuro.
Una importante obra de construcción del siglo XII fue la de la basílica de San Michele Maggiore en Pavía, donde se esculpieron cuatro largas bandas horizontales, interrumpidas únicamente por los elementos arquitectónicos de la fachada, que hoy están irreparablemente comprometidos debido a la degradación de la arenisca en la que fueron tallados. Se incluyen temas naturalistas, alegóricos, escenas de caza, de guerra y de vida cotidiana, figuras de santos. Sólo se puede dar una valoración global de los frisos, pero basta para entender que se trata de una de las mayores obras maestras del románico lombardo, quizás con derivaciones e influencias orientales armenias.
Destaca también el complemento artístico de la Basílica de Sant'Ambrogio de Milán, que combina elementos prerrománicos (como los motivos entrelazados) con temas más originales como representaciones de animales o elementos vegetales con una acentuada sensación de volumen. A menudo, en la esquina del capitel se representa una sola cabeza de la que emergen dos cuerpos en sus respectivos lados.

Wiligelmo
Wiligelmo fue el maestro de las esculturas de la fachada de la catedral de Módena, cuyo nombre proviene de una losa colocada en la propia catedral, donde los agradecidos ciudadanos hicieron tallar una frase en alabanza del maestro
Para Módena esculpió diferentes relieves entre el final del siglo XI y el comienzo del siglo XII, siendo los más famosos los cuatro grandes paneles que representan Storie della Genesi (Creazione, Peccato dei progenitori, Uccisione di Abele, Punizione di Caino e l'Arca di Noè), que marcan la reanudación de la escultura monumental en Italia. El compleja figurativo representa una alegoría de la salvación humana y de la reconciliación con Dios.
Para comprender el estilo inmediatamente anterior a Wiligelmo, se pueden ver los capiteles de maestros lombardos anónimos en la cripta de la catedral: no tienen comparación el realismo, la interpretación de los volúmenes y la alegre disposición narrativa de Wiligelmo. La inmediatez de la narración fue un componente fundamental, admirado desde la época, sobre todo teniendo en cuenta que el público objetivo eran todos los fieles, sin distinciones de nivel cultural. Las esculturas, especialmente las de los altares del Génesis, están cuidadas hasta el más mínimo detalle, con algunos elementos tan alejados de un estereotipo que parecen estudiados del natural, como los diferentes pliegues del manto de Dios, suave y fluido, o los diversos estados de ánimo de las expresiones faciales.

La Creazione di Eva, Wiligelmo, en el duomo de Modena 

Creazione dell'uomo, della donna e peccato originale 

Cacciata dal Paradiso Terrestre 

Caino e Abele 

Niccolò
El escultor conocido por el nombre de Niccolò, estudiante o de alguna otra manera conocedor de la obra de Wiligelmo, fue el primer maestro de quien se conoce un corpus de obras firmadas, solo cinco, lo que permite reconstruir sus movimientos a través de la Italia septentrional.
La primera obra firmada Nicolaus es de 1122 y consiste en el portal de la derecha de la fachada del duomo de Piacenza, donde se representa la Storie di Cristo en el arquitrabe, caracterizado por un estilo eficazmente narrativo, pero con un relieve más bien aplastado, que se compensa con una mayor sofisticación en los detalles y un preciosismo casi pictórico. Este estilo tuvo un gran seguimiento en Piacenza, al igual que en los artistas anónimos de los formelle dei Paratici, en la nave central, que representan corporazioni delle arti e mestieri que habían financiado la construcción de la catedral.
El segundo testimonio de Nicolaus se encuentra en la sacra di San Michele, en el valle de Susa, en Piamonte, donde trabajó probablemente entre 1120 y 1130. Aquí se encuentra la Porta dello zodiaco, con las jambas decoradas con relieves de los signos zodiacales, similares a las de las popoli fantastici en la Porta dei Principi de Modena, donde se encuentran influencias de la escuela de escultura de Toulouse.
En 1135 Niccolò estaba en Ferrara para trabajar de nuevo en un protiro (porche), donde por primera vez fue tallado también el tímpano, como se hacía ya desde un par de décadas antes en Francia; luego en 1138 se encuentra en el patio de la basílica de San Zenón en Verona, también trabajando en un tímpano polícromo; y, finalmente, en 1139, aparece la última de sus obras en el duomo de Verona: una Madonna in Trono, una Annunciazione y una Adorazione dei Magi, siempre en el portal. Niccolò introdujo elementos derivados de Aquitania y del norte de España. ​

Niccolò, San Giorgio che uccide il drago, luneta del portal mayor, catedral de San Giorgio, Ferrara 

Los maestros campioneses
Se denominan como maestros campioneses a un conjunto de escultores italianos oriundos de Campione d'Italia activos durante el tardo Medioevo y estilísticamente adscriptos al arte gótico. 

Las maestranzas comasco-ticinesas
Durante la Edad Media, los escultores se reunían frecuentemente en corporaciones llamadas maestranzas; en el caso que nos ocupa, se trata de una maestranza activa especialmente en Lombardía, Emilia, Liguria, el Véneto y el Trentino desde el siglo XII hasta el siglo XV.
En lo que respecta a los maestros campioneses estos constituyeron una de las maestranzas provenientes de la diócesis comasca la cual, durante la Edad Media correspondía a los territorios del actual cantón mayormente italoparlante de Suiza: el Ticino, abierto geográficamente a la llanura padana, y en particular a la Lombardía, en tal diócesis las maestranzas se sucedieron en el curso de los siglos y fueron apeladas según los principales lugares de proveniencia, así cronológicamente se pasó de los maestros comacinos activos durante la Alta Edad Media y adscriptos aún en el arte románico, a los antelamicos y, por último a los campioneses.

Giovanni da Campione, Bergamo, Basílica de Santa María la Mayor (Bérgamo), león stiloforo 

Los primeros trabajos notorios de los representantes de este grupo lombardo son del siglo XIII y corresponden a las esculturas realizadas por el maestro Anselmo da Campione en la catedral de Módena, a mediados del mismo siglo los hermanos Guido y Lanfranco da Como se destacaron en Toscana al realizar en 1246 la fuente bautismal del baptisterio de la catedral de Pisa; casi paralelamente Adamo d'Arogno y su familia trabajaron en el Trentino y en Austria.
En el momento concluyente y tardío de este conjunto de artistas se destacó la familia apellidada da Campione: Ugo y su hijo Giovanni fueron los autores de los pórticos en la iglesia de Santa Maria Maggiore de Bérgamo, mientras que Bonino se hizo conocer por sus monumentos en el Castello Sforzesco de Milán y el monumento a Cansignorio Scaliger en Vérona, por su parte Matteo da Campione laboró en la cartuja y en el Duomo de Milán hacia 1428.
Siendo aún artistas góticos y con influencias alemanas, sin embargo, los maestros campioneses anticipan (formando parte del gótico tardío) al incipiente Renacimiento italiano. 

Benedetto Antelami
Benedetto Antelami trabajó en el conjunto monumental del duomo de Parma, al menos desde 1178, tal como figura en la placa de la Deposizione procedente de una tribuna desmembrada. Su actividad fue en la época de transición entre el románico y el arte gótico, tanto por datación como por estilo. Es probable que tuviera la oportunidad de visitar las obras que se estaban haciendo en Provenza, tal vez incluso las de la Isla de Francia. En la célebre Deposizione representó el momento en que el cuerpo de Cristo era bajado de la cruz, con varios elementos traídos de la iconografía canónica de la Crocefissione (los soldados romanos con el manto de Cristo, el sol y la luna, la personificación de la Ecclesia y de la Sinagoga, etc.) y de la Resurrezione (las tres Marías). Especialmente refinada es la ejecución y también el resultado del modelado de los cuerpos humanos, menos rechonchos que las figuras de Wiligelmo. En comparación con el maestro de Módena, era bastante menos dinámico en la composición de la escena, con las figuras atrapadas en poses expresivas. La impresión de espacialidad conseguida por los dos planos superpuestos en lo que se disponen los soldados que echaron suertes las vestiduras es el primer ejemplo de este tipo en Italia.
Esculpido en el mismo período también es la cátedra episcopal, con poderosas figuras altamente plásticas y dotadas con notable expresividad.

La Deposizione del duomo de Parma 

En 1180-1190 fue con el taller a Fidenza donde decoró la fachada del Duomo con varios relieves, entre los que sobresalen las estatuas de los dos Profeti dentro de nichos en los lados del portal central: la recuperación de la escultura de bulto redondo (aunque en este caso, la colocación arquitectónica no permite al espectador apreciar los diferentes puntos de vista) no tenía precedentes desde finales de la estatuaria tardo-antigua, ni fue seguida hasta Donatello.
Su obra maestra es el baptisterio de Parma (de 1196), tal vez influenciado por el baptisterio de Pisa, en el que la escultura crea un conjunto único, tanto en el interior como en el exterior, con un ciclo que puede ser descrito en la discusión de la vida humana y de su redención. 

Pintura
En Lombardía hay espléndidos testimonios de frescos románicos en Civate (Lecco), como en la iglesia S.Calocero y en San Pedro al Monte, el estos últimos documentados en la mayor parte de la bibliografía sobre la pintura románica. Otro notable ciclo de frescos de este período se encuentra en San Martino en Carugo (Como).
Un interesante ejemplo de independencia de las características estilísticas dominantes del arte bizantino lo constituyen las pinturas conservadas en el área altoatesina.
Por ejemplo en la cripta de la iglesia de Montemaria en Burgusio (ca. 1160), un Cristo in maestà con cherubini e i Santi Pietro e Paolo recuerda los resultados de la miniatura otoniana.

Cristo in Maestà, cripta de la iglesia de la abadía de Montemaria, Burgusio 

Más originales son los fragmentarios frescos de la iglesia de San Jacopo en Termeno sulla Strada del Vino, donde hay una escena con Combattimento di figure mostruose (de finales del siglo XII) que se caracteriza por un fuerte sentido de movimiento y un tratamiento suelto y elegante.

Combattimento di figure mostruose, iglesia de San Jacopo, Termeno 

En el ciclo del castillo de Appiano (finales del siglo XII) se encuentran figuras alargadas que parecen anticipar las escenas corteses del periodo gótico. También es importante la vena naturalista de estas pinturas, que se diferencia de los modelos bizantinos, como en el fresco con el Sacrificio di Isacco (iglesia de San Jacopo de Grissiano, fracción de Tesimo, de principios del siglo XIII), donde a lo largo del perfil de un arco está pintado un asno cargado de leña luchando por levantarse contra el telón de fondo de los nevados picos de los Dolomitas.

Le vergini folli, xastillo de Appiano

 

La basílica de Santa María Mayor de Lomello se encuentra en la provincia de Pavía y es una de los más representativos testimonios arquitectónicos del así llamado románico lombardo, marcado profundamente por la influencia de más allá de los Alpes, específicamente por la arquitectura otoniana.

El estilo
Durante el siglo X se produjo un movimiento de expansión demográfica y económica en la sociedad medieval, de superación de la sociedad feudal, combinado con un gran anhelo de renovación espiritual.  La reforma religiosa alrededor del año 1000 con el movimiento cluniacense, que se extendió desde el monasterio de Cluny en Francia, se extendió rápidamente también a Italia.
Este fervor religioso propició la construcción de iglesias y monasterios en ese estilo que podemos admirar en la Basílica de S. Maria Maggiore en Lomello: el románico; arquitectura conocida casi exclusivamente a través de los edificios religiosos, que comenzó con la lenta transformación de la basílica paleocristiana, que tuvo lugar del siglo IV al IX d.C. a través de elementos bizantinos (influencia de Rávena, Grado, Istria) y se desarrolló en los siglos X, XI, XI, XI, con ejemplos también en el siglo XIII.
El arte románico parte del alma y vuelve a ella. Concebida, construida, renovada día a día por los fieles, modelada por la contemplación serena y grandiosa de Dios, de Jesucristo, encarnado en el seno de la Virgen por la fuerza del Espíritu, no se dirige al interés superficial de los estetas, sino ante todo a la multitud cristiana que acude a sus iglesias para cantar las alabanzas del Señor.
En el edificio sagrado, cada ladrillo es diferente de los demás, pero todos contribuyen a la unidad del edificio, así como los cristianos, aunque diferentes entre sí, constituyen la unidad de la Iglesia. Después de tantos siglos, la arquitectura románica no ha perdido nada de su poder de revelar a Dios. Por eso, el encuentro con nuestra Basílica puede hacernos percibir cuánto ha sido y quiere seguir siendo un signo visible y eficaz de su Presencia. Lo importante no es solo hacer una peregrinación lejos, sino entrar en una comprensión profunda y viva del mensaje del arte que nos eleva a Dios. 

Los orígenes
¿Había una iglesia en Lomello en los primeros siglos cristianos?
La respuesta puede ser positiva.
Tres acontecimientos, indirectamente, revelan su existencia:
·       el descubrimiento de la lápida cristiana del año 554, de la que ya hemos hablado;
·       la celebración de la boda entre Theudelinda y Agilulf;
·       una zanja, abierta en la nave norte de la iglesia de Santa María, sacó a la luz muros y sepulcros, construidos a un nivel intermedio entre el Baptisterio y la Iglesia. 
Estos hallazgos, entre ellos un ladrillo, fechado, con el método de termoluminiscencia, en el año 765 d.C., más o menos 95 años, son pistas sobre una iglesia que debió ser construida junto al baptisterio. A falta de nada más, los estudios realizados por Carlo Nigra, Giuseppe Mina y Gino Chierici sobre el plano de la iglesia vienen al rescate. Admiten unánimemente la existencia, en el mismo lugar, de tres iglesias sucesivas, la primera de las cuales podría ser contemporánea del baptisterio.
Las excavaciones del superintendente Gino Chierici, llevadas a cabo en 1944, sacaron a la luz, bajo el ábside principal, una "cripta" sorprendentemente interrumpida llena de tierra, sin ningún soporte central. Chierici, que publicó su estudio en 1951, pensó en el inicio de la construcción de una iglesia, que posteriormente fue abandonada por razones desconocidas; Y, en cualquier caso, pone de relieve, por primera vez, la relación entre la Iglesia y el Baptisterio. Dejemos a un lado las hipótesis sobre esto último, para informar que F. Soliani Raschini, Sandro Chierici, Arslan, son en cambio de la opinión de que la construcción de la cripta debe asignarse al último cuarto del 900, de hecho, el mismo Arslan, afirmando que la cripta, inacabada, es una de las primeras como oratorio, propone su datación entre aproximadamente 950 y 1000. La cripta sería, por tanto, contemporánea al cuerpo de la iglesia, con muros laterales atravesados por una serie de arcos ciegos, sostenidos por semicolumnas de ladrillo con basas y capiteles.
Sin embargo, solo nuevas excavaciones pudieron arrojar nueva luz sobre la relación entre el baptisterio y la iglesia, y pudieron descubrir una conexión continua entre los dos edificios. En la primera parte de este trabajo, hemos mencionado las ráfagas destructoras de iglesias, de los húngaros y los sarracenos, desde el principio hasta mediados del siglo XIX.
Francesco Pezza, historiador de Mortara, se refiere a estos acontecimientos, para suponer que la iglesia había sido destruida, como otras y, además, sistemáticamente. Ningún documento valida esta hipótesis.
El período de renacimiento coincide con el final del siglo XIX. Pezza recuerda el surgimiento de muchos edificios sagrados en este período, casi todos los cuales están fechados.  Basta pensar en la abadía de Novalesa. A continuación, el autor menciona, entre los maestros de obras, al benedictino Bruningo da Breme, que vivió en el cambio de milenio, a quien se destinaron numerosas obras de reconstrucción y restauración, en primer lugar las de la abadía antes mencionada, cerca de Susa. El historiador citado afirma entonces que los condes palatinos de Lomello estaban estrechamente relacionados con Bruningo y, por lo tanto, no excluye la participación del arquitecto en la reconstrucción de la iglesia de Santa María. También hay que añadir que, en el año 990, asumió el cargo el progenitor de los condes Palatini Cuniberto, como se mencionó en la primera parte. Este puede ser un evento propiciatorio para la construcción del edificio sagrado.
Habiendo dicho estas cosas en aras de la brevedad, debemos considerar que la primera mención de una iglesia en Lomello se informa en un documento, que data de aproximadamente el año mil. Consiste en una convocatoria de "plebeyos" de la diócesis de Pavía. En el documento, el obispo ordena a un abad que disponga que los monjes, sujetos a su obediencia, los sacerdotes asignados a las capillas y oratorios, vayan sin demora, con las vestiduras sagradas y los libros, con los que celebran los oficios divinos, al Sínodo que se celebraría el domingo siguiente en Pavía; y por eso se invita al abad a transmitir "more solito", es decir, según la costumbre, la misma carta a las parroquias de: "Laumellum, Coirum, Basserum (¿Bassignana?) omnia", para que también ellos intervinieran en el Sínodo. ¿Era ya la basílica de Santa María? El documento no lo dice. En opinión de Pezza, así fue. 

