Mitología japonesa
Es un sistema extremadamente complejo de
creencias. El panteón Shinto por sí solo se compone de una colección de más de
8.000.000 de kami (“dioses” o “espíritus” en japonés). A pesar de la influencia
de la civilización china antigua, una parte muy importante de la religión y
mitología japonesa son únicas. Contiene tradiciones Shinto y budistas así como
creencias populares agrícolas. Por otra parte, a diferencia de la mitología
griega, nórdica y egipcia, es relativamente difícil distinguir cuál es verdaderamente
un “mito” para los japoneses.
Los mitos japoneses convencionales se basan en
el Kojiki, en el Nihonshoki y algunos libros
complementarios. El Kojiki que
literalmente significa “registro de cosas antiguas” es el libro más viejo
reconocido sobre mitos, leyendas, y la historia de Japón y el Nihonshoki es el segundo más antiguo.
El Shintoshu explica orígenes de deidades japonesas desde una perspectiva
budista mientras que el Hotsuma Tsutae
registra una versión diferente sobre la mitología.
Un resultado notable de la mitología japonesa
es que explica el origen de la familia imperial, y les representa como
descendencia divina. La palabra japonesa para Emperador en Japón, tennō,
significa el “rey celeste.
Mito de
la creación
El relato es llamado por el libro como el
“Momento del inicio del Cielo y de la Tierra”.
Al comienzo, el Universo estaba sumido en una
especie de materia batida espesa e informe, sumida en el silencio.
Posteriormente, se escucharon sonidos que indicaban el movimiento de las
partículas. Con este movimiento, la luz y las partículas más ligeras se
elevaron; pero las partículas no eran tan rápidas como la luz y no pudieron
ascender más. Es así, que la luz quedó en la parte superior del Universo, y
debajo de ella, las partículas formaron en primer lugar las nubes y luego el
Cielo, que sería llamado como Takamagahara (‘Takamagahara’ ”Llanura de los
cielos altos”). El resto de las partículas que no habían ascendido seguían
formando una masa enorme, espesa y oscura, y sería llamada la Tierra.
Al formarse Takamagahara aparecieron los tres
primeros dioses de la mitología japonesa:
Ame-no-mi-naka-nushi-no-kami (Ame-no-mi-naka-nushi-no-kami
”Señor del Augusto Centro del Cielo”), Taka-mi-musuhi-no-kami
(Taka-mi-musuhi-no-kami ”Augustísimo engendrador” o “Divinidad de la Augusta
Energía Vital”) y Kami-musuhi-no-kami
(Kami-musuhi-no-kami ”Divino engendrador” o “Divinidad de la Divina Energía
Vital”).
Posteriormente, en Takamagahara surgieron dos dioses de un objeto que parecía a un
brote de caña:
Umashi-ashi-kabi-hikoji-no-kami (Umashi-ashi-kabi-hikoji-no-kami
“Antiguo príncipe encantador brote de caña”) y Ame-no-toko-tachi-no-kami (Ame-no-toko-tachi-no-kami ”El que
permanece eternamente en el Cielo”).
Estas cinco deidades, conocidos como Kotoamatsukami (“Kotoamatsukami”?
”Deidades Celestiales Independientes”); se formaron de manera espontánea, no
tenían un sexo definido, no tuvieron una pareja (hitorigami) y luego de su
surgimiento se ocultaron. Estos dioses no son vueltos a ser mencionados en el
resto de la mitología.
Posteriormente, surgen otros dos dioses:
Kuni-no-toko-tachi-no-kami (Kuni-no-toko-tachi-no-kami
“El que permanece eternamente sobre la Tierra”).
Toyo-kumo-no-no-kami (Toyo-kumo-no-no-kami
“Señor íntegro”)
También estos dioses surgieron de manera
espontánea, no tenían un sexo definido y pareja y se ocultaron al nacer.
Luego, nacen cinco parejas de dioses
(totalizando diez deidades); cada pareja consiste en una deidad masculina y una
deidad femenina:
U-hiji-ni
(U-hiji-nib
“Señor del limo de la tierra”) y su joven hermana (y esposa) Su-hiji-ni (Su-hiji-ni “Señora del limo de la tierra”).
Tsunu-guhi
(Tsunu-guhi
“El que integra los orígenes”) y su joven hermana (y esposa) Iku-guhi (Iku-guhi “La que integra la vida”).
Ō-to-no-ji (Ō-to-no-ji “El
antepasado de la gran región”) y su joven hermana (y esposa) Ō-to-no-be (Ō-to-no-be “La antepasada
de la gran región”).
Omo-daru (Omo-daru? ”El
perfectamente hermoso”) y su joven hermana (y esposa) Aya-kashiko-ne (Aya-kashiko-ne “La venerable”).
Izanagi (Izanagi “Varón
Augusto” o “Primer Hombre”) y su joven hermana (y esposa) Izanami (Izanami “Mujer Augusta” o “Primer Mujer”).
Todas las deidades que abarcan desde
Kuni-no-koto-tachi hasta Izanami, son llamados en conjunto como Kamiyonanayo ‘Kamiyonanayo’ “Siete
Generaciones Divinas”).
Al contrario de los dioses espontáneos que se
ocultaron, las cinco parejas de dioses decidieron reunirse y discutir sobre el
destino de la Tierra, que todavía era una masa blanda e informe. Al final,
decidieron que la pareja más joven, Izanagi
e Izanami, debía hacer el trabajo y
le encomendaron un augusto mandato: “Arreglad, consolidad esta tierra en
movimiento”. Al aceptar la orden recibieron una lanza celestial llamada Ama-no-Nuboko, cubierta con piedras
preciosas.
Una de las hijas del rey dragón que vive
en el fondo del mar. Utagawa Kuniyoshi
(1797–1861).
Izanagi, Izanami y la
creación de la Tierra
Antes del comienzo de los tiempos humanos, Izanagi (el varón) e Izanami (la mujer) fueron invocados por
los primeros dioses para que crearan la primera tierra. Para esto les fue
entregada una lanza celestial, recubierta de joyas.
Izanagi e Izanami, desde el puente que une el
mundo de arriba con el de abajo, sumergieron la lanza en el océano, de manera
que al sacarla cayeron unas gotas que se transformaron en una isla. Fue
entonces cuando decidieron descender hasta la Tierra para construir en la nueva
isla un inmenso palacio en donde vivir.
Izanagi (derecha) e Izanami (izquierda) consolidando la
Tierra con la lanza Ama-no-Nuboko
Luego, Izanagi e Izanami decidieron procrear las tierras:
Awazi
Iyo (posteriormente
Shikoku)
Ogi
Tsukusi (posteriormente
Kyushu)
Iki
Tsusima
Sado
Yamato (posteriormente
Honshu).
Ellos crearon seis islas más y muchas deidades.
Sin embargo, Izanami murió al dar a luz al infante Kagutsuchi (encarnación del
fuego) o Ho-Masubi (causante del fuego). Ella fue enterrada en el “Monte Hiba”,
en la frontera de las viejas provincias de Izumo y Hōki, cerca de Yasugi en la
Prefectura de Shimane. Sumido en cólera, Izanagi mató a Kagutsuchi. Su muerte
también creó docenas de deidades.
Los dioses nacidos de Izanagi e Izanami son
simbólicos sobre aspectos importantes de la naturaleza y la cultura, pero ellos
son muchos para ser mencionados aquí. El hecho que de que era necesario para la
deidad masculina Izanagi tomar la posición inicial mientras que la deidad
femenina Izanami tuvo que estar en segundo lugar ha conducido a una falsa
opinión sobre que esto es una discriminación implicada en contra del género
femenino.
Yomi: la
tierra de los muertos.
Izanagi se lamentó de la muerte de Izanami y
emprendió un viaje a Yomi o “la tenebrosa tierra de los muertos”. Izanagi
encontró muy poca diferencia entre Yomi y el mundo terrenal, excepto por la
oscuridad eterna. Sin embargo, esta oscuridad sofocante fue suficiente para
provocarle dolor en ausencia de la luz y la vida en la tierra de arriba.
Rápidamente busco a Izanami y la encontró. En un principio Izanagi no pudo
verla por completo debido a que las sombras ocultaban su apariencia. Sin
embargo él le pidió a ella que regresara con él. Izanami le escupió,
indicándole a Izanagi que ya era demasiado tarde. Ella ya había probado el
alimento del inframundo y ahora ya era una con la tierra de los muertos. Ella
no podría regresar más a la vida.
Izanagi se quedó impactado por estas noticias,
pero aun así renunció a ceder antes los deseos de Izanami de quedarse en la
oscuridad de Yomi. Izanami aceptó volver al mundo superior, pero antes le pidió
a Izanagi que le dejara tiempo para dormir y que no entrara en su dormitorio.
Mientras que Izanami dormía, él tomó el peine que sostenía su largo cabello y
lo encendió como una antorcha. Bajo la repentina explosión de luz, él vio la
horrible forma de la una vez hermosa y agraciada Izanami. Ahora ella era una
forma de carne en descomposición con gusanos y criaturas asquerosas que se
deslizaban sobre su cuerpo destrozado.
Gritando ruidosamente, Izanagi no tuvo control
sobre su miedo y comenzó a correr, intentando volver a la vida y abandonando a
su esposa muerta. Izanami se despertó chillando indignada y lo persiguió.
Shikomes salvajes o las mujeres asquerosas también persiguieron al asustado
Izanagi, guiadas por Izanami para atraparlo. Pensando rápidamente, Izanagi
lanzó su gorro, el cual se convirtió en un racimo de uvas negras. Las shikome
tropezaron con éstas pero continuaron su búsqueda. Después, Izanagi lanzó su
peine, que se convirtió en un grupo de brotes de bambú. Ahora eran las
criaturas de Yomi quienes comenzaron a perseguirlo, pero Izanagi orinó en un
árbol, creando un gran río que aumentó su aplomo. Desafortunadamente, todavía
persiguieron a Izanagi, forzándolo a lanzar melocotones sobre ellos. Él sabía
que esto no los retrasaría por mucho tiempo, pero él ya estaba casi libre,
porque los límites de Yomi ahora estaban más cerca.
