viernes, 8 de enero de 2021

Capítulo 5 - El arte de los almorávides

 El arte en la época de las dinastías africanas (I): el arte de los almorávides (1061-1163). 

El arte almorávide fuera de al-Ándalus:
Arquitectura desarrollada por los almorávides en el norte de África, que debieron darse igual en España, solo que no tenemos ejemplos. 

MEZQUITAS DEL NORTE DE AFRICA:
Mezquita de Argel:
Sigue el modelo de mezquita hispóstila con naves perpendiculares al muro de la quibla (tipo occidental). Nos encontramos con un elemento algo novedoso: no tenemos como soportes columnas (que era lo habitual), si no que los arcos se sostienen por pilares: cuadrados en las naves normales, en algunas zonas vemos arquerías de refuerzo en perpendicular donde el pilar es cruciforme. Otro elemento muy destacada es el hecho de que las naves más extremas o laterales se prolongan rodeando el patio, y creando ellas mismas los riwaqs (galerías porticadas que rodean el patio). Lo que van a conseguir son unas galerías de patio muy profundas. Es extraordinariamente característico del arte almorávide, y va a pasar al arte almohade, siendo un elemento muy característico del mismo.
Otro elemento característico es la nave axial, más ancha, donde se van a crear tramos cada uno de los cuales cubierto de forma independiente. Algunos de ellos estarán cubiertos con bóveda plana de madera, pero en la zona del mihrab, sublimando el espacio, una bóveda. El mihrab, siguiendo el modelo de Córdoba, es habitacional.
El interior de la mezquita de argel: los arcos son grandes, túmidos, de herradura apuntada que apoyan sobre un elemento nuevo: los pilares. Está creando un interior mucho más cerrado y compacto, dando una sensación de solidez y pesadez mucho mayor. Tenemos arquerías transversales de refuerzo en los que aparecen arcos lobulados con una arista matada. Arquitectura desnuda, de muros encalados, muy sencillos y blancos. 1080-1086. Ausencia decorativa completa, se mantienen muy estrictos  a esa interpretación del mensaje coránico.


Mezquita de al-Qarawiyyin en Fez:
Historia temprana (siglos IX-X) 
Arcos en la sala de oración de la mezquita.
La mezquita fue fundada en el siglo IX, pero su forma actual es el resultado de una larga evolución histórica a lo largo de más de 1.000 años. El edificio original, cuyas huellas se conservan en el trazado de la mezquita actual, ocupaba gran parte de lo que hoy es el área central de la sala de oración, al sur del patio.  Tenía un plano de planta rectangular que medía 36 por 32 metros, cubría un área de 1520 metros cuadrados, y estaba compuesto por una sala de oración con cuatro pasillos transversales que iban aproximadamente de este a oeste, paralelos a la qibla del sur pared. Probablemente también tenía un patio de tamaño relativamente pequeño, y el primer minarete, también de tamaño pequeño, supuestamente se encontraba en el lugar que ahora ocupa la anaza de madera (en la entrada central de la sala de oración desde el patio).  El agua para la mezquita fue proporcionada inicialmente por un pozo excavado en el recinto de la mezquita.  
A medida que crecía la ciudad de Fez y aumentaba el prestigio de la mezquita, el edificio original era insuficiente para sus necesidades religiosas e institucionales.  Durante el siglo X, el Califato Omeya de Córdoba (en España/Portugal) y el Califato Fatimí (en Túnez) competían constantemente por el control de Fez y Marruecos, visto como una zona de amortiguamiento entre los dos.  A pesar de este período incierto, la mezquita recibió un patrocinio significativo y tuvo sus primeras expansiones. El emir bereber de Zenata Ahmed ibn Abi Said, uno de los gobernantes de Fez durante este período que estaba alineado con los omeyas, escribió al califa Abd al-Rahman III en Córdoba pidiendo permiso y fondos para ampliar la mezquita.  El califa aprobó, y el trabajo se llevó a cabo o se completó en 956.  Este trabajo amplió la mezquita en tres lados, abarcando el área del patio actual hacia el norte y hasta el este y el oeste actuales límites del edificio. También reemplazó el minarete original con un minarete nuevo y más grande que aún se conserva en la actualidad. Su forma general, con un fuste cuadrado, fue indicativa del desarrollo posterior de la cultura norteafricana (magrebí) y andaluza minaretes.  (También se llevó a cabo un trabajo similar bajo Abd al-Rahman III al mismo tiempo en la otra gran mezquita de Fez, la Mezquita Andaluza).
La mezquita se embelleció de nuevo cuando el gobernante Amirid al-Muzaffar (hijo de al-Mansur) dirigió una expedición militar a Fez en 998. Los adornos incluían un nuevo minbar y una nueva cúpula coronada por talismanes en forma de rata, una serpiente y un escorpión, pero ninguna de estas obras ha sobrevivido. 
 
La expansión almorávide (siglo XII) 
Una de las ampliaciones y renovaciones más importantes se llevó a cabo entre 1135 y 1143 bajo el patrocinio del gobernante almorávide Ali Ibn Yusuf, y la forma actual de la mezquita debe mucho a esta obra.  La sala de oración se amplió desmantelando el muro sur existente (qibla) y agregando tres pasillos transversales más, lo que elevó el número de estos de 7 a 10, mientras que esencialmente replicaba el formato de los arcos existentes de la mezquita.  Esta expansión requirió la compra y demolición de varias casas y estructuras vecinas, incluidas algunas que aparentemente formaban parte del vecindario judío cercano (antes de la existencia de la posterior Mellahde Fez). La nueva expansión de la mezquita implicó no solo un nuevo mihrab (nicho que simboliza la dirección de la oración) en el medio del nuevo muro sur, sino también la reconstrucción o embellecimiento de la "nave" central de la sala de oración (los arcos a lo largo su eje central, en una línea perpendicular al muro sur y a las otras filas de arcos) que conduce desde el patio al mihrab. Esto implicó no solo embellecer algunos de los arcos con nuevas formas, sino también agregar una serie de techos de cúpula muy elaborados compuestos en muqarnas (panal o estalactitas) esculpidos y además decorados con intrincados relieves de arabescos y letras cúficas. Por último, en 1144 se completó e instaló un nuevo minbar (púlpito), de estilo similar y de procedencia artística similar al famoso (y algo anterior) minbar de la mezquita Koutoubia.  Hecho de madera en una elaborada obra de marquetería, decorada con materiales incrustados y relieves arabescos intrincadamente tallados, marcó otra obra muy lograda en un estilo que fue emulado para los minbars marroquíes posteriores.
En otros lugares, a muchas de las entradas principales de la mezquita se les dieron puertas de madera superpuestas con accesorios de bronce ornamentados, que hoy se cuentan entre las obras de arte de bronce más antiguas que se conservan en la arquitectura marroquí/andaluza.  Otro elemento interesante agregado a la mezquita fue un pequeño oratorio secundario, conocido como Jama 'al-Gnaiz ("Mezquita funeraria" o "Mezquita de los muertos"), que estaba separado de la sala de oración principal y dedicada a proporcionar ritos funerarios para los difuntos antes de su entierro.  Este anexo también está decorado con una cúpula de muqarnas y varios arcos y ventanas ornamentados.  

Adorno en dinastías posteriores (finales del siglo XII y posteriores) 
Período almohade 
Las dinastías posteriores continuaron embelleciendo la mezquita o regalándola con nuevos muebles, aunque no se emprendieron nuevamente obras tan radicales como la expansión almorávide. Los almohades (posteriores al siglo XII y al XIII) conquistaron Fez después de un largo asedio en 1145-1146.  Las fuentes históricas (en particular el Rawd al-Qirtas) informan de una historia que afirma que los habitantes de Fez, temerosos de que los almohades "puritanos" se resintieran por la lujosa decoración colocada dentro de la mezquita, rápidamente cubrieron algunos tallas y decoraciones ornamentales de la expansión de Ali ibn Yusuf cerca del mihrab.  Aunque el erudito francés Henri Terrasse sugiere que esta operación pudo haber sido llevada a cabo unos años más tarde por las propias autoridades almohades. La ornamentación almorávide sólo se descubrió por completo nuevamente durante las renovaciones a principios del siglo XX. 
Sin embargo, bajo el reinado de Muhammad al-Nasir (gobernado entre 1199 y 1213), los almohades agregaron o mejoraron una serie de elementos en la mezquita, algunos de los cuales, no obstante, estaban marcados con fuertes adornos decorativos. Se mejoraron las instalaciones de abluciones en el patio, se agregó una mida'a o sala de abluciones separada al norte (de la cual solo se ha conservado la distribución aproximada) y se creó una nueva sala de almacenamiento subterránea. También reemplazaron el gran candelabro de la mezquita por uno nuevo y más ornamentado en bronce, que Henri Terrasse descrito como "el candelabro más grande y hermoso del mundo islámico", y que hoy cuelga en la nave central de la mezquita. 
El Marinid -era anaza o biombo de madera en el lado sur del patio, a la entrada de la nave central de la sala de oración.
 
Periodo Marinid 
La cúpula decorativa de Marinid -era sobre el vestíbulo de Bab al-Ward, la puerta norte central de la mezquita.
 

Los mariníes, responsables de la construcción de muchas de las fastuosas madrasas alrededor de Fez, hicieron varias contribuciones a la mezquita. En 1286 restauraron y protegieron el minarete del siglo X, que había sido realizado con piedra de mala calidad que se estaba deteriorando, cubriéndolo con cal.  En su pie sur también construyeron el Dar al-Muwaqqit, una cámara para el cronometrador de la mezquita que era responsable de determinar los tiempos precisos de oración. La cámara estaba equipada con astrolabios y otros equipos científicos de la época para ayudar en esta tarea. En particular, varios relojes de agua fueron construidos para él, el último de los cuales, construido por orden del sultán Abu Salim Ali II (gobernado 1359-1361), todavía se conserva parcialmente en la actualidad.  Las galerías alrededor del patio cercano (sahn) también fueron reconstruidas o reparadas en 1283 y 1296–97, mientras que en la entrada del patio a la sala de oración (que conduce a la nave central del mihrab), una mampara decorativa de madera, llamada anaza, fue instalada en 1289 y actuó como un mihrab simbólico "al aire libre" o "de verano" para las oraciones en el patio.  En la entrada exterior central al patio desde el norte, la puerta llamada Bab al-Ward ("Puerta de la Rosa"), se instaló una cúpula decorativa y una cúpula sobre su vestíbulo en 1337, todavía visible hoy (con restauraciones menores).  Varios candelabros de metal ornamentados que cuelgan en la sala de oración de la mezquita también datan de la era Marinid. Tres de ellos estaban hechos de campanas de iglesia que los artesanos marinidas usaban como base sobre la que injertaban adornos de cobre. El mayor de ellos, instalado en la mezquita en 1337, fue una campana traída de Gibraltar por el hijo del sultán Abu al-Hasan, Abu Malik, tras su reconquista de las fuerzas españolas en 1333. 

Por último, la biblioteca de la mezquita fue fundada oficialmente por el sultán Abu Inan en 1349 (750 AH), fechada por una inscripción en la entrada.  Esta primera biblioteca Marinid estaba ubicada en la esquina noreste de la mezquita (a diferencia de la ubicación sur actual de la biblioteca).  En 1361, el sultán Abu Salim le añadió una habitación que se construyó por encima y por encima de la calle adyacente y que estaba dedicada a la lectura del Corán.  

Período saadiano y alauí 
Uno de los pabellones saadianos (finales del siglo XVI y principios del XVII) en el patio, con decoración de madera tallada y estuco
 

Los saadíes embellecieron aún más la mezquita agregando dos pabellones prominentes en los extremos occidental y oriental del patio, cada uno de los cuales albergaba una nueva fuente. El famoso sultán saadí Ahmad al-Mansur fue responsable de construir el primer pabellón hacia el este en 1587-1588, mientras que el pabellón occidental se añadió bajo su nieto Abdallah al-Ghalib II en 1609. Los pabellones emulan a los encontrados en los palacios Patio de los Leones de la Alhambra (en Granada).  Esta fue la última gran adición a la arquitectura de la mezquita. El sultán saadiano Ahmad al-Mansur también construyó una nueva sala para la biblioteca en el lado sur de la mezquita (alrededor de la ubicación actual de la biblioteca), que estaba conectada a la mezquita a través de una puerta en la pared de la qibla.  La dinastía alauí, que ha gobernado Marruecos desde el siglo XVII en adelante, continuó efectuando pequeñas adiciones y un mantenimiento regular en la mezquita, incluida otra cúpula con nervaduras en la nave central.  El actual edificio de la biblioteca, continuamente actualizado, ahora data principalmente de una importante expansión y modificación en el siglo XX, particularmente en la década de 1940.  