A principios del siglo XII duró la lucha entre la Iglesia y el Imperio.
En este contexto, en 1107, el papa Pascual II (nacido Raineri di Bieda), al regresar de Francia, adonde había ido para escapar del emperador Enrique V, pasó por Lomello y, una vez llegado a Pavía, concedió a la colegiata de S. Maria Maggiore en Lomello, el distinguido privilegio, fechado el 22 de agosto de 1107, por lo que dio la facultad al párroco de Santa María, entre otras cosas, para llevar la mitra y el báculo y para conferir las dos órdenes menores.
Portalupi, que escribió en 1756, afirma, en su historia de Lomellina, que este pergamino, concediendo el privilegio, todavía existía en esa fecha en los archivos parroquiales; y también existía allí en 1823, según el testimonio del preboste de la época Giuseppe Precerutti; Más tarde, desgraciadamente, se perdió. No hay otras noticias de la época que puedan arrojar luz sobre el estado de la basílica.
La Iglesia tenía relaciones especiales con la Sede Apostólica, a la que debía pagar un censo anual de un "marabutino", una moneda de oro de origen morisco. La noticia es dada por Cencio Camerario, en su libro de censos, donde leemos, bajo el año 1192: "En Episcopatu Papiensi... Ecelesia sanctae Mariae de Laumello: unum marabutinum". 
Según las afirmaciones del historiador Mario Zucchi, el Capítulo de Santa María también tenía jurisdicción, hacia finales del siglo XIII, sobre dos hospitales de Lomello: uno de Santa María Magdalena, que se encontraba a orillas del Agogna, y se llamaba de los Pellegrini; el otro de la Misericordia. Durante más de un siglo, Lomellina, aunque sometida al Piamonte (desde 1707), continuó dependiendo, en la jurisdicción eclesiástica, de la diócesis de Pavía, que estaba bajo Austria. Lomello veía a menudo a los párrocos de Santa María nombrados vicarios generales de la diócesis de Pavía en los Estados de Cerdeña. El canónigo Carlo Siro Scotti, de Pavía, preboste de Santa María, fue vicario general del obispo de Pavía durante un largo período de años. En el ejercicio de esta función, expidió la ley de 15.9.1757, con la que el Sac.  Baldassarre Riva, propuesto por los copatronos del beneficio parroquial.
Ahora es indiscutible que la iglesia no fue destruida en 1155, con la destrucción de la fortaleza, por las consideraciones hechas por muchos historiadores, incluidos Carlo Nigra y Arthur K. Porter. A lo sumo, se puede presumir que el campanario fue derribado durante el asedio, que podría haber sido utilizado como torre de vigilancia y que insistía, al igual que la fachada en ruinas, en las antiguas murallas. Por otro lado, en los documentos citados en la Parte I, solo aparece la destrucción de la fortaleza y ninguna otra iglesia existente. En esa época también parece que, en los asedios y destrucciones, se respetaban los lugares sagrados.
En 1935 Carlo Nigra examinó el cuerpo de la iglesia y afirmó que el material desnudo con el que está construida S. Maria Maggiore es completamente romano. La mampostería se realiza con hileras horizontales de tejas, en las que se intercalan numerosas hileras de tejas, dispuestas en espiga. Se construyó con especial cuidado en la parte en ruinas de la iglesia y en la inmediatamente adyacente, mientras que la mampostería de la siguiente parte de la iglesia, compuesta del mismo material, estaba más descuidada. Esta diferencia es más evidente en el lado norte, a la altura del pilar interior, con el que se remata el primer vano doble de la parte cerrada, donde hay una pilastra más ancha que las demás y no bien comunicada con el muro adyacente. En el interior, en correspondencia con ella, los pilares de la nave principal son cuadrados y la pilastra correspondiente de la nave menor es rectangular, y no semicircular como las demás. La diferencia en las partes lleva a Nigra a afirmar que el edificio fue construido en dos etapas; Primero la zona cercana a las murallas en ruinas y luego la que incluye el ábside actual. Naturalmente, estas y otras consideraciones están encaminadas a aclarar la ubicación cronológica de los elementos arquitectónicos.  Por ejemplo, los arcos colgantes alternados con pilastras que sitúa mucho antes del año 1000, mientras que Porter pensaba que no se utilizaba, como elemento decorativo, hasta principios del siglo XI; y de nuevo el sistema de soporte de los pilares y otros detalles técnicos que Nigra afirma que ya estaban en uso antes del año 1000, mientras que Porter los sitúa después del año 1000.
Al final, sin embargo, Porter propone la fecha de la construcción de la iglesia alrededor del año 1025, mientras que Nigra la sitúa a principios del 900. De otra opinión, como ya hemos visto, Francesco Pezza, que sitúa la construcción de la basílica a finales del 900. Los estudios de Angiola Maria Romanini para una ubicación más precisa de la iglesia en el contexto de la arquitectura de los años 1000 parecen muy interesantes. El estudioso se ha ocupado de los estucos tomados durante las restauraciones de los años 40 y los compara con los ejemplos de la misma época, concluyendo que son de gran calidad, especialmente en las figuras humanas y que se pueden situar, con relativa certeza, en la primera mitad del siglo XIX, como la sección del edificio construida originalmente.
En cuanto al estado de los muros de la iglesia, tenemos algunos datos de la visita pastoral del 2.12.1565. Se define como una Colegiata Parroquial "magna et antiquissima" (grande y muy antigua).  El obispo, sin embargo, recuerda el lamentable estado de Santa María: las paredes se están desmoronando y agrietadas; La iglesia es muy húmeda, porque no tiene muro de fachada; Cerca, la rectoría en ruinas con algunas columnas y pórtico en forma de claustro; Solo dos habitaciones son habitables. Luego se insiste en que la iglesia: "quae est magna et admodum (ciertamente) antiquissima", en la nave principal es: "tabulata sub tegulis, desolata", excepto en la capilla mayor y en el coro donde está la bóveda. Extraemos estas observaciones de un escrito del P. Pianzola, con referencia al "Paquete Lomello", registros de los archivos de la Curia de Pavía. En este período hay una gran rivalidad entre las iglesias de Santa María y Santa Miguel, cada una de las cuales reclama una mayor antigüedad.
Nos referimos de nuevo a Pianzola y nos enteramos de que había 13 altares que recordaban las iglesias que poco a poco el tiempo y el hombre fueron destruyendo.
Altar de Santiago con una Última Cena pintada sobre lienzo. Nos recordó a una iglesia de peregrinos, que ha desaparecido.
Altar del obispo de San Siro, con un pequeño retablo que parecía una iglesia. 
Altar de San Bartolomé.
Altar del Papa San Gregorio, con un retablo de piedra, conmemoraba a Gregorio I, el papa de Theudelinda.
Altar de la Concepción de la Santísima Virgen María, con antiguo retablo, posteriormente reducido por el Rosario.
Altar de los Santos Cosme y Damián, recordaba la iglesia destruida cerca del foso. Altare di Santo Stefano, recordó una iglesia en el pueblo de San Martino que todavía existía en 1460.
Altar de San Pedro, recordado a la iglesia prioral de los monjes de Breme desaparecida y probablemente situada a orillas del río Agogna.
Altar de S. Martino.
Altar de San Lorenzo, que conmemoraba la iglesia ya arruinada en 1460.
Altar de Santa María Magdalena, en memoria de la iglesia y del hospital cerca de Agogna.
Altar del Crucifijo y Sufragio.
Altar de San Carlo del siglo XVI. 

Zucchi informa: "las condiciones económicas de esa Colegiata habían empeorado gradualmente, y ya dos siglos antes, es decir, en 1586, el obispo de Pavía había autorizado la enajenación de algunos bienes para satisfacer las crecientes necesidades". A mediados del siglo XVII, el preboste pidió unir las dos colegiatas de Santa María y San Miguel, con una petición al Papa. No se sabe qué resultado tuvo la apelación. A pesar de todo esto, en el mismo período se produjeron profundas transformaciones. Porter informa que en 1718, el coro y los ábsides laterales originales fueron suprimidos, para dar paso al ábside principal "rehecho y ampliado". Se construyeron altares laterales en lugar de los ábsides.
Se recuerdan otros cambios: la propia fachada actual.
La construcción de dos capillas mortuorias en la esquina suroeste; Una de ellas estaba estampada con la fecha de 1770.
En la década de 1600, sin embargo, el techo de la nave central parece haber sido construido con una pesada bóveda de crucería y el enlucido de toda la mampostería pintada de "verde dorado".
La adición del campanario actual tuvo lugar a principios de 1800. El encargo fue concedido al maestro de obras Bellone, con la aprobación del prefecto del departamento de Agogna el 31.8.1805.
Pianzola también menciona otros cambios realizados en la iglesia a principios de 1900. El preboste Francesco Carnevale Maffei subvencionó a los alumnos de los pintores Magni y Gambino para pintar y transformar la iglesia del "románico lombardo al bizantino". En la cuenca del ábside las firmas: Gaggiolli y Laiolo f. 1907. Los altares se redujeron a cuatro. A partir de 1929 hubo una sucesión de estudios y enfoques para sacar a la luz el baptisterio y restaurar la basílica.
En 1939, bajo la dirección del superintendente Gino Chierici (su encargo duró de 1935 a 1945), se tomaron medidas concretas, tanto como la consolidación de las ruinas, frente a la iglesia, con excavaciones para ver el nivel de los pilares, y con el aislamiento del Baptisterio, enterrado por más de dos metros, como para la restauración de la parte de la basílica abierta al culto. Las obras del baptisterio han sido descritas al hablar de él, mientras que las relativas a la basílica continuaron en 1942, y en 1944, con la excavación de la "cripta".
Se realizó una investigación en el ático, para ver el estado de conservación de las vigas, tanto de la nave principal como de las naves. Quizás en este período se desprendieron los estucos, para evitar su pérdida, en el caso de la renovación del techo.
En septiembre de 1942 se iniciaron los trabajos de disposición de la cubierta con la sustitución de vigas y una renovación casi total. Enlucido de los muros internos y otras obras de restauración y consolidación.
En la década de 1950 se demolió la bóveda de cañón y se destacaron los arcos de carga transversales y las espléndidas ventanas con parteluz insertadas en ellos. A continuación, se construyó el artesonado. Las ventanas ovaladas, ya bajo la bóveda, se cerraron y se volvieron a abrir las ventanas con arcos de medio punto y dobles caracolas.
En 1971 se realizaron las obras del campanario. También se trasladaron los dos altares, colocados junto al altar mayor, y en estilo barroco, en las cabeceras del crucero.
En el lugar dejado vacío por los altares, se sacaron a la luz los dos ábsides laterales semicirculares.
En la de la derecha se descubrieron pinturas de estilo XVI. En el exterior, se eliminaron las estructuras apoyadas en el transepto y se culminó con un campanario (llamado la "niebla") presumiblemente del siglo XVIII, y que en su día sirvió para convocar a los canónigos y, en tiempos más recientes, a los monaguillos.
En 1973 se demolió la sacristía, que databa del siglo XVIII, apoyándose en parte en el ábside central y en parte en el ábside derecho. 

Descripción de la basílica
La entrada principal, la oeste, nos permite admirar las líneas de la antigua fachada, que insiste en un tramo de las murallas tardorromanas, adornadas con un arco ciego, dos pilastras laterales y cinco ventanas con arcos de medio punto, sin abertura. Entramos por un vano del siglo XVIII, hecho en las antiguas murallas de la ciudad, y nos encontramos entre las ruinas de los tres primeros arcos de la iglesia. No es posible decir cuándo fue destruida esta parte de la iglesia, ya que no hay absolutamente ningún documento.
Nigra menciona el terremoto que en 1117 arruinó muchas iglesias en Lombardía.
A los pocos pasos nos encontramos frente a la fachada levantada en el siglo XVIII, en la que se puede ver el arco fajón de la nave principal y sobre él, a ambos lados, las ventanas con parteluz y dos pequeñas ventanas en el centro.

Vista del complejo de la basílica 

Se entra a la iglesia a través de una puerta. La basílica tiene forma de cruz latina y tres naves. Los pasillos son asimétricos, los arcos no son iguales y la posición de los pilares y columnas no corresponde a la posición de los pilares y columnas opuestos.
El pasillo izquierdo es más corto que el pasillo derecho.  Esto se considera una característica de las iglesias románicas más antiguas (protorrománicas).
Santa Maria Maggiore tiene un gran encanto, que se debe tanto a su impresionante desnudez como a sus imponentes proporciones.
Los pilares: solo uno de cada dos de ellos soporta un gran arco transversal de medio punto, destinado a soportar el refuerzo de la cubierta que cubre la nave central.

Interior, nave 

Los pilares intermedios se empujan, con pilastras ligeramente salientes, hasta la cubierta. Sobre todos los pilares también se injertan los arcos que soportan los muros longitudinales de la nave central y la separan de las naves menores, mientras que hacia las naves menores, en la parte rectangular de las mismas, descansan los arcos fajones, que soportan las bóvedas de crucería de las naves.
Estas bóvedas, nacidas con la iglesia, fueron reconstruidas, según Porter, en el siglo XIII. La disposición alterna de los arcos antes mencionados es un rasgo fundamental de la arquitectura románica de la época y es muy evidente en nuestra basílica.
Llegamos al presbiterio y al crucero (que es el brazo más corto de la cruz, dispuesto transversalmente al eje longitudinal).
Los brazos del crucero tienen bóveda de cañón y se abren, en la cruz, a través de dos arcos más altos y anchos que los de la columnata. Esto permite un mayor brillo. Nótese la disposición de los ábsides laterales (o ábsides); Cubren todo el muro oriental de los brazos del crucero. El arco triunfal del presbiterio es majestuoso, sobre el cual se abren dos ventanas redondas (óculo); Bajo el arco, en el muro que desciende a la pila del ábside, otros dos óculos crean, junto a los anteriores, rayos de luz, que hacen aún más sugerente el interior de la iglesia, sumido en la penumbra. Detrás, la pila del ábside principal que conserva pinturas de principios de 1900. El altar mayor es de estilo neoclásico y es de 1791.
En el exterior, tanto el lado sur como el norte muestran la grandeza de la basílica.

Lateral 

El techo de la nave central y de las más pequeñas está cubierto con tejas.
El sistema decorativo y constructivo de los lados de las naves menores consiste en pilastras de aproximadamente medio metro de ancho, que encierran muchas ventanas estrechas, con arcos de medio punto y dobles travesaños. Estas pilastras están flanqueadas, a la altura del alero, por grupos de tres arcos colgantes.
Los lados superiores de la nave central tienen pilastras más estrechas, algunas unidas por grupos de dos arcos colgantes; ventanas iguales a las de las naves. Las cabezas de la nave transversal, o crucero, casi forman fachadas, y se nota, tanto en éstas como en el arco triunfal, un voladizo de ladrillos más pobres (tal vez cuando se construyó la bóveda). Rodeando el ábside central, podemos admirar los bellos arcos de horno, que indican el carácter protorrománico del propio ábside. En el interior, la única figura de estuco de tamaño natural que se ha conservado en la basílica se encuentra en el muro sur de la nave central, entre el arco triunfal y el primer monumento de oriente.
Ya hemos dicho de los otros estucos, erráticos (es decir, lejos del lugar de origen). Sobre el tema, hay un erudito informe del Prof. Angiola Maria Romanini. Dimensiones de la Basílica de Santa María la Mayor en Lomello.
·       Longitud máxima en el eje mayor (iglesia y atrio de las ruinas) 60 metros;
·       longitud de la iglesia: 44,50 m; - ancho de las naves: 18,80 m;
·       Anchura máxima del crucero: 22,20 m. 

Conclusiones.
Una iglesia de esta grandeza solo podía construirse en un lugar donde el poder era ejercido por figuras prominentes, como los condes palatinos. Hemos hablado de Cuniberto y sus hijos. Sabemos que, casi siempre, el poder va de la mano con la riqueza; Y, desde este punto de vista, la iglesia pudo haber sido construida, tanto a finales del 900 como en el primer cuarto del 1000.
Hipótesis de Nigra (principios de los 900); del Porter (1025), se apoyan, sobre todo, en un cuidadoso estudio de los elementos arquitectónicos; la de Pezza, (última década del 900), apoyada, principalmente, en elementos históricos y artísticos.
Otros autores ilustres gravitan, más o menos, hacia estas hipótesis. El mismo descubrimiento de la "cripta" ha llevado a algunos estudiosos a fecharla entre los años 950 y 1000 y a declararla coetánea con la construcción de la iglesia. Aventuramos nuestra hipótesis y es que la iglesia pudo ser construida entre los últimos años del 900, en lo que se refiere al atrio de las ruinas, más dos primeras crujías de la iglesia actual; en cuanto al resto de la iglesia un poco más tarde (primer cuarto del año 1000). Es solo una opinión moderada, pero la búsqueda de nuevas pistas siempre vuelve a regañadientes y, sobre todo, la necesidad de nuevas excavaciones, que, en la actualidad, parecen más problemáticas que nunca. Una cosa es cierta: Santa Maria Maggiore, distinguida por la historia y el arte, sigue siendo un enigma fascinante e inexplicable. 

Baptisterio
El baptisterio de San Giovanni ad Fontes en Lomello es un monumento sagrado de origen lombardo situado junto a la basílica de Santa Maria Maggiore, otro lugar importante en el municipio histórico de Lomellina.

El Baptisterio de San Giovanni ad Fontes, junto a la Basílica de Santa María la Mayor en Lomello 

Interior
El conjunto en su conjunto tiene la forma de una simple cruz típica de las tendencias religiosas de los primeros siglos d.C., pero en su interior la parte central está formada por un octógono -sobre el cual se encuentra la cúpula, también de forma octogonal- que, junto con los ábsides y las capillas internas del baptisterio, adopta la característica forma de cruz que se ve claramente en el exterior. El edificio ahora está completamente enlucido; Se puede acceder a ella a través de dos puertas, situándose la puerta principal al oeste.
Un elemento de gran importancia es la pila bautismal (bautismo por inmersión), datable entre los siglos VII y VIII. La inusual forma hexagonal de la fuente puede estar inspirada en los patrones orientales que llegaron a Lombardía a través del patriarcado de Aquilea. Más tarde se añadió un pozo pintado internamente a la piscina de inmersión, adecuado para el rito por aspersión.

