DEL AZUL AL ROSA. HACIA UN MAYOR
ESTETICISMO
- En el Bateau-Lavoir
El fin de la etapa azul requerirá, hasta llegar
al período rosa, una transición. Este nuevo período tendría cabida entre los
años 1904 y 1906. Picasso se plantea por este entonces la idea de la belleza
ante los pensamientos filosóficos, morales y religiosos de la época. Durante este período nuevo tratará mucho el tema del arlequín y otros
personajes del circo, de los cabarets y del pueblo, que se convertirán en sus
nuevos retratados.
En obras como Mujer con corneja hay un
cambio del color dominante aunque se mantenga un nexo de unión con lo realizado
anteriormente con cierto sentido melancólico.
Esta obra sirve de punto de partida, da la
clave de a dónde se está encaminando Picasso. Nos habla de su condición del
arte y el artista, y de su ubicación en estos momentos. Es una obra de
sugerencias desconocidas hasta el momento. Con gracia, belleza cautivadora,
efectos de contraste, juegos planos de color, formas armónicas y estilizadas
presenta una revalorización de lo decorativo del París del momento, donde se
relaciona con personalidades al trasladarse en 1904 a un estudio en la Rue
Ravignan, hoy conocido como Bateau-Lavoir.
Por este entonces, las drogas y el opio jugaron
un papel importante en París y Picasso decidió apartarse un poco de todo esto
cuando Wiegels, un amigo holandés, homosexual y pintor con una deficiencia
artística que guardaba un gran paralelismo con Casagemas, muere en 1906 por
inhalar demasiado éter. Richardson habla de cómo el opio ayuda a pasar del azul
al rosa pero tampoco hay que exagerar esta importancia. En 1953 Jean Cocteau escribió en su diario hablando del opio, de la
opinión de Picasso y la suya propia. Fernande Olivier también narraría en sus
memorias cómo reaccionaban ante el opio sus distintos amigos del círculo de
personalidades que rondaban París por aquellos momentos, entre ellos Picasso.
Cuenta que éste a veces se obsesionaba con que ya no podría aprender ni
evolucionar en su obra, o que inventaba la fotografía.
Mujer con corneja, 1904, Pablo Picasso
Madre e hijo saltimbanquis, 1905, Pablo
Picasso
Sin
embargo, Picasso descubre elementos positivos: una benevolencia opiácea, una
mejora económica, una relación estable con Fernande y un núcleo de amistades
más amplio que rompe el marco de los hispanohablantes. Esto le pone en estrecho
contacto con la vanguardia literaria parisina, lo que contribuye a propiciar un
cambio paulatino en su obra.
En
el Lapin Agile, 1904 - 1905, Pablo Picasso
Ese gran cambio lo
vemos en sus temas de los saltimbanquis: son marginados con algo que los
revive. A
partir de obras como En el Lapin Agile veremos que no es que se canse de
la temática de obras anteriores, sino que sus personajes tienen un alto
contenido simbólico. Estos arlequines son personajes de circo que, al salir de
ellos, se ven algo marginados. Puede que sea un paralelismo consigo mismo. Esto
le hará indagar en la pintura por sí misma, en los colores. Este arlequín con
capa nace a partir de que, estando Picasso en un local, el dueño le pide que
pinte algo para su establecimiento. Así, el artista se autorretrata con la hija
del dueño. Él mismo se ve como arlequín, algo muy significativo, posa el pintor
como artista y como intérprete. Muestra su marginalidad y vocación como
intérprete de misterios.
- Relación con otras personalidades en París
A partir de entonces lo que mostrará también en
su obra es su estrecha relación con los grandes literatos de la vanguardia
francesa e incluso escritores críticos, como por ejemplo Guillaume Apollinaire,
de quien sería buen amigo.
Retrato de
Apollinaire, 1916, Pablo Picasso
Alfred Jarry, dramaturgo y poeta francés,
contaba en sus últimos años (hasta su muerte en 1907) con un buen número de
jóvenes seguidores entre los que se encontraban Apollinaire, Jacob y Picasso.
En 1896 estrenó su obra teatral Ubú Rey, farsa satírica y comedia cuyo
personaje principal parodiaba la situación en España por la época, arremetiendo
contra el mundo burgués. Por ello sería el prototipo del marginado y el modelo
del surrealismo y el dadaísmo, aunque Apollinaire intentaba alegar esto mismo
del propio Picasso. Esta comedia contra la burguesía irreflexiva condena a
perpetuar su condición, por lo que los artistas equivaldrían a los marginados
y, de ahí, a los arlequines.