Izanagi llegó rápidamente a la entrada y empujo
un canto rodado en la boca de la caverna, la cual era la entrada a Yomi.
Izanami gritó detrás de esta impenetrable barricada y le dijo a Izanagi que si
él no la dejaba salir ella destruiría a 1.000 residentes vivos cada día. Él
furiosamente le contestó que entonces el daría vida a 1.500.
Y de esta manera comenzó la existencia de la
muerte, causada por las manos de la orgullosa Izanami, la esposa abandonada de
Izanagi.
Sol, Luna y Viento
Izanagi se fue a purificar después de
recuperarse de su descenso a Yomi. Mientras se desnudaba y se quitaba los
adornos de su cuerpo, cada artículo que él dejaba caer al suelo formó una
deidad. Incluso surgieron más dioses cuando él se sumergió en el agua para
lavarse. Los más importantes fueron creados de su rostro una vez que éste se lo
lavó:
·
Amaterasu (encarnación del sol)
de su ojo izquierdo,
·
Tsukuyomi (encarnación de la
luna) de su ojo derecho, y
·
Susanowo (encarnación del
viento o de la tormenta) de su nariz
Izanagi se dispuso a dividir el mundo entre
ellos con Amaterasu heredando los
cielos, Tsukiyomi tomando el control
de la noche y la luna y el dios tormenta Susano’o
poseyendo los mares.
Amaterasu y Susano’o
Amaterasu, la poderosa diosa del sol de Japón,
es la deidad más conocida de la mitología japonesa.
Sin embargo, su incontrolable hermano Susano’o,
es igualmente infame y aparece en varios cuentos. Una historia dice del
comportamiento imposible de Susano’o contra Izanagi. Izanagi, cansado de las
quejas repetidas de Susano’o, lo desvaneció hacia Yomi. Susano’o a
regañadientes lo consintió pero tenía asuntos pendientes que atender primero.
Él fue a Takamanohara (cielo) a despedirse de su hermana, Amaterasu.
Amaterasu conocía que su imprevisible hermano no tenía ninguna buena intención
en mente y se preparaba para la batalla. “¿Con qué propósito has venido aquí?” preguntó
Amaterasu. “Para decir adiós,” contestó Susano’o.
Pero ella no creyó sus palabras y solicitó una
competencia para probar su buena fe. El desafío fue fijado en cuanto a quién
produciría el niño divino más noble. Amaterasu hizo a tres mujeres de la espada
de Susanowo, mientras que Susanowo hizo a cinco hombres de la cadena de
ornamento de Amaterasu. Amaterasu otorgó el título a los cinco hombres hechos
de sus pertenencias. Por lo tanto, atribuyeron a las tres mujeres a Susanowo.
Es suficiente con decir, que ambos dioses se
declararon vencedores. La insistencia de Amaterasu en su demanda condujo
Susanowo a campañas violentas que alcanzaron su clímax cuando él lanzó un potro
medio desollado -un animal sagrado para Amaterasu- en la sala donde Amaterasu
tejía, causando la muerte de uno de sus asistentes. Amaterasu huyó y se ocultó
en la cueva llamada el Iwayado. Mientras que la encarnación del sol desapareció
en la cueva, la oscuridad cubrió el mundo.
Todos los dioses y diosas en turno, trataron de
convencer a Amaterasu para que saliese de la cueva, pero ella los rechazó a
todos. Finalmente, el kami de la festividad, Ame-no-Uzume, tramó un plan. Ella
colocó un gran espejo de bronce en un árbol, frente a la cueva de Amaterasu.
Luego Uzume se arropó en flores y hojas y volcó una tina de baño, y comenzó a
bailar sobre ella, percusionando la tina con sus pies. Finalmente, Uzume se
deshizo de las hojas y flores y bailó desnuda. Todos los dioses masculinos se hartaron
de reír. Cuando ella se asomó después de su larga estancia en la oscuridad, un
rayo de la luz llamado “amanecer” escapó y Amaterasu se deslumbró por su propio
reflejo en el espejo. El dios Ame-no-Tajikarawo la sacó fuera de la cueva y
ésta fue sellada con una cuerda sagrada [shirukume]. Rodeada por la festividad,
la depresión de Amaterasu desapareció y ella accedió a devolver su luz al
mundo. Desde entonces Uzume fue conocida como el kami del amanecer y también
como el de la festividad.
Susano’o y Orochi
Susanowo, que fue exiliado del cielo, llegó a
la Provincia Izumo (ahora parte de la Prefectura de Shimane). Al llegar se
encontró a un viejo y a su esposa sollozando al lado de su hija. La vieja
pareja explico que, originalmente, tuvieron ocho hijas quiénes fueron devoradas
una a una, cada año, por el dragón llamado Yamata-no-orochi (“serpiente
de ocho picos”, de la cual se decía se originó de Kosi que es ahora la región
Hokuriku). El terrible dragón tenía ocho cabezas y ocho colas. Kusinada o Kushinada-Hime
(princesa del arroz blanco) era la última de las ocho hijas.
Susanowo, que se dio cuenta inmediatamente de
la relación de la vieja pareja con la diosa del sol Amaterasu, ofreció su ayuda
en pago de la mano de su hermosa hija. Los padres aceptaron y Susanowo
transformó a Kushinada en un peine y la ocultó en su pelo. También ordenó
construir una cerca alrededor de la casa, con ocho puertas abiertas en la
cerca, ocho mesas colocadas en cada puerta, ocho barriles colocados en cada
mesa y cada uno de los barriles llenados con licor de arroz elaborado ocho
veces.
El dragón Orochi, al llegar al lugar, quedó
fascinado por el licor, lo bebió y durante el estupor que le produjo, Susanowo
lo asesinó y un río cercano se tornó rojo con la sangre del dragón. Cuando
Susanowo cortó el dragón en pedazos, encontró una excelente espada en su cola,
tan dura que su propia espada no la había podido cortar. Posteriormente la
espada fue presentada a Amaterasu y la llamaron “Ame no Murakumo no Tsurugi”
(más tarde llamada Kusanagi). Esta espada sería la protagonista en muchos otros
cuentos posteriores.
Príncipe Ōnamuji
Ōnamuji (también conocido como
Ōkuninushi) era un descendiente de Susanowo. El, junto con sus muchos hermanos,
compitió por la mano de la princesa Yakami de Inaba. Mientras viajaba de Izumo
a Inaba para cortejarla, los hermanos se encontraron un conejo desollado
yaciendo en una playa. Al ver esto le dijeron al conejo que se bañase en la
playa y se secara con el viento en una alta montaña, el conejo les creyó y sufrió
en agonía. Ōnamuji, quien se reía a espaldas de sus hermanos, llegó y vio al
conejo dolorido y mando al conejo a bañarse en agua fresca y cubrirse con un
polvo de la flor gama (cattail). El conejo sanado, quien en realidad era una
deidad, le informo a Onamuji que el seria quien desposaría a la Princesa
Yakami.
Las pruebas de Ōnamuji fueron muchas y murió en
dos ocasiones por sus celosos hermanos. En las dos ocasiones su madre
Kusanda-hime lo salvaría. Perseguido por sus enemigos, él se aventuró al reino
de Susanowo donde él se encontró con la hija del vengativo dios, Suseri-hime.
Susanowo probaría a Onamuji en varias ocasiones pero al final, Susanowo aprobó
al joven muchacho y predijo su victoria contra sus hermanos.
Aunque la tradición Yamato atribuye la creación
de las islas japonesas a Izanagi y a Izanami, la tradición Izumo dice que
Onamuji, junto con un dios enano llamado Sukunabiko, contribuirían o por lo
menos acabarían la creación de las islas de Japón.
Prosperidad y eternidad
Ninigi, nieto de Amaterasu,
conoció a la Princesa Konohana-sakuya (símbolo de las flores), la hija
de Yamatumi (amo de las montañas). Ellos se enamoraron y Ninigi pidió a
Yamatumi la mano de su hija. El padre estuvo tan complacido que ofreció la mano
de sus dos hijas, Iwanaga (símbolo de piedra) y Sakuya (símbolo de flores).
Pero Ninigi solo se casó con Sakuya y rehusó a Iwanaga.
“Iwanaga está bendecido con la eternidad y
Sakuya con la prosperidad”, Yamatumi dijo en lamentación, “al rehusar a
Iwanaga, tu vida será breve de ahora en adelante”. Debido a esto, Ninigi y
sus descendientes se hicieron mortales.
Sakuya concibió de noche y Ninigi dudo de ella.
Para probar la legitimidad de sus niños, Sakuya juro por su suerte y se
arriesgó; ella incendio su habitación mientras daba luz a sus tres hijos y
debido a esto, Ninigi reconoció su castidad. Los nombres de los niños fueron Hoderi, Hosuseri, y Howori.
Período de Instalación
Amaterasu ordenó a su nieto Ninigi gobernar
sobre los suelos. Ella le dio tres tesoros sagrados:
·
El
collar magatama de Yasakani no
magatama (ahora situado en el palacio imperial);
·
El
espejo de bronce de Yata no kagami (ahora en el templo de
Ise); y
·
La
espada Kusanagi (una posible réplica
que ahora está en el templo de Atsuta, Nagoya)
Los primeros dos fueron hechos para sacar a
Amaterasu de Iwayado. El último fue encontrado en el cuerpo del dragón
Yamata no Orochi. De estos tres, el espejo es el símbolo de Amaterasu. Los tres
juntos constituyen los Tesoros Imperiales de Japón.
Ninigi y su compañía bajaron a la tierra y
llegaron a Himuka, allí él fundó su palacio.
Flujo y reflujo
Hoderi vivió de la pesca en
el mar mientras que su hermano Howori
vivió de la caza en las montañas. Un día, “Howori” le pidió a su hermano
intercambiar los papeles por un día. “Howori” intento pescar, pero no
pudo conseguir nada y además perdió el anzuelo que su hermano le presto. Hoderi
acuso implacablemente a su hermano y no aceptó sus disculpas.