Los restos de la pila bautismal 

Exterior
El baptisterio es un edificio de 13 metros de altura y está construido íntegramente de ladrillos; La cúpula es una construcción posterior al resto del edificio, abovedada hacia el siglo X con materiales menos valiosos. La cúpula está coronada por una pequeña linterna de varios pisos, que forma la parte final de toda la construcción. Con forma de pequeño campanario, se remonta a la época de construcción de la iglesia adyacente. Un rasgo característico de la arquitectura lombarda de ese período es el excepcional verticalismo del octágono central, que se separa así de los homólogos paleocristianos más compactos. En el octágono hay un primer nicho, sustancialmente de forma semicilíndrica, y un segundo nicho, de forma cuadrangular ligeramente alargada.
Se trata de un edificio en forma de cruz, de unos 16 metros de largo en el eje este-oeste; de ancho, en el eje norte-sur, de unos 13 metros. Tiene 13 metros de altura. Tiene un tambor octogonal en el que se abren ocho ventanas con parteluces rectos, con arcos de medio punto, flanqueadas por dos hornacinas rectangulares, bordeadas, en la parte superior, por una esquina cuyos lados están resaltados por dos ladrillos en relieve. Al nivel del alféizar de la ventana corre un marco de ladrillos horizontales dentados; Una cornisa similar, entrelazada, entre dos hiladas de ladrillos que sobresalen, y formada por dientes de sierra, se encuentra bajo el alero del edificio.
En la parte superior del techo se eleva una pequeña linterna, en dos pisos, adornada con monóforos coronados por ventanas con parteluz.  Recuerda los motivos que se pueden ver en el lateral de la basílica y pudo haber sido construida a finales del siglo X. La mampostería externa de la parte inferior del Baptisterio está hecha de ladrillos sesquipedales (latín, "sesquipedalis", literalmente 1 pie y medio) y parece datar de los siglos V-VI. La mampostería de la parte superior es posterior y revela ladrillos más pequeños y pobres, pero aún atribuibles a la época paleocristiana.
Situada al sur de la Basílica de Santa María, a unos 4 metros de ella, está orientada, como la propia basílica, de este a oeste. Tiene dos puertas de entrada: una al oeste considerada principal y tan ancha como el brazo; uno más pequeño, al norte, que hace que la entrada a la basílica sea rápida. Los brazos de la cruz están conectados por grandes nichos en forma de herradura. Al observar el plano del baptisterio, se nota que los brazos de la cruz no son los mismos. Así que los nichos en forma de herradura no son iguales, el sureste es más pequeño que los demás. La presencia del arco de herradura es sin duda una influencia oriental (así G. Chierici y E. Soliani Raschini). Lomello, de hecho, estaba situada en vías de gran comunicación y estaba abierta a las influencias artísticas, sin duda a la bizantina, y a varias otras tendencias procedentes de las poblaciones bárbaras.
Las hornacinas rectangulares tienen bóveda de cañón. El brazo oriental, más grande que los demás, hace las veces de ábside. El centro arquitectónico del baptisterio consiste en un octágono, sobre el que se asienta la cúpula. El interior del Baptisterio, completamente enlucido después de la restauración, se presta a diversas críticas.  Según la opinión de varios eruditos, el superintendente Prof. Chierici, debería haber mantenido visibles las paredes internas. Los testigos de la época de la restauración confirmaron que la mayoría de las paredes interiores tenían un yeso primitivo.
En cuanto a la cúpula, semiesférica y con ocho segmentos triangulares, la Dra. Fabrizia Soliani Raschini afirma que fue construida con material reciclado (fragmentos, embrici, etc.), probablemente en el siglo XVII.  X. En el centro, de gran importancia, se encuentra la pila bautismal datada en los siglos VII-VIII, en época lombarda, en forma de hexágono irregular con el eje central desplazado respecto al del octágono. Según Chierici, denota el deseo del constructor de orientar con precisión la pila bautismal hacia el este. La forma de hexágono rara vez apareció en el arca occidental, mientras que era típica en las regiones de Aquilea e Istria.
La piscina tiene un pretil de mampostería enlucida. En el lado sur se encuentra el escalón de acceso a la pila bautismal, utilizado, también según Chierici, "no para sumergirse en el agua lustral, que nunca se introdujo allí, como lo demuestran las pinturas de las paredes, sino para repetir la forma de una ceremonia tradicional". En el lado este, en el centro, una cabina de 60 cm de altura. El estudio de la fuente, realizado directamente sobre el artefacto, ha permitido a F. Soliani Raschini destacar algunos detalles, que la crítica nunca ha tenido en cuenta. En primer lugar, el pretil: la estructura del muro presenta una disposición desordenada del material en la ejecución de la obra. Todo el material es reciclado. La cabina parece haber sido añadida en tiempos posteriores.
La sawga (hendidura debido a una interrupción brusca del espesor en una estructura de pared), por otro lado, es de excelente mano de obra y perfecta en las medidas de los lados. El erudito, sobre la base del testimonio de los señores. Gambini y Cattaneo, afirman que, bajo el piso del suelo del Baptisterio, se encontró el canal de desagüe de las aguas, cuya presencia fue negada por Chierici y casi todos los estudiosos. El canal consistía en un tubo de borde cuadrangular, formado por dos ladrillos excavados y muy juntos, de 20 cm de lado, y se dirigía desde el pozo de la fuente hacia el nicho sureste. La presencia de este canal es una señal de cómo funcionaba el tanque, al principio para el bautismo por inmersión.
El descubrimiento más importante, realizado por Soliani Raschini, es, sin duda, el descubrimiento de una sierra unos 50 centímetros por debajo de la anteriormente descrita, con un ancho aproximado de unos 15 cm. y una profundidad de 50 cm. Una vez debió ser descubierta y cubierta con losas de mármol, como toda la pila bautismal, dando lugar así a una pila preparada para el bautismo por inmersión.  El parapeto de mármol se arruinó, se desconoce la razón, se rehizo con paredes enlucidas y pintadas al fresco, ya que el agua ya no se introducía en la cuenca, y se construyó el pozo, apto para el bautismo por aspersión. En la cabina, con bordes rojos brillantes, hay una cruz roja sobre fondo gris, atravesada por la inscripción: "Piscina".
Las partes internas del parapeto están decoradas con rombos rojos y bandas azul grisácea, motivos geométricos cercanos a los de las basílicas bizantinas (ver Sant' Apollinare Nuovo in Ravenna). Una inscripción "en D..." permaneció a través de los rombos. En el brazo sur del Baptisterio, en las paredes, hay un paño gris con cruces griegas rojas insertadas en círculos y rombos. En la hornacina semicircular sureste, restos del pavimento "opus sectìle" (hexágonos y rombos conectados de forma irregular). Sistema en uso en la antigüedad romana tardía y en la Alta Edad Media.
Nuestro Baptisterio ha ofrecido muchas dificultades a los eruditos, debido a la falta casi total de documentos e información histórica. El Baptisterio de Lomello se desvincula de las características de los otros ejemplos de edificios de baptisterio existentes, todos simétricos.
Tiene una evidente asimetría de las hornacinas que determinan una planta de cruz latina acortada.  Esto es para la parte inferior, mientras que en la parte superior, con perfecta simetría ascendente con respecto a su eje, se eleva el cuerpo octogonal. En la estructura hay que tener en cuenta que las condiciones estáticas siguen siendo perfectas; El grosor de las paredes es constante. Si tenemos en cuenta la altura del edificio (unos 13 metros), debemos concluir que hay una distribución extremadamente exacta de las cargas. En lo que se refiere a la datación del Baptisterio, los eruditos no están muy de acuerdo. Nos limitamos a informar de las dos fechas principales: siglo V - siglo VIII, también porque el examen de los elementos constitutivos del Baptisterio no excluye tal datación. Sin embargo, debemos señalar que, en ausencia de nuevas excavaciones, es extremadamente difícil expresar un juicio definitivo sobre el Baptisterio, que constituye verdaderamente, junto con su pila bautismal, un complejo único en su género.
Mencionamos algunas noticias que nos llegan de diversas fuentes. En 1311, con un instrumento fechado el 9 de junio, Ebolo da Lomello, con el consentimiento del preboste Gualtiero Bottigella y del Cabildo, erigió una capellanía en el altar dedicado a Juan el Bautista, con la obligación de una misa semanal, que, en 1659, se convirtió en trisemanal, con la obligación de residencia canónica.  Cómo era el baptisterio entonces no nos es dado a conocerlo.
En la visita pastoral de 1576 se encontraba el "fons lapideus", con escalones para descenderlo. Esta noticia está tomada de los archivos de la Curia de Pavía. En 1875, párroco Precerutti, se rellenó una pila bautismal cuadrada de mármol, para elevar el suelo y quitar los escalones; El nuevo altar se colocó hacia el este; y el Baptisterio estaba destinado a ser la sede de la Compañía de las Hijas de María. Para facilitar el acceso, el suelo se elevó 1,10 m y se cubrió con baldosas de terracota; También se pintó el interior. Sin embargo, nadie se dio cuenta de la importancia del monumento. Sólo a finales de 1800 los eruditos comenzaron a interesarse por el Baptisterio, tanto por las excavaciones realizadas en las inmediaciones por G. Ponte, como por una pequeña mención hecha por A.K. Porter.
En 1939 el párroco y el Ayuntamiento tomaron iniciativas concretas para restaurar el Baptisterio y la Iglesia de Santa María. La Superintendencia de Lombardía, Mons. Mons.  Bargiggia, la prefectura, y, a través de ella, el ministro de Educación Nacional, Giuseppe Bottai, que vino a Lomello para ver qué hacer. El ministro, impresionado por el conjunto monumental, especialmente la iglesia, ordenó su restauración.
He aquí algunas frases dichas por el Superintendente Prof. Gino Chierici, que nos parecen muy significativas. "Cuando el ministro fue a Lomello, el Baptisterio mutilado, hundido, se fundió con una choza que estaba cerca de él, envuelto en un yeso gris y uniforme, desfigurado por grandes ventanales abiertos quién sabe cuándo, no prometía nada extraordinario. Fue frente a la Iglesia, donde los pilares y arcos ensangrentados de los primeros tramos de las bóvedas y el techo, forman un grandioso pronáo del templo, donde el Ministro tuvo la revelación de la altísima significación histórica y artística de los dos edificios y ordenó su restauración. Las obras tenían en un primer momento dos objetivos inmediatos: consolidar los restos exteriores de la iglesia y aislar el baptisterio. Con aislamiento, (comprando las chozas que lo asfixiaban y demoliéndolas) se realizaron investigaciones que dieron resultados sorprendentes; En primer lugar, el organismo arquitectónico aparecía muy diferente de lo que se creía, mucho más complejo y original y de proporciones estupendas; El piso antiguo fue encontrado alrededor de dos metros por debajo de la existente. A medida que avanzaban los trabajos, salieron a la luz otros elementos y algunos muy preciosos, como los restos de la pila bautismal con restos de decoración policromada; Algunos restos de pintura mural que podrían servir para documentar la antigüedad de la fábrica. Cien mil liras asignadas por el Ministerio de Educación Nacional, cien mil por la Municipalidad, cien mil por el párroco, que representan un esfuerzo magnífico debido a un profundo sentido de comprensión, un cálido amor por la propia tierra...
Las obras se iniciaron el 16 de mayo de 1940, bajo la dirección del Prof. Gino Chierici, ya mencionado, con la asistencia del Ing. Luigi Comi, constructora Stefano Cattaneo, y se llevaron a cabo con extrema precaución, pero también con gran determinación. Además de los descubrimientos ya descritos, en torno al edificio se han encontrado numerosas tumbas de tiendas de campaña de la época tardorromana y otras más recientes, fragmentos de terracota, cerámicas, etc., que datan de la Edad Media (siglos XI-XII), algunas monedas y otros objetos.
Los trabajos continuaron arduamente y, el 6 de diciembre de 1941, tuvo lugar la solemne inauguración del Baptisterio.  Lomello estaba de fiesta y esperaba febrilmente. Se esperaba la llegada del ministro Bottai, que debía proceder a la toma de posesión oficial. Mientras tanto, llegó el obispo Giovanni Bargiggia, acompañado por el capítulo y otros representantes religiosos. El ministro llegó pasadas las diez, se dirigió a la plaza, donde fue esperado por los representantes oficiales y la multitud, e inmediatamente se dirigió al Baptisterio, donde tuvo lugar la ceremonia religiosa de la bendición, solemne y sugestiva, oficiada por el obispo, en presencia de las autoridades civiles. Al final, el Ministro y el Obispo estamparon sus firmas en el pergamino, que permanecerá como recordatorio de que el 6 de diciembre de 1941 "se inauguró solemnemente el Baptisterio de Lomello que, después de doce siglos, vuelve a ser como fue concebido y querido por los antepasados, la cuna del cristianismo en la opulenta tierra de Lomellina".
La restauración se llevó a cabo durante el cuidado espiritual de Don Carlo Mirabelli, siendo podestà Francesco Magenta, comisario de la prefectura Vittorio Bacchella, Nai Savino federal. El pergamino también recuerda que las obras fueron dirigidas por el Superintendente de Monumentos de Lombardía, Prof. Gino Chierici, quien tuvo como colaborador al Ing. Luigi Comi. El Baptisterio de Lomello forma parte de los "Baptisterios Lombardos", erigidos según los cánones de la escuela arquitectónica tardorromana de Milán, que se desarrolló entre los siglos IV y V. Esta escuela floreció, en gran parte, a instancias de San Ambrosio, obispo de Milán.
Los edificios bautismales de esta época son de planta octogonal con hornacinas. Se mencionan algunos baptisterios que tienen similitudes o diferencias con el de Lomello: el Baptisterio Neoniano, o del Ortodoxo (siglo V) y el Baptisterio de los Arrianos (siglo VI) ambos en Rávena; San Giovanni ad Fontes (siglo IV) en Milán; la de San Ponzo Canavese en Piamonte (siglo VI); Albenga (siglos IV-V); Chieri (siglo V); San Giovanni in Atrio a Corno y el Baptisterio de Novara datan de mediados del siglo V. La planta octogonal del Baptisterio se remonta a razones simbólicas. Para algunos estudiosos, el número ocho representa las ocho Bienaventuranzas, mientras que para otros representa el símbolo de la Resurrección, recordando el acercamiento ideológico que había madurado en la Iglesia entre la Muerte, el Bautismo y la Resurrección. Los baptisterios construidos en la jurisdicción eclesiástica milanesa se derivan de la forma de los mausoleos romanos. En el siglo IV d.C., San Ambrosio exalta la idea de "levantar la sala octogonal del Santo Bautismo" en memoria del día de la Resurrección de Cristo (es decir, el octavo día).
Fue San Ambrosio quien dio al lugar del Bautismo el aspecto del edificio sepulcral más noble del mundo antiguo, en el que fueron enterradas personalidades ilustres, por ejemplo los emperadores (pensemos en el mausoleo de Diocleciano en Split). No era extraño que los fieles de la época del Santo entraran para el Bautismo en un edificio que tenía la forma de un sepulcro, transformado en la sede de la Resurrección. La forma arquitectónica adoptada por San Ambrosio fue impuesta, fue ampliamente aceptada y continuó aplicándose durante varios siglos, aunque con algunas variaciones en planta y elevación.
En la pila bautismal del Baptisterio de Lomello, es importante e iluminadora la frase que se desarrolla a partir de las letras: "IN RE...": "Nisi quis renatus fuerit ex aqua et Spiritu Sancto non potest introire in regnum Dei". El que no naciere de agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios" (Jesús a Nicodemo en el Evangelio de Juan, capítulo 3,5). La irregular forma hexagonal de la Fonte es sin duda un sistema constructivo oriental con influencia directa de Aquilea, Istria y Rávena, territorios sometidos durante mucho tiempo al Imperio Romano de Oriente, o "bizantino". Podría estar conectado con los seis días de la Creación; o, dado que Jesucristo murió el viernes, el sexto día de la semana, podría aludir a la Muerte de Cristo; y la muerte, entendida como muerte al pecado, es una premisa indispensable para el renacimiento provocado por el Bautismo.

 
La abadía de San Pietro al Monte es un complejo arquitectónico de estilo románico lombardo, situada en el valle del Oro en el municipio de Civate, provincia de Lecco.
El lugar, que actualmente no es usado por religiosos, se compone de tres edificios: la basílica de San Pietro, el baptisterio dedicado a san Benito de Nursia y el monasterio del que solo quedan ruinas.
Las construcciones formaban parte del complejo de la abadía benedictina de Civate que incluía también la Basílica de San Calocero y las iglesias de San Nazaro y de san Vito. Dos portales de piedra con un inciso recuerdan el lema benedictino: Ora et labora (ora y trabaja).
El imponente ciclo de frescos, que tiene como tema la apoteosis final de Cristo y el triunfo de los justos sobre la falsilla del Apocalipsis lo convierte en uno de los más importantes testimonios de la pintura románica lombarda. 

Historia
La leyenda de San Pietro al Monte narra que el último rey lombardo Desiderio construyó un cenobio en el año 722 por la milagrosa curación del ojo de su hijo Adalgiso, gracias a las aguas de una fuente que corren todavía hoy cerca de la iglesia. ​ A manera de testimonio parcial de la presencia tardo antigua existen los restos de una torre, capillas, columnas y muros datables entre el siglo V y el VIII.
El más antiguo documento cita la presencia del abad Leutgario con 35 monjes benedictinos ligados al monasterio de San Gallo en Suiza.
El obispo de Milán, Arnolfo quiso ser sepultado en San Pietro (1097) tras pasar los últimos años de vida, probablemente su presencia permitió los trabajos de restauración que se realizaron en el siglo XI. La ampliación de la estructura llegó al cambio en el eje este-oeste de la basílica y luego a su decoración.
El monasterio fue destruido por retorsión del Libero comune di Milano a raíz de que los monjes se habían puesto de parte del emperador Federico Barbarroja, la comunidad benedictina se trasladó al valle dejando la custodia de la abadía en manos de unos pocos monjes dedicados a la vida eremítica.
Tras la mitad del siglo XVI los monjes Olivetano volvieron a la abadía, fueron expulsados definitivamente en 1798 durante la república cisalpina.




Iglesia
La iglesia de San Pietro al Monte es sin duda uno de los testimonios más evocadores del románico lombardo, lo que llama la atención por el extraordinario contexto ambiental y la riqueza del aparato decorativo conservado en su interior.
El origen del complejo aún se pierde en la leyenda: según la tradición fue fundado durante las últimas décadas del Reino Lombardo. Para tener fechas más ciertas hay que esperar hasta mediados del siglo IX, cuando el arzobispo de Milán Angilberto II (824-859) hizo transportar las reliquias de San Calocero desde Albenga hasta Civate. Esta importante traducción muestra cómo el monasterio incluía, además de los edificios del Monte, otro complejo en la planta (precisamente San Calocero). Otro documento fechado en 845 se refiere a la presencia de treinta y cinco monjes benedictinos vinculados al monasterio de Fabaria, bajo el abad Leutgario.
Los siglos X y XI vieron a la abadía de Civate vivir un período de prosperidad: de hecho, fue protagonista en el período atormentado en el que la iglesia milanesa fue atravesada por la herejía patarina y la lucha por las investiduras. En los albores del año mil los dos distritos asumen diferentes roles y funciones debido quizás a un renacimiento del culto: en 941 el monasterio de Civate se dedica a San Pedro, mientras que en 1018 la iglesia en el piso asume definitivamente el título de San Calocero, una diversificación de dedicaciones que por lo tanto no puede implicar diferentes tareas. También en esta fase es posible plantear la hipótesis de la construcción del núcleo central de la actual abadía, que posteriormente sufrirá cambios considerables. Otro momento crucial fue 1097, cuando el arzobispo de Milán Arnolfo III, después de pasar los últimos años de su vida allí, fue enterrado en Civate. Según algunos estudiosos, este prestigioso entierro podría proporcionar, junto con la supuesta estancia de su predecesor Anselmo III (que elegido por el partido opuesto al papa decidió retirarse a una abadía para hacer penitencia), elementos interesantes para relacionarse con las campañas decorativas de San Pedro a finales del siglo XI. Probablemente el imponente ciclo de frescos y estucos que aún decora el ábside oriental también adornó la zona presbiteral y las paredes de la nave. Este aparato, debido a sus características estilísticas e iconológicas, no pudo completarse hasta principios del siglo XII.
En 1162 la abadía sigue estando en el centro de los complejos acontecimientos políticos y militares que se apoderan del norte de Italia debido a la ascendencia de Barbarroja. Entre los siglos XIII y XIV el monasterio comenzó una fase de decadencia, que lo llevó en 1484 a convertirse en comenda. Un nuevo intento de recuperación tendrá lugar en 1555 con el traslado de algunos monjes olivetanos; sin embargo, estos fueron expulsados en 1798, tras la supresión por parte de la República Cisalpina, lo que llevó al abandono de la estructura. 

