El arte
en la época de las dinastías africanas (I): el arte de los almorávides
(1061-1163).
El arte
almorávide fuera de al-Ándalus:
Arquitectura desarrollada por los almorávides
en el norte de África, que debieron darse igual en España, solo que no tenemos
ejemplos.
MEZQUITAS
DEL NORTE DE AFRICA:
Mezquita
de Argel:
Sigue el modelo de mezquita hispóstila con
naves perpendiculares al muro de la quibla (tipo occidental). Nos encontramos
con un elemento algo novedoso: no tenemos como soportes columnas (que era lo
habitual), si no que los arcos se sostienen por pilares: cuadrados en las naves
normales, en algunas zonas vemos arquerías de refuerzo en perpendicular donde
el pilar es cruciforme. Otro elemento muy destacada es el hecho de que las
naves más extremas o laterales se prolongan rodeando el patio, y creando ellas
mismas los riwaqs (galerías porticadas que rodean el patio). Lo que van a
conseguir son unas galerías de patio muy profundas. Es extraordinariamente
característico del arte almorávide, y va a pasar al arte almohade, siendo un
elemento muy característico del mismo.
Otro elemento característico es la nave axial,
más ancha, donde se van a crear tramos cada uno de los cuales cubierto de forma
independiente. Algunos de ellos estarán cubiertos con bóveda plana de madera,
pero en la zona del mihrab, sublimando el espacio, una bóveda. El mihrab,
siguiendo el modelo de Córdoba, es habitacional.
El interior de la mezquita de argel: los arcos
son grandes, túmidos, de herradura apuntada que apoyan sobre un elemento nuevo:
los pilares. Está creando un interior mucho más cerrado y compacto, dando una
sensación de solidez y pesadez mucho mayor. Tenemos arquerías transversales de
refuerzo en los que aparecen arcos lobulados con una arista matada. Arquitectura
desnuda, de muros encalados, muy sencillos y blancos. 1080-1086. Ausencia
decorativa completa, se mantienen muy estrictos
a esa interpretación del mensaje coránico.
Mezquita
de al-Qarawiyyin en Fez:
Historia
temprana (siglos IX-X)
Arcos en la sala de oración de la mezquita.
La mezquita fue fundada en el siglo IX, pero su
forma actual es el resultado de una larga evolución histórica a lo largo de más
de 1.000 años. El edificio original, cuyas huellas se conservan en el
trazado de la mezquita actual, ocupaba gran parte de lo que hoy es el área
central de la sala de oración, al sur del patio. Tenía un plano de planta
rectangular que medía 36 por 32 metros, cubría un área de 1520 metros
cuadrados, y estaba compuesto por una sala de oración con cuatro pasillos
transversales que iban aproximadamente de este a oeste, paralelos a la qibla
del sur pared. Probablemente también tenía un patio de tamaño
relativamente pequeño, y el primer minarete, también de tamaño pequeño,
supuestamente se encontraba en el lugar que ahora ocupa la anaza de madera (en
la entrada central de la sala de oración desde el patio). El agua
para la mezquita fue proporcionada inicialmente por un pozo excavado en el
recinto de la mezquita.
A medida que crecía la ciudad de Fez y aumentaba
el prestigio de la mezquita, el edificio original era insuficiente para sus
necesidades religiosas e institucionales. Durante el siglo X, el Califato
Omeya de Córdoba (en España/Portugal) y el Califato Fatimí (en Túnez)
competían constantemente por el control de Fez y Marruecos, visto como una zona
de amortiguamiento entre los dos. A pesar de este período incierto,
la mezquita recibió un patrocinio significativo y tuvo sus primeras
expansiones. El emir bereber de Zenata Ahmed ibn Abi
Said, uno de los gobernantes de Fez durante este período que estaba alineado
con los omeyas, escribió al califa Abd al-Rahman III en Córdoba pidiendo
permiso y fondos para ampliar la mezquita. El califa aprobó, y el trabajo
se llevó a cabo o se completó en 956. Este trabajo amplió la
mezquita en tres lados, abarcando el área del patio actual hacia el norte y
hasta el este y el oeste actuales límites del edificio. También reemplazó
el minarete original con un minarete nuevo y más grande que aún se conserva en
la actualidad. Su forma general, con un fuste cuadrado, fue indicativa del
desarrollo posterior de la cultura norteafricana (magrebí) y andaluza
minaretes. (También se llevó a cabo un trabajo similar bajo Abd
al-Rahman III al mismo tiempo en la otra gran mezquita de Fez, la Mezquita
Andaluza).
La mezquita se embelleció de nuevo cuando el
gobernante Amirid al-Muzaffar (hijo de al-Mansur) dirigió una
expedición militar a Fez en 998. Los adornos incluían un nuevo minbar y
una nueva cúpula coronada por talismanes en forma de rata, una serpiente y un
escorpión, pero ninguna de estas obras ha sobrevivido.
La
expansión almorávide (siglo XII)
Una de las ampliaciones y renovaciones más
importantes se llevó a cabo entre 1135 y 1143 bajo el patrocinio
del gobernante almorávide Ali Ibn Yusuf, y la forma actual de la
mezquita debe mucho a esta obra. La sala de oración se amplió
desmantelando el muro sur existente (qibla) y agregando tres pasillos
transversales más, lo que elevó el número de estos de 7 a 10, mientras que
esencialmente replicaba el formato de los arcos existentes de la
mezquita. Esta expansión requirió la compra y demolición de varias casas
y estructuras vecinas, incluidas algunas que aparentemente formaban parte
del vecindario judío cercano (antes de la existencia de la
posterior Mellahde Fez). La nueva expansión de la mezquita implicó no
solo un nuevo mihrab (nicho que simboliza la dirección de la oración)
en el medio del nuevo muro sur, sino también la reconstrucción o
embellecimiento de la "nave" central de la sala de oración (los arcos
a lo largo su eje central, en una línea perpendicular al muro sur y a las otras
filas de arcos) que conduce desde el patio al mihrab. Esto implicó no solo
embellecer algunos de los arcos con nuevas formas, sino también agregar una
serie de techos de cúpula muy elaborados compuestos en muqarnas (panal
o estalactitas) esculpidos y además decorados con intrincados relieves de arabescos y letras cúficas.
Por último, en 1144 se completó e instaló un nuevo minbar (púlpito),
de estilo similar y de procedencia artística similar al famoso (y algo
anterior) minbar de la mezquita Koutoubia. Hecho de madera en una
elaborada obra de marquetería, decorada con materiales incrustados y
relieves arabescos intrincadamente tallados, marcó otra obra muy lograda en un
estilo que fue emulado para los minbars marroquíes posteriores.
En otros lugares, a muchas de las entradas
principales de la mezquita se les dieron puertas de madera superpuestas con
accesorios de bronce ornamentados, que hoy se cuentan entre las obras de arte
de bronce más antiguas que se conservan en la arquitectura
marroquí/andaluza. Otro elemento interesante agregado a la mezquita
fue un pequeño oratorio secundario, conocido como Jama 'al-Gnaiz ("Mezquita funeraria"
o "Mezquita de los muertos"),
que estaba separado de la sala de oración principal y dedicada a
proporcionar ritos funerarios para los difuntos antes de su
entierro. Este anexo también está decorado con una cúpula de muqarnas y
varios arcos y ventanas ornamentados.
Adorno en
dinastías posteriores (finales del siglo XII y posteriores)
Período
almohade
Las dinastías posteriores continuaron
embelleciendo la mezquita o regalándola con nuevos muebles, aunque no se
emprendieron nuevamente obras tan radicales como la expansión
almorávide. Los almohades (posteriores al siglo XII y al XIII)
conquistaron Fez después de un largo asedio en 1145-1146. Las fuentes
históricas (en particular el Rawd al-Qirtas) informan de una historia que
afirma que los habitantes de Fez, temerosos de que los almohades
"puritanos" se resintieran por la lujosa decoración colocada dentro
de la mezquita, rápidamente cubrieron algunos tallas y decoraciones
ornamentales de la expansión de Ali ibn Yusuf cerca del mihrab. Aunque el
erudito francés Henri Terrasse sugiere que esta operación pudo haber sido
llevada a cabo unos años más tarde por las propias autoridades
almohades. La ornamentación almorávide sólo se descubrió por completo
nuevamente durante las renovaciones a principios del siglo XX.
Sin embargo, bajo el reinado de Muhammad
al-Nasir (gobernado entre 1199 y 1213), los almohades agregaron o
mejoraron una serie de elementos en la mezquita, algunos de los cuales, no
obstante, estaban marcados con fuertes adornos
decorativos. Se mejoraron las instalaciones
de abluciones en el patio, se agregó una mida'a o
sala de abluciones separada al norte (de la cual solo se ha
conservado la distribución aproximada) y se creó una nueva sala de
almacenamiento subterránea. También reemplazaron el gran candelabro de la
mezquita por uno nuevo y más ornamentado en bronce, que Henri Terrasse descrito
como "el candelabro más grande y hermoso del mundo islámico", y que
hoy cuelga en la nave central de la mezquita.
El Marinid -era anaza o
biombo de madera en el lado sur del patio, a la entrada de la nave central de
la sala de oración.
Periodo Marinid
La cúpula decorativa de Marinid -era
sobre el vestíbulo de Bab al-Ward, la puerta norte central de la mezquita.
Los mariníes, responsables de la
construcción de muchas de las fastuosas madrasas alrededor de Fez,
hicieron varias contribuciones a la mezquita. En 1286 restauraron y
protegieron el minarete del siglo X, que había sido realizado con piedra de
mala calidad que se estaba deteriorando, cubriéndolo con cal. En
su pie sur también construyeron el Dar al-Muwaqqit, una cámara para el
cronometrador de la mezquita que era responsable de determinar los tiempos
precisos de oración. La cámara estaba equipada con astrolabios y
otros equipos científicos de la época para ayudar en esta tarea. En
particular, varios relojes de agua fueron construidos para él,
el último de los cuales, construido por orden del sultán Abu Salim Ali II (gobernado
1359-1361), todavía se conserva parcialmente en la actualidad. Las
galerías alrededor del patio cercano (sahn) también fueron reconstruidas o
reparadas en 1283 y 1296–97, mientras que en la entrada del patio a la sala de
oración (que conduce a la nave central del mihrab), una mampara decorativa de
madera, llamada anaza, fue instalada en 1289 y actuó como un mihrab
simbólico "al aire libre" o "de verano" para las oraciones
en el patio. En la entrada exterior central al patio desde el norte,
la puerta llamada Bab al-Ward ("Puerta de la Rosa"), se instaló
una cúpula decorativa y una cúpula sobre su vestíbulo en 1337, todavía visible
hoy (con restauraciones menores). Varios candelabros de metal
ornamentados que cuelgan en la sala de oración de la mezquita también datan de
la era Marinid. Tres de ellos estaban hechos de campanas de iglesia que
los artesanos marinidas usaban como base sobre la que injertaban adornos de
cobre. El mayor de ellos, instalado en la mezquita en 1337, fue una
campana traída de Gibraltar por el hijo del sultán Abu al-Hasan,
Abu Malik, tras su reconquista de las fuerzas españolas en 1333.
Por último, la biblioteca de la mezquita fue
fundada oficialmente por el sultán Abu Inan en 1349 (750 AH),
fechada por una inscripción en la entrada. Esta primera biblioteca
Marinid estaba ubicada en la esquina noreste de la mezquita (a diferencia de la
ubicación sur actual de la biblioteca). En 1361, el sultán Abu
Salim le añadió una habitación que se construyó por encima y por encima de
la calle adyacente y que estaba dedicada a la lectura del Corán.
Período
saadiano y alauí
Uno de los pabellones saadianos (finales
del siglo XVI y principios del XVII) en el patio, con decoración
de madera tallada y estuco
Los saadíes embellecieron aún más la
mezquita agregando dos pabellones prominentes en los extremos occidental y
oriental del patio, cada uno de los cuales albergaba una nueva fuente. El
famoso sultán saadí Ahmad al-Mansur fue responsable de construir el
primer pabellón hacia el este en 1587-1588, mientras que el pabellón occidental
se añadió bajo su nieto Abdallah al-Ghalib II en 1609. Los
pabellones emulan a los encontrados en los palacios Patio de los
Leones de la Alhambra (en Granada). Esta fue la
última gran adición a la arquitectura de la mezquita. El sultán saadiano Ahmad
al-Mansur también construyó una nueva sala para la biblioteca en el lado
sur de la mezquita (alrededor de la ubicación actual de la biblioteca), que
estaba conectada a la mezquita a través de una puerta en la pared de la
qibla. La dinastía alauí, que ha gobernado Marruecos desde el siglo
XVII en adelante, continuó efectuando pequeñas adiciones y un mantenimiento
regular en la mezquita, incluida otra cúpula con nervaduras en la nave
central. El actual edificio de la biblioteca, continuamente
actualizado, ahora data principalmente de una importante expansión y
modificación en el siglo XX, particularmente en la década de 1940.
El
exterior
El exterior del Qarawiyyin generalmente no
presenta una apariencia monumental y está integrado con el denso tejido urbano
que lo rodea. Según un recuento, hay 18 puertas y entradas independientes
distribuidas alrededor de su perímetro. Las puertas varían desde
pequeñas puertas rectangulares hasta enormes arcos de herradura con
enormes puertas precedidas por techos de madera que cubren la calle frente a
ellas. Si bien las puertas generalmente están hechas de madera,
algunas de las puertas tienen amplias superposiciones de bronce ornamentadas elaboradas
durante el período almorávide. Los ejemplos más
ornamentados y mejor conservados incluyen las puertas de la puerta norte
principal, Bab al-Ward.(que se abre al patio), la puerta occidental
llamada Bab Sbitriyyin (cuyas puertas actuales, sin embargo, son
réplicas que reemplazan a las originales que ahora se conservan en
el Museo Dar Batha), y la puerta suroeste Bab al-Gna'iz que
conduce a la Jama 'al-Gna'iz o Mezquita Funeraria. Las
puertas noroeste de la mezquita, mucho más monumentales, Bab
al-Shama'in (o Bab Chemaine) y Bab al-Maqsura, también tienen
pesados accesorios de bronce, incluidos algunos llamadores ornamentados,
que datan del período almorávide.
Junto a Bab al-Ward, en su lado oeste, hay otra
puerta, Bab al-Hafa ("Puerta
de los Descalzos"), de la época almohade, que se distingue por un
pequeño canal de agua que atraviesa el suelo justo en su interior. Esta
agua permitió a los fieles que entraban a la mezquita lavarse los pies en el camino,
ayudando con las abluciones iniciales.
También junto a la mezquita hay una torre
conocida como Borj Neffara, "Torre
de los Trompetistas"), una torre de observación que a veces se
confunde con un minarete, pero que en realidad era parte de otra Dar al-Muwaqqit (casa
del cronometrador).
El lado interior de Bab
al-Ward (extremo derecho) y de Bab al-Hafa (arco del medio),
visto desde el patio.
La sala
de oración (interior)
La sala de oración hipóstila interior ocupa
la mayor parte del área de la mezquita. Al igual que el interior de la
mayoría de las mezquitas tradicionales de la arquitectura marroquí, es un
espacio relativamente austero, con paredes en su mayoría lisas, techos de
madera y filas y filas de arcos. El área principal, al sur del patio, es
un vasto espacio dividido en diez pasillos transversales por hileras de arcos
paralelos al muro sur. La pared sur de esta sala también marca
la qibla o dirección de oración para los adoradores
musulmanes. El eje central de la sala de oración, perpendicular a la pared
de la qibla, está marcado por una "nave"
central que corre entre dos líneas adicionales de arcos a lo largo de este eje,
perpendicular a los otros arcos. Esta nave conduce hacia el mihrab: un
nicho en la pared de la qibla que simboliza la dirección de la oración, y
frente al cual el imán suele dirigir las oraciones y pronunciar
sermones. Este diseño general (una sala hipóstila con una nave central
enfatizada sobre las demás) es un diseño familiar para las mezquitas del norte
de África en general.
El mihrab (nicho que simboliza
la dirección de la oración) de la mezquita
La zona del mihrab, que data de la expansión
almorávide (siglo XII), está decorada con estucos tallados y
pintados, así como varias ventanas de cristal de colores. El nicho del
mihrab en sí es un pequeño nicho que está cubierto por una pequeña cúpula
de muqarnas (estalactitas o esculturas en forma de panal). La
nave central que corre a lo largo del eje del mihrab se distingue del resto de
la mezquita por una serie de adornos arquitectónicos. Los arcos que la
recorren son de variadas formas, tanto arcos de herradura como arcos multilobulados. En
lugar de los techos de madera simple, la mayoría de las secciones de la nave
están cubiertas por una serie de intrincados muqarnas techos y cúpulas,
ligeramente diferentes entre sí, así como dos cúpulas abovedadas "nervadas" (similares a las cúpulas
de la Gran Mezquita de Córdoba y la Mezquita del Cristo de
la Luz en Toledo) de época almorávide y alauita. Muchas
de las composiciones de muqarnas están además decoradas con intrincados relieves de arabescos e inscripciones
árabes tanto en letras cúficas como cursivas. Además,
hay varios candelabros de bronce tallados elaboradamente que cuelgan de la nave
y que fueron regalados a la mezquita durante las épocas almohade y
mariní; al menos tres de los cuales fueron hechos con campanas
(probablemente campanas de iglesia) traídas de victorias en España.
A la derecha del mihrab está el minbar (púlpito)
de la mezquita, que también podría almacenarse en una pequeña habitación detrás
de una puerta en la pared de la qibla aquí. El minbar es muy probablemente
de origen similar al famoso minbar almorávide de la Mezquita
Koutoubia, realizado por un taller en Córdoba poco después de este
último e instalado en la Mezquita Qarawiyyin en 1144 (al final de las obras
almorávides en la mezquita). Es otra obra excepcional de marquetería
y talla en madera, decorada con composiciones geométricas, materiales
incrustados y relieves arabescos.
Aparte de los adornos de la nave central, el
resto de la mezquita es bastante uniforme desde el punto de vista
arquitectónico, pero hay algunas irregularidades menores en la planta. Por
ejemplo, los arcos de la mitad occidental de la sala de oración son más cortos
que los de la mitad oriental, y algunos de los pasillos transversales son un
poco más anchos que otros. Estas anomalías no se han explicado por
completo pero parecen haber estado presentes desde los primeros siglos de la
mezquita; pueden deberse a reconstrucciones o alteraciones tempranas que
no se han registrado en las crónicas históricas.
El
patio
El patio (sahn) es rectangular, rodeado por la
sala de oración en tres lados y por una galería al norte. El
suelo está pavimentado con mosaicos típicos marroquíes (zellij) y en el centro
hay una fuente. Desde fuera de la mezquita, el patio se accede por
la puerta norte principal, llamada Bab al-Ward , cuyo portal está
cubierto por una cúpula blanca meriní de la era que está estriada en
el exterior y cubierto de pintado y tallado de estuco en el
dentro. Frente a esta puerta, situada en el eje del mihrab, se
encuentra la entrada central a la sala de oración interior, custodiada por una
pantalla de madera tallada y pintada llamada anaza que también actuó como
un mihrab simbólico "al aire libre"
o "de verano" para las
oraciones que tenían lugar en el patio. (Estas características son
visibles para los visitantes que están fuera de la puerta). Tanto esta entrada
a la sala de oración como la puerta exterior frente a ella tienen fachadas
decoradas con estuco tallado y pintado.
En los extremos occidental y oriental del patio
se encuentran dos pabellones saadianos ornamentados, cada uno de
los cuales alberga otra fuente. Los pabellones tienen cúpulas piramidales
y emulan los pabellones del Patio de los Leones de la Alhambra. Están
decoradas con madera tallada y estuco, paredes con mosaicos y columnas de
mármol. Detrás de estos pabellones hay extensiones de la sala de oración
principal dividida en cuatro naves por hileras de arcos. La galería
y la sala abovedada en los lados noreste del patio son un espacio de oración
reservado para las mujeres.
El
minarete
El minarete fue construido en el siglo X por
el califa omeya de Córdoba y da al patio desde el oeste. Fue
construido en piedra caliza local de calidad relativamente pobre y fue cubierto
con cal por los Marinidas en el siglo XIII para protegerlo del
deterioro. Tiene un fuste cuadrado y está rematado por una cúpula, así
como un parapeto desde el que históricamente el muecín emitía
el llamado a la oración (adhan). La estructura completa tiene 26,75
metros de altura. Una característica curiosa del minarete es la ventana
inferior en su fachada sur, que tiene la forma de un arco de herradura "triple", alargado verticalmente,
que es exclusivo de esta estructura. En el lado sur del minarete, justo
encima de la galería del patio, hay una sala conocida como Dar al-Muwaqqit,
dedicada a determinar los tiempos de oración de manera precisa.
El anexo
funerario (Jama 'al-Gnaiz)
Se adjuntan varios anexos alrededor de la
mezquita, que cumplen diversas funciones. El borde noroeste del edificio
está ocupado por letrinas. Detrás del muro sur de la qibla, al oeste
del eje del mihrab, hay un área conocida como Jama 'al-Gnaiz ("Mezquita funeraria", o a veces
traducida como "Mezquita de los
muertos"), que sirvió como oratorio separado reservado para ritos
funerarios. Este tipo de instalación no era particularmente común en el
mundo islámico, pero hay varios ejemplos en Fez, incluso en las mezquitas
Chrabliyine y Bab Guissa. Se mantuvo separada de la mezquita
principal para preservar la pureza de esta última como un espacio regular de
oración, que en principio podría ensuciarse por la presencia de un
cadáver. Este oratorio se remonta al período almorávide y también presenta
adornos como una cúpula de muqarnas y varios arcos ornamentados de diversas
formas.
La biblioteca
También detrás del muro sur de la mezquita,
pero al este del eje del mihrab, se encuentra la biblioteca histórica de la
mezquita y la universidad. A veces se cita como la biblioteca más
antigua del mundo que ha permanecido abierta hasta el día de
hoy. (Aunque también se afirma que la biblioteca del monasterio de Santa
Catalina en Egipto es más antigua.) La primera estructura de
biblioteca construida especialmente fue agregada a la mezquita por el Marinid
sultán Abu Inan Faris en 1349 EC, aunque estaba ubicado en la esquina noreste
de la mezquita en lugar de al sur. Esta primera estructura todavía existe
hoy, incrustada cerca de la sección de mujeres de la mezquita, y consiste en
una cámara cuadrada que mide 5,4 metros por lado. Su entrada está cubierta
por una pantalla de madera del período mariní que presenta una inscripción
tallada en cursiva árabe sobre la puerta que registra los cimientos de la
biblioteca de Abu Inan.
El edificio de la biblioteca actual data en
parte de una construcción saadiana de Ahmad al-Mansur (finales del siglo XVI),
quien construyó una cámara llamada al-Ahmadiyya justo detrás del muro
de la qibla. La mayor parte del edificio, sin embargo, ahora data de
una importante expansión del siglo XX encargada por el rey Mohammed V que
comenzó en 1940. Esta expansión incluyó la gran sala de lectura actual, que
mide 23 metros de largo y presenta una madera ornamentada techo, y también
agregó una entrada fuera de la mezquita que la hizo accesible a los no
musulmanes. Esta nueva ampliación de la biblioteca se inauguró en
1949. El complejo de la biblioteca se sometió a otra importante
restauración en los últimos años dirigida por Aziza Chaouni y estaba
programado para reabrir en 2016 o 2017.
En el interior de la nave axial vemos enormes arcos de herradura califal apoyados
en esos pilares que crean se interior cerrado y compacto. La nave axial se
compartimenta en diferentes espacios, cada uno de ellos cerrado por cúpula.
Algunos se cubren por bóveda de crucería califal (mundo andalusí) en la que los
nervios se cruzan crenado una estrella de 8 nervios y en el centro la cúpula
gallonada, además tenemos la incorporación de celosías para tamizar la luz.
Tenemos otros modelos como una cúpula con decoración de mocárabes (no de los
elementos más característicos del mundo almorávide). No constituye un modelo
nuevo, ya que se habían utilizado con anterioridad en el mundo oriental. Los
mocárabes vienen de oriente y se popularizan con los selyukis de Persia, a
través de ellos van a llegar al Egipto fatimí, de allí llegaran a al- Ándalus
(no hay ejemplo anteriores conservados, pero se sospecha que en época taifa
debieron existir bóvedas con mocárabes) o al norte de África. Hay que fijarse
en la decoración de yeserías (estuco pintado) muy característica también del
mundo andalusí, que luego pasa al norte de África y se va a popularizar con los
almohades. Se trata de una sepka o red de rombos (en la parte baja de la
bóveda). La bóveda más rica y espectacular aparece delante del mihrab. Se trata
de una bóveda de mocárabes, parecida a la anterior. Son mocárabes con
combinación de pequeñas cúpulas gallonadas. Para enriquecerlo todavía más
colocan pequeñas placas de estuco tallados con decoración geométrica y vegetal.
Mezquita
de Tremecen, Argel:
Se trata de una mezquita que claramente
pertenece a la época de Ali Ysuf, 1135-1136. En este caso tenemos nuevamente
una típica mezquita occidental, con naves perpendiculares al muro de quibla,
con otra vez pilares con prolongación extrema de las naves creando los riwaqs
del patios y con la presencia de una nave axial más ancha y, en este caso
compartimentada en espacios más pequeños. Es un poco extraña porque tienen una
especie de recorte a la altura del patio (adaptación urbana). Pilares
cruciformes con arcos anchos y potentes. Todo blanco, encalado. Presencia
también de arcos lobulados que arrancan de salmeres con formas serpentiformes.
Mihrab con yeserías talladas, el arco esta festoneado (pequeños modillones de
rollo), aparte de eso sigue el modelo de Córdoba. Cabe destacar la espectacular
bóveda del mihrab, no es novedosa en cuanto a estructura pero la novedad radica
en que los plementos son calados (plementería calada, consiste en que entre los
nervios se colocan placas de nervios de estuco tallado y perforado consiguiendo
un efecto de encaje traslucido, la hace muy ligera. En el centro hay otra
pequeña bovedilla de mocárabes. Es la primera que se conserva, pero es tan
sofisticada y exquisita que los más probable es que hubiera ejemplos
anteriores, probablemente en al Ándalus (probablemente la del alminar de Abd el
RaHman III). La repercusión de estas bóvedas fue muy escasa, debían de ser muy
difíciles de realizar. Es un alarde. No hay constancia de una repercusión
posterior, aunque si la va a tener en el gótico.
La cúpula con que se cubre el espacio inmediato
al miḥrāb de la mezquita mayorde Tremecén así como la ornamentación de éste,
siempre se han considerado como una de las obras más sobresalientes del arte
almorávide. Pese a haber sido objeto de continuas citas y de análisis de
diversa índole, resulta sorprendente que nunca se haya publicado una
planimetría completa de esta zona. Al haberla podido realizar, creemos que por
primera vez, hemos considerado pertinente publicarla junto con el adecuado
análisis arquitectónico que se deriva de ella y que pensamos aporta un mejor conocimiento
de esta obra singular del arte islámico.
Si prescindimos de las adherencias modernas, la
mezquita mayor de Tremecén tiene planta pentagonal (Fig. 1) debido a que
su lado occidental presenta un quiebro muy acentuado que Marçais atribuyó a la
presencia en ese lado de la primitiva residencia de los emires o Qasr
al-Qadīma, que perduró hasta época ‘Abd al-Wādī cuando se traslada al Mexuar
que ha subsistido hasta nuestros días. La sala de oración forma un rectángulo
de 51.25 m de ancho por 26.80 de profundo (49.00 x 25.00 en medidas
interiores), con proporciones prácticamente idénticas a las de la primera
aljama cordobesa de Abd’ al-Rahman I (73.60 x 38.00), aunque de menor tamaño.
1
La mezquita de Tremecén obedece al modelo de
oratorio occidental conformado por naves perpendiculares al muro de la qibla,
en la versión que se generaliza a partir del siglo XII con los almorávides y
almohades, en que las arquerías se apoyan sobre pilares de ladrillo y no sobre
columnas, aunque en este caso exista un recuerdo del modelo cordobés con
soportes de columnas, ya que en la nave central dos arcos de cada lado se
apoyan sobre columnas con su correspondiente capitel y cimacio.
La sala de oración cuenta con trece naves
delimitadas por arquerías de seis vanos cada una, en su mayoría de medio punto
prolongado hasta alcanzar forma de herradura (Fig. 2 y 3).
Fig 3 Existen otras dos arquerías transversales,
paralelas al muro de la qibla, una dividiendo la sala en dos partes iguales y otra
que forma la fachada de la sala hacia el patio o ṣaḥn. La central está formado
por arcos lobulados, de 11 lóbulos el correspondiente a la nave axial, de 9 los
dos adyacentes y de 7 los restantes, salvo el último del lado occidental y los
dos últimos del oriental que son de herradura apuntada.
Esta falta de simetría del lado oriental que se
manifiesta también en que los arcos de las dos arquerías extremas sean
apuntados y no de medio punto podría deberse a una refacción de esta zona del
oratorio, quizás por ruina, en época almohade o ‘Abd al-Wādī.
El hecho de que el muro exterior sea en ese
lado de menor espesor y presente estribos, apuntaría en la misma dirección. La
idea de que la arquería central hubiera sido la fachada al patio de una primera
sala de oración de tres tramos luego ampliada con otros tres creo que no es
asumible pues los pilares que lo soportan difícilmente hubieran podido
contrarrestar los empujes de las arquerías que separan las naves. Además la
sala de oración hubiera sido desproporcionadamente ancha y poco profunda.
El pórtico que forma la fachada hacia el patio
presenta arcos de distintas formas (Fig. 4). El correspondiente a la nave central
tiene 9 lóbulos, con motivos serpentiformes en los arranques característicos
del arte almorávide y almohade pero con la particularidad de que los apéndices
que se forman entre el segundo y tercer lóbulos contando desde la clave en
ambos lados están recortados con unas formas mixtilíneas que le confieren un
perfil muy original. Los arcos inmediatos a ambos lados son de herradura
semicircular. Los siguientes tienen 7 lóbulos y arranque en simples nacelas y los
siguientes de herradura muy apuntada. A partir de aquí los extremos de la
fachada pierden su simetría, quizás debido a refacciones tardías.
La sala tiene agregado un patio o ṣaḥn que en
su forma actual no parece responder al diseño original, ya que se encuentra
desplazado hacia oriente respecto al eje de la sala de oración. Su planta es
prácticamente cuadrada de 19.80 x 20.40 m. Está rodeado de pórticos que en los
lados este y oeste son prolongación de algunas de las naves del oratorio. En el
lado norte hay un pórtico de dos naves interferido por la presencia del alminar
que queda desencajado de la composición general, pues ni está a eje con la sala
de oración ni con el patio actual y su arquería. Los arcos de los tres pórticos
del patio son de herradura semicircular salvo el central del lado norte que es lobulado
con nueve lóbulos y arranque en nacela simple (Fig. 5).
La nave central del oratorio tiene mayor
anchura que las demás (4.60 m frente a 3.15 m). Inicialmente debió estar segmentada
por dos arcos: el de la fachada que ya hemos descrito, y el del pórtico
transversal del centro de la sala. Posteriormente se añadiría el que define la
maqṣūra (Figs. 6 y 7) y más tarde otro arco para delimitar un espacio junto a
la arquería transversal que se cubrió con una cúpula.
Fig 6
Fig 7
Que se trata de una obra posterior vendría
avalado por el hecho de que el nuevo arco no es ni lobulado ni de herradura
semicircular, sino de herradura apuntada, lo que lo emparentaría con los que
hemos supuesto rehechos en el lado oriental de la sala.
Además, para conformar un espacio cuadrado
dentro de ese tramo de la nave, que resulta rectangular por ser su anchura
mayor que la distancia entre ejes de pilares de los pórticos, se adosaron a
éstos dos arcos rebajados que en su apoyo interfieren en la decoración que
acompaña al arco central de la arquería transversal de la sala. Aunque esta
solución es semejante a la adoptada para la otra cúpula situada junto al miḥrāb,
allí la decoración se dispuso teniendo en cuenta la presencia de dichos arcos
adosados. Esto indica que en el caso de la cúpula central los arcos adosados se
realizaron cuando ya existía la decoración y es por tanto posterior a ésta.
Para pasar de la planta cuadrada así lograda a la circular se dispusieron
cuatro triángulos planos con uno de sus lados curvo, en cuyo centro hay unos
motivos de estrellas de ocho puntas.
Esta primera cúpula (Fig. 8) tiene forma
hemisférica reforzada con 12 arcos en relieve que se entrecruzan formando una
estrella de 12 puntas y determinan un polígono central, también de doce lados,
de fondo plano en el que se dibuja otra estrella de escasísimo relieve también
de 12 puntas cuya zona central aloja un cupulín gallonado.
Todas estas soluciones, aunque se ven
inspiradas en las de la otra cúpula, resultan mucho más sencillas y torpes, lo
que indica una cronología distinta para ambas.
El arco central de la arquería transversal
cuenta con 11 lóbulos que arrancan de las impostas mediante el característico motivo
“serpentiforme” según la terminología
de Marçais. El extradós del arco está marcado por otro formado a cada lado por dos
series de hojas de palma separadas por breves tramos rectilíneos. Lo acompañan molduras
que encierran unas albanegas repletas de ataurique. La cara posterior del arco presenta
similar decoración. El segundo sector de la nave central, tras pasar la primera
cúpula, tiene la particularidad de disponer de dos soportes formados por
columnas en lugar de pilares rectangulares, hecho que otorga a este espacio un
carácter más diáfano que el resto de la mezquita, quedando enfatizado por la
presencia de arcos con mayor número de lóbulos en la arquería transversal.
El arco que marca el final de la nave junto a
la segunda cúpula se apoya en columnas parcialmente embebidas en los pilares
con planta en T, marcando con ello una mayor jerarquía de este espacio y
guardando unidad con los anteriores soportes formados sólo por columnas. Como
en el arco anterior del centro de la sala, otro arco mixtilíneo que también
incluye tramos de hojas de palma marca su extradós y conforma las albanegas. En
las frontales de este arco encontramos decoración epigráfica dentro de roleos
que se prolongan en apéndices de hojas de palma con fondo de ataurique de
profundo relieve. Entre las molduras y el perfil lobulado se desarrolla una sencilla
decoración incisa de hojas de palma lisas de las que aparecen profusamente en el
arte almohade. Por la cara posterior este arco presenta una decoración similar
aunque las albanegas tienen menor tamaño para acomodarse al apoyo de los arcos
adosados que comentamos anteriormente.
En esta mezquita aún no se adopta el esquema de
planta en “T” característico de los oratorios almohades y que se insinúa
incipientemente en la ampliación de al-Ḥakam II de la mezquita de Córdoba, sino
que las naves y sus arquerías alcanzan directamente al muro de la qibla sin que
exista arquería paralela a ésta que enlace los últimos pilares, pese a que sí
hay un único arco con esa dirección para definir el área de la maqṣūra.
A la vista de la planta general de esta
mezquita puede plantearse con cierto fundamento una influencia de la aljama
cordobesa, aunque con las evidentes simplificaciones que impone su menor
tamaño. Dos hechos merecen destacarse en ella: en primer lugar la preeminencia
compositiva que recibe la nave axial, no solo por su mayor anchura y la
presencia del miḥrāb en su extremo meridional sino por haberla compartimentado
con dos tramos cubiertos con cúpulas que interrumpen el ritmo de los techos de
madera que se extienden por todo el resto de la sala de oración. Por otro lado también
destaca compositivamente la arquería transversal, formada por arcos lobulados, que
divide este espacio en dos áreas de igual tamaño. Esta característica presente
ya en la mezquita de Qayrawān del siglo IX y que podría tener su justificación
para arriostrar lateralmente las arquerías de las naves, presenta en este caso
la particularidad de tener asociada una de las cúpulas antes mencionadas,
solución que recuerda la que se plasmó en Córdoba tras la ampliación del al-Ḥakam
II al disponer la cúpula de la capilla de Villaviciosa al comienzo de la
prolongación de la nave central, que quedó ubicada de este modo en el centro
del oratorio, vinculada a la arquería que se dispuso en sustitución del muro de
la qibla de ‘Abd al-Raḥmān II. Pese a que en Tremecén no se hace necesario que
esta cúpula tenga carácter de lucernario para iluminar el centro del oratorio,
su colocación en este lugar y no al comienzo de la nave, como sucede en Qayrawān,
nos lleva a considerar el muy probable influjo también en este tema, del gran oratorio
cordobés, pese a tratarse, como ya hemos visto, de una transformación del primitivo
proyecto.
El
espacio frente al miḥrāb
El espacio que se extiende entre el último arco
transversal y el muro de la qibla tiene igualmente forma rectangular ya que la
anchura de la nave central de la mezquita (4.60 m) es mayor que la luz de los
arcos laterales (3.80 m) (Fig. 9).
Estos últimos son de herradura de perfil
circular y arrancan de sencillas impostas que son lisas en los frentes pues
sólo vuelan en la dirección del vano. Con el fin de que la parte alta de este espacio
adopte forma cuadrada, se adosaron por la cara interna de los arcos laterales
otros de perfil concéntrico y ligeramente peraltado que al apoyar en el muro de
la quibla y en el del arco transversal a la nave central tienen forma rebajada.
En el frente del arco más bajo se desarrolla una decoración a base de cinco
arquillos trilobulados que arrancan de impostas “volantes”, ya que ni apoyan en columnas ni en ningún otro tipo de
soporte quedando como meros remates que enlazan y dan continuidad a los arquillos
(fig. 10). Los últimos “apoyos” no
tienen impostas sino unos remates de hojas de palma que se curva cerrándose en
si misma y que enlazan con unos semiarcos finales en que remata la composición.
Las impostas sin apoyo constituyen un motivo profusamente utilizado en la
decoración de arcos entrecruzados de la Aljafería de Zaragoza, en la que de
todos modos aún no aparecen las hojas de palma lisa que vemos aquí. Las
albanegas de los arcos rebajados más interiores están ocupadas por decoración
de roleos de hojas de palma sobre fondo de ataurique.
La composición de portada que enmarca el miḥrāb
es la zona más profusamente decorada (Fig. 11). Su nicho es del tipo
andalusí, de gran profundidad y con forma de espacio satélite al que podemos
atribuir una cierta autonomía espacial. Su planta interior tiene su fondo
ochavado con dos paredes laterales paralelas y perpendiculares al arco de
entrada. A 2.08 m del suelo corre una cornisa en nacela con una inscripción coránica
en letra cúfica. Por encima de ésta, en las tres caras que forman el fondo hay tres
arquillos de medio punto cerrados con una abigarrada decoración de ataurique de
talla muy profunda que cala totalmente los paneles y que en sus orígenes
permitía el paso de la luz a través de los intersticios de la trama vegetal. A
partir de cierta altura en los rincones contiguos al arco de acceso se forman
dos trompas que permiten que el nicho en altura adopte planta octogonal. Un
techillo plano sirve de asiento a una cupulita gallonada de 16 gajos cuyos
lóbulos de arranque están festoneados por una simple decoración de cinta.
Este espacio se comunica con la sala de oración
mediante un arco de herradura que apoya sobre impostas sostenidas por columnas
empotradas en las jambas, en una solución de clara raigambre cordobesa. Este
arco y su entorno disponen de toda la sintaxis típica del arte califal (Fig. 12).
Los frentes de las jambas poseen paneles decorados con fino ataurique bordeados
por estrechas bandas epigráficas con textos coránicos. El arco queda enmarcado
por un primer alfiz con epigrafía cúfica de gran tamaño con fondo de ataurique
y festoneado por una doble cinta entrelazada que en los ángulos forma dos
estrellas de ocho puntas rellenas igualmente de ataurique.
Las dovelas del arco adoptan la alternancia
característica de lo cordobés con unas piezas lisas y otras cubiertas de
ataurique. Su línea de extradós está formada por un arco de lóbulos dentro del
cual se desarrollan otros trilobulados formados por hojas de palma que arrancan
de unos pequeños frutos con forma de pimientos. Las albanegas tienen tondos
bulbosos que destacan sobre la decoración floral que rellena estos espacios
triangulares.
Sobre la parte horizontal del primer alfiz hay
una banda decorativa en que alternan grandes hojas de acanto con parejas de
composiciones de hojas de palma. El primer alfiz y esta cartela decorativa
están rodeados por un segundo alfiz con decoración vegetal enmarcada por una
cenefa que va formando estrellas de ocho y otras formas de bordes curvilíneos.
Este alfiz está cortado en el centro por una ventana que también invade el
registro situado justo encima y que está compuesto por una banda de arquillos
ciegos trilobulados sustentados por columnillas y rellenos de ataurique. Este friso
completa la sintaxis establecida en el arte califal cordobés para la
composición de una fachada, aunque en este caso los arquillos tengan escaso
tamaño y con ello poca visibilidad, resultando sólo un remedo que parece querer
cumplir con unas pautas compositivas en vías de superación.
Finalmente, una cornisa con forma de nacela
remata los cuatro lados de este espacio sirviendo de apoyo formal y compositivo
a la cúpula que lo cubre.
Esta cornisa está recorrida por una inscripción
en la que la grafía de las letras cursivas o nasŷi se acompaña con una
composición secundaria de roleos florales y hojas de palma.
Su texto dice:
“En el
nombre de Dios, el compasivo y misericordioso, Dios bendiga y salve a Mahoma y
a su familia. Esto se ordenó hacer por el / emir eminente […..] que Dios lo apoye
en su poder, intensifique su triunfo y perpetúe su / Estado. Se terminó bajo la
dirección del muy ilustre jurisconsulto y muy generoso qadí Abu’l Hassan ‘Alī /
Ibn ‘Abd al-Raḥmān Ibn ‘Alī. Que Dios perpetúe su gloria. Se terminó en el mes
de Ŷumādā II del año 530.” (Abril de 1136).
El nombre que debía figurar en la zona entre
corchetes fue eliminado, quizás por una damnatio memoriae fácilmente atribuible a
los almohades. La fecha, sin embargo, no deja lugar a duda de que se trataba de
‘Alī Ibn Yūsuf, emir almorávide cuyo gobierno se extiende entre 1106 y 1143.
Sobre esta cornisa se apoya un sistema de
cubrición a base de finos arcos que se entrecruzan y sobre los que apoyan
plementos calados25 y que describiremos más adelante.
En este punto debemos fijar nuestra atención en
una serie de anomalías que presenta la composición de esta portada del miḥrāb.
Lo primero que llama la atención es la existencia de dos puertas, una a cada
lado del nicho, aunque sin guardar simetría.
Ambas están abiertas bajo los apoyo de los
arcos laterales que conforman este espacio. La del lado izquierdo que apenas
tiene 1.95 m de altura respeta la imposta del arranque del arco. Sin embargo,
la del lado derecho que alcanza 3.90 m obligó a cercenar la parte inferior del
arco que forma un bocel para alcanzar el muro. Esta abertura sirve para ocultar
el almimbar y está más cerca del miḥrāb que la del otro lado. Estos huecos son sin
duda modificaciones del proyecto inicial, muy cuestionables desde el punto de
vista estructural pues hacen que los arcos apoyen sobre aberturas practicadas
en los muros, solución muy poco racional.
La presencia del hueco del lado derecho, el que
sirve de alojamiento al almimbar, es el que provoca la mayor parte de las
alteraciones en la composición y ornamentación de la portada en la que se abre
el miḥrāb al desembocar dentro del espacio de la maqṣūra. Por este motivo, la
franja decorativa del segundo alfiz queda interrumpida por el dintel del hueco.
Igualmente sufre alteración el panel de ataurique con orla epigráfica dispuesto
en el frente de la jamba derecha del arco que es de menor tamaño que el del
lado opuesto. Junto a esto, y sin que tengan una aparente relación, también se
observan otras asimetrías. Así, la ventana con celosía situada sobre el miḥrāb
se encuentra ligeramente desplazada hacia la derecha respecto al eje de la composición
(unos 7 cm). El friso situado bajo esta ventana, e interpuesto entre el primer
y el segundo alfiz presenta asimismo una asimetría pues parece que se centró
con el eje de la ventana resultando que mientras en el lado izquierdo remata
con un motivo de dos palmas simétricas, en el lado derecho sólo aparece una.
Curiosamente, la orla ornamental que constituye el alfiz externo y que queda
cortada por la ventana tiene una aparente simetría en el número de estrellas y
formas mixtilíneas, pero a costa de que estas últimas resulten más alargadas en
el lado izquierdo que en el derecho. Estas diferencias se mantienen en los
tramos verticales, lo que sin duda hubiera provocado que la del lado derecho
hubiera rematado de forma anómala de no haber quedado interrumpida por la
presencia del hueco del almimbar. Finalmente, en el friso de arquillos ciegos
que remata la composición de esta portada y que está igualmente interrumpido
por la ventana, los del lado izquierdo son algo más anchos que los del derecho,
incluyendo los medios arcos contiguos al recuadro de la ventana.
Cabe de inmediato preguntarse a qué se deben
estas anomalías, e indudablemente surge la respuesta de que están causadas por
la presencia de la ventanita sobre el miḥrāb y del hueco del almimbar. La
cuestión que se suscita a continuación es si tales anomalías son el fruto de
una reforma en la decoración llevada a cabo por causa de la apertura de esos
huecos o si los huecos ya existían y lo que se hizo fue adaptar los elementos
decorativos para disimular en lo posible los desajustes preexistentes. De lo hasta
ahora dicho y de los que diremos a continuación creo que puede deducirse que es
esta segunda hipótesis la más verosímil.
La decoración, que es de una finura extrema en
su ejecución, no presenta signos de haber sido retocada. La duda mayor
estribaría en si la orla del alfiz externo y el recuadro de ataurique del lado
derecho pudieron haber sido cortados al abrir el hueco del almimbar. Ya hemos
indicado que la orla de este lado presenta diferencias respecto de la del
simétrico lo que habría provocado un remate extraño a la altura de las impostas
del arco del miḥrāb de no haber quedado interrumpida mucho antes.
De los paneles de ataurique hemos de decir que
el de la izquierda mide 62 cm de ancho por 41 de alto. Presenta una composición
con un eje vertical central que no llega a ser de simetría por la libertad que
el tallista adoptó en la labra de los detalles del ataurique. Presenta dos
cenefas distintas a base de hojas en los bordes verticales, careciendo de ellas
los bordes horizontales. El panel de la derecha mide 32 cm de ancho por 45 de
alto y solo presente cenefa de hojas en el lado izquierdo. Aparentemente parece
estar formado por la mitad de un panel semejante al del lado izquierdo, sin que
se pueda asegurar si fue recortado o si se labró a posta con sólo media
composición, pero llama la atención que sea algo más alto que el otro. Ambos
paneles están bordeados por una banda epigráfica en letra cúfica con textos
coránicos, que en ninguno de los lados parece haber sufrido mutilaciones.
De nuevo insistimos en la opinión ya avanzada
de que toda esta ornamentación fue realizada así, adaptándose a huecos
preexistentes. Todo esto nos lleva a abundar en la hipótesis, ya propuesta por
Marçais, de que la mezquita de Tagrart se construiría por Yūsuf Ibn Tašfin en
el mismo momento de la fundación de la ciudad hacia 1082 y que la fecha que
aparece en la cornisa correspondiente al gobierno de su hijo ‘Alī Ibn Yūsuf se
refiere a la realización de la decoración. La primera mezquita carecería de
cúpula sobre la maqṣūra y no tendría decoración. El hueco del almimbar, a semejanza
de lo practicado en la mezquita de Córdoba, se abriría una vez construido el primer
oratorio, pero antes de que se le agregara la decoración. La ventanita sobre el
miḥrāb existiría también en la primitiva construcción y se respetaría su
ubicación adaptando los paneles ornamentales.
La cúpula
La estructura que cubre este espacio de la maqṣūra
es sin duda una de las obras más bellas e interesantes del arte islámico
occidental. Se trata de una cúpula de perfil hemisférico peraltado reforzada
por doce nervios, aunque estructuralmente más bien deberíamos hablar de un
conjunto de doce arcos entrecruzados que sirven de apoyo a una serie de paneles
de perfil esférico, que tiene la particularidad de presentar una rica decoración
y estar calados para dejar pasar la luz proveniente de la zona de su trasdós.
Hay que advertir que esta estructura es sólo
autoportante, pues no apoya sobre ella ningún otro elemento. Por encima sólo
existe una armadura de madera apoyada en los muros periféricos, que soporta un
tejado. La estructura actual es visiblemente moderna, sin duda de época
colonial a juzgar por sus soluciones constructivas totalmente ajenas a la
tradición hispano-magrebí. Tiene además elementos de unión metálicos de
fabricación industrial. Esta estructura se apoya en un casetón de planta cuadrada
cuyos muros gravitan sobre el muro de la qibla, el arco de lóbulos de la nave central
y los dos arcos rebajados adosados a los últimos de los pórticos de la nave central
de modo que no interrumpe los canales de desagüe de las cubiertas que corren sobre
aquellos. El casetón presenta en la actualidad huecos rectangulares apaisados,
dos por cada lado, aunque hemos de imaginar que en sus orígenes quizás tuvo una
serie de arquillos. Por ellos penetra la luz que se transmite a través de los orificios
de la bóveda iluminando de manera prodigiosa el espacio inmediato al miḥrāb.
Los doce arcos que conforman la estructura
básica de la cúpula son todos ellos iguales y arrancan de una nacela con vuelo sólo
en la parte del intradós. En su borde superior, y sin solución de continuidad,
da comienzo una típica forma “serpentiforme”
que produce una especie de gruesa lágrima que continúa después con perfil semicircular.
La nacela y la zona de perfil sinuoso conforman el peralte de la cúpula a la vez
que la proporcionan una ligera forma de herradura. Los arcos arrancan prácticamente
desde los vértices de un polígono de doce lados. De estos vértices, ocho se
encuentran prácticamente en el borde de la cornisa que sirve de apoyo a la
cúpula mientras los otros cuatro, que coinciden con los ejes del espacio se
sitúan mucho más adentro; de esta sencilla forma se pasa de la planta cuadrada
a la dodecagonal, que es la que realmente tiene la cúpula. En la realidad los
intradoses de los arcos que parten del mismo vértice lo hacen de un sitio
ligeramente avanzado respecto a éste, permitiendo un desarrollo autónomo sin
que se produzcan maclas. Se puede así decir que son los extradoses de estos
arcos los que arrancan de los vértices de la estrella. De cada vértice parten
dos arcos, cada uno perpendiculares a cada lado del polígono por lo que de cada
dos vértices contiguos parten arcos paralelos. De este modo se forma una
estrella de doce puntas que determina en su interior otro dodecágono que como
veremos se cierra con un cupulín de mocárabes.
Estos arcos están construidos con ladrillos
dispuestos enfilados, unidos por los lados que consideramos la soga en una
disposición normal de fábrica de ladrillo, como ya diera a conocer Marçais.
Esto hace que la anchura de su intradós apenas alcance los 7 cm, equivalentes
al grosor del ladrillo más el enlucido de sus dos caras que se dejaron
totalmente lisas. Por el extradós de la cúpula los ladrillos aparecen sin enlucido,
aunque menos limpios de cómo los dibujara Marçais, ya que presentan numerosos
pegotes de yeso que afianzan su unión con las placas de los plementos. La rosca
tiene el tamaño del ladrillo más el enlucido del intradós, unos 30 cm.
Los arcos dejan entre sí grandes polígonos
esféricos de tres y cuatro lados en su parte baja y otros menores en las
inmediaciones del polígono central, que constituyen los plementos de la bóveda.
Están formados por placas de yeso caladas y decoradas en la cara que recae al
interior con un entrelazado de arcos mixtilíneos compuestos por hojas de palma
lisas y que crean una sencilla sebka rellena con ataurique finamente labrado
formado por palmas digitadas. La trama de estos arcos se entrecruza con los
nervios al pasar de un plemento a otro, constituyendo un segundo orden
decorativo después del que componen los arcos entrecruzados. El tercer orden lo
conforma el ataurique. En la primera corona de plementos alternan los de forma triangular
con los de cuatro lados. Estos últimos aparecen entre los nervios que parten del
mismo vértice de la planta y tienen en su vértice inferior un pequeño arquillo rematado
por otro agallonado. Por encima de éste comienza la decoración de ataurique.
Los plementos triangulares tiene su base sobre
la cornisa epigráfica y en ella apoya igualmente un arco mixtilíneo cuyo
tímpano se rellena de ataurique salvo en los ángulos del espacio de la maqṣūra
en donde estos arcos constituyen el frente de un trompa de mocárabes que
resuelve en estos puntos el paso de la planta cuadrada del espacio inferior a
la dodecágona de la bóveda. Esta solución marca una clara diferencia con lo que
ocurre en la cúpula central de la mezquita, más tardía, en donde sólo se
dispusieron unos techillos planos decorados con una simple estrella de ocho
puntas. Estas trompas están constituidas por tres adarajas de sección cuadrada
y perfil cilíndrico y dos de planta triangular y un cupulín central gallonado
con planta de estrella de ocho.
Resultan, pues, de diseño muy simple y en
cierto modo primitivo. Los arcos mixtilíneos de la base de los plementos
triangulares poseen una primera arquivolta con su mismo perfil y otra más alta
de perfil apuntado, de cuyo vértice arranca la composición de sebka.
El cupulín central con que se remata la cúpula
resulta bastante más complejo.
Tiene cuatro filas de mocárabes, la primera de
planta en dodecágono, la segunda cuadrada con remate octogonal formada por
piezas de sección rectangular y perfil cilíndrico y cuatro cupulines complejos
en los ángulos, la tercera que arranca en octógono y remata en estrella de ocho
puntas y la superior que forma un cupulín gallonado. Este remate constituye una
de las más antiguas composiciones de mocárabes del occidente musulmán y muestra
ya una complejidad notable augurando las soluciones que se adoptarán a partir
de este momento. El cupulín tiene un diámetro en su base de 1.07 m y una altura
de 0.86 m. La altura total desde el suelo es de 9.65 m y la distancia desde
éste a la cornisa de apoyo de la cúpula es de 6.30 m.
Como ya hemos indicado, todos los plementos
están calados a través de los espacios vacíos que deja el ataurique y que
permiten que la luz que penetra por las ventanas del casetón que protege la
cúpula llegue al interior de la mezquita provocando un efecto de iluminación
sorprendente. Estas placas se debieron de tallar en el suelo sujetándose
después entre los nervios mediante yeso. Los nervios apenas descuelgan unos 3 o
5 cm por el intradós, mientras que se manifiestan de forma mucho más patente en
el extradós por donde, al no estar enlucidos, aparecen con su verdadera
disposición con los ladrillos enfilados, tal y como lo representó Marçais.
Por encima de la cúpula queda un espacio entre
esta y el tejado que hoy está perfectamente encalado para trasmitir mejor la
luz hacia el interior de la sala de oración. La cubierta actual está soportada
por una armadura de madera que por las soluciones constructivas que presenta
parece de factura muy reciente. Está constituida por cuatro formas o cerchas
hechas con tablones unidos mediante gruesos tornillos con sus correspondientes
tuercas. Dos formas se apoyan en los centros de cada lado y otras dos lo hacen
en los ángulos según la dirección de las diagonales. Cada forma está
constituida por dos pares que apoyan en un estribo y se unen en el vértice en
un grueso nabo central. Los pares quedan apeados por unas tornapuntas que
arrancan mucho más abajo que el apoyo de éstos y se unen con ellos a la mitad
de su longitud mediante un simple solape sujeto con tornillos pasantes. Unos
tirantillos unen el apoyo de los pares con la mitad de las tornapuntas también
mediante solape fijado con tornillos. Sobre los pares apoyan dos correas de
sección cuadrada y sobre éstas unos parecillos colocados a una distancia tal
que permiten el asiento de las tejas que forman los ríos sin que exista tablazón
alguna. El tejado es de teja curva.
El
alminar
No sabemos si la primitiva mezquita almorávide
tuvo alminar. Tampoco la de Argel ha conservado ninguna estructura similar de
esta época. La construcción del alminar actual se debe al primer sultán ‘Abd
al-Wādī Yaghmorasan según se asevera en la Historia de los Beni Zeyan de Muḥammad
al-Tenessy, citada por Brosselard34, según la cual al reprocharle no haber
puesto una inscripción para dejar constancia de su patrocinio, el sultán habría
respondido con una sencilla sentencia en lengua bereber: “Dios lo sabe”. La torre tiene forma prismática, con planta cuadrada
de 6.20 m de lado y 24.75 de altura y se remata en lo alto con almenas
escalonadas siguiendo la tradición andalusí. Sobre este primer cuerpo sobresale
otro de menores dimensiones, 2.95 m de ancho y 6.30 m de altura visible que
aloja el desembarco de la escalera en la terraza superior del primer cuerpo.
Internamente la torre cuenta con una escalera de planta cuadrada que sube
girando alrededor de un gran machón central en el sentido contrario al de las
agujas del reloj. Los cuatro frentes del alminar se ornamentan siguiendo una
composición habitual en el occidente islámico, cuyo origen está en el alminar
de Abd’ al-Rahman III de la Mezquita de Córdoba, pero en este caso con claras aportaciones
almohades. Un gran recuadro encierra en cada lado un paño de sebka que arranca
de arquillos ciegos de perfil mixtilíneo soportados por columnas sin capitel.
En la parte superior, entre dos impostas de perfil recto incrustadas de
azulejos, se dispone un friso de cinco arquillos ciegos lobulados de sección
estrecha que se entrelazan con la cinta que conforma el alfiz formando nudos en
las claves. Aunque las sebkas de los cuatro lados son aparentemente similares,
existen ligeras variaciones entre ellas, debidas fundamentalmente a
irregularidades cuya existencia resulta difícil de explicar. Las mayores
diferencias se encuentran en los lados sur y este. En el primero el arranque de
la sebka se hace desde cuatro arcos, de los cuales el de la izquierda es desproporcionadamente
más ancho que los otros, produciendo irregularidades en todo su desarrollo como
puede observarse en el dibujo. Éste arco más ancho tiene una luz muy semejante
a la de los del lado oriental, en donde sólo existen tres. En ese lado al
arrancar la trama de sólo tres arcos, que lógicamente son más anchos que los de
las otras caras, la sebka resulta más abierta y descompensada. Curiosamente en
esta cara las columnas que soportan los arcos sí tienen capiteles, lo que
induce a pensar que en las otras columnas debieron existir también pero
desparecerían a causa de su deterioro al estar modelados con mortero. La
decoración de la cara norte posee una composición similar a la occidental
partiendo en su base de cuatro arcos.
No es verosímil que los constructores de una
obra de esta envergadura, aparentemente bien ejecutada, fueran tan torpes a la
hora de replantear una decoración tan habitual en la arquitectura de la época.
Tampoco resulta fácil explicar estas anomalías como fruto de una restauración
mal ejecutada. En el grabado de Berbrugger36 parecen apreciarse deterioros de
cierta importancia en la decoración del alminar, pero tampoco creo que esto
justifique las grandes deformaciones que ahora presenta pues afectan a todo el diseño
de la sebka y no es posible deducir cual hubiera sido la solución correcta que debió
aplicarse. Otra explicación sería pensar que en el lado sur empezaron a
disponer la decoración como en el lado este, con una composición de arranque de
tres arcos y que durante el montaje de la decoración decidieran cambiar a una
composición de cuatro vanos. He de reconocer que tampoco esta explicación
resulta nada convincente. En todo caso queden aquí reseñadas estas dudas.
El cuerpo alto presenta una decoración algo más
rica, con un arco de herradura ciego bordeado por otro de lóbulos del que
arranca una sebka formada por ramas oblicuas también lobuladas. Todo esto se
inserta en un rehundido de proporción vertical que en su parte superior está
acompañado por un panel de azulejos que lo enmarca por tres lados. Una imposta
remata este cuerpo superior decorada también con azulejos por encima de la cual
sobresale el extradós de una cupulilla de escaso resalte. El alminar carece del
típico ŷamūr de esferas decrecientes, contando sólo con un vástago en cuyo extremo
hay unos aros metálicos.
OTROS
EDIFICIOS:
A parte de estas tres mezquitas tenemos la
ciudad de Marrakech, centro político de los almorávides. Existía una gran
mezquita aljama de la que solo conservamos una pequeña construcción situada en
medio del zoco, en la medina. Debía de ser una especie de templete bajo el que
se ubicaba una fuente. Su nombre es qubba al barudiyyin. 1120-1125. Tenemos un
templete cubierto con cúpula con dos niveles.
En el nivel inferior tenemos un arco lobulado.
La planta es un poco rectangular, está abierta por todos sus lados. Los más
importantes es la presencia de una cúpula de crucería y gallonada en el
interior. Encontramos otros elementos como: almenas escalonadas (de Córdoba y
del mundo omeya), decoración de arcos túmidos entrecruzados en la cúpula, etc.
en el interior hay un especie de pila para abluciones. Sería razonable pensar
que esta construcción tuviera relacionada con la mezquita aljama, con la
función de purificar a los fieles antes de entrar en el recinto sagrado.
Decoración en rojo y blanco, con el mismo tipo de motivos geométricos que en
Madinat al Zahara.
Cúpula de la Qubba Almorávide
Detalles
de la decoración interior de la cúpula.
El arte
almorávide en al-Ándalus:
Cuando se produce el desplome del poder
almorávide s.XII en al Ándalus va a acontecer un periodo que podemos considerar
de transición hasta que finalmente los almohades conquisten este territorio. En
este intervalo, de aproximadamente 20 años, al Ándalus va a volver a dividirse
en una serie de ríenos de taifas (segundos ríenos de taifas). Estos ríenos van
a tener una extensión territorial muy diferente entre unos y otros, además de
una distinta perduración en el tiempo.
En cuanto a la transcendencia artística de este
período va a ser muy poco importante, excepto en un caso: el reino de Murcia.
Nos encontramos a un gobernante importante que va a propulsar numerosos
proyectos arquitectónicos, es Muhammad ib mardanis (1145-1172). Es un soberano
que va a acaparar en sus manos un extenso territorio (valencia y Murcia). En
Murcia se encontraba su corte. Además incorpora el territorio de las actuales
provincias de Teruel, cuenca y Almería. Bajo el patrocinio de este soberano se
llevara a cabo importantes proyectos arquitectónicos, coincidiendo con un
periodo de cierta prosperidad económica. Va a llevar a cabo una serie de
construcciones con las que pretende poner de manifiesto su poder. Son
construcciones de carácter propagandístico que coinciden con el inicio del
poder almohade. A estas construcciones, vinculadas con el reino de Murcia, se
las ha conocido como arte post almorávide, pero últimamente se tiende a
llamarlo estilo mardasi luegovasini. Es un arte de carácter local que tiene
lugar en un reino de taifa grande, dentro de lo que cabe.es importante porque
vamos a ver como este arte es el antecedente de muchos elementos que se
emplearan en el arte almohade y, posteriormente, en el periodo nazarí.
El
castillejo de Monteagudo:
Durante mucho tiempo fue considerado
almorávide. Hoy en día no hay duda de que se trata de un proyecto patrocinado
por ib mardanis, en el que van a estar presente los elementos propios de la
arquitectura mardasini. Se trata de un edificio de planta rectangular,
concebido como un recinto fortificado. Presenta un original solución: en los
ángulos nos encontraremos con elemento entrantes que se crean con la aportación
de los torreones al final de las esquinas, donde terminan cada uno de los
laterales. Eso es una novedad. Además, hay otro elemento original: un muro de
protección avanzado llamado “barbacana”,
se va a convertir más adelante en una característica fundamental de la
arquitectura miliar en época almohade. La barbacana consiste en un muro de
protección avanzado que sirve para proteger el edificio antes de llegar al
edificio mismo. Este edificio parece ser que será el edificio principal de una
almunia (especie de casa de campo, residencia de recreo), por lo tanto se
ubicaría en un territorio abierto, extramuros. Las habitaciones aparecen
dispuestas en torno a un patio central y descubierto. Este patio presenta unas
características especial: se trata de un patio de crucero (andadores elevados
en forma de cruz). Es el primer ejemplo conservado de patio de crucero del arte
hispanomusulmán (primer ejemplo seguro). También existen albercas. El
antecedente más directo de estos jardines de crucero lo tenemos en el palacio
de ali ib yusuf en Marrakech. Lo que no se conoce es la procedencia. Además
tenemos otro elemento que nos va a adelantar modelos del arte nazarí: alcobas
con torres. Nos vamos a encontrar una fórmula que va a anticipar modelos del
arte nazarí: las torres vivienda.
Se han recuperado algunos restos decorativo,
tanto yeserías como decoración pintada. El interior del castillejo estaba
cubierto por una decoración de estuco, que después se pintaba, con los colores
típicos (rojo y blanco). También se han conservado algunos restos de decoración
en placas de estuco tallado.
EBANISTERIA:
el almimbar de la kutubiyya de Marakech.
Va a ser una de las obras en madera de mayor
importancia de todo el arte islámico. Es una de las obras maestras de
ebanistería que ha llegado a nosotros. Cronología muy antiguo. Se trata de un
almimbar o sitial monumental destinado a que el imán pronunciara el sermón de
los viernes, colocado en el escalón inferior, evocando la figura de Mahoma. Fue
construido según una inscripción en la ciudad de córdoba entre 1125- y 113º,
para la mezquita mayor almorávide de Marrakech.
Este mimbar fue, luego, trasladado a la
mezquita kutubiyya de Marrakech, aunque actualmente se encuentra en el aplació
de albadi. Tienen unos cuatro metros de alto. El trabajo es absolutamente
excepcional. Se trata de un trabajo de taracea: tipo de trabajo que ya comenzó
a realizarse en época califal, se trata de la incrustación de pequeños
fragmentos de marfil o de hueso que hacen dibujos con maderas de diferentes
colores. Además la taracea se complementa con ataurique de talla muy delicada,
elementos vegetales, geométricos y muy profusos. Se conserva en muy buen estado
para ser tan antiguo, aunque ha perdido algunas partes de la decoración. Este
mimbar salió de Córdoba, aunque se envió al norte de África, ello pone de
manifiesto la importancia de los talleres de ebanistería cordobeses, ya muy
importantes en época omeya. Puede que se hubiera copiado el almimbar mandado
construir por al hakem II, destruido posiblemente en el s. XVI.
EL ARTE
EN LA EPOCA DE LAS DINASTIAS AFRICANAS (II): EL ARTE ALMOHADE (1147-1269)
El arte
almohade fuera de al-Ándalus:
El movimiento almohade va a guardar unas
estrechísimas semejanzas con el movimiento almorávide. Movimiento
fundamentalista impulsado por una tribu bereber que va a reaccionar y va a
intentar devolver al islam esa pureza religiosa que ellos consideraban que se
había perdido. El líder de esta tribu va a ser ibn tumart, convirtiéndose en la
cabeza religiosa y política de los almohades (unitario de dios). Nos vamos a
encontrar que los almohades, partiendo de la ciudad de tinmal (su sede),
comenzaran a extenderse por marruecos, llegando a conquistar Marrakech en el
1147, convirtiendo Marrakech en la capital de su califato. La conquista de al
Ándalus se va a producir progresiva y simultáneamente llegando al dominio completo
del territorio musulmán en la península iberia en el 1170.
Sevilla se va a convertir con abu Yaqub Yusuf
(1163-1184) en la ciudad más importante del ámbito andalusí. En el año 1172 Abu
Yaqub Yusuf la va a convertir en la capital del imperio almohade sustituyendo a
Marrakech. En esta segunda fase, nos vamos a encontrar que lo almohades, igual
que habían hecho antes los almorávides, van a sucumbir ante la suntuosidad y
refinamiento del arte andalusí. Además se observa un extraordinario peso de lo
andalusí en el arte del norte de África, va a ser el foco que va a producir los
modelos imitados en el resto del imperio.
Arquitectura:
materiales y elementos constructivos:
Como siempre tenemos una serie de problemas en
cuanto a conservación de obras a causa de la reconquista. Esto nos obliga a
buscar los ejemplos más importantes en el norte de África. Van a volver a
sobresalir nuevamente las construcciones religiosas y de carácter militar
(fortificaciones). Aunque nos vamos a encuentra una gran variedad de elementos
y riqueza artística podemos resumir estas características del arte almohade en
una serie de puntos:
1.
Arte
sobrio y austero, pero poco a poco os almohades van a ceder ante la decoración.
2.
Extraordinaria
monumentalidad y grandiosidad de los edificios. Además de una mayor tendencia a
la elevación (mayor esbeltez).
3.
El
material característico va a ser el ladrillo. Aunque a la hora de los ámbitos
fortificados encontraremos también otros como la mampostería, la sillería y el
tapial.
4.
El
soporte fundamental sigue siendo el pilar, con soluciones formales diferentes.
5.
Los
arcos responden al repertorio típico hispanomusulmán, pero con una especial
predilección por el arco de lambrequines (surge en la época almorávide). Los
lóbulos aparecen dispuestos en distintas direcciones. Si cortas el perfil te
vas a encontrar con un perfil lleno de pequeños lóbulos recortados. Se usa
tanto con soluciones decorativas como constructivas.
6.
Las
cubiertas de madera se van a complicar: techumbres de madera mucho más
elaboradas, que van a ser el origen de las denominadas armaduras a par y
mudillo (pasaran al mundo nazarí y luego al mudéjar).
7.
Para
darle importancia en determinados espacios se tiende a emplear las bóvedas de
mocárabes (se van a generalizar en espacios a los que se quiera dar una
preferencia).
8.
Vamos
a ver como en la decoración arquitectónica se va a incorporar la cerámica. Es
algo que llega ahora a al Ándalus pero que se había empleado ya en arte
islámico.
9.
Uno
de los esquemas decorativos que más van a triunfar es la sebqa o red de
rombos que vamos a ver por doquier
(entrelazo geométrico que forma pequeños rombos).
10. El hecho de que la gran
novedad de la arquitectura almohade va a ser la incorporación de elementos
geométricos, epigráficos y vegetales formando todos ellos parte del mismo
esquema compositivo. Esto va a tener una gran transcendencia en el arte nazarí.
Arquitectura
religiosa (norte de África):
Se llevaron a cabo importantes construcciones
religiosas tanto en el norte de África como en al Ándalus. Algunas de estas
construcciones van a ser proyectos colosales en los que se va a gastar mucho
dinero. Las más importantes mezquitas almohades están en el norte de África.
Son tres: mezquita de tinmal, en el atlas, mezquita kutubiyya de Marrakech y la
mezquita de Hasan en Rabat. Hay otros ejemplos en España, pero Sevilla, la
capital, no conserva la mezquita aljama. Lo más importante que se conserva es
el alminar (giralda de Sevilla). Existen alminares gemelos a la giralda en la kutubiyya
y el Hasan.
MEZQUITA
DE TINMAL, Atlas
La mezquita fue construida cerca de la tumba de
Mahdî ibn Tûmart (m. 1130), fundador de una nueva doctrina religiosa que
preconiza un dios único y una severa reforma de la moral. Éste edificio
emblemático de la arquitectura almohade fue encargado por su teniente ‘Abd
al-Mu’min (r. 1130-1163), primer soberano de la dinastía.
Fue una construcción que el fundador de la
dinastía de los musulmanes realizo como mezquita funeraria, es decir, para ser
enterrado en ella, debía de ser un edificio bastante modesto porque el califal Abd
al Munim va a volver a edificarla de nuevo. Esta mezquita constituye el modelo
perfecto de mezquita almohade. Resumen de la tipología arquitectónica almohade,
además se van a desarrollar características almorávides.
Modelo característico:
·
Nueve
naves perpendiculares al muro de la quibla.
·
Se
realzan algunos espacios como el muro de quibla, el espacio inmediatamente
posterior al mismo, la nave axial.
·
Novedad:
espacios también realzados en los laterales. Las naves extremas se hacen más
anchas creando una planta en E abatida o invertida.
·
las
naves más extremas se van a prolongar a lo largo del patio crenado los riwaqs o
galerías porticadas, siendo estas muy características.
·
Había
elementos que relazaban aún más esa estructura, donde se producía la
intersección entre las naves más anchas, se hacia un acotamiento cerrado por
una cúpula.
·
De
forma peculiar, el alminar se encuentra colocado inmediatamente superior al
mihrab.
·
Esta
mezquita, en realidad, estaba en ruinas, pero se ha ido restaurando rogresivamente.
·
Utilización
de ladrillo, material relativamente pobre que no se dejaba visto, si no que se
cubría con yeso o estuco, y luego se pinta o se decora.
·
Incorporación
de una modalidad de arcos muy característicos en los almorávides: arcos túmidos
con la parte interior de la rosca realzada mediante relieve.
·
En
las zonas más nobles, la zona que linda con la nave de quibla, tenemos el arco
de lambrequines, de perfil recortado.
·
Los
soportes de las naves son pilares, no columnas.
Tiene una inspiración lejana pero evidente en
el mihrab de Córdoba. Eso sí, se introducen ciertas modificaciones: arco de
herradura ligeramente elevado, en las enjutas se incorporan elementos
decorativos que también nos llevan a Córdoba. Hay varios alfices, con
decoración de yesería realzada con decoración de lazo. Remate en forma de
arquerías ciegas, en este caso puede que se tratase de vanos tapiados. Un
elemento especialmente importante, en este caso aplicado como una yesería
relazada, son las redes de rombos colocada en el intradós del arco que
compartimenta la nave de quibla, hay que recordar también la existencia de esos
espacios abovedados.
·
Bóveda
de mocárabes: los mocárabes van a ser uno de los elementos más característicos
de este periodo, aunque ya existían en el periodo almorávide, llega procedente
de oriente, a través de la arquitectura fatimí de Egipto o sefyuqqi. Más tarde
también será un elemento muy característico del arte nazarí.
MEZQUITA
DE LA KUTUBIYYA, Marrakech
La ciudad de Marrakech fue capturada por
los almohades después de la muerte del líder almorávide Ali
ibn Yusuf en 1147. Los almohades no querían que quedase la menor traza de
monumentos religiosos construidos por los almorávides, sus enemigos acérrimos,
pues los consideraban herejes. Abd al-Mumin, quien ganó el
territorio, fue responsable de construir la primera mezquita Kutubía en el
terreno del anterior palacio de Ali ibn Yusuf en el barrio suroeste de la
medina. Esta primera mezquita fue construida entre 1147 y 1154 y
terminada en 1157. Intentaba así recuperar la devastación producida
por Ibn Tumart, que se centró en la destrucción de los
edificios almorávides.
La mezquita inicial fue reconstruida bajo el
califa almohade Abu Yúsuf Yaacub al-Mansur, al darse cuenta a mitad de la
construcción que el mihrab (hornacina de oración) estaba mal
alineado y no se orientaba hacia La Meca, y pasó por muchos cambios
hasta el final del siglo XII, cuando los andalusíes derrotaron a la dinastía
almohade. El problema de alineamiento era un tema menor, pues los devotos
siempre podían ajustar la dirección cuando ofrecían oraciones en la sala, pero
se tomó la decisión de construir una nueva mezquita al lado de la primera
estructura. La primera mezquita fue terminada mientras que la segunda aún se
estaba construyendo. La segunda mezquita fue construida casi idéntica a la
primera salvo en la orientación. El plano, los diseños arquitectónicos, las
dimensiones y los materiales usados para la construcción eran todos idénticos.
La planta y el diseño del alminar siguieron siendo iguales en ambos
edificios. Mientras que en la primera mezquita, la orientación del mihrab
estaba 5 grados desalineada con respecto a la dirección hacia La Meca, en la
segunda mezquita, la orientación tenía 10 grados de error, así que estaba
todavía más desalineada con La Meca que la primera mezquita.
Ambas estructuras se construyeron durante el
gobierno de Abd al-Mumin (que reinó en 1130–63). La segunda mezquita se empezó
después de 1154 y el edificio fue parcialmente terminado para septiembre de
1158, cuando se celebraron los primeros rezos en la mezquita. Se terminó en la
década de 1190, aunque las fechas de conclusión varían entre 1162, 1190 y 1199.
La primera mezquita con el tiempo se deterioró. Parece claro que la segunda
mezquita no se creó como alternativa a la primera, pues las dos compartieron el
lugar durante treinta años antes de que la primera quedase arruinada. Se siguió
un estilo funcional, más que el ornamentado estilo de la arquitectura
omeya. Fuera de la plaza de la mezquita, en una depresión que en el siglo XI
contenía restos del tanque de Dar El Hajir (Casa de Piedra), destruido por los
almorávides invasores quienes entonces construyeron la mezquita en su lugar,
son las ruinas de un antiguo fuerte construido por Yúsuf ibn Tašufín. Los
edificios fueron demolidos dentro de la zona del fuerte cerrado para hacer
hueco para el desarrollo de la ciudad. La mezquita Kutubía y su minarete
constituyen la estructura más antigua y completa del período almohade. La
mezquita fue seguida por otras dos estructuras que se construyeron en el mismo
estilo, la Torre Hasán en Rabat y la Giralda de Sevilla, en
lo que hoy es España. Esta estructura así se convirtió en la precursora de la
arquitectura moro-andalusí. No se admite a no musulmanes en el interior de la
mezquita; sin embargo, sí que se les permite visitar la mezquita Tin Mal,
construida siguiendo el modelo de la Kutubía.
La mezquita está construida con piedra roja,
antiguamente emplastecida, y tiene seis habitaciones en sucesión, una sobre la
otra. Fue designada de tal forma que se impedía que cualquiera mirara adentro
desde el minarete a los harenes del rey. Incluso en la actualidad, tales
restricciones están reforzadas impidiendo el acceso de Google Earth a
los marroquíes. Los detalles arquitectónicos de la antigua mezquita y la
nueva eran idénticas excepto por la orientación. De ahí que lo que era cierto
para una de ellas, lo era para la otra, aunque la primera de ellas ahora esté
en ruinas. Está diseñada en un estilo almohade clásico y las torres están
adornadas con globos de cobre.
El edificio,
de ladrillo y arenisca, mide 80 metros de ancho hacia el este y
60 metros al oeste en dirección norte-sur. Hay trabajo de ladrillo en
columnas, arcadas, en el medio del muro de la quibla, y en la hornacina del
mihrab. Se usó arenisca en los muros externos construidos en dirección sur,
este y oeste. El muro de piedra del lado septentrional sostiene el muro de la
antigua fortaleza almorávide. Las superficies están animadas por diseños
sencillos. Todas las secciones de ventana tienen arcos polilobulados en forma
de herradura, colocados dentro de un rectángulo. Se crea una forma de diamante
en la parte superior, como resultado de los arcos superpuestos en un diseño de
tejido. Franjas de fayenza con ladrillos y de color turquesa se
proyectan sobre el muro, en formas decorativas más pequeñas. Se ve también la
austera escritura cúfica. El sahn o patio tiene 45 metros de
ancho, lo mismo que las nueve naves centrales. Hay una fuente de abluciones en
el centro del patio. Hay cuatro entradas a la mezquita de las cuales tres se
abren directamente sobre la sala de oración mientras que una se abre al patio.
También hay una entrada al público adicional al sahn desde el muro
septentrional, a lo largo del eje central. La elevación del frente da a la
calle donde estaban las librerías, de ahí el nombre de «mezquita de los
libreros». Hay también otras dos entradas privadas a la mezquita, una para
el imán en el lado izquierdo del mihrab y la otra para que el
príncipe entre directamente a la maqsura.
Interior
Hay seis habitaciones interiores, una sobre la
otra. Envolviéndolas hay una rampa que puede ser usada por
el muecín para llegar a la galería. La sala de oración tiene forma de
«T». Es grande, al sur, y limita con el patio en su extremo septentrional. La
sala de oración es hipóstila con más de cien columnas que sirven de
apoyo a arcos de herradura a lo largo de las naves paralelas.1
La hornacina del mihrab está en el muro de la quibla en la sala de oración a lo
largo de la ensanchada nave central, a la cual se accede desde el patio. Hay
una ancha nave transversal que se alinea con el muro de la quibla en
el extremo meridional de la sala de oraciones. Tres anchas naves centrales se
alinean perpendiculares a la sala hacia el norte. Las naves centrales están
flanqueadas por otras siete más pequeñas paralelas. En conjunto, hay diecisiete
naves paralelas. Las naves longitudinales, de unos 36 metros de largo, son seis
veces la anchura de la gran nave transversal. Las extensiones de estas naves
son de las cuatro naves más externas a ambos lados de los anejos de la sala de
oración y el patio. El minbar fue diseñado por el
ingeniero al-Hajj Ya'ish de Málaga. Está tallada
en sándalo y ébano con trabajo de taracea
en marfil y plata. Está considerada como «una de las creaciones insuperables del arte islámico». Esta
estructura es de forma triangular con el extremo de
la hipotenusa dotada de escalones. Tiene tres metros y medio de
largo, y noventa centímetros de ancho, y tres metros 90 centímetros de alto.
Fue realizado en un taller cordobés en el siglo XI por orden
de Ali ibn Yusuf, y está considerada una obra maestra de las artes
decorativas andalusíes. En las caras triangulares, hay una banda de seis
centímetros de ancho de inscripciones coránicas en escritura cúfica
sobre hueso y granadillo negro, con marquetería de madera.
Originalmente estuvo en la primera mezquita y más tarde se transfirió a la
segunda, donde siguió estando hasta el año 1962, cuando se trasladó
al Palacio El Badi.
Se comenzó a
construir bajo el mandato de Abd Al-Mumin y se acabó en tiempos
de Abu Yusuf Yaqub Al-Mansur. El minarete está realizado en estilo
almohade y fue construida con piedra arenisca. Fue cubierto originalmente
con yeso rosa marraquesí, pero en los años 1990, los expertos
prefirieron exponer la piedra original y quitaron el revoco. Alcanza los 77
metros si se incluye la aguja, ella misma de 8 metros de alto. Cada lado de la
base cuadrangular mide 12,8 metros. El minarete se ve desde una distancia de 29
kilómetros. Su preeminencia la marca como una estructura significativa de
Marrakech, que es mantenida por una ordenanza que prohíbe que se construya
ningún edificio rascacielos (por encima de la altura de una palmera) alrededor
de ella. El muecín llamando a los fieles para la
oración (adhan), lo hace desde los cuatro puntos cardinales desde lo alto
del minarete.
Su diseño incluye una
alta aguja angular con una superestructura idéntica pero menor descansando
sobre ella, cubierta por una cúpula. Muchos rasgos del minarete también se
incluyen en otros edificios religiosos en el país, como una amplia banda de
baldosas cerámicas, con una pauta alternante en cada lado, y arcos de
piedra angular festoneados al estilo moro. Las tallas decorativas
envuelven el ventanaje con arcos.
Por encima de las
cuatro quintas partes de su altura, el minarete ha escalonado merlones que
cubren el perímetro del eje, en cuyo nivel hay una galería al aire libre a la
que se accede por rampas. Cada lado de la torre está diseñado de manera
diferente, ya que las aberturas de las ventanas están dispuestas a diferentes
alturas, de acuerdo con la rampa ascendente dentro del minarete.
El minarete tiene en
lo alto una aguja. Incluye bolas de cobre dorado, de tamaño decreciente hacia
lo alto, en el estilo tradicional de Marruecos. Hay múltiples leyendas sobre
los orbes. Una de esas leyendas afirma que los globos eran originalmente de oro
puro, y que en su momento sólo hubo tres, habiendo sido donada la cuarta por la
esposa de Abu Yúsuf Yaacub al-Mansur como penitencia por haber roto
el ayuno del Ramadán durante tres horas un día. Hizo que sus joyas de
oro se fundieran para formar el cuarto globo. Otra versión de la leyenda es
que las bolas se hicieron al principio todas de oro a partir de las joyas de la
esposa del sultán saadí Ahmad al-Mansur. Hay un mástil de bandera
cerca de las bolas de cobre formando la aguja, que se usa para poner la bandera
verde religiosa del profeta, lo que hace el muecín todos los
viernes y con ocasiones religiosas. La torre iluminada tiene bellas vistas de
noche.
El exterior de la
torre conserva solamente parte de su ornamentación original, habiendo perdido
sus pinturas y mosaicos. Únicamente conserva una banda de azulejos verdes en la
parte superior.
MEZQUITA DE
HASSAN, Rabat
Es una enorme construcción de fine del siglo
XII, que va a quedar inacabada cuando fallece el califa que impulsa su
construcción se para. Se trataba de un proyecto enorme. A pesar de no estar
acabada va a ser una de las más grandes del islam. Se construyó después de la
victoria musulmana en al-Ándalus sobre los cristianos, como conmemoración de la
batalla de larcos.
A pesar de no estar acabada podemos diferenciar
en ella dos características particulares: no está construida con ladrillo, ni
si quiera el alminar ni las columnas, además no hay pilares, si no columnas.
Otra peculiaridad es la monumentalidad y la grandiosidad que nos habla del
carácter ambicioso de esta arquitectura almohade. Esta mezquita vuelve a
repetir el modelo de planta en E invertida, aunque es un poquito distinta. Es
enrome, de 21 naves, y la nave de quibla no es una única naves, sino que en
realidad son tres (monumentalidad), en los laterales tenemos dos naves que son
las que realmente están realzadas, en vez de ser una, son dos.
La nave axial sigue siendo más ancha. La
prolongación de los riwags dan las naves del patio. Hay patios secundarios, ya
que al ser tan grande necesitaba que la luz entrara en algún sitio, por ello se
abren patios secundarios dentro de la propia sala de oraciones, se van a
colocar en los laterales de forma simétrica tienen la función de lucernarios.
Tiene un extraordinario alminar también inacabado pero que nos va a permitir la
conexión con la giralda de Sevilla.
El arte
almohade en Al-Ándalus:
En el año 1172 la capital del imperio almohade
va a pasar de la ciudad de Marrakech a Sevilla, lo cual va a potenciar la
arquitectura andalusí. Como parte del en engrandecimiento y de las mejoras que
debían de realizarse en una nueva capital se va a construir una nueva mezquita
aljama. Lo que se hace es renovar en buena medida el urbanismo de la ciudad.
Arquitectura
religiosa: Sevilla.
Uno de esos grandes proyectos era la
construcción de una nueva mezquita que venía a sustituir a la antigua mezquita
de viernes (de época califal, siglo IX, que estaba situada donde actualmente
estaba la iglesia del salvador). De esta mezquita almohade queda muy poco, ya
que fue destruida en el siglo XV la catedral gótica. A pesar de ello, nos
quedan algunos pequeños espacios. Nos quedan una serie de arquerías
correspondientes a la zona de los riwaqs, es decir, la zona del patio. También
persiste, aunque muy modificada, la puerta del perdón, y el gran alminar, la
giralda, que no se conserva completo, a que ha perdido la parte superior. Esta
mezquita almohade comenzó a construirse en el 1172, nada más decidirse que
Sevilla era la nueva capital. El arquitecto en esta primera fase va a ser Hamed
ibn Baso. La mezquita se construye entre 1172-1173, aunque por causas
desconocidas, no se comienza a usar hasta 1182.
La propia puerta es uno de los elementos más
interesantes de esta fachada, ya que está realizada con dos grandes hojas
de madera de cedro revestidas con chapas de bronce revestidas por motivos de
lacerías y atauriques, e inscripciones que repiten versículos del Corán como «el poder pertenece a Alá» y «la eternidad es de Alá».Durante el periodo de dominación almohade,
la ciudad de Sevilla se convirtió en la capital de Al-Ándalus, lo que trajo a
la ciudad una actualización de sus infraestructuras procediéndose a la
construcción de algunas grandes edificaciones. En este ámbito se comenzó el
levantamiento de una nueva mezquita mayor en el solar que actualmente ocupa la
catedral. La construcción de esta nueva mezquita mayor, que reemplazaba a la
existente en la plaza del Salvador, se inició el año 1172 y en 1182 se
pronunció el primer jutba (sermón de viernes) en la mezquita. Tenía
orientación de norte a sur, ligeramente hacia el sureste, y su puerta principal
correspondía a la actual Puerta del Perdón que da entrada al patio de los
Naranjos, que formaba parte del recinto de la misma. El alzado exterior de la
mezquita tenía influencias de la mezquita de Córdoba, mientras que la
estructura de su planta procedía del modelo de las mezquitas marroquíes
de Marrakech y de Tinmal.
En 1183, Al-Ándalus sufría una presión agresiva
de las fuerzas castellanas y portuguesas, que hostigaban el campo sevillano. En
respuesta, en diciembre de ese año el califa Abu Yaqub Yusuf puso en
marcha un gran ejército en dirección a la península. Cruzó el estrecho de
Gibraltar y entró en la ciudad de Sevilla el 25 de mayo de 1184. Con ocasión de
su estancia en Sevilla, el 26 de mayo de 1184 ordenó al gobernador de la ciudad
la construcción del alminar de la mezquita. Salió el califa el 7 de junio,
hacia Badajoz, para luego dirigirse al oeste para sitiar la población
de Santarém a la que llegó el 27 de junio. Esta ciudad estaba
defendida por Alfonso I de Portugal. El asedio duró hasta julio de 1184 y
el 29 de julio Al-Mumin Abu Yaacub resultó muerto en combate.
El nuevo califa, Abu Yúsuf
al-Mansur (conocido entre sus súbditos como Muminin), hijo y sucesor de
Yúsuf, que fue proclamado el 10 de agosto de 1184, en el alcázar de
Sevilla, decidió la continuación del proyecto. Originalmente, el alminar
estaría unido a las murallas de la alcazaba de la ciudad. Las obras de
construcción se iniciaron en otoño dirigidas por el alarife Áhmed ben
Baso. En la excavación para la cimentación encontró un manantial que fue
cegado con piedras y cal, creando una superficie plana sobre la que situar los
cimientos.
La construcción de la Giralda arranca sobre una
cimentación de 3,60 metros, muy poco más amplia que la propia torre, y que
constituye la única cimentación del edificio, según los estudios arqueológicos,
una gruesa capa de argamasa y una simple mejora del terreno, en el que quedaron
incluidos los restos de anteriores construcciones musulmanas de la zona. .
Desde ahí otros tres metros de sillería emergen de la acera, con una serie de
aras de mármol de época romana.
Las piedras que se emplearon tayud al
adi fueron extraídas del muro del palacio del Alcázar de Ibn Abbad. Los
muros de este palacio tenían características defensivas. Las piedras fueron
bajadas sin necesidad de escaleras, ya que a estos muros se ascendía por una
cuesta apta para caballos.
En el año 584 de la hégira (entre el 2 de marzo
de 1188 y el 18 de febrero de 1189) se paralizaron las obras cuando fue
destituido Ibn Saíd, que era el almojarife encargado del registro de los
gastos. Ibn Saíd fue sustituido por Abu Bakr. En esta reanudación entró a
trabajar en las obras de la mezquita el alarife Alí al-Gumari (Alí de
Gomara), ya que también acaeció el fallecimiento de Ibn Basó, que decidió
continuar las obras del alminar con ladrillo a partir del zócalo de piedra.
Las obras en la mezquita fueron detenidas de forma intermitente debido a los
constantes viajes que el alarife hacía a Marrakech.
El 19 de junio de 1195 el emir Abu Yaacub
al-Mansur derrotó a Alfonso VIII de Castilla en la batalla de
Alarcos. Al regresar ordenó la realización de unas grandes esferas de bronce
dorado para ser colocadas en la parte superior del alminar. Fueron colocadas el
10 de marzo de 1198 en presencia del emir. Estas estaban sobre una columna
grande de hierro que se cimentaba en la parte superior del alminar. Estas
cuatro bolas o manzanas doradas ensartadas en un vástago vertical reciben el
nombre de yâmûr en la cultura árabe y se ha utilizado, aunque no siempre, para
coronar mezquitas. El transcurso de las obras se conoce con detalle gracias a
las crónicas de Ibn Sahib al-Salá.
El esquema deriva del modelo de la mezquita de
Córdoba. El primer cuerpo tenía 50,51 m de alto y una planta cuadrada de
13,61 m de ancho. El segundo cuerpo medía 14,39 m de alto y su planta
era cuadrada de 6,83 m de ancho. Sobre el segundo cuerpo había una cúpula
y sobre esta el yâmûr.
Lámina de Alejandro
Guichot que muestra los tres estados de la Giralda. A la izquierda la
primitiva torre almohade (s. XII), a la derecha una fase intermedia después de
la caída del yamur que coronaba la torre (1396), y en el centro la
torre actual, con el remate renacentista del campanario (s. XVI).
La construcción de la Giralda se basó en el
alminar de la mezquita Kutubia de Marrakech (Marruecos), también
construido en el siglo XII, considerado con sus setenta y nueve metros de
altura, una obra maestra del arte magrebí, consta de una estructura muy similar
a la torre sevillana, sigue la forma más típica de los alminares de la escuela
hispanomarroquí, con un cuerpo principal de forma ortoédrica sobre el
que se sitúa otro mucho más reducido, a modo de remate. Otra gran muestra de
arquitectura muy similar la constituye, la gran Torre
Hasan de Rabat, considerada, hermana, de la Giralda y cuyo
proyecto de construcción preveía un altura de sesenta metros, pero las obras se
interrumpieron cuando llegaba a los 44 metros. En ambos precedentes se
encuentran los elementos decorativos de los almohades, reproducidos en la
Giralda, con arcos ciegos, lacerías y relieves que se inspiran en los que
realizaban los selyúcidas en esa misma época en la región
de Asia Menor.
En cuanto a lo que queda: el patio de los
naranjos, situado en medio de la catedral, corresponde con el patio de la
mezquita. Esta construido en ladrillo y arcos túmidos, en este caso doblado.
Todo ello contrasta con la construcción gótica. Como remate tenemos almenas
escalonadas o merlones dentados. En la parte inferior del alero, igual que en
Córdoba, tenemos modillones de rollo que enlazan con los merlones, prolongado
la tradición hispanomusulmana. En el interior de los riwaqs sabemos que estaban
cubiertas por techumbres de madera de par y nudillo, típico de este momento.
Son las primeras de las que tenemos noticias en la arquitectura
hispanomusulmana. En el exterior también nos recuerda a Córdoba, con la
presencia de un elemento sobresaliente a modo de contrafuerte que en realidad
no tiene función estructural, además de merlones. En la puerta del lagarto
tienen en el interior una bóveda de mocárabes que se corresponde con un ámbito
islámico. Son muy ligeras, realizadas en yeso, y en muchos casos estarían
pintadas. La otra gran puerta que si que conservamos es la gran puerta de
entrada, que ahora es la de salida, es la puerta del perdón de la catedral de
Sevilla. Originalmente era la gran puerta de acceso al patio porque queda en
eje con el mihrab y con la nave acal. Esta muy modificada, quedan algunas
yeserías aisladas que podrían identificarse como islámicas. Las puertas nos son
originales, pero si conservan los aldabones originales. Estas piezas
procedentes de la mezquita original las trasladaron a una puerta que replica la
puerta original. Se trata de una de las obras de metalistería más exquisitas de
este momento. Están constituidos por palmetas entrelazadas entre sí que a
veces e unen y producen u motivo en
forma trilobulada. Aparece constantemente en el arte nazarí.
o
Otros
monumentos: ermita de cuatrovitas (Bollullos de las Mitacion).
De arquitectura religiosa en al Ándalus
conservamos un ejemplo que corresponde a una mezquita menor, de poca
importancia en su momento. En la actualidad sí la tiene porque constituye uno
de los pocos ejemplos conservados. Se trata de una ermita, conocida con el
nombre de cuatrovitas, en Bollullos de la Mitacion, en Sevilla. Originalmente
fue una mezquita, de carácter rural. Pudo estar vinculada a una alquería
(residencia de recreo) o quizás simplemente estaría ubicada en un cruce de
caminos importante. Los restos de la
mezquita los tenemos en el interior de la ermita. Esta se construyó tomando la
base de la mezquita, a la que se añadieron elementos posteriormente.
Tendríamos una mezquita de tres naves
perpendiculares al muro de quibla en la que ha desaparecido el mihrab. La
ermita ha cambiado la orientación (este) y se ha añadido un pórtico, además de
dos naves laterales. Arcos de herradura
enmarcados por alfiz apoyados en pilares. Parece ser que la techumbre actual de
la ermita es plana de madera, tal vez un artesonado; es nueva, pero estaría
sustituyendo a la original. Se conserva también el antiguo alminar de la
mezquita, ya que resulto útil como campanario cristiano. Se trata de un alminar
mucho menos ambicioso, todo en ladrillo, le falta el remate superior.
Superposición de vanos en altura, modelo torre dentro de torre. Tiene un
aspecto que nos está planteando que este laminar es un replica mucho más
sencilla de los alminares almohades (Sevilla). Adema es un alminar bastante
esbelto. Tenemos el repertorio de arcos: de herradura, geminados y enmarcados
en alfiz.
Arquitectura
militar:
Se va a desarrollar extraordinariamente en esta
época. Va a contribuir a la diferenciación de tipologías arquitectónicas, muy
importantes en al Ándalus, que además va a tener una gran repercusión en el
conjunto de arquitectura militar medieval. En realidad, los almohades no van a
crear nada nuevo. Solo sistematiza, perfeccionan y difunden unas formas
arquitectónicas de carácter medieval que no eran nuevas en al Ándalus. Vamos a
ver tres modelos esenciales de estructuras:
Barbacanas: es desde el mundo
islámico a partir del cual se proyecta a Europa. Se trata de un lienzo de muro
de escasa altura, pero avanzado. Una especie de antemuro que actúa como
parapeto defensivo, dispuesto a poca distancia de la muralla principal.
Castillejo de Monteagudo en Murcia, precedente más directo.
Torres
albarranas:
corresponde la torre del oro de Sevilla. Torre que al estar adelantada a la
muralla principal pero que va a estar unida a ella por un lienzo de muro
llamado coracha. Se van a situar en lugares de carácter estratégico. El ejemplo
más característico en España es la torre del oro de Sevilla. Fue construida en
el 1221 para proteger todo lo que era la rivera de rio Guadalquivir y el puerto
comercial. Sería una especia de bastión avanzado para proteger el rio.
Originalmente habría estado unida a la muralla principal por una coracha. Se
llama torre del oro (antes se pensaba que era porque estaba cubierta por
cerámica dorada) porque o bien, estaba situada cerca de la casa de la moneda o
bien porque durante algún momento fue utilizada para albergar el oro venido de
América. Otros piensan que se debe aún enlucido amarillento. Sabemos que
probablemente debió de existir también una torre gemela, entre ellas se
tenderían cadenas para establecer un control de la navegación fluvial. La
planta de esta torre es de carácter poligonal (12 lados al exterior). Tenemos
la misma estructura de los alminares, pero trasladada a una torre albarrana
(torre dentro de torre). Entre ambos se crea una estancia anular que se repite
a diferentes alturas. Estas estancias están cubiertas por bóveda de arista pero
en tramos cuadrados y triangulares.
La
esclarea de subida esta en el cuerpo interior., que se ubica con un machón
central. Exteriormente vemos una construcción modificada. Formaba parte de una
arquitectura defensiva, por lo que no estaba muy ornamentada. Lo original son
los dos cuerpos, el superior retranqueado y réplica del inferior. El último
cuerpo se añadió posteriormente. Esta realizada en mampostería. Presenta muy
pocos vanos, porque es arquitectura de carácter defensivo, dando una imagen de
solidez.
Se conserva de época almohade otras torres,
como la torre de Espantaperros en Badajoz, en este caso si esta unida por la
coracha al lienzo de muralla. En este caso, tenemos una estructura octogonal.
Interiormente tienen un machón central cuadrado, una estancia anular cubierta
por bóvedas de arista y la escalera exterior. Exteriormente vemos como la parte superior no es la original.
Puertas
monumentales en recodo: otro de los grandes intereses de la arquitectura almohade
va a ser la construcción de grandes puertas monumentales de acceso a la ciudad,
las cuales van a seguir el modelo de puerta en recodo. Se van a multiplicar los
quiebros. Son siempre puertas abovedadas interiormente. Este modelo de puerta
en recodo procede de la arquitectura bizantina, a través de lo cual va a pasar
a la arquitectura islam oriental. Grandes puertas en recodo no se conservan
España, pero si las podemos encontrar en Magreb, en ciudades como Rabat, Fez o
Marrakech.
ARTES
SUNTUARIAS:
Marfiles
almorávides.
Fueron asignados al mundo almohade en función
de su decoración vegetal (1200); otros los consideraron taifas o taifas tardíos
(finales siglo XI-XII), pero no saben cómo ubicarlas porque aparecen en
distintos sitios (León y Tortosa). Lo más polémico es la fecha, que se intuye a
partir de las inscripciones.
Arqueta
de Tortosa (desapareció en 1936).
Como características generales, tienen alma de
madera y decoración superficial mediante taracea (incrustaciones de marfil). Es
muy grande, de casi 40 cm., y está en la línea de las arquetas taifas.
Presenta una inscripción q dice “Felicidad y Prosperidad” en cursiva y
minúscula, de carácter musulmán africano, que da que pensar sobre su origen.
Aparece un tema naturalista: cazador con halcón
en el lateral, danzantes en el centro, herbívoros en la tapa, y decoración
vegetal (líneas). Las figuras se insertan en tondos (círculos).
Arqueta
de la Sacristía de Tortosa.
Aparece policromía.
Tiene una inscripción más larga: “Soy grandiosa; mi morada es la casa del
califato”. Aparecen leones espaldados en el centro, herbívoros en los
laterales y bueyes cansinos en la tapa, arriba.
Arqueta
de S. Isidoro de León (Museo Arqueológico de Madrid).
Las figuras no aparecen en tondos: son galgos,
recortados en entornos vegetales o afrontados a pájaros.
En la inscripción se dice “Hecho por Muhamad Ibn Harax, por orden del emir Muhammad”, q debía
ser Almu Tamid, de época taifa en Sevilla.
Proximo Capítulo: Capítulo 6 - Arte Nazarí
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