Affiche de la
première d’ Ubu Roi par Alfred Jarry, 1896
Arlequín a caballo, 1905, Pablo Picasso
El bufón sería el antecedente directo de estos
arlequines. En 1848, tras las revoluciones burguesas, este personaje quedará
resignado, sería una figura triste. Charles Baudelaire escribió un poema sobre
el arlequín que casi describe las obras de la etapa rosa de Picasso. Otros que
utilizaron estos temas en sus cuadros fueron Manet, Degas, Toulouse-Lautrec,
Daumier..
En obras como Familia de arlequines o
El baño vemos que Picasso trata el tema de la mujer aseándose (o atendiendo
al aseo personal del bebé), y hará de ello un tema muy repetido.
Familia de arlequines, 1905, Pablo
Picasso
En Familia de acróbatas con mono Picasso
no cae en presentar a estos grupos como tragedia humana. No quiere denunciar su
pobreza ni su marginalidad, sino que los asocia con lo bucólico y se identifica
con ellos. Es la búsqueda de una realidad más pictórica. Utiliza una
composición que se vale de la memoria visual colectiva y manifesta un ideal de
belleza derivado del arte post-renacentista. También se inspira en los Saltimbanquis
de Daumier, obra realizada entre 1855 – 1860.
Familia de acróbatas con mono, 1905,
Pablo Picasso
Encontramos algunas otras obras de grupos
figurativos más pequeños, de dos personas sobre todo, como Bufón y joven
arlequín o Dos saltimbanquis con perro.
Bufón y joven acróbata, 1905, Pablo
Picasso
Dos saltimbanquis con perro, 1905, Pablo
Picasso
Veremos la melancolía de los desheredados en
común con la etapa azul y una estilización de las figuras que aún conservaban
las obras de Picasso en Acróbata y joven arlequín, aunque también un
desinterés por el tratamiento anatómico: son figuras muy planas.
Acróbata y joven arlequín, 1905, Pablo
Picasso
Sin embargo, la obra cumbre llegaría con Familia
de saltimbanquis, cuya realización ocupó nueve meses de la vida del
artista. Encontramos numerosos ensayos y
bocetos, además es una obra que repinta. En una de las versiones vemos el
paisaje muy difuso, mujeres con niños, mujeres embarazadas y otras en el aseo.
Poco a poco irá realizando un proceso de
simplificación, pues realmente no le interesan tanto las relaciones familiares
entre los saltimbanquis o las maternidades, sino plasmar lo que sabía de los
arlequines, lo que aprendió observándoles: las posturas, los textos, las
composiciones. Resultará un conjunto de síntesis de elementos formales y
temáticos que Picasso llevó a cabo.
Familia de saltimbanquis, 1904 – 1905,
Pablo Picasso
Vemos seis personas en un paisaje indefinido en
un frágil equilibrio, porque hay una parte más pesada a la izquierda, con
muchas figuras, y una zona a la derecha más vacía con una muchacha como
mallorquina. Utiliza un color sena o arena para los tonos amarillos, diversas
gradaciones del espacio, una claridad tonal en contraste con colores más
fuertes en primer término, etc. Esta obra parece descubrir que Picasso quiere
evocar por contraste una inseguridad para el espectador. No hay una unidad en
la composición ni un punto de vista único, sino que se ven múltiples
perspectivas.
Estudio para Familia de saltimbanquis,
1905, Pablo Picasso
También marca una relación entre personajes y
espacio que resulta ficticia, antinatural, por esa incomunicación entre los
personajes, e intenta hacer las figuras lo más planas posibles quitándoles todo
el volumen, incluyendo cierto simbolismo entre el arte académico y la
vanguardia: así es como se mueve Picasso. Aparte, hace notar su influencia de
la pintura clásica francesa del s. XVIII con cierto aire rococó. Las figuras
están sacadas de espacios y ámbitos diferentes, pero hay una necesidad de
recomponer estos temas en una gran obra para ver cómo pueden fallar las
composiciones.