Descripción
La Abadía de San Pietro se encuentra en un denso bosque en los acantilados del monte Pedale; desde esta ubicación se puede ver un paisaje fascinante en el valle de Magrera y el lago Annone. El complejo en el Monte consta a su vez de dos edificios: el primero que se presenta al visitante es el oratorio de San Benedetto. Esta estructura con planta central está formada por un cuerpo cuadrado al que se apoyan tres ábsides semicirculares y un compartimento rectangular. Muestra una mampostería externa simple incluso si se estudia cuidadosamente, como lo demuestra la disposición de las aberturas destinadas a capturar la mayor cantidad de luz posible. El interior está desnudo, aunque en las paredes hay rastros de yeso, dando al visitante la impresión de una espacialidad vasta y dilatada a pesar del tamaño no grande del oratorio. El pequeño altar está pintado al fresco en tres de los cuatro lados: la fachada principal representa la bendición de Cristo entre la Virgen y San Juan, el lado derecho san Benito y el izquierdo San Andrés.
El complejo principal, por su parte, se encuentra a escasos metros del oratorio en cuestión y se accede a través de una escalera monumental colocada en un sguincio con respecto al eje principal, que conduce a un vasto pronaos semianular de dos plantas, que rodea el ábside oriental del edificio. En el perímetro exterior de esta estructura hay grandes ventanas de una sola lanceta en la parte inferior y elegantes ventanas geminadas de doble anillo en la parte superior. 

Portal

Cripta 

El portal de entrada a la iglesia se ve realzado por una importante decoración que recupera y combina dos soluciones iconográficas de origen cristiano primitivo: la Puerta de Cristo y la Traditio Legis. Cruzando el umbral, el acceso al aula está mediado por una especie de endodoarthex que ocupa todo el ábside oriental y está compuesto por tres salas, todas pintadas al fresco: un vestíbulo cubierto por dos bóvedas de crucería en el centro y dos ábsides a los lados. La primera sala tiene en las paredes las representaciones del Papa Marcelo y el Papa Gregorio Magno invitando a los fieles a la penitencia, y en la bóveda la Jerusalén celestial, de la cual la iglesia es un símbolo (creando así un interesante vínculo salvífico con la figura de la Puerta de Cristo en la entrada).
Esto es seguido por el segundo tramo con los Cuatro Ríos del Paraíso, flanqueados por los Símbolos de los Evangelistas y los Siete Ángeles tocando trompetas. Los compartimentos laterales están divididos del central por dos barreras, decoradas con estuco y que representan una quimera y un grifo.
La capilla de la derecha, dedicada a la iglesia terrenal, lleva la imagen de Cristo con santos, mientras que la de la izquierda, dedicada a la iglesia celestial, presenta a Cristo adorado por huestes de ángeles.
El complejo programa iconográfico continúa en la luneta que cierra el ábside oriental, actuando como una contrafachada, en la que se pinta poderosamente una compleja visión apocalíptica: la Mujer vestida con el sol y la derrota del dragón (Apoc. 12).
El resto de la iglesia consiste en una sola sala rectangular que termina en el oeste con un ábside semicircular. En las paredes de la nave solo hay unos pocos fragmentos de pintura mural antigua y algunos frescos votivos de siglos posteriores.
El altar está coronado por un copón sostenido por cuatro columnas lisas con capiteles corintios, sobre los que descansan cuatro frentes cúspides adornados con raros relieves de estuco pintado, que representan: la Crucifixión, la Resurrección, la Traditio Legis y la Resurrección; en la cúpula interna están pintados al fresco los Cuatro Ángeles sosteniendo los vientos y la Hueste de mártires que adoran al Cordero.
A los lados de la nave dos escaleras simétricas (con barreras de estuco decoradas con motivos zoomorfos y girali fitoformes) conducen a la cripta, desarrollada bajo el ábside oriental y dividida en tres naves a través de seis columnas. El entorno presenta una decoración escultórica de carácter ornamental y narrativo, que representa episodios de la vida de Jesús y María.
El programa decorativo, pictórico y escultórico, datado entre el tercer cuarto del siglo XI y principios del siguiente, involucra a varios pintores de matriz aún otoniana; las soluciones estilísticas e iconográficas utilizadas muestran una complejidad de referencias que caracterizan el románico lombardo: desde la tradición antigua tardía, hasta las bizantinas y carolingias. Estas decoraciones también atestiguan el muy alto nivel de calidad al que había llegado el arte medieval otoniano, contribuyendo a la formación de la pintura románica en Lombardía.

Escena apocalíptica, frescos de la iglesia de San Pietro al Monte.

El rico programa iconográfico revela un conocimiento complejo y meditado de la tradición exegética apocalíptica (en particular Ambrogio Autperto), cuya transposición pictórica y su disposición dentro del espacio litúrgico muestran la clara intención de crear un itinerario de peregrinación penitencial particular. Según algunos estudiosos, esto se distribuiría en dos direcciones: la revuelta principal en el eje este-oeste destinada a los fieles, la segunda en la dirección opuesta reservada para el clero y los monjes. Esta interpretación sería confirmada no sólo por la sucesión de imágenes descritas anteriormente, destinadas a identificar el edificio religioso con la Jerusalén celestial, sino también por la particular estructura litúrgica que preveía el coro en el ábside occidental y el acceso a las escaleras de la cripta frente al altar. Estas soluciones esbozan dentro de la abadía un camino similar al propuesto en la Basílica de San Pedro en el Vaticano, probablemente en relación con la presencia en Civate de algunas reliquias del apóstol Pedro.


Escenas apocalípticas

Los cuatro ríos 

Copón del altar frontón oeste 

Copón del altar frontón sur 

Oratorio de San Benito.

 

La Basílica de Sant'Ambrogio, cuyo nombre completo es Basílica romana menor colegiata abadía prepositurale de Sant'Ambrogio, es una de las iglesias más antiguas de Milán. Se encuentra en la Piazza Sant'Ambrogio y representa no solo un monumento de la época paleocristiana y románica, sino también un punto fundamental de la historia milanesa y la Iglesia Ambrosiana.
Tradicionalmente se considera la segunda iglesia más importante de la ciudad después del Duomo de Milán. Junto con la basílica prophetarum, la basílica apostolorum y la basílica virginum, la basílica martyrum se cuenta entre las cuatro basílicas ambrosianas, o las construidas por San Ambrosio.
Construida entre 379 y 386 en la época romana imperial tardía a instancias del obispo de Milán Ambrosio, en el momento en que la ciudad romana de Mediolanum (milán moderna) era la capital del Imperio Romano de Occidente (un papel que ocupó de 286 a 402), fue casi totalmente reconstruida asumiendo su aspecto definitivo entre 1088 y 1088 y 1099. De la iglesia paleocristiana original del siglo IV, la nueva basílica del siglo XI heredó escrupulosamente el plan: tres naves absidales sin crucero con pórtico de cuatro lados en el frente. Su conjunto arquitectónico está formado por el monasterio de Sant'Ambrogio, la rectoría de Sant'Ambrogio, la iglesia de San Segismundo y la basílica. Es una de las basílicas paleocristianas de Milán.
Notable, desde un punto de vista artístico, son el portal de la entrada principal de la basílica, que se caracteriza por una meticulosa decoración en relieve, el altar de Sant'Ambrogio, realizado entre 824 y 859 por Vuolvino encargado por el arzobispo de Milán Angilberto II y que tiene un precioso frontal dorado en relieve con piedras colocadas en los cuatro lados, el copón de la época otoniana, que descansa sobre cuatro columnas en pórfido rojo y que presenta, en las cuatro caras, altos relieves de estuco, así como la cuenca del ábside, que está decorada con un mosaico que data del siglo XI, y el sacellum paleocristiano de San Vittore in ciel d'oro, que data del siglo V y que cuenta con bóveda totalmente decorado con pan de oro. El santuario de San Vittore in ciel d'oro tiene las paredes laterales cubiertas con un mosaico donde se representan seis santos, incluido San Ambrosio; esta última es la representación más antigua conocida del santo milanés. 

Historia
La antigua basílica paleocristiana
La Basílica de Sant'Ambrogio, cuyo nombre completo es "Basilica Romana minore collegiata abbaziale prepositurale di Sant'Ambrogio", fue construida entre 379 y 386 en la época romana imperial tardía a instancias del obispo de Milán Ambrogio, en el período en que la ciudad romana de Mediolanum (milán moderna) fue capital del Imperio Romano de Occidente (papel que ocupó desde 286 a.C. hasta 402 a.C.),siendo construida fuera de las murallas romanas de Milán, no lejos de la Porta Vercellina romana, en un área donde los cristianos martirizados por las persecuciones romanas habían sido enterrados.
Estos entierros dieron lugar a un cementerio ad martyres (no muy lejos también se encontraba el mausoleo imperial de San Vittore al Corpo, cuyo nombre recuerda a este cementerio). Para esta presencia la basílica fue dedicada a los mártires, de ahí el nombre original paleocristiano basílica martyrum: el propio Ambrosio colocó allí las reliquias de los santos mártires Gervasio y Protasio. El propio San Ambrosio fue enterrado allí (397) y muchos años después, entre los siglos IX y XI, la basílica cambió su nombre por el actual.
Con San Ambrosio comenzó un programa de construcción de basílicas dedicadas a las diversas categorías de santos: una basílica para los profetas (la basílica prophetarum, más tarde renombrada basílica de San Dionigi),una para los apóstoles (la basílica apostolorum, que luego tomó el nombre de basílica de San Nazaro in Brolo), una para los mártires (la basílica martyrum, que más tarde se convirtió en la basílica de Sant'Ambrogio), una para las vírgenes (la basílica virginum, más tarde renombrada basílica de San Simpliciano). De hecho, cada uno de ellos estaba dedicado a una familia diferente de santos, ya que aún no existía la costumbre de nombrar a las iglesias con el nombre de un solo santo. Estas cuatro basílicas son conocidas como las "basílicas ambrosianas".
La basílica actual respeta escrupulosamente la planta de la antigua basílica paleocristiana deseada por Ambrosio: tres naves absidales sin crucero con pórtico de cuatro lados en frente. La basílica paleocristiana tenía un techo de madera, con la parte central con una doble pendiente y las dos partes laterales con una sola pendiente. De la antigua basílica paleocristiana, además de la planta, queda muy poco: una base de una columna de la nave izquierda, el ornamento de la puerta de entrada, que se conserva en el Museo Diocesano de Milán, el sarcófago de Estilicón, las columnas que sostienen el copón sobre el altar y los restos de la decoración del coro, ahora conservados en el antiquarium del Tesoro de la basílica. 
Los primeros cambios en la basílica se produjeron en el siglo V, cuando Lorenzo I de Milán era obispo de Milán, quien decidió elevar el piso del presbiterio equipándolo con losas de mármol combinadas con la técnica opus sectile y crear dos capillas funerarias absidales, una de las cuales es el sacellum de San Vittore in ciel d'oro, que ha llegado hasta nosotros.
En 784 el arzobispo de Milán Pedro I fundó una abadía benedictina, aprobada por Carlomagno en 789. A esto se agregó una rectoría, que debía atender las necesidades de la comunidad laica de la ciudad. El obispo Angilberto II (824-859) tenía un gran ábside añadido, precedido por un entorno coronado por una bóveda de cañón, bajo la cual se celebraban funciones litúrgicas. En el mismo período, la cuenca del ábside fue decorada con un gran mosaico aún existente, el Redentor entronizado entre los mártires Protasio y Gervasio y con los arcángeles Miguel y Gabriel, acompañado de dos episodios de la vida de San Ambrosio. El campanario de la derecha (el más bajo) inspirado en el de la Basílica de San Pedro en Roma construido algún tiempo antes se remonta a este período. Al copón de la época otoniana, se añadieron cuatro fastigi con tímpano, decorados con estuco en el siglo X y todavía  excelentemente conservados. Bajo el copón se colocó el altar de Sant'Ambrogio una obra maestra de la orfebrería carolingia, en oro, plata, piedras preciosas y esmaltes, como signo llamativo de la presencia de las reliquias de los santos, colocada debajo del propio altar y visible desde una ventana en la parte posterior.

Mapa de la antigua Milán romana (Mediolanum) (siglos III-V) que muestra las murallas y puertas romanas de Milán, el foro romano de Milán, el teatro romano de Milán, el anfiteatro romano de Milán, el circo romano de Milán, el área del palacio imperial romano de Milán (en rosa más suave),[20] la ceca romana de Milán, los baños hercúleos, el mausoleo imperial de Milán, la Via Porticata con el arco triunfal, los almacenes romanos de alimentos de Milán (lat. horrea), el puerto fluvial romano de Milán, los castillos romanos de Milán y las basílicas paleocristianas de Milán 

El estilo románico
La basílica tomó su aspecto definitivo entre 1088 y 1099 cuando, a instancias del obispo Anselmo III de Rho, fue radicalmente reconstruida según los esquemas de la arquitectura románica. Se mantuvo la planta de tres naves (sin crucero) y tres ábsides correspondientes, además del cuadripríptico, aunque este último ya no servía para albergar a los catecúmenos, convirtiéndose en un lugar de encuentro. Entre 1128 y 1144 se erigió el segundo campanario, el más alto a la izquierda de la fachada, llamado los cánones. El tiburium se añadió hacia finales del siglo XII, pero pronto se derrumbó (6 de julio de 1196): fue inmediatamente reconstruido, con la particular conformación externa caracterizada por galerías con arcos colgantes en dos registros superpuestos.
El 4 de agosto de 1258 la basílica se convirtió en el escenario de la paz de Sant'Ambrogio, que puso fin a las luchas internas del municipio de Milán entre nobles (Commune militum) y personas (Commune populi).
A principios de la Edad Media, la basílica se convirtió en la sede tradicional donde tuvo lugar la coronación como rey de Italia de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Se cree que el origen de esta tradición se remonta al año 961, cuando el arzobispo Valperto consagró al rey Otón I de Italia en la basílica ambrosiana, antes de obtener la coronación imperial del Papa Juan XII, según lo narrado por el cronista milanés Landolfo Seniore. El rito establecía que la ceremonia tenía lugar el día de la Epifanía con la famosa corona de hierro que se colocaba en la cabeza del rey de Italia. Entre sus sucesores, fueron coronados en la basílica de San Ambrosio Conrado de Lorena en 1093 por el arzobispo Anselmo III, Otón IV de Brunswick en 1209, Enrique VII de Luxemburgo en 1311 y Carlos IV de Luxemburgo, con testimonio Francisco Petrarca, en 1355. La basílica fue también la sede donde se llevó a cabo la investidura de los nuevos caballeros, llamados por esta razón soldados de Sant'Ambrogio.
Inicialmente fueron los benedictinos quienes se encargaron de la administración de la basílica y fue en su nombre que Donato Bramante en 1492 obtuvo la tarea de diseñar la nueva rectoría, reconstruir algunas partes del monasterio, reorganizar la disposición de las capillas de la basílica y crear los claustros de Sant'Ambrogio. Los benedictinos permanecieron hasta 1497, cuando fueron reemplazados por los cistercienses de la abadía milanesa de Chiaravalle, que promovieron numerosas iniciativas culturales, incluida la apertura al público de la gran biblioteca monástica. 

Los últimos siglos
La situación se mantuvo casi sin cambios hasta 1799 cuando, después del fermento de la Revolución Francesa, la República Cisalpina decidió suprimir el capítulo de la basílica y establecer allí un hospital militar; al final de la dominación napoleónica, con la restauración austriaca, la basílica fue reabierta al culto y el capítulo de los canónigos fue restaurado.
En la Basílica de Sant'Ambrogio se desarrolla el primer acto de I Lombardi alla prima crociata, cuarta ópera de Giuseppe Verdi, compuesta con libreto de Temistocle Solera y representada en el Teatro alla Scala el 11 de febrero de 1843. En el siglo XIX el poeta y patriota Giuseppe Giusti escribió el poema Sant'Ambrogio, un edificio religioso definido como "ese anciano, allí, fuera de control".  Poco menos de un siglo después, en 1929, la basílica fue fuente de inspiración para la construcción del Royce Hall de la Universidad de California, Los Ángeles, cuya fachada recuerda a la de la Basílica de San Ambrosio.
Monseñor Gerolamo Comi, el primer preboste-abad de la basílica, pidió al Papa Pío X que restaurara la antigua forma del capítulo local, originalmente compuesto por dieciocho canónigos ordinarios y nueve canónigos menores (o "Beneficiati"). Pío X, el 5 de abril de 1908, con el corto "In persona Petri" restauró el capítulo ex integro, otorgando también a los miembros de la misma institución el título de "nobles palatinos". El mismo escrito también otorgó al escudo de armas del capítulo de la basílica el uso del águila bicéfala, símbolo y calificación de ser una basílica imperial con el lema Dominus Adjutor Meus.
La basílica fue duramente golpeada por el bombardeo de Milán en 1943, que destruyó sobre todo la parte externa del cuadripórtico, dañando la cúpula de la basílica, el mosaico detrás del altar y otras partes externas de la basílica. En los años siguientes comenzaron las restauraciones, que en los años cincuenta devolvieron a la basílica a su antigua gloria.
La investigación arqueológica, vinculada a los trabajos de excavación para la construcción de un aparcamiento subterráneo, en la zona próxima a la basílica, e iniciado en 2005, ha permitido el descubrimiento de unas noventa tumbas atribuibles al cementerio ad martyres, situado fuera de las murallas romanas de Milán, de época tardorromana romana. (Siglo IV - V d.C.), encontrado a unos 3,5-4 metros de profundidad; se trata de enterramientos pobres, sin ajuar ni estructuras sepulcrales, marcados por la presencia de huesos. 

La iglesia de Santa Valeria
No muy lejos de la Basílica de Sant'Ambrogio se encuentran los restos de la iglesia paleocristiana de Santa Valeria, cuya construcción es anterior al siglo VII. Demolido en 1786, se encontraba donde en época romana estaba el mencionado cementerio ad martyres, o el cementerio donde eran enterrados los cristianos martirizados por las persecuciones romanas; cerca del cementerio y de la iglesia de Santa Valeria se levantó entonces, como ya se mencionó, la basílica martyrum, denominación que luego cambió a "basílica de Sant'Ambrogio". Dedicada a Santa Valeria, esposa de San Vitale y madre de los santos Gervasio y Protasio, la iglesia tenía unas dimensiones de 7,50 m x 7,25 m y se caracterizaba por varias salas destinadas a tumbas. El yacimiento arqueológico, que se encuentra en via Santa Valeria en la casa números 3 y 5 y que se puede visitar bajo petición, consta de los cimientos y algunos tramos de muralla sobre rasante, siendo el primero de guijarros y mortero y el segundo formado por hileras de ladrillos. 