El exterior 
El exterior del Qarawiyyin generalmente no presenta una apariencia monumental y está integrado con el denso tejido urbano que lo rodea. Según un recuento, hay 18 puertas y entradas independientes distribuidas alrededor de su perímetro.  Las puertas varían desde pequeñas puertas rectangulares hasta enormes arcos de herradura con enormes puertas precedidas por techos de madera que cubren la calle frente a ellas.  Si bien las puertas generalmente están hechas de madera, algunas de las puertas tienen amplias superposiciones de bronce ornamentadas elaboradas durante el período almorávide.  Los ejemplos más ornamentados y mejor conservados incluyen las puertas de la puerta norte principal, Bab al-Ward.(que se abre al patio), la puerta occidental llamada Bab Sbitriyyin (cuyas puertas actuales, sin embargo, son réplicas que reemplazan a las originales que ahora se conservan en el Museo Dar Batha), y la puerta suroeste Bab al-Gna'iz que conduce a la Jama 'al-Gna'iz o Mezquita Funeraria.  Las puertas noroeste de la mezquita, mucho más monumentales, Bab al-Shama'in (o Bab Chemaine) y Bab al-Maqsura, también tienen pesados ​​accesorios de bronce, incluidos algunos llamadores ornamentados, que datan del período almorávide. 
Junto a Bab al-Ward, en su lado oeste, hay otra puerta, Bab al-Hafa ("Puerta de los Descalzos"), de la época almohade, que se distingue por un pequeño canal de agua que atraviesa el suelo justo en su interior. Esta agua permitió a los fieles que entraban a la mezquita lavarse los pies en el camino, ayudando con las abluciones iniciales. 
También junto a la mezquita hay una torre conocida como Borj Neffara, "Torre de los Trompetistas"), una torre de observación que a veces se confunde con un minarete, pero que en realidad era parte de otra Dar al-Muwaqqit (casa del cronometrador). 
El lado interior de Bab al-Ward (extremo derecho) y de Bab al-Hafa (arco del medio), visto desde el patio.
 

La sala de oración (interior) 
La sala de oración hipóstila interior ocupa la mayor parte del área de la mezquita. Al igual que el interior de la mayoría de las mezquitas tradicionales de la arquitectura marroquí, es un espacio relativamente austero, con paredes en su mayoría lisas, techos de madera y filas y filas de arcos. El área principal, al sur del patio, es un vasto espacio dividido en diez pasillos transversales por hileras de arcos paralelos al muro sur.  La pared sur de esta sala también marca la qibla o dirección de oración para los adoradores musulmanes. El eje central de la sala de oración, perpendicular a la pared de la qibla, está marcado por una "nave" central que corre entre dos líneas adicionales de arcos a lo largo de este eje, perpendicular a los otros arcos.  Esta nave conduce hacia el mihrab: un nicho en la pared de la qibla que simboliza la dirección de la oración, y frente al cual el imán suele dirigir las oraciones y pronunciar sermones. Este diseño general (una sala hipóstila con una nave central enfatizada sobre las demás) es un diseño familiar para las mezquitas del norte de África en general. 
El mihrab (nicho que simboliza la dirección de la oración) de la mezquita
 

La zona del mihrab, que data de la expansión almorávide (siglo XII), está decorada con estucos tallados y pintados, así como varias ventanas de cristal de colores. El nicho del mihrab en sí es un pequeño nicho que está cubierto por una pequeña cúpula de muqarnas (estalactitas o esculturas en forma de panal). La nave central que corre a lo largo del eje del mihrab se distingue del resto de la mezquita por una serie de adornos arquitectónicos. Los arcos que la recorren son de variadas formas, tanto arcos de herradura como arcos multilobulados. En lugar de los techos de madera simple, la mayoría de las secciones de la nave están cubiertas por una serie de intrincados muqarnas techos y cúpulas, ligeramente diferentes entre sí, así como dos cúpulas abovedadas "nervadas" (similares a las cúpulas de la Gran Mezquita de Córdoba y la Mezquita del Cristo de la Luz en Toledo) de época almorávide y alauita. Muchas de las composiciones de muqarnas están además decoradas con intrincados relieves de arabescos e inscripciones árabes tanto en letras cúficas como cursivas.  Además, hay varios candelabros de bronce tallados elaboradamente que cuelgan de la nave y que fueron regalados a la mezquita durante las épocas almohade y mariní; al menos tres de los cuales fueron hechos con campanas (probablemente campanas de iglesia) traídas de victorias en España. 
A la derecha del mihrab está el minbar (púlpito) de la mezquita, que también podría almacenarse en una pequeña habitación detrás de una puerta en la pared de la qibla aquí. El minbar es muy probablemente de origen similar al famoso minbar almorávide de la Mezquita Koutoubia, realizado por un taller en Córdoba poco después de este último e instalado en la Mezquita Qarawiyyin en 1144 (al final de las obras almorávides en la mezquita).  Es otra obra excepcional de marquetería y talla en madera, decorada con composiciones geométricas, materiales incrustados y relieves arabescos. 
Aparte de los adornos de la nave central, el resto de la mezquita es bastante uniforme desde el punto de vista arquitectónico, pero hay algunas irregularidades menores en la planta. Por ejemplo, los arcos de la mitad occidental de la sala de oración son más cortos que los de la mitad oriental, y algunos de los pasillos transversales son un poco más anchos que otros. Estas anomalías no se han explicado por completo pero parecen haber estado presentes desde los primeros siglos de la mezquita; pueden deberse a reconstrucciones o alteraciones tempranas que no se han registrado en las crónicas históricas.  

El patio 
El patio (sahn) es rectangular, rodeado por la sala de oración en tres lados y por una galería al norte. El suelo está pavimentado con mosaicos típicos marroquíes (zellij) y en el centro hay una fuente.  Desde fuera de la mezquita, el patio se accede por la puerta norte principal, llamada Bab al-Ward , cuyo portal está cubierto por una cúpula blanca meriní de la era que está estriada en el exterior y cubierto de pintado y tallado de estuco en el dentro.  Frente a esta puerta, situada en el eje del mihrab, se encuentra la entrada central a la sala de oración interior, custodiada por una pantalla de madera tallada y pintada llamada anaza que también actuó como un mihrab simbólico "al aire libre" o "de verano" para las oraciones que tenían lugar en el patio.  (Estas características son visibles para los visitantes que están fuera de la puerta). Tanto esta entrada a la sala de oración como la puerta exterior frente a ella tienen fachadas decoradas con estuco tallado y pintado. 
En los extremos occidental y oriental del patio se encuentran dos pabellones saadianos ornamentados, cada uno de los cuales alberga otra fuente. Los pabellones tienen cúpulas piramidales y emulan los pabellones del Patio de los Leones de la Alhambra. Están decoradas con madera tallada y estuco, paredes con mosaicos y columnas de mármol. Detrás de estos pabellones hay extensiones de la sala de oración principal dividida en cuatro naves por hileras de arcos.  La galería y la sala abovedada en los lados noreste del patio son un espacio de oración reservado para las mujeres.  

El minarete 
El minarete fue construido en el siglo X por el califa omeya de Córdoba y da al patio desde el oeste. Fue construido en piedra caliza local de calidad relativamente pobre y fue cubierto con cal por los Marinidas en el siglo XIII para protegerlo del deterioro. Tiene un fuste cuadrado y está rematado por una cúpula, así como un parapeto desde el que históricamente el muecín emitía el llamado a la oración (adhan). La estructura completa tiene 26,75 metros de altura. Una característica curiosa del minarete es la ventana inferior en su fachada sur, que tiene la forma de un arco de herradura "triple", alargado verticalmente, que es exclusivo de esta estructura.  En el lado sur del minarete, justo encima de la galería del patio, hay una sala conocida como Dar al-Muwaqqit, dedicada a determinar los tiempos de oración de manera precisa. 

El anexo funerario (Jama 'al-Gnaiz) 
Se adjuntan varios anexos alrededor de la mezquita, que cumplen diversas funciones. El borde noroeste del edificio está ocupado por letrinas.  Detrás del muro sur de la qibla, al oeste del eje del mihrab, hay un área conocida como Jama 'al-Gnaiz ("Mezquita funeraria", o a veces traducida como "Mezquita de los muertos"), que sirvió como oratorio separado reservado para ritos funerarios. Este tipo de instalación no era particularmente común en el mundo islámico, pero hay varios ejemplos en Fez, incluso en las mezquitas Chrabliyine y Bab Guissa. Se mantuvo separada de la mezquita principal para preservar la pureza de esta última como un espacio regular de oración, que en principio podría ensuciarse por la presencia de un cadáver. Este oratorio se remonta al período almorávide y también presenta adornos como una cúpula de muqarnas y varios arcos ornamentados de diversas formas. 

La biblioteca 
También detrás del muro sur de la mezquita, pero al este del eje del mihrab, se encuentra la biblioteca histórica de la mezquita y la universidad.  A veces se cita como la biblioteca más antigua del mundo que ha permanecido abierta hasta el día de hoy.  (Aunque también se afirma que la biblioteca del monasterio de Santa Catalina en Egipto es más antigua.) La primera estructura de biblioteca construida especialmente fue agregada a la mezquita por el Marinid sultán Abu Inan Faris en 1349 EC, aunque estaba ubicado en la esquina noreste de la mezquita en lugar de al sur.  Esta primera estructura todavía existe hoy, incrustada cerca de la sección de mujeres de la mezquita, y consiste en una cámara cuadrada que mide 5,4 metros por lado. Su entrada está cubierta por una pantalla de madera del período mariní que presenta una inscripción tallada en cursiva árabe sobre la puerta que registra los cimientos de la biblioteca de Abu Inan. 
El edificio de la biblioteca actual data en parte de una construcción saadiana de Ahmad al-Mansur (finales del siglo XVI), quien construyó una cámara llamada al-Ahmadiyya justo detrás del muro de la qibla.  La mayor parte del edificio, sin embargo, ahora data de una importante expansión del siglo XX encargada por el rey Mohammed V que comenzó en 1940. Esta expansión incluyó la gran sala de lectura actual, que mide 23 metros de largo y presenta una madera ornamentada techo, y también agregó una entrada fuera de la mezquita que la hizo accesible a los no musulmanes. Esta nueva ampliación de la biblioteca se inauguró en 1949.  El complejo de la biblioteca se sometió a otra importante restauración en los últimos años dirigida por Aziza Chaouni y estaba programado para reabrir en 2016 o 2017. 
En el interior de la nave axial vemos  enormes arcos de herradura califal apoyados en esos pilares que crean se interior cerrado y compacto. La nave axial se compartimenta en diferentes espacios, cada uno de ellos cerrado por cúpula. Algunos se cubren por bóveda de crucería califal (mundo andalusí) en la que los nervios se cruzan crenado una estrella de 8 nervios y en el centro la cúpula gallonada, además tenemos la incorporación de celosías para tamizar la luz. Tenemos otros modelos como una cúpula con decoración de mocárabes (no de los elementos más característicos del mundo almorávide). No constituye un modelo nuevo, ya que se habían utilizado con anterioridad en el mundo oriental. Los mocárabes vienen de oriente y se popularizan con los selyukis de Persia, a través de ellos van a llegar al Egipto fatimí, de allí llegaran a al- Ándalus (no hay ejemplo anteriores conservados, pero se sospecha que en época taifa debieron existir bóvedas con mocárabes) o al norte de África. Hay que fijarse en la decoración de yeserías (estuco pintado) muy característica también del mundo andalusí, que luego pasa al norte de África y se va a popularizar con los almohades. Se trata de una sepka o red de rombos (en la parte baja de la bóveda). La bóveda más rica y espectacular aparece delante del mihrab. Se trata de una bóveda de mocárabes, parecida a la anterior. Son mocárabes con combinación de pequeñas cúpulas gallonadas. Para enriquecerlo todavía más colocan pequeñas placas de estuco tallados con decoración geométrica y vegetal. 

