LAS DINASTÍAS MÍTICAS
Dinastías
prediluvianas. El Diluvio Universal. Los mitos de Etana, Dumuza y Gilgamesh.
Templo y palacio. Titulaciones políticas y religiosas. La ciudad-estado sumeria
y su problemática.
Dinastías
prediluvianas
Según la mitología, hay 5 ciudades
prediluvianas castigadas por el Diluvio Universal (vivirían entre el 7.000 y el
3.000 a .C.)
y con la subida de las aguas desaparecieron. Después del Diluvio comenzaría el
llamado Período Protodinástico. De hecho, es cierto que algo pasó porque en los
restos arqueológicos vemos estratos repletos de materiales pero, más o menos
por esas fechas, hay unos pocos metros sin ningún resto. Estas ciudades fueron:
Eridu:
Eridu se consideró durante mucho tiempo
como la ciudad más antigua en el sur de Mesopotamia y todavía hoy se dice que
es la ciudad más antigua del mundo. Ubicado a 12 km al suroeste de Ur,
Eridu era la más meridional de un conglomerado de ciudades sumerias que crecían alrededor de templos, casi a la vista unos de
otros. Estos edificios estaban hechos de ladrillos de barro y construidos uno
encima del otro. Con los templos creciendo y la aldea creciendo hacia afuera,
una ciudad más grande fue construida. En la mitología sumeria, Eridu fue
originalmente el hogar de Enki, más tarde conocido por los acadios
como Ea, que se consideraba que había fundado la ciudad. Su templo se llamaba
E-Abzu, como se creía que Enki vivía en Abzu, un acuífero del cual se creía que toda
vida era la raíz.
Sumer, Akkad y Elam
El sitio en Tel Abu Shahrain, cerca de Basora, ha sido excavado 4 veces. Fue inicialmente excavado por John George Taylor en 1855, R. Campbell Thompson en 1918,
y HR Hall en 1919. La
excavación se reanudó de 1946 a 1949 bajo Fuad Safar y Seton Lloyd de La Dirección General Iraquí de Antigüedades y Patrimonio.
Estas investigaciones arqueológicas mostraron que, según Oppenheim,
"eventualmente todo el sur quedó estancado, abandonando la iniciativa
política a los gobernantes de las ciudades del norte", probablemente como
resultado de la creciente salinidad producida por el riego continuo, Y la
ciudad fue abandonada en 600 a.C.
Eridu, también transliterado como
Eridug, podría significar "lugar poderoso" o "lugar de
guía". Eridu es nombrada como la ciudad de los primeros reyes. La lista
del rey continúa:
En Eridu, Alulim se
hizo rey. Gobernó durante 28.800 años. Alalngar gobernó durante 36000 años. 2 reyes gobernaron
durante 64.800 años. Entonces Eridu cayó y la realeza fue llevada a Bad-tibira.
La lista del rey dio reinados
particularmente largos a los reyes que gobernaron antes de que ocurriera una gran
inundación y muestra cómo el centro de poder se movió progresivamente del sur
al norte del país. Adapa, un hombre de Eridu, es representado
como un héroe de la cultura temprana. Identificado con U-an, una criatura
mitad-humana del mar (Abgallu, de ab = agua, gal = grande, lu =
hombre), se consideró que trajo la civilización a la ciudad durante la época
del Rey Alulim.
En la mitología sumeria, Eridu era el
hogar del templo de Abzu del dios Enki, la
contrapartida sumeria del dios acadio Ea, dios de aguas profundas, sabiduría y
magia. Como todos los dioses sumerios y babilónicos, Enki / Ea comenzó como un
dios local que, de acuerdo con la cosmología posterior, llegó a compartir el
dominio del cosmos con Anu y Enlil. Su reino eran las aguas dulces que
yacían debajo de la tierra (Sumerio ab = agua, zu = lejos).
Las historias de Inanna, diosa de Uruk, describen cómo ella tuvo que ir a
Eridu para recibir los regalos
de la civilización. Al
principio Enki, el dios de Eridu, intentó recuperar estas fuentes de su poder,
pero más tarde aceptó de buen grado que Uruk ahora era el centro de la tierra.
Esta parece ser una referencia mítica a la transferencia de poder hacia el
norte.
Los textos babilónicos hablan de la
fundación de Eridu por el dios Marduk como la primera ciudad, "la ciudad
santa, la morada de sus [dioses] placer".
En el tribunal de Asiria, médicos especiales
formados en la antigua sabiduría de Eridu, muy al sur, predijeron el curso de
la enfermedad a partir de signos y portentos en el cuerpo del paciente y
ofrecieron los encantamientos y recursos mágicos apropiados como curas.
Según el rey sumerio
Eridu fue la primera ciudad en el mundo. La primera línea dice:
"[Nam]
-lugal an-ta èd-dè-a-ba
[Eri] du ki nam-lugal-la"
"Cuando
la realeza del cielo fue bajada,
La realeza
estaba en Eridu".
En la
mitología sumeria, se decía
que era una de las cinco ciudades construidas antes del diluvio.
Eridu parece ser que fue el primer
asentamiento en la región, fundada alrededor del 5400 a.C, cerca del Golfo Pérsico, cerca de la desembocadura del río Eufrates. Debido a la acumulación de limo en la costa a lo largo de
los milenios, los restos de Eridu están ahora a cierta distancia del golfo en
Abu Shahrain en Irak. La excavación ha demostrado que la
ciudad fue fundada en un sitio virgen de la arena-duna sin la ocupación
anterior. P. Steinkeller ha hecho la hipótesis de que la primera divinidad en
Eridu era una Diosa, que más tarde emergió como la Diosa de la Tierra Ninhursag (Nin = Señora, Hur = Montaña, Sag = Sagrado), con el
crecimiento posterior en Enki como una divinidad masculina el
resultado de Un hieros gamos , con una divinidad masculina o
funcionario del templo.
Eridu se formó en la confluencia de tres
ecosistemas separados, apoyando tres estilos de vida distintos, que encabezados
por Abgallu (Ab = agua, Gal = grande, Lu = hombre) llegaron a un acuerdo sobre
el acceso a Agua en un ambiente desértico. El asentamiento agrario más antiguo
parece haberse basado en la agricultura intensiva de riego de subsistencia
derivada de la cultura Samarra al norte, caracterizada por la
construcción de canales y edificios de barro. Las culturas de cazadores y
pescadores del litoral árabe eran responsables de los extensos middens a lo
largo de la costa árabe, y podrían haber sido los sumerios originales. Parecen habitar en chozas de caña. La tercera
cultura que contribuyó a la construcción de Eridu fueron los pastores nómadas semíticos de rebaños de ovejas y cabras que vivían en tiendas de
campaña en zonas semidesérticas. Las tres culturas parecen implicadas en los
primeros niveles de la ciudad. El asentamiento urbano estaba centrado en un
impresionante complejo de templos construido de ladrillos de barro, dentro de
una pequeña depresión que permitía acumular agua.
Reconstrucción del
puerto de Eridu.
Kate Fielden dice: "El primer
asentamiento poblacional (c.5000 a.C) había crecido hasta convertirse en una
importante ciudad de ladrillos de adobe y casas de caña por c.2900 a.C,
cubriendo 8-10 ha (20-25 acres). Mallowan escribe que por el período Ubaid, era como una "ciudad inusualmente
grande" de un área de aproximadamente 20¬25 acres, con una población de
"no menos de 4000 almas". Jacobsen describe que "Eridu fue para
todos los fines prácticos la ciudad después del periodo de Ubaid", aunque se había recuperado por el dinástico
temprano II pues había un palacio macizo temprano de la dinastía II (100 m en
cada dirección) excavado parcialmente allí. Ruth Whitehouse lo llamó" una
ciudad dinástica temprana importante." En el año 2050 a.C, la ciudad había
declinado, hay poca evidencia de ocupación después de esa fecha. A los
dieciocho templos de barro y cemento superpuestos en el lugar subyace el zigurat de Amar-Sin (de 2047 a 2039 a.C). Depósitos de
pescado asociados con los primeros niveles también muestran una continuidad del
culto a Abzu. Más
tarde con Enki y Ea. Esta aparente continuidad de la
ocupación y la observancia religiosa en Eridu proporcionan evidencia
convincente del origen indígena de la civilización sumeria.
Eridu fue abandonado durante largos
períodos, antes de que finalmente fue abandonado y se dejó caer en la ruina en
el siglo VI a.C. La invasión de las dunas de arena vecinas, y el surgimiento de
una mesa de agua salina, estableció límites tempranos a su base agrícola, así
que en su posterior desarrollo neobabilónico, Eridu fue reconstruido como un sitio
puramente templo, en honor de su historia más temprana.
Posible ubicación de la
Torre de Babel
El egiptólogo David Rohl ha conjeturado que Eridu, al sur de Ur, era la original Babel y sitio de la torre
de Babel, y no la ciudad
posterior de Babilonia, pero muchos otros eruditos han
expresado el desacuerdo con esto propuesta.
Otros estudiosos han discutido
extensamente una serie de correspondencias adicionales entre los nombres de
"Babilonia" y "Eridu". Las tablas históricas indican que Sargón de Akkad (aproximadamente 2300 a.C) desenterró
la "Babilonia" original y la reconstruyó cerca de Akkad, aunque algunos eruditos sospechan que esto de hecho puede
referirse al muy posterior rey asirio Sargón
II.
El núcleo urbano de Eridu fue el templo
de Enki, llamado Casa del Acuífero que en la historia posterior fue llamado Casa
De las Aguas. El nombre se refiere al reino de Enki. Su consorte Ninhursanga tenía un templo cercano en Ubaid.
Durante el
período Ur III un zigurat fue construido sobre los restos de templos anteriores
por Ur-Nammu.
Aparte de Enmerkar de Uruk (como se
menciona en las epopeyas de Aratta), varios reyes históricos sumerios
posteriores están descritos en inscripciones encontradas aquí para haber
trabajado o renovado el templo de e-abzu, incluyendo Elili de Ur. Ur-Nammu, Shulgi y Amar-Sin de Ur-III, y Nur-Adad de Larsa.
Badtibira: (Dûr-gurgurri en acadio) fue una
antigua ciudad sumeria que aparece en las leyendas como una de las primeras
fundaciones en la Tierra, anterior al Diluvio.
Se cree que se corresponde con la actual
Tell al-Madineh, al sur de Iraq. Su nombre significa “Lugar donde el metal se
refina”, con lo que se sabe que ya manipulaban el bronce. Según la Lista Real
Sumeria Bad-tibira fue después de Eridu la segunda ciudad en tener un gobierno,
por lo demás propio, de cuyos reyes no se sabe si fueron reales o legendarios.
El dios principal era Lugal (LU.GAL).
Su templo, E-mush-kalamma, se menciona
en el relato sumerio El descenso de Inanna a los infiernos.
En tiempos de la tercera dinastía de Ur
se encuentran restos vitrificados que indican que fue incendiada; entonces la
ciudad perdió el autogobierno y sus posesiones se dividieron entre Isin y
Larsa. 3 reyes que gobernaron 108.000 años. El 3º fue Dumuzi.
Larak: Larag o Larsa, moderna-Dile que
Senkereh también Dile Sankarah, Dhi Qar, Irak, posiblemente el bíblico Elasar),
fue una importante ciudad de la antigua Sumeria. Se encuentra a unos 25 km al
sureste de Uruk (posiblemente bíblica Erech), cerca de la orilla oriental del
Nilo-en-el canal de Shatt. No se conocen restos. Hubo sólo un rey, durante
21.000 años.
Aunque es mencionada en inscripciones
que datan de la época de Ur-Nammu, el rey que fundó la III Dinastía
sumeria de la ciudad de Ur, en el sur de Mesopotamia. (2112 a.C.).
Larsa no adquirió relevancia política
hasta que consiguió la independencia política de Ur por obra
del jefe amorita Naplanum, poco antes de la destrucción de Ur a
manos de los Elamitas en la etapa del llamado Renacimiento Sumerio,
un período de la historia de Mesopotamia que comprende los años entre la
caída del Imperio Acadio y el período de las dinastías amoritas de Isín y Larsa
-ambos con gobiernos de origen semita-, entre los siglos XXII a. C. y
XXI a. C.
Dentro de esta etapa destacan los años
de la llamada Tercera Dinastía de Ur o Ur III (2112-2004), por darse en estos
momentos una nueva hegemonía que abarcaría toda Mesopotamia, esta vez con la
ciudad de Ur a la cabeza.
Sippar: (Zimbir in sumerio, Sippar en
asirio-babilonio, es el nombre de dos ciudades cercanas de la Baja Mesopotamia
situadas en la orilla oriental del río Éufrates, al noroeste de Babilonia, en
el actual Iraq y separadas por apenas siete kilómetros.
Ambas ciudades tuvieron diversos nombres
a lo largo de su historia si bien se ha conservado generalmente la referencia a
su divinidad principal para diferenciarlas. De este modo tenemos, pues, “Sippar
de Shamash” (actual Abu Habbah) y “Sippar de Annunitu” (actual Tell ed-Dêr).
Sippar es citada genéricamente en el
Antiguo Testamento con el nombre de Sepharvaim.
Las inscripciones mencionan otras dos Sippar: una de ellas es “Sippar
del Paraíso”, que podría hacer referencia a un barrio adicional de la ciudad.
Es también posible que una de estas denominaciones pueda ser identificada con
Agadé o Akkad, la capital del primer Imperio Semítico Babilonio.
La ciudad de Sippar es mencionada como
una de las más antiguas de Mesopotamia en la Lista Real Sumeria. Según ésta,
habría sido la cuarta ciudad en ejercer la realeza, la penúltima antes del
Diluvio. Su dinastía constaría de un único monarca, Enmenduranna, que habría
reinado 21.000 años. Los niveles arqueológicos más antiguos de las dos ciudades
que llevan el nombre de Sippar no son, sin embargo, conocidos, por lo que la
arqueología no puede confirmar la antigüedad de las mismas.
Periodo Presumerio. Ciudad del dios del sol. "Utu" en sumerio. Llamada más
tarde Samas por los acadios. Aquí gobernó el dios Utu, durante 21.000 años.
Shuruppak: También llamada Curuppag, fue una
antigua ciudad sumeria. Sus restos se encuentran localizados en el yacimiento de
Tell Fara, a 200 kilómetros al sureste de Bagdad, en Iraq. La ciudad de
Shuruppak se fundó a principios del período Jemdet Nasr. Antes, durante el período de Uruk, había
habido en esa zona algunas aldeas y un pueblo mediano. En esta primera etapa de la ciudad se produjo
una gran inundación fluvial que se encuentra probada arqueológicamente y que ha
sido datada mediante el método del radiocarbono hacia 2900 a. C. La
cerámica policroma de los niveles arqueológicos inmediatamente anteriores a la
inundación ha sido datada como perteneciente al periodo de Jemdet Nasr el cual
es el predecesor inmediato del período Dinástico Arcaico.
El desarrollo de la ciudad se vio
truncado hacia el 2300 a. C. por un incendio que destruyó
completamente la ciudad, pero que facilitó la conservación de los restos.
Tras el incendio, Shuruppak fue
reconstruida y parece que hacia el 2000 a. C. seguía siendo una
ciudad importante, dotándose en esa fecha de murallas. Tras la caída del
imperio de Ur III, la ciudad decayó rápidamente.
El último rey de esta ciudad fue el hijo
del monarca anterior, Ubar-tutu, y fue el único que sobrevivió al Diluvio
universal. Será él quien construya, por consejo del dios Enki, un barco para
flotar con su familia y salvarse. El nombre original de este personaje es
Ziusudra, aunque con el tiempo han aparecido otras denominaciones: Utanapishtim
(en el Poema de Gilgamesh), Atrakhsis y Noé.
El
Diluvio Universal
Explicación histórica del Diluvio:
Todas las religiones creen en un Diluvio
de agua, excepto el Islam, donde es de fuego.
Wolley, estudioso inglés, descubrió en
la ciudad de Ur una capa de 3
metros de espesor de desarrollo estratigráfico sin
restos. Lo mismo ocurre en Kish, Lagash,…, lo que significa que hubo algo,
posiblemente una inundación. El problema es que cada investigador daba una
cronología distinta a los estratos.
Con la excavación de la Biblioteca de Nínive se
descubrió, en 1.853, entre otras cosas, el Poema de Gilgamesh; uno de sus
capítulos está enteramente dedicado a un gran diluvio universal. El texto fue
traducido por G. Smith, funcionario del British Museum.
El
Diluvio Babilónico: Utnapishtim
La Epopeya de Gilgamesh es un extenso
poema que narra las aventuras del Rey Gilgamesh de Uruk, quien probablemente
vivió y reinó hacia el siglo XXVII a.C aprox. La epopeya, muy posterior a su
reinado, recoge y elabora las leyendas que circulaban sobre él en la tradición
oral. El poema, originalmente de origen sumerio, contiene un capítulo en el que
se relata la historia de una Gran Inundación, con algunos pasajes idénticos a
los bíblicos.
Gilgamesh
Existen varias versiones de este poema,
siendo la más completa, la hallada en la biblioteca del rey asirio Assurbanipal
de Nínive (c. 668-627 a.C), escrita en acadio. La tablilla XI de la Epopeya de
Gilgamesh, la cual está fraccionada e incompleta pero aun así es legible, es la
que contiene la narración del Diluvio y forma parte de la colección del Museo
Británico.
Epopeya de Gilgamesh –
Tablilla del Diluvio
El “Noe” de esta versión se llama Utnapishtim. La etimología del nombre,
se compondría de dos elementos, “Ut”, del cual no se ha encontrado una
explicación satisfactoria aún, y “Naphishtim”. Este segundo elemento es del
babilónico antiguo, que significaría “aliento” y por extensión “vida”, derivado
de la palabra consonántica NPSH (infinitivo naphashu) “que respira”, y en el
caso genitivo, sería un compuesto: “de la vida”.
La tablilla del Diluvio cuenta que hubo
una época en que los dioses vivían junto a los humanos en la ciudad de
Shuruppak. Pero un día estos decidieron acabar con la raza humana mediante una
gran inundación, dado que estos no paraban de molestar a los dioses con su
actividad:
Utnapishtim dijo a él, a Gilgamesh: “Te
revelaré, Gilgamesh, una materia oculta y un secreto de los dioses te diré:
Suruppak era antigua como lo eran los dioses de su interior, cuando sus
corazones impulsaron a los grandes dioses a suscitar el diluvio. Estaban Anu,
su padre, el valiente Enlil, su consejero, Ninurta, su asistente, Ennuge, su
irrigador. Ninigiku-Ea también estaba presente con ellos”.
Enki, una de las principales deidades y
creador de la raza humana en las leyendas sumerias, contrariado con la
determinación de los demás dioses decide alertar a Utnapishtim de la inminente
inundación. Hablándole a través de las paredes de la choza de Utnapishtim, le
da la orden a éste de construir una nave y subir a esta a todas las especies
vivientes.
”¡Choza de cañas, escucha! Hombre de
Suruppak, hijo de Ubar-Tutu, ¡Demuele esta casa, construye una nave! Renuncia a
las posesiones, bucea la vida. ¡Desiste de bienes mundanales y mantén el alma
viva!”… “A bordo de la nave lleva la simiente de todas las cosas vivas.”
Y luego Enki se asegura de darle las
medidas exactas de la embarcación:
“El barco que construirás, Sus
dimensiones habrá que medir. Igual será su amplitud y su longitud. Como el Apsu
lo techarás”.
En el proceso de la construcción,
Utnapishtim describe:
Los pequeños llevaban brea, al paso que
los grandes transportaban el resto de lo necesario… Seis medidas “sar” de betún
eché en el horno, (Gen 6,14) tres “sar” de asfalto también eché en el interior,
tres “sar” de aceite los portadores de cestas transportaron, aparte de un “sar”
de aceite que la calafateadura consumió, y los dos “sar” de aceite que el barquero
estibó.
Y luego detalla con precisión ciertas
medidas de la nave, como en la versión bíblica:
Un acre (entero) era el espacio de su
suelo, Diez docenas de codos la altura de cada pared, Diez docenas de codos
cada borde del cuadrado del puente. Preparé los contornos y lo ensamblé. Lo
proveí de seis puentes, Dividiéndolo así en siete partes. El plano de su piso
dividí en nueve partes.
El plazo de construcción fue igual que
en el caso del Arca:
“Al séptimo día el barco estuvo
completo.”
Como Noé, Utnapishtim subió a su
familia, animales:
“Cuantos seres vivos tenía cargué en él.
Toda mi familia y parentela hice subir al barco. Las bestias de los campos, las
salvajes criaturas de los campos, Todos los artesanos hice subir a bordo”.
Luego la tierra fue asolada por una
tempestad que duró seis días y seis noches:
Durante un día la tormenta del sur
sopló, acumulando velocidad a medida que bufaba sumergiendo los montes,
atrapando a la gente como una batalla. Nadie ve a su prójimo, no puede
reconocerse la gente desde el cielo. Los dioses se aterraron del diluvio, y,
retrocediendo, ascendieron al cielo de Anu. Seis días y seis noches sopla el
viento del diluvio, mientras la tormenta del sur barre la tierra.
Y al séptimo la tormenta cesó:
Al llegar al séptimo día, la tormenta
del sur transportadora del diluvio amainó en la batalla, que había reñido como
un ejército, el mar se aquietó, la tempestad se apaciguó, el diluvio cesó.
El Diluvio había exterminado toda la
humanidad:
Contemplé el tiempo: la calma se había
establecido, y toda la humanidad había vuelto a la arcilla. El paisaje era
llano como un tejado chato.
Utnapishtim, tal como lo hizo Noé, se
asomó para observar el panorama:
Abrí una escotilla y la luz hirió mi
rostro. Inclinándome muy bajo, me senté y lloré, deslizándose las lágrimas por
mi cara.
Y cuando el barco se asentó sobre el
Monte Nisir, Utnapishtim pudo vislumbrar los picos cercanos:
Miré en busca de la línea litoral en la
extensión del mar: En cada catorce regiones emergía una comarca montañosa. En
el Monte Nisir el barco se detuvo. El Monte Nisir mantuvo sujeta la nave,
impidiéndole el movimiento durante seis días.
Luego, Utnapishtim envía a sus emisarios
– una paloma, una golondrina y un cuervo – para ver si la Tierra estaba
nuevamente habitable:
Al llegar el séptimo día, envié y solté
una paloma. La paloma se fue, pero regresó; puesto que no había descansadero
visible, volvió.
Entonces envié y solté una golondrina.
La golondrina se fue, pero regresó; puesto que no había descansadero visible,
volvió.
Después envié y solté un cuervo. El
cuervo se fue y, viendo que las aguas habían disminuido, come, se cierne,
grazna y no regresa.
Entonces Utnapishtim salió del arca e
realizó un sacrificio a los dioses:
Entonces dejé salir todo a los cuatro
vientos y ofrecí un sacrificio. Vertí una libación en la cima del monte.
Los dioses olieron el sabor, los dioses
olieron el dulce sabor, los dioses se apiñaron como moscas en torno al
sacrificante.
Después de esto, la “gran diosa” se
compromete a no volver a destruir nunca más a la humanidad:
Cuando, al fin, la gran diosa llegó,
alzó las grandes joyas que Anu había labrado a su antojo: “Dioses, tan cierto
como este lapislázuli está en mi cuello, no olvidaré, recordaré estos días, sin
jamás olvidarlos.
Luego de un altercado con Enki, Enlil –
su hermano y quien había planificado el exterminio de la humanidad con el
Diluvio – bendijo a Utnapishtim y su mujer, designándolos como semejantes a los
dioses:
A esto Enlil subió a bordo del barco.
Cogiéndome de la mano, me subió a bordo. Subió mi mujer a bordo e hizo que se
arrodillara a mi lado. De pie entre nosotros, tocó nuestras frentes para
bendecirnos: “Hasta ahora Utnapishtim fue tan sólo humano. En adelante
Utnapishtim y su mujer serán como nosotros dioses.
El
Diluvio Sumerio: Ziusudra
Otra de las versiones de la Epopeya de
Gilgamesh es el ejemplar de la colección de Nippur del Museo de Pennsylvania.
La misma contiene asimismo un relato del Diluvio, pero a diferencia del
anterior este está escrito en sumerio. Esta tablilla, escrita de ambos lados y
datada del siglo XVII a.C, evidenció que el capítulo del Diluvio del relato
babilónico de Gilgamesh no era más que otro tanto de herencia sumeria.
Tablilla de Nippur con
el relato del diluvio – Penn Museum
El interés del documento reside, no sólo
en el hecho de que se trata de un documento único, no habiéndose descubierto
hasta la fecha ningún otro texto sumerio que evocase el Diluvio, sino además en
que contiene una introducción que revela en gran medida la Cosmogonía y la
Cosmología sumerias, en cuanto a la creación del hombre y al origen de la
realeza.
En esta versión sumeria del relato del
Diluvio, el protagonista se llama Ziusudra, que se corresponde con el último
rey de Sumer antes del diluvio, según consta en la Lista Real Sumeria. El texto
tiene muchas lagunas pero se puede interpretar claramente el mensaje del
relato, aún con los faltantes existentes.
Tablilla de Nippur con
el relato del diluvio – Penn Museum
El texto de la tablilla se extiende
largamente con un relato sobre el descenso de los dioses a la Tierra, la
creación de la humanidad, los animales y la vegetación. Luego el poema dice que
Ziusudra era un rey piadoso, temeroso de los dioses, siempre atento a las
revelaciones transmitidas por los sueños y encantamientos.
Según parece, Ziusudra está situado ante
una muralla cuando una voz de alguna deidad le anuncia que la asamblea de los
dioses ha decidido provocar un diluvio y «destruir la semilla del género
humano».
… El diluvio, así fue convenido;
Entonces Nintu lloró; La divina Inanna entonó una lamentación para su pueblo;
Enki tomó consejo de sí mismo. An, Enlil, Enki y Ninhursag… Los dioses del
cielo y de la tierra pronunciaron los nombres de An y de Enlil.
… Ziusudra, de pie a su lado, escuchó.
«Mantente cerca de la muralla, a mi izquierda…; Cerca de la muralla, yo te diré
una palabra, escucha mi palabra; Presta oído a mis instrucciones: Por nuestro…,
un Diluvio va a inundar los centros del culto; Para destruir la simiente del
género humano… ; Tal es la decisión, el decreto de la asamblea de los dioses.
Por orden de An y de Enlil…, Su realeza, su ley, le será puesto término.
Seguidamente, el poema debía de
extenderse largamente sobre las instrucciones dadas a Ziusudra sobre cómo
construir un navío gigantesco, el cual le permitiría salvar su vida, pero esta
parte del texto está destruida. Lo que sí se ha conservado es la parte
siguiente sobre cómo las aguas del Diluvio sumergieron a la Tierra,
ininterrumpidamente, durante siete días y siete noches.
Todas las tempestades, de una violencia
extraordinaria se desencadenaron al mismo tiempo. En un mismo instante, el
Diluvio invadió los centros del culto.
Cuando, durante siete días y siete
noches, el Diluvio hubo barrido la tierra, Y el enorme navío hubo sido bamboleado
por las tempestades, sobre las aguas, Utu salió, el que dispensa la luz al
cielo y a la tierra.
Ziusudra abrió entonces una ventana de
su navío enorme, y Utu, el Héroe, hizo penetrar sus rayos dentro del gigantesco
navío. Ziusudra, el rey, Se prosternó entonces ante Utu; El rey le inmoló un
buey y sacrificó un carnero.
Vuelve a haber un faltante en el texto,
y lo que sigue es la deificación de Ziusudra a quien le dan la vida como la de
un dios:
An y Enlil pronunciaron: «Soplo del
cielo, soplo de la tierra», por su… él se tendió, Y la vegetación, surgiendo de
tierra, se elevó. Ziusudra, el rey, se prosternó ante An y Enlil. An y Enlil
cuidaron de Ziusudra: Le dieron una vida como la de un dios.
Un soplo eterno como el de un dios
hicieron descender para él. Entonces, Ziusudra, el rey, Salvador del nombre de
la vegetación y de la simiente del género humano, En el país de paso, el país
de Dilmun, allí donde sale el sol, ellos le instalaron.
La
transcripción griega
Otra referencia al Diluvio la brinda Alejandro
Polyhístor (100 a.C – 40 a.C), erudito griego que reprodujo los escritos de
Berossus y transcribió el siguiente texto:
“A la muerte de Ardates, le sucedió su
hijo Xisuthrus (Ziusudra) y reinó dieciocho saros. En su tiempo sucedió el
Diluvio Universal, cuya historia se da de esta manera: A la deidad Kronus se le
apareció una visión y le avisó que el décimo quinto día del mes Daesia habría
una inundación que destruiría a la humanidad.
Le mandó poner por escrito una historia
del principio, progreso y conclusión final de todas las cosas hasta el momento
presente, y de guardar esas narraciones a buen seguro en la Ciudad del Sol, en
Sippara;
De construir un barco y llevar consigo
en él a sus amigos y parentela y de meter a bordo todo lo necesario para sustentar
la vida, y llevar también toda clase de animales que volaran o que corretearan
por el suelo, y que se confiara a la profundidad. Habiéndole preguntado a la
deidad adonde tenía que ir, recibió esta contestación: A los Dioses“.
La
Lista de Reyes Sumeria
Asimismo, los sumerios nos revelan en su
Lista de Reyes a todos los gobernantes que tuvieron en el país de Sumer,
identificando cada dinastía y ciudad en la que asentaron cada sede. Al inicial
su listado, nos dicen que:
“Después de que la realeza descendiera
del cielo, la realeza estuvo en Eridug. En Eridug, Alulim se hizo rey y gobernó
28.800 años.”
Luego menciona la primera dinastía
completa de reyes – siendo el último de ellos Zin-Suddu o Ziusudra – y cierra
con la frase:
“Entonces, el Diluvio destruyó la
Tierra”
Luego de citar a la primera dinastía,
inicia el recuento de la segunda, aclarando:
“Después de que el diluvio hubiera
terminado, y la realeza hubiera descendido del cielo, la realeza pasó a Kish”.
Enki sentado dentro de
un portal de agua
El
Diluvio Asirio: Atrahasis
También se ha encontrado una versión de
la narración del Diluvio denominada la “Epopeya de Atrahasis”, por el nombre de
su protagonista, que en acadio significa “Muy Sabio”. El poema fue dado a
conocer en 1956 por el asiriólogo danés J. Laessoe, quien rearmó los fragmentos
encontrados entre los restos de la misma Biblioteca de Assurbanipal.
La copia más antigua encontrada hasta el
momento es un manuscrito firmado y datado por un copista llamado Kasap-aya, en
tiempos del reinado de Ammi-saduqa (el cuarto sucesor de Hammurabi), que reinó
desde 1646 – 1626 a.C. La misma se encuentra en el Museo Británico.
Poema
de Atrahasis
Se trata de un extenso poema que abarca
desde el origen del mundo hasta la creación del hombre, comprendiendo la
narración del Diluvio, entre otras. La historia empieza mucho antes que
Atrahasis entre en escena, y antes de que el hombre fuera pensado y creado, en
tiempos en que los dioses menores tenían que drenar los canales, cavar zanjas y
hacer todo el trabajo pesado. Se conocen cuatro reediciones más de este poema,
que no coinciden completamente en todos los detalles, reflejando cada una de
ellas el espíritu de su autor y de su época.
Esta versión nos brinda la escena de la
decisión de los dioses de destruir a la humanidad:
Enlil abrió entonces la boca, toma la
palabra Y se dirige a la asamblea de los dioses al completo: “¡Venid todos a
prestar juramento con respecto al Diluvio!” En primer lugar se hizo jurar a
Anu; Después juró Enlil y, con él, sus hijos.
Y Enki, abriendo la boca, se dirige a
los dioses, sus hermanos: “¿Por qué me queréis ligar con un juramento? ¿Acaso
puedo yo alzar la mano contra mis criaturas? Y ese Diluvio del que habláis,
¿Qué es? ¡Yo lo ignoro! ¿Soy yo quién lo tiene que producir? ¡No, ésa es tarea
de Enlil! ¡Que se él, él, quien tome la decisión y dé las órdenes… Que Nergal
arranque los soportes de las compuertas celestes; Que Ninurta vaya a hacer que
se desborden las presas de aquí arriba!
Enki se dirige entonces a Atrahasis y le
previene de lo que sucederá indicándole que construya un barco y dándole todas
las instrucciones para hacerlo:
…Enki, habiendo abierto la boca, y se
dirige a la pared de cañas: …“¡Pared, escúchame bien! ¡Empalizada, recuerda
todo lo que te voy a decir! ¡Derriba tu casa para construirte un barco!
¡Abandona tus bienes, para salvar tu vida!.
“Explicaré […] se apoderará, de un
golpe, de todos los hombres. Construye un gran barco […] Su estructura deberá
ser de excelentes cañas: ¡Será un navío llamado “Salva vidas”! El barco que
tienes que construir […] con los lados iguales Téchalo sólidamente ¡Téchalo, al
igual que sucede con el Apsu, El sol no vea su interior! ¡Estará cerrado por
todos los lados, Y su equipación deberá ser sólida y su calafateado grueso y resistente!
[…] llena de estopa, herméticamente, Después, yo haré que llueva.
Después espera el momento que yo te
indicaré. Entonces, entra en el barco y tira de la escotilla, Después de haber
cargado en él tu trigo, tus bienes, tus riquezas, A tu mujer, a tu familia, a
tu parentela, a tus artesanos, A animales salvajes, grandes y pequeños: ¡A todo
aquello que se alimente de hierba, Y que yo te enviaré: ellos te esperarán ante
tu casa!”
El Muy Sabio, habiendo entonces abierto
la boca, toma la palabra Y se dirige a Ea, su señor: “¡Pero yo nunca he
construido un barco! Dibújame el plano en el suelo, Y, cuando lo haya visto,
sabré construirlo!” Ea dibuja, entonces, el plano en la tierra: “Haré todo lo
que me has ordenado, mi Señor!”
Según las indicaciones, Atrahasis sube
todo de lo que dispone a bordo:
Todo el oro que tenía, toda la plata que
tenía, A los animales los captura y los embarca. Pájaros emplumados del cielo,
rebaños, bichos de la estepa A todos, él los embarca.
Y luego llega el Diluvio, aniquilando
todo a su paso:
Después, el tiempo cambia de aspecto y
Adad resonaba entre las nubes. Tan pronto como se escuchó el gruñido del dios,
Se añadió betún para obturar la escotilla, Y, apenas se había cerrado ésta,
Adad atronó entre las nubes, Mientras un viento furioso, con un primer golpe,
Rompía las amarras y soltaba el barco.
¡La tempestad golpeaba la tierra,
Interrumpiendo su rumor igual que se rompe un cacharro! ¡Y, desencadenado el
Diluvio, transcurre la maldición Al igual que la guerra sobre los hombres! ¡Nadie
veía ya a nadie: nada resultaba discernible en esta carnicería! El Diluvio
mugía como un toro, E, igual que un águila que chilla, el viento aullaba. Las
tinieblas eran profundas, el sol había desaparecido. Las personas morían como
moscas.
Después de siete días y siete
noches y de que bajen las aguas, Atrahasis sale del barco, baja todo el
cargamento y sirve una comida sacrificial a los dioses:
El desperdiga a los cuatro vientos Toda
la carga del barco. Después sirve una comida sacrificial Para satisfacer la
alimentación de los dioses, ¡Aspirando el buen olor, los dioses Se agruparon
alrededor del banquete, como moscas!
Finalmente la diosa Nintu se compromete
a recordar por siempre esa catástrofe:
Pero, una vez que lo habían consumido,
Nintu se puso de pie Y, ante todos, se quejó: … ¡Actualmente, los rostros de
los hombres Han desaparecido entre las tinieblas!” Después, acercando la mano
al gran collar Que Anu le había dado ella dijo: “… Collar de lapislázuli en mi
cuello, Para recordarme, siempre, estos días funestos!”
¡Cómo, a pesar del Diluvio decidido por
nosotros, El Hombre ha sobrevivido a la carnicería! … ¡Este canto, Que, tras
haberlo escuchado, los Igigu Exaltan tu grandeza! ¡Oídme, entonces, cantar El
Diluvio universal!
MVC-093S
El
registro de Assurbanipal
Asimismo, encontramos otra mención al
Diluvio en una declaración de Assurbanipal (último gran rey de Asiria, entre
668 AEC y 627 AEC), en la que se jacta de su ilustre Biblioteca:
Yo, Assurbanipal, rey de Asiria y de
toda Mesopotamia… yo me precio de esta Biblioteca, la más extensa que vieron
los tiempos. Poseo los sofisticados conocimientos de Adapa, sabio entre los
Siete Sabios: el antiguo y preciado secreto de todas las artes de la escritura…
He leído variadas composiciones
literarias de alto valor artístico: las sumerias, de comprensión oscura y las
acadias, de ardua lectura. Me place descifrar las inscripciones en intrincados
signos cuneiformes sobre piedra, anteriores al Diluvio.
En mi palacio de Nínive escucho las
voces de los Dioses y los Héroes que lucharon hace miles de años. Del gran
Gilgamesh revivo las penas, su guerra contra los Dioses eternos, su viaje en
vano al confín de la tierra buscando ser inmortal como ellos…
Yo reuní esta colección de tablillas que
desde el barro me hablan calladas, y en ellas oigo las voces del Tiempo. Yo
envié a mis más expertos escribas por los caminos de Mesopotamia, la fértil
entre el Éufrates y el Tigris, a visitar los palacios y templos de las
distantes ciudades del reino, a Síppar y Úruk, Ur y Borsippa, para que
recogieran las tablillas que grabaron en signos cuneiformes los escribas de
épocas remotas en la antiquísima lengua de Súmer y también en nuestra acadia
escritura… (Smith, Babylonian Historical Texts, 76.)
EL
DILUVIO UNIVERSAL - VERSION SUMERIA
El diluvio fue descrito en la biblia, en
el Popol Vu, en las tradiciones orales de los Incas, en Colombia los indios
Chibchas también conservan el recuerdo de una gran inundación, en Ecuador sería
dos hermanos los que escaparon del diluvio subiendo a una alta montaña, los
araucanos y los Yamana de Tierra de fuego comparten similares tradiciones. Y
también entre los indios Inuit de Alaska existe una leyenda referente a un gran
diluvio que se extendió por toda la Tierra. También los Luisenos de la baja
California y los Dakotas comparten parecidas historias, Los Chickasaws
aseguraban que el mundo había sido destruido por el agua "pero una familia
se salvó junto con una pareja de cada especie animal" En un lugar tan
distante de los anteriores como el bosque tropical malasio, los chewong también
creen en el diluvio universal, y en Laos, al norte de Tailandia, existe la
leyenda de unos seres llamados los Thens, que provocaron el fin de una era
creando un diluvio del que sólo se salvaron tres grandes hombres y varias
mujeres, a bordo de una lancha. Asimismo los karins de Birmania poseen unas
tradiciones muy parecidas, y en Vietnam se especifica que esos hermanos, hombre
y mujer, iban acompañados de una pareja de cada especie animal. En la India
védica encontramos a un Noé llamado Manú, que avisado por Visnú que iba a
desencadenarse un diluvio. Le envió una gran barca, con órdenes de instalar en
ella a una pareja de cada especie viva y las semillas de cada planta, y luego
subiera el mismo a bordo.... Para la ciencia moderna también existió un gran
diluvio, se han encontrado pruebas en fósiles que lo evidencian además de
estratos geológicos que dan fe de la existencia de una inundación de carácter
casi global. Según se cree, después de miles de años de época glacial, y con
medio globo cubierto por las nieves, por alguna razón se produjo una
descongelación anormalmente rápida que condujo a crecidas e inundaciones
inmensas, acabando con la mayoría de la incipiente Humanidad, dejando a los
supervivientes con un recuerdo imborrable, transmitido como tradición oral
convertido en leyenda.
Y si de veras hubo un diluvio, ¿Existió
también un arca?. Si nos guiamos por la Biblia encontramos que: "Y Dios
dijo a Noé...Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la
calafatearás con brea por dentro y por fuera. Y de esta manera la harás: de
trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de
treinta codos su altura. Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de
elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le
harás piso bajo, segundo y tercero". (Génesis 6:14-16) Y como para la
mayoría de los estudiosos un codo equivaldría a 45 cm., esto nos da una
embarcación de 135 m. de largo por 22,5 de ancho y 13,5 m de alto. Desde luego
sería un barco enorme, el mayor construido hasta que se hicieran de hierro,
pero ¿sabrían hacerlo? De acuerdo con la Biblia contaron con la ayuda de Dios,
y ya la proporción largo/ancho de seis a uno la haría perfecta para soportar tormentas
y sería casi imposible de volcar, de modo que con ese sólo dato podemos
imaginar que el resto estaría igualmente bien pensado para soportar los 371
días que duró la travesía. Pero ¿Habría sitio suficiente? El arca contaría con
9000 m y 45540 m, equivalentes a 569 vagones de mercancías modernos. Si hubiera
que meter a una pareja de cada animal, encontraríamos que con 35.000 animales
se podría cumplir la misión divina- Pero si queremos ser misericordiosos y
cargar con todas las variables y especímenes posibles, incluyendo los ya
extintos, entonces cargaría unos 50.000 individuos. Como no todos son grandes
como un elefante, e incluso no tendrían que estar en su edad adulta, se tomaría
como tamaño medio el de una oveja. Así llenaríamos tan sólo el 37% del arca,
dejando el resto para comida y espacio vital. Es decir el proyecto era viable.
Y para la recolección de tantas especies si habría sido necesaria la ayuda
divina tal como dice la Biblia, y para su cuidado, con tan solo 8 personas,
solamente sería posible si los animales permanecieran en un estado de letargo.
De modo que parece que sí existió un
diluvio, y es posible que también existiera uno o varios Noé que salvaron a la
Humanidad y a los animales de la extinción, aunque para todo ello necesitaran de
la ayuda de Dios. En los últimos años, se ha cuestionado una serie de hechos
históricos, por ejemplo que la civilización más antigua es la Sumeria y no la
egipcia, porque ellas son posteriores, incluido las del Indostan. En América
del Sur, concretamente en el Perú se tiene en proceso de estudio las pirámides
de la cultura Caral, cuya antigüedad es similar a la sumeria y también la
tecnología y los principios aplicados en ella. De otra parte la escritura
cuneiforme de los sumerios, ha dejado suficiente información para considerar
una fuente histórica importante, sin dejar de ser ya la más importante, debido
a que es la forma escrita más antigua de la especie humana, de ella extraemos
la narración del diluvio por denominarlo de alguna manera lo llamaremos la
versión sumeria. Esta versión nos trae nuevamente lo que otros ya trataron
cuando leían la biblia, la posible presencia de seres venidos de otros mundos a
la tierra, la posible intromisión sobre el ADN de los primigenios habitantes de
la tierra y otros nuevos aspectos de la civilización, que puede perturbar
algunas creencias, pero que las evidencias antropológicas y arqueológicas no
pueden soslayar.
“En aquel tiempo el rey Ziusudra, el ungido […],
construyó un refugio redondo
[...]. Cada día tenía un sueño, y pedía
al cielo y a la tierra que le fuera interpretado […]. Ziusudra, estando a un
lado de un muro, escuchó: ‘¡Sitúate a la izquierda, junto al muro!’, (le dijo
el dios). ‘[…] Debo hablarte a través del muro. Escucha bien mis instrucciones.
Tendrá lugar un diluvio en los lugares santos causado por nosotros [...] y de
este modo la semilla de la humanidad será destruida [...]. La sentencia es
definitiva y es una decisión de la asamblea [...] “Se cernieron los vientos
malignos y la tempestad. El diluvio durante siete días y siete noches inundó
los lugares santos. El viento maligno zarandeó el arca en la gran extensión de
agua, posteriormente salió el dios Sol llevando la luz al cielo y la tierra.
Entonces Ziusudra hizo una abertura en el arca y el dios Sol entró con su luz.
El rey Ziusudra se presentó ante el dios Sol, besó la tierra, sacrificó bueyes
y muchas ovejas [...].
‘Invocad la vida del cielo y de la
tierra [...]. Invocad los dioses An y Enlil [...]. La ruina se alzó de la
tierra y desapareció. El rey Ziusudra se presentó ante An y Enlil, besó
la tierra. An y Enlil dieron a Ziusudra y su mujer la vida semejante a un dios.
Le concedieron la vida perpetua como a un dios. En aquel tiempo el rey
Ziusudra, quien en el año de la destrucción había conservado la semilla de la
humanidad, marchó a vivir a un país extranjero, al país de Dilmun, donde nace
el Sol”.
Entendiendo las enigmáticas palabras
grabadas en piedra de los días antes del diluvio por los sumerios, el rey
asirio Asurbanipal, a lo largo de la diversificada literatura de la antigua
Mesopotamia, encontraba aquí y allí referencias a un diluvio que barrio la
Tierra. Cuando los eruditos lo encontraron, se quedaron dudando ¿Sería el
relato bíblico sobre el diluvio no un mito o alegoría, sino el registro de un
evento verdadero y no recordado sólo por los hebreos?. Además de eso, aún esa
única sentencia en la inscripción de Asurbanipal estaba llena de sorpresa
científica. Ella sola confirmaba que había existido un diluvio, también
declaraba que por haber sido enseñado por el Dios de los Escribas, el rey era
capaz de leer inscripciones antediluvianas, "las enigmáticas palabras
grabadas en piedra de los días antes del diluvio". Entonces, eso sólo
podía significar que aún antes del diluvio ya había escribas y talladores,
idiomas y escritura, que había existido una civilización en los remotos
antediluvianos.
Grabado
de la narración del diluvio.
Ya era bastante traumático que los
eruditos sean obligados a reconocer que las raíces de nuestra moderna civilización
occidental no estaban en Grecia o Judea del primer milenio a.C., en la Asiría y
Babilonia del segundo milenio a.C. y ni aún en Egipto del tercer milenio a.C.,
sino en la Sumeria del cuarto milenio a.C. Ahora la credibilidad científica
tendría que volver aún más hacia atrás, hacia una época que hasta los sumerios
llamaban los "viejos días" hacia una enigmática era "antes del
diluvio". Sin embargo, todas esas revelaciones chocantes deberían ser
noticia vieja para cualquier persona que se tome el trabajo de leer las
palabras del Viejo Testamento dentro de su verdadero significado: después que
la Tierra y el cinturón de asteroides fueron creados (El Rak'iba, o Cielo del
Génesis), la Tierra tomó forma, se creó " Adán" y el hombre fue colocad
en el Jardín que quedaba en el Edén. Sin embargo, por intermedio de las
maquinaciones de una brillante "serpiente" que se atrevió a desafiar
a Dios, Adán y su compañera, Eva, adquirieron un cierto conocimiento que no
debían poseer. Ante eso, el Señor, hablando a seres cuyos nombres no aparecen
en la Biblia, se preocupó con la posibilidad de que el hombre, "como ya es
uno de nosotros", podría también servirse del Árbol de la Vida y comer y
vivir para siempre. Así: Él proscribió al hombre Y colocó delante del Jardín del
Edén Los Querubines y la llama de la Espada Fulgurante Para guardar el camino
del Árbol de la Vida. De esta forma, Adán fue expulsado del maravilloso pomar
que el Señor había plantado en el Edén, para de ahí en adelante "comer las
hierbas del campo" y obtener su sostén "con el sudor de su
rostro". Y Adán "conoció a Eva, su mujer; ella concibió y dio a luz a
Caín... y también dio a luz a Abel, hermano de Caín.
“Abel se hizo pastor de ovejas y Caín
cultivaba el suelo”. Así, la afirmación que la Biblia hace sobre una
civilización antediluviana sigue dos líneas, comenzando con la de Caín. Después
de asesinar a Abel, Caín fue proscrito para el este, para la Tierra de Nod, la
"Tierra de las Migraciones". Allá su mujer dio a luz a Enoc un nombre
que significa "fundación". La biblia explica que Caín "se hizo
un constructor de ciudad" cuando su hijo nació y “dio a la ciudad el
nombre de su hijo, Enoc". (La aplicación del mismo nombre para una persona
y la ciudad asociada a él fue una costumbre que prevaleció a lo largo de toda
la historia de la Antigüedad del Oriente Medio.) La línea de Caín continuó con
Irad, Mavíael, Matusalén y Lamec. El primer hijo de Lamec fue Jubal - nombre
que en el hebraico original (Yuvat) significa "el tocador de flauta".
Como explica el Libro del Génesis, él fue "el padre de todos los que tocan
la lira y charamela". Un segundo hijo de Caín, fue Tubal Caín, "fue
el padre de todos los laminadores en cobre y hierro". Lo que aconteció con
ese habilidoso pueblo del este en la tierra de Nod nos quedaremos sin saberlo,
pues el Viejo Testamento, considerando maldita la línea de Caín, pierde todo el
interés en dar la lista de su genealogía y su destino.
El Libro del Génesis, en su Capítulo 5,
vuelve Adán y a su tercer hijo, Set. Adán, somos informados, tenía 130 años
cuando Set nació y vivió ochocientos años más, durando por lo tanto, en total,
930 años. Set, que fue padre de Enoc a los 105 años, vivió hasta los 912 años.
Enós tuvo a Cainã a los 90 años y murió con 905. Cainã vivió 910 años. Su hijo
Malaleel tenía 895 años cuando murió. Y su hijo, Jared, falleció a los 962
años. Sobre todos esos patriarcas antediluvianos, el Libro del Génesis
suministra un mínimo de informaciones: el nombre de sus padres, la edad que
tenían por ocasión del nacimiento de sus herederos masculinos y ("después
de que engendran hijos e hijas") la edad con que murieron. Sin embargo, el
patriarca que se sigue a ellos recibe un tratamiento especial: Cuando Jared
completó 162 años, engendró a Enoc... Cuando Enoc completó 65 años, engendró a
Matusalén. Enoc anduvo con Dios. Después del nacimiento de Matusalén, Enoc
vivió trescientos años y engendró hijos e hijas. Toda la duración de la vida de
Enoc fue de 365 años. Y ahí se sigue la explicación -una explicación impresionante-
de el por qué Enoc fue considerado digno de tanta atención y detalles
biográficos: ¡Enoc no murió! Enoc anduvo con Dios, después desapareció, Pues
Dios lo arrebató. Matusalén fue el patriarca más longevo; vivió 969 años y
engendró a Lamec. Lamec, que vivió 777 años, engendró a Noé, el héroe del
diluvio. En este punto del Génesis existen informaciones más detalladas: Lamec
dio ese nombre a su hijo porque la Humanidad estaba pasando por una época de
gran sufrimiento y el suelo era estéril e improductivo. Al llamar al hijo de
Noé ("Descanso"), Lamec expresó la esperanza de que "este nos
traerá descanso de nuestra lucha y frustraciones en la tierra que Dios
maldijo". Y así, a lo largo de diez generaciones de patriarcas
antediluvianos bendecidos con lo que los eruditos llaman duraciones de vida
"legendarias", la narrativa bíblica llega a los eventos del diluvio.
El diluvio es presentado en el Libro del Génesis como una oportunidad
aprovechada por Yahveh para hacer "desaparecer de la superficie de la
Tierra a los hombres que creo". Los antiguos autores hallaron necesario
suministrar una explicación para una decisión tan drástica. Según la biblia,
ella tuvo que ver con las perversiones carnales de los hombres, específicamente
con las relaciones sexuales entre "las hijas de los hombres" y
"los hijos de Dios". A despecho de los esfuerzos monoteístas de los
compiladores y editores del Libro del Génesis, luchando para proclamar la fe en
una única deidad en un mundo que en la época creía en muchos dioses, restan
numerosos deslices en que la narrativa bíblica habla de dioses en plural. El
propio término para "deidad" (cuando el Señor no es específicamente
llamado Yahveh) no es el singular El, sino el plural Elohim. Cuando ocurre la
idea de crear Adán, la narrativa adopta el plural: "Dios (Elohim) dijo:
Hagamos al hombre a nuestra imagen, y nuestra semejanza". Y, después del
incidente con el fruto del conocimiento, Elohim de nuevo habló en el plural,
dirigiéndose a seres no identificados. Y ahora transpira de cuatro enigmáticos
versos del Libro del Génesis, Capítulo 6, que preparan la escena para el
diluvio, que no sólo existían deidades (Elohim) en el plural, sino que ellas
hasta tenían hijos (también en el plural). Esos hijos enfurecieron al Señor al
tener sexo con las hijas de los hombres, aumentando su pecado a los que
engendraron hijos o semi-dioses a partir de esa cópula ilícita:
Cuando los hombres comenzaron a ser
numerosos Sobre la faz de la Tierra y les nacieron hijas, Los hijos de Dios
vieron Que las hijas de los hombres eran bellas y tomaron como mujeres Todas
las que más les agradaban.
El Antiguo Testamento explica aún:
Ora, en aquel entonces (y también
después), Cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y estas
les daban hijos, Los Nefilim habitaban sobre la Tierra; Estos eran los
Poderosos de la Eternidad, el Pueblo del Shem.
Nefilim -tradicionalmente traducido
"gigantes" – significa literalmente "Aquellos que Fueron
Lanzados Sobre" la Tierra. Uno de los investigadores más acuciosos de las tablillas
sumerias fue Secharia Sechin, quién nos narra lo que hallo escrito en estas
tablillas. Ellos eran los "hijos de los dioses" el pueblo del Shem, o
sea, el pueblo de los cohetes espaciales. Volvamos, entonces, a Sumeria y a los
DIN.GIR, "Los Justos de los Cohetes Espaciales". Tomemos ahora los
registros sumerios en el punto donde paramos anteriormente - 450 mil años
atrás. Fue hace cerca de 450 mil años, afirman los textos sumerios, que
astronautas de Marduk llegaron a la Tierra en búsqueda de oro. Necesitaban de
él no para la confección de joyas, sino para alguna necesidad apremiante
conectada a la supervivencia en el 12º planeta. El primer grupo de desembarque
estaba compuesto de cincuenta astronautas; ellos eran llamados Anunnaki -
"Los del Cielo que Están en la Tierra". Ese grupo descendió en el mar
Arábico y fueron para lo alto del golfo Pérsico, allá establecieron su primera
Estación Terrestre, Y.RÍE.DU - "Hogar en lo Lejano Construido". El
comandante era un brillante científico e ingeniero que adoraba navegar por los
mares, y cuyo hobby era pescar. Él era llamado Y.A. - "Aquel Cuya Casa ES
Agua" – y diseñado como el prototipo de Acuario; pero, por haber
liderado el aterrizaje, recibió el título de EN.KI¬ - "Señor Tierra”. Como
todos los otros dioses sumerios, el aspecto que lo distinguía era el
tocado con cuernos. El plan original, según todo indica, era extraer oro del
agua del mar, pero eso probó ser insatisfactorio. La única alternativa que
restó fue obtenerlo de la manera más difícil: extraer el mineral del sudeste de
África, transportarlo en embarcaciones hasta la Mesopotamia para allí
derretirlo y refinarlo. Enseguida, los lingotes de oro eran enviados para el
espacio en el autobús espacial, que los dejaba en una nave que orbitaba la Tierra.
Allí ellos se quedaban esperando la llegada periódica de una nave madre, que
llevaba el precioso metal hacia el planeta de los astronautas.
Enki.
Para hacer todo eso posible, más
Anunnaki tuvieron que venir a la Tierra, ellos eran seiscientos. Otros
trescientos cuidaban del autobús espacial y de la estación orbital. Un
espacio-puerto fue construido en Sippar ("Ciudad de los Pájaros"), en
la Mesopotamia, en un lugar alineado con el marco geográfico más notable del
Oriente Medio -los picos del monte Ararat. Otros poblados con varias funciones-
como el centro de fundición y refinación de Bad-Tibira, un centro médico
llamado Suripak, fueron instalados a modo de formar un Corredor de Aterrizaje
en forma de flecha. En el centro exacto, NIBRU.KI - "El Lugar del Cruce en
la Tierra" (Nippur en acadiano), se estableció el Centro de Control de la
Misión. El comandante-general de esa vasta iniciativa en el planeta Tierra era
EN.LIL "El Señor del Comando". En la escritura pictográfica primitiva
de los sumerios, el nombre de Enlil y de su Centro de Control de la Misión eran
diseñados como un complejo de estructuras con antenas altas y grandes telas de
radar. Tanto Ea-Enki como Enlil eran hijos del gobernante del 12º Planeta en la
época, AN (Anu en acadiano), cuyo nombre significaba "Aquel de los
Cielos" y era escrito pictográficamente como una estrella. A pesar de ser
el primogénito, Ea no era el heredero del trono, pues ese derecho cabía a
Enlil, por haber nacido de otra esposa de Anu que también era su media hermana.
Tal vez debido al aumento de urgencia de
la iniciativa, Enlil fue enviado a la Tierra y le quitó el comando a Ea, el
llamado Señor Tierra. La situación se complicó aún más con la llegada de la
Primer Oficial Médico NIN.HUR.SAG ("Señora del Pico de la Montaña"),
media-hermana tanto de Ea como de Enlil, que estimuló a los dos a buscar sus
favores, pues un hijo de uno de ellos con Ninhursag heredaría el trono. El
constante resentimiento de Ea contra el hermano, sumado a la creciente
competición entre los dos, acabó derramándose sobre sus descendientes y fue la
causa subyacente de los muchos eventos que se siguieron. Con el pasar de los
milenios en la Tierra -aunque para los Anunnaki cada 3.600 años terrestres
fueran sólo uno de su propio ciclo de vida-, esos astronautas sin patente
comenzaron a protestar. ¿Cabría a ellos, como hombres conectados a las misiones
espaciales, que se quedaran cavando mineral en túneles calientes, oscuros y
polvorientos? Ea, tal vez evitando roces con el hermano, pasaba cada vez más
tiempo en el sudeste de África, lejos de la Mesopotamia. Los Anunnaki que
luchaban en las minas dirigían sus quejas hacia él y juntos conversaban
sobre sus insatisfacciones mutuas. Entonces, un día, cuando Enlil llegó al área
de minería en un viaje de inspección, fue dada la señal. Hubo un motín. Los
Anunnaki salieron de las minas, tiraron sus herramientas en el fuego, se
dirigieron para la casa donde Enlil estaba y la cercaron, gritando:
"Basta” Enlil entró en contacto con Anu y se ofreció para desistir
del comando y volver a su planeta. Anu vino a la tierra. Se montó una corte
marcial. Enlil exigió que el instigador del motín fuera condenado a muerte. Los
Anunnaki, como un todo, rechazaron a divulgar su identidad. Oyendo los
testimonios, Anu concluyó que, en verdad, el trabajo era demasiado duro. ¿Pero
cómo interrumpir la minería del oro?
Fue entonces que Ea ofreció una
solución. Contó que, en el sudeste de África, vagaba un ser que podría ser
entrenado para ejecutar algunas de las tareas de minería, siempre que la
"marca de los Anunnaki" pudiera ser colocada en ellos. Ea se refería
a los hombres y mujeres que habían evolucionado en la Tierra, pero que aún
estaban en un nivel de evolución muy distante del alcanzado por los Anunnaki.
Después de mucha deliberación, él recibió carta blanca: "Crea un Lulú”,
“un trabajador primitivo”; que él soporte el yugo de los Anunnaki. Ninhursag,
en calidad de Primer Oficial Médico, iría a ayudarlo en la empresa. Hubo muchas
tentativas y errores hasta encontrarse el procedimiento correcto. Extrayendo el
óvulo de una mujer-mono, Ea y Ninhursag lo fertilizaron con el esperma de un
joven astronauta. Enseguida implantaron ese huevo no en el útero de la
mujer-mono, sino en el de una astronauta.
Finalmente fue conseguido el
"Modelo Perfecto" y Ninhursag gritó de alegría: "Yo lo creé ¡Mis
manos lo hicieron!" Y lo levantó para que todos vieran el primer Homo
sapiens ¡El primer bebé de probeta de la Tierra!
Ninhursag.
Sin embargo, como cualquiera otro
híbrido, el terrícola no podía procrear. Para obtenerse más trabajadores
primitivos, otros óvulos de mujeres-monos fueron extraídos, fertilizados y
reimplantados en úteros de "diosas del nacimiento", catorce de cada
vez, de las cuales siete generarían hombres y siete, mujeres. A medida que los
terrícolas comenzaron a encargarse del trabajo de minería en el sudeste de
África, los Anunnaki que laboraban en la Mesopotamia pasaron a envidiar sus
compañeros y comenzaron a clamar por la ayuda de trabajadores primitivos. A
pesar de las objeciones de Ea, Enlil se apoderó de algunos terrícolas y los
llevó para Y.DIN - "La Morada de los Justos" en la Mesopotamia. El
evento de llevarse algunos ejemplares está registrado en la Biblia:
"Yahveh Dios tomó al hombre y lo colocó en el Jardín del Edén para
cultivar y guardar".
Durante todo ese tiempo, los astronautas
que habían venido a la Tierra se preocupaban con el problema de la longevidad.
Sus relojes biológicos estaban ajustados para su propio planeta. El tiempo que
él llevaba para hacer una órbita completa en torno al Sol era para sus
habitantes un año del ciclo de vida. Sin embargo, en un único año de esos, la
Tierra orbitaba el Sol 3.600 veces, o sea, 3.600 años para la vida originaria
de la Tierra. Para mantener sus ciclos vitales más largos en la Tierra más
veloz, los astronautas consumían un "Alimento de la Vida" y una
"Agua de la Vida", que venían de su planeta natal. En los laboratorios
biológicos de Eridu, cuyo emblema era la señal de las Serpientes Enlazadas, Ea
intentaba desvelar los secretos de la vida, reproducción y muerte. ¿Por qué los
hijos nacidos de astronautas en la Tierra envejecían más rápido que sus padres?
¿Por qué los hombres-monos tenían una vida tan corta? ¿Por qué el híbrido Homo
sapiens vivía mucho más que el hombre-mono, pero tenía una existencia breve
cuando era comparada con la de los visitantes a la Tierra? ¿Sería debido a
factores ambientales o a tendencias genéticas?
Realizando nuevos experimentos en la
manipulación genética de híbridos, y usando su propio esperma, Ea encontró otro
"modelo perfecto" de terrícola. Adapa, como lo llamó, tenía una
inteligencia mayor y, por encima de todo, la capacidad de procrear, pero no
poseía la longevidad de los astronautas: Con amplia comprensión él lo hube
perfeccionado... Para él hube dado el Conocer; La vida Eterna no le concedió.
Así Adán y Eva del Libro del Génesis recibieron la dádiva o fruto no sólo del
Conocimiento, sino también del Conocer – el término bíblico hebraico para
la cópula con la intención de engendrar descendientes. Encontramos ese cuento
"bíblico" ilustrado en un dibujo sumerio arcaico. Enlil se quedó
indignado al descubrir lo que Ea hizo. Jamás se pretendió que el hombre fuera
capaz de procrear como los dioses. Se quedó preguntándose lo que vendría
enseguida. ¿Ea daría al hombre una vida eterna? Anu también se quedó perturbado
en su planeta natal. Levantándose de su trono, ordenó: “Que traigan Adapa para
acá”
Temiendo que su humano perfeccionado
fuera destruido en la Morada Celestial, Ea lo instruye, para evitar el alimento
y el agua que le serían ofrecidos, pues contendrían veneno. Él lo aconsejó:
Adapa, Tú estás yendo delante de
Anu, el Gobernante. Tomarás el camino para el cielo. Cuando al cielo que tú
hayas subido Y aproximado al portón de Anu, En él encontrarás a Tammuz y a
Gizzida esperando...Ellos hablarán con Anu; Harán que el rostro benigno de Anu
te sea mostrado. Cuando estuvieras delante de Anu, Cuando te ofrezcan el Pan de
la Muerte, Tú no lo comerás. Cuando te ofrezcan el Agua de la Muerte, Tú no la
beberás...
"Entonces él lo hizo tomar la
carretera para el cielo y para el cielo Adapa subió." Cuando Anu vio
Adapa, se quedó impresionado con su inteligencia y cuánto había aprendido de Ea
sobre "el plan del Cielo y de la Tierra". "¿Que haremos con
él?", preguntó a sus consejeros, ya que Ea lo "hubo distinguido
haciendo un Shem para él", permitiendo que Adapa viajara en una nave
espacial de la Tierra para Marduk. La decisión fue mantener a Adapa
permanentemente en Marduk. Para que él pudiera sobrevivir, "el Pan de la
Vida le fue traído", así como el Agua de la Vida. Sin embargo, alertado
por Ea, Adapa se negó a comer y a beber. Cuando sus falsas razones fueron
descubiertas, ya era demasiada tarde; la oportunidad de obtener la vida eterna
había pasado. Adapa fue devuelto a la Tierra, un viaje durante el cual vio el
"terrorífico" espacio.
” , "del horizonte del Cielo al
cenit del Cielo". Los dioses lo ordenaron como Alto Sacerdote de Eridu y
Anu le prometió que de esa fecha en delante la Diosa de la Cura trataría
también los males de la humanidad. Sin embargo, la meta máxima del mortal -la
vida eterna- ya no sería alcanzada. De ahí en adelante, la raza humana
proliferó. Los humanos ya no eran sólo esclavos en las minas o siervos en los
campos. Ellos ejecutaban todas las tareas, construían "casas" para
los dioses – lo que llamamos "templos"- e inmediatamente aprendieron
a cocinar, bailar y tocar música para ellos. No tardó mucho y los jóvenes
Anunnaki, carentes de compañía femenina, comenzaron a tener sexo con las hijas
de los hombres. Una vez que todos provenían de la misma primera semilla de la
Vida y el hombre era un híbrido creado con la "esencia" genética de
los Anunnaki, los astronautas y terrícolas descubrieron que eran biológicamente
compatibles "y de ellos nacieron hijos". Enlil observaba esos eventos
con creciente preocupación. El propósito original de la llegada a la Tierra, el
sentido de la misión, de dedicación a la tarea ya no existía. La principal
preocupación de los Anunnaki parecía ser una buena vida, y peor, en la compañía
de una raza de híbridos. Fue la propia naturaleza que ofreció la Enlil la
oportunidad de colocar un fin en el deterioro de las costumbres y ética de los
Anunnaki. La Tierra estaba entrando en una nueva Edad del Hielo y el clima
agradable sufría cambios. A medida que el clima iba enfriando, también se hacía
más seco. Las lluvias se hicieron menos frecuentes, las aguas de los ríos más
escasas.
Las cosechas fracasaron, el hambre se
esparció. La Humanidad comenzó a enfrentar grandes sufrimientos; los hijos
escondían alimentos de sus padres, madres se comían a sus niños. Ha pedido de
Enlil, los dioses evitaron ayudar la Humanidad: "Ellos que mueran de
hambre, ellos que sean diezmados", decretó Enlil. En el "Grande
Abajo" -en Antártida- la Edad del Hielo también estaba causando cambios.
De año a año el tapacubos de hielo que cubría el continente en el polo sur se
hacía más espeso. Bajo la creciente presión de su peso, hubo un aumento del
roce y calor en su faz interior. Luego el inmenso tapacubos flotaba en una
placa escurridiza de lodo. En la estación orbital vino la alerta: el tapacubos
de hielo estaba entrando en equilibrio inestable; si el resbalara del
continente hacia el océano la inmensa onda causada por el impacto cubriría toda
la Tierra! El peligro era inminente. En el cielo, el planeta de los Anunnakis
estaba vuelto hacia su punto más próximo a la Tierra, entre Júpiter y Marte.
Como ya había acontecido en ocasiones anteriores, su fuerza gravitacional
causaría terremotos e inestabilidad en los movimientos de la Tierra. Se
calculaba que esa fuerza gravitacional desencadenaría el desligamiento del
tapacubos polar, inundando la Tierra con un diluvio global. Los propios
astronautas no quedarían inmunes a la catástrofe. Mientras se iniciaban los
preparativos para juntar a todos los Anunnaki cerca del espacio-puerto y dejar
listas las naves que los llevarían hacia el espacio antes de que la onda
llegara, fueron empleadas artimañas para mantener en secreto a la Humanidad el
desastre inminente. Temiendo la invasión del espacio-puerto por una turba
desesperada, todos los dioses fueron obligados a jurar que no revelarían el secreto.
"En cuanto a los hombres", dijo Enlil, "ellos que perezcan; que
la semilla del terrícola sea eliminada de la faz de la Tierra.”
En Suripak, la ciudad gobernada por
Ninhursag, las relaciones entre el hombre y los dioses habían alcanzado su
punto máximo. Allá, por primera vez, un terrícola había alcanzado la posición
de rey. Con el crecimiento de los sufrimientos de la raza humana, ZI.U.SUD.RA
(como los sumerios lo llamaban) suplicó el auxilio de Ea. De tarde en tarde, Ea
y sus marineros traían clandestinamente para el rey y su pueblo una carga de
pez. Sin embargo, ahora la cuestión envolvía el propio destino de la Humanidad.
Todo el trabajo de Ea y Ninhursag perecería "y se volvería barro"
-como Enlil deseaba-, o ¿La semilla de la Humanidad debería ser preservada? La
versión de mitos y leyendas acadios que trascribimos nos dice:
Yo quiero (...) la destrucción de mi
raza humana, para Nintu quiero atajar la destrucción de mis criaturas. Haré
retornar a las gentes a sus establecimientos. Construirán ciudades en todos los
lugares y haré que su sombra sea apacible. Colocarán de nuevo los ladrillos de
nuestros templos en los santos lugares, (y) los lugares de nuestras decisiones
los restablecerán en los lugares consagrados.
Yo prepararé convenientemente allí el
agua santa que apaga el fuego, completaré las divinas reglas y los sublimes
decretos, la tierra estará regada y estableceré allí la paz. Después que An,
Enlil, Enki y Ninhursag hubieron creado el (pueblo) de los cabezas negras, la
vegetación se desarrolló, lujuriante, sobre la tierra, los animales, de todos
los tamaños, los cuadrúpedos, fueron colocados como adecuado ornamento de las
llanuras [---] yo quiero tener en cuenta (sus afanosos esfuerzos). (Después
que) el constructor del país hubo fijado los fundamentos, (cuando el cetro) de
la realeza hubo descendido del cielo, después que la sublime tiara (y) el trono
de la realeza hubieron descendido del cielo, él completó (las divinas reglas y
los sublimes destinos). Fundó (las cinco) ciudades en (lugares puros);
pronunció sus nombres y las designó como centros de culto. La primera de estas
ciudades, Eridú, la dio al jefe Nudimmud, la segunda, Baltibira, la dio al
nugig, la tercera, Larak, la dio a Pabilsag, la cuarta, Sippar, la dio al héroe
Utu, la quinta, Shuruppak, la dio a Sud. Él proclamó los nombres de aquellas
ciudades y las designó como centros de culto; no detuvo el (anual) diluvio,
(sino que) excavó la tierra y trajo el agua, y estableció la limpieza de los
pequeños canales y las zanjas de irrigación. [---] el diluvio (...) (...) así
fue convencido (...) Entonces Nintu lloró (por sus criaturas) como un (...); la
divina Inanna entonó un lamento por su pueblo; Enki tomó consejo de sí mismo.
An, Enlil, Enki (y) Ninhursag, los dioses del universo prestaron juramento por
los nombres de An y Enlil. Entonces el rey Ziusudra, el pashishu de (...)
construyó (...). Humildemente, obediente, con reverencia él (...); ocupado cada
día, constantemente él (...). Aquello no era un sueño; saliendo y hablando
(...), invocando al cielo (y) al mundo subterráneo, él (...). En el ki-ur, los
dioses, un muro (...). Ziusudra oyó a su lado, estando de pie en el lado
izquierdo del muro (...): «Junto al muro, yo te diré una palabra, (escucha) mi
palabra, presta oído a mis instrucciones: Un diluvio va a inundar todas las
moradas, todos los centros de culto, para destruir la simiente de la Humanidad
(...). (Tal) es la decisión, el decreto de la Asamblea (de los dioses). (Tal)
es la palabra de An, Enlil (y Ninhursag). (...) la destrucción de la realeza.
Ahora (...)» [---] (...) Todas las tempestades y los vientos se desencadenaron;
(en un mismo instante) el diluvio invadió los centros de culto. Después que el
diluvio hubo barrido la tierra durante siete días y siete noches, y la enorme
barca hubo sido bamboleada sobre las vastas aguas por las tempestades Utu
salió, iluminando el cielo y la tierra. Ziusudra abrió entonces una ventana de
su enorme barca, y Utu hizo penetrar sus rayos dentro de la gigantesca barca.
El rey Ziusudra se prosternó (entonces) ante Utu; el rey le inmoló gran número
de bueyes y carneros. «Invocaréis por el cielo y por la tierra (...)» An (y)
Enlil invocaron por el cielo y por la tierra (...), e hicieron aparecer los
animales que surgieron de la tierra. El rey Ziusudra se prosternó ante An (y)
Enlil. An (y) Enlil cuidaron de Ziusudra, le dieron vida como (la de) un dios,
hicieron descender para él un eterno soplo como (el de) un dios. Entonces al
rey Ziusudra, que salvó de la destrucción la simiente de la humanidad en aquel
tiempo, allende los mares, en el Oriente, en Dilmun, (le) hicieron vivir.
Ziuudra (también Utnapishtim para babilonios o Atrahasis para acadios), es un
héroe de la mitología sumeria, protagonista del mito sobre el diluvio
universal, encontrado en su versión más antigua en una tablilla hallada en Nippur.
El mito relata cómo los hombres habían
cansado con su comportamiento y sus ruidos a los dioses, por lo que éstos
deciden destruirlos enviando un diluvio. Enki, que había sido el
creador de los humanos, según el texto de Nippur “Después que An, Enlil, Enki
y Ninhursag hubieron creado al (pueblo) de los cabezas negras”, se apiada y
comenta que no desea la destrucción de los humanos. Yo quiero (...)¿no? la
destrucción de mi raza humana para Nintu quiero atajar la destrucción de
mis criaturas. Haré retornar a las gentes a sus establecimientos Construirán
ciudades en todos los lugares y haré que su sombra sea apacible. Luego pide a
Ziusudra que cree una embarcación y se refugie junto a las distintas especies
de animales, hasta que pase el diluvio. Ziusudra oyó a su lado estando de pie
en el lado izquierdo del muro (...): «Junto al muro, yo te diré una palabra
(escucha) mi palabra presta oído a mis instrucciones. Un diluvio va a inundar
todas las moradas todos los centros de culto para destruir la simiente de la
Humanidad (...) (Tal) es la decisión el decreto de la Asamblea (de los dioses)
(Tal) es la palabra de An, Enlil (y Ninhursag) (...) la destrucción de la
realeza Más tarde, la narración continúa con el relato del diluvio. Todas las
tempestades y los vientos se desencadenaron (en un mismo instante) el diluvio
invadió los centros de culto. Después que el diluvio hubo barrido la tierra
durante siete días y siete noches y la enorme barca hubo sido bamboleada sobre
las vastas aguas por las tempestades, Utu salió, iluminando el cielo y la
tierra. Ziusudra abrió entonces una ventana de su enorme barca, Utu hizo
penetrar sus rayos dentro de la gigantesca barca. El rey Ziusudra se prosternó
(entonces) ante Utu el rey le inmoló gran número de bueyes y carneros
«Invocaréis por el cielo y por la tierra (...)» An (y) Enlil invocaron por el cielo y por la
tierra (...) hicieron aparecer los animales que surgieron de la tierra. El rey
Ziusudra se prosternó ante An (y) Enlil. An (y) Enlil cuidaron de Ziusudra, le
dieron vida como (la de) un dios hicieron descender para él un eterno soplo
como (el de) un dios. Entonces al rey Ziusudra, que salvó de la destrucción la
simiente de la humanidad en aquel tiempo allende los mares, en el Oriente, en Dilmun, (le)
hicieron vivir. Esto luego se vio reflejado en la mitología asiria en el poema
acadio, Atrahasis, en el cuál el héroe es Atrahasis. Retomemos la
narración de Sacharia Setchin: Actuando por cuenta propia, pero atento a su
voto de guardar secreto, Ea vio en Ziusudra la oportunidad de salvar a la raza
humana. Así que el rey volvió para orar y suplicar en el templo, Ea comenzó a
susurrar por detrás de una tela. Fingiendo conversar consigo, dio instrucciones
urgentes a Ziusudra:
Derrumba la casa, construye un barco!
Desiste de tus posesiones, busca la vida! Olvida lo que tienes, mantén tu alma
viva! Embarca la semilla de todas las cosas vivas. Ese barco construirás Según
las medidas.
Diseño del barco, como
lo hizo Paul Haupt
La embarcación sería una nave
sumergible, un "submarino" capaz de soportar la avalancha de agua.
Los textos sumerios contienen las dimensiones y otras instrucciones
estructurales para los varios sectores y compartimentos con tal riqueza de detalles
que es posible diseñar el barco, como lo hizo Paul Haupt. Ea también suministró
un navegador a Ziusudra, mandándolo dirigir la embarcación hacia el "Monte
de la Salvación", el monte Ararat. Siendo la cadena de montañas más alta
del Oriente Medio, sus picos serían los primeros a emerger del agua. El diluvio
vino como esperado. "Ganando velocidad mientras soplaba" del sur,
"sumergiendo montañas, derrumbando personas como en una batalla."
Viendo la catástrofe por encima, mientras orbitaba la Tierra en su nave, los
Anunnaki y sus líderes percibieron cuánto se habían enamorado de la Tierra y de
la Humanidad. "Ninhursag lloró... los dioses lloraron con ella por la
Tierra... Los Anunnaki, acongojados, se sentaban y lloraban" amontonados,
helados y hambrientos, en su autobús espacial. Cuando las aguas bajaron y los
Anunnaki comenzaron a aterrizar en el Ararat, se quedaron encantados al
descubrir que la semilla de la Humanidad estaba a salvo. Sin embargo, cuando
Enlil llegó, se enfureció al ver que "una alma viva hubo escapado".
Fueron necesarias muchas súplicas de los Anunnaki y el poder de persuasión de
Ea para hacerlo entender su punto de vista, si la Tierra iba a ser repoblada,
los servicios del hombre serían indispensables. Y fue así que los hijos de
Ziusudra y sus familias fueron enviados para poblar las cadenas de montañas que
flanqueaban la llanura de los dos ríos, esperando la hora cuando esa área
estuviera suficientemente seca para ser habitada. En cuanto la Ziusudra, los
Anunnaki:
La vida de un dios le dieron; Hálito
eterno, como el de un dios, le concedieron.
Eso fue conseguido a través del cambio
del "Hálito de la Tierra" de Ziusudra por el "Hálito del
Cielo". Entonces ellos llevaron Ziusudra, "el preservador de la
semilla de la Humanidad", y su mujer, para "que residan en el lugar
lejano".
En la Tierra de la Travesía, En la
Tierra de Tihnun En el lugar donde Utu se eleva, Ellos lo hicieron habitar.
Se hace evidente, por lo tanto, que las
leyendas sumerias sobre los dioses del Cielo y de la Tierra, de la creación del
hombre y del diluvio fueron la fuente de la cual otras naciones del antiguo
Oriente Medio extrajeron su conocimiento, creencias y "mitos". Ya
vimos cómo las creencias egipcias combinaban con las sumerias, cómo su primera
ciudad sagrada recibió el nombre en homenaje a An, como Ben-Ben se asemejaba al
GIR sumerio, y así por delante. También es generalmente aceptado los días de
hoy, que los relatos bíblicos sobre la Creación y los eventos que llevaron al
diluvio son versiones hebraicas condensadas de las tradiciones sumerias. El
héroe bíblico del diluvio, Noé, era el equivalente del Ziusudra sumerio
(llamado Utnapishtim en las versiones acadianas). Sin embargo, mientras los
sumerios afirmaban que el héroe del diluvio fue hecho inmortal, nada en la Biblia
es dicho a ese respecto sobre Noé. La inmortalización de Enoc también recibe
poca atención, al contrario de los cuentos sumerios sobre Adapa y otros textos
tratando del ascenso de escogidos. Sin embargo, esa abrupta actitud bíblica no
fue capaz de impedir la diseminación, a lo largo de milenios, de leyendas sobre
los héroes bíblicos y su estadía en el paraíso o su retorno a él. Según
leyendas muy antiguas, que sobrevivieron en varias versiones originarias de una
composición con casi 2 mil años de edad llamada El Libro de Adán y Eva, Adán
enfermó después de completar 930 años. Viendo al padre "enfermo y
sufriendo dolores", su hijo Set se ofreció para ir "hasta el portón
del paraíso más próximo... y lamentar y suplicar a Dios; tal vez él me oirá y
enviará Su ángel para traerme la fruta la cual tú tanto ansiaste" - el
fruto del Árbol de la Vida. Pero Adán, aceptando su signo de mortal, sólo
deseaba alivio para los dolores lacerantes. Así, pidió a Eva, su mujer, fuera
en compañía de Set hasta "las vecindades del paraíso", para que allá
pidieran no el Fruto de la Vida, sino una única gota del "óleo de la
vida", que escurría del árbol sagrado, "para ungirme con él, de modo
que yo pueda tener alivio de estos dolores". Haciendo como Adán pidió, Eva
y Set llegaron a los portones del paraíso y rogaron al Señor. Finalmente, el
ángel Miguel se apareció a ellos anunciando que la súplica no sería atendida.
"El tiempo de la vida de Adán terminó", dijo el ángel; su muerte no
debía ser evitada o aplazada. Seis días después, Adán murió. Incluso los
historiadores de Alexander (Alejando el Grande), crearon un vínculo directo
entre sus aventuras y Adán, el primer hombre que vivió en el paraíso y era
prueba de su existencia y poderes de conceder vida. Ese vínculo era una piedra,
única de su tipo, capaz de emitir luz. Se decía que ella fue sacada del Jardín
del Edén por Adán y que había pasado de generación en generación hasta llegar a
las manos de un faraón inmortal, que la había dado al rey de la Macedonia. Esa
trama de paralelos se hace más densa a medida que vamos tomando conciencia de
la existencia de otras leyendas, como el antiguo cuento judaico que
afirmaba que el cayado, con el cual Moisés realizó muchos milagros, inclusive
la separación de las aguas del lago de Juncos, fue traído por Adán del Jardín
del Edén. Adán lo dio a Enoc, que por su parte lo pasó a su bisnieto Noé, el
héroe del diluvio. Enseguida él fue heredándolo por la línea de Sin, de
generación en generación, hasta llegar a Abraham (el primer patriarca hebreo
post-diluviano). El bisnieto de Abraham, José, llevó el cayado consigo cuando
fue a Egipto, donde alcanzó muy alta posición en la corte del faraón. Allá el
cayado permaneció entre los tesoros del reino y fue así que llegó a las manos
de Moisés, pues este fue criado en la corte y vivía como un príncipe egipcio
antes de huir para la península del Sinai. En una versión de esa leyenda, el
cayado era hecho de una única piedra; en otra, de una rama del Árbol de la Vida
que crecía en el Jardín del Edén. En esas relaciones entrelazadas, volviendo a
los más primitivos de los tiempos, también existían leyendas conectando Moisés
a Enoc. Un cuento judaico, llamado "El Ascenso de Moisés", habla de
que cuando el Señor llamó Moisés en el monte Sinaí y lo encargó de llevar a los
israelitas para afuera de Egipto, este resistió a la misión por varios motivos,
entre ellos su habla vaga y poco elocuente. Determinado a acabar con esa
humildad, el Señor decidió mostrar Moisés "los ángeles", los
misterios del cielo y el lugar donde quedaba su trono. Entonces "Dios
ordenó a Metatrón, el Ángel de la Fisonomía, conducir Moisés hasta las regiones
celestiales". Aterrorizado, Moisés preguntó a Metatrón: "Quién eres
tú?" Y el ángel (literalmente: "emisario") respondió: "Soy
Enoc, hijo de Jared, tu ancestro". Acompañado por el angélico Enoc, Moisés
viajó por los siete cielos, vio el infierno y el paraíso y enseguida fue
devuelto al monte Sinaí, donde aceptó su misión. Otro libro muy antiguo lanza
más luz sobre las ocurrencias relacionadas con Enoc y su preocupación con el
inminente diluvio y su bisnieto Noé. Llamado "Libro de los Jubileos",
él también era conocido en la Antigüedad como el "Apocalipsis de
Moisés", pues habría sido escrito por éste en el monte Sinaí mientras un
ángel le dictaba las historias del pasado. (Los eruditos, empero, creen que la
obra fue compuesta el segundo siglo a.C.) El relato sigue de cerca las
narrativas bíblicas del Libro del Génesis, pero suministra más detalles, como
los nombres de las mujeres e hijas de los patriarcas pre-diluvianos, y amplía
los eventos experimentados por la Humanidad en esa época distante. La Biblia
nos informa que el padre de Enoc era Jared ("Descendido"), pero no
por qué él recibió ese nombre. El Libro de los Jubileos nos esclarece al respecto.
Dice que los padres de Jared le dieron ese nombre:
Pues en sus días los ángeles del Señor
descendieron a la Tierra – Aquellos que son llamados "Los
Observadores" – Para instruir a los hijos de los hombres E implantar el
juicio y la restricción en la Tierra.
Dividiendo las eras en
"jubileos", el Libro de los Jubileos continúa narrando que "en
el 11º jubileo, Jared tomó para sí una esposa; Baraka (Claro del Rayo) hija de
Rasujal, una hija del hermano de su padre... y ella le dio un hijo y lo llamó Enoc.
Él fue el primero entre los hombres nacidos en la Tierra que aprendió la
escritura, el conocimiento y la sabiduría, y escribía las señales del cielo de
acuerdo con el orden de sus meses en un libro, para que los hombres puedan
conocer las estaciones del año según el orden de sus meses". En el 12º
jubileo, Enoc tomó por esposa a Edni (Mi Edén), hija de Dan-el. Ella le dio un
hijo, Matusalén. Después de eso Enoc "anduvo con los ángeles de Dios por
seis jubileos de años y ellos le mostraron lo que existe en los cielos y en la
Tierra... y él escribió todo". Pero, a aquellas alturas, la situación se
complicaba. El Génesis cuenta que antes del diluvio "los hijos de los
dioses vieron que las hijas de los hombres eran bellas y tomaron como mujeres todas
las que más les agradaban... Dios se arrepintió de haber hecho a los hombres...
y Dios dijo: haré que los hombres desaparezcan de la faz de la Tierra”.
Según el Libro de los Jubileos, Enoc
desempeñó algún tipo de papel en ese cambio de actitud del Señor, pues "testificó
sobre los Observadores que habían pecado con las hijas de los hombres; él
testificó contra todos". Y fue para protegerlo de la venganza de los
Ángeles del Señor pecadores que "él fue retirado de entre los hijos del
hombre y llevado al Jardín del Edén". Específicamente mencionado como uno
de los cuatro lugares de Dios en la Tierra, el Jardín del Edén fue el lugar
donde Enoc se escondió y escribió su Testamento. Noé, el hombre íntegro
escogido para sobrevivir al diluvio, nació después de esos acontecimientos. Su
nacimiento, ocurrido en épocas conturbadas, cuando los "hijos de los
dioses" se relacionaban sexualmente con las mortales, causó una crisis
conyugal en la familia. Como el Libro de Enoc nos cuenta, Matusalén
"escogió una mujer para su hijo, Lamec, y ella se embarazó y dio a la luz
un hijo". Sin embargo, cuando el bebé -Noé- nació, había algo de raro:
Su cuerpo era blanco como la nieve y
rojo como el desabrochar de una rosa; sus cabellos y largos rizos eran blancos
como la nieve; sus ojos eran bellos. Cuando él abrió los ojos, iluminó la casa
toda como el sol y la casa quedó muy brillante. Cuando la partera lo irguió, él
abrió la boca y conversó con El Señor de la Justicia. Chocado, Lamec corrió
hacia su padre, Matusalén, y habló:
Engendré un hijo extraño, diferente del
hombre y parecido a los hijos del Dios del Cielo, su naturaleza es diversa, él
no es semejante a nosotros... Y parece que no se originó de mí, sino de los
ángeles.
Desconfiando de que su mujer hubiera
sido preñada por uno de los ángeles, Lamec tuvo una idea: Ya que su abuelo,
Enoc, estaba viviendo entre los hijos de los dioses, por qué no pedirle ir al
fondo de la cuestión? Entonces, dirigiéndose a Matusalén, rogó: "Y ahora,
mi padre, te pido e imploro que busques a Enoc, tu padre, y de él me quede
sabiendo la verdad, pues su morada es entre los ángeles". Matusalén
atendió al pedido de Lamec y, al llegar a la Morada Divina, llamó a Enoc y le
contó sobre el nacimiento de aquel niño raro. Después de hacer algunas
indagaciones, Enoc garantizó a Matusalén que Noé era realmente hijo de Lamec y
que su aspecto raro anunciaba que algo estaba por venir: "Habrá un gran
diluvio y una enorme destrucción durante un año, y sólo ese hijo, que deberá
recibir el nombre de Noé (Descanso), y su familia serán salvos". Esos
acontecimientos del futuro, explicó Enoc a su hijo, yo los leí en las tablas
celestiales.
El término empleado en esas escrituras
antiguas, aunque exbíblicas, para designar a los "hijos de los
dioses" envueltos en tonterías antediluvianas, es Observadores. Se trata
del mismo término, Neter, que los egipcios usaban para los dioses y es el
significado exacto del nombre Shumer, el lugar de su aterrizaje. Los varios
libros antiguos que lanzan esa nueva luz sobre los dramáticos eventos antediluvianos
fueron preservados en varias versiones que son todas sólo traducciones
(directas o indirectas) de originales hebraicos hoy muy perdidos. Sin embargo,
su autenticidad fue confirmada por el famoso descubrimiento de los Manuscritos
del Mar Muerto, acontecida hace pocas décadas, pues entre ellos había
fragmentos de pergaminos que a buen seguro eran parte de los originales en
hebraico de esas "memorias de patriarcas". De particular interés para
nosotros es un fragmento que trata del nacimiento de Noé, del cual podemos
aprender el término original hebraico que ha sido traducido como
"Observadores" o "Gigantes", no sólo en versiones antiguas,
sino incluso por eruditos modernos, como T. H. Gaster (The Dead Sea criptures)
y H. Dupont-Sommer (The Essene Writings from Qumran). Según esos estudiosos, la
columna II de ese fragmento comienza así:
Vea, pensé en mi corazón que la
concepción era de uno de los Observadores, uno de los Santos, y (que el niño
realmente pertenecía) a los Gigantes. Y mi corazón cambió dentro de mí a causa
del niño. Entonces yo, Lamec, me apresuré y fui la Bath-Enosh (mía) mujer, y le
dije: [Quiero que jures] por el Altísimo, por el Señor Supremo, el rey de todos
los mundos, El gobernante de los Hijos del Cielo, que tú me contarás con verdad
si...
Sin embargo, cuando examinamos el
original en hebraico, vemos que él no dice "Observadores", sino
Nefilim – el exacto término usado en el Libro del Génesis, Capítulo 6.
Así, textos y leyendas antiguas se confirman unos a los otros: La época antes
del diluvio fueron los días en que "Los Nefilim estaban sobre la Tierra -
los Poderosos, el Pueblo de los Cohetes". En las palabras de las Listas de
Reyes Sumerios, el diluvio "barrió" la Tierra 120 shars (120 órbitas
de 3.600 años) después del primer aterrizaje de los astronautas, lo que lo
coloca cerca de 13 mil años atrás. Fue exactamente la época cuando la última Edad
del Hielo terminó abruptamente, cuando comenzó la agricultura; 3.600 años
después vino la Nueva Edad de la Piedra (como a llaman los eruditos), la edad
de la cerámica. Entonces, 3.600 años después, la civilización en su todo
floreció en la "llanura entre los ríos", en la Sumeria. "Todo el
mundo se servía de una misma lengua y de las mismas palabras", dice el
Libro del Génesis. Sin embargo, luego que el pueblo se estableció en el país de
Sennar (Sumeria) y construyó casas de adobe, él conspiró para "construir
una ciudad y una torre cuyo ápice penetre en los cielos". Los textos
sumerios de los cuáles fue extraído ese relato bíblico aún no fueron
encontrados. Sin embargo, encontramos alusiones al evento en varias leyendas
sumerias. Lo que emerge es un aparente esfuerzo por parte de Ea para conseguir
el apoyo de la humanidad con el objetivo de asumir el control de las
instalaciones espaciales de los Nefilim - un incidente más del feudo entre los
dos hermanos, que a esa altura se había propagado hacia sus descendientes. Como
resultado de ese evento, según nos cuenta la Biblia, Dios decidió dispersar a
la humanidad y "confundir" sus lenguajes, o sea, darle civilizaciones
diferentes y separadas.
Las deliberaciones de los dioses en la
era que siguió al diluvio son mencionadas en varios textos sumerios. La llamada
Epopeya de Etana declara:
Los Grandes Anunnaki que decretan el
destino se quedaron cambiando impresiones acerca de la Tierra. Ellos que
crearon las cuatro regiones, que fundaron las povoações, que supervisan
la Tierra, estaban altos demasiados para la Humanidad.
La decisión de establecer cuatro
regiones separadas en la Tierra fue combinada con la resolución de instalar
intermediarios (reyes-sacerdotes) entre los dioses y la Humanidad. Y así
"nuevamente la realeza fue descendida a la Tierra, venida del cielo".
En el esfuerzo -que probó ser inútil- para poner un fin o disminuir las
desavenencias entre las familias de Ea y Enlil, los dioses hicieron un sorteo
entre ellas para determinar quién se quedaría con el dominio de cada región.
Como resultado, Asia y Europa fueron entregadas a Enlil y sus descendientes, y
Ea recibió África. La primera región de la civilización fue la Mesopotamia y
las tierras adyacentes. El área montañosa donde comenzó la agricultura y el
poblamiento, los países que vinieron a ser conocidos como Elam, Persia y
Asiria, fueron concedidos al hijo de Enlil, NIN.UR.TA, su heredero y
"Principal Guerrero". Algunos textos sumerios cuentan los heroicos
esfuerzos de ese dios para represar los desfiladeros y garantizar la
supervivencia de sus súbditos humanos en los duros tiempos que se siguieron al
diluvio. Cuando las capas de lodo que cubrían la llanura entre los dos ríos
secó lo suficiente para permitir el repoblamiento, la Sumeria y las tierras que
de ahí se extendían hacia el oeste, hasta el Mediterráneo, fueron entregadas a
otro hijo de Enlil, NAN.NAR (Sin en acadio). Un dios benevolente, él supervisó
la reconstrucción de la Sumeria, reedificando las ciudades antediluvianas en
sus lugares originales y fundando otras. Entre estas últimas estaba su
favorita, Ur, la ciudad donde nació Abraham. Nannar era siempre dibujado
acompañado por el símbolo de la luna creciente, su "contraparte"
celestial.
Ninurta.
Al hijo más nuevo de Enlil, ISH.KUR (que
los acadios llamaban Adad), le dieron las tierras al noroeste, Asia Menor y las
islas del Mediterráneo, de donde la civilización - "realeza" -acabó
esparciéndose para Grecia. Tal como vino a acontecer con Zeus en Grecia, Adad
era retratado montando un toro y cogiendo un fajo de rayos. Ea también dividió
la segunda región, África, entre sus hijos. Se sabe que uno de ellos, llamado
NER.GAL, reinó sobre las áreas más meridionales del continente. Otro hijo,
GI.BIL, aprendió con el padre los artes de la minería y metalurgia, y asumió el
control de las minas africanas. Un tercer hijo, el favorito de Ea, recibió de
él el nombre de MAR-DUK, en homenaje a su planeta natal, y aprendió con el
padre todo el conocimiento de las ciencias y astronomía. (A cerca de 2.000 a.C.,
Marduk usurpó la soberanía de la Tierra y fue declarado Dios Supremo de la
Babilonia y "de los Cuatro Cantos de la Tierra".) Y, como ya vimos,
un cuarto hijo de Ea, cuyo nombre egipcio era Ra, presidió la implantación del
núcleo básico de esa región, la civilización del valle del Nilo. La tercera
región, como fue descubierto hace sólo cincuenta años, quedaba en el
subcontinente de la India. Allá también una gran civilización creció en la
Antigüedad, cerca de mil años después de la Sumeria.
Ella es llamada civilización del valle
del Indo y su centro era una ciudad real desenterrada en un lugar llamado
Harapa. Su pueblo prestaba homenaje no a un dios, sino a una diosa,
retratándola en estatuillas de yeso como una mujer seductora, adornada con
collares y los senos destacados por franjas que cruzaban su cuerpo. Concluyo,
sin embargo, que ella era la hija de Sin, a quien los sumerios llamaban de
IR.NI.NI ("La Dama Fuerte y Perfumada") y los acadios de Ishtar. Los
textos sumerios hablan del dominio de esa diosa sobre un país lejano llamada
Arata, una tierra con cosechas de granos y graneros, tal como Harapa para donde
ella hacía viajes aéreos, vestida de piloto. Fue la necesidad de un
espacio-puerto que resultó en la separación de una cuarta región para uso
exclusivo de los Grandes Anunnaki. Todas las instalaciones espaciales de la
época en que habían llegado a la Tierra -el espacio-puerto en Sippar, el Centro
de Control de la Misión en Nippur- fueron arrasadas por el diluvio. La llanura
de la Mesopotamia quedaba en un área de baja altitud y continuaría lodosa por
milenios, impidiendo la reconstrucción de esos complejos vitales. Otro lugar,
más elevado y sin embargo adecuado, alejado y sin embargo accesible, tenía que
ser encontrado para el espacio-puerto y sus instalaciones auxiliares. Sería una
"zona sagrada" un área restricta, en la cual sólo se entraría con
permiso especial. En sumerio era llamada de TILDE.MUN - literalmente, la
"Tierra de los Misiles".
Como la escritura de la civilización del
Indo permanece no descifrada, nadie sabe con qué nombre los harapanos llamaban
su diosa o quién ella era exactamente.
Los Dioses del Infierno
y la Tierra.
1 ENLIL 2. NINURTA 3.
NANNAR/Sin 4. ISHKUR/Adad 5. NERGAL 6. GIBIL 7. MARDUK IRNINI/Ishtar as Great
Lady (8), Enchantress (9), Warrior (10), Pilot (11) UTU (El Brillante) Shamash
en acadio, lideró la Operación Diluvio.
Quien se quedó a la cabecilla de ese
espacio-puerto postdiluviano fue el hijo de Sin, y así nieto de Enlil, un
hermano gemelo de Irnini/Ishtu. Su nombre era UTU (El Brillante) Shamash en
acadio, fue él quien lideró con éxito la Operación Diluvio, la evacuación de
Sipar. Siendo el jefe de los hombres del espacio basados en la Tierra, los
"Águilas", él orgullosamente usaba su uniforme de águila en las
ocasiones formales. Los días antes del diluvio, según decían las tradiciones,
algunos pocos mortales escogidos habían conseguido despegar del espacio-puerto:
Adapa, que perdió la oportunidad de hacerse inmortal, Enmeduranki, a quien los
dioses Shamash y Adad transportaron a la Morada Celestial para ser iniciado en
los secretos sacerdotales (y después devuelto a la Tierra), y también Ziusudra
(Sus Días de Vida Prolongados), héroe del diluvio, que, junto con su mujer, fue
llevado para vivir en Tilmun.
Shem fue venerado como un obelisco y el
cohete espacial saludado por "Águilas"
En la época post-diluviana, decían los
registros sumerios, Etana, uno de los primitivos gobernantes de Kish, fue
llevado de Shem para la Morada de los Dioses, donde le sería concedida la
Planta del Rejuvenecimiento y Nacimiento (pero él también se quedó demasiado
asustado para completar el viaje). Y el faraón Tutmés III afirmaba en sus
inscripciones que el dios Ra lo había llevado para lo alto, le había mostrado
los cielos y después lo había devuelto a la tierra:
Él me abrió las puertas del Cielo.
Abrió para mí los portales de su horizonte. Volé hacia el firmamento como
un halcón divino... Para poder ver sus misteriosos modos en el Cielo...
Me sacié con la comprensión de los dioses.
En los recuerdos posteriores de la
Humanidad, el Shem fue venerado como un obelisco y el cohete espacial saludado
por "Águilas" dio lugar a un sagrado "Árbol de la Vida".
Pero en la Sumeria, donde los dioses eran una realidad presente – tal como en
Egipto, cuando reinaron los primeros faraones-, Tilmun, la "Tierra de los
Misiles", era un lugar real, un lugar donde el hombre podía encontrar la
inmortalidad. Y allá, en la Sumeria, ellos registraron la historia de un hombre
que, sin ser invitado por los dioses, partió para revertir su destino, a pesar
de todo. Gilgamesh, El Rey que no quería morir. Como se dijo al inicio del
presente existen muchas versiones del diluvio en diferentes partes del mundo
que resumiremos en forma breve: Los egipcios en sus leyendas refieren que el
diluvio universal es uno más de los varios desastres, Ra el dios sol deseando
castigar a la humanidad produjo una inundación que sumergió grandes áreas de la
tierra, luego se ablando y prometió a los egipcios sobrevivientes que enviaría
cada año una inundación propicia que fertilizaría constantemente el delta del
Nilo para que prosperaran. Los hebreos a través de la biblia hablan de su dios
que salvo a la humanidad y las especies vivas de los animales en un barco que
construyo Noé. Las tradiciones griegas hablan de Deucalión y su mujer Pirra que
se salvaron de un diluvio que duro 9 días y noches. El Satapatha Brahmana y el
Mahabharata hablan que Manu se salvó en un barco que sujetaron al cuerpo de un
pez que Manu pesco y dejo a salvo. Las Puranas de la India hablan de un barco
dirigido por un Pez Divino que los salvo de una inundación de siete días.
Matysa, el pez, considerado la
intervención divina de Visnú que los salvo de la destrucción.
Las tradiciones persas que hablan de
Yima y mil parejas, así como de animales y pájaros que se guarecieron en una
fortaleza o tumba subterránea hecha de barro que soportaron terremotos,
inundaciones y fuego que destruyo al mundo. El Corán que refiere a Noé y su
familia que se salvaron y su arca se posó en el monte Djudi. La Leyenda galesa
“La Tercera Catástrofe de Bretaña” que
hablan de Dwyfan y Dwyfach que se salvaron de una gran inundación. El Edda
noruego refiere que Bergalmer y su mujer se salvaron en una gran nave de una
gran inundación y fuego, la tierra se hundió en el océano y el fuego se elevó
hasta el mismo cielo. Las tradiciones lituanas que hablan de varias parejas que
se salvaron en una concha de una inundación que duro 12 días y noches. Las
leyendas irlandesas pre cristianas que hablan de Ceseair y su corte se salvaron
en un barco de una inundación y navegaron 7 años y medio, pero nunca retornaron
a Irlanda que fue asolado por el océano y lo hizo inhabitable por 200 años
luego del diluvio. La leyenda China donde Yao y otros siete navegaron en un
junco a vela para salvarse de una inundación y terremoto que desordeno todo el
universo.
El Popol Vuh dice que un gran diluvio se
formó, que cayó sobre los muñecos de palo.
Las tradiciones mayas del Popol Vuh
dicen que un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos
de palo que fueron destruidos y recibieron la muerte y el Chilam Balam que
habla de unas pocas personas se salvaron en cuevas profundas. Los Chibchas
hablan de Bochica y su mujer que escalaron una montaña alta y se salvaron de la
inundación. Los hurones refieren que el Gran Padre, su mujer, su familia y
animales se salvaron en una gran balsa de una inundación que duró varios meses.
Los hopi que hablan de miembros de la tribu que se ataron a plantas altas de
tallos huecos. Los guaraníes hablan de Tamandere y su mujer que se salvaron en
una palmera gigantesca con abundantes frutos. Los incas refieren a una
inundación de 60 días y noches, que fue anunciado por una llama, que viendo con
tristeza el cielo dijo a su dueño que el mar cubriría la tierra, por esta razón
la llama llevo a su dueño a la cumbre del monte Vilcacoto donde se habían
reunido la gente, los pájaros y los animales. Los tuscarora de Brasil refieren
que los gemelos Tamandere y Aricute se salvaron en un árbol muy alto que crecía
en una montaña, de una inundación que subía acompañada de un viento helado. Los
tlingit de Alaska hablan de que los miembros de la tribu se salvaron en grandes
canoas que navegaron en el mar y vieron como los árboles, los animales y la
gente pasaban arrastrados por la rápida corriente y naturalmente la versión
sumeria que habla de un dios Enlil que quiso destruir la humanidad y otro dios
Enki, que los salva a través de Ziusudra que construyo un barco para salvarse.
De todas estas, la versión sumeria es la que más se asemeja a lo que narra la
biblia. Y ya son muchos quienes afirman que la biblia hizo suyas muchas
leyendas y mitos sumerios. Esta es pues la versión sumeria del diluvio
universal, saque Ud. Sus propias conclusiones.
Dinastías y reyes de Sumer y Akkad
La Lista Real Sumeria y la longevidad en
la Biblia
El caso bíblico de las generaciones
prediluvianas de gran longevidad encuentra una cantidad de analogías en la
mitología de diversas culturas ancestrales, pero sobretodo en la sumeria.
El texto bíblico menciona expresamente
las 10 generaciones entre Adán y Noé (Nóaj), con sus respectivos años de vida:
Adan: 930 años
Set: 912 años
Enósh: 905 años
Keinán: 910 años
Mahalalél: 895 años
Iéred: 962 años
Janój: 365 años
Metushélaj: 969 años
Lémej: 777 años
Nóaj: 950 años
Obviamente, por lo inusual e improbable,
este listado de generaciones ha sido usualmente tomado más como una anécdota
imprecisa que como un hecho histórico. Pero al cotejarlo con registros de otras
culturas y civilizaciones no podemos menos que empezar a considerarlo de otra
forma.
La Lista Real Sumeria es un registro de
los reyes que han gobernado el país de Sumer y las ciudades donde se ha
radicado dicho poder. Se conocen más de una docena de ejemplares de Listas de
Reyes Sumerios, encontrados en Babilonia, Susa, y en la Biblioteca Real Asiria
de Nínive, del siglo VII a.C y se cree que todos proceden de un original que
probablemente fue escrito durante la tercera dinastía de Ur o un poco antes. El
ejemplar mejor conservado de la Lista de Reyes Sumerios es el llamado Prisma de
Weld-Blundell.
Prisma de Weld-Blundell
El Prisma de Weld fue escrito en
cuneiforme hacia el 2170 a.C por un escriba que firma como Nur-Ninsubur, a
finales de la dinastía Isin. Es un prisma de barro cocido, que fue hallado por
la expedición Well-Blundell en el año 1922, en Larsa, a unos pocos kilómetros
al norte de Ur, hogar del patriarca hebreo Abraham.
El documento ofrece una lista completa
de los Reyes de Sumer desde el comienzo, antes del Diluvio, hasta sus propios
días, cuando reinaba Sin-Magir, Rey de Isin (1827 a.C – 1817 a.C) incluyendo
además y expresamente a los 10 Reyes Longevos que vivieron antes
del Diluvio Universal.
Si bien se pueden encontrar diferencias
entre las distintas versiones de la lista, como que se omitan dinastías, o que
se den otras como sucesivas cuando en realidad fueron contemporáneas, hay un
cuerpo central que es común a la mayoría. En cuanto a su legitimidad y
precisión, si bien los primeros reyes no han podido ser corroborados por otras
fuentes, a medida que la lista avanza en el tiempo, se han ido comprobando los
nombres y fechas con otros registros históricos.
Lista de Reyes Sumerios
– Prisma de Weld-Blundell desplegado
La lista comienza con el siguiente
texto:
“Después de que la realeza descendiera
del cielo, la realeza estuvo en Eridug (Eridu). En Eridug, Alulim se hizo rey y
gobernó 28.800 años.”
Cabe remarcar que este registro sumerio
explicita que sus reyes descendieron del cielo, al igual que los egipcios y
otras tantas culturas ancestrales.
Ciudades de Sumer y
Acad
La
lista de los reyes de Eridu es:
Alulim
de Eridug: 8 sars
(28800 años, desde 453.600 al 388.800 año, antes del diluvio)
Alalgar
de Eridu: 10 sars
(36000 años, desde 388.800 al 316.800, antes del diluvio)
En-men-lu-ana
de Bad-Tibira: 12 sars
(43.200 años, desde 316.800 al 244.800, antes del diluvio)
En-Men-Gal-Ana
de Bad-Tibira: 8 sars
(28.800 años, desde 244.800 al 223.200, antes del diluvio)
Dumuzi
de Bad-Tibira, el pastor:
10 sars (36.000 años, desde 223.200 al 201.600, antes del diluvio)
En-Sipad-Zid-Ana
de Larak: 8 sars
(28.800 años, desde 201.600 al 172.800, antes del diluvio)
En-men-dur-ana
de Zimbir (Sippar): 5
sars y 5 ners (21.000 años, desde 172.800 al 136.800, antes del diluvio)
Ubara-Tutukin (Ubartutu) de Shuruppak: 5 sars y 1 ner
(18.600 años, desde 136.800 al 64.800, antes del diluvio)
SuKurLam (28.800 años, desde 64.800 al 36.000
antes del diluvio)
Zin-Suddu
o Ziusudra (desde
36.000 hasta el diluvio)
La lista termina con el texto:
“Entonces, el Diluvio destruyó la Tierra”.
(*) Los reinados están medidos en sars –
períodos de 3600 años – y en ners – períodos de 600 años.
Como menciona Boulay en su libro
“Serpientes y Dragones Voladores”, el término Eridu fue el que
probablemente dio nombre a nuestro planeta, considerando que en antiguo alemán,
Tierra es Erda; Erthe en inglés medio, Era en griego, Ereds en arameo, y Eretz
en hebreo. Parece que todos los caminos filológicos conducen de regreso a la
primera ciudad construida en este planeta por nuestros antepasados, Eridu.
Colección Schøyen MS
2855 – Otra versión de la Lista Real Sumeria
En primer lugar es de destacar que, así
como en la Torá están las 10 primeras generaciones, imposiblemente longevas, la
lista real sumeria también presenta 10 reyes, asimismo de edades
extraordinarias.
Los 10 reyes sumerios tienen un promedio
de 45 mil años de reinado cada uno, mientras que el promedio de las 10
generaciones bíblicas es de 850 años de vida.
Ziusudra, como Noé, fue el último de la
lista antes del Diluvio, y al igual que él, fue avisado de la catástrofe por
ser un ser piadoso y temeroso de los dioses. Las similitudes se extienden hasta
en las instrucciones dadas a Ziusudra para que construya un navío gigantesco
para salvarse él y los suyos.
Apollodorus (180 a.C – 119 a.C),
gramático, historiador y mitógrafo griego, se refirió a la historia contada por
Beroso, sacerdote e historiador caldeo del siglo III AEC, quien redactó en
griego su Babilónica (c. 280 a.C), una obra acerca de la historia de Babilonia:
“Esta es la historia que Beroso nos ha
transmitido: Nos dice que el primer rey fue Alorus de Babilonia, un caldeo: reinó diez saros y después Alaparus y Amelon que vino de Pantibiblon; luego Ammenon el Caldeo, en cuyo tiempo apareció el Musarus Oannes, el
Annedotus del Golfo Pérsico.
Luego sucedió Megalarus, de la ciudad de Pantibiblon y reinó dieciocho saros y
tras él Daonus, el pastor, de
Pantibiblon y reinó diez saros; en su tiempo (dice él) apareció de nuevo en el
Golfo Pérsico, un cuarto Annedotus,
que tenía la misma forma que los anteriores, la de un pez mezclada con la de un
hombre.
Luego Euedoreschus reinó desde la ciudad de Pantibiblon por un periodo de
dieciocho saros. En su época apareció otro personaje cuyo nombre era Oadacon, del Golfo Pérsico, como el
anterior, con la misma forma complicada, entre pez y hombre.
Luego reinó Amenpdinus, un caldeo de Laranchae y el, siendo el octavo en el
orden gobernó diez saros. Luego reinó Otiertes,
un caldeo de Laranchae y gobernó durante ocho saros. A la muerte de Otiartes,
su hijo Xisuthrus, reinó
dieciocho saros. En su época sucedió el Diluvio Universal.”
Entonces, según Apolodoro, la lista de
los Reyes Antediluvianos de Babilonia también contaba con 10 nombres: 1.
Alorus; 2. Alaparus; 3. Amelon; 4. Ammenon; 5. Megalarus; 6. Daonus; 7.
Euedoreschus; 8. Amenpdinus; 9. Otiertes y 10. Xisuthrus (el mismo Ziusudra).
Por su parte, Abydenus, célebre
historiador griego autor de “Historia de los Caldeanos y Asirios, narra una
historia similar:
“Cuanto concierne a la sabiduría de los
caldeos, se dice que el primer rey de este país fue Alorus, que promulgó un
informe diciendo que estaba designado por Dios para ser el pastor del pueblo:
reinó diez saros.
Después de él, Alaparus reinó tres
saros; le sucedió Amillarus, de la ciudad de Pantibiblion, que reinó trece
saros; en este tiempo, un semidemonio llamado Annedotus, muy parecido a Oannes,
apareció del mar por segunda vez.
Después de él reinó Ammenon doce saros
que era de la ciudad de Pantibiblon: luego Megalarus, del mismo lugar,
dieciocho saros; luego Daos, el pastor, gobernó por espacio de diez saros – era
de Pantibiblon – en su tiempo pasaron del mar al suelo cuatro personajes de
doble forma, cuyos nombres fueron Euedocus, Eneugamus, Eneuboulos y Anementus.
Después de estas cosas estuvo Anodaphus,
en el tiempo de Euedoreschus. Hubo luego otros reyes y el último de todos
Sisithrus (Xisuthrus). De modo que en total el número ascendió a diez reyes y
la duración de sus reinados a 120 saros”.
Tablillas con el relato
del diluvio universal – Nippur (3000-2000 a C.) y Poema de Gilgamesh
Luego, la Lista Real Sumeria continúa
con la segunda dinastía:
“Después de que el diluvio hubiera
terminado, y la realeza hubiera descendido del cielo, la realeza pasó a Kish”.
I
dinastía de Kish (2900-2550)
Kish era una ciudad del norte de la Baja
Mesopotamia (lo que más tarde sería el país de Akkad). Fue fundada
probablemente hacia principios del tercer milenio, aunque hay constancia de
poblamientos más antiguos por su zona: Ras El'Amiya (periodo Ubaid
4000-3500 a. C.), Yemdet-Nasr (periodo Uruk
3500-3000 a. C.). Kish (Tell al-Uhaymir) comprende los asentamientos
de Ingharra, Uhaimir, así como otros de
menor importancia. Se encontraba ubicada a unos 15 km al este de Babilonia.
El asentamiento paulatino de los semitas
(acadios) en la Baja Mesopotamia y en el bajo Diyala, seguramente tuvo como
centro comercial y político a la ciudad de Kish, cuya población en el periodo
protodinástico ya era principalmente acadia (como lo demuestra la lista de
reyes, que tienen nombres claramente semitas).
La hegemonía de Kish en Akkad y más
tarde en gran parte de la baja Mesopotamia dio como resultado que los reyes
sumerio-acadios que pretendían la supremacía sobre sus rivales, se titularan
habitualmente con el título a veces honorífico de «rey de Kish» o «rey de las
cuatro partes» (Sumer, Elam, Subartu y Amurru, con Kish en el centro).
De los 23 reyes que hubo en este periodo
destacan Etana, Enmebaragesi y Mesilim.
Por orden cronológico de la lista de los
reyes:
Kullassina-bel
de Kish: 960 años
Nangishlishma
de Kish: 670 años
En-Tarah-Ana
de Kish: 420 años
Babum
de Kish: 300 años
Puannum de Kish: 840 años
Kalibum de Kish: 960 años
Kalumum de Kish: 840 años
Zuqaqip de Kish: 900 años
Atab de Kish: 600 años
Mashda de Kish: 840 años
Arwium de Kish: 720 años
Etana de Kish, el pastor, quien ascendió al
cielo y consolidó todos los reinos * extranjeros: 1500 años
Balih de Kish: 400 años
En-Me-Nuna de Kish: 660 años
Melem-Kish de Kish: 900 años
Barsal-Nuna de Kish: 1200 años
Zamug de Kish: 140 años7
Tizqar de Kish: 305 años
Ilku de Kish: 900 años
Iltasadum de Kish: 1200 años
En-Men-Barage-Si de Kish, que conquistó Elam: 900 años
(este es el gobernante más * antiguo de la lista que se confirma
independientemente de la evidencia epigráfica)
Aga de Kish: 625 años
Podemos encontrar una gran similitud
entre la historia de Etana de Kish que fue “el pastor quien ascendió al cielo y
consolidó todos los reinos extranjeros”, y Enoc (Janoj) de la Biblia, que
“caminó con Dios, después que engendró a Matusalén… trescientos sesenta y cinco
años… y desapareció, porque le llevó Dios”.
Por su parte, Mebagaresi de Kish es el
gobernante más antiguo de la lista Real Sumeria cuya existencia ha sido
confirmada independientemente en otras inscripciones.
Luego la lista continúa con unos cien
reyes más cuyos años de vida van disminuyendo progresivamente, al igual que lo
hacen los descendientes post diluvianos de la Torá.
"Entonces Kish fue derrotado y el
reinado fue tomado por E-ana (Uruk)"
Muchos reyes tienen nombres de animales,
como, por ejemplo, Kalibum.
Etana: Es un rey no histórico, muy famoso por
su mito. Según éste, Etana no tenía descendencia de su esposa, pero anhelaba
tenerlo para las honras fúnebres (que le recuerden sus herederos directos) así
que se lo pidió al dios Shamash. Este le dijo que fuera a una montaña, con lo
que Etana se dirigió allí. Ya en el monte, vio a un águila sin alas y se puso a
hablar con ella. El animal le contó que hacía tiempo había vivido en la copa de
un árbol; un día, decidió bajar al suelo a comerse unas crías de serpiente, y
entonces un dios le dijo que se comiera las entrañas de un buey. Allí fue la
bestia y empezó a zampar, metiéndose en el interior del animal; de repente, la
piel de la res se cerró y quedó atrapada dentro del animal de tal forma que le
fueron cortadas las alas. Entonces, el águila le pidió a Etana que la
alimentara para que le crecieran de nuevo y así poder volar juntos al cielo y
coger la planta de la fertilidad. El protagonista le obedeció y al cabo de un
tiempo al águila le vuelven a aparecer las alas. Comienzan a subir y cuando
estaban a una altura considerable Etana miró hacia abajo y se dio cuenta de que
la Tierra era
redonda (por lo que ya los sumerios lo intuían). Continuaron ascendiendo y
Etana se mareó… Aquí se acaba la tablilla y falta la última de todas, con lo
que no se conoce el final del relato, pero seguramente fue feliz porque a Etana,
según los textos, le sucedió su hijo Balih.
Se sabe que Enmebaragesi tuvo
enfrentamientos con Elam por dos textos, así que sí existió. Le sucedió
Agga, quien derrotó a Gilgamesh (este
hecho concreto y real no aparece en el Poema de Gilgamesh porque sería malo
para el protagonista).
Mesilim: Fue un personaje con tal prestigio que
a la época en que vivió muchas veces se le da su nombre: en vez de “I de Kish”,
“Época de Kish”. Hay varios textos donde aparece nombrado. Pone que lucha con
Lagash y es derrotado; por este motivo no le pusieron en las Listas Reales.
En: Es el señor; se convierte en ensi.
Según Jacobean, director de los cultos a los antepasados, luego lo asocian al
Señor de los animales. Por lo tanto, el ensi sería el señor del ganado.
Lugal: En la mitad del III milenio aparece el
lugal, que viene de “lu” (“hombre”) y “gal” (“grande”). Es el rey. Cuando los
semitas se instalen en Mesopotamia con la dinastía de Sargón, se denominará
sharru; Sharrukin es el nombre de este soberano, y significa “rey
legítimo/verdadero”, Dicho monarca, como veremos, dio un golpe de Estado y se
instauró como soberano legítimo.
Shanu: deriva de Shar, un numeral,
concretamente una medida de superficie equivalente a 3.600 (sistema
sexagesimal), y que significaría la totalidad numérica. Dicha totalidad se
asocia con el rey, que es quien le designa.
Templos,
clero y culto
Los hombres que habían sido creados
exclusivamente para el servicio de los dioses, según refieren determinados
mitos, debían cuidar de ellos en lugares apropiados, mediante un culto
escrupulosamente regulado por un competente clero, que tuvo también una
extraordinaria importancia social, económica y cultural. Este culto se
desarrollaba en los templos, en grandes casas o en santuarios, los cuales se
convertían en centros religiosos que concentraban los recursos económicos y políticos
de la sociedad. Este lugar de culto solía estar situado sobre una gran
plataforma o terraza, orientado según los puntos cardinales sumerios y que
reciben el nombre de zigurats, con un exterior construido a base de adobes y
ladrillos y embellecidos por placas de mármol y con un interior distribuido en
naves y capillas, adoptando un sistema de eje acodado (disposición que impedía
ver directamente desde la entrada la cámara de la divinidad).
Zigurat de Ur
Los templos se iban construyendo
superpuestos unos encima de otros, cubriendo los restos, que servían de
cimientos.
Como hecho resaltado hay que recalcar
que para toda la historia sumeria no se han encontrado estatuas de dioses en el
interior de los templos, siendo las estatuas halladas, representaciones de
orantes y de reyes que se creen que funcionarían como portavoces de éstos hacia
la divinidad.
La lista de sacerdotes la encabezaba el en y su elección se establecía
mediante un rito adivinatorio. Los templos contaron también con personal
religioso femenino y que solían ser hijas de reyes. Hay que resaltar el marcado
carácter político que adquirió en un primer momento el en, o jefe religioso, dirigiendo la comunidad y actuando como
“rey” del territorio, para ir con el tiempo y a partir del tercer milenio
perdiendo esta vertiente, acabándose por separar finalmente los ámbitos
políticos y religiosos.
Los cultos y ceremonias estuvieron
perfectamente regulados dentro de unas lineas uniformes para todo el país,
estableciéndose sacrificios, cruentos e incruentos, de personas o animales,
libaciones de agua, cerveza, vino y aceite y ofrendas de exvotos, bienes y
comida. En cuanto a las ofrendas éstas podían ser de carácter regular o
ceremonial, soliéndose dejar dentro del templo y consistiendo en comida o
bebida, estatuillas de orantes y animales como peces, cabras, ovejas o aves.
También este culto sumerio se tributaba a nivel urbano y familiar, cada uno con
sus divinidades propias. Los hombres debían expiar sus pecados a través de
lamentos públicos o plegarias para aplacar a la divinidad.
En esta época hay dos polos de poder, el
templo y el palacio. La primacía del primero se explica por la necesidad de
legitimación divina por parte de los reyes, de tal forma que se les hace hijos
de los dioses.
Tanto el en, el ensi y el lugal, viven
en el palacio.
Diferencia entre templo y palacio:
“e”>
“casa”, es decir, templo en una ciudad de tipo medio.
“egal”>
“casa grande”. Por ejemplo, el templo de Enlil en Nippur.
“egalmakn”>
“casa enorme”. Uno de ellos sería el templo de Babilonia.
En el período Protodinástico hay un
rey-sacerdote, pero a partir de Mesilim (ya en el tercer milenio, finales de la
dinastía I de Kish), ambos cargos se van a diferenciar.
Nippur entonces se convertirá en el
centro nacional religioso, sin dinastía de reyes. La mantendrán otras ciudades
mesopotámicas (sumerias) con el impuesto de bala (explicado en el tema
siguiente). Es en esta ciudad donde reside Enlil, por lo que de ella emana el
Enlilutu, que inspirará el respeto de la ciudad.
Nin: Será la partícula que designe a
“señora”, relativo a mujeres de dioses,… excepto algunos hombres, como
Ningirsu.
Era común que pese a ser distantes en
tiempo y lugar de Mesilim de Kish, los reyes se pusieran el título de Rey de
Kish, porque allí fue donde se instauró de nuevo la monarquía tras el Diluvio.
En torno a este templo de un dios
desconocido se creó una floreciente cultura en la ciudad de Eridú.
Bajo él se han localizado diecisiete
estratos de otros tantos templos superpuestos y sepultados luego por una torre
escalonada (u-nir) levantada por el rey neosumerio Amar Sin (2046-2038 a.C).
Tiene muros articulados con columnas
adosadas y tendencia a colorear.
Dinastía
I de Uruk (2700-2550)
Dumuzi, llamado el Pastor, de Bad-Tibira
en Sumeria, fue el quinto rey predinástico en el rey Lista sumeria.
Dumuzid Pastor es objeto de una serie de
poemas épicos de la literatura sumeria. Sin embargo, a veces se le describe en
estas pastillas como rey de Uruk.
Entre las composiciones míticas
participación Dumuzid el Pastor son los siguientes:
E/ descenso de Inanna a/ Mundo Inferior
~ Inanna y Bi/ulu; Inanna y Shuka//etuda; Dumuzi y Enkimdu: el conejo de
Inanna; El matrimonio de Dumuzi e Inanna; Duinuziy los demonios ga/la “:
Dumuziy Geshíinanna; La muerte de Dumuzi.
I
de URUK (2700-2550)
Meskiaggasher
Enmekar
Lugalbanda
Dumuzi
Gilgamesh
Urnungal
Utulkalamma
Labashum
Enundaranna
Meshke
Melamanna
Lugalkitum
Enmekar
Lugalbanda
Dumuzi
Gilgamesh
Urnungal
Utulkalamma
Labashum
Enundaranna
Meshke
Melamanna
Lugalkitum
Inanna (en acadio, Istar), la más
importante divinidad femenina del panteón mesopotámico, es la figura central de
una rica mitología que la une al pastor Dumuzi (Tammuz en la forma hebrea y
aramea). Los elementos fundamentales sobre los que se sostiene la tradición
mítica los hallamos en el matrimonio con Dumuzi y en el descenso de la diosa a
los Infiernos. El matrimonio entre el pastor y la diosa, que representa un
conflicto entre agricultura y pastoreo, puesto que a Inanna se la disputan el
campesino Enkimdu y el pastor Dumuzi, aparece como una solución de compromiso
entre el régimen agrícola y el ganadero. No obstante, el que se convierte en
esposo de la diosa es Dumuzi, rey (lugal) de Badtibira o de Uruk e hijo de
Enki, y el matrimonio representa la sanción y fundamento mítico de la
institución real, que todavía no había adoptado la forma dinástica, pero que
estaba determinada y legitimada por la disponibilidad divina.
Desde este punto de vista hay que
interpretar también el mito que relata el descenso de Inanna a los Infiernos.
Una vez casada con Dumuzi, la diosa decide descender a los Infiernos, el «país
sin retorno», para conocer los secretos de su hermana Ereskigal, señora del
mundo subterráneo. Cuando llega a las puertas del Hades revestida de sus
insignias divinas, el guardián del kur, Neti, no puede admitirla en presencia
de Ereskigal con tales adornos y, mientras la hace pasar a través de las siete
puertas, la va despojando de todas sus joyas, hasta que Inanna queda
completamente desnuda y en este estado es conducida ante su hermana. Pero Ereskigal
desata su ira contra Inanna y, tras haberla insultado y torturado, la convierte
en cadáver fijando en ella el ojo de la muerte. Inanna es suspendida de un
gancho y abandonada así para que se seque. La desaparición de Inanna provoca
una crisis cósmica, que hace infecundo al mundo, análoga a la producida por la
griega Deméter y la hitita Telipinu.
Geshtinanna (semidiosa) es la hermana de
Dumuzi. Después de su muerte, ella lo visitó en el inframundo con Inanna, y se
le permitió tomar su lugar allí por seis meses al año. Su tiempo en el
inframundo y su reaparición periódica se ligan a su nueva autoridad divina
sobre las vides y el vino del otoño.
El personaje más importante fue
Gilgamesh, protagonista del Enuma Elish, 5 poemas sumerios que se encontraron
en la Biblioteca
de Nínive, y están datados en tiempos de Asurbanipal. Según el mismo, el héroe
fue creado por los dioses pero que, para que pueda estar en la Tierra le dotan de 3
partes: una humana y dos divinas. Los dioses, para frenarle, le crean un igual
para que le combatan y cometen un acto violento contra la diosa Isthar.
El poema épico de Gilgamesh nombra las
luchas de este rey de Uruk con Mebaragesi de Kish. A Gilgamesh se atribuye la
construcción de la muralla de Uruk, la más antigua muralla de Sumeria (hecho
que parece coincidir la arqueología), y el dominio sobre Nippur, un centro más
religioso que político dedicado al culto al dios Enlil. La lista de reyes
nombra dos antecesores, Lugalbanda y Enmerkar. Este último lo hace el fundador
de Uruk, de la unión de dos ciudades, una de ellas Eanna o Eana, sobre la que
debía gobernar. Ninguno de estos reyes tiene comprobación histórica, aunque
Gilgamesh figura en una lista de dioses encontrada a Shuruppak en la que se
dice que su padre era Lugalbanda (las listas dicen que su padre era un
fantasma) y que fueron héroes que más tarde fueron divinizados. Estos reyes de
Uruk debían ser entonces contemporáneos con los últimos reyes de Kish y
anteriores probablemente a Mesilim.
Es un texto muy importante, con el que
se comentan otros posteriores (Eneas, Perséfone,…). También se tiene constancia
de su conocimiento en Palestina por otro documento, del XI, del que se copió la
Biblia, ya que en esa época no habían llegado aún los hebreos.
La Epopeya de Gilgamesh o el Poema de
Gilgamech es una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, considerada
como la narración escrita más antigua de la historia. Se emplearon tablillas de
arcilla y escritura cuneiforme.
El poema trata sobre las aventuras del
rey Gilgamesh, también conocido como Istubar, y su amigo Enkidu. Una de las
tablillas relata un episodio muy parecido al de la Biblia sobre el diluvio. Las
aventuras para matar al gigante Khumbaba, el descenso a los infiernos y la
relación entre dioses, semidioses (como el propio Gilgamesh) y mortales le dan
un claro origen prehelenístico. El núcleo sentimental se encuentra en el duelo
tras la muerte de Enkidu. Los críticos consideran que es la primera obra literaria
que hace énfasis en la mortalidad e inmortalidad.
La versión "estándar" se
encontró en la biblioteca de Asurbanipal, fue escrita en babilonio estándar, un
dialecto del idioma acadio que sólo se usaba con fines literarios. Esta versión
fue estandarizada por Sin-liqe-unninni entre 1300 a. C. y 1000 a. C.
con base en una versión más antigua que la oficial. Esta complementación
mediante cambio o añadidura de fragmentos era un proceso común en la época y el
Poema de Gilgamesh no fue la excepción.
La versión estándar y la acadia previa
se diferencian en la introducción, o íncipit. La versión más antigua comienza
con las palabras "Sobrepasando a todos los demás reyes", mientras que
en la estándar dice "Él que veía lo profundo" (ša nagbu amāru). La
palabra acadia nagbu, "profundo", en este caso probablemente hace
referencia a ciertos "misterios". No obstante, Andrew George considera
que se refiere a algún conocimiento específico que Gilgamesh trajo de su
reunión con Utnapishtim; él ganó el conocimiento en el reino de Ea, cuyo reino
cósmico es la fuente de la sabiduría. En
general, se cree que Gilgamesh adquirió el conocimiento para vivir una buena
vida: cómo adorar a los dioses, por qué es necesaria la muerte para los
humanos, de lo que hace bueno a un rey y de la naturaleza. La tablilla XI
contiene el mito del diluvio que fue copiado en su mayor parte de la épica de Atrahasis.
La tablilla XII es un apéndice del poema
épico, una secuela de la XI y probablemente añadida en fecha posterior, por lo
cual ha sido omitida hasta años recientes. Tiene la inconsistencia narrativa de
presentar a Enkidu vivo, y tiene poca relación con la bien argumentada tablilla
XI. De hecho, el poema tiene una estructura circular en la cual las líneas
iniciales se citan en la tablilla XI para dar, junto con el final, la idea de
un ciclo. La tablilla XII es más bien una copia de un cuento anterior en el
cual Gilgamesh envía a Enkidu a recuperar algunos de sus bienes al inframundo,
Enkidu muere y regresa como espíritu para contarle al rey la naturaleza del
inframundo. Este evento parece superfluo dado que en la tablilla VII Enkidu
tuvo ya un sueño en el que se le reveló cómo es el inframundo.
Contenido
de las tablillas:
La obra gira en torno a dos temáticas,
las primeras seis tablillas describen la búsqueda de la gloria y las restantes
la búsqueda de la inmortalidad.
Búsqueda
de la gloria
La historia comienza con la presentación
de Gilgamesh de Uruk, el mayor rey de la Tierra, dos terceras partes dios y una
humano, el más fuerte Rey-deidad que jamás haya existido. La introducción
describe su gloria y triunfos, así como los muros de ladrillo de la ciudad. La
gente en la época de Gilgamesh, sin embargo, no era feliz. Se quejaban de que
él era demasiado severo y abusaba de su poder durmiendo con las mujeres antes
que sus esposos (derecho de pernada), entonces, la diosa de la creación, Ninhursag
creó al hombre semi salvaje Enkidu, que comenzó a molestar a los pastores.
Cuando uno de ellos se quejó ante Gilgamesh, el rey le envió a la mujer llamada
Shamhat, una prostituta sagrada (nadītu en sumeria o hierodule en Grecia). El
contacto con ella civiliza a Enkidu al grado de que tras varias noches, él ya
no es una bestia más entre los animales. Mientras tanto, Gilgamesh tiene
extraños sueños que su madre Ninsun le explica diciendo que vendrá a él un gran
amigo.
Enkidu y Shamhat salen del yermo para casarse
en Uruk. Cuando Gilgamesh acude al festejo para dormir con Shamhat, encuentra
sus intenciones frustradas por Enkidu. Ellos luchan y, tras una gran batalla,
Gilgamesh presenta a Enkidu a su madre y le hace parte de su familia porque él
no tiene una propia. Entonces Gilgamesh le propone viajar al bosque para
adquirir gloria cortando algunos grandes árboles y matando al demonio Humbaba.
Enkidu no está de acuerdo, pero logra convencerlo.
Gilgamesh y Enkidu se preparan para la
aventura en el bosque. Gilgamesh informa a su madre, que se queja, pero pide
ayuda al dios-sol Shamash y le da a Enkidu un consejo.
El viaje de los amigos al bosque. En el
camino, Gilgamesh tuvo cinco pesadillas, pero dadas las condiciones físicas de
esta tablilla, su contenido es difícil de reconstruir. Enkidu, cada vez le
explica los sueños como un buen presagio, pero cuando llegan al bosque está
asustado otra vez y Gilgamesh tiene que animarlo.
Cuando los héroes finalmente llegan ante
Humbaba, el guarda de los árboles, el monstruo comienza a ofenderlos. Esta vez,
Gilgamesh es quien está asustado, pero después de algunas palabras valientes de
Enkidu la batalla comienza. Su cólera separa las montañas Sirara del Líbano.
Finalmente Shamash envía sus trece vientos para ayudar a los dos héroes,
Humbaba es vencido y le ruega a Gilgamesh por su vida. Él se compadece, pero
Enkidu se molesta y le pide que mate a la bestia. Humbaba se vuelva a Enkidu y
le pide que convenza a su amigo de perdonarle la vida. Cuando Enkidu repite la
petición a Gilgamesh Humbaba los maldice. Los héroes cortan un enorme árbol,
Enkidu hace con él una gran puerta para los dioses y la echa al río.
Gilgamesh rechaza las insinuaciones
sexuales de la diosa Ishtar porque ella ha tenido antes otros amantes, como Dumuzi.
Ishtar le pide a su padre, Anu, que le mande el "Toro del cielo" para
vengar el rechazo. Cuando Anu rehúsa, Ishtar amenaza con levantar a los
muertos. Anu teme y cede. El toro del cielo es una plaga para las tierras.
Aparentemente la criatura tiene alguna relación con la sequía, porque de
acuerdo con la historia el agua desaparece y la vegetación se seca. Como quiera
que sea, Gilgamesh y Enkidu, esta vez sin ayuda divina, derrotan a la bestia y
le ofrecen su corazón a Shamash. Cuando escuchan a Ishtar llorar, Enkidu separa
el cuarto trasero del toro y se lo arroja al rostro para amedrentarla. La
ciudad de Uruk celebra, pero Enkidu tiene un mal sueño, que se describe en la
tablilla siguiente.
Búsqueda
de la inmortalidad
7. En el sueño de Enkidu, los dioses
piensan que alguien debe ser castigado por la muerte del "Toro del
cielo" y de "Humbaba" y deciden hacer pagar a Enkidu. Esto va
contra el deseo de Shamash. Enkidu cuenta eso a Gilgamesh y maldice la puerta
que hizo para los dioses. Gilgamesh está consternado y va al templo a rezarle a
Shamash por la salud de su amigo. Enkidu comienza a lamentarse de Shamhat
porque ahora se arrepiente del día en que se convirtió en humano. Shamash les
habla desde el cielo y les hace ver cuán injusto es Enkidu, les dice que Gilgamesh
se convertirá en una sombra de su antiguo ser debido a su muerte. Enkidu se
retracta de lo dicho y bendice a Shamhat. No obstante, enferma cada vez más y,
moribundo, describe el inframundo.
8. Gilgamesh se lamenta por Enkidu y
ofrece regalos a los dioses para que caminen al lado de Enkidu en el más allá.
9. Gilgamesh procura evitar el destino
de Enkidu y emprende un peligroso viaje para visitar a Utnapishtim y a su
esposa, los únicos seres humanos que sobrevivieron "la gran
inundación" (el diluvio) y a quienes les fue concedida la inmortalidad por
los dioses, con la esperanza de obtenerla también. A lo largo del camino,
Gilgamesh pasa las dos montañas desde donde el Sol se levanta, custodiadas por
dos seres-escorpión que le permiten seguir. Viaja a través de la oscuridad, por
donde el Sol viaja cada noche y justo antes de que el Sol se lo encuentre,
llega al final. La tierra al final del túnel es un lugar maravilloso, lleno de
árboles cuyas hojas son joyas.
10. Gilgamesh se reune con Siduri y le
dice el propósito de su viaje. Siduri fracasa al intentar disuadirlo, pero le
envían a Urshanabi para ayudarle a cruzar el mar a Utnapishtim. Urshanabi
estaba en compañía de cierto tipo de gigantes de piedra que Gilgamesh consideró
hostiles y mató. Cuando le narra su historia a Urshanabi y le pide ayuda, le
dicen que justamente ha matado a las únicas criaturas capaces de cruzar las Aguas
de la muerte. Esas aguas no deben ser tocadas, por lo que Utshanabi le dice que
corte 120 remos para atravesar el agua. Finalmente llegan a la isla de Utnapishtim,
quien nota algo raro en el barco y pregunta a Gilgamesh al respecto. Gilgamesh
le cuenta lo ocurrido y le pide ayuda, pero Utnapishtim lo reprende porque
combatir el destino de los humanos es inútil y arruina la alegría de la vida.
11. Gilgamesh sostiene que Utnapishtim
no es diferente de él y le pregunta su historia, por qué tiene un destino
diferente. Él le cuenta sobre "la gran inundación", su historia es un
compendio de la historia de Atrahasis, salvo las plagas enviadas por los
dioses. Reticentemente, le ofrece a Gilgamesh una oportunidad para la
inmortalidad, pero pregunta por qué los dioses deberían dar el mismo honor que
a sí mismo, el héroe de la inundación, a Gilgamesh, y lo reta a permanecer
despierto por seis días y siete noches. En el momento justo en que Utnapishtim
termina de decirlo Gilgamesh se queda dormido. Utnapishtim se burla del sueño
de Gilgamesh ante su esposa y le dice que hornee una barra de pan por cada día
que duerma, para que Gilgamesh no pueda negar su falla. Cuando Gilgamesh,
después de seis días y siete noches descubre su fracaso, Utnapishtim lo manda
de regreso a Uruk con Urshanabi, exiliado. En el momento en que se marchan, la
esposa de Utnapishtim le pide que tenga compasión de Gilgamesh por su largo
viaje. Utnapishtim le menciona a Gilgamesh cierta planta del fondo del océano
que lo hará joven de nuevo. Gilgamesh obtiene la planta atando rocas a sus
pies, para poder caminar en el fondo del mar, pero no confía en su efecto y
decide probarla en un hombre viejo en Uruk. Desafortunadamente, pone la planta
en la orilla del lago mientras se baña y es robada por una serpiente que pierde
su vieja piel y renace. Gilgamesh llora en presencia de Urshanabi, pero
habiendo fallado en ambas oportunidades, regresa a su ciudad, donde la
contemplación de sus grandes muros le hace alabar el trabajo duradero.
12. El contenido de la última tablilla
no se conecta bien con lo anterior. Gilgamesh se duele ante Enkidu de que su
juego ha caído en el inframundo y él le ofrece traerlo de vuelta. Encantado,
Gilgamesh le dice a Enkidu lo que debe y lo que no debe hacer en el inframundo
para poder volver. Enkidu olvida el consejo y hace todo lo que se le advirtió
no hacer, por lo tanto, el inframundo lo retiene. Gilgamesh pide a los dioses
que le devuelvan a su amigo. Enlil y Sin no se molestan en responderle, pero Enki
y Shamash deciden ayudarle. Shamash hace un hoyo en la Tierra y Enkidu sale por
ahí. La tablilla termina con Gilgamesh preguntándole a Enkidu sobre lo que ha visto
en el inframundo. No queda claro si Enkidu reaparece en la historia como
espíritu o si vuelve a la vida.
Versión en babilónico antiguo
Todas las tablillas, excepto la segunda
y tercera, provienen de distintos originales, por lo tanto, la síntesis argumental
se hace con base en diferentes versiones.
Tablilla
perdida.
Gilgamesh le cuenta a su madre Ninsun
dos pesadillas que tuvo. Ella le explica que pueden significar que vendrá un
amigo a Uruk. Mientras tanto Enkidu y su mujer (aquí llamada Shamshatum) se
dedican a hacer el amor. Ella lo civiliza también mediante el ofrecimiento de
comida humana. Enkidu ayuda a los pastores a cuidar de las ovejas. Viajan a
Uruk para casarse, pero Gilgamesh reclama el privilegio de dormir con
Shamshatum antes. Enkidu y Gilgamesh combaten hasta que Gilgamesh abandona la
pelea. Enkidu alaba a Gilgamesh como persona especial.
La tablilla está rota, pero parece que
Gilgamesh ha propuesto ir al bosque de los cerezos para cortar árboles y matar
a Humbaba. Enkidu protesta porque conoce a Humbaba y es consciente de su poder.
Gilgamesh trata de dar valor a Enkidu con palabras valerosas. Comienza la
preparación del viaje y llaman a los mayores. Ellos protestan también, pero
después de escuchar a Gilgamesh les desean suerte.
1(?)
tablilla perdida.
Los fragmentos de tablillas de dos
versiones distintas narran como Enkidu anima a Gilgamesh para matar a Humbaba.
Cuando Gilgamesh lo hace, cortan árboles y encuentran la morada de Annunaki.
Enkidu hace una puerta de madera para Enlil y la deja flotar sobre el Éufrates.
Tablillas
perdidas.
Gilgamesh discute con Shamash la
inutilidad de la prueba. La tablilla está dañada, luego aparece Gilgamesh
hablando con Siduri sobre la prueba y sobre su viaje para ver a Ut-Napishtim
(aquí llamado Uta-na’ishtim). Siduri lo interroga sobre sus propósitos. Otro
hueco en el texto. Gilgamesh ha destruido a las criaturas de piedra y habla con
Urshanabi (aquí Sur-sunabu). Tras una breve discusión Sur-sunabu le indica a
Gilgamesh que corte 3000 remos para cruzar las aguas sin las criaturas de
piedra. El resto de la tablilla está dañada.
Tablilla(s)
perdida(s).
Enmerkar: Gobernó durante 420 años. A él se le
atribuye la construcción de Uruk; a Gilgamesh, por su parte, la muralla. De su
época no se ha encontrado nada. En el mito de Enmerkar y el Señor de Aratta, se
alude a que se inventó la escritura.
Enmerkar fue el segundo rey de la I
dinastía de Uruk (dentro del Protodinástico II), hijo de Meshkiaggasher y por
lo tanto nieto del dios sol, Utu. Es célebre por su contienda contra la rica ciudad
de Aratta, que se encontraba a cientos de kilómetros al este, en el actual Irán
meridional, la antigua Persia. Entre Uruk y Aratta había siete cordilleras, y
además la remota ciudad se alzaba sobre una escarpada cima, donde había
desarrollado un próspero comercio de metales y piedras preciosas, que abundaban
en aquella región.
La mitología alude al conflicto
aduciendo causas relacionadas con la veleidosa voluntad de la gran diosa Inanna
(Ninin, Isthar, la Astarté fenicia, la Afrodita griega o la Venus romana), que
moraba en la esplendorosa ciudad irania y tenía puestos los ojos en la poderosa
Uruk, ciudad sede del dios del cielo, Anu. La diosa rogó al rey vigente,
Enmerkar (su sobrino-nieto) que venciese a Aratta y trasladase su hogar al
templo de Anu. Debido a la negativa del rey de Aratta a ceder a su diosa,
someterse a Uruk y además tributar grandes sumas de oro, plata y valiosas joyas
a su rival, finalmente se desencadenó el enfrentamiento.
Parece factible que fuera Enmerkar el
rey de Uruk al que se le atribuye la gloriosa campaña contra Aratta y la
captura de un gran botín arrebatado a esa ciudad. También es, según la
tradición, el fundador de la ciudad de Uruk y del templo de Anu, siendo esto
último lo más factible, pues se construyó hacia los siglos XXIX y XXVIII a. C.
Lugalbanda: (siglo XXVII antes de Jesucristo), fue
un rey sumerio, el tercero de la I dinastía de Uruk.
Era el jefe militar de Enmerkar, a quién
sucedió. Lugalbanda también es protagonista en los ciclos de cuentos épicos del
Sumer primigenio, en ellos aparece a las órdenes de Enmerkar realizando hazañas
en las misiones que éste le encomienda, en ellas se ven inmersos los propios
dioses mesopotámicos, como Utu, el dios Sol (padre de Enmerkar) que libra a
Lugalbanda de la muerte dándole de beber el brebaje de la vida, cuando cae
moribundo de camino a Aratta, en el monte Hurrum. Su nombre significa
"pequeño rey". Su verosimilitud histórica no está demostrada.
Fue un rey pastor que reinó 1.200 años.
Volviendo a Gilgamesh, el Enuma-Elish
dice que reinó 126 años. Su hijo, Urnugal, 30, fecha ya aceptable. A partir de
éste, los periodos de gobierno de los monarcas son coherentes.
Según el texto, Uruk fue derrotada por
las armas, como todas las dinastías de la lista, y sustituida por Ur.
COMUNIDAD Y LEY EN MESOPOTAMIA
Comunidad
Los sumeroacadios urbanos se veían ante todo como miembros de su comunidad vecinal y política y, sólo en segundo lugar, como miembros de un grupo de sangre. Los vínculos de parentesco eran importantes y a ellos aluden voces como kimtum, salatum o nishutum, que designan a la familia extensa en asuntos conexos con herencias o con la obligación de asistir a parientes desvalidos o de dar culto a los difuntos. Pero esas relaciones no tienen la fuerza que entre los seminómadas, gobernados por jefes de clan.
Los mesopotamios urbanos se gobernaban por consejos vecinales de varones adultos. El consejo (sum. unkin, ac. puhrum; alum = ciudad; shibutum = mayores) era, en las ciudades grandes, de barrio o distrito (sum. daggi, ac. babtum), comunidad dentro de otra mayor, cuyos responsables emitían bandos, disponían de funcionarios y se constituían para deliberar sobre un edificio inestable, un animal peligroso, el repudio de un marido por su mujer, cuya honestidad se examinaba, o la presencia de extraños. Cuando había un robo en el vecindario y el ladrón no era habido, el hombre robado probaba su pérdida jurando ante un dios, para que la comunidad y el alcalde le repusiesen lo perdido y a su familia una mina de plata si había resultado muerto (CH 23-24). En las ciudades comerciales un karum, especie de cámara de comercio, administraba los peajes, arbitraba en litigios mercantiles e, incluso, poseía almacenes o delegaciones exteriores.
En el N, menos dependiente de la irrigación, persistieron modos rurales tradicionales, y sus poblados mantuvieron más vivos los vínculos de parentesco extenso: fuerte autoridad patriarcal, levirato, conservación de fundos troncales y menor urbanización del paisaje. A fines del II y comienzos del I milenio, las ciudades se hicieron menores: en los periodos casita y neobabilonio, fuera de la capital el asentamiento típico fue el pueblo, no la ciudad. La reorganización de algunas partes de Babilonia en provincias llamadas "casas" revela el creciente liderazgo de gente poco o nada urbana. Este declive urbano se acusa más en el S, acaso por el agotamiento de los suelos irrigados y por el mayor control de las aguas en el N.
Los sumeroacadios urbanos se veían ante todo como miembros de su comunidad vecinal y política y, sólo en segundo lugar, como miembros de un grupo de sangre. Los vínculos de parentesco eran importantes y a ellos aluden voces como kimtum, salatum o nishutum, que designan a la familia extensa en asuntos conexos con herencias o con la obligación de asistir a parientes desvalidos o de dar culto a los difuntos. Pero esas relaciones no tienen la fuerza que entre los seminómadas, gobernados por jefes de clan.
Los mesopotamios urbanos se gobernaban por consejos vecinales de varones adultos. El consejo (sum. unkin, ac. puhrum; alum = ciudad; shibutum = mayores) era, en las ciudades grandes, de barrio o distrito (sum. daggi, ac. babtum), comunidad dentro de otra mayor, cuyos responsables emitían bandos, disponían de funcionarios y se constituían para deliberar sobre un edificio inestable, un animal peligroso, el repudio de un marido por su mujer, cuya honestidad se examinaba, o la presencia de extraños. Cuando había un robo en el vecindario y el ladrón no era habido, el hombre robado probaba su pérdida jurando ante un dios, para que la comunidad y el alcalde le repusiesen lo perdido y a su familia una mina de plata si había resultado muerto (CH 23-24). En las ciudades comerciales un karum, especie de cámara de comercio, administraba los peajes, arbitraba en litigios mercantiles e, incluso, poseía almacenes o delegaciones exteriores.
En el N, menos dependiente de la irrigación, persistieron modos rurales tradicionales, y sus poblados mantuvieron más vivos los vínculos de parentesco extenso: fuerte autoridad patriarcal, levirato, conservación de fundos troncales y menor urbanización del paisaje. A fines del II y comienzos del I milenio, las ciudades se hicieron menores: en los periodos casita y neobabilonio, fuera de la capital el asentamiento típico fue el pueblo, no la ciudad. La reorganización de algunas partes de Babilonia en provincias llamadas "casas" revela el creciente liderazgo de gente poco o nada urbana. Este declive urbano se acusa más en el S, acaso por el agotamiento de los suelos irrigados y por el mayor control de las aguas en el N.
Ley
Los reyes mesopotámicos se muestran siempre como gobernantes rectos que exigen y dan justicia a sus súbditos. Justicia y rectitud son deseos divinos, aunque nunca se articularon en una doctrina clara que concibiese la necesidad de un mundo justo gobernado según la ley de un dios justo, como llegó en mayor medida a ser el caso hebreo. El símbolo divino de la justicia llegó a ser Shamash, el dios sol, padre de Kittum y Misharum (Verdad y Equidad). Cuando el sublime Anum, rey de los dioses de lo Alto, y Enlil, señor de Cielo y Tierra que ordena los destinos del Mundo, decidieron que Marduk, primogénito de Enki, Señor de la Tierra, fuese el divino soberano de toda la Humanidad, cuando quedó engrandecido sobre los dioses de la Tierra, cuando hubieron proclamado el sublime nombre de Babilonia y lo hicieron prevalecer en todo el mundo, cuando decidieron en el centro del mundo un reinado eterno para Marduk cuyos cimientos son tan firmes como los del Cielo y la Tierra, entonces Anum y Enlil me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piadoso, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para destruir al malvado y al perverso, para evitar que el fuerte oprima al débil, para que, como hace Shamash Señor del Sol, me alce sobre los hombres (lit.: cabezas negras), ilumine el País y asegure el bienestar de las gentes. Entre los medios de implantar la justicia regia estaba el misharum o [ley de] equidad, así como el andurarum o decreto. Prácticas ya conocidas en Sumer (nigsisa, amargi). Su promulgación se proponía ayudar a los deudores oprimidos por particulares o por el fisco. Estas ocasiones ceremoniales (advenimiento del rey, aniversarios) a veces sirvieron para difundir y generalizar ciertas normas mediante colecciones de ellas, ya desde el III milenio, como los "códigos" sumerios de Ur Namu (2100) y Lipit Ishtar (1930) o los acadios de la ciudad de Eshnunna (Tell Asmar, 1800) y de Hammurabi (h. 1750). El CH se exhibió inscrito en estelas pétreas al menos en Babilonia y Sippar (ciudad de Shamash) y se hicieron copias en tablillas. De épocas asiria media y neobabilonia se conservan sendas colecciones de leyes sobre la familia (se ignoran sus emisores) y consta que también codificó Nabucodonosor II para complacer al Señor Marduk y en bien de todo el pueblo. Es engañoso llamarlas "códigos", pues no son compilaciones sistemáticas (no separan lo civil de lo penal, etc.) ni exhaustivas ni se cuidan apenas del procedimiento. La más ambiciosa es la de Hammurabi y, aun así, omite muchos temas regulados por otras normas contemporáneas conocidas (p. e., fianzas, amortizaciones, privilegios de templos, robo de ganado, recuperación de esclavos, servidumbre de propiedades, etc.) e, incluso, por legislaciones anteriores (Eshnunna). Tampoco contemplan materias importantes en otras legislaciones (la hitita) sobre magia y sortilegios ni sobre religión y sacerdocio (vs. Biblia), excepto para aclarar el régimen de propiedad para ciertas sacerdotisas. Estas recopilaciones no parece, por el carácter iletrado de la gran mayoría social, que sustituyesen la muy amplia presencia de los usos y costumbres y, por otro lado, gran parte de lo que contienen es de creación anterior. Los estudiosos creen que, con motivo de su promulgación, los reyes introducían algunas normas nuevas y que en ciertos aspectos tradicionales se corregían situaciones concretas: el CH parece más severo en el castigo físico del robo (6-13, 21, 25, 253-256) que la legislación anterior conocida en Sumer y Acad, más tendente a la multa.
Los reyes mesopotámicos se muestran siempre como gobernantes rectos que exigen y dan justicia a sus súbditos. Justicia y rectitud son deseos divinos, aunque nunca se articularon en una doctrina clara que concibiese la necesidad de un mundo justo gobernado según la ley de un dios justo, como llegó en mayor medida a ser el caso hebreo. El símbolo divino de la justicia llegó a ser Shamash, el dios sol, padre de Kittum y Misharum (Verdad y Equidad). Cuando el sublime Anum, rey de los dioses de lo Alto, y Enlil, señor de Cielo y Tierra que ordena los destinos del Mundo, decidieron que Marduk, primogénito de Enki, Señor de la Tierra, fuese el divino soberano de toda la Humanidad, cuando quedó engrandecido sobre los dioses de la Tierra, cuando hubieron proclamado el sublime nombre de Babilonia y lo hicieron prevalecer en todo el mundo, cuando decidieron en el centro del mundo un reinado eterno para Marduk cuyos cimientos son tan firmes como los del Cielo y la Tierra, entonces Anum y Enlil me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piadoso, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para destruir al malvado y al perverso, para evitar que el fuerte oprima al débil, para que, como hace Shamash Señor del Sol, me alce sobre los hombres (lit.: cabezas negras), ilumine el País y asegure el bienestar de las gentes. Entre los medios de implantar la justicia regia estaba el misharum o [ley de] equidad, así como el andurarum o decreto. Prácticas ya conocidas en Sumer (nigsisa, amargi). Su promulgación se proponía ayudar a los deudores oprimidos por particulares o por el fisco. Estas ocasiones ceremoniales (advenimiento del rey, aniversarios) a veces sirvieron para difundir y generalizar ciertas normas mediante colecciones de ellas, ya desde el III milenio, como los "códigos" sumerios de Ur Namu (2100) y Lipit Ishtar (1930) o los acadios de la ciudad de Eshnunna (Tell Asmar, 1800) y de Hammurabi (h. 1750). El CH se exhibió inscrito en estelas pétreas al menos en Babilonia y Sippar (ciudad de Shamash) y se hicieron copias en tablillas. De épocas asiria media y neobabilonia se conservan sendas colecciones de leyes sobre la familia (se ignoran sus emisores) y consta que también codificó Nabucodonosor II para complacer al Señor Marduk y en bien de todo el pueblo. Es engañoso llamarlas "códigos", pues no son compilaciones sistemáticas (no separan lo civil de lo penal, etc.) ni exhaustivas ni se cuidan apenas del procedimiento. La más ambiciosa es la de Hammurabi y, aun así, omite muchos temas regulados por otras normas contemporáneas conocidas (p. e., fianzas, amortizaciones, privilegios de templos, robo de ganado, recuperación de esclavos, servidumbre de propiedades, etc.) e, incluso, por legislaciones anteriores (Eshnunna). Tampoco contemplan materias importantes en otras legislaciones (la hitita) sobre magia y sortilegios ni sobre religión y sacerdocio (vs. Biblia), excepto para aclarar el régimen de propiedad para ciertas sacerdotisas. Estas recopilaciones no parece, por el carácter iletrado de la gran mayoría social, que sustituyesen la muy amplia presencia de los usos y costumbres y, por otro lado, gran parte de lo que contienen es de creación anterior. Los estudiosos creen que, con motivo de su promulgación, los reyes introducían algunas normas nuevas y que en ciertos aspectos tradicionales se corregían situaciones concretas: el CH parece más severo en el castigo físico del robo (6-13, 21, 25, 253-256) que la legislación anterior conocida en Sumer y Acad, más tendente a la multa.
Influencia.
Los códigos son casuísticos, lo que ayudó a que se mantuvieran como saber tradicional que los escribas (como con los presagios, mitos e himnos) usaban para su aprendizaje especializado. El CH fue modelo escolar durante siglos, pero no sabemos, aparte su realismo (que demuestra no era un ejercicio literario), cuál fue el grado de su aplicación, pues la costumbre y los jueces locales eran muy importantes. No cabe duda de su influencia, en la medida en que, aun sin estar ya en vigor tiempos después, eran textos sapienciales y considerados arquetipos. Se conservan textos escolares que tienen como tema un asunto legal. Un caso de ejercicio bilingüe (ana ittishu) de vocabulario sumeroacadio dice: Una finca alquilada, un edificio de vivienda; alquiler, en alquiler, la tomó arrendada; mientras viva en la casa tiene que reparar el tejado de esa casa y mantener en buen estado sus cimientos; tiene que quitar las vigas rotas; tiene que poner vigas sólidas; un edificio viejo, una pared que se alabea, tiene que apuntalarla. También hay textos escolares con pleitos enteros: sobre adulterio, daños a animales alquilados para laboreo, homicio del marido por el amante con ayuda de la esposa, violación de una esclava y varios sobre herencias. Jueces. La primera instancia es la asamblea local de gobierno, a la que se incorporan representantes de las administraciones (urbana, real, templaria, militar) si el caso les afecta, pero más como testigos que como jueces, al igual que en casos de litigios de propiedad familiar, a los que asisten parientes, allegados o vecinos. Los jueces, profesionales o funcionales, deben ser miembros relevantes de la comunidad, para que su dictamen se apoye en un su autoridad personal. A menudo actúan como tribunales de tres a seis miembros y no se conocen abogados profesionales. Los tribunales locales se ocupan de asuntos de propiedad mueble e inmueble, linderos, ventas, herencias y robos con o sin escalo. Los casos mercantiles los resuelve el karum. Los casos capitales, los jueces propiamente dichos (homicidio, traición, adulterio flagrante). No se conocen instancias de apelación excepto los casos que el rey resuelve por prevaricación de sus jueces. Algunos castigos contra quienes desacataban las sentencias podían ser ejemplarizantes: desde el rapado de media cabeza o el embadurnamiento con pez hasta la perforación de la nariz, los labios o la lengua. El templo y la justicia. Probablemente desde tiempo inmemorial, el templo era lugar de justicia y de juramento. En numerosos pleitos, si faltaban pruebas taxativas, se recurría al juramento solemne, normalmente del perjudicado, que tocaba o cogía algún objeto sacro y "por la vida del dios" (o la diosa) atestiguaba y pedía para sí el castigo si mentía. Rehusar el juramento equivalía a desistir de la causa. También el templo acogía los juramentos de sociedad o las ordalías: la más común era someterse al "juicio del dios del río". Un texto de h. 1700 (un informe al rey de Mari) dice: "En cuanto a Amat Sakkanim, de la familia de Shamshi Adad al que el río engulló, me han dicho: 'La hicimos echarse al río, diciéndole: Jura que tu ama no ha perpetrado ningún acto de brujería contra su señor Yarkab Adad; que no reveló ningún secreto del palacio; que no hizo que otra persona abriese la misiva de su dueña; que tu ama no delinquió de ningún modo contra su señor.' A consecuencia de ello (el juramento), la hicieron zambullirse. El dios del río la engulló y ya no volvió". Los reyes meobabilonios y persas usaron de los templos como centros de control local y los reyes neoasirios enriquecieron a los grandes templos babilonios con propiedades confiscadas a los notables locales enemigos: los templos recaudaban los diezmos y, a su vez, pagaban una renta al rey, actuaban como sus administradores y suministradores (mano de obra para las propiedades, asistencia a funcionarios regios, etc.) y sus sacerdotes principales desempeñaban funciones judiciales y presidían la asamblea local, con la que despachaban causas civiles y criminales, si bien los casos más graves se trasladaban al tribunal real. Registro de asuntos legales. Los casos enjuiciados localmente se resumían y archivaban en una tablilla cuneiforme, aunque en la segunda mitad del I milenio se usaron también vitelas escritas con tinta en arameo (muy perecederas). También se registraban negocios no litigiosos, como compraventas, adopciones, créditos, manumisiones, etc. Los registros daban fe para el futuro, resumían el asunto, recogían a veces testimonios en primera persona, etc. Por ellos sabemos que a veces había ritos legales de origen remoto, como mojar la frente del manumitido o cortar la orla del vestido de la mujer en el divorcio, legado de un tiempo iletrado en donde los testigos presenciaban los expresivos gestos y servían como archivo viviente. Estas tablillas recogen lugar y fecha, nombres de los intervinientes, juramentos prestados y, en los pleitos, los nombres de los jueces. A menudo se añaden las improntas de los sellos de las partes, a veces suplidos por la huella ungular o la impronta del borde del vestido, etc. Los testigos suelen ser varones, pero hay mujeres en época paleobabilonia. En la neobabilonia, en cambio, no pueden atestiguar, aunque sí asistir a estos asuntos; también de ese tiempo es la existencia de duplicados originales (uno para cada parte). En estos tribunales había escribientes especializados y alguaciles para mantener el orden (a veces, un soldado del rey).
Próximo Capítulo: El Protodinástico en Mesopotamia
Los códigos son casuísticos, lo que ayudó a que se mantuvieran como saber tradicional que los escribas (como con los presagios, mitos e himnos) usaban para su aprendizaje especializado. El CH fue modelo escolar durante siglos, pero no sabemos, aparte su realismo (que demuestra no era un ejercicio literario), cuál fue el grado de su aplicación, pues la costumbre y los jueces locales eran muy importantes. No cabe duda de su influencia, en la medida en que, aun sin estar ya en vigor tiempos después, eran textos sapienciales y considerados arquetipos. Se conservan textos escolares que tienen como tema un asunto legal. Un caso de ejercicio bilingüe (ana ittishu) de vocabulario sumeroacadio dice: Una finca alquilada, un edificio de vivienda; alquiler, en alquiler, la tomó arrendada; mientras viva en la casa tiene que reparar el tejado de esa casa y mantener en buen estado sus cimientos; tiene que quitar las vigas rotas; tiene que poner vigas sólidas; un edificio viejo, una pared que se alabea, tiene que apuntalarla. También hay textos escolares con pleitos enteros: sobre adulterio, daños a animales alquilados para laboreo, homicio del marido por el amante con ayuda de la esposa, violación de una esclava y varios sobre herencias. Jueces. La primera instancia es la asamblea local de gobierno, a la que se incorporan representantes de las administraciones (urbana, real, templaria, militar) si el caso les afecta, pero más como testigos que como jueces, al igual que en casos de litigios de propiedad familiar, a los que asisten parientes, allegados o vecinos. Los jueces, profesionales o funcionales, deben ser miembros relevantes de la comunidad, para que su dictamen se apoye en un su autoridad personal. A menudo actúan como tribunales de tres a seis miembros y no se conocen abogados profesionales. Los tribunales locales se ocupan de asuntos de propiedad mueble e inmueble, linderos, ventas, herencias y robos con o sin escalo. Los casos mercantiles los resuelve el karum. Los casos capitales, los jueces propiamente dichos (homicidio, traición, adulterio flagrante). No se conocen instancias de apelación excepto los casos que el rey resuelve por prevaricación de sus jueces. Algunos castigos contra quienes desacataban las sentencias podían ser ejemplarizantes: desde el rapado de media cabeza o el embadurnamiento con pez hasta la perforación de la nariz, los labios o la lengua. El templo y la justicia. Probablemente desde tiempo inmemorial, el templo era lugar de justicia y de juramento. En numerosos pleitos, si faltaban pruebas taxativas, se recurría al juramento solemne, normalmente del perjudicado, que tocaba o cogía algún objeto sacro y "por la vida del dios" (o la diosa) atestiguaba y pedía para sí el castigo si mentía. Rehusar el juramento equivalía a desistir de la causa. También el templo acogía los juramentos de sociedad o las ordalías: la más común era someterse al "juicio del dios del río". Un texto de h. 1700 (un informe al rey de Mari) dice: "En cuanto a Amat Sakkanim, de la familia de Shamshi Adad al que el río engulló, me han dicho: 'La hicimos echarse al río, diciéndole: Jura que tu ama no ha perpetrado ningún acto de brujería contra su señor Yarkab Adad; que no reveló ningún secreto del palacio; que no hizo que otra persona abriese la misiva de su dueña; que tu ama no delinquió de ningún modo contra su señor.' A consecuencia de ello (el juramento), la hicieron zambullirse. El dios del río la engulló y ya no volvió". Los reyes meobabilonios y persas usaron de los templos como centros de control local y los reyes neoasirios enriquecieron a los grandes templos babilonios con propiedades confiscadas a los notables locales enemigos: los templos recaudaban los diezmos y, a su vez, pagaban una renta al rey, actuaban como sus administradores y suministradores (mano de obra para las propiedades, asistencia a funcionarios regios, etc.) y sus sacerdotes principales desempeñaban funciones judiciales y presidían la asamblea local, con la que despachaban causas civiles y criminales, si bien los casos más graves se trasladaban al tribunal real. Registro de asuntos legales. Los casos enjuiciados localmente se resumían y archivaban en una tablilla cuneiforme, aunque en la segunda mitad del I milenio se usaron también vitelas escritas con tinta en arameo (muy perecederas). También se registraban negocios no litigiosos, como compraventas, adopciones, créditos, manumisiones, etc. Los registros daban fe para el futuro, resumían el asunto, recogían a veces testimonios en primera persona, etc. Por ellos sabemos que a veces había ritos legales de origen remoto, como mojar la frente del manumitido o cortar la orla del vestido de la mujer en el divorcio, legado de un tiempo iletrado en donde los testigos presenciaban los expresivos gestos y servían como archivo viviente. Estas tablillas recogen lugar y fecha, nombres de los intervinientes, juramentos prestados y, en los pleitos, los nombres de los jueces. A menudo se añaden las improntas de los sellos de las partes, a veces suplidos por la huella ungular o la impronta del borde del vestido, etc. Los testigos suelen ser varones, pero hay mujeres en época paleobabilonia. En la neobabilonia, en cambio, no pueden atestiguar, aunque sí asistir a estos asuntos; también de ese tiempo es la existencia de duplicados originales (uno para cada parte). En estos tribunales había escribientes especializados y alguaciles para mantener el orden (a veces, un soldado del rey).
Próximo Capítulo: El Protodinástico en Mesopotamia
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Retorno de los Anunnakis, Edición digital Noviembre 2006, 238 Págs. -
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Tiempos, Ediciones Obelisco S.L., ISBN 978-84-9777-418-5, Barcelona-España
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Zecharia Sitchin, El Génesis Revisado,
Ediciones Obelisco S.L., ISBN 84-9777-225-3, Barcelona-España 2005, 308 Págs.
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Enki, Ediciones Obelisco S.L., Edición digital 2003 por Nascav, Barcelona-España,
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Zecharia Sitchin, La Escalera al Cielo,
Ediciones Obelisco S.L., Edición digital por Nascav, Barcelona-España, 454
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