El santuario de San Vittore in ciel d'oro
La bóveda del sacellum de San Vittore en el cielo dorado.
Construida como capilla por derecho propio en el siglo V, el santuario de San Vittore in ciel d'oro se incorporó a la basílica de Sant'Ambrogio solo más tarde. Un ejemplo de la arquitectura y el arte cristiano primitivo, fue construido para albergar los cuerpos de San Víctor y más tarde de San Sátiro, hermano de San Ambrosio que murió prematuramente.
El sacellum de San Vittore en cielo dorado tiene planta trapezoidal y está equipado con una cripta. Cuando era una pequeña capilla independiente estaba equipada con un ábside que cerraba el espacio que daba al interior de la basílica.
Los muros perimetrales del sacellum de San Vittore en cielo dorado consisten en una parte interna formada por mortero y guijarros y una parte externa por hileras de ladrillos. Las decoraciones son notables, sobre las que se alza la bóveda totalmente cubierta con un mosaico que consiste en azulejos cubiertos de oro. En el centro del mosaico hay, siempre representado con un mosaico, un busto de San Víctor rodeado por una cinta adornada con un rubí y enriquecida por los frutos de las cuatro estaciones. Las paredes laterales son en lugar de un azul profundo. En ellos están representados seis santos, a saber, San Ambrosio, San Gervasio, San Protasio, San Maternus, San Nabore y San Félix; la de San Ambrosio es la representación más antigua conocida del santo milanés. 

La cripta de San Sátiro
Como ya se mencionó, el santuario de San Vittore en el cielo dorado está equipado con un espacio subterráneo que se llama la "cripta de San Satiro". Una vez albergó los cuerpos de San Sátiro y San Víctor. Actualmente alberga algunos sarcófagos trasladados en el siglo IX desde la iglesia de San Vittore al Corpo representando la cella memoriae de San Satiro y San Vittore. La cripta de San Sátiro, en su mayor parte, fue construida en la Edad Media: la única parte que data de la era cristiana temprana es la pared izquierda, que está hecha de ladrillos dispuestos en fila o con combinación de opus spicatum. 

Arquitectura
General

Sección de la porción oriental de S. Ambrogio. Bahía debajo de ella que no varía en ningún aspecto de la de las otras bahías, excepto que los arcos laterales son de dos órdenes. A nivel de su corona, los dobles entrecerrados se giran en los cuatro ángulos, efectuando la transposición al plano octogonal, sobre el cual se lleva la pared de la cúpula. En S. Michele, por el contrario, la cúpula ocupa su inevitable posición (ni en el cruce de la nave y los cruceros, los cuatro arcos sobre los que descansa están todos abiertos y libres de trabas desde el pavimento hacia arriba.

Detalle del exterior con el revestimiento de pared de ladrillo con inserciones de piedra

El material de construcción del complejo de la basílica de Sant'Ambrogio es de origen local y es "pobre", ya que está compuesto principalmente por ladrillos de diferentes colores, piedra y yeso blanco.
De la iglesia paleocristiana original del siglo IV, la nueva basílica del siglo XI heredó escrupulosamente la planta: tres naves absidales sin crucero con pórtico de cuatro lados en frente; la planta interna de la basílica es longitudinal y (si excluimos los ábsides) tiene las mismas dimensiones que el pórtico de enfrente.
La Basílica de Sant'Ambrogio aparece hoy como un caso aislado de modelo para el románico lombardo, ya que otros ejemplos comparables (como las catedrales de Pavía, Novara y Vercelli) han sido destruidos o transformados radicalmente. Ciertamente fue un ejemplo para los desarrollos posteriores de la arquitectura románica en el área de influencia lombarda que luego excedió las fronteras regionales modernas, incluyendo también partes de Emilia y Piamonte.
Data del siglo XII, el tiburium de Sant'Ambrogio se convirtió en un modelo para los que más tarde se construyeron en la zona lombarda. Colocado en el cuarto vano, cubre la cúpula; de forma octogonal, tiene dos órdenes de logias y decoraciones hechas con varios arreglos de ladrillo. 

La planta
La planta de la Basílica de Sant'Ambrogio tiene forma rectangular y tiene la misma anchura que el cuadripúptero. El interior se divide en tres naves que terminan cada una con un ábside, siendo la central más grande que las laterales, ya que el ancho de la nave central es aproximadamente el doble que el de las dos naves laterales. La nave central consta de cuatro crujías, siendo la última coronada por una cúpula y las otras dos por bóvedas de crucería dotadas de nervaduras.
Las dos naves soportan la matronei y tienen vanos que son la mitad, de anchura, de los de la nave central. La luz que penetra en el interior de la basílica proviene de las ventanas de la fachada y del tiburium, que tiene una planta octogonal. Bajo la cúpula se encuentra el presbiterio adornado con un frontal de oro enriquecido con piedras preciosas. A los lados de la fachada hay dos campanarios de diferentes alturas.
El complejo arquitectónico
El conjunto arquitectónico de la Basílica de Sant'Ambrogio tiene un volumen compacto que se aligera por la presencia de dos logias, una inferior y otra superior, y por los arcos en la fachada y en el cuadripríptico. Las logias y arcos proporcionan la visión general con profundidad y claroscuro, que aumentan la perspectiva.
En particular, la fachada proporciona brillo, mientras que las dos logias proporcionan la sensación de oscuridad. El volumen, dentro de la basílica, es proporcionado por las nervaduras de las bóvedas de crucería, mientras que el brillo en claroscuro está dado por las logias internas de las paredes, que dan una mirada caracterizada por la sensación de oscuridad.
El conjunto arquitectónico está compuesto por el monasterio de Sant'Ambrogio, la rectoría de Sant'Ambrogio, la iglesia de San Sigismondo y la basílica de Sant'Ambrogio, que fue la precursora en Lombardía de las basílicas paleocristianas e iglesias románicas, cuyas características comunes son la forma longitudinal y la presencia de bóvedas de crucería sostenidas por columnas con capiteles decorados y arcos de medio punto. 
La rectoría de Sant'Ambrogio, que se encuentra a la izquierda de la basílica, tiene su propio campanario románico y se desarrolla alrededor de un pórtico, a lo largo del cual se encuentran el oratorio de la Pasión y la pequeña iglesia de San Sigismondo. Este último se encuentra frente al pórtico de los canónigos, tiene planta rectangular con un pequeño porche de entrada y se caracteriza por arcos rebajados y un ábside de medio punto. El monasterio de Sant'Ambrogio, que se encuentra a la derecha de la basílica y que consiste en los claustros de Sant'Ambrogio, diseñado por Bramante en 1497, ahora alberga la sede milanesa de la Universidad Católica del Sagrado Corazón.

El complejo arquitectónico de la Basílica de Sant'Ambrogio visto desde el frente de la Piazza Sant'Ambrogio 

La fachada y el cuadripríptico
La basílica tiene una fachada a dos aguas ancha y aplanada y está equipada con dos logias superpuestas. Los lados de la logia inferior, que consta de tres arcos de igual tamaño, se unen al pórtico, que tiene arcos ligeramente más altos. La logia superior tiene arcos que siguen el perfil inclinado del borde superior de la fachada. Los arcos tienen anillos dobles, los marcos están sostenidos por arcos colgantes similares a los de la fachada, mientras que las pilastras delgadas se ciernen sobre las superficies superiores, dividiéndolas regularmente. También hay elegantes arcos sostenidos por pilares flanqueados por semicolumnas.
Frente a la fachada hay un pórtico de cuatro lados, que una vez tuvo la función de recoger catecúmenos en presencia de la basílica. Sin embargo, desde principios del siglo XI, los fieles fueron bautizados desde su nacimiento; por esta razón este espacio perdió su función original asumiendo un nuevo rol, el de un lugar donde los ciudadanos se reunían para discutir y participar en asambleas religiosas o civiles. Desde la logia superior de la fachada, el obispo de Milán dio su bendición a los ciudadanos, mientras que las oficinas públicas podían interactuar con la multitud.

Parte superior de la fachada 

El atrio hacia la entrada

Interior del nártex

Capiteles 

Capitel con motivos vegetales

Carneros en uno de los capiteles del atrio de la basílica de San Ambrosio de Milán. Los capiteles datan originalmente del siglo XI, pero fueron rehechos en gran parte durante la restauración del siglo XVII por el arquitecto Francesco Maria Richini

Capiteles del atrio

Capiteles del atrio 

Capiteles del atrio 

Capiteles del atrio 

Los campanarios
El campanario de la derecha, llamado los monjes, data del siglo IX. El de la izquierda, llamado los canónigos, es más alto y se remonta al siglo XII Este último se caracteriza por la presencia de arcos colgantes y la presencia de pilastras; la logia superior de tres luces es una adición de finales del siglo XIX.
El único de los dos campanarios de los que tenemos documentos que atestiguan su construcción es el de los canónigos. Específicamente, un testimonio escrito de 1144 cita 1128 como el año de su finalización. Su concepción es probablemente atribuible al mismo arquitecto que diseñó la basílica, ya que retoma verticalmente los mismos conceptos del cuadripórtico, mientras que los dos últimos pisos se agregaron solo en 1891. 

Campanario de los monjes 

Campanario de los canónigos 

También sobre la base del mismo documento, el campanario de los canónigos fue donado por el arzobispo de Milán Anselmo V Pusterla. Originalmente, antes de la finalización de 1891, el campanario tenía una sola campana, que originalmente no podía sonar porque no tenía cuerda.
La campana se puso en funcionamiento entre 1185 y 1187, cuando el campanario fue ligeramente levantado y equipado con la cuerda para hacerlo sonar. En 1891, con la adición de los dos últimos pisos, el campanario fue equipado con un castillo de cinco campanas. 

El interior
El interior fue estructurado según estilos transalpinos, con el uso de la bóveda de crucería. Las bóvedas de las naves laterales, con intercolumnios de dimensiones iguales a la mitad del lado de un intercolumnio de la nave central, se apoyan en pilares menores y sostienen los matroneos. Estos últimos ocupan todo el espacio disponible para el claristorio.

Nave central

Matroneo a la izquierda de la foto 


Obras de arte
Notable, desde un punto de vista artístico, es el portal de la entrada principal de la basílica, que se caracteriza por una meticulosa decoración en relieve que tiene como significado metafórico el choque entre el bien y el mal, resuelto por la Iglesia gracias a su obra de redención y salvación Los temas retratados en el portal son fitomórficos con influencias clásicas; específicamente, se representa una superposición de cintas que están adornadas con representaciones heráldicas y zoomorfas.
En correspondencia con el tiburium, en el último tramo de la nave central, se encuentra el presbiterio con, en el centro, el altar de Sant'Ambrogio, construido entre 824 y 859 por Vuolvino por encargo del arzobispo milanés Angilberto II y que tiene un precioso frontal dorado en relieve con piedras colocadas en los cuatro lados, una famosa obra de orfebrería carolingia. En ella se representa a Angilberto II, haciéndose pasar por un donante, que es coronado obispo de Milán por San Ambrosio. Originalmente, el altar albergaba los cuerpos de los santos Ambrosio, Gervasio y Protasio, más tarde transferidos a la cripta de abajo. La parte más ricamente decorada del altar es la frontal, que posee influencias carolingias y bizantinas. 

El altar de Sant'Ambrogio es el altar mayor de la Basílica de Sant'Ambrogio en Milán. El altar es el punto de apoyo de la renovación que el obispo franco Angilberto II lleva a cabo en Sant'Ambrogio. La antigua basílica, con su patrimonio de reliquias, es el lugar donde se manifiesta el programa político y religioso que guía la reorganización de la ciudad y el territorio por parte del obispo, representante del poder carolingio. 

Historia
Realizado entre 824 y 859. El altar está firmado por Vuolvino magister phaber (también llamado Volvinio), por esta razón también se llama Altare di Vuolvino. Es una auténtica obra maestra de orfebrería de la época carolingia, y está hecha de madera a la que se han superpuesto losas de oro y plata dorada, piedras preciosas y esmaltes.
Colocado bajo un copón contemporáneo, debía representar un signo conspicuo de la presencia de las reliquias de los santos Gervasio y Protasio y del propio Ambrosio, colocadas debajo del altar mismo y aún visibles desde una pequeña ventana en la cripta.
Hoy en día está protegido por una vitrina transparente. 

Descripción
La forma de un gran paralelepípedo debía parecerse a un sarcófago de pecho desde entonces, pero no fue diseñado para contener los restos de los santos. Las cuatro caras laterales están decoradas con paneles a su vez divididos en pisos más pequeños.
Las historias están divididas por ricos marcos con patrones de filigrana y piedras incrustadas, y también en otros lugares se dispersa una gran cantidad de gemas y placas policromadas en esmalte cloisonné. La técnica de realización de los relieves es la del voladizo. 

Frontal
La parte delantera, en oro. La central contiene una cruz llamada clipeata, debido a la presencia en el centro de un óvalo que contiene al cristo Pantocrátor entronizado. En correspondencia de las armas se representa el tetramorfo, que son los símbolos de los cuatro evangelistas (en la parte superior el águila de Juan, a la izquierda el león de Marcos, a la derecha el buey de Lucas y en la parte inferior el ángel de Mateo); en los cuatro paneles de las esquinas se representan en grupos de tres apóstoles.


La parte frontal 

Los dos paneles laterales tienen seis cuadrados cada uno. Las Historias de Cristo se representan, con una disposición de las escenas que comienza en el lado izquierdo, en la esquina exterior inferior y continúa en la columna hacia arriba, y luego se reanuda en la parte inferior en la siguiente columna. Luego la lectura continúa en el lado opuesto, siempre comenzando desde el exterior, para transportar al observador hacia la cruz en el centro, símbolo de la Salvación. 

Parte posterior
La parte trasera tiene la misma tripartitión, pero en el centro están las dos puertas que cierran la ventana (fenestrella confessionis), cada una decorada con dos círculos con un arcángel (Miguel a la izquierda y Gabriel a la derecha) y una escena de homenaje: Ambrosio coronando a Angilberto que le presenta el altar a la izquierda y Ambrosio coronando a Vuolvino magister phaber, que lo venera a la derecha.
Los paneles laterales representan doce escenas con las Historias de San Ambrosio, pero esta vez la lectura continúa, siempre comenzando desde abajo, de izquierda a derecha saltando de un panel a otro y reanudándose en la fila superior de la derecha.

La parte trasera Izquierda 

Lados menores
Los dos lados más pequeños tienen un marco geométrico formado por una gran cruz gamada en el centro con clipei al final de los cuatro brazos y cerrado en una pastilla; alrededor de la pastilla hay pequeños triángulos que enmarcan a los ángeles adoradores; en los vacíos dejados por los brazos de la cruz y en los clipei las figuras de santos postrados adoran la cruz, símbolo de la consubstanciación de Cristo (juntos hombre y Dios) y de la lucha contra el arrianismo también retomada en algunas escenas de los paneles traseros (Conversión de un ario, funeral de San Martín). Placas de esmaltes policromados y gemas (algunas originales, otras colocadas más tarde) adornan los marcos.

Lateral izquierdo

Lateral derecho 

Perfil artístico
Maestros de las Historias de Cristo
El altar tiene una concepción unitaria, pero es cierto que varias manos participaron en su ejecución.

Maestros de las Historias de Cristo, Transfiguración 

Los llamados Maestros de las Historias de Cristo fueron probablemente lombardos, como se puede deducir de la gran variedad de influencias encontradas en los paneles de la época posibles solo en esta región:
·       Escenas organizadas con partituras complejas, como en los modelos tardoríticos que también se pueden identificar en los frescos del monasterio de San Juan en el Val Müstair;
·       Arquitectura falsa, elementos paisajísticos a vista de pájaro y marcado mimetismo como en los frescos de la cripta de Saint-Germain d'Auxerre;
·       Sentido narrativo vivo de las escenas, como en las miniaturas de la escuela de Reims;
·       Elementos grotescos, fisonomía distorsionada (como las de los mercaderes en la Expulsión), efectos naturalistas de las rocas o detalles (como la cabaña del ciego en la Curación), presentes en la miniatura constantinopolitana contemporánea.
La narración generalmente se agota en cada baldosa, y es interesante observar cómo la elección de algunas escenas reafirma la naturaleza humana y divina de Cristo, en oposición al arrianismo, según una lucha promovida en esos años por Angilberto. 
Volvinio

Ambrosio coronando a Vuolvino magister phaber 

El estilo de la espalda, atribuido al propio Vuolvinio, es más austero y esencial, con gestos elocuentes de las figuras, pero nunca dinámico. Las figuras también destacan sobre un fondo neutro, con cuerpos de plástico y cortinas envolventes. Aquí hay numerosas referencias entre escena y escena en los diversos paneles, que a diferencia de la parte frontal, crean una lectura más concatenada, como en una sola historia.
Las escenas representadas por Vuolvinio eran a menudo inéditas, por lo que tuvo que inventar nuevos escenarios sin definiciones iconográficas previas. Aquí también, más que en la parte delantera, leemos algunos temas con reflexiones puramente políticas e ideológicas deseadas por Angilberto:
·       La elección divina de Ambrosio y, por lo tanto, un reflejo de la Iglesia milanesa, en las escenas del Milagro de las Abejas, de Ambrosio recordado a Milán y de Cristo visitando al santo enfermo.;
·       La polémica antiaria, en las escenas de la Conversión de un arriano y el Funeral de San Martín (San Martín de Tours es un santo que se dedicó enérgicamente a la lucha del arrianismo);
·       La fundación del derecho del obispo a mantener el poder sobre la ciudad, con Ambrosio representado como un prototipo del missus dominicus de los emperadores carolingios.
Inusual es la representación del artesano en las puertas al mismo nivel que el obispo, lo que atestigua el gran prestigio y dignidad que tuvo que disfrutar como magister.
Otro aspecto destacable es la presencia en el interior de los azulejos de elementos pertenecientes a la vida cotidiana del Santo, como sus zapatillas colocadas bajo su cuna. Dentro de cada baldosa también hay una leyenda en latín que cuenta brevemente lo que está sucediendo en la escena. 

En el ábside hay un mosaico, parcialmente reconstruido después de los bombardeos de Milán, que tuvieron lugar durante la Segunda Guerra Mundial, reutilizando los restos del anterior destruido por las bombas, que data del siglo XI. En el centro hay un Cristo Redentor entre los santos Gervasio y Protasio vestido militar y, a los lados, dos escenas de la vida de San Ambrosio, concretamente las vinculadas a la alianza entre la iglesia milanesa y la iglesia franca, de la que descendió un fuerte vínculo entre Milán y el Imperio carolingio.
Notable es también la decoración del sacellum de San Vittore en cielo dorado que se remonta, como ya se mencionó, al siglo V, en la era cristiana temprana. En el centro de la bóveda, que está completamente decorada con clavijas cubiertas con láminas de oro, se representa a San Víctor. En las paredes, como ya se mencionó, seis santos están representados en mosaico, incluyendo a San Ambrosio; esta última es la representación más antigua conocida de la santa milanesa.
En el interior del Museo Diocesano de Milán se conserva la ornamentación de la puerta de entrada de la basílica paleocristiana, que consta de cuatro paneles que representan la historia de David, episodios elegidos por San Ambrosio. En el interior de la basílica, también de la época cristiana temprana, se encuentra el sarcófago de Estilicón, decorado externamente con episodios de la vida de Jesús con referencias alegóricas a la vida de fe.
Parte de las decoraciones del coro con incrustaciones de mármol de la basílica paleocristiana se conservan en el antiquarium del Tesoro de la basílica. También en esta última se expone una parte de la balaustrada de mármol que una vez rodeó el altar de la basílica paleocristiana y que estaba decorada con un patrón geométrico "escalas" con el símbolo cristiano del Alfa y Omega.