Mientras que “Howori” estaba sentado en
una playa, perplejamente dolorido, Shihotuti le dijo que viajara en un barco
llamado el Manasikatuma y que se dirigiera a cualquier sitio que le llevará la
corriente. Después de este consejo, Howori llegó a la casa de Watatumi
(amo de los mares). Allí él conoció a Toyotama, hija de Watatumi y se casó con
ella. Después de tres años de la unión, recordó a su hermano y su anzuelo,
entonces le habló a Watatumi sobre él.
Watatumi pronto encontró el anzuelo en la
garganta de una brema y se lo dio Howori. Watatumi también le dio dos bolas
mágicas, Sihomitutama, que podía causar una inundación, y
Sihohirutama, que podía causar un reflujo y lo mando a la tierra, junto con su
novia.
Mientras Toyotama daba a luz, ella le pidió
Howori que no la mirase durante su parto. Sin embargo, Howori, lleno de
curiosidad, miró furtivamente, y la vio transformada en un tiburón en el
momento que nació su hijo, Ugaya. Enterada de esto, Toyotama desapareció en el
mar y no volvió pero ella confió a su hermana Tamayori sobre su vivo deseo por
Howori.
Ugaya se casó con su tía Tamayori y tuvieron
cinco hijos, incluyendo a Ituse y Yamatobiko.
Leyendas
Primer Emperador: En la mitología japonesa,
Yamasachi-hiko casó a la hija del dios del mar, y nace un niño nombrado
Ugaya-fukiaezu. Ugaya-fukiaezu tenía 4 hijos. Pero fueron sus segundos y
terceros hijos a otros lugares. Más adelante el hijo es el emperador Jinmu que
conquista la tierra de Yamato. En esta línea está la casa imperial de Japón.
El primer emperador legendario de Japón fue Iwarebiko. El estableció el trono en
660 a. C.
Su casta se resume a continuación:
·
Iwarebiko es hijo de Ugaya y de Tamayori.
·
Ugaya es hijo de Howori y de Toyotama.
·
Howori es hijo de Ninigi y de Sakuya.
·
Ninigi es hijo de Osihomimi y de Akidusi.
·
Osihomimi nace de un ornamento de Amaterasu.
·
Amaterasu nace del ojo izquierdo de Izanagi.
·
Izanagi nace de su propio acuerdo.
Dioses de
la Mitología japonesa
Ame-no-Uzume
Ama no Uzume es la diosa (kami) de
la felicidad, la fertilidad y la danza. Ella fue, en gran parte, responsable de
la salida de Amaterasu fuera de su caverna.
El hermano de Amaterasu, el dios tormentoso
Susano’o (?????), había destrozado sus edificios sagrados y había matado una de
sus doncellas porque ella rechazó confiar en él. A su turno, la diosa se hizo
aterrorizada de su ira y se retiró en una cueva, Ame-no-Iwato (????). El mundo,
sin la iluminación del sol, se hizo oscuro y los dioses no podían atraer a
Amaterasu de su escondrijo.
Uzume inteligentemente volcó una tina cerca de
la cueva encanta y comenzó un baile sobre ello, arrancando su ropa delante de
otras deidades. Ellos consideraron esto tan cómico que ellos se rieron
calurosamente de la vista.
Amaterasu los oyó, y miró detenidamente hacia
fuera para ver de qué se trataba todo ese alboroto. Cuando al asomarse, vio su
glorioso reflejo en un espejo que Uzume había colgado sobre un árbol, y
lentamente salió de su escondite.
En aquel momento, el dios Ame-no-Tajikarawo-no-mikoto
giró hacia adelante y cerró la cueva detrás de ella, impidiendo a la diosa
volver a esconderse. Otro dios ató una magia shirukume la cuerda a través de la
entrada. Las deidades entonces preguntaron a la diosa de sol,
Ame-no-Koyane-no-mikoto (?????) y Ame-no-Futodama-no-mikoto (?????) para volver
a juntar (replicar) el divino. Ella estuvo de acuerdo, y la luz fue restaurada
a la tierra.
Estatua
de piedra de Ame-no-Uzume
Uzume todavía es adorada hoy como un Shinto
kami, deidades indígenas a Japón. También la conocen como Ame-no-Uzume, la Gran
Persuadora, y la Hembra Divina Alarmante. Ella es representada en la farsa
kyogen como Okame, una mujer que se deleita en su sensualidad.
Ame-no-minaka-nushi-no-kami
Ame-no-minaka-nushi-no-kami es el primer dios de
la mitología japonesa.
Es la raíz del universo y universo mismo. Junto
a Kami-musumi-no-kami y Takami-musubi-no-kami se llaman Zouka Sanshin (los
tres creadores). Después de crear el universo, se ocultó.
Amaterasu
Amaterasu Ō-Mikami o Amaterasu Okami
es la diosa del Sol en el Sintoísmo y antepasada de la Familia Imperial de
Japón según dicha religión. También conocida como Ōhiru-menomuchi-no-kami,
su nombre significa Diosa gloriosa que brilla en el cielo. Es una de las
deidades sintoístas (Megami) más importantes.
Mitología de Amaterasu
Según se cuenta en el Kojiki, la Megami (Kami
en femenino) nació del ojo izquierdo de Izanagi cuando se purificaba tras su
intento fallido de rescatar a Izanami, naciendo de similar manera sus hermanos
Susanoo y Tsukuyomi. El Kojiki la describe como la Megami de la que emana toda
la luz, y en numerosas ocasiones se hace alusión a ella como la Megami del sol
por la calidez y la compasión por aquellos que la adoran.
Tras la vergonzosa conducta de su hermano
Susanoo, Amaterasu se encerró en una cueva. Al no estar ella el Sol no salía y
el mundo se cubrió de tinieblas, los campos morían y el mundo se helaba. Los
demás dioses temiendo que las tinieblas perduraran para siempre organizaron una
fiesta en la puerta de la cueva. El ruido exterior atrajo mucho la curiosidad
de Amaterasu, quien salió y se encontró con una Megami brillante y llena de
luz. Un segundo después se dio cuenta que era su propio reflejo en el espejo.
La mayor parte de los mitos giran en torno a un incidente en el que la Megami
queda atrapada en una cueva por culpa de las acciones de su hermano Susanō.
Sumido en un fuerte estado de embriaguez, este arrasa los campos de arroz de
Amaterasu, llena todos sus canales de irrigación, y arroja excrementos en su
palacio y templos (en otra versión estas acciones se deben a la furia del dios
tras perder una competición destinada a subsanar su descontento con el reparto
que su padre había hecho de cielo, noche y océanos entre los tres hermanos). La
megami le ruega a su hermano que se detenga, pero este la ignora y llega
incluso a arrojar el cadáver del caballo “celestial” a sus doncellas, que se
encontraban tejiendo. Las mujeres mueren a causa de las astillas de madera que
al romperse el telar atraviesan sus cuerpos (la mayoría de las versiones dicen
que son sus órganos reproductivos los que son alcanzados por la madera).
Furiosa, tras ver el cadáver del caballo,
Amaterasu se encierra en la Cueva Celestial y la sella con una roca. Como
resultado, el mundo queda sumido en tinieblas y comienza a marchitarse y
llenarse de malos espíritus. Los Kami-gami (plural de Kami) se
reunieron frente a la entrada buscando una manera de hacerla salir. El dios de
la inteligencia, Omoikane, ideó la manera de hacerla salir, se sentaron todos
en torno a ella y colocaron un espejo dirigido a la entrada. Ama no Uzume, la
voluptuosa Megami de la danza, dio la vuelta a una bañera y se puso a bailar
sobre ella, marcando el ritmo con sus pasos. Durante su danza, se levantaba la
falda y mostraba los pechos. El resto de Kami-gami hacía mucho ruido gritando,
riéndose y animando. Amaterasu decidió echar un vistazo a ver qué era lo que
pasaba, y le preguntó al que estaba más cerca de la entrada. Este le contestó
que había una nueva Megami. Cuando Amaterasu preguntó quién era, este señaló al
espejo, y ésta, que nunca había visto su reflejo, se quedó absorta en la
imagen. Estaba tan sorprendida que exclamó Omo-shiroi, que significa
tanto blanca tez como fascinante. Mientras estaba distraída, los
otros Kami-gami cierran la cueva tras ella, convenciéndola para regresar al
Plano Celestial.
Amaterasu saliendo de la cueva.
Amaterasu fue enviada de joven a conquistar las
Altas Llanuras del Cielo pero pronto tuvo que esconderse, ofendida ante el
comportamiento de su hermano. Cuando dejó de esconderse, envió a su nieto a
pacificar Japón y su bisnieto Jinmu se convirtió en el primer emperador. Esta
hipotética fundación de la dinastía imperial japonesa fomentó la idea nacionalista
pro-imperialista producida durante la Restauración Meiji de 1868.
Amaterasu carece de iconografía, pese a ello se
le relaciona con el “Divino espejo” al que se refiere la leyenda de la cueva.
De hecho, cuando manda a su nieto a pacificar Japón le da una espada, Kusanagi,
recibida como presente de su hermano Susanoo para volver al cielo, un espejo
(éste), y las joyas de la Familia Imperial, consistentes en la espada,
Kusanagi-no-tsurugi, la joya o collar de joyas Yasakani no magatama y el espejo
Yata no kagami.
En Japón, la diosa del sol de la religión
sintoísta, Amaterasu es adorada como la deidad antepasado de la Casa Imperial
de Japón y como la deidad suprema de la nación de Japón. El Gran Santuario de
Ise se ha creado para Amaterasu. Si nos fijamos en el interior del gran
santuario de Ise, cerca de la entrada se encuentran los caballos dedicado a la
diosa del sol Amaterasu. Estos caballos no son ordinarios, sino que son los
caballos que la Casa Imperial de Japón dedicó a la diosa del sol. Los caballos
son vestidos y llevados a un lugar santo del santuario de tres veces al mes e
inclinan la cabeza hacia Amaterasu.