Hay también una relatividad de la producción artística
a través de esta pintura histórica o anecdótica: se ve que los personajes dejan
el mundo de la anécdota para entrar en el de la alegoría. Hay diferentes
tratamientos de la pincelada, algunas vigorosas y direccionales en la parte
baja con una inclinación hasta el primer plano. Los colores mate recuerdan a la
pintura al fresco: es una mirada al renacimiento. Terminará la obra a su
regreso de Holanda en julio de 1905.
Mallorquina, 1905, Pablo Picasso
(Estudio para Familia de saltimbanquis)
Picasso quiere abordar temas de perfección
artística, de ahí los varios puntos de vista en sus composiciones, y comienza a
reflexionar sobre el tema de la fonda, declarándolas sus inquietudes, y estudia
el equilibrio en la composición.
En Acróbata con balón nos sitúa en el
momento máximo de la composición con el juego de ligereza y pesantez, agilidad
y gracilidad frente a torpeza, brutalidad... Utiliza el tema del circo y los
saltimbanquis como hasta entonces marcando los contrastes entre las dos
figuras, y al fondo aparecen un caballo y niños.
Acróbata con balón, 1905, Pablo Picasso
Por otro lado, en Muchacho con pipa
evoca un poema de Paul Verlaine: El reino interior. Aquí se menciona el palacio de Ecbatana, donde los
sátiros se abandonan a los siete pecados capitales. Este ángel de Picasso sueña
con los ojos abiertos, se trata de uno de los personajes del poema. Finalmente
le añade una corona con guirnalda y pinta flores al fondo a modo de alas. Hay
una profunda asociación con el poema.
Muchacho con pipa, 1905, Pablo Picasso
En Muchacha joven desnuda con canasto de
flores Picasso retrata a una joven que vendía sus flores y su cuerpo a la
salida del Moulin Rouge. El artista decide centrar su atención en una sola
figura estática en lugar de ligera o en movimiento, él siempre prefirió esas
figuras estáticas.
Muchacha joven desnuda con canasto de
flores, 1905, Pablo Picasso
- Breve estancia en Holanda, verano 1905
En el verano de 1905 decide viajar hasta
Schoorl, Holanda, en una breve estancia y realiza obras que muestran a la mujer
holandesa del momento. Es aquí donde Picasso trata, como vemos, temas de
ambiente local y temas que dejó pendientes en su salida de París, y retrata
figuras con sabor clásico en una búsqueda constante mediante experimentaciones.
Le invita un amigo llamado Tom Schilperoort,
escritor que trabajaba de corresponsal en París para periódicos de Rótterdam. A
Picasso este viaje le ayudaría a abrir su mirada a una nueva cultura al margen
del mundo francés. Este personaje era muy distinto de Casagemas, casi salvaje,
degenerativo y muy autodestructivo.
Las tres holandesas, 1905, Pablo Picasso
En Las tres holandesas evoca al grupo
figurativo clásico de “Las tres Gracias”, que era un cliché del arte europeo
como se puede observar en las pinturas de Rubens, muy ligado también al Siglo
de Oro español por ser contemporáneo y conocido de Velázquez.
En La bella holandesa Picasso parece
prefigurar esos desnudos enormemente grandes que aparecerán en su obra un año
después y la mujer grande de la época clásica, unas figuras andróginas en
relación con la pintura simbólica.
La bella holandesa, 1905, Pablo Picasso
-
Regreso a París, fin de la Etapa Rosa y gran cambio
En los últimos días de 1905 Picasso dio por
finalizada la relación en su obra con los personajes del circo a través de una
obra: La muerte del arlequín. Aquí decide representar el fin de esta
temática literalmente. Afirmó que se inspiró en un suicidio que ocurrió por
aquel entonces en París aunque se pueden encontrar una reminiscencia de
Casagemas de nuevo.
La muerte del arlequín, 1906, Pablo
Picasso
A partir de ahora Picasso se abre a un nuevo
comienzo con temas arcaicos, figuras escultóricas... un gran cambio. Su
atención se centrará en la estatuaria arcaica griega, en esas grandes masas
escultóricas. Comienza a trabajar el desnudo del hombre a través de los kuroi
griegos del Musée du Louvre que sufren un proceso de abstracción y
simplificación en la tela de sus obras. Realizará un buen desarrollo de su
lenguaje formal en este período mientras que ese mayor colorido de las familias
de saltimbanquis se pierde a favor del color rojizo o tierra. Mediante el
pastel y la tinta no mostrará nada de brillos, sino una apariencia de frescos o
de arcilla.