El copón y el ábside 

El mosaico del ábside 

Tradiciones y leyendas
En la Piazza Sant'Ambrogio, en el lado izquierdo de la basílica, fuera de la cerca, hay una columna, llamada "columna del diablo" o "columna imperial". Es una columna romana que tiene dos agujeros, objeto de una leyenda según la cual la columna fue testigo de una pelea entre San Ambrosio y el diablo. El maligno, tratando de perforar al santo con cuernos, terminó metiéndolos en la columna. Después de intentar durante mucho tiempo retorcerse, el diablo logró liberarse y, asustado, huyó. La tradición popular dice que los agujeros huelen a azufre y que apoyando la oreja sobre la piedra se pueden escuchar los sonidos del infierno.

La columna del diablo


De hecho, esta columna fue utilizada para la coronación de los emperadores germánicos. Según Galvano Fiamma, juraron el misal, recibieron la corona de hierro y luego abrazaron esta columna:
«[...] Cuando el rey de los romanos quiere recibir la corona del Reino de Italia en la basílica ambrosiana, el emperador debe ir primero a la columna de mármol que se encuentra en la propia basílica de la Ambrosiana, y uno de los condes de Angera debe presentar al emperador un misal. El Emperador jurará que será obediente al Papa y a la Iglesia Romana en asuntos temporales y espirituales. [...] Así que el Arzobispo o Abad de San Ambrosio debe coronarlo con la corona de hierro como Rey de Italia. Una vez hecho esto, el Emperador debe abrazar esa columna recta de mármol para significar que la justicia en él será recta. [...]"»
Según los estudiosos, la columna perteneció originalmente al palacio imperial romano de Milán, construido por Maximiano a finales del siglo III y luego demolido gradualmente y despojado de su mobiliario entre el final del dominio lombardo y la primera mitad del siglo X.  

La serpiente de Moisés
Sobre una antigua columna romana de granito dentro de la basílica, descansa la Serpiente de Moisés, que escapó de la ira iconoclasta del rey Ezequías. Es una escultura de bronce (en el pasado se creía que era la original de Moisés) donada por el emperador bizantino Basilio II en 1007. Las oraciones se dirigen a la serpiente para ahuyentar ciertos tipos de dolencias y se dice que el fin del mundo será anunciado por su descenso de esta columna en la que se acurruca.
Frente a la basílica se celebraba anualmente la feria de Oh Bej! ¡Oh Bej!, un mercado típico del período navideño milanés. Inicialmente Oh bej! ¡Oh bej! tuvieron lugar en Piazza Mercanti; en 1886 el evento fue trasladado a la Piazza Sant'Ambrogio adyacente a la basílica, donde permaneció durante 120 años hasta 2006, cuando se trasladó a lo largo del Foro Buonaparte, en el área alrededor del Castello Sforzesco. El Oh bej! ¡Oh bej! representan una de las tradiciones milanesas más antiguas, ya que datan de 1510. Generalmente se celebran desde el 7 de diciembre, día del patrón de Milán Sant'Ambrogio, hasta el domingo siguiente.

 

Rotonda de San Lorenzo es una antigua iglesia italiana de origen medieval, ubicada en la piazza delle Erbe, en Mantua, que fue construida en el siglo XI y completamente recuperada en la primera mitad del siglo XX. La pequeña iglesia, construida durante la dominación de los Canossa es la más antigua de la ciudad.

Historia
Aunque la fecha 1081 está inscrita sobre el yeso, el edificio se construyó entre 1082 y 1083. ​
La tradición quiere que la Rotonda se construyese según los deseos de Matilde de Canossa (de la que sería el único testimonio importante que quedase en Mantua), para recordar la Anastasis (resurrección) de Jerusalén -la rotonda construida alrededor del Santo Sepulcro-y que por ella está perfectamente vinculada a la reliquia de la Preciosísima Sangre —Preziosissimo Sangue di Cristo— que se encontraba en Mantua desde hacía varios siglos y ahora conservada en la cripta de la basílica de San Andrés.
En realidad, la edificación "monóptera-períptera" y su posicionamiento a un nivel aproximadamente 150 cm por debajo del nivel de la plaza adyacente, así como la existencia de dos columnas y otros detalles de la construcción de piedra, sugiere que la iglesia habría sido construida a partir de la recuperación de un antiguo edificio romano del siglo IV, probablemente de un templo o de una tumba.
A lo largo de los siglos, el edificio sufrió transformaciones radicales; se hicieron algunos proyectos de transformación, como el de Leon Battista Alberti y otro de Giulio Romano, que no se llevaron a cabo y la iglesia fue finalmente desconsagrada. Fue cerrada al culto en 1579 por orden del duque Guillermo Gonzaga porque un ruidoso mercado celebrado en la Piazza delle Erbe, muy cerca, obstaculizaba la celebración de los servicios religiosos. ​
La rotonda se convirtió primero en un almacén y luego, una vez desmontada su cubierta, en un patio circular para uso privado en el populoso distrito del gueto judío de Mantua.
Las ruinas de la iglesia volvieron a aparecer por casualidad a principios del siglo XX, cuando las casas cercanas al Palazzo della Ragione fueron demolidas para abrir una calle. En 1908 se expropió el edificio y no se autorizó su demolición. Durante esas obras, la Rotonda «resurgió» casi en su totalidad: la iglesia fue liberada de todos los añadidos y los edificios que bloqueaban por completo su vista (la rotonda de San Lorenzo de hecho no es visible en las fotos antiguas de la plaza). Su recuperación se basó en el proyecto de la rotonda di San Tomè en Almenno San Bartolomeo, y duró un total de veinticuatro años, cuatro de ellos empleados solo para limpiar el edificio. Tras la reconstrucción de la cúpula y gran parte de las edificaciones, ​ fue reabierto en 1911 y reutilizado para el culto en 1926, entregada a la Fraternidad Dominicana que asumió el encargo de su restauración, su conservación y su apertura al público. La escalera que permite el acceso a la iglesia fue construida en marzo de 1939 e inaugurada el 21 de abril de 1940, sufriendo alteraciones mínimas en las décadas siguientes como, por ejemplo, ajustes a las normas de seguridad vigentes. ​ 

Arquitectura
La iglesia, ejemplo de arte románico, está construida alrededor de una planta circular central completada por un ábside semicircular y se caracteriza por un deambulatorio con columnas coronado por una galería que conserva fragmentos de frescos de los siglo XI-XII, constituyendo un raro ejemplo de la pintura románica lombarda de influencia bizantina. El edificio está construido en dos plantas. Columnas macizas con capiteles cuadrados rodean la nave. No queda nada del pavimento original, pero se conservan algunos restos de frescos en varios lugares que atestiguan que antiguamente gran parte de la iglesia estaba decorada.

Rotonda de San Lorenzo 

Rotonda de San Lorenzo con torre dell'orologio

Interior

Interior

Inscripción que hace referencia a Matilde de Canossa 

 

Basílica de San Michele Maggiore, una obra maestra del estilo románico lombardo, es una de las principales iglesias de Pavía, que data del siglo VII, fue reconstruida en los siglos XI y XII.

Historia
Una de las primeras iglesias dedicadas a San Miguel Arcángel fue construida originalmente en el período lombardo. De hecho, está documentado por primera vez en la era de Grimoaldo (662-671) y probablemente su fundación se remonta a ese período. Jugó un papel primordial en el contexto eclesiástico de Pavía. En la época carolingia todavía se confiaba a un colegio de clérigos y era la sede de ceremonias oficiales. En 839 Rotruda, hija del emperador Lotario I y Ermengarda, fue bautizada en la basílica. En el siglo X el edificio aparece en documentos con el nombre de San Michele "Maggiore" y se indica como una iglesia palatina, que está vinculada al palacio de los reyes, que se ubicaría unas cuadras más al norte. Algunas excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la basílica en 2018/2019 han sacado a la luz los restos de edificios medievales tempranos probablemente atribuibles al Palacio Real.
En julio de 929, con motivo del traslado del arca con el cuerpo de San Columbano de Bobbio a Pavía, la basílica de San Miguel acogió durante aproximadamente una semana el cuerpo del santo patrón abad. La transferencia fue necesaria para defender el territorio del feudo monástico bobbiese de los objetivos expansionistas del obispo Guido di Piacenza. El proyecto concebido por el abad Gerlanno, canciller del reino, para convencer al rey de Italia Hugo de Provenza de que confirmara sus posesiones preveía el paso del cuerpo del santo patrón para proteger las tierras del monasterio a lo largo de un itinerario preciso que tocaba los lugares más importantes, tanto en el camino de Bobbio a Pavía como en el regreso a casa. El manuscrito de la Miracula sancti Columbani escrito en el siglo X por un monje bobbieso habla de hechos prodigiosos y milagros que se sucedieron en el camino y en Pavía, para sorprender a la gente, el clero milanés enviado por el arzobispo de Milán Lamperto, los príncipes electores y el rey Ugo, después de la curación milagrosa que tuvo lugar en S. Michele de su hijo Lotario golpeado por fiebres severas. Pero fue solo la negativa a beber de la copa de San Columbano por parte del obispo de Piacenza Guido y su escape de Pavía para convencer a la corte y a la asamblea (las asambleas a las que asistieron las principales aristocracias y los cuerpos eclesiásticos más importantes del reino de Italia se celebraron en el Palacio Real) de la apropiación injusta de los bienes del monasterio bobbieso por el prelado de Piacenza y la confirmación de las posesiones bobbiesi con un nuevo diploma real.

Las cinco piedras, ya mencionadas en la Honorantiae civitatis Papiae (c. 1020), sobre las cuales se colocó el trono durante las coronaciones. La inscripción y representación de la Corona de Hierro en la piedra central se añadieron en el siglo XIX. 

En Pavía se acuñó la primera moneda lombarda, que representaba la iglesia de San Michele.
Este primer edificio fue destruido por un incendio en 1004. La construcción de la nueva iglesia, que es la basílica actual, comenzó hacia finales del siglo XI (cripta, coro y cruceros datan de este período) y ciertamente se completó en el año 1155, con una interrupción debido al gran terremoto del 3 de enero de 1117. De la iglesia anterior queda el campanario, que data del siglo X.
En la basílica fueron (definitivamente) coronados rey de Italia:
·       Berengario I, en 888.
·       Luis III, en 900.
·       Hugo de Provenza, en 926.
·       Berengario II con su hijo Adalberto, 950.
·       Arduino d'Ivrea, en 1002.
·       Enrique II, en 1004.
·       Federico I conocido como Barbarroja, en 1155.
En la actual Basílica fue coronado sólo, el domingo 17 de abril de 1155, el joven Federico Barbarroja.
La basílica albergó a lo largo de los siglos otras suntuosas ceremonias y coronaciones. Un tributo a las prerrogativas reales de la basílica fue también la elección del primer duque de Milán, Gian Galeazzo Visconti, quien ordenó que su cuerpo fuera enterrado en la Cartuja de Pavía, mientras que su corazón debía mantenerse en la Basílica de San Michele.
La visita apostólica de Angelo Peruzzi en 1576 la basílica incluyó doce canónigos y siete capellanes (mientras que los feligreses eran unos 800), subió, en 1769, a 30 sacerdotes y seis clérigos (divididos entre la basílica y las iglesias subsidiarias de San Marino, San Giovanni in Borgo, San Pietro in Vincoli, San Luca, Sant'Antonio y los oratorios de la Plaza Pía de los Conversos, de San Simone, de Santa Maria Assunta). En los mismos años también creció el número de feligreses: 4.800 en 1807, 5.250 en 1845.
En 1966 se llevó a cabo un tratamiento en la fachada de la basílica por el arquitecto Piero Sanpaolesi que explotó la técnica de consolidación a través de fluosilicatos para reparar daños superficiales y evitar el desprendimiento de piezas decoesas. La intervención redujo en gran medida la porosidad y la capacidad de absorción del agua y, por lo tanto, fue muy criticada.
Durante algunas obras realizadas en la basílica en 1968, se encontraron preciosos artefactos de plata de factura ostrogoda, ahora conservados en los Museos Cívicos. 

Arquitectura
La Basílica de San Miguel es considerada el prototipo de la iglesia románica medieval entre las iglesias medievales de las que presume Pavía, como San Pietro in ciel d'oro y San Teodoro.


El plano de la Basílica de San Michele Maggiore en Pavía, ilustración tomada de la Enciclopedia Británica (1911). 

San Michele se diferencia de las otras iglesias de la ciudad por el uso extensivo, tanto para la estructura como para las decoraciones, de la frágil arenisca de color ocre en lugar de terracota, y también por la particular conformación arquitectónica, que proporciona una planta de cruz latina, con un crucero excepcionalmente desarrollado, muy sobresaliente del cuerpo longitudinal del edificio, a diferencia de lo que sucede, por ejemplo, en San Pietro in Ciel d'Oro, donde el crucero no sobresale del cuerpo rectangular de la iglesia. Este crucero, con su propia fachada en el lado norte, su propio ábside falso en el lado opuesto y una bóveda de cañón sustancialmente diferente de las bóvedas de crucería de las partes restantes de la iglesia, es casi un cuerpo autónomo, una segunda iglesia interpenetrada con la principal: una solución (en Italia) sin precedentes para aquellos tiempos. Sin embargo, esta característica es típica de la arquitectura otoniana y saliana cuyo modelo fue la catedral de Speyer. También se plantea la hipótesis de que los grandes contrafuertes del crucero, sobredimensionados para el techo formado en bóvedas de cañón, fueron diseñados para soportar bóvedas cruzadas de modelo alemán, lo que podría probar la presencia de trabajadores de la zona germánica, probablemente Renania, en el sitio de construcción de la basílica.
Las dimensiones de la basílica (longitud: 55 metros; anchura en el crucero: 38 metros) resaltan la importancia de esta parte de la estructura. En la intersección de la nave y el crucero se levanta la audaz cúpula octogonal (muy asimétrica), sobre penachos de tipo lombardo. La cúpula, externamente, está cubierta por una linterna decorada con cinco arcos en los lados principales y tres en los diagonales más pequeños.
La planta de cruz latina tiene una subdivisión en tres naves, cada una de las cuales corresponde a un portal en la fachada. La nave central es dos veces más ancha que las laterales. El crucero tiene su propia fachada con un portal de acceso, ubicado en el lado norte. Esta fachada es sustancialmente diferente de la principal, ya que es menos rica en detalles, pero tiene su propia gran plaza independiente como cementerio.


Tiburio 



La nave principal ahora tiene cuatro crujías, al igual que las naves laterales. Las crujías de la nave principal tienen planta rectangular con un lado mayor paralelo a la fachada y están cubiertas por bóvedas de crucería con nervaduras. Las bóvedas fueron construidas entre 1488 y 1491 por Iacopo da Candia y su hijo el maestro arquitecto Agostino de Candia: originalmente había dos bóvedas de crucería (o dos cúpulas según Piero Sanpaolesi) con una planta cuadrada que probablemente sostenía directamente la cubierta del techo (o, según algunos historiadores, con una bóveda abovedada siguiendo el modelo de las basílicas románico-bizantinas como San Marco en Venecia).
La reconstrucción con un esquema de cuatro vanos rectangulares asegura una mejor eficiencia estática del complejo. Al mismo tiempo, se construyó una estructura de cerchas de madera, aun parcialmente conservada.
En el crucero se levanta una cúpula de tamaño decente, cuya bóveda alcanza internamente una altura de unos 30 metros. Las naves laterales están coronadas por matronei, que, además de tener una función formal, realizan una tarea estática precisa: es decir, crear fuerzas laterales que se opongan y frenen la presión de las bóvedas de la nave central. Las cuatro capillas rectangulares que se abren en parejas, en el segundo y tercer vano de las naves laterales, son una adición mucho más tardía.
Bajo el ábside, que tiene un gran fresco del siglo XV, obra de Agostino da Vaprio, encontramos el altar, en mármol, atribuido a Giovannino de Grassi y encargado en 1383 por el canónigo Giovanni Sangregorio, que en su interior conserva las reliquias de los santos Ennodio y Eleucadio, mientras que detrás del altar se encuentra la gran máquina de madera dorada de la Majestad realizada en 1606. En la pared a la derecha del altar está amurallado el epitafio de mármol, dictado alrededor de 521 y compuesto por coplas latinas, por Ennodio. Los muros son muy sólidos, sobre todo en el exterior, reforzados por contrafuertes de mampostería que repelen la presión de las bóvedas. El ábside conserva los restos de un mosaico del siglo XII que representa un laberinto y el ciclo de los meses, en el que, en la parte superior, el año se representa como un soberano, sentado en un trono, con una túnica roja y una capa azul, y en su mano izquierda sostiene un cetro, mientras que los derechos sostienen el globo terráqueo. 

La fachada
La fachada tiene un perfil lineal a dos aguas del tipo "ventoso" (es decir, más alto que el techo de la nave central), embellecido a lo largo de las laderas por una logia de veintiún arcos. Los contrafuertes consisten en pilares de viga que marcan la superficie verticalmente. La fachada está adornada con un rico repertorio de esculturas de arenisca, con un tema sagrado pero también profano, de gran belleza y sugestión, pero hoy notablemente deteriorada por la corrosión debido a los agentes atmosféricos, a pesar de los numerosos programas de restauración conservadores iniciados en las últimas décadas. Estos incluyen San Miguel Arcángel y el Dragón, la Anunciación, la Virgen con el Niño y los del portal.
En la fachada hay cinco pequeñas ventanas geminadas, tres ventanas de una sola lanceta y un cruce entre dos óculos. Hay bandas horizontales talladas en bajorrelieve, que representan el entrelazamiento de humanos, animales y criaturas monstruosas. Particularmente densos son los portales, algunos, como los de la izquierda del portal derecho, representan escenas bíblicas, otros en cambio presentan imágenes no con un tema religioso, como la caza de ciervos, el taller de un herrero, un pescador o figuras de hombres luchando con dragones, hipogrifos, águilas o diablos con cuernos. En el tramo del portal derecho, sobre una jamba a la izquierda, hay un curioso capitel que representa doce cabezas coronadas femeninas e igualmente masculinas, dos de las cuales tienen una corona plana, decorada con cruces griegas, y una provisión de mitra de obispo.