Inari
(Japón)
Inari (también conocida como
Oinari) es la deidad japonesa de la fertilidad, el arroz, la agricultura, los
zorros, la industria y el éxito en general. Suele representarse como una deidad
masculina, femenina o andrógina, y en ocasiones se representa como un conjunto
de 3 o 5 deidades. Esta deidad es popular tanto en la religión sintoísta como
la budísta. Los zorros de Inari, o kitsune, son de un blanco puro y actúan como
sus mensajeros.
Inari ha sido representada tanto como una
deidad masculina como femenina. La forma más popular de representarse, según
los estudios de Karen Ann Smyers, es como una deidad femenina joven, un hombre
viejo llevando un carro de arroz o un bodhisattva andrógino. Ninguna de estas
representaciones es única o verdadera, ya que tanto el género como la
representación varían dependiendo de la tradición de la región. Debido a su
relación con los kitsune, en ocasiones Inari es representada como un zorro, a
pesar de que tanto los monjes budistas o sintoístas no aceptan ésta última
representación.
Kitsune de Inari.
En ocasiones se identifica a Inari como otra
figura mitológica. Algunos eruditos sugieren que Inari es Ukanomitama o la figura Ōgetsu-Hime que aparece en el Kojiki en la
mitología clásica japonesa. Otros sugieren que Inari es la misma figura que Toyouke Ōmikami.
La figura femenina de Inari suele identificarse
como el Dakiniten, una deidad budista
que es la transformación de la deidad India dakini o
como el Benzaiten de los Siete Dioses de la Suerte. Dakiniten es retratado como
un boddhisatva femenino o andrógino a lomos de un zorro blanco volador.
Inari solía ser venerado como un colectivo de tres
deidades (Inari sanza), aunque en el periodo de Kamakura, el colectivo creció a
las cinco deidades (Inari goza). La identificación de estas deidades ha variado
a lo largo de la historia. Según los registros de Fushimi Inari-taisha, el
mayor y más antiguo santuario dedicado a Inari, los kami o deidades que han
formado parte son Izanagi, Izanami, Ninigi y Wakumusubi
además de las deidades mencionadas anteriormente. Actualmente, las cinco
deidades identificadas con Inari son Ukanomitama,
Sadahiko, Omiyanome, Tanaka y Shi. Aún y todo, en Takekoma Inari, el
segundo santuario construido para venerar a Inari, las tres deidades eran Ukanomitama, Ukemochi y Wakumusubi.
Según el Nijūni shaki las tres deidades eran Ōmiyame no mikoto (agua), Ukanomitama
no mikoto (grano) y Sarutahiko no
mikami (tierra).
El zorro y la joya que hace realidad los deseos
son los símbolos prominentes de Inari. Otros elementos comunes en las
representaciones de Inari (o de su kitsune) incluyen una hoz, un saco de arroz
y una espada. Otra de sus posesiones era un látigo que usaba para quemar los
cultivos de arroz de la gente.
Historia.
El origen de la veneración a Inari no está muy
claro. El primer uso registrado del kanji actual, que significa
“transportar arroz””, fue en el Ruijū Kokushi en el año 827 A.D. Otros
kanjis con la misma lectura fonética, muchos de los cuales tienen referencias
al arroz, se usaban con anterioridad, y muchos eruditos coinciden en que el
nombre Inari deriva de ine-nari (arroz creciente).
La veneración a Inari existe desde el año 711
A.D., que es la fecha oficial de la construcción del santuario Fushimi
Inari-taisha, en la montaña de Inari, en Fushimi-ku, Kioto. Eruditos como Kazuo
Higo creen que la veneración existía incluso siglos antes de la construcción
del santuario. Sugieren que el Clan Hata
comenzó a venerar a Inari como deidad de la agricultura a finales del siglo V.
El nombre Inari no aparece en la mitología clásica japonesa.
En el perido Heian la veneración a Inari se propagó por todo el país. En el año
823 A.D., tras la presentación por parte del Emperador Saga del templo Tō-ji a
Kūkai, el fundador de la secta budista Shingon, se designó a Inari como
espíritu protector del templo. En el 827 A.D., la corte otorgó a Inari al
quinto rango, lo que incremento la popularidad de la deidad en la capital. El
rango de Inari volvió a incrementarse en el año 942 A.D. por el Emperador
Suzaku, quién le otorgó el máximo rango como agradecimiento por su ayuda en las
rebeliones. En ese momento, el santuario Fushimi Inari-Taisha era uno de los 22
santuarios que recibían patrocinio imperial, lo que era todo un honor. El
segundo santuario a Inari, el Takekoma Inari, fue construido a finales del
siglo IX.
La popularidad de Inari continuó creciendo. El
santuario Fushimi Inari-Taisha, que para entonces ya era un lugar popular para
el peregrinaje, ganó renombre al convertirse en peregrinaje imperial en el año
1072. En el 1888, el festival del santuario era rival en esplendor al Gion
Matsuri.
En 1468, durante la Guerra de Ōnin, el complejo
del santuario Fushimi Inari-Taisha fue completamente quemado. La reconstrucción
llevó 30 años, y la nueva construcción fue consagrada en el año 1499. Mientras
que el complejo antiguo tenía tres kami en edificios separados, el nuevo
complejo tenía cinco kami en un sólo edificio. También se construyó por primera
vez un templo budista, y la línea sacerdotal se expandió para incluir al Clan
Kada.
Estatua de un kitsune adornado
con un babero rojo en la capilla del castillo Inuyama. Muchos castillos en
Japón incluyen un santuario a Inari.
Durante el periodo Edo, la veneración a Inari se extendió por todo el territorio
japonés, y especialmente en Edo. Smyers atribuye esta propagación al movimiento
de los daimyō (los señores feudales). En el siglo XVI Inari se había
convertido en el patrón de los herreros y protector de los guerreros, razón por
la cual muchos castillos de Japón incluyen una capilla a Inari, y os daimyo
llevaban su fe en su kami protector con ellos cuando tenían que cambiar a un
nuevo dominio. El rol divino de Inari continuó expandiéndose en la costa,
convirtiéndose en el protector de los pescaderos, mientras en Edo era invocado
para prevenir incendios. Se convirtió en el patrón de los actores y las
prostitutas, ya que sus capillas a menudo se encontraban cerca de los lugares
donde trabajaban y vivían. Rápidamente se comenzó a venerar a Inari como una
deidad que hacía realidad tus deseos, la deidad de la suerte y la prosperidad.
Un dicho popular de Osaka era Byō Kōbō, yoku Inari (Para la
enfermedad [reza a] Kōbō, para los deseos [reza a] Inari). Irónicamente,
Inari comenzó a ser venerada para tener una buena salud, y se le atribuían
curas a diversas aflicciones como toses, dolores de muelas, huesos rotos y
sífilis y las mujeres rezaban a Inari para quedarse embarazadas.
Después de que un decreto imperial ordenara la
separación de las creencias budista y sintoísta, muchos santuarios a Inari
sufrieron cambios. En Fushimi Inari-taisha las estructuras que eran claramente
budistas fueron derruidas. A pesar de ello la población budista continuó su
veneración en el santuario. Algunos templos budistas continuaron su veneración
a Inari argumentando que veneraban a alguna otra deidad budista (generalmente
Dakiniten), que era percibida por la población como Inari.
En el periodo Tokugawa, cuando el dinero
reemplazó al arroz como un modo de medir la riqueza en Japón, el rol de Inari
como kami se expandió a todos los aspectos de las finanzas, negocios e
industria. A comienzos del siglo XVIII, seguidores de Inari en Ginza acuñaron
monedas como ofrenda. Dichas monedas tenían imágenes de dos zorros y una joya
como representantes de una larga vida y buena suerte.
Inugami
En la mitología japonesa un inugami
(literalmente “perro-dios”) es una forma de utilizar un Espíritu Animal,
comúnmente originado de un perro, comúnmente para llevar a cabo una venganza o
actuando como guardianes a favor de su Inugami-mochi (“poseedor de
inugami”). Los Inugami son una variedad de Hechicería llamada Kojyutsu,
la cual se ha prohibido su uso en la era de Heian.
Como en la mayoría de las culturas, el perro es
visto en Japón como una compañía cariñosa, intrépida y ágil, que es feroz ante
los enemigos de su amo. En los cuentos populares japoneses, los perros mismos
son considerados como seres mágicos; una leyenda afirma que el perro pudo
hablar una vez, pero perdió su habilidad. El grupo autóctono de Hokkaidō, los
Ainu consideran al perro como un animal astuto, peligroso y algo humano.
La creencia general dice que para crear un Inugami,
había que enterrar un perro hasta el cuello y dejarle comida, pero sin que
pudiera alcanzarla. Durante el proceso, el amo le dice al perro que su
sufrimiento (el del perro) no es más grande que el suyo (el del amo). Cuando el
perro muere se le corta el cuello (se transforma en Inugami) y se
utiliza el cuello del animal como amuleto, y, por tanto, volviendo al espíritu
obediente. Otra forma de hacer un Inugami es encerrando a varios perros en un
lugar sin agua ni comida. Ellos se comerán entre ellos, luego, se espera a que
muera el último que sobrevivió y se le corta la cabeza para ser utilizada como
amuleto.
Imagen en la que se puede apreciar un
inugami con un Shirachigo.
Una leyenda más específica afirma que una
anciana que deseaba venganza contra un enemigo, enterró a su preciado perro en
el suelo con solo su cabeza fuera, y dijo “si tienes alma, haz mi voluntad y te
adoraré como a un dios”. Ella entonces serró la cabeza del perro con una sierra
de bambú, liberando al espíritu del perro como un Inugami. El espíritu
hizo como ella deseaba, pero en cambio por su muerte dolorosa, este embrujó a
la anciana.
En las Islas Oki, el Inugami hace el
papel que el kitsune (zorro) desempeña en otras regiones de Japón. Se cree que
un inugami-mochi será bendecido con buena suerte y éxito en la vida,
pero en cambio serán rechazados por otras personas, y les costará mucho
encontrar pareja; también deben ser cuidadosos de no insultar a sus Inugami
para no recibir su Ira, que a diferencia de un kitsune, no sigue
simplemente los deseos de su amo, sino que también actúa bajo sus propios
impulsos.