-
Nuevas influencias y rivalidades artísticas
En 1905 hubo retrospectivas sobre pintores de
los siglos anteriores que calaron hondo en los pintores de la época, sobre todo
en Picasso. Éste calificó a Manet, tras asistir a su retrospectiva, de ser el
primer artista moderno.
Picasso admira la fácil elocuencia de sus
pinceladas, el engañoso aplomo de sus composiciones, la indeterminación en la
relación de figuras – espacio y el modo en que sus personajes clavan su mirada
en el espectador. Esta será otra de las influencias que acoja el artista en
estos momentos.
El viejo músico, 1862, Édouard Manet
Otra exposición importante que influiría a
Picasso fue la de Ingres, donde se pudieron ver hasta 78 obras. Fue considerado
la quinta esencia en el academicismo, donde empieza a haber admiradores incluso
entre los enemigos de esta corriente. Matisse y Picasso quedaron anonadados
ante esta retrospectiva: admiran la maestría lineal de sus dibujos, las
insólitas libertades que se permitía con las apariencias, la serenidad gracial
y el lánguido erotismo de sus personajes y su forma de representar la anatomía. Este momento neoclásico de Picasso será un retorno al orden e
influirá en Les demoiselles d’Avignon tiempo después.
Venus Anadyomène,
1848, Dominique Ingres
Vemos
en Mujer con abanico cierta inmovilidad pero una serenidad que tendrá
mucho que ver con la obra de Ingres, quizá hasta una frialdad relacionada con
Velázquez. Sin duda alguna se apropia de ese concepto escultórico de Ingres que
utilizaría en el futuro para dotar de monumentalidad su Retrato de Gertrude
Stein. Esta atracción por lo escultórico viene incrementado por su
atracción por la cerámica ática, terracotas, bronces, esculturas griegas y
romanas o las galerías de arte fenicio y egipcio.
Mujer con abanico, 1905, Pablo Picasso
A partir de ahora se encuentra dibujos
preparatorios para una obra no realizada: Picasso intenta componer una gran
obra con la ambición de conseguir reconocimiento por parte del público mientras
contempla La alegría de vivir, de Matisse.
La alegría de vivir, 1905 – 1906, Henri
Matisse
Por entonces está preparando una gran obra que
sería El abrevadero, de la que sólo se conservan dibujos preparatorios
de 1906 en acuarela al gouache sobre cartón, en uno de los casos. Lo difícil
sería el choque que significaría el separarla de la obra de Matisse ahora
mencionada. Entre ambos pintores existe un enfrentamiento, una rivalidad:
Picasso ve que no podía situarse en esta situación a la cabeza de la
vanguardia. Aquí trabaja con las figuras de los kuroi y los ideales
clásicos según se ve en los proyectos.
De esta obra que no llega a ver la luz se salva
de sus dibujos un único personaje: Muchacho desnudo conduciendo a un caballo,
que lo comprará Gertrude Stein, en cuyo retrato Picasso estaba trabajando al
mismo tiempo. En esta obra veremos una influencia de Chavannes, del cubismo, de
San Martín y el mendigo de El Greco, una iluminación globalizada, una
atmósfera y la luz como elemento unificador de la composición. Ayuda a conciliar
la superficie bidimensional de los fondos con lo tridimensional de las figuras.
Muchacho desnudo conduciendo un caballo,
1906, Pablo Picasso
Además,
Zuloaga tenía en su casa otra obra de El Greco en la que también se inspira,
aparte de en las estatuas griegas del Louvre y los modelos de Constantin Guys,
personaje del s. XIX muerto en 1892, corresponsal de guerra, pintor e
ilustrador de periódicos de Francia y Gran Bretaña. Picasso se fija en sus
caballos, por ello elimina el bozal en su obra: piensa plásticamente y esos
elementos serían superfluos pictóricamente hablando.
San Martín y el mendigo, 1597 – 1599, El
Greco
Sin
embargo, en Los dos hermanos, realizada en su corta estancia en Gósol en
el verano de 1906, se ve una anulación completa de los fondos con el
significado de que aún no se desvincula del mundo del circo, elemento que
equilibraría sus composiciones. En otra versión realizada de la misma obra en
estos temas de niños vemos unas luces y sombras muy fuertes, muchos contrastes:
es la influencia de las iluminaciones de El Greco.
Los dos hermanos, 1906, Pablo Picasso
Los dos hermanos (otra versión), 1906,
Pablo Picasso
Con el mismo tema sigue su obra Los
adolescentes, donde se observa un cubo utilizado en la composición como
asiento para una de las figuras: es una reminiscencia de los temas sobre los
acróbatas. Los colores son más terrosos y mates, un préstamo que tomará del
fresco. La imagen del adolescente será un símbolo de lo que siente Picasso en
este momento. Hay unos parámetros clásicos, una mirada hacia el pasado que
perdurará en toda su obra.
Los adolescentes, 1906, Pablo Picasso
En otoño de 1905 Picasso va a una cena en la que
se encontraba Gertrude Stein y él le preguntó si podría retratarla. Este
retrato será una obra muy larga en el tiempo, de más de 90 sesiones: decía que
Gertrude era una buena modelo. Era una escritora norteamericana que difundiría
también la vanguardia. Picasso siente hacia ella una gran admiración, será para
él como una especie de reencarnación de las dríadas, tan importante como
cualquier deidad masculina. Además, Gertrude era homosexual (convivió casi toda
su vida adulta con su amante Alice B. Toklas), hecho que la convertía ante sus
ojos de andrógino en una diferenciación entre los personajes que retrata.
Picasso muestra una idea muy simbolizada de los arcanos, por la procedencia
americana de Gertrude, de familia ascendente judía y como una mujer muy moderna
en el París del momento, partícipe de las tertulias, etc.
Retrato de Gertrude Stein, 1906, Pablo
Picasso
Picasso frente a ella se sentía como un igual,
y lo que valorará Picasso es que su retrato es muy diferente de las pinturas
que hacía hasta ahora, de aquellas bellezas a la moda de la belle époque,
aquellos retratos del ideal femenino del momento a los que se contrapondrá esta
obra. Ella le inspira una sexualidad desfeminizada que le aproxima a la
necesidad de crear una imagen que simbolice ambos sexos. Tras esos casi tres
meses de sesiones, Picasso decide borrar la cabeza: siente que no puede imponer
en esa obra la personalidad de Stein, mostrar las enseñanzas de Ingres, superar
a Cézanne y ponerse por delante de Matisse.
Matisse fue, de hecho, el único artista en su
vida al que Picasso miró como a un rival. Se conocieron en un encuentro
organizado por los Stein en su Salón, se miraron con recelo y empezó esa
rivalidad que les hizo mejorar artísticamente a ambos. Picasso llega a sentir
envidia por La alegría de vivir de Matisse, que supone para él el mayor
de los desafíos.
La obra de Matisse estaba mucho más avanzada al
uso, por los colores por ejemplo, mucho más adelantada que sus saltimbanquis
melancólicos con reminiscencias de lo simbólico.
Se sentiría así hasta Les demoiselles
d’Avignon, obra que le ayuda a recuperar su confianza en sí mismo como
líder ante sus amigos y seguidores. Tras el verano de 1906 terminará el retrato
en París de memoria desde lo que trabajaría en un viaje de nuevo a España.
-
Breve estancia en Gósol, verano 1906
Picasso hacía dos años que no vivía en España
ni que había vuelto. Apollinaire compra 20 de sus primeras obras importantes y
con esa posibilidad económica decide pasar una temporada en esta localidad
pirenaica cercana a Andorra. Necesita un ambiente diferente al habitual para
inspirarse, una necesidad de cambiar de entorno para desbloquearse.
De camino a Gósol pasará un par de semanas en
Barcelona haciendo alarde de su situación en París. Llega acompañado de
Apollinaire a Gósol en junio y se instalan en la única posada que había en la
zona alta, con restos de un castillo y un pueblo en la ladera, alquilando dos
habitaciones.
Allí retratará al regente de esta posada, Josep
Fontdevila, un hombre de 90 años que en su juventud fue contrabandista. Por
este entonces Picasso se rapa y puede que se identificase con él al retratarle.
Admiraba la energía de este hombre y se inspiraría en él en uno de sus últimos
retratos en que aparece una calavera. Es una nota curiosa que, además, en este
período en Gósol Picasso no pinte paisajes, sino mujeres.
Retrato de Joseph Fontdevila, 1906,
Pablo Picasso
En este Autorretrato con la paleta en la
mano muestra un rostro que recuerda a la solución encontrada para el
retrato de Stein: líneas más definidas, aristas, etc. que tendrán que ver con Les
demoiselles d’Avignon.
Autorretrato con la paleta en la mano,
1906, Pablo Picasso
Además, la figura humana sigue acaparando su
atención. Pinta mujeres dignas que realizan un trabajo del que no tienen que
avergonzarse, muy distintas de las mujeres del Montmartre: el símbolo de la
Montserrat será en Cataluña símbolo de mujer trabajadora y fuerte, una
campesina cuya fuerza brota de la tierra. Realiza ahora pinturas de mujeres
como el Retrato de Fernande Olivier con pañuelo, siendo Gósol en donde
produzca la misma cantidad de obras que en los seis meses anteriores en París.
Esta nueva imagen de Fernande se impondrá contra los temas de los muchachos.
Realiza retratos de pálidos desnudos en colores tostados, dorados, terracotas,
de ahí el nombre del período rosa.
Retrato de Fernande Olivier con pañuelo,
1906, Pablo Picasso
En El aseo vemos a Fernande vestida,
ofreciendo un espejo a una mujer desnuda: es ella misma recogiéndose el pelo.
Aquí Picasso rinde homenaje al poder metamórfico del personaje. A pesar de su
memoria visual extraordinaria, el artista llevaba encima muy probablemente
reproducciones de la obra de Ingres en este viaje: sus mujeres desnudas tienen
mucho que ver con él. En otras obras aparecen mujeres que enlazan con los
adolescentes de obras anteriores con una influencia de Gauguin, como Mujer
con niño y cabra.
El aseo, 1906, Pablo Picasso
Por otro lado, en El harén realiza una
reproducción de El baño turco de Ingres. Aquí consigue la gran obra que
estaba buscando cuando abandonó la que hubiera sido El abrevadero. Se ve
un conjunto de soluciones ensayadas por separado, de figuras clásicas que no
tienen relación entre sí. Muestra el erotismo, la sensualidad de todas las
mujeres que responden a su estereotipo: supuestamente su modelo es siempre
Fernande por esta época.
El harén, 1906, Pablo Picasso
Sin embargo, hay una diferencia notable entre
ambas obras. Las figuras de Ingres están rebosantes de carnalidad, mientras que
las de Picasso parecen disolverse en la atmósfera, son figuras más etéreas.
Picasso sustituirá la figura grande femenina de Ingres por una de hombre
simbolizando los elementos fálicos que también utilizaría más tarde en sus
bodegones. Picasso compite con este maestro del pasado pero habiendo una gran
distancia entre su obra y la de Ingres, aunque hará el tema completamente suyo.
El baño turco, 1862, Dominique Ingres
En El florista ciego muestra su vuelta a
la influencia de El Greco, es una obra de carácter experimental que inicia a
partir de bocetos en Gósol. Siempre está trabajando como con puzzles, una
síntesis que abarca la composición melancólica del período azul, el manierismo
de este Greco o el decorativismo y lo sentimental del período rosa. Tiene mucho
que ver con los inicios del cubismo por el esquema superficial de la
composición para cohesionar todos los elementos, permitiéndose crear una unidad
entre animales, personajes, etc., como en las obras de El Greco marcadas por su
tratamiento de luces y colores tan contrastados aunque no fuesen luces reales
ni hubiese un único foco de luminosidad.
En el Autorretrato que hemos visto antes
notamos cómo Picasso mejora su autoestima y confianza en este período de Gósol.
A partir de versiones trabajadas en España realiza esta versión sujetando una
paleta y tiene mucho que ver con las Vírgenes romanas de la Cataluña medieval
en sus delineaciones, etc.
-
Regreso a París y nuevo cambio: austeridad arcaica
A mediados de agosto abandonan Gósol y vuelven
a París, esta vez sin pasar por Barcelona. Se producirá un gran cambio al
volver que se notará en su obra. Será una vuelta en la que vuelva a ver unas
figurillas del Louvre encontradas en Sevilla de gran sentido patriótico para él
por Andalucía, donde nació, y por lo lejano de lo estético en la época.
Sin embargo, se abría ante sus ojos un camino
difícil que estaba por descubrir: siente un gran estímulo de que puede haber
otras soluciones por encontrar. Alois Riegel,
filósofo estético de la Escuela de Viena del s. XIX y XX, afirmaba el fin de lo
clásico en la historia del arte que dará lugar a otras soluciones: hay una
apertura o posibilidad de otro tipo de recursos que dieran por resultado nuevas
formas, exactamente lo que buscaba Picasso.
Le
influye esa escultura romanizada de marcados arcos ciliares y líneas de los
ojos, la escultura ibérica y la arcaica griega, e incluso podemos pensar en el
hieratismo de las máscaras africanas que nos devuelven al retrato de Stein y a
su autorretrato.
Picasso
utilizará rasgos formales en cuanto a masa y volumen en el tratamiento de los
rostros, algo antinaturalistas, muy marcados y simplificados con distintos
puntos de referencia en un camino evolutivo de la pintura que irá
progresivamente hacia lo antinaturalista.
Trata
el rostro humano de manera muy individual aunque lo esquematiza, permitiendo
que el personaje no pierda su identidad. Será alternativo a ese liderazgo de
Matisse en la vanguardia con los fauves. Hace un mínimo uso del color,
aplicándolo en figuras planas con poco uso del modelado y una efectividad del
retrato, aunque es notable la ausencia de expresividad y ese cierto carácter de
máscara.
Mujer desnuda sobre fondo rojo, 1906,
Pablo Picasso
Vemos
en Mujer desnuda sobre fondo rojo cómo va transformando las figuras
estilizadas en unos cuerpos más rotundos y robustos que producen en el
espectador la sensación de estar ante figuras pétreas, gigantescas y
primitivas. Lo que cambia son las formas, ya que los temas se mantienen.
También veremos figuras muy sólidas como en El peinado.
El peinado, 1906, Pablo Picasso
En Mujer desnuda sentada con las piernas
cruzadas Picasso muestra unas figuras muy densas, surgidas de la tierra o
en relación de la Madre Tierra. Los enormes pies sirven de contacto con la
energía que brota del interior. Además, recuerdan a deidades primitivas de
fertilidad que han perdido lo femenino pero pueden reproducirse. También se
nota la influencia de los kuroi de la Grecia arcaica e incluso de las
esfinges del mundo egipcio.
Mujer desnuda sentada con las piernas
cruzadas, 1906, Pablo Picasso
Además
hay una culminación de una serie donde una de las mujeres conduce a la otra por
un cortinaje: será Dos mujeres desnudas, obra que sugiere una evaluación
de la presencia de Cézanne en el pincel de Picasso por sus exposiciones tras su
muerte en París por esos años. En 1907 exactamente se promocionó una gran
retrospectiva de Cézanne, a quien reconocerían ahora como “padre de todos
nosotros”, aunque su obra que más influencie a Picasso sería Tres bañistas.
Su
última obra antes de Les demoiselles d’Avignon sería Dos mujeres
desnudas. Con una continuidad de poses, un color pero sin tratamiento, pone
de manifiesto la nueva concepción plástica y el carácter escultórico para el
pintor. Hay una tosca aplicación de la pincelada que recuerda a Las dos
hermanas del período azul, pero con esta obra rechaza la facilidad de
tratar un tema porque busca nuevas formas de hacer pintura, no quiere narrar un
tema sino servirse de éste para trabajar plásticamente.
Dos mujeres desnudas, 1906, Pablo
Picasso
Hay también un abandono del sentimentalismo y
del coqueteo con la poesía, de aquellos adolescentes en sus obras: funde su
estilo y su visión. Picasso se siente capaz de romper con todas las leyes y,
como decía Alfred Jarry, de molerlas. Supone un cambio, supone replantearse
muchas cosas el comprender que debe buscar nuevas soluciones no en las ruinas
del pasado, sino empezar a romper con la melancolía y la mirada hacia el mundo
clásico.
Esta
obra de Cézanne de Tres bañistas estaba en poder de Matisse, que se la
compró a Vollard y fue quien se la mostró a Picasso. Éste quiso, desde ese
momento, conmocionarlo, retarlo de alguna manera. Cambiará su influencia de
Ingres por estas figuras pétreas, con sensación de piedra sin pulir.
Próximo Capítulo: NUEVA PERSPECTIVA (1907 – 1908)
Próximo Capítulo: NUEVA PERSPECTIVA (1907 – 1908)
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