Mezquita de Tremecen, Argel:
Se trata de una mezquita que claramente pertenece a la época de Ali Ysuf, 1135-1136. En este caso tenemos nuevamente una típica mezquita occidental, con naves perpendiculares al muro de quibla, con otra vez pilares con prolongación extrema de las naves creando los riwaqs del patios y con la presencia de una nave axial más ancha y, en este caso compartimentada en espacios más pequeños. Es un poco extraña porque tienen una especie de recorte a la altura del patio (adaptación urbana). Pilares cruciformes con arcos anchos y potentes. Todo blanco, encalado. Presencia también de arcos lobulados que arrancan de salmeres con formas serpentiformes. Mihrab con yeserías talladas, el arco esta festoneado (pequeños modillones de rollo), aparte de eso sigue el modelo de Córdoba. Cabe destacar la espectacular bóveda del mihrab, no es novedosa en cuanto a estructura pero la novedad radica en que los plementos son calados (plementería calada, consiste en que entre los nervios se colocan placas de nervios de estuco tallado y perforado consiguiendo un efecto de encaje traslucido, la hace muy ligera. En el centro hay otra pequeña bovedilla de mocárabes. Es la primera que se conserva, pero es tan sofisticada y exquisita que los más probable es que hubiera ejemplos anteriores, probablemente en al Ándalus (probablemente la del alminar de Abd el RaHman III). La repercusión de estas bóvedas fue muy escasa, debían de ser muy difíciles de realizar. Es un alarde. No hay constancia de una repercusión posterior, aunque si la va a tener en el gótico.


La cúpula con que se cubre el espacio inmediato al miḥrāb de la mezquita mayorde Tremecén así como la ornamentación de éste, siempre se han considerado como una de las obras más sobresalientes del arte almorávide. Pese a haber sido objeto de continuas citas y de análisis de diversa índole, resulta sorprendente que nunca se haya publicado una planimetría completa de esta zona. Al haberla podido realizar, creemos que por primera vez, hemos considerado pertinente publicarla junto con el adecuado análisis arquitectónico que se deriva de ella y que pensamos aporta un mejor conocimiento de esta obra singular del arte islámico.


Si prescindimos de las adherencias modernas, la mezquita mayor de Tremecén tiene planta pentagonal (Fig. 1) debido a que su lado occidental presenta un quiebro muy acentuado que Marçais atribuyó a la presencia en ese lado de la primitiva residencia de los emires o Qasr al-Qadīma, que perduró hasta época ‘Abd al-Wādī cuando se traslada al Mexuar que ha subsistido hasta nuestros días. La sala de oración forma un rectángulo de 51.25 m de ancho por 26.80 de profundo (49.00 x 25.00 en medidas interiores), con proporciones prácticamente idénticas a las de la primera aljama cordobesa de Abd’ al-Rahman I (73.60 x 38.00), aunque de menor tamaño.

Fig 1

1

La mezquita de Tremecén obedece al modelo de oratorio occidental conformado por naves perpendiculares al muro de la qibla, en la versión que se generaliza a partir del siglo XII con los almorávides y almohades, en que las arquerías se apoyan sobre pilares de ladrillo y no sobre columnas, aunque en este caso exista un recuerdo del modelo cordobés con soportes de columnas, ya que en la nave central dos arcos de cada lado se apoyan sobre columnas con su correspondiente capitel y cimacio.
La sala de oración cuenta con trece naves delimitadas por arquerías de seis vanos cada una, en su mayoría de medio punto prolongado hasta alcanzar forma de herradura (Fig. 2 y 3).
Fig 2

Fig 3 

Existen otras dos arquerías transversales, paralelas al muro de la qibla, una dividiendo la sala en dos partes iguales y otra que forma la fachada de la sala hacia el patio o ṣaḥn. La central está formado por arcos lobulados, de 11 lóbulos el correspondiente a la nave axial, de 9 los dos adyacentes y de 7 los restantes, salvo el último del lado occidental y los dos últimos del oriental que son de herradura apuntada.
Esta falta de simetría del lado oriental que se manifiesta también en que los arcos de las dos arquerías extremas sean apuntados y no de medio punto podría deberse a una refacción de esta zona del oratorio, quizás por ruina, en época almohade o ‘Abd al-Wādī.
El hecho de que el muro exterior sea en ese lado de menor espesor y presente estribos, apuntaría en la misma dirección. La idea de que la arquería central hubiera sido la fachada al patio de una primera sala de oración de tres tramos luego ampliada con otros tres creo que no es asumible pues los pilares que lo soportan difícilmente hubieran podido contrarrestar los empujes de las arquerías que separan las naves. Además la sala de oración hubiera sido desproporcionadamente ancha y poco profunda.
El pórtico que forma la fachada hacia el patio presenta arcos de distintas formas (Fig. 4). El correspondiente a la nave central tiene 9 lóbulos, con motivos serpentiformes en los arranques característicos del arte almorávide y almohade pero con la particularidad de que los apéndices que se forman entre el segundo y tercer lóbulos contando desde la clave en ambos lados están recortados con unas formas mixtilíneas que le confieren un perfil muy original. Los arcos inmediatos a ambos lados son de herradura semicircular. Los siguientes tienen 7 lóbulos y arranque en simples nacelas y los siguientes de herradura muy apuntada. A partir de aquí los extremos de la fachada pierden su simetría, quizás debido a refacciones tardías.
Fig 4

 

La sala tiene agregado un patio o ṣaḥn que en su forma actual no parece responder al diseño original, ya que se encuentra desplazado hacia oriente respecto al eje de la sala de oración. Su planta es prácticamente cuadrada de 19.80 x 20.40 m. Está rodeado de pórticos que en los lados este y oeste son prolongación de algunas de las naves del oratorio. En el lado norte hay un pórtico de dos naves interferido por la presencia del alminar que queda desencajado de la composición general, pues ni está a eje con la sala de oración ni con el patio actual y su arquería. Los arcos de los tres pórticos del patio son de herradura semicircular salvo el central del lado norte que es lobulado con nueve lóbulos y arranque en nacela simple (Fig. 5).
Fig 5
 

La nave central del oratorio tiene mayor anchura que las demás (4.60 m frente a 3.15 m). Inicialmente debió estar segmentada por dos arcos: el de la fachada que ya hemos descrito, y el del pórtico transversal del centro de la sala. Posteriormente se añadiría el que define la maqṣūra (Figs. 6 y 7) y más tarde otro arco para delimitar un espacio junto a la arquería transversal que se cubrió con una cúpula.

 
Fig 6

Fig 7 

Que se trata de una obra posterior vendría avalado por el hecho de que el nuevo arco no es ni lobulado ni de herradura semicircular, sino de herradura apuntada, lo que lo emparentaría con los que hemos supuesto rehechos en el lado oriental de la sala.
Además, para conformar un espacio cuadrado dentro de ese tramo de la nave, que resulta rectangular por ser su anchura mayor que la distancia entre ejes de pilares de los pórticos, se adosaron a éstos dos arcos rebajados que en su apoyo interfieren en la decoración que acompaña al arco central de la arquería transversal de la sala. Aunque esta solución es semejante a la adoptada para la otra cúpula situada junto al miḥrāb, allí la decoración se dispuso teniendo en cuenta la presencia de dichos arcos adosados. Esto indica que en el caso de la cúpula central los arcos adosados se realizaron cuando ya existía la decoración y es por tanto posterior a ésta. Para pasar de la planta cuadrada así lograda a la circular se dispusieron cuatro triángulos planos con uno de sus lados curvo, en cuyo centro hay unos motivos de estrellas de ocho puntas.
Esta primera cúpula (Fig. 8) tiene forma hemisférica reforzada con 12 arcos en relieve que se entrecruzan formando una estrella de 12 puntas y determinan un polígono central, también de doce lados, de fondo plano en el que se dibuja otra estrella de escasísimo relieve también de 12 puntas cuya zona central aloja un cupulín gallonado.
Fig 8

Todas estas soluciones, aunque se ven inspiradas en las de la otra cúpula, resultan mucho más sencillas y torpes, lo que indica una cronología distinta para ambas.
El arco central de la arquería transversal cuenta con 11 lóbulos que arrancan de las impostas mediante el característico motivo “serpentiforme” según la terminología de Marçais. El extradós del arco está marcado por otro formado a cada lado por dos series de hojas de palma separadas por breves tramos rectilíneos. Lo acompañan molduras que encierran unas albanegas repletas de ataurique. La cara posterior del arco presenta similar decoración. El segundo sector de la nave central, tras pasar la primera cúpula, tiene la particularidad de disponer de dos soportes formados por columnas en lugar de pilares rectangulares, hecho que otorga a este espacio un carácter más diáfano que el resto de la mezquita, quedando enfatizado por la presencia de arcos con mayor número de lóbulos en la arquería transversal. 
El arco que marca el final de la nave junto a la segunda cúpula se apoya en columnas parcialmente embebidas en los pilares con planta en T, marcando con ello una mayor jerarquía de este espacio y guardando unidad con los anteriores soportes formados sólo por columnas. Como en el arco anterior del centro de la sala, otro arco mixtilíneo que también incluye tramos de hojas de palma marca su extradós y conforma las albanegas. En las frontales de este arco encontramos decoración epigráfica dentro de roleos que se prolongan en apéndices de hojas de palma con fondo de ataurique de profundo relieve. Entre las molduras y el perfil lobulado se desarrolla una sencilla decoración incisa de hojas de palma lisas de las que aparecen profusamente en el arte almohade. Por la cara posterior este arco presenta una decoración similar aunque las albanegas tienen menor tamaño para acomodarse al apoyo de los arcos adosados que comentamos anteriormente.
En esta mezquita aún no se adopta el esquema de planta en “T” característico de los oratorios almohades y que se insinúa incipientemente en la ampliación de al-Ḥakam II de la mezquita de Córdoba, sino que las naves y sus arquerías alcanzan directamente al muro de la qibla sin que exista arquería paralela a ésta que enlace los últimos pilares, pese a que sí hay un único arco con esa dirección para definir el área de la maqṣūra.
A la vista de la planta general de esta mezquita puede plantearse con cierto fundamento una influencia de la aljama cordobesa, aunque con las evidentes simplificaciones que impone su menor tamaño. Dos hechos merecen destacarse en ella: en primer lugar la preeminencia compositiva que recibe la nave axial, no solo por su mayor anchura y la presencia del miḥrāb en su extremo meridional sino por haberla compartimentado con dos tramos cubiertos con cúpulas que interrumpen el ritmo de los techos de madera que se extienden por todo el resto de la sala de oración. Por otro lado también destaca compositivamente la arquería transversal, formada por arcos lobulados, que divide este espacio en dos áreas de igual tamaño. Esta característica presente ya en la mezquita de Qayrawān del siglo IX y que podría tener su justificación para arriostrar lateralmente las arquerías de las naves, presenta en este caso la particularidad de tener asociada una de las cúpulas antes mencionadas, solución que recuerda la que se plasmó en Córdoba tras la ampliación del al-Ḥakam II al disponer la cúpula de la capilla de Villaviciosa al comienzo de la prolongación de la nave central, que quedó ubicada de este modo en el centro del oratorio, vinculada a la arquería que se dispuso en sustitución del muro de la qibla de ‘Abd al-Raḥmān II. Pese a que en Tremecén no se hace necesario que esta cúpula tenga carácter de lucernario para iluminar el centro del oratorio, su colocación en este lugar y no al comienzo de la nave, como sucede en Qayrawān, nos lleva a considerar el muy probable influjo también en este tema, del gran oratorio cordobés, pese a tratarse, como ya hemos visto, de una transformación del primitivo proyecto. 

El espacio frente al miḥrāb
El espacio que se extiende entre el último arco transversal y el muro de la qibla tiene igualmente forma rectangular ya que la anchura de la nave central de la mezquita (4.60 m) es mayor que la luz de los arcos laterales (3.80 m) (Fig. 9).
Fig 9
 

Estos últimos son de herradura de perfil circular y arrancan de sencillas impostas que son lisas en los frentes pues sólo vuelan en la dirección del vano. Con el fin de que la parte alta de este espacio adopte forma cuadrada, se adosaron por la cara interna de los arcos laterales otros de perfil concéntrico y ligeramente peraltado que al apoyar en el muro de la quibla y en el del arco transversal a la nave central tienen forma rebajada. En el frente del arco más bajo se desarrolla una decoración a base de cinco arquillos trilobulados que arrancan de impostas “volantes”, ya que ni apoyan en columnas ni en ningún otro tipo de soporte quedando como meros remates que enlazan y dan continuidad a los arquillos (fig. 10). Los últimos “apoyos” no tienen impostas sino unos remates de hojas de palma que se curva cerrándose en si misma y que enlazan con unos semiarcos finales en que remata la composición. Las impostas sin apoyo constituyen un motivo profusamente utilizado en la decoración de arcos entrecruzados de la Aljafería de Zaragoza, en la que de todos modos aún no aparecen las hojas de palma lisa que vemos aquí. Las albanegas de los arcos rebajados más interiores están ocupadas por decoración de roleos de hojas de palma sobre fondo de ataurique.
Fig 10
 

La composición de portada que enmarca el miḥrāb es la zona más profusamente decorada (Fig. 11). Su nicho es del tipo andalusí, de gran profundidad y con forma de espacio satélite al que podemos atribuir una cierta autonomía espacial. Su planta interior tiene su fondo ochavado con dos paredes laterales paralelas y perpendiculares al arco de entrada. A 2.08 m del suelo corre una cornisa en nacela con una inscripción coránica en letra cúfica. Por encima de ésta, en las tres caras que forman el fondo hay tres arquillos de medio punto cerrados con una abigarrada decoración de ataurique de talla muy profunda que cala totalmente los paneles y que en sus orígenes permitía el paso de la luz a través de los intersticios de la trama vegetal. A partir de cierta altura en los rincones contiguos al arco de acceso se forman dos trompas que permiten que el nicho en altura adopte planta octogonal. Un techillo plano sirve de asiento a una cupulita gallonada de 16 gajos cuyos lóbulos de arranque están festoneados por una simple decoración de cinta.
Fig 11
 

Este espacio se comunica con la sala de oración mediante un arco de herradura que apoya sobre impostas sostenidas por columnas empotradas en las jambas, en una solución de clara raigambre cordobesa. Este arco y su entorno disponen de toda la sintaxis típica del arte califal (Fig. 12). Los frentes de las jambas poseen paneles decorados con fino ataurique bordeados por estrechas bandas epigráficas con textos coránicos. El arco queda enmarcado por un primer alfiz con epigrafía cúfica de gran tamaño con fondo de ataurique y festoneado por una doble cinta entrelazada que en los ángulos forma dos estrellas de ocho puntas rellenas igualmente de ataurique.
Fig 12
 

Las dovelas del arco adoptan la alternancia característica de lo cordobés con unas piezas lisas y otras cubiertas de ataurique. Su línea de extradós está formada por un arco de lóbulos dentro del cual se desarrollan otros trilobulados formados por hojas de palma que arrancan de unos pequeños frutos con forma de pimientos. Las albanegas tienen tondos bulbosos que destacan sobre la decoración floral que rellena estos espacios triangulares.
Sobre la parte horizontal del primer alfiz hay una banda decorativa en que alternan grandes hojas de acanto con parejas de composiciones de hojas de palma. El primer alfiz y esta cartela decorativa están rodeados por un segundo alfiz con decoración vegetal enmarcada por una cenefa que va formando estrellas de ocho y otras formas de bordes curvilíneos. Este alfiz está cortado en el centro por una ventana que también invade el registro situado justo encima y que está compuesto por una banda de arquillos ciegos trilobulados sustentados por columnillas y rellenos de ataurique. Este friso completa la sintaxis establecida en el arte califal cordobés para la composición de una fachada, aunque en este caso los arquillos tengan escaso tamaño y con ello poca visibilidad, resultando sólo un remedo que parece querer cumplir con unas pautas compositivas en vías de superación.
Finalmente, una cornisa con forma de nacela remata los cuatro lados de este espacio sirviendo de apoyo formal y compositivo a la cúpula que lo cubre.
Esta cornisa está recorrida por una inscripción en la que la grafía de las letras cursivas o nasŷi se acompaña con una composición secundaria de roleos florales y hojas de palma.

Su texto dice:
En el nombre de Dios, el compasivo y misericordioso, Dios bendiga y salve a Mahoma y a su familia. Esto se ordenó hacer por el / emir eminente […..] que Dios lo apoye en su poder, intensifique su triunfo y perpetúe su / Estado. Se terminó bajo la dirección del muy ilustre jurisconsulto y muy generoso qadí Abu’l Hassan ‘Alī / Ibn ‘Abd al-Raḥmān Ibn ‘Alī. Que Dios perpetúe su gloria. Se terminó en el mes de Ŷumādā II del año 530.” (Abril de 1136).

El nombre que debía figurar en la zona entre corchetes fue eliminado, quizás por una damnatio memoriae fácilmente atribuible a los almohades. La fecha, sin embargo, no deja lugar a duda de que se trataba de ‘Alī Ibn Yūsuf, emir almorávide cuyo gobierno se extiende entre 1106 y 1143.
Sobre esta cornisa se apoya un sistema de cubrición a base de finos arcos que se entrecruzan y sobre los que apoyan plementos calados25 y que describiremos más adelante.
En este punto debemos fijar nuestra atención en una serie de anomalías que presenta la composición de esta portada del miḥrāb. Lo primero que llama la atención es la existencia de dos puertas, una a cada lado del nicho, aunque sin guardar simetría.
Ambas están abiertas bajo los apoyo de los arcos laterales que conforman este espacio. La del lado izquierdo que apenas tiene 1.95 m de altura respeta la imposta del arranque del arco. Sin embargo, la del lado derecho que alcanza 3.90 m obligó a cercenar la parte inferior del arco que forma un bocel para alcanzar el muro. Esta abertura sirve para ocultar el almimbar y está más cerca del miḥrāb que la del otro lado. Estos huecos son sin duda modificaciones del proyecto inicial, muy cuestionables desde el punto de vista estructural pues hacen que los arcos apoyen sobre aberturas practicadas en los muros, solución muy poco racional.
La presencia del hueco del lado derecho, el que sirve de alojamiento al almimbar, es el que provoca la mayor parte de las alteraciones en la composición y ornamentación de la portada en la que se abre el miḥrāb al desembocar dentro del espacio de la maqṣūra. Por este motivo, la franja decorativa del segundo alfiz queda interrumpida por el dintel del hueco. Igualmente sufre alteración el panel de ataurique con orla epigráfica dispuesto en el frente de la jamba derecha del arco que es de menor tamaño que el del lado opuesto. Junto a esto, y sin que tengan una aparente relación, también se observan otras asimetrías. Así, la ventana con celosía situada sobre el miḥrāb se encuentra ligeramente desplazada hacia la derecha respecto al eje de la composición (unos 7 cm). El friso situado bajo esta ventana, e interpuesto entre el primer y el segundo alfiz presenta asimismo una asimetría pues parece que se centró con el eje de la ventana resultando que mientras en el lado izquierdo remata con un motivo de dos palmas simétricas, en el lado derecho sólo aparece una. Curiosamente, la orla ornamental que constituye el alfiz externo y que queda cortada por la ventana tiene una aparente simetría en el número de estrellas y formas mixtilíneas, pero a costa de que estas últimas resulten más alargadas en el lado izquierdo que en el derecho. Estas diferencias se mantienen en los tramos verticales, lo que sin duda hubiera provocado que la del lado derecho hubiera rematado de forma anómala de no haber quedado interrumpida por la presencia del hueco del almimbar. Finalmente, en el friso de arquillos ciegos que remata la composición de esta portada y que está igualmente interrumpido por la ventana, los del lado izquierdo son algo más anchos que los del derecho, incluyendo los medios arcos contiguos al recuadro de la ventana.
Cabe de inmediato preguntarse a qué se deben estas anomalías, e indudablemente surge la respuesta de que están causadas por la presencia de la ventanita sobre el miḥrāb y del hueco del almimbar. La cuestión que se suscita a continuación es si tales anomalías son el fruto de una reforma en la decoración llevada a cabo por causa de la apertura de esos huecos o si los huecos ya existían y lo que se hizo fue adaptar los elementos decorativos para disimular en lo posible los desajustes preexistentes. De lo hasta ahora dicho y de los que diremos a continuación creo que puede deducirse que es esta segunda hipótesis la más verosímil.
La decoración, que es de una finura extrema en su ejecución, no presenta signos de haber sido retocada. La duda mayor estribaría en si la orla del alfiz externo y el recuadro de ataurique del lado derecho pudieron haber sido cortados al abrir el hueco del almimbar. Ya hemos indicado que la orla de este lado presenta diferencias respecto de la del simétrico lo que habría provocado un remate extraño a la altura de las impostas del arco del miḥrāb de no haber quedado interrumpida mucho antes.
De los paneles de ataurique hemos de decir que el de la izquierda mide 62 cm de ancho por 41 de alto. Presenta una composición con un eje vertical central que no llega a ser de simetría por la libertad que el tallista adoptó en la labra de los detalles del ataurique. Presenta dos cenefas distintas a base de hojas en los bordes verticales, careciendo de ellas los bordes horizontales. El panel de la derecha mide 32 cm de ancho por 45 de alto y solo presente cenefa de hojas en el lado izquierdo. Aparentemente parece estar formado por la mitad de un panel semejante al del lado izquierdo, sin que se pueda asegurar si fue recortado o si se labró a posta con sólo media composición, pero llama la atención que sea algo más alto que el otro. Ambos paneles están bordeados por una banda epigráfica en letra cúfica con textos coránicos, que en ninguno de los lados parece haber sufrido mutilaciones.
De nuevo insistimos en la opinión ya avanzada de que toda esta ornamentación fue realizada así, adaptándose a huecos preexistentes. Todo esto nos lleva a abundar en la hipótesis, ya propuesta por Marçais, de que la mezquita de Tagrart se construiría por Yūsuf Ibn Tašfin en el mismo momento de la fundación de la ciudad hacia 1082 y que la fecha que aparece en la cornisa correspondiente al gobierno de su hijo ‘Alī Ibn Yūsuf se refiere a la realización de la decoración. La primera mezquita carecería de cúpula sobre la maqṣūra y no tendría decoración. El hueco del almimbar, a semejanza de lo practicado en la mezquita de Córdoba, se abriría una vez construido el primer oratorio, pero antes de que se le agregara la decoración. La ventanita sobre el miḥrāb existiría también en la primitiva construcción y se respetaría su ubicación adaptando los paneles ornamentales. 

La cúpula
La estructura que cubre este espacio de la maqṣūra es sin duda una de las obras más bellas e interesantes del arte islámico occidental. Se trata de una cúpula de perfil hemisférico peraltado reforzada por doce nervios, aunque estructuralmente más bien deberíamos hablar de un conjunto de doce arcos entrecruzados que sirven de apoyo a una serie de paneles de perfil esférico, que tiene la particularidad de presentar una rica decoración y estar calados para dejar pasar la luz proveniente de la zona de su trasdós.
Hay que advertir que esta estructura es sólo autoportante, pues no apoya sobre ella ningún otro elemento. Por encima sólo existe una armadura de madera apoyada en los muros periféricos, que soporta un tejado. La estructura actual es visiblemente moderna, sin duda de época colonial a juzgar por sus soluciones constructivas totalmente ajenas a la tradición hispano-magrebí. Tiene además elementos de unión metálicos de fabricación industrial. Esta estructura se apoya en un casetón de planta cuadrada cuyos muros gravitan sobre el muro de la qibla, el arco de lóbulos de la nave central y los dos arcos rebajados adosados a los últimos de los pórticos de la nave central de modo que no interrumpe los canales de desagüe de las cubiertas que corren sobre aquellos. El casetón presenta en la actualidad huecos rectangulares apaisados, dos por cada lado, aunque hemos de imaginar que en sus orígenes quizás tuvo una serie de arquillos. Por ellos penetra la luz que se transmite a través de los orificios de la bóveda iluminando de manera prodigiosa el espacio inmediato al miḥrāb.
Los doce arcos que conforman la estructura básica de la cúpula son todos ellos iguales y arrancan de una nacela con vuelo sólo en la parte del intradós. En su borde superior, y sin solución de continuidad, da comienzo una típica forma “serpentiforme” que produce una especie de gruesa lágrima que continúa después con perfil semicircular. La nacela y la zona de perfil sinuoso conforman el peralte de la cúpula a la vez que la proporcionan una ligera forma de herradura. Los arcos arrancan prácticamente desde los vértices de un polígono de doce lados. De estos vértices, ocho se encuentran prácticamente en el borde de la cornisa que sirve de apoyo a la cúpula mientras los otros cuatro, que coinciden con los ejes del espacio se sitúan mucho más adentro; de esta sencilla forma se pasa de la planta cuadrada a la dodecagonal, que es la que realmente tiene la cúpula. En la realidad los intradoses de los arcos que parten del mismo vértice lo hacen de un sitio ligeramente avanzado respecto a éste, permitiendo un desarrollo autónomo sin que se produzcan maclas. Se puede así decir que son los extradoses de estos arcos los que arrancan de los vértices de la estrella. De cada vértice parten dos arcos, cada uno perpendiculares a cada lado del polígono por lo que de cada dos vértices contiguos parten arcos paralelos. De este modo se forma una estrella de doce puntas que determina en su interior otro dodecágono que como veremos se cierra con un cupulín de mocárabes.
Estos arcos están construidos con ladrillos dispuestos enfilados, unidos por los lados que consideramos la soga en una disposición normal de fábrica de ladrillo, como ya diera a conocer Marçais. Esto hace que la anchura de su intradós apenas alcance los 7 cm, equivalentes al grosor del ladrillo más el enlucido de sus dos caras que se dejaron totalmente lisas. Por el extradós de la cúpula los ladrillos aparecen sin enlucido, aunque menos limpios de cómo los dibujara Marçais, ya que presentan numerosos pegotes de yeso que afianzan su unión con las placas de los plementos. La rosca tiene el tamaño del ladrillo más el enlucido del intradós, unos 30 cm.
Los arcos dejan entre sí grandes polígonos esféricos de tres y cuatro lados en su parte baja y otros menores en las inmediaciones del polígono central, que constituyen los plementos de la bóveda. Están formados por placas de yeso caladas y decoradas en la cara que recae al interior con un entrelazado de arcos mixtilíneos compuestos por hojas de palma lisas y que crean una sencilla sebka rellena con ataurique finamente labrado formado por palmas digitadas. La trama de estos arcos se entrecruza con los nervios al pasar de un plemento a otro, constituyendo un segundo orden decorativo después del que componen los arcos entrecruzados. El tercer orden lo conforma el ataurique. En la primera corona de plementos alternan los de forma triangular con los de cuatro lados. Estos últimos aparecen entre los nervios que parten del mismo vértice de la planta y tienen en su vértice inferior un pequeño arquillo rematado por otro agallonado. Por encima de éste comienza la decoración de ataurique.
Los plementos triangulares tiene su base sobre la cornisa epigráfica y en ella apoya igualmente un arco mixtilíneo cuyo tímpano se rellena de ataurique salvo en los ángulos del espacio de la maqṣūra en donde estos arcos constituyen el frente de un trompa de mocárabes que resuelve en estos puntos el paso de la planta cuadrada del espacio inferior a la dodecágona de la bóveda. Esta solución marca una clara diferencia con lo que ocurre en la cúpula central de la mezquita, más tardía, en donde sólo se dispusieron unos techillos planos decorados con una simple estrella de ocho puntas. Estas trompas están constituidas por tres adarajas de sección cuadrada y perfil cilíndrico y dos de planta triangular y un cupulín central gallonado con planta de estrella de ocho.
Resultan, pues, de diseño muy simple y en cierto modo primitivo. Los arcos mixtilíneos de la base de los plementos triangulares poseen una primera arquivolta con su mismo perfil y otra más alta de perfil apuntado, de cuyo vértice arranca la composición de sebka.
El cupulín central con que se remata la cúpula resulta bastante más complejo.
Tiene cuatro filas de mocárabes, la primera de planta en dodecágono, la segunda cuadrada con remate octogonal formada por piezas de sección rectangular y perfil cilíndrico y cuatro cupulines complejos en los ángulos, la tercera que arranca en octógono y remata en estrella de ocho puntas y la superior que forma un cupulín gallonado. Este remate constituye una de las más antiguas composiciones de mocárabes del occidente musulmán y muestra ya una complejidad notable augurando las soluciones que se adoptarán a partir de este momento. El cupulín tiene un diámetro en su base de 1.07 m y una altura de 0.86 m. La altura total desde el suelo es de 9.65 m y la distancia desde éste a la cornisa de apoyo de la cúpula es de 6.30 m.
Como ya hemos indicado, todos los plementos están calados a través de los espacios vacíos que deja el ataurique y que permiten que la luz que penetra por las ventanas del casetón que protege la cúpula llegue al interior de la mezquita provocando un efecto de iluminación sorprendente. Estas placas se debieron de tallar en el suelo sujetándose después entre los nervios mediante yeso. Los nervios apenas descuelgan unos 3 o 5 cm por el intradós, mientras que se manifiestan de forma mucho más patente en el extradós por donde, al no estar enlucidos, aparecen con su verdadera disposición con los ladrillos enfilados, tal y como lo representó Marçais.
Por encima de la cúpula queda un espacio entre esta y el tejado que hoy está perfectamente encalado para trasmitir mejor la luz hacia el interior de la sala de oración. La cubierta actual está soportada por una armadura de madera que por las soluciones constructivas que presenta parece de factura muy reciente. Está constituida por cuatro formas o cerchas hechas con tablones unidos mediante gruesos tornillos con sus correspondientes tuercas. Dos formas se apoyan en los centros de cada lado y otras dos lo hacen en los ángulos según la dirección de las diagonales. Cada forma está constituida por dos pares que apoyan en un estribo y se unen en el vértice en un grueso nabo central. Los pares quedan apeados por unas tornapuntas que arrancan mucho más abajo que el apoyo de éstos y se unen con ellos a la mitad de su longitud mediante un simple solape sujeto con tornillos pasantes. Unos tirantillos unen el apoyo de los pares con la mitad de las tornapuntas también mediante solape fijado con tornillos. Sobre los pares apoyan dos correas de sección cuadrada y sobre éstas unos parecillos colocados a una distancia tal que permiten el asiento de las tejas que forman los ríos sin que exista tablazón alguna. El tejado es de teja curva. 

El alminar
No sabemos si la primitiva mezquita almorávide tuvo alminar. Tampoco la de Argel ha conservado ninguna estructura similar de esta época. La construcción del alminar actual se debe al primer sultán ‘Abd al-Wādī Yaghmorasan según se asevera en la Historia de los Beni Zeyan de Muḥammad al-Tenessy, citada por Brosselard34, según la cual al reprocharle no haber puesto una inscripción para dejar constancia de su patrocinio, el sultán habría respondido con una sencilla sentencia en lengua bereber: “Dios lo sabe”. La torre tiene forma prismática, con planta cuadrada de 6.20 m de lado y 24.75 de altura y se remata en lo alto con almenas escalonadas siguiendo la tradición andalusí. Sobre este primer cuerpo sobresale otro de menores dimensiones, 2.95 m de ancho y 6.30 m de altura visible que aloja el desembarco de la escalera en la terraza superior del primer cuerpo. Internamente la torre cuenta con una escalera de planta cuadrada que sube girando alrededor de un gran machón central en el sentido contrario al de las agujas del reloj. Los cuatro frentes del alminar se ornamentan siguiendo una composición habitual en el occidente islámico, cuyo origen está en el alminar de Abd’ al-Rahman III de la Mezquita de Córdoba, pero en este caso con claras aportaciones almohades. Un gran recuadro encierra en cada lado un paño de sebka que arranca de arquillos ciegos de perfil mixtilíneo soportados por columnas sin capitel. En la parte superior, entre dos impostas de perfil recto incrustadas de azulejos, se dispone un friso de cinco arquillos ciegos lobulados de sección estrecha que se entrelazan con la cinta que conforma el alfiz formando nudos en las claves. Aunque las sebkas de los cuatro lados son aparentemente similares, existen ligeras variaciones entre ellas, debidas fundamentalmente a irregularidades cuya existencia resulta difícil de explicar. Las mayores diferencias se encuentran en los lados sur y este. En el primero el arranque de la sebka se hace desde cuatro arcos, de los cuales el de la izquierda es desproporcionadamente más ancho que los otros, produciendo irregularidades en todo su desarrollo como puede observarse en el dibujo. Éste arco más ancho tiene una luz muy semejante a la de los del lado oriental, en donde sólo existen tres. En ese lado al arrancar la trama de sólo tres arcos, que lógicamente son más anchos que los de las otras caras, la sebka resulta más abierta y descompensada. Curiosamente en esta cara las columnas que soportan los arcos sí tienen capiteles, lo que induce a pensar que en las otras columnas debieron existir también pero desparecerían a causa de su deterioro al estar modelados con mortero. La decoración de la cara norte posee una composición similar a la occidental partiendo en su base de cuatro arcos.
No es verosímil que los constructores de una obra de esta envergadura, aparentemente bien ejecutada, fueran tan torpes a la hora de replantear una decoración tan habitual en la arquitectura de la época. Tampoco resulta fácil explicar estas anomalías como fruto de una restauración mal ejecutada. En el grabado de Berbrugger36 parecen apreciarse deterioros de cierta importancia en la decoración del alminar, pero tampoco creo que esto justifique las grandes deformaciones que ahora presenta pues afectan a todo el diseño de la sebka y no es posible deducir cual hubiera sido la solución correcta que debió aplicarse. Otra explicación sería pensar que en el lado sur empezaron a disponer la decoración como en el lado este, con una composición de arranque de tres arcos y que durante el montaje de la decoración decidieran cambiar a una composición de cuatro vanos. He de reconocer que tampoco esta explicación resulta nada convincente. En todo caso queden aquí reseñadas estas dudas.
El cuerpo alto presenta una decoración algo más rica, con un arco de herradura ciego bordeado por otro de lóbulos del que arranca una sebka formada por ramas oblicuas también lobuladas. Todo esto se inserta en un rehundido de proporción vertical que en su parte superior está acompañado por un panel de azulejos que lo enmarca por tres lados. Una imposta remata este cuerpo superior decorada también con azulejos por encima de la cual sobresale el extradós de una cupulilla de escaso resalte. El alminar carece del típico ŷamūr de esferas decrecientes, contando sólo con un vástago en cuyo extremo hay unos aros metálicos. 

OTROS EDIFICIOS:
A parte de estas tres mezquitas tenemos la ciudad de Marrakech, centro político de los almorávides. Existía una gran mezquita aljama de la que solo conservamos una pequeña construcción situada en medio del zoco, en la medina. Debía de ser una especie de templete bajo el que se ubicaba una fuente. Su nombre es qubba al barudiyyin. 1120-1125. Tenemos un templete cubierto con cúpula con dos niveles.
En el nivel inferior tenemos un arco lobulado. La planta es un poco rectangular, está abierta por todos sus lados. Los más importantes es la presencia de una cúpula de crucería y gallonada en el interior. Encontramos otros elementos como: almenas escalonadas (de Córdoba y del mundo omeya), decoración de arcos túmidos entrecruzados en la cúpula, etc. en el interior hay un especie de pila para abluciones. Sería razonable pensar que esta construcción tuviera relacionada con la mezquita aljama, con la función de purificar a los fieles antes de entrar en el recinto sagrado. Decoración en rojo y blanco, con el mismo tipo de motivos geométricos que en Madinat al Zahara.
Cúpula de la Qubba Almorávide
 

Detalles de la decoración interior de la cúpula. 

El arte almorávide en al-Ándalus:
Cuando se produce el desplome del poder almorávide s.XII en al Ándalus va a acontecer un periodo que podemos considerar de transición hasta que finalmente los almohades conquisten este territorio. En este intervalo, de aproximadamente 20 años, al Ándalus va a volver a dividirse en una serie de ríenos de taifas (segundos ríenos de taifas). Estos ríenos van a tener una extensión territorial muy diferente entre unos y otros, además de una distinta perduración en el tiempo.
En cuanto a la transcendencia artística de este período va a ser muy poco importante, excepto en un caso: el reino de Murcia. Nos encontramos a un gobernante importante que va a propulsar numerosos proyectos arquitectónicos, es Muhammad ib mardanis (1145-1172). Es un soberano que va a acaparar en sus manos un extenso territorio (valencia y Murcia). En Murcia se encontraba su corte. Además incorpora el territorio de las actuales provincias de Teruel, cuenca y Almería. Bajo el patrocinio de este soberano se llevara a cabo importantes proyectos arquitectónicos, coincidiendo con un periodo de cierta prosperidad económica. Va a llevar a cabo una serie de construcciones con las que pretende poner de manifiesto su poder. Son construcciones de carácter propagandístico que coinciden con el inicio del poder almohade. A estas construcciones, vinculadas con el reino de Murcia, se las ha conocido como arte post almorávide, pero últimamente se tiende a llamarlo estilo mardasi luegovasini. Es un arte de carácter local que tiene lugar en un reino de taifa grande, dentro de lo que cabe.es importante porque vamos a ver como este arte es el antecedente de muchos elementos que se emplearan en el arte almohade y, posteriormente, en el periodo nazarí. 

El castillejo de Monteagudo:
Durante mucho tiempo fue considerado almorávide. Hoy en día no hay duda de que se trata de un proyecto patrocinado por ib mardanis, en el que van a estar presente los elementos propios de la arquitectura mardasini. Se trata de un edificio de planta rectangular, concebido como un recinto fortificado. Presenta un original solución: en los ángulos nos encontraremos con elemento entrantes que se crean con la aportación de los torreones al final de las esquinas, donde terminan cada uno de los laterales. Eso es una novedad. Además, hay otro elemento original: un muro de protección avanzado llamado “barbacana”, se va a convertir más adelante en una característica fundamental de la arquitectura miliar en época almohade. La barbacana consiste en un muro de protección avanzado que sirve para proteger el edificio antes de llegar al edificio mismo. Este edificio parece ser que será el edificio principal de una almunia (especie de casa de campo, residencia de recreo), por lo tanto se ubicaría en un territorio abierto, extramuros. Las habitaciones aparecen dispuestas en torno a un patio central y descubierto. Este patio presenta unas características especial: se trata de un patio de crucero (andadores elevados en forma de cruz). Es el primer ejemplo conservado de patio de crucero del arte hispanomusulmán (primer ejemplo seguro). También existen albercas. El antecedente más directo de estos jardines de crucero lo tenemos en el palacio de ali ib yusuf en Marrakech. Lo que no se conoce es la procedencia. Además tenemos otro elemento que nos va a adelantar modelos del arte nazarí: alcobas con torres. Nos vamos a encontrar una fórmula que va a anticipar modelos del arte nazarí: las torres vivienda.
Se han recuperado algunos restos decorativo, tanto yeserías como decoración pintada. El interior del castillejo estaba cubierto por una decoración de estuco, que después se pintaba, con los colores típicos (rojo y blanco). También se han conservado algunos restos de decoración en placas de estuco tallado.  


EBANISTERIA: el almimbar de la kutubiyya de Marakech.
Va a ser una de las obras en madera de mayor importancia de todo el arte islámico. Es una de las obras maestras de ebanistería que ha llegado a nosotros. Cronología muy antiguo. Se trata de un almimbar o sitial monumental destinado a que el imán pronunciara el sermón de los viernes, colocado en el escalón inferior, evocando la figura de Mahoma. Fue construido según una inscripción en la ciudad de córdoba entre 1125- y 113º, para la mezquita mayor almorávide de Marrakech.
Este mimbar fue, luego, trasladado a la mezquita kutubiyya de Marrakech, aunque actualmente se encuentra en el aplació de albadi. Tienen unos cuatro metros de alto. El trabajo es absolutamente excepcional. Se trata de un trabajo de taracea: tipo de trabajo que ya comenzó a realizarse en época califal, se trata de la incrustación de pequeños fragmentos de marfil o de hueso que hacen dibujos con maderas de diferentes colores. Además la taracea se complementa con ataurique de talla muy delicada, elementos vegetales, geométricos y muy profusos. Se conserva en muy buen estado para ser tan antiguo, aunque ha perdido algunas partes de la decoración. Este mimbar salió de Córdoba, aunque se envió al norte de África, ello pone de manifiesto la importancia de los talleres de ebanistería cordobeses, ya muy importantes en época omeya. Puede que se hubiera copiado el almimbar mandado construir por al hakem II, destruido posiblemente en el s. XVI. 

EL ARTE EN LA EPOCA DE LAS DINASTIAS AFRICANAS (II): EL ARTE ALMOHADE (1147-1269) 

El arte almohade fuera de al-Ándalus:
El movimiento almohade va a guardar unas estrechísimas semejanzas con el movimiento almorávide. Movimiento fundamentalista impulsado por una tribu bereber que va a reaccionar y va a intentar devolver al islam esa pureza religiosa que ellos consideraban que se había perdido. El líder de esta tribu va a ser ibn tumart, convirtiéndose en la cabeza religiosa y política de los almohades (unitario de dios). Nos vamos a encontrar que los almohades, partiendo de la ciudad de tinmal (su sede), comenzaran a extenderse por marruecos, llegando a conquistar Marrakech en el 1147, convirtiendo Marrakech en la capital de su califato. La conquista de al Ándalus se va a producir progresiva y simultáneamente llegando al dominio completo del territorio musulmán en la península iberia en el 1170.
Sevilla se va a convertir con abu Yaqub Yusuf (1163-1184) en la ciudad más importante del ámbito andalusí. En el año 1172 Abu Yaqub Yusuf la va a convertir en la capital del imperio almohade sustituyendo a Marrakech. En esta segunda fase, nos vamos a encontrar que lo almohades, igual que habían hecho antes los almorávides, van a sucumbir ante la suntuosidad y refinamiento del arte andalusí. Además se observa un extraordinario peso de lo andalusí en el arte del norte de África, va a ser el foco que va a producir los modelos imitados en el resto del imperio. 

Arquitectura: materiales y elementos constructivos:
Como siempre tenemos una serie de problemas en cuanto a conservación de obras a causa de la reconquista. Esto nos obliga a buscar los ejemplos más importantes en el norte de África. Van a volver a sobresalir nuevamente las construcciones religiosas y de carácter militar (fortificaciones). Aunque nos vamos a encuentra una gran variedad de elementos y riqueza artística podemos resumir estas características del arte almohade en una serie de puntos:
1.     Arte sobrio y austero, pero poco a poco os almohades van a ceder ante la decoración.
2.     Extraordinaria monumentalidad y grandiosidad de los edificios. Además de una mayor tendencia a la elevación (mayor esbeltez).
3.     El material característico va a ser el ladrillo. Aunque a la hora de los ámbitos fortificados encontraremos también otros como la mampostería, la sillería y el tapial.
4.     El soporte fundamental sigue siendo el pilar, con soluciones formales diferentes.
5.     Los arcos responden al repertorio típico hispanomusulmán, pero con una especial predilección por el arco de lambrequines (surge en la época almorávide). Los lóbulos aparecen dispuestos en distintas direcciones. Si cortas el perfil te vas a encontrar con un perfil lleno de pequeños lóbulos recortados. Se usa tanto con soluciones decorativas como constructivas.
6.     Las cubiertas de madera se van a complicar: techumbres de madera mucho más elaboradas, que van a ser el origen de las denominadas armaduras a par y mudillo (pasaran al mundo nazarí y luego al mudéjar).
7.     Para darle importancia en determinados espacios se tiende a emplear las bóvedas de mocárabes (se van a generalizar en espacios a los que se quiera dar una preferencia).
8.     Vamos a ver como en la decoración arquitectónica se va a incorporar la cerámica. Es algo que llega ahora a al Ándalus pero que se había empleado ya en arte islámico.
9.     Uno de los esquemas decorativos que más van a triunfar es la sebqa o red de rombos  que vamos a ver por doquier (entrelazo geométrico que forma pequeños rombos).
10. El hecho de que la gran novedad de la arquitectura almohade va a ser la incorporación de elementos geométricos, epigráficos y vegetales formando todos ellos parte del mismo esquema compositivo. Esto va a tener una gran transcendencia en el arte nazarí. 

Arquitectura religiosa (norte de África):
Se llevaron a cabo importantes construcciones religiosas tanto en el norte de África como en al Ándalus. Algunas de estas construcciones van a ser proyectos colosales en los que se va a gastar mucho dinero. Las más importantes mezquitas almohades están en el norte de África. Son tres: mezquita de tinmal, en el atlas, mezquita kutubiyya de Marrakech y la mezquita de Hasan en Rabat. Hay otros ejemplos en España, pero Sevilla, la capital, no conserva la mezquita aljama. Lo más importante que se conserva es el alminar (giralda de Sevilla). Existen alminares gemelos a la giralda en la kutubiyya y el Hasan. 

MEZQUITA DE TINMAL, Atlas
La mezquita fue construida cerca de la tumba de Mahdî ibn Tûmart (m. 1130), fundador de una nueva doctrina religiosa que preconiza un dios único y una severa reforma de la moral. Éste edificio emblemático de la arquitectura almohade fue encargado por su teniente ‘Abd al-Mu’min (r. 1130-1163), primer soberano de la dinastía.
Fue una construcción que el fundador de la dinastía de los musulmanes realizo como mezquita funeraria, es decir, para ser enterrado en ella, debía de ser un edificio bastante modesto porque el califal Abd al Munim va a volver a edificarla de nuevo. Esta mezquita constituye el modelo perfecto de mezquita almohade. Resumen de la tipología arquitectónica almohade, además se van a desarrollar características almorávides.
 
Modelo característico:
·       Nueve naves perpendiculares al muro de la quibla.
·       Se realzan algunos espacios como el muro de quibla, el espacio inmediatamente posterior al mismo, la nave axial.
·       Novedad: espacios también realzados en los laterales. Las naves extremas se hacen más anchas creando una planta en E abatida o invertida.
·       las naves más extremas se van a prolongar a lo largo del patio crenado los riwaqs o galerías porticadas, siendo estas muy características.
·       Había elementos que relazaban aún más esa estructura, donde se producía la intersección entre las naves más anchas, se hacia un acotamiento cerrado por una cúpula.
·       De forma peculiar, el alminar se encuentra colocado inmediatamente superior al mihrab.
·       Esta mezquita, en realidad, estaba en ruinas, pero se ha ido restaurando rogresivamente.
·       Utilización de ladrillo, material relativamente pobre que no se dejaba visto, si no que se cubría con yeso o estuco, y luego se pinta o se decora.
·       Incorporación de una modalidad de arcos muy característicos en los almorávides: arcos túmidos con la parte interior de la rosca realzada mediante relieve.
·       En las zonas más nobles, la zona que linda con la nave de quibla, tenemos el arco de lambrequines, de perfil recortado.
·       Los soportes de las naves son pilares, no columnas.
Tiene una inspiración lejana pero evidente en el mihrab de Córdoba. Eso sí, se introducen ciertas modificaciones: arco de herradura ligeramente elevado, en las enjutas se incorporan elementos decorativos que también nos llevan a Córdoba. Hay varios alfices, con decoración de yesería realzada con decoración de lazo. Remate en forma de arquerías ciegas, en este caso puede que se tratase de vanos tapiados. Un elemento especialmente importante, en este caso aplicado como una yesería relazada, son las redes de rombos colocada en el intradós del arco que compartimenta la nave de quibla, hay que recordar también la existencia de esos espacios abovedados. 




 
Cúpulas:
·       Bóveda de mocárabes: los mocárabes van a ser uno de los elementos más característicos de este periodo, aunque ya existían en el periodo almorávide, llega procedente de oriente, a través de la arquitectura fatimí de Egipto o sefyuqqi. Más tarde también será un elemento muy característico del arte nazarí. 

MEZQUITA DE LA KUTUBIYYA, Marrakech
La ciudad de Marrakech fue capturada por los almohades después de la muerte del líder almorávide Ali ibn Yusuf en 1147. Los almohades no querían que quedase la menor traza de monumentos religiosos construidos por los almorávides, sus enemigos acérrimos, pues los consideraban herejes. Abd al-Mumin, quien ganó el territorio, fue responsable de construir la primera mezquita Kutubía en el terreno del anterior palacio de Ali ibn Yusuf en el barrio suroeste de la medina. Esta primera mezquita fue construida entre 1147 y 1154 y terminada en 1157. ​ Intentaba así recuperar la devastación producida por Ibn Tumart, que se centró en la destrucción de los edificios almorávides.
La mezquita inicial fue reconstruida bajo el califa almohade Abu Yúsuf Yaacub al-Mansur, al darse cuenta a mitad de la construcción que el mihrab (hornacina de oración) estaba mal alineado y no se orientaba hacia La Meca, ​ y pasó por muchos cambios hasta el final del siglo XII, cuando los andalusíes derrotaron a la dinastía almohade. El problema de alineamiento era un tema menor, pues los devotos siempre podían ajustar la dirección cuando ofrecían oraciones en la sala, pero se tomó la decisión de construir una nueva mezquita al lado de la primera estructura. ​ La primera mezquita fue terminada mientras que la segunda aún se estaba construyendo. La segunda mezquita fue construida casi idéntica a la primera salvo en la orientación. El plano, los diseños arquitectónicos, las dimensiones y los materiales usados para la construcción eran todos idénticos. ​ La planta y el diseño del alminar siguieron siendo iguales en ambos edificios. ​ Mientras que en la primera mezquita, la orientación del mihrab estaba 5 grados desalineada con respecto a la dirección hacia La Meca, en la segunda mezquita, la orientación tenía 10 grados de error, así que estaba todavía más desalineada con La Meca que la primera mezquita.
Ambas estructuras se construyeron durante el gobierno de Abd al-Mumin (que reinó en 1130–63). La segunda mezquita se empezó después de 1154 y el edificio fue parcialmente terminado para septiembre de 1158, cuando se celebraron los primeros rezos en la mezquita. Se terminó en la década de 1190, aunque las fechas de conclusión varían entre 1162, 1190 y 1199. La primera mezquita con el tiempo se deterioró. Parece claro que la segunda mezquita no se creó como alternativa a la primera, pues las dos compartieron el lugar durante treinta años antes de que la primera quedase arruinada. Se siguió un estilo funcional, más que el ornamentado estilo de la arquitectura omeya. Fuera de la plaza de la mezquita, en una depresión que en el siglo XI contenía restos del tanque de Dar El Hajir (Casa de Piedra), destruido por los almorávides invasores quienes entonces construyeron la mezquita en su lugar, son las ruinas de un antiguo fuerte construido por Yúsuf ibn Tašufín. Los edificios fueron demolidos dentro de la zona del fuerte cerrado para hacer hueco para el desarrollo de la ciudad. La mezquita Kutubía y su minarete constituyen la estructura más antigua y completa del período almohade. La mezquita fue seguida por otras dos estructuras que se construyeron en el mismo estilo, la Torre Hasán en Rabat y la Giralda de Sevilla, en lo que hoy es España. Esta estructura así se convirtió en la precursora de la arquitectura moro-andalusí. No se admite a no musulmanes en el interior de la mezquita; sin embargo, sí que se les permite visitar la mezquita Tin Mal, construida siguiendo el modelo de la Kutubía.
La mezquita está construida con piedra roja, antiguamente emplastecida, y tiene seis habitaciones en sucesión, una sobre la otra. Fue designada de tal forma que se impedía que cualquiera mirara adentro desde el minarete a los harenes del rey. Incluso en la actualidad, tales restricciones están reforzadas impidiendo el acceso de Google Earth a los marroquíes. ​ Los detalles arquitectónicos de la antigua mezquita y la nueva eran idénticas excepto por la orientación. De ahí que lo que era cierto para una de ellas, lo era para la otra, aunque la primera de ellas ahora esté en ruinas. ​ Está diseñada en un estilo almohade clásico y las torres están adornadas con globos de cobre. ​
El edificio, de ladrillo y arenisca, mide 80 metros de ancho hacia el este y 60 metros al oeste en dirección norte-sur. ​ Hay trabajo de ladrillo en columnas, arcadas, en el medio del muro de la quibla, y en la hornacina del mihrab. Se usó arenisca en los muros externos construidos en dirección sur, este y oeste. El muro de piedra del lado septentrional sostiene el muro de la antigua fortaleza almorávide. Las superficies están animadas por diseños sencillos. Todas las secciones de ventana tienen arcos polilobulados en forma de herradura, colocados dentro de un rectángulo. Se crea una forma de diamante en la parte superior, como resultado de los arcos superpuestos en un diseño de tejido. Franjas de fayenza con ladrillos y de color turquesa se proyectan sobre el muro, en formas decorativas más pequeñas. Se ve también la austera escritura cúfica. El sahn o patio tiene 45 metros de ancho, lo mismo que las nueve naves centrales. Hay una fuente de abluciones en el centro del patio. Hay cuatro entradas a la mezquita de las cuales tres se abren directamente sobre la sala de oración mientras que una se abre al patio. También hay una entrada al público adicional al sahn desde el muro septentrional, a lo largo del eje central. La elevación del frente da a la calle donde estaban las librerías, de ahí el nombre de «mezquita de los libreros». Hay también otras dos entradas privadas a la mezquita, una para el imán en el lado izquierdo del mihrab y la otra para que el príncipe entre directamente a la maqsura. ​

Interior
Hay seis habitaciones interiores, una sobre la otra. Envolviéndolas hay una rampa que puede ser usada por el muecín para llegar a la galería. La sala de oración tiene forma de «T». Es grande, al sur, y limita con el patio en su extremo septentrional. La sala de oración es hipóstila con más de cien columnas que sirven de apoyo a arcos de herradura a lo largo de las naves paralelas.1​ La hornacina del mihrab está en el muro de la quibla en la sala de oración a lo largo de la ensanchada nave central, a la cual se accede desde el patio. Hay una ancha nave transversal que se alinea con el muro de la quibla en el extremo meridional de la sala de oraciones. Tres anchas naves centrales se alinean perpendiculares a la sala hacia el norte. Las naves centrales están flanqueadas por otras siete más pequeñas paralelas. En conjunto, hay diecisiete naves paralelas. Las naves longitudinales, de unos 36 metros de largo, son seis veces la anchura de la gran nave transversal. Las extensiones de estas naves son de las cuatro naves más externas a ambos lados de los anejos de la sala de oración y el patio. ​
El minbar fue diseñado por el ingeniero al-Hajj Ya'ish de Málaga. Está tallada en sándalo y ébano con trabajo de taracea en marfil y plata. Está considerada como «una de las creaciones insuperables del arte islámico».​ Esta estructura es de forma triangular con el extremo de la hipotenusa dotada de escalones. Tiene tres metros y medio de largo, y noventa centímetros de ancho, y tres metros 90 centímetros de alto. Fue realizado en un taller cordobés en el siglo XI por orden de Ali ibn Yusuf, y está considerada una obra maestra de las artes decorativas andalusíes. En las caras triangulares, hay una banda de seis centímetros de ancho de inscripciones coránicas en escritura cúfica sobre hueso y granadillo negro, con marquetería de madera. Originalmente estuvo en la primera mezquita y más tarde se transfirió a la segunda, donde siguió estando hasta el año 1962, cuando se trasladó al Palacio El Badi. ​







El alminar
Se comenzó a construir bajo el mandato de Abd Al-Mumin y se acabó en tiempos de Abu Yusuf Yaqub Al-Mansur. El minarete está realizado en estilo almohade y fue construida con piedra arenisca. Fue cubierto originalmente con yeso rosa marraquesí, pero en los años 1990, los expertos prefirieron exponer la piedra original y quitaron el revoco. ​ Alcanza los 77 metros si se incluye la aguja, ella misma de 8 metros de alto. Cada lado de la base cuadrangular mide 12,8 metros. El minarete se ve desde una distancia de 29 kilómetros. Su preeminencia la marca como una estructura significativa de Marrakech, que es mantenida por una ordenanza que prohíbe que se construya ningún edificio rascacielos (por encima de la altura de una palmera) alrededor de ella. ​ El muecín llamando a los fieles para la oración (adhan), lo hace desde los cuatro puntos cardinales desde lo alto del minarete. ​
Su diseño incluye una alta aguja angular con una superestructura idéntica pero menor descansando sobre ella, cubierta por una cúpula. Muchos rasgos del minarete también se incluyen en otros edificios religiosos en el país, como una amplia banda de baldosas cerámicas, con una pauta alternante en cada lado, y arcos de piedra angular festoneados al estilo moro.​ Las tallas decorativas envuelven el ventanaje con arcos. ​
Por encima de las cuatro quintas partes de su altura, el minarete ha escalonado merlones que cubren el perímetro del eje, en cuyo nivel hay una galería al aire libre a la que se accede por rampas. Cada lado de la torre está diseñado de manera diferente, ya que las aberturas de las ventanas están dispuestas a diferentes alturas, de acuerdo con la rampa ascendente dentro del minarete.
El minarete tiene en lo alto una aguja. Incluye bolas de cobre dorado, de tamaño decreciente hacia lo alto, en el estilo tradicional de Marruecos. ​ Hay múltiples leyendas sobre los orbes. Una de esas leyendas afirma que los globos eran originalmente de oro puro, y que en su momento sólo hubo tres, habiendo sido donada la cuarta por la esposa de Abu Yúsuf Yaacub al-Mansur como penitencia por haber roto el ayuno del Ramadán durante tres horas un día. Hizo que sus joyas de oro se fundieran para formar el cuarto globo. ​ Otra versión de la leyenda es que las bolas se hicieron al principio todas de oro a partir de las joyas de la esposa del sultán saadí Ahmad al-Mansur. ​ Hay un mástil de bandera cerca de las bolas de cobre formando la aguja, que se usa para poner la bandera verde religiosa del profeta, lo que hace el muecín todos los viernes y con ocasiones religiosas. La torre iluminada tiene bellas vistas de noche.
El exterior de la torre conserva solamente parte de su ornamentación original, habiendo perdido sus pinturas y mosaicos. Únicamente conserva una banda de azulejos verdes en la parte superior. 

MEZQUITA DE HASSAN, Rabat
Es una enorme construcción de fine del siglo XII, que va a quedar inacabada cuando fallece el califa que impulsa su construcción se para. Se trataba de un proyecto enorme. A pesar de no estar acabada va a ser una de las más grandes del islam. Se construyó después de la victoria musulmana en al-Ándalus sobre los cristianos, como conmemoración de la batalla de larcos.
A pesar de no estar acabada podemos diferenciar en ella dos características particulares: no está construida con ladrillo, ni si quiera el alminar ni las columnas, además no hay pilares, si no columnas. Otra peculiaridad es la monumentalidad y la grandiosidad que nos habla del carácter ambicioso de esta arquitectura almohade. Esta mezquita vuelve a repetir el modelo de planta en E invertida, aunque es un poquito distinta. Es enrome, de 21 naves, y la nave de quibla no es una única naves, sino que en realidad son tres (monumentalidad), en los laterales tenemos dos naves que son las que realmente están realzadas, en vez de ser una, son dos.
La nave axial sigue siendo más ancha. La prolongación de los riwags dan las naves del patio. Hay patios secundarios, ya que al ser tan grande necesitaba que la luz entrara en algún sitio, por ello se abren patios secundarios dentro de la propia sala de oraciones, se van a colocar en los laterales de forma simétrica tienen la función de lucernarios. Tiene un extraordinario alminar también inacabado pero que nos va a permitir la conexión con la giralda de Sevilla.


El arte almohade en Al-Ándalus:
En el año 1172 la capital del imperio almohade va a pasar de la ciudad de Marrakech a Sevilla, lo cual va a potenciar la arquitectura andalusí. Como parte del en engrandecimiento y de las mejoras que debían de realizarse en una nueva capital se va a construir una nueva mezquita aljama. Lo que se hace es renovar en buena medida el urbanismo de la ciudad. 

Arquitectura religiosa: Sevilla.
Uno de esos grandes proyectos era la construcción de una nueva mezquita que venía a sustituir a la antigua mezquita de viernes (de época califal, siglo IX, que estaba situada donde actualmente estaba la iglesia del salvador). De esta mezquita almohade queda muy poco, ya que fue destruida en el siglo XV la catedral gótica. A pesar de ello, nos quedan algunos pequeños espacios. Nos quedan una serie de arquerías correspondientes a la zona de los riwaqs, es decir, la zona del patio. También persiste, aunque muy modificada, la puerta del perdón, y el gran alminar, la giralda, que no se conserva completo, a que ha perdido la parte superior. Esta mezquita almohade comenzó a construirse en el 1172, nada más decidirse que Sevilla era la nueva capital. El arquitecto en esta primera fase va a ser Hamed ibn Baso. La mezquita se construye entre 1172-1173, aunque por causas desconocidas, no se comienza a usar hasta 1182. 

La propia puerta es uno de los elementos más interesantes de esta fachada, ya que está realizada con dos grandes hojas de madera de cedro revestidas con chapas de bronce revestidas por motivos de lacerías y atauriques, e inscripciones que repiten versículos del Corán como «
el poder pertenece a Alá» y «la eternidad es de Alá».
Durante el periodo de dominación almohade, la ciudad de Sevilla se convirtió en la capital de Al-Ándalus, lo que trajo a la ciudad una actualización de sus infraestructuras procediéndose a la construcción de algunas grandes edificaciones. ​ En este ámbito se comenzó el levantamiento de una nueva mezquita mayor en el solar que actualmente ocupa la catedral. La construcción de esta nueva mezquita mayor, que reemplazaba a la existente en la plaza del Salvador, se inició el año 1172 y en 1182 se pronunció el primer jutba (sermón de viernes) en la mezquita. Tenía orientación de norte a sur, ligeramente hacia el sureste, y su puerta principal correspondía a la actual Puerta del Perdón que da entrada al patio de los Naranjos, que formaba parte del recinto de la misma. El alzado exterior de la mezquita tenía influencias de la mezquita de Córdoba, mientras que la estructura de su planta procedía del modelo de las mezquitas marroquíes de Marrakech y de Tinmal.
En 1183, Al-Ándalus sufría una presión agresiva de las fuerzas castellanas y portuguesas, que hostigaban el campo sevillano. En respuesta, en diciembre de ese año el califa Abu Yaqub Yusuf puso en marcha un gran ejército en dirección a la península. Cruzó el estrecho de Gibraltar y entró en la ciudad de Sevilla el 25 de mayo de 1184. Con ocasión de su estancia en Sevilla, el 26 de mayo de 1184 ordenó al gobernador de la ciudad la construcción del alminar de la mezquita. ​Salió el califa el 7 de junio, hacia Badajoz, para luego dirigirse al oeste para sitiar la población de Santarém a la que llegó el 27 de junio. Esta ciudad estaba defendida por Alfonso I de Portugal. El asedio duró hasta julio de 1184 y el 29 de julio Al-Mumin Abu Yaacub resultó muerto en combate. ​
El nuevo califa, Abu Yúsuf al-Mansur (conocido entre sus súbditos como Muminin), hijo y sucesor de Yúsuf, que fue proclamado el 10 de agosto de 1184, en el alcázar de Sevilla,  ​ decidió la continuación del proyecto. Originalmente, el alminar estaría unido a las murallas de la alcazaba de la ciudad. ​Las obras de construcción se iniciaron en otoño dirigidas por el alarife Áhmed ben Baso. ​ En la excavación para la cimentación encontró un manantial que fue cegado con piedras y cal, creando una superficie plana sobre la que situar los cimientos. ​
La construcción de la Giralda arranca sobre una cimentación de 3,60 metros, muy poco más amplia que la propia torre, y que constituye la única cimentación del edificio, según los estudios arqueológicos, una gruesa capa de argamasa y una simple mejora del terreno, en el que quedaron incluidos los restos de anteriores construcciones musulmanas de la zona. ​. Desde ahí otros tres metros de sillería emergen de la acera, con una serie de aras de mármol de época romana.
Las piedras que se emplearon tayud al adi fueron extraídas del muro del palacio del Alcázar de Ibn Abbad. Los muros de este palacio tenían características defensivas. Las piedras fueron bajadas sin necesidad de escaleras, ya que a estos muros se ascendía por una cuesta apta para caballos. ​
En el año 584 de la hégira (entre el 2 de marzo de 1188 y el 18 de febrero de 1189) se paralizaron las obras cuando fue destituido Ibn Saíd, que era el almojarife encargado del registro de los gastos. Ibn Saíd fue sustituido por Abu Bakr. ​ En esta reanudación entró a trabajar en las obras de la mezquita el alarife Alí al-Gumari (Alí de Gomara), ya que también acaeció el fallecimiento de Ibn Basó, que decidió continuar las obras del alminar con ladrillo a partir del zócalo de piedra. ​ Las obras en la mezquita fueron detenidas de forma intermitente debido a los constantes viajes que el alarife hacía a Marrakech. ​
El 19 de junio de 1195 el emir Abu Yaacub al-Mansur derrotó a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de Alarcos. Al regresar ordenó la realización de unas grandes esferas de bronce dorado para ser colocadas en la parte superior del alminar. Fueron colocadas el 10 de marzo de 1198 en presencia del emir. ​ Estas estaban sobre una columna grande de hierro que se cimentaba en la parte superior del alminar. ​ Estas cuatro bolas o manzanas doradas ensartadas en un vástago vertical reciben el nombre de yâmûr en la cultura árabe y se ha utilizado, aunque no siempre, para coronar mezquitas. ​ El transcurso de las obras se conoce con detalle gracias a las crónicas de Ibn Sahib al-Salá. ​
El esquema deriva del modelo de la mezquita de Córdoba. El primer cuerpo tenía 50,51 m de alto y una planta cuadrada de 13,61 m de ancho. El segundo cuerpo medía 14,39 m de alto y su planta era cuadrada de 6,83 m de ancho. Sobre el segundo cuerpo había una cúpula y sobre esta el yâmûr.
Lámina de Alejandro Guichot que muestra los tres estados de la Giralda. A la izquierda la primitiva torre almohade (s. XII), a la derecha una fase intermedia después de la caída del yamur que coronaba la torre (1396), y en el centro la torre actual, con el remate renacentista del campanario (s. XVI).

La construcción de la Giralda se basó en el alminar de la mezquita Kutubia de Marrakech (Marruecos), también construido en el siglo XII, considerado con sus setenta y nueve metros de altura, una obra maestra del arte magrebí, consta de una estructura muy similar a la torre sevillana, sigue la forma más típica de los alminares de la escuela hispanomarroquí, con un cuerpo principal de forma ortoédrica sobre el que se sitúa otro mucho más reducido, a modo de remate. Otra gran muestra de arquitectura muy similar la constituye, la gran Torre Hasan de Rabat, considerada, hermana, de la Giralda y cuyo proyecto de construcción preveía un altura de sesenta metros, pero las obras se interrumpieron cuando llegaba a los 44 metros. En ambos precedentes se encuentran los elementos decorativos de los almohades, reproducidos en la Giralda, con arcos ciegos, lacerías y relieves que se inspiran en los que realizaban los selyúcidas en esa misma época en la región de Asia Menor.
Patio de los naranjos
 

En cuanto a lo que queda: el patio de los naranjos, situado en medio de la catedral, corresponde con el patio de la mezquita. Esta construido en ladrillo y arcos túmidos, en este caso doblado. Todo ello contrasta con la construcción gótica. Como remate tenemos almenas escalonadas o merlones dentados. En la parte inferior del alero, igual que en Córdoba, tenemos modillones de rollo que enlazan con los merlones, prolongado la tradición hispanomusulmana. En el interior de los riwaqs sabemos que estaban cubiertas por techumbres de madera de par y nudillo, típico de este momento. Son las primeras de las que tenemos noticias en la arquitectura hispanomusulmana. En el exterior también nos recuerda a Córdoba, con la presencia de un elemento sobresaliente a modo de contrafuerte que en realidad no tiene función estructural, además de merlones. En la puerta del lagarto tienen en el interior una bóveda de mocárabes que se corresponde con un ámbito islámico. Son muy ligeras, realizadas en yeso, y en muchos casos estarían pintadas. La otra gran puerta que si que conservamos es la gran puerta de entrada, que ahora es la de salida, es la puerta del perdón de la catedral de Sevilla. Originalmente era la gran puerta de acceso al patio porque queda en eje con el mihrab y con la nave acal. Esta muy modificada, quedan algunas yeserías aisladas que podrían identificarse como islámicas. Las puertas nos son originales, pero si conservan los aldabones originales. Estas piezas procedentes de la mezquita original las trasladaron a una puerta que replica la puerta original. Se trata de una de las obras de metalistería más exquisitas de este momento. Están constituidos por palmetas entrelazadas entre sí que a veces  e unen y producen u motivo en forma trilobulada. Aparece constantemente en el arte nazarí.

o

Otros monumentos: ermita de cuatrovitas (Bollullos de las Mitacion).
De arquitectura religiosa en al Ándalus conservamos un ejemplo que corresponde a una mezquita menor, de poca importancia en su momento. En la actualidad sí la tiene porque constituye uno de los pocos ejemplos conservados. Se trata de una ermita, conocida con el nombre de cuatrovitas, en Bollullos de la Mitacion, en Sevilla. Originalmente fue una mezquita, de carácter rural. Pudo estar vinculada a una alquería (residencia de recreo) o quizás simplemente estaría ubicada en un cruce de caminos importante.  Los restos de la mezquita los tenemos en el interior de la ermita. Esta se construyó tomando la base de la mezquita, a la que se añadieron elementos posteriormente.
Tendríamos una mezquita de tres naves perpendiculares al muro de quibla en la que ha desaparecido el mihrab. La ermita ha cambiado la orientación (este) y se ha añadido un pórtico, además de dos naves laterales.  Arcos de herradura enmarcados por alfiz apoyados en pilares. Parece ser que la techumbre actual de la ermita es plana de madera, tal vez un artesonado; es nueva, pero estaría sustituyendo a la original. Se conserva también el antiguo alminar de la mezquita, ya que resulto útil como campanario cristiano. Se trata de un alminar mucho menos ambicioso, todo en ladrillo, le falta el remate superior. Superposición de vanos en altura, modelo torre dentro de torre. Tiene un aspecto que nos está planteando que este laminar es un replica mucho más sencilla de los alminares almohades (Sevilla). Adema es un alminar bastante esbelto. Tenemos el repertorio de arcos: de herradura, geminados y enmarcados en alfiz.
 

Arquitectura militar:
Se va a desarrollar extraordinariamente en esta época. Va a contribuir a la diferenciación de tipologías arquitectónicas, muy importantes en al Ándalus, que además va a tener una gran repercusión en el conjunto de arquitectura militar medieval. En realidad, los almohades no van a crear nada nuevo. Solo sistematiza, perfeccionan y difunden unas formas arquitectónicas de carácter medieval que no eran nuevas en al Ándalus. Vamos a ver tres modelos esenciales de estructuras:
Barbacanas: es desde el mundo islámico a partir del cual se proyecta a Europa. Se trata de un lienzo de muro de escasa altura, pero avanzado. Una especie de antemuro que actúa como parapeto defensivo, dispuesto a poca distancia de la muralla principal. Castillejo de Monteagudo en Murcia, precedente más directo.

Torres albarranas: corresponde la torre del oro de Sevilla. Torre que al estar adelantada a la muralla principal pero que va a estar unida a ella por un lienzo de muro llamado coracha. Se van a situar en lugares de carácter estratégico. El ejemplo más característico en España es la torre del oro de Sevilla. Fue construida en el 1221 para proteger todo lo que era la rivera de rio Guadalquivir y el puerto comercial. Sería una especia de bastión avanzado para proteger el rio. Originalmente habría estado unida a la muralla principal por una coracha. Se llama torre del oro (antes se pensaba que era porque estaba cubierta por cerámica dorada) porque o bien, estaba situada cerca de la casa de la moneda o bien porque durante algún momento fue utilizada para albergar el oro venido de América. Otros piensan que se debe aún enlucido amarillento. Sabemos que probablemente debió de existir también una torre gemela, entre ellas se tenderían cadenas para establecer un control de la navegación fluvial. La planta de esta torre es de carácter poligonal (12 lados al exterior). Tenemos la misma estructura de los alminares, pero trasladada a una torre albarrana (torre dentro de torre). Entre ambos se crea una estancia anular que se repite a diferentes alturas. Estas estancias están cubiertas por bóveda de arista pero en tramos cuadrados y triangulares.
La esclarea de subida esta en el cuerpo interior., que se ubica con un machón central. Exteriormente vemos una construcción modificada. Formaba parte de una arquitectura defensiva, por lo que no estaba muy ornamentada. Lo original son los dos cuerpos, el superior retranqueado y réplica del inferior. El último cuerpo se añadió posteriormente. Esta realizada en mampostería. Presenta muy pocos vanos, porque es arquitectura de carácter defensivo, dando una imagen de solidez.
Se conserva de época almohade otras torres, como la torre de Espantaperros en Badajoz, en este caso si esta unida por la coracha al lienzo de muralla. En este caso, tenemos una estructura octogonal. Interiormente tienen un machón central cuadrado, una estancia anular cubierta por bóvedas de arista y la escalera exterior. Exteriormente vemos  como la parte superior no es la original.
Puertas monumentales en recodo: otro de los grandes intereses de la arquitectura almohade va a ser la construcción de grandes puertas monumentales de acceso a la ciudad, las cuales van a seguir el modelo de puerta en recodo. Se van a multiplicar los quiebros. Son siempre puertas abovedadas interiormente. Este modelo de puerta en recodo procede de la arquitectura bizantina, a través de lo cual va a pasar a la arquitectura islam oriental. Grandes puertas en recodo no se conservan España, pero si las podemos encontrar en Magreb, en ciudades como Rabat, Fez o Marrakech.

ARTES SUNTUARIAS:
Marfiles almorávides.
Fueron asignados al mundo almohade en función de su decoración vegetal (1200); otros los consideraron taifas o taifas tardíos (finales siglo XI-XII), pero no saben cómo ubicarlas porque aparecen en distintos sitios (León y Tortosa). Lo más polémico es la fecha, que se intuye a partir de las inscripciones. 

Arqueta de Tortosa (desapareció en 1936).
Como características generales, tienen alma de madera y decoración superficial mediante taracea (incrustaciones de marfil). Es muy grande, de casi 40 cm., y está en la línea de las arquetas taifas.
Presenta una inscripción q dice “Felicidad y Prosperidad” en cursiva y minúscula, de carácter musulmán africano, que da que pensar sobre su origen.
Aparece un tema naturalista: cazador con halcón en el lateral, danzantes en el centro, herbívoros en la tapa, y decoración vegetal (líneas). Las figuras se insertan en tondos (círculos). 

Arqueta de la Sacristía de Tortosa.
Aparece policromía.
Tiene una inscripción más larga: “Soy grandiosa; mi morada es la casa del califato”. Aparecen leones espaldados en el centro, herbívoros en los laterales y bueyes cansinos en la tapa, arriba.

Arqueta de S. Isidoro de León (Museo Arqueológico de Madrid).
Las figuras no aparecen en tondos: son galgos, recortados en entornos vegetales o afrontados a pájaros.
En la inscripción se dice “Hecho por Muhamad Ibn Harax, por orden del emir Muhammad”, q debía ser Almu Tamid, de época taifa en Sevilla.


 


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Bibliografía
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