Existe hasta en la actualidad la creencia del
Inugamai en todo el sudoeste japonés (Kyushu, Shikoku y hasta llegando a
Okinawa). En Shikoku, antes de celebrar un Casamiento, las familias verifican
previamente el árbol genealógico del cónyuge para ver si alguno de sus
integrantes es un Inugami-mochi. Con el objetivo de no involucrarse a la
brujería.
El Inugami como aparece en
Hyakkai Zukan, de Sawaki Suuchi.
Existen varias hipótesis de la proveniencia del
Inugami, una es la que dice que proviene de una parte del cuerpo del Youkai Nue
que se partió en 4 cuando fue exterminado por Minamoto no Yoshitsune.
Otra dice que, ha nacido de un cuadro que hizo
el Kouboutaishi - Kuukai año 774 hasta 22 de abril de 835) para espantar a los
Jabalíes. La última dice que, nació cuando Gennou Shinnshou trató de minimizar
el poder de Sesshouseki y partió esta piedra, de un pedazo que voló al antiguo
país de Ueno, actualmente la provincia de Gunnma se convirtió en Osaki y el
otro que fue a Shikoku se convirtió en el famoso Inugami.
El cuerpo original del Inugami se queda
atrás cuando se va y sigue los deseos de su amo; el cadáver enterrado
lentamente se va marchitando y pudriendo, y si el Inugami regresa
después de que el cuerpo no es habitable, tomará posesión del cuerpo de su amo,
haciéndolo aún más poderoso. Se dice que una posesión por un Inugami
cura las enfermedades, o una mala salud, pero con el resultado del poseído
actuando como un perro.
IZANAGI
Izanagi, es una deidad nacida de las siete generaciones divinas en la mitología japonesa y en el sintoísmo, es también referido en el Kojiki como “el hombre que invita” o Izanagi-no-mikoto.
Izanagi, es una deidad nacida de las siete generaciones divinas en la mitología japonesa y en el sintoísmo, es también referido en el Kojiki como “el hombre que invita” o Izanagi-no-mikoto.
Él y su esposa Izanami crearon muchas islas,
deidades y antepasados de Japón. Cuando Izanami murió dando a luz, Izanagi
intentó (pero falló) en su rescate de Yomi (el inframundo). En el rito de
limpieza posterior a su regreso, él engendró a Amaterasu (la diosa del Sol) de
su ojo izquierdo, Tsukuyomi (el dios de la Luna) de su ojo derecho, y Susanoo
(el dios de las tormentas y tempestades) de su nariz.
La historia de Izanagi e Izanami tiene parecido con el mito griego de Orfeo y Eurídice. Pero hay también grandes diferencias. Cuando Izanagi mira antes de tiempo a su esposa, él contempla su monstruoso e infernal estado y ella se avergüenza y enfurece, por lo que le persigue para matarle. En esto se asemeja en cierto modo al mito de Cupido y Psique, aunque al contrario (Psique teme que Cupido fuera un monstruo, pero descubre en su lugar a un hermoso joven). Izanami falla, pero promete matar a mil personas cada día. Izanagi replica que mil quinientas personas nacerán cada día.
La historia de Izanagi e Izanami tiene parecido con el mito griego de Orfeo y Eurídice. Pero hay también grandes diferencias. Cuando Izanagi mira antes de tiempo a su esposa, él contempla su monstruoso e infernal estado y ella se avergüenza y enfurece, por lo que le persigue para matarle. En esto se asemeja en cierto modo al mito de Cupido y Psique, aunque al contrario (Psique teme que Cupido fuera un monstruo, pero descubre en su lugar a un hermoso joven). Izanami falla, pero promete matar a mil personas cada día. Izanagi replica que mil quinientas personas nacerán cada día.
IZANAMI
Izanami, es la diosa de la creación y de la
muerte en la mitología japonesa y en el sintoísmo, es una diosa primordial y
mujer del dios Izanagi. Junto con él creó el mundo. Es conocida también como
Izana-mi, Izanami-no-mikoto o Izanami-no-kami.
Los primeros dioses invocaron a dos seres divinos a existir, el varón Izanagi y la mujer Izanami, y éstos crearon la primera tierra. Para realizar esto, Izanagi e Izanami tenían una lanza decorada con joyas, llamada Ame-no-nuboko (lanza celestial). Con esto crearon sobre el mar una isla, y residieron en un palacio construido por ellos en esa isla. En el momento de su matrimonio, Izanami dio las gracias en primer lugar; pero Izanagi no sabía si esto era correcto. Después tuvieron dos hijos, Hiruko y Awashima, pero nacieron deformes y no fueron considerados dioses.
Los primeros dioses invocaron a dos seres divinos a existir, el varón Izanagi y la mujer Izanami, y éstos crearon la primera tierra. Para realizar esto, Izanagi e Izanami tenían una lanza decorada con joyas, llamada Ame-no-nuboko (lanza celestial). Con esto crearon sobre el mar una isla, y residieron en un palacio construido por ellos en esa isla. En el momento de su matrimonio, Izanami dio las gracias en primer lugar; pero Izanagi no sabía si esto era correcto. Después tuvieron dos hijos, Hiruko y Awashima, pero nacieron deformes y no fueron considerados dioses.
Pusieron a los niños en un bote en dirección al
mar e hicieron una petición a los otros dioses acerca de qué hicieron mal.
Ellos contestaron que la deidad masculina es la que debe dar las gracias en
primer lugar durante el matrimonio. Así Izanagi e Izanami nuevamente hicieron
el rito de matrimonio, pero esta vez Izanagi hablaría primero y se consumaría
de manera correcta.
De su unión nacieron las ōyashima, las “ocho grandes islas” de Japón:
Isla Awaji
Iyo (actual Shikoku)
Ogi
Tsukusi (actual Kyushu)
Iki
Tsusima
Sado
Yamato (actual Honshu)
Iyo (actual Shikoku)
Ogi
Tsukusi (actual Kyushu)
Iki
Tsusima
Sado
Yamato (actual Honshu)
Ellos engendraron seis islas adicionales y muchos dioses. Izanami murió cuando engendró a Kagutsuchi (encarnación del fuego). Fue enterrada en el Monte Hiba, en la frontera de las antiguas provincias de Izumo y Hoki. Fue tal la furia que tuvo Izanagi con la muerte de su esposa, que mató al recién nacido y de éste se crearon docenas de deidades.
Decidió Izanagi hacer un viaje a Yomi (“la
tierra oscura de la muerte”. Rápidamente encontró
a Izanami, y le pidió que regresara con él, pero ella le dijo que era demasiado
tarde, ya que había comido el alimento del inframundo y que ahora estaría en la
tierra de los muertos; sin embargo trataría de convencer a los dirigentes del
Yomi para que la dejaran irse y pidió a Izanagi que no entrase durante ese
momento.
Ugayafukiaezu
Ugayafukiaezu, conocido en el Kojiki
como Amatsuhitaka-hikonagisa-takeugayafukiaezu-no-mikoto y en el Nihonshoki
como Hikonagisa-takeugayafukiaezu-no-mikoto es un kami de la
mitología japonesa. Fue hijo de Hoori y Toyotama-hime, nieto de Ninigi y de
Ryūjin; y padre del primer emperador de Japón, el Emperador Jinmu.
Cuando Toyotama-hime se embarazó en el Ryūgū,
palacio situado en las profundidades del mar, ella decidió no dar a luz a su
hijo en el océano y acudió a la playa. Hoori y Toyotama-hime construyeron una
casa en dicho lugar, con un tejado hecho de plumas de cormorán, en vez de paja.
Sin embargo, cuando estaban terminando el tejado, ella dio a luz. Al niño se le
dio el nombre de Ugayafukiaezu (literalmente, “el tejado de cormorán
alternativo a la paja que no estaba en el instante”).
Toyomata-hime y Hoori
Mientras Toyotama-hime estaba dando a luz le
dijo a Hoori que no la mirara mientras estuviera en la casa ya que al estar en
un país extranjero (el mundo terrestre), cambiaría de apariencia a su forma
original. Pero Hoori la desobedeció y observó a la princesa, cuya forma
original era un tiburón; ella debió huir y regresar al mar y abandonó a su hijo
y decidió enviar a su hermana menor Tamayori-hime para que lo criara. Otra
leyenda indica que Toyotama-hime abandonó al bebé en la playa, y las lágrimas
del bebé llegaron a los oídos de Tamayori-hime y ella decidió criar al bebé.
Cuando Ugayafukiaezu llegó a su adultez, se
casó con Tamayori-hime y tuvo cuatro hijos: Itsu-se, Inahi, Mikenu y Kamuyamato
Iwarebiko. Mikenu viajó a Tokoyo (literalmente, “el mundo normal”, aunque
algunos textos indican que es el inframundo), Inahi regresó al océano para
estar con su madre, mientras que Itsu-se y Kamuyamato Iwarebiko lucharían por
unificar Japón y el último se convertiría en el primer emperador del país.
Uke Mochi
Uke-Mochi-No-Kami, también llamada Ogetsu-hime-no-kami,
es la diosa Shinto japonesa creadora de la flora y la fauna, proveedora a
través de la muerte de las sustancias vitales.
Su nombre significa: “el Genio de la Comida”.
Tiene a su cargo la tutela de los alimentos. Muerta por Tsukuyomi dio
nacimiento a las cosas útiles, comestibles. El caballo y la vaca salieron de su
cabeza; sus cejas produjeron las lombrices; su frente dio el mijo; el arroz
surgió de sus ojos, etc.
La leyenda
Una vez Amaterasu, la diosa del Sol, envió a su
hermano Tsukuyomi, dios de la Luna, como representante ante la diosa de los
alimentos, Uke Mochi. Para celebrar, la diosa de la comida le ofreció una
espléndida comida, creada de su boca y su nariz. Tsukuyomi estaba tan
disgustado que mató a Uke Mochi*.
Cuando Amaterasu supo del crimen de su hermano,
se enojó mucho y no quiso ver más a su hermana. Desde entonces, los hermanos
viven separados, alternándose en el cielo. Por esto el día siempre sigue a la
noche.
Pero la muerte de Uke Mochi no fue en vano,
pues del cadáver de la diosa nacieron los “cinco cereales”: en sus ojos
crecieron semillas de arroz, en sus orejas mijo, en sus genitales trigo, en su
nariz judías pintas y en su recto soja. El dios Kami-musubi mandó recoger y
sembrar estas semillas, para el bien de los mortales.
·
Por
otra parte, en relatos más antiguos se culpa a Susanoo, dios de la tormenta, y
no a Tsukuyomi.
Watatsumi
Watatsumi (también conocido como
Shio-Zuchi El viejo) hombre de las mareas en el sintoísmo es el más importante
de los muchos dioses marinos. Fue creado cuando Izanagi se lavó en el mar, tras
volver de la Tierra de la Oscuridad. Es el dominador de los peces y de todos
los seres vivientes del mar y además es quien controla las mareas. Tiene el
poder de controlar cualquier criatura que nade en el mar (incluyendo a los
hombres) y puede mover las aguas del océano a su antojo. En su forma verdadera
es un dragón serpiente de color verde, pero se encuentra igualmente cómodo
tomando la forma de un viejo hombre con agallas. Watatsumi vive en un gran
palacio en el fondo del mar.
Por lo general, Watatsumi es una deidad benevolente.
Regula las mareas de una forma tan regular que permite a los hombres predecir
sus movimientos y evitar su daño. Cuando alguien visita su palacio se comporta
como un buen anfitrión. Los augurios de Watatsumi son llevados normalmente por
su mensajero, un monstruo marino llamado Wani, aunque pueden también llegar a
los hombres en forma de mareas violentas o extrañas.
Kami-musubi-no-kami
Kami-musubi-no-kami es el tercer dios de
la mitología japonesa y sucesor de Takami-musubi-no-kami. Es el origen de las
plantas (la vida). Junto a Ame-no-minaka-nushi-no-kami
y Takami-musubi-no-kami se llaman Zouka Sanshin; los tres creadores).
Después de crear las cosas, se ocultó. Según
cierta teoría, dicen que Kami-musubi-no-kami es una diosa. Ōkuninushi resucitó
por el apoyo de Kami-musubi-no-kami.
Kotoamatsukami
Kotoamatsukami “los dioses del cielo”
es el nombre general de los primeros dioses de la mitología japonesa, escrito
en la historia de Kojiki.
Cuando los 3 dioses descienden desde
Takamagahara (el cielo shinto), Ame-no-minaka-nushi-no-kami,
Takami-musubi-no-kami, Kami-musumi-no-kami, que descienden
primero, y los dos dioses que descienden después Umashi-ashikabi-hikoji-no-kami y Ame-no-tokotachi-no-kami crean el universo japonés y el mundo.
Benzaiten
Estatua de Benzaiten
con un torii en la cabeza
Benzaiten es una diosa budista japonesa, que se
originó a partir de la diosa hindú Saraswati. El culto de Benzaiten llegó a
Japón entre el siglo sexto y octavo, principalmente a través de las
traducciones chinas del Sutra de la Luz Dorada, que tiene una sección dedicada
a ella. Ella también se menciona en el Sutra del Loto y representa a menudo
sosteniendo un biwa, un laúd tradicional japonés, a diferencia de Saraswati
quien posee un instrumento de cuerdas conocido como vina. Benzaiten es una
entidad altamente sincrética, siendo adorada tanto en el budismo como en el
Sintoísmo.
Daikokuten, literalmente el dios
de la Gran Oscuridad) es el nombre equivalente en Japón a Mahakala, uno de
los nombres de Shiva. Es el dios de la tierra, la agricultura, los granjeros,
la abundancia, la prosperidad, el control sobre las inundaciones y la cocina.
Su origen es en la India y su virtud asociada es la fortuna.
Es el dios de los cinco cereales. Se le
representa sentado sobre balas de arroz, algunas veces con un ratón merodeando
por la comida (símbolo de la abundancia). Porta un saco del tesoro y un mazo
mágico dorado en la mano derecha (o mazo mágico del dinero) llamado Uchide
no Kozuchi. Algunas veces lleva capucha. Hace pareja muy popular en Japón
junto a Ebisu, de quien se dice es su hijo.
Es patrón de los granjeros, negocios agrícolas
comerciantes del gremio. La asociación de Daikoku con la abundancia y la
prosperidad ha conducido en Japón a una costumbre poco habitual y extraña
llamada Fuku-nubisi. Ésta se basa en la creencia de que quien roba
figuritas representando a dioses y diosas se asegura buena suerte y fortuna,
siempre y cuando no sea pillado en el acto delictivo. La práctica tiene su auge
en los mercados de final de año, en que proliferan los templos de dichas
imágenes de dioses.
Ebisu
Ebisu, También transcrito Yebisu, Hiruko o
Kotoshiro-nushi-no-kami, es el dios japonés de la suerte, los pescadores y los
obreros, así como el guardián de la salud de los niños pequeños. Él es uno de
los Siete Dioses de la Fortuna, Y el único de los siete que tiene su origen
exclusivamente en Japón sin ninguna influencia hindú o china.
De izquierda a derecha: las figuras de
Hotei, Jurōjin, Fukurokuju, Bishamonten, Benzaiten, Daikokuten y Ebisu. Los
seis primeros son transmitidos de la
mitología China e India todos los de los Siete Dioses de la Fortuna, excepto
Ebisu.
Otra diosa, Kichijōten, diosa de la felicidad, a veces se encuentra
representada entre los siete dioses tradicionales, sustituyendo Jurōjin. El
razonamiento es que Jurōjin y Fukurokuju fueron originalmente las
manifestaciones de la deidad taoísta, la Estrella del Sur. Sin embargo, como
suele ser el caso en el folclore, los dioses japoneses a veces representan
cosas distintas en lugares diferentes.
Los siete dioses se representan a menudo en su
barco, el Takarabune, o “tesoro del buque”. La tradición sostiene que los siete
dioses llegan a la ciudad en el Año Nuevo en el Takarabune con sobres que
contienen los regalos de dinero alrededor del Año Nuevo. El Takarabune y sus
pasajeros son a menudo representados.
En la novela de Richard Morgan Woken Furias,
dos de las tres lunas de la Segunda Harlan se llaman Hotei y Daikoku. (La
tercera es Marikanon).
Hotei
Hotei o Bu-Dai, literalmente: “fardo
de tela”). En China se le conoce como Bu-Dai ‘Amoroso’ o ‘Amistoso’).
Hotei es conocido en el mundo de habla hispana como el “Buda sonriente” o el
“Buda gordo” o, simplemente, como “un buda” y, muy posiblemente, la homofonía
entre Buda y Bu-Tai son los responsables de la confusión.
Hotei ha sido incorporado a las religiones
budista y sintoísta y está basado en un excéntrico monje ch’an (zen). Se ha
convertido en una deidad que propicia la felicidad y la abundancia y, en Japón,
forma parte de los siete dioses felices, o shichi fukujin. En la actualidad, su
imagen decora numerosos templos, restaurantes y amuletos alrededor del mundo.
El “Buda sonriente” data del tiempo de la
Dinastía Liang de China. Se cree que Hotei, originalmente, fue un monje budista
que vivió hace más de 1000 años. Según las tradiciones, se trataba de un hombre
amoroso, de buen carácter y, debido a su naturaleza benevolente, se le llegó a
considerar una encarnación del bodhisattva Maitreya (el futuro Buda), pero esta
suposición era solo de tipo alegórico pues, más bien, gracias a sus prominentes
barriga y sonrisa, terminó siendo caricaturizado como el “Buda gordo”.
En las manifestaciones artísticas, Hotei es
caracterizado como un hombre que carga un fardo elaborado de tela, suerte de
cornucopia que nunca se vacía y que contiene todo tipo de artículos preciosos,
entre estos, plantas de arroz que simbolizan prosperidad, dulces para niños y
también comida. A veces puede tener hasta niños en el fardo, pues son
considerados seres preciosos.
En otras representaciones, se puede encontrar a
Hotei sentado en una carreta que es tirada por niños o portando un abanico
llamado oogi. El “oogi” es un objeto mágico, pues según la tradición puede
cumplir deseos. En tiempos antiguos, la aristocracia oriental usaba este tipo
de abanicos para indicarles a los vasallos que sus solicitudes serían
cumplidas. Generalmente, Hotei es un adulto calvo que ríe o se sonríe y que va
vestido con una túnica que deja expuesta una gran barriga (símbolo de la
felicidad, la buena suerte y la plenitud). En la mitología china, el estómago
se considera la plataforma del alma y, por consiguiente, la gran barriga puede
ser considerada una alegoría del gran corazón de Hotei. Todas estas imágenes
presentan a Hotei como un monje nómada que viaja por todos lados y que le quita
la tristeza a la gente. En general, es un personaje por el que resulta muy
fácil sentir simpatía.
Hotei es admirado por su felicidad, su plenitud
y, aparentemente, por su sabiduría. Una creencia referente a la figura de Hotei
en el folklore oriental es que si una persona le frota el vientre a una figura
suya, obtiene riquezas, buena suerte y prosperidad. Esta creencia no forma
parte del canon budista.
En China, los budistas han adoptado a Hotei en
el panteón budista Mahāyāna como el Buda sonriente y su imagen puede
encontrarse en la sala de recepción de muchos monasterios budistas. Los templos
chán, generalmente tendrán ubicado a Hotei en la entrada o el jardín.
Representación de Hotei, realizada por
Utagawa Kuniyoshi.
Durante la Dinastía Liang, la figura de Maitreya
era muy popular debido a la efervescencia política y a que muchos budistas
veneraban a Maitreya en espera de que llegara pronto a esparcir el Dharma por
el mundo. Los budistas de la época tomaron el poema para explicar que Hotei
desde un principio había sido Maitreya y, por esto, la espera era vana y, por
consecuencia, se le atribuyó ese título en las tradiciones populares. La
mayoría de los budistas contemporáneos ahora ven en el poema de Hotei una
alegoría: se debe buscar la salvación personal en el momento presente, no en un
futuro imaginario.
Como se dijo en el párrafo introductorio, en
Japón Hotei es visto como uno de los “Shichi Fukujin”, los Siete dioses shinto
de la suerte. Se cree que él es el único miembro de los siete que está basado
en un ser humano.
Susanoo
Susanoo, en el sintoísmo, es
el dios del mar o de las tormentas, y las batallas. Es el hermano de Amaterasu,
la diosa del Sol y de Tsukuyomi, el dios de la Luna. Este dios se califica a
veces de brutal y a veces de considerado. El Kojiki y el Nihonshoki tienen
escrita su legendaria represión de un monstruo de serpiente llamada
Yamata-no-Orochi, en el país de Izumo. Ambos libros lo describen como un
antecesor del linaje imperial. En contraste, algunos folclores lo consideran
como un dios nativo o cabeza de un pueblo de Izumo.
Susanoo nació de la nariz de su padre Izanagi, cuando este se dio un baño
para purificarse (típico en la tradición japonesa) de su desgraciado incidente
en Yomi-tsu-kuni, la tierra de los muertos, cuando quiso rescatar a su amada Izanami de este reino. Susanoo mostró
desde su infancia una actitud fría y agresiva, pero un gran potencial, al fin y
al cabo. Cuando su padre, Izanagi, quiso repartir su reino con sus tres hijos (Amaterasu, Tsukuyomi y Susanoo),
Amaterasu recibió el sol y el cielo, Tsukuyomi recibió la luna y la noche, y
Susanoo recibió el rayo, la tierra y el mar; pero esto no era lo que quería el
dios: Susanoo se enfureció, pero como era consciente de que la ira de su padre
era un peligro muy serio, esperó a que Izanagi se fuese al descanso divino para
luego enfrentarse con su hermana. Este enfrentamiento (que causó consecuencias
muy serias) hizo que el consejo de los ochocientos dioses le expulsase del
cielo.
La Batalla con Amaterasu
Cuando Susanoo quiso enfrentarse a su hermana
Amaterasu, para evitar heridas innecesarias, decidió hacer con ella un concurso
de poder creador: consistía en crear cuanto más divinidades menores mejor. En
la primera tanda, Amaterasu cogió la espada de su hermano y, tras romperla en
tres fros y masticarla, aparecieron tres hermosas diosas. Susanoo, para poder superarla,
cogió las cuentas de la fertilidad de su hermana y, con ella, creo cinco dioses
muy agresivos. Susanoo se proclamó vencedor, aunque su hermana, al pertenecerle
a ella las cuentas con las que Susanoo había creado a sus dioses menores, dijo
que ella era la vencedora. Susanoo se negó aceptarlo y destruyó la hilandería
sagrada, hogar de Amaterasu, y en adición a eso descuartizó y repartió por la
hilandería el cuerpo del caballo “celestial”. Amaterasu se asustó tanto al ver
al animal sagrado muerto, que huyó hasta la cueva de Yamato Iwato, donde se
encerró, provocando la oscuridad eterna. Rápidamente, Susanoo fue juzgado por
el consejo de los ochocientos dioses, que se le culpó de asesinar al caballo
“celestial”, asustar a su hermana (provocando así la oscuridad eterna) y de
acabar con la vida de una de las doncellas de Amaterasu (ayudantes de la diosa
en la hilandería sagrada), que murieron a causa de las astillas del telar
cuando se rompió por el impacto con el caballo celestial.
Susanoo y el dragón de agua.
Batalla con el Yamata-no-Orochi
Después de ser juzgado, el dios fue desterrado
y enviado a la región de Izumo donde conoció a un hombre cuyas siete hijas
habían sido asesinadas por el “Yamata-no-Orochi” una horrible serpiente de ocho
cabezas y ocho colas; y solo la octava, Kushinada-hime, había sobrevivido.
El hombre le contó al dios que la bestia
vendría pronto para llevarse a la última hija; Susanoo decidió ayudar al hombre
e ideó un plan. Pronto el dios trasformo a la hija en una peineta la cual
colocó en su cabello.
El día que la bestia atacó, el dios había ya
construido ocho puertas colosales, y tras ellas había colocado vastas
cantidades de una bebida alcohólica (sake); la serpiente cayó en la trampa y
bebió la bebida neutralizante; ya caída en el suelo, Susanoo, tomó su espada y
cortó cada una de las colas y cabezas de la serpiente, en la cuarta cola
encontró una espada de hermosa apariencia, Kusanagi, tomando posesión de ella
como presente para su hermana, el dios logró retornar a las mansiones divinas.
Takami-musubi-no-kami
Takami-musubi-no-kami (Deidad Musubi
Exaltada) es el segundo dios de la mitología japonesa. Creó el universo como
sucesor de Ame-no-minaka-nushi-no-kami. También creó las plantas. Después de
crear las cosas se ocultó.
Toyotama-hime
Toyotama-hime u Otohime, diosa de la mitología japonesa. Es la
princesa dragón de los mares y su nombre significa “Princesa del Sonido” o
“Joya Luminosa”.
Es la hija de Ryujin, el Dios Dragón de los
mares. Ella está casada con el Dios Hoori, hijo de Konohana y Ninigi. Otohime
es vista como una joven de una belleza increíble, pero cuando está transformada
en dragón, pierde su hermosura. Ella anda siempre con un traje que está
permanentemente húmedo.
Se dice que un día, Hoori y su hermano Hoderi
estaban pescando, pero perdieron muchos anzuelos en el transcurso de la
jornada. Hoori decidió ir a buscar los anzuelos al fondo del mar. Fue ahí
cuando vio a Otohime.
Inmediatamente ambos cayeron enamorados y se
presentaron ante Ryujin. El Dios del mar les dio su bendición y ordenó a sus
peces el buscar el anzuelo de los hermanos. Otohime y Hoori se casaron y
tuvieron un hijo. Cuando ella estaba a punto de dar a luz, se transformó en
Dragón.
Otohime
e Urashima
Tsukumogami
Una Ilustración de Tsukumogami.
En la mitología japonesa, los Tsukumogami “Espíritu Artefacto” es una clase entera de yōkai
y obake, que comprenden a los artículos ordinarios de una casa que han
venido a la vida en su cumpleaños número cien.
A pesar de que generalmente son considerados
como seres míticos o legendarios, casi todos los Tsukumogami con nombres son
una producción artística creada en el periodo Edo. El artista más popular es Toriyama Sekien, pero otros artistas
añadido sus propias criaturas a la lista de Tsukumogami. Las narraciones
populares sobre Tsukumogami son raros, pero existen en algunos cuentos
populares (por ejemplo, Bakemono-dera).
Lista de
Tsukumogami
Esta
clasificación virtualmente ilimitada incluye a:
·
Bakezouri (sandalias de paja)
·
karakasa (viejos paraguas)
·
Kameosa (viejos tarros de sake)
·
Biwa-bokuboku conocido algunas veces como
Biwa-yanagi: biwa (es un instrumento de música tradicional japonesa)
·
Furu-utsubo (tarro viejo)
·
Jotai (cubierto con tela de las pantallas plegables)
·
Morinji-no-okama (tetera)
·
Ungaikyo (Espejos)
·
Kyourinrin (rollos y papeles)
·
Zorigami (relojes)
·
Katana (espada)
Biwa-bokuboku.
Tsukuyomi
Tsukuyomi también conocido como Tsukuyomi-no-kami
o Tsukiyomi, es el dios de la luna en la religión sintoísta y la
mitología japonesa. El nombre Tsukuyomi es una combinación de las palabras japonesas
“luna” (tsuki) y “lectura” (yomu). Otra interpretación es que el
nombre combina las palabras “noche de luna” (“Tsukiyo”) y el verbo “mirar”
(“miru”).
Tsukuyomi era el segundo de los “tres hijos
nobles”, nacido cuando Izanagi, el dios que creó la primera tierra, Onogoro-shima,
se bañó para limpiar sus pecados al escapar del inframundo y de la ira de su
esposa Izanami. Tsukuyomi nació cuando Izanagi se limpió su ojo derecho, aunque
en otra versión de la leyenda, éste nació de un espejo de cobre blanco que
Izanagi sostuvo en su mano izquierda.
Tsukuyomi ascendió a los cielos (Takamagahara)
mediante la escalera celestial, donde vivió con su hermana, Amaterasu, la diosa
solar, hasta que éste mató a Uke Mochi, la diosa de la comida, en una fiesta
(esta terrible acción, que afectará negativamente al dios, resulta algo muy
positivo para los seres vivos: del cuerpo de Uke Moochi surgieron los alimentos
terrenales fundamentales, ya que de los ojos surgió el arroz, de sus orejas
aparece mijo, de sus genitales trigo, de la nariz surgen judías pintas y del
recto la soja). Desde entonces, Amaterasu se enfadó tanto que aseguró que nunca
volvería a ver a Tsukuyomi, y se movía de un lado al otro del cielo evitando al
dios. Por esta razón la luna y el sol nunca se encuentran.
En otras versiones de esta historia, Uke Mochi
fue asesinada por Susanoo que se utilizó para resaltar el carácter agresivo del
dios del rayo.
Hachiman
Hachiman en el sintoísmo es el
dios de la guerra, pero también venerado como dios de la agricultura y deidad
tutelar de Japón, al que le otorga felicidad y paz. Además es venerado como
protector de la vida humana, y en algunos templos como dios de los marineros.
El animal que lo simboliza y que además es su mensajero es la paloma.
Alcanzó gran fama debido al clan Minamoto que
edificó un templo en su honor, cercano a Kioto, entre los años 859 y
880 d. C. También se puede destacar su santuario más importante
construido en Usa; en la Prefectura de Ōita, aunque el dios consta de
aproximadamente 45.000 templos dedicados en su honor. Muchas ciudades y pueblos
japoneses con los nombres Hachiman, Yawata o Yahata deben
su topónimo a que crecieron alrededor de dichos templos.
Su origen es incierto, ya que no aparece en
ninguno de los dos libros más antiguos de la Historia de Japón; ni en el
Kojiki, ni en el Nihonshoki. Sin embargo se sabe que está identificado con el
emperador Ogin-tennō (o Emperador Ojin), que se caracterizó por intentar
ampliar los conocimientos materiales y culturales de la población.
Con frecuencia se le denomina Gran bodhisattva
Hachiman, ya que también es importante en el budismo, religión en el que se le
considera como una de los dioses que protegen al devoto del Sutra del Loto.
Representación de Hachiman vestido como
monje budista.
Ninigi no
Mikoto
En la mitología japonesa, Ninigi o Ninigi no Mikoto era el hijo de Ame
no Oshihomimi y nieto de Amaterasu, quién lo envió a la tierra para plantar
arroz. Era el abuelo del Emperador Jimmu. Amaterasu lo envió para pacificar
Japón trayendo los tres regalos celestiales. La espada Kusanagi, el espejo Yata
no kagami, y la joya Yasakani no magatama. Estos tres regalos significan al
mundo que el emperador es el descendiente de Amaterasu misma.
La historia de Ninigi no Mikoto que es enviado
a la tierra aparece en el Nihon Shoki.
Ninigi
y Sakuyahime
Origen e historia del mito
En la mitología japonesa, la familia imperial
de Japón y la nación de Yamato (el japonés) son los descendientes de Ninigi,
que vinieron del cielo. Ninigi es el ancestro de la tribu de Yamato, o nación
japonesa.
No estaba Ninigi que debía venir abajo del
cielo, solamente el otro. Pero cuando el otro se preparaba, Ninigi fue llevado
y en un resultado, en vez de él, Ninigi vino abajo del cielo y se convirtió en
el ancestro de la nación japonesa.
Después de que Ninigi viniera del cielo, él se enamoró
de una mujer hermosa nombrada Konohana-sakuya-hime e intentó casarse con ella.
Pero su padre pidió que no se casara solamente con ella, también con la más
grande se sus hijas. Sin embargo la más grande era fea y Ninigi la devolvió de
nuevo a su padre.
Ninigi y su esposa Konohana-sakuya-hime
tuvieron un niño nombrado Yamasachi-hiko. Pero Yamasachi-hiko fue perseguido
por su hermano mayor y tiene que ir al país de un dios del mar. Allí
Yamasachi-hiko consigue una energía mística y castiga a su hermano mayor con el
hambre, pero lo perdona más adelante de su pecado.
Dosojin
Es el dios de los caminos y las fronteras en la
mitología sintoísta japonesa. Es el dios que protege a los viajeros y también
es guardián de los pueblos y aldeas.
Nakisawame
Es una diosa hija de Izanagi en la mitología
japonesa. Nació de las lágrimas de Izanagi cuando lloraba por la muerte de su
mujer Izanami. Se dice que vive al pie del Monte Kagu y se le apoda la mujer
lloros.
Dainichi
o Dainichi-Nyorai
Es la personificación de la pureza y la
sabiduría en la mitología japonesa budista. Se le consideraba el buda
primordial y original, se le llama el gran iluminador, el Gran Buda del Sol o
el Buda del Éter. Es el equivalente a Vairocana en la mitología india. Se le
representa sosteniendo el dedo índice de la mano izquierda con su otra mano, en
posición de meditación y con una corona.
Fuchi o
Huchi
Es la diosa del fuego en la mitología japonesa.
Era adorada por los ainu, los primeros habitantes de Japón. Estaba asociada con
el pico montañoso del Monte Fuji que entraba en erupción frecuentemente.
Binzuru-sonja
Es el dios de la curación y la buena visión en
la mitología japonesa. Está aquejado de un terrible dolor del que no puede
escapar ni curarse, debido a esto y a su naturaleza bondadosa ayuda a los demás
a curarse ya que no lo puede hacer consigo mismo.
Emma-o
Es el dios del inframundo en la mitología
japonesa budista. Vive en un castillo de plata y oro, con las paredes cubiertas
de joyas y perlas. Lo protegen dieciocho generales y sus soldados, además de
los demonios y unos hombres con cabeza de caballo. Se encarga de
registrar los pecados y de decretar los castigos de los hombres, cuando juzga
los pecados se sienta en un trono situado entre dos cabezas y un espejo muestra
los pecados.
Aizen-myoo
Es el dios del amor en la mitología japonesa.
Era adorado principalmente por las prostitutas, los músicos y los
terratenientes. Representa cualquier tipo de amor o deseo, pero especialmente
el amor por el conocimiento y la iluminación. Se le representaba con tres ojos,
una cabeza de león en el pelo y con seis brazos, cada uno de ellos con un arma.
Se le considera un dios amable y benéfico a pesar de su aspecto guerrero.
Es el dios de la magia, del trueno y de la
medicina en la mitología japonesa sintoísta. Se le identifica en ocasiones con
Daikoku, uno de los Shinchi Fukujin. Su esposa es Suseri-Hime y sus hijos
Kimata-no-kami y Koto-shiro-nushi. Sus 80 hermanos y él se encontraron un
conejo desollado y como tenían prisa para ir a ver a la princesa Yakami para
casarse con ella le dijeron que se bañara en el océano y que el viento le
secaría, el conejo.
Honokana
o Honokanasakuya
Era la princesa de las flores en la mitología
japonesa sintoísta. Era la mujer de Ninigi que era el gobernador de la tierra.
Era madre de Honoakari, Honosuseri y Hikohohodemi. Se encontró a la orilla del
mar con su futuro marido Ninigi y se enamoró de él, este pidió permiso para
casarse con ella a su padre Ohoyama, pero este prefería que se casase con
Ihanaga su hija mayor. La madre y la hermana de Ninigi hicieron correr el rumor
de que Konohana había estado con otro hombre debido a la celeridad con la que
había quedado.
Jurojin
Era el dios de la vejez y la longevidad en la
mitología japonesa. Forma parte de los Shichi Fukujin (7 deidades de la
fortuna). Se dice que le gusta el vino de arroz y que porta la sabiduría del
mundo en su libro. Se le representa con una larga barba blanca llevando un
bastón y un libro, va acompañado de una grulla y una tortuga y monta un ciervo
blanco.
Hiruko
Era el dios del sol matutino en la mitología
japonesa. Era hijo de Izanami e Izanagi. Se dice que era feo o deforme y que
ello hizo que sus padres lo dejaran en el mar en un barco. También se decía que
había nacido como una medusa o más comúnmente como una sanguijuela y que fue
dejado en un barco a la deriva, llegando a la tierra de Ebisu y adoptó el
nombre de esa tierra, llegando posteriormente a ser el dios de los pescadores.
Bishamon
o Bishamonte o Tamon
Es el dios de la guerra, la riqueza y guardián
del norte en la mitología japonesa. Se encargaba de distribuir las riquezas y
proteger a los que cumplían las leyes, también protegía a la gente de las
enfermedades y los demonios.
Se le representa como un poderoso monarca con una
armadura y con una lanza en la mano, de pie frente a los demonios muertos y una
rueda de fuego o anillo alrededor de su cabeza a modo de halo. Era uno de los
Shichi Fukujin, los dioses de la felicidad y la buena suerte.
Baku
Es un ser sobrenatural que se come las
pesadillas en la mitología japonesa. Cuando alguien se levantaba después de
tener una pesadilla se le podía pedir a Baku que se comiera el sueño (estos
sueños los provocaban seres malignos) y se decía que esto revertía en el
soñador en forma de buena fortuna. Se le representaba con el cuerpo de un
caballo, la cabeza de un león y las patas de un tigre, en algunas ocasiones
también con trompa de elefante.
Uganomitama
Era la diosa de la agricultura en la mitología
japonesa. Su veneración en Kyoto, su conexión con la agricultura y su
identificación con los zorros hace que se la conecte con la diosa del arroz
Inari que también tenía estos tres atributos. Su contraparte masculina era
Ukanomikot.
Inari
Es el dios andrógino del arroz y la fertilidad
en la mitología japonesa. Estaba casado con Ukemochi. Se le consideraba símbolo
de prosperidad y amistad. Cada año bajaba de las montañas a los campos de arroz
para atormentar a los malvados y enseñarles cómo comportarse bien. Abastecía la
tierra con arroz, el mar con peces y las montañas y los bosques con el juego.
Cuando Tsukuyomi (o Susanoo en otras leyendas)
se sintió ofendido por sus burlas, lo mató y las plantas, el ganado y los
gusanos salieron de su cuerpo (en otras versiones el asesinado era su pareja
Ukemochi, a los cuales se identificaba como el mismo dios habitualmente, de ahí
que sea un dios andrógino). También se le identificaba a veces con la diosa de
la agricultura Uganomitama.
Raiden
Era el dios del trueno y del rayo en la
mitología japonesa. Era padre de Raitaro. Se encargaba de comerse los ombligos
de los muertos.
Cuando vio a Chiyo, asesinado por Shokura, él
le devolvió la vida y se la llevó a los cielos. También se contaba que había
defendido a los japoneses cuando las hordas mongolas intentaron invadir Japón
mandando una gran tormenta sobre sus naves. Fue asimilado por los budistas con
el nombre de Raijin, según su mito estaba en contra de los dioses y Buda envío
33 dioses contra él, tras la batalla se convirtió al budismo.
Se le representaba con cabeza de demonio,
llamas en la piel y garras de águila, sentado en una nube y lanzando flechas a
sus enemigos.
Ukemochi
Era el dios de la comida y la fertilidad en la
mitología japonesa. Tsukiyomi mató a Ukemochi después de que éste se burlara de
él cuando le pidió comida ya que el dios la vomitó y se sacó más del ano y de
la nariz. De su cadáver salieron vegetales como arroz, habas, mijo, trigo y
soja, y también animales de ganadería como el caballo y la vaca. El mito se
contaba con varios personajes, a veces el asesino era Susanoo y la víctima era
la consorte de Ukemochi, Inari.
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