Detalle de la fachada


Portal principal


Algunas de las esculturas del portal

Portal del transepto norte



Portal muro sur



El interior de la basílica
El pluteum está decorado con motivos inspirados en el mundo vegetal.
El lugar donde, según la tradición, tuvo lugar la coronación del rey Barbarroja está marcado por cinco círculos de mármol negro. El central, más grande, fue rehecho durante las restauraciones del siglo XIX. En ella estaba grabada una inscripción en latín que hace referencia a la ceremonia.
«Regibus coronam ferream solemni ritu accepturis heic solium positum fuisse vetus opinio testatur».
Las Honorantiae civitatis Papiae, escritas alrededor de 1020, informan que "Así como Roma corona al emperador con su papa en la iglesia de San Pedro, así Pavía con su obispo corona al rey en la iglesia de San Miguel mayor, donde hay una piedra redonda con otras cuatro piedras negras redondas". 
En el crucero se conserva un hermoso crucifijo en lámina de plata, de poco más de 2 m de altura y encargado por la abadesa del monasterio de Santa María Teodota Raingarda en la segunda mitad del siglo X, llegado a la basílica de San Miguel tras la supresión del monasterio en 1799. Dentro de la iglesia también hay un belén de madera tallado en 1473 por Baldino da Surso.

El mosaico en el altar (siglo XII) 

Entrando por la fachada, a la derecha, la bóveda del primer vano conserva un fresco que representa a la Santísima Trinidad rodeada de Sibilas, obra creada en la segunda mitad del siglo XVI por Bernardo Cane. Luego sigue varios altares:
Altar de la Virgen: el retablo, que representa a la Virgen entre los santos Rocco y Sebastiano fue ejecutado por Guglielmo Caccia en 1601, mientras que la bóveda de la bahía al frente, con los doctores de la Iglesia, los Evangelistas y los Profetas, así como la Anunciación sobre el arco del vano, son obra de Bernardino Lanzani (1508).
En el brazo izquierdo del crucero se encuentra el altar de Santa Lucía, cuyo retablo, que representa el martirio de la santa, es obra de Guglielmo Caccia y el altar barroco de Sant'Anna. En el pasillo izquierdo también hay una gran estatua barroca de madera que representa a la Virgen del Rosario, hecha, en 1714, por el escultor milanés Giuseppe Sala para los padres dominicos de Santo Tomás y llegó a la basílica después de la supresión del monasterio. 

La cripta
Bajo el presbiterio hay una notable cripta dividida en tres pequeñas naves por dos filas de seis columnas. Los capiteles se remontan en su mayor parte al siglo XII y algunos de ellos representan dragones alados. Probablemente algunos de ellos pertenecen a la cripta de la iglesia anterior (y por lo tanto son del siglo IX). En la cripta se encuentra el arca de mármol del beato Martino Salimbene, obra de un seguidor de Amadeo de 1491 y, a la izquierda del altar, una pequeña estatua de mármol que representa a la Virgen con el Niño quizás de la escuela pisana o sienesa del siglo XIII-XIV.




Cripta 

La rectoría
Junto a la basílica, en Piazzetta Azzani, se encuentra la rectoría, ya documentada en 839 y reconstruida en formas románicas en el siglo XII, donde se conservan preciosas reliquias, entre ellas algunos códices iluminados del siglo XV. 

Reliquias conservadas en la basílica
En un estuche dentro del altar mayor se conservan las reliquias de tres santos:
·       San Ennodio, nacido en Arlés alrededor de 473 y educado en Pavía por una tía después de quedar huérfano de sus padres. Curado de una grave enfermedad por intercesión de San Víctor, tomó órdenes y en 494 Epifanio, obispo de Pavía, lo ordenó diácono. En 513 el clero y los fieles de Pavía lo querían como obispo. Murió en Pavía el 17 de julio de 521;
·       Sant'Eleucadio, de origen oriental, en la segunda mitad del siglo II fue el tercer obispo de Rávena y sucedió a Sant'Apollinare. Rávena dedicó una basílica a Eleucadio. En 751 Astolfo, rey de los reyes lombardos tomó de Rávena el arca con las reliquias de Eleucadio y las transportó a San Miguel;
·       Sant'Aldo eremita: se cree que Aldo llevó su vida como monje ermitaño primero en los alrededores de Bobbio y luego de Carbonara hasta el Tesino de Pavía. Su cuerpo pasó por la iglesia de San Colombano Maggiore en Pavía, luego pasó por la Catedral y finalmente llegó a San Michele.

En el interior del altar de la cripta se conservan las siguientes reliquias:
·       San Máximo, obispo de Pavía y predecesor de Ennodio. Sus reliquias, conservadas hasta 1866 en la iglesia de San Luca, fueron trasladadas a San Michele;
·       San Pedro I, obispo de Pavía de 730 a 743. Sus restos se conservan primero en la iglesia de San Giovanni in Borgo hasta 1805, luego transportados a la iglesia de San Luca y luego en 1866 a San Michele;
·       San Britius, obispo de Tours murió en 444: en 1863, con una carta del arzobispo de Tours Joseph Hippolyte Guibert escrita al herrero Carlo Dell'Acqua, sin embargo, salió a la luz que las reliquias no son del santo obispo de Tours.

Hay numerosas reliquias conservadas en San Michele, además de las presentes en el altar de la basílica y en el altar de la cripta, el catálogo elaborado por Don Pietro Agnelli tiene alrededor de 235 reliquias de las cuales 100 contenidas en pequeños estuches. Los más relevantes son los siguientes:
·       la cabeza de San Bernabé Apóstol: la reliquia llegó a San Miguel en 1799, se encuentra en un santuario en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores;
·       San Cornelio, 21º Papa de 251 a 253, que murió mártir en Civitavecchia, sus reliquias están dentro de un busto guardado en un armario;
·       San Saturnino mártir, sus reliquias guardadas por primera vez en Pavía en la iglesia de San Pietro in Vincoli. fueron trasladados en 1799 a San Michele. La urna se guarda bajo el altar de Santa Lucía;
·       San Cipriano, obispo mártir, nacido en Cartago alrededor de 210, después de una vida disipada a la edad de 25 años entró en crisis y con la ayuda del sacerdote Ceciliano se convirtió al cristianismo, convirtiéndose en sacerdote en 248 y obispo de Cartago por aclamación popular en 249. Murió decapitado en 258. Sus reliquias están dentro de un busto guardado en un armario;
·       San Alejandro Sauli, nacido en Milán en 1534, obispo de Aleria de 1570 a 1591 y de Pavía de 1591 a 1592 (año en que volvió a consagrar el altar en San Michele). En Pavía fue profesor en la universidad de teología y filosofía. Murió en 1592. Una de sus reliquias se guarda en una custodia depositada en un armario;
·       San Carlos Borromeo, nacido en Arona en 1538, obispo en 1563, se convirtió en arzobispo de Milán, donde murió en 1584. Beatificado en 1602 y canonizado en 1610, una de sus reliquias está contenida en una custodia guardada en un armario;
·       El beato Lanfranc, nacido en Pavía en 1005, se convirtió en arzobispo de Canterbury en 1070 y murió en 1089. La reliquia fue donada a San Miguel en 1867 por el cardenal Trevisanato, patriarca de Venecia;
·       Beato Martino Salimbene, notario de Pavía, que murió quizás en 1457, su cuerpo fue enterrado en una iglesia de San Giovanni en el pueblo, en 1866 sus reliquias fueron trasladadas a San Michele, en una urna en la cripta; reliquia de la Cruz de Jesús, un regalo del emperador Otón a las monjas del suprimido Monasterio de San Felice y donado a San Michele por el canónigo Barbieri. Se encuentra en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores.

 

Basílica de San Pietro in Ciel d'Oro  es una iglesia en Pavía con la dignidad de basílica menor.
Construida, tal vez sobre una iglesia anterior del siglo VI, a principios del siglo VIII a mediados de la era lombarda es mencionada por primera vez por el historiador Pablo el Diácono (720-799). Construida en estilo lombardo y más tarde reconstruida en estilo románico entre los siglos XI y XII, la basílica paleocristiana original, San Pietro in Ciel d'Oro, llamada así por las bóvedas de oro, fue construida en el sitio donde fue enterrado San Severino Boecio, un filósofo y senador romano asesinado por el rey ostrogodo Teodorico el Grande en 525.  Algunas excavaciones arqueológicas realizadas en 2018/2019 detrás del ábside de la basílica, han sacado a la luz muros referibles al ábside del edificio anterior.
Un ilustre ejemplo de arquitectura románica lombarda y generalmente considerada, junto con la Basílica de San Michele Maggiore, el monumento religioso medieval más importante de la ciudad de Pavía, la iglesia fue reconsagrada por el Papa Inocencio II en 1132 después de las grandes restauraciones de ese período en el que la iglesia ya estaba cayendo debido a la antigüedad y cuenta con un gran prestigio y notoriedad en el mundo católico ya que alberga los restos de San Agustín de Hipona y San Severino Boecio (475-525), mártir y Padre de la Iglesia.
Es mencionado por Dante en la Divina Comedia (Paradiso - Canto decimo vv. 124-128) como el depositario sagrado de los restos de Boecio y por Francesco Petrarca (Carta de Petrarca a Giovanni Boccaccio en Seniles, Lib. V, Lett. 1a), también aparece en una de las últimas novelas del Decamerón (Torello e il Saladino, Novella IX, Giornata X) de Giovanni Boccaccio.
Cayendo en un estado de abandono ruinoso después de los expolios sacrílegos napoleónicos, la basílica fue restaurada entre 1875 y 1899.

Historia
La basílica fue fundada por el rey lombardo Liutprand, sobre una iglesia anterior de los siglos VI-VII, para albergar los restos de San Agustín que se habían conservado hasta 722 en Cagliari en la cripta homónima, a donde habían llegado en 504 desde la ciudad de Hipona, actualmente en Argelia, siguiendo a Fulgencio de Ruspe, exiliado junto con otros obispos del norte de África por el rey vándalo Thrasamund. El rey Liutprand, de hecho, temía que los sarracenos pudieran robar una reliquia tan importante durante sus frecuentes incursiones en las costas del Mediterráneo.
El monasterio fue confiado a los monjes colombanos de San Columbano, fundador en Bobbio en 614 de la abadía de San Columbano. De joven estudió y formó como monje a Paolo Diacono, historiador y poeta de los lombardos. En el monasterio surgió en el siglo IX también un importante scriptorium y una escuela, dirigida por el monje irlandés Dungal, donde, según lo ordenado en el capitular olonense, emitido por el emperador Lotario en el palacio real de Corteolona en 825, los estudiantes de Milán, Brescia, Bérgamo, Lodi, Novara tuvieron que ir a estudiar, Vercelli, Tortona, Asti, Acqui, Génova y Como. Desde el siglo X el monasterio gozó de numerosos privilegios, entre ellos el de estar sujeto sólo a la autoridad del Papa. En 987 Maiolo di Cluny se quedó en el monasterio y reformó sus costumbres monásticas, mientras que, no muchos años después, en 1004, el emperador Enrique II encontró refugio en el recinto fortificado del monasterio (el área de la basílica se insertó dentro de los muros de Pavía solo a fines del siglo XII) de la furia de los pavianos, que no querían que el soberano fuera coronado. En 1022 se celebró un importante concilio en la basílica (en el que se tomaron decisiones sobre el celibato de los religiosos) presidido por el Papa Benedicto VIII.
La importancia del monasterio se evidencia por las enormes donaciones imperiales recibidas (entre los siglos IX y XII) de los emperadores Hugo, Otón I, Otón II, Otón III, Enrique II, Conrado II, Enrique III, Enrique V, Federico Barbarroja. En particular, este último, con el diploma del 11 de febrero de 1159 confirmó al monasterio la posesión de bienes y derechos sobre posesiones alrededor de Pavía, varios puertos en Ticino, en Lardirago (donde también poseía un castillo), Villanterio, Pavone, Casei Gerola y Voghera en el distrito de Pavía, Fombio, Brembio, Secugnago, Bertonico, San Martino in Strada y Salerano en el área de Lodi, y en tierras e iglesias en Val Trebbia, Monferrato, Florencia, Val Camonica, Val d'Ossola, Bellinzona y varios lugares en las diócesis de Milán, Parma, Novara, Como, Vercelli, Turín, Asti, Alba y Ivrea.
Después de 1000, en la era municipal, los monjes colombanos abandonaron el monasterio de Pavía debido a los disturbios y se trasladaron a los Apeninos de Liguria, dando vida al monasterio de Pietramartina di Rezzoaglio; en Pavía permanecieron activas dos iglesias dedicadas al santo irlandés Columbano hasta el siglo XVI, de las cuales sólo una (la iglesia de San Colombano Maggiore) ha quedado rastro.
La riqueza y los privilegios del monasterio estuvieron a menudo en el origen de desacuerdos con los obispos de Pavía, enfrentamientos que fueron particularmente acalorados durante los años de los obispos Guglielmo d'Este y Guido II (1102-1106).
En 1221 el abad del monasterio fue asesinado por algunos monjes, a causa del asesinato el Papa Honorio III decidió transformar el monasterio en una rectoría y confiarlo a los canónigos regulares de Santa Croce di Mortara. Un poco más tarde el Papa Juan XXII se unió a estos con los padres ermitaños de San Agustín, o Agustinos, ya que en la basílica se conservaron las reliquias de San Agustín. Inicialmente los canónigos regulares y los agustinos vivían en el mismo edificio, pero más tarde, para sanar los contrastes que esta situación provocaba, los agustinos erigieron su convento en el lado opuesto de la basílica (1332), con vistas al lado oriental de la plaza del mismo nombre, mientras que los letránes construyeron un nuevo convento. Una figura prominente entre los agustinos fue Iacopo Bussolari quien en 1356 lideró la revuelta que expulsó a los beccaria de Pavía y estableció en la ciudad un gobierno popular que fue capaz de resistir durante casi tres años las operaciones militares desatadas por los Visconti contra Pavía.
En 1365 Galeazzo II Visconti trasladó su residencia de Milán a Pavía, en el cercano castillo de Visconti, donde instaló su corte, los Visconti, queriendo recordar el pasado real de Pavía decidió transformar la basílica, que contaba con credenciales sepulcrales del calibre del rey lombardo Liutprando, el padre de la Iglesia Sant'Agostino y el filósofo Severino Boezio, en la iglesia sepulcral de la dinastía. En 1361 Galeazzo II de hecho concedió ofrendas a la iglesia y desde el año siguiente financió la preparación del arca de mármol de San Agustín. Desde entonces, el privilegio del entierro dentro de la basílica real lombarda se convirtió en un símbolo de estatus de la corte de Galeazzo II: aquí fueron enterrados los consejeros de Galeazzo Giovanni Pepoli y Roberto de Fronzola, el duque de Clarence Lionello y esposo de Violante, y también se celebró el funeral del líder Visconti Luchino Dal Verme, murió en 1367 en Constantinopla. El propio Galeazzo II, por su testamento, fue enterrado en S. Pietro in Ciel d'Oro. Además, los monjes estaban en estrecha relación con la corte (el prior de los ermitaños Bonifacio Bottigella era confesor de Blanca de Saboya, mientras que Dionigi da Cermenate, el abad de los canónigos regulares, era capellán y confesor de Gian Galeazzo). La basílica siguió siendo la principal iglesia sepulcral de la corte Visconti en Pavía hasta la fundación de la Certosa: entre 1384 y principios del siglo XV Francesco d'Este, la hija mayor de Gian Galeazzo y Caterina Visconti, Violante Visconti y el líder ducal Facino Cane fueron enterrados allí.
En 1465 se dio el cargo de abad de la rectoría en encomienda y en 1509 los canónigos regulares se unieron a la orden de Letrán. Entre lateranenses y agustinos todavía había desacuerdos sobre el uso y oficiación de la basílica: sólo en 1635 se acordó que los agustinos usaran el pasillo derecho, el letrán el izquierdo, mientras que el altar mayor y el coro permanecieron en común, alternando, mensualmente, las dos órdenes.
Los canónigos de Letrán fueron suprimidos en 1781 y durante algunos años la rectoría, situada a la izquierda de la basílica, fue confiada a los franciscanos, pero en 1799 la sala fue confiscada, destinada a diferentes usos. A su vez, los agustinos fueron retirados de su convento en 1785, y los dominicos se hicieron cargo, pero este edificio también fue confiscado en 1799.
Estaba ubicado en la parte norte del centro histórico, dentro de un área llamada Cittadella, rodeada de murallas, que servían para actividades militares (el área está muy cerca del Castillo Visconti). El nombre de la basílica se debe al hecho de que el techo de la iglesia original, probablemente con cofres o cerchas de madera expuestas, tenía una suntuosa decoración de pan de oro.
A los lados de la iglesia había dos conventos; la del norte fue ocupada por los canónigos de Letrán, la del sur por los monjes agustinos. 

Ruina napoleónica
En 1796 las tropas que siguieron a Napoleón Bonaparte entraron en la ciudad y despojaron la iglesia, que fue desconsagrada y utilizada como establo o depósito, mientras que los frailes fueron expulsados y los conventos confiados a los militares. El siglo XIX fue perjudicial para el edificio ahora abandonado: la nave derecha y el primer vano de la nave central se derrumbaron y la sala permaneció abierta al exterior, con graves daños en los frescos supervivientes. Frente a este estado, la "Società Conservatrice de' monumenti pavesi dell'arte cristiana", bajo la presidencia de Carlo dell'Acqua, negoció con el ejército la recompra de la basílica y el antiguo convento de los agustinos, que tuvo lugar en 1884. 

La restauración y reapertura al culto en 1896
Las obras de restauración, encomendadas a la dirección del arquitecto pavía Angelo Savoldi, profesor del Politécnico de Milán e Inspector Real de Monumentos de Pavía, se llevaron a cabo entre 1875 y 1896 y devolvieron a la antigua gloria el prestigioso complejo románico, salvándolo de la inminente ruina total mediante la reconstrucción de las naves faltantes, la cripta y eliminando otras manipulaciones que en siglos anteriores se habían seguido unos a otros en el diseño medieval de la basílica. Las obras se completaron después de la solemne reapertura de la basílica para el culto, que tuvo lugar el 15 de junio de 1896.  Los restos de San Agustín, que habían sido trasladados al Duomo, fueron devueltos a la iglesia, junto con el arca del siglo XIV destinada a alojarlos.
La iglesia está oficiada por los monjes agustinos, que han vuelto a ocupar el antiguo convento. 

Arquitectura
Quedan muy pocos restos de la iglesia lombarda, ocultos bajo la reconstrucción románica terminada alrededor de 1132. San Pietro in Ciel d'Oro se parece a muchas otras iglesias de Pavía de la época: un edificio de ladrillo, con tres naves con crucero, ábside y cripta.
La fachada a dos aguas está marcada por dos contrafuertes que la dividen en tres zonas, correspondientes a las naves interiores; el contrafuerte de la derecha, más a menudo, alberga una escalera interior que permite el acceso a la cubierta. La parte superior está coronada por una logia ciega y un patrón con arcos entrelazados. La piedra (arenisca) se usa solo para las partes más importantes, como el portal, las ventanas y los ojos de buey. A lo largo de los contrafuertes se pueden ver las huellas de un antiguo nártex, o tal vez un cuadripórtico, que precedió a la entrada a la iglesia.

Fachada 

Portal



Detalle del portal

Detalle del portal

El interior está salpicado por cinco crujías, rectangulares en la nave central y cuadradas en las naves laterales. En comparación con la Basílica de San Michele Maggiore se pueden percibir inmediatamente las diferentes proporciones de la nave central, más ancha, más larga y menos esbelta, la sucesión más rigurosa de pilares, todos aproximadamente en la misma sección en lugar de alternarse como en la otra iglesia, y la ausencia de la matronei. Los vanos del segundo al quinto están cubiertos por bóvedas de crucería; el primero, más alto, casi como un atrio interno (endonartece) o incluso un falso crucero, está cubierto por una bóveda de cañón. También realiza funciones estáticas ya que sirve de soporte para la fachada. El diferente patrón de techado también es perceptible en el exterior, observando la diferente tendencia de las pendientes. 

Nave central al presbiterio

Nave central 

La bóveda de crucería de la nave fue reconstruida en 1487 por Giacomo da Candia. Las dos primeras crujías de la nave izquierda están decoradas con interesantes frescos del siglo XVI. Después del arco triunfal, se abre el crucero, que, a diferencia del de San Michele Maggiore, no sobresale del cuerpo principal, sino que ocupa la profundidad de las tres naves. Las tres naves están cerradas, al este, por ábsides decorados externamente con una logia ciega, similar a la fachada, como es costumbre en la arquitectura románica; la cuenca de la central, más grande que las otras dos, está decorada con un fresco Ponziano Loverini (1900) que retoma un antiguo mosaico, destruido en 1796. En la intersección de la nave central y el crucero se eleva la cúpula octogonal sobre penachos de tipo lombardo, encerrados externamente por el tiburium de terracota.
La cripta, reconstruida durante las restauraciones del siglo XIX sobre las huellas existentes, ocupa el espacio del presbiterio y el coro y está conectada a la nave principal y las dos laterales por cuatro escaleras; cerrada al este por un ábside, está dividida en cinco naves por veinticuatro columnas que soportan bóvedas de crucería, que soportan, a su vez, el suelo de las dos salas superiores. La cripta alberga los restos de Severino Boezio. Apoyado contra la pared del fondo, se puede ver el antiguo pozo, del que se decía que tenía propiedades curativas, ya existentes en el siglo XII y restauradas durante las restauraciones de finales del siglo XIX.
Desde el pasillo izquierdo se entra en la Sacristía Nueva, un ambiente rectangular grande y aireado en franco estilo renacentista, con techos abovedados excelentemente pintados al fresco;
En la iglesia hay un valioso órgano de tubos Lingiardi construido en 1913, modificado por Mascioni en 1978 y restaurado en 1990 por la empresa Inzoli. El instrumento tiene dos teclados y pedales y está contenido en una suntuosa caja de estilo neogótico.

El Arca de San Agustín es una obra de escultura gótica realizada en mármol blanco de Carrara por autores desconocidos y fechada en 1362; contiene los restos de San Agustín de Hipona (354-430) y se conserva en la Basílica de San Pietro in Ciel d'Oro en Pavía.
El arca muestra la fecha de 1362 según el registro. Su realización sigue, por tanto, por unos años a la del monumento funerario de San Pedro mártir en Sant'Eustorgio de Milán, que es el modelo principal, aunque el arca erigida en Pavía supera al monumento tallado en Milán por Giovanni di Balduccio por su grandeza y tamaño, así como por el número de estatuas y relieves que lo cubren.
Es probable que en la comisión del arca por los agustinos de San Pietro in Ciel d'Oro la rivalidad entre las dos ciudades jugara un papel importante. Se remonta a unos años antes del último intento fallido del señor de Milán Galeazzo Visconti de conquistar Pavía, y la erección del monumento en formas más imponentes que la milanesa anterior aparece como un intento de reafirmar la supremacía artística y cultural sobre la ciudad antagónica.
Todos los documentos originales relacionados con su encargo se han perdido, y los artistas que trabajaron allí son, por lo tanto, desconocidos. Los críticos consideran tales artistas similares a los maestros de la ascendencia Campione sobre la base de comparaciones estilísticas. Sin embargo, algunos estudiosos han adelantado, a lo largo de los siglos, diferentes hipótesis sobre quién fue el autor de tal obra maestra: en particular, debe recordarse la obra de Defendente Sacchi (1796-1840) y la de Mons. Rodolfo Majocchi quien en 1901, en su El autor del Arca de San Agustín en San Pietro in Ciel d'Oro de Pavía expresó la "certeza" de que la obra se había iniciado en el año 1350; que la fecha de 1362, grabada en el Arca, es la fecha en que terminaron las obras, probablemente truncada por la muerte del autor, que según Majocchi murió en Pavía después de 1360; que el autor fue el maestro pisano Giovanni di Balduccio por las similitudes obvias con el monumento de San Pedro mártir en Milán; que el Arca fue erróneamente atribuida a Bonino da Campione, lo cual es imposible según Majocchi debido a las diferencias estilísticas con sus otras obras.
La restauración de 2007, financiada por la Diócesis de Pavía y el Ministerio de Patrimonio y Actividades Culturales, también destacó las diferentes técnicas de lijado y pulido entre los respectivos registros, y la falta de pulido final de las superficies de la topsa.
Tras la supresión del monasterio, a partir de 1786, el arca tuvo una historia problemática: fue desmantelada y reconstruida primero en la desaparecida iglesia del Gesù y luego en el Duomo, hasta que fue reubicada en su ubicación actual solo después de la restauración de San Pietro in Ciel d'Oro en el año 1900. 

Descripción
El monumento funerario fue concebido como un monumento aislado, visible desde los cuatro lados, a diferencia de muchos de los monumentos contemporáneos concebidos para apoyarse contra una pared. En el primer registro en la parte inferior, que sirve como base y contenedor del sarcófago, las estatuas de santos y apóstoles se alternan con representaciones de las virtudes, que sobresalen para formar pilares que continúan en los registros superiores, con estatuas de obispos, papas y santos.
Sobre la base, hay una celda, sostenida por pilares, que contiene el cuerpo acostado del santo representado con atención al detalle, mientras que con sus manos, cubiertas por guantes cincelados, sostiene el libro abierto. La sábana sobre la que yace el cuerpo está sostenida por seis jóvenes con suntuosas y refinadas túnicas, que están flanqueadas por representaciones de los doctores de la iglesia. El techo de la celda está completamente cubierto por cientos de querubines, entre los que sobresalen bustos de santos, el arcángel Rafael que guía a Tobías, el arcángel Miguel que pesa almas, y en el centro Cristo dentro de la almendra. El elaborado cincelado del mármol de estas figuras es abordado por los críticos a las formas de Matteo da Campione, en obras como el púlpito de la catedral de Monza.
En el registro superior hay diez paneles con episodios de la vida del santo, coronados por una cimasa con los Milagros realizados por el santo dentro de frontones triangulares, alternando con figuras angelicales.

Santos Esteban, Pablo el Ermitaño y Lorenzo. 

En detalle, en el arca se representan, de abajo hacia arriba y en el sentido de las agujas del reloj, comenzando desde el frente:
Sobre la base, la fe, la esperanza, la caridad y la religión se alternan con los apóstoles reconocibles por el nombre y la cita en el cartucho que llevan, representados con particular realismo. En el lado corto, la mansedumbre con el cordero, con los santos Marcos, Pablo y Lucas, y la representación de la pobreza continúan la prudencia de los tres rostros, la justicia, la templanza y la fortaleza alternando con los otros seis apóstoles, y finalmente las virtudes de obediencia y castidad, entre las que se encuentran los santos Esteban, Pablo el Ermitaño y Lorenzo.
Los episodios narrados en las casillas del tercer registro son
1.     Agustín escucha a Ambrosio predicar
2.     Conversión
3.     Ambrosio bautiza a Agustín
4.     La llegada del cuerpo de Agustín a Pavía y la entrada en S. Pietro in Ciel d'oro con el rey Liutprand
5.     El rey Liutprand y el obispo Pedro en el barco que transportaba el cuerpo del santo
6.     El funeral de la madre de Agustín, Mónica
7.     La institución de la orden agustiniana
8.     Agustín enseña y bautiza
9.     Maestro agostino en Roma y Milán

En la parte superior, milagros y otros episodios:
·       Liberación de un preso. Episodio tomado de la Leyenda Dorada de Jacopo da Varagine, habla de un grupo de prisioneros de Pavía prisioneros del duque de Malaspina. El santo se apareció por la noche a un prisionero que había rogado por su ayuda, y lo sacó de la cárcel.
·       Curación de un demoníaco
·       Aparición milagrosa en Cava Manara a un grupo de peregrinos en su camino a Roma. El santo invita a los peregrinos a visitar su tumba en Pavía con la promesa de curar sus dolencias. En el siguiente recuadro, los peregrinos que entran en la basílica están representados.
·       San Agustín discute con tres teólogos considerados herejes, probablemente Arrio, Donato y Pelagio, tallados con patas de pollo.
·       Muerte de Agustín
Alternando con estos relieves, se encuentran las estatuas que representan a las jerarquías angélicas: serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, poderes, principados, arcángeles, ángeles.

Santos y virtudes en el zócalo

La llegada del cuerpo de Agustín a Pavía y la entrada en S. Pietro in Ciel d'oro con el rey Liutprand 

El milagro del Cava Manara

Estatuas de santos 

El "cielo dorado" 

Otros entierros
También alberga las tumbas del líder mercenario Facino Cane (1360-1412), de algunos consejeros de Galeazzo II como Giovanni Pepoli, Roberto de Fronzola, y de figuras prominentes como Lionello duce di Clarence (esposo de Violante Visconti) y Francesco d'Este En 1525 el capitán del Lanzichenecchi Eitel Friedrich III, conde de Hohenzollern, que cayó durante la batalla de Pavía, también fue enterrado en la basílica.
Según una tradición local, el rey lombardo Liutprand (alrededor de 690-744) también está enterrado allí, en la base del último pilar del pasillo derecho. Los huesos fueron encontrados y reconocidos el 6 de agosto de 1895 por el conservador del museo cívico de Pavía Rodolfo Majocchi y por Carlo dell'Acqua, presidente de la Sociedad Conservadora de Monumentos de Pavía de Arte Cristiano. Sobre el descubrimiento de los huesos tradicionalmente atribuidos al rey, Majocchi escribió la monografía Le ossa di Re Liutprando Scoperte en S. Pietro in Ciel d'Oro di Pavia, Milán, 1896. En el momento de su muerte, Liutprand fue enterrado inicialmente en la iglesia de Sant'Adriano en Pavía (que se encontraba cerca de Santa Maria alle Pertiche). En la época comunal, sus restos, junto con los de su padre Ansprando, fueron transportados a la iglesia de San Pietro in Ciel d'Oro, donde se erigió un monumento funerario formado por un sarcófago de mármol, levantado sobre columnas, en el que se talló la efigie del rey. En el siglo XVI, sin embargo, debido a las prescripciones adoptadas con el Concilio de Trento, el monumento fue desmantelado y los restos del soberano enterrados en el suelo de la iglesia. En 2018 los huesos fueron objeto de una investigación bioarqueológica y genética. Los análisis mostraron que los huesos pertenecían a tres individuos de clase alta, que comían carne y poseían una musculatura muy fuerte y que se remontan al siglo VI e inequívocamente no pueden pertenecer a Liutprand, que vivió en el siglo VIII Pavía, los misterios de los huesos del rey Liutprand - Crónica - ilgiorno.it.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bibliografía
A. Giussani L'abbazia benedettina di S. Pietro al Monte sopra Civate - Corno 1912
O. Zastrow L'arte romanica nel comasco, Lecco - Casa editrice Stefanoni 1972
C. Marcora Gli stucchi di S. Pietro al Monte sopra Civate, Lecco 1974
V. Gatti Abbazia benedettina di S. Pietro al Monte Pedale sopra Civate, Milano - Note Guida 1980 e 2011
G. Bognetti e C. Marcora L'Abbazia Benedettina di Civate, Casa del Cieco 1957 e 1985

 

Bartholomæo Aresio, Insignis Basilicæ et Imperiali Cœnobis S. Ambrosii Maioris Mediolani Abbatum Chronologica Series, Milán, Typographia Ambrosij Ramellati, 1674. Consultado el 20 de agosto de 2016.
Delle antichità longobardico-milanesi illustrate con dissertazioni dai monaci della congregazione cistercense di Lombardia, Milán, 1793. Consultado el 20 de agosto de 2016.
Serena Colombo, L'arte di vedere, 2: Dall'alto medioevo al gotico internazionale, Ed. gialla, Milano-Torino, Ed. scolastiche B. Mondadori, 2014, ISBN 9788842433804.
Francesco Guasco, Tavole genealogiche di famiglie nobili alessandrine e Monferrine dal secolo IX al XX, tomo VI, Alessandria, 1930.
Mauro Tagliabue, Universidad Católica del Sagrado Corazón, Chronotaxis de los abades de San Ambrosio en la Edad Media 784-1497, El monasterio de San Ambrosio en la Edad Media. Convegno di studi nel XII centenario, 784-1984, Milán, 1988.
Massimo Zaggia, Universidad de Bérgamo, Linee per una storia della cultura in Lombardia da Coluccio Salutati a quella del Valla, comisariada por Luca Carlo Rossi, Le strade di Ercole. Itinerarios humanísticos y otras rutas. Seminario Internacional para los Centenarios de Coluccio Salutati y Lorenzo Valla (25, 26 de octubre de 2007), SISMEL Edizioni del Galluzzo, 2010, p. 104. Consultado el 19 de agosto de 2016.
Ivan Foletti, Objetos, reliquias, migrantes La basílica ambrosiana y el culto a sus santos (386-972), Viella, Roma, 2018. ISBN 978-88-6728-846-5 (en inglés)
Giorgio Giulini, Memorie spettanti alla storia, al governo e alla descrizione della città e campagna di Milano ne' secoli bassi, Milano, vol. II, 1854.
Bartolomeo Aresi, Insignis basilicae et imperialis coenobii s. Ambrosii maioris mediolani abbatum chronologica series ab initio fundatae abbatiae ad haec vsque tempora per compendium deducta a d. Bartholomaeo Aresio eiusdem coenobij monacho, Milán, 1674.

 

Luciano Bertinelli - Achille Truzzi, La Rotonda di San Lorenzo in Mantova, Fraternita Domenicana, 1995 (seconda edizione)
Quaderno di San Lorenzo 1 - Quattro piccole chiese mantovane (San Simone e San Giuda, Santa Maria della Vittoria, Beata Vergine del Terremoto, Rotonda di San Lorenzo) a cura di Rodolfo Signorini e Rosanna Golinelli Berto, Mantova, Associazione per i Monumenti Domenicani, 2003
Quaderno di San Lorenzo 2 - Quattro chiese sussidiarie (Chiesa Palatina di Santa Barbara, San Maurizio, Santa Caterina della Ruota, Rotonda di San Lorenzo) a cura di Rosanna Golinelli Berto, Mantova, Associazione per i Monumenti Domenicani, 2004

 

Carlo Bertelli, Lombardía medieval. Arte e architettura, Milano, Skira, 2003.
Giovanna Forzatti Golia, Istituzioni ecclesiastiche pavesi dall'età longobarda alla dominazione visconteo- sforzesca, Roma, Herder, 2002.
Anna Segagni Malacart, L'architettura romanica pavese, en Storia di Pavia, III/3, L'arte dall'XI al XVI secolo, Milano, Banca Regionale Europea, 1996, pp. 115-227.
Stefano Gasparri, Pavia longobarda, en Storia di Pavia, II, L'alto medioevo, Milán, Banca del Monte di Lombardia, 1987.
Aldo A. Settia, Pavia carolingia e postcarolingia, en Storia di Pavia, II, L'alto medioevo, Milán, Banca del Monte di Lombardia, 1987.
Peter Hudson, Pavía: l'evoluzione urbanistica di una capitale altomedievale, en Storia di Pavia, II, L'alto medioevo, Milán, Banca del Monte di Lombardia, 1987.
Adriano Peroni, San Michele di Pavia, Milán, Cassa di Risparmio delle Provincie Lombarde, 1967.

 

A. Segagni Malacart, L'architettura romanica pavese, en Storia di Pavia, III/3, L'arte dall'XI al XVI secolo, Milano, Banca Regionale Europea, 1996, pp. 115-227.
Giovanna Forzatti golia, Istituzioni ecclesiastiche pavesi dall'età longobarda alla dominazione visconteo- sforzesca, Roma, Herder, 2002.
Carlo Bertelli, Lombardía medieval. Arte e architettura, Milano, Skira, 2003.
Stefano Gasparri, Pavia longobarda, en Storia di Pavia, II, L'alto medioevo, Milán, Banca del Monte di Lombardia, 1987.
Aldo A. Settia, Pavia carolingia e postcarolingia, en Storia di Pavia, II, L'alto medioevo, Milán, Banca del Monte di Lombardia, 1987.
Peter Hudson, Pavía: l'evoluzione urbanistica di una capitale altomedievale, en Storia di Pavia, II, L'alto medioevo, Milán, Banca del Monte di Lombardia, 1987.
Faustino Gianani, La basilica di S. Pietro in Ciel d'Oro di Pavia nella storia e nell'arte, Pavía, Fusi, 1972.
Camillo Brambilla, Sulle opere di restauro alla basilica di San Pietro in ciel d'oro: relazione alla Commissione provinciale dei monumenti in Pavia, Aprile 1886, Pavia, Premiata tipografia Fratelli Fusi, 1886. Consultado el 4 de noviembre de 2015.
Società Conservatrice de' monumenti pavesi dell'arte cristiana, Per la solenne riapertura al culto della vetusta monumentale basilica di S. Pietro in Ciel d'oro in Pavia 15 giugno 1896, Giacinto Romano, Pavía, Premiata tipografia Fratelli Fusi, 1896. Consultado el 4 de noviembre de 2015.
Rodolfo Majocchi, L'autore dell'Arca di S. Agostino in San Pietro in Ciel d'Oro di Pavia, Pavia, Premiata tipografia Fratelli Fusi, 1901. Consultado el 4 de noviembre de 2015.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario