Arquitectura
barroca francesa
La arquitectura barroca francesa, a veces
llamada clasicismo francés, fue un estilo de arquitectura que floreció
durante los reinados de Luis XIII (1610-1643), Luis
XIV (1643-1715) y Luis XV (1715-1774), en los que se iniciaron
una serie de construcciones de gran fastuosidad, que pretendían mostrar la
grandeza de los monarcas y el carácter sublime y divino de la monarquía
absolutista, especialmente de Luis XIV, el «rey Sol» —el astro rey, de quien
emana toda la sabiduría, toda la luz, y que con su gloria ilumina a toda
Francia—, quien tomó el palacio de Versalles como expresión de su
poder y de su propia persona, convirtiéndose así en el prototipo de residencia
áulica del príncipe absoluto. Coincidirá, con un periodo de bonanza económica,
en el que una amplia nobleza y una burguesía pudiente serán capaces de
permitirse los excesos y las costosas representaciones de estilo teatral.
Aunque se percibe cierta influencia de la arquitectura barroca italiana,
esta fue reinterpretada dando prioridad a la sobriedad, la armonía y la
claridad, siendo más fiel al clasicismo renacentista. Fue precedida por
la arquitectura renacentista y por el manierismo y fue
seguida, en la segunda mitad del siglo XVIII, por la arquitectura
neoclásica.
Los franceses llaman «clásica» a la arquitectura del siglo de Luis XIV y de sus
sucesores y rechazan la denominación, peyorativa en francés, de «barroca». Esta oposición entre un
clasicismo «razonable» a la francesa
y un barroco «excesivo» a la italiana
encuentra su origen en la voluntad, afirmada desde el siglo XVII, de
suplantar a Roma y, de hecho, aparece en el momento en
que Versalles y la corte del rey Sol toman el lugar de Italia como
centro de influencia cultural. El punto de inflexión será en abril de 1665 con
el rechazo de los planes de Bernini para la columnata del
Louvre: el arquitecto más famoso y solicitado de Europa era rechazado por la
corte de Francia. Sin embargo, algunos historiadores del arte consideran la
arquitectura francesa de los reinados de Luis XIII y sobre todo, de Luis XIV y
Luis XV como barroca: creen que la mayoría de las construcciones francesas
«clásicas», sean religiosas o civiles, podrían haberse construido en otros
lugares de Europa y que reúnen todos los elementos barrocos: el gusto por la
magnificencia, la perspectiva, la decoración. Ese barroco francés
influirá profundamente en la arquitectura civil del siglo XVIII en toda
Europa.
Las primeras realizaciones de relevancia
corrieron a cargo de Jacques Lemercier (capilla de la Sorbona, 1635)
y de François Mansart (château de
Maisons-Laffitte (1624-1626); Iglesia de
Val-de-Grâce (1645-1667). Posteriormente, los grandes programas áulicos se
centraron en la nueva fachada del palacio del Louvre (1667-1670),
obra de Louis Le Vau y de Claude Perrault, en el ahora
desaparecido château de Marly (1679-1696), en ciertas alas del
inmenso château de Fontainebleau. Pero no se puede atribuir el desarrollo
de la arquitectura barroca únicamente a las dominios de la corona, ya que fue
en ese momento cuando proliferaron también muchas obras de dominio noble y
burgués como los châteaux en las zonas rurales —el château de
Dampier construido para el duque de Chevreuse, el ala barroca
del castillo de Blois, el ya mencionado Maisons Laffitte (cuya realización
marcará un antes y un después en la arquitectura francesa) —y los hôtels
particuliers en las zonas urbanas; por ejemplo el Hôtel de Toulouse,
actual sede de la Banque de France, o el Hôtel de
Soubise (1624-1639), posteriormente remodelado para convertirse en claro
ejemplo del estilo rococó.
Pero el principal programa del siglo será
el palacio de Versalles (1669-1685), nuevamente un encargo para Le
Vau continuado por Jules Hardouin-Mansart. De este último arquitecto
conviene también destacar la iglesia de San Luis de los
Inválidos (1678-1691), así como el trazado de la plaza
Vendôme de París (1685-1708). Aunque originalmente inspirados en
el barroco italiano, bajo Luis XIV, se dio mayor énfasis a la regularidad,
al orden colosal de las fachadas y al uso de columnatas y cúpulas, para
simbolizar el poder y la grandeza del Rey. Este mensaje está claramente
presente en la disposición de salones (el dormitorio de Luis XIV ocupa el
centro del palacio y está dispuesto exactamente sobre el eje este-oeste, los
salones de estado están dedicados cada uno a una divinidad romana, o lo que es
lo mismo a un planeta, etc), así como en la fuente de Apolo; cuyo carro tira
del sol, el cual, al estar la fuente mirando hacia el este, parece que va a
emerger del agua. Muy pronto, el palacio y la ciudad que surgirán en Versalles
se convertirán en un suntuoso signo de propaganda política y escenario de un
sinfín de extravagancias y derroches. A partir de Versalles, tanto el palacio
como el modelo de jardín francés se difundieron por las cortes europeas.
Ejemplos notables del estilo son el Gran
Trianón del Palacio de Versalles y la cúpula de la iglesia
parisina de iglesia de San Luis de los Inválidos (1678-1691), otra
obra de Jules Hardouin-Mansart (que alberga actualmente los restos de Napoleón
Bonaparte) junto con el conjunto adyacente del Hôtel des Invalides. En los
últimos años de Luis XIV y en el reinado de Luis XV, los órdenes colosales
desaparecieron gradualmente, el estilo se hizo más claro y vio la introducción
de la decoración de hierro forjado en los diseños de rocaille. El período
también vio la introducción de plazas urbanas monumentales en París y en otras
ciudades, en particular la plaza Vendôme y la place de la
Concorde. El estilo influyó profundamente en la arquitectura secular del
siglo XVIII en toda Europa: el palacio de Versalles y
el jardín formal francés fueron copiados por otras cortes de toda
Europa.
La arquitectura barroca está en deuda con los
franceses por la invención del château de tres cuerpos de
edificación. El modelo vigente hasta entonces era el
del palazzo italiano: una fachada austera, a veces grandiosa, dando a
la calle, con uno o más patios interiores con columnatas o no. La creatividad
de los arquitectos se expresaba en los márgenes, en la gran escalera o la
galería interior. Aunque el diseño palaciego de tres alas abiertas ya se había
establecido en Francia como solución canónica en el siglo XVI, fue
el Palacio de Luxemburgo (1615-1631) de Salomon de
Brosse el que determinó la dirección sobria y clasicista que la
arquitectura barroca francesa va a tomar. Para la reina madre María de
Medici, de Brosse puso a punto el palacio con tres cuerpos de edificación que
se convertiría en el modelo esencial de la arquitectura palaciega. Por primera vez,
el corps de logis se subrayó como la parte representativa principal
de la construcción, mientras que las alas laterales fueron tratadas como
jerárquicamente inferiores y fueron apropiadamente reducidas. La torre medieval
ha sido completamente reemplazada por la proyección central en la forma de una
puerta monumental de tres pisos. De Brosse mezcló en el diseño elementos a la
francesa (techos abuhardillados y decorados) y elementos italianos (en
particular el tratamiento «rústico»
de la fachada de piedra, como la del palacio Pitti que añoraba la
reina madre). Esa síntesis es característica del estilo Luis XIII.
Barroco
francés temprano
El barroco francés, desde el principio, fue una
expresión del poder y la majestad de los reyes de Francia. Se procedió deliberadamente
en una dirección diferente a la de Italia y del resto de Europa, combinando
elementos clásicos, especialmente los órdenes colosales de las columnas, y
evitando la decoración exuberante que apareció en fachadas e interiores en
España, Alemania y Europa Central. Se usó con menos frecuencia en iglesias y
más a menudo en el diseño de palacios reales y de residencias de campo. Otro
elemento distintivo del estilo barroco francés fue la integración de la
arquitectura de la casa con los jardines formales a su alrededor, en
lo que se conoció como el jardín formal francés.
Salomon de Brosse (1571-1626) fue uno de
los primeros arquitectos franceses en adoptar el estilo a la arquitectura
residencial. En la segunda década del siglo XVII, levantó tres grandes
palacios: el château de Coulommiers (1613), el château de
Blérancourt (1614-1619) y sobre todo, el palacio del
Luxemburgo que construyó entre 1615 y 1624 para la madre de
Luis XIII, María de Médicis. El palacio del Luxemburgo estableció un
nuevo modelo para las residencias reales, con pabellones en las esquinas, alas
laterales y con una gran entrada central coronada por una cúpula. Los muros
presentan órdenes colosales de columnas con frontones triangulares, lo que
indica la inspiración clásica detrás del movimiento francés. Una característica
tradicional francesa eran las cubiertas abuhardilladas de altas
pendientes y la compleja línea del tejado. Al igual que los palacios de los
Medicis en Roma, el palacio estaba rodeado por un gran jardín y fuentes. El
diseño interior también fue innovador; los pabellones alrededor del bloque
principal contenían los apartamentos, permitiendo una mayor flexibilidad y
funcionalidad del espacio interior.
Uno de los formuladores
más exitosos del nuevo estilo fue François Mansart (1598-1666), un
perfeccionista incansable al que a menudo se le atribuye la introducción del
barroco completo en Francia. No fue el primero en usar el techo inclinado en
mansarda, pero lo usó con tanta destreza que tomó su nombre. Tras sus primeros châteaux —Berny (1623-1625)
y Belleroy (1626-1636)—, el arquitecto desconocido adquirió
notoriedad y acometió la ampliación del ala Orléans en el château real de
Blois (1635-1638), en la que erigió la primera gran escalera del siglo.
Pero su obra maestra será el château de Maisons-Laffitte (1630-1651),
en que Mansart mostró la continuidad entre el estilo renacentista
francés y el nuevo estilo, conservando la idiosincrasia del estilo gótico
heredado de la tradición francesa. Maisons-Laffitte ilustra la transición en
curso de los châteaux pos medievales del siglo XVI a las casas
de campo-villas del XVIII. La edificación es estrictamente simétrica, con
un orden arquitectónico aplicado a cada planta, principalmente en
forma de pilastras. El frontispicio, coronado con un techo sobreelevado,
está impregnado de notable plasticidad y el conjunto se lee como un todo
tridimensional. Los edificios de Mansart están desprovistos de efectos
decorativos exagerados, tan típicos de la Roma contemporánea. La influencia barroca
italiana es silenciada y relegada al campo de la ornamentación decorativa.
Louis Le Vau (1612-1670) fue otra figura
central en el estilo barroco francés temprano. Desde 1654 principal arquitecto
de Luis XIV, diseñó el château de Vaux-le-Vicomte (1656-1661)
para Nicolas Fouquet, entonces superintendente de Finanzas del
joven Luis. El diseño del château en sí era similar al del palacio de
Luxemburgo y al palazzo Barberini en Roma. Lo que lo hizo diferente
de los estilos anteriores fue la unidad de su arquitectura, su interior y el
paisaje a su alrededor. Su fachada presentaba columnas monumentales
estilizadas, alas combinadas con techos en mansarda y una cúpula prominente, de
estilo barroco. Desde la cornisa principal hasta un plinto bajo, el palacio en
miniatura se viste con el llamado "orden colosal", que hace que la
edificación se vea más impresionante. El interior fue lujosamente decorado con
murales de Charles Le Brun y se colocó en el centro de unos enormes
jardines formales diseñados por André Le Notre, dispuestos con caminos
según patrones geométricos, parterres, fuentes y estanques reflectantes, que
parecían extender la arquitectura de la residencia en todas las direcciones.
El gran salón del edificio se abría al jardín, una característica que luego se
convirtió en una característica habitual de los palacios barrocos. La
colaboración creativa de Le Vau y Le Nôtre marcó la llegada de la manera
magnífica que permitió extender la arquitectura barroca fuera de los muros
del palacio y transformar el paisaje circundante en un mosaico inmaculado de
vistas expansivas. Después de ver la generosidad del edificio, el rey despidió
y encarceló a Fouquet, tomó posesión de la casa para la corona y pronto puso a
Le Vau a trabajar para crear su propio palacio en Versalles. Los mismos tres
artistas ampliaron ese concepto a proporciones monumentales en el pabellón de
caza real y más tarde en el principal palacio de
Versalles (1661-1690). En una escala mucho mayor, el palacio fue una
versión hipertrofiada y algo repetitiva de Vaux-le-Vicomte. Fue el edificio
residencial más grandioso y más imitado del siglo XVII. Los palacios
de Mannheim, Nordkirchen y Drottningholm fueron
algunas de las muchas residencias extranjeras para las que Versalles
proporcionó un modelo.
SALOMÓN
de BROSSE
(Verneuil-en-Halatte, Oise, 1571- París, 9 de diciembre de
1626)
Fue un influyente arquitecto francés De
principios del siglo XVII, cuya obra fue de gran influencia en François
Mansart. Salomon nació en el seno de una importante familia hugonote,
nieto por parte de madre del diseñador Jacques I Androuet du
Cerceau e hijo del arquitecto Jean de Brosse. Se estableció en la práctica
en París en 1598 y fue ascendido a arquitecto de la corte en 1608.
De Brosse influyó mucho en la dirección sobria
y clasizante que tomó la arquitectura barroca francesa, especialmente al
diseñar su encargo más prominente, el Palacio de Luxemburgo, París
(1615-1624), para María de Médicis, que había patrocinado a su tío.
Salomon simplificó las composiciones abarrotadas de su herencia Cerceau y de la
práctica contemporánea, abarcando el bloque en forma de U alrededor de un patio
de entrada, como lo hacía Carlo Maderno en el Palazzo Barberini,
Roma, casi al mismo tiempo. La inspiración para el proyecto a menudo se remonta
al Palazzo Pitti, Florencia, donde la reina Medici había pasado su
juventud, pero el plan formal de Anet también podría aducirse. Revistió el
edificio totalmente en piedra, evitando el vivo contraste del ladrillo y la
piedra que era el idioma más familiar. Aunque de Brosse se vio obligado a
renunciar a su puesto el 24 de marzo de 1624, la construcción del Luxemburgo se
llevó a cabo de acuerdo con su planta y alzados. Las ampliaciones hechas en el
siglo XIX no han oscurecido sus elementos externos.
Protestante, pudo haber ido a la capital
después de la promulgación del Edicto de Nantes en 1598
por Enrique IV. Hijo de Jean de Brosse, arquitecto, y de Julienne
Androuet, Salomon de Brosse, fue también respectivamente nieto de Jacques
I Androuet du Cerceau por parte materna y sobrino de Jacques II
Androuet du Cerceau. Trabajó con este último, antes de sucederle como
arquitecto de la reina María de Médicis en 1614. Fue en este contexto
cuando dibujó los planos del palacio de Luxemburgo en París, inspirándose en
el palacio Pitti de Florencia.
Salomon de Brosse falleció en París el 8 de
diciembre de 1626 a la edad de 55 años y fue enterrado el 9 de diciembre en
el cementerio de Saint-Germain.
La estatua del Louvre le nombra Jacques de
Brosse, como lo hace Jean Thiriot en sus cartas a su hermano entre 1616 y 1626;
probablemente hubiera elegido ese nombre, menos visible que su nombre de
bautismo protestante.
De Brosse influyó enormemente en la sobriedad y
el clasicismo que habrían de caracterizar la posterior arquitectura barroca
francesa, especialmente las trazas de su obra más importante, el palacio
del Luxemburgo en París, obra que, pese a las modificaciones que han
alterado su aspecto original, figura entre las más representativas del estilo
protobarroco francés. Inspirándose en el Palacio Pitti por petición
de María de Médici, Salomon de Brosse simplificó la abigarrada composición
que había aprendido de su abuelo, Androuet du Cerceau, y que era común a sus
contemporáneos, para trazar un palacio con planta de U organizado en torno a un
patio de entrada, como estaba haciendo Carlo Maderno en
el palacio Barberini de Roma. Revistió el palacio en su totalidad de
sillares almohadillados de piedra, evitando el vivo contraste entre
el ladrillo y piedra que era común entonces. Aunque Salomon dejó el proyecto
del palacio del Luxemburgo el 24 de marzo de 1624, la obra continuó según sus
planes y las reformas practicadas en el siglo XIX no ocultaron sus diseños.
El palacio
del Luxemburgo es
un palacio francés del siglo XVII y estilo
barroco ubicado en el VI Distrito de París. El palacio, actual sede
del Senado francés, fue construido por el arquitecto Salomon de
Brosse para María de Médici entre 1615 y 1627. Sufrió numerosas
ampliaciones y recortes a lo largo de su historia, y el diseño actual
corresponde en su mayor parte a las obras realizadas por el
arquitecto Jean-François-Thérèse Chalgrin durante el Primer
Imperio francés. Fue recortado con posterioridad por las obras de urbanización
periféricas del barón Haussmann. El palacio anexo, Petit Luxembourg,
se construyó en la misma época y es, desde 1825, la residencia de los
presidentes del Senado francés.
El palacio está situado en el jardín del
Luxemburgo, un parque privado de 22,45 ha que le pertenece
y está abierto al público.
Tras el asesinato del rey Enrique IV, su
viuda, María de Médici, decidió alejarse de las intrigas de la corte que
residía en los edificios donde se halla hoy el Museo del Louvre. Buscaba
otro alojamiento más digno de su rango de Regente (el Louvre le parecía
demasiado medieval) y que le recordara al palacio florentino de su niñez.
Encuentra en este barrio campestre, frecuentado por italianos, lo que necesita:
el hotel de su amigo, el duque de Luxemburgo, con ocho hectáreas de parque.
Envía a un arquitecto a Florencia para hacer el
plan exacto de su antiguo palacio, luego cambia de parecer y contrata a Salomon
de Brosse que le propone un proyecto muy ambicioso. Las obras empiezan en abril
de 1615. En 1624, la reina se instala aunque el palacio no está acabado. Desde
1622 había empezado a decorar la galería principal con obras del pintor Peter
Paul Rubens, siguiendo así la tradición familiar de mecenazgo de las artes.
Estos cuadros se encuentran hoy en la sala Rubens del Museo del Louvre. En 1627
cedió o vendió el Petit Luxembourg al cardenal de Richelieu. La reina
no vivió muchos años en su palacio; en 1631 fue obligada a exiliarse por orden
de su hijo, el rey Luis XIII, tras el Día de los Engañados. A su
muerte en 1642, María de Médici dejó el palacio en herencia a su hijo
favorito, Gastón de Orleans.
El palacio fue ampliado varias veces, pero sin
modificar mucho su aspecto exterior: se construyó en los patios interiores, y
luego se amplió hacia el jardín haciendo una copia casi exacta de su antigua
fachada. Sin embargo, para dar cabida al Senado en 1969 fue preciso construir
oficinas individuales para cada senador y varias salas de reunión y locales
administrativos además de adaptar al gusto del siglo XX las comodidades
básicas. El espacio necesario se encontró en el subsuelo, en el que se
excavaron dos niveles subterráneos que se prolongan por debajo del parque. No
fue suficiente, y se hizo edificar al otro lado de la calle una extensión,
conectada por un paso subterráneo.
En 1715 el palacio pasó al regente Felipe
II de Orleans que alojó allí a sus hijas, duquesa de
Berry y Luisa Isabel de Orleans, reina viuda de España, que falleció
en el palacio en 1742. El palacio y los jardines fueron el escenario de los
amores escandalosos de la duquesa de Berry. Ilustre protagonista de las orgías
de la Regencia, la joven viuda libertina ocultó allí varios embarazos.
Saint-Simon describe el parto vergonzoso y muy laborioso de la duquesa de Berry
a finales de marzo de 1719 en el Luxemburgo. Cuando la «Mesalina de Berry»
falleció, tres meses más tarde, con la salud arruinada por aquel parto
sumamente peligroso, la autopsia reveló que la princesa estaba embarazada de
nuevo. El palacio fue posteriormente la residencia del conde de Provenza,
futuro Luis XVIII, por lo que fue confiscado por la Revolución
francesa que lo declaró «propiedad nacional». Sirvió de prisión en el
periodo revolucionario conocido como el Terror, fue la sede
del Directorio en 1795, y albergó la Cámara de los Pares a
partir de 1814. Desde esa fecha ha mantenido su vocación parlamentaria.
Tanto el palacio como los jardines sufrieron la
dejadez de sus propietarios y las vicisitudes del tiempo, y quedaron casi
abandonados en varias ocasiones. Durante la Segunda Guerra Mundial, los
alemanes lo utilizaron como cuartel y construyeron un búnker en el jardín.
El Palacio de Luxemburgo servía más como
residencia secundaria que como palacio oficial urbano. Su planta corresponde a
la característica de los palacios franceses, como el de Verneuil en
el que intervino Salomon de Brosse. Tiene un patio cuadrado, el Patio de Honor,
un salón de entrada coronado por una cúpula, la cúpula Tournon y
pabellones repetidos en el cuerpo del edificio.
Las novedades, como el cuerpo de la vivienda
que tiene una gran amplitud en relación a las dos alas, y la parte central
monumental, distinguen el palacio. El Palacio de Luxemburgo es el resultado de
la libre inspiración tomada del Palacio
Pitti, Florencia, Italia, solicitado por María de Médici que, aburriéndose
en el Louvre, deseaba encontrar el espíritu florentino y la dulzura que le
transmitía, especialmente a través del empleo del almohadillado de piedra en la
arquitectura del edificio más que la mezcla de ladrillo y piedra, como la que
se encuentra, por ejemplo, en el pabellón de caza del Palacio de
Versalles.
La parte derecha del palacio estaba reservada
para la Reina, y la de la izquierda para Luis XIII. Una serie de cuadros
se había encargado a Rubens para cada uno de sus departamentos, pero
solo se realizaron las trece telas destinadas a María de Médici, que se pueden
ver expuestas en una sala del Louvre.
Para albergar las asambleas
del Directorio y a continuación el recién creado Senado, el
arquitecto Jean-François-Thérèse Chalgrin remodeló el interior del
edificio para adaptarlo a sus funciones legislativas, obras que terminaron en
1807. Entre 1836 y 1842, el arquitecto Alphonse de Gisors, alumno de
Chalgrin, desplazó la fachada del edificio que da a los jardines sobre 31
metros, para dar cabida a un nuevo hemiciclo. La sala fue reconstruida en 1859,
también por Gisors, tras haber sufrido un incendio.
JACQUES
LEMERCIER
(Pontoise, 1585 - París, 13 de enero de 1654)
Fue un arquitecto e
ingeniero francés del siglo XVII, uno de los integrantes del
influyente trío que incluía a Louis Le Vau y François Mansart,
que formó el clasizante estilo barroco francés, basándose en las
tradiciones francesas del siglo anterior y en la práctica romana de la época,
una síntesis fresca y esencialmente francesa asociada con el cardenal
Richelieu y Luis XIII. Además también ejerció
de urbanista, decorador y diseñador de jardines.
Jacques Lemercier nació
en Pontoise en el seno de una familia de arquitectos y maestros
albañiles de la localidad, ya bien establecida en Île-de-France y conocida
desde el siglo XVI. Su abuelo, Pierre Mercier, y su padre, Nicolas Le
Mercier, habían dirigido los grandes proyectos
de Pontoise (Saint-Maclou, Notre Dame).
Beneficiándose de un viaje de estudio a Italia
con una larga estadía en Roma, presumiblemente desde 1607 hasta 1610, Lemercier
desarrolló la manera simplista y clasicista establecida por Salomon de
Brosse, que murió en 1636, y cuyo Palacio del
Luxemburgo para María de Medici Lemercier vería completarse.
Desde 1612 (bajo Enrique IV), ya estaba de vuelta en Francia y construyó
el convento de los Mínimos de Fublaines cerca de Meaux. Residió
después en Montereau, probablemente trabajando en el puente. Fue
consultado en los años siguientes para los puentes de Toulouse (1614), Lyon (1619)
y Rouen (1620). Después de varios años trabajando como ingeniero
construyendo puentes, en 1615 fue cualificado como arquitecto y su primer gran
encargo fue completar la parisina Iglesia de los Oratorianos (1616), que había
sido iniciada por Clément Métezeau; su éxito le permitió formarse una
reputación. En 1617 construyó el anfiteatro de Medicina de la calle
Bûcherie (hoy destruido); en 1622 diseñó la portada del castillo de
Dracy-Saint-Loup (Saône-et-Loire); en 1623 fue consultado para la iglesia
de San Eustaquio. El Hôtel de Liancourt (1623) destaca entre los hôtels
particuliers parisinos de Lemercier para los clientes aristocráticos.
Ya en 1618 aparece como architecte du roy,
con un salario de 1200, que le permitieron invertir en su taller. En 1625,
Richelieu lo puso a cargo del principal proyecto real, las galerías que estaban
siendo añadidas al palacio del Louvre, donde Lemercier estaba trabajando
según el diseño establecido por Pierre Lescot una generación antes;
por motivos de regularidad, los rangos de Lescot en la Cour Carré se
multiplicaron en nuevos patios, cuadruplicando el área del edificio, teniendo
cada uno de los cuatro lados un pabellón en el centro. De esta manera,
Lemercier construyó la mitad septentrional del lado oeste y el
famoso Pavillon de l'Horloge en el centro del ala oeste, cuya
construcción fue realizada tras derribar parte de la estructura original
fechada en tiempos de Carlos V el Sabio. Su alta cúpula cuadrada rompe la
línea de la cubierta del ala y tres aberturas arqueadas brindan acceso al patio
cerrado. Dos órdenes superpuestos de columnas y una rica decoración escultórica
en frontones y nichos, en muelles y paneles se mantienen bajo el control de
fuertes líneas horizontales de cornisa.
Lemercier construyó (desde 1627) la residencia
de Richelieu en París, el Palais-Cardinal, hoy Palais Royal. «El palacio de Richelieu fue destruido por el
fuego en 1763. Solo sobrevive un remanente: un fragmento de muro con un relieve
de anclas y proas de barcos, signos del papel del Cardenal como Superintendente
de la Armada, que aparecían por todo el palacio.» Este remanente se
encuentra en la Galerie des Proues, en el lado este de la segunda corte (en el
lado del jardín), la llamada Cour d'Honneur. Un proyecto urbanístico más
expansivo, uno de los proyectos franceses no militares más ambiciosos del
siglo, fue la residencia palaciega, la gran iglesia parroquial y toda la nueva
ciudad de Richelieu, en Poitou (Indre-et-Loire), una ciudad
ideal caracterizada por una serie de ejes de calles regulares con casas de estilo
uniforme. En la misma ciudad levantó un vasto palacio, del cual solo quedan
restos y que fue una improvisación sobre el tema establecido por el Luxemburgo
de Brosse. También para el Cardenal, Lemercier reconstruyó el château de
Rueil, no demasiado lejos de París, también demolido. Realizó el proyecto del
[château de Thouars]] para Marie de La Tour de Auvernia, duquesa consorte de La
Trémoille, que comenzó a construirse en 1638 y que se conserva, con su
majestuosa y larga fachada. Menos conocidos, porque los jardines son menos
permanentes, hay jardines de parterres dispuestos en los diseños de
Lemercier, en Montjeu, Richelieu y Rueil (Mignot; Gady).
En la Sorbona, la universidad ha sido
reconstruida pero la cupulada capilla de la Sorbona (iniciada en 1635)
es la reconocida obra maestra que sobrevive de Lemercier, en la a los elementos
propios del barroco aúna otros de la tradición clásica. La cúpula hemisférica
sobre un alto tambor octogonal, el primero de este tipo en Francia, tiene
cuatro pequeñas cúpulas en los ángulos de la cruz griega sobre las
dos órdenes corintias en la fachada, de columnas completas abajo y
pilastras planas arriba. El interior estaba destinado a ser revestido con
frescos. La intersección cuadrada está rodeada por bóvedas cilíndricas y un
ábside del coro semicircular. El lado norte consiste en un pórtico. En esta
iglesia, fue enterrado Richelieu en 1642.
En 1639 Lemercier fue nombrado primer
arquitecto del rey (premier architecte du Roi), cargo que conservó hasta
1653. Encargado de supervisar todas las empresas de construcción reales, en
cuyo desempeño sostuvo una disputa desagradable con el cultivado Nicolás
Poussin acerca de las decoraciones en el Louvre.
En la iglesia abacial real de
Val-de-Grâce Lemercier sucedió al anciano François Mansart que
completó la estructura hasta la línea de la cornisa, y se negó a aceptar un
cambio en el diseño del edificio. Lemercier la completó con una cúpula.
Luis XIII le encomendó la planificación inicial
para una expansión del pabellón de caza en Versalles, un proyecto que solo fue
realizado por otros arquitectos, notablemente Louis Le
Vau y Jules Hardouin-Mansart, bajo la guía de Luis XIV.
Uno de sus últimos encargos fue el diseño de
la iglesia de Saint-Roch, en la que Luis XIV colocó la piedra angular
en 1653. Con una longitud de - m. Es una de las iglesias más grandes de París.
El profundo coro enfatiza la extensión del interior, apenas interrumpido por la
discreta cúpula baja sobre el crucero, que se esconde en el exterior bajo el
techo del transepto. Lemercier completó el coro y el crucero y el resto del
interior se llevó a cabo según su proyecto. El trabajo se interrumpió entre
1701 y 1740, salvo para una capilla insertada edificada en 1705-1710 y diseñada
por Jules Hardouin-Mansart. La fachada actual es una composición del siglo
XVIII de Robert de Cotte.
En una larga carrera, el escrupuloso Lemercier
no acumuló fortuna. Aunque en 1645 Lemercier estaba recibiendo, como primer
arquitecto real un salario de 3000 libras, después de su muerte —en la casa que
se había construido para él y que todavía se conserva en el nº 46 de la rue de
l'Arbre Sec (Gady)— fue necesario vender la gran biblioteca que había reunido,
para liquidar sus deudas. Lemercier murió en París en 1654.
El Palais-Royal (en
francés, lit. 'Palacio Real') es un
conjunto monumental parisino —un palacio, unos jardines, unas galerías y un
teatro— situado al norte del palacio del Louvre, en el I Distrito de
París, que fue y es un destacado lugar de la historia de Francia y de
la vida parisina.
Entrada al Palais Royal desde la rue
Saint-Honoré
Construido por el cardenal Richelieu para
ser su residencia parisina a partir de 1624, el conocido
como Palais-Cardinal ('Palacio cardenalicio') fue donado al rey Luis
XIII en 1636. Tras la muerte del monarca, sirvió como residencia a la
reina regente Ana de Austria y al rey Luis XIV niño durante
los disturbios de la Fronda, momento en que se pasó a ser nombrado
Palais-Royal, nombre que retuvo a pesar de que tras 1652 casi nunca más volvió
a alojar a un soberano francés.
Felipe I de Orleans, hermano menor de Luis XIV,
vivió en el palacio desde 1661 y en 1692 le fue donado en apanage. Fue
desde entonces la residencia oficial de los duques de Orléans y
sufrió constantes reformas, ampliaciones y modificaciones. Durante la minoría
de edad de Luis XV fue la sede del gobierno y residencia del Regente. A
partir de 1780, el duque Luis Felipe II de Orléans, futuro Philippe
Égalité, realizó una grandiosa operación inmobiliaria dirigida por el
arquitecto Victor Louis, enmarcando el jardín posterior con construcciones
uniformes y galerías que se convertirán durante medio siglo —por sus cafés,
restaurantes, salones y otros establecimientos de entretenimiento—, en el lugar
de encuentro de moda de una sociedad parisina elegante y a menudo libertina. El
cierre de las casas de juego que había en sus galerías se hizo en 1836.
El espectáculo siempre estuvo, y ha estado,
presente en el Palais Royal: Richelieu tenía allí su propio teatro; la troupe de
Molière se instaló en la sala en 1660 y a su muerte, fue Lully quien
instaló allí la sede de la Ópera de París, que se incendió en 1763 y en
1781. El Teatro Montansier se abrió en 1787 y la Comédie-Française se
instaló en la nueva sala del Palais-Royal en 1799.
Tras ser confiscado y vaciado durante la
Revolución, en 1814 el palacio y el jardín fueron restituidos a los Orléans,
iniciándose otra gran campaña para finalizar el palacio y dotarlo de un aspecto
homogéneo. En 1830, Luis Felipe I fue proclamado «Rey de los franceses» en el palacio y al
año siguiente partió a vivir a las Tullerías. Tras los graves saqueos de
1848, el Palais-Royal fue puesto a disposición del rey Jerónimo Bonaparte durante
el Segundo Imperio. Parcialmente incendiado durante la Comuna de
París, desde 1871 fue asignado a distintas administraciones públicas. Hoy
alberga el Consejo de Estado, el Consejo Constitucional y el
Ministerio de Cultura. En la parte posterior de los jardines se encuentran los
antiguos edificios de la Biblioteca nacional de Francia.
El conjunto arquitectónico del Palais-Royal
está limitado por la rue Saint-Honoré y la plaza Colette, al
sur, por la rue de Richelieu, luego por la rue de Montpensier, al
oeste, por la rue de Beaujolais, al norte, y por la rue de Valois, al
este.
Historia
El Palais-Cardinal
Richelieu adquirió en 1624
por 90 000 francos el hôtel de Rambouillet (no
confundir que el edificio del mismo nombre sede de un salón
literario), un hôtel particulier que presentaba para él la doble
ventaja de estar cerca del Louvre y de estar bordeado por un fragmento de
la muralla de Carlos V que podía, si fuera demolida, proporcionarle
un gran espacio en la ciudad detrás de su hôtel. Ese será el caso en
1633, cuando una patente real le otorgaba la propiedad de esas tierras traseras.
Planta baja del palacio según el primer
proyecto de ampliación de Jacques Lemercier, circa 1633.
Luego emprendió, apelando al arquitecto Jacques
Lemercier, que acababa de completar el pabellón de Reloj del Louvre, la
transformación del hôtel en un palacio real con suntuosos apartamentos. Las
obras de ampliación finalizaron en 1639 y el resultado fue una
espaciosa residencia urbana en forma de H que gozaba de un amplio jardín en la
parte posterior. Dos patios de conformaron consecuencia de esta planta: al sur
cara a la calle la Cour de l'horloge y al norte cara al jardín
la Cour d'honneur, mucho más amplia.
Para su decoración, Richelieu contó con los
pintores Philippe de Champaigne y Simon Vouet, que concibieron
las dos partes más destacables del palacio: en el ala oeste del patio de
entrada, la Galerie des objets d'art, que servía para exponer la colección
de arte del cardenal; y en la misma ala, pero dando frente al jardín,
la Galerie des Hommes Illustres, destinada a exponer los retratos de los franceses
ilustres que habían precedido al cardenal. Sauval dejó testimonios precisos
sobre esa Galerie des Hommes Illustres que comportaba, acompañados de
cuatro estatuas y treinta y ocho bustos de mármoles antiguos, veinticinco
retratos (incluidos el de Luis XIII y el de Richelieu) pintados por Champaigne
y Vouet.
Al oeste de la propiedad, el cardenal adquirió
el vecino hôtel de Brion para servir de residencia a sus allegados y
para albergar su amplísima biblioteca. Asimismo, en el ala sureste mandó erigir
una sala de teatro, que permanecerá durante mucho tiempo como la más
hermosa de París. Corneille subrayaba el carácter suntuoso de esa
residencia en Le Menteur:
Y el universo entero no
puede ver nada igual
A los hermosos exteriores del Palacio Cardinal.
Una ciudad entera, con pomba edificada,
Parece de un viejo foso por milagro salida,
Y nos hace presumir con sus soberbios techos
Que todos sus habitantes son dioses o reyes.
Le Menteur (1644),
de Corneille
Tras el incendio de la ópera en 1763 y las reformas
de Pierre Contant d'Ivry, no queda hoy del Palais-Cardinal más que la planta
baja del ala noreste, la llamada Galerie des Proues decorada con
motivos de rostras y de anclas marinas, que recuerda el cargo grand-maître
de la navigation del cardenal.
La
residencia de Luis XIV (1643-1651)
Richelieu donó su palacio al rey Luis XIII,
mediante escritura de donación con reserva de usufructo el 6 de junio de 1636,
renovada por testamento, hasta su muerte en 1642. El acto de donación
estipulaba que el hôtel permanecería para siempre inalienable para la Corona,
siendo la causa determinante de la liberalidad que el edificio sirviese como
vivienda para el rey o el heredero de la Corona, con exclusión de cualquier
otra persona. Luis XIII jamás llegó a disfrutar del Palais-Cardinal, pues
murió en mayo 1643. Sin embargo, en octubre del mismo año, la regente Ana
de Austria decidió instalarse en el edificio con sus dos hijos, el
futuro Luis XIV y Felipe de Orleans. Al contrario que el palacio
del Louvre, constantemente en obras, el Palais-Cardinal era un
edificio amplio y recién construido que además gozaba de un amplio jardín donde
podía jugar el joven Luis y su hermano. Como nueva residencia de la familia
real, el complejo pasó entonces a llamarse Palais-Royal (literalmente
Palacio Real). El Hôtel de Sillery, situado justo enfrente fue demolido
para permitir la creación de una plaza que precediera a la entrada.
El Palais-Cardinal visto desde
el jardín por un artista inglés desconocido (ca 1690)
Los aposentos en el Palais-Royal se dispusieron
en la siguiente manera:
·
el appartement de
Ana de Austria en el ala noreste cara al jardín.
·
el appartement de
Luis XIV en el centro el palacio, su dormitorio era el mismo de Richelieu.
·
el appartement de
Felipe de Francia debió estar en el ala suroeste, cara a la rue Saint-Honoré,
en la antigua Galerie des objets d'art tabicada a tal efecto.
·
el appartement del
cardenal Mazarino se localizaba fuera del palacio, en un hôtel conectado
con los aposentos de Ana de Austria; su residencia oficial era, sin embargo,
el Hôtel Tubeuf (actual sede de la BNF).
La reina Ana encargó la redecoración de sus
aposentos, al pintor Simon Vouet. En dichos aposentos se tomaron algunas
de las decisiones políticas que precedieron a la Fronda. El cardenal
Mazarino, por su parte aunque disponía de unos aposentos en el palacio,
adquirió el Hôtel Tubeuf (actual sede de la BNF) situado al otro
lado del jardín.
El futuro rey Sol pasó cinco años de su
infancia en el Palais-Royal, pero el estallido de la Fronda en 1648 puso fin a
ese periodo. El 6 de enero de 1649, la regente y la familia real abandonaron
furtivamente el palacio en medio de la noche, rumbo a Saint-Germain-en-Laye.
La familia real volvió a París días después con la ayuda de las tropas de Gastón
de Orleans y del príncipe de Condé.
El episodio más destacable de esa época
ocurrió, sin embargo, en enero de 1651, cuando la muchedumbre, ante el temor
que el joven rey, entonces de ocho años, hubiera abandonado el palacio, penetró
a la fuerza en sus aposentos hasta llegar a su dormitorio y pasó varias horas
frente a su cama. Dicen que de ese episodio inspiraría al joven monarca a
construir una nueva residencia fuera de París. La familia real volvería a
abandonar el Palais-Royal en septiembre del mismo año y no entraría de nuevo en
París hasta 1652, después del fin de la Fronda.
A su regreso a la capital, la reina regente
decidió volver a instalarse en el Louvre, al considerar que el
Palais-Royal era poco seguro. Este último edificio conservó su nombre, pero
nunca más volvió a servir de residencia real.
Comparación del área
del Palais-Cardinal en 1500 y en 1648, según un grabado de Theodor
Hoffbauer de 1885
El
palacio de Felipe de Orléans (1661-1701)
Como la escritura de donación de Richelieu implicaba
la obligación de asignarla a la residencia del rey, los juristas concluyeron
que la cláusula se había vuelto inaplicable y debía ser considerada como
abusiva. Se consideró que el palacio, por su pequeñez y la calidad de sus
edificios, no era una morada adecuada para un rey, y que solo el Louvre, por su
grandeza y magnificencia, respondía a la majestad del rey. Por lo tanto, a
partir de 1661 fue el hermano de Luis XIV, Felipe de Francia, duque
de Orléans, llamado Monsieur, quien empezó a habitar el palacio junto con
su esposa Enriqueta de Inglaterra, llamada Madame, y, después de
1671, con su segunda mujer Isabel Carlota del Palatinado. La pareja
principesca se instaló en el palacio respetando los aposentos de Ana de
Austria, que permanecerían intactos e inhabitados. Monsieur habitó
las salas centrales y Madame el ala suroeste que daba a la plaza y a
la rue Saint Honoré.
En 1692, el rey obligó a su sobrino Felipe
II de Orléans a casarse con su hija legitimada Francisca María de
Borbón. En compensación por esta humillación y siguiendo los dictámenes de los
juristas, en febrero del mismo año por cartas patentes el rey cedió a su
hermano el Palais-Royal en apanage. Desde entonces hasta 1830, con
algunas interrupciones, el Palais-Royal sería la residencia oficial de la Casa
de Orléans.
Distribución hipotética de la primera
planta del Palais-Royal según el inventario hecho tras la muerte
de Monsieur en 1701 (en salmón, el Grand Appartement)
De 1661 a 1692, ya que el palacio no era
propiedad particular de Monsieur, sino del rey, pocos cambios y obras
tuvieron lugar en él. No obstante si que cabe destacar la instalación en el
vecino Hôtel de Brion (antigua biblioteca de Richelieu luego trasladada
a la Sorbona) de la Academia Real de pintura y escultura. Sería
precisamente allí donde nacerían los primeros Salons de pintura,
celebrados en 1667, 1669, 1671 y 1673. La Academia se trasladaría al palacio
de Louvre en 1692. Más cambios importantes fueron la instalación de la
sede de la Ópera de París en la antigua sala de teatro de
Richelieu en el ala sureste en 1673, la creación de un jardín a la francesa
por Le Nôtre en 1674, o la instalación en 1675 de Felipe de
Lorena en un coqueto apartamento en el extremo norte de la Galerie
des Hommes Illustres.
Transformaciones más importantes tuvieron lugar
a partir de 1692, concentradas sobre todo en la parte oeste del Palais-Royal.
El Hôtel de Brion, también cedido a Monsieur, fue completamente
reformado de 1692 a 1700 por Mansart. La galería de la Academia fue
dividida y se creó un suntuoso grand appartement (color salmón en el
plano de la derecha) para el duque de Chartres que se prolongaba con
una nueva galería perpendicular al edificio original y paralela a la rue
de Richelieu. En la planta baja, con una distribución parecida se situaba
el appartement de la duquesa de Chartres. En el centro de estos
nuevos edificios se estableció un pequeño jardín privado llamado Jardin de
l'Orangerie o Jardin des Princes.
Planta
general del conjunto (1692)
Felipe, a diferencia de su hermano que pasaba
casi todo su tiempo en Versalles, hizo del Palais-Royal su residencia
principal, a la vez que reconstruía el palacio de Saint-Cloud. Siempre
acudía al teatro y a la ópera, ofrecía grandiosas recepciones en el
Palais-Royal y se dejaba ver en los mercados y ferias. Se convirtió así en un
personaje tremendamente popular en París y al mismo tiempo en una suerte de
representante del rey en la vieja capital, al menos en el terreno
social. Monsieur fue un gran mecenas, no solo por su generosidad sino
por su gusto refinadísimo y experto.
El 19 de junio de 1701 falleció Felipe pasando
el palacio a su hijo Felipe II de Orleans, sobrino de Luis XIV, que
continuó las obras iniciadas por su padre.
La edad
de oro: el Regente en el Palais-Royal (1701-1723)
Bajo Felipe II de Orleans, y sobre todo durante
la Regencia (1715-1723) el Palais-Royal que se convirtió en el
corazón de la vida política y artística francesa suplantando a Versalles.
El duque, regente durante la minoría de edad de Luis XV, mandó trasladar a la
corte y al joven rey a la Tullerías y él mismo dirigió la política del país
desde el Palais-Royal.
También fue un periodo de constantes obras,
iniciadas tras la muerte de su padre en 1701 y solo concluidas con su propia
muerte en 1723. La galería fue decorada entre 1702 y 1705 con frescos de
la historia de Eneas pintados por Antoine Coypel y, por lo
tanto, recibió el nombre de Galerie d'Énée. De 1713 a 1718, las paredes de
la galería fueron completamente decoradas por Gilles-Marie Oppenordt evocando
las hazañas militares del Regente. Hacía 1716, los aposentos de la duquesa de
Orléans en la planta baja fueron completamente redecorados y Oppenordt creó un
suntuoso dormitorio para el Regente en el ala suroeste, en el mismo espacio
donde debió estar la de Richelieu y Luis XIV. En 1715 o 1719 el
arquitecto Jean-Sylvain Cartaud construyó dos pequeños gabinetes
anexos al Grand Appartement con iluminación cenital para exponer las
pinturas flamencas del duque y, el mismo año, anexos al salón de Oppenordt se
crearon pequeños aposentos para las cenas íntimas del regente. Finalmente,
entre 1719 y 1721, el gran gabinete del Regente en el extremo del Grand
Appartement fue completamente rehecho por Gilles-Marie Oppenordt,
creando un gran espacio oval con una cúpula y una decoración emblemática
del estilo Regencia y que anunciaba ya el Rococó.
Alzado y sección del Palais-Royal según
aparece en Architecture françoise (1754) de Jacques-François Blondel
En el apogeo de la Regencia, el Palais-Royal se
distribuya de la siguiente manera:
·
el Grand
Appartement en la zona oeste del palacio con: un gran salón, una
antecámara/comedor, un dormitorio de ceremonia, una gran sala de audiencias
para los embajadores, el gran gabinete o salón decorado por Oppenordt y la
galería con las escenas de la Eneida.
·
los cabinets
flamands anexos al sureste del anterior y compuestos por el Salon à
la lanterne y la Rotonde.
·
los petits
appartements para las cenas íntimas situados cara a la rue de Richelieu y
formados por un gabinete, un dormitorio y una pequeña cocina.
·
la
escalera principal, la sala de guardias y las antecámaras se situaban en el ala
central cara al jardín (norte).
·
el appartement de
la duquesa viuda estaba también en el ala central pero cara a la rue
Saint-Honoré (sur).
·
el appartement
d'hiver del Regente se localizaba en el ala suroeste cara a la rue
Saint-Honoré y lo formaban un gran dormitorio con alcoba, la
pequeña Galerie des objets d'art de Richelieu y varios pequeños
gabinetes.
·
el appartement de
la duquesa de Orléans seguía estando en la planta baja justo debajo
del Grand Appartement.
·
el appartement de
Ana de Austria en el ala noreste permanecía desocupado.
Mecenas y gran coleccionista, el Regente
reunió en el Palais-Royal una fabulosa colección de cuadros, la más
importante después de la del rey, con más de quinientas obras de pintores
ilustres (la colección será vendida a partir de 1788 por el futuro
Philippe-Égalité). Entre las obras maestras que incluía, se cuentan cinco de
las poesías (mitologías) pintadas por Tiziano para Felipe
II de España, La resurrección de Lázaro de Sebastiano del Piombo y
tres famosos originales de Correggio.
Las fiestas oficiales y las cenas galantes se
sucedían en el Palais-Royal. Además, bailes públicos, pero con un alto costo de
entrada, se celebran en la sala de la ópera en invierno, tres veces
por semana. El Regente se entretenía asistiendo a ellos de incógnito, siendo el
uso obligatorio de la máscara lo que favorecía la confusión de rangos. Era,
según Saint-Simon, una de las razones para mantener su residencia en
París:
El duque
de Orleans no tenía más que dar un paso para ir allí al salir de sus cenas para
mostrarse allí a menudo en un estado poco conveniente. [A Saint-Simon le habría
gustado] alejar al duque de Orleans de las perniciosas compañías con las que
cenaba todas las noches, del estado en el que a menudo aparecía en los bailes
de la Ópera, y del tiempo que perdía después de todas las representaciones de
esos espectáculos. Pero fue precisamente eso lo que lo unió a la estancia de
París de la que no había forma de apartarlo.
Saint-Simon, 1715.
El
letargo con Luis "el Piadoso"
(1723-1752)
Cuando murió el Regente en 1723, el palacio
cayó en un semi-letargo y ninguna transformación de envergadura tuvo lugar en
los próximos 30 años. Su hijo y heredero, Luis I de Orleans "el Piadoso", tempranamente viudo
tras la muerte de su esposa Augusta de Bade en 1726, prefirió
encargar suntuosos muebles a Charles Cressent, piezas de argenterie al
orfebre François-Thomas Germain y esculturas a Michel Ange
Slodtz. Sí que cabe destacar, no obstante, el tabicamiento de la Galerie
des Hommes Illustres del ala noroeste en 1727 y, más importante, en nuevo
jardín que en 1730 diseñó Claude Desgots, discípulo de Le Nôtre.
Poco después, el jardín fue abierto al público (pero prohibido a personas con
ropas descuidadas y a los sirvientes en librea) y atrajo a una multitud de
paseantes. Es en él donde comienza la obra de El sobrino de Rameau:
Haga
bueno o haga malo, tengo la costumbre de irme a pasear, a eso de las cinco de
la tarde, por el Palacio Real. Siempre se me ve solo meditando en el banco de
Argenson [...] […] Abandono mi espíritu a su libertinaje. Le dejó seguir
libremente la primera idea sensata o loca que se presente, tal y como se ve en
la alameda de Foy a nuestros jóvenes disolutos siguiendo los pasos de una
cortesana de aspecto desenvuelto, rostro risueño, mirada viva, nariz
respingona, abandonando a una por otra, coqueteando con todas sin comprometerse
con ninguna. Mis ideas son mis amantes.
El sobrino de
Rameau (1760), de Diderot
Luis I de Orleans, cada vez más melancólico y
religioso tras la muerte de su esposa, se retiró en 1741 a la abadía de
Santa Genoveva de París, donde vivió rodeado de libros, medallas y
grabados. Allí murió en 1752 sin haber vuelto a pisar el Palais-Royal. Mientras
tanto, fue su madre Francisca María de Borbón, hasta su muerte en 1749, y
luego su hijo Luis Felipe I de Orléans quienes se encargaron de administrar
los bienes de los Orleans. Asimismo, dado el apanage de los Orléans
estaba cerrado a la policía real, varias actividades ilícitas comenzaron a
tener lugar en los jardines: galantería y agitación política que anuncian la
vocación del Palais-Royal.
Los
cambios de Luis Felipe "el Grande" (1752-1780)
Al contrario de su padre, Luis Felipe I de
Orleans "el Grande" y
su esposa Luisa Enriqueta de Borbón-Conti llevaron una vida de fastos
y fiestas en el Palais-Royal y sobre todo en Saint-Cloud. Él se instaló en
el ala noroeste, en la antigua Galerie des Hommes Illustres de
Richelieu que finalmente había sido tabicada y ella en los antiguos aposentos
de Ana de Austria en el ala noreste.
Ante la negativa de su padre, ninguna
transformación se realizó en el edificio hasta su muerte en 1752 en la abadía
de Santa Genoveva. Ese mismo año, el nuevo duque de Orleans encargó a Pierre
Contant d'Ivry las primeras grandes obras desde inicios de siglo, que
consistieron a reformar los aposentos de la duquesa pero añadiendo un suntuoso
comedor oval y edificando un nuevo y amplio patio trasero al este del complejo
(actual Place de Valois) que pudiera contener cómodamente los servicios y
el alojamiento de la servidumbre. Las obras se llevaron a cabo entre 1752 y
1760, pero como la duquesa murió en 1759, fue el duque quien acabó aprovechando
los nuevos aposentos de su esposa.
Paralelamente, desde 1749 en colaboración con
el ayuntamiento de París, la sala de la ópera donde Servandoni concebía
los decorados para óperas y bailes y que era el lugar de encuentro de toda la
alta sociedad, se reformó y se redecoró y los edificios anexos también fueron
reedificados para proporcionar accesos más cómodos y mejores dependencias para
los actores. En 1763, la histórica sala edificada por Richelieu donde
se habían representado obras de Lully y Rameau y donde había muerto Moliere en
1673 fue pasto de las llamas, que afectó parcialmente al ala central del
palacio y provocó el derrumbe de la bóveda de la escalera.
Nuevo jardín de Desgots según aparece
en Architecture françoise (1754) de Jacques-François Blondel.
De nuevo, de 1763 a 1770, hubo que replantear
reconstrucciones importantes de toda la zona este del complejo, y se estimó que
el arquitecto del duque, Contant d'Ivry, reconstruiría las fachadas y el
arquitecto de la villa, Pierre-Louis Moreau-Desproux, se encargaría del
interior del teatro. No obstante, el duque aprovechó que se debía reedificar el
ala sureste de la ópera, para derribar también el ala central y el ala suroeste
y rehacerlas en un elegante estilo neoclásico. No solo las fachadas de
la Cour de l'horloge cambiaron por completo adquiriendo su aspecto
actual, sino que se erigió un nuevo vestíbulo central columnado y una
monumental escalera elíptica cubierta por una cúpula. Por primera vez en su
historia, los dos patios que conformaban la H mayúscula del palacio
(la Cour de l'horloge al sur y la Cour d'honneur al norte)
tuvieron la misma anchura.
En noviembre de 1768, con las obras en su fase
final, Luis Felipe I de Orleans recibió en su palacio al rey Cristián VII
de Dinamarca con una cena de 672 cubiertos. La nueva ópera se inauguró en
enero de 1770 con Zoroastre de Rameau y fue el teatro donde
se estrenaron las obras maestras de Gluck. Volvió a arder el 8 de junio de
1781, siendo el final de la presencia de la ópera en el Palais-Royal.
Sin embargo, en 1773, el duque de casó con su
amante de toda la vida, la marquesa de Montesson. Siendo un matrimonio
morganático, esto creaba serios problemas de etiqueta y precedencia y la pareja
dejó de frecuentar los palacios oficiales del Palais-Royal y Saint-Cloud,
prefiriendo sus residencias privadas como el Hôtel de Montesson o
el Hôtel d'Orléans en la Chaussée-d'Antin o los castillos
de Raincy y Sainte-Assise. De nuevo, con el duque de Orléans
ausente, fue su hijo el duque de Chartres el que tomó las riendas de las
propiedades, un acuerdo firmado en 1780 cedía el Palais-Royal y Saint-Cloud a
este último, mientras que los muebles y cuadros seguían siendo propiedad del
primero. Luis Felipe I de Orléans murió en su castillo de Sainte-Assise en
1785.
La gran
operación inmobiliaria de Luis Felipe II de Orléans (1780-1789)
El año 1780 marcó un punto de inflexión en la
historia del Palais-Royal, que tomaría entonces la apariencia que ha conservado
hasta nuestros días. El bisnieto del regente, Luis Felipe II de Orleans,
duque de Chartres (que sería duque de Orleans tras la muerte de su padre en
1785 y conocido como Felipe Igualdad —Philippe Égalité— durante la Revolución
francesa), recibió la entera propiedad del Palais-Royal. Muy endeudado, se
embarcó en el camino de la especulación inmobiliaria imitando a otros grandes
señores como el conde de Artois o el banquero Laborde.
El jardín
y los inmuebles
Su idea era parcelar los bordes del jardín,
construir nuevos inmuebles, alquilarlos como comercios y viviendas y hacer del
Palais-Royal el polo de atracción de todo París. Los nuevos edificios se
abrirían a varias calles nuevas dedicadas a los hijos del duque: la rue de
Montpensier al oeste del jardín en honor al duque de Montpensier;
la rue de Beaujolais al norte en referencia al conde de
Beaujolais y la rue de Valois al este aludiendo al duque de
Valois. El duque eligió como arquitecto a Victor Louis que acababa de
terminar el Gran Teatro de Burdeos. Obtuvo la autorización de su
primo Luis XVI en junio de 1781 y las obras empezaron en septiembre
del mismo año. Los 72 propietarios de las casas que tenían vistas sobre el
jardín protestaron, sin ningún efecto.
En la fachada al jardín, Victor Louis alineó
unas galerías de 180 arcadas separadas por pilastras corintias e
iluminadas por 188 farolas suspendidas de la clave de los arcos. El estilo,
aunque neoclásico, bebía claramente de la arquitectura monumental de la
época de Luis XIV. Años después el conde de Laborde alabaría la obra
de Louis diciendo que: "Se le pedía
construir un bazar que no afeara el jardín del duque de Orléans y Victor Louis
entendió la especulación de una forma monumental". Las tres nuevas
alas tomarían los nombres de las calles adyacentes: la Galerie de
Montpensier al oeste, la Galerie de Beaujolais al norte y
la Galerie de Valois al este.
Los jardines y el circo en 1791
Cada casa comprendía una planta baja y un
entresuelo que daban a la galería, una planta noble y una segunda más baja, con
el salón y el dormitorio cara al jardín y la antecámara y el gabinete a la
calle. La tercera planta y los áticos destinados a los sirvientes estaban medio
ocultos por una balaustrada que soportaba jarrones. En 1784 los inmuebles y el
jardín estaban terminados, recibiendo alabanzas del público. Las primeras
viviendas, no obstante, no se empezaron a vender hasta 1787.
Rebosante de ideas para atraer al público, el
duque también hizo construir en 1787 el Circo del Palais-Royal en el
centro del jardín para organizar carreras de caballos. Victor Louis construyó
un edificio de 72 columnas jónicas, recubiertas con enrejado, de 100 m de largo
y 16,50 m de ancho. Anunciando los centros comerciales actuales, gran parte del
edificio, unas 40 boutiques, estaban enterradas (4,30 m) para no obstruir la
vista desde las galerías. El monumento entusiasmó a sus contemporáneos: «El
circo es el monumento arquitectónico más bello, más elegante y más original, si
nos atrevemos a decir que existe en París. Es una creación subterránea formada
a golpe de varita mágica» escribió Louis Sébastien Mercier en 1789.
Pero los problemas financieros obligaron al duque a alquilarlo. Se instaló allí
un salón de té y una orquesta. Fue destruido por un incendio a finales de 1798.
El duque de Chartres había transformado París.
El Palais-Royal se convirtió en el centro del comercio y de los placeres de la
capital. Unas 180 tiendas atrajeron a una multitud considerable y en el jardín
se organizaron tres filas de sillas para los paseantes, que además se podían
acercar a los cafés a beber.
El
palacio
Inicialmente, el proyecto urbanístico del
jardín debía completarse con una nueva ala del palacio situada en su extremo
norte, entre el jardín y la cour d'honneur; este nuevo espacio seguiría
también la ordenación de las fachadas que había propuesto Victor Louis y
albergaría los nuevos grands appartements del palacio. No obstante,
aunque esa ala se inició en 1785, apenas se realizaron los cimientos por falta
de fondos. En su lugar, se construyó una edificación de madera con tiendas
decoradas en trompe-l'œil que se alquilaron a los comerciantes. Este
espacio se llamó Galeries de bois (Galerías de madera) o Camp
des Tartares (Campamento de los tártaros), este último nombre en
referencia a los timos y trapicheos que con frecuencia se producían.
En 1781, apenas empezadas las obras en el
jardín, el incendio de la ópera vino a modificar las reformas del palacio que
el principio solo debía concentrarse en el lado del jardín. A pesar de que la
Ópera de París decidió trasladarse a la Tullerías y luego a la Porte
Saint-Martin, terminado con más de un siglo de relación con el Palais-Royal, el
duque previó construir un inmenso teatro por si algún día volvía. Dado que la
antigua sala se situaba justo en el camino de la nueva rue de Valois, se
decidió reubicar la nueva sala en el lado opuesto, derribando por ello
el Grand Appartement de época del Regente y la famosa Galerie
d'Énée. Empezado en 1786, el edificio se inauguró en 1790 y desde 1799 es la
sede de la Comédie-Française. Lo que sí que quedó sin completar fue el ala
noroeste de la cour d'honneur que lindaba con el nuevo teatro.
Edificio de la Comedie-Francaise
diseñado por Victor Louis (1786-1790), en una acuarela de final del XVIII. La
fachada fue rehecha en la década de 1860 y el teatro entero reconstruido al
inicio del siglo XX tras un incendio
El rédito
En el aspecto financiero, la empresa costó
mucho más de lo esperado, el duque había invertido grandes sumas de dinero, se
había endeudado más y, no obstante, los primeros beneficios no llegaron hasta
1787. Asimismo, la Revolución le impidió beneficiarse de la operación, además
de afectar seriamente a sus ingresos con la abolición de los mayorazgos.
Se inició entonces una larga lista de ventas que
no finalizaría hasta su muerte. En 1786, tuvo que vender el palacio de
Saint-Cloud a la reina María Antonieta, en 1787 su colección de
piedras grabadas a Catalina la Grande, en 1788 varios edificios cercanos,
en 1789 alquiló la planta baja del palacio incluido el vestíbulo a
comerciantes, en 1790 los suntuosos establos de la rue Saint-Thomas-du-Louvre
y, finalmente, en 1792 vendió la preciada colección Orléans, las pinturas
italianas y francesas a un banquero de Bruselas y el resto a un inglés.
El Palais-Royal
de la Revolución al Imperio (1789-1814)
Dado que el jardín del Palais-Royal se había
convertido en uno de los lugares más populares y concurridos de París y que,
más importante aún, la policía tenía prohibida la entrada al ser propiedad del
duque de Orleans, un príncipe de sangre, varios episodios de la Revolución
Francesa tuvieron lugar en él. Los más famosos fueron:
·
el
30 de junio de 1789, los Gardes françaises que se habían negado a
«disparar contra el pueblo» fueron liberados por un grupo que partió
del Café Foy, y llevados triunfalmente al Palais-Royal;
·
el
8 de julio de 1789, la ejecución de un espía de la policía;
·
el
12 de julio de 1789, Camille Desmoulins, después de haber sabido la
destitución de Necker, llamó a los parisinos a la insurrección. Un dibujo
de Prieur muestra la arenga previa a la multitud que tomó como signo
de adhesión las hojas del jardín, usadas como escarapelas. Los bustos de Necker
y del duque de Orléans (muy popular debido a sus posiciones liberales) fueron
paseados por el jardín y por París. La caballería cargó a la multitud en
la place Louis XV y la reacción defensiva de los parisinos fue
la toma de la Bastilla;
·
el
22 de julio de 1789, la cabeza de Joseph Foullon de Doué, superintendente
de finanzas, fue paseada en el jardín;
·
el
4 de mayo de 1791, la efigie del papa Pio XI, después de su negativa a
respaldar la constitución civil del clero, fue quemada en el jardín. En el
grabado de Prieur se puede ver una interesante reproducción del circo con un
jardín colgante en el tejado;
·
el
20 de enero 1793, el diputado montagnard Lepeletier de Saint-Fargeau,
que habían votado la muerte del rey, fue asesinado por un realista en
el Café Février instalado en la Galerie de Valois, n.° 114-118.
Se convirtió en uno de los mártires de la Revolución
con Marat y Chalier.
Asimismo, en una de las pequeñas
tiendas Charlotte Corday habría comprado el cuchillo que utilizaría
para asesinar a Jean-Paul Marat.
Después de la caída de la monarquía (jornada
del 10 de agosto de 1792), el duque de Orléans tomó el nombre
de Philippe-Égalité (Felipe Igualdad) y el Palais-Royal se convirtió
en el Palais-Égalité (Palacio Igualdad). El 2 de abril de 1793, el
duque fue arrestado en sus apartamentos con su hijo menor. Bajo presión, firmó
un documento de liquidación de sus bienes y propiedades, todo fue vendido,
salvo el palacio que fue nacionalizado un día después de su ejecución el 6 de
noviembre.
A pesar de Robespierre aspiraba
al assainissement moral (saneamiento moral) de la nueva sociedad
revolucionaria, el juego y la prostitución continuaron, justificando las
palabras del historiador Jules Michelet: «la vida, la muerte, el placer
rápido, grosero, violento, el placer exterminador: ese es el Palais-Royal del
93».
Después de la caída de Robespierre,
el Palais-Égalité se convirtió en un semillero de oposición a
la Convención y al Directorio, y precisamente del Palais-Royal
partió la insurrección realista que en octubre de 1795 fue duramente
reprimida por el joven Napoléon. Tras ella, Joseph Lakanal propuso
derribar todo el complejo y erigir en su lugar una columna dedicada a la
república. En 1797, el Directorio propuso vender el palacio, pero
el Consejo de los Quinientos rechazó la alienación: lo que quedaba
del mobiliario ya se habían vendido, pero el palacio se alquiló. Los
interiores fueron alterados por los inquilinos que los dividieron y degradaron
las decoraciones. El circo del jardín se quemó el 15 de diciembre de 1798,
siendo sustituido por una amplia fuente circular.
En 1800, Napoleón Bonaparte instaló
en el palacio el Tribunat, la asamblea legislativa creada por
la Constitución del Año VIII, adecuando para ello las salas medio
inacabadas de ala central. Tras su disolución en 1807, el palacio se integró a
los bienes de la Corona y desde entonces, albergó el Tribunal de Comercio y la
Bolsa de valores. Napoleón no estaba interesado en el Palais-Royal, muchos
proyectos se le propusieron (estado mayor de la plaza de París, ópera, palacio
de las Bellas Artes, residencia de huéspedes ilustres...) pero ninguno tuvo éxito,
por falta de voluntad.
Los años
locos del Palais-Royal (1780-1830)
El Palais-Royal era la etapa obligatoria de
extranjeros y nacionales, pues allí se encontraba reunido en un lugar cerrado,
no comunicándose con el exterior más que mediante galerías o peristilos que
daban a calles estrechas, todo lo que la capital podía ofrecer en lujo y
placeres. El historiador ruso Nikolái Karamzín afirmó en 1790 que
«todo lo que se puede encontrar en París está en el Palais-Royal» y el
escritor Lamothe-Langon que «París
es la capital de Francia, el Palais-Royal es la capital de París». Las
distracciones cohabitaban con los comercios más variados:
·
Los espectáculos:
La historia moderna de la Comédie-Française comenzó en
el Palais-Royal en el nuevo teatro construido por Victor Louis que acogió
desde 1791 a Talma y sus amigos que
habían roto con la compañía por razones políticas, y desde 1799 ya con toda la
compañía reunificada. Al norte de la galería Montpensier, el teatro de
marionetas "de S.A.S. el conde de Beaujolais"
abrió en 1784, para luego convertirse en 1790 en el Théâtre Montansier (actual Théâtre du
Palais-Royal) reconstruido por Victor Louis. Contaba
hasta 1300 asientos distribuidos en tres plantas y su foyer era
particularmente animado.
El Palais-Royal vio florecer una profusión de
otros entretenimientos, a menudo alojados en pequeños teatros, que competían
ferozmente y que solían tener una existencia efímera. El teatro de Seraphin
atraía a muchas personas con su espectáculo de sombras chinas. Las marionetas
también eran un género popular. Curtius presentaba
en dos salas figuras de cera de personajes célebres del momento, entre ellos la
familia real, y el 12 de julio de 1789 proporcionó los bustos de Necker y del
duque de Orleans llevados en triunfo por la multitud. En el jardín, diariamente
a mitad del día, se reunían entre cien y doscientas personas, reloj en mano,
alrededor del pequeño cañón cuyo disparo ordenado por los rayos del sol
señalaba la hora del mediodía.
·
Los restaurantes y los
cafés:
El restaurante, con su comida a la carta y sus
mesas individuales (distinto del albergue con su mesa de comidas), había nacido
con el Antiguo Régimen en el Palais-Royal, se decía. Se multiplicaban
en las nuevas galerías de Victor Louis. Había restaurantes de primera clase,
famosos en toda Europa, como el Very (nº 83-85),
el Véfour (nº 79-82), los Frères provençaux (nº 96-98), y
también establecimientos al alcance de bolsas modestas.
Los cafés eran igual de numerosos. Los más
famosos eran el Café Mille Colonnes (nº 36), sin duda el más lujoso,
inaugurado en 1807, donde durante veinte años la célebre Belle
Limonadière, el Café de Foy (nº 56-60), frente al cual Camille
Desmoulins lanzó su famosa arenga «aux armes», el Café
Lemblin (nº 100-101), lugar de encuentro de los oficiales del Imperio
luego de los medio-soldados nostálgicos de la Restauración, el Café
Valois, frecuentado por los realistas, el Café de la Rotonde (n°
89-92), que obtuvo permiso de Cambacérès para establecer una rotonda
en el jardín para albergar a su clientela, el Café des Aveugles (n.º
99-102), un café-caveau (café-subterráneo) donde una orquesta de
ciegos alternaba con los toques de tambor de un «faux sauvage», el Café Corrazza (n.º 9-12) lugar de
reunión de los jacobinos, frecuentado por Bonaparte, y el Café
Borel (nº 114), con su propietario ventrílocuo que atraía a los curiosos.
·
Las tiendas:
Para el comercio, el éxito derivaba de la
abundancia y de la variedad de las mercancías ofrecidas. La densidad de
tiendas, a veces simplemente inventarios, era increíble: casi 400 tiendas para
todo el Palais-Royal. Había tiendas de lujo, especialmente de joyería y
relojería, pero también sastres, empresas de alimentación con productos raros y
seleccionados, tres salas de lectura, un establecimiento de baño... Los
modistos se encontraban principalmente en la Galeries de bois, donde
también había los libreros (hasta catorce) y los vendedores de grabados
especializados en publicaciones licenciosas.
La instalación de la bolsa de
valores hasta 1816 atraía a personas con grandes medios financieros,
listos para gastar en el lugar parte de los beneficios obtenidos, así como
también a sus empleados, cambistas y prestamistas.
·
El juego:
El Palais-Royal fue durante todos esos años un
gran casino: creps, passe-dix, treinta y una, biribí prosperaban en
los números 9, 14, 18, 33, 113, 129, 154, sin contar las veinte mesas en el
Circo. La casa de apuestas más famosa era la 113 que tenía ocho salas,
incluidas seis mesas de ruleta. En el 154, en le Club
Polonais también llamado le Club des Deux-billards era precisa
una presentación y había una mesa llamada «la
table d’or» porque las apuestas solo se podían hacer en monedas de oro o en
billetes de banco. La propiedad fue regentada desde 1787 hasta julio de 1793
por dos directores, el caballero Jean Baptiste de Coste o de Costes de
Calprenede (1738-1826), no casado con Adélaïde Marguerite Desmart (1766-1850),
y por el vizconde Esprit Boniface de Castellane (1763-1838) acompañado por la
señorita Quincy, amiga íntima del duque de Orléans.
En La Comédie humaine, Raphaël de Valentin pone
su vida al 33 y Rastignac cree encontrar fortuna en el n°
9. Louis Véron dedica el segundo capítulo de sus Mémoires d’un
bourgeois de Paris [Memorias de un burgués de París] a contar sus
aventuras en las casas de juego del Palais-Royal en 1818.
Interior de un café del Palais-Royal
(Boilly).
·
La prostitución:
Todas estas masas de dinero en circulación
atraían un submundo, decidido a apropiarse de algunos retazos, y especialmente
a chicas de poca virtud, numerosas y emprendedoras que lo convertían en un
verdadero «marché aux putains». «Es
especialmente por la noche —escribe Berthier de Sauvigny— cuando se encienden
las luces, que el Palais-Royal toma su animación característica; es entonces
cuando desde sus alojamientos en los pisos más altos descienden los batallones
de chicas que vienen a mezclarse con los paseantes y cazar al cliente.» También
estaban los habituales a los cafés-caveaux muy a la moda bajo el
Primer Imperio y los primeros años de la Restauración.
Una acuarela de Opiz, muestra a los
oficiales de las tropas de ocupación, a fines de 1815, discutir las tarifas con
algunas chicas con elaborados peinados a la salida de la famosa casa de juego
del 113, donde, se decía, Blücher perdió un millón y medio en una
noche. Téngase en cuenta la manera en que los comercios utilizaban las arcadas
para su publicidad (ver la del teatro de sombras chinas de Seraphin en una de
las arcadas).
El impulso moralizador contra el juego (que
reportaba grandes dividendos al estado y a la ciudad en impuestos y aranceles)
y la prostitución fue lento.
La prostitución en el Palais-Royal en
1815 (Opiz).
En 1822, el prefecto de la policía prohibió
el ofrecimiento (captación de clientes de las prostitutas) entre
el 15 de diciembre y el 15 de enero bajo el pretexto que las "mujeres honestas" pudiesen hacer
sus compras. Esta medida se renovó en los años siguientes. Hubo que esperar
hasta 1830 para que la prostitución fuera totalmente prohibida en el
Palais-Royal y hasta 1836, para que cerraran las salas de juego bajo la presión
del rey Luis Felipe I. Fue el final de los "années folles" (años locos) del
Palais-Royal. Los teatros y espectáculos fueron migrando a nuevas arterias,
aunque en 1845, Jean Eugène Robert-Houdin abrió un teatro de magia
junto al lado este del Palais-Royal, en el número 11 de la rue de Valois.
El
retorno de Luis Felipe III de Orléans (1814-1817)
Tras la caída del régimen imperial, en mayo de
1814, el duque Luis Felipe III de Orléans, hijo de Felipe Igualdad y
futuro rey de Francia, volvía a pisar el Palais-Royal después de más de veinte
años de exilio. A su llegada, tuvo que pelearse con los guardias del palacio
que no le dejaban entrar y que aún llevaban la librea imperial. Lo
primero que hizo nada más entrar fue besar los escalones de la escalera
principal. En los siguientes días, Luis XVIII dio órdenes para que se adecuaran
de inmediato los apartamentos del duque en el Palais-Royal. En setiembre del
mimo año, llegaron la duquesa Marie-Amélie, sus hijos y la hermana del duque,
Adélaïde, para instalarse en el palacio remozado a toda prisa. Durante todo el
verano se habían hecho ingentes esfuerzos para expulsar a la Bolsa, los
comerciantes, los locatarios e incluso de los comediantes de la vecina
Comédie-Française que habían ocupado varias partes del edificio. El 25 de
octubre, el duque de Nemours nació en el Palais-Royal.
Se inició entonces un proceso de recuperación
de las propiedades de los Orléans, o al menos de aquellas que no habían sido
vendidas como bienes nacionales. Las propiedades se dividían en tres
tipos:
·
el apanage:
el Palais-Royal y el castillo de Villers-Cotterêts.
·
los
bienes patrimoniales: el parque Monceau y el castillo de Le
Raincy.
·
la
fortuna: 12 millones de francos que el Estado entregó por la venta de los
bienes de Felipe Igualdad, restándole las deudas.
Todo ello tuvo que quedarse a medias debido a
la huida de Napoléon de la isla de Elba. Los Orléans no volvieron a
Francia hasta 1817, para evitar así ser blanco de la violencia
ultrarealista.
Lentamente, la fortuna de los Orléans fue
reconformándose, gracias también a la herencia de la duquesa viuda María
Adelaida de Borbón, fallecida en 1821 y que legó a sus hijos la fortuna
del duque de Penthievre que incluya los castillos
de Amboise, Chanteloup, Anet, Bizy, La Ferté-Vidame y
la capilla de Dreux. Sin olvidar las indemnizaciones recibidas por el
duque a raíz de la "Ley
del millardo a los emigrados", aprobada en 1825 con
Carlos X. Extremadamente difícil resultó, no obstante, recuperar aquellas
propiedades que habían sido vendidas del Palais-Royal, los inmuebles y tiendas
construidos en 1780 se dieron por perdidos, al igual que los edificios del
servicio edificados en 1752 y situados en la actual Place de Valois. Sí
que se compró, a un precio exorbitante de 2 millones y medio de francos, el
edificio de la Comédie-Française y las casas a él adosadas, por otros 2
millones. Con el complejo ya bien delimitado se podía finalizar el palacio.
La gran
rehabilitación del palacio (1817-1831)
Fontaine, arquitecto de confianza de Napoleón y
ahora también de Luis XVIII, planteó a inicios de 1817 el proyecto de
finalización del Palais-Royal, duraría dieciocho años y costaría once millones
de francos. Tras su terminación en 1831, el palacio obtuvo el aspecto que, con
ligeras modificaciones, aún conserva. Por primera vez se encontraba
completamente aislado de la casa y manzanas circundantes. Las intervenciones
consintieron en:
·
la
fachada sur cara a la rue Saint-Honoré conservó el mismo aspecto que Contant
d'Ivry le dio en 1763.
·
en
el extremo suroeste se edificó la Cour de Nemours, una galería porticada
que separaba el palacio del edificio de la Comédie-Française y
las remises (cocheras).
·
se
restauró por completo la sala de la Comédie-Française y el edificio anexo de
las dependencias del teatro, las remises (cocheras) y los despachos
de la administración patrimonial (1822-1826).
·
en
el extremo del ala noreste (desde entonces llamada Aile de Valois) se
edificó el Pavillon de Valois.
·
se
terminó el ala central cara a la Cour d'honneur, dejada a medias por
Victor Louis (1826).
·
se
edificó el ala noroeste (desde entonces llamada Aile de Montpensier) y en
su extremo el Pavillon de Montpensier (1830-1831).
·
entre
los pabellones de Valois y de Montpensier, en el lugar del vetusto Camp
des Tartares, se construyó la magnífica Galerie d'Orléans, un gran atrio
con tiendas formado por pilastras toscanas y cubierto por una gran cristalera
de 70 metros de largo.
La gran campaña constructiva del Palais-Royal
realizada por el duque Luis Felipe III de Orléans anunciaba ya los
grandes proyectos restauradores de
las Tullerías, Versalles o Fontainebleau que tendrían
lugar en las décadas siguientes.
Por las noches, en el salón de famille,
los Orléans recibían de forma más informal y amena que el tedio y la rigidez
que reinaba en las Tullerías. La duquesa
y mademoiselle Adelaïde se sentaban en una mesa redonda a hacer
sus labores, mientras los visitantes entraban y charlaban tranquilamente, ya
fuera con las mujeres o con el duque, que permanecía de pie o se sentaba en un
sofá. Los hijos de la familia jugaban y correteaban en el salón contiguo. Todos
los primeros miércoles de cada mes había gran recepción en el palacio, donde se
invitaba a políticos y escritores liberales, que encontraban en el Palais-Royal
una atmósfera más amable que las serias y escasas recepciones de las Tullerías.
Con frecuencia también se daban conciertos, representaciones teatrales o se
celebraban veladas literarias.
En el interior se acondicionaron
distintos appartements para el duque y su numerosa familia (ocho
niños) y un gran número de apartamentos a pequeña escala para el personal de la
corte. En 1830, el Palais-Royal estaba dividido de la siguiente manera:
·
el Grand
Appartement en el ala central cara a la Cour d'honneur (patio
norte).
·
el appartement del
duque en el ala central cara a la Cour de l'horloge (patio sur)
·
el appartement de
la duquesa en la Aile de Valois (ala noreste).
·
el appartement de
la princesa Adelaida en el ala sureste cara a la rue Saint-Honoré.
·
el appartmennt del
duque de Chartres en el ala suroeste cara a la rue Saint-Honoré.
·
la Aile
de Montpensier se destinó a un nuevo y amplio appartement para
el duque de Chartres, que nunca lo llegó a habitar.
·
los
cuatro hijos menores de la pareja (Nemours, Joinville, Aumale y Montpensier)
vivieron en el segundo piso del ala central.
·
las
tres hijas (Luisa, María y Clementina) lo hicieron en el segundo piso de
la Aile de Valois.
La fiesta más brillante en este nuevo
Palais-Royal fue dada el 31 de mayo de 1830 por el duque en honor a su cuñado
el rey Francisco I de Nápoles unas semanas antes de la caída
de Carlos X. Precisamente durante el Revolución de 1830, el
Palais-Royal fue uno de los centro políticos de la capital, tras la llegada del
duque la noche del 30 al 31 de julio. En el palacio tuvo lugar la aceptación
por parte de Luis Felipe de la lugartenencia del reino (31 de julio),
el nombramiento de un gobierno provisional (1 de agosto) y la proclamación de
Luis Felipe de Orléans como "Rey de los franceses" (7 de agosto). La
"entronización" tuvo lugar en el Palais Bourbon el 9 de
agosto.
En un principio, siguiendo sus ideales
burgueses, el nuevo soberano quiso separar su cargo como rey de su vida privada
y familiar, por ello, si las Tullerías se reservaron para ceremonias oficiales,
el rey siguió viviendo en el Palais-Royal. No obstante, el nuevo primer
ministro conservador Casimir Perier pronto insistió en un traslado
al palacio de las Tullerías, el Palais-Royal rodeado de callejuelas
estrechas no solo no era seguro, sino que pronto corrió el rumor que Luis
Felipe I reservaba las Tullerías para el retorno de Enrique V. El 1 de
octubre de 1831, el nuevo rey y su familia abandonaron el Palais-Royal a
regañadientes para instalarse en las Tullerías. Durante dieciséis años
(1832-1848) el Palais-Royal, cuya restauración acababa de terminarse,
permaneció vacío.
Resumen
de las actuaciones arquitectónicas en el Palais-Royal
Como resumen, las intervenciones
arquitectónicas en el conjunto del Palais-Royal pueden resumirse en las
siguientes fases:
1ª fase (1624-1642): transformación y
ampliación del hôtel de Fresnes/Rambouillet y tras la demolición de la muralla
de Carlos V, la creación del jardín en 1633. En 1634-1642, la repetición hacia
el interior con la construcción de las galerías, la ampliación exterior con la
edificación de una biblioteca, la construcción del teatro en 1639-1640, y
finalmente en 1643 (después de la muerte de Richelieu), la plaza pública frente
al antepatio del palacio, con la demolición del hôtel Sillery.
2ª fase (1643-1692): el Palais-Cardinal pasó a
ser el Palais-Royal y se acondicionan los apartamentos para Luis XIV en el ala
Este;
3ª fase (1692-1763): instalación (en septiembre
de 1661) de la Académie Royale de peinture et de sculpture (fundada en 1648),
durante 31 años, en la galería para la biblioteca del Cardenal. Cuando la
Academia se fue al Louvre en 1692, se construyó un apartamento en esa galería
liberada y en 1700, Jules Hardouin-Mansart levantó una nueva galería,
la futura galería de Eneas, paralela a la rue de Richelieu. En 1708-1723,
redecoración de los apartamentos por Gilles-Marie Oppenordt (arquitecto
del duque), y hacia 1741 restauración de los jardines por Claude Desgots (sobrino
de Le Nôtre), y regularización de los alzados; en 1750, reparación de los
edificios de los comunes de la rue des Bons-Enfants por Jean Sylvain Cartaud,
autor del patio de las Fuentes. En 1752, Pierre Contant
d'Ivry (1698-1777) dobló la profundidad del ala Este y acondicionó los
apartamentos de la duquesa en el ala Oeste.
4ª fase (1763): trabajos de reacondicionamiento
y regularización de las fachadas del palacio que abren a la plaza pública
frente al patio delantero. Tras el incendio de la Opéra Royal que destruyó la
galería este de ese patio y del tejado del edificio principal, Pierre Contant
d'Ivry diseñó un vestíbulo con una gran escalera con iluminación cenital
—hoy parte del Consejo de Estado— y un avant-corps central del patio de honor,
y Pierre-Louis Moreau-Desproux reconstruyó en el mismo lugar, un poco
más al este, la Ópera (inaugurada en 1780).
5ª fase (1781-1784): parcelación del jardin por
V. Louis y la demolición del muro-pórtico de J.Lemercier, la construcción
planeada habría dado lugar a la separación ahora admitida entre el palacio y el
jardín, cerrando por completo el patio de honor, y la realización de los
cimientos de la cuarta ala en el patio por el arquitecto V. Louis. El
arquitecto Louis y el duque imaginaron primero un complejo comercial, alrededor
de un jardín de unos 135 m por 60 m, galerías de gran fondo en los lados más
largos (más de 20 m), que albergaban más de 150 tiendas. El segundo proyecto
fue tras el nuevo incendio de 8 de junio de 1781, que devastó la Ópera de forma
permanente. El tercer proyecto fue una parcelación: Louis propuso una
subdivisión al doblar y salir fuera del jardín las casas que bordeaban el
anterior parque de Richelieu. Los edificios medianeros reemplazaron a las
anteriores galerías. Finalmente se cerró el jardín cuyo eje se desplazó al
oeste, con la ampliación del patio de honor mediante la destrucción de varios
edificios notables del Palacio: la galería de Hombres Ilustres y el famoso
salón de Oppenordt en particular. La construcción de las cuarenta y cuatro
casas terminó en enero de 1785, con una larga fachada con 180 arcadas en planta
baja y decorada con un orden colosal.
6ª fase (1784-1787): edificación de
equipamientos culturales: el Théâtre-Français, el Théâtre des Variétés, el
futuro Théâtre du Palais-Royal (1784), un cirque en el centro del jardin.
7ª fase (1793): al convertirse en monumento del
Estado, con debates entre conservación y amenazas de desaparición: la función
utilitaria se acompañó de su celebración histórica y de museo. Se convierte en
sede de instituciones políticas o artísticas. En 1795, entre los oponentes a la
conservación del edificio que llaman «repaire
de royalistes», la sugerencia del comisario Joseph Lakanal que ofrece
Bonaparte derribar el Palais-Royal. Se decidió entonces la venta, pero el golpe
de estado de noviembre de 1799 lo impidió. Después de la incorporación del
Palais-Royal al dominio de la corona imperial, se presentaron muchos proyectos
de arquitectos de renombre: se habla de implementar la Bolsa y hubo propuestas
para el establecimiento de otras instituciones (tribunal de Comercio, sede del
Estado Mayor de París, Academia de Música). Otros propusieron reunificar el
Palais-Royal con el Palais del Louvre y las Tullerías, como
imaginó Fontaine (1762-1853). Ninguno de ellos tuvo éxito.
8ª fase (1817-1831): finalización del
Palais-Royal por Fontaine: se construyeron los edificios comunes para el
Palais-Royal y dependencias para el Théâtre-Français, tras la adquisición del
duque de Orleans de las casas contiguas. No se terminarán hasta 1831. Fontaine
realizó en etapas su plan que retomaba el proyecto de V. Louis, dejado en
suspenso en la Revolución. Se remodeló el patio de honor y se edificó la
galería de Orleans (basada en el principio del pasillo acristalado bordeado de
tiendas, que conectaba los pabellones de Valois y Montpensier, y que suponía el
abandono del plan de cerrar el patio de Honor con una cuarta ala).
La capilla
[de] santa Úrsula de la Sorbona, o simplemente capilla de la Sorbona,
es un edificio religioso enclavado en el complejo monumental de
la Sorbona, en el barrio latino del V distrito de
París. Constituyó la capilla privada de la universidad de la
Sorbona y después de las facultades universitarias de París en
el siglo XIX. La capilla actual fue reconstruida en el siglo XVII por
el cardenal de Richelieu, del que también fue el mausoleo.
Ya en la Edad Media, el collège de Sorbonne
había sido equipado con una capilla para albergar las devociones de los
estudiantes alojados en la institución. Era un edificio gótico de planta en
cruz latina del que todavía se puede ver la traza en el patio de honor de la
Sorbona actual. Los cimientos de esta capilla, construida hacia 1326, se
encontraron durante la reconstrucción de la Sorbona en 1897. Parece ser que se
habría dedicado a las Once mil vírgenes.
Cuando en 1622, el cardenal
Richelieu se convirtió en director de la universidad de la Sorbona, esta
última era solo una colección de edificios dispares y deteriorados, agrupados
alrededor de la primera capilla. Ya en 1626, el cardenal encargó a Jacques
Lemercier reconstruir el conjunto en un estilo clásico. El cardenal previó
desde sus inicios la integración de su futuro mausoleo en la capilla, y por eso
fue objeto de una gran atención. Pero con el rápido ascenso de Richelieu
durante esos mismos años, el proyecto evolucionó de manera significativa. La
capilla original, que se conservaría en el proyecto de 1626 para servir de
separación entre dos patios simétricos, finalmente fue demolida. Se construirá
una nueva capilla en el sitio del collège de Calvy, despejando un vasto
patio para una Sorbona ampliada. Estas evoluciones en los planes del arquitecto
tuvieron repercusión en la cronología de la construcción: los trabajos en la
universidad comenzaron en 1627, pero hasta 1635 Richelieu no colocó la primera
piedra de la capilla. Después de la Journée des Dupes, el proyecto creció
aún más. No se completará hasta el año de la muerte del cardenal en 1642, cuyo
funeral se lleva a cabo en un decorado de obras.
Arquitectura
Concepción
general
El proyecto de Jacques Lemercier se
sitúa en continuidad de las reflexiones arquitectónicas del Renacimiento y del
Barroco sobre el problema de las plantas de las iglesias. Se organiza en torno
a una nave de tipo basilical, pero incorporando elementos de
una planta centralizada: el transepto no es desplazado hacia el
coro como en la planta clásica de cruz latina, sino que se dispone en el medio.
Los volúmenes se distribuyen así de forma simétrica tanto si se ingresa por la
plaza o por el patio de la Sorbona. La encrucijada de los dos ejes está
coronada por una doble cúpula sobre un tambor con ocho ventanas. Dos altares se
sitúan frente a las dos entradas: el altar principal se encuentra en el fondo
del coro mientras que un altar monumental, dedicado al cardenal, se dispone
ante el pórtico situado en el patio de la universidad. En los lados hay cuatro
capillas.
La capilla, del lado de la plaza, domina el
conjunto de la fachada de la universidad. Se distingue por sus proporciones
elegantes, apreciables especialmente desde lejos y su cúpula sobre tambor.
Prolonga y refina el trabajo realizado diez años antes por Lemercier en la
iglesia Saint-Pierre-Saint-Paul en Rueil-Malmaison, encargada también por
Richelieu. En línea con las iglesias barrocas, la fachada presenta dos
hileras de columnas superpuestas de orden corintio y de orden
compuesto, bordeadas en la planta de arriba por dos volutas. Está decorada con
cuatro nichos que alojan cada uno una estatua: en la esquina superior
izquierda, santo Tomás de Aquino; a la derecha, Pierre Lombard; en la
parte inferior, Bossuet a la derecha y Gerson a la
izquierda. Otras cuatro estatuas prolongan las volutas en la cúspide de la
planta de la plaza, entre las que se encuentran un Moisés y los
santos Pedro y Pablo. La ventana central se modificó en el siglo XIX para
incorporar un reloj coronado por las armas del cardenal y sostenido por dos
musas.
Desde su edificación, la nueva capilla atrajo
el entusiasmo de la sociedad cultivada. Fue el primer monumento de importancia
en tener una cúpula en la capital. Las dos fachadas se leen como las dos caras
de Roma: el pórtico con columnas en el patio recuerda a la antigua Roma
del Panteón, mientras que la fachada barroca sobre la plaza recién
liberada recuerda a la iglesia
del Gesù de la Roma cristiana de la
reforma católica. Sigue siendo considerada hoy una de las obras maestras de
la arquitectura clásica francesa.
Acondicionamiento
interior
La decoración interior estuvo a cargo
de Philippe de Champaigne, quien realizó las tablas, y de François
Girardon encargado de la tumba del cardenal. Las sillas están talladas en
roble con cubiertas de mármol rojo. La arquitectura interior es despojada, en
piedra desnuda, simplemente decorada con pilastras y molduras que vienen a
amenizar las estatuas en los nichos del primer piso. La decoración pintada se
limita a las tablas del altar y a la bóveda. Los cuatro colgantes del crucero
representaban a los cuatro evangelistas. Fueron modificados en el siglo XIX
para ilustrar las cuatro facultades de la nueva universidad de París: letras,
ciencias, derecho y medicina. Según la tradición, el sombrero del cardenal ha
estado colgado sobre el altar mayor, coronado por un crucifijo que data de la
Restauración.
En el coro está la tumba del cardenal
Richelieu, obra de Girardon (1628-1715). A la muerte del Cardenal,
la duquesa de Aiguillon, su heredera, se hizo cargo de sus últimas
voluntades. Encargó una tumba monumental que no se completó hasta 1694, el
cuerpo de Richelieu se depositó en una cripta bajo el cenotafio. Consiste
en una pileta de mármol blanco sobre la que descansa el cuerpo del cardenal
sostenido por una figura de la religión. A sus pies está la figura de la
ciencia, que también le llora. El monumento se ha desplazado varias veces en la
iglesia, y ha reencontrado su lugar original entre las sillerías, el cardenal
frente al altar. Como quiere la tradición, un sombrero de
cardenal está suspendido sobre la tumba.
Sobre el porche de la plaza se encuentra el
único órgano no modificado del constructor Louis-Paul Dallery, construido en
1825 bajo la dirección de su padre Pierre-François, sucesores de
la dinastía Clicquot. En un estilo clásico francés, se considera como un
testimonio excepcional de la construcción de órganos de principios del siglo
XIX. Entregado en 1825, ha acogido a varios maestros de prestigio como Alexandre-Étienne
Choron et Félix Clément. Por falta de uso y mantenimiento desde 1885,
ya no se puede tocar e incluso está en un estado preocupante de deterioro. Los
tubos son regularmente robados o degradados, especialmente durante las
instalaciones temporales y en cada episodio de ocupación de la Sorbona.
Utilización
como lugar de culto
Durante los siglos anteriores a la revolución
francesa, el monumento se utilizó para los servicios religiosos de la
universidad de la Sorbona. En aplicación del testamento del cardenal Richelieu,
también se celebraba una misa anual de requiem. Durante el periodo de
cierre de la Sorbona entre 1793 y 1808 la capilla fue desafectada. Volvió al
culto en 1822, por iniciativa del duque de Richelieu, entonces ministro de
Asuntos Exteriores. En 1828, su hermana donó diez mil francos para el
restablecimiento de la misa anual, que se suspendió de nuevo en 1848.
El culto fue nuevamente restaurado en el año
1853 bajo la tutela del decano de la facultad de Teología, Henry Maret,
rápidamente apodado el «obispo de la Sorbona». Siguiendo los debates del siglo,
el culto de la Sorbona estuvo sujeto a una violenta controversia. La capilla
fue finalmente cerrada al culto en diciembre de 1906, en virtud de la loi
de séparation des Églises et de l'État (ley de separación de las Iglesias
y del Estado). Sin embargo, se estableció una tolerancia de facto, que permitía
que se celebrase una misa semanal durante el período de entreguerras. Una vez
más recuperado el culto durante el régimen de Vichy, en beneficio del
administrador diocesano Jean Rupp, la Liberación cambió la situación. El
nuevo capellán, Maxime Charles, intentando aprovecharse de la situación
anterior, provocó que se celebraran varias ceremonias no oficiales sin autorización,
lo que le valió la oposición del rector Gustave Roussy. La disputa fue
decidida finalmente por el Tribunal Administrativo de París en 1957, con la
casi desafectación total de la vocación religiosa del edificio. Solo se
celebraba la misa de aniversario, generalmente a principios de diciembre, hasta
la década de 1980. La decadencia del edificio, luego las obras y su uso como
almacén durante la campaña de puesta en seguridad de la Sorbona, han vuelto
imposible esta última celebración.
Durante la Revolución, el edificio fue saqueado
durante el mes de diciembre de 1794: la memoria de la política fiscal de
Richelieu era tan fuerte que la población de París se precipitó a la Sorbona
para vengarse de este símbolo de lo que fue el absolutismo más feroz. La tumba
del cardenal fue atacada (la nariz está rota), y su cuerpo, sacado de la
cripta, fue desmembrado. Solo su cabeza se conservará en dos partes, antes de
ser reemplazada en el siglo XIX. Varias veces exhumado, se reubicó solemnemente
en 1971, al mismo tiempo que una placa conmemorativa. La cincuentena de ataúdes
hallados en la cripta fueron vaciados por revolucionarios y los huesos
arrojados juntos en una cava. Las obras artísticas fueron dispersas o
destruidas, de modo que la capilla ahora no contiene casi ninguna decoración.
En el siglo XIX, se consideró sucesivamente
transformarlo en un anfiteatro, dividirlo en salas, o incluso en destruirlo. Ya
no se usó más que para exposiciones o conciertos, y se degradó gradualmente
durante el siglo XX. La capilla de la Sorbona fue objeto de una clasificación
en el título de los monumentos históricos el 10 de febrero de 1887.
La tormenta de 1999 dañó algunas de las
estructuras y, por lo tanto, se cerró durante la década de 2000 por razones de
seguridad. En 2004, el Estado y la ciudad de París emprendieron conjuntamente
una campaña de restauración para consolidar las estructuras. El trabajo se
completó en el verano de 2010. Tan pronto como se retiraron los andamios, el
edificio se transformó en un espacio de almacenamiento en razón a la campaña de
seguridad del complejo de la Sorbona.
Necrópolis
Los
Richelieu
Además de las figuras ya enterradas en la
cripta de la primera capilla, el edificio reconstruido por Lemercier sirvió
principalmente como lugar de enterramiento para los duques de Richelieu.
Teniendo en cuenta las dispersiones del período revolucionario, se encuentran
aquí en teoría todos o algunos de los huesos de personajes.
La iglesia
del Val-de-Grâce es una iglesia de estilo
clásico y barroco francés originalmente destinada a ser una
iglesia de la abadía real del Val-de-Grâce situada en el V Distrito de
París. La antigua abadía acoge actualmente el museo del Service de santé
des armées, la bibliotéca central del Service de santé des armées, y la École
du Val-de-Grâce, antigua École d'Application du Service de Santé des
Armées. El conjunto militar compone el hôpital d'instruction des armées du
Val-de-Grâce, situado sobre el antiguo huerto de la abadía.
Su fundadora, la reina Ana, fue criada
según los principios estrictos de la Contrarreforma. Convertida en reina,
conserva la afición de visitar los monasterios de monjas de París y sus
alrededores. En el priorato de Val-de-Grâce de Bièvres, remarca
la figura de la priora Marguerite de Veny d'Arbouse y decide otorgar
a la comunidad una nueva abadía en París. La abadía es entonces fundada
en 1621 y confiada a la nueva amiga de la reina. La primera piedra es
puesta el 3 de julio de 1624, en un terreno dado por la corona
(el antiguo hôtel du Petit-Bourbon) y la construcción avanza lentamente de
1624 a 1643. Esta primera comunidad se caracteriza por la austeridad de su
regla y el arcaísmo de los edificios que la acogen.
El conjunto se mantiene inacabado como
consecuencia de la desgracia que sufre la reina con el rey en 1636-1637. De
hecho, después de su falso embarazo de 1622, Ana de Austria es poco a poco
abandonada por el rey. Este hecho hace seguir en particular sus visitas
por Richelieu. La reina es entonces constantemente espiada y políticamente
atacada por su esterilidad (situación empeorada con sus relaciones irregulares
con Luis XIII). Ella prefiere retirarse al Val-de-Grâce (monasterio con
una devoción particular por la natividad) donde ella mantiene relaciones
epistolares con sus amigas perseguidas por el rey. Cuando su marido real la
arresta, se le prohíbe frecuentar el Val-de-Grâce, conocido como el incidente
Val-de-Grâce. Sin embargo, unos meses más tarde, Ana de Austria se queda
embarazada y da por fin a luz al heredero el 5 de septiembre de 1638,
el delfín Luis-Dieudonné, futuro Luis XIV.
La Gloria de los Bienaventurados, fresco
de la cúpula obra de Pierre Mignard.
Dos hechos fúnebres basculan el destino de la
reina y de su fundación. El 4 de diciembre de 1642, el cardenal
Richelieu muere y el cardenal Mazarino entra unos días más tarde al
Consejo. El 14 de mayo de 1643, el rey Luis XIII muere y
Mazarino se convierte en el «ministro
principal». El delfín solo tiene 5 años y Ana de Austria se convierte con
42 años en reina regenta, con la colaboración directa del cardenal-ministro
Mazarino.
La regenta puede entonces cumplir su promesa de
levantar un «templo magnífico» si Dios le daba un hijo, «de reconstruir
completamente la iglesia y el monasterio del Val-de-Grâce y de no ahorrar
ningún gasto para dejar las marcas eternas de su piedad». La realización de
esta promesa suponía tres condiciones: un emplazamiento, una congregación y el
capital financiero.
Ella compra un hotel particular y añade unos
años más tarde los edificios complementarios. En 1645, Ana de Austria,
viuda del rey Luis XIII, pide a François Mansart añadir una
iglesia y un palacio al convento del Val-de-Grâce donde ella se alojaba
frecuentemente. Pero Mansart es expulsado del proyecto un año después del
inicio de los trabajos, y solo la iglesia es construida según sus planes. La
razón de su expulsión es sin duda el elevado coste de los trabajos,
principalmente el relleno de las galerías subterráneas, y la incapacidad de
Mansart de centrarse en un único proyecto. La iglesia es terminada en 1667,
después de una sucesión de constructores: François Mansart, Jacques
Lemercier, Pierre Le Muet y finalmente Gabriel Leduc).
Durante la Revolución francesa los
símbolos de la realeza son borrados. La Convención nacional, por decreto
del 31 de julio de 1793, convierte el conjunto monumental en un
hospital militar y, posteriormente, un hospital de instrucción.
La iglesia tiene un plano en cruz latina y
una cúpula visible desde la explanada de la entrada. La idea original
de François Mansart preveía torres flanqueando la nave y un portal de
entrada de un piso, que evocaba la entrada de un castillo más bien que la
fachada de iglesia tradicional. La fachada a dos niveles, con su doble nivel de
columnas gemelas soportando un friso triangular y dos alas
características, recuerda algunos alzados de iglesias de la primera mitad
del siglo XVII. Más claro y más sobrio que los manieristas, François
Mansart encuadra su fachada de líneas verticales: las seis columnas y las
cuatro columnas del porche, y las líneas horizontales. La cúpula, con
acentos barrocos, está decorada con un fresco de Pierre Mignard, «La Gloire des Bienheureux» (La Gloria de
los Bienaventurados) (1663) y un baldaquino inspirado en el de
la Basílica de San Pedro de Roma.
Para agradecer al cielo el nacimiento de un
hijo, Ana de Austria hace de esta iglesia un ex-voto en honor a
la Virgen María. La dedicación en el friso del porche es fácilmente
comprensible: «IESU NASCENTI VIRGINIQ(UE)
MATRI», es decir, «esta iglesia está dedicada) a Jesús nacido y a su
Madre la Virgen». Jesús es adorado como el Niño esperado nacido por
fin (como Luis XIV) y María como madre (como Ana de Austria).
La abadía, que se mantiene como un modelo de
construcción religiosa del siglo XVII, está abandonada bajo la Revolución
francesa y se convierte en un hospital militar en 1796. En 1979, el
hospital es transferido al nuevo hospital construido sobre el antiguo huerto de
los benedictinos.
La abadía está ocupada actualmente por el museo
del service de santé des armées, la biblioteca central del service de
santé, la école du Val-de-Grâce y posee igualmente alojamientos para
personal del hospital. La iglesia está abierta al público a las mismas horas
que el museo, y en el momento de los oficios y conciertos de música clásica.
La iglesia
de San Roque (en francés, église Saint-Roch) es una iglesia
del Distrito I de París, situada en el 284 de la Rue
Saint-Honoré y construida entre 1653 y 1722 según el
proyecto inicial de Jacques Lemercier. Con una longitud de 126 metros y
una planta medieval, es una de las iglesias más grandes de París. Está
catalogada como monumento histórico desde el 7 de diciembre de 1914.
El parvis de la iglesia fue escenario
de combates durante la insurrección realista del 13 vendimiario del año
IV (5 de octubre de 1795). Saqueada durante la Revolución Francesa,
la iglesia ha recuperado una parte de su patrimonio así como numerosas obras de
arte provenientes de otras iglesias parisinas. Todavía en actividad, sigue
siendo conocida como la «parroquia de los artistas», en alusión al número de
ellos que han sido enterrados aquí o de los que se ha celebrado aquí su funeral
y a la rica colección de obras de arte que se ha conservado, pero también
porque es la limosnería de los artistas del espectáculo.
Construcción
En 1521, Jean Dinocheau, un comerciante
parisino, hizo construir una capilla dedicada a santa Susana en
el faubourg Saint-Honoré, situado cerca de París. En 1577, su
sobrino, Étienne Dinocheau, transformó la capilla en una gran iglesia y la
atribuyó el patrón de san Roque.
Inicialmente la Iglesia de San Roque servía
como sucursal de la Iglesia de Saint-Germain-l'Auxerrois para los
habitantes del faubourg Saint-Honoré, pero tras unos cincuenta años
se convirtió en iglesia parroquial en 1629. El 30 de junio de 1633,
una sentencia arzobispal asignó a la parroquia de San Roque el
terreno situado al norte del Jardín de las Tullerías, desde
la muralla de Carlos V hasta la muralla de Carlos IX.
La primera piedra del nuevo edificio fue puesta
por el futuro Luis XIV, acompañado por su madre Ana de Austria, el 23
de marzo de 1653. En la nueva iglesia se consagró una capilla a santa Susana,
en recuerdo de la iglesia precedente. Sobre el altar hay una pintura mural de
santa Susana siendo perseguida. Elevando sus ojos al cielo, implora la ayuda de
Dios. Debido a la falta de financiación, las obras se interrumpieron en 1660,
cuando solo el transepto y la última crujía de la nave estaban acabados.
En 1690 se terminaron el coro y el transepto
pero solo estaban protegidos por un techo provisional de madera. El 8 de junio
de 1691, el mariscal Sébastien Le Prestre de Vauban casó aquí a su
hija Jeanne Françoise con Louis Bernin, marqués de Valentinay y señor
de Ussé.
A partir de 1701, Jules
Hardouin-Mansart emprendió la construcción de una capilla dedicada a la
Virgen que se componía de un espacio abovedado elíptico central rodeado por un
deambulatorio que Pierre Bullet completará después de su muerte. Una
vez más las obras se interrumpieron, y fueron retomadas en 1719 gracias a una donación
del banquero Law, que financió el techo y la fachada de la iglesia. Entre
1728 y 1736, Robert de Cotte añadió una torre a la derecha del coro.
En 1735 se destruyó una torre de la fachada.
Robert de Cotte trazó los planos de una nueva fachada con dos plantas, pero fue
probablemente su hijo Jules-Robert de Cotte quien la realizó en 1739.
El nivel inferior estaba decorado con columnas dóricas, y el nivel superior con
columnas corintias. La princesa de Conti, hija legítima de Luis XIV,
fue enterrada en esta iglesia en 1739.
En 1754, Jean-Baptiste Marduel hizo
que Étienne-Louis Boullée construyera la capilla dedicada al
Calvario, que será profundamente reelaborada a mediados del siglo XIX.
Llamó a algunos de los artistas más ilustres de su tiempo para decorarla, entre
los cuales Étienne Maurice Falconet, Pierre Vien y Doyen.
En 1756, Jean-Baptiste Pierre pintó
la Asunción en la cúpula de la capilla de la Virgen, y Falconet
esculpió encima de la arcada detrás del altar de la Virgen una gloria según el
modelo de la de la Basílica de San Pedro de Roma. Colocó a
continuación un grupo de la Anunciación, actualmente desparecido, e instaló, en
la capilla del Calvario, una roca con un crucifijo, también desaparecido. En
1758, Jean-Baptiste Marduel hizo que Simon Challe realizara un
púlpito, que será reelaborado dos veces. De la obra inicial solo se conserva
la parte superior, y un conjunto de pinturas y esculturas en el transepto.
En 1850, destruyendo así la obra de Boullée, la
capilla del Calvario se transformó en capilla de los catecismos, y en 1879 se
destruyó la torre situada en el lado derecho, debilitada por la apertura de
la Avenue de l'Opéra.
La
iglesia y la historia
En los tiempos de la Revolución Francesa,
esta iglesia se encontraba en el centro de los combates, como testimonia su
fachada plagada de agujeros todavía en la actualidad. Los grupos
revolucionarios como el Club de los Jacobinos o el Club des
Feuillants se reunían en la época en los claustros de la Rue
Saint-Honoré. A lo largo de esta calle circulaban los vehículos que llevaban
los condenados de la Conciergerie a la Place de la Concorde,
donde eran ejecutados. A dos pasos de allí, en el Palacio de las
Tullerías, el general Napoleón Bonaparte puso fin a la rebelión realista.
Aún son visibles en la fachada los daños
ocasionados por estas confrontaciones. Más graves son los daños cometidos en el
interior de la iglesia: un saqueo sistemático condujo a la desaparición de
numerosos objetos y obras de arte. Entre ellos se encontraba el retrato de uno
de los fundadores de la iglesia, Dinocheau, que había estado expuesto durante
mucho tiempo en una de las capillas.
San Roque fue dedicada con el nombre
de Temple du Génie («Templo del
Genio») por decreto del 6 brumario del año VII (27 de octubre de 1798), y
posteriormente el 7 de enero de 1815 la iglesia fue saqueada a gritos de
«muerte a los curas» por cinco mil manifestantes en protesta contra la negativa
por parte de la Iglesia de dar cristiana sepultura a la
actriz Mademoiselle Raucourt.
Planta y
organización general
La planta y los principios arquitectónicos
iniciales de San Roque se inspiran en ciertos edificios construidos por
los jesuitas, como la Casa Profesa de Roma, cuyo diseño se
quiso adaptar a la liturgia católica reformada por el concilio
de Trento:
una
iglesia en cruz latina, a nave única, rodeada por capillas comunicantes y un
transepto que sobresale ligeramente, con bóveda de cañón, ventanas altas,
cúpula en el crucero, y fachada a dos órdenes superpuestos de anchura desigual
coronada por un frontón.
Este modelo arquitectónico se había introducido
en Francia desde principios del siglo XVII bajo múltiples variantes.
En París, por ejemplo, seguían este modelo la iglesia de los
Feuillants (1600-1608), la iglesia de los carmelitas descalzos (1613-1620),
la Iglesia de San Pablo y San Luis (1627-1641), anteriormente casa
profesa de los jesuitas, el noviciado de los jesuitas (1634) y
la Capilla de la Sorbona (1634).
La iglesia está alineada según un eje
sur-norte, constituyendo por tanto una excepción a la habitual regla de
orientación oeste-este, con una fachada barroca reconstruida hacia 1730 al sur
y un coro al norte al que se han añadido sucesivamente varias capillas
alineadas, entre las cuales está la de la Virgen. Este edificio presenta otra
particularidad, la ausencia de campanario, debida a las obras de demolición
realizadas en el siglo XIX en la remodelación del Passage
Saint-Roch.
Interior
De norte a sur, el edificio presenta una serie
de capillas o de elementos arquitectónicos, los principales de los cuales se
describen a continuación.
Capilla
del Calvario
La capilla del Calvario fue construida en 1754
según el diseño de Falconet en la ubicación del antiguo cementerio,
al norte de la iglesia. Su eje principal es perpendicular al eje principal
norte-sur del edificio. Fue construida por iniciativa de Jean-Baptiste
Marduel, cura de la parroquia de 1749 a 1789, que confió su realización al
joven arquitecto Étienne-Louis Boullée, quien rediseñó también los altares
de los transeptos y sus retablos. Sin embargo, este trabajo, profundamente
alterado cuando se amplió la capilla en 1850, fue sustituido posteriormente por
una nueva decoración encargada por el Ayuntamiento de París.
Actualmente se accede a esta capilla por una
puerta que da hacia la rue Saint-Roch o desde el deambulatorio de la
capilla de la Virgen, mediante un pasillo que rodea la capilla de la Adoración.
La nave de la capilla está orientada de oeste a este formando un ángulo recto
con el eje de la iglesia y contiene, al este, un coro dedicado a la Virgen y,
en su lado norte, tres hornacinas laterales que albergan
una Crucifixión de Jehan Du Seigneur, un altar excavado en un
macizo rocoso dominado por un Cristo crucificado de Michel
Anguier y un Sepulcro de Cristo de Louis Pierre
Deseine (1819).
La Crucifixión, Jehan
Du Seigneur.
Sepulcro de Cristo, Louis Pierre
Deseine.
Capilla
de la Comunión
Construida usando fondos procedentes de
donaciones de Law, esta capilla llamada de la Comunión fue
finalizada en 1717, y bendecida solemnemente el 1 de noviembre de 1758
por Jean Félix Henri de Fumel, obispo de Lodève, durante una gran
misa pontifical a la que asistieron numerosos prelados. Dio su sermón en el
nuevo púlpito, obra de Simon Challe. La capilla de la Comunión se
articula sobre el eje norte-sur de la iglesia en prolongación de la capilla de
la Virgen, bajo la forma de una hornacina abierta en el deambulatorio que rodea
esta última. Bañada en una semioscuridad pretendida, está iluminada por solo
dos vidrieras y posee una ornamentación religiosa original, compuesta por un
crucifijo solar, un Arca de la Alianza (siglo XIX) y
dos candelabros de siete brazos inspirados en el mobiliario
del Templo de Jerusalén. Las dos vidrieras representan, a la izquierda,
a san Dionisio Areopagita, y a la derecha, a Denys Affre, arzobispo
de Paris desde 1840 hasta 1848.
Capilla
de la Virgen
La capilla de la Virgen prolonga el coro hacia
el norte. Este edificio adicional diseñado por Jules Hardouin-Mansart y
construido en 1709 con los fondos recaudados por la lotería se presenta bajo
la forma de un elipsoide de tamaño respetable cuyo eje grande está orientado
oeste-este, es decir, en ángulo recto con el eje principal de la iglesia. Esta
capilla, que mezcla los estilos barroco y clásico, tiene varios
elementos destacables. Posee una cúpula cuya bóveda soporta
una Asunción pintada entre 1749 y 1756 por el primer pintor
del duque de Orleans, Jean-Baptiste Marie Pierre, y restaurada en
1932.
Su altar, donde se encontraba antiguamente
una Anunciación de Étienne Maurice Falconet desaparecida
durante la Revolución, está coronado desde 1805 por la Natividad del
Val-de-Grâce (1665) del escultor Michel Anguier. Encima de ella hay
una imponente Gloria divina de Falconet en la cual los rayos y nubes
están plagados de cabezas de querubines que descienden sobre
la Sagrada Familia. Este conjunto está completado por dos otras obras,
el San Jerónimo de Lambert-Sigisbert Adam (1752) y
una Santa Bárbara anónima (ca. 1700), situadas a ambos lados del
altar.
Cúpula de la capilla de la Virgen, con
la Asunción de Jean-Baptiste Marie Pierre.
Capilla
de san Juan Bautista
Esta capilla tiene una escultura de
mármol, El bautismo de Jesús, obra de Jean-Baptiste I
Lemoyne (1681-1731) y de su sobrino Jean-Baptiste II Lemoyne.
Coro
Muchas personas han sido enterradas en esta
iglesia, especialmente en el siglo XVIII. El clero tenía su cripta bajo el
coro, con una entrada protegida por una losa de mármol negro. Esta losa,
todavía visible, tiene una inscripción funeraria así como varios símbolos de
carácter apotropaico, como cráneos y antorchas invertidas. Entre las
personas civiles enterradas aquí se encuentran los
escultores François y Michel Anguier, el poeta Pierre
Corneille, el arquitecto de jardines André Le Nôtre, el
almirante René Duguay-Trouin, Diderot y Charles-Michel de
l'Épée, entre muchos otros. Simon Challe realizó el púlpito de san
Roque entre 1752 y 1758. Solo se ha conservado intacto el dosel, una enorme
cortina en remolino sostenida por la Verdad, que sostiene una trompeta y
levanta el velo del Error. Las cariátides que sostienen el púlpito son más
recientes: datan del siglo XX y son de Gabriel Rispal.
Cúpula central del transepto.
FRANÇOIS
MANSART
París, 23 de enero de 1598 - París, 23 de
septiembre de 1666).
Arquitecto francés introductor del clasicismo
en la arquitectura barroca francesa. La Encyclopædia
Britannica le cita como el arquitecto francés del siglo XVII de mayor
logro, cuyas obras son reconocidas por su alto grado de refinamiento, sutileza
y elegancia.
principales características de sus obras
fueron la nobleza y la majestad. Todos sus estudios tendieron a perfeccionar
los modelos de la antigüedad. Su perfil era preciso y correcto, y nadie había
concebido la distribución general de una planta mejor que él. Pero se le
reprochó que al exagerar esa nobleza y dignidad para dar más de grandeza a sus
edificios, había caído en la gravedad. Pero no se le puede negar un espíritu
sólido, una imaginación fértil, el sentimiento de belleza y, sobre todo, un
horror al mal gusto, bastante raro en su época. Tan modesto como inteligente,
nunca estuvo satisfecho con sus dibujos, incluso cuando habían merecido los
votos de los entendidos.
La mayoría de los numerosos y estimados
edificios erigidos por él han desaparecido —demolidos o reconstruidos por
entero— y solo se conocen por grabados o or la lista que dejó Charles
Perrault. Hoy, no queda nada para apreciar su talento, aparte
de Val-de-Grâce, salvo el château de
Maisons-Laffitte (1630-1651), de su época de mayor madurez y considerado
su obra maestra. Grabado en siete láminas por Mariette, Maisons-Laffitte
ilustra la transición en curso desde los châteaux posmedievales del
siglo XVI a las casas de campo-villas del XVIII, mostrando la continuidad entre
el estilo renacentista francés y el nuevo estilo, conservando la
idiosincrasia del estilo gótico heredado de la tradición francesa. La
edificación es estrictamente simétrica, con un orden arquitectónico aplicado a
cada planta, principalmente en forma de pilastras. El frontispicio, coronado
con un techo sobreelevado, está impregnado de notable plasticidad y el conjunto
se lee como un todo tridimensional. Los edificios de Mansart están desprovistos
de efectos decorativos exagerados, tan típicos de la Roma contemporánea. La
influencia barroca italiana es silenciada y relegada al campo de la
ornamentación decorativa.
En París, solo queda suya la fachada restaurada
del hotel Carnavalet, y el templo del Marais, rue Saint-Antoine. El único
edificio intacto que queda hoy es el Hôtel de Guénégaud, construido entre
1651 y 1655 para Henri de Guénégaud, conde de Montbrison, marqués de Plancy,
secretario del rey, maestro de Cuentas y consejero de Estado.
Mansart ejerció gran influencia en la obra del
arquitecto barroco austríaco Johann Bernhard Fischer von Erlach y en
el arquitecto inglés Christopher Wren, que conoció 1666 en París.
No fue el primero en usar el techo inclinado
en mansarda, pero lo usó con tanta destreza que tomó su nombre.
Su familia lo ayudó a capacitarse
como cantero y escultor. De 1612 a 1617, estudió con Germain
Gauthier, escultor y arquitecto de la ciudad de Rennes. Fue en esa ocasión
cuando conoció a Salomon de Brosse —el arquitecto más popular del
reinado Enrique IV— y Charles du Ry. De 1618 a 1621, con su tío Marcel Le
Roy, trabajó en la reconstrucción del puente de Toulouse y su tío le
dejó una total autonomía, marcando esta construcción la finalización de su
formación.
Mansart no tuvo la oportunidad de realizar un
viaje de estudio a Italia porque no podía interrumpir su actividad, aprendiendo
arquitectura gracias a su gran biblioteca que le hizo conocer la arquitectura
francesa del siglo XVI y la arquitectura italiana.
Su primer logro notable fue la fachada de la
iglesia de Feuillants, de la que proporcionó el dibujo en 1623. Esa composición
tuvo cierto éxito en su época y se inspiró mucho en
la Saint-Gervais-Saint-Protais (1616) de Salomon de Brosse.
Ese mismo año participó en la renovación del castillo de Berny. Esa
renovación agradó a Jean de Choisy, canciller del duque de Orleans,
que decidió confiarle la construcción del château de Balleroy en
1626, acabado en 1631. Ese castillo ya reúne todas las peculiaridades del
estilo de Mansart, los volúmenes tienen forma de pirámide, los techos están recortados
y rematados por linternas y la escalera se suspende gracias a un importante
dominio de la estereotomía. La composición retomaba el plano del château
du Plessis-Belleville (1628) que él mismo había producido, y también
utiliza el mismo sistema de escalera de sillería alojado en un pabellón
central. Además, creó una terraza del lado del patio del jardín, lo que abría
el castillo sobre el jardín; Esta fórmula se repetirá muy a menudo más tarde.
Es el único ejemplo que sobrevive de sus primeros trabajos.
En 1634, Gastón de Orleans decidió llamarlo de
nuevo para crear un nuevo castillo de Blois, del que solo una parte se
completara (el actual ala norte o de Gastón de Orléans). Era un colosal
proyecto que fue abandonado en 1638, tras el nacimiento del futuro rey Luis
XIV, dado que Gastón de Orleans dejó de ser el heredero del trono. Aquí
Mansart también usó techos recortados y creó una composición piramidal.
En 1641, René de Longueil le
encomendó la construcción de su château de Maisons, que incluía muchos
elementos del castillo de Balleroy y que estableció definitivamente la
reputación del arquitecto. Se convirtió en un verdadero modelo para la
arquitectura posterior, como ya indicó Jacques-François Blondel en
su Cours d'Architecture (1771). También fue célebre por los costos de
construcción que causaba —solo los más ricos podían permitirse el lujo de
trabajar con él—, ya que de hecho no dudaba en destruir lo que juzgaba mal
construido para reconstruirlo: fue es así que después de haber construido un
ala del castillo de Maisons, la destruyó y reconstruyó para obtener un
resultado que le satisficiera. El arresto de René de Longueil suspendió el
trabajo, que se reanudó en 1658.
A partir de 1645, Mansart trabajó en el
convento y en la iglesia de Val-de-Grâce en París, un encargo muy
codiciado de Ana de Austria. Se alegó el despilfarro en que incurrió para
ser apartado y sustituido en las obras por Jacques Lemercier, que
fundamentalmente se dedicó a seguir el proyecto elaborado por Mansart.
En 1650, Mansart fue elegido como objetivo por
políticos enemigos del primer ministro, el cardenal Mazarino, para el que
Mansart trabajaba frecuentemente. En 1651 publicaron La Mansarade, un
panfleto acusando al arquitecto de salvajes extravagancias y maquinaciones.
Después de la llegada al trono de Luis
XIV, Mansart perdió muchos encargos. Sus proyectos para remodelar
el Louvre y del mausoleo real de Saint-Denis nunca fueron ejecutados.
Algunos de sus planes fueron posteriormente retomados por su sobrino nieto, Jules
Hardouin-Mansart, que no era tan ingenioso e individualista y buscaba más el
agrado de su clientela.
Mansart ejerció gran influencia en la obra del
arquitecto barroco austríaco Johann Bernhard Fischer von Erlach y en
el arquitecto inglés Christopher Wren, que conoció 1666 en París.
Cuando murió de enfermedad, en el nº 5 de
la rue Payenne de París, donde siempre había vivido, François Mansart
fue enterrado en Saint-Paul.
No estuvo casado y no tuvo hijos.
Su nombre está asociado en arquitectura con
la mansarda. Se denomina así a la ventana dispuesta sobre el tejado de una
casa para iluminar y ventilar su desván. Y también al altillo, en la fachada de
un edificio, cubierto por un tejado muy inclinado de pizarra, dando por
resultado un elemento ornamental que suele coronar al edificio.
Contrariamente a lo que se ha creído, Mansart
no inventó este elemento, sino que lo tomó de la arquitectura italiana y lo
popularizó en Francia. Su sobrino nieto Jules Hardouin-Mansart prestigió esta
especie de altillo al utilizarlo en el Palacio de Versalles.
La iglesia
del Val-de-Grâce es una iglesia de estilo
clásico y barroco francés originalmente destinada a ser una
iglesia de la abadía real del Val-de-Grâce situada en el V Distrito de
París. La antigua abadía acoge actualmente el museo del Service de santé
des armées, la bibliotéca central del Service de santé des armées, y
la École du Val-de-Grâce, antigua École d'Application du Service de
Santé des Armées. El conjunto militar compone el hôpital d'instruction des
armées du Val-de-Grâce, situado sobre el antiguo huerto de la abadía.
Su fundadora, la reina Ana, fue criada
según los principios estrictos de la Contrarreforma. Convertida en reina,
conserva la afición de visitar los monasterios de monjas de París y sus
alrededores. En el priorato de Val-de-Grâce de Bièvres, remarca
la figura de la priora Marguerite de Veny d'Arbouse y decide otorgar
a la comunidad una nueva abadía en París. La abadía es entonces fundada
en 1621 y confiada a la nueva amiga de la reina. La primera piedra es
puesta el 3 de julio de 1624, en un terreno dado por la corona
(el antiguo hôtel du Petit-Bourbon) y la construcción avanza lentamente de
1624 a 1643. Esta primera comunidad se caracteriza por la austeridad de su
regla y el arcaísmo de los edificios que la acogen.
El conjunto se mantiene inacabado como
consecuencia de la desgracia que sufre la reina con el rey en 1636-1637. De
hecho, después de su falso embarazo de 1622, Ana de Austria es poco a poco
abandonada por el rey. Este hecho hace seguir en particular sus visitas
por Richelieu. La reina es entonces constantemente espiada y políticamente
atacada por su esterilidad (situación empeorada con sus relaciones irregulares
con Luis XIII). Ella prefiere retirarse al Val-de-Grâce (monasterio con
una devoción particular por la natividad) donde ella mantiene relaciones
epistolares con sus amigas perseguidas por el rey. Cuando su marido real la
arresta, se le prohíbe frecuentar el Val-de-Grâce, conocido como el incidente
Val-de-Grâce. Sin embargo, unos meses más tarde, Ana de Austria se queda
embarazada y da por fin a luz al heredero el 5 de
septiembre de 1638, el delfín Luis-Dieudonné,
futuro Luis XIV.
La Gloria de los Bienaventurados, fresco
de la cúpula obra de Pierre Mignard.
Dos hechos fúnebres basculan el destino de la
reina y de su fundación. El 4 de diciembre de 1642, el cardenal
Richelieu muere y el cardenal Mazarino entra unos días más tarde al
Consejo. El 14 de mayo de 1643, el rey Luis XIII muere y
Mazarino se convierte en el «ministro principal». El delfín solo tiene 5 años y
Ana de Austria se convierte con 42 años en reina regenta, con la colaboración
directa del cardenal-ministro Mazarino.
La regenta puede entonces cumplir su promesa de
levantar un «templo magnífico» si Dios le daba un hijo, «de reconstruir
completamente la iglesia y el monasterio del Val-de-Grâce y de no ahorrar
ningún gasto para dejar las marcas eternas de su piedad». La realización de
esta promesa suponía tres condiciones: un emplazamiento, una congregación y el
capital financiero.
Ella compra un hotel particular y añade unos
años más tarde los edificios complementarios. En 1645, Ana de Austria,
viuda del rey Luis XIII, pide a François Mansart añadir una
iglesia y un palacio al convento del Val-de-Grâce donde ella se alojaba frecuentemente.
Pero Mansart es expulsado del proyecto un año después del inicio de los
trabajos, y solo la iglesia es construida según sus planes. La razón de su
expulsión es sin duda el elevado coste de los trabajos, principalmente el
relleno de las galerías subterráneas, y la incapacidad de Mansart de centrarse
en un único proyecto. La iglesia es terminada en 1667, después de una
sucesión de constructores: François Mansart, Jacques
Lemercier, Pierre Le Muet y finalmente Gabriel Leduc).
Durante la Revolución francesa los
símbolos de la realeza son borrados. La Convención nacional, por decreto
del 31 de julio de 1793, convierte el conjunto monumental en un
hospital militar y, posteriormente, un hospital de instrucción.
Descripción
de la iglesia
La iglesia tiene un plano en cruz latina y
una cúpula visible desde la explanada de la entrada. La idea original
de François Mansart preveía torres flanqueando la nave y un portal de
entrada de un piso, que evocaba la entrada de un castillo más bien que la
fachada de iglesia tradicional. La fachada a dos niveles, con su doble nivel de
columnas gemelas soportando un friso triangular y dos alas
características, recuerda algunos alzados de iglesias de la primera mitad
del siglo XVII. Más claro y más sobrio que los manieristas, François
Mansart encuadra su fachada de líneas verticales: las seis columnas y las
cuatro columnas del porche, y las líneas horizontales. La cúpula, con
acentos barrocos, está decorada con un fresco de Pierre Mignard, «La Gloire des Bienheureux» (La Gloria de
los Bienaventurados) (1663) y un baldaquino inspirado en el de
la Basílica de San Pedro de Roma.
Para agradecer al cielo el nacimiento de un
hijo, Ana de Austria hace de esta iglesia un ex-voto en honor a
la Virgen María. La dedicación en el friso del porche es fácilmente
comprensible: «IESU NASCENTI VIRGINIQ(UE)
MATRI», es decir, «(esta iglesia está
dedicada) a Jesús nacido y a su Madre la Virgen». Jesús es
adorado como el Niño esperado nacido por fin (como Luis XIV) y María como madre
(como Ana de Austria).
La abadía, que se mantiene como un modelo de
construcción religiosa del siglo XVII, está abandonada bajo la Revolución
francesa y se convierte en un hospital militar en 1796. En 1979, el
hospital es transferido al nuevo hospital construido sobre el antiguo huerto de
los benedictinos.
La abadía está ocupada actualmente por el museo
del service de santé des armées, la biblioteca central del service de
santé, la école du Val-de-Grâce y posee igualmente alojamientos para
personal del hospital. La iglesia está abierta al público a las mismas horas
que el museo, y en el momento de los oficios y conciertos de música clásica.
El Château
de Maisons (ahora Château de Maisons-Laffitte), diseñado
por François Mansart entre 1630 y 1651, es un excelente ejemplo
de la arquitectura barroca francesa y un punto de referencia en la
historia de la arquitectura francesa. El castillo está
ubicado en Maisons-Laffitte, un suburbio del noroeste de París, en el departamento de Yvelines, Île-de-France.
La familia de Longueil, asociada durante mucho
tiempo al Parlement de Paris, había estado en posesión de parte del
señorío de Maisons desde 1460, y una parte completa desde 1602. A partir de
1630, y durante las siguientes décadas, René de Longueil, primer
presidente de la Cour des aides y luego président à
mortier del Parlement de Paris, dedicó la fortuna heredada por su esposa,
Madeleine Boulenc de Crévecœur (fallecida en 1636), a la construcción de un
magnífico castillo. En 1649 pudo pasar los meses de verano en su nueva
casa, pero las obras en las dependencias continuaron después de esa
fecha. Luis XIV visitó Maisons en abril de 1651.
La atribución a François Mansart fue de
conocimiento común entre los contemporáneos. Charles Perrault informó
de su reputación: "El castillo de
Maisons, del cual él [Mansart] había hecho todos los edificios y todos los
jardines, es de una belleza tan singular que no hay un curioso extranjero que
no vaya allí a verlo, como una de las mejores cosas que tenemos en Francia". Sin
embargo, el único documento sobreviviente que menciona el nombre de Mansart es
un pago de 20.000 libras de Longueil en 1657, aparentemente
ocasionado por la finalización final del castillo. Un folleto con el
título La Mansarade acusa al arquitecto de haberse dado cuenta,
después de finalizar la construcción del primer piso, que había cometido un
error en los planos y arrasó todo lo construido hasta el momento para comenzar
de nuevo.
Perrault destaca que el arquitecto tenía la
costumbre de remodelar ciertas partes de sus edificios más de una vez, en busca
de la perfección. Este período de tiempo requirió la construcción.
A la muerte de René de Longueil, en 1677, el
castillo pasó a sus herederos hasta 1732, y luego en sucesión a la marquesa de
Belleforière, luego al marqués de Soyécourt. En 1777 pasó a ser propiedad
del hermano de Luis XVI, el conde de Artois, quien llevó a
cabo importantes transformaciones interiores bajo la dirección del arquitecto
de su casa François-Joseph Bélanger. Estas obras fueron interrumpidas
en 1782 por falta de fondos. Las maisons dejaron de mantenerse.
Confiscado durante la Revolución como
"bienes nacionales", el
castillo fue vendido en 1798 a un abastecedor del ejército, M. Lauchère, de
nuevo en 1804 al mariscal Jean Lannes y, finalmente, en 1818, al
banquero parisino Jacques Lafitte. A partir de 1834, Lafitte procedió a
desarrollar el parque circundante como lotes de construcción; derribó los
hermosos establos para proporcionar materiales de construcción para los compradores. Después
de que su hija, la princesa de la Moskowa, vendiera el castillo en 1850, pasó
a manos del señor Thomas de Colmar y del pintor William Tilman
Grommé, que cultivó el pequeño parque y demolió la puerta de entrada a la
explanada, cerrando el espacio severamente reducido con una reja de hierro
forjado traída del castillo de Mailly en Picardía. Grommé murió en 1900.
En su último testamento, encargó la totalidad de su propiedad a la ciudad
de Vyborg, que decidió conservar su colección de arte pero vender el castillo.
En 1905, el Estado compró el castillo para
salvarlo de la demolición. Fue clasificado como monumento
histórico en 1914.
El castillo de Maisons se construyó entre
el Sena y el bosque de Saint-Germain-en-Laye, con su fachada
ajardinada orientada al sureste. Originalmente comprendía el jardín, un
pequeño parque de 33 hectáreas y un gran parque exterior de 300
hectáreas. El visitante llegaba por una de las dos avenidas que
se cruzaban en una intersección en T antes de la puerta de la cour
d'honneur El eje central principal conducía al bosque, el eje transversal
a través del pueblo al suroeste y al río, de allí a París. Había tres
puertas de entrada en los extremos más alejados de las avenidas.
A un lado y al otro de la vanguardia,
Mansart construyó las caballerizas, obras maestras de la arquitectura cuyo
carácter monumental daba un anticipo de las que se construirían en Versalles y
Chantilly. De estas obras sólo existe una gruta, que servía también
para dar de beber a los caballos.
El castillo se alzaba sobre una plataforma
rectangular perfilada a la francesa con un foso seco. La cour
d'honneur estaba definida por terrazas. El bloque central se extiende
simétricamente en alas cortas, compuestas por varios tramos, cada uno con su propia
línea de techo, con techos inclinados y chimeneas altas, en varias gamas, con
una fachada rota que recuerda la planificación en obra de Pierre Lescot y Philibert
Delorme en el siglo anterior. La construcción de una sola pila típica
de su época tiene tres pisos, un sótano que sostiene una planta baja y un piano
nobile con tres pisos de ático arriba.
El gran vestíbulo de entrada central de piedra
estaba originalmente rodeado por rejas de hierro forjado excepcionalmente
finas, que se encuentran hoy en el Louvre. Gilles Guérin ejecutó
grandes bajorrelieves de The Seasons a partir de dibujos proporcionados
por Jacques Sarazin, quien supervisó toda la escultura proporcionada para
Maisons. Hay lunetas que representan Los Elementos, de las que
también sobreviven los dibujos de Sarazin. Este vestíbulo da a dos
apartamentos estatales. El apartamento de la izquierda,
llamado Appartement des Captifs, era el de René de Longueuil; ha
conservado su decoración original. La chimenea de la sala de la esquina, la chambre
de paradere presenta un medallón en bajorrelieve de Luis XIII sostenido
por cautivos y un friso del triunfo de Luis XIII, obras de Gilles Guérin que
han dado nombre a la suite de estancias.
El apartamento de la derecha,
llamado Appartement de la Renommée, fue completamente redecorado por
Bélanger para el conde de Artois en un discreto estilo neoclásico muy
acorde con el estilo clásico general del castillo.
La escalera era de un tipo que Mansart originó
en Balleroy, en la que el espacio central se deja abierto, de modo que
los vuelos trepan por las cuatro paredes.
En el piso del desfile, el apartamento de la
derecha, llamado Appartement des Aigles por la decoración
de estilo Imperio realizada por el mariscal Lannes en espera de la
visita de Napoleón, no se distingue. Que a la izquierda, por otro
lado, el Appartement du Roi también se llama à
l'italienne porque está cubierto por una falsa bóveda. El apartamento
consta de una gran Salle des Fêtes empleada también en el carácter de
una sala de guardia, con una tribuna para los músicos. Se abre en
el Salón de Hércules de la pintura de Hércules derrotando a la
Hidra que solía aparecer en el pecho de la chimenea, con
esculturas de Guérin. En el pabellón final hay una sala abovedada
articulada por figuras térmicas, un precursor del gran salón de Vaux-le-Vicomte. Un
pequeño gabinete ovalado, o un salón privado, el Cabinet des
Miroirs tiene una decoración refinada y un piso de parquet con
incrustaciones de peltre y hueso.
El castillo
de Balleroy es un castillo del siglo XVII en Balleroy, Normandía.
El feudo de Balleroy, cerca
del bosque y la abadía de Cerisy, fue adquirido el 1
de abril de 1600 por Jean de Choisy, proveedor de vino en la corte
de Enrique IV.
El castillo fue construido entre 1626 y 1636
por su hijo, Jean II de Choisy que se convirtió en Consejero de
Estado y canciller del libertino Gaston, duque de Orleans,
hermano de Luis XIII que contrató al arquitecto François Mansart
a partir de 1634 para la reconstrucción de la château de Blois.
El arquitecto desconocido, que ya había
redactado los planos del castillo de Berny, una vivienda remodelada para
el canciller Pierre Brûlart de Sillery (1624-1625), acudió con
frecuencia a Balleroy entre 1632 y 1634 y consignó los antiguos planos del
antiguo castillo y pueblo, que fueron desplazados y colocados alrededor de un
eje principal para permitir una vista sobre la carretera, avenida o camino
honorario, pendiente moderada, cour d'honneur enmarcado por dos
pabellones comunes cuadrados, largos, bajos, que cubren pisos de volutas de boj
y una terraza rodeado por una balaustrada.
Una obra moderna, que marca un punto de
inflexión en la historia de la arquitectura francesa.
Construido en
ladrillos, esquisto y pizarra de Caen, el castillo tiene un
pabellón central coronado por una linterna en el techo flanqueada por
dos edificios inferiores. Los demás se sitúan alrededor de los jardines
delineados por André Le Nôtre.
El interior del castillo ofrece un gran salón
notable por sus pinturas de Pierre Mignard: Le Char du Soleil, retratos
de Luis XIII y la familia de su hijo Luis XIV, buscado por
Mme de Choisy.
El jardin à la française se compone
de suelos tallados en madera de boj y una terraza flanqueada de dos
pabellones. El castillo domina la Drôme.
Uno de los pabellones alberga el museo Ballons,
de Malcolm Forbes, que contiene documentos sobre los hermanos
Montgolfier.
Philippe Thébaud cita
el jardín entre los 300 jardines más bonitos de Francia.
Ocupantes
El más conocido de la familia es
Francois-Timoléon (1644-1724), cuarto y último hijo de Jean III de Choisy,
travestido por su madre cuando era joven -hasta los 18 años-, para cortejar
a Ana de Austria y presentarlo al séquito de su hijo
menor, Felipe de Orleans, del que se convirtió en un joven compañero de juego; como
abad, dejó famosas Mémoires pour servir l'histoire de Louis
XIV (1737); fue enviado como embajador ante el rey de
Siam en vista de una conversión al catolicismo; en 1698, vendió
Balleroy a la princesse d'Harcourt, nacida Françoise de Blacas.
En 1704, la tierra de Balleroy se convirtió
en marqués, en beneficio de uno de sus primos.
Tras la muerte de los dos hijos de la Cour
de Balleroy durante la Revolución Francesa , su nieto sólo tomó
posesión en 1827 y siguió siendo propiedad de los herederos hasta que fue
comprada en 1970-1971 por el millonario empresario estadounidense Malcolm
Forbes, director de la revista Forbes.
Entre los habitantes de renombre se
encontraban Albert de Balleroy (Albert Félix Justin de la Cour de
Balleroy), pintor de animales del siglo XIX , amigo
de Édouard Manet y del groupe des Batignolles; porque sus
cuadros que representan escenas de caza cubren la sala de estar del
castillo. La emperatriz Eugenia poseía una de sus obras.
Marcel Proust visitó el castillo junto
con Paul Helleu y pudo haber hecho una transposición del castillo
en À la recherche du temps perdu, al que rebautizó como "château de Guermantes".
El castillo
real de Blois (en francés: Castillo Real de Blois, se
encuentra en el centro de la ciudad de Blois en el Loir-et-Cher departamento en
el valle del Loira, en Francia. Residencia de varios reyes franceses,
es también el lugar donde Juana de Arco fue en 1429 para ser
bendecida por el arzobispo de Reims antes de partir con su ejército
para expulsar a los ingleses de Orleans.
El castillo de Blois controlaba efectivamente
la ciudad de Blois y comprende varios edificios. La construcción
de estos edificios comenzó en el siglo XIII y terminó en el siglo
XVII. Hay cuatro estilos arquitectónicos representados en el castillo de
Blois que incluyen: fortaleza medieval del siglo XIII, ala gótica de Luis XII,
ala renacentista de Francois I y ala clásica de Gastón de Orleans. Tiene
564 habitaciones y 75 escaleras, aunque solo 23 se utilizaron con
frecuencia. Hay 100 habitaciones, cada una con chimenea.
Condes de
Blois
En 854 el Castillo de Blois, conocido como
Blisum castrum, fue atacado por vikingos. En los siglos X y
XI, los condes de Blois y los terratenientes
de Chartres y Champagne se unieron para reconstruir la fortaleza. Thibaud
le Tricheur levantó la "gran torre"
y, a finales del siglo XII, las contribuciones de los Condes se terminaron con
la construcción de Saint-Sauveur.
La "Salle
des États Généraux", construida a principios del siglo XIII, es una de
las salas señoriales más antiguas conservadas en Francia, y también es
la sala gótica civil más grande que queda. La sala
fue utilizada como tribunal de justicia por los condes de Blois y se utilizó en
1576 y 1588 para los "États Généraux".
Luis XII
El interior del ala Luis XII,
con la capilla a la derecha.
El castillo medieval fue comprado en 1391
por Luis I, duque de Orleans, hermano de Carlos VI; después del
asesinato de Luis, su viuda, Valentina Visconti, se retiró a este castillo
en Blois. Más tarde fue heredado por su hijo, el poeta Charles
d'Orléans, que fue capturado en Agincourt y encarcelado en
Inglaterra. Después de veinticinco años como rehén en
Inglaterra, Charles d'Orleans regresó a su amada Blois y ayudó en
parte a reconstruir el castillo como una vivienda más cómoda. Se convirtió
en la residencia real favorita y la capital política del reino bajo el hijo de
Carlos, el rey Luis XII.
A principios del siglo XVI, el rey Luis
XII inició una reconstrucción de la entrada del bloque principal y la
creación de un jardín italiano en
los parterres en terrazas donde hoy se encuentra la Plaza
Victor Hugo.
Esta ala, de ladrillo rojo y piedra gris, forma
la entrada principal del castillo y cuenta con una estatua del rey montado
sobre la entrada. Aunque el estilo es principalmente gótico, como
atestiguan los perfiles de molduras, los arcos lobulados y los pináculos, hay
presentes elementos de la arquitectura renacentista, como una pequeña
lámpara de araña.
François
I
Cuando Francisco I tomó el poder en
1515, su esposa, la reina Claude, lo hizo renovar Blois con la
intención de mudarse del Château d'Amboise a
Blois. Francisco inició la construcción de una nueva ala y creó una
de las bibliotecas más importantes de la época en el
castillo. Después de la muerte de su esposa en 1524, pasó muy poco
tiempo en Blois y la enorme biblioteca se trasladó
al castillo real de Fontainebleau. Es esta biblioteca la
que formó la biblioteca real y la columna vertebral de la Bibliothèque
nationale de France.
La parte trasera
del ala Francisco I, frente al centro de Blois en la década de 1890
La característica más famosa del
castillo, la escalera de caracol en el ala François I.
En esta ala, la arquitectura y la ornamentación
están marcadas por la influencia italiana. En el centro se encuentra la
monumental escalera de caracol, cubierta con finas esculturas en bajorrelieve y
que da al patio central del castillo. Detrás de esta ala se encuentra la
fachada de la Logia, caracterizada por una serie de nichos desconectados.
Enrique
III
Expulsado de París durante las guerras de
religión francesas, el rey Enrique III vivió en Blois y celebró allí
la convención de los estados generales en 1576 y 1588. Durante la convención de
diciembre de 1588, el rey hizo asesinar a su archienemigo, Enrique
I, duque de Guisa. Al día siguiente, también fue asesinado el
hermano del duque, Luis II, cardenal de Guisa.
La Chambre du Roi con
la H de Enrique IV en las baldosas del suelo
Enrique
IV
Después de esto, el castillo fue ocupado por Enrique
IV, el primer monarca borbónico. A la muerte de Enrique en 1610,
se convirtió en el lugar de exilio de su viuda, María de Médicis, cuando
fue expulsada de la corte de su hijo, Luis XIII.
Gaston
d'Orléans
En 1626, el rey Luis XIII entregó el
castillo de Blois a su hermano y heredero, Gaston de Francia, duque de
Orleans como regalo de bodas. En 1634, Gaston se embarcó en la
construcción de un castillo completamente nuevo en Blois. La tarea de
desarrollar este nuevo castillo fue encomendada a François
Mansart. La parte trasera del patio es donde Mansart comenzó este
ambicioso proyecto de construcción con una vivienda principal. Esta casa
debería haber sido el primer edificio de un proyecto de reconstrucción a gran
escala. El proyecto se detuvo en 1638 cuando nació el sobrino de
Gaston, el futuro Luis XIV. Con el nacimiento de Luis XIV,
Gaston ya no era el heredero y ya no tenía derecho a financiación.
Esta ala forma la pared trasera del patio,
directamente enfrente del ala Luis XII. La sección central está compuesta
por tres capas horizontales donde se aprecia la superposición de los órdenes
dórico, jónico y corintio.
En la época de la Revolución Francesa, el
inmenso castillo había sido abandonado durante más de ciento treinta
años. Se retiraron los contenidos, muchas de sus estatuas, emblemas reales
y escudos de armas del palacio. En un estado de deterioro casi total, se
programó la demolición del castillo de Blois, pero se le concedió un indulto
como cuartel militar.
El Temple
du Marais, a veces conocido como el Temple Sainte-Marie, o
históricamente, como la Iglesia de Sainte Marie de la Visitation, es
una iglesia protestante ubicada en el distrito 4 de París,
en el distrito de Le Marais en 17 Rue Saint- Antoine. Fue
construido originalmente como un convento católico romano por
la Orden de la Visitación de Santa María, cuyas hermanas comúnmente se
llamaban Visitandinas. La iglesia fue cerrada en la Revolución
Francesa y luego entregada a una congregación protestante que
continúa su ministerio hasta el presente. La estación de metro más cercana
es Bastille.
La Orden de la Visitación de Santa María fue
fundada en 1610 por San Francisco de Sales y Santa Juana de
Chantal en Annecy como una orden religiosa católica de monjas. Comenzó
un convento en París en 1619 que construyó la iglesia actual y el escudo de la
orden todavía supera el rosetón sobre la entrada. El edificio fue
diseñado por François Mansart en 1632, en estilo barroco. El
benefactor de la iglesia, Noël Brûlart de Sillery, un admirador del Panteón de
Roma, deseaba un plan centralizado. Mansart, sin duda influenciado también
por la capilla del Château d'Anet, entregó un diseño muy original con ocho
espacios subsidiarios interconectados que rodean la cúpula central de 13
metros incluido el santuario al sur, el vestíbulo al norte, tres
capillas, dos sacristías y el coro de las monjas al oeste. El
diseño para el exterior también fue bastante original con los tres componentes
de la elevación de la calle, el arco con su portal inspirado en Miguel
Ángel y su cruz saliente, el toit à l'impèriale con su linterna
y la aguja con forma de cruz, que atrae la mirada hacia el cielo. La
construcción del edificio fue supervisada por el maestro albañil Michel
Villedo.
San Vicente de Paúl se desempeñó como
director espiritual del convento durante veintiocho años. La cripta
de la iglesia, terminada en 1665, fue el mausoleo familiar de Nicolas
Fouquet, superintendente de finanzas de Luis XIV, cuyos restos
fueron trasladados a París un año después de su muerte. La iglesia también
alberga la tumba de Henri, marqués de Sévigné, esposo de la destacada
escritora Marie de Rabutin-Chantal.
En 1790, durante la Revolución Francesa, el
convento fue confiscado, se vendieron sus muebles y el edificio se convirtió en
almacén de libros incautados a inmigrantes. En 1792 las hermanas fueron
expulsadas y la Sociedad de Amigos de la Ley, dirigida por la cortesana Theroigne
de Mericourt, utilizó la capilla para las reuniones. En 1796 se vendieron
los edificios y más tarde todos fueron demolidos excepto la capilla durante la
creación de la Rue Castex en 1805. La Revolución dejó su huella en
la capilla en forma de gorro frigio sobre una puerta.
Después de la Revolución, las hermanas
reconstituyeron su convento como Monastère de la Visitation en 68 avenue
Denfert-Rochereau, donde continúa hasta nuestros días. Los restos
del patrón del convento, Noël Brûlart de Sillery, así como del obispo
Frémiot (arzobispo de Bourges y hermano de Jane de Chantal) fueron
trasladados a la nueva ubicación en 1836 en lugar de dejarlos en una iglesia
protestante.
Luchando directamente frente a la
iglesia el 25 de mayo de 1871 durante la Comuna de París
Después del Concordato de 1801, la
iglesia fue entregada, junto con Saint-Louis-du-Louvre y la capilla
de la Abadía de Pentemont, para el uso de los creyentes reformados en
París que habían sido obligados a adorar en secreto o en las capillas de extranjeros
desde la Revocación del Edicto de Nantes en 1685. La primera vez que
el pastor Paul-Henri Marron predicó en la nueva iglesia, comentó cómo
los protestantes ahora podían adorar en libertad y seguridad acurrucados entre
tales símbolos de la opresión de sus antepasados, el Bastilla y la
casa de los jesuitas en el Lycée Charlemagne.
La iglesia fue el hogar del famoso
urbanista Georges-Eugène Haussmann y del arquitecto Victor
Baltard durante sus días de estudiante en el Collège Henri IV. Mientras
Baltard era luterano, fue con sus pares protestantes más radicales a
la iglesia calvinista doctrinalmente más estricta. En
1830, la iglesia celebró el funeral de estado de Benjamin Constant.
El edificio fue dañado en mayo de 1871 por
feroces combates en una barricada directamente frente a la iglesia durante
la Comuna de París. El trabajo de restauración fue emprendido en
1874 por Marcelino Varcollier y las estatuas en el frontón de la caridad y
la religión fueron talladas por Ernest-Eugène Hiolle. El órgano
de la iglesia fue construido por Joseph Merklin en 1895 con trabajo
adicional de Haerpfer en 1960 y Heddelin en 1992.
Elisée Lacheret se convirtió en pastora de la
iglesia en 1902, pasando del l'Oratoire, más teológicamente
liberal, al Temple du Marais, más evangélico. Como
presidente de la comisión permanente de la Iglesia Reformada, jugó un papel
importante durante el debate que condujo a la política de Laïcité que
separó a la Iglesia del Estado en Francia en 1905. Una placa en la
Iglesia conmemora su papel en la garantía de la práctica libre de religión, así
como en la organización de las Eglises Réformées Evangéliques, el ala
evangélica de la iglesia reformada. Durante las Guerras Mundiales, la
cripta de la iglesia se utilizó como refugio contra los bombardeos y bajo la Ocupación
alemana de Francia durante la Segunda Guerra Mundial, el órgano
se utilizó para ocultar judíos.
La iglesia continúa como parte de la Iglesia
Protestante Unida de Francia y ha experimentado una gran revitalización en los
últimos años pasando de un puñado de feligreses en 2004 a 300 asistentes
semanales, la mayoría menores de 40 años en la actualidad. Hay
servicios en francés a las 10:30 am los domingos, un servicio comunitario
africano (en francés) a la 1:00 pm, un servicio japonés a las 4:00 pm y un
servicio árabe a las 6:00 pm. La congregación también lleva a cabo muchas
actividades durante la semana, incluidos grupos de estudio bíblico y de
oración. La iglesia está abierta a los turistas los sábados por la tarde
de 3: 30-5: 30pm y los voluntarios brindan recorridos.
LOUIS LE
VAU (París, 1612 -
París, 11 de octubre de 1670)
Fue un destacado arquitecto francés, uno
de los más importantes del estilo barroco.
Contemporáneo de dos Mansarts y de Jacques
Lemercier, Louis Le Vau fue uno de los creadores del clasicismo
francés (el llamado estilo Luis XIV) y que él supo combinar de manera
impresionante con el barroco. Creó un estilo que destacó por la
simplicidad de las construcciones y la elegancia de las decoraciones. Su obra más
importante fue el palacio de Vaux-le-Vicomte.
Su padre dejó su actividad de tallador de
piedra en 1634 para consagrarse a la albañilería, consiguiendo ser
nombrado, en 1635, maestro de albañiles. Su hijo, Louis, colaboró con su
padre haciéndole los diseños y los presupuestos, lo que le permitió empezar la
carrera de arquitectura integrándose en las obras de la Isla de San Luis,
en la que se estaba trabajando para convertirla en una región habitada.
Construyó varias casas sencillas: tres para Nicolás Pontheron, dos para
Guillaume Véniat y Denis Postel, tres para Pierre Chomel, y siete para Antoine
Le Marier, también construyó ricas mansiones para Sainctot, Hesselin, Gruyn des
Bordes, Jean-Baptiste Lambert o para Gillier ("Hotel Gillier"), en el barrio de Anjou en 1637-1639, y
otras casas de campo.
Se hizo célebre cuando, en 1654, fue
nombrado el principal arquitecto de Luis XIV (Primer arquitecto del
Rey). En 1657, Nicolás Fouquet le encargó la construcción de
Vaux-le-Vicomte, en la que ya apuntaba la grandiosidad antes que el respeto
estricto a los cánones de la arquitectura clásica. Desde 1660 él
trabajó para el Rey: terminó el Palacio de Vicennes construyendo los
pabellones del Rey y de la Reina, el hospital de Salpêtrière, trabajó en la
fachada de las Tullerías, reconstruyó la "Galería de Apolo" en el Louvre y llevó a cabo
algunas otras reformas. Poco antes de morir realizó diferentes reformas en
el Palacio de Versalles y diseñó el Colegio de las Cuatro
Naciones.
Dedicado inicialmente a una clientela
particular -gente de finanzas, sobre todo-, Le Vau acaba siendo nombrado
arquitecto del rey favorecido por Mazarino, y luego Premier architecte.
Trabaja en el château de Vincennes, del que el cardenal era
gobernador (1654-1667), donde construye los pabellones del rey y de la reina
madre, manifestando un deseo creciente de monumentalidad y de regularidad.
A partir de 1657 construye, junto con Pierre Le
Muet, el hospital general para pobres llamado “la Salpétrière”.
Y rediseña en el Louvre la fachada sobre el
Sena (ala sur de la Cour carrée). Y en las cercanas Tullerías, sobre la
obra de los tiempos de Catalina de Médicis y Enrique IV (1563-1594), añade los
pabellones de Flore y de Marsan (1664), elevando con una nueva planta (attique)
el pabellon central que cubre con una cúpula cuadrangular.
También proporciona los planos del “Colegio de las Cuatro Naciones”
(hoy Institut de France, 1662-1670), cuya fachada en curva se inspira del
barroco Girolamo Rainaldi (1570-1655).
En Versalles, después de haber ejecutado
algunos trabajos de extensión y de readaptación a la residencia/pabellón de
caza de Luis XIII (a partir de 1667), y erigido la
primera Orangerie (1667), y el pintoresco Trianon de
porcelana (destruido a partir de 1668), Le Vau recibe el encargo de Luis XIV de
edificar la fachada sobre el parque del nuevo palacio; y construye los
dos Grands appartements, simétricos del rey y de la reina, separados por
una gran terraza (que luego modificará Jules Hardouin-Mansart
profundamente). La voluntad de grandeza y de simplicidad que presidía el
conjunto, el rigor de las masas y de los efectos rítmicos constituye, no
obstante, uno de los principales puntos de inicio del clasicismo francés.
Louis Le Vau moría en París en octubre de 1670.
Su nombre constituye una figura dominante en la arquitectura de mediados del
siglo XVII, aun cuando se le pueda reprochar cierta pesadez en la concepción y
falta de esa finura y elegancia que luego aportará Hardouin-Mansart).
Principales
obras:
·
Palacio
de Vaux-le-Vicomte (1658-1661). El arquitecto inglés Reginald
Blomfield dijo que, «ese castillo podía ser un poco excesivo, con los
jardines diseñados torpemente», lo cual no resultaba inverosímil teniendo en
cuenta que Le Vau ponía el acento en la grandiosidad antes que en el estilo
clásico. Una de las características del castillo es el enorme salón con vistas
a los jardines. Trabajando en el castillo de Vaux-le-Vicomte, colaboró
con Charles Le Brun, pintor y decorado, y André Le Nôtre, que diseñó
los jardines.
·
Reforma
del Palacio de Vincennes, encargo del Cardenal Mazarino (construcción
del ala del Rey (1561) y del ala de la Reina-madre (1658), del cual sólo
quedan, en la actualidad, las ocho torres y el torreón.
·
Una
parte del Palacio de Versalles (1661 hasta su fallecimiento en 1670):
diseñó las ampliaciones del palacio. El Palacio de Versalles es un
estandarte por su magnífico esplendor (Luis Le Vau "Catholic
Enciclopedia"). Dio amplitud a la corte del palacio y la alargó. Unió las
alas a los lados de la corte.
·
Instituto
de Francia (1662-1688) (Colegio de las Cuatro Naciones). Esta construcción
es dramática porque es un verdadero híbrido de los estilos barroco y clásico.
Este palacio tiene una historia interesante debida a los espléndidos diseños y
la imaginación de Luis Le Vau al crear el inmueble. La construcción empezó tras
la muerte de Mazarino que dejó suficiente dinero para la construcción del
Colegio de las Cuatro Naciones. En él se demuestra la influencia que
ejerció Bernini en Luis Le Vau tras su visita a París en 1665
(Ballon).
·
Una
parte de la iglesia de San Sulpicio, en París.
·
Embellecimiento
del palacio de las Tullerías, en 1664. El pabellón central había sido
decorado siguiendo los estilos jónico y corintio. Le Vau añadió
un ático, coronado por una cúpula cuadrangular.
·
Ampliación
y reformas del palacio del Louvre: se le deben la mitad de las fachadas
del patio cuadrado, es decir, la extensión del ala meridional de Pierre
Lescot (lado del Sena), toda la fachada oriental con la excepción de la
columnata exterior diseñada por el arquitecto Claude Perrault y el
regreso de la fachada norte hasta la mitad del pabellón central.
·
Restauración
entre 1653 y 1657 de las fachadas del château de Saint-Fargeau para
la prima hermana de Luis XIV, Anne Marie Louise d'Orléans de Montpensier, hija
de Gaston d'Orléans (hermano de Louis XIII), apodada la Grande
Mademoiselle.
El Palacio
de Vaux-le-Vicomte, está ubicado junto a la ciudad francesa
de Maincy (departamento de Seine-et-Marne) es un palacio de
estilo barroco del siglo XVII (1658-1661), construido para
el intendente de finanzas de Luis XIV, Nicolás Fouquet que
contrató a los mejores artistas de la época para construir su palacio: el
arquitecto Luis Le Vau, el pintor Charles Le Brun y el
paisajista André Le Nôtre.
El éxito de dicho palacio molestó de tal modo a
Luis XIV que provocó la caída de Nicolás Fouquet y todo el equipo que había
participado en su construcción fue contratado para la realización
del Palacio de Versalles.
El palacio es, en la actualidad, la mayor
propiedad privada clasificada como Monument historique, obra maestra del
arte francés del siglo XVII.
El 1 de febrero de 1641, Nicolás
Fouquet, relator del Consejo de Estado, que acababa de heredar de su padre,
adquirió el señorío de Vaux y su palacio. Poco después heredó de su primera
esposa y, en 1651, se casó de nuevo con Marie-Madeleine de Castille,
antes de ser nombrado, en 1655, intendente de finanzas. Poseedor de una
fortuna considerable, Fouquet confió al arquitecto Luis Le Vau y al contratista
Michel Villedo la construcción, en Vaux (1656), de un nuevo palacio.
La construcción progresó rápidamente.
De 1653 a 1654, las primeras obras de la conducción del agua al
parque y el patio del palacio se habían concluido. En 1655, el pequeño canal,
las fuentes, algunos arriates y la gran terraza quedaron instalados en el
parque. En 1656, el arquitecto Daniel Gittard puso los cimientos del
palacio, que concluyeron 2 de agosto de 1656.
El palacio se construyó con piedra blanca
de Creil, en tanto que las dependencias del mismo se hicieron con
ladrillos. En 1657 se terminaron las obras de albañilería y
carpintería. El tejado se terminó en 1658 y se empezó el interior del
palacio.
Palacio de Vaux-le-Vicomte.
Desde septiembre de 1658, el pintor Charles Le
Brun se instaló en el palacio. Se recibieron las visitas del Cardenal
Mazarino el 25 de junio de 1659, de Luis XIV, de la Reina
madre y de Monsieur el 14 de julio. El 10 de julio de 1660,
Luis XIV y María Teresa se hospedan en él. El 12 de
julio de 1661, Fouquet, dio una fiesta en honor de la Reina
de Inglaterra y, el 17 de agosto, se celebró otra en honor de
Luis XIV. Esta fiesta, concretamente, tuvo un gran esplendor: espectáculos en
los que se utilizaron las últimas técnicas del momento, representaciones
teatrales (La Preciosas ridículas, de Molière), fuegos
artificiales…el programa de festejos fue tan llamativo que provocó la envidia
de Luis XIV, azuzada por las insinuaciones de Colbert de que tanto
fasto debía provenir de la malversación de fondos públicos, que destituyó a
Fouquet de su cargo y, el 5 de septiembre, después de la fiesta, el rey
ordenó su arresto.
Tras el arresto de Fouquet el palacio fue
precintado. El mobiliario se vendió, gran parte del mismo fue adquirido por
Luis XIV. Las tapicerías que habían puesto Maincy y Le Vau fueron llevadas
a Gobelins. Los artistas que habían trabajado en el palacio fueron
contratados para trabajar en Versalles. Pero el edificio no fue derribado.
En 1673, los herederos de Fouquet (muerto
en prisión) tomaron posesión del señorío y lo cedieron, en 1705,
al mariscal de Villars que pasó a ser propietario del palacio durante
60 años. Sus hijos lo vendieron después.
El palacio pasó a ser propiedad de la familia
del duque de Praslin, desde 1764 a 1875, sin que se
hicieran reformas en él. Durante la Revolución francesa, la duquesa
de Praslin pudo salvar el palacio poniéndolo bajo la protección de la
Comuna de las artes. En 1842, Luis Visconti y François
Hippolyte Destailleur iniciaron la restauración del palacio.
En 1875, Alfred Sommier, industrial azucarero,
compró el palacio y lo hizo restaurar por Gabriel-Hippolyte Destailleur, los
jardines fueron reformados por los paisajistas Lainé y Achille Duchêne.
En 1908, tras el fallecimiento de Alfred Sommier, el palacio y el jardín
volvieron a su estado original. El propietario actual, el conde Patrice de
Vogüé, es el nieto de Alfred Sommier.
El palacio y los jardines a la francesa fueron
declarados monumentos históricos en 1939. En 1944, también fueron
declarados como tales los muebles y numerosos objetos. Por último, en 1965,
todo el conjunto de 450 hectáreas quedó clasificado como monumento
histórico.
En 1968, el palacio y el parque fueron
abiertos al público.
El salón
oval
El salón oval del palacio de Vaux-le-Vicomte es
una pieza única en la historia de la arquitectura francesa, mide 19 m. de largo
y 18 de ancho. En él se hacen las recepciones y se celebran las fiestas de
Vaux.
El plafón, pintado por Charles Le Brun,
tenía que decorar el palacio del Sol, representando el astro solar con el
emblema de Nicolás Fouquet, la ardilla. Pero no se llevó a cabo.
La cúpula está sostenida por 16 cariátides
esculpidas por François Girardon. Doce de ellas llevan los signos del
zodíaco y las otras cuatro los símbolos de las cuatro estaciones. El sol está
realizado con piedra blanca y pizarra en el centro del cuadrante solar.
La pieza está decorada con cuatro bustos de
personajes romanos: Octavia, hermana de
Augusto, Británico, Octavia, esposa
de Nerón y Adriano. Otros doce bustos romanos esculpidos
en Florencia en el siglo XVII, decoran la estancia.
La
avenida de los Plátanos
La llegada al palacio se realiza por una
avenida de 257 plátanos. Las dos hileras de árboles están muy próximas, tan
solo las separan 6 metros por lo que, al juntarse las ramas de ambas líneas, se
provoca un efecto de túnel impresionante. La avenida tiene una longitud de
1.400 metros y está clasificada como monumento histórico.
El castillo
de Vincennes es un castillo real francés de los
siglos XIV y XVII, ubicado en el pueblo de Vincennes, a
menos de 10 km al este de París, actualmente un suburbio del área
metropolitana. Era el castillo más grande de la Edad Media en Europa.
En el recinto interior se construyó —a imagen
de la Sainte-Chapelle parisina— la Sainte-Chapelle vicennienne,
una capilla medieval fundada en 1379 a petición del rey Carlos V con
el fin de albergar las reliquias de la Pasión de Cristo Se finalizó
definitivamente en 1552.
Como otros castillos famosos tuvo sus orígenes
en un refugio de caza, levantado por Luis VII en los bosques de
Vincennes alrededor del año 1150. En el siglo XIII, Felipe
Augusto y Luis IX levantaron una casa más sólida: al parecer
Luis IX habría partido hacia la Octava Cruzada desde Vincennes, de la
cual nunca regresó.
Vincennes fue más que una lúgubre
fortaleza: Felipe III (en 1274) y Felipe
IV (en 1284) se casaron aquí y tres reyes del siglo
XIV nacieron en Vincennes: Luis X (1316), Felipe
V (1322) y Carlos IV (1328). También fue el lugar elegido por el
cardenal Mazarino para su residencia y donde falleció en 1661.
El castillo fue extensamente ampliado,
reemplazando la primera construcción a finales del siglo XIV.
Una torre del homenaje de 52 metros de altura fue agregada
por Felipe VI, un trabajo que comenzó alrededor del 1337. El
magnífico circuito rectangular de muros fue terminado por la Dinastía
Valois, casi dos generaciones más tarde (alrededor del 1410). La torre del
homenaje sirvió como residencia para la familia real, y se sabe que sus construcciones
acogieron la biblioteca y el estudio personal de Carlos V.
Castillo
de Vincennes protegido por sus muros.
En el castillo de Vincennes se cobijaron
temporalmente las reliquias de la corona de espinas, mientras
la Sainte Chapelle de París era preparada para recibirlas. Enrique
IV estuvo prisionero un tiempo aquí durante las Guerras de religión.
En el siglo XVII el
arquitecto Luis Le Vau construyó para Luis XIV un par de
campos aislados que se reflejan el uno al otro a través de un parterre a un
lado del almacén, preparado para la Reina Madre y el Cardenal
Mazarino, pero la reconstrucción nunca fue utilizada una vez
que Versalles ocupara toda la atención. Algunos espléndidos
departamentos muestran la fase temprana del estilo Luis XIV, antes de que la
maqueta del Palacio de Vaux-le-Vicomte fuera presentada al Rey Sol.
El desafortunado constructor del Vaux, el ministro Nicolás Fouquet, logró
trasladarse a Vincennes, a habitaciones mucho menos cómodas.
En 1691 otro huésped indeseable fue John Vanbrugh, quien poco
después se convertiría en dramaturgo y arquitecto, y que realizaría algunos
diseños góticos y barrocos basándose en su experiencia en Vincennes, según se
ha sostenido.
Abandonado en el siglo XVIII, el castillo
siguió siendo utilizado, primero por la industria de porcelanas de Vincennes,
luego como prisión estatal que albergaría al Marqués de Sade, a Denis
Diderot y al conde de Mirabeau, y después como comunidad de monjas de
la Comunidad Inglesa Benedictina de Cambrai. Desde 1796 fue
ocupado como fábrica de armas por parte de sus actuales ocupantes, las
secciones históricas de las Fuerzas Armadas francesas.
Fueron realizadas en el castillo las
ejecuciones del Duque de Enghien, en 1804, y de Mata Hari,
en 1917. Durante la ocupación nazi, 30 prisioneros fueron ejecutados
el 20 de agosto de 1944.
En el siglo XIX se le construyeron
jardines según el estilo inglés. En 1860, Napoleón III contrató
a Eugène Viollet-le-Duc para restaurar el almacén y la capilla, y
donó el Bosque de Vincennes (9,95 km² de extensión) a la ciudad de
París como parque público.
También sirvió como cuartel general militar de
la Jefatura General de Personal, a cargo del general Maurice
Gamelin durante la infructuosa defensa de Francia contra la invasión del
ejército alemán en 1940.
Solo algunos rastros recuerdan al anterior
castillo que datan del siglo XIV. El castillo forma
un rectángulo de 330 por 175 metros, con seis torres y tres entradas,
cada una de 42 metros de alto originalmente. Está rodeado por un
profundo foso. El donjon, de 52 metros de alto, ocupa el lado occidental
de la fortaleza, separado del resto del castillo por el foso. El extremo sur
del castillo contiene las construcciones de Le Vau.
La Sainte-Chapelle y el campo
aislado de Le Vau.
Instituto
de Francia (1662-1688)
La pérdida de los registros parroquiales
parisinos, que desaparecieron en los incendios de la Comuna en 1871,
probablemente prohibió para siempre la confirmación de la fecha y lugar de
nacimiento de Louis Le Vau. Sólo por deducción, desde el año de su mayoría
profesional, 1637, y el aviso de su muerte, el 11 de octubre de 1670 a la edad
de cincuenta y ocho años, se puede argumentar que nació en 1612,
presumiblemente en París, donde se estableció su familia. En cualquier caso,
fue allí cuando trasladó su juventud, en la parroquia de Saint-Jean-en-Greve,
que había sido el tradicional barrio de mampostería parisina desde la Edad
Media. El conocimiento, incluso aproximado, de este origen es decisivo para la
comprensión de la carrera y el trabajo de quien pronto se estableció como uno
de los arquitectos más brillantes y productivos del Antiguo Régimen.
Desde un punto de vista cronológico, el
nacimiento de Le Vau durante la regencia de Marie de Medici lo puso fuera de
lugar con la generación de futuros artistas del reinado de Luis XIII, el de
lemercier (1585), Vouet (1590), Le Muet (1591), Sarazin (1592) o incluso
Mansart (1598), que creció bajo Enrique IV y experimentó el crepúsculo de
finales del Renacimiento. El Vau llegó al mundo significativamente el año en
que se inauguró la Place Royale, que puso en marcha el nuevo distrito del
Marais y el auge del urbanismo parisino, y también el año en que se llevó a
cabo el proyecto de construcción del Palacio de Luxemburgo, una obra clave de
la refundación de la arquitectura clásica francesa por Salomon de Brosse. Hijo
de París en la época de Luis XIII, Le Vau ciertamente no entró en la carrera
arquitectónica a través de la gran puerta. Fue primero junto a su padre, un
simple cantero, que descubrió los fundamentos de su arte, entre los
comerciantes y empresarios que fueron los primeros actores en el desarrollo de la
construcción parisina contemporánea.
Esta formación pragmática y poco seria, pero
impregnada de un gusto por la novedad, ilumina toda la primera parte de la
actividad de Le Vau, dedicada a los clientes privados parisinos. Su primera
creación conocida, el Hotel Bautru en 1634, ya mostraba una gran sensibilidad a
los problemas de disposición y distribución interior, presentando, bajo una
decoración arquitectónica muy anticuada, los desarrollos más recientes de la
mansión, con una escalera central de piedra vacía en la posición lateral, un
gran apartamento entre patio y jardín y una galería pintada a lo largo del
parterre , pero también refinamientos raros en esta fecha, como un balcón de
barandilla de hierro o una sala de alcoba. En los años siguientes, el vasto
sitio de construcción en la isla de St. Louis fue para Le Vau el laboratorio
real donde desarrolló sus diseños innovadores.
A partir de estos años fructíferos, la mayoría
de sus grandes logros desaparecieron, como los Hoteles Hesselin (1640-1642) o Tambonneau
(1642-1644), pero el Hotel Lambert (1639-1644), que permanece en el Muelle de
Anjou, es el precioso testimonio del delicado equilibrio alcanzado entonces,
entre las elevaciones rigurosas inspiradas en el clasicismo palladiano, y la
libertad más completa en la disposición del plan, los espacios exteriores y los
volúmenes interiores. , en beneficio de los propietarios de la obra, que están
ansiosos por la originalidad.
La reputación adquirida de los particulares de
la ciudad a principios de la década de 1640 pronto se inclinó de manera
verdadera, atrayendo a Le Vau múltiples comisiones, que a menudo eran de
alcance limitado, pero abrió las puertas de la Corte a Le Vau. Fue gracias a
clientes como la marquesa de Senecey (1644-1646), el superintendente de Nuevo
(16461648) o los marshals de Aumont y Gramont (1649-1650), todos íntimos de Ana
de Austria y Mazarin, que pudo entrar al servicio del rey al final de la
Fronde. Sus primeras obras en el Louvre o Fontainebleau (1652-1654) fueron
inicialmente arreglos interiores y decorativos, pero en el verano de 1654
Mazarin le confió el diseño del nuevo castillo de Vincennes, que fue su primera
intervención monumental en una casa real. A finales del mismo año, dirigió la
construcción del nuevo pabellón de la cúpula (1654-1655) en el Louvre, que lo
estableció como el sucesor de Jacques Lemercier a la edad de cuarenta y dos
años en la prestigiosa oficina del primer arquitecto del rey.
La década de 1650 fue innegablemente la década
más exitosa de su carrera. Le Vau continuó trabajando para una clientela
privada, ahora compuesta exclusivamente por ministros o los primeros
funcionarios de finanzas. Siguiendo el ejemplo de Mazarin, el Intendente
Hervart, el Superintendente Servien, su sobrino el diplomático Leona y, sobre
todo, el Superintendente Fouquet, le pidió en privado un trabajo cada vez más
grandioso. El castillo de Vaux-le-Vicomte, que diseñó y construyó entre 1655 y
1661, traduce, al igual que el Hotel Lambert en el período anterior, el logro
perfecto de un diseño artístico adaptado a un extraordinario encargo, dedicando
la espectacular entrada del castillo central al repertorio formal europeo.
En 1661, la desaparición de Mazarin, seguida
por la caída de Fouquet y la afirmación gradual de la autoridad de Colbert,
ciertamente debilitó la posición prominente que ocupaba el primer arquitecto en
los Edificios del Rey. A pesar de su naturaleza indudablemente humillante, el
cuestionamiento y el aumento de la competencia experimentado por Le Vau durante
sus últimos años no fueron para él un signo de un declive, sino por el
contrario una oportunidad para el florecimiento final de su arte. Los proyectos
de las Cuatro Naciones College (1662-1670), las Tullerías (1664-1666) y el
Louvre (1659-1668) fueron hitos decisivos en el desarrollo del "gran
género" francés mientras estaba en Versalles, A través de su obra en los
jardines, la ciudad y el castillo (1661-1670), Le Vau estableció el marco
arquitectónico del reinado personal de Luis XIV.
Palacio
de las Tullerías, en 1664
La
ampliación barroca de Luis XIV (1659-1667)
Las Tullerías conocieron entonces un periodo de
abandono. Durante el reinado de Luis XIII, las obras de ampliación de
Louvre acapararon la atención de la Corona. Dichas obras se prolongaron bajo el
reinado de su hijo y sucesor, Luis XIV. Fue sin embargo este último quien
decidió reanudar las obras del palacio. Como la ampliación del Louvre renacentista
parecía eternizarse, el Rey Sol y su todopoderoso
superintendente Colbert decidieron, paralelamente, la ampliación de
las Tullerías, para que éstas sirvieran de residencia alternativa. El afamado
arquitecto Louis Le Vau, que había construido Vaux y que más
tarde ampliaría Versalles, fue el encargado de dirigir las obras, junto
con su discípulo François d'Orbay.
La nueva fachada oeste de las Tullerías
en época de Luis XIV con todos los pabellones.
Desde 1659 y hasta 1662, Le Vau se encargó de corregir
la disimetría del viejo palacio de Catalina de Médici: el Pavillon de
Flore recibió su pendant con el Pavillon de
Marsan (situado en el extremo norte), del mismo modo que el Pavillon
du Théâtre equilibraba al Pavillon Bullant. En esta nueva sección
norte se edificó, además, el elemento más llamativo del interior del palacio:
un teatro. La inmensa sala se empezó en 1660 y fue inaugurada el 7 de febrero
de 1662 con el ballet Ercole Amante de Franceso Cavalli y
pronto recibió el nombre de Salle des Machines (Sala de las Máquinas)
debido a sus elaborados mecanismos, obra de los ingenieros italianos Gaspare
y Carlo Vigarani. Con un aforo de casi 4000 espectadores, la Salle
des Machines se consideró una de la mayores de Europa. No obstante, su
éxito fue efímero. Además de la inauguración de 1662, la sala solo se usaría
otra vez en 1671 para la première de la tragedia
ballet Psyché de Moliere.
A continuación, el objetivo de Le Vau fue
armonizar los estilos disparejos de las distintas construcciones (la exuberancia
renacentista por un lado y la monumentalidad barroca por otro). Por ello, entre
1662 y 1665 el viejo palacio del siglo XVI se remodeló por completo, todas las
fachadas se rehicieron de nuevo en estilo clasicista francés, y de la obra
de Philibert de l'Orme solo sobrevivieron las arquerías o loggias que
daban al jardín. También se rehízo el viejo pabellón central con su cúpula
elíptica y en su lugar se erigió un pabellón al estilo del Pavillon de
Flore y de Marsan con una cúpula cuadrangular, dicho pabellón
recibió el nombre de Pavillon de l'Horloge a causa del reloj que
había en una de sus fachadas. Las fachadas de las Tullerías alcanzaron entonces
una longitud de 328 metros.
Los alrededores del Palacio de la Tullerías
sufrirían también importantes transformaciones durante el reinado de Luis XIV.
Al oeste, André le Nôtre remodeló el jardín homónimo. Desde
1664, el paisajista transformó el recluido jardín à l'italienne en un
grandioso jardín à la française; se anunciaban, ya, los fastos de
Versalles. En la zona este, otro pequeño jardín se eliminó para crear una
amplia cour d'honneur. En dicho patio se celebró, en junio de 1662,
un carrusel (desfile militar) que daría nombre al lugar:
la Place du Carrousel (Plaza del Carrusel).
La Galería de los Embajadores (o Galería
de Diana en el siglo XIX) en las Tullerías, acuarela de Fournier (circa 1860).
Por último, los interiores fueron completamente
remozados de 1666 a 1667, recibieron una suntuosa decoración con base en
frescos rodeados de elaboradas cartelas y estucos dorados.
La planta principal del palacio se organizó de la siguiente manera: ·
el Grand
Appartement de Luis XIV (cara al Carrousel): Escalera, Salón de
la Cúpula (en el pabellón central), Sala de Guardias, Antecámara, Chambre
de parade (Dormitorio de ceremonia), Gran Gabinete y Galería de los
Embajadores.
·
el Petit
Appartement de Luis XIV (cara al jardín): Antecámara, Dormitorio, Oratorio
y Gabinete.
·
el Appartement de
la reina María Teresa de Austria (cara al jardín): Sala,
Antecámara, Chambre de parade, Dormitorio, Gabinete y Oratorio.
·
la
mitad norte del palacio la ocupaban la capilla y la Salle des Machines.
Los aposentos de la planta baja repetían una
distribución muy parecida:
·
el Grand
Appartment bajo y el Petit Appartment bajo de Luis XIV: idéntica
distribución que los de arriba pero sin galería, estaban destinados a la vida
diaria del monarca.
·
el Appartment del
delfín Luis de Francia: se situaba justo debajo del de su madre la reina y
con igual distribución.
Carrusel
celebrado por Luis XIV en 1662, fachada este de las Tullerías.
En total, el monarca francés poseía cuatro
aposentos en el nuevo palacio de las Tullerías, dos en cada piso. Sin embargo,
cada vez mostraba más interés por Versalles y más disgusto hacia París. Una vez
terminadas las ampliaciones, el rey y la corte se trasladaron al
palacio en el invierno de 1666, con lo que terminó para siempre el uso
del Louvre como residencia real. La relevancia de las Tullerías fue,
no obstante, de corta duración: Luis XIV solo pasó tres inviernos en el
palacio, siendo su último invierno en 1671. A partir de 1678, los presupuestos
para las obras de Versalles se dispararon mientras que las del
inacabado palacio del Louvre se desplomaban. En 1682, el Rey Sol
trasladó de forma permanente la corte a Versalles.
En palabras del embajador veneciano Foscarini:
Mucho se
ha dicho sobre que el rey había abandonado París como consecuencia de un
resentimiento, aún vivo, hacia las revoluciones ocurridas en tiempos de su
minoría de edad [la Fronda]; pero el hecho que Su Majestad aborrezca todas las
ceremonias donde hay gentío, su deseo de evitar las reuniones populares nos
hacen ver que el no detesta París, sino al populacho de París y que prefiere
residir en un lugar donde él sea siempre el más fuerte. Los trágicos ejemplos
de los reyes sus antecesores han aumentado su desconfianza natural.
El siglo
XVIII: música y teatro
París y las Tullerías perdieron su rey con el
traslado de la corte a Versalles, pero el palacio continuó siendo la
residencia oficial del monarca en la capital. Tras la muerte de Luis XIV y
durante la regencia del duque de Orleans, el joven Luis XV vivió
en el palacio de 1715 a 1722, en dicho año la corte se reinstaló en Versalles.
Luis XV volvería a habitar el palacio, brevemente, en noviembre del 1744,
después de volver de Metz durante la guerra de Sucesión
Austríaca.
Las Tullerías fueron habitadas entonces por
algunos cortesanos a los que el rey había concedido apartamentos, y por
numerosos artistas a los que se permitía vivir y tener talleres en el palacio.
La ausencia real de las Tullerías se compensó con una intensa vida musical y
teatral, convirtiendo el palacio en uno de los mayores centros de difusión
cultural del Siglo de las Luces francés.
Sección de la Salle des Machines.
Planta de la Salle des
Machines y la nueva Salle Soufflot.
Cuando en 1763 un incendio destruyó sus instalaciones
en el Palais Royal, la Opéra de París se vio obligada a buscar
una nueva sede. Decidió instalarse entonces en la inmensa, pero
vetusta, Salle des Machines de las Tullerías. El afamado
arquitecto Jacques-Germain Soufflot encabezó las reformas necesarias,
que consistieron en construir una nueva sala en la parte delantera del
escenario de la vieja sala. La capacidad de la nueva Salle Soufflot, como
se la llamó, era bastante inferior a la antigua (500 plazas frente a 4000),
pero en cambio resultaba mucho más cómoda, manejable y tenía una mejor
acústica. El auditorio de la vieja Salle des Machines permaneció
inalterado, usándose como almacén para decorados.
En 1770, la Comédie-Française se
instaló en la Salle Soufflot, que estaba vacante porque la Ópera de
París se había trasladado a su nueva sala del Palais Royal. Ocho años
después, en la sala de las Tullerías, se celebró la première de la
polémica obra de Beaumarchais, El barbero de Sevilla. A partir de
1782 y hasta la Revolución, la Salle Soufflot alojó
al Thêatre de Monsieur, compañía teatral así llamada por estar bajo el
patronazgo de Monsieur, apelativo dado al hermano de Luis XVI,
el conde de Provenza.
Residencia
real durante la Revolución francesa (1789-1792)
Es paradójicamente a partir de 1789 cuando el
palacio de las Tullerías se convierte en residencia real y adquiere la
importancia histórica que se le conoce.
Algunos de los primeros altercados de
la Revolución francesa se produjeron en el jardín de las
Tullerías. El día 12 de julio por la tarde, la multitud se reunió para
protestar por la destitución de Necker, se lanzaron piedras, sillas y
botellas contra los soldados mercenarios del regimiento Royal-Allemand al mando
del príncipe de Lambesc, quien respondió cargando contra la multitud.
Sin embargo, el devenir del palacio de las
Tullerías no cambió radicalmente sino hasta las jornadas del 5 y 6 de octubre
de 1789. En dicha fecha, Luis XVI y su familia fueron obligados a
abandonar el aislamiento de Versalles, símbolo de la monarquía absoluta y
trasladarse a las Tullerías, viviendo entre sus súbditos como símbolo de
la monarquía constitucional que se quería instaurar. Del mismo
modo, la Asamblea Constituyente también se vio obligada a trasladarse
a París, estableciendo su sede en la antigua manège (en
español: picadero) del palacio situada en el extremo norte de jardín (en
el sitio de la actual Rue de Rivoli).
En un principio, la instalación de la familia
real en el vetusto palacio no fue fácil, al encontrarse este habitado por
numerosos cortesanos y artistas a los que los anteriores monarcas habían cedido
los espacios. Dichos habitantes fueron echados rápidamente y poco a poco el
palacio fue recibiendo mobiliario de otras residencias reales o del
guardamuebles de la Corona.
Los aposentos se distribuyeron de la siguiente
manera:
·
el grand
appartement de parade se situaba en la larga enfilada de salas del primer
piso al lado del Carrousel.
·
el appartement
privé del rey Luis XVI y las estancias de sus hijos, el
delfín Luis y la princesa María Teresa, se localizaban en los
antiguos aposentos de la reina María Teresa de Austria cara al
jardín.
·
el appartement de
la reina María Antonieta estaba en la planta baja al lado del jardín,
justo debajo de sus hijos, en las antiguas estancias del delfín Luis (hijo
de Luis XIV) que habían sido redecoradas y remozadas por la condesa de Lamarck
poco antes del estallido de la Revolución.
·
la princesa
Isabel y la princesa de Lamballe se repartían el primer piso y
la planta baja, respectivamente, del Pavillon de Flore.
·
las
princesas Adelaida y Victoria tenían destinadas el primer
piso y la planta baja, correspondientemente, del Pavillon de
Marsan; aunque residieron sobre todo en su castillo de Bellevue en Meudon.
La familia real asistiendo a misa en
la Galerie de Diane.
Por su parte, el conde de Provenza se
instaló en su residencia del palacio del Luxemburgo, el conde de
Artois ya había partido al exilio.
Con excepción del verano de 1790 que pasaron
en Saint-Cloud, la familia real viviría en las Tullerías durante tres
largos años. Pero poco a poco, a raíz de las discrepancias con la Asamblea
Constituyente, se convertiría en su prisión dorada. La muerte de Mirabeau,
la Constitución Civil del Clero, los sucesos de Pascua de 1791 o el
licenciamiento de la guardia real empujaron a Luis XVI a intentar una huida
de la capital.
Fue la noche del 20 de junio de 1791, cuando el
rey y su familia salieron del palacio para intentar reunirse con tropas leales
a la corona estacionadas en Montmédy. Apenas un día después, la familia
real fue descubierta y detenida en Varennes, el día 25 volvía a las
Tullerías. Oficialmente, se dijo en un primer tiempo que Luis XVI no había
huido, sino que había sido secuestrado por un grupo de aristócratas. Sin
embargo, la llamada Fuga de Varennes dañó irremediablemente la imagen
de la monarquía y ni siquiera la firma de la nueva Constitución en
septiembre del mismo año logró frenar la caída de su popularidad.
La carestía de alimentos, el alza de los
precios, las clamorosas derrotas del ejército francés frente a la invasión
de los ejércitos austriacos y prusianos, el descrédito del rey que no aceptaba
la pérdida de su poder absoluto y esperaba la victoria de las potencias
extranjeras, y los encendidos discursos de Danton y Marat encresparon
los ánimos de las clases populares parisinas, que asaltaron la residencia real
el 20 de junio de 1792, siendo desalojados más tarde, y el 10 de agosto,
obligando esta vez al rey y a su familia a refugiarse en la sede de la Asamblea
Legislativa.
María Antonieta el 20 de junio de 1792.
Ese mismo día, mientras las Tullerías eran
saqueadas y la Guardia Suiza masacrada, la Asamblea votó la "suspensión" de Luis XVI,
encarcelado días más tarde, junto con su familia, en el Temple.
El Terror
y el Directorio (1792-1799)
La Convención Nacional, el nuevo
parlamento republicano dominado por jacobinos y cordeliers, tomó
posesión del antiguo palacio real, y en la Salle Soufflot (ver más
arriba) se proclamó la República el 21 de septiembre de 1792.
El nuevo régimen encargó pronto al
arquitecto Jacques-Pierre Gisors la destrucción de la Salle des
Machines y de la Salle Soufflot para crear un nuevo hemiciclo
para las sesiones de la Convención. Las oficinas del gobierno revolucionario,
y entre ellas las del Comité de Salud Pública, se instalaron en los
antiguos aposentos reales. Al mismo tiempo, los pabellones Flore, de
l'Horloge y Marsan se renombraron
como Égalité, Unité y Liberté respectivamente.
El asalto de las Tullerías el 10 de
agosto de 1792.
Asesinato de Jean-Bertrand
Féraud durante la Insurrección de Pradial (20 de mayo de 1795).
La Tullerías se mantuvo, por lo tanto,
durante el Terror como el centro del poder político de Francia. Una
de las últimas insurrecciones revolucionaria tuvo precisamente lugar en el
palacio cuando, el 1 de pradial del año III (20 de mayo de 1795 según el calendario
republicano), los jacobinos asaltaron la cámara legislativa y
decapitaron al diputado girondino Jean-Bertrand Féraud.
Con la proclamación de Directorio en
1795, el poder político se repartió: el Consejo de los Ancianos o
cámara alta se instaló en la antigua sala de la Convención, mientras que
el Consejo de los Quinientos lo hizo en el Palais Bourbon; los
directores, por su parte, residieron en el Luxembourg.
El
Consulado (1799-1804)
Después del golpe de Estado de Brumario,
el general Bonaparte, ahora Primer Cónsul de la República, residió en
la antigua residencia de los directores en el Luxembourg, pero a
partir del 19 de enero de 1800 se instaló en el palacio parisino por
excelencia: las Tullerías. A partir de entonces y hasta 1870, con breves
excepciones, el Palacio de las Tullerías sería el centro del poder político de
Francia.
El arquitecto que el Directorio había nombrado
para las Tullerías, Étienne Chérubin Leconte, tuvo apenas tres meses para
adaptar el palacio como nueva residencia consular y eliminar los despachos de
los aposentos para nuevamente convertirlos en habitables. No obstante, apenas
instalado Napoléon, Leconte fue despedido y Charles Percier y Pierre
François Léonard Fontaine le sustituyeron. Ambos se convertirían en
arquitectos de cabecera de Napoléon y Fontaine acabaría dirigiendo todas las
transformaciones del palacio hasta la tardía fecha de 1848.
Napoléon ocupó el antiguo appartement de
los hijos de la familia real así como el dormitorio de Luis XVI, todo ello
situado en el primer piso cara al jardín. Por su parte, su esposa Josefina se
instaló justo debajo, en las estancias de la infortunada María Antonieta. Ambos
aposentos, que no eran excesivamente extensos, comprendían una sala de
guardias, un primer salón, un gran salón, un dormitorio, un tocador/vestidor y
un despacho. También los hijastros de Napoléon, Eugenio y Hortensia,
se trasladaron al palacio. Asimismo, el tercer cónsul Lebrun residió
en el Pavillon de Flore (hasta 1802), mientras que el segundo, Cambacérès,
prefirió el Hôtel d'Elbeuf, frente al palacio.
Aparte de la dignificación interior del
palacio, el exterior también se embelleció. A partir de 1801, las
construcciones parasitarias de plaza del Carrousel desaparecieron dejando un
amplio espacio libre apto para las revistas militares, el cual no sufriría modificaciones
hasta finales del siglo XIX. También se prosiguió con la construcción de una
verja ya empezada en tiempos de la Revolución.
El Primer
Imperio (1804-1815)
El día 2 de diciembre de 1804, Napoléon partió
junto con su esposa rumbo a Notre-Dame para ser coronado "Emperador de los franceses"
(Empereur des français). Durante el evento, el papa Pío VII se alojó
en el Pavillon de Flore del 28 de noviembre al 4 de abril,
ejemplificando la normalización de la relación con la Santa Sede después
del anticlericalismo revolucionario. Inmediatamente antes de la coronación,
el antigua chambre de parade de Luis XIV cara al Carrousel fue
transformada en Salón del Trono, conservaría dicha función hasta la
desaparición del palacio.
El Palacio de las Tullerías bajo el Primer Imperio.
Salón del trono de las Tullerías.
La progresiva expansión del Imperio
francés y las victorias en los sucesivos conflictos se
tradujeron en una progresiva trasformación y embellecimiento de los interiores
del palacio. De 1805 a 1808, Percier y Fontaine, restauraron
el Grand Appartment cara al Carrousel, se construyó una nueva capilla
de corte en el Pavillon du Théatre (ver más arriba) y la antigua sala
de la Convención dio pasó a la nueva Salle de
Spectacles rodeada de un pórtico de columnas jónicas y cubierta
por cúpulas doradas.
En 1808, los arquitectos, se concentraron en
los aposentos privados del emperador y la emperatriz, ampliándolos dos nuevos
dormitorios en el Pavillon Bullant, sendos dormitorios recibieron un suntuoso
mobiliario estilo Imperio que hoy se conserva en el Grand
Trianon.
Cama de Napoléon, hoy en el Grand
Trianon.
Cama de María Luisa, hoy en el Grand
Trianon.
Al mismo tiempo, de 1806 a 1808, se construyó
una nueva entrada triunfal al palacio: el arco del Carrousel y
una larga verja que separaba la cour d'honneur de la Plaza del
Carrousel y del barrio de callejuelas estrechas que había entre las Tullerías y
el Louvre. Más tarde, en 1809, empezó la construcción de la Aile Neuve,
una nueva ala que partía del Pavillon de Marsan y que, paralela a
la Rue de Rivoli (abierta en la misma época), debía unirse con el
Louvre pero que no se llegó a terminar.
En 1810, las Tullerías alcanzaron su cenit
cuando fueron escenario de la boda entre Napoléon y la archiduquesa María
Luisa, el cortejo nupcial partió del palacio y recorrió toda la Grande
Galerie hasta el Salon Carré del Louvre, donde se ofició la misa
nupcial. El banquete, por su parte, tuvo lugar en la Salle de Spectacles.
En los aposentos de la Emperatriz nació, en marzo de 1811, el rey de Roma.
En el apogeo del Primer Imperio francés los
interiores de las Tullerías se organizaban de la siguiente manera: el Grand
appartement (en el primer piso cara al Carrousel y prácticamente
inalterado desde época de Luis XIV): Escalera, Salón de los Mariscales, Salón
de los Grandes Oficiales, Salón de los Príncipes o de la Paz, Salón del Trono,
Gran Gabinete del Emperador y Galería de Diana.
·
en
el ala norte del primer piso: Escalera, Salas del Consejo de Estado, Capilla
y Salle de Spectacles.
·
el Appartement del
Emperador (en el primer piso cara al jardín): Sala de Guardias, Primer Salón,
Gran Salón, Gabinete de trabajo, Gabinete topográfico, Dormitorio
y Cabinet de toilette.
·
el Appartement de
la Emperatriz (en la planta baja cara al jardín, debajo del anterior):
Antecámara, Primer Salón, Segundo Salón, Billar, Gabinete,
Dormitorio, Boudoir y Sala de baños; Comedor y Sala de Música (estas
dos últimas salas caras al Carrousel).
·
el Appartement del
rey de Roma (en la planta baja cara al Carrousel).
Banquete nupcial en la Salle de
Spectacles.
Durante la desastrosa Campaña de Francia,
Napoléon evacuó la capital ante la llegada de las tropas austro-prusianas,
abdicó días más tarde, el 6 de abril de 1814, en Fontainebleau. Durante
unos meses el palacio de las Tullerías fue habitado por Luis XVIII,
monarca restaurado en el trono.
Sin embargo, Napoléon logró escapar de la Isla
de Elba y emprender el retorno a París. El 19 de mayo al atardecer, Luis
XVIII abandonaba el palacio, el día siguiente al mediodía llegaba Napoléon,
iniciando el periodo de los Cien Días. Durante dichos meses, Napoléon I
prefirió la intimidad del Élysée a la magnificencia de las Tullerías,
que habitó raramente.
La restauración de Napoléon en el trono fue de
corta duración, después de ser derrotado en Waterloo, signó su segunda y
definitiva abdicación en el Élysée el 22 de junio de 1815.
La
Restauración Borbónica (1815-1830)
Cuando Luis XVIII fue restaurado en el
trono francés en 1814, la intención parecía ser el retorno a Versalles,
sin embargo, después de la vuelta de Napoléon y de los Cien Días la
idea quedó descartada. La Restauración quería plantearse como un régimen
conciliador y moderado, y por otro lado Versalles necesitaba una profunda
puesta a punto que las arcas del estado no podían permitirse. La corte se
quedó en las Tullerías, que por otro lado se encontraban en perfecto estado
después del remozamiento napoleónico.
Luis XVIII, se contentó en encargar al
ex-arquitecto de Napoléon, Fontaine, substituir las Ns por Ls y el águila
imperial por la flor de lys. El monarca se instaló en el antiguo appartement del
emperador en el primer piso, la duquesa de Angulema en el de la emperatriz en
la planta baja (que había sido precisamente el de su madre María Antonieta) y
el duque de Angulema, al lado de su esposa, cara al Carrousel, en las
antiguas estancias del rey de Roma. El conde de Artois, por su parte
habitó el Pavillon de Marsan y el duque y la duquesa
de Berry se instalaron en el Élysée.
Fachada oeste del palacio hacia 1820
En esa época las Tullerías fueron conocidas con
el sobrenombre de "le Château", en oposición al de "le Palais" que había tenido en
época napoleónica, y la corte de Francia recuperó las elaborada etiqueta y
jerarquía prerrevolucionarias. Sin embargo, no fue un periodo de fastos y
fiestas, Luis XVIII era inválido y tanto el duque como la duquesa de Angulema
eran de naturaleza seria y reservada. Sí que fue, no obstante, un importante
centro de intrigas políticas, sobre todo el Pavillon de Marsan, residencia
del conde de Artois, líder de la facción ultrarealista.
Solo la instalación de la duquesa de Berry en
el Pavillon de Marsan después del asesinato de su marido en 1820 vino
a alegrar un poco las cosas, la joven princesa quiso animar el sombrío día a
día del palacio con fiestas y bailes de disfraces sobre todo a partir de 1828.
También con el reinado de Carlos X la vida de corte se animó un poco más.
El 16 de septiembre de 1824, Luis XVIII
falleció en su dormitorio de las Tullerías, siendo el último monarca francés en
morir en el trono y no en el exilio. Fue sucedido por su hermano el conde de
Artois, que reinó como Carlos X, constituyendo la única vez en el siglo
XIX en la que un jefe de estado francés terminó su mandato y fue sucedido según
la legalidad establecida en ese momento, los siguientes monarcas serían
derrocados, el presidente de la Segunda República daría un golpe de
estado y los presidentes de la Tercera República no terminarían sus
mandatos hasta Émile Loubet en 1906.
Bajo la Restauración no hubo cambios
destacables en el palacio, se aprovechó la suntuosa decoración y mobiliario
instalado por Napoléon y el arquitecto Fontaine, mantenido en al cargo, se
limitó a labores de conservación. Solo cupo destacar tres encargos de
envergadura y altamente simbólicos. En primer lugar la renovación del trono,
todos los muebles y las colgaduras del Salón del Trono, encargada en 1816 al
decorador Jean-Démosthène Dugourc y al ebanista Jacob-Desmalter y
finalizada en 1822. Por otro lado, de 1817 a 1819 se confeccionaron nuevas y
suntuosas tapicerías y colgaduras azul borbónico para el dormitorio del rey. De
1824 a 1826 fue el turno de la cama del rey y su dosel hechos de madera dorada
y encargados por el nuevo rey Carlos X para sustituir la cama en la que había
muerto su hermano Luis XVIII (y que era la de Napoléon).
En verano de 1830, estando la familia real
en Saint-Cloud, estalló una insurrección en París, contra lo que se
percibió como un retorno a las políticas absolutistas por parte de
Carlos X. El 29 de julio, tras dos días de combates callejeros, las Tullerías
fueron tomadas por la muchedumbre y saqueadas: se destrozaron muebles, cuadros
de la familia real, espejos y arañas, sin embargo, los asaltantes montaron
guardia en las puertas para que nadie se fuera con objetos robados. Al
anochecer varios revolucionarios entregaron al ayuntamiento el tesoro de la
capilla, la platería del rey, joyas y otros objetos preciosos confiscados a los
ladrones. Menos suerte tuvieron los sirvientes de palacio, cuando el ujier Edmond
Marc volvió a las Tullerías a recoger sus pertenencias y pidió las llaves de su
cuarto al portero le dijeron que no eran necesarias porque la turba había
arrancado todas las puertas. Encontró su aposento destrozado y lleno de ropa de
obreros, habían saqueado su vestidor y dejado solo una sombrerera.
Carlos X refugiado en Rambouillet con
su familia, abdicó en su sobrino, el conde de Chambord y partió al
exilio.
La
Monarquía de Julio (1830-1848)
Cuando el duque de Orléans fue nombrado rey en
verano de 1830, bajo el nombre de Luis Felipe I, se negó a habitar las
Tullerías, prefiriendo su residencia habitual en París, el Palais-Royal,
que por otro lado acababa de ser reformado. Sin embargo, después de los
disturbios de febrero de 1831 y bajo la instigación del primer ministro Casimir
Perier, que quería realzar el prestigio de la joven monarquía liberal, el
monarca se vio obligado a instalarse finalmente en las Tullerías. El 21 de
septiembre de 1831, las Tullerías volvían a ser residencia real.
Luis Felipe I, al que se apodó "Le Roy Citoyen" (el Rey Ciudadano),
decidió marcar distancias con sus predecesores y renunciar a parte de
las extensa Maison du Roi y a nombrar altos cargos de honor, del
mismo modo se negó a habitar el appartement del rey en el primer
piso, prefiriendo compartir con su esposa los aposentos de la planta baja.
Las antiguas estancias de Napoléon y Carlos X se destinaron a reuniones
ministeriales, y el dormitorio de este último se transformó en un salón de
famille, una sala para reuniones familiares después de la cena.
El reinado de Luis Felipe fue también una época
de importantes transformaciones arquitectónicas. Una vez más, fue el
experimentado Fontaine el encargado de añadir una nueva escalinata
(la de la época de Luis XIV era demasiado pequeña), suprimiendo una de las
terrazas (la norte) que Le Vau había construido cara al jardín (ver
más arriba). En el lugar de la vieja escalera y estancias anexas se construyó
una inmensa sala de baile que recibió el nombre de Galerie de la
Paix (Galería de la Paz) en referencia a una escultura alegórica que en
ella se colocó. Los nuevos espacios del palacio fueron inaugurados el 30 de
enero de 1833 con una multitudinaria recepción que congregó a 2500 personas.
La distribución del palacio quedó, por lo
tanto, organizada de la siguiente manera:
·
el Grand
Appartement en el primer piso cara al Carrousel, sin grandes alteraciones
a excepción de la nueva escalera y la Galerie de la Paix.
·
el Appartement
Gouvernemental en el primer piso cara al jardín, destinado a audiencias y
al consejo de ministros y al que se añadieron un Salon de Famille y
un billar.
·
el Appartment del
Rey y de la Reina en la planta baja cara la jardín, con un dormitorio
compartido siguiendo las costumbres burguesas.
La numerosa familia del monarca, que tenía
cinco hijos y tres hijas con sus respectivos cónyuges e hijos, también buscó
acomodo en el palacio:
·
los
aposentos de las princesas Marie y Clementine se situaron
en la planta baja cara al Carrousel.
·
en
el Pavillon de Marsan y parte de la Aile Neuve se
instalaron los duques de Orléans, en la planta baja, y los duques de
Nemours, en el primer piso.
·
en
el Pavillon de Flore se acomodaron la princesa Adelaide en
la planta baja, los príncipes de Joinville en el primer piso y
los duques de Aumale y los de Montpensier en el segundo.
·
en
la Aile Neuve había también un appartement reservado para
la princesa Louise y su esposo el rey Leopold I de Bélgica.
Bajo la monarquía de Luis-Felipe I, las
Tullerías se sacudieron de la rigidez militar napoleónica y del tedio de la
Restauración y por primera vez se convirtieron en el centro de innumerables
recepciones, bailes y conciertos que llegaron a congregar a miles de personas.
En el palacio, transformado en una "máquina de recibir" confluían la
nobleza antigua y nueva, la alta burguesía, los parlamentarios, los altos
cargos de la administración, extranjeros de visita etc. El rey quería
ejemplificar con esas recepciones el espíritu conciliador e integrador que debía
caracterizar su reinado y el proyecto social meritocrático del orleanismo.
Las quejas por parte de la nobleza legitimista no se hicieron
esperar, se acusaba a algunos invitados de no vestir ni comportarse de forma
adecuada, aunque, del mismo modo también lamentaban que la corte de Luis XVIII
y Carlos X no hubiera tenido este ánimo tan aperturista. Pese a las críticas,
bajo la égida de la reina Marie-Amélie, la corte supo revestirse de un
carácter patriarcal y sencillo en las audiencias y recepciones íntimas pero
manteniendo la etiqueta y el ceremonial en las grandes ocasiones.
Más elitista y estricto con la etiqueta,
el duque de Orléans y príncipe heredero organizó sus propias
recepciones en sus aposentos del Pavillon de Marsan, rodeándose de escritores,
artistas y pensadores liberales. Asimismo, los aposentos del duque de Orléans y
los de su hermano el duque de Némours fueron suntuosamente redecorados en 1837
y 1842, respectivamente, siguiendo los gustos historicistas y
mezclando antigüedades de los siglos XVII y XVIII con muebles neo-boulle y
neo-rococó.
Al contrario que la corte de la Restauración,
que rara vez abandonó las Tullerías, Luis Felipe I y su familia complementaron
su estancia invernal en París con visitas a otras residencias reales históricas
que fueron ampliamente restauradas y renovadas. En primavera fueron frecuentes
las excursiones a Fontainebleau, en julio/julio una estancia en St-Cloud,
en agosto/septiembre en el castillo de Eu, en setiembre una corta visita
a Compiégne para presidir maniobras militares y en otoño de nuevo
excursiones a St-Cloud o a Fontainebleau. También hubo estancias puntuales en
el Grand Trianon y muchas visitas de un día al palacio de
Versalles en plena transformación como museo. Asimismo, las residencias
privadas de los Orléans fueron usadas de forma constante, ya fuera
el castillo de Neuilly, muy cercano a París, y usado a lo largo de todo el
año; o residencias más lejanas como La Ferté-Vidame, Bizy o Dreux.
La
Revolución de 1848 y la Segunda República (1848-1852)
Con el estallido de la Revolución de 1848,
la familia real se vio obligada a abandonar las Tullerías in
extremis al mediodía del 24 de febrero, poco antes de que fuera asaltado
por la muchedumbre, prueba de la precipitada huida fue que los asaltantes
encontraron la mesa servida para el almuerzo. Una vez más, las Tullerías fueron
saqueadas: los retratos de la familia real fueron rasgados, fusilados y
pisoteados, a excepción de los del difunto duque de Orléans (muerto en 1842) y
su hermano el príncipe de Joinville; en el Salón de los Mariscales se
destrozaron los retratos de los mariscales Soult y Bugeaud; una
estatua de bronce del rey en el Salon de Famille fue lanzada por la
ventana y luego fundida; las porcelanas, arañas y espejos fueron rotos en mil
pedazos y esparcidos por el suelo; la ropa de cama y los guardarropas fueron
robados; algunos muebles fueron lanzados a piras improvisadas en la plaza y el
trono real fue llevado en procesión a la plaza de la Bastilla para
ser quemado en una fogata. También las bodegas del palacio y los cuartos de la
servidumbre fueron saqueados; para disgusto de los historiadores, lo mismo
ocurrió en los despachos de la administración, quemándose los archivos de
la casa y la intendencia, así como todos los archivos del arquitecto
Fontaine que, ampliamente decepcionado, dejaría el cargo meses más tarde. El
gran reloj que coronaba el pabellón central, el Pavillon de l'Horloge, se
detuvo a la una y veinte, después de que algunos asaltantes robaran parte del
mecanismo.
Se respetaron, sin embargo, algunos aposentos:
los del duque de Orléans (intactos desde su muerte en 1842) y
su viuda y los de los duques de Némours en el Pavillon de
Marsan; así como los de la princesa Adélaïde (fallecida en 1847) en
el Pavillon de Flore; los del popular príncipe de Joinville,
preservados en un principio, fueron devastados tras descubrirse dos barriles de
ron. Del mismo modo, los objetos sagrados de la capilla fueron salvados gracias
a la intervención de un alumno de la École Polytechnique que los
llevó a la Iglesia de St-Roch. El gobierno provisional se vio forzado
a pintar en los muros del palacio "Les
voleurs sont punis de mort" ("Los
ladrones serán ejecutados"). En los días siguientes, varios humildes
obreros y otros ciudadanos devolvieron a las autoridades joyas, valores y
objetos personales de la familia real. En la Salle des Spectacles se
instalaron tres grandes mesas donde los representantes de los Orléans vinieron
a recoger los objetos devueltos: vestidos hechos jirones y condecoraciones y
joyas llenas de barro.
Saqueo de la Sala del Trono en 1848.
Con tal de salvar al palacio de más explosiones
de ira popular, desde el mismo 24 de febrero las Tullerías fueron habilitadas
como un hospital para mutilados y su nombre cambiado al de Hôtel des
Invalides civils. Clausurado el hospital en junio, desde entonces al
edificio albergó al general Thomas, jefe de la Guardia Nacional. Tras la
dimisión de Fontaine, el arquitecto Firmin Bourgeois se encargó de
meras labores de reparación de los daños sufridos y de mantenimiento. En
setiembre del mismo año, el arquitecto Abel Blouet propuso la
instalación de la Asamblea Nacional en el palacio, edificando una
inmensa sala de sesiones octogonal en la plaza del Carrousel, pero el proyecto
no tuvo continuidad. A la espera de un uso preciso, el palacio fue abierto al
público.
Cuando el nuevo presidente de la Segunda
República, el príncipe Luis Napoléon Bonaparte, inauguró su mandato en
diciembre de 1848, la residencia oficial que se le asignó, con tal de romper
con la tradición monárquica, no fueron las Tullerías sino el palacio del
Élysée. Allí residió durante sus cuatro años de mandato y, en la misma sala
donde su tío Napoléon I había firmado su segunda y última abdicación,
él fraguó el golpe de estado que lo elevaría al poder el 2 de diciembre de 1852.
El
Segundo Imperio (1852-1870)
Con poderes absolutos y el nuevo título de
"prince-président"
(príncipe-presidente), Luis Napoléon se instaló en las Tullerías el 1 de enero
de 1852; el mismo año, el Imperio fue proclamado y él nombrado
emperador Napoléon III. El 30 de enero de 1853, se casó con la cosmopolita y
sofisticada aristócrata española Eugenia de Montijo.
Reconvertidas en residencia imperial, las
Tullerías bajo el Segundo Imperio experimentaron su último periodo de
esplendor. En un principio, las obras se limitaron a restaurar y refrescar la
decoración de las estancias. Siguiendo la estela del reinado anterior, el
Emperador se instaló en la planta baja, en el antiguo appartement de Luis
Felipe I y su esposa. Por el contrario, la Emperatriz lo hizo en los
antiguos aposentos de Napoléon I y Carlos X, en dichos aposentos nació el único
hijo de la pareja el 16 de marzo de 1856.
La recepción en los jardines durante la
Exposición de 1867.
En las Tullerías, la corte residía en invierno,
la llegada del buen tiempo marcaba el traslado al cercano Château de
Saint-Cloud, luego en junio/julio a Fontainebleau, en agosto era el turno
de tomar las aguas en Vichy o Plombières, en septiembre
los bains de mer en Biarritz, a continuación una corta estancia
en Saint-Cloud y finalmente el otoño en Compiègne. Mientras la corte
residió en las Tullerías, estas fueron centro de innumerables fiestas y
celebraciones.
El Salón de los Ministros.
En 1858, Hector Lefuel (arquitecto
del palacio desde 1852) acometió una importante transformación de los aposentos
imperiales, la loggia y terraza sur que Le Vau había
construido desaparecieron para dejar paso a nuevas estancias para la pareja
imperial. En el primer piso, en el appartement de la Emperatriz,
tres nuevos salones fueron construidos: el salon vert, el salon
rose y el salon bleu, usados, respectivamente, como salón para las
damas, antecámara y salón de audiencias. Dichos salones pueden considerarse como
el ejemplo más perfecto de aquello que se llamará style Louis
XVI-Impératrice, en otras palabras el típico ejemplo de decoración Segundo
Imperio, que mezclaba revivals históricos, antigüedades y muebles
nuevos y confortables con tapicerías capitoné.
En uno de los periodos más espléndidos de su
existencia, poco antes de su definitiva destrucción, el Palacio de las
Tullerías se organizaba de forma parecida a épocas precedentes:
·
el Grand
Appartement en el primer piso cara al Carrousel: Escalera,
Galería des Travées con acceso a la Capilla, Sala de Guardias,
Galería de la Paz, Sala de la Columna (fumoir), Salón de los Mariscales, Salón
de Primer Cónsul, Salón de Apolo, Salón del Trono, Salón Luis XIV (comedor) y
Galería de Diana.
·
el Appartement de
la Emperatriz en el primer piso cara al jardín, con acceso desde el pabellón
central: Escalera de la Emperatriz, Salón de los Ujieres, Salón Verde (damas de
compañía), Salón Rosa (sala de espera), Salón Azul (sala de audiencias),
Gabinete de la Emperatriz, Boudoir de la Emperatriz, Dormitorio de la
Emperatriz. El resto de salas hasta el Pavillon de Flore estaban
destinadas al Príncipe imperial desde 1868.
·
el Appartement del
Emperador en la planta baja cara al jardín, con acceso desde el pabellón
central: Salón de los Ujieres, Salón de los aides-de-camp, Salón del
Consejo, Biblioteca del Emperador, Tocador del Emperador, Baño del Emperador y
Dormitorio del Emperador. El resto de salas hasta el Pavillon de
Flore estaban destinadas al sus secretarios.
·
el Pavillon
de Marsan estaba ocupado por altos cargos de la Casa del Emperador: el
Grand Mariscal de Palacio y el Gran Chambelán de Palacio.
·
el Pavillon
de Flore estuvo destinado en origen al príncipe Luís Napoléon, luego
estuvo en obras desde 1861.
El Nouveau
Louvre
Paralelamente a la instalación de las Familia
Imperial en el palacio, se acometió de 1852 a 1861 la ansiada reunión
del Louvre y las Tullerías por el norte, siguiendo el "Grand Dessein" de principios del
siglo XVII y eliminado, definitivamente, el decrépito barrio que se erigía
entre ambos palacios. Los arquitectos Louis Visconti y, tras su
muerte en 1853, Hector Lefuel fueron responsables de dirigir el
primer proyecto faraónico del reinado.
El quadrilatère impérial con el
Louvre (al fondo) Tullerías (primer plano) y el Nouveau Louvre en
medio.
En 1857, después de seis años de trabajos, el
Emperador inauguró los nuevos edificios, llamados "Le Nouveau
Louvre", con sus característicos pabellones repletos de esculturas y sus
altísimos tejados. Los nuevos edificios no solo contenían salas de exhibición
del museo, sino también los nuevos establos imperiales además de varias
oficinas ministeriales, la Bibliothèque du Louvre y una vasta sala
del trono para sesiones conjuntas del Parlamento (la Salle des
États). El acondicionamiento y decoración de los interiores se alargó hasta
1861. Tras su terminación, el gigantesco complejo formado por el Louvre y las
Tullerías se convirtió en un auténtico "quadrilatère impérial".
Panorámica del Nouveau Louvre desde
el Palacio de las Tullerías.
Las Nouvelles
Tuileries
Apenas terminadas las obras en el Nouveau
Louvre en 1861, Lefuel consideró que era el momento de continuar
la renovación del complejo centrándose ahora en el Palacio de las Tullerías. No
en vano, el Pavillon de Flore construido más de dos siglos antes bajo
el reinado de Enrique IV, amenazaba ruina. Desde 1850, el pabellón
permanecía apuntalado y, en 1860, parte de la cornisa se había desprendido.
Lefuel propuso demolerlo y reconstruirlo de nuevo. El arquitecto también
convenció al Emperador para hacer lo mismo con la parte oeste de la Grande
Galerie que comunicaba con el palacio del Louvre, en parte por
cuestiones estructurales, en parte porque consideraba el orden colosal de su
fachada "una invención desafortunada
que tuvo una influencia nefasta".
El nuevo Pavillon de Flore.
El nuevo Pavillon de Flore fue
reconstruido con un orden superpuesto profusamente decorado con relieves y
esculturas y un alto tejado. En la cornisa, Carpeux esculpió un
exuberante "Triunfo de Flora".
Una articulación similar siguieron las fachadas de la Grande
Galerie y, además, se construyó un monumental pórtico en la parte central
que comunicaba con la Cour du Carrousel.
El interior sufrió cambios en su distribución,
en el pabellón y en la parte tomada a la antigua Grande Galerie se
proyectó un appartement para soberanos extranjeros de visita.
Asimismo, se añadió, cara a la Cour du Carrousel un nuevo pabellón
(el Pavillon des Sessions) que debía contener una amplia sala del trono
en sustitución de la Salle des États del Nouveau
Louvre (ver más arriba). En verano de 1870, cuando estalló la Guerra
Franco-prusiana, las obras estaban terminadas, faltando, esencialmente, labores
de decoración y acondicionamiento interior.
Se quedó en el tintero la reforma de toda la
parte norte, incluyendo una nueva fachada para el Pavillon de
Marsan y la ampliación de la Aile Neuve, todo ello destinado a albergar
oficinas de la administración de la corte; por no hablar de un nuevo pabellón
gemelo al Pavillon des Sessions y que debía contener un nuevo teatro
de corte en sustitución de la ya anticuada Salle des Spectacles. Del mismo
modo tampoco se llegaron a empezar las transformaciones que Lefuel proyectó
para el núcleo del palacio, incluyendo nuevas fachadas parecidas a las de
la Grande Galerie, una nueva capilla o una monumental escalera.
El quadrilatère impérial con
el Louvre (al fondo) Tullerías (primer plano) y el Nouveau Louvre en
medio.
La caída
del Imperio (septiembre de 1870)
En julio de 1870, Napoléon III declaró
la guerra a Prusia, pronto las primeras noticias de los fracasos militares
empezaron a llegar a la capital, la emperatriz Eugenia, regente ante la
ausencia del Emperador, decidió abandonar Saint-Cloud e instalarse en
las Tullerías. La medianoche del 6 de agosto, la Emperatriz y la corte
reentraron en la capital. El 9 de agosto cayó el gobierno del Émile
Ollivier y se formó uno de nuevo con el general Palikao a la cabeza.
Durante estas semanas, el palacio permaneció
como si la corte no estuviera allí, con las fundas puestas sobre muebles y
lámparas, y, ante el desastroso curso que tomaba la guerra, ninguna celebración
tuvo lugar.
El 3 de septiembre llegaron las primeras
noticias de la Derrota de Sedan y la captura del Emperador. Al día
siguiente se produjeron los primeros disturbios en París, la muchedumbre
invadió el Hôtel de Ville y proclamó la república. En las Tullerías,
ante una Emperatriz consternada, se barajaron varias posibilidades para
abandonar el palacio, mientras grupos de manifestantes empezaban a invadir
el jardín de las Tullerías y la plaza del Carrousel. Usar una de
las barcazas del Sena era demasiado arriesgado ya que ante la primera esclusa
cerrada, todos serían detenidos, tampoco era recomendable usar uno de los
carruajes oficiales, con los cocheros de librea y las armas
imperiales grabadas en los laterales. Finalmente, se decidió usar un carruaje
convencional, pero se convino que sería más seguro cogerlo delante
de Saint Germain l'Auxerrois. A la una y media del mediodía, la Emperatriz
y su pequeño séquito, Madame Lebreton (su dama de compañía), Constantino
Nigra (el embajador italiano) y Richard von Metternich (el
embajador austríaco) abandonaron las Tullerías cruzando el Pavillon
de Flore y la Grande Galerie, que aún se encontraban en obras.
Cruzaron las desiertas salas del Louvre, repletas de obras de arte y salieron
por la Colonnade, en el extremo este del complejo Louvre-Tullerías. Allí,
las dos mujeres cogieron un fiacre de alquiler. Después de visitar las casas de
dos miembros de la corte (que encontraron vacías), se dirigieron a la
residencia del Doctor Evans, el dentista americano de la Emperatriz. Gracias a
su ayuda, tres días después, la emperatriz fugitiva llegaba a Londres.
Después de la partida de Eugenia, los
sirvientes del palacio y miembros de la corte fueron dejando sus uniformes y
libreas y abandonando las Tullerías, hacia las cuatro todo el mundo había partido.
Esta vez, al contrario que en 1830 y 1848, no hubo saqueos, pero una vez más se
escribió "Mort aux voleurs" (Muerte a los ladrones) en los muros.
El 4 de septiembre de 1870, el Segundo
Imperio había dejado de existir, y con él, la monarquía en Francia. Los
horas más funestas del Palacio de las Tullerías aún estaban por llegar.
El
gobierno provisional (septiembre de 1870 - marzo de 1871)
Tal como había ocurrido en 1848, después de la
caída de la monarquía, el palacio fue transformado en hospital para los heridos
de guerra y en sus puertas se escribió "PROPIÉTÉ NATIONALE".
El 10 de septiembre el palacio fue oficialmente
desafectado por el nuevo gobierno republicano. Todos los antiguos miembros
de la corte y servidores del palacio abandonaron definitivamente sus aposentos,
solo permaneciendo el administrador y el personal de mantenimiento junto con
los enfermos del hospital y los enfermeros. Poco a poco, las piezas de arte y
mobiliario más relevantes se fueron trasladando al vecino Palacio del Louvre o
al ex Gardemeuble Impérial (actual Gardemeuble National).
Paralelamente se hizo lo mismo con los efectos personales de la Familia
Imperial, que fueron guardados en maletas y cajas y enviados a Londres (donde
se había exiliado la Emperatriz) o a la Embajada de Austria en París.
Asimismo, se procedió a un examen minucioso de los "papeles de las Tullerías", es decir de los documentos
encontrados en los gabinetes del Emperador y la Emperatriz, dichos documentos
fueron más tarde publicados.
Ocasionalmente, se permitía a los parisinos
visitar el emblemático edificio, siguiendo a antiguos sirvientes que hacían de
guías. A principios de marzo de 1871, fueron los victoriosos oficiales
prusianos los que visitaron el palacio.
La Comuna
y la destrucción del palacio (marzo-mayo de 1871)
Mientras las Tullerías parecían adormecerse,
la Guerra Franco-prusiana siguió y con ella la derrota de la nueva
república. La firma del armisticio con el Reino de Prusia sublevó a
parte de la población parisina y el nuevo gobierno francés, con Adolphe
Thiers a la cabeza, se vio obligado a trasladarse a Versalles. En París se
proclamó la Comuna el 18 de marzo.
La Comuna de París utilizó el
antiguo grand appartement de las Tullerías para fiestas y conciertos
populares: los «conciertos comunitarios». Asimismo, varios
líderes communards se instalaron en los antiguos aposentos de altos
cargos de la corte imperial en el Pavillon de Marsan.
El 22 de mayo, las tropas gubernamentales de
Versalles empezaron la dura reconquista de la ciudad, dando inicio a la llamada
"Semana Sangrienta" en
referencia a la dureza de los combates y de la represión. Ese mismo día, el
"general" Bergeret se
instaló en el palacio con su estado mayor, declarando entonces: «Cuando deje las Tullerías, las Tullerías
serán cenizas».
El 22 y el 23 de mayo, los communards acorralados
por el avance de las tropas gubernamentales prendieron fuego a varios edificios
emblemáticos antes de retirarse. Fueron los conocidos como pétroleurs,
llamados así por llevar consigo cubos de petróleo.
Finalmente, el 23 de mayo por la tarde, bajo
las órdenes de Bergeret, sus ayudantes Bénot y Boudin condujeron una banda por
todos los aposentos del palacio e hicieron rociar las paredes de petróleo.
Hacia las 8 de la tarde empezó el incendio; poco antes de las 9, el reloj de
las Tullerías se paró por el efecto del fuego y hacia medianoche el pabellón
central, el Pavillon de l'Horloge, donde se habían almacenado barriles de
pólvora, fue sacudido por una gran explosión que hundió la cúpula. Bergeret,
que había observado el incendio desde las terrazas del Nouveau Louvre, envió
entonces un mensaje al ayuntamiento, la sede de la Comuna: "Los últimos vestigios de la realeza acaban
de desaparecer. Deseo que lo mismo ocurra a todos los monumentos de París."
El palacio de las Tullerías ardió durante casi
dos días hasta que el fuego se empezó a propagar por las alas laterales que lo
unían con el Louvre. El museo y sus colecciones solo se salvaron gracias a la
intervención, el 24 de mayo, del militar gubernamental Martian de Bernardy de
Sigoyer, que lideraba al 26º batallón de chasseurs à pied y que antes
de continuar los combates decidió ayudar a extinguir las llamas.
Con el incendio de las Tullerías, la Comuna
aspiraba a destruir uno de los símbolos del régimen monárquico francés, no en
vano todos los soberanos franceses del siglo XIX habían residido en él. Se
argumentó que el incendio del edificio respondió a razones tácticas, causa
difícilmente justificable cuando se tiene en cuenta que la mayoría de los edificios
incendiados en París fueron sedes de instituciones gubernamentales como el
Ministerio de Finanzas, la Bibliothèque du Louvre con su preciada
documentación sobre historia del arte, el Palais-Royal, el Hôtel de
Ville y el Palais de Justice (con sus irremplazables archivos
parroquiales) o la sede de la Legión de Honor. También fueron pasto de las
llamas las residencias de importantes personalidades como el político Adolphe
Thiers (que lideraba el nuevo gobierno republicano) o el escritor Prosper
Mérimée (vinculado al derrocado régimen imperial).
Poco antes del inicio de los combates, la
anarquista Louise Michel, una de las líderes de la Comuna, había
declarado: "Paris será nuestro o no
existirá".
Las
ruinas durante la Tercera República (1871-1883)
Para el nuevo régimen republicano surgido
de la desastrosa Guerra Franco-prusiana las ruinas calcinadas del antaño
fastuoso palacio fueron un símbolo doblemente incómodo, por un lado recordaban
a los fastos monárquicos (la monarquía a punto estuvo de ser restaurada en
1873) y por otro a los excesos de la Comuna y a los annus
horribilis de 1870-1871.
A partir de 1873, algunas partes del palacio
empezaron a ser restauradas, a la espera de un proyecto de reconstrucción
definitivo. Mediante derribos, la parte central fue separada de los pabellones
y alas laterales, que fueron reconstruidos. De 1874 a 1878, Hector Lefuel reconstruyó
el Pavillon de Marsan y la Aile Neuve siguiendo el modelo
que él mismo había hecho en el Pavillon de Flore y parte de
la Grande Galerie. Desde 1905 este espacio alberga el Museo de
Artes Decorativas de la Ciudad de París. De 1878 a 1879, fue el turno
del Pavillon de Flore y el ala paralela al rio, mucho menos dañados
por el fuego a gracias al uso del hierro en su estructura y techumbre. En
1879 al Ayuntamiento de París se instaló en esa zona, donde
permaneció hasta 1890, con la inauguración del nuevo Hôtel de Ville. En
1877 se abrió la Avenida Général-Lemmonier el lado de las ruinas, separando,
por primera vez en más de trescientos años, las Tullerías del jardín
homónimo.
Con la elección de Jules Grévy como
presidente de la República en 1879, el gobierno francés tomó una serie de
decisiones destinadas a eliminar varios símbolos monárquicos. Ese mismo año
se votó en la Asamblea Nacional la demolición de las ruinas de las
Tullerías que, finalmente, se produjo en 1883 durante el gobierno del
republicano Léon Gambetta. En ese mismo contexto también se decidió la
venta de las Joyas de la Corona en 1887 o la demolición del castillo
de Saint-Cloud en 1892.
Vestigios
Los restos de las Tullerías fueron, en su mayor
parte, adquiridos por el estado francés o vendidos a particulares franceses o
extranjeros. El emblemático diario Le Figaro, por ejemplo, regaló a sus
abonados pisapapeles hechos con fragmentos de mármol del palacio.
Próximo Capítulo: Capítulo 27 - Arquitectura barroca francesa - Segunda